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Acta literal de los debates
Miércoles 23 de abril de 2008 - Estrasburgo Edición DO

10. Inmigración ilegal, acción exterior de la Unión Europea y Frontex (debate)
Acta
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  Presidente. − El siguiente punto son las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre inmigración ilegal, acción exterior de la Unión Europea y Frontex.

 
  
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  Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. (SL) A modo de introducción, me gustaría hacer hincapié sobre el hecho de que el problema de la inmigración requiere un enfoque integrado. La Unión Europea debe desarrollar una política y una legislación efectivas en materia de inmigración, al tiempo que sigue realizando esfuerzos para luchar contra la inmigración ilegal. Necesitamos medidas a escala comunitaria y nacional y también la cooperación de terceros países. Uno de los aspectos más importantes de la lucha contra la inmigración ilegal es el control efectivo de las fronteras exteriores de la Unión Europea.

La incorporación de nueve Estados miembros al espacio Schengen constituye sin duda un gran logro en este sentido. Tras el ingreso de tales Estados miembros en el espacio Schengen, la Presidencia eslovena empezó a trabajar en la puesta en marcha de la segunda generación del sistema de información Schengen, conocido como SIS II, lo antes posible. Éste es uno de los proyectos prioritarios actuales de la Unión Europea. Se deberían dar todos los pasos necesarios para facilitar la conclusión de la transición de la primera generación del sistema de información Schengen a la segunda generación en septiembre de 2009, a más tardar.

Debido a los frecuentes incidentes registrados en el Mediterráneo y en las costas del norte de África, la Comisión y algunos Estados miembros propusieron emprender algunas iniciativas en 2007 para mejorar la gestión de la inmigración ilegal. Como parte de tales esfuerzos, en marzo de este año la Presidencia eslovena organizó una conferencia a escala ministerial sobre los desafíos futuros para gestión de las fronteras exteriores de la Unión Europea. Los tres informes presentados por la Comisión en febrero se examinaron por primera vez en la conferencia. Los participantes en la conferencia examinaron la evaluación y el desarrollo futuro de la agencia Frontex, así como la aplicación de otras medidas para la gestión de las fronteras exteriores de la Unión Europea. Se acordó que, en el futuro, se deberían reforzar los controles fronterizos y se debería facilitar una identificación de las personas fiable. Por otra parte, debemos esforzarnos por hacer de la Unión Europea un espacio abierto y accesible.

Además, los ministros examinaron la propuesta de establecer un sistema europeo de vigilancia de las fronteras, denominado EUROSUR. La Presidencia prepara ya más directrices al respecto, que se abordarán en el marco de la reunión del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior que se celebrará en junio.

La lucha contra la inmigración ilegal se hará más efectiva gracias a una directiva sobre procedimientos y normas comunes para el retorno de los nacionales de terceros países que se encuentren ilegalmente en el territorio de los Estados miembros de la Unión Europea, la denominada Directiva sobre el retorno. La Presidencia ya ha entablado la segunda ronda de negociaciones con el Parlamento Europeo, que resultó muy constructiva. Consideramos que si realizamos un esfuerzo conjunto podremos aprobar esta directiva en primera lectura.

En relación con la propuesta de Directiva por la que se establecen sanciones aplicables a los empresarios de residentes ilegales nacionales de terceros países, el Consejo está esperando que el Parlamento Europeo le remita una propuesta relativa a ciertos cambios y enmiendas.

Una política de visados también es parte integrante del desarrollo de una política integral sobre inmigración. En este sentido la Presidencia eslovena ha realizado algunos progresos al examinar dos cuestiones importantes, más concretamente la modificación de las instrucciones consulares comunes y el código de visados. Esperamos contar con la colaboración creativa del Parlamento Europeo para seguir avanzando en relación con ambas cuestiones.

En la reunión informal de enero, el Consejo examinó las cuestiones del asilo y la cooperación práctica entre Estados miembros. Este mes el Consejo ha adoptado decisiones adecuadas. Como dije en mi introducción, es necesario adoptar un planteamiento global en materia de inmigración para abordar la lucha contra la inmigración ilegal, que también requiere la cooperación de los países de origen y de tránsito. Además, requiere la eliminación de las razones por las que se emigra, es decir, la promoción del desarrollo de los países de origen.

El objeto del enfoque integrado adoptado por el Consejo Europeo en diciembre de 2005 fue entablar un debate a todos los niveles sobre la política de inmigración, así como reforzar y estrechar la cooperación internacional fundamentalmente con los países de origen y de tránsito, y establecer una asociación con tales países. Muchas actividades están teniendo lugar ahora mismo en el marco de este tipo de enfoque. Tales actividades se llevan a cabo principalmente en las regiones más problemáticas, especialmente África y las regiones orientales y meridionales vecinas de la Unión Europea.

 
  
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  Jacques Barrot, Vicepresidente de la Comisión. − (FR) Señor Presidente, el trabajo ilegal es hoy el principal factor que atrae a la inmigración ilegal.

Los inmigrantes seguirán viniendo a Europa mientras sigan considerando que las ventajas financieras que pueden extraer del trabajo ilegal son superiores a los riesgos de ser arrestados por las fuerzas policiales europeas.

Es necesario reunir una auténtica voluntad común europea para poner en práctica una estrategia eficaz de lucha contra el trabajo ilegal. Ésta es la clave para aplicar esta estrategia y depende de nosotros, de los Estados miembros y de nuestra voluntad política común. En este contexto se incluye la propuesta de la Comisión de aplicar sanciones los que emplean a nacionales de terceros países que residen ilegalmente en la Unión Europea, una cuestión que actualmente se examina en este Parlamento y el en Consejo.

Esta propuesta tiene por objeto garantizar que todos los Estados miembros adoptan medidas preventivas y sanciones similares y las aplican en la lucha contra el trabajo ilegal.

Me gustaría instar al Parlamento a continuar examinando esta propuesta para que podamos disponer de un instrumento comunitario que obligue a los Estados miembros a tomar todas las medidas necesarias para que el Estado de derecho y la legalidad se respeten en el conjunto de la Unión Europea.

Dicho esto, tampoco quería subestimar los problemas que plantea la inmigración ilegal a través de las fronteras exteriores de la Unión Europea. Es muy probable que este año muchas personas del continente africano se vuelvan a sentir tentadas a entrar en la Unión Europea por mar. Algunos individualmente y otros en pequeños grupos y otros tantos explotados por organizaciones delictivas que les piden enormes sumas de dinero a cambio de traerles a Europa.

Se ha realizado un esfuerzo importante a escala europea para dotar a los Estados miembros del apoyo financiero necesario en 2008. El presupuesto de la agencia Frontex casi se ha duplicado en 2008 en relación con 2007. Este año alcanza la cifra de 70 millones de euros, de los que más de 31 millones se utilizarán en operaciones en las fronteras marítimas de la Unión Europea.

En lo que se refiere a las operaciones en estas zonas de alto riesgo, Frontex ha organizado cuatro operaciones de gran envergadura, denominadas Poseidón, Hermes, Nautilus y Hera. Las informaciones sobre las fechas exactas y su duración concreta aún no se han hecho públicas, pero gracias al aumento de la financiación tales operaciones podrán durar más que en 2007.

También cabe destacar que se ha llegado a un acuerdo entre los Estados miembros y Frontex sobre las modalidades y las condiciones de utilización del equipo técnico contenidas en la base CRATE (Central Record of Available Technical Equipment).

