Presidenta. − El próximo punto del orden del día se refiere al debate sobre:
la pregunta oral (O-0029/2008/rev) de Elly de Groen-Kouwenhoven, Angelika Beer y Caroline Lucas, en nombre del Grupo Verts/ALE, Luisa Morgantini, en nombre del Grupo GUE/NGL, Annemie Neyts-Uyttebroeck, en nombre del Grupo ALDE, Ana Maria Gomes, en nombre del Grupo PSE, Ģirts Valdis Kristovskis, en nombre del Grupo UEN, y Karl von Wogau y Stefano Zappalà, en nombre del Grupo PPE-DE, al Consejo: Tratado universal de prohibición de las armas de uranio (B6-0153/2008),
y
la pregunta oral (O-0030/2008/rev) de Elly de Groen-Kouwenhoven, Angelika Beer y Caroline Lucas, en nombre del Grupo Verts/ALE, Luisa Morgantini, en nombre del Grupo GUE/NGL, Annemie Neyts-Uyttebroeck, en nombre del Grupo ALDE, Ana Maria Gomes, en nombre del Grupo PSE, Ģirts Valdis Kristovskis, en nombre del Grupo UEN, y Karl von Wogau y Stefano Zappalà, en nombre del Grupo PPE-DE, a la Comisión: Tratado universal de prohibición de las armas de uranio (B6-0154/2008).
Elly de Groen-Kouwenhoven, autora. − Señora Presidenta, en diciembre de 2007 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó, por una aplastante mayoría, una resolución en la que se instaba a examinar los efectos para la salud del empleo de armas de uranio en civiles y militares.
Nos congratulamos con Alemania, Irlanda e Italia como únicos países de la OTAN que apoyaron la resolución de las Naciones Unidas. Los motivos de este apoyo podrían sustentarse en el hecho de que muchos de sus soldados volvieron con enfermedades mortales y/o tuvieron posteriormente hijos con graves malformaciones. Por consiguiente, invitamos a los demás países de la UE a seguir su ejemplo y remitir informes de salud que se ajusten a la petición de las Naciones Unidas.
El uranio empobrecido se utilizó en los Balcanes, en Iraq y en Afganistán. Se trata de un residuo y es extremadamente barato para fabricar armas. Se estima que las reservas mundiales ascienden a 1,3 millones de toneladas. Una cantidad mucho menor de un microgramo en el interior del organismo humano puede resultar mortal. Aparte de la radiación, el uranio empobrecido es un compuesto químico tóxico. Nadie informa a las tropas ni a las poblaciones de los países en los que se utilizan armas de uranio empobrecido. Por otra parte, los últimos hallazgos de los expertos de la Organización Mundial de la Salud en relación con los efectos perjudiciales del uranio empobrecido han sido censurados.
Instamos a la UE a que informe a sus ciudadanos y a las poblaciones de los países en los que se utilizan estas armas. Invitamos a la Comisión y el Consejo a asegurarse de que se elabore un tratado internacional lo antes posible.
Ha llegado el momento de que la Comisión y el Consejo ofrezcan acceso a todos los informes existentes y emprendan las investigaciones que el Parlamento ha estado pidiendo desde 2001 para que podamos conocer de forma detallada este problema. Mientras tanto, reiteramos nuestro llamamiento a la prohibición del uranio empobrecido sobre la base del principio de precaución.
Annemie Neyts-Uyttebroeck, autora. − (NL) La lucha por una prohibición a escala mundial de las armas y municiones de uranio empobrecido forma parte de nuestra lucha general en relación con el control de las armas y el desarme. Prestamos especial atención a un tipo de armas y municiones que son extremadamente peligrosas y perjudiciales para la población civil y que siguen siendo peligrosas incluso mucho después del final de los conflictos, como las minas terrestres, las bombas de racimo y las armas que contienen uranio empobrecido. Sé que es un poco irónico hablar de armas que son más peligrosas y más dañinas que otras, pero así son las cosas. Éste es el motivo por el cual centramos nuestra atención sobre aquéllas que pueden tener los efectos más nocivos sobre la población civil inocente.
En noviembre de 2006 este Parlamento pidió una moratoria sobre este tipo de armas, es decir, armas que contienen uranio empobrecido. El año pasado, Bélgica, mi país, adoptó una ley no sólo sobre una moratoria, sino sobre la prohibición del uso de armas de uranio, y creo que puedo estar orgullosa de ello. Ahora me gustaría preguntar a la Comisión y el Consejo qué acciones emprenderán para hacer de esta moratoria algo general y para apoyar una prohibición generalizada.
Por otra parte, como la oradora anterior ha explicado con detalle, también parece que las armas de uranio tienen efectos perjudiciales sobre los soldados que las utilizan o que están expuestos a su uso. Aunque ello no fuese completamente cierto, no dejaría de ser aconsejable que el Consejo se asegurase de que los soldados y otro tipo de personal que participa en operaciones en el marco de la Política Europea de Seguridad y Defensa no se encuentran expuestos a riesgos de este tipo. Por consiguiente, me gustaría preguntar al Consejo qué medidas concretas está adoptando para garantizar que los soldados y el personal que toma parte en este tipo de operaciones no se encuentra expuesto a estos riesgos, ni tampoco la población de las zonas en las que se llevan a cabo tales operaciones. Agradecería que se me diese una respuesta.
