Mairead McGuinness (PPE-DE). - SeñorPresidente, disculpe, no le he oído. Creo que el último premio fue tan conmovedor que aún estamos un poco conmocionados por lo que ha sucedido.
Doy la bienvenida al informe Turmes. La energía removable es, sin duda, fundamental en los esfuerzos por reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, pero en ocasiones, como hemos descubierto, puede provocar otros problemas, y ese ha sido el caso en relación con el debate sobre los alimentos frente a la producción de combustible. Necesitamos encontrar criterios de sostenibilidad estrictos, y en especial necesitamos fijarnos en la producción de madera, que es una fuente muy renovable.
Me gustaría que consideráramos en el contexto más amplio posible una política de uso de las tierras eficaz. Resulta muy importante, aquí en el Parlamento Europeo, que aunemos agricultura y energía con las preocupaciones sobre el cambio climático, pero también tenemos que hacer eso mismo a nivel global. Sin embargo, agradezco y apoyo este informe.
Jim Allister (NI). - Señor Presidente, no suelo dejarme llevar por la histeria relativa a la energía y al cambio climatico, pero la búsqueda de las energías renovables debe ser eminentemente sensata. Sin embargo, debe ser económicamente sostenible. Sobre esta base, no me convence en absoluto la prisa por llevar la energía a través de objetivos imposibles de lograr. Pero mi primera observación sobre este informe es apoyar el abandono de los combustibles agrícolas y el enfoque de la biomasa en la cadena de residuos, no en los alimentos. Convertir los desechos agrícolas, domésticos e industriales en energía siempre me ha parecido la más razonable de todas las opciones de renovación. Por tanto, doy mi total apoyo al desarrollo de la tercera generación de energía a partir de biomasa y biogás.
Zuzana Roithová (PPE-DE). – (CS) El paquete climático es un acuerdo realista que concuerda con mi visión de la gestión sostenible de los recursos de este planeta y con mi apoyo por la competitividad europea y el empleo. Es otro paso gradual hacia delante, desde luego no hacia atrás. No es revolucionario, pero, a pesar de eso, da ejemplo para el resto del mundo. Es mediante este informe que la Europa de hoy, a pesar de la incipiente crisis económica, vota de nuevo para tomar responsabilidad por el tipo de planeta que legaremos a las generaciones futuras. Estoy de acuerdo en que es necesario alejarse de los combustibles agrícolas erróneamente concebidos y dirigirse hacia políticas de uso de energía sostenible a partir de biogás y biomasa, y que es necesario motivar la innovación en tecnología de conservación para que sea lo más eficaz posible y de la mayor calidad posible. Las fuentes de biomasa deberían comprender principalmente efluentes, desechos orgánicos domésticos e industriales y residuos de agricultura, pesca y silvicultura. Deberíamos aprovechar también el suelo degradado, así como nuevas materias primas no provenientes de alimentos y de alimentos no de animales, como algas.
Oldřich Vlasák (PPE-DE). – (CS) Quiero explicar por qué he apoyado la propuesta legislativa dentro del marco de trabajo del paquete climático, es decir, los informes de Doyle, Davies, Hassi y Corbey. Estas propuestas han sido objeto de largos debates, negocioaciones entre el Consejo, representado por la Presidencia francesa, y el Parlamento Europeo, representado por los ponentes y ponentes alternativos de la mayoría de los grupos políticos. La propuesta original, por ejemplo, era absolutamente destructiva para las industrias químicas checa y europea. Se alcanzó un acuerdo el pasado fin de semana gracias a las concesiones de los Estados miembros y los Parlamentarios. Se establecieron criterios claros para los distintos sectores de la industria y para una aplicación gradual de las distintas medidas. De este modo, fue possible alcanzar un acuerdo que conserva los ambiciosos objetivos originales para proteger el medioambiente al mismo tiempo que establece condiciones que no restringirán las actividades de la industria y que no sean hostiles a la industria.
