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Procedimiento : 2007/0199(COD)
Ciclo de vida en sesión
Ciclos relativos a los documentos :

Textos presentados :

A6-0253/2008

Debates :

PV 08/07/2008 - 12
CRE 08/07/2008 - 12

Votaciones :

PV 09/07/2008 - 5.9
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2008)0346

Acta literal de los debates
Martes 8 de julio de 2008 - Estrasburgo Edición DO

12. Condiciones de acceso a las redes de transporte de gas natural - Mercado interior del gas natural - Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética (debate)
Acta
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  Presidente. − El punto siguiente es el debate conjunto sobre:

– el informe de Atanas Paparizov, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se modifica el Reglamento (CE) nº 1775/2005 sobre las condiciones de acceso a las redes de transporte de gas natural (COM(2007)0532 – C6-0319/2007 – 2007/0199(COD)) (A6-0253/2008),

– el informe de Romano Maria La Russa, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se modifica la Directiva 2003/55/CE sobre normas comunes para el mercado interior del gas natural (COM(2007)0529 – C6-0317/2007 – 2007/0196(COD)) (A6-0257/2008), y

– el informe de Jerzy Buzek, en nombre de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, sobre el Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética (2008/2005(INI)) (A6-0255/2008).

 
  
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  Nathalie Kosciusko-Morizet, Presidenta en ejercicio del Consejo. − (FR) Señor Presidente, señor Comisario, señores ponentes, Señorías, el futuro energético de Europa se enfrenta a dos retos. El primero es garantizar un suministro seguro, sostenible y competitivo a través de una red eficaz, operativa e interconectada. El segundo, la transformación necesaria para luchar contra las emisiones de gases de efecto invernadero y el cambio climático.

Con respecto al primero en particular, y en este área en general, quisiera resaltar los avances realizados por la Presidencia eslovena, que permitieron la aprobación de un marco general para el paquete del «mercado interior de la energía» en su conjunto en el Consejo de junio. El elemento más importante del compromiso alcanzado se refiere a la separación efectiva –y hago hincapié en la palabra «efectiva»– de las actividades de generación y suministro, por una parte, y las actividades de transporte mediante redes, por la otra. Quiero hacer mención aquí de la fórmula que adoptó el Consejo como solución, mutatis mutandis, para los sectores del gas y la electricidad.

Pese a que varios Estados miembros y la Comisión prefieren la separación total de la propiedad, los Estados miembros deseaban conservar cierta flexibilidad, por lo que el Consejo aceptó una opción que establecía la figura de los gestores de redes de transporte independientes. Esta opción estará disponible para los Estados miembros cuyas redes de transporte pertenezcan a una empresa integrada verticalmente en la fecha en la que entre en vigor la Directiva. Esta opción obliga a realizar ajustes significativos para garantizar la independencia de los gestores de redes de transporte, por supuesto en el proceso de toma de decisiones, pero también en relación con la financiación.

Parece que el mecanismo aprobado permite evitar conflictos de intereses entre los diversos órganos de una empresa integrada, así como lograr un equilibrio entre la independencia del gestor de la red de transporte, su plan de desarrollo y sus necesidades de inversión, por una parte, y los intereses financieros de su sociedad matriz, por otra.

A este respecto se prestó especial interés al desarrollo de la red y a la consecución de un compromiso que no discrimine a unos gestores de redes con respecto a otros. La actuación de estos gestores será supervisada por las autoridades reguladoras. La función y la actuación de las autoridades reguladoras contarán con el apoyo de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía, un organismo cuya muy esperada creación fue aprobada por el Parlamento Europeo el pasado mes.

Este paquete de «liberalización del mercado interior» tiene otros aspectos importantes, algunos de los cuales me gustaría destacar: en primer lugar, la crucial cuestión de las infraestructuras y el acento puesto en el plan de inversión a diez años paneuropeo. Se trata de un nuevo elemento vital que debe favorecer la integración y la modernización.

Otro aspecto clave, sin embargo, es la inversión de terceros países en las redes de transporte, que está estrechamente relacionado con cuestiones de seguridad energética. Debemos encontrar una solución práctica adaptada a cada caso. En estos momentos continúa el debate al respecto en el Consejo y estoy segura de que de allí saldrá un compromiso aceptable para todos los Estados miembros.

La próxima fase, Señorías, será la confirmación de estos elementos generales mediante la aprobación de un acuerdo político en el Consejo de Energía del 10 de octubre, tras lo cual se deberá transmitir la posición común en noviembre o diciembre. A continuación podrá comenzar el debate entre nuestras instituciones en el marco de la segunda lectura.

Permítanme ahora pasar a la segunda cuestión. A mi juicio, es esencial establecer una economía que genere pocas emisiones de CO2, en la que cada Estado miembro tenga, por supuesto, libertad para escoger qué fuentes de energía prefiere usar. Los objetivos de esta transformación general de la economía, y las inversiones necesarias para lograrla, deben centrarse en el largo plazo y generan numerosos retos tecnológicos que tendremos que afrontar durante la próxima década.

Voy a mencionar algunos de ellos: el uso comercial de la captura y el almacenamiento del CO2, la duplicación de la capacidad de producción de los mayores parques eólicos, la madurez comercial de la energía solar fotovoltaica o termodinámica, los biocombustibles de segunda generación de producción sostenible, la salida al mercado público de mecanismos que permitan un uso final más eficiente de la energía en la construcción, el transporte y la industria, los cruciales avances en la eficiencia energética de los materiales, las biociencias y las tecnologías de la información.

En febrero, el Consejo aprobó, partiendo de las directrices de la Comisión, señor Comisario, una serie de conclusiones que incluían varios elementos operativos, que voy a mencionar. El primero es la introducción y puesta en práctica de las seis iniciativas industriales propuestas por la Comisión: energía eólica y solar, bioenergía, captura, transporte y almacenamiento de CO2, redes eléctricas y, por último, fisión nuclear sostenible. Las medidas también tienen por objeto apoyar y fomentar la investigación, sobre todo en el ámbito de la eficiencia energética, y el establecimiento de acuerdos entre autoridades públicas, industria e investigadores con el fin de apoyar los objetivos fijados en el Plan Estratégico.

Para finalizar quiero dar las gracias a la Comisión y al ponente por el trabajo realizado hasta la fecha y espero que nuestras posiciones sobre el mercado interior de la energía converjan en la segunda lectura.

 
  
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  Andris Piebalgs, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, me complace estar hoy aquí para debatir la segunda parte del paquete del mercado interior de la energía: el gas.

El mes pasado, esta Cámara debatió sobre la electricidad y la Agencia. Muchas de las enmiendas propuestas ahora en el caso del gas son muy similares y no voy a comentar todas las cuestiones que ya se debatieron cuando se trató el tema de la electricidad.

Permítanme empezar por felicitar a los ponentes, los señores La Russa y Paparizov, por sus excelentes informes, así como a los ponentes alternativos y a todos los miembros de las comisiones participantes. Han logrado celebrar un debate de gran calidad, teniendo en cuenta los reducidos plazos disponibles para elaborar normas legislativas bastante complicadas.

Permítanme explicarles por qué la liberalización del mercado del gas es tan importante como la del mercado de la electricidad para que la Unión Europea tenga un suministro energético competitivo, sostenible y seguro. También voy a destacar que ambos precisan idénticas medidas legislativas.

El gas es una de las principales fuentes de energía en la UE, tanto para uso doméstico como industrial. Los precios de la energía se están disparando: ahora más que nunca, los consumidores europeos necesitan un mercado del gas competitivo en el que sólo paguen el coste de un suministro eficiente.

Además, el mercado de la electricidad no funcionará correctamente si el mercado del gas no lo hace. Cito las palabras de la Agencia Internacional de la Energía: «En muchas regiones, son las centrales cuyo combustible es el gas las que fijan el precio de la electricidad la mayor parte del tiempo. Por lo tanto, un precio elevado del gas se traduce en un precio elevado de la electricidad. ... Los encargados de la formulación de políticas públicas deben ser conscientes de la creciente interrelación de las industrias del gas y la electricidad, y tenerla en cuenta a la hora de diseñar los mercados y sistemas reguladores».

Esto es aún más cierto en una época en la que necesitamos más energías renovables. Dado que la energía eólica y la solar no siempre funcionan como desearíamos, la producción de electricidad resulta difícil de predecir. Necesita el apoyo de una fuente de producción de electricidad que sea predecible y muy flexible: el gas.

El gas es también el más limpio de los combustibles fósiles. Si queremos reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático, nos proporciona uno de los medios más eficaces, pero tenemos que asegurarnos de que nuestro suministro de gas sea competitivo.

La seguridad del suministro también es importante. La mejor forma de garantizar un suministro de gas seguro a la UE es disponer de un mercado interior para 500 millones de consumidores. La UE logra hacerse oír con claridad cuando habla con una sola voz. Es lógico, dado que se trata de 27 países hablando al unísono. En un mercado común tenemos que trabajar juntos porque tenemos un interés común.

Todos estos argumentos subrayan la importancia de las medidas sobre las que vamos a posicionarnos hoy. Me alegra decir que la mayoría de sus enmiendas tienen apoyo.

Necesitamos la independencia efectiva de los gestores de redes para garantizar las inversiones y un uso óptimo de las redes.

Para la Comisión, la separación de la propiedad es la forma más eficaz de lograr esa independencia. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo y, como saben, el Consejo ha llegado a un acuerdo por el que se crea la figura del gestor de redes de transporte independiente. Creo que es buena idea dar una oportunidad a una alternativa a la mera separación de la propiedad, igual que para la construcción de Europa optamos por ir paso a paso.

Ustedes han pedido una Agencia con más atribuciones. Estoy de acuerdo con ustedes en el fondo de la cuestión, pero tenemos que mantenernos dentro de los límites del Tratado. Estamos obligados a respetar tanto el Tratado como la llamada jurisprudencia Meroni del Tribunal de Justicia. En concreto, necesitamos comitología para que la normativa sea vinculante. Luego la Agencia puede controlar el procedimiento y la implantación. Una Agencia fuerte no entra en conflicto con la comitología. Al contrario, la Agencia necesita directrices que establezcan un marco para sus facultades, de tal forma que pueda tomar decisiones individuales vinculantes sobre actores del mercado.

El acceso al almacenamiento y al GNL es tan importante como el acceso a las redes. Agradezco sus esfuerzos para mejorar el acceso al almacenamiento en la Directiva. Para asegurarnos de que estas normas de acceso sean eficaces, necesitamos la separación jurídica de los gestores del almacenamiento.

La transparencia es también la parte esencial de nuestras propuestas que sus Señorías han subrayado en las votaciones anteriores. La transparencia debe ser la regla y la confidencialidad, la excepción, no sólo para el uso de las redes, sino también en el caso de la compensación, el almacenamiento y el GNL.

Me complace ver que muchas de las preocupaciones horizontales, en lo que respecta a la protección de clientes vulnerables y la lucha contra la pobreza energética, también se han incluido en el informe sobre el gas. Estos elementos son esenciales en la aplicación de la liberalización del mercado y deben reforzarse. La Comisión estudiará con cuidado la redacción del texto con el fin de respetar el principio de subsidiariedad. Es importante volver a confirmar que nuestra política no debe interferir con las señales adecuadas para atraer la inversión ni con la entrada en el mercado.

Creo que el Consejo ha dejado claro su deseo de intentar encontrar una solución en segunda lectura. Les puedo asegurar que la Comisión actuará de una forma muy constructiva para alcanzar una solución que beneficie a todos los ciudadanos de la UE y para desarrollar el que es nuestro punto fuerte: el mercado interior de la energía.

En cuanto al segundo informe, quiero felicitar al señor Buzek por su excelente informe y expresar mi gratitud a la Comisión de Industria, Investigación y Energía por su apoyo a la iniciativa del Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética (EETE).

Parece que ya he sobrepasado mi límite de tiempo. Hemos trabajado en estrecha colaboración con mi colega Janez Potoènik y, por lo tanto, voy a sumarme a sus opiniones sobre esta importante propuesta, no sólo porque aprecio mucho el trabajo realizado por el señor Buzek, sino también porque realmente hemos trabajado juntos en la Comisión para sacar adelante este informe.

 
  
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  Janez Potoènik, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, quisiera decir unas palabras sobre nuestro proyecto conjunto –el Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética (Plan EETE).

Todos sabemos que, en el ámbito de la energía y del cambio climático, nos enfrentamos a un enorme reto, probablemente el reto que define al siglo XXI. No debemos creer que va a ser fácil. Los objetivos que hemos fijado para Europa para 2020 son un hito importante, pero sólo eso. A largo plazo es preciso un cambio mucho más profundo: una transformación completa de los sistemas energéticos que nos han permitido alcanzar la riqueza y la prosperidad de que disfrutamos actualmente.

Para cumplir nuestras promesas necesitamos nuevos conocimientos y nuevas herramientas. Para desarrollarlos, serán precisas la investigación y la innovación en tecnologías energéticas. Por eso el Plan EETE es tan importante para Europa. Tenemos que despertar del letargo que ha caracterizado la innovación energética en las últimas décadas. Debemos invertir más y mejor. Necesitamos una nueva mentalidad con la que abordar el trabajo conjunto de los europeos para desarrollar y aplicar esas tecnologías.

Acojo con sumo agrado el informe del Parlamento sobre el Plan EETE. Este informe demuestra que en la Unión existe un sólido consenso para llevar a cabo acciones eficaces en este ámbito. Como es lógico, no todos estamos de acuerdo sobre qué tecnologías necesitamos, pero, como sabemos, corresponde a cada Estado miembro decidir cuáles son sus preferencias en función de la combinación de fuentes de energía que prefiere, sus recursos propios y su potencial de explotación.

Sin embargo, más que aquello en lo que no estamos de acuerdo, lo importante para mí es aquello en lo que sí estamos de acuerdo. Estamos de acuerdo sobre la importancia crucial del ahorro energético y de la eficiencia energética.

Estamos de acuerdo en que es preciso ampliar la capacidad de la base de investigación de la UE, que también debe reforzarse y dotarse de una mayor libertad para trabajar de una forma mucho más dinámica y transnacional. Estamos de acuerdo sobre la necesidad de contar con más recursos, tanto públicos como privados. Y estamos de acuerdo sobre la necesidad de mejorar la cooperación internacional para poder hacer frente a un reto mundial.

Ya conocen mis ambiciones para la política de investigación de la UE y el desarrollo de un Espacio Europeo de Investigación.

El Plan EETE y el desarrollo de nuestra política de investigación han de ir de la mano. Lo veo como un plan pionero en muchos aspectos, incluidas iniciativas ERA como la programación conjunta. Creo que el Plan EETE pondrá en marcha un proceso que será un modelo para la organización de actividades de investigación e innovación en Europa, un proceso que cambiará la forma en que investigamos en Europa y que, en última instancia, cambiará también a Europa.

La semana pasada asistí a la reunión anual del DFG – el Consejo de Investigación Alemán. Su Presidente, Matthias Kleiner, dijo algo memorable: «una visión sin acción es soñar despierto; la acción sin una visión es una pesadilla». Probablemente no hay mejor ejemplo de cuán cierta es esa frase que el Plan EETE que estamos debatiendo hoy. Necesitamos una visión clara y tenemos que actuar con urgencia.