Actualmente, los Estados miembros han ofrecido voluntariamente 18 aviones, 20 helicópteros y 105 buques. Frontex, por su parte, aporta los recursos humanos necesarios para ayudar a los Estados miembros a preparar y evaluar las operaciones marítimas. La Comisión ha recomendado en su informe de evaluación sobre Frontex que se respeten y se utilicen plenamente tanto el potencial de la base CRATE como los compromisos contraídos por los Estados miembros, de forma que se garantice la disponibilidad de los equipos necesarios para las operaciones en las fronteras marítimas.

La agencia Frontex debe informar periódicamente a las instituciones europeas sobre la utilización real de los equipos y su grado de adecuación a las necesidades existentes y también acerca de un futuro mecanismo que permitiría garantizar en mayor medida la disponibilidad de los equipos ofrecidos por los Estados miembros. La agencia debería también aumentar el potencial de la base CRATE adquiriendo o alquilando ella misma el material técnico necesario.

Gracias a todos estos esfuerzos los Estados miembros y Frontex contribuyen a reducir, en la medida de lo posible, la desaparición en el mar de los que intentan alcanzar las costas europeas a bordo de embarcaciones no aptas para la navegación. Por este motivo la Comisión acoge favorablemente el acuerdo bilateral celebrado entre España y los Estados del África occidental, así como los contactos entablados por Italia y Malta con Libia. Por el momento, los contactos con Libia no han tenido los resultados esperados; razón de más para seguir intentándolo.

En su informe sobre el desarrollo futuro de Frontex, la Comisión insistió sobre el hecho de que la cooperación con terceros países era un elemento fundamental para mejorar a largo plazo las operaciones conjuntas llevadas a cabo por la agencia. Por consiguiente, debemos considerar la posibilidad de autorizar a la agencia a poner en marcha proyectos piloto cuyos beneficiarios serían los terceros países, naturalmente, garantizando la coherencia entre las actividades de la agencia y el marco global de la política exterior de la Unión.

Estos proyectos podrían aumentar las repercusiones de la cooperación entablada en el marco actualmente en vigor, cuyas modalidades podrían servir para evaluar las necesidades reales de refuerzo de las capacidades destinadas a la gestión de las fronteras en determinados terceros países.

Por último, la Comisión considera a 2008 como un año de prueba. El presupuesto total de Frontex es más elevado, la base CRATE funciona perfectamente y los equipos de intervención rápida están preparados. Naturalmente, evaluaremos los resultados de estas medidas y, en su caso, convendrá también explorar otras posibilidades como la puesta en práctica de un sistema europeo de vigilancia de las fronteras, como se indica en el informe de evaluación de la Comisión.

Ésta es la información que deseaba transmitirles hoy. Me dispongo ahora a escuchar atentamente los comentarios de sus Señorías en relación con estos difíciles problemas.

 
  
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  Simon Busuttil, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (MT) En esta época del año empezamos ya a ser testigos de las tragedias de cientos de inmigrantes ahogados y como todos sabemos bien qué ocurre, sería conveniente que nos preguntásemos si este año estamos mejor preparados para afrontar el problema de la inmigración ilegal. Frontex es sólo parte de la solución, es un arma disuasoria, como la Comisión ha dicho, en la lucha contra la inmigración ilegal, y este año será un año de prueba para Frontex. Como el Comisario Barrot ha mencionado correctamente, este año hemos duplicado el presupuesto de Frontex, hemos dotado a esta agencia de un equipo de intervención rápida y también parece que dispone de los medios necesarios para llevar a cabo sus misiones. Por consiguiente, supervisaremos de cerca el trabajo de Frontex y esperamos que este año sea más efectivo de lo que ha sido hasta la fecha. Si Frontex desea el apoyo de este Parlamento debe demostrar que merece tal apoyo.

Señor Presidente, como he dicho, Frontex es sólo parte de la solución; querámoslo o no, también debemos abordar un examen serio del modo en que los Estados miembros van a repartirse la carga, un debate que por el momento el Consejo ha evitado. Debemos deshacernos de la hipocresía que nos empuja, por una parte, a escandalizarnos cuando los inmigrantes se ahogan y, por otra, a dejar que los Estados miembros del sur soporten la carga ellos solos. En el Mediterráneo la necesidad de compartir la carga no puede ser más evidente. El año pasado ya se produjeron incidentes en los que algunas embarcaciones que se encontraban en la zona de rescate de Libia habían volcado y sus ocupantes colgaban de redes para pescar atún. Libia no hizo nada, y mientras tanto los países europeos se limitaban a señalarse con el dedo unos a otros. Me gustaría preguntar a la Comisión y al Consejo qué van a hacer este año, porque no hay duda, señor Comisario, señor Presidente en ejercicio del Consejo, que tenemos la obligación de salvar la vida de las personas. No obstante, ha llegado el momento, tanto para la Comisión como para el Consejo, de reunir el valor suficiente para responder a estas preguntas. ¿Un solo país está obligado a acoger a estos inmigrantes o esta carga se debería repartir entre todos?

 
  
  

PRESIDE: Mechtild ROTHE
Vicepresidenta

 
  
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  Claudio Fava, en nombre del Grupo del PSE. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, doy las gracias a la señora Presidenta, al señor Presidente en ejercicio del Consejo y al señor Comisario. Apreciamos la propuesta del Presidente en ejercicio del Consejo en relación con un enfoque integrado en materia de inmigración. Este intento de combinar y tratar conjuntamente los diversos aspectos de este problema sólo puede partir de un dato que todos nosotros conocemos bien, a saber, que el 60 % de los inmigrantes que llegan a Europa lo hacen por mar. «Fortress Europe» ha estimado una cifra aproximada por defecto de alrededor de 12 000 seres humanos ahogados o desaparecidos en el mar en los últimos diez años. El Mediterráneo se ha convertido en la mayor fosa común a cielo abierto.

Yo creo que Frontex no se ha creado por motivos humanitarios, pero no puede prescindir de este contexto, no puede prescindir del hecho de que nos enfrentamos a un enorme problema humanitario. ¿Dónde residen las dificultades y las ambigüedades de este proyecto? Por el momento los Estados miembros han considerado a Frontex un mecanismo para reducir su propia responsabilidad, y sin embargo Frontex es una agencia de coordinación basada en un espíritu de solidaridad y de reciprocidad que no puede prescindir de los Estados miembros, sino todo lo contrario, ya que corresponde a los Estados miembros en primera instancia gestionar sus fronteras tanto terrestres como marítimas.

Otro punto significativo: hasta ahora Frontex no ha contado con medios suficientes, y cuando se nos dice que se aportarán medios, se crearán estructuras y se dotará de personal y recursos concretos a Frontex, nosotros respondemos que nos gustaría comprobar su fiabilidad en el plano operativo. No basta con enumerar buques y helicópteros, sino que es necesario ver realmente de qué modo este patrimonio de recursos e instrumentos se va a poner a disposición de esta agencia.

En tercer lugar: Frontex aún no ha resuelto un problema que usted, señor Comisario, suscitaba cuando decía que debemos contribuir para que el número de muertos y desaparecidos disminuya. ¿Cómo puede abordar esto Frontex? Creemos que existe un único modo, a saber, garantizar que en su mandato se incluyan las operaciones de salvamento marítimo, es decir, que al Derecho comunitario en materia de inmigración se añada el Derecho del mar y el Derecho humanitario, que contempla la necesidad de preservar las vidas humanas cuando existe el riesgo inminente de que tales vidas puedan perderse.

