Presidente. - El siguiente punto son las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre la preparación de Cumbre UE-Rusia (26-27 de junio de 2008).
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. – (SL) Tengo la satisfacción de presentar la preparación de la vigésimo primera Cumbre UE-Rusia que se celebrará a finales de este mes, los días 26 y 27 de junio, en Khanty-Mansiisk, una ciudad situada al oeste de Siberia.
La Presidencia considera que la próxima Cumbre brinda una oportunidad perfecta para abrir un nuevo capítulo en las relaciones mutuas. En particular, debemos estar dispuestos a aprovechar el impulso positivo que podría dar la reciente elección del Presidente ruso Medvedjev a las relaciones entre la UE y Rusia.
El principal objetivo de la Cumbre es obviamente lanzar las negociaciones sobre el nuevo acuerdo marco con Rusia. Nos complace enormemente que el Consejo del 26 de mayo adoptara el mandato de negociación de la UE para el nuevo acuerdo. En los últimos meses, la Presidencia, junto con la Comisión, ha dedicado mucho esfuerzo a tratar de superar los obstáculos que quedan desde la perspectiva comunitaria.
Con la negociación de un nuevo acuerdo, la UE se esforzará en profundizar en mayor medida su cooperación con Rusia en los ámbitos de interés común, y en abordar de manera más eficaz las cuestiones en las que puedan surgir discrepancias. Como es habitual, la Cumbre ofrecerá la oportunidad de evaluar los avances en la aplicación de los cuatro espacios comunes. Permítanme esbozar brevemente sus características principales.
En cuanto al primer espacio común, el espacio económico, la Cumbre servirá para presionar con vistas a lograr un mecanismo de aviso temprano en el ámbito de la energía, ya que deseamos aprovechar plenamente todas las opciones que ofrece. Reiteraremos la importancia primordial de unas normas predecibles y estables para las inversiones extranjeras en Rusia. Además, la UE también tiene la intención de recalcar que las negociaciones formales para un acuerdo de libre comercio profundo e integral empezarán cuando Rusia haya completado su proceso de adhesión a la OMC.
En relación con el ya antiguo problema de las tasas por sobrevolar la región siberiana, la UE reiterará su solicitud de que se firme el acuerdo existente.
Por lo que respecta al segundo espacio común, el espacio de libertad, seguridad y justicia, la UE prevé expresar su inquietud por la situación de los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho en Rusia, en particular en el contexto de las recientes elecciones. Cabe añadir que esta inquietud es compartida tanto por la Presidencia como por el Parlamento Europeo. La Cumbre también brindará la oportunidad de evaluar los progresos relativos a la aplicación de los acuerdos de facilitación de visados y de readmisión.
En cuanto al tercer espacio común, la seguridad exterior, la UE subrayará que es preciso un mayor número de acciones concretas para ampliar la cooperación en el marco de la vecindad común. Ante todo, trataremos de poner de relieve que Rusia debe esforzarse por encontrar una solución al conflicto en la región de Transdniéster y en Georgia. Al mismo tiempo, debemos acoger con satisfacción que Rusia participe en la operación EUFOR en Chad y que esté de acuerdo en aumentar su cooperación en el marco de la Política Europea de Seguridad y de Defensa.
En cuanto al cuarto espacio común —investigación, educación y cultura— la Cumbre acoge positivamente el primer Consejo Permanente de Asociación en materia de Investigación, que tuvo lugar en mayo en Eslovenia. Por último, la Cumbre brindará la oportunidad de abordar cuestiones internacionales, como los conflictos estancados de Oriente Próximo, Irán y Afganistán, entre otros.
Señorías, para terminar me gustaría decir que la Cumbre hará especial hincapié en los cometidos de ambas partes para garantizar el desarrollo estable y democrático de los países pertenecientes a la zona de vecindad común. En este marco, la cooperación concreta entre la UE y Rusia resulta esencial para abordar los problemas que despiertan un interés y una inquietud mutuos y, en especial, los conflictos persistentes.
Y con esto doy paso al debate, que seguiré con interés.
(Aplausos)
Benita Ferrero-Waldner, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, con el nuevo Presidente ruso ya elegido, como acaba de decirse, y también con nuestro mandato para negociar al fin un nuevo acuerdo con Rusia, creo que tenemos la oportunidad de redefinir esta asociación esencial con nuestro mayor vecino sobre la base de una serie de intereses comunes. Llevar por buen camino la relación UE-Rusia es uno de los retos más importantes de la política exterior europea; esto lo sabemos todos.
El lanzamiento de las negociaciones será el elemento fundamental de la primera Cumbre UE-Rusia bajo la presidencia de Medvedjev en Khanty-Mansiysk a finales de junio. Inmediatamente después, los negociadores empezarán la primera sesión de su trabajo.
El nuevo acuerdo entre la UE y Rusia nos brinda la oportunidad de actualizar el marco jurídico en el que se sustenta nuestra relación para que refleje los cambios sustanciales experimentados tanto en Rusia como en la Unión Europea, porque desde que se negociara en los años noventa del siglo pasado el acuerdo de asociación y cooperación vigente en la actualidad se han producido numerosos cambios. Además, creo que nos ayudará también a ampliar el potencial de nuestra relación, que es enorme, y a perseguir los intereses de nuestros Estados miembros con mucha más energía.
Los aspectos esenciales deben ser: una cooperación política orientada a los resultados, una integración económica profunda, unas relaciones equitativas en materia de energía basadas, como mínimo, en los principios del Tratado sobre la Carta de la Energía, y unas relaciones aún más estrechas en el ámbito de la libertad, seguridad y justicia, así como la mutua apertura progresiva de nuestros sistemas educativos y científicos.
Al mismo tiempo, debemos seguir cooperando con Rusia en los cuatro espacios comunes, que el Presidente en ejercicio del Consejo acaba de mencionar y que figuran en sus hojas de ruta. Comprenden un amplio abanico de acciones que dan forma concreta a esta asociación estratégica.
El nuevo acuerdo también debe servir de marco jurídico para avanzar en este sentido en el futuro.
La Cumbre también nos permitirá escuchar de primera mano los aspectos que el Presidente Medvedjev considera prioritarios en su relación con la Unión Europea. Creo que debemos estar pendientes en todo momento de sus declaraciones a este respecto como, por ejemplo, la entrevista concedida al Financial Times, en la que afirmaba que deseaba profundizar en el estado de derecho en Rusia y también una mayor modernización de la economía rusa. Por supuesto, juzgaremos por los hechos.
Mientras que, al principio, sin lugar a dudas habrá una fuerte continuidad de las políticas rusas, el nuevo Presidente ha recalcado su compromiso con el estado de derecho y la modernización de la economía rusa, y creo que nosotros debemos alentarle a que lleve sus palabras a la práctica con acciones claras e inmediatas.
Aunque persigamos intereses comunes con Rusia, no debemos por ello dejar de ser claros y firmes por lo que respecta a la democracia y los derechos humanos. Seguiremos recordando a Rusia los compromisos que ambos firmamos, en particular, en el Consejo de Europa y también en la OSCE.
Con frecuencia hemos colaborado estrechamente con Rusia frente a conflictos internacionales, por ejemplo, como miembros del Cuarteto para Oriente Próximo —y probablemente de nuevo en Berlín la próxima semana—, pero también necesitamos, como nuestro colega ha dicho, constatar que Rusia sigue un programa positivo con respecto a sus otros vecinos; de hecho, nos preocupa que las recientes iniciativas rusas en Georgia puedan minar la estabilidad de la región. Por ello, en la visita que realicé hace unos diez días a Moscú, mantuve una larga conversación con el Ministro de Asuntos Exteriores Lavrov en la que abordé esta importante cuestión.
Gradualmente debemos establecer con Rusia un diálogo continuo de alto nivel que evite el enfrentamiento y que abarque todos los aspectos de la resolución de conflictos, incluidos el mantenimiento de la paz y los aspectos del mecanismo de la paz, ya que está claro que Rusia será un actor verdaderamente esencial en cualquier esfuerzo por alcanzar la paz en los conflictos persistentes.
Por otro lado, es natural que Tiflis esté muy preocupada por el mantenimiento de su integridad territorial, y en las conversaciones en la Cumbre sobre conflictos persistentes sin duda dejaremos claro que debe respetarse la soberanía e integridad territorial de Georgia y Ucrania; aunque creo también que debemos ser pragmáticos, realistas y tener un enfoque global desde el lado georgiano.
En mis contactos regulares con Georgia y con Rusia estoy exhortando al pragmatismo y a poner fin a un contexto de condiciones mutuamente excluyentes que no funcionarán.