 
  
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  Atanas Paparizov, ponente. (BG) Señor Presidente, el debate del tercer paquete energético se completará con el debate y la votación del Reglamento relativo al acceso a las redes de transporte en la sesión plenaria de julio, junto con el informe del señor La Russa.

Por lo tanto, creo que sobre todo debo expresar mi gratitud a todos los ponentes alternativos con los que he trabajado en la elaboración del informe, así como a los ponentes de los otros dos reglamentos, con los que acordé un enfoque común para la resolución de los problemas del tercer paquete energético. Quisiera recalcar especialmente que, en el marco de nuestra actuación, hemos confirmado las propuestas de la Comisión relativas a la creación de una red de gestores de redes de transporte, pero hemos limitado sus funciones precisamente con respecto a sus obligaciones de realizar tareas técnicas y desarrollar la red, no de establecer normas comerciales.

En nuestras propuestas asignamos una función de gran calado a la futura Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía. A nuestro juicio, esta Agencia es precisamente el importante organismo que debe, con la orientación de la Comisión, fijar las principales tendencias y directrices para el desarrollo del mercado energético, incluido el mercado del gas. En este sentido, la Agencia no sólo tendrá funciones relacionadas con la aprobación de los códigos, que son voluntarios en esta fase, sino que, de conformidad con las últimas propuestas que hemos realizado, también podrá, a través de la Comisión, proponer mediante comitología que algunos de los códigos sean obligatorios.

Creo que los textos relativos a las iniciativas regionales tienen una enorme importancia para el desarrollo del mercado. El plan regional de inversiones, que debe desarrollarse sobre la base del plan de inversión a diez años, ayudará realmente a los Estados miembros a cooperar en el ámbito regional como preparación para un futuro mercado común de la energía. En el informe se han resuelto también muchos otros asuntos importantes relacionados con la transparencia y el fomento de la interacción entre los participantes en el mercado.

Me han animado mucho las palabras del Comisario Piebalgs sobre su actitud ante nuestras propuestas relativas a la Agencia y creo que podemos crear, dentro de los límites fijados por la jurisprudencia Meroni y por las propuestas del Parlamento, una Agencia que sea viable, una Agencia que avance en paralelo a la labor de la Comisión en el desarrollo del mercado.

Asimismo, estoy muy satisfecho por lo ocurrido el día 6 de junio en el Consejo y creo que se ha establecido un fundamento sólido para lograr un compromiso. Me alegro de que el Comisario Piebalgs haya hecho hoy mención a ese posible compromiso, a diferencia de lo ocurrido en la última reunión en la que hablamos de la electricidad. Creo que, con el apoyo de la Comisión y, por supuesto, en el diálogo a tres bandas que se celebrará, será posible encontrar una solución para finales de año.

Me han decepcionado un poco los retrasos propuestos por la Presidencia francesa. Creo que podríamos trabajar con mayor urgencia para cumplir el deseo expresado en el anterior Consejo Europeo de que este trabajo concluya para finales de este año, y no para finales de esta legislatura, lo que significaría mediados del año que viene.

 
  
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  Romano Maria La Russa, ponente. − (IT) Señor Presidente, Señorías, por fin estamos en la recta final tras muchos meses de trabajo. Desde luego, no ha sido fácil. A pesar de algunos recelos, creo que las propuestas de la comisión contribuyen a la ardua tarea de desmantelar monopolios establecidos, que, además de evitar la entrada de nuevos competidores al mercado, llevan mucho tiempo restringiendo la inversión y la capacidad de interconexión de las redes.

Cualquiera que haya escuchado mis intervenciones en la comisión sabe que desde el principio he considerado prioritaria la separación de la propiedad, con el fin de garantizar que las empresas que transporten el gas sean plenamente independientes de las empresas que lo generan, aunque, evidentemente, la separación de la propiedad no es un remedio milagro para todos los males. Huelga decir que, una vez que se permite a una empresa integrada verticalmente –aunque sea sólo con carácter temporal– conservar la propiedad de las redes de transporte, es necesario establecer mecanismos eficaces de control regulador que no sean ni excesivamente onerosos ni demasiado invasivos.

Obviamente, como todos sabemos, las medidas de ejecución de la Directiva del gas seguirán un calendario distinto de las de la Directiva de la electricidad. Esta diferencia se apreció con claridad en la Comisión de Industria, que optó por la figura del gestor de redes de transporte independiente (ITO en sus siglas en inglés) como alternativa a la separación de la propiedad. Es una propuesta de compromiso, desde luego no la que yo prefiero, pero una propuesta que avanza hacia una mayor liberalización. Es cierto que, a diferencia del gestor de red independiente (ISO), el gestor de redes de transporte independiente responderá ante un órgano independiente con facultades de supervisión reales. Espero que el Consejo acepte la propuesta ITO tal y como fue aprobada por la Comisión de Industria. Es preciso destacar el fundamental papel que el próximo marco legislativo otorgará a la Agencia: no debe tratarse de un papel meramente consultivo –como temo que podría ser la intención del Consejo– sino un papel que permita que la Agencia tenga un mandato más amplio en el futuro.

Si queremos conseguir reducir nuestra dependencia energética, necesitamos un mercado único de la energía y una única red integrada. Por lo tanto, insto a sus Señorías a apoyar las enmiendas que he presentado, así como las presentadas por otros colegas de varios grupos políticos, en relación con la posibilidad de unificar los diversos gestores de transporte en una única entidad europea de redes de transporte, con el fin de garantizar la existencia de un único marco legislativo y el acceso al mercado para todos los operadores, superando así el obstáculo del «sí a la separación, pero no a la separación de la propiedad».

Otro aspecto muy importante de mi informe es el papel destacado de los consumidores. Voy a ser muy breve. Debe haber un sistema transparente y comprensible de fijación de tarifas, que permita a los consumidores tener acceso a sus datos de consumo en todo momento, así como cambiar de suministrador si lo desean. Respecto al procedimiento de comitología, me complace que la Comisión haya aceptado mi posición: creo que fijar las directrices corresponde a los Estados miembros, y no a un comité que represente tan solo a la Comisión.

Por ultimo, quisiera hacer mención al acuerdo alcanzado entre los grupos políticos, y reflejado en mi informe, sobre las facultades y el papel de las autoridades reguladoras nacionales: considero que se trata de un acuerdo importante, sobre todo en lo relativo a la posibilidad de imponer sanciones. Nos corresponde a nosotros, Señorías, decidir si queremos que el día de mañana se recuerde como un momento clave en la creación de un mercado único integrado de la energía, que Europa necesita para afrontar los retos del próximo milenio, o si, por el contrario, mañana será el día que marcará el enésimo compromiso a la baja, resultado de una reforma tímida y cobarde que en la práctica se pospondrá hasta la próxima legislatura. Espero, además, que el Consejo tenga debidamente en cuenta las decisiones del Parlamento, lo que no siempre ocurre.

 
  
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  Jerzy Buzek, ponente. − Señor Presidente, me sorprendió bastante leer que el Plan EETE y nuestro paquete energético iban a constituir un bloque en el mismo orden del día. Es como si fuéramos a debatir sobre derechos humanos y sobre enfermedades humanas en un mismo bloque sólo porque ambos son «humanos», lo que no parece muy buena idea. De forma similar, el hecho de que ambos traten sobre «energía» no es suficiente para vincular la tecnología energética y el paquete energético, ya que se trata de temas muy distintos.

Sin embargo, ahora que veo a ambos Comisarios en esta Cámara, me alegro de que se tomara esa decisión, porque el Plan EETE es muy importante para la Unión Europea y precisa del apoyo entusiasta de varios Comisarios y de la Comisión en su conjunto. Como han podido comprobar en la votación de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, cuentan con el apoyo del Parlamento Europeo.

A continuación voy a analizar el contenido del Plan EETE. Sin embargo, probablemente sería más fácil si pasara a hablar en mi lengua materna, así que voy a hacerlo.

(PL) La Unión Europea ha decidido imponer un precio a las emisiones de dióxido de carbono. Se trata de una decisión clave, con la que demostramos que vamos a luchar contra el cambio climático. También demostramos que vamos a liderar esa batalla. Por otra parte, debemos recordar que la imposición de precios para las emisiones de dióxido de carbono genera dificultades para la economía y dará lugar a un aumento de los costes de producción en prácticamente todos los sectores. Deseo recalcar que el propio sector energético saldrá muy perjudicado, sobre todo en los países en los que la electricidad o el calor se generan utilizando carbón.

La propuesta presentada por la Comisión Europea sobre un programa estratégico de tecnología energética es, en mi opinión, una respuesta excelente a las amenazas que se ciernen sobre la economía europea. Se trata de reducir los costes energéticos. La Comisión Europea ha introducido el apoyo a las tecnologías con bajas o nulas emisiones de CO2 en la producción y transformación de la energía. Por primera vez, todos los métodos para luchar contra el cambio climático y para lograr la seguridad energética se presentan en un mismo documento. Eso significa que la energía nuclear también está incluida. De hecho, se contempla lo que tanto sigue preocupando a nuestros colegas, sobre todo a los miembros del Partido de los Verdes, todos los riesgos relacionados con la generación de energía nuclear. Sin embargo, en la actualidad la tercera generación de centrales nucleares es totalmente distinta de la de Chernóbil.

Parece que existe pleno acuerdo sobre otro gran reto y problema: la captura y el almacenamiento de dióxido de carbono. Esta es una nueva tecnología, por lo que los incentivos son esenciales, como ocurre con cualquier tecnología nueva y prometedora. El apoyo a las tecnologías disponibles en el sector de la generación de energía nunca se ha puesto en duda en esta Cámara. El Parlamento considera que la eficiencia energética y el ahorro energético constituyen el tema más importante. Posiblemente como consecuencia de ello, será posible evitar construir una o dos centrales nucleares, ya que mejoraremos la eficiencia y el ahorro energético.

Me gustaría acabar haciendo dos observaciones. La organización de la investigación a escala europea es una idea excelente que apoyamos. Este podría ser el primer sector en el que la Unión Europea logre este objetivo. Es el comienzo de un mercado común de la energía, también en esta área, así como la libre circulación del conocimiento. En este informe he propuesto importes concretos de financiación para apoyar las nuevas tecnologías. Esto es esencial si queremos ayudar a nuestra industria, al sector energético, y si queremos lograr el éxito de la Estrategia de Lisboa.

 
  
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  Christian Ehler, ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. – (DE) Señor Presidente, señores Comisarios, el debate sobre el mercado del gas y las redes de suministro de gas que se celebró en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios no estuvo marcado hasta ese punto por las diferentes ideologías. En la Comisión ECON tomamos nuestra decisión de una forma muy coherente y por una amplia mayoría. Está claro que el compromiso sobre la separación de la propiedad y la gestión de las redes no debe analizarse en esos términos ideológicos.

Nuestro informe hace mucho más hincapié en la cuestión de hasta qué punto son adecuados realmente los procedimientos nacionales de aprobación, siendo realistas, cuando se trata de garantizar el progreso futuro en el ámbito de las redes transfronterizas, el desarrollo de las redes y la inversión en las mismas. Creemos que todavía hay que recuperar mucho terreno perdido en este campo y lamentamos, por ejemplo, que en la posición aprobada en sesión plenaria se haya hecho escaso hincapié en la necesidad de acelerar el proceso de aprobación en el ámbito nacional.

Un segundo aspecto que nos parece importante es la cuestión del regulador. Los Estados estarían mucho más dispuestos a aceptar un regulador si estos fueran realmente independientes. A este respecto se han expresado dudas sobre los contratos. Sin embargo, si analizamos todo en términos de la regulación, sólo es posible abogar por la figura del regulador si ese órgano cuenta también con facultades de intervención apropiadas.

Siguiendo con este asunto concreto, quiero volver a expresar mi más sincero agradecimiento a mi colega el señor Buzek. Hemos celebrado un debate integrado sobre el tema de la política energética y el señor Buzek ha realizado algunas propuestas muy constructivas como parte del Plan EETE. Como ponente de la demostración de la tecnología CCS, yo también contribuiré con firmes propuestas de financiación.

Tras un debate tan acalorado e ideológico, creo que ahora debemos dar prioridad a la cuestión de cuáles son exactamente los pasos concretos que debemos dar. Eso significa que ahora tenemos un periodo de transición en el que también tenemos que analizar si las medidas propuestas funcionan en la práctica. En mi opinión, eso es mucho más importante que cualquier debate ideológico sobre la propiedad de las redes.

 
  
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  Inés Ayala Sender, Ponente de opinión de la Comisión de Industria, Investigación y Energía. − Señor Presidente, señor Comisario, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, acogemos, en principio, con satisfacción, desde la Comisión de Medio Ambiente, el Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética por lo que contribuye a la configuración de un mercado común de la energía, a la configuración también de apoyo a la Estrategia de Lisboa y, sobre todo, a la lucha contra el cambio climático.

También nos parece muy positivo el proceso de consulta que se llevó a cabo y que creemos que debe seguir manteniéndose posteriormente.

Lamentamos, sin embargo, que se concentre más en medidas hacia la oferta que hacia la reducción de la demanda, a través, sobre todo, del ahorro y la eficiencia energética y solicitamos que se refuercen esos aspectos de ahorro y eficiencia energética. Para ello, solicitamos una jerarquización de las iniciativas industriales europeas donde se concentren los esfuerzos en aquellas con mayor potencial de reducción de emisiones a corto plazo, el 20 % para 2020, sin menoscabo, por supuesto, de las de largo plazo, para conseguir el objetivo de 2050.

En esas prioridades, también pensamos que es preciso tener en cuenta el ciclo de vida de cada tecnología y su impacto ambiental en su producción y es necesario, también, considerar la transferencia a economías en desarrollo para reducir la brecha tecnológica. Nos parece asimismo necesario ampliar las iniciativas industriales a otros sectores con potencial de reducción de emisiones como la cogeneración, el hidrógeno, el sector de la construcción de la vivienda, los sistemas de calefacción y refrigeración y también la mejora de las infraestructuras de almacenamiento y distribución de las energías.

Finalmente, queremos decir que consideramos que los fondos destinados a estas tecnologías deberían formar parte de la discusión sobre el futuro de la financiación de las políticas europeas y, para ello, habría que exigir a los Estados miembros que aumenten su esfuerzo al menos en la misma medida en que lo hicieron en respuesta a la crisis energética de los años ochenta.

 
  
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  Bernhard Rapkay, ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. – (DE) Señor Presidente, dentro de un momento voy a presentar las decisiones de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, un compromiso algo absurdo, igual de absurdo que la forma en que se organizaron algunos de nuestros debates, con el resultado que todos conocemos. Por eso sólo voy a hacer un comentario, ya que no hay tiempo para más.

El Comisario ha vuelto a señalar que, a juicio de la Comisión, la separación de la propiedad es, de una forma u otra –según sus propias palabras– la solución más eficaz. Nosotros tenemos nuestras dudas sobre eso, porque no se puede comprobar ni empírica ni teóricamente; desde luego, no empíricamente, ya que hay un buen número de ejemplos que demuestran que, incluso tras implantar la separación de la propiedad, las empresas no funcionan tan bien. Tampoco es posible verificarlo en términos teóricos. Es y sigue siendo un monopolio, un monopolio natural, y los monopolios no tienen mucho que ver con la libre competencia.