Gyula Hegyi (PSE). – (HU) El motivo por el que he votado la versión de compromiso del informe Doyle es que incorpora importantes notas rectificativas a la Directiva. Fui yo quien presentó la nota rectificativa que daría a la calefacción urbana una franquicia que la eximiría del impuesto climático. Este es un resultado importante, dado que son, por encima de todo, las familias de menores ingresos las que utilizan la calefacción urbana, un sistema que también es más respetuoso con el medioambiente que una caldera individual. También me agrada que se haya otorgado franquicia a la producción de calefacción y refrigeración por parte de plantas de cogeneración. Este movimiento también indica una manera de pensar respetuosa con el medioambiente. Hay muchas otras formas de actividad que también pueden quedar exentas de pago del impuesto climático y que no deberían estarlo. Por mi parte, me hubiera gustado ver una directiva más ecológica, pero este compromiso es mejor que nada.
Mairead McGuinness (PPE-DE). - SeñorPresidente, también apoyo y agradezco enormemente este informe, que refina el sistema ETS, y que, sí, trata las preocupaciones sobre las pérdidas de carbón, especialmente si no hay acuerdo en 2009 a nivel global.
De nuevo, quiero mencionar el asunto de la silvicultura en esta era de cambio climático. Necesitamos una voz muy potente a nivel europeo para detener la deforestación global. Agradezco el hecho de que se dirijan fondos para ello, porque actualmente no está siendo así. A todos nos preocupa, pero no hay ninguna acción coordinada para tratar el problema. He estado en Brasil; sé lo que está ocurriendo allí y en otros países, y si no nos enfrentamos a este problema, nuestros esfuerzos a nivel de la UE serán vanos.
Leopold Józef Rutowicz (UEN). – (PL) Señor Presidente, el documento sobre el régimen de comercio de derechos de emisión (ETS) proporciona apoyo para las medidas técnicas necesarias que, en definitiva, buscan reducir las emisiones de gas de efecto invernadero.
El régimen propuesto podría fomentar la especulación, lo que tendría un efecto negativo sobre los recursos asignados para actividades técnicas. Por ejemplo, en Polonia, una bombilla de luz barata de ahorro energético solía costar alrededor de 5 zlotys. Después de una campaña para ahorrar energía y animar a la gente a comprar estas bombillas, el precio ha aumentado hasta 10 zlotys. Por eso el régimen de comercio debe ser revisado en mayor detalle. No apoyo la directiva en su forma actual.
Zuzana Roithová (PPE-DE). – (CS) Apoyo la eliminación gradual de los permisos libres de coste para emitir gas de efecto invernadero para un amplio espectro de industrias. Lamento que el Consejo se haya opuesto a la transferencia de ingresos de su venta para pagar la calefacción en los hogares. Aprecio el hecho de que la Presidencia francesa haya conseguido alcanzar un acuerdo entre los Estados miembros nuevos y viejos y haya hecho concesiones en el año de referencia o hasta 2007. Apoyé de buena gana un compromiso que permite que se alcancen los objetivos del Protocolo de Kyoto teniendo en cuenta la situación económica. Quiero que quede grabado que solicito una corrección del voto sobre la resolución legislativa final, dado que, aunque voté a favor de la resolución, la luz ha brillado en rojo de manera incorrecta.
Bogdan Pęk (UEN). – (PL) Señor Presidente, he votado en contra de esta Directiva, ya que creo que es uno de los mayores fraudes en la historia de la humanidad. Es una decisión ridícula, basada en datos completamente falsificados, sin base científica racional, y que costará al menos 1 000 millones de dólares sólo en la Unión Europea.
Este dinero, en lugar de gastarse de manera estúpida e incluso idiota, podría usarse como parte de la verdadera lucha para lograr un medioambiente limpio y decente, y un aire limpio y sin polvo, así como para eliminar los gases venenosos y asegurar un suministro de agua limpia, algo de lo que Europa carece y que escaseará aún más en el futuro. Con un total de 1 000 millones de dólares gastados en el proyecto anteriormente mencionado sólo se reducirá la temperatura 0,12 grados, lo que no tendrá el menor efecto sobre el cambio climático. Es un plan totalmente ridículo, del que el Parlamento debería avergonzarse.
