Presidente. − El siguiente punto es el informe de Michl Ebner, en nombre de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, sobre la situación y las perspectivas de la agricultura en las regiones de montaña (2008/2066(INI)) (A6-0327/2008).
Michl Ebner, ponente. − (DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, permítanme expresar mi satisfacción por el hecho de que el señor Comisario se encargue también de este asunto, lo que espero que se refleje no solo en su breve intervención, sino también en el trabajo de la Comisión, porque, cómo es lógico, tenemos la obligación de garantizar que las acciones de la Comisión Europea reflejen debidamente nuestros deseos e ideas.
Cualquiera que lea el título de mi informe o, más bien, del informe de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, que lo aprobó por unanimidad, a saber, «Informe sobre la situación y las perspectivas de la agricultura en las regiones de montaña», se dará cuenta de que ese título hace referencia tan solo a una parte del contenido del informe.
El informe aboga por la formulación de una política para regiones que ocupan hasta la mitad del territorio de algunos Estados miembros, como es el caso de Austria, Italia y España, y más de un tercio del territorio en otros, regiones que representan en total el 19% de la población de la Unión Europea. Se trata de regiones que pueden considerarse especialmente desfavorecidas en muchos aspectos de la vida rural y agrícola y que, además, presentan una extremada vulnerabilidad. En los Alpes, por ejemplo, se notan los efectos del calentamiento global mucho más que en las regiones no montañosas.
Las regiones de montaña sufren numerosas desventajas como consecuencia de las pronunciadas pendientes, las condiciones climáticas, la erosión, las diferencias de altitud, la elevada altitud y el carácter rocoso del suelo. Por eso necesitamos una estrategia general para estas regiones y no solo una política agrícola que, pese a que ha dado frutos y debe seguir alimentándose, no es suficiente para abordar los problemas que afectan a las regiones de montaña.
Por lo tanto, debemos conservar las viejas recetas de validez comprobada, pero, para que la agricultura siga siendo el alma de las regiones de montaña, tendremos que combinar recetas viejas y nuevas. También se deben incorporar a este planteamiento otros factores importantes, como una amplia gama de usos sostenibles de los recursos naturales, la creación y mejora de las redes de transporte —no solo transporte físico, sino también acceso a Internet y redes de comunicaciones—, la mejora y el desarrollo de servicios municipales y locales —que resulta más complicado en estas regiones como consecuencia de la dispersión de la población— y el refuerzo del tejido social.
Es preciso añadir nuevas características, como un mayor hincapié en la formación básica y continuada, la sensibilidad ante la biodiversidad del paisaje y la citada adaptación al cambio climático. El presente informe, que la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural aprobó por unanimidad, dedica 13 considerandos y 72 apartados a estas cuestiones. Su meta es formular una estrategia marco a partir de los actuales esfuerzos sectoriales. Por esta razón, el informe insta a la Comisión Europea a elaborar una estrategia integrada con una amplia gama de instrumentos en el plazo de seis meses, respetando el principio de subsidiariedad y en armonía con los planes de acción nacionales de los Estados miembros.
Espero que la Cámara apruebe este informe tal y como lo hizo la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, y ruego al Comisario que defienda nuestra postura ante la Comisión y le recuerde que la contribución de los habitantes de las regiones de montaña beneficia a toda la población y, por lo tanto, debe ser objeto del debido reconocimiento. Es una contribución al medio ambiente y al valor de nuestro continente como destino turístico, una contribución que debe tenerse en cuenta porque actúa como freno de la despoblación en regiones como el Piamonte y Lombardía y en zonas de Francia y España.
Ján Figeľ, Miembro de la Comisión. − Señor Presidente, este es el último informe, aunque no por ello es menos importante. Puedo garantizar al señor Ebner, el ponente, que tomo nota de la importancia de las recomendaciones recogidas en el informe. Deseo expresar mi agradecimiento, tanto a él personalmente como a la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, por este informe, que realmente subraya la importancia para la Unión Europea de la agricultura en las regiones de montaña —él nos ha ofrecido datos sobre el porcentaje del territorio—, pero también la importancia de la contribución de la agricultura a la protección del medio ambiente, la elaboración de productos de calidad y el mantenimiento de los paisajes culturales como parte de nuestro patrimonio europeo.
Por esa razón, las regiones de montaña reciben apoyo específico en el marco de la política agrícola común. Esas ayudas se otorgan con el fin de compensar a los agricultores por las desventajas que sufren como consecuencia de las condiciones naturales. Además, estas regiones se benefician de otras medidas de desarrollo rural, como las ayudas agroambientales, para el mantenimiento de la trashumancia y el pastoreo, el apoyo a los productos agrícolas de calidad y la promoción de la diversificación de las explotaciones agrícolas, por ejemplo mediante el agroturismo.
Las recientes propuestas de la Comisión, sobre todo el «chequeo» de la reforma de la PAC, también abordan la situación de las zonas desfavorecidas como las regiones de montaña. En el contexto de la reducción progresiva de las cuotas lácteas, se podrán mantener ayudas especiales en regiones vulnerables desde el punto de vista económico o sensibles desde el punto de vista medioambiental en los sectores de la leche y la carne de vacuno, caprino y ovino.
El informe insta a la Comisión a elaborar una estrategia global para las regiones de montaña y la agricultura de las mismas.
Todos somos conscientes de que hay una gran diversidad de regiones de montaña con diferentes situaciones económicas y sociales. Por lo tanto, sería muy complicado definir una estrategia comunitaria general y un plan de acción detallado para abordar todas esas situaciones distintas.
Sin embargo, la Unión Europea apoya los planes de desarrollo rural y la política de cohesión proporciona un marco apropiado y coherente en el que los Estados miembros definen sus propias prioridades territoriales y los planes más adecuados a las ventajas y desventajas de sus regiones. Este enfoque descentralizado de la Unión Europea permite a los Estados miembros aplicar programas debidamente adaptados a las características de las regiones de montaña al tiempo que garantiza, por otra parte, la coherencia estratégica global.
Señorías, me es imposible responder en este momento a todas las propuestas del informe, pero les puedo asegurar que la Comisión analizará más exhaustivamente sus conclusiones.
Deseo dar las gracias de nuevo al señor Michl Ebner, a la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural y a sus Señorías.
Presidente. − Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar mañana.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Bernadette Bourzai (PSE), por escrito. – (FR) La agricultura en las regiones de montaña es crucial tanto para el desarrollo económico local, como para la protección del medio ambiente (lucha contra el cambio climático, biodiversidad, oferta de zonas turísticas y de ocio abiertas y seguras).
Las desventajas específicas relacionadas con la altura, la topografía y el clima que afectan a los agricultores de las regiones de montaña justifican la realización de pagos compensatorios que contrarresten las desventajas naturales, así como la concesión de ayudas directas a las rentas que compensen sus costes de producción adicionales y el creciente peso de la gestión de la región en la que residen.
A mi juicio, las medidas más importantes que deben tomarse son las siguientes: evitar la disociación completa de las ayudas agrícolas en el sector de la ganadería, ya que existe el riesgo de que se destruya empleo; apoyar la industria lechera, que tiene una importancia esencial en las regiones desfavorecidas; incrementar las ayudas destinadas al establecimiento de jóvenes agricultores; y fomentar la solidaridad en el ámbito de la gestión del agua entre las partes superior e inferior de las cuencas.
También estoy a favor de la creación de una estrategia comunitaria verdaderamente integrada para las regiones de montaña, con el fin de garantizar que sus características específicas sean tenidas en cuenta en la formulación de las distintas políticas europeas.
Urszula Gacek (PPE-DE), por escrito. – (PL) El informe del Parlamento Europeo sobre la situación y las perspectivas de la agricultura en las regiones de montaña obliga a la Comisión Europea, muy acertadamente, a presentar una estrategia para dichas regiones en el plazo de seis meses.
Se trata de un paso importante para lograr que se tengan en cuenta las especiales condiciones en las que vive y trabaja el 19% de los ciudadanos de la Unión Europea.
La propuesta del Parlamento Europeo con relación a los problemas cotidianos de las personas que viven en la región polaca de Podhale merece nuestro apoyo.
Hasta ahora, las directrices relativas a las regiones de montaña se basaban, en lo tocante al ámbito jurídico, exclusivamente en políticas agrícolas. Este informe recalca también la necesidad de apoyar a la agricultura mediante pagos compensatorios y ayudas a productos de calidad.
No obstante, las regiones de montaña presentan muchos otros problemas en cuya resolución debería participar la Unión Europea, ya que incluyen una amplia variedad de aspectos económicos, sociales y relativos a la calidad de vida. Por eso nos parece muy positivo que el informe haga referencia a los problemas relacionados con el acceso a las redes de transporte y a Internet. Además, las comunidades deben recibir ayuda, tanto financiera como en forma de soluciones concretas en el ámbito regional, para mejorar el nivel de los servicios comunales.
Asimismo, debemos recordar el importante papel que desempeñan los habitantes de las regiones de montaña en la conservación de las tradiciones nacionales y del conocimiento tradicional del medio ambiente natural. La relevancia de las estructurales sociales permanentes y la necesidad de un uso sostenible del medio ambiente merecen una especial atención.
En este contexto, la región de Podhale es, sin duda alguna, el mejor ejemplo de buenas prácticas.
Ioannis Gklavakis (PPE-DE), por escrito. – (EL) Señor Presidente, Señorías, permítanme felicitar al señor Ebner por su informe. Las regiones de montaña son especialmente importantes en la Unión Europea porque constituyen más del 50% del territorio de algunos Estados miembros, en los que la población rural continúa teniendo un gran peso.
Las características físicas específicas de esas regiones (pendientes pronunciadas, diferencias de altitud) las sitúan en desventaja en comparación con otras regiones de la Unión Europea. Las complicadas condiciones de la producción agrícola, los elevados costes de transporte, la existencia de redes de transporte y de comunicaciones insuficientes y los costes del transporte de personas y servicios afectan a la economía y a la vida cotidiana de las personas que habitan en las regiones de montaña.
Por otra parte, los productores de estas regiones son conocidos por la calidad de sus productos agrícolas y por su experiencia en la explotación sostenible de los bosques y los campos de cultivo. Por lo tanto, es preciso reforzar y aprovechar estas características para mejorar su competitividad y fortalecer su identidad cultural.
Así pues, se necesita una estrategia que tenga en cuenta las características concretas de estas regiones y que contribuya a hacer frente a los nuevos retos y a desarrollar fórmulas alternativas para crear empleo y conservar la población. Esa estrategia debe prestar especial atención a las regiones destruidas por los incendios.
Rumiana Jeleva (PPE-DE), por escrito. – A mi juicio, los habitantes de comunidades pequeñas y aisladas, especialmente en regiones de montaña, se encuentran en situación de desventaja y deben enfrentarse a limitaciones y dificultades en su vida cotidiana. Sus necesidades deben ocupar un lugar destacado en nuestra lista de prioridades, ya que con frecuencia no tienen cubiertas las más básicas, como el acceso a los servicios. Constantemente sufren la presión de problemas económicos y prácticos de la vida diaria, lo que les genera ansiedad. Tras analizar la situación en mi propio país, Bulgaria, diría que la mayoría de los habitantes de zonas rurales se preocupan fundamentalmente por las necesidades humanas básicas. Por eso a menudo no existen estrategias de desarrollo a largo plazo.
Además, es evidente que las políticas rurales no están todavía a la altura de la realidad de las regiones rurales. Las políticas y medidas regionales y de desarrollo rural deben descentralizarse para adaptarlas a las condiciones locales. Así pues, es necesario desarrollar programas locales y regionales en materia de empleo y de prestaciones sociales que sean concretos y flexibles y que estén diseñados a la medida de la región a la que están destinados. Por lo tanto, tenemos que centrarnos en el desarrollo de los recursos humanos y en la formación de capacidad, haciendo especial hincapié en los jóvenes, las mujeres y las minorías, así como en el desarrollo de políticas más racionales en localidades pequeñas y remotas, teniendo en cuenta los recursos naturales y humanos de que disponen y las necesidades de sus habitantes.
Sepp Kusstatscher (Verts/ALE), por escrito. – (DE) Este informe incluye un poco de todo lo que se nos puede ocurrir, es un verdadero mosaico de ideas sobre agricultura y regiones de montaña propuestas sin orden ni concierto. Es un catálogo de deseos y exigencias, redactado con palabras vacías y lugares comunes, con repeticiones y contradicciones, y no es posible que reciba nuestro apoyo, aunque todo el mundo encuentre en él algo de su agrado.
La mayor contradicción es la que se produce entre su fachada medioambiental y social y las implacables políticas que Michl Ebner y su partido ponen en práctica todos los días.
Toda política agrícola europea viable debe partir de un planteamiento realmente sostenible de la agricultura y la producción de alimentos. Quien destruya el agua, el suelo y la biodiversidad debe hacerse cargo de la factura, con arreglo al principio de «quien contamina paga». Lo que tenemos que fomentar es una forma de agricultura que proteja realmente el clima y cuyo objetivo sea comercializar una diversa gama de productos de consumo saludables. La agricultura orgánica debe dejar de ser la excepción para convertirse en la regla. Los Verdes no apoyamos una política destinada a subvencionar a los principales actores del mercado mundial. Queremos reforzar los mercados de alimentos locales y regionales, con el fin de garantizar que los agricultores obtengan ingresos decentes y los consumidores puedan adquirir alimentos frescos y saludables. Esta fórmula de gestión es, además, la mejor forma de proteger el paisaje agrícola y el medio ambiente.
Véronique Mathieu (PPE-DE), por escrito. – (FR) El informe Ebner sobre la situación y las perspectivas de la agricultura en regiones de montaña destaca las características y las necesidades de estas regiones, que constituyen el 40% del territorio de la Unión Europea.
Estas regiones deben hacer frente a dificultades naturales, que complican la producción y restringen el acceso. Por lo tanto, merecen especial atención.
Así pues, insto a la Comisión a elaborar un plan global basado en la continuidad de las medidas tomadas hasta la fecha, pero integrándolas en un todo para conseguir que sean más eficaces. Eso significaría continuar realizando pagos compensatorios para contrarrestar las desventajas naturales, ofrecer ayudas financieras a los jóvenes agricultores y conceder especial importancia a la industria lechera. Es preciso mantener la actividad humana en las regiones de montaña «Natura 2000». Por último, se debe hacer hincapié en la función desempeñada por la caza y la pesca en el mantenimiento de la tierra.
Una estrategia de este tipo permitirá a estas regiones hacer frente a los retos de la competitividad y el desarrollo sostenible, puesto que no son solo fuentes potenciales de crecimiento económico, sino también los guardianes de tradiciones que generan calidad y contribuyen a conservar nuestros paisajes.
Cătălin-Ioan Nechifor (PSE), por escrito. – (RO) Las regiones de montaña ocupan un porcentaje destacable del territorio de la Unión Europea y, además, las tradiciones, la cultura y las lenguas se conservan mucho mejor en estas zonas que en otras regiones de los 27 Estados miembros. Por desgracia, los gobiernos nacionales no están aplicando estrategias de desarrollo regional integradas y existen importantes deficiencias que están provocando la despoblación, lenta pero continua, de estas regiones. Partiendo del lema de la Unión «Unidos en la diversidad», acojo con agrado la decisión del Parlamento de pedir a la Comisión que elabore una estrategia integrada de desarrollo sostenible y para el uso de los recursos de las regiones de montaña, haciendo así realidad la igualdad de oportunidades para unos ciudadanos europeos que deben hacer frente a las complicadas condiciones de vida en dichas regiones. Dadas las actuales conversaciones sobre la disociación de las ayudas en las regiones de montaña, considero que es nuestra obligación como diputados al Parlamento Europeo presionar para que se mantenga el apoyo financiero a las regiones de montaña. Así, estas regiones pasarán a ser zonas protegidas, capaces de asegurar su propio desarrollo sostenible y serán un oasis para los turistas europeos e internacionales.
Rareş-Lucian Niculescu (PPE-DE), por escrito. – (RO) Las montañas ocupan una tercera parte del territorio de Rumanía, país al que represento, y los habitantes de esas regiones se encuentran en una situación de desventaja con respecto a las personas que viven en otras regiones rurales.
Acojo con satisfacción las propuestas del informe Ebner y estoy convencido de que una estrategia coherente para toda la Unión Europea en el ámbito de las regiones de montaña, que es esencial y urgente, contribuiría en mayor medida a la mejora de las condiciones de vida en esas regiones.
También quisiera recalcar que se precisa, con idéntica urgencia, una mejora de la reglamentación de la financiación comunitaria del desarrollo rural.
Por ejemplo, las autoridades de Rumanía han puesto en práctica varios programas financiados por fondos FEADER para apoyar las pequeñas empresas y el turismo. Las pequeñas empresas y las casas de turismo rural son especialmente importantes para mejorar la situación de las regiones de montaña.
Las guías para los solicitantes de estas ayudas, que requieren complicados trámites burocráticos, no se publicaron hasta un día antes del comienzo del periodo de sesiones, pese a haberse redactado en agosto.
Estamos ante un claro incumplimiento del principio que establece la obligatoriedad de proporcionar información exacta y transparente a los posibles beneficiarios.
A mi juicio, la legislación comunitaria debería establecer fórmulas para evitar este tipo de situaciones, que hacen que los esfuerzos financieros de la Unión Europea no sirvan para nada.
Zita Pleštinská (PPE-DE), por escrito. – (SK) Las regiones de montaña pueden proporcionarnos productos agrícolas de elevada calidad e incrementar la diversidad de los artículos agroalimentarios presentes en el mercado europeo. Por lo tanto, es precisa una mayor coordinación de las ayudas estructurales y para el desarrollo rural.
La agricultura de las zonas de montaña debe ser sostenible, moderna y multicultural. El aprovechamiento de la biomasa y del agroturismo incrementa los ingresos de los habitantes de estas regiones. Preservar determinadas especies animales y vegetales, mantener las tradiciones y, sobre todo, fomentar actividades turísticas contribuye a luchar contra el cambio climático mediante la protección de la biodiversidad y la captación de CO2 mediante las praderas permanentes y los bosques. Una explotación sostenible de los bosques hará posible la producción de energía utilizando residuos de la madera.
Señorías, quisiera recalcar la importancia de la cuestión de la gestión hídrica en las regiones de montaña. Es importante que la Comisión anime a las autoridades regiones y locales a fomentar la solidaridad entre los usuarios de las partes superior e inferior de las cuentas y que utilice recursos financieros apropiados para apoyar el uso sostenible de los recursos hídricos en estas regiones.
Estas regiones son especialmente vulnerables a las consecuencias del cambio climático. Por lo tanto, es importante promover la aplicación inmediata de medidas destinadas a protegerlas contra los desastres naturales, sobre todo contra los incendios forestales.
Estoy convencida de que las regiones de montaña necesitan nuevas fórmulas para proteger su territorio contra las inundaciones, que se centren sobre todo en la prevención de estos desastres, mientras que los agricultores y silvicultores pueden apoyar las medidas de prevención de las inundaciones haciendo uso de los pagos directos por superficie que reciben en el marco de la política agrícola común.
Theodor Dumitru Stolojan (PPE-DE), por escrito. – (RO) Acogemos con satisfacción el informe del señor Ebner. Las montañas ocupan el 33% de la superficie de Rumanía. Como en otros países europeos, las regiones de montaña corren el riesgo de despoblarse y perder actividades económicas específicas.
Necesitamos una estrategia europea integrada para el desarrollo sostenible de las regiones de montaña. Instamos a que se haga especial hincapié en el apoyo a la agricultura, los productos ecológicos, el agroturismo y el acceso y los medios de comunicación en las regiones de montaña. Igualmente, insistimos en que debe animarse a las familias jóvenes a poner en marcha explotaciones de agroturismo, con el fin de reanimar el potencial económico de la zona.
Dushana Zdravkova (PPE-DE) , por escrito. – (BG) En mi calidad de representante de un Estado miembro con problemas específicos en el ámbito de la agricultura y, sobre todo, de la agricultura en regiones de montaña, quisiera expresar mi apoyo al informe del señor Ebner sobre la situación y las perspectivas de la agricultura en esas regiones, que es especialmente importante para nosotros.
En Bulgaria, como señala el informe, existe un riesgo de despoblación y empobrecimiento de la vida social de las comunidades locales, que se enfrentan incluso a un posible abandono de la actividad ganadera. Las políticas comunes de apoyo a las explotaciones ganaderas rara vez son aplicables en estas zonas (debido, por ejemplo, al requisito de que tengan un número mínimo de animales). Por lo tanto, se precisan ayudas financieras especiales para los productores de leche, así como medidas financieras adicionales concretas, que deben aprobarse en aplicación de las propuestas que contiene este informe. Solo así se podrán conservar los recursos genéticos animales, así como los recursos humanos y, en términos generales, el carácter único de estas regiones, que son de especial importancia para Estados miembros concretos y para la Unión Europea en su conjunto. Mediante estas medidas se impulsarán también las políticas de otros sectores, en los ámbitos de la protección medioambiental, el turismo, las pequeñas y medianas empresas y la educación. Por lo tanto, insisto en que se deben establecer normas comunes para programas de ayuda directa en el marco de la política agrícola común y para la creación de programas de ayudas especiales para regiones de montaña.