Por lo tanto, lo que importa no es tanto la cuestión de la propiedad, sino más bien la regulación. El sector debe estar sujeto a una regulación estricta, aplicable a los gestores de redes con separación de la propiedad y la gestión al igual que a los gestores de redes sin esa separación. En la Comisión ECON hemos presentado varias propuestas con este fin y esperamos que sean aceptadas.

 
  
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  Emmanouil Angelakas, ponente de opinión de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor. – (EL) Señor Presidente, quisiera hacer algunas observaciones sobre este tema, en calidad de ponente de opinión de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, sobre las condiciones de acceso a las redes de transporte de gas natural, así como felicitar al señor Paparizov por su sobresaliente trabajo en el estudio del paquete de propuestas debatido en nuestra comisión.

Nuestro criterio ha sido proteger a los consumidores y aprobar medidas transparentes y apropiadas desde el punto de vista social para protegerles.

Deseo añadir que este informe no se ha visto afectado por antagonismos ni por reacciones negativas y que fue aprobado por las comisiones parlamentarias en las que se examinó, al contrario que el resto del paquete energético, cuyo debate se centró en la separación de la propiedad.

Atendiendo más específicamente a los consumidores, nuestra comisión se centró en asuntos relacionados con la protección del consumidor y en propuestas destinadas a promover y salvaguardar un verdadero mercado interior europeo del gas natural.

Nuestra posición sobre el fomento de una cooperación regional eficaz entre los Estados miembros es un aspecto muy significativo para garantizar un verdadero mercado interior transfronterizo. Por lo tanto, es necesario crear una red europea de administradores de redes de transporte, cuya colaboración se base en garantizar un mercado europeo del gas natural eficiente, representativo y transparente.

En este punto quisiera destacar que la cooperación sobre redes de transporte no exige una separación de las actividades de transporte de las actividades de producción y suministro. La red de transporte puede llegar a funcionar con eficacia fácilmente sin ninguna separación de la propiedad en todos los Estados miembros participantes.

Hemos afirmado que es importante que la red europea de gestores de redes de transporte celebre conversaciones con los órganos implicados y, sobre todo, con consumidores y asociaciones de consumidores, ya que se trata de importantes actores implicados en la medida en que son también los usuarios domésticos finales.

Hemos apoyado la transparencia de la información y de los sistemas de almacenamiento de gas natural, de forma que se mantengan precios justos y un mercado verdaderamente abierto en su beneficio.

 
  
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  Toine Manders, ponente de opinión de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor. – (NL) Yo también creo que un minuto es muy poco tiempo, pero quiero dar las gracias al Comisario, a la señora Presidenta en ejercicio del Consejo, a sus Señorías y también al señor La Russa por su trabajo de preparación.

Voy a ser breve. El mercado de la energía debe ser capaz de operar en el ámbito europeo principalmente con el fin de garantizar el suministro de energía a los usuarios finales a precios de mercado. Ese es nuestro objetivo. La separación de la propiedad no es un fin en sí mismo, pero creemos que puede ser el medio para lograr un mercado que funcione. Si la llamada tercera o cuarta opción, propuesta por el Consejo, puede dar lugar a un mercado que funcione, por supuesto también nos parece bien.

Sin embargo, si esa tercera o cuarta opción no funciona, ya hemos presentado una propuesta para tener preparada una posible solución alternativa, que espero que se apruebe mañana, de un «gestor europeo de redes de transporte», dirigido y controlado por la Unión Europea. Espero que tanto la Comisión como el Consejo puedan apoyar esa propuesta, ya que, con ella, por lo menos tendremos preparada una alternativa para dentro de unos años. Señor Presidente, nos gustaría organizar en octubre una mesa redonda de debate en la que estén presentes todas las partes interesadas, y esperamos que esta idea cuente también con un amplio apoyo.

 
  
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  Herbert Reul, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (DE) Señor Presidente, Señorías, en el futuro recordaré este debate sobre el paquete energético como un debate que no se llevó a cabo correctamente en todos sus aspectos, ya que nos hemos visto obligados a realizarlo a toda prisa. No siempre hemos tenido el tiempo que precisaba. Deseo decir esto aquí y ahora en este debate y en este momento concreto. Espero que todo eso no nos pase factura en el futuro.

He vuelto a ver que en política existe el riesgo real de apostarlo todo a una carta y aprobar medidas a toda prisa sin pararse a reflexionar, al tiempo que se promete a la gente que así se solucionarán todos sus problemas. Espero que al final encontremos realmente una solución para los problemas que tenemos, como por ejemplo cómo vamos a lograr más inversiones y a obtener precios más razonables y cómo vamos a garantizar la seguridad del suministro en el sector energético europeo. A todas horas leemos en los periódicos y escuchamos hablar en la televisión sobre los problemas que todo esto está creando en todo el mundo. ¿Es esa la solución para la que hemos estado trabajando todo este tiempo en estos debates? Lo dudo.

Por lo tanto, agradezco que hayamos hecho algunos progresos en el tema de la Directiva del gas, que hayamos avanzado hacia la consecución de un compromiso, que hayamos actuado con más criterio y nos hayamos dado cuenta de que la electricidad y el gas son distintos, de que ya no hay una solución única válida para todos los problemas. Es bueno que ya estemos pensando en la tercera opción y hayamos dejado de ver la separación de la propiedad como la opción número uno, y que hayamos conseguido presentar algunas enmiendas a buena parte de las propuestas de la Comisión. Si es suficiente, el tiempo lo dirá.

Me alegro de que el Consejo demostrase en junio, mediante su nueva propuesta, que incluso en situaciones tan complicadas como la actual, somos capaces de superar fronteras nacionales y diferencias de opinión para acordar soluciones. Espero que lo que hemos acordado ahora sobre el gas se revise ligeramente mañana y que nos acerquemos un poco más al compromiso que ya se ha alcanzado en el Consejo. Para lograr una solución rápida, tenemos que alcanzar un compromiso entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento. Creo que lo que nos ha presentado el Consejo se aproxima mucho a lo que hemos acordado ahora en el caso del gas. Quizás deberíamos utilizar esto como referencia también para el mercado de la electricidad.

 
  
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  Hannes Swoboda, en nombre del Grupo del PSE. – (DE) Señor Presidente, Señorías, en primer lugar quiero felicitar muy sinceramente a los tres ponentes por su excelente trabajo. Espero que me perdonen por centrarme principalmente en el informe de mi colega el señor La Russa sobre la Directiva del gas. La colaboración entre el ponente, el señor La Russa, y los diversos ponentes alternativos ha sido muy buena.

Ya hemos hablado sobre la cuestión de la separación de la propiedad, la separación de las redes y el suministro de gas. Esa no es una de las cuestiones más importantes o cruciales. Estoy satisfecho con el compromiso al que hemos llegado, a pesar de que es muy estricto, porque, por una parte, prevé exenciones a la obligación de aplicar una separación plena, aunque con arreglo a condiciones muy estrictas, mientras que, por otra, la Comisión puede hacer uso en cualquier momento de una cláusula de revisión para ejercer mucha presión a fin de garantizar la existencia de competencia y que se mantengan realmente condiciones competitivas.

Por supuesto también tenemos que ver las cosas un poco más a largo plazo. A este respecto, estaríamos plenamente de acuerdo con las observaciones básicas expresadas por nuestro colega, el señor Manders, en el sentido de que tenemos que estudiar si quizá sería posible establecer de forma satisfactoria una infraestructura europea común. Sin embargo, esa es una posible alternativa para el futuro y todavía no podemos entrar en detalles sobre ella.

Es importante que también haya excepciones, como las que son de aplicación a cualquier inversión sustancial en la que se trata de una gran cantidad de capital y todavía no es posible aventurar si realmente dará lugar a una solución, como es el caso del proyecto Nabucco. En ese caso también tenemos que ser suficientemente flexibles. Las inversiones de este tipo se realizan a largo plazo y no sabemos exactamente cuándo se celebrará finalmente el contrato. Esto es especialmente importante.

Espero que una mayoría de esta Casa apoye nuestras enmiendas mañana. En caso contrario, aprobaremos el informe tal y como se someta a votación en lo referente a la transparencia, la protección de los consumidores y la pobreza energética. Cuando analizo lo que dijeron la última vez la Comisión y el Presidente de la Comisión sobre este tema, creo que sería importante que tuviéramos una declaración clara sobre este ámbito, en primer lugar sobre la necesidad de que la información para los consumidores sea transparente, que no siempre es el caso, en segundo lugar sobre la creación de servicios de atención telefónica para los usuarios de la red, para que también puedan solicitar información, en tercer lugar, sobre un canal de recepción independiente de reclamaciones, ya que siempre hay reclamaciones –y todos conocemos esos casos, incluso si no nos hemos visto afectados personalmente, lo que también es bastante importante– y, en cuarto lugar, la protección de clientes vulnerables, especialmente los pensionistas, los discapacitados y otros colectivos.

Esas son preocupaciones reales, sobre todo en vista del ascenso de los precios de la energía. No entiendo que, por una parte, la comisión no tuviera desgraciadamente esto en cuenta, sobre todo en el sector del gas y, por otra, los conservadores y al final el propio Presidente Barroso hayan dicho en repetidas ocasiones que tenemos que trabajar para ayudar a los consumidores y, en concreto, a los consumidores más vulnerables. No deseo especular sobre si eso significa tarifas subvencionadas u otras opciones. Eso quedará al arbitrio de los distintos países. Los Estados miembros no deben pasar siempre la responsabilidad a la Comisión, sino que deben estar dispuestos a tomar sus propias decisiones. Sin embargo, la Comisión Europea y el Parlamento deben liderarles demostrando que esa opción es posible y probablemente también beneficiosa si queremos proteger también los intereses sociales de los consumidores en una época caracterizada por unos precios de la energía tan altos.

 
  
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  Danutė Budreikaitė, en nombre del Grupo ALDE. – (LT) La UE no tiene un mercado común del gas, su mercado está muy fragmentado y es fundamentalmente regional. Sin embargo, algunas zonas de la UE ni siquiera tienen un mercado regional del gas. Se trata de los Estados Bálticos –Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia– que en general no están integrados y no tienen conexiones con la red de gas de la UE.

La dependencia de un único suministrador que tiene tendencia a utilizar el suministro energético con fines políticos es bastante peligrosa tanto para la seguridad energética como para la seguridad general de la UE.

Eliminar las islas energéticas y establecer conexiones entre Estados y regiones debe ser la principal prioridad de la política energética de la UE, apoyada por la financiación y por la voluntad política de la Unión.

El tercer paquete energético para el mercado del gas sólo podrá ponerse en práctica con el apoyo de la UE y es el instrumento que permitiría a la Unión Europea gozar de una mayor seguridad.

La tercera opción: es el periodo de cinco años en el que los Estados miembros deben encontrar la voluntad política y los recursos financieros para acabar con las islas energéticas en el mercado del gas.

 
  
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  Roberts Zīle, en nombre del Grupo UEN. (LV) Gracias, señor Presidente. En primer lugar, quiero felicitar tanto al Comisario Piebalgs como al señor La Russa, el ponente, por dar un significativo paso para la liberalización del mercado del gas, aunque desde luego no es perfecto. Para mí, el problema es el mismo que ya se ha mencionado en la intervención anterior con respecto a las «islas» en el mercado europeo del gas: los Estados Bálticos y Finlandia. No me convence mucho el acuerdo alcanzado en el Consejo el 6 de julio, en tanto en cuanto los actuales propietarios, sobre todo Gazprom y las empresas asociadas con ella, no tendrán que vender sus derechos de propiedad hasta que se creen otras conexiones en estos países. Es como la cuestión de si fue primero el huevo o la gallina, ya que es muy poco probable que surjan nuevas conexiones si no es posible llegar a un acuerdo previo y tener información totalmente clara sobre el acceso a las redes ya existentes. Por lo tanto, es posible que tengamos que establecer algún plazo concreto en este caso, con la introducción de un gestor de redes de transporte independiente en esas situaciones monopolísticas.

 
  
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  Claude Turmes, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, lo que está en juego hoy es el mercado del gas. Cuando se trata del gas tenemos que distinguir entre dos mercados. En primer lugar, tenemos que traer gas a Europa. Para hacerlo, necesitamos una política de inversión estable que también tenga en cuenta a los países suministradores de gas. A tal fin necesitamos contratos a largo plazo y debemos dar a las empresas europeas la oportunidad de invertir en gasoductos para transportar ese gas a Europa. Lo que necesitamos –con un esfuerzo más de todos, y sobre todo de los gobiernos nacionales– es una política europea unificada en materia de gas que permita que las 27 voces de la UE hablen de forma unívoca en el ámbito internacional. Esa es probablemente una definición mejor de lo que necesitamos.

Si se construye el proyecto de Nord Stream, tendremos gas en el cruce de Greifswald y, claro está, en el resto de Europa. También tenemos el mercado de GNL, lo que significa el mercado de gas europeo. La duda que surge, por lo tanto, es si vamos a elaborar políticas para el consumidor o para las empresas que participen en este mercado europeo del gas.

¿Qué necesita una empresa para crear un cártel? Lo primero es controlar los gasoductos de tal forma que sus competidores no tengan acceso a su mercado interno. Lo segundo es controlar las instalaciones de almacenamiento del gas, de tal forma que, al tiempo que puede absorber fácilmente la oferta, la empresa no tenga problemas a la hora de la entrega. En tercer lugar está el dominio del mercado: E.ON controla actualmente el 60-70 % del mercado alemán, mientras que Gaz de France tiene una cuota del 70-80 % del mercado francés y no existe ningún mecanismo para cambiar esto. En cuarto lugar, tenemos un sistema europeo de regulación débil, lo que significa empresas multinacionales y autoridades reguladoras nacionales de segunda fila. En último y quinto lugar, no hay suficiente transparencia.

¿Qué proponen el señor Reul y otros? ¡Exactamente eso mismo! En otras palabras, estamos diseñando políticas para las empresas y no para los consumidores. Por eso, los miembros del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea abogamos por dos planteamientos básicos. Tenemos que traer gas a Europa, pero, una vez en Europa, en el mercado único europeo debe haber competencia: separación de las redes, un mejor acceso a las instalaciones de almacenamiento y un programa de liberación de gas.

Mis queridos colegas conservadores y liberales, no pueden seguir permitiendo una situación en la que tenemos empresas que dominan el 70 %, el 80 % o el 90 % del mercado nacional y la única arma para luchar contra eso es la liberación de gas. Hemos presentado una enmienda para volver a introducir el programa de liberación de gas y la necesitamos. En cuanto al cuarto punto, por supuesto exigimos una autoridad reguladora europea. Eso significa que, para los diputados del FDP y de la CDU/CSU, al igual que para los liberales y los conservadores, mañana es el día en que deben reconocer sus intenciones: o hacemos una política para los consumidores o hacemos una política para las empresas.

 
  
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  Esko Seppänen , en nombre del Grupo GUE/NGL. – (FI) Señor Presidente, señores Comisarios, el objetivo del informe que estamos debatiendo es la liberalización de los mercados energéticos, en este caso del gas.

La mayoría de esta Cámara aboga por la separación de la producción y la propiedad de las redes en relación con la liberalización de los mercados de la electricidad. Sin embargo, el Consejo ha hecho caso omiso del Parlamento, y es bueno que lo haya hecho.