Czesław Adam Siekierski (PPE-DE). – (PL) Señor Presidente, el régimen de comercio de derechos de emisión tendrá un papel clave en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Sigue siendo un tema especialmente controvertido en los nuevos Estados miembros, incluida Polonia, que creen que la base utilizada para calcular el resultado conseguido es incorrecta. De hecho, no es sólo el indicador del 20 % lo que importa, sino el año de referencia usado para interpretarlo. En el paquete, este año está establecido en 2005, pero los países que se oponen a esta opción afirman que la referencia correcta sería 1990.
Las emisiones de dióxido de carbono ya se han reducido de manera considerable en estos países tras los cambios económicos que han implementado. Las medidas tomadas durante este periodo supusieron un gran esfuerzo y un alto coste económico. Por tanto, el paquete de soluciones propuesto sigue siendo considerado como falto de objetividad, y se cree que no tiene en cuenta los recortes que se han estado haciendo hasta ahora y el potencial económico de los países individuales, mientras que estimula a algunos de los Estados miembros más viejos de la UE.
Daniel Caspary (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, quiero dar la siguiente explicación de voto en nombre del Grupo «Land» de Parlamentarios de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Baden-Württemberg, Alemania. Apoyamos totalmente los esfuerzos por reducir de manera significativa la contribución al cambio climático que debe atribuirse probablemente al ser humano. Sin embargo, no apoyamos el acuerdo sobre el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE negociado entre los Jefes de Estado o Gobierno el fin de semana.
La legislación a toda prisa, pues de eso es de lo que se trata, es inaceptable y antidemocrática, y el extremadamente rápido procedimiento legislativo y el hecho de que los documentos del Consejo se presentaron hace sólo unos pocos días significaron que, en nuestra opinión, era imposible una examinación profesional y un estudio de los documentos, y por tanto una correcta legislación.
Esto es más acceptable si tenemos en cuenta que esta legislación establece una carga financiera especialmente alta sobre el público europeo. Según distintos estudios, el paquete sobre el clima y energías renovables cuesta a la economía europea y al público europeo aproximadamente entre 70 000 y 100 000 millones de euros, y existe la amenaza de que industrias enteras se trasladen a otras partes del mundo a través de las pérdidas de carbón. No podíamos aprobar un paquete de este alcance en un procedimiento apresurado. Las propuestas legislativas tan importantes como esta deben evolucionar en el curso de un procedimiento bien ordenado con varias lecturas.
Péter Olajos (PPE-DE). – (HU) He votado a favor del paquete sobre el clima, aunque es difícil verlo como totalmente positivo. Sin duda, esta legislación mira hacia delante, llena un hueco y no tiene parangón en el mundo. Al mismo tiempo, los objetivos establecidos en ella no reflejan los objetivos que nuestros científicos han establecido para detener el cambio climático, que es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad. La tarea de Europa es construir un modelo económico y social que produzca bajas emisiones de dióxido de carbono, ya que Europa está entre los que tienen mayor potencial para desarrollar las tecnologías necesarias. Sin embargo, esto require dinero y legislación vinculante. Con esta decisión, la mayor parte del dinero sale fuera de la Unión Europea en forma de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), mientras que nuestra legislación contiene demasiadas excepciones, demasiados mecanismos de flexibilidad y muy poca obligatoriedad. En general, puede decirse que dada nuestra concienciación de nuestra responsabilidad y nuestra comprensión de la magnitud de las tareas que nos aguardan, vamos en la dirección correcta, pero no a la velocidad suficiente, y por ello mi voto ha reconocido ese hecho, que vamos en la dirección correcta, sin tener en cuenta la velocidad a la que avanzamos.