Ana Maria Gomes, autora. − (PT) Señora Presidenta, señor Comisario, en una reciente carta al londinense The Times nueve ex comandantes militares británicos pidieron al Gobierno del Reino Unido que apoyase a los defensores de la prohibición de las bombas de racimo. El argumento es el mismo que el que se presentaba en el caso de las minas antipersonales: por muy útil que pueda ser un arma a corto plazo, en la lógica militar, el hecho de causar efectos indiscriminados a largo plazo es suficiente para justificar la suspensión de su utilización por parte de unas fuerzas armadas responsables.
La misma lógica se aplica a las municiones de uranio empobrecido. La Organización Europea de Asociaciones Militares, EUROMIL, sigue esta cuestión de cerca y su posición, basada en la información que recibe de militares de toda Europa, resulta categórica: las municiones de uranio empobrecido deben abandonarse cuanto antes.
El Parlamento Europeo ya se pronunció a favor de una prohibición total de estas armas y la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobada el pasado diciembre, que incluye la cuestión de las armas y municiones de uranio empobrecido en el orden del día del 63º periodo de sesiones de la Asamblea General, confirmó que el Parlamento Europeo hace lo correcto cuando asume el liderazgo es este debate sobre el desarme y el Derecho humanitario.
Los «contra-argumentos» de los escépticos no hacen mella en nosotros. El principio de precaución más elemental exige la estigmatización de estas armas incluso antes de que las numerosas pruebas circunstanciales que apuntan hacia su efecto cancerígeno e indiscriminado puedan ser sustituidas por pruebas científicas irrefutables.
¿Qué dirá la gente, e incluso los escépticos de hoy, de nosotros, los responsables políticos, de aquí a un decenio, cuando los efectos nefastos de estas armas sean claros e incuestionables si, mientras tanto no hubiésemos hecho nada para retirarlas de la circulación? Dirán lo mismo que dicen ahora de las minas antipersonales: ¡cómo ha podido esperarse tanto tiempo!
Ģirts Valdis Kristovskis, autor. − (LV) Señorías, en primer lugar me gustaría subrayar el llamamiento que hago desde aquí a mi país, Letonia, para que suscriba la Resolución de las Naciones Unidas de diciembre de 2007. En segundo lugar, invito al Alto Representante a remitir un dictamen motivado sobre la iniciativa contenida en esta Resolución. En tercer lugar, invito a la Unión Europea a garantizar que se distribuye información entre los Estados miembros en relación con los tipos de municiones que cabría esperar que se utilizasen en las operaciones. En lo que se refiere al uranio empobrecido, tengo una experiencia personal. Fui el Ministro de Defensa letón durante cinco años y medio. Precisamente durante este mandato Letonia se unió a la coalición de los Estados Unidos en la guerra de Iraq. En esa época surgieron algunas sospechas en diversas ocasiones en relación con el uso de uranio empobrecido en Iraq. La comunidad internacional reaccionó de forma inmediata a esta cuestión. Las tropas letonas no utilizaron municiones de uranio empobrecido. En Letonia, sin embargo, durante varios meses se me pidió que asumiera la responsabilidad política de estos acontecimientos como ministro de la coalición. Desgraciadamente, como ministro de la coalición no se me informó acerca del uso del uranio empobrecido. Esta situación es inaceptable. Los Estados miembros de la UE no sólo deben evaluar seriamente la necesidad de municiones de este tipo en sus respectivos arsenales, sino que la Unión Europea debe también garantizar que los Estados miembros intercambian información de forma obligatoria sobre el posible uso de uranio empobrecido en las operaciones militares en las que intervienen. Gracias por su atención.
Presidenta. − Señor Kristovskis, no le he interrumpido porque su testimonio como Ministro de Letonia era extremadamente importante, pero le señalo que había superado ampliamente su tiempo.
Stefano Zappalà, autor. − (IT) Señora Presidenta, Señorías, sobre esta cuestión se ha hablado mucho en el pasado y, desgraciadamente, creo que aún deberá hablarse mucho antes de encontrar una solución definitiva, como ya han señalado y aclarado perfectamente los oradores que han intervenido antes que yo.
Algunos Estados miembros han aprobado disposiciones que prohíben la producción y el uso comercial o bélico de este tipo de munición. Existen diversas peticiones de este Parlamento, existen documentos fotográficos y testimonios, existen motivos fundados para creer que algunos militares italianos han fallecido a causa de la exposición a este tipo de armas.
Existe también una Resolución de las Naciones Unidas que demuestra una preocupación generalizada, así como varias peticiones de estudios detallados sobre esta cuestión. Existe por otra parte el principio de precaución que, de conformidad con el Derecho comunitario, debería inducir a la adopción de una moratoria general por lo menos hasta que no se disponga de datos científicos definitivos.
