Presidente – El siguiente punto del orden del día es el informe (A6-0454/2008) del señor Bushill-Matthews, en nombre de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la constitución de un comité de empresa europeo o de un procedimiento de información y consulta a los trabajadores en las empresas y grupos de empresas de dimensión comunitaria (versión refundida) (COM(2008)0419 – C6-0258/2008 – 2008/0141(COD)).
Philip Bushill-Matthews, ponente. − Señor Presidente, sospecho que este expediente será algo menos controvertido que el anterior, y desde luego hay una lista de oradores más corta. Ya veremos. La vida está llena de sorpresas.
Permítanme comenzar dando las gracias a la Comisión y por supuesto al Consejo por conseguir que hayamos llegado dónde estamos. A diferencia del expediente anterior, ésta es una primera lectura, pero disponemos provisionalmente de un acuerdo informal a tres bandas, lo que se traducirá en un acuerdo en primera lectura si asumimos la votación favorable de nuestros colegas mañana. Los diputados pueden disentir en cuanto a si el texto trílogo representa una mejora con respecto al informe original, pero al menos hay un acuerdo tripartito y la historia será el mejor juez para juzgarlo. Estoy deseando escuchar cualquier comentario que mis colegas deseen realizar y recapitularé al final.
Vladimír Špidla, miembro de la Comisión. – (CS) Señor Presidente, Señorías, los comités de empresa europeos son los pioneros de la Europa social. Han dado un nuevo ímpetu al diálogo social entre la dirección y los trabajadores en más de 820 compañías. Hacen posible que casi quince millones de trabajadores sean informados y consultados no solamente a nivel nacional sino también a un nivel europeo e incluso a un nivel global. Hacen posible vincular los aspectos económicos y sociales de las empresas que operan a nivel paneuropeo. Podemos estar orgullosos de lo que se ha conseguido desde que la Directiva se aprobó hace quince años. La antigua directiva, no obstante, ya no se ajusta a las necesidades actuales y ahora poseemos unas exigencias justificadamente superiores.
Así pues, en julio la Comisión propuso una revisión exhaustiva del marco legal para los comités de empresa europeos. El objetivo es incrementar su número y su efectividad, reforzar su seguridad jurídica y mejorar la coordinación de las consultas a niveles nacionales y europeos, especialmente en un entorno de reestructuración. Por tanto, la Comisión ha propuesto unas definiciones más claras de los conceptos «información de los trabajadores» y «consulta de los trabajadores» y una aclaración de cómo estas actividades están interrelacionadas en varios niveles. Asimismo, ha propuesto el reconocimiento del papel de los interlocutores sociales a la hora de establecer nuevos comités de empresa europeos y de hacer posible que los comités de empresa europeos ya existentes se adapten y sobrevivan. Ha propuesto una definición más clara de las oportunidades de coordinación y consulta entre comités establecidos de forma corriente. Por último y no menos importante, ha propuesto una más clara definición de las funciones de los miembros de los comités de empresa europeos, especialmente en lo que respecta a trasladar información a los trabajadores y a las oportunidades de formación.
Este verano, a instancias de la Presidencia francesa, los interlocutores sociales europeos, empleadores y organizaciones sindicales acordaron una postura común conforme a la cual aceptaban la propuesta de la Comisión como punto de partida de los debates. Presentaron una serie de enmiendas a la propuesta, cuyo objetivo es principalmente el de aclarar las definiciones de «informar» y «consultar» y establecer un periodo de dos años durante el que puedan establecerse nuevos comités de empresa europeos o renovar los existentes sin tener que aplicar nuevas normas.
La Comisión siempre ha apoyado el diálogo entre los interlocutores sociales y, por tanto, ha acogido favorablemente esta iniciativa. La Comisión valora el enfoque constructivo del Parlamento y el Consejo, gracias al cual hemos llegado a una solución fiable y equitativa basada en una colección de medidas creadas a raíz de la propuesta de la Comisión y la postura común de los interlocutores sociales. Tratando de dar con una solución, la Comisión ha cooperado activamente con ambas organizaciones. El compromiso alcanzado por el Parlamento y el Consejo define de forma más clara los poderes supranacionales de los comités de empresa europeos y las sanciones, aunque no introduce una cantidad mínima de trabajadores participantes. Este compromiso conserva la esencia de la propuesta de la Comisión. Por tanto, la Comisión puede apoyarlo.