En conclusión, la Cumbre UE-Rusia constituye una oportunidad para emprender una relación constructiva con la nueva administración, defendiendo nuestros valores y promoviendo nuestros intereses comunes. Espero con interés sus aportaciones y el debate en la Cámara.
(Aplausos)
Charles Tannock, en nombre del Grupo PPE-DE. – Señor Presidente, las relaciones UE-Rusia son uno de los mayores retos para la UE, y dentro de este Parlamento hay opiniones muy diversas —que oscilan entre enfrentarse al oso con un palo o hablar suavemente con una mezcla de zanahoria y palo— sobre el modo de tratar con Rusia bajo la nueva presidencia de Medvedjev, que muy apropiadamente significa «oso» en ruso.
No obstante, debemos concederle el beneficio de la duda por sus positivas declaraciones sobre la mejora del estado de derecho, los derechos humanos y la lucha contra la corrupción, estando la UE más comprometida con la asociación estratégica y el nuevo ACC con el que sigue siendo el país más extenso del mundo, que ahora proyecta una confianza renovada gracias a su economía de billones de dólares basada en los recursos minerales.
Las prioridades de la Cumbre deben incluir la seguridad energética con vistas a garantizar la fiabilidad de Rusia como socio comercial para el petróleo y el gas, pero también, dada la inminente adhesión de este país a la OMC, seguridad jurídica para las inversiones directas en Rusia realizadas por empresas occidentales de recursos naturales.
Rusia debe apoyarse en el respeto de la soberanía y la integridad territorial de sus vecinos cercanos y contribuir, en el marco de las Naciones Unidas, a resolver los problemas de Oriente Próximo, así como la proliferación de armas nucleares en Irán y Corea del Norte.
Rusia desempeña un papel clave en los Balcanes occidentales, también por lo que respecta a la resolución del problema de Kosovo, y no debe mostrarse remisa a que la OTAN se amplíe para incluir a Ucrania y Georgia; incluso podría ayudar a mejorar el clima político represivo en uno de sus países vecinos, Belarús.
Hay mucho de que hablar en la Cumbre de Mansiysk-Khanty. Confiemos en que el nuevo acto doble de Putin-Medvedjev tendrá un verdadero espíritu de reconciliación con la Unión Europea y en que el «no» de Irlanda no acabe con el frente común de los veintisiete Estados miembros de la UE ante Rusia.
Jan Marinus Wiersma, en nombre del Grupo PSE. – Señor Presidente, quisiera responder a los comentarios del Presidente en ejercicio y de la Comisaria. Nuestro grupo también alberga la esperanza de que, con un nuevo Presidente en Rusia y, al fin, con un mandato para las negociaciones sobre un nuevo acuerdo con Rusia, entremos en un período más positivo de cooperación con los rusos.
Durante los diez últimos años hemos presenciado el enorme crecimiento de la interdependencia entre la Unión Europea y Rusia. Por ese motivo, creo que es positivo colaborar con ellos con un mandato claro para definir más concretamente el trabajo que deseamos hacer en los cuatro espacios comunes que hemos estado desarrollando en los últimos años. Por supuesto, también queremos aprovechar las nuevas posibilidades para seguir —y quizás incluso en mayor medida— siendo socios en el panorama internacional.
También debemos trabajar para crear un marco seguro y transparente para las relaciones en materia de energía, lo que incluye, sin lugar a dudas, los aspectos comerciales, pero también la mejora del clima de inversiones en Rusia, cuya admisión y entrada en la OMC podría ser de gran utilidad.
También creo que debemos colaborar para abordar los problemas de la vecindad común. Ya hemos hablado del Transdniéster y el Cáucaso, pero también debemos estudiar cómo podemos encontrar, en un futuro próximo, algún tipo de fórmula conciliatoria con respecto a la cuestión de Kosovo.
También debemos crear mecanismos eficaces para tratar los incumplimientos de los derechos humanos y también —para decirlo de manera más positiva— para contribuir a promover el estado de derecho en Rusia.
Para finalizar, desearía hacer dos comentarios más. Quisiera destacar, como ya hemos hecho en repetidas ocasiones, que, si queremos que estas negociaciones nos resulten provechosas, debemos hablar con una sola voz. Además —y también esto lo he dicho antes— debemos seguir siendo un tanto pragmáticos. Disponemos de un poder limitado; Rusia no es un país candidato, no quiere incorporarse a la Unión Europea y sigue su propio curso. Desea cooperar, pero no integrarse. Creo que esto es algo que debemos tener en cuenta en los acuerdos y conversaciones que mantengamos en los próximos años.
Janusz Onyszkiewicz, en nombre del Grupo ALDE. – (PL) En la próxima Cumbre UE-Rusia, los líderes de los Estados miembros de la UE tendrán la ocasión de reunirse, por primera vez, con las nuevas autoridades rusas nombradas tras las últimas elecciones. Así pues, la Cumbre brindará una oportunidad excelente para conocer mejor la dirección de la política rusa y su posible puesta en práctica.
De las declaraciones del Presidente Medvedjev en Berlín ya se desprende bastante información sobre el rumbo que va a tomar esta política. En su discurso, el Presidente se refirió esperanzadamente a la lucha contra la corrupción y a un Gobierno basado en el estado de derecho. El problema principal radica en que el Presidente Putin, el antecesor del señor Medvedjev, hizo unas declaraciones más o menos semejantes al inicio de su mandato y, no obstante, todos sabemos cómo se desarrollaron las cosas y cuál es la situación actual. Este discurso también contenía una visión del mundo diferente a la que habríamos deseado oír. En la visión del mundo presentada por el señor Medvedjev, la Unión Europea o, más exactamente, los Estados miembros de la Unión se reducen a la función de meros socios económicos de Rusia. La actividad política que este país tiene intención de emprender cubre un área considerablemente más amplia, que va desde Vancouver hasta Vladivostok.
También debemos hacer referencia a una segunda cuestión. Se trata de algo más concreto, pero que reviste cierta urgencia y que no es otra cosa que la relación entre Rusia y Georgia. Según un acuerdo alcanzado en 1994, se destacaron a Abjasia tropas rusas bajo el mandato de la Comunidad de Estados Independientes, una asociación de países postsoviéticos. Abjasia forma parte de Georgia. Todo indica que estas tropas no están cumpliendo ninguna misión de mantenimiento de la paz, sino que en realidad son parte en el conflicto entre los separatistas de Abjasia y el Gobierno de Georgia, como demuestra el derribo de un avión georgiano no pilotado por otro ruso. De conformidad con una reciente decisión unilateral adoptada por las propias autoridades rusas, estas fuerzas se han reforzado sustancialmente.
Si la Unión Europea participara en la resolución de este conflicto y actuara como entidad fidedigna y de confianza, las cosas podrían tomar otro rumbo.
Rebecca Harms, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, estoy algo irritada por los discursos que hemos escuchado sobre las negociaciones y las próximas conversaciones, puesto que se ha comentado muy poco que Europa no tiene una posición unida o unánime en relación con muchos asuntos que surgirán en lo que, desde mi punto de vista, serán conversaciones importantes con el Presidente Medvedjev. Esto es especialmente aplicable a todo el ámbito de la política energética. En mi opinión, existe un grave problema: que con mucha frecuencia hablamos de nuestra dependencia de las importaciones de petróleo y gas de Rusia, pero no hemos creado ninguna estrategia común sobre el particular. En cambio, los Estados miembros mayores, por su cuenta, están siguiendo sus propias estrategias en este ámbito, y no se ha forjado ninguna estrategia verdaderamente común a escala comunitaria en materia de seguridad energética en relación con los acuerdos con Rusia.
Lo mismo sucede en otro ámbito especialmente delicado. Me complace que, al margen de la cuestión de Georgia, se haya hecho alusión al resto de los conflictos, para que cuando abordemos el asunto de Georgia, también incluyamos Abjasia y Osetia. En mi opinión, la Comisión y el Consejo se han olvidado de tocar otro tema en sus discursos introductorios: cómo debemos tratar ahora con Rusia estos conflictos persistentes tras la decisión sobre Kosovo. Como Parlamento, necesitamos disponer de más datos y, como miembro de la delegación que visitó recientemente Moscú, también tengo un gran interés en el destino de las organizaciones no gubernamentales en Rusia, puesto que se encuentran sujetas a una legislación terrible, algo que creo que también debe incluirse en el programa.
Adam Bielan, en nombre del Grupo UEN. – (PL) Señor Presidente, hace ya algún tiempo que somos conscientes de la preocupante inclinación de la empresa rusa Gazprom a reclutar a antiguos dirigentes de los países de la Unión Europea. El mejor ejemplo es el caso del señor Schröeder, el antiguo Canciller alemán. El señor Schröeder firmó primero un acuerdo con Rusia para la construcción del gasoducto Stream Nord y, posteriormente, se hizo con un puesto en el consejo de la empresa. En el sur de Europa se están dando casos similares, esta vez en relación con el próximo proyecto de Gazprom, el gasoducto South Stream. Me gustaría destacar que ninguna empresa energética occidental mantiene una relación con su Estado de procedencia tan estrecha como la que mantiene Gazprom con el Kremlin. En el caso de los planes de Gazprom, nos enfrentamos con fríos cálculos políticos. Los principios normales del mercado, sencillamente, no se aplican.