No obstante, nada de todo esto ha tenido por el momento los resultados esperados. Se sigue utilizando uranio empobrecido en los conflictos bélicos, tanto en zonas rurales como urbanas. Es indudable que las sustancias químicas, en general, penetran a través del suelo en las capas freáticas y en las cosechas y, por consiguiente, es evidente que las partículas de uranio empobrecido en contacto con el suelo se difunden por el subsuelo contaminando las aguas subterráneas y los productos agrícolas, con la consecuencia lógica de la propagación de enfermedades entre las poblaciones expuestas y, en menor grado, en todo el planeta a través del ciclo del agua y los elementos, especialmente en un sistema de mercado mundial cada vez más extendido.
Si bien es cierto que aún no existen estudios definitivos que demuestren este tipo de peligro, resulta innegable que los parámetros de los que disponemos hoy no excluyen la existencia del riesgo. Esta consideración por sí misma debe forzar a los países con democracias avanzadas a emprender exámenes detallados y adoptar decisiones.
La Unión Europea en concreto no puede, en mi opinión, permanecer inactiva. La Unión Europea tiene una serie de obligaciones concretas hacia sus Estados miembros y también hacia el resto del mundo, así como hacia sus ciudadanos. La Unión Europea cuenta con recursos económicos que puede utilizar y ninguna limitación en términos científicos y de laboratorios disponibles. No hacer nada es ciertamente el resultado de una voluntad y no se debe a la falta de disponibilidad de recursos y de medios.
A la luz de todo lo anterior, resulta evidente que el Consejo y la Comisión no pueden sustraerse a la obligación de garantizar que sus ciudadanos, tanto civiles como militares, no sean enviados a zonas del mundo donde se utilizan este tipo de municiones, así como tampoco a la obligación de emprender todas las iniciativas posibles para realizar los ajustes necesarios a su fabricación y uso y, a consecuencia de los resultados científicos, de preparar su completa prohibición y su destrucción definitiva.
Esto es lo que pedimos con la esperanza de que el sentido de responsabilidad del Consejo y la Comisión se demuestre de forma concreta, ya que no se trata de una vaga cuestión política, sino de un asunto de salud pública.
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. − (SL) Muchas gracias, señora Presidenta. En nombre del Consejo, me gustaría dar las gracias a los diputados que han formulado la pregunta relativa a la prohibición universal, o al tratado universal de prohibición de las armas de uranio.
Ciertamente, sus Señorías son probablemente conscientes de que aún no existe este tipo de acuerdo. No se ha alcanzado un acuerdo que se aplique a las armas de uranio empobrecido a escala multilateral. También es algo conocido que no existe unanimidad en el Consejo a este respecto.
Recientemente se ha celebrado un debate sobre los efectos de las armas que contienen uranio empobrecido en las Naciones Unidas, cuya Asamblea General aprobó a finales el año pasado, sobre la base del informe de la Primera Comisión, la Resolución titulada «Efectos de la utilización de armamentos y municiones que contienen uranio empobrecido». Como ya se ha señalado, los Estados miembros de la UE votaron de forma diferente sobre esta Resolución. Diría incluso de forma muy diferente: cinco votaron a favor, cuatro en contra y el resto se abstuvo. Diría también que ello ilustra muy bien la situación actual en el mundo.
Con su permiso, me gustaría ahora intentar responder brevemente a las preguntas concretas formuladas.
En relación con la primera pregunta sobre la Resolución del Parlamento Europeo relativa a las armas biológicas y algunos tipos de armas convencionales, me gustaría señalar que la Unión Europea ha trabajado, y aún lo hace, muy activamente a escala internacional para aplicar la Convención sobre armas biológicas y toxínicas. Entre otras cosas, la UE desempeñó una importante función en la Segunda Conferencia de Revisión celebrada en 2006 y también se empleará a fondo durante el programa de expertos hasta la próxima Conferencia de Revisión, prevista para 2011.
En lo que respecta a la Convención sobre armas convencionales, la Unión Europea y sus Estados miembros participan activamente en las negociaciones actuales, que incluyen un debate sobre las consecuencias humanitarias de las bombas de racimo. Los Estados miembros se han comprometido a lograr para finales de este año, a través de negociaciones, un instrumento jurídicamente vinculante que tomará en consideración todos los aspectos de las bombas de racimo.
En lo que se refiere a la segunda pregunta, me gustaría comentar que por el momento las armas que contienen uranio empobrecido no se han incluido en la estrategia de la Unión Europea sobre las armas de destrucción masiva. Actualmente se celebra un debate sobre la posibilidad de incluir las municiones de uranio entre las armas de destrucción masiva. En efecto, algunos consideran que el uranio empobrecido ya se recoge en la Convención sobre armas convencionales, y otros creen que el Protocolo III de esta Convención se debería ampliar para incluir los proyectiles y ojivas nucleares que contienen uranio empobrecido. En definitiva, la cuestión es aún objeto de debate.