La separación de la propiedad no garantiza en absoluto una reducción de los precios para los consumidores. Pase lo que pase con el gas, los Estados miembros seguirán teniendo la opción de separar la propiedad o de continuar más o menos como hasta ahora.

La construcción y el mantenimiento de redes no son actividades empresariales rentables, algo que debe entenderse si los actuales propietarios están dispuestos a dejar de ocuparse de ellas. Las empresas logran sus beneficios mediante la fijación de precios de la electricidad y del gas y la propuesta de la Comisión no protege contra eso, ni tampoco protege a los consumidores de la pobreza energética.

En cuanto a la liberalización de los mercados, quisiera volver a recordarles la situación en los Estados Unidos. Según los cálculos de la ONG Public Citizen, el precio de la electricidad es un 52 % más elevado en los 14 estados en los que no está regulado que en los 36 estados en los que sí está regulado. La liberalización, la competencia y la separación de la propiedad no dan lugar de forma automática a una rebaja de los precios.

 
  
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  Derek Roland Clark, en nombre del Grupo IND/DEM. – Señor Presidente, en este debate estamos dando por supuesto que la UE debe depender del gas natural para disponer de energía. Yo lo pongo en duda, sobre todo porque la práctica totalidad del gas natural debe importarse. Eso nos pone en manos de terceros, por cierto no todos ellos precisamente amistosos. ¿Tengo que recordarles la suspensión del suministro de gas a Ucrania que Rusia llevó a cabo en la Navidad de hace dos años?

¿Qué pasa con los recursos autóctonos alternativos? Europa Occidental es rica en carbón, que tiene que recorrer distancias cortas hasta una central eléctrica. El carbón tiene mala fama, en parte por la contaminación y en parte por el dióxido de carbono adicional que produce por kilovatio en comparación con el gas.

Pero quienes piensan así se han quedado trasnochados. En la actualidad el carbón puede quemarse mediante métodos mucho más eficaces, liberando mucho menos CO2 que con los métodos anteriores. Personalmente yo prefiero que no se queme, sino que se coquice. Convertir el carbón en coque produce dos fuentes sin humo: gas y coque, que, cuando se queman correctamente juntos, producen más energía que el carbón del que proceden, en un ratio de 5 a 4. Además, limpiando bien el gas se eliminan lo que en caso contrario serían contaminantes. De hecho son los mismos subproductos que obtenemos del petróleo. Y todo eso está bajo nuestros pies.

Además, tenemos la energía nuclear para la generación de electricidad. La energía nuclear también tiene mala fama, como consecuencia del accidente de Chernóbil, que sin duda fue grave, pero se trataba de una vieja instalación soviética mal diseñada en manos de operadores que intentaron realizar un cierre no supervisado que salió mal.

¿Por qué hay dudas sobre la energía nuclear, sobre todo aquí en Francia, donde las centrales nucleares producen el 70% de nuestra electricidad? Sepan que Finlandia, un país muy respetuoso con el medio ambiente, acaba de aprobar la creación de una tercera central nuclear.

Más recientemente, hemos tenido el espectáculo de la promoción por parte de la UE de los biocombustibles, que ahora están poniéndose seriamente en duda. Los biocombustibles se producen, bien en nuevas tierras generadas mediante la destrucción de selvas, o bien en tierras agrícolas convertidas. En el primer caso se produce más CO2 que el que ahorran los biocombustibles y el segundo método está provocando escasez de alimentos, sobre todo en los países menos desarrollados.

Obviamente necesitamos gas natural, especialmente para uso doméstico, pero la idea central de estos informes es que el suministro de gas a la UE esté controlado por la propia UE mediante la regulación del sector. Bueno, si se parece algo a la política pesquera común, en la que la regulación destinada a conservar la pesca ha provocado su casi total destrucción, ¡qué Dios nos ayude! Sin duda, la regulación del gas natural será una pesadilla burocrática, justamente cuando la Comisión ha dicho que quiere reducir toda esa burocracia. ¿De qué otra forma se puede llegar a una situación en la que el suministro del gas se divida en dos: transporte y almacenamiento? Seguramente el sistema más eficaz es que el encargado del almacenamiento se encargue también del suministro, pero no, ustedes quieren establecer divisiones e incrementar así la burocracia.

El informe sugiere que se pueden crear licencias para los gestores de gasoductos, instalando en el otro extremo contadores inteligentes para poder vigilar estrechamente a los consumidores. Pero, ¿quién haría eso exactamente? De esta forma se incrementa la vigilancia estatal, mientras que las interrupciones del suministro se convierten en un asunto de orden público, en el que la policía está facultada para intervenir.

Aparte de poner al consumidor en las inseguras manos de regímenes poco fiables, estos informes amplían el poder del Estado sobre las personas. En resumen, todo esto está relacionado con el control.

Por otra parte, conviene destacar que hoy mismo el Parlamento ha aprobado en votación la investigación del impacto medioambiental del gasoducto cuya construcción se prevé realizar bajo el Mar Báltico. Eso equivale a aprobar un proyecto para traer el gas natural ruso directamente a Alemania, pasando por Polonia, preservando así el suministro a esos países y olvidándose del resto de nosotros. ¿A eso se refieren cuando hablan de solidaridad?

 
  
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  Luca Romagnoli (NI). - (IT) Señor Presidente, Señorías, apoyo plenamente la forma y el fondo de la propuesta del señor La Russa. Por fin nos hemos decidido a separar la propiedad de las actividades de generación de gas natural de la propiedad de las actividades de transporte del mismo, o por lo menos vamos a confiar la redistribución a un gestor independiente. Esa es, muy acertadamente, la idea central de la enmienda parlamentaria que introduce el concepto del gestor de redes de transporte independientes.

Este es un necesario intento de desmantelar peligrosos monopolios –como acaba de decir el señor Zîle– y, por lo tanto, de solucionar conflictos de intereses de la forma más eficaz: es vital que lo hagamos para garantizar la seguridad del suministro. Además, se está realizando un loable esfuerzo para poner freno a la interferencia geoeconómica y geopolítica al prohibir a gestores de terceros países –aunque con exenciones que espero que duren poco tiempo– controlar la red de gasoductos, que tiene una importancia estratégica para la Unión.

Quisiera destacar uno de los méritos del informe La Russa: si es cierto, y lo es, que el objetivo del mercado interior de gas comunitario es permitir a todos los consumidores de la UE elegir libremente a su suministrador y, al mismo tiempo, generar nuevas oportunidades comerciales, debemos esperar que se preste un servicio más eficaz, que se refleje en precios competitivos. La contribución a la seguridad del suministro también parece obvia. Por último, otro aspecto que merece destacarse en vista de su enorme importancia social es el refuerzo de la protección a los usuarios en el ámbito nacional: los usuarios más vulnerables y los que viven en zonas o regiones desfavorecidas o remotas. Esa protección debe materializarse en tarifas de suministro preferentes.

Felicito a mi colega y espero que su informe reciba el amplio apoyo que merece.

 
  
  

PRESIDE: ADAM BIELAN
Vicepresidente

 
  
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  Alejo Vidal-Quadras (PPE-DE). - Señor Presidente, mañana votaremos la segunda y última parte del tercer paquete legislativo de la liberalización del mercado energético, es decir, la parte correspondiente al sector del gas.

Este Parlamento ha defendido siempre que el mercado del gas responde a una realidad distinta al de la electricidad, ya que no es lo mismo un sector que controla todas sus áreas de actividad, desde la generación hasta la distribución final, que uno que está sometido a fuertes presiones geopolíticas en la fase de extracción y producción y que sólo controla el transporte y la venta final.

Por eso, una gran mayoría en esta Casa opinaba y opina que debemos plantear una solución alternativa y adicional a la separación de propiedad para el gas. En esta línea, la Comisión de Industria aprobó una enmienda de transacción al informe La Russa que representa una posición aceptable para una gran mayoría de diputados, que ven en ella una alternativa creíble a la separación de propiedad; una alternativa que garantiza una independencia efectiva del operador del sistema, ya que sólo eso puede asegurar que haya más inversiones para ampliar capacidad, lo que, a su vez, elimina la principal barrera para nuevos entrantes y da lugar a una mejor y mayor competencia.

Los que estamos a favor de la separación de propiedad siempre hemos dicho que podríamos aceptar una alternativa que fuera creíble y que garantizara los mismos resultados. Pienso que, con este compromiso para el gas, hemos logrado formularlo de manera apropiada.

Ahora bien, sabemos que hay partidarios de la vía alternativa propuesta por el Consejo que se oponen a la figura del trustee y que van a proponer una votación por separado. Permítanme que les diga que, sin esta figura, la alternativa en cuestión no será una verdadera alternativa a la separación de propiedad, sino una fórmula legal para permitir que algunos Estados miembros sean más iguales que otros a la hora de abrir sus mercados. Esta posibilidad, como es natural, no parece demasiado coherente.

Por último, quisiera dar todo mi apoyo al informe Paparizov sobre el reglamento del gas y expresar mi agradecimiento al señor Paparizov por la excelente colaboración que hemos tenido durante la primera lectura.

 
  
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  Teresa Riera Madurell (PSE). - Señor Presidente, señores Comisarios, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, comenzaré por el Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética, felicitando al señor Buzek y agradeciéndole la incorporación de enmiendas de mi Grupo que nos parecen fundamentales. Queremos manifestar nuestra satisfacción por la manera como hemos abordado conjuntamente la financiación, una preocupación compartida en un plan de tanta trascendencia. Y también la cuestión de los recursos humanos, no sólo porque hay que incrementarlos, sino porque en dicho Plan entran en juego otros aspectos como el de la formación, la movilidad y la coordinación.

Se ha logrado, y es muy importante, dar un mayor protagonismo a las tecnologías que permitan incrementar la eficiencia energética y a la investigación en su conjunto, utilizando todo el potencial que ofrece el espacio europeo de investigación. El informe refuerza la investigación y las ciencias básicas imprescindibles para avanzar en las tecnologías energéticas e insta al sector privado a invertir más en investigación y a asumir más riesgos que permitan situar a la Unión Europea a la vanguardia de este sector.

Asimismo, debe mejorar la transferencia de tecnología, compromiso que debe asumir el nuevo Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, y establecerse una mayor coordinación con los Estados miembros y con otros instrumentos comunitarios para reforzar la capacidad de investigación, desarrollo e innovación en estas materias. Coordinación que debe extenderse a todos los campos que intervienen en la I+D de las tecnologías energéticas, por su carácter multidisciplinar, especialmente a las tecnologías de la información y las comunicaciones.

En relación con el gas, sólo destacar que las instalaciones de gas natural licuado y sus infraestructuras de almacenamiento, siempre y cuando estén interconectadas con las redes de transporte, son instalaciones complementarias que desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar el acceso de nuevos operadores y de acelerar la creación de un verdadero mercado interior europeo. Parece lógico, pues, dispensar a todo ello el mismo tratamiento.

En este contexto, y basándonos en el principio de la «ventanilla única» que defendemos en esta Cámara, un operador combinado de infraestructuras independientes resulta la opción más eficaz. Tratar con un solo operador facilita a los usuarios el acceso a las infraestructuras de gas, puesto que van a encontrarse con códigos y contratos similares, el mismo nivel de transparencia y la posibilidad de agrupar servicios.

Éste es el sentido de las tres enmiendas que mantenemos en el Pleno, para las que pido a mis colegas su voto afirmativo.

 
  
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  Adina-Ioana Vălean (ALDE). - Señor Presidente, en mi calidad de ponente alternativa sobre el Plan EETE, acojo con sumo agrado esta iniciativa. Estamos fijando una nueva agenda de investigación energética para Europa, algo muy necesario en vista de los retos a los que tendremos que enfrentarnos durante la próxima década.

La Comisión cree que Europa debe rebajar los costes de la energía limpia y situar a la industria a la cabeza del sector de las tecnologías con emisiones bajas de CO2. Aunque estoy de acuerdo con esos objetivos, también quiero decir que las mejores intenciones nunca se convierten en realidad sin una financiación adecuada. Por eso lamento que la Comisión no publicara la comunicación sobre la financiación de nuevas tecnologías con emisiones bajas de CO2. ¿Cómo tiene previsto la Comisión financiar esas acciones? En cualquier caso, permítanme que les asegure que el Parlamento no aceptará la reasignación de fondos del Séptimo Programa Marco ni de la PAC.

Esta cuestión de la financiación también se suscita en el caso de los 12 proyectos de tecnologías CCS. Pese a que creo que esta tecnología podría ayudar a la industria a reducir las emisiones de CO2, no puedo aceptar que el dinero de los contribuyentes europeos se utilice para financiar el desarrollo de una infraestructura CCS que, al final, será el negocio de alguien. Como liberal, creo que tenemos que permitir que el mercado actúe, desarrollando, si es necesario, una relación justa de colaboración con la industria.

 
  
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  Dariusz Maciej Grabowski (UEN). - (PL) Señor Presidente, el planteamiento de la Unión Europea en materia energética está lleno de incoherencias. Oímos cada vez más llamadas a una estrategia amistosa, unida y de cooperación a largo plazo, mientras que, al mismo tiempo, nos encontramos con ejemplos de acciones descoordinadas, propuestas parciales e inversiones que sirven a los intereses de una parte en detrimento de otras.

Los informes que se han presentado constituyen un intento de abordar este problema o, por lo menos, de llamar la atención sobre cuestiones y dilemas que no han recibido suficiente atención. El ponente merece nuestras alabanzas por ello. Nunca en la Historia se ha visto un ejemplo de otra materia prima cuyo precio haya subido tanto en tan breve periodo de tiempo, como ha ocurrido con los precios del petróleo y del gas. Por eso podemos afirmar claramente que en las previsiones de futuro se han cometido errores.

No hay duda de que este dilema económico debe solucionarse avanzando en dos direcciones: en primer lugar, incrementando el suministro de fuentes de energía, incluidas fuentes más recientes y más eficientes, y, en segundo lugar, ralentizando el crecimiento de la demanda mediante la utilización de tecnologías nuevas y más económicas. La Unión Europea debe ser más eficaz a este respecto y no puede permitir que el privilegio del acceso monopolístico a las materias primas o una participación accionarial mayoritaria decidan la situación en el mercado. Por eso son útiles las sugerencias sobre el acceso a las redes de distribución de gas, la investigación de nuevas tecnologías y la creación de nuevas agencias.

Estamos en un momento en que son necesarias acciones y medidas de aplicación urgentes. Por lo tanto, los científicos deben volver a analizar la amenaza que las emisiones de CO2 suponen para la estabilidad del clima, con el fin de comprobar si es real, para que en el futuro no nos encontremos con que las reducciones de las emisiones sólo sirven para beneficiar a unos pocos, principalmente las grandes empresas y no los consumidores, además de para destruir al sector del carbón.

 
  
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  Rebecca Harms (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, recientemente nos han llegado de Japón noticias que, sin duda alguna, habrán encantado al ponente, el señor Buzek. Lo que se dijo es que mi país, Alemania, estaba completamente aislado en el tema del uso de la energía nuclear. A veces me pregunto cómo es posible que se elaboren informes como ese y si la gente no sabe cuán reducido es el número de países de todo el mundo que utilizan en realidad la energía nuclear.