Ha llegado el momento de que la Unión sea consciente de ello y actúe para evitar una situación en la que una empresa promovida por el Estado puede usar gasoductos para ejercer presiones políticas. El control de la energía de Rusia conducirá inevitablemente a un nuevo aumento del coste de la energía en Europa. Además, Rusia podrá aprovechar su condición de proveedor de gas y petróleo para beneficiarse de concesiones políticas.
Está muy claro que la Unión Europea tiene que entablar buenas relaciones con Rusia. Sin embargo, para lograrlo debe demostrar unidad, una unidad de la que actualmente carecemos. Espero fervientemente que en la próxima Cumbre UE-Rusia aprovechemos la ocasión para demostrar la solidaridad de la Unión Europea ante la hegemonía energética de Rusia.
Vladimír Remek, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (CS) Señorías, me complace ver que por fin se han podido superar los obstáculos planteados por algunos Estados miembros para bloquear el inicio de las conversaciones con Rusia con vistas a un nuevo Acuerdo de Colaboración y Cooperación. Tras dieciocho meses, la víspera de la Cumbre, la Comisión recibió al fin el mandato de negociar con Rusia. Esto podría ser beneficioso para ambas partes, pero no nos dejemos llevar por el optimismo. Si en nuestras conversaciones sobre cuestiones tan complejas como, por ejemplo, la cooperación en materia de energía, el cambio climático o la seguridad nos atrincheramos en nuestras posiciones, nos atacamos ruidosamente entre nosotros con exigencias —a menudo poco realistas— que rematamos con ultimátums, no cabe duda de que no iremos a ninguna parte. Con todo, a algunos de los presentes aún les cuesta entender esto. Como es lógico, esta situación desemboca en tablas, como en el ajedrez. No obstante, lo que necesitamos es un nuevo nivel en nuestras relaciones, unas relaciones adecuadas para el siglo XXI, y tenemos la oportunidad de lograrlo. Creo que si aprovechamos esta oportunidad, serviremos mejor a los intereses de los ciudadanos de la UE.
Bernard Wojciechowski, en nombre del Grupo IND/DEM. – Señor Presidente, Churchill dijo una vez que «Rusia es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma». La Unión Europea ha llegado a un acuerdo con respecto a lo que desea de Rusia. La pregunta es: ¿con qué rapidez lo deseamos?
En lo referente a la política energética, Alemania no atiende a las demandas de Polonia y Lituania. Nord Stream, Depal, da la impresión de que todos los gasoductos de Rusia pasan por encima de los países de la Europa central. Esto no es un sueño de gasoductos, como dijo el hombre de la Perestroika, Gorbachev. The Economist reconoce que el gasoducto báltico se concibió en secreto. Las demandas lituanas de unas condiciones más firmes en materia de energía parecen, por consiguiente, pertinentes. Muchos burócratas europeos se enfurecen ante esta postura, que fortalece la idea de unos países postcomunistas neuróticos.
Por otro lado, el Ministro de Economía alemán amenaza con que su país no dejará que la Comisión Europea dicte decisiones en sus dependencias de Bruselas. Tengo la impresión de que no se refería a los derechos humanos.
La iniciativa de la «Asociación oriental» impulsada por Polonia y Suecia puede llegar a ser espectacular. La osadía es buena, pero el sentido común es mejor.
La asociación entre la UE y Rusia es precaria. No tendrá éxito sin Polonia, que es el vecino natural de Rusia por tierra, agua y aire. Es algo que obviamente todas las partes necesitan tener en cuenta, especialmente hoy, cuando se ha derribado el Tratado de Lisboa y los ladrillos que caen pueden lesionar a quien se encuentre en su trayectoria. Las buenas resoluciones serán inútiles si interfieren con la soberanía de las naciones.
«Quizás haya una llave para Rusia. Y esa llave son sus intereses nacionales», añadió Churchill. La afirmación de que «nada es imposible en Rusia, salvo una reforma», parece que ya no es cierta. Cualquiera que sea el enfoque, la UE necesita cooperar con Rusia, y viceversa.
Bruno Gollnisch (NI). – (FR) Señor Presidente, Señorías, como el señor Wojciechowski ha dicho en su intervención anterior, las relaciones con Rusia son extremadamente delicadas y están plagadas de ambigüedades. Comprendo la actitud de nuestros compañeros de Europa central y oriental, y de los Estados bálticos en particular, que han sufrido en gran medida la dominación rusa en forma de control soviético, así como un áspero sistema opresivo, al que felizmente ya se ha pasado página. Creo que debemos aprovechar esta oportunidad de establecer unas relaciones amistosas más amplias con el gran pueblo ruso, que sin lugar a dudas es europeo y de alguna manera también el guardián de Europa. Rusia se enfrenta a los mismos problemas que nosotros: una tasa de natalidad en descenso, mientras que paralelamente el vasto territorio siberiano bien podría resultar una opción atractiva para los más de mil quinientos millones de chinos que consideran que se les robó parte de su territorio.
Creo que los malentendidos que puedan existir y persistir con Rusia y que esperamos aclarar en la Cumbre UE-Rusia del 14 de noviembre son también, en parte, responsabilidad nuestra. Nos subimos al tren de la política estadounidense y volvimos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte —y ahora me estoy refiriendo a Francia— como respuesta al Pacto de Varsovia. Una vez extinguido el Pacto de Varsovia, creo que Rusia albergó muy legítimamente sospechas acerca de nuestras intenciones, y quisiera que ambos lados aclarásemos estos malentendidos.
Elmar Brok (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, señor Presidente en ejercicio, puesto que algunos de nuestros compañeros que se oponen al Tratado de Lisboa han pedido una política uniforme con respecto a Rusia, permítanme refrescarles la memoria: en Moscú, se descorcharon botellas de champán tras el resultado de la votación irlandesa, ya que se consideró una prueba más de la debilidad de Europa, con lo cual Rusia podrá «seguir procediendo como de costumbre» con los distintos países por separado.
Me complace que el Acuerdo de Colaboración y Cooperación se pueda negociar por fin, acuerdo que abordará cuestiones fundamentales como la seguridad del suministro energético. Y es precisamente el Tratado de Lisboa el que nos conferirá los poderes necesarios para abordar esta cuestión, y también la de los derechos humanos.
Tengo la certeza de que, al igual que la Canciller Merkel, la Presidencia eslovena representará los intereses de Europa, y que la propia Canciller Merkel defenderá en Sochi los derechos humanos y los intereses políticos. Estoy convencido de que en este sentido tendremos éxito, y debemos recordar al señor Medvedjev lo que él mismo ha dicho: que los Estados deben medirse en función del desarrollo de la democracia y el estado de derecho. Éstas son afirmaciones que debemos tomarnos muy en serio.
Sin embargo, también debemos dejar claro que hemos compartido intereses con Rusia, no sólo en materia de energía, ámbito en el que necesitamos afianzar la seguridad de suministro. Rusia es, al fin y al cabo, miembro del Consejo de Seguridad. ¿Cómo podemos detener la proliferación de armas de destrucción masiva si no conseguimos aliarnos con Rusia, o tratar cuestiones como Irán, Oriente Próximo y otras regiones? Debemos dejar esto claro. Pero, al mismo tiempo, Rusia no debe acumular demasiado poder por medio de Gazprom. Los rusos deben sujetarse a las mismas normas de competencia que el resto.
Permítanme hacer un último comentario: si estamos tratando de afirmar nuestros intereses comunes con Rusia mediante una asociación estratégica, debe quedar claro que ya no hay margen para una política del «extranjero cercano» y de esferas de influencia. En una Europa de Estados independientes, cada país debe tener derecho, de conformidad con el Convenio de Helsinki, a establecer una alianza o no, según crea conveniente. Ningún país tiene derecho a vetar las decisiones independientes adoptadas por otro país europeo. Esto es algo que debe quedar igualmente claro.
Hannes Swoboda (PSE). – (DE) Señor Presidente, muchos de nuestros compañeros diputados proceden de países que han tenido una mala experiencia con la Unión Soviética. Tanto la Comisaria como yo mismo venimos de un país que pasó por experiencias tanto positivas como negativas con la extinta Unión Soviética. La Rusia de hoy recuerda en determinados aspectos a la antigua URSS. No obstante, se trata de una nueva Rusia que tiene un nuevo potencial.