Éste es el mensaje que le transmito, señor Comisario, y son sólo algunas cuestiones que nos gustaría que nos aclarase, usted o el representante del Consejo.

 
  
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  Jeanine Hennis-Plasschaert, en nombre del Grupo ALDE. - Señora Presidenta, seamos francos: Frontex es únicamente una agencia de coordinación, y no podemos esperar de ella que sea capaz de detener el flujo de inmigrantes ilegales por sí sola, ni tampoco detener el tráfico de seres humanos. Frontex no es, y nunca será, la panacea de todos los problemas ocasionados por la inmigración ilegal.

Al final, es algo muy sencillo: la seguridad fronteriza de la UE es competencia en última instancia de sus Estados miembros, y los controles fronterizos deben ponerse en marcha en un espíritu de responsabilidades compartidas y solidaridad entre Estados miembros.

En los últimos años nos hemos enfrentando a una auténtica paradoja. Los Estados miembros invitaban a Frontex a detener el flujo de inmigrantes ilegales inmediatamente y a desplegar la mayor cantidad de equipos posible. Sin embargo, el registro centralizado de los equipos técnicos disponibles, como saben, es únicamente un registro virtual. Los activos recogidos en él pertenecen a los Estados miembros y su despliegue depende de la voluntad de estos últimos. Naturalmente, podríamos cuestionar la voluntad de algunos Estados miembros.

En relación con las perspectivas financieras, si Frontex desplegase los activos con los que cuenta todos a la vez, su presupuesto se evaporaría inmediatamente. Por consiguiente, la principal pregunta que debemos responder —y me dirijo al Consejo— es si el Consejo está dispuesto a ampliar el principio de solidaridad obligatoria para que todos los Estados miembros contribuyan, es decir, si pretende poner en marcha un mecanismo obligatorio de solidaridad.

En los últimos años, los Estados miembros han reafirmado en repetidas ocasiones la importancia de garantizar el pleno respeto de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos en relación con la gestión de la inmigración. Los Estados miembros han subrayado también la importancia de la solidaridad europea en el reparto de la carga como uno de los principios fundadores. Sin embargo, demasiado a menudo, la efectividad de la toma de decisiones se encuentra menoscabada por la incapacidad de los Estados miembros de colaborar en su propio interés.

¿Está de acuerdo el Presidente en ejercicio del Consejo conmigo en que debemos dejar atrás el tiempo de las palabras y ha llegado el momento para la acción? ¿Acaso no conviene conmigo en que en un mundo marcado por un número creciente de conflictos regionales y por el agravamiento de la brecha existente entre ricos y pobres, la movilidad aumentará en lugar de disminuir? ¿Acaso no ha llegado el momento de que los Estados miembros se planteen seriamente responder a este desafío con una revisión radical y responsable de sus puntos de vista sobre lo que se supone que es un paquete integral sobre una política de inmigración común —y hago hincapié sobre el término «común»—?

Desafortunadamente debo ausentarme ahora, ya que participo en el diálogo de alto nivel en curso en relación con la Directiva sobre el retorno. Sin embargo, me gustaría recibir una respuesta detallada por su parte lo antes que le sea posible.

 
  
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  Mario Borghezio, en nombre del Grupo UEN. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, es necesario apoyar la iniciativa Frontex, ya que representa la frontera de la civilización europea frente al asalto de la inmigración ilegal, que es deliberada, a menudo lleva aparejados dramas humanos muy penosos y representa un gran negocio para las organizaciones de delincuencia organizada de tipo mafioso. Por ello debemos enfrentarnos a ella con la energía necesaria.

Consideramos que funcionan muy bien algunas medidas adoptadas en países como España, cuyo sistema SIVE ha logrado erigir un sofisticado muro tecnológico contra los inmigrantes ilegales. Es inútil derramar lágrimas de cocodrilo sobre los muertos y los casos humanitarios y después no mover un dedo para defender nuestras costas, como ha hecho durante mucho tiempo mi país —baste pensar en la situación de Lampedusa—. Lo que tenemos que hacer es evitar que las embarcaciones que transportan inmigrantes ilegales alcancen las aguas territoriales de los Estados miembros.

En lo que respecta a la situación de los inmigrantes ilegales en términos jurídicos, las razones de los que aún hoy se oponen a la tipificación de la inmigración ilegal como delito están completamente injustificadas. El arresto y la detención de los inmigrantes ilegales entran completamente dentro de los supuestos del artículo 5, apartado f, del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que dice claramente que una de las excepciones a la posibilidad de limitar la libertad de las personas se aplica justamente a los que entran o intentan entrar de forma ilegal en el territorio de otros países.

Por último, decir que Europa no puede cerrar los ojos a los evidentes resultados de la plena aplicación del Acuerdo de Schengen. Schengen debía promover la libertad de circulación de los trabajadores y los estudiantes, pero, objetivamente, ha logrado una especie de carta verde al amparo de la cual se mueven libremente los delincuentes. ¿Esto es lo que queremos en nuestros territorios? Por supuesto que no. Pues entonces debemos intervenir urgentemente y revisar la Directiva de 2004 a la luz de estos resultados.

Se suponía que los Estados miembros debían establecer umbrales de renta y la obligación de demostrar que los recursos de los que entran en el territorio de nuestros países son legales. No lo han hecho —por ejemplo, no ha sido así en Italia—, y nos encontramos que nuestras ciudades, capitales de la cristiandad, están invadidas por romaníes y rumanos que delinquen, que violan, que cometen delitos y a quienes no se expulsa. Reflexionemos un poco sobre estos resultados.

 
  
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  Cem Özdemir, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DE) Señora Presidenta, desde el establecimiento de la agencia europea para la seguridad de nuestras fronteras, Frontex, la aplicación de los programas europeos de trabajo se ha desarrollado de forma efectiva y según lo previsto. No obstante, mi Grupo ha estado muy preocupado desde la adopción del Reglamento Frontex en relación con algunos graves incidentes en el Mediterráneo, donde algunas personas que se aventuran en busca de una vida mejor pierden la vida en el intento.

Por ello, desearíamos formular algunas preguntas al Consejo. Una de tales preguntas es la siguiente: ¿Frontex ha incorporado plenamente las obligaciones en materia de derechos humanos en sus disposiciones y prácticas reglamentarias? Es decir, en términos más exactos y un poco más cándidos: ¿el Consejo y la Comisión pueden garantizar que los Estados miembros de la UE que reciben el apoyo de Frontex están cumpliendo todas las obligaciones que les incumben en virtud de la legislación internacional y los acuerdos internacionales en materia de seguridad y vigilancia de sus fronteras exteriores?

Las estadísticas publicadas por Frontex únicamente se refieren al número de inmigrantes a los que se ha impedido entrar en la Unión Europea. Sin embargo, no encontramos estadísticas sobre el número de solicitantes de asilo detenidos, ni tampoco está claro qué trato han recibido. Nos gustaría saber si se elaboran estadísticas sobre el número de solicitantes de asilo detenidos. Si es así, ¿por qué no se publican estas cifras?

Por último, si se detiene a un solicitante de asilo, ¿qué papel desempeña Frontex en relación con la coordinación de la solicitud de asilo? ¿Dónde se examinan todas estas solicitudes? ¿Qué mecanismos se aplican para garantizar que las solicitudes se examinan detalladamente antes de devolver al solicitante de asilo?