Valérie Létard, Presidenta en ejercicio del Consejo. − (FR) Señor Presidente, Comisario, Señorías, nos reunimos ahora para debatir una propuesta de Directiva que afecta directamente a 880 empresas europeas y a quince millones de trabajadores europeos. Por tanto las apuestas son fuertes y todos debemos abordar este debate siendo plenamente conscientes de cuáles son nuestras responsabilidades. Como saben, la propuesta de Directiva que estamos debatiendo esta noche refunde la Directiva de 1994 sobre Comités de Empresa Europeos.
El texto entregado al Parlamento Europeo es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que han participado todas las partes interesadas en toda Europa. Me refiero también a los interlocutores sociales, quienes, en verano de 2008, presentaron ocho propuestas conjuntas dentro del plan de opinión conjunta y también me refiero evidentemente al Parlamento Europeo y al ponente elegido para redactar el borrador del presente texto, el señor Bushill-Matthews, a quien doy las gracias por la calidad de su trabajo. Todos ellos trabajaron con la Presidencia del Consejo para llegar sin más demora a obtener un texto aceptable para todos. El resultado de estos esfuerzos colectivos es que nos hallamos esta noche en posición de adoptar en primera lectura la propuesta que refunde la Directiva de 1994.
Hasta donde yo sé, hace mucho tiempo que no ocurría una situación como esta en el ámbito social. Esto es alentador para el futuro; nos alienta a continuar trabajando juntos con un ánimo colectivo. El texto presentado antes sus Señorías esta noche representa un compromiso equilibrado que conseguirá mejorar el diálogo social en las empresas y logrará que se ofrezcan nuevas garantías a los trabajadores de los veintisiete Estados miembros.
Con este texto estamos mejorando las prerrogativas de los comités de empresa europeos al adoptar, en concreto, una nueva definición largamente esperada de consulta e información.
Con este texto estamos estimulando la creación de nuevos comités de empresa europeos, ya que, al igual que en 1994, estamos abriendo una ventana de dos años durante los cuales los acuerdos alcanzados ya podrán atentar contra las nuevas disposiciones de la Directiva.
Finalmente, por medio de este texto estamos aumentando la seguridad jurídica de los trabajadores y de las empresas, eliminando cualquier incertidumbre que pudiera haber tenido graves consecuencias.
Asimismo, teniendo presente este objetivo de seguridad jurídica, el texto que se ha presentado ante ustedes salvaguarda los acuerdos alcanzados durante la anterior ventana abierta entre 1994 y 1996, tras la entrada en vigor de la presente Directiva.
Hoy se somete a votación dentro del Parlamento Europeo el compromiso en el que han trabajado todos los actores y es importante que sea una votación favorable. Es importante porque las actuales condiciones de crisis exponen a las empresas a un mayor riesgo de reestructuración y, en estas circunstancias, los trabajadores europeos esperan que les proporcionemos garantías adicionales, garantías que les tranquilicen en lo que respecta a su futuro.
También es importante que la votación sea favorable porque las personas en Europa necesitan mensajes fuertes que demuestren que la Europa social está despegando nuevamente en 2008 y que no todo son palabras, sino que es capaz de emprender acciones concretas que mejorarán sus vidas cotidianas.
Por último, es importante que la votación sea a favor porque se debe fomentar el diálogo social en Europa, y esto depende de la implementación de nuevos comités de empresas y el desarrollo de acciones conjuntas emprendidas por los interlocutores sociales, como ha sido el caso en esta cuestión.
Jan Cremers, en nombre del Grupo del PSE. – Señor Presidente, hay un dicho que dice que los compromisos nunca podrán ganar concursos de belleza. A primera vista, se podría decir esto para referirse al resultado de todas las negociaciones sobre la refundición de la Directiva relativa a los comités de empresa europeos. Sobre la base del Informe Menras que se adoptó en esta Cámara hace seis años, la jurisprudencia y las experiencias en gestión y trabajo de los últimos doce años, el Grupo del PSE siempre ha pedido una ambiciosa revisión de la Directiva.