La tarea ahora consiste en esforzarse al máximo para garantizar que Rusia no vuelva a recordarnos a la Unión Soviética del pasado. Para ello son necesarias dos cosas: una posición clara e inequívoca y una voluntad de entablar un diálogo con esta nueva Rusia. Por lo que respecta al problema de Kosovo, por ejemplo, tenemos una posición diferente de Rusia, pero a pesar de todo tenemos que entablar conversaciones con este país para llegar a una solución. La política de vecindad es otro ejemplo: lo que nosotros ofrecemos a los países vecinos difiere mucho de la posición de Rusia, que a menudo adopta, todavía hoy, una postura imperialista ante sus «extranjeros cercanos».
Por tanto, si queremos ayudar a estos países debemos apoyar claramente a países como, por ejemplo, Georgia, pero también debemos conversar con Rusia sobre las maneras de alcanzar una solución pacífica a estos conflictos, sea en Abjasia o en Osetia del Sur.
En materia de energía, debemos asegurarnos de encontrar recursos propios; necesitamos el gasoducto de Nabucco, por ejemplo, para gozar de una posición de negociación más fuerte frente a Rusia. Pero esto no significa que no tengamos que negociar con Rusia en materia de energía y en otros asuntos. Así pues, mi Grupo y yo no consideramos que ambas opciones —una posición clara e inequívoca y una política independiente— sean excluyentes y, de hecho, necesitamos las dos cosas para que, desde esta sólida posición, podamos abordar las negociaciones y conversaciones con Rusia. Confío en que logremos alcanzar nuestro objetivo.
PRESIDE: MANUEL ANTÓNIO dos SANTOS Vicepresidente
Henrik Lax (ALDE). – (SV) La energía será una de las cuestiones importante de la Cumbre. La UE necesita gas de Rusia, y Rusia necesita ingresos de exportación de Europa. Así pues, la Cumbre quizá revista una importancia crucial para decidir si se hará realidad el gasoducto de Nord Stream desde Rusia a Alemania pasando por el Báltico.
Este proyecto podría tener graves repercusiones sobre el frágil ecosistema del mar Báltico, pero la mayor amenaza que plantea el proyecto es la falta de confianza entre Rusia y los países ribereños del Báltico. Si el gasoducto llegase a hacerse realidad, se necesitarían, por parte de ambas partes, Rusia y Alemania, medidas claras para aumentar la confianza. Rusia debe, entre otras cosas, ratificar el Convenio de Espoo, que regula el reparto de responsabilidades en los proyectos transnacionales que pueden tener repercusiones medioambientales en países vecinos, además de abandonar la idea de que la armada y el ejército rusos participen en la construcción del gasoducto. Esto es algo que jamás se permitirá, al menos no en las aguas jurisdiccionales de Finlandia. Alemania, por su parte, debe en primer lugar reconocer que el proyecto afecta a todos los Estados miembros de la UE ribereños del mar Báltico y que se trata de un asunto común de la UE. Además, debe demostrar su solidaridad con Polonia y los tres Estados bálticos y convencerlos de que el proyecto no implicará que se les discrimine en relación con el suministro de energía. Alemania debe hacer honor a la Resolución que estamos debatiendo, en la que se afirma que la UE debe mantenerse unida en sus acciones con respecto a Rusia en los proyectos de energía a gran escala. El gasoducto no debe poner en peligro el mercado interior de la UE. Es la UE, y no la rusa Gazprom, la que debe establecer las normas para regular el comercio de energía en el mercado interior.
Ģirts Valdis Kristovskis (UEN). – (LV) Señorías, el discurso de la Comisaria Ferrero-Waldner nos lleva a suponer que la Resolución del Parlamento es un prominente ejemplo de corrección política; algo así como una reverencia al nuevo Presidente de Rusia, el señor Medvedjev. No obstante, debemos seguir teniendo presente que el Primer Ministro Putin —el Presidente y el señor Putin— son la misma persona, y que está aplicando una política basada en el «divide y vencerás» orientada directamente a los Estados miembros de la UE. En estas circunstancias, es de vital importancia que el acuerdo de colaboración tenga éxito. La Unión Europea no debe mostrar ninguna debilidad. En sus conversaciones debe demostrar la unidad de los Estados miembros y su solidaridad como única fuerza. Debe atacar las incongruencias demostradas por Rusia hasta la fecha y promover un mercado integrado y el libre acceso a las infraestructuras y a la inversión en Rusia. Debe exigir que Rusia se muestre dispuesta a cumplir los requisitos de la Organización Mundial del Comercio. Tenemos que reforzar la posición unificada de la Unión Europea en los asuntos estratégicos relativos a los Estados con regímenes no democráticos. La Unión Europea debe confirmar que sigue siendo un baluarte de la democracia y los valores comunes.
Sylwester Chruszcz (NI). – (PL) Señor Presidente, la reunión en Siberia entre los representantes de la Unión Europea y Rusia debe ser una reunión entre amigos que desean un verdadero entendimiento mutuo. Si queremos mejorar nuestras relaciones, debemos tratar a nuestro socio con seriedad. He oído decir en esta Cámara que la Unión Europea desea enseñar a Rusia las normas de la democracia. Sin embargo, en Bruselas hay un déficit democrático. También he oído cómo en esta misma Cámara se ponían en duda los resultados del referéndum irlandés.
Por otra parte, se ha dicho que a sus Señorías les preocupa la situación en Georgia. ¿No es el colmo de la hipocresía? Un día se infringe la integridad territorial de Serbia mediante el reconocimiento de Kosovo, y al día siguiente se niega al pueblo de Abjasia la posibilidad de independizarse y se le dice que para su país rigen otras normas. Señorías, deben comprender que fue Stalin quien invadió Abjasia y la incorporó a Georgia. Hoy no podemos tomar parte en un mundo que no conocemos. Creo que para tratar con los rusos, debemos conocer no sólo su historia, sino también su mentalidad. Claramente, Rusia cuenta actualmente con un buen Gobierno. La calidad de vida del pueblo ruso ha mejorado, y Rusia se está convirtiendo en un país democrático. No hay motivo para que los funcionarios de la Unión adopten un tono aleccionador. Porque lo único que se consigue es irritar a Moscú.
Ria Oomen-Ruijten (PPE-DE). – (NL) Señor Presidente, señora Comisaria, el diálogo es la única manera de evitar malentendidos. Por fin se van a mantener conversaciones detenidas, pues estamos abriendo el diálogo con la Federación de Rusia al iniciar las conversaciones para el Acuerdo de Colaboración y Cooperación. Es positivo que empiecen las negociaciones. En los últimos diez años se han producido una cantidad increíble de cambios, tanto Rusia como en la Unión Europea, pero también ha aumentado nuestra mutua dependencia. Por eso las dos partes necesitan buenos acuerdos vinculantes en materia de energía, pero también sobre el cambio climático. Señor Presidente, en estos acuerdos no podemos olvidarnos de determinados principios básicos. Aunque algunos Diputados puedan albergar dudas, es precisamente ahora cuando debemos trabajar con ahínco en aras de los valores comunitarios, como el refuerzo del estado de derecho, la lucha contra la corrupción y la insistencia en la importancia de un debate social independiente en la propia Rusia.
Señor Presidente, las negociaciones no van a ser fáciles. En mi opinión, el nuevo acuerdo no debe ser enciclopédico, sino que debe recoger una serie de elementos totalmente esenciales de obligado cumplimiento para ambas partes.
Señor Presidente, no podemos esperar a que el acuerdo esté sobre la mesa, porque necesitamos escuchar signos positivos por parte del Kremlin en relación con varios asuntos. En este sentido, me preocupan sobremanera ciertos acontecimientos recientes: Chechenia, el caso de TNK contra BP y Abjasia. Desearía escuchar de labios del Presidente lo que él entiende por «acción conjunta».
Kristian Vigenin (PSE). – (BG) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, permítanme empezar diciendo que el mundo ha cambiado mucho y que la yuxtaposición de bloques es ya cosa del pasado. Rusia también ha cambiado mucho. La Rusia de junio de 2008 es muy diferente de la Rusia de junio de 2000, por ejemplo. La Unión Europea se enfrenta al reto de establecer y desarrollar un nuevo tipo de relaciones para las que no hay precedentes. Necesitamos desarrollar estas relaciones teniendo muy claro que son más las cosas que nos unen que las que nos dividen. Existen numerosos problemas que sólo podemos resolver cooperando con Rusia. Éstos se refieren también a problemas mundiales, como el cambio climático, la lucha contra el hambre y las pandemias o el terrorismo. Otros son, por naturaleza, de índole regional, aunque revisten una enorme importancia para la Unión Europea: la seguridad del suministro energético, las relaciones comerciales y económicas o las relaciones con vecinos comunes. Hay otra cuestión que nos separa: los derechos humanos, la libertad de expresión o nuestra forma de entender la democracia y los sistemas democráticos. Pero debemos ser suficientemente pragmáticos y basar nuestro diálogo no en el enfrentamiento, sino en nuestros objetivos comunes.