En lo que se refiere a la tercera pregunta, desearía aclarar que la elección del equipamiento militar, incluida la munición utilizada en las operaciones llevadas a cabo por la Unión Europea, entra dentro del ámbito de actividades de los Estados miembros y, dado que no contamos con un acuerdo multilateral sobre esta cuestión, no puedo ofrecerles más información sobre el uso de uranio empobrecido.
La cuarta pregunta se refería a las disposiciones de seguridad para los soldados y civiles que participan en las operaciones de la Unión Europea. Me gustaría señalar que la responsabilidad de las disposiciones de seguridad recae sobre el comandante de la operación, que decide sobre la base del plan operativo aprobado por el Consejo Europeo y debe adoptar las medidas que considere oportunas al respecto. Naturalmente, debe tomar también en consideración las limitaciones operativas existentes.
En las misiones civiles de la Unión Europea esta responsabilidad recae sobre el jefe de la misión bajo el mando de los comandantes encargados de las operaciones civiles.
En lo que respecta a la última pregunta, en relación con el diálogo entre el Consejo Europeo y los Estados Unidos, las organizaciones no gubernamentales y los ciudadanos, sólo puedo decir que hasta ahora no se ha suscitado esta cuestión en el marco del diálogo con los Estados Unidos, ni tampoco con las demás partes mencionadas en la pregunta. En todo caso, seguiré los próximos debates sobre esta cuestión con interés.
Gracias.
Louis Michel, Miembro de la Comisión. − (FR) Señora Presidenta, Señorías, la Resolución del Parlamento, aprobada en noviembre de 2006, pide a la Unión Europea y a los Estados miembros que se esfuercen por garantizar que se amplíe el ámbito de aplicación del Protocolo III de la Convención sobre ciertas armas convencionales con el fin de impedir que se sigan usando proyectiles de uranio empobrecido. Deseo recordar a esta Cámara que el Parlamento pide que se emprendan medidas que, como saben, van más allá de las competencias de la Comisión en la medida en que la Comunidad no es parte en la Convención. Por otra parte, en virtud de los Tratados, las instituciones comunitarias no tienen competencias en el ámbito militar. Sin embargo, no querría dar la impresión de que la Comisión es indiferente a los problemas vinculados a la prohibición, almacenamiento y utilización de las armas incluidas en la Convención sobre ciertas armas convencionales o la cuestión de las armas inhumanas en general, sino todo lo contrario
La Comisión se ha comprometido plenamente a la aplicación de la acción común, adoptada el año pasado por el Consejo, a favor de la universalidad de la Convención sobre ciertas armas convencionales y sus Protocolos. Este año se han organizado tres seminarios, uno para América Latina y el Caribe, celebrado en Santo Domingo en marzo, y los otros dos para los países africanos, celebrados en Lomé el mes pasado. Tras los seminarios, la República Dominicana ya ha anunciado su intención de ratificar la Convención, y Surinam se ha manifestado dispuesto a realizar los progresos necesarios para la ratificación. La Comisión también apoya la puesta en práctica de la Convención sobre armas biológicas y también está emprendiendo iniciativas dirigidas a crear un nuevo instrumento para responder a las preocupaciones humanitarias que suscitan las bombas de racimo, tanto en el marco de la Convención sobre ciertas armas convencionales como en el del Proceso de Paz de Oslo.
La Comisión también ha emprendido acciones en respuesta a los problemas ocasionados por los proyectiles explosivos. Por ejemplo, en 2006, se desembolsaron cinco millones de euros para ayudar a eliminar los restos explosivos de guerra en el Líbano.
En lo que respecta a la segunda pregunta, los resultados científicos disponibles no permiten afirmar que las municiones de uranio empobrecido conlleven un riesgo significativo para la salud de las poblaciones civiles en las zonas de combate en las que se han utilizado o para la del personal militar que sirve o ha servido en tales zonas. Este dictamen refleja los resultados de los estudios realizados por la ONU, la OMS, la IAEA, así como por un grupo de expertos reunidos por la Comisión Europea con arreglo al artículo 31 del Tratado Euratom, que ha concluido lo siguiente, y cito: «sobre la base de la información disponible, la exposición al uranio empobrecido no podría producir efectos sobre la salud detectables según los supuestos realistas establecidos en relación con las dosis que podrían haberse recibido». La Comisión está dispuesta a volver a examinar la cuestión. También seguirá asegurando la salud de su personal y continuará ateniéndose a las directrices de la OMS en caso de despliegue en condiciones de posible exposición al uranio empobrecido.
En lo que se refiere al diálogo con EUROMIL, la Comisión está dispuesta ciertamente a dialogar con todos los representantes de la sociedad civil.
Por último, en lo que respecta a las tres últimas preguntas, la Comisión no considera la posibilidad, por el momento, de contraer ningún compromiso financiero en estos ámbitos.