Todavía existen demasiados representantes de trabajadores que carecen de la información básica y de derechos de consulta, ya que su empleador se niega a concederles estos derechos. Desde nuestra perspectiva, sin embargo, estos derechos constituyen una parte integral a la hora de modelar todas las relaciones laborales. La posición del trabajador como la parte interesada y estable que permanece en la compañía a diferencia de los saltos de trabajo de los directivos y la actitud escasamente comprometida del nuevo inversor financiero, ha de quedar reflejada en la gobernanza empresarial de nuestras compañías. Con el asesoramiento de los interlocutores sociales incorporado en la Directiva y las modificaciones adicionales acordadas durante las negociaciones, el PSE espera poner algunos cimientos para una nueva dinámica.
El procedimiento político formal ya casi ha finalizado. Ahora es el turno de patronales y trabajadores. El nivel de cumplimiento con la Directiva, actualmente de alrededor del 40 %, es aún demasiado bajo. El PSE es de la opinión de que este no es el fin de la historia, sino un nuevo comienzo. Los interlocutores sociales europeos poseen el enorme desafío de convencer a aquellas compañías que aún se niegan cumplir la Directiva.
Instamos a la Comisión Europea a contribuir a esta tarea.
Es precisa una nueva campaña. Estudios recientes han demostrado que las empresas con una adecuada información, consulta y participación de los trabajadores, funcionan mejor, especialmente en tiempos difíciles. La crisis económica y las reestructuraciones a las que tenemos que enfrentarnos en un futuro próximo hacen que la participación de los trabajadores en el proceso de toma de decisiones de nuestras empresas esté de más actualidad que nunca.
Me gustaría dar las gracias a mi oponente, el señor Bushill-Matthews, por su profesional moderación de las negociaciones, a mis colegas de otros grupos por su ayuda política y a la Presidencia francesa por su sofisticado enfoque. Pongamos manos a la obra.
Bernard Lehideux, en nombre del Grupo ALDE. – (FR) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, Comisario, el acuerdo alcanzado con el Consejo sobre los comités de empresa demuestra que la Europa social que tanto necesitamos se está edificando ladrillo a ladrillo. También demuestra que, en esta Europa social emergente, el diálogo social ha encontrado su orientación.
Es más, todo el mundo sabe que este texto es el resultado, ante todo, del trabajo productivo entre organizaciones patronales y sindicales. Es evidente que la actual Directiva había alcanzado su límite ya que, catorce años después de su aprobación, únicamente se habían constituido comités en un tercio de las empresas afectadas y después de que la inseguridad jurídica hiciera intervenir al Tribunal de Justicia en varias ocasiones. Sin embargo, no es labor de los jueces establecer las normas, sino que es labor de los políticos asumir sus responsabilidades. Además, las circunstancias actuales constituyen un duro recordatorio de la cada vez más crucial necesidad de consultar a los comités de empresa, y de la necesidad de consultarles de tan exhaustivamente como sea posible sobre todo en el caso de la reestructuración.
Por ese motivo tenemos que avanzar y respaldar el acuerdo en primera lectura, después de agradecer al ponente la calidad de su trabajo y su capacidad para escuchar.
Elisabeth Schroedter, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, Comisario, Señora Presidenta en ejercicio del Consejo, cuando la directiva de la empresa Nokia decidió cerrar la fábrica de Bochum y trasladarse a Rumanía, los trabajadores afectados —2 000 perdieron sus trabajos— se enteraron por el periódico.
Para impedir que se vuelva a repetir una situación semejante, es urgente —y me gustaría subrayar esta urgencia— que entre en vigor la Directiva modificada sobre comités de empresa europeos con su nueva definición de empresas transnacionales. Es muy triste que la Comisión haya tardado tantos años en hacer esto y que haya estado boicoteando este compromiso hasta ahora.
Esto demuestra una vez más que la Europa social se encuentra al final de la agenda de la Comisión. Si las enmiendas se hubieran implementado antes, un caso como el de Nokia no hubiera ocurrido.