Es un hecho que en los últimos años se ha acumulado desconfianza, pero ahora tenemos la oportunidad de comenzar un diálogo con el nuevo inquilino del Kremlin. Quisiera poner de relieve el papel de Rusia en los Balcanes occidentales. Creo que, en este sentido, necesitamos un diálogo muy activo para involucrar a Rusia en la búsqueda de soluciones a los problemas de la región, para convencerle de que apoye los esfuerzos de la Unión Europea para garantizar la estabilidad a largo plazo, incluido el uso de la misión EULEX en Kosovo. Desearía que en la próxima Cumbre se abordara también el papel de Rusia en la región del Mar Negro, y decir que está en nuestras manos que funcione o no la política del «divide y vencerás».
István Szent-Iványi (ALDE). – (HU) Señor Presidente, señora Comisaria, en su discurso inaugural, el Presidente Medvedjev declaró su lealtad a la democracia, afirmando que consideraba la restauración del estado de derecho como una de sus obligaciones más importantes. Si no son sólo palabras vacías y tiene realmente la intención de hacerlo, puede que las relaciones con Rusia mejoren sustancialmente. Nuestras expectativas son moderadas, pero estamos abiertos y optimistas. Nos interesa sobremanera contar con Rusia como socio estable y de confianza para ayudar a resolver en colaboración los conflictos persistentes y para impedir la proliferación de armas nucleares. Estamos considerando a Rusia como un socio, pero Rusia también debe decidir si desea considerarnos como socios o como un conjunto de rivales a los que conviene enfrentar entre sí. Acogemos con satisfacción la voluntad de establecer un nuevo acuerdo de colaboración UE-Rusia, que debe ampliarse para que abarque cuestiones energéticas y contenga los principios fundamentales de la Carta de la Energía. Europa debe encarar las negociaciones con una posición decidida y unida si quiere obtener resultados reales.
Pienso que es positivo que la Cumbre se celebre en la capital de Khanty-Mansi. También está previsto que paralelamente se celebre en esta misma localidad el Congreso Mundial de los Pueblos Fino-úgricos. Espero que no se trate de un simple gesto aislado por parte de Rusia hacia estos pueblos, sino que tenga verdaderamente la intención de mejorar su situación y garantizar sus derechos. Llegados a este punto, desearía pedir a la Comisaria Ferrero-Waldner y a la Comisión que agilicen la puesta en práctica de la «acción preparatoria» para ayudar a los pueblos fino-úgricos, porque creemos que existe una enorme carencia en este ámbito. Gracias.
Inese Vaidere (UEN). – (LV) Señorías, el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores ha diseñado una estrategia integral sobre el modo de aprovechar la presencia de sus compatriotas en la Unión Europea, en particular en los Estados bálticos, para reforzar la influencia política y económica de Rusia. El Presidente Medvedjev acaba de firmar un decreto por el que suprime los visados de entrada a Rusia para quienes no sean ciudadanos de Letonia y Estonia, a los que en esencia reconoce como ciudadanos rusos. De este modo, los no ciudadanos que, para obtener la ciudadanía, sólo tienen que aprender mínimamente el idioma local, tendrán privilegios mayores que los ciudadanos y menos incentivos para obtener la ciudadanía. Esta actuación —como la promesa de que se les concederá el derecho a voto en las elecciones locales— constituye un obstáculo real para la integración de los no ciudadanos. La «democracia administrada» de Rusia ha anunciado crecientes restricciones a la libertad de prensa, de expresión y de reunión. Los auténticos defensores de la democracia rusos han solicitado nuestro apoyo en reiteradas ocasiones, tanto a la Subcomisión de Derechos Humanos como durante la visita a Moscú. El pragmatismo planificado de la Resolución nos ha permitido, sin embargo, olvidarnos de nuestros principios, aunque en la práctica todo el crecimiento económico en Rusia se base en nuestros pagos por sus recursos energéticos.
Jana Bobošíková (NI). – (CS) Señorías, la Unión Europea —y me refiero al Consejo— debe definir claramente la idea que tiene de las relaciones con Rusia. Debe dejar claro si las negociaciones en relación con, por ejemplo, los suministros de gas, Kosovo, la libertad de expresión y los derechos humanos, van a ser conducidas por los Estados miembros de forma individual o si existe la posibilidad de alcanzar un consenso, aunque sea muy básico, sobre algunos de los intereses comunes. Desde mi punto de vista, va en beneficio de los ciudadanos que la Unión hable con una sola voz en sus relaciones con Rusia. Por desgracia, no sucede así. Debemos presionar para conseguir la creación de una atmósfera comercial y política más estable con Rusia, que incluya menos barreras de importación y permita un margen mayor a los inversores de la Unión. La adhesión de Rusia a la Organización Mundial del Comercio contribuirá sin duda a ello. Por supuesto, deberíamos insistir enérgicamente en el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales como parte de tal asociación. La Unión, una entidad múltiple y sólida, y Rusia, una superpotencia, deben dejar de comportarse como dos pueblos unidos únicamente por una carretera estrecha y un gasoducto. Deben esforzarse por lograr una mayor integración económica mutua, y su asociación debe ser un matrimonio de conveniencia, no un idilio de amor.
Tunne Kelam (PPE-DE). – Señor Presidente, al acoger con satisfacción las palabras del Presidente Medvedjev sobre la importancia de los derechos civiles y el estado de derecho, la UE debería dejar totalmente claro que la credibilidad de sus palabras sólo puede medirse ante todo demostrando un total respeto por las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y contribuyendo a la reforma de este organismo.
El punto de partida más importante para entablar unas mejores relaciones es la unidad entre los Estados miembros de la UE. Deseamos subrayar, en especial, la necesidad de conceder prioridad a los beneficios a largo plazo de una posición común en detrimento de las posibles ventajas a corto plazo de los acuerdos bilaterales en cuestiones concretas.
Estas prioridades son especialmente pertinentes en el ámbito económico y energético, donde la cooperación a largo plazo sólo puede basarse en principios de transparencia y reciprocidad, así como en el acceso equitativo a los mercados, las infraestructuras y la inversión.
Reino Paasilinna (PSE). – (FI) Señor Presidente, señora Comisaria, tengo ante mí un estudio realizado este mismo año sobre los empresarios rusos. Sorprendentemente, piensan como nosotros. ¿Qué tipo de Rusia desearían ver en 2020? Entre un 50 % y un 70 % desean, en primer lugar, libertad, en segundo, educación, en tercero, integración, en cuarto, respeto a la ley, y en quinto, buena salud. No hay nada de malo en todo ello. Sólo un 30 % de estos empresarios anhelan ser ricos. Por consiguiente, no cabe preocuparse por las oligarquías que todos recordamos.
Rusia tiene intención de modernizarse, y éste es un objetivo que comparten los líderes y ciudadanos del país. Las inquietudes de los empresarios entrevistados nos resultan familiares: el 70 % de ellos opina que el envejecimiento de la población es motivo de gran preocupación, al igual que para nosotros. Por lo que respecta a la corrupción en las altas esferas, es cierto que nosotros tenemos un nivel inferior, mientras que allí es muy común. Más del 50 % opinan que la independencia judicial y los derechos civiles son importantes. Las deficiencias educativas es otro de los motivos de preocupación. La Unión puede servirles de ejemplo y ofrecer su ayuda en casos de infraestructuras deficientes o burocracia rígida. Por eso creo que, ahora que dependemos de Rusia en suministro energético, tenemos la oportunidad de ofrecer nuestra experiencia para promover la modernización del país, que es su objetivo.
Christopher Beazley (PPE-DE). – Señor Presidente, la Comisaria Ferrero-Waldner ha hablado de la importancia de establecer una buena relación entre la UE y Rusia.
Una cuestión que, desde mi punto de vista, reviste una importancia particular es la cuestión de la sociedad civil. ¿Contempla la posibilidad de lanzar algún programa o proyecto específico que quizá debamos empezar a considerar con vistas a realizar intercambios universitarios o intercambios culturales y artísticos y, en tal caso, podría especificar cuáles?
Creo que es necesario recalcar nuestra decepción en este contexto. Las oficinas del British Council en San Petersburgo y Ekaterinburgo se han cerrado, en contra de la práctica diplomática normal.