Si se analiza realmente, se ve que tres cuartos de la energía nuclear del planeta se produce en tan solo seis países y hay uno o dos más que tienen una cuota marginal del mercado de energía nuclear. Eso significa que, a escala mundial, la energía nuclear ha hecho una escasa o nula contribución hasta la fecha. Sólo tiene cierta importancia en parte de Europa y en América del Norte, donde se utiliza en su mayor parte.

Hay muchos factores de los que depende que esta situación cambie o no, uno de los cuales es cuánto dinero público se va a volver a inyectar en esta industria moribunda. Los Estados Unidos, como quedó claramente patente en Hokkaido, han asignado –gracias al saliente Presidente Bush– 18 millones de dólares para promover la construcción de dos o tres reactores. Durante los últimos 20 años no se ha construido nada de este tipo en los Estados Unidos y la industria nuclear precisa mucho dinero público para crear un mercado artificialmente.

En el Reino Unido se ha anunciado la asignación de cerca de 6 000 millones de euros. Eso es lo que se dice que cuesta un reactor si lo construye allí la alemana E.ON. Si miramos en otros países, vemos que la central de Belene se va a construir por menos dinero, aunque Bulgaria quiere 600 millones de euros de Bruselas para poner los planes en práctica.

Realmente tenemos que decidir si, en los próximos años, vamos a invertir dinero público en tecnologías del futuro y nuevos mercados o si queremos mantener tecnologías del siglo pasado que suponen enormes riesgos. Yo abogo por el futuro y contra la energía nuclear porque estoy segura de que los riesgos que genera esta tecnología no pueden superarse. Las noticias que hoy hemos conocido sobre otro accidente más en la central nuclear de Paks, en Hungría, sólo sirven para confirmar mi opinión. Gracias a todos por su atención.

 
  
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  Miloslav Ransdorf (GUE/NGL). - (CS) Señorías, señores Comisarios, señores representantes del Consejo, quiero decir que hoy nos encontramos en la misma situación que las personas del libro El progreso del peregrino de John Bunyan, a las que se pregunta «¿Practicasteis?». Creo que es tiempo de acción y que los votantes europeos quieren que aprobemos medidas que propicien precios justos en los mercados energéticos. En la actualidad entre el 30 % y el 40 % del precio final se debe a la especulación y sería bueno introducir una moratoria de precios energéticos cuando el incremento interanual supere el 30 %, como es el caso. Me parece que los ciudadanos esperan que lo hagamos. Es evidente que los mercados solos no nos van a proporcionar la salvación y se confirma el viejo dicho que viene a decir que el mundo financiero da soporte al Estado de la misma forma que una cuerda sujeta a un colgado. A mi juicio, la liberalización no va a ayudarnos en la situación actual. Lo que nos ayudará es crear nuevas capacidades (incluida la denostada energía nuclear) e inversiones, enormes inversiones en nuevas tecnologías. En este ámbito tenemos un reto real: establecer los cimientos para una nueva era tecnológica a largo plazo en el sector energético. Las crisis, incluidas las energéticas, se superan mediante la innovación.

 
  
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  Jana Bobošíková (NI). - (CS) Señorías, me temo que hoy estamos de nuevo resolviendo los problemas parciales de los mercados energéticos, en lugar de pararnos a pensar, de una forma más compleja, sobre los problemas estratégicos. ¿Sabemos realmente cuáles serán las necesidades energéticas de los países de la Unión Europea durante las próximas décadas? ¿Se refleja este conocimiento en nuestros reglamentos y directivas? ¿Sabemos realmente cómo debe ser, en su conjunto, una situación energética estable en Europa? ¿Podemos identificar claramente los países que buscan activamente soluciones a sus necesidades energéticas y, al mismo tiempo, señalar con el dedo a quienes son sólo importadores de energía, pero se dedican a criticar sin vergüenza alguna a los productores y exportadores de energía? ¿Somos por lo menos algo más realistas, en vista del último estudio del Banco Mundial, sobre los absurdos objetivos de la Unión en el ámbito de los biocombustibles?

Señorías, ningún mercado funciona si la demanda es mayor que la oferta. Eso puede ocurrirle a la Unión en breve en el ámbito energético. Por lo tanto, tenemos que empezar a apoyar la investigación y el desarrollo y, lo que es aún más importante, tenemos que empezar a solucionar todos los eslabones de la cadena energética, como la producción, el transporte, la distribución y el consumo. En lo que respecta a los recursos, nos guste o no es necesario comenzar a construir nuevas instalaciones para sustituir a las actuales, que se acercan al fin de su vida útil, con el fin de cubrir la creciente demanda de energía. Creo que tenemos que empezar a hablar de una combinación de fuentes de energía que no discrimine ninguna fuente, tampoco la nuclear, que respete los mapas geográficos y políticos de los propietarios de materias primas y que se base en conocimientos científicos modernos que puedan usarse en la práctica, y no en sueños verdes.

Señorías, por supuesto apoyo la llamada tercera opción, con arreglo a la cual los Estados miembros conservarán el derecho a definir libremente las relaciones de propiedad entre productores de energía y redes de transporte. También me complace el impulso dado a la independencia de las competencias y obligaciones de los potenciales gestores de las redes de transporte. Creo que, de esta forma, conseguiremos evitar la creciente dependencia unilateral del suministro de gas procedente de Rusia y, al mismo tiempo, invertir en la distribución y la seguridad del suministro de gas natural.

 
  
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  Paul Rübig (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Comisario, Señorías, la energía es el recurso del futuro y, por eso, es importante que adoptemos un planteamiento a largo plazo al tratar la cuestión del suministro energético de Europa. También es especialmente importante no excluir los contratos a largo plazo, sino garantizar que se tengan en cuenta cuando se planifiquen suministros estables de energía a Europa.

También debemos pensar sobre las condiciones de producción y suministro que regirán las redes transeuropeas. Proporcionando apoyo e incentivos por una parte podríamos, por otra, exigir que la separación, incluida la separación de la propiedad, se utilice como base para establecer las condiciones de producción y suministro. Hay incontables modelos que podrían usarse para proteger los futuros mercados.

Una cuestión clave, que ya se ha debatido hoy, es la de la explotación de centrales nucleares. Ya es hora de que la Unión Europea tenga un papel activo en este ámbito creando una agencia o un regulador que se encargue de la seguridad de las instalaciones de energía nuclear. Este regulador debe estar también facultado para sacar de la red a las centrales nucleares inseguras.

La agencia francesa podría ser un modelo a seguir. Francia nos ha proporcionado un excelente ejemplo de cómo establecer un regulador independiente. Sería útil que este regulador francés pudiera opinar sobre las actividades de los reguladores de los otros 26 países. Esto reforzaría a los reguladores nacionales y serviría para abordar cuestiones de seguridad y salud en Europa, algo cuya responsabilidad nos corresponde a todos. Debemos reflexionar sobre una estrategia a largo plazo para proteger a los europeos en los años venideros.

 
  
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  Reino Paasilinna (PSE). - (FI) Señor Presidente, señores Comisarios, Señorías, señores ponentes y ponentes alternativos, el compromiso logrado en la Directiva del gas es bueno y estamos en condiciones de apoyarlo

No obstante, no se ha prestado suficiente atención a los consumidores ni a los consumidores que están en una posición de debilidad, como son los pobres y los que viven en zonas remotas. Por lo tanto, les pido que apoyen las enmiendas que hemos propuesto. En segundo lugar, es bueno que se haya alcanzado un compromiso con el Consejo, que garantiza que los Estados no conectados por un gasoducto al resto de Estados miembros de la UE no acaben aplicando todas las normas del mercado interior, dado que no participan en los mercados interiores.

Un programa estratégico de tecnología energética es realmente necesario y quisiera felicitar al ponente por haber incluido la eficiencia energética. La tecnología energética ha estado recibiendo una financiación insuficiente. Como consecuencia, la oferta y la demanda no coinciden. La crisis que se ha producido en todos los sectores de la industria energética ha hecho que la industria, que por fin ha tomado conciencia del cambio climático, no haya dispuesto de la tecnología que necesita lo suficientemente rápido. Sencillamente, no hay suficientes proveedores de componentes.

El despertar a la realidad del cambio climático ha demostrado cuán poco preparados estamos para él. Sin embargo, el cambio en la actitud de los ciudadanos es evidente y ahora necesitamos la cooperación de la Comunidad, de la Unión, de sus Estados miembros y de la industria, ya que tenemos que evitar que las economías en desarrollo estropeen nuestras condiciones de vida contaminándolas.

Debemos mejorar la colaboración con los Estados Unidos en el ámbito del medio ambiente y, al mismo tiempo, tenemos que celebrar un acuerdo de cooperación en materia energética con Rusia. Por lo tanto, es importante tener en cuenta a los consumidores, el desarrollo industrial y la cooperación con los Estados Unidos y con Rusia.

 
  
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  Anne Laperrouze (ALDE). - (FR) Señor Presidente, quiero destacar dos elementos en lo tocante al mercado del gas. El primero se refiere a los contratos a largo plazo. Este tipo de contrato es una herramienta importante para los consumidores, ya sean domésticos o industriales. Nos permite analizar el mercado a largo plazo, garantizando así que opera de una forma más estable y eficiente.

El segundo se refiere a la seguridad de los sistemas y, sobre todo, la seguridad del suministro de gas. Las redes de transporte de gas tienen la misma importancia estratégica que las redes de electricidad. La cuestión de la propiedad es vital por la configuración del modelo europeo, caracterizado por una elevada dependencia de los países productores, que se encuentran fuera de las fronteras de la Unión.

Por estas razones apoyo la enmienda que aboga por la tercera opción, que garantiza el acceso no discriminatorio a las redes. Además, como hicimos en el caso de la electricidad, mi Grupo propuso la creación de un único gestor europeo de redes de transporte, que protegería nuestros intereses estratégicos. Quisiera tranquilizar a mi colega, el señor Claude Turmes, a este respecto. Esta Directiva sobre el mercado del gas no pretende proteger a los operadores nacionales históricos, sino darles la oportunidad de convertirse en grandes campeones de la energía en Europa.

 
  
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  Liam Aylward (UEN).(GA) Señor Presidente, invertir en nuevas tecnologías más limpias debe ser un elemento central de las estrategias de la UE para garantizar que podamos alcanzar el objetivo del 25 % del suministro energético procedente de energías renovables fijado por la Unión. Igualmente importante es que otros bloques comerciales del mundo firmen compromisos similares en un futuro próximo. Sin embargo, en estos momentos los precios de los combustibles constituyen la mayor preocupación de los ciudadanos de los países europeos. La Unión Europea debe aplicar políticas innovadoras para contribuir a frenar el ascenso de los precios del petróleo. Incrementar la producción de crudo es un elemento clave de este proceso.

Señor Presidente, en estos momentos los mercados financieros internacionales sufren una clara incertidumbre. Muchos especulares han redirigido sus estrategias de inversión al mercado de materias primas y esta especulación ha contribuido a la creciente presión que ha impulsado a los precios del petróleo en una espiral alcista. La subida de los precios del crudo es lo último que las empresas y los consumidores europeos necesitan en este momento de crecientes dificultades económicas. La Unión Europea tiene que contar con una política de vecindad progresiva que garantice que podamos proteger y garantizar nuestras necesidades energéticas en el futuro.

 
  
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  Jacky Hénin (GUE/NGL). - (FR) Señor Presidente, en el ámbito del gas y de la energía en general, encontramos dos planteamientos radicalmente opuestos. El enfoque liberal consiste en tratar el gas y su suministro como un bien y un servicio como cualquier otro, lo que da lugar a una competencia incontrolada y al desmantelamiento excesivo de empresas públicas integradas de servicios.

Inevitablemente, los precios suben, los servicios prestados se deterioran y el gasto comercial y de marketing se dispara en detrimento de la investigación y el desarrollo, así como en detrimento de la seguridad. Aún peor, se genera una competencia perjudicial entre las diversas formas de energía, fomentando así elecciones a corto plazo basadas en el único criterio del máximo beneficio en el plazo más corto.

Ese planteamiento es el fundamento de los informes que estamos debatiendo. Sin embargo, existe otro enfoque, según el cual la energía, el gas y su suministro son servicios públicos que deben prestarse a todos con arreglo a criterios de igualdad y territoriales. Ese planteamiento daría lugar a una Europa de la energía real basada en la cooperación y el interés general. Se construiría alrededor de una agencia europea de la energía que coordinaría y pondría en común toda la labor de investigación de los Estados miembros y garantizaría el acceso en igualdad de condiciones a la energía para todos los ciudadanos. Estaría basada en una agrupación europea de interés económico (AEIE) que integraría a las empresas energéticas europeas, tanto públicas como privadas. Esta AEIE llevaría a cabo, en un marco de cooperación, importantes proyectos industriales en el ámbito de la UE y permitiría la puesta en común de nuestros recursos.

 
  
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  Romana Jordan Cizelj (PPE-DE). - (SL) En el ámbito de la energía nos enfrentamos como mínimo a tres retos: el reto medioambiental, el reto de garantizar la competitividad de la economía europea y el reto de garantizar un suministro energético regular.

La condición esencial y un requisito indispensable para responder a estos desafíos es que los actores operen en un mercado interior transparente y con normas uniformes.

Desde luego, existe una diferencia entre el sector eléctrico y el sector del gas. En el sector del gas nuestra dependencia de las importaciones asciende a un elevado 60 % y, según algunas estimaciones, para 2030 llegará al 80 %. Sólo de Rusia importamos el 40 del total de las importaciones de gas, y algunos Estados miembros importan todo el gas que consumen, lo que significa que su dependencia de las importaciones asciende al 100 %. Por esta misma razón es extremadamente importante que nos esforcemos por garantizar que la Europa integrada sea un socio competente y en igualdad de condiciones con Rusia.

Con la liberalización del sector energético, estamos introduciendo varios protagonistas independientes. Dado que, en estos momentos, en Europa resulta bastante complicado alcanzar una masa crítica de mano de obra bien formada, con la nueva liberalización en el futuro será incluso más difícil conseguir expertos. Esto es especialmente cierto en el caso de los Estados miembros de menor tamaño, que tienen empresas de generación de energía relativamente irrelevantes. Otro reto a este respecto es mantener la responsabilidad política del bienestar en un país a pesar de los cambios de los mercados energéticos europeos.

Para aprovechar las oportunidades disponibles dentro del programa EETE se precisa también una mano de obra bien formada. Sólo durante los cuatro últimos años, hemos aprobado una serie de mecanismos para la promoción de la investigación y el desarrollo en el sector energético. Por lo tanto, espero que la Comisión dedique especial atención a la armonización de los diversos contratos.

Señorías, la Presidencia eslovena ha realizado considerables esfuerzos para promover el tercer paquete de liberalización de mercado. Espero que la Presidencia francesa continúe ese trabajo con la misma convicción.

 
  
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  Šarūnas Birutis (ALDE).(LT) La única forma de lograr un mercado del gas seguro y que funcione correctamente es optar por la separación vertical de la propiedad de los monopolios. Sin duda, existe una diferencia entre los mercados del gas y de la electricidad, y debemos distinguir entre ambos en nuestros documentos, como ha hecho muy acertadamente la Comisión de Industria, Investigación y Energía. Desgraciadamente, sólo tenemos unos pocos suministradores de gas y, si no hacemos algo para lograr la máxima reducción posible de la dependencia, tendremos una dependencia vital de ellos, tanto ahora como, con toda probabilidad, en el futuro. Reducir nuestra dependencia tiene una enorme importancia y los documentos que estamos debatiendo tendrán un papel protagonista en ese proceso.