 
  
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  Tobias Pflüger, en nombre del Grupo GUE/NGL. (DE) Señora Presidenta, la Unión Europea y sus instituciones siempre afirman que la lucha por los derechos humanos es de vital importancia. Sin embargo, no parecen aplicar este principio a su propia agencia Frontex y los cuerpos y fuerzas de seguridad que la sustentan. La UE desea utilizar Frontex para impedir que las personas entren en su territorio, y no para salvar vidas.

Las organizaciones humanitarias creen que desde la creación de Frontex mueren más refugiados, porque ahora deben recorrer mayores distancias. Frontex está militarizando el sistema de la UE de expulsión de refugiados. La pregunta es la siguiente: ¿cuál es la razón inicial que impulsa a venir a los refugiados? La respuesta tiene mucho que ver con la diferencia existente entre ricos y pobres, y es necesario hacer algo al respecto. El cambio climático agravará esta situación y hará aumentar el número de refugiados que intentarán viajar a Europa.

Frontex no está sometida a ningún tipo de control parlamentario. Recuerdo una audiencia organizada por la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, a la que el Director Ejecutivo de Frontex no consideró necesario asistir. La estrategia de la UE es claramente la de escoger a los mejores inmigrantes y refugiados y mantener a los demás fuera de su territorio, utilizando entre otras cosas a Frontex. En general, Frontex está empeorando la situación de los refugiados. La posición de mi grupo es muy clara al respecto: Frontex debe disolverse y en su lugar deben hacerse mayores esfuerzos por brindar una ayuda efectiva a los refugiados. Éste sería el enfoque más adecuado, y no un aislacionismo cada vez mayor y el constante refuerzo de la «Europa fortaleza».

 
  
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  Georgios Georgiou, en nombre del Grupo IND/DEM. (EL) Señora Presidenta, la cuestión de los acuerdos transfronterizos no es una cuestión abstrusa como la lectura de Lisias o Cicerón. Por otra parte, Frontex no va a hacer nada para resolver los problemas que consideramos que existen entre Europa y los desdichados que deben buscar refugio en ella. Estos pobres infelices son asiáticos explotados por sus países vecinos que cooperan con Europa, pero nunca ven las consecuencias desde el punto de vista europeo.

Si se produjesen consecuencias negativas y Frontex, por ejemplo, tuviese que llevar a cabo su misión de rescate, informar acerca del lugar de procedencia de los inmigrantes e indicar qué Estados permiten este comercio ilegal de desafortunados seres humanos, que a menudo terminan en el fondo del mar, entonces la UE podría emprender sus propias medidas contra tales países y dejar de mandar la ayuda que actualmente se les prodiga.

 
  
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  Koenraad Dillen (NI). – (NL) Señora Presidenta, naturalmente, no podemos dejar de acoger con satisfacción la anunciada ampliación en sí de la misión de Frontex, los planes para crear una guardia de fronteras paneuropea y la creación de una base de datos europea centralizada. También es un buen signo que se haya dado luz verde a Frontex para entablar negociaciones sobre acuerdos de cooperación con una serie de países de origen o de tránsito con vistas a garantizar que se emprenden acciones conjuntas contra la inmigración ilegal. Por otra parte, esta agencia depende de la asistencia técnica y el apoyo político de los Estados miembros, algo que en el pasado se ha revelado demasiado problemático. Por ejemplo, Francia, Alemania y los Países Bajos han colaborado más activamente que Bélgica, que únicamente ha participado en tres operaciones.

En todo caso, no podemos confiar demasiado en el fortalecimiento de las fronteras exteriores ni tampoco debemos dejarnos cegar por las telegénicas operaciones de Frontex en el Mediterráneo. La mayoría de los inmigrantes ilegales llegan a Europa legalmente y simplemente desaparecen en la ilegalidad cuando expiran sus visados. Hay cientos de miles de ellos. Desde este punto de vista, los 53 000 arrestos propuestos por la Comisión algunos meses atrás sólo servirán para poner paños calientes.

La cuestión principal reside en el hecho de que tanto los Estados miembros como la Unión Europea son responsables de la inmigración ilegal descontrolada, con todos los efectos catastróficos que tiene en la sociedad. Me refiero no sólo a la política de visados flexible y la poco estricta política de búsqueda y repatriación de inmigrantes ilegales, sino también a las irresponsables oleadas de regularización en algunos Estados miembros, con el consiguiente efecto llamada. La ampliación del espacio Schengen hacia el este es, por el momento, la última de estas perjudiciales decisiones. Por consiguiente, cabría preguntarse si Frontex no está actuando únicamente como un pararrayos para tranquilizar a los ciudadanos europeos.

 
  
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  Patrick Gaubert (PPE-DE). – (FR) Señora Presidenta, señor Comisario, Jacques, Señorías, actualmente examinamos textos de gran magnitud que deberían conducir a lograr un auténtico cambio y, me atrevería a decir, una verdadera evolución en materia de gestión de los flujos migratorios. Estoy pensando concretamente en la Directiva sobre el retorno, en la Directiva sobre la carta azul, en la Directiva sobre las sanciones a los empresarios y en la Directiva sobre los procedimientos únicos y el conjunto común de derechos.

La labor legislativa en curso debe completarse lo antes posible si deseamos lograr resultados efectivos y visibles para nuestros conciudadanos y los nacionales de terceros países. Debemos transmitir un mensaje claro. Como parlamentarios, abordamos la cuestión de la inmigración de forma decidida y seria. Debemos examinar la gestión de nuestras fronteras exteriores y el papel que desempeña Frontex al respecto. Frontex no se ha creado para recuperar los cadáveres de los que se ahogan intentando llegar a Europa por el sur. Tampoco se creó para recoger a los niños muertos de hambre y de sed que llegan por el este, conducidos por sus padres en una larga marcha migratoria. Frontex tiene una misión clara: proteger nuestras fronteras para proteger a nuestros conciudadanos.

Los Estados miembros deben, por tanto, asumir su responsabilidad y cumplir los compromisos contraídos ofreciendo a Frontex el conjunto de los medios necesarios para la agencia pueda llevar a cabo su misión en las mejores condiciones posibles. Debemos abandonar la idea de que la misión de Frontex es sólo temporal o puntual. La agencia debe estar a la altura y seguir el ritmo de los fenómenos que pretende atajar, es decir, los flujos migratorios y la inmigración ilegal, la delincuencia organizada, los pasadores de fronteras y el tráfico de todo tipo. La agencia Frontex debe ser el centro del proyecto más amplio de seguridad de las fronteras y, en este sentido, se debe producir una cooperación más estrecha con las más altas autoridades competentes.

Como es habitual, los grandes principios y la voluntad política amenazan el buen funcionamiento de esta agencia: se debe recordar a los Estados miembros el compromiso contraído con los principios de responsabilidad, de solidaridad y de respeto. Espero que la Comisión y, sobre todo, el Consejo, sepan tomar en consideración nuestras exigencias y preocupaciones y no arruinar el éxito de una agencia necesaria a escala europea.

 
  
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  Javier Moreno Sánchez (PSE). – Señora Presidenta, Señorías, señor Presidente en ejercicio del Consejo, señor Comisario ?usted lo ha dicho?, Frontex funciona. El año pasado, por ejemplo, gracias a las operaciones conjuntas, la llegada de inmigrantes clandestinos a las islas Canarias se redujo en un 61 %. Sin embargo, las redes mafiosas buscan nuevas rutas para burlar las operaciones de control. Van a paso de liebre y nuestras respuestas a paso de tortuga. Todos conocemos la fábula de La Fontaine y su desenlace: ganaremos la carrera, eso es cierto, pero, ¿cuántas vidas se perderán en el camino?