También es necesario subrayar la relación en materia de energía. Puesto que somos un buen cliente, nos encontramos en una posición sólida. Gazprom no ha logrado convencer del todo a este Parlamento, en la Comisión de Asuntos Exteriores, en la Comisión de Industria, Investigación y Energía y en la Comisión de Peticiones. Necesitan reflexionar. Y nosotros necesitamos una buena relación en la que no pequemos de ingenuos, en la que no nos dejemos llevar por nuestras ilusiones y en la que nuestros socios y homólogos rusos no alberguen desconfianzas, no se sientan amenazados ni necesiten adoptar una posición ofensiva.
Adrian Severin (PSE). – Señor Presidente, la próxima Cumbre UE-Rusia tendrá lugar entre una Federación de Rusia en alza —aunque sólo sea temporalmente— y una UE que no sólo acusará el «no» irlandés al Tratado de Lisboa, sino también la falta de una visión clara sobre el modo de salir de esta crisis.
La propia Rusia es motivo de divisiones dentro de la Unión Europea. En realidad, nos divide en idealistas y pragmáticos; en geoestrategas partidarios de la confrontación y conciliadores; en antiguos combatientes de la guerra fría y nuevos oportunistas utilitarios.
Por otro lado, un gran problema es que Rusia no tiene una política para la Unión Europea, sino que prefiere tratar con cada miembro de la Unión por separado. Ésta es una situación que no podremos cambiar antes de que establezcamos una política europea común con respecto a Rusia. Debemos decirle a Rusia que, para poder entablar relaciones provechosas con nosotros y beneficiarse de la apertura mutua de los mercados, se necesita una interoperabilidad institucional y política que garantice la separación entre las políticas económicas y las estrategias geopolíticas.
Así pues, se necesita un espacio común de justicia, libertad y seguridad que se caracterice por la transparencia, la responsabilidad y la claridad.
Francisco José Millán Mon (PPE-DE). - (ES) Señor Presidente, la relación de la Unión Europea con Rusia debe ser constructiva, pero también exigente. Es, como nosotros, miembro del Consejo de Europa, por lo que debe respetar sus principios y valores.
Celebro que el Presidente Medvédev haya resaltado recientemente la importancia de los derechos humanos y del imperio de la Ley.
La Unión Europea y Rusia tienen un gran potencial de relación y ahora nos encontramos ante el reto de la negociación del nuevo acuerdo de colaboración y cooperación, que permitirá avanzar más rápido en los llamados «cuatro espacios comunes».
Quiero destacar la importancia de uno de estos espacios: las relaciones económicas. Más de la mitad del comercio ruso se realiza con la Unión. La creación de un mercado integrado, con normas más transparentes y no discriminatorias, intensificará y diversificará las relaciones económicas y comerciales entre Rusia y la Unión Europea. Además, es imprescindible aumentar la seguridad jurídica en Rusia.
Señorías, Moscú es un actor clave en el plano internacional. Miembro permanente del Consejo de Seguridad, su cooperación es necesaria para lograr la paz y la estabilidad en Europa y en el mundo.
Por nuestra parte, necesitamos una actitud unitaria de los 27 en las relaciones con Rusia. Todos los analistas, recientemente Mark Leonard, en un interesante estudio, subrayan que la ausencia de una posición unitaria perjudica a la Unión...
(El Presidente interrumpe al orador)
Csaba Sándor Tabajdi (PSE). – (HU) Señor Presidente, la Cumbre que está a punto de celebrarse ofrece una salida al punto muerto al que llegamos hace más de un año y medio, y con suerte contribuirá a hacer avances importantes en las relaciones entre la Unión Europea y Rusia. La Unión Europea necesita a Rusia; pero no nos dejemos engañar, Rusia necesita a Europa al menos en igual medida, como socio económico y consumidor de energía. Dependemos mutuamente en el ámbito de la energía y en muchos otros. Por este motivo, creo que los temores en relación con la creciente influencia rusa resultan exagerados, aunque numerosas declaraciones de los líderes rusos nos induzcan a albergarlos. En interés del desarrollo futuro de las relaciones estratégicas entre la UE y Rusia, es vital establecer cuanto antes un régimen de exención de visado; esto es crucial para el progreso de las relaciones entre ambas partes. Para terminar, como Presidente del foro fino-úgrico del Parlamento Europeo, desearía reiterar la petición del Diputado señor Szent-Iványi a los Jefes de Estado de la UE de que participen en la Cumbre: por favor, ofrezcan apoyo a los pueblos fino-úgricos. Gracias por su atención.
Bernd Posselt (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, yo también opino que el gasoducto entre Alemania y Rusia sólo debe construirse con el consentimiento de los otros Estados miembros de la UE afectados. Sin embargo, esos mismos Estados miembros no deben luego negociar con otra gran potencia, es decir, con Estados Unidos, sobre misiles o visados. Europa sólo podrá adoptar una posición firme frente a Estados Unidos y Rusia si se une en un frente único.
Quiero dejar clara una cosa: es tarea nuestra decirles a los rusos que establecer una buena asociación con Europa favorece a sus intereses fundamentales. Pero esto implica que Rusia no pueda hablar en nombre de otros países que ha ocupado en el pasado, como Ucrania o Georgia. Estos países son Estados soberanos y tienen derecho a tomar sus propias decisiones sobre su propio destino.
El señor Medvedjev dijo en Berlín que deseaba ver una mejora de las relaciones. De ser así, puede empezar por dos frentes. El primero es el estado de derecho, lo que implica adoptar medidas en el asunto de los presos de Yukos. En segundo lugar, y muy importante, el señor Medvedjev debe dejar de bloquear la mayor misión de paz en la historia de la UE: la misión de Kosovo.
Andrzej Jan Szejna (PSE). – (PL) Señor Presidente, la compleja relación entre la Unión Europea y Rusia exige una acción diplomática cohesiva y mucho tacto. La próxima Cumbre entre ambas partes ha despertado fuertes emociones, puesto que en ella se negociarán acuerdos de gran importancia tanto para la Unión Europea como para Rusia. Entre otras cosas, la Unión debe esforzarse por garantizar la seguridad del suministro energético para Europa. En un momento en el que los precios del combustible y la energía suben constantemente, garantizar el suministro de energía reviste una importancia estratégica para la economía de toda la Unión Europea, y también para las economías nacionales de sus Estados miembros.
En vísperas de la Cumbre UE-Rusia, necesitamos comprender cuán importante es para el futuro de la Unión que hablemos con una única voz en el escenario internacional. A este respecto, resulta desafortunado que la entrada en vigor del Tratado de Lisboa sea ahora incierta. Éste contiene disposiciones que convertirían a la Unión Europea en un socio fuerte en las relaciones internacionales. Me complace que la Unión haya apoyado a Polonia en su controversia con Rusia sobre la exportación de nuestros productos. Tengo el convencimiento de que en los próximos años Polonia contribuirá a desarrollar una relación positiva entre Rusia y la Unión Europea.
Josef Zieleniec (PPE-DE). – (CS) Esta Cumbre UE-Rusia será la primera para el Presidente ruso Dmitri Medvedjev. La Unión debe utilizar el inicio de su nuevo mandato y esforzarse por orientar las relaciones mutuas hacia una asociación pragmática, realista y estratégica. En realidad, esta asociación reviste a largo plazo mayor importancia para la propia Rusia. La prioridad del Presidente Medvedjev es que se respete el estado de derecho (según sus palabras) y modernizar la economía. Para ello, necesita a Europa. En el ámbito de las relaciones internacionales y comerciales, Rusia también necesita un socio más estable y fiable que China o Irán. La Unión Europea no supone ninguna amenaza para Rusia. Por el contrario, la Unión puede ayudarle a mantener su posición como actor clave que poco a poco iría perdiendo debido a determinados elementos vinculados a su economía unilateral y a su democracia. Pero una asociación estratégica sólo puede construirse sobre la base de un diálogo simétrico entre iguales. En este contexto, Rusia debe mostrar el camino, cesar en su mezquino intento de dividir a Europa y considerar a la Unión como una entidad colectiva. Las escaramuzas y provocaciones demoran innecesariamente la creación de una asociación real con la UE. Las conversaciones sobre el nuevo Acuerdo de Colaboración y Cooperación entre la UE y Rusia deben centrarse en aquellas cuestiones que revistan importancia a largo plazo.
Zita Pleštinská (PPE-DE). – (SK) La asociación estratégica UE-Rusia es un aspecto importante para la diversificación y seguridad de las importaciones comunitarias de fuentes de energía. Paralelamente, debemos recordar que esta cooperación es tan importante para Rusia como para la UE, ya que hasta un 60 % del crudo ruso se envía a la UE.
Creo que los líderes europeos deben seguir dejando claro ante Rusia que no debe utilizar el suministro de energía como herramienta de represión política en relación con los Estados miembros de la UE o los países de la antigua Unión Soviética, especialmente Ucrania.