Adoptemos un punto de vista realista y escojamos la tercera opción. Es necesario tener en cuenta la situación real de los mercados del gas de los Estados miembros. Por ejemplo, el suministro de gas de Lituania, al igual que el del resto de los Estados Bálticos, depende de un único suministrador, Grazprom. No hay duda de que el Kremlin está dispuesto a mantener e incrementar su autoridad en el sector del suministro de gas de la UE. No está ahorrando ningún recurso financiero. Todos hemos visto el nivel de presión de sus grupos de interés en relación con el proyecto de Nord Stream y otros proyectos. Esto no es economía, es política, y bastante agresiva por cierto.

La única forma en que podemos resistirnos a esta dictadura es actuando con solidaridad y creando un sistema energético común de la UE, además de apoyar y poner en práctica proyectos de energías alternativas y, por supuesto, de energía nuclear. Para eso necesitamos voluntad política y financiación común.

 
  
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  Guntars Krasts (UEN).(LV) Gracias, señor Presidente. Este es un momento en que la Unión Europea debe responder a las subidas de los precios del gas mediante la liberalización de los mercados, que son el único instrumento que refleja con exactitud la relación entre la oferta y la demanda. Por desgracia, todavía puede verse que el sector energético está en manos de empresas energéticas europeas integradas verticalmente y supeditado a la política estatal. Por lo tanto, quisiera expresar la gratitud del Parlamento a la comisión por sus esfuerzos para dirigir la reforma en la dirección de la liberalización del mercado. No obstante, el señor Piebalgs tiene razón al decir que debemos dar una oportunidad a la distribución de los derechos de propiedad. Los argumentos a favor de esta opinión cuentan con el refuerzo del hecho de que siete Estados miembros de la UE hayan optado por ella. El Consejo ha aprobado exenciones de la Directiva para mercados de gas pequeños y aislados. En cualquier caso, en el caso del Estado al que represento en el Parlamento Europeo, Letonia, no podemos hablar de un completo aislamiento, ya que tiene un mercado común del gas compartido con otros dos Estados miembros, así como una instalación de almacenamiento de gas que suministra a la región. Hay suficientes condiciones previas para crear los elementos de un mercado en la región. Por lo tanto les pido que no apoyen las propuestas del Consejo en esa dirección, al menos no en el caso de los tres Estados Bálticos, sino que se les conceda una excepción a lo previsto en la Directiva. Necesitan prepararse para la integración del mercado europeo del gas.

 
  
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  Ilda Figueiredo (GUE/NGL).(PT) Señor Presidente, la cuestión fundamental que estamos debatiendo aquí es la liberalización del mercado del gas natural presionando a los Estados miembros para que aceleren el proceso de privatización de lo que sigue siendo público. Para conseguir esto más rápidamente, quienes apoyan la propuesta insisten en la separación de la propiedad de las redes, sin preocuparse en absoluto por la seguridad energética.

El hecho es que los resultados reconocidos de la liberalización del mercado de la electricidad han demostrado que ni los trabajadores ni los consumidores se benefician de la liberalización. Más bien al contrario, la liberalización ha reducido los puestos de trabajo con derechos y ha incrementado los precios pagados por los consumidores. Es evidente que los beneficios de los grupos económicos del sector energético han aumentado, pero también ha aumentado la pobreza energética, es decir, que cada vez más personas y familias tienen problemas para acceder a la energía. Por lo tanto, lamentamos que con el gas natural se esté siguiendo la misma ruta. Aunque son sectores distintos, las consecuencias económicas y sociales serán idénticas; de ahí que nos opongamos.

 
  
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  Gunnar Hökmark (PPE-DE). - Señor Presidente, hablemos de lo que hablemos, ya se trate de cuestiones medioambientales o de seguridad, del cambio climático o de la competitividad europea, los mercados energéticos y su funcionamiento futuro son cruciales. También es esencial el debate sobre la próxima fase de nuestra legislación sobre emisiones de dióxido de carbono: cómo compartimos las cargas y cómo diseñamos un sistema de comercio europeo de emisiones.

Por eso quisiera dirigirme a la Presidencia y recalcar que, cuando hayamos debatido hoy y votado mañana sobre la segunda parte del paquete energético, es vital que la Presidencia inicie las conversaciones entre el Parlamento y el Consejo. No debe haber retrasos, porque necesitamos tener estos mercados funcionando con una nueva legislación aprobada. Podemos preguntarnos si los mercados europeos de la energía están funcionando tan bien como debieran. la respuesta es muy sencilla: no lo están haciendo.

Hay una diferencia entre el mercado de la electricidad y el mercado del gas. La electricidad depende de varias fuentes de energía distintas y de distintos productores, mientras que el gas suele depender más de los distribuidores. Por eso es aceptable la diferencia en la legislación que estamos debatiendo –es decir, que tengamos plena separación de la propiedad en el caso de la electricidad y este sistema que decidió la Comisión de Industria, Investigación y Energía. Pero lo que es importante es garantizar que esto se debata y negocie tan pronto como sea posible. Es importante garantizar que la legislación sobre el gas permita una separación entre producción y distribución que también otorgue fuerza real a la cláusula sobre terceros países del paquete energético.

De nuevo quisiera recalcar a la Presidencia que las negociaciones deben empezar en cuanto sea posible. No lo retrasen hasta octubre. Tenemos que empezar ya.

 
  
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  Catherine Trautmann (PSE). - (FR) Señor Presidente, aunque intervengo después de mi colega, el señor Hökmark, no comparto la opinión que acaba de expresar. Creo que ahora que estamos a punto de aprobar este paquete energético, debemos tener en cuenta tres retos.

El primero es el desafío energético o el desafío climático, que nos alerta sobre hasta qué punto debemos ser conscientes de que el gas es un recurso y tratarlo de una forma muy concreta. El segundo reto es uno sobre el que nuestros conciudadanos nos llaman la atención: el precio. En estos momentos su poder adquisitivo se ve afectado por el precio del petróleo; quieren tener acceso a una fuente constante, fiable y de alta calidad, así que como que se protejan sus intereses al respecto. Luego, por supuesto, está el desafío de las empresas y de sus trabajadores. Actualmente hay muchos temores: entre los consumidores respecto de su acceso a la energía, y entre los trabajadores, por el posible desmantelamiento de las empresas dedicadas al gas. Por eso, señor Presidente, creo que debemos prestar mucha atención a todas las soluciones que se han sugerido.

Dado que es importante hablar sobre ello, voy a mencionar la cuestión de la tercera opción. En primer lugar, quiero dar las gracias a mis colegas de la Comisión ITRE, que muy sabiamente aprobaron el compromiso Vidal-Quadras/Laperrouze el mes pasado. Estoy convencida de que este planteamiento consensuado que permite a cada Estado miembro realizar las mejoras necesarias en sus mercados de gas, con arreglo a sus tradiciones, será un punto de partida útil para el debate con el Consejo, y quisiera pedir a mis colegas que confirmen ese punto de partida.

Por supuesto, cuando los precios son más altos, aumenta la conciencia sobre la delicada naturaleza del cambio climático. Sin embargo, debemos responder a estos tres retos, la dimensión ecológica y la dimensión de la seguridad del suministro, y por lo tanto debemos escoger la mejor opción, que es la tercera.

 
  
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  Vladko Todorov Panayotov (ALDE). - (BG) Insto a la Comisión a tener en cuenta el potencial de los nuevos Estados miembros, incluida Bulgaria, en el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías energéticas. A mi juicio, la Comisión debe poner en práctica mecanismos de apoyo a la investigación que permitan que se cumplan los objetivos para 2020 y los gases de efecto invernadero se reduzcan entre el 60 % y el 80 % para 2050. Las tecnologías con emisiones bajas de CO2 y las tecnologías de descarbonización para la producción de electricidad y calor deben salir al mercado.

Estos objetivos, así como las fuentes renovables, únicamente pueden lograrse mediante la utilización coordinada de todo el potencial de innovación de la Unión Europea. Hago un llamamiento a una mejor interacción entre los Estados miembros en el desarrollo de nuevas tecnologías energéticas. La disparidad de las normativas y especificaciones técnicas nacionales divide el mercado y frena la inversión industrial en tecnologías arriesgadas. Por lo tanto, vuelvo a instar a la Comisión a tener en cuenta el potencial de los nuevos Estados miembros, incluida Bulgaria, en el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías energéticas.

 
  
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  Nathalie Kosciusko-Morizet, Presidenta en ejercicio del Consejo. − (FR) Señor Presidente, quiero darle las gracias por permitirme intervenir porque tengo una agenda muy apretada, que me obliga a dejarles para coger un tren, y ruego a la Cámara que me disculpe por ello.

En primer lugar, deseo dar las gracias a la Comisión Europea y a sus Señorías por este interesante debate y por todo el trabajo realizado en este paquete del «mercado interior de la energía».

Como varios de ustedes han señalado, la aprobación de este paquete tendrá consecuencias directas para las vidas de nuestros conciudadanos. Estamos tratando un tema que refleja las expectativas de los ciudadanos europeos. En mi opinión, las mejoras que ellos esperan se refieren a dos aspectos. El primero es la necesidad de normas y mecanismos coherentes en toda la Unión Europea, algo a lo que contribuirá este paquete.

El segundo es la necesidad de claridad y visibilidad para los actores del mercado y para los consumidores. En lo que respecta a los consumidores, los Anexos A de las Directivas, en particular, que deben incorporarse a los respectivos ordenamientos jurídicos de los Estados miembros; prevén una mejora de la información, una mayor atención a las preocupaciones de los ciudadanos y, como es lógico, una mayor atención a la situación de los clientes vulnerables.

Sin embargo, el trabajo no ha concluido. Todavía hay que consensuar varias cuestiones, una de las más importantes, la aplicación de la separación efectiva no sólo con respecto al gas, ámbito en el que nuestras posiciones ya son bastante similares, sino también con respecto a la electricidad. La Presidencia francesa reforzará el marco general aprobado el 6 de junio en el Consejo de la Energía el próximo 10 de octubre. Hasta esa fecha no tendremos una posición consolidada en el Consejo. En concreto, tenemos que trabajar en la cláusula sobre terceros países para tener en cuenta las inquietudes de los Estados miembros.

Luego la Presidencia enviará su posición común al Parlamento Europeo para que el llamado paquete del «mercado interior» pueda finalizarse antes de que concluya la legislatura; al menos esa es nuestra intención. Espero que nuestros esfuerzos conjuntos se vean recompensados con un espíritu constructivo y el deseo de llegar a un compromiso entre todas nuestras instituciones.

 
  
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  Jan Březina (PPE-DE). - (CS) Señor Presidente, señores Comisarios, en primer lugar quisiera dar las gracias a todos los ponentes que han participado en nuestro debate por su trabajo. Dos informes relativos al mercado de gas natural están a favor de liberalizar este mercado en Europa. La legislación ofrece una alternativa a la separación total de la propiedad, utilizando el modelo ISO. Entre sus aspectos positivos cabe citar, en particular, las obligaciones de las autoridades nacionales de incluir las fuentes de energía renovables en las redes de transporte, las directrices sobre el acceso de terceros, el establecimiento de tarifas de acceso a las redes y la imposición de sanciones en caso de comportamiento discriminatorio. La creación de la red europea de gestores de redes de transporte de gas, es decir, un órgano dedicado a la cooperación, así como de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía también me parece una aportación valiosa. Estas instituciones son una condición previa para la creación de un mercado integrado del gas natural.

Sin embargo, debemos añadir que las ventajas de la liberalización del mercado sólo pueden disfrutarse si en la actualidad existe ya un mercado de suministradores diversificado, como ocurre en la mayoría de los países de Europa Occidental. Por el contrario, en la mayoría de los nuevos Estados miembros los suministradores de gas natural tienen un cuasi monopolio. Paradójicamente, estos países pueden verse perjudicados por el paquete de liberalización, ya que la legislación propuesta debilitará la posición de los gestores de redes de transporte que tienen contratos con productores monopolísticos. La llamada tercera opción es más adecuada para este modelo de relaciones económicas. Apoyo la liberalización del mercado, pero, en el caso del gas natural, en la mayor parte de los nuevos Estados miembros debemos acabar primero con los monopolios del mercado e introducir más suministradores; sólo entonces podremos aplicar (por ejemplo) la separación de la propiedad sin correr riesgos.

Para terminar, permítanme hacer algunas observaciones sobre el Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética. Está estrechamente relacionado con el consumo de energía en la Unión, con la reducción de emisiones de CO2 y con la dependencia energética de Europa. Sin embargo, como ha señalado el ponente, se presta poca atención a la producción económica, a la cogeneración o la poligeneración, al ahorro por parte de los usuarios finales y a la eficiencia energética en la industria, y el presupuesto para los objetivos fijados es muy pequeño. También son escasos los fondos para la demostración tecnológica, por ejemplo en el caso de la tecnología de la captura y el almacenamiento de carbono (CCS). Estaría bien que los dramáticos gestos y las tajantes declaraciones europeas sobre la investigación energética estuvieran acompañadas de los correspondientes recursos presupuestarios.

 
  
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  Adam Gierek (PSE). - (PL) Señor Presidente, todo plan debe incluir decisiones sobre su situación tanto en el tiempo como en el espacio, pero las actuales decisiones de la Comisión están ralentizando la puesta en práctica de planes anteriores; por ejemplo, los planes de inversiones en cogeneración se están viendo frenados por el mercado, ya que no merece la pena convertir las centrales de generación de calor en centrales de calor y energía eficientes si deben hacer frente a los precios de las emisiones y a problemas con las redes. Además, la Comisión ha dividido a los Estados miembros de la UE en Estados buenos, que pueden incrementar sus emisiones, y Estados malos, que tienen que reducirlas. Estos últimos son, por supuesto, principalmente los países de Europa Central y Oriental. Según el Protocolo de Kyoto, el año de referencia para el cálculo de las emisiones en virtud del sistema de comercio de emisiones debe ser 1990, y no 2005 como ha impuesto la Comisión. Esto sería más honesto y mostraría una mayor solidaridad. El liderazgo en el ámbito de la cuestionable incidencia de las emisiones en el cambio climático no debe alcanzarse a expensas de las poblaciones más pobres. La eficiencia y la reducción del consumo de energía deberían ser prioritarias, mientras que la energía renovable debería ser un complemento en lugar de una alternativa. A medio plazo, el futuro es de la energía limpia de carbón y, a largo plazo, como ya ha quedado claro, de la energía nuclear.

 
  
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  Lena Ek (ALDE). - (SV) Señor Presidente, el mercado energético europeo tiene problemas muy graves. Tenemos una dependencia de las importaciones que se incrementará hasta el 65 % en 2030. Tenemos consumidores que no pueden escoger qué tipo de energía desean tener y que se ven perjudicados por el ascenso de los precios energéticos y los efectos de los gases con efecto invernadero y el cambio climático.