Señorías, debemos ser claros, ante nosotros mismos y ante los ciudadanos. ¿Queremos realmente atajar el problema de los flujos clandestinos conjuntamente o sólo dar la impresión de que lo estamos haciendo? Frontex es un valor añadido para reducir la llegada de inmigrantes clandestinos, salvar vidas y luchar contra el tráfico de seres humanos con un importante efecto disuasorio en las zonas vigiladas.

Pero, Señorías, es importante ir más allá y conseguir un sistema integrado europeo de gestión de todas las fronteras exteriores de la Unión. Frontex necesita los mandatos y los medios adecuados. Las propuestas de la Comisión van en la buena dirección, pero queremos saber el grado de solidaridad y compromiso de los Estados miembros en la lucha contra la inmigración clandestina, fenómeno que afecta a todos y no sólo a los países de la frontera sur.

¿Cómo acogen los Estados miembros la idea de desarrollar un sistema de guardias de fronteras europeo? Ahondando en la capacidad operativa de Frontex, ¿cómo ve el Consejo la creación de centros regionales de la Agencia en zonas sensibles y, especialmente, en las fronteras marítimas meridionales?

También en el ámbito clave de la vigilancia de las fronteras, ¿cuál será el papel de Frontex en Iconet, y qué acogida ha tenido en el Consejo la futura creación de Eurosur?

Y, para terminar ?coincido con usted, señor Comisario?, la cooperación con los países terceros es clave en la lucha contra la inmigración clandestina. ¿Qué pasos va a seguir Frontex para facilitar el desarrollo de los acuerdos alcanzados por Estados miembros, como España? Yo creo que contestar a este tipo de preguntas puede ser la primera indicación de cómo y cuándo vamos a ganar la carrera.

 
  
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  Sarah Ludford (ALDE). – Señora Presidenta, los Estados miembros tienen tanto el derecho como el deber de controlar sus fronteras adecuadamente, gestionar la inmigración y cooperar entre sí y con las instituciones de la Unión Europea, tanto si pertenecen al espacio Schengen como si no —lamentablemente mi país no pertenece a este espacio—. Lo anterior significa que deben cooperar con Frontex y a través de Frontex, en la medida en que puedan hacerlo legalmente, y deben apoyar a los denominados equipos RABIT —equipos de intervención rápida en las fronteras— y asegurarse de que Frontex cuenta con los recursos adecuados.

Pero una gestión adecuada de las fronteras no significa que se deba dispensar un trato inhumano a los inmigrantes o que se deba tratar con negligencia la necesidad de respetar la legislación en materia de refugiados y de brindarles el acceso oportuno al procedimiento de solicitud de asilo. Por consiguiente, de forma paralela a los equipos de intervención rápida, deberíamos contar con equipos de expertos en materia de asilo, que puedan desplegarse rápidamente para intervenir cuando se producen flujos especialmente significativos de posibles solicitantes de asilo y para garantizar que se evalúan cada una de las posibles solicitudes.

Frontex no puede sustituirse, sin embargo, a un sistema integral de gestión de la inmigración —algo con lo que aún no contamos— que se encargue tanto de la inmigración ilegal como de la legal y que disponga de los necesarios canales de migración legal, al tiempo que protege el derecho a la solicitud de asilo.

Por último, desconfío de la tendencia a mezclar la inmigración con la delincuencia. El término «seguridad fronteriza» que a menudo se utiliza tiende automáticamente a sugerir que los inmigrantes constituyen una amenaza. La mayoría de las veces no es así. Puede que ciertos inmigrantes no tengan derecho a entrar legalmente en la Unión Europea, pero ello no necesariamente significa que sean delincuentes.

 
  
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  Agustín Díaz de Mera García Consuegra (PPE-DE). – Señora Presidenta, la inmigración clandestina muestra su rostro más duro y dramático en coincidencia temporal con la llegada del buen tiempo a la fachada atlántica y al Mediterráneo.

Los grupos mafiosos operan con más frecuencia ahora al disminuir supuestamente los riesgos. Por eso es totalmente necesario este debate, para apoyar, propiciar e impulsar todas las iniciativas de neutralización y prevención ante esta lacra delictiva que pone en riesgo tantas vidas y vulnera con frecuente impunidad nuestras fronteras.

La acción exterior de la Unión cobra carácter de necesidad imperiosa en este ámbito. Los proyectos piloto en Montavia y Cabo Verde así lo atestiguan. Recientemente, el Parlamento ha autorizado a la Comisión LIBE a colaborar en esta tarea permitiendo sendos viajes a Senegal y Mauritania, que son importantes focos de origen y tránsito de irregulares.

En lo sucesivo, esa acción exterior en materia de inmigración por parte de la Unión debe ser más activa, más visible y proyectada a más importantes países y cuanto antes a Guinea-Conakry.

Frontex, que ha progresado tanto en tan poco tiempo, dispone de fondos, 70 millones, y de capacidades de coordinación bien diseñadas, pero es necesario el apoyo inequívoco del Consejo, para que, por ejemplo, el CRATE sea algo más que un catálogo de medios o una declaración de ofrecimientos, porque el problema es persistente y dramático y nos obliga a seguir insistiendo y a mantener activos operativos de prevención, auxilio y vigilancia, medios y efectivos desplegados a tiempo y con permanencia en el tiempo, en Canarias y en el Mediterráneo.

En el primer trimestre del año han llegado a Canarias 1 702 inmigrantes, en el mismo período del año anterior 1 425. Ahora llegan más pero en menos barcos. A Canarias llegaron 48 305 inmigrantes en tres años. Es verdad que disminuyeron notablemente, de 31 000 a 11 000, en el período de 2006 a 2007. Pero la cruda realidad hoy es que cada día llegan más y más inmigrantes a los puertos de Canarias y cada día encontramos cadáveres en el Mediterráneo, cerca de las costas de Orán, o en las propias Canarias.

Por otra parte, señora Presidenta –y termino ya–, entre el 15 % y el 20 % de los irregulares repatriados vuelven a intentarlo. Así es que el problema es persistente. Por eso necesitamos más voluntad común global y menos retórica común.

 
  
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  Genowefa Grabowska (PSE). – (PL) Señora Presidenta, señor Comisario, Señor Presidente en ejercicio del Consejo, Malta, España, Italia y Francia son países especialmente afectados por los flujos migratorios, pero no son las únicas rutas migratorias.

Me gustaría llamar la atención de la Cámara hacia las fronteras orientales de la Unión Europea y, especialmente, hacia las fronteras de mi país, Polonia. Los acontecimientos de los que hemos sido testigos los últimos meses indican que los flujos migratorios también están pasando a través de tales fronteras, y que también allí se producen tragedias humanas. Me gustaría recordar a la Cámara que dos niños chechenos murieron de agotamiento cuando intentaban cruzar la frontera polaca con su madre. Además de los inmigrantes ilegales procedentes de Ucrania y Belarús, los centros de refugiados de Polonia albergan a internos de Pakistán, Corea y Vietnam.