Gyula Hegyi (PSE). – (HU) El principal problema de esta legislación es que algunos estados de Europa del Este y Central ya redujeron de manera considerable sus emisiones de gas de efecto invernadero en la década de los ochenta. Algunos países de la Europa occidental, sin embargo, han aumentado hasta cierto punto estas emisiones incluso en los primeros años de este siglo. Por eso hemos pedido un tratamiento decente y el reconocimiento de nuestros primeros esfuerzos. Obtuvimos algo, pero debe reconocerse que el equilibrio climático de la Unión Europea estaría mucho peor sin los esfuerzos de los nuevos Estados miembros. Por tanto, sería importante que los viejos Estados miembros tomaran parte en el régimen de comercio de derechos. En primer lugar, deberían transferir parte de su industria a los países menos desarrollados de la UE o comprar derechos a estos países. Aceptamos el acuerdo en interés de la protección del clima y para adoptar un enfoque europeo común. Al mismo tiempo, entiendo la preocupación de los expertos en medio ambiente y espero que más adelante seamos capaces de perfeccionar la legislación.
Mairead McGuinness (PPE-DE). - Señor Presidente, como sabemos, el ETS sólo cubre la mitad de las emisiones de CO2. He apoyado este informe en particular porque otros sectores deben implicarse y compartir los esfuerzos. Quiero centrarme en particular, sin embargo, en la agricultura, que tiene varios problemas, pero creo que tenemos que recordar que la agricultura es al fin y al cabo la producción de alimentos, y tenemos que tener eso en cuenta al exigirle a este sector.
También creo que los granjeros deben implicarse en el proceso de información, porque se les están exigiendo cambios de sistema, y no se les está asesorando o guiando debidamente a este respecto. Necesitamos más investigación, que se está llevando a cabo en los Estados miembros, relativa a cómo reducir las emisiones provenientes de la agricultura con la cooperación de los granjeros. Sin embargo, quiero lanzar una advertencia: hagamos lo que hagamos en la Unión Europea, no debería provocar una reducción en nuestra producción de alimentos, porque ese espacio quedará llenado con las importaciones, sobre cuyas emisiones tenemos poco control.
Syed Kamall (PPE-DE). - Señor Presidente, creo que todos en esta Cámara estamos de acuerdo en que necesitamos reducir los gases nocivos, bien porque creamos en el concepto de calentamiento global y la amenaza a la Tierra o porque queramos reducir la contaminación.
Sin embargo, debemos recordar que doce veces al año trasladamos esta Cámara de Bruselas a Estrasburgo, por no hablar de los edificios extra que tenemos en Luxemburgo. Eso no sólo cuesta a los contribuyentes europeos 200 millones de euros al año, sino que también emite 192 000 toneladas de CO2, equivalentes a 49 000 globos de aire caliente. Verdaderamente, ha llegado el momento de que el Parlamento Europeo deje de emitir todo este aire caliente en estos debates y tome las riendas acabando con la farsa de Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo. Es momento de terminar con esta hipocresia.
Mairead McGuinness (PPE-DE). - Señor Presidente, apoyo este informe, aunque deberíamos preocuparnos quizá, porque no es una verdadera solución. Es una medida temporal, aunque no existe otra opción más que el desarrollo del almacenamiento de CO2, porque vamos a producir CO2 en el futuro.
Lo que ocurrirá más adelane depende de cuánto invirtamos en investigación en esta área. Sé que hay quien opina que, con el receso económico, las inversiones en el asunto de la energía y el cambio climático producirán dividendos, resultados y empleos. Creo que este es un área en particular en el que debemos centrarnos. De modo que, aunque no sea una solución totalmente ecológica, es sin duda parte de la solución.
Leopold Józef Rutowicz (UEN). – (PL) Señor Presidente, desde un punto de vista técnico, el almacenamiento geológico y la captura de dióxido de carbono sin duda representa un desafío muy interesante.
Sin embargo, un éxito técnico supondrá un alto coste y utilizar una gran cantidad de energía. Actualmente, cuando las empresas están pasando dificultades debido a la crisis económica, parece que todos nuestros recursos deberían enfocarse a ahorrar energía y a modernizar y construir centrales nucleares limpias que, en lugar de almacenar carbono, reducirán de manera dramática las emisiones de CO2 sin incurrir en costes adicionales. Este tipo de tecnología ya se ha probado en Europa. En vista de la situación actual, no apoyo gastos en almacenamiento geológico de carbono.