El informe Paparizov, que estamos debatiendo hoy, concluye que es necesaria una mayor cooperación entre gestores de sistemas, así como un incremento de la inversión en el mercado del gas. Eso está bien, pero no es suficiente. El informe Buzek sobre investigación e innovación afirma que nuestras inversiones son insuficientes. Les recuerdo que el Parlamento también quería incrementar la inversión en investigación y que pronto nos embarcaremos en las negociaciones del nuevo presupuesto. El informe La Russa aborda la separación de la propiedad en los monopolios y la mejora del funcionamiento del mercado del gas. Quienes están en contra de esto piensan que la disolución de los monopolios de propiedad y distribución daría lugar a precios energéticos más elevados. Así que tengo que hacer la siguiente pregunta: cuando tengamos precios energéticos más elevados y el efecto del cambio climático, ¿vamos a solucionar el problema con más monopolios? ¡Desde luego que no! Del resultado de las votaciones en comisión ha salido parte de lo que necesitamos, pero todavía tenemos que avanzar mucho para lograr un mercado energético eficiente desde el punto de vista de su funcionamiento y respetuoso con el medio ambiente en Europa.

 
  
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  Roberta Alma Anastase (PPE-DE) - (RO) Quiero dar las gracias a los ponentes por el planteamiento estratégico a largo plazo aplicado a la cuestión del gas natural en la Unión Europa y la investigación en el ámbito de la energía.

En 2006, el gas importado a la Unión Europea ascendía al 62 % y su demanda y dependencia de las importaciones de gas se incrementará hasta el 80 % en 2030. Por lo tanto, es importante hallar soluciones concretas para garantizar la seguridad energética de la Unión Europea y lograr el funcionamiento eficiente del mercado energético.

Creo que tres aspectos de las propuestas de los ponentes son esenciales. En primer lugar, en mi calidad de ponente sobre la sinergia del Mar Negro, quisiera hacer hincapié sobre la importancia del correcto desarrollo de la cooperación regional y la interconexión transfronteriza. La dimensión regional es el marco apropiado para establecer normas y principios comunes, así como para garantizar la coordinación y la transparencia del sector del gas.

En segundo lugar, es esencial extender la puesta en práctica de esas normas a empresas de terceros países con actividad en el ámbito de la energía en la Unión Europea.

Por ultimo, apoyo plenamente la idea de la consolidación del sector de la investigación científica en el campo energético, como elemento clave de la política a largo plazo fijada.

 
  
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  Giovanna Corda (PSE). - (FR) Señor Presidente, señores Comisarios, Señorías, nuestro objetivo debe ser establecer normas no discriminatorias para fijar las condiciones de acceso a las redes de transporte de gas, las instalaciones de licuefacción y las instalaciones de almacenamiento.

Por lo tanto, las normas deben tener por objeto una mayor transparencia de las relaciones entre empresas mediante la armonización de las tarifas, los métodos de cálculo de las mismas y la explotación de las redes de transporte de gas. Además, todos los gestores de redes de transporte deben unirse en una red europea que pueda garantizar la inversión para mantener un transporte de gas óptimo en toda Europa.

Los elementos de esta nueva legislación europea son fundamentales para los ciudadanos en un momento en que estamos experimentando una explosión de los precios energéticos. Como ponente alternativa, concedo especial importancia a los derechos de los consumidores. La competencia debe beneficiar realmente a los consumidores; necesitamos medidas para regular el mercado y controlar los precios, sobre todo los que deben pagar las personas más vulnerables.

 
  
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  Anni Podimata (PSE).(EL) Señor Presidente, señor Comisario, pese a que el debate de hoy se centra, como es lógico, en el mercado interior de la energía, quisiera, en aras del equilibrio, hacer mención a la gran importancia del Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética en lo relativo a la capacidad de Europa para superar los enormes retos a que se enfrenta en los ámbitos de la energía y el medio ambiente.

Tenemos que revisar nuestras prioridades, pero también debemos redefinir nuestro actual modelo de desarrollo, con el fin de seguir un rumbo caracterizado por emisiones bajas o nulas de CO2 y, al mismo tiempo, crear oportunidades de desarrollo para la industria europea, que tiene la capacidad necesaria para liderar el sector, en rápido crecimiento, de la tecnología de emisiones bajas o nulas de CO2.

Incrementar el presupuesto comunitario para la investigación en el sector energético y fomentar la investigación en sectores como los de las fuentes de energía renovables y las redes inteligentes son medidas absolutamente necesarias para hacer frente a los retos actuales.

(Aplausos)

 
  
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  Pierre Pribetich (PSE).(NL) Señor Presidente, Comisario, Señorías, me gustaría empezar dando las gracias a todos mis colegas, sobre todo al señor Jersy Buzek por su informe.

Como dijo Aristóteles, «empezar bien es tener la mitad hecha». Por lo tanto, ponerse manos a la obra, en lugar de fomentar un conjunto de objetivos saludables, será un paso fundamental para establecer los cimientos del vital compromiso de lucha contra el cambio climático.

Este acuciante reto precisa una nueva definición del Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética en función de dos pilares redefinidos: lograr una producción mejor y más limpia en lo relativo a las emisiones de CO2 mediante tecnologías innovadoras, y consumir menos, reduciendo el uso de energía en todas sus formas y mediante la promoción de todas las soluciones. Por desgracia, estas medidas básicas de sentido común no tienen un reconocimiento suficiente en nuestras principales políticas y las medidas de reducción del consumo energético no reciben suficiente apoyo ni en el Plan EETE ni en las principales políticas estructurales de la UE.

Otro aspecto crucial es la necesidad urgente de incrementar los recursos tanto humanos como financieros necesarios para cumplir realmente los objetivos europeos. ¿Cuándo vamos a dar por fin una respuesta concreta a nuestra principal necesidad, el enorme reto que representa el cambio climático? Nos estamos quedando rezagados en lo relativo a la financiación de la investigación sobre tecnologías con bajas emisiones de CO2. Volviendo a usar palabras de Aristóteles, señor Presidente, si comenzamos a proporcionar una generosa financiación para la investigación de estas tecnologías, ya habremos ganado la mitad de la batalla en este nuevo mundo. Tendremos una eficiencia energética completa y, en poco tiempo, una eficiencia energética excepcional.

 
  
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  Silvia-Adriana Ţicău (PSE). - (RO) La Unión necesita una política energética común.

Proyectos prioritarios, como Nabucco, reconocidos también por el Consejo Europeo, diversificarán las fuentes de suministro de gas natural de la Unión Europea, por lo que es preciso ponerlos en práctica.

La cooperación regional es esencial para garantizar el suministro energético de la Unión. Por eso considero, y he solicitado mediante enmienda, que el área geográfica cubierta por cada estructura de cooperación regional sea definida por la Comisión tras haber celebrado consultas con los Estados miembros de esa zona geográfica.

Por esa razón, he solicitado mediante enmienda que, para cualquier proyecto de construcción de un gasoducto de gas natural que cruce los mares con los que linda la Unión, la Comisión y los Estados miembros afectados realicen un estudio de impacto ambiental.

Considero esencial que las obligaciones de servicio público y las normas mínimas comunes derivadas de las mismas estén mejor consolidadas, con el fin de garantizar que los servicios de gas sean accesibles para la población y las pequeñas y medianas empresas.

 
  
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  Dragoş Florin David (PPE-DE). - (RO) Hoy debatimos tres informes importantes para la política energética de la Unión Europea, informes que se refieren a la tecnología energética, la seguridad energética y la lucha contra la pobreza energética como factores esenciales para lograr los objetivos fijados en materia de energía y cambio climático.

El informe del señor Paparizov define un nuevo concepto de acceso a las redes de transporte de gas natural; el informe del señor La Russa hace una importante aportación a la definición de la estrategia a medio y largo plazo del mercado interior de gas natural y el informe del señor Buzek subraya la necesidad de desarrollar las tecnologías energéticas estratégicas.

La rápida aplicación de estos informes dará lugar a un mercado interior más eficiente y transparente, con varios efectos directos: el incremento de la competitividad, la transparencia de los precios para el usuario final y la protección de los derechos de los consumidores.

Ha llegado la hora de que la Comisión y el Consejo fomenten de forma explícita y concreta la diversificación de las fuentes de energía y el desarrollo de nuevas instalaciones de almacenamiento de gas para garantizar la independencia y seguridad energéticas de la Unión.

Para acabar, quisiera felicitar a nuestros tres colegas por la forma en que han gestionado la elaboración de los informes.

 
  
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  Andrzej Jan Szejna (PSE). - (PL) Señor Presidente, el objetivo de la normativa que estamos debatiendo hoy es facilitar la integración de los mercados de gas de los distintos países e incrementar la supervisión ejecutiva en el ámbito europeo. El mercado del gas debe analizarse de forma independiente del mercado de la electricidad como consecuencia de la considerable dependencia de las importaciones de la Unión Europea. La separación de la propiedad podría ser un instrumento muy útil para garantizar la creación de un mercado unificado del gas en la Unión Europea y para la creación de competencia real en el mercado energético comunitario y, en la práctica, podría dar lugar a una reducción de los precios energéticos, o al menos a la estabilización de los mismos.

Sin embargo, también tenemos que ser prudentes. El proceso de liberalización precisa cambios estructurales concretos, para los que no están preparados todos los países de la Unión Europea. La liberalización del mercado y la separación de la propiedad en Polonia exclusivamente, sin que estas dos medidas se apliquen en todos los principales productores de energía de la UE, podrían dar una ventaja a las empresas de Europa Occidental con respecto a Polonia. Europa necesita un modelo energético que no sólo garantice la existencia de competencia en mercados regionales y en el mercado común europeo, sino también la protección del usuario final y, ante todo, la seguridad energética.

 
  
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  Ioan Mircea Paşcu (PSE). - Señor Presidente, permítame abordar la cuestión que estamos tratando desde un punto de vista político más amplio. En la actualidad, energía es casi sinónimo de política exterior y suele relegar a una posición secundaria incluso al cambio climático. Es evidente que la actual situación ha cogido desprevenida a Europa. Nuestros sistemas energéticos nacionales son limitados, monopolísticos, complicados y oscuros. Como consecuencia, la tendencia a intentar abordar los actuales retos de forma individual es irresistible. Por eso los esfuerzos para crear un mercado único integrado de la energía encuentran resistencia cada vez mayor y el objetivo de Europa de reducir su dependencia del suministro exterior es casi inalcanzable. Además, intentar integrar nuevas soluciones en marcos antiguos sólo hace más difícil nuestra tarea. Por lo tanto, Europa necesita urgentemente cambiar radicalmente los sistemas actuales, avanzar con decisión hacia un mercado único de la energía y comenzar a invertir masivamente en investigación en fuentes alternativas de energía. Para Europa se trata, sencillamente, de una cuestión de supervivencia.

 
  
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  Theodor Dumitru Stolojan (PPE-DE). - (RO) Quiero felicitar a los tres ponentes, así como decir que Rumanía ha cumplido plenamente los requisitos del mercado único del gas natural, separando totalmente, también desde el punto de vista de la propiedad, la actividad del transporte de la actividad de producción y distribución del gas natural.

Por desgracia, en la Unión Europea todavía no tenemos un mercado único del gas natural competitivo y algunos Estados miembros se muestran muy reticentes a separar la actividad de producción de la actividad de distribución.

La ausencia de un mercado único del gas natural permite que importantes suministradores de gas natural den un tratamiento distinto a cada Estado miembro en la negociación de contratos de suministro, en ocasiones imponiendo decisiones políticas o tratando de influir en las mismas.

Por eso creo que estas directivas deben aprobarse cuanto antes y ponerse en práctica en su totalidad.

 
  
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  Czesław Adam Siekierski (PPE-DE). - (PL) Señor Presidente, una de las cuestiones fundamentales que debemos considerar es la garantía de la seguridad del suministro. La política en materia de energía debe tomar en consideración el hecho de que existen diferencias significativas entre países en relación con las posibilidades de diversificación de las fuentes de gas importado. Existen diferentes capacidades para la obtención y la adquisición de esta materia prima. A menudo he señalado la importancia extrema de la elaboración de una política energética armonizada que garantice la seguridad del suministro energético a todos los Estados miembros. Las medidas dirigidas a lograr la separación de la propiedad en el mercado del gas natural mejorarán sin duda la competencia y la calidad de los servicios prestados. No obstante, debido a las considerables diferencias existentes entre los mercados del gas y la energía, apoyo la propuesta del ponente de que tales sectores se regulen por separado. El mercado del gas únicamente será competitivo cuando los clientes tengan un acceso completo a la información sobre la cantidad de gas natural que consumen y la posibilidad de cambiar de proveedor.

 
  
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  Inés Ayala Sender, Ponente de opinión de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. − Señor Presidente, por falta de tiempo, antes no he podido dar las gracias al ponente, señor Buzek, por su generosidad a la hora de incluir propuestas que se habían formulado desde la Comisión de Medio Ambiente, sobre todo los aspectos relacionados también con la eficiencia energética, con el ciclo de vida de las distintas energías y, especialmente, con los aspectos relacionados con los recursos humanos y la formación y la cooperación con los países en desarrollo.

Por lo tanto, un expresivo agradecimiento al señor Buzek, que no he podido formular antes por la premura de tiempo.

 
  
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  Paul Rübig (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, es extremadamente importante, en lo que se refiere al suministro de gas, garantizar que estas operaciones se incluyan en un marco de competitividad adecuado. Por una parte, las energías renovables deben desempeñar un papel importante, mientras que, por otra, el gas natural debe, ciertamente, competir con este tipo de energías. Creo que esta competencia nos ofrece la oportunidad de que los precios evolucionen en la dirección adecuada y si apoyamos este proceso con una serie de medidas en materia de eficiencia, también lograremos la reducción de precios correspondiente.

La distribución adecuada de la energía en Europa desempeñará un papel aún más importante en los años venideros y nuestras PYME en concreto deberán contribuir cada vez en mayor medida al logro de la eficiencia energética, ya que el acondicionamiento de edificios y la rehabilitación de inmuebles antiguos desempeña ciertamente un papel significativo en este contexto y se generará una competencia importante en relación con el suministro de gas al mercado residencial.

 
  
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  Andris Piebalgs, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, es evidente que existe una fuerte convergencia de puntos de vista en relación con estos tres informes. Me gustaría volver a dar las gracias a los ponentes, señor Buzek, señor La Russa y señor Paparizov, por haber logrado esta clase de consenso. Sabemos que estamos buscando un suministro energético seguro, sostenible y asequible y, al mismo tiempo, nos damos cuenta de que el cambio en el sector energético ha llegado un poco antes de lo previsto. Ello nos obliga a emprender acciones mucho más rápidamente y más determinadas.

Cabe destacar una sinergia especial de la que he sido testigo y que resulta muy significativa. Ayer visité el Instituto de Termodinámica Técnica, no muy lejos de Estrasburgo, en Stuttgart, donde han desarrollado un proyecto de investigación sobre el modo de aumentar la eficiencia del suministro energético, combinando el ciclo de las turbinas de gas y las pilas de combustible, y tratando de algún modo de utilizar las fuentes de energía existentes y aumentar su eficiencia con nuevas tecnologías. Están realizando avances razonables, pero también existen muchos problemas técnicos. Para progresar necesitamos más apoyo para este tipo de proyectos. Pero, al mismo tiempo, también comprendemos que, si no existe competencia en el mercado, tales proyectos no saldrán nunca de los laboratorios. De modo que debemos actuar de ambos modos para avanzar.