La migración, especialmente la inmigración ilegal, constituye un problema que afecta a toda la Unión y, por ello, cabe lamentar que la Unión Europea no haya adoptado una estrategia común para atajar la inmigración ilegal. Los principios aplicados por los Estados miembros en relación con el asilo y la deportación varían considerablemente. Por consiguiente, desearía aprovechar esta oportunidad para hacer hincapié sobre la necesidad de un marco jurídico común. Entonces sería posible al menos tratar a los inmigrantes ilegales de forma similar en toda la Unión Europea. Naturalmente, la única alternativa a la inmigración ilegal es la inmigración legal, y los ciudadanos de la Unión Europea no deben temer nada de esta última. Constituye una oportunidad para resolver el problema del envejecimiento de Europa. Por este motivo, acojo con satisfacción el enfoque adoptado por la Presidencia eslovena, porque yo también considero que es necesario entablar una cooperación más estrecha entre las autoridades aduaneras y las autoridades encargadas del control de las fronteras para mejorar la gestión que actualmente se lleva a cabo de las fronteras de la Unión.

Por otra parte, los Estados miembros deben participar más activamente en las acciones conjuntas de Frontex. Deben abandonar su actitud egoísta y ser más generosos cuando se trata de dotar a esta importante agencia. No estoy pensando únicamente en los expertos, sino también, sobre todo, en los buques, aviones y otros equipos que garanticen la protección efectiva de las fronteras de la Unión. Después de todo, se trata de proteger la vida de muchas personas en el mar y en las montañas, así como nuestra seguridad común.

 
  
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  Carlos Coelho (PPE-DE).(PT) Señora Presidenta, señor Presidente en ejercicio del Consejo, señor Vicepresidente de la Comisión, Señorías, atravesamos actualmente una crisis de inmigración ilegal masiva que tiene consecuencias para la seguridad y la cohesión de toda la Unión Europea. La inmigración es un fenómeno de enormes dimensiones que, sobre todo en un espacio sin fronteras internas, obliga a la adopción de un enfoque europeo.

Por consiguiente, apoyo la creación de un sistema europeo de vigilancia de las fronteras exteriores, EUROSUR, que permita modernizar e interconectar los sistemas de control de fronteras de los Estados miembros para aumentar la seguridad interior de la Unión, luchar contra la inmigración ilegal, prevenir la delincuencia transfronteriza y el terrorismo y reforzar la capacidad de los Estados miembros en operaciones de salvamento.

También apoyo el papel central que la agencia Frontex deberá desempeñar en el control y la vigilancia de las fronteras exteriores. Convengo en que Frontex deberá facilitar y hacer más eficaz la aplicación de las disposiciones comunitarias, tanto existentes como futuras, en materia de gestión de las fronteras exteriores y asegurar la coordinación de las acciones de los Estados miembros y, especialmente, la asistencia técnica y operativa que se preste a los Estados miembros que lo necesiten. Pero también advierto al Consejo y a los Estados miembros de que todos estos objetivos sólo se lograrán si dotamos a esta agencia de los recursos humanos y financieros necesarios, algo que hasta hace muy poco no era, por desgracia, nada evidente.

En lo que respecta al sistema de entrada y salida, creo que deberíamos ser más prudentes. Me preocupa este sucederse de propuestas relativas a la vigilancia de las personas que se multiplican de forma alarmante. Parece que no somos capaces de terminar lo que ya hemos aprobado y emprendemos fugas hacia delante, sin intentar evitar posibles solapamientos o duplicación de funciones ni evaluar las repercusiones que estas cuestiones tienen en los derechos fundamentales de las personas, ni establecer las necesarias salvaguardias.

En mi opinión, en vez de proponer nuevos mecanismos, la Comisión debería comprometerse a recuperar el tiempo perdido y a poner en marcha lo antes posible los sistemas como el SIS II (Sistema de información de Schengen) y el VIS (Sistema de información de visados).

 
  
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  Katrin Saks (PSE). – (ET) Señor Comisario, Señorías, en una Unión Europea sin fronteras interiores la cooperación y la solidaridad necesarias para proteger nuestras fronteras exteriores reviste una enorme importancia, así como la mejora de las actividades de Frontex.

Pero, además de los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo en pequeñas embarcaciones, de los que se ha hablado mucho hoy aquí y de cuya existencia todos nosotros sabemos gracias a los medios de comunicación, también existe un enorme problema con las personas procedentes de terceros países que entran con un visado y que no tienen intención de marcharse cuando éste expira. Éstos son fundamentalmente inmigrantes que proceden del este.

En relación con esta cuestión, un sistema de información sobre visados es enormemente importante, y no basta con reforzar la responsabilidad de un Estado miembro. El fortalecimiento de la cooperación entre países es muy importante.

Por otra parte, se ha hablado mucho también de una política común en materia de inmigración. En algunos aspectos tal política resulta ciertamente importante. Sin embargo, algunas cuestiones también deben seguir siendo competencia de los Estados miembros, como la determinación de las cuotas, porque tales cuestiones deben evaluarse en el seno de los diferentes países a la luz de sus propios objetivos en materia de integración. Estas cuestiones no pueden resolverse desde arriba.

 
  
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  Panayiotis Demetriou (PPE-DE). – (EL) Señora Presidenta, no creo que sea necesario repetir lo que acabamos de oír de los colegas que ya han hablado. Sus Señorías ya han comentado casi todos los aspectos del problema, que creo complejo, difícil y muy grave.

Permítanme decir aquí y ahora en relación con las declaraciones del Consejo y la Comisión que debemos evitar las palabras huecas y ponernos manos a la obra. La UE debe actuar sobre la base de tres principios. En primer lugar, debe transmitir un mensaje claro y el problema de la inmigración se deber reconocer como un problema europeo y no simplemente una cuestión nacional. En segundo lugar se debe aplicar el principio de solidaridad de forma práctica. En tercer lugar, se debe adoptar una política integral y no fragmentaria.

Frontex es una creación excelente. El Comisario dice que se ha organizado, se ha dotado de personal y se ha reforzado con todos los recursos necesarios. Pero ¿es Frontex capaz de resolver el problema? Tengo mis dudas. Sus Señorías han hablado acerca de cuestiones como los motivos de la inmigración. Ciertamente debemos reforzar a Frontex. Pero, sobre todo, debemos centrar nuestra atención en los países mediterráneos. Las operaciones por tierra y por mar deben reforzarse para poder al menos contener en alguna medida el flujo masivo de inmigrantes ilegales. Chipre es un buen ejemplo. Recientemente se ha vuelto el blanco de los inmigrantes ilegales procedentes de Oriente Próximo a través de los territorios ocupados por los turcos. La UE tiene los instrumentos y los medios necesarios para intervenir ante Turquía y lograr poner fin a esta situación.

Aparte de todo lo que hemos estado debatiendo aquí hoy, sin embargo, existe una cuestión más, a saber, la importante cuestión de los derechos humanos. La lucha contra la inmigración ilegal y la inmigración en general no debe implicar la vulneración de los derechos humanos. En nuestro trato con los inmigrantes debemos aplicar los principios relativos a los derechos humanos y los valores de la UE. Esto es lo que insto a hacer a la Comisión y al Consejo.

 
  
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  Ioannis Varvitsiotis (PPE-DE). – (EL) Señora Presidenta, ahora que el verano está a las puertas y las condiciones meteorológicas son favorables, especialmente en Grecia y el Mediterráneo, la inmigración ilegal está a punto de volver asumir, desgraciadamente, enormes proporciones. Inmigrantes ilegales llegarán tanto por mar como por tierra a las fronteras griegas. Mi país está haciendo todo lo que puede. Está adoptando todas las medidas posibles, pero no son suficientes para detener esta marea.