Se necesitan estas enmiendas con urgencia para compensar la falta de actuación previa y de hecho deberían haberse adoptado antes si consideramos las nuevas estructuras de empresas que surcan los límites nacionales y las acciones de estas empresas. Mi alegría por el compromiso es contenida. Sin embargo, como parte de la comisión negociadora del Parlamento, estoy a favor de este compromiso ya que necesitamos esta Directiva ahora.
Apelo una vez más a todos aquellos de ustedes que ahora tratan de deshacer de nuevo este compromiso. Están ustedes jugando con fuego. Significaría que nos quedaríamos para siempre en la mesa de negociaciones y que un caso como el de Nokia podría ocurrir de nuevo. Es necesario, por tanto, implementar realmente esta mínima reivindicación de democracia que tenemos ahora con la presente Directiva.
Desde un punto de vista político, la revisión de la Directiva aún permanece en la agenda. Una vez más me gustaría decirle a la Comisión que lo que tenemos aquí es un ajuste. Aún queda por hacer la revisión, y nuestra opinión es que necesitamos una revisión adecuada que proporcione al comité de empresa lo que realmente necesita para su labor a largo plazo. Lo que tenemos ahora delante se trata simplemente de un ajuste.
Dimitrios Papadimoulis, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señor Presidente, en el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica no deseamos participar del espíritu festivo porque sabemos muy bien que la Europa social no constituye una de las prioridades del Consejo o de la Comisión. Señorías, el compromiso común entre Europa S. A. y los sindicatos queda por detrás de lo que debatimos en el Parlamento en 2001. Asimismo, el procedimiento de refundición limita la función del Parlamento. Presentaremos enmiendas que apoyen y fomenten las peticiones presentadas por los sindicatos durante las negociaciones, peticiones en concreto de mejor información, que sea sustanciosa y rápida, de publicidad y transparencia en los acuerdos y de una participación reforzada de expertos procedentes de las organizaciones sindicales. Desgraciadamente estamos desperdiciando una oportunidad de realizar más mejoras materiales en la Directiva y mediante esta realpolitik revisada estamos aceptando mucho menos de lo que necesitan los trabajadores.
Jean Louis Cottigny (PSE). – (FR) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, Comisario, en primer lugar, me gustaría felicitar al señor Bushill-Matthews, quien nos ha dado una gran lección de democracia como portador del mensaje de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales durante el diálogo a tres bandas. Hoy ya se ha producido el diálogo tripartito. Las partes han tratado de alcanzar un acuerdo.
También me gustaría felicitarle, Comisario, porque, en un momento dado, se las arregló para asegurarse de que de alguna manera se nos negara el papel colegislador al Parlamento puesto que, a raíz de un acuerdo alcanzado por los interlocutores sociales, nos hizo ver que únicamente podríamos debatir los puntos que ellos nos presentaran.
Lo importante ahora es lograr que este diálogo a tres bandas sea un éxito. Ya se ha producido y ahora nos hallamos en posición de garantizar que este texto sea adoptado en primera lectura. Sin embargo, esto no debe significar que se descarte una revisión ni tampoco debe significar que nos impida pensar posteriormente en cómo podemos conseguir una revisión completa con el respaldo de todos o casi todos los interlocutores sociales.
Creo que este es el espíritu con el que debemos actuar. Por supuesto, mañana, en primera lectura tenemos que ganar la causa, pero es obvio también que necesitamos vigilar cómo se aplica todo esto y cómo seremos capaces de garantizar que pueda llevarse a cabo una revisión.
Siiri Oviir (ALDE). - (ET) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, Señorías. Antes de nada me gustaría dar las gracias al ponente por su constructivo enfoque en la revisión de la Directiva.
La reformulación de la Directiva en cuestión también ha planteado determinadas cuestiones jurídicas relacionadas con nuestras capacidades para la acción. Parece ser que con la ayuda del ponente, estas capacidades han quedado ahora resueltas.
No obstante, la revisión de la Directiva sobre los comités de empresa europeos durante mucho tiempo ha constituido una cuestión importante tanto para las compañías como los sindicatos. Es encomiable que este verano hayan llegado a un acuerdo las partes interesadas del mercado laboral. Esto nos facilitará también en el Parlamento la tarea de concluir con éxito el tratamiento de este tema.