Actualmente, las negociaciones de los Estados miembros sobre los suministros de petróleo y gas rusos son bilaterales. En mi visita a la Duma de la Federación de Rusia en abril de 2007, pude comprobar por mí misma que Rusia también está extremadamente interesada en negociar cuestiones energéticas con la UE en su conjunto.
Por último, quisiera decir que, al igual que el Diputado señor Elmar Brok, temo que la posición de la UE como socio estratégico acuse el fracaso del referéndum irlandés sobre el Tratado de Lisboa, puesto que este Tratado es el documento que recoge las competencias de la UE en el ámbito de la política energética común.
Anneli Jäätteenmäki (ALDE). – (FI) Señor Presidente, ojalá celebremos pronto el acuerdo de cooperación entre la Unión Europea y Rusia. Es importante que la UE y Rusia mantengan una relación directa, operativa y franca. La asociación debe ser saludable y beneficiosa para ambos.
A pesar de su enfoque pragmático, la UE no debe olvidarse, y no se ha olvidado, de los derechos humanos, y debe tratar de entablar un diálogo activo con Rusia sobre este particular.
La seguridad energética es una cuestión clave en toda Europa, y hablar de energía implica normalmente hablar de Rusia y de cooperación con ésta. La UE anhela mantener la seguridad del suministro y, al mismo tiempo, reducir su dependencia de la energía procedente del exterior. Esperamos que el debate en el marco de esta Cumbre sea abierto, franco y, sobre todo, fructífero.
Milan Horáček (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, durante la intervención del señor Swoboda, me he acordado de que «svoboda» significa en ruso «libertad» y esto me ha llevado a pensar que libertad es algo que todos necesitamos. Los derechos humanos y la libertad son los pilares más importantes de la UE, y también deben estar en la base de nuestro diálogo con Rusia.
También me he parado a pensar que este próximo diálogo se celebrará precisamente en Siberia, donde se encuentra también Chita, la prisión donde están detenidos los presos del caso Yukos, Mijaíl Khodorkovsky y Platon Lebedev y otros Así pues, desearía pedirles que hicieran cuanto esté en su mano para garantizar su liberación, pero también para alentar a Rusia a hacer de la libertad de opinión y de prensa una realidad y a no obstaculizar el trabajo de las ONG, puesto que todos estos aspectos son de extremada importancia para nuestro futuro común europeo.
Hanna Foltyn-Kubicka (UEN). – (PL) Señor Presidente, somos una Comunidad que respeta el estado de derecho como uno de los pilares en los que hemos basado nuestra identidad. Debemos esperar lo mismo de nuestros socios políticos y económicos. Así pues, pido a los representantes de la Unión Europea en la Cumbre que planteen la cuestión del total cumplimiento por Rusia de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Este Tribunal no se creó como institución de adorno, cuyas sentencias sólo deben respetar quienes cometan infracciones menores y en ocasiones cuestionables de los derechos humanos. Se constituyó para garantizar que los torturadores, violadores y asesinos no vuelvan a incurrir en nuevos delitos, pues saben que sobre ellos recaerá una sentencia justa.
Por tanto, la Federación de Rusia debe colaborar muy estrechamente con el Tribunal y respetar sus sentencias. Está claro que un país que no hace honor a los acuerdos que contrae no merece ser tratado como socio fiable. La actuación de Rusia contrasta marcadamente con sus afirmaciones de que es un proveedor fiable de energía. Ésta es una de las afirmaciones que los diplomáticos rusos adoran hacer. Si Rusia resulta ser tan fiable como lo fue en el caso de Chechenia, de la señora Politovskaya o del señor Litvinienko, la Unión Europea entrará en los anales de la historia como la institución más inocente de todos los tiempos.
Gerard Batten (IND/DEM). – Señor Presidente, desearía plantear una cuestión en nombre de la señora Marina Litvinenko, cuyo esposo, Alexander Litvinenko, fue asesinado en Londres en diciembre de 2006. El arma homicida fue polonio 210, un material radiactivo, un 97 % del cual se produce en la planta nuclear Avangard de Rusia. El asesinato tiene todo el aspecto de tratarse de un asesinato sumamente maquinado, como los llevados a cabo por los servicios de seguridad rusos. El principal sospechoso del caso, el señor Andrei Lugovoi, es diputado al Parlamento ruso y, según la Constitución rusa, no puede ser extraditado.
Si me permiten dirigirme directamente a la señora Ferrero-Waldner, la señora Litvinenko pide al Consejo y a la Comisión que planteen la cuestión del asesinato del señor Litvinenko al Presidente Medvedjev en el marco de la Cumbre. La señora Litvinenko desea que el asesinato de su esposo sea resuelto y que los culpables sean juzgados. La Cumbre constituye una oportunidad ideal para hacer avanzar en este proceso. Así pues, ruego que le ayuden.
(Aplausos)
Vytautas Landsbergis (PPE-DE). – Señor Presidente, continuaré en la línea de los comentarios anteriores. El Gobierno ruso debe hacer cuanto esté en su mano para demostrar que no ordenó el asesinato terrorista del ciudadano británico —y, por tanto, ciudadano europeo— Alexander Litvinenko. El hecho de que el Gobierno ruso no haya logrado demostrar que no dio tal orden e incluso se niegue a cooperar debidamente con las autoridades británicas que dirigen esta investigación constituye una prueba política de la participación oficial de Rusia en dicho asesinato.
La nueva Rusia, como muchos dicen, actúa en reiteradas ocasiones como un Estado terrorista, y en la Cumbre de Khanty-Mansiysk la UE debe exhortar al Presidente Medvedjev a que ponga freno a tales prácticas.
Las madres de Beslan, que tratan de determinar quién ordenó el ataque contra la escuela y el uso de bazucas y ametralladoras pesadas contra los que allí se encontraban, entre ellos sus hijos, no deberían ser juzgadas. La UE debería, por lo menos, apoyar a los más débiles que ella misma, como el Gobierno británico y las madres de Beslan.
Janez Lenarčič, Presidente en ejercicio del Consejo. – (SL) Seré muy breve, dado lo avanzado de la hora. Creo que ha sido el señor Severin quien ha dicho —y le cito literalmente en inglés— que «Rusia es motivo de divisiones dentro de la Unión Europea». No obstante, creo que en el debate he podido vislumbrar un amplísimo consenso en relación con dos elementos.
En primer lugar, estamos de acuerdo en que necesitamos que la Unión Europea y la Federación de Rusia mantengan buenas relaciones. Por supuesto, es algo con lo que estoy de acuerdo. La Federación de Rusia, como se ha dicho en varias ocasiones, es una potencia mundial, uno de los actores clave en la escena internacional, como ha dicho el señor Millán Mon, y también nuestro vecino. En resumen, estamos condenados a coexistir con ella, y esta coexistencia sólo será de gran calidad si se basa en la asociación y la cooperación. Esta Presidencia tiene intención de fomentar el diálogo para reforzar esta asociación y cooperación, un diálogo que incluye todas las cuestiones que son de interés para ambas partes, incluidas aquellas en las que no estamos de acuerdo y a las que me he referido en mi discurso introductorio.
Otro elemento importante que ha gozado de un amplio consenso hoy en esta Cámara es la importancia que dan los diputados a una posición común de la Unión Europea. Sobre esto no podría estar más de acuerdo. El ámbito en el que esto se ha puesto especialmente de relieve con mayor frecuencia es el de la energía. La cuestión es que ningún Estado miembro podría por su cuenta alcanzar, en sus conversaciones unilaterales con proveedores como la Federación de Rusia, un acuerdo tan beneficioso como el que sí podría lograr la Unión Europea en su conjunto. Por consiguiente, ha llegado el momento de hacer realidad una verdadera política energética común europea.
En este contexto, también se ha hecho mención del gas y los gasoductos. Sólo diré una cosa a este respecto: si en la Unión Europea hemos sido capaces de establecer un auténtico y verdadero mercado interior de la energía, resulta totalmente irrelevante por dónde discurran los gasoductos.
Para concluir, permítanme realizar un último comentario: la Presidencia eslovena está encantada de que su mandato termine con la Cumbre entre la UE y la Federación de Rusia, una Cumbre que en estos momentos, debido a ciertos acontecimientos recientes, como la elección del nuevo Presidente en Rusia y el mandato que por fin logramos obtener tras largas negociaciones, resulta muy prometedora, y espero ver cumplidas estas expectativas.
Benita Ferrero-Waldner, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, creo que la clave de nuestra relación es la mutua interdependencia, a la que se han referido muchos oradores. Por un lado, nos interesa mantener una buena relación con Rusia, un socio estratégico y un país vecino, como ha dicho con acierto nuestro Presidente. Sin embargo, por otro lado, también es importante que Rusia sea un socio que contribuya a resolver los problemas, no a crearlos.