Frontex se creó hace cinco años. ¿Estamos satisfechos con los resultados? Me atrevería a decir que sí, tomando en consideración sus escasos recursos técnicos y sus limitadas competencias. Pero si deseamos tomar una decisión política de algún peso debemos reforzar en mayor medida a esta agencia con una infraestructura logística y unas competencias adecuadas. Éste es el único modo de cumplir nuestras obligaciones. Por último, debemos también crear una guardia costera para las fronteras marítimas del Mediterráneo.

 
  
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  Marios Matsakis (ALDE). – Señora Presidenta, el problema de la inmigración ilegal es muy complejo. Se trata de una cuestión que abarca sólo en parte la defensa de las fronteras de los Estados miembros y de la Unión Europea en general.

Debemos examinar las razones que impulsan a los inmigrantes a intentar entrar en Europa. Ponen en peligro sus vidas y las vidas de sus seres queridos. Viajan miles de kilómetros. Se enfrentan a condiciones terribles, pero siguen viniendo. Así, estoy convencido de que, aunque construyésemos un muro de seis metros de altura alrededor de toda Europa seguirían viniendo.

El Comisario ha dicho algo más que creo muy sensato. Estas personas vienen porque las necesitamos. Hay trabajo para ellas en nuestros Estados miembros. Así pues, ¿no podemos encontrar un sistema para legalizar la situación de los inmigrantes ilegales? ¿Por qué no encontramos un sistema de gestión gracias al cual estas personas puedan entrar en nuestros países a través de canales legales y seguros?

 
  
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  Marie Anne Isler Béguin (Verts/ALE). – (FR) Señor Comisario, señor Ministro, me gustaría decir que hacer creer que las personas hambrientas que vienen a buscar trabajo entre nosotros para sustentar a sus familias que se quedan atrás ponen en peligro nuestra seguridad me repugna profundamente. Me gustaría también recordar a sus Señorías la intervención de Kofi Annan cuando fue galardonado con el Premio Sájarov. El señor Annan nos pedía lo contrario de lo que estamos haciendo. Nos pedía que abriésemos nuestras fronteras. Y cuando nos asomamos un poco a nuestro futuro, vemos claramente que vamos a necesitar esta mano de obra, porque nos vamos a quedar sin ella dentro de la Unión Europea.

Entonces ¿qué estamos haciendo? Estamos construyendo muros y vamos a elegir a los que se va a permitir entrar, porque vamos a elegir a las personas que necesitamos. Esto es totalmente inaceptable. Debemos adoptar otra política, una política de apertura a todas estas personas.

Pero también me gustaría saber qué quiere hacer Frontex, por ejemplo, en los países de tránsito. A este respecto podría mencionarles Mauritania, un país que conozco gracias a mi papel como jefa de la misión de observación electoral de la Unión Europea. Nos hemos comprometido a ayudar a este país pobre en su proceso de transición a la democracia. Sin embargo, le obligamos a gestionar los flujos de inmigrantes que atraviesan su territorio para ir a las islas Canarias.

(La Presidenta interrumpe a la oradora)

 
  
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  Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señora Presidenta, Señorías, estamos aquí para debatir acerca de Frontex y esto es lo que deberíamos estar haciendo. Naturalmente, Frontex debe considerarse en el contexto de una estrategia integral en materia de inmigración que, por una parte, gestiona la inmigración legal y, por otra, lucha contra la inmigración ilegal.

En este contexto general, Frontex es el instrumento de seguridad del que depende la lucha contra la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos, y se está desplegando en las zonas en las que los Estados miembros encuentran mayores dificultades. Éste es el motivo por el cual debemos garantizar que Frontex pueda convertirse en un instrumento de seguridad de éxito.

El Parlamento ha logrado doblar su presupuesto y se ha ampliado enormemente el calendario de las operaciones conjuntas. Me complace que las operaciones Hera y Nautilus hayan dado comienzo y que Poseidón lo haga en los próximos días. No obstante —y en este punto me dirijo al Consejo— las operaciones sólo podrán tener éxito si los Estados miembros aplican las condiciones necesarias y ofrecen los instrumentos adecuados.

Así, hago un llamamiento urgente al Consejo para que haga todo lo posible para garantizar que no llegamos a la misma situación que en años anteriores, cuando los Estados miembros empezaron a dar largas al asunto. Deberían entender por fin que necesitamos este instrumento de seguridad y que sólo funcionará efectivamente si cuenta con los recursos necesarios...

(La Presidenta interrumpe al orador).

 
  
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  Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. (SL) Ha sido excepcionalmente interesante presenciar este dinámico debate. Creo que todos nosotros tenemos claro que la inmigración legal es el tipo de inmigración que la Unión Europea necesita, y que el otro tipo de inmigración, la ilegal, debe ser combatida. Éste era el debate previsto en el orden del día de hoy.

En cualquier caso, la Presidencia está con aquéllos que creen que la inmigración ilegal es un fenómeno contra el que hay que luchar, porque normalmente se desarrolla en un entorno delictivo. Detrás de ella hay grupos de delincuencia organizada a los que no les interesan las penalidades por las que pasan las personas que intentan entrar en la Unión Europea en este caso. Debo decir que no estoy de acuerdo con aquéllas de sus Señorías que consideran que el Consejo intenta evitar este tipo de debates. Ni tampoco estoy de acuerdo con los que piensan que se trata de palabras huecas.

El Consejo no está evitando este debate. El pasado mes de marzo la Presidencia eslovena organizó la conferencia sobre los futuros desafíos del control de las fronteras exteriores de la Unión Europea y buena parte, si no todas, las cuestiones mencionadas en el debate de hoy fueron también objeto de examen de esta conferencia, que se desarrolló a escala ministerial. En cualquier caso, estoy de acuerdo con la señora Hennis-Plasschaert cuando dice que ha llegado el momento de actuar. Su ausencia demuestra que estamos actuando. Ahora mismo está asistiendo a una reunión muy importante en relación con la fase final del debate tripartito sobre la Directiva sobre el retorno, que, según he oído, progresa adecuadamente y podría llegar a una conclusión positiva hoy.

La Directiva sobre el retorno constituye un aspecto importante de la lucha contra la inmigración ilegal. Si se adopta en primera lectura, algo que tanto la Presidencia eslovena como el Parlamento Europeo desean que ocurra, obtendremos un nuevo instrumento que nos ayudará a enfrentarnos al fenómeno de la inmigración ilegal con mayor éxito.

La cuestión de la solidaridad contiene una carga política significativa en relación con los problemas de la inmigración ilegal. No obstante, debemos apreciar la existencia de algunos elementos de solidaridad. Contamos con Schengen, o el «Dispositivo de Schengen» para los nuevos Estados miembros, tenemos a Frontex, y el Comisario ha enumerado también una serie de recursos importantes que los Estados miembros han aportado voluntariamente a Frontex en nombre de la solidaridad.

Por consiguiente, no estoy de acuerdo con los que dicen que no hay solidaridad en la Unión Europea. La solidaridad existe, aunque también existe un margen de mejora. Debemos tomar en consideración —y creo que el señor Fava, entre otros, lo señalaba— que el control de las fronteras exteriores entra dentro del ámbito de competencias de los Estados miembros. ¿Por qué? Simplemente porque la mayoría de ellos lo quieren así. Entonces la solidaridad tiene sus límites. La mayoría de los Estados miembros quieren que el control de las fronteras exteriores entre dentro del ámbito de sus actividades.