PRESIDE: Adam BIELAN Vicepresidente
Jana Hybášková, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (CS) Las armas que contienen uranio empobrecido representan una enorme carga para el medio ambiente. El argumento de que sus efectos perjudiciales no se han demostrado suena totalmente absurdo para cualquiera que haya sido testigo alguna vez de las consecuencias de su uso. Las bombas sucias parten en mil pedazos el metal acorazado de varios centímetros de espesor de los carros armados más modernos. Su poder de destrucción es enorme. Tienen repercusiones sobre la salud de las personas. Matan sin piedad. No existe ninguna duda de la necesidad de poner fin a su comercialización, su producción, su uso y su almacenamiento. El Parlamento y la Unión están construyendo unas fuerzas armadas europeas y de defensa de Europa paso a paso. Seremos los futuros socios tanto de la OTAN como de los Estados Unidos. Por consiguiente, debemos convertirnos en un socio creíble. Levantarse y gritar «pido una moratoria para las armas de uranio empobrecido» resulta cómico. Igualmente cómico resulta pedir al Consejo que realice una evaluación de impacto. Lo primero que es necesario hacer es alcanzar un consenso político entre los Estados miembros, como entre Francia, el Reino Unido y, tal vez, la República Checa. Después habremos de empezar a colaborar con las Naciones Unidas, para sentar las bases de la elaboración del tratado universal de prohibición de las armas de uranio. Ello incluirá la preparación de un plan aceptable para todos los Estados miembros para una prohibición gradual de la producción, el almacenamiento y la comercialización del uranio, así como el establecimiento de la fecha en la que el uso se prohibirá definitivamente. A continuación habremos de celebrar una conferencia que adoptará este plan y comenzará el proceso que conducirá a la prohibición final de estas armas.
Necesitamos la realización de un estudio analítico que evalúe los efectos secundarios. Sin embargo, lo que precisamos en primer lugar es la cooperación política que dé inicio al proceso gradual del logro de la voluntad política y el reconocimiento, consenso y decisión internacionales necesarios. El proceso durará años. Sería importante que la Unión Europea fuese una de las partes en el nuevo tratado universal de prohibición de las armas de uranio. Así pues, debemos comportarnos de forma responsable. No nos dejemos llevar por las consignas estúpidas, la ignorancia profesional y el trabajo inconcluso, que únicamente menoscaban la credibilidad de la UE. Debemos seguir participando en este importante juego.
Elizabeth Lynne, en nombre del Grupo ALDE. – En el Reino Unido, cientos de veteranos creen que la exposición al uranio empobrecido en la Primera Guerra del Golfo les hizo contraer enfermedades crónicas y discapacidades y en Iraq existen pruebas de que el uso del uranio empobrecido ha ocasionado el aumento del nacimiento de bebés con un solo ojo o a los que les faltan ambos ojos. Los padres de siete de los ocho recién nacidos a los que les faltan ambos ojos estuvieron expuestos al uranio empobrecido durante la guerra en Iraq en 1991.
Al menos 17 países cuentan aún con armas de uranio empobrecido en sus arsenales, entre los que se incluyen Estados miembros de la UE: Francia, Grecia y el Reino Unido. Necesitamos ahora urgentemente un tratado internacional que establezca una moratoria inmediata sobre el uso, el desarrollo, la producción, el almacenamiento, el traslado y la realización de pruebas en relación con las armas de uranio empobrecido, así como el reciclaje o la destrucción de las reservas existentes. Espero que todo el mundo apoye esta resolución.
Konrad Szymański, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, la precaución por sí sola es razón suficiente para procurar la eliminación efectiva de las armas de uranio empobrecido. Ciertamente, se deberían elaborar urgentemente estudios especializados sobre los efectos del uso de tales armas sobre los seres humanos y el medio ambiente. No obstante, se podría establecer inmediatamente una moratoria sobre el uso de armas de este tipo, para tratar posteriormente esta cuestión en el marco de la nueva Estrategia Europea de Seguridad. El problema al que nos enfrentamos ahora gira en torno al comienzo de la elaboración de un tratado internacional en el marco del sistema de las Naciones Unidas. Este tipo de tratado regularía el uso, producción, almacenamiento y realización de pruebas en relación con este tipo de armas.
Tobias Pflüger , en nombre del Grupo GUE/NGL. – (DE) Señor Presidente, ya era hora de celebrar este tipo de debate. Me complace que lo estemos haciendo hoy. El uranio empobrecido se usa en muchos países, especialmente en los países Occidentales, como componente de los proyectiles utilizados en los conflictos bélicos debido a su elevado poder de penetración, especialmente en los vehículos blindados. Las municiones de uranio empobrecido, no obstante, contienen sustancias químicas muy venenosas —tóxicas— que además son radiactivas. El uranio empobrecido es un subproducto de la industria nuclear derivado del enriquecimiento del uranio o la fabricación de armas nucleares. El uso de energía nuclear, en definitiva, forma parte del problema.