Sin poner en duda la necesidad de reformular la Directiva en este momento y situación, sin embargo considero que debería someterse a procedimiento legislativo una versión revisada y actualizada de la Directiva en el futuro, es decir, durante la próxima legislatura del Parlamento Europeo.
Aun así, hoy, como representante de un país pequeño, no puedo estar de acuerdo con la sugerencia de la Comisión de que debería hacerse que la pertenencia a una comisión especial dependa del número de empleados en una compañía. Una pretensión semejante podría derivar en una situación en la que algunos Estados miembros puedan quedarse sin nadie que represente sus intereses en las negociaciones.
Proinsias De Rossa (PSE). - Señor Presidente, acojo favorablemente el acuerdo en primera lectura relativo a la refundición del comité de empresa europeo que se ha producido en gran parte gracias a la habilidad de nuestro ponente alternativo, el señor Cremers. Nos hallamos sumidos en una crisis económica cada vez más acusada, una crisis que no se halla solamente en el sistema sino que también se trata de una crisis del sistema.
Actuar «como de costumbre» no es posible y tanto empleadores como gobiernos deben aceptar que, en esta época de crisis, los trabajadores han de tener mayor participación en lo que está ocurriendo en su lugar de trabajo. Cualquier otro enfoque no será aceptable.
La fe ciega en los mercados sin límites y en la competencia ha fracasado profundamente y ahora es el momento de que Europa muestre más valentía al crear un nuevo contrato social entre trabajadores y empresas y también es hora de que los Estados miembros y Europa construyan una nueva economía de mercado social, como estipula el Tratado de Lisboa.
Harald Ettl (PSE). – (DE) Señor Presidente, la Directiva sobre los comités de empresa europeos necesita una revisión desde 1999. Esto ha dado como resultado un procedimiento de refundición, muy escaso para un paisaje laboral rápidamente cambiante. Naturalmente necesita una mejora en lo que respecta a la información y a la consulta como instrumentos para crear una cultura empresarial que reduzca los conflictos. Esto es esencial. Las decisiones transnacionales corresponden al comité consultivo de los comités de empresa europeos. La implementación de esta Directiva, desdentada de por sí, debe reforzarse jurídicamente y debería vincularse a sanciones para garantizar que sea posible implementar la Directiva. Esto debería ocurrir de modo que dejen de, simplemente, ignorarse las sentencias del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.
A pesar de que se ha realizado un pequeño progreso, será precisa una revisión en no menos de tres años. Podríamos y deberíamos haberlo hecho ahora para ajustar un poco la realidad política laboral y esta situación rápidamente cambiante. No obstante —y esto es lo importante— al menos está sucediendo algo.
Silvia-Adriana Ţicău (PSE). – (RO) El comité de empresa europeo y el procedimiento para informar y consultar a los empleados de las empresas o del grupo de empresas son instrumentos vitales para ofrecer protección a los empleados.
Los comités de empresa necesitan ser sumamente activos, especialmente en situaciones en las que las compañías estén siendo reestructuradas. En el caso de empresas multinacionales o grupos de empresas, es fundamental que se consulte a los empleados de la compañía del Estado miembro en el que se estén produciendo despidos y que estos dispongan de un lugar en la mesa de negociación. En el caso de que un grupo de empresas tome importantes decisiones en lo que respecta al futuro de la compañía y de sus empleados, se debe mantener informados a los empleados de la compañía del Estado miembro en el que se esté llevando a cabo la reestructuración y deben poder participar en la decisión tomada y tener influencia sobre ella.
Hasta ahora la Comunidad Europea ha proporcionado asistencia financiera únicamente a las compañías que sufren una reestructuración. Considero que se necesita ofrecer esta asistencia también a los empleados a los que se ha despedido.
Stephen Hughes (PSE). - Señor Presidente, en primer lugar, muchas gracias al ponente. Aunque las enmiendas votadas a través de la comisión no fueron lo que él quería —en realidad él no quería ninguna enmienda— sin embargo ha defendido la postura de la comisión en las negociaciones que condujeron al acuerdo en primera lectura.