Mairead McGuinness (PPE-DE). - Señor Presidente, seré breve y aprovecharé esta oportunidad para decir que el motivo por el que voy a explicar el voto sobre estos informes es que a muchos de nosotros en la Cámara nos negaron la oportunidad de hablar sobre el paquete de energía y cambio climático. Nuestra única oportunidad de ser oídos en esta Cámara era permanecer aquí y hacer una explicación de voto, así que espero que sea indulgente por este motivo.
Para no alargarme demasiado en este asunto en particular: sabemos que tenemos que reducir las emisiones del sector del transporte por carretera. Creo que ya se ha hecho mucho, porque está aumentando la información de que dispone el público general sobre este asunto. Los incentivos para fomentar un uso más eficaz del combustible y menos emisiones del transporte por carretera incluyen el «desincentivo» de una mayor imposición de impuestos a los coches con mayores emisiones y menor eficacia. Estas medidas ya están en vigor en algunos Estados miembros. Quizás ese sea el camino hacia el éxito.
Leopold Józef Rutowicz (UEN). – (PL) Señor Presidente, el informe de la señora Corbey sobre la presentación de un mecanismo para controlar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es importante para desarrollar una política para reducir el efecto invernadero. Estos gases provocan la mayor parte del daño en grandes áreas urbanas, donde vive el 80 % de la población.
Una solución sería cambiar a formas limpias de transporte, en concreto eléctricas o impulsadas por hidrógeno, o vehículos híbridos. El sector del automóvil, que está atravesando actualmente un momento difícil, debería recibir apoyo para comenzar la producción en masa de este tipo de vehículos. Una solución de este tipo reduciría drásticamente las emisiones de carbono.
Mairead McGuinness (PPE-DE). - Señor Presidente, sabemos que el transporte por carretera supone el 12 % de las emisiones de CO2, así que obviamente apoyo este informe en particular, que trata muy claramente este problema.
Quiero repetir mi argumento y hacer hincapié en que, aunque a nivel general hayamos apoyado el paquete de energía y cambio climático, creo que su adopción en una única lectura debería considerarse la excepción.
Hay muchos detalles aquí que se hubieran beneficiado de una discusión más amplia, en comisión, en los grupos y en esta Cámara. Desde luego, yo hubiera preferido esa opción.
Sin embargo, entiendo que el tiempo es importante y que necesitábamos que la postura de la Unión Europea quedase clara para 2009. Sin embargo, debemos asumir que, en términos de procedimiento, no fue el mejor, pero que, desde un punto de vista práctico, no tuvimos elección. Esperemos que funcione.
Zuzana Roithová (PPE-DE). – (CS) He apoyado la regulación de las emisiones de CO2 de vehículos en la versión resultante de las complejas negociaciones de triálogo. Mediante mejoras en la tecnología de producción para motores, y también gracias al uso de neumáticos, luces y diseños más respetuosos con el medioambiente, se logrará una reducción gradual de las emisiones del nivel de hoy en día, de 160 g a 130 g de CO2 por kilómetro. La regulación permite variaciones menores para los productores de pequeños vehículos dentro del marco de trabajo de los objetivos establecidos. Al mismo tiempo, el Parlamento está insistiendo en una aplicación rigurosa de las multas para violaciones de las normas acordadas de manera común. Quiero decir que estoy de acuerdo con la señora Kamall. Es una lástima que los Estados miembros se estén negando a dar fin de manera permanente a las migraciones superfluas y por tanto poco respetuosas con el medioambiente del Parlamento Europeo doce veces al año de Bruselas a Estrasburgo.
Albert Deß (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, también yo apoyo la producción de coches que consuman cada vez menos combustible. También apoyo la estimulación de límites de consumo, pero deben ser límites realistas. Me he abstenido de votar sobre este informe, ya que no creo que sea correcto establecer multas de hasta 475 euros por tonelada por superar estos límites.