Les he escuchado muy atentamente y he tomado nota de todas sus observaciones. No podré responder a todas sus preguntas y observaciones ahora, pero permítanme hacer unos cuantos comentarios generales y más específicos.
En primer lugar, Rusia es hoy un socio muy importante en materia de energía y, tras obtener el mandato de negociación para el nuevo acuerdo, ya contamos con una posición común de la UE en materia de energía, porque disponemos de un mandato común. No ha sido fácil conseguirlo, pero ahora lo tenemos y este es el marco de nuestras negociaciones. Así pues, su obtención es de gran importancia. Como ya he dicho, deseamos incluir los principios de la Carta de la Energía en el nuevo acuerdo. La relación entre la UE y Rusia se basa en ello, y no se trata de una vía de sentido único. Somos un mercado importante y una fuente de inversión, al igual que Rusia es uno de nuestros proveedores más importantes. Así que, una vez más, la interdependencia está ahí y debemos basarnos en los mismos principios: reciprocidad, transparencia y no discriminación.
Uno de los objetivos de la política energética de la Unión Europea es diversificar las rutas de suministro y las fuentes de la energía para aumentar la competencia y la seguridad en el mercado comunitario de energía. No se trata de una política antirrusa. Creo que Rusia seguirá siendo un proveedor fundamental para nosotros, pero cualquier consumidor con sentido común diversifica los riesgos, en particular con la vertiginosa subida de los precios de la energía. Dada nuestra creciente interdependencia en materia de importaciones, en particular de gas, es probable que aumente nuestra demanda de gas ruso, de modo que necesitamos una política clara de diversificación.
Permítanme realizar ahora unos comentarios generales sobre el ámbito comercial. La adhesión de Rusia a la OMC reviste una gran importancia. No sólo para Rusia, sino también para nosotros. Seguiremos, pues, trabajando de manera activa y bilateral en Ginebra para alcanzar un acuerdo. En mi opinión, Rusia necesita formar parte de la OMC para modernizar su economía, algo que estoy segura que será posible con el nuevo Presidente, al igual que también fue posible con el Presidente Putin, que apoyó asimismo esta cuestión.
Si me permiten, me gustaría referirme brevemente a las ONG y a los derechos humanos: mantenemos un contacto regular con las ONG rusas, cuyas preocupaciones transmitimos en nuestras conversaciones con las autoridades rusas. Estamos dispuestos a plantear casos concretos siempre que sea necesario, y seguimos ofreciéndoles apoyo económico por medio de nuestro Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos.
En cuanto a los derechos humanos en general, mantenemos consultas sobre los derechos humanos con los rusos. De hecho, hablamos de casos concretos, de los defensores de los derechos humanos y, en ocasiones, de casos judiciales. Nuestra principal preocupación radica en la situación en el norte del Cáucaso. Sólo dispongo de cinco minutos, pero podría extenderme largamente sobre la situación en el norte del Cáucaso, Georgia, Abjasia, Ossetia del Sur, y también en Nagorno-Karabakh y Moldova, por lo que, si no lo hago, no crean que se debe a falta de conocimiento por nuestra parte. Ésta es y será una cuestión de gran importancia.
También deseo decir con respecto a la cuestión del British Council que la UE ha apoyado al Gobierno británico en su controversia con Rusia relativa a las oficinas de este organismo en San Petersburgo y Yekaterinburgo. Creo que ahora mantenemos un buen diálogo en materia de cooperación cultural con Rusia, lo que espero que brinde la oportunidad de subrayar el valor de estos contactos. Por descontado, estudiaremos si se puede hacer algo más.
En cuanto a las minorías fino-úgricas, como bien saben, estamos trabajando en la ejecución de la acción preparatoria que tendrá un coste de 2,5 millones de euros, que el Parlamento incluyó en el presupuesto de este año. En este contexto, contemplamos la aplicación del Convenio para la protección de las minorías nacionales del Consejo de Europa, del que Rusia también es signataria. Desde mi punto de vista, éste también debe abarcar las minorías nacionales de Rusia.
En lo tocante a los intercambios universitarios, sólo puedo decir que promovemos tales intercambios con Rusia por medio de los programas Erasmus Mundus y Tempus. Y en los próximos años aumentaremos nuestra cooperación en el marco de estos programas. Además, Rusia también ha mostrado gran interés en participar en el Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo, que en el futuro quizás sea de gran importancia para SIGMA. Contamos con un Instituto de Estudios Europeos y puede que ambos —tanto Rusia como la Unión Europea— colaboremos con dicho Instituto, con lo que quizás se puedan hasta duplicar nuestras contribuciones.
Antes de finalizar me gustaría añadir algo: el inicio oficial de este nuevo acuerdo constituye —y creo que todos los aquí presentes estarán de acuerdo— una ocasión y una oportunidad muy importante. El potencial es enorme y estoy totalmente de acuerdo con nuestra Presidencia en que será un acontecimiento de gran importancia.
Somos conscientes de que las negociaciones no serán fáciles. Deben abarcar numerosos ámbitos —algo que es posible gracias al enorme mandato que nos ha sido conferido— y, en consecuencia, serán complicadas y no terminarán pronto. Sin embargo, la solidez de este mandato demuestra también que, en este sentido, hay unidad. La unidad del mandato es real. Ha sido muy difícil lograrlo, pero ahora que lo hemos conseguido, permítannos avanzar, por lo que les pido que nos ofrezcan su apoyo en este terreno.
Por último, como todos saben, la relación debe ser estratégica. Déjennos, pues, alejarnos de la crispación de los medios de comunicación para que podamos considerar a Europa y Rusia, y los muchos intereses que tenemos en común, en un contexto histórico más amplio. Tenemos que encontrar algún modo de tratar nuestras divergencias a la par que mantenemos una puerta abierta al diálogo. Tal oportunidad existe. Debemos aprovecharla, y tengo el convencimiento de que juntos lograremos una asociación sólida.
Presidenta. – He recibido seis propuestas de Resolución(1) presentadas con arreglo al artículo 103, apartado 2, del Reglamento.
Se cierra el debate.
La votación se celebrará mañana.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Ramona Nicole Mănescu (ALDE), por escrito. – (RO) La Cumbre UE-Rusia que tendrá lugar el 26 y 27 de junio en Khanty-Mansiik, en Siberia, marca un punto de partida doble: por un lado, será el primer contacto de la Unión Europea con el nuevo Presidente Ruso, Dimitry Medvedev, y, por otro, se pretende negociar un nuevo acuerdo de asociación que establecería el marco para el desarrollo de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia.
Puesto que un 40 % del gas natural que importan las empresas comunitarias procede de Rusia, ésta debe facilitar las inversiones de la UE adoptando una legislación transparente y abriendo su sistema de gasoductos, lo que permitiría a las empresas comunitarias comprar el gas directamente a los productores de Asia Central.
La Unión Europea no debe seguir presenciando impasible la suerte de los que viven en zonas de conflicto; debemos, junto con Rusia y otros actores involucrados, encontrar el modo de resolver los conflictos permanentes, así como el conflicto de Moldova y el Cáucaso.
Espero que el acuerdo de asociación ofrezca un marco para el desarrollo de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia; no obstante, no debemos olvidar que nuestro objetivo no consiste en firmar un acuerdo de asociación, sino en incluir en el mismo cláusulas que permitan instaurar la democracia y la seguridad, así como aumentar el nivel de vida en Europa, desde el Cáucaso hasta el Atlántico.
Katrin Saks (PSE), por escrito. – (ET) Señor Presidente, la cumbre regular entre la Unión Europea y Rusia se celebrará esta semana en Khanty-Mansiysk, localidad que seguidamente acogerá el 5º Congreso Mundial de los Pueblos Fino-úgricos. Entre estos pueblos se encuentran precisamente los habitantes originarios de esta región, los pastores de renos janti y mansi que han dado su nombre a este lugar, situado entre pantanos y tundras siberianas.
A este Congreso mundial asistirá también una delegación de cinco miembros de la Unión Europea; los húngaros, los finlandeses y los estonios también son pueblos fino-úgricos, procedentes originariamente de Siberia. Espero que de este modo consigamos llamar la atención hacia las pequeñas naciones cuyo idioma está en peligro de desaparición y cuya milenaria cultura está siendo reemplazada por acontecimientos institucionales.
La Unión Europea debe mantenerse fiel a sus valores y defenderlos, y no debe hacer la vista gorda en la región de donde proceden la mayoría de los recursos energéticos de Rusia. Los ríos de petróleo han desembocado en un conflicto entre la forma de vida tradicional de los habitantes nativos y la continua y creciente necesidad de petróleo de la humanidad.