La señora Saks mencionaba que los Estados miembros no desean que se les impongan cuotas de inmigrantes desde fuera o desde arriba. Quieren decidir por sí mismos acerca de estas cuestiones. Éste es el marco en el que estamos operando y en el que la Presidencia eslovena busca el modo de realizar progresos. Creo que ya hemos logrado una serie de medidas, pero aún debemos trabajar sobre otras.

También me gustaría decir algo en relación con la creación de centros, tal como ha mencionado el señor Moreno Sánchez. Actualmente se está produciendo un debate muy difícil en relación con esta cuestión. Se trata de un asunto políticamente sensible y complejo. El Consejo lo examinará aún durante algún tiempo.

El señor Özdemir ha suscitado la cuestión del asilo. Existen estadísticas en relación con ello. El sistema de asilo es efectivo en la Unión Europea. Sin embargo, estamos intentando mejorar su eficiencia. El primer paso se dio con la publicación del Libro Verde sobre el futuro de la política de asilo, presentado por la Comisión Europea, y las decisiones del Consejo sobre la mejora de la cooperación práctica, adoptadas en la última reunión del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior.

Me gustaría terminar aquí, aunque podría decir más sobre esta interesante cuestión. Señorías, déjenme asegurarles que sus opiniones cuentan y que las vamos a tomar en consideración cuando continuemos con este debate. La Presidencia eslovena confía en su cooperación para realizar los progresos necesarios.

 
  
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  Jacques Barrot, Vicepresidente de la Comisión. − (FR) Señora Presidenta, Señorías, me gustaría empezar por volver al tema principal del debate, es decir, Frontex, y aclarar algunos puntos. El señor Fava concretamente deseaba saber si los equipos utilizados por Frontex eran totalmente operativos.

Ciertamente Frontex depende de los Estados miembros en lo que respecta a los equipos técnicos necesarios para llevar a cabo las operaciones que coordina la agencia y, por el momento, ésta se manifiesta satisfecha por el modo en que los Estados miembros ofrecen efectivamente los equipos técnicos que han puesto a su disposición en la base CRATE.

Naturalmente, el próximo paso consistirá en poner en marcha un sistema más vinculante para los Estados miembros a través de una modificación del Reglamento constitutivo de la agencia. La Comisión hace alusión a ello en su informe de evaluación y Frontex y los Estados miembros seguirán examinando esta cuestión. Frontex ha celebrado una serie de acuerdos técnicos con la mayoría de los Estados miembros sobre las condiciones de utilización de sus equipos. Evidentemente, Frontex no puede comprar unos materiales muy caros, pero la Comisión recomienda, en su informe de evaluación, que Frontex compre o alquile el material que utiliza con mayor frecuencia: los prismáticos de visión nocturna, los pequeños equipos de radar, los aparatos de detección térmica, etc.

También me gustaría decir, ya que el señor Moreno Sánchez ha suscitado la cuestión, que existen lugares especialmente expuestos, y tal vez podríamos considerar la posibilidad de crear centros operativos permanentes en tales lugares. Frontex está examinando actualmente esta posibilidad.

Pero hay otras muchas cuestiones de las que hablar y les pido disculpas si no cito a todos los oradores, pero he tomado notas precisas del contenido de sus intervenciones.

Muchas de sus Señorías han suscitado el problema de la posibilidad de que Frontex pueda actualmente rescatar a las personas cuyas embarcaciones han naufragado. Cabe destacar en todo caso que la responsabilidad de hacerse cargo de los náufragos o de rescatarlos recae sobre los Estados miembros. Frontex no tiene un mandato al respecto. Dicho lo cual, podríamos también afirmar, creo, que en las operaciones coordinadas por Frontex afortunadamente se han salvado muchas vidas. Pero debemos salvar aún más, porque de estos terribles naufragios de embarcaciones que transportan a personas a menudo explotadas hemos aprendido que su rescate debe constituir una de las preocupaciones principales de estas operaciones.

Me gustaría remitirme brevemente a lo que acaban de decir la Presidenta y el Ministro y recordar que, como ha dicho el señor Gaubert, se trata en el fondo de que Europa empiece a gestionar los flujos migratorios que llegan a su territorio. Y para gestionar los flujos migratorios de forma efectiva necesitamos algo más que Frontex y que la vigilancia de las fronteras exteriores. Es evidente que es necesario también un marco jurídico que permita progresivamente a Europa obtener una respuesta auténticamente europea a todos los problemas de la inmigración. Y debo añadir que una de las grandes tareas que me esperan es la redacción de una nueva comunicación sobre este enfoque integral de la inmigración, que debe tomar en consideración todos los aspectos que sus Señorías han suscitado.

Añadiría también que no podemos tener éxito en nuestra política de inmigración sin una estrecha cooperación con los países de origen de ésta. Lo que se ha dicho al respecto es que todos los esfuerzos serán acogidos con satisfacción para reforzar esta cooperación con los países de la inmigración.

Señor Ministro, usted señalaba hace un momento que el diálogo a tres bandas sobre el texto del «retorno» parece realizar progresos. También es una de las piedras angulares de esta política integral de la inmigración, que, naturalmente, debe ser global y también debe ser solidaria. La solidaridad es esencial. Hemos hablado mucho esta tarde de los rescates en el mar, pero no debemos olvidar las fronteras orientales de Europa.

Evidentemente —y termino con esto—, el tratamiento de los inmigrantes ilegales debe responder al respeto de los derechos fundamentales, con los que Europa se encuentra firmemente comprometida. Por consiguiente, todo ello exige, en efecto, la adopción de un auténtico enfoque global, un enfoque a la vez humano y extremadamente serio y riguroso si queremos que Europa no sea una fortaleza, sino un espacio abierto, también a las normas que nos parezcan razonables, respetuosas con las personas y, al mismo tiempo, atentas a garantizar que los esfuerzos de integración tienen éxito en los diferentes Estados miembros, ya que la política de inmigración no puede tener éxito sin la integración.

Esto es todo lo que quería decir, y pido disculpas a sus Señorías por no haber respondido a todas las cuestiones suscitadas, aunque les aseguro que me mantendré en contacto con el Parlamento para intentar sentar las bases de esta política integral en materia de inmigración.

 
  
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  Presidenta. − Se cierra el debate.

Declaraciones por escrito (artículo 142)

 
  
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  Marian-Jean Marinescu (PPE-DE), por escrito. – (RO) Las fronteras exteriores de la Unión Europea, tanto terrestres como marítimas, protegen a todos los Estados miembros de las posibles amenazas derivadas de la inmigración y el tráfico ilegales y la delincuencia organizada.

Los instrumentos propuestos por la Comisión Europea en el marco del desarrollo de la agencia Frontex, especialmente el eficaz sistema de vigilancia de las fronteras, los equipos técnicos y los equipos de intervención rápida son, sin duda, oportunos.

No obstante, el esfuerzo del fortalecimiento de las fronteras debe ser un esfuerzo común, un esfuerzo europeo y no de los países cuyas fronteras conforman las fronteras exteriores. Es necesario que se tomen medidas no sólo en las fronteras de la Unión Europea, sino también en las fronteras de los Estados vecinos de la Unión Europea.

Les recuerdo el hecho de que la estabilidad política, el desarrollo de la democracia y la economía y el aumento del nivel de vida en los terceros países vecinos de la Unión disminuirán considerablemente la presión que se ejerce sobre las fronteras; por consiguiente, la cooperación con las autoridades competentes de estos países constituye una de las principales prioridades.

Los proyectos propuestos por la Comisión necesitan urgentemente una financiación adecuada, de modo que se puedan poner en práctica cuanto antes.

 
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