Muchas gracias también al señor Cremers, nuestro ponente alternativo, que ha sido el verdadero arquitecto del contenido del acuerdo. Las tres adiciones realizadas a los puntos acordados por los interlocutores sociales en su lista de recomendaciones—en cuanto a las sanciones, la transnacionalidad y la eliminación del umbral para el organismo negociador especial— son importantes en sí mismas, pero muchos de nosotros, como se ha señalado, aún nos consideramos engañados con esta refundición.
Hace casi diez años se nos prometió una revisión completa de la Directiva. Es preciso abordar otras graves deficiencias e insistimos en que la Comisión debería presentar esa revisión completa durante el siguiente mandato.
Otra seria preocupación concerniente al tratamiento de esta refundición era la encrucijada entre los caminos del diálogo social y la vía jurídica. Se consultó a los interlocutores sociales de conformidad con el artículo 139 y finalmente comunicaron su falta de capacidad o de voluntad para negociar un acuerdo marco. Pero justo cuando comenzamos nuestra labor legislativa, señalaron que les gustaría iniciar negociaciones. Entonces acordaron una lista de recomendaciones, que no tienen ninguna vigencia en los tratados, pero que dieron a nuestro ponente, el señor Bushill-Matthews, la oportunidad de fingir ser conciliador aceptando el contenido de la lista, pero nada más.
En lugar de actuar como estímulo para nuestro trabajo, esa lista de recomendaciones se convirtió casi en una camisa de fuerza. Los procedimientos recogidos en los artículos 139 y 138 deben mantenerse claramente separados. Uno no debe socavar o restringir al otro, y es labor de la Comisión garantizar esa separación. Incluso mientras hablamos, se está permitiendo que una encrucijada similar desbarate una enmienda legislativa que llevamos tiempo pidiendo para abordar el problema de las heridas causadas por agujas de jeringuillas.
Repito que ésta es una forma de actuar peligrosa y solamente puede conducir al resentimiento a la desconfianza entre los interlocutores sociales y el Parlamento. No obstante, constituye un paso adelante en términos de derechos de información y consulta para los trabajadores y lo recibo positivamente.
Ewa Tomaszewska (UEN). – (PL) Señor Presidente, en el momento de su aplicación, la Directiva por la que se establecían los comités de empresa europeos representó un importante paso adelante en términos de afincar el diálogo social dentro de la economía. También permitió que la productividad aumentara conservando al mismo tiempo la armonía social.
Tras varias décadas de experiencia, los interlocutores sociales han identificado ahora formas de poder refundir y hacer esta Directiva más específica. Debería establecerse de forma más clara el papel de los miembros de los comités de empresa en el proceso de informar y consultar a la plantilla. Es extremadamente conveniente que se alcance un entendimiento entre los interlocutores sociales y que las negociaciones se basen en la buena fe y en una información fiable, especialmente en tiempos de crisis. El valor del diálogo social, de lograr soluciones mediante el debate y la negociación y de tomar conciencia del beneficio y los intereses de la otra parte, son todos puntos que señalan hacia la necesidad de respetar los resultados de este diálogo. Por tanto, se está pidiendo a gritos la aceptación de acuerdos alcanzados entre patronales y sindicatos a nivel Europeo.
Felicito al ponente y deseo que llegue el momento de revisar el impacto de esta Directiva en el futuro.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL). – (PT) Lamento que estemos desperdiciando esta oportunidad de mejorar esta Directiva sobre los comités de empresa europeos de forma más directa y positiva. De hecho, ya se predijo esto en 2001, cuando se aprobó el informe Menrad, en el que yo misma participé. Por eso nosotros insistimos en presentar y votar algunas enmiendas que pretenden reforzar el derecho de la información y la consulta de los representantes de los trabajadores en todos los casos, incluyendo el derecho de veto, especialmente donde se producen operaciones de reestructuración e intentos de deslocalizar empresas, sobre todo empresas transnacionales en las que no se respetan los derechos de los trabajadores.
Sería positivo que fuese posible adoptar estas enmiendas porque fortalecerían la Directiva sobre el comité de empresa europeo.