Los proyectiles de uranio empobrecido tienen efectos a largo plazo. Cuando se alcanza un objetivo acorazado, el uranio empobrecido se libera a temperaturas elevadas y se quema produciendo óxidos de uranio empobrecido, que adoptan la forma de un fino polvo tóxico alfa-radioactivo fácilmente inhalado y que puede propagarse por el viento y el agua. Este polvo es difícil de eliminar del medio ambiente y queda atrapado en los pulmones durante la inhalación. Sabemos del síndrome de la Guerra del Golfo y del síndrome de los Balcanes; una y otra vez se ha podido observar el mismo fenómeno, en el marco del cual los combatientes contraían cánceres, como cáncer de pulmón, debido a su exposición a los óxidos de uranio empobrecido. También ha aumentado la incidencia de tales cánceres entre las poblaciones de las zonas donde se han utilizado estos proyectiles.
Lo interesante es que la efectividad militar de los proyectiles de uranio empobrecido es actualmente muy limitada, mientras que su uso conlleva numerosos e incalculables riesgos. La OTAN utilizó proyectiles de uranio empobrecido en el conflicto contra Yugoslavia. En Iraq, las fuerzas estadounidenses utilizaron un total de 300 toneladas de munición de uranio empobrecido. Cada vez nacen más niños deformes en ese país, especialmente en Bagdad. El Gobierno de Afganistán ha pedido ahora que se realice una investigación sobre la utilización de proyectiles de uranio empobrecido en ese país y reclama que las fuerzas armadas estadounidenses no informaron del uso de este tipo de proyectiles, especialmente en la parte oriental del país. Se utilizaron municiones de uranio empobrecido en la guerra en el Líbano, especialmente por parte de Israel, y también se utilizaron de forma masiva en la Primera Guerra del Golfo. Se habla de 66 000 combatientes contaminados.
El problema es evidente. Se han concedido las primeras pensiones de guerra por los efectos del uranio empobrecido, por ejemplo al soldado británico Kenny Duncan. Si el polvo del uranio empobrecido fuese un producto cosmético o una sustancia utilizada en la producción alimentaria, por ejemplo, habría sido prohibido hace mucho tiempo. Se advierte a las tropas que deben llevar indumentaria de protección cuando manejan proyectiles de uranio empobrecido. La Organización Europea de Asociaciones Militares EUROMIL ha estado pidiendo la prohibición de las armas que disparan este tipo de proyectiles. Bélgica ha prohibido las municiones de uranio empobrecido, por lo que nos congratulamos con este país. La Comisión de Desarme y Seguridad Internacional de las Naciones Unidas votó por 122 votos a favor, 6 en contra y 35 abstenciones que se solicitara un informe sobre los efectos nocivos del uso de armamento y municiones de uranio empobrecido. Los seis votos en contra incluían los de la República Checa, Francia, los Países Bajos y el Reino Unido. Lo que necesitamos es la prohibición de la fabricación y el uso de proyectiles de uranio empobrecido.
Luca Romagnoli (NI). – (IT) Señor Presidente, Señorías, el uso de uranio empobrecido con fines bélicos es contrario al Derecho internacional; existen pruebas que demuestran de forma irrefutable su toxicidad, tanto para el hombre como para el medio ambiente. Convengo en que, en el marco de la Estrategia Europea de Seguridad, se debe considerar plenamente el problema y considero que la prohibición de este tipo de armamento en los Estados miembros de la Unión debe ser total y absoluta.
Ambas preguntas proponen evaluaciones y formulan problemas razonables fundamentados y documentados ampliamente; así, aprovecho para recordar el caso de los soldados italianos que participaron en los Balcanes y que aún esperan indemnizaciones justas que me temo que nunca recibirán. Esperemos que la Unión Europea transmita un mensaje decidido y firme al menos para el futuro, ya que parece que no es capaz de remediar los daños del pasado impidiendo la fabricación, almacenamiento y comercialización de este tipo de armas en sus Estados miembros.
Luisa Morgantini, autora. − (IT) Señor Presidente, Señorías, considero fuera de lugar y bastante cínica la referencia a la real politik de Jana Hybášková. Sobre la salud de los ciudadanos no se admiten la falta de voluntad, ni la negligencia, ni los secretos de Estado.
El uso de armas de uranio tiene consecuencias devastadoras e irreparables. Cuando explotan, los proyectiles de uranio irradian un polvo fino contaminante, contaminan el aire, la tierra y el agua y penetran en el sistema respiratorio y aumentan la probabilidad de tumores, leucemias y malformaciones. Quienes los usan vulneran de forma evidente el Derecho humanitario internacional. Sólo en Italia, a partir de la Guerra del Golfo de 1991, la asociación que asiste a los familiares de las víctimas enroladas en las fuerzas armadas ha estimado en 50 los fallecimientos. Recientemente, el Ministro de Defensa habló de 77 muertos y mencionó que el número de personas que padecen enfermedades oscilaba entre algunos cientos y cerca de dos mil.
Entre 1991 y 2003 se utilizaron más de 2 000 toneladas de uranio empobrecido. El 70 % del territorio iraquí está contaminado y aún hoy se desconocen con exactitud los terribles costes humanos que ha tenido el uranio empobrecido. Yo he visto en el hospital iraquí de Basora cuerpos de niños deformes, he visto los terribles daños que han sufrido sus pequeños cuerpos. Miles de civiles sin nombre han seguido viviendo y muriendo en los territorios contaminados por las radiaciones: en Iraq, Afganistán, Kosovo, Bosnia y Somalia, sin saber a qué destino se encontraban abocados.
Desde 2001 pedimos en el Parlamento Europeo el establecimiento de una moratoria. Lo volvimos a pedir en 2006 con la adopción de la Resolución sobre armas químicas y armas convencionales inhumanas. En 2007, la Resolución votada por una mayoría aplastante en las Naciones Unidas exhorta a los Estados Unidos a examinar los perjuicios para la salud. Votaron en contra seis países: los Estados Unidos e Israel y, desafortunadamente, algunos Estados miembros de la Unión Europea, a saber, Francia, el Reino Unido, la República Checa y los Países Bajos. Sin embargo, habrían debido seguir el ejemplo de Bélgica, primer país en el mundo que, en marzo de 2007, decidió prohibir completamente el uranio empobrecido a causa de su toxicidad.
Con otros colegas y, me complace decirlo, todas las fuerzas políticas, he deseado enormemente la celebración de este debate, porque resulta indispensable actuar contra las vulneraciones del Derecho internacional, humanitario y medioambiental; actuar para que las jerarquías militares, los Estados y la industria bélica asuman su responsabilidad plenamente: las omisiones y secretos militares, así como la omisión de la aplicación de las normas de protección y el principio de precaución, ocultan la peligrosidad del uranio e impiden evitar gran número de muertes.
Por ello, reitero las peticiones que contiene nuestra resolución y, especialmente, la garantía de la mayor transparencia para señalar las zonas contaminadas y, sobre todo, la adopción de una moratoria inmediata para lograr a corto plazo la prohibición total de las armas de uranio empobrecido, así como las bombas de racimo que continúan segando vidas, como en el Líbano, donde el ejército israelí en las últimas horas antes de su retirada lanzó más de un millón de bombas de racimo sobre diversas poblaciones y sus casas.
Actuemos. Gracias al Consejo y a la Comisión por sus respuestas y también por las medidas que emprenderán para lograr, aunque con las limitaciones de las que hablaba el Comisario Michel, la posibilidad de vernos libres de las armas de uranio y de las bombas de racimo.
Janusz Onyszkiewicz (ALDE). – (PL) El uranio empobrecido es un 70 % más pesado que el plomo. Debido a la energía cinética que encierra, un proyectil de un calibre muy pequeño puede penetrar el blindaje de un carro armado. Por este motivo este metal ha sido utilizado por los militares. Existe aproximadamente un millón y medio de toneladas de uranio empobrecido en el mundo. Se puede entender fácilmente la tentación de hacer uso de él. Sin embargo, parece que las armas de este tipo no han demostrado ser ni la mitad de efectivas de lo que se había pensado. En el 70 % de los casos, los daños ocasionados a los tanques iraquíes se debían a armas de otro tipo.
Evidentemente, la cuestión de las consecuencias del uso de tales armas sigue pendiente de resolución. Debería decirse claramente que aún no se tiene una respuesta definitiva. Después de todo, miles de personas han trabajado en las minas de uranio durante muchos años sin efectos negativos evidentes. No obstante, aún existen ciertas dudas en relación con la cuestión, por lo que se debería imponer una moratoria a la espera de la solución definitiva del problema.
Roberto Fiore (NI). – (IT) Señor Presidente, Señorías, los daños del uso del uranio empobrecido son tantos y de tal magnitud que parece verdaderamente impropio calificarlos de secundarios o «colaterales». Los daños se propagan en oleadas sucesivas sobre los militares enemigos y sobre los propios militares que utilizan estas armas, como en el caso del síndrome del Golfo y del síndrome de los Balcanes.
Posteriormente, los que sufren las consecuencias durante decenios son las poblaciones civiles que residen en los lugares donde se han llevado a cabo las operaciones de guerra, quienes inhalan e ingieren el uranio empobrecido, que contamina capas freáticas y cadenas alimentarias, y quienes sufren sus radiaciones. Debido a las características conocidas por todos de los daños de la exposición a las radiaciones de metales pesados, el precio más alto lo pagan los niños, organismos en desarrollo, y sobre todo los niños que se gestan en el vientre de sus madres. El aumento exponencial, en las zonas afectadas por el uso del uranio, de malformaciones genéticas y tumores infantiles da buena fe de ello.
Un estudio reciente de la británica BBC ha ilustrado cómo, 24 horas después de los masivos bombardeos sobre los Balcanes, los puntos de detección de radioactividad atmosférica situados al norte de Inglaterra registraron valores máximos sin precedentes. Por lo tanto, proponemos no sólo la prohibición del uranio empobrecido, sino también la persecución judicial por crímenes de guerra para aquéllos que utilicen esta sustancia, plenamente conscientes de las consecuencias de tal acción, así como de aquéllos que lo hagan después de su prohibición.
Gerard Batten (IND/DEM). - Señor Presidente, mientras hablamos del tema de las armas radioactivas, este Parlamento ha permanecido especialmente silencioso acerca de un ciudadano británico —y desgraciadamente, por consiguiente, ciudadano de la Unión Europea— asesinado por un arma radioactiva en Londres en diciembre de 2006. Me refiero naturalmente al caso del señor Alexander Litvinenko, asesinado en un acto de terrorismo de Estado con polonio 210.
El principal sospechoso de este asesinato es el señor Andrei Logovoi, actualmente diputado al Parlamento ruso, que no puede ser extraditado en virtud de la Constitución rusa. Mientras tanto, se niega a la viuda de Litvinenko una investigación sobre la muerte de su marido en los tribunales británicos, que podrían investigar las pruebas de este asesinato a falta del procesamiento de los sospechosos de la comisión del asesinato.
Este asesinato fue un acto de guerra perpetrado por Rusia contra el Reino Unido. Sin embargo, el Gobierno británico no desea enfrentarse a este hecho. Pero si quieren hablar de las armas radioactivas, ¿por qué no celebrar un debate sobre el asesinato del señor Litvinenko y sus trascendentales consecuencias?
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. − (SL) Muy brevemente, me gustaría manifestar mi agradecimiento por la celebración de este debate. Me gustaría también reiterar que el Consejo sigue trabajando activamente en relación con las cuestiones de seguridad exterior en el marco de la estrategia de la UE contra la proliferación de armas de destrucción masiva. En el seno de tales estrategias, los objetivos prioritarios del Consejo se actualizan constantemente y se toman en consideración los avances realizados en este ámbito, que se incorporan en los documentos revisados.
Un ejemplo de lo anterior sería, por ejemplo, la medida adoptada por el Consejo en apoyo de la adopción universal de la Convención sobre la prohibición y la limitación de ciertos tipos de armas convencionales.
Cabe destacar que el objeto del Protocolo V de la Convención es reducir en la medida de lo posible la generación de restos explosivos de guerra al término de los conflictos bélicos. También es interesante señalar que los mayores fabricantes y usuarios de armas de uranio empobrecido son las partes en la Convención arriba mencionada.
Todavía es demasiado pronto para realizar previsiones. He mencionado la situación en el Consejo, evidente a partir de los resultados de las votaciones sobre la Resolución de la Primera Comisión de la Asamblea General, mencionados en diversas ocasiones hoy aquí. También cabe esperar que los debates como éste de hoy en el Parlamento Europeo contribuyan a alcanzar un consenso en el Consejo. No obstante, seguiremos debatiendo sobre ello en un futuro inmediato.
Gracias.
Louis Michel, Miembro de la Comisión. − (FR) Señor Presidente, muy brevemente, tomo nota evidentemente de las excelentes reflexiones y propuestas concretas realizadas aquí, que transmitiré a mi colega Benita Ferrero-Waldner y a la Comisión.
Recuerdo, no obstante, a la Cámara que la Comisión está muy limitada en sus actuaciones. Ciertamente, puede denunciar, puede advertir, puede proponer, pero sus facultades no van más allá. Tengo especial interés en recordar esto.
Habida cuenta de lo anterior, tomo nota del mensaje claro relativo a la necesidad de garantizar la transparencia, como ha dicho la señora Morgantini. Comparto en gran medida esta reflexión. La señora Morgantini propone una Moratoria y transmitiré esta propuesta. También me parece haber percibido la necesidad o la posibilidad de volver a actualizar los estudios realizados. No hay motivo para no hacerlo.
Sepan en todo caso que voy a transmitir a la Comisión las excelentes intervenciones que he escuchado aquí y los argumentos que se han presentado, y no me cabe duda de que se emprenderán las iniciativas oportunas o, en todo caso, se transmitirán las ideas y existirá la voluntad necesaria, créanme, porque es evidente que deseamos que los otros países europeos hagan lo mismo que ha logrado hacer Bélgica. Y no digo todo esto simplemente porque se trata de Bélgica, sino, por supuesto, me complace, evidentemente, comprobar que Bélgica lo ha hecho. Esto es tal vez lo que sus Señorías deseaban. Por consiguiente, existen algunas fuentes de inspiración útiles e interesantes, pero sepan también que transmitiré tanto las sugerencias como las observaciones y las preguntas formuladas hoy aquí, con toda convicción y sinceridad.
Presidente. − He recibido seis propuestas de resolución(1) presentadas con arreglo al artículo 108, apartado 5, del Reglamento.
Se cierra el debate.
La votación se celebrará mañana jueves.
(Se suspende la reunión a las 17.35 horas y se reanuda a las 18.00 horas)