En lo que se refiere al paquete del mercado interior, creo que tras la votación sería muy necesario que las tres instituciones avanzasen rápidamente para finalizarlo y pasar a la fase de aplicación.

La Comisión tiene intención de hacer todo lo posible para alcanzar un acuerdo rápido en segunda lectura y aprobar el paquete.

En lo que se refiere a la revisión estratégica del sector de la energía, debo decir que se encuentra en su fase inicial. El plan de tecnología es sólo el punto de partida. Aún necesitamos muchas medidas para poder avanzar realmente. Una de las medidas que he prometido a mis colegas, y también aquí en el Parlamento, es una comunicación sobre la financiación de fuentes energéticas de bajas emisiones de carbono, pero no es la única. Creemos que deben existir muchas más medidas si realmente queremos avanzar. Durante la primera crisis del petróleo se pronunciaron unas sabias palabras. No tenemos mucho petróleo, pero tenemos ideas.

Creo —al menos es mi opinión y también se ha dicho en el debate— que realmente necesitamos poner en práctica las ideas que tenemos. No tenemos mucho más petróleo en el territorio de la Unión Europea.

Posición de la Comisión sobre las enmiendas del Parlamento

Informe Paparizov (A6-0253/2008)

La Comisión puede aceptar las siguientes enmiendas: 2, 3, 5, 6, 8, 9, 10, 12, 14, 16, 17, 25, 31, 39, 41, 43, 44.

La Comisión puede aceptar parcialmente las siguientes enmiendas: 1, 11, 18, 19, 20, 21, 22, 24, 26, 27, 29, 30, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 46, 47, 49, 50, 51, 53.

La Comisión no puede aceptar las siguientes enmiendas: 4, 7, 13, 15, 23, 28, 40, 42, 45, 48, 52, 54.

Informe La Russa (A6-0257/2008)

La Comisión puede aceptar las siguientes enmiendas: 2, 3, 7, 16, 20, 24, 27, 31, 32, 33, 34, 36, 40, 44, 50, 56, 60, 64, 73, 74, 87, 92, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 112, 120, 122, 124, 136, 140, 142.

La Comisión puede aceptar parcialmente las siguientes enmiendas: 5, 6, 8, 9, 11, 12, 13, 17, 21, 23, 25, 26, 28, 29, 35, 45, 46, 48, 49, 51, 52, 53, 55, 61, 63, 64, 68, 69, 75, 76, 77, 78, 80, 81, 84, 85, 86, 88, 91, 93, 94, 95, 96, 104, 107, 111, 115, 117, 118, 119, 125, 127, 132, 135, 138, 139, 141, 143.

La Comisión no puede aceptar las siguientes enmiendas: 1, 4, 10, 14, 15, 18, 19, 22, 30, 37, 38, 39, 41, 42, 43, 47, 54, 57, 58, 59, 62, 65, 66, 67, 70, 71, 72, 79, 82, 83, 89, 90, 97, 105, 106, 108, 109, 110, 113, 114, 116, 121, 123, 126, 128, 129, 130, 131, 133, 134, 137, 144, 145.

 
  
  

PRESIDE: Mechtild ROTHE
Vicepresidenta

 
  
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  Atanas Paparizov, ponente. − Señora Presidenta, el debate me ha tranquilizado en gran medida, así como las palabras de sus Señorías en apoyo de las normas y de requisitos estrictos de obligado cumplimiento, a favor de una Agencia fuerte. Es evidente que el gas no es un mercado que se caracterice por la libre competencia; el 90 % de los contratos son a largo plazo, de modo que resulta extremadamente importante contar con normas estrictas y no resolver los problemas aplicando un único modelo de desagregación. Hemos escuchado esto en esta Cámara y creo que se trata de un buen mensaje para la próxima fase de las negociaciones.

También cabe destacar la importancia del apoyo a mis propuestas sobre un plan decenal, sobre el desarrollo de iniciativas regionales que se conviertan en la base de un mercado común: no deberíamos detenernos en la ideología; como muchas de sus Señorías han dicho, deberíamos ser pragmáticos y desarrollar un mercado transparente con un conjunto claro de normas.

Lo que se ha dicho en el debate acerca del papel de los diferentes participantes en los mercados también es muy importante. Ciertamente, la nueva red ENTSOG puede desarrollar un montón de códigos técnicos, pero también es cierto que la Agencia, sobre la base de las iniciativas de las autoridades reguladoras nacionales y su experiencia, podría desarrollar principios muy importantes para el desarrollo de tales códigos, y junto con la Comisión garantizar que este mercado esté regulado por unas normas que se apliquen de forma universal.

No me convence demasiado el desarrollo excesivo de mecanismos de control en el seno de las empresas, de modo que creo que el acuerdo alcanzado en el Consejo podría sentar las bases de las normas aplicables tanto al gas como a la electricidad y podría también conducir a una resolución más rápida del tercer paquete sobre energía, ya que contiene muchas nuevas mejoras tanto para los consumidores como en materia de transparencia. Sería una pena aplazar sólo por motivos ideológicos este paquete, tan importante y necesario para el desarrollo de nuestra independencia energética.

 
  
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  Romano Maria La Russa, ponente. − (IT) Señora Presidenta, Señorías, sabía desde el principio que éste habría sido un debate en absoluto fácil ni fácilmente comprensible: una Directiva seguramente difícil de llevar a buen puerto, pero creo que después del debate de hoy —que ha sido muy intenso y de alto nivel— albergamos todos la esperanza de poder alcanzar más tranquilamente una solución positiva.

Han sido muchas las intervenciones y responder a todas llevaría al menos otra jornada de trabajo. Nuestro calendario no nos lo permite. También se me han hecho muchos cumplidos —demasiados—: no querría que los halagos se me hubiesen subido demasiado a la cabeza y espero que no sea así. Creo que los cumplidos dirigidos a mi persona deberían hacerse extensivos a toda la Comisión de Industria, que ha trabajado muy concienzudamente en estos numerosos y largos meses.

Así, me gustaría expresar un agradecimiento especial a todos los que han colaborado, el señor Manders, el señor Swoboda y el señor Reul, el Comisario Piebalgs y también el señor Vidal-Quadras. Gracias a todos. Creo que el trabajo de estos meses se ha desarrollado de forma absolutamente transparente y en un marco extraordinario de colaboración, intentando prestar oídos a todos y hacer que todos fuesen partícipes. Creo que hemos logrado claridad y transparencia. En alguna ocasión he pedido a algún colega que se despojase un poco de su manto de parlamentario nacional y que abandonase, por tanto, cualquier partidismo, para ser un poco más un parlamentario europeo al servicio de todos los ciudadanos de la UE.

Me gustaría terminar tranquilizando al señor Zīle, que ha suscitado el problema de Gazprom y de Rusia. Ciertamente, todos sabemos que este problema es extremadamente grave y que debemos afrontarlo, examinarlo con detalle y resolverlo de forma muy cuidadosa y sobre todo con mucho rigor.

En lo que se refiere a los consumidores, creo que en todas mis intervenciones de estos meses, y también en mi informe, siempre he hablado a favor de la transparencia y la ayuda al consumidor, sin olvidar naturalmente a los operadores, que también tienen su mérito. Por ello, no podemos ceder ante los grandes poderes o monopolios europeos y no europeos.

 
  
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  Jerzy Buzek, ponente. − Señora Presidenta, me gustaría dar las gracias a todas sus Señorías por el debate —muy positivo y muy detallado—, especialmente a los ponentes alternativos y todos los que han elaborado opiniones en otras comisiones. También desearía felicitar a los ponentes señor Paparizov y señor La Russa. Apoyo completamente sus informes —y, naturalmente, también el mío, aunque probablemente no sea muy objetivo a este último respecto—.

Como se desprende del debate, el Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética no resulta muy controvertido, pero hay algo sobre lo que me gustaría recibir una respuesta. Adina-Ioana Vălean no está a favor de las instalaciones de captura y almacenamiento del carbono (CAC) —los proyectos de demostración CAC—, porque las empresas a las que querríamos ayudar están haciendo negocio.

Me gustaría poner un ejemplo. Esas mismas empresas reciben enormes incentivos procedentes de los impuestos de los ciudadanos en relación con las energías renovables. También existen instalaciones comerciales de energía renovable y las empresas están haciendo negocio —y no otra cosa— y yo personalmente apoyo tales incentivos para las energías renovables. Si se quiere resolver el problema del cambio climático de nuestro planeta debemos resolver la cuestión de la CAC, porque no conocemos la respuesta exacta. Así que, desde este punto de vista, como en el caso de las energías renovables, también deberíamos incentivar a aquellos que tomen la iniciativa en relación con las tecnologías de CAC.

Mi agradecimiento y mis felicitaciones también a ambos Comisarios. Están haciendo un gran trabajo en relación con la cuestión de la energía, así como en I+D e innovación.

 
  
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  Presidenta. − Se cierra el debate.

La votación se celebrará el miércoles 9 de julio de 2008.

Declaraciones por escrito (artículo 142)

 
  
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  Adam Bielan (UEN), por escrito. — (PL) La debilidad de la posición de Europa en sus relaciones con Rusia se deriva de la ausencia de un mercado energético libre y unificado. Actualmente Europa cuenta con diferentes centros energéticos gestionados por sus respectivos reguladores nacionales. Es natural que los gobiernos nacionales deseen garantizar un suministro energético barato en su propio territorio, así como los puestos de trabajo de un sector que recibe la máxima prioridad. No obstante, de este modo, divididos por una serie de intereses nacionales, estamos perdiendo terreno en la ofensiva energética que Gazprom lleva a cabo en Europa. Un mercado europeo integrado y unido frente a los proveedores fuera de la UE garantizaría la seguridad de nuestro suministro antes de que logremos diversificar el abastecimiento energético.

Por el momento, el fracaso de la UE en lo que se refiere a la creación de un mercado de la energía liberalizado y competitivo está siendo sin duda explotado por Rusia. La apertura del mercado interior del gas europeo a la competencia conducirá a una mayor eficiencia y al refuerzo de los derechos de los consumidores, así como de los reguladores nacionales. La creación de un sistema de depósitos interconectados facilitará la respuesta en caso de crisis del suministro energético de los Estados miembros y hará menos probable que se materialice el riesgo de chantaje energético.

Debemos detener la expansión de las empresas rusas en Europa y forzar a Rusia a respetar la reciprocidad del tratamiento de las inversiones en el sector energético.

Estoy totalmente de acuerdo con el ponente cuando afirma que los Estados miembros deberían apoyar la integración de los mercados nacionales y la cooperación de los operadores de red a escala europea y regional.

 
  
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  András Gyürk (PPE-DE), por escrito. (HU) El súbito aumento de los precios de la energía llama nuestra atención más que nunca hacia la ausencia de una reglamentación efectiva del mercado de la energía. La situación no es diferente en el sector del gas. Justamente por este motivo, se debería considerar un avance importante la adopción en breve del informe sobre el mercado del gas por parte del Parlamento Europeo. Creo que el documento preparado por la Comisión Europea constituye un primer paso adecuado en la dirección de una reglamentación más efectiva.

El nuevo paquete legislativo podría contribuir a la creación de una competencia real en el mercado europeo. Cabe destacar la urgencia de lo anterior, ya que los Estados miembros se encuentran en gran medida a merced de sus proveedores externos. En lo que se refiere a las importaciones de gas natural, Europa depende de ellas en un 50 % y este porcentaje podría aumentar en los decenios venideros. Me gustaría llamar su atención sobre el hecho de que la indefensión de algunos Estados miembros incluso supera esta significativa proporción. Por ejemplo, Hungría depende de un único proveedor, Rusia, en un 80 %. El nuevo Reglamento no eliminará esta dependencia de la noche a la mañana, pero creará unas relaciones más transparentes. Promoverá una competencia más enérgica y reducirá la carga que soportan los consumidores.

Creemos que se trata de un paso importante, ya que la legislación propuesta reforzará las medidas de protección del consumidor ya en vigor. Ello reviste una importancia especial si recordamos que el aumento de los precios de la energía se ha convertido en una de las causas más significativas de la pobreza. Esperamos que el nuevo Reglamento haga posible que los consumidores no deban enfrentarse a precios inasequibles en el futuro.

 
  
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  Małgorzata Handzlik (PPE-DE), por escrito. – (PL) La liberalización del mercado del gas natural constituye una iniciativa especialmente importante en relación con el intento que se está realizando de crear un mercado interior de la energía. Actualmente el mercado del gas natural se encuentra dominado por grandes empresas, que a menudo controlan tanto la producción como la distribución del gas.

Un mercado interior de la energía eficiente reviste gran importancia para el logro de los objetivos de la Estrategia de Lisboa y para garantizar unos precios asequibles de la energía a los consumidores. Durante este debate, no obstante, no deberíamos olvidar la seguridad energética, que debe garantizarse a través de la diversificación del suministro de materias primas importadas para la producción de energía.

Ello no significa que el mercado de la energía sea el mismo en todos los sectores. El mercado del gas natural difiere significativamente del mercado de la electricidad y, por ello, no es posible trasladar al sector del gas natural la reglamentación que se aplica al sector de la electricidad.

Una auténtica liberalización del mercado del gas natural debería basarse en la separación de la propiedad de los operadores de los sistemas de transmisión. Sólo de este modo podemos evitar conflictos de interés innecesarios y lograr un acceso justo y no discriminatorio a la red. Para conseguir una competencia justa en el mercado común de la energía, deberíamos hacer especial hincapié sobre el hecho de que los inversores de terceros países deberían estar sujetos al cumplimiento de los mismos criterios en lo que se refiere a la separación de la propiedad y la independencia que las empresas de los Estados miembros.

Espero que el mercado europeo se convierta pronto en un mercado abierto con una separación efectiva de las actividades relativas a la producción y el suministro energético, por una parte, y la operación de redes, por otra, con vistas a garantizar una mayor transparencia del mercado.

 
  
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  Dominique Vlasto (PPE-DE), por escrito. – (FR) El mercado del gas tiene unas características específicas que es necesario tomar en consideración. Tales características se refieren a unas limitaciones del suministro tan significativas que hacen necesario garantizar contratos a largo plazo con los países proveedores, así como a los costes especialmente elevados que soportan los inversores en las redes de transporte y distribución, que deben ofrecer un elevado nivel de seguridad a los consumidores. Por consiguiente, el desafío político reside aquí de forma evidente en el fomento de la inversión y la innovación, la promoción de nuestros conocimientos y capacidades y la garantía de nuestro suministro.

Con su propuesta sobre la separación de la propiedad, la Comisión Europea, obsesionada con la competencia, no responde de ninguna manera a los desafíos existentes. Su texto desestabiliza un mercado estratégico especial, ya que dependemos en gran medida de importaciones y empresas extranjeras, con las que deberíamos poder negociar desde una posición fuerte, y no debilitados por unas perspectivas de desmantelamiento industrial.

Si se aprueba la enmienda sobre una separación efectiva y eficaz de las actividades, como alternativa posible a la separación de la propiedad, podríamos llegar a un texto más equilibrado y, sobre todo, proporcionado. Por consiguiente, debemos apoyar esta posición, que reforzará el excelente trabajo llevado a cabo sobre las inversiones, el acceso a las redes y su gestión. De este modo, la seguridad y la competencia podrán ir de la mano.

 
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