Hay muchas posibilidades para ahorrar CO2 a un coste notablemente más bajo. Este es un caso de discriminación unilateral contra los coches de alta calidad en particular, que se fabrican en mi tierra de Bavaria. Puede ahorrarse CO2 a un coste mucho menor aislando edificios. He instalado en mi casa aislamiento térmico completo, y de ese modo he ahorrado 7 000 litros de petróleo al año. Sería imposible lograr ese ahorro en mi coche. Deberíamos tomar el camino correcto, por tanto, y por eso me he abstenido.
- Recomendación para segunda lectura: Alejandro Cercas (A6-0440/2008)
Hubert Pirker (PPE-DE). – (DE) Señor Presidente, encuentro especialmente lamentable que, a pesar del amplio apoyo por parte de los Parlamentarios, mi moción de iniciativa propia para mantener el domingo como día no laborable no haya sido incluida en el voto en esta Cámara. Europa se basa en los valores cristianos: la protección de la familia nos preocupa especialmente, y el domingo es el día especial para llevar a la práctica estos valores. Esta Directiva hubiera sido el lugar preciso para dar al domingo un impulso como día no laborable en toda Europa, y por eso lo encuentro lamentable.
En segundo lugar, quiero decir que he rechazado las posturas del Consejo sobre la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, ya que se habrían ampliado las horas de trabajo y se habría descontado el tiempo de guardia como tiempo de trabajo, y además las normas europeas habrían quedado socavadas por numerosas autoexclusiones. Me agrada que el Parlamento haya conseguido asegurar las negociaciones con el Consejo.
Kristian Vigenin (PSE). – (BG) Quisiera expresar mi satisfacción por el hecho de que el Parlamento Europeo esté votando para eliminar la cláusula de autoexclusión, que permite a los Estados miembros derogar la norma de la semana laboral de 48 horas según les convenga.
La cláusula de autoexclusión perjudica a los trabajadores y empleados, y abre la puerta para el tratamiento injusto, la explotación y efectos negativos sobre la salud de las personas. Somos miembros de una unión, y las leyes deben aplicarse por igual a todos. No podemos impulsar nuestra competitividad a expensas de la salud y las vidas de los trabajadores. El Parlamento debe enviar al Consejo una señal muy clara de lo que desean los ciudadanos europeos.
Sin embargo, también apoyé las propuestas del Consejo sobre el tiempo de guardia activo e inactivo. Las situaciones específicas difieren de un país a otro. Esto significa que la implementación de las provisiones adoptadas hoy por el Parlamento Europeo crearía dificultades considerables en mi país, y también afectarían a los trabajadores sanitarios. De ahí podría llegar a causar problemas a sectores enteros. Por eso espero que el Comité de Conciliación llegue a acuerdos razonables.
Quisiera finalizar pidiendo a los Gobiernos europeos, especialmente los de países de Europa Central y del Este, que refuercen los controles sobre el cumplimiento de la legislación laboral. Después de todo, no es ningún secreto que, incluso hoy en día, cientos de miles de europeos están trabajando en condiciones abyectas y durante mucho más de lo que especifican las normativas estatuarias de tiempo de trabajo.
Aurelio Juri (PSE). - (SL) Gracias por darme la palabra. Pocos de los presentes en esta Cámara me conocen, pues me convertí en Parlamentario en noviembre, y hoy es la primera vez que me dirijo a la Cámara. He pedido la palabra para saludarles a todos y para decir que estoy impaciente por que trabajemos juntos, pero, por encima de todo, para celebrar el logro conseguido hoy con el voto sobre el informe del señor Cercas.
Hemos defendido la dignidad del trabajador, hemos defendido una Europa comprometida socialmente y una Europa de solidaridad. Adaptemos el trabajo al hombre, no el hombre al trabajo, como dicen los sindicatos. En lo que respecta a las horas de trabajo, hoy hemos tenido éxito.
Gracias, por tanto, al ponente Cercas y a todos ustedes por votar como lo han hecho, y gracias también en nombre de los trabajadores eslovenos. Gracias.
Simon Busuttil (PPE-DE). – (MT) He votado a favor de mantener la cláusula de autoexclusión, y no estoy satisfecho, obviamente, del resultado de la votación de hoy. Tengo que decir que no puedo aceptar la acusación de que los que están a favor de mantener la autoexclusión discriminan en contra de los trabajadores, o que eso refleja una actitud antisocial. ¿Qué es lo que quiero decir? ¿Por qué se piensa que uno va en contra de los trabajadores cuando cree en el derecho de los trabajadores de decidir cuántas horas quieren trabajar? ¿Cómo es posible estar en contra de los trabajadores cuando uno simplemente quiere que aquellos que deseen trabajar más para ganar más puedan hacerlo? Hay gente que necesita ganar más dinero para pagar una hipoteca y, gracias al voto de hoy, no puede hacerlo. He votado a favor de mantener la autoexclusión porque estoy a favor de dejar la decisión en manos de los trabajadores.
Zita Pleštinská (PPE-DE). – (SK) En el voto he apoyado la postura común adoptada por el Consejo en relación al paquete de dos directivas: la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo y la Directiva sobre trabajadores temporales, porque este acuerdo ha garantizado una mayor flexibilidad en el mercado laboral.
Según la cláusula de autoexclusión, los Estados miembros de la UE individuales serían capaces de permitir a los trabajadores que trabajen dentro de su territorio que trabajen durante más de 48 horas a la semana siempre que el trabajador haya consentido ese tiempo mayor que, según los términos del acuerdo, podría llegar hasta un límite de 60 o 65 horas a la semana, de acuerdo con las condiciones establecidas.
El voto de hoy sobre la postura de acuerdo del Consejo es producto de cinco años de esfuerzo por parte de los Estados miembros por lograr un acuerdo. Trabajr en el Parlamento Europeo me ha enseñado lo difícil que es lograr un acuerdo, y por tanto lamento que el Parlamento Europeo haya rechazado la postura común del Consejo.
Antonio Masip Hidalgo (PSE). – (ES) Señor Presidente, la jornada de hoy ha sido muy emotiva con los premios Sájarov y también, para mí, con la presencia en estrados del Presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, que lucha por la autodeterminación, la justa autodeterminación, de su pueblo.
Además, es una jornada histórica porque el Parlamento, este Parlamento, se ha puesto con su pueblo soberano, con el pueblo que con sus votaciones nos ha traído aquí a todos nosotros.
Felicito por su informe a mi compañero Cercas, que tanto ha luchado estos años por esta posición política y sindical, social y de todos los trabajadores de Europa. Y hago un llamamiento a los gobiernos que todavía no lo hacen y a la Comisión para que sigan la senda y escuchen la voz del pueblo como la ha escuchado esta vez el Parlamento Europeo.
Zuzana Roithová (PPE-DE). – (CS) Hoy, no he apoyado la propuesta para los cambios en el horario laboral, tal como los ha presentado el Consejo y nuestra comisión. Es esencial que la directiva sea debatida de nuevo tranquilamente con el Consejo. Por un lado, debemos permitir la flexibilidad en los acuerdos sobre el horario laboral, especialmente para los empleados de pequeñas y medianas empresas, y también debemos proteger el domingo como día de descanso. Por otro lado, es esencial enmendar el régimen para los servicios de guardia en vistas de la amplia variedad de dichos servicios. Aunque la autoexclusión es una solución que los Parlamentarios, por desgracia, han rechazado y que sería apropiada para servicios como cargadores, bomberos y otras profesiones, será necesario encontrar soluciones variadas y específicas para médicos sin perder de vista la seguridad de los pacientes. Otra opción sería excluir la atención sanitaria del ámbito de esta directiva, dado que la organización de la atención sanitaria no ha sido incluida entre las políticas de la Unión Europea, sabiamente.
Mairead McGuinness (PPE-DE). - Señor Presidente, creo que el resultado de este voto es el mejor en términos generales, porque permite que se dé una mayor consideración a un asunto muy complejo sobre el que existen muchos puntos de vista. En nombre de los miembros de Fine Gael del Grupo PPE-DE, hemos apoyado la enmienda 9 y nos hemos abstenido en los votos sobre autoexclusión, porque Irlanda no utiliza la autoexclusión, ni pretende hacerlo.
Respecto a los domingos y el día de descanso, me encantan esos días, y por tanto he apoyado la idea, principalmente para iniciar el debate. Sé que se perdió el voto, pero quizá podríamos reflexionar sobre la necesidad de tener algo de tiempo libre.
Quisiera enmendar mi voto sobre las enmiendas 13 y 14; debería haber sido un menos, no un más.
Si me permiten quisiera sugerir que los Miembros de esta Cámara respeten las normas que estamos intentando imponer a todos los demás. No pensamos en absoluto en la vida familiar o en las horas de trabajo. Trabajamos sin descanso. No estoy segura de si siempre lo hacemos eficazmente, pero lo hacemos día y noche, así que, si imponemos estas reglas a los demás, quizá deberíamos adoptarlas nosotros mismos.
Kathy Sinnott (IND/DEM). - Señor Presidente, me hubiera gustado votar con los médicos asistentes de Europa en su petición relativa al tiempo de guardia.
Sin embargo, he tenido que abstenerme. Soy muy consciente del efecto que la consideración de todas las horas de guardia como tiempo de trabajo tendrá sobre los servicios, especialmente el cuidado de ancianos, personas con discapacidades, niños y otros grupos vulnerables.
El efecto sobre algunos servicios, especialmente en tiempos en los que el presupuesto es menor, será el de doblar los costes y por tanto reducir en la mitad el servicio, lo que hará que otros servicios sean imposibles de proporcionar. Piensen, por ejemplo, en los progenitores en casas de grupos numerosos, o en el descanso en casa el fin de semana de los cuidadores.
Al centrarnos en los médicos, que tienen una queja muy válida, nos hemos olvidado de algunas situaciones en las que la continuidad del personal (como con los padres adoptivos) es el factor más importante del trabajo. Necesitamos encontrar un modo de proteger a los trabajadores y también a los más vulnerables.
Zsolt László Becsey (PPE-DE). – (HU) Estoy muy disgustado de que no pudiéramos aceptar la postura del Consejo en segunda lectura. El motivo es que debemos estar a favor de la competitividad. No es una cuestión de esclavitud laboral; aunque alguien quisiera, sólo puede trabajar un máximo de 60-65 horas a la semana. En lugar de ello, hemos elegido el camino de la inflexibilidad total, con tiempo de descanso compensatorio inmediatamente exigible, lo que deja a los empleadores de trabajadores de temporada, por ejemplo, en una situación insostenible. Quiero llamar la atención de mis colegas Parlamentarios sobre el hecho de que una persona contratada por un empleador y a quien se da la opción de elegir las condiciones en las que trabajará es una situación mucho mejor que un empleado altamente protegido y que está desempleado. Por este motivo, estoy muy disgustado sobre la autoexclusión. En cuanto al tiempo de guardia, finalmente he votado por la novena enmienda, dado que era evidente que ibamos a tener reconciliación, especialmente porque esto puede solucionarse a nivel nacional en base a la enmienda.
Frank Vanhecke (NI). - (NL) Señor Presidente, por lo que a mí respecta, desde hace mucho tiempo he mantenido el punto de vista de que Europa no debe consistir en una uniformidad aburrida, y en este Parlamento también, deberíamos comenzar a aprender a aceptar que no todo debe regularse a nivel europeo y que hay un montón de legislaciones locales y nacionales y costumbres que haríamos bien en respetar, no menos aquellas que se refieren a la protección de los empleados y a la legislación que cubre la salud y seguridad en el trabajo y el tiempo de trabajo.
Para mí, lo que es importante, es que los Estados miembros sean capaces de decidir, y que legislación laboral, en todos sus aspectos, debe, en mi opinión, permanecer como una competencia exclusiva de los Estