Presidente. − De conformidad con el orden del día, se procede al debate conjunto de los siguientes informes:
- A6-0185/2008 de Gianni Pittella, en nombre de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, sobre Competencia: Investigación en el sector de la banca minorista
- A6-0187/2008 de Othmar Karas, en nombre de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, sobre el Libro Verde sobre los servicios financieros al por menor en el mercado único (2007/2287(INI)).
Gianni Pittella, ponente. − (IT) Señor Presidente, Señorías, gracias a la cuidadosa investigación llevada a cabo por la Comisión Europea, ahora podemos examinar detenidamente la rigidez que caracteriza los servicios de la banca minorista. Se trata de un trabajo de investigación que hemos realizado junto con el señor Karas y que, hasta el momento, ha gozado de un consenso muy amplio, casi unánime, en la comisión competente. Por tanto, deseo aprovechar esta oportunidad para expresarle mi especial agradecimiento a la Comisaria Kroes por su total disponibilidad para debatir este delicado asunto con el Parlamento.
La relación entre consumidores y bancos en Europa sigue siendo compleja debida a las distorsiones características del sector. Sin embargo, esta relación tiene una importancia fundamental y debemos volver a otorgarle de nuevo el estatus que le corresponde mediante la denuncia de las imprecisiones e ineficiencias y la identificación de los principales problemas y las posibles estrategias para solucionarlos. Como mi informe y el informe del señor Karas señalan, las acciones de este tipo deben dirigirse ante todo a facilitar la movilidad del consumidor y así obligar a los bancos, indirectamente, a trabajar con mayores niveles de eficacia.
Ése es el motivo por el que, en mi informe, solicito que a los consumidores les resulte más sencillo y barato cambiar de banco. Cambiar de banco sigue siendo, en demasiados casos en toda Europa, una operación compleja y lenta. También nos oponemos a cualquier tipo de vínculo contractual que no sea estrictamente necesario, que evite o que dificulte la movilidad del cliente. Recomendamos que el sector bancario europeo mejore los procedimientos para cerrar cuentas bancarias y que sólo se impongan cargos totalmente justificables, garantizando la rápida prestación de este servicio y evitando la duplicación de costes.
También le solicitamos a la Comisión que actúe para garantizar que los bancos proporcionan información de más calidad y más accesible para los consumidores mediante un paquete informativo organizado en función de los tipos de costes y en un formato que permita realizar comparaciones de un modo sencillo. Yo mismo tengo una cuenta corriente en un banco y cuando llegan paquetes informativos a mi domicilio, los tiro porque son incomprensibles. Lo mismo le sucede a millones de ciudadanos y no podemos seguir aceptándolo. Señora Kroes, señor McCreevy, si los bancos no hacen avances de acuerdo con estas sugerencias, le solicito a la Comisión Europea que presente una propuesta legislativa a este respecto.
También solicito que se realice una evaluación sobre la viabilidad de contar con un motor de búsqueda europeo en Internet que permita a los clientes comparar los servicios que ofrecen distintos bancos en sus páginas web. Tenemos que tener la posibilidad de encender el ordenador, acceder a Internet y encontrar una plataforma de TI que nos permita decir: «ésta es la mejor opción para mí». Hoy no disponemos de esta posibilidad.
Por otro lado, las «tasas de intercambio» constituyen un capítulo aparte. Con respecto a la postura adoptada por la Comisión Europea en este debate, les presento la siguiente propuesta: que se proporcionen criterios únicos para todos los operadores, mediante algún tipo de directriz, para la creación de un método de cálculo de las tasas, de modo que se garantice un funcionamiento correcto y transparente del sector.
Voy a finalizar ya para no exceder los cuatro minutos que me corresponden. Tengo la esperanza de que la Comisión proporcione un seguimiento inmediato que sea, como mínimo, rápido y específico, para estas propuestas, que espero que sean aprobadas por el Parlamento mañana por la mañana.
Othmar Karas, ponente. − (DE) Señor Presidente, Comisarios, señor Pittella, en primer lugar deseo destacar una vez más que las propuestas de la Comisión, los propósitos y solicitudes de los diputados a estos dos informes y la repercusión de dichos informes sobre la vida de los ciudadanos europeos merecen un mejor momento para el debate y una mayor audiencia.
En segundo lugar, estos informes y el debate con la Comisión suponen el inicio de una nueva fase para reforzar la oferta y la demanda en el sector de los servicios financieros. Deseo agradecer al señor Pittella, al señor Schmidt y a la señora Starkevičiūtė su eficaz cooperación. La amplia mayoría en la comisión ha demostrado que estamos acercando posturas aunque estemos haciendo nuevas peticiones.
¿Qué queremos? Deseamos seguir desarrollando el mercado interior de los servicios financieros al por menor y convertirlo en un mercado nacional para todos los consumidores y pequeñas y medianas empresas. Y digo esto sabiendo que el mercado al por menor es y seguirá siendo un negocio más local que internacional. No obstante, existe un gran potencial, ya que sólo el 1 % de los consumidores de la UE adquiere servicios financieros transfronterizos a través de medios de comunicación a distancia, mientras que la cifra es de como mínimo un 26 % a escala interior.
Existen —como afirman los informes de la Comisión y el Parlamento— obstáculos injustificados, a pesar de las distintas responsabilidades, que no significan necesariamente que no se hayan producido avances en el pasado. Quiero señalar que desde 1988, la liberalización del movimiento de capital dentro de Europa sigue avanzando. La introducción del euro ha supuesto beneficios para el público consumidor y para la economía: el Plan de Acción sobre Servicios Financieros, el Libro Blanco sobre la Política de Servicios Financieros para el periodo 2005-2010 y el SEPA, la Espacio Único Europeo de Pagos, constituyen un desarrollo político del que se han beneficiado consumidores y proveedores. No hemos llegado al final, seguiremos avanzando con resolución en esta dirección.
Ambos informes de la Comisión —quizás como los nuestros— tienen obviamente sus puntos débiles. Uno de ellos se localiza en el Libro Verde, ya que se centra casi exclusivamente en los consumidores. Este tema afecta tanto al mercado al por menor interior como a las pequeñas y medianas empresas. Es más, las medidas de protección al consumidor por sí solas no son aún capaces de animar a ningún proveedor —y todos lo sabemos— a ir más allá de sus fronteras. Al examinar los sectores, nos damos cuenta de que el punto débil sin duda es el hecho de que sólo podemos extraer una pequeña cantidad de datos. Sospechamos que existe un potencial cierre del mercado basado sólo en los precios.
Por lo tanto, en nuestro informe le solicitamos a la Comisión que lleve a cabo un estudio de impacto adecuado, que también debe incluir una sección que determine las condiciones del mercado original y que evalúe la integración y la competitividad del mercado y la repercusión de una iniciativa no sólo mediante un único indicador, sino mediante el mayor número posible de variables.
No obstante, también apoyamos el objetivo de la Comisión de emprender únicamente iniciativas que objetivamente supongan beneficios tangibles para los ciudadanos, que estén suficientemente justificadas mediante detallados análisis de costes y beneficios y que se hayan sometido a los estudios de impacto adecuados.
Podría destacar otros puntos débiles, pero deseo limitarme a lo que ya hemos resaltado específicamente en los informes. Un mensaje importante de este Parlamento es que reconocemos claramente el sector descentralizado. Necesitamos las cajas de ahorro y las cooperativas además de las sociedades anónimas. Necesitamos líderes locales transfronterizos, no sólo líderes internacionales. Son los responsables de la prestación local de servicios, del desarrollo económico de las regiones y de la garantía de suministro. El segundo punto es que necesitamos un equilibrio entre oferta y demanda. En tercer lugar, tenemos que armonizar las formalidades de registro y emisión de licencias. Las empresas aseguradoras y los bancos que operan en varios países están sujetos a la supervisión de distintas autoridades financieras. Debemos armonizar este punto y crear requisitos de entrada iguales.
Debemos conseguir la expansión del comercio electrónico. El fomento de la conexión remota de negocios debe impulsar el uso de la firma electrónica segura y, a este respecto, debe producirse una reforma de los aspectos discordantes de la Directiva sobre el blanqueo de dinero.
Además, se abordan otros aspectos: los agentes e intermediarios de mercado son importantes para lograr una mayor competencia en el sector de los servicios financieros. Tenemos que conseguir un acceso más sencillo al registro de los datos de crédito y a los registros de tarjetas de crédito y necesitamos que se amplíe el reglamento de exención por categorías porque no creemos que la cooperación distorsione la competencia en este ámbito si se establecen claramente las condiciones.
Le pido a la Comisión y a los diputados al PE que estudien este informe en su totalidad y que adopten y aprueben el resto de las consideraciones, las cuarenta y cuatro clarificaciones y medidas de mi informe.
Neelie Kroes, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, es un verdadero placer para mí estar hoy aquí con ustedes para hablar sobre la revisión y las opiniones de la Comisión con respecto al Informe Pittella.
Pero antes permítanme felicitar tanto al señor Pittella como al señor Karas por su excelente trabajo y darle las gracias al Parlamento por su interés en este tema.
Compartimos múltiples opiniones a este respecto y ése es un buen punto de partida. Mis servicios y yo hemos realizado, junto con Charlie McCreevy y la Dirección General de Mercado Interior y Servicios Financieros, verdaderos esfuerzos para aprender más sobre la banca minorista y, como ustedes, nos preguntamos cómo podría mejorarse. Evidentemente, resultaría estúpido decir que todo es perfecto, así que nuestra estrategia principal en éste ámbito es preguntarnos cómo podría mejorarse.
En nuestra investigación sectorial, nos ha llamado la atención el mercado de sistemas de pago mediante tarjeta que genera 1 350 000 millones de euros al año. No se trata de una cantidad despreciable: 1 350 000 millones de euros anuales. También estudiamos la mejora de los registros de crédito, la cooperación útil y poco útil entre bancos y las tarifas bancarias.
Como respuesta concreta a un aspecto clave del Informe Pittella, puede concluir que estamos de acuerdo en múltiples punto y discrepamos en uno. En la movilidad del cliente: ahora la pelota está en el tejado del sector, que tiene que desarrollar un código de conducta y podría enfrentarse a una nueva legislación si no aprovecha esta oportunidad y el reto que se le plantea.
En cuanto a la información para el consumidor y la transparencia: la comparación de precios y la información sobre el producto son esenciales para los consumidores. Pero el sector se muestra muy reticente ante las sugerencias de cambio, por lo que me temo que no se producirá ningún progreso. La Comisaria Kuneva está recopilando datos sobre las tarifas de la banca minorista como parte de uno de sus ejercicios de seguimiento del Cuadro de Indicadores de los Mercados de Consumo. Sin duda, podrá evaluar la diversidad y la transparencia de las tarifas bancarias y el correspondiente nivel de conciencia del consumidor. Esta recopilación de datos es el primer paso para el cambio.
En lo que se refiere a los registros de crédito, tengo buenas noticias. Está previsto que la primera reunión del grupo de expertos sobre historiales crediticios se celebre en septiembre de 2008, una fecha ya próxima. Los expertos deberían presentar sus recomendaciones a la Comisión el 1 de mayo de 2009.
Los intermediarios de crédito, como los agentes hipotecarios, son un sector creciente con muchos clientes vulnerables, por lo que el estudio de la Comisión sobre este ámbito será de gran interés. Se espera que los resultados estén disponibles en octubre de 2008.
En relación a la cooperación entre bancos, la Dirección General de Competencia sigue recopilando datos para nuestra investigación sectorial, por lo tanto, en estos momentos aún no puedo hacer comentarios detallados al respecto.
El SEPA, el Espacio Único Europeo de Pagos, todavía es reciente y la competencia es necesaria para que funcione correctamente: estoy plenamente de acuerdo con el Parlamento sobre este particular. Aunque estoy segura de que funciona tan bien como podríamos esperar en este momento.
El ámbito en el que parece haber un desacuerdo —como ya he comentado— es la petición a la Comisión de presentar unas directrices sobre las tasas multilaterales de intercambio (MIF). Tengo que ser sincera con ustedes y decir que no estoy segura de que la creación de directrices sea el paso adecuado en estos momentos y voy a intentar explicarles por qué basándome en mi propia experiencia en la materia.
La petición de directrices y de «claridad» por parte de la Comisión —y comprendo la pregunta del ponente y de su equipo— es una continuación previsible del caso MasterCard. Sin embargo, esta decisión —la decisión MasterCard— se basó únicamente en los hechos concretos de dicho caso. Si basamos esas directrices en un solo caso, corremos el riesgo de elaborar unos principios equivocados que socaven nuestros esfuerzos de ayudar a los consumidores (y ése es otro punto que tenemos en común: todos —Parlamento y Comisión— deseamos ayudar a los consumidores). Un único caso no es la base para una solución mágica.
Otro de los motivos por los que las directrices no funcionarían es la existencia de sistemas de tarjetas de pago en la UE que funcionan con unas MIF y otros sistemas con unas MIF distintas. Las decisiones sobre el modelo de negocio y los mecanismos de financiación de los sistemas de tarjetas deben adoptarlas los propios sistemas. Obviamente, la Comisión no puede imponer modelos concretos de negocio. La evaluación de las MIF de un sistema desarrollado como MasterCard y la evaluación de una MIF que pueden querer aplicar aquéllos que acaban de entrar en el mercado para empezar a competir no tienen por qué ser iguales. Hasta ahora, la Comisión sólo ha evaluado las MIF en sistemas como Visa y MasterCard. En el nuevo contexto establecido por el Reglamento (CE) Nº 1/2003, las partes son las responsables de evaluar la legalidad de su comportamiento en virtud de las normas comunitarias de competencia.
En nuestro sitio web hemos publicado una versión pública de la decisión MasterCard, por lo tanto somos transparentes y claros. Otros sistemas de tarjetas de pago pueden usar la evaluación de la Comisión de las MIF de la MasterCard como orientación, a pesar de que la evaluación de esta decisión está relacionada con las MIF de la MasterCard y no con todas las MIF posibles. Pero hay una sugerencia que deseo hacer para ayudar al mercado mientras este tema avanza; se trata de un gesto por mi parte. Mis servicios están preparados para ampliar el debate con los participantes en el mercado y con todas las partes implicadas y, de hecho, ya están manteniendo un estrecho contacto con el sector de pagos a este respecto.
Permítanme finalizar de un modo positivo. La Comisión aprecia realmente el apoyo sin reservas del Parlamento ante la necesidad de adoptar medidas para mejorar el nivel de eficacia y el funcionamiento del sector de la banca minorista, que sigue fragmentado a lo largo de las fronteras nacionales.
Me comprometo a trabajar con ustedes para solucionar el problema de las MIF. Espero que podamos concluir que el futuro es nuestro.
Charlie McCreevy, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, permítame felicitar a la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios y a la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor y, en especial, al señor Karas y al señor Schmidt por el excelente trabajo que han llevado a cabo para elaborar un informe tan completo y sistemático.
Recibo con verdadero entusiasmo su amplio apoyo a nuestra estrategia sobre los servicios financieros minoristas, además de la importante contribución que han realizado en los debates referentes a un gran abanico de temas. Durante el limitado tiempo que tenemos, no nos resulta posible expresar nuestra opinión sobre todos los aspectos que se incluyen en este extenso informe. Por lo tanto, deseo centrarme en dos cuestiones de especial importancia en el ámbito minorista: nuestro estudio sobre el marco normativo de los productos de inversión al por menor y nuestro trabajo sobre la movilidad de las cuentas bancarias.
Me referiré en primer lugar a los productos de inversión al por menor. Les agradezco su apoyo al trabajo que estamos realizando para garantizar que el marco normativo para la venta de productos de inversión al por menor presenta sistemáticamente un gran nivel de protección al inversor. Estoy seguro de que la competencia entre productos de inversión al por menor puede generar beneficios reales para los consumidores. Sin embargo, tenemos que tener confianza en que la venta de todos los productos de inversión va acompañada de un alto nivel de información sobre el producto y de una disciplina de punto de venta. Sólo de ese modo garantizaremos que los consumidores reciben un trato justo y pueden tomar decisiones con la información necesaria.
Agradezco la clara postura que han adoptado en su informe sobre estos aspectos. Sin embargo, como bien saben, no soy partidario de tomar decisiones sin estar antes plenamente convencido de la necesidad del cambio. La armonización o racionalización de las normas de información y distribución constituirían un proceso costoso y perjudicial. Puede haber razones objetivas en virtud de las cuales sea necesario mantener cierta diferenciación entre los tipos de productos o los canales de distribución.
Por estos motivos, creo que es demasiado pronto para concluir que existen deficiencias en los actuales regímenes de protección al inversor que impliquen la necesidad de crear una nueva legislación transversal. Este año presentaré una comunicación que reúna todas las pruebas recopiladas durante nuestra investigación. Identificaremos los ámbitos en los que será necesario trabajar en un futuro para examinar y gestionar de un modo claro las deficiencias detectadas en las protecciones normativas existentes.
Pasemos ahora a la movilidad de las cuentas bancarias. Crear un mercado competitivo y eficaz para las cuentas bancarias es un punto esencial de nuestra estrategia de servicios financieros al por menor. Muchos consumidores se enfrentan periódicamente a obstáculos cuando intentan cambiar de un proveedor a otro. No podemos permitir que continúe esta situación y por eso nos complace recibir su apoyo a este respecto.
Me satisface su petición al sector de los servicios financieros de trabajar en la consecución de los objetivos del Libro Verde mediante la autorregulación, reduciendo así la necesidad de actos legales vinculantes. Este hecho refleja nuestro compromiso, reiterado en la revisión del mercado único, de usar la autorregulación en los casos adecuados o en los casos en los que puedan proporcionar los resultados deseados, en lugar de recurrir a la legislación.
En este contexto, en noviembre del año pasado invitamos al sector bancario europeo a elaborar un Código Europeo de Conducta para mediados de 2008. Este código debe incluir un servicio nacional de cambio de entidad coherente que esté a disposición de los clientes cuando éstos deseen cambiar de banco. El sector bancario no necesita empezar desde cero. Al contrario, deben recurrir a las mejores prácticas existentes en algunos Estados miembros.
Finalmente, la presentación por parte del sector bancario de un código de conducta de gran calidad será una prueba decisiva de los méritos de la autorregulación. Permítanme hablar claro. Si el código no cumple las expectativas de la Comisión, habrá que estudiar otras alternativas, como una propuesta legislativa.
Zuzana Roithová, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (CS) Señor Presidente, acojo con satisfacción el informe de mi colega el señor Karas, que versa sobre un tema muy importante, concretamente la necesidad de facilitar el acceso a todos los ciudadanos y empresarios de la Unión Europea a los servicios bancarios. Esto nos ayudará a ampliar o, mejor dicho, a completar nuestro mercado interior. Sin embargo, me gustaría llamar su atención sobre el grave problema que suponen las altas tarifas bancarias existentes en muchos Estados miembros. En algunos de esos países —y mi propio país, la República Checa, es uno de los principales señalados— esas tarifas bancarias pueden ser ridículamente altas. Este hecho supone una verdadera llamada para la competencia extranjera. Sólo las tarifas de Polonia son peores que las de la República Checa. Por otro lado, los servicios bancarios son más baratos en los Países Bajos o en Austria, por poner un ejemplo.
Los instrumentos que pueden cambiar rápidamente esta situación (que también está relacionada con los precios desorbitados de la emisión de tarjetas de crédito) están en manos de la Comisión y del Parlamento. La eliminación de los obstáculos al desarrollo de una banca electrónica transfronteriza podría mejorar la situación para los consumidores y los clientes empresarios, que podrían beneficiarse de una sensata competencia económica. Además de la necesidad de reducir las tarifas bancarias y de incrementar su transparencia, también sería necesario concentrarnos en mejorar la calidad de los servicios bancarios y en ampliar los conocimientos financieros de los consumidores y de las pequeñas y medianas empresas. Finalmente, aunque no por ello menos importante, la Unión Europea tendrá que prestar atención a la regulación de los denominados microcréditos, que pueden darle un importante impulso al comercio electrónico (y no sólo al electrónico). Señorías, está en nuestras manos.
Antolín Sánchez Presedo, en nombre del Grupo PSE. – Señor Presidente, señora Comisaria Kroes, señor Comisario McCreevy, queridos colegas, la banca minorista desempeña un papel esencial en la vida cotidiana de las familias y de la inmensa mayoría de las empresas europeas. Su importancia económica es grande, genera en torno al 2 % del PIB comunitario, proporciona más de 3 millones de empleos e integra el mayor sector bancario con ingresos brutos superiores al 50 % del total de la Unión Europea.
Para tomar consciencia de su trascendencia, podemos tener en cuenta que uno de sus servicios característicos –los créditos de vivienda– constituye el principal riesgo financiero de los ciudadanos europeos, con un saldo vivo que se acerca al 50 % del PIB de la Unión Europea, y que el volumen de fondos de inversión se sitúa en los Estados miembros entre el 4 y el 24 % de las economías domésticas.
A pesar de los progresos en la regulación del sector y la mejora lograda por la introducción del euro, la integración de los mercados comunitarios de servicios financieros y la promoción de la competencia en el sector no parecen haber alcanzado todo su potencial.
Sólo un 1 % de los consumidores de la Unión Europea adquiere servicios financieros transfronterizos; hay grandes variaciones de precios entre entidades; las posibilidades de elección son limitadas; permanecen barreras estructurales que dificultan la prestación y el adecuado funcionamiento de servicios entre diferentes países. Los niveles de rentabilidad por parte de la banca minorista son muy diferentes; por encima de la media se sitúan las entidades de los países nórdicos, España e Irlanda.
Todas estas cuestiones se abordan en los presentes informes de forma razonablemente equilibrada. Felicito a los ponentes, señores Pittella y Karas, y expreso mi satisfacción por la incorporación final de aspectos como el reconocimiento del papel de la banca minorista en la adecuada transmisión de las condiciones de la política monetaria del mercado, el valor que la pluralidad y la diversidad de modelos de negocio con bancos, cooperativas y cajas de ahorro aporta a la banca minorista europea, la existencia de un ámbito de cooperación procompetitiva entre entidades independientes, la necesidad de un marco apropiado para los intermediarios financieros y demás comparabilidad de productos financieros.
Mejorar el funcionamiento de esta banca proporcionará más eficiencia, contribuirá al desarrollo del potencial endógeno en todas las regiones europeas y facilitará el acceso a los servicios financieros, así como una mayor satisfacción en las condiciones de cobertura de nuestros ciudadanos.
Margarita Starkevičiūtė, en nombre del Grupo ALDE. – (LT) El punto clave del debate de hoy es la pregunta de qué hay que hacer para garantizar que los ciudadanos de la UE puedan aprovechar al máximo las ventajas que brinda el mercado único en el sector financiero, que está excesivamente fragmentado. ¿Cómo podemos resolver el problema? Existen tres vías posibles. En primer lugar, fomentando la movilidad del consumidor. ¿Cómo conseguirlo? Primero, la información sobre todos los productos disponibles debe estar estandarizada y debe garantizarse la transparencia con respecto al coste de estos productos financieros al por menor, lo que le permitirá al consumidor elegir utilizando determinados métodos, quizás, como ha sugerido el señor Pittella, un motor de búsqueda de Internet. No estamos preparados para aceptar la necesidad de estandarizar todos los productos, ya que deben reflejar las diferencias sociales y culturales de los distintos países. Por lo tanto, debemos definir claramente la estandarización. Además, debemos permitir a los consumidores que abran cuentas en otros países. Ahora vivimos en el espacio Schengen, que permite que todo el mundo pueda pasar de un país a otro sin complicaciones y el registro de datos ha dejado de ser un problema. Sin embargo, los bancos tienen problemas para abrir cuentas a ciudadanos de otros países. Creo que resulta inaceptable en la era de la tecnología moderna. No creo que esos problemas puedan solucionarse simplemente mediante la coordinación del sector si tenemos en cuenta el número de bancos minoristas y las dificultades con las que se encuentran para coordinar sus actividades. ¿Puede la Comisión sugerir alguna iniciativa a este respecto?
Otra vía sería potenciar la movilidad de los proveedores, permitiéndoles prestar sus servicios a través de Internet o por medio de mensajes de textos. De cualquier modo, la estructura financiera debe ordenarse previamente, definiendo claramente quién es responsable de qué en caso de que algo vaya mal. Me gustaría finalizar diciendo a la Comisaria Kroes que esperamos que la Comisión actúe con transparencia. Con respecto a los costes de las tarjetas de pagos, en estos momentos —anticipándose a su sugerencia— se están introduciendo nuevas tarifas. Puede que cuando los consumidores compran ni siquiera sean conscientes del incremento del coste, ya que los bancos están adaptándose a los nuevos requisitos. Quizás la información sobre el coste de las tarjetas de pago debería publicarse a mayor escala y más a menudo, lo que permitiría a los consumidores comparar y estar en una mejor posición para negociar con los bancos.
Roberto Fiore (NI). – (IT) Señor Presidente, Señorías, sin duda en el Parlamento existe la voluntad de armonizar el mundo bancario europeo. No obstante, creo que las familias y las pequeñas y medianas empresas están especialmente preocupadas, sobre todo en mi país, Italia, por ciertas prácticas que en estos momentos están siendo sometidas a un severo y exhaustivo escrutinio por parte de la opinión pública.
Me refiero, por ejemplo, a las tarifas máximas por descubiertos y al interés compuesto, que no es otra cosa que interés sobre el interés. Estas prácticas han entrado en conflicto con el Tribunal Constitucional y con el Tribunal de Casación. Por lo tanto, no entiendo cómo es posible que se hable de transparencia de las tarifas o de claridad en los modos de abonar las tarifas, cuando en un país como Italia aún hay graves conflictos entre bancos y autoridades legales.
Lo mismo puede aplicarse a la flexibilidad de los créditos. En la actualidad existe una preocupación especial por el hecho de que miles o cientos de miles de familias se están enfrentando a graves problemas con respecto a la flexibilidad de los préstamos. Por tanto, creo que la principal obligación del Parlamento es conseguir que el sector bancario nacional se sitúe en la línea de unos criterios más justos.
Harald Ettl (PSE). – (DE) Señor Presidente, tanto el informe Karas como el informe Pittella demuestran que aún queda mucho por hacer en favor de los consumidores en el sector de los servicios financieros al por menor, como las cuentas bancarias, los préstamos y los seguros. Los bancos, cuyos volúmenes de mercado están influido por el negocio minorista hasta en un 50 %, ya no están interesados en la movilidad de los clientes y, lamentablemente, sólo lo están de forma limitada en las evaluaciones comparativas transparentes. Incluso esta relación de confianza esencialmente buena, pero a menudo interpretada de manera equivocada, entre bancos y sus clientes tiene menos de vínculo y contribuye en menor grado a la movilidad de los clientes y al fomento de la competencia.
La propia competencia puede ser ajustada primordialmente por unos clientes instruidos y bien informados. Al final también hemos incluido una partida presupuestaria de la UE sobre conocimiento del mercado financiero en las organizaciones de consumidores y las PYME. Simplemente deseo recordarles eso.
Además, los niveles de protección de los consumidores no deberían resultar perjudicados por la supresión de las barreras. Por otra parte, la demanda de ayuda jurídica colectiva en juicios transfronterizos relativos a productos financieros, acordada en la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, constituye el complemento adecuado a unas condiciones de mercado justas. Sin embargo, los nuevos productos financieros deben lanzarse en general de manera objetiva y correcta.
Se está exigiendo a la Comisión que vincule los requisitos de regulación a la información, la comercialización y la organización de productos comparables para clientes privados en todas las disposiciones legales del mercado financiero. Los principios de la Directiva sobre mercados de instrumentos financieros (MiFID) acerca del mejor asesoramiento deben ser también aplicables de forma concreta, por ejemplo, al seguro de vida ligado a fondos y otros productos de ahorro a largo plazo. La ayuda al consumidor, al cliente, y con ello la creación de un mercado floreciente, ha de ser el principio al que debe atenerse nuestra actuación.
Wolf Klinz (ALDE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, ante todo quiero expresar mi agradecimiento al señor Pitella y al señor Karas por sus informes. Comparto su conclusión, que impregna la totalidad del informe, en el sentido de que todo ciudadano en la Unión Europea debe tener acceso a los servicios bancarios. No obstante, permítanme tres comentarios.
Primero, con respecto a la movilidad de los clientes, sí, dentro de un mercado interno en crecimiento y totalmente operativo es nuestro propósito garantizar que todo cliente también tenga acceso transfronterizo a los servicios bancarios. Sin embargo, este derecho también conlleva responsabilidades. Por ello procuro ser algo cauto cuando aquí se plantea la exigencia de que, en el caso de que un cliente notifique a su banco que desea cambiarse a otro, imputemos el riesgo al banco actual, caso de que no disponga a tiempo de los detalles de su nueva cuenta bancaria. ¡Eso no es correcto! Los clientes deben asumir la responsabilidad de sus propias acciones y además tienen que asumir esta responsabilidad personalmente con los derechos que han adquirido. No deberíamos jugar a sacar de apuros a los clientes, cuando suya es la culpa de haberse metido en tal embrollo.
Segundo, información al cliente. No puedo sino estar de acuerdo con el anterior orador, señor Ettl. Nos sigue ocurriendo en multitud de ocasiones que nos encontramos con productos comparables, que compiten entre sí, pero que no tienen la misma transparencia porque están sujetos a distintos requisitos en lo tocante a la información. ¡Eso no es correcto! Estoy rotundamente a favor de que los clientes reciban información, pero también es cierto aquí que no deberíamos actuar con exceso de celo e inundar a los clientes con demasiada información. Los clientes precisan la información necesaria para tomar por su cuenta decisiones responsables, pero la calidad tiene prioridad sobra la cantidad en este caso.
Por último, volvamos a las estructuras bancarias. Estoy de acuerdo con el señor Karas en que tenemos estructuras bancarias con distintos desarrollos históricos en los diferentes Estados miembros. En un país sólo existen bancos privados, en otros hay también cajas de ahorro, cooperativas de crédito, bancos estatales y otras muchas entidades. No nos compete reorganizar la comunidad bancaria. Son los Estados miembros quienes deberían hacerlo, si es que no están haciéndolo ya. Pero tampoco es nuestra labor velar por las tradiciones. Pienso que debe ser el mercado el que decida si las estructuras se quedan como están o si deben modificarse. Los servicios, las gamas de productos, los servicios que los distintos operadores del mercado ofrecen a sus clientes: que decidan ellos; nosotros no deberíamos tomar decisiones con carácter centralizado.
Mairead McGuinness (PPE-DE). – Señor Presidente, quiero comentar brevemente algunos aspectos del debate.
El asunto de la educación del consumidor es muy importante. Necesitamos que los consumidores entiendan los servicios financieros y, en concreto, hemos de dirigirnos a los jóvenes que utilizan las tarjetas de crédito como si fueran a pasarse de moda.
Pero permítanme decir que quienes pensamos que estaban formados, nos hemos visto abocados al extraño incidente financiero. Esto es, que levanten la mano aquellos que hayan suscrito un seguro mixto. Yo tendría que levantar ambas manos en este tema. Por tanto, incluso con educación y conocimiento, se cometen errores y se venden productos equivocados al consumidor.
No sé cuánto tiempo va a someter a verificación la Comisión los códigos de conducta antes de legislar. No soy muy proclive a la legislación cuando no se precisa en absoluto, pero a veces necesitamos una mejor legislación que sea eficaz desde el punto de vista del consumidor. Ahora estamos viviendo una contracción del crédito y, cuando en el sistema bancario irlandés lo normal era prestar dinero y conceder hipotecas por el 100 %, ahora está ocurriendo justo lo contrario con las restricciones de la financiación. Es un asunto que nos afecta a todos y espero que este debate contribuya a unos mejores servicios financieros para el consumidor europeo.
Neelie Kroes, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, me gustaría dar las gracias una vez más a sus Señorías por su trabajo en este asunto. Se ha señalado que necesitamos transparencia y una visión clara de lo que va destinado al consumidor. La calidad es más importante que la cantidad, pero a veces se necesita un poco de cantidad para conseguir calidad.
La Comisión acoge con enorme satisfacción su firme apoyo a la necesidad de medidas. Somos conscientes de que tenemos que elevar el nivel de eficacia y que debemos mejorar el funcionamiento del sector de la banca minorista, que sigue estando fragmentado a escala nacional. Eso no se ajusta al mercado único en que todos creemos. Por consiguiente, el sector de la banca minorista —que es una puerta abierta— tiene una importancia clave para todos nosotros, para todos los consumidores y para la economía en su conjunto. El informe del Parlamento refleja la importancia que ustedes conceden también a este ámbito.
La señora Roithová ha hablado de la situación en su país, pero ha mencionado que no es exclusivo de su país que las elevadas tasas sean a menudo el resultado de un mercado fragmentado con sólo unos pocos interlocutores. La situación que hemos encontrado en el informe sobre el estudio del sector, al que ya he hecho referencia, es bastante clara.
Creemos, y esperamos, que la introducción del Espacio Único Europeo de Pagos (SEPA) venga a proporcionar una respuesta a muchos de los problemas, ya que facilitará la competencia transfronteriza, y eso es lo que se necesita. Además es un planteamiento a favor del mercado y debería funcionar. Por tanto, respaldamos firmemente esta iniciativa y estamos trabajando con el sector para ayudar al SEPA a lograr sus objetivos. El señor Sánchez Presedo ha expuesto acertadamente que la promoción de la competencia resulta clave para todo este planteamiento, porque si no existe competencia, todos somos conscientes de que los bancos van a intentar tomarnos el pelo.
En cuanto al coste real de las tarjetas de pago, sobre el que nos ha preguntado la señora Starkevièiûtë, compartimos el deseo de su Señoría de una mayor transparencia en el mercado. La actitud favorable a la competencia significa que deberíamos ser conscientes de lo que está ocurriendo en el mercado, y el hecho de que no quedara claro por qué los consumidores se beneficiaban de ella, fue una de las razones para prohibir las tasas de intercambio de MasterCard; eso quedó muy claro. Nuestro propósito es tener unas tasas que aporten beneficios claros y verificables para los consumidores.
El señor Klinz ha hablado muy atinadamente de derechos, que siempre van ligados a responsabilidades: no sólo de los clientes, sino también de todos nosotros, los bancos y todos los participantes en el juego. Necesitamos una mayor transparencia, tenemos que tener claro qué estamos eligiendo. Es de esperar que los cambios al mercado apunten en esa dirección.
Charlie McCreevy, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, como ya apunté antes, los informes son sendos trabajos excelentes. Son concienzudos y coherentes y van a contribuir de forma significativa a nuestra labor en curso sobre servicios minoristas y financieros.
Agradezco que algunas personas quieran que avancemos más rápido respecto a algunas de las iniciativas, pero la velocidad no siempre equivale a igualdad. Estamos comprometidos con nuestros principios de «legislar mejor», incluidas las evaluaciones de impacto minuciosas. Algunas de nuestras iniciativas, como las cuentas bancarias, llevan en marcha desde hace años y deben fructificar este año. Otras, como nuestra labor sobre proyectos de inversión minorista, son algo más recientes y van a requerir más investigación para que podamos llegar a conclusiones en firme.
La señora Roithová se ha referido a los cambios bancarios y mi compañera Neelie Kroes se ha ocupado de ese asunto. Me gustaría simplemente apuntar que no podemos regular las comisiones como tales, sino que lo que realmente necesitamos es competencia real y la capacidad de los consumidores para cambiar ágilmente los proveedores con que no estén satisfechos. Desde luego, deseamos facilitarles que puedan cambiar y que dispongan de una variedad de interlocutores en el mercado. Eso, por sí solo, hará bajar los precios. La señora Margarita Starkevičiūtė ha planteado una serie de temas. He anotado todas sus sugerencias y vamos actuar sobre ellas en la medida de lo posible. El señor Ettl ha hablado de los bancos minoristas. El Libro Verde que hemos publicado aborda concretamente algunos de estas inquietudes reales.
Normalmente estoy de acuerdo con mi amigo, señor Wolf Klinz, pero a menos que lo haya entendido mal, he detectado que no era demasiado proclive al cambio de cuentas bancarias. Lo que estamos intentando hacer es permitir a los consumidores cambiar fácilmente de cuenta bancaria dentro de los Estados miembros. Me gustaría señalar que esto no es ingeniería aeroespacial. Otros Estados miembros se han embarcado en el tema de códigos de conducta y lo han hecho con bastante facilidad. Hemos concedido al sector bancario la oportunidad de autorregularse en este ámbito concreto. Me he reunido con algunos de ellos. Algunos salen con todo tipo de maravillosas y fantasiosas excusas acerca de por qué no se puede hacer, pero puedo asegurarle que no es astrofísica lo que estamos manejando. Es bastante sencillo de operar y constituye una oportunidad para que ellos demuestren que la autorregulación es la solución mejor. Pero, como he expuesto en mis anteriores comentarios, si no hacemos esto, disponemos de otras alternativas.
No obstante, estoy de acuerdo con el segundo punto del señor Klinz acerca de las estructuras bancarias en diferentes Estados miembros. Eso es algo que tienen que organizar exclusivamente los Estados miembros y en todos ellos existen estructuras bancarias diferentes. Un Estado miembro puede organizar sus estructuras en la forma que desee, pero si entra en el espacio de mercado libre, tiene que atenerse a las normas del Tratado, y eso puede desembocar a veces en conflictos. Sin embargo, la organización de la estructura bancaria en un Estado miembro es materia exclusiva del Estado miembro afectado.
Estoy de acuerdo con la señora McGuinness en lo referente a la operación de los códigos de conducta. Se ha referido al elevado nivel de hipotecas mixtas. Siempre me he mostrado algo remiso a explorar esa vía y me he resistido a ello durante años, pero en un momento dado, junto con otra persona, me permití aprovecharme de una de ellas. Fui uno de los afortunados. Acabé el período con beneficios, lo cual constituyó una sorpresa para mí y para todo el mundo, dada mi anterior reticencia en ese ámbito.
Sin embargo, no creo que se pueda culpar a todo el mundo por la forma en que han evolucionado las hipotecas mixtas. En su momento, fueron el producto de moda. Todo el mundo creyó en que esa era la forma de hacerlo y hubo un cierto nivel de venta agresiva. Pero pienso que, mientras el consumidor sea consciente de muchas de las trampas, es para lo que tienen que servir los códigos de conducta o cualquier otro tipo de protección del consumidor. Yo siempre le digo a la gente de negocios, ya sean grandes o pequeños —y deberíamos tenerlo presente como consumidores— que una cosa que parece demasiado buena, acaba siendo demasiado buena.
Gianni Pittella, ponente. − (IT) Señor Presidente, Señorías, quiero dar rápidamente las gracias a todos los diputados que han intervenido, y agradecer una vez más a los Comisarios y al señor Karas.
Deseo decir un par de cosas sobre las tasas de intercambio. Mi propuesta de directrices está basada en el convencimiento —y, desde luego, en esto discrepamos, señora Kroes— de que la tasa de intercambio es útil para el desarrollo y la eficacia del instrumento de pago. Además, en ausencia de las tasas de intercambio existe el riesgo de que los costes recaigan sobre los consumidores.
Pasando al tema de cuál es el mejor planteamiento para la regulación de los mercados financieros, creo —y así se lo he expuesto muchas veces al Comisario McCreevy— que los mercados financieros con una regulación insuficiente y pobre, y la autorregulación frecuentemente ineficaz, practicada por el sector bancario, son elementos cuyos efectos negativos han quedado claramente demostrados por la actual crisis financiera.
Por tanto, creo que sería equivocado pensar que la pertinente integración del sector financiero minorista puede lograrse únicamente por medio de la autorregulación del sector. El mercado financiero de productos minoristas sólo podrá considerarse a sí mismo debidamente integrado cuando se haya alcanzado y esté garantizado el grado de armonización plena que las normas sobre protección del consumidor pretenden alcanzar. La mejor forma de conseguirlo es por medio de una iniciativa legislativa de la Comisión.
Othmar Karas, ponente. − (DE) Señor Presidente, Señorías, deseo reiterar el agradecimiento expresado en principio a todas las personas implicadas, y solicitar a la Comisión que incluya en su totalidad las propuestas del Parlamento en sus deliberaciones legislativas.
El segundo punto es un consejo. Quiero apuntar a mis compañeros diputados que el informe sobre educación del consumidor —hoy hemos hablado largo y tendido de él— en el sector de los servicios financieros se está debatiendo en la Cámara y será sometido a debate en el Pleno en otoño.
Otro punto es que no debemos olvidar que los diferentes sistemas fiscales de los Estados miembros constituyen un obstáculo importante para la prestación de servicios financieros transfronterizos y que además provoca una baja interoperabilidad, sobre todo cuando los productos financieros se promueven con fines fiscales. Asimismo quiero hacer un llamamiento al sector y la banca para que practiquen la autorregulación a fin de realizar la labor preliminar a efectos del objetivo de este Libro Verde. En cuanto al tema de la normalización y la diversidad de productos, también hemos de decir «sí» a la normalización, siempre que no ponga en peligro la diversidad de productos. En lo tocante a las tasas de los bancos, de las que se ha ocupado la señora Roithová, la Comisión ya ha hecho referencia al SEPA.
No obstante, tenemos otros muchos obstáculos, a saber, el de que los derechos adquiridos en un país a menudo no pueden ser transferidos a otro y el obstáculo de que se pueda abrir una cuenta si se facilita una domiciliación. Y luego está la ausencia de definición del comercio electrónico: funcionan las transferencias de dinero trasnfronterizas, pero existen barreras a la hora de abrir una cuenta y respecto a otros derechos, que hemos de abolir. Tenemos trabajo de sobra para poner propuestas sobre la mesa. Deberíamos lograr resultados y proseguir el trabajo de manera coherente.
Presidente. − Se cierra el debate.
La votación se celebrará mañana.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Zita Pleštinská (PPE-DE), por escrito. – (SK) Un mercado financiero integrado que funcione correctamente constituye una condición previa necesaria para la ejecución de la Agenda de Lisboa. Los bancos desempeñan un papel esencial para transmitir las condiciones de la política monetaria, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas y a los consumidores. Aunque muchos clientes estarían interesados en utilizar servicios financieros transfronterizos, la apertura de una cuenta en un banco de un Estado miembro va acompañada de tanta burocracia que los clientes a menudo desisten de ello.
El sector bancario europeo debería mejorar y simplificar sus trámites de cierre de cuentas. Los estados de cuenta continúan siendo muy complicados y muchos consumidores no los entienden. La complejidad de los productos financieros hace difícil que los consumidores tomen decisiones informadas. Los consumidores también deben soportar unas tasas bancarias desproporcionadamente elevadas por los servicios y por la emisión de tarjetas de crédito.
Pienso que en lugar de regular las tasas bancarias, la UE debería garantizar que el sector bancario fuera competitivo. Los consumidores informados constituyen un componente esencial de la competencia económica entre bancos.
Creo que las organizaciones de consumidores desempeñan un papel importante, ya que son capaces de definir qué información consideran necesaria para permitir a los clientes tomar decisiones atinadas en lo referente a los productos bancarios. Pueden coordinar los programas de educación financiera destinados a aumentar la sensibilidad de los consumidores en cuanto a sus opciones para la gestión del dinero. Además ayudan a los consumidores altamente vulnerables.
Creo que llegará el momento en la UE en el que las organizaciones de consumidores no tengan que luchar por sobrevivir. Tan pronto como se conviertan en responsables de la política del consumidor, entenderán lo importante que son las finanzas.
Katrin Saks (PSE), por escrito. – La Comisión ofrece tres estrategias en el Libro Verde sobre servicios financieros minoristas para promover la integración de los mercados minoristas de servicios financieros: precios más bajos y más posibilidades de elección; aumento de los conocimientos de los consumidores y mejora de la protección de los consumidores.
En primer lugar, me gustaría centrarme en el aumento de los conocimientos de los consumidores y resaltar la necesidad de elevar el nivel de formación financiera. Durante la reciente audiencia sobre educación financiera de los consumidores hemos visto una serie de ejemplos prácticos de programas de dicha educación. Se podrían realizar esfuerzos adicionales para compartir buenas prácticas en este ámbito entre todos los Estados miembros, teniendo presente, sobre todo, a los nuevos Estados miembros.
En cuanto a las opciones de elección de los consumidores, está claro que aquellos que deseen cambiar de proveedor de servicios financieros tienen que tener la posibilidad de hacerlo con un mínimo de costes y barreras legales.
En cuanto a la información facilitada al consumidor, no basta con darles la mayor cantidad posible de información. Abrumar al consumidor con información provocará el efecto contrario. No obstante, hay que suministrarle la información suficiente para ayudar al consumidor a realizar elecciones informadas.
Silvia-Adriana Ţicău (PSE), por escrito. – (RO) En relación al informe Pittella, la auditoría del sector ha analizado la situación de la competencia en cuanto a los sistemas de pago, incluidos los sistemas de tarjeta, las oficinas de crédito, la cooperación entre bancos y las políticas de precios y de liquidación bancaria. La auditoría revela que existen diferencias notables entre las comisiones pagadas por las tarjetas bancarias. Así, se detectó que la mayoría de las redes nacionales de tarjetas de débito liquidan sus comisiones interbancarias a un nivel significativamente inferior que las redes internacionales, y que, en la mayoría de los Estados miembros, la mayoría de los bancos permiten la concesión de créditos hipotecarios, de créditos personales y de préstamos a las PYME en el momento de la apertura de una cuenta corriente.
Normalmente, el cliente no tiene la misma capacidad de negociación a la hora de iniciar la relación contractual con el banco del que se convierte en cliente. El cliente firma un contrato que no siempre lee, y en el caso de que lo haga, le gustaría sugerir cambios, lo cual no resulta posible. Desde este punto de vista, considero que las autoridades reguladoras competentes deberían supervisar la forma de los contratos ofrecidos por los bancos, a fin de proteger los intereses tanto de los clientes como del banco. Considero obligatorio que un cliente que abra una cuenta corriente reciba previamente una breve exposición de los costes aplicables durante el período completo de su utilización.