Karin Jöns (PSE). – (DE) Señor Presidente, a mi grupo y a mí también nos hubiera gustado haber podido ver más que lo que hasta ahora se ha conseguido, pero considero, no obstante, que hemos conseguido mucho y hemos llevado el acuerdo a nivel europeo un paso más allá. Una cosa queda clara: en el futuro, el comité de empresa europeo ha de ser informado y consultado antes de cualquier decisión —y esto es lo importante— antes de tomar cualquier decisión que esté relacionada con la reestructuración y ya no tendrá que enterarse un trabajador de esto a través del periódico.
Sin embargo, me gustaría decir algo muy claro a la Comisión: el tipo de caos que vimos en el momento de determinar quién estaba realmente negociando aquí no debe ocurrir de nuevo. Debe existir una clara distinción entre diálogo social y el Parlamento Europeo. A veces hemos tenido la sensación de que se estaban anulando los derechos de esta Cámara. Eso no debe ocurrir en el futuro.
Valérie Létard, Presidenta en ejercicio del Consejo. – (FR) Señor Presidente, Señorías, la refundición de la Directiva sobre comités de empresa europeos es una buena noticia.
Demuestra que la Europa social se está abriendo camino y que es posible el progreso en lo que concierne a la mejora de los derechos de información y consulta de los trabajadores. También demuestra lo valiosa que es la participación de los interlocutores sociales. Sin ella, no habríamos alcanzado el mismo resultado sin lugar a dudas. Por último, demuestra la calidad del trabajo y la cooperación entre las tres instituciones —la Comisión, el Parlamento y el Consejo— ya que, si el Parlamento así lo decide mañana, habremos alcanzado un acuerdo en primera lectura y eso no puede más que producirnos satisfacción.
En caso de que esta situación se produjera, le estoy agradecido, Señor Presidente.
Vladimír Špidla, miembro de la Comisión. – (CS) Realizar progresos es difícil pero no imposible. Considero que la historia del proyecto de Directiva sobre comités de empresa europeos es la prueba de ello. No ha sido un camino fácil y me gustaría destacar especialmente el papel de los interlocutores sociales y el papel del ponente, el señor Bushill-Matthews, así como el de su colega socialdemócrata el señor Cremers. Desde mi punto de vista, el debate ha demostrado claramente que el proyecto de ley está listo para votación y también opino que este informe es realmente positivo para la Europa social.
Philip Bushill-Matthews, ponente. − Señor Presidente, como saben mis colegas, soy un gran partidario del diálogo social y de los comités de empresa y estoy contento de que se haya conseguido un acuerdo en primera lectura para que la seguridad jurídica pueda imponerse para todos los interlocutores sociales.
Desde mi punto de vista, hubiéramos alcanzado un acuerdo en primera lectura incluso si no hubiéramos pasado por este particular proceso. Dado que el señor Hughes ha decidido facilitar una versión bastante distorsionada de cómo se ha logrado, me gustaría simplemente aclarar los hechos para que la posteridad muestre cómo llegamos hasta donde hemos llegado. Los interlocutores sociales nos pidieron con toda seguridad que no presentáramos ninguna enmienda, y los sindicatos realmente me confirmaron que, en lo que a ellos concernía, los otros grupos lo respetarían totalmente. Lo que yo no esperaba, y lo que no sabía, era que, mientras que ellos pedían con insistencia a nuestro grupo que no presentara ninguna enmienda, estaban en realidad instando a los socialistas a presentar enmiendas. Por tanto, tuvimos un resultado muy distorsionado en la comisión. Si hubiéramos acudido primero al Parlamento y si todos los colegas hubieran tenido la oportunidad de debatir el asunto, todavía opino que hubiéramos alcanzado el acuerdo, pero hubiera sido ligeramente distinto.
Dicho esto, quiero dejar tranquilas las conciencias de mis colegas. Es importante que hayamos obtenido un acuerdo y confío en que se apruebe mañana. Sin embargo, es de una ironía suprema que, en una cuestión que trata sobre la confianza mutua entre empleador y empleado y la armonía y la cooperación entre ambos lados de la industria, uno de los interlocutores sociales haya abordado el tema de una forma muy distinta.
Espero que este sea un episodio aislado, porque el diálogo social necesita desarrollarse con la confianza de ambas partes. No obstante, en esta ocasión se ha dado un paso atrás en este sentido y espero que no ocurra nunca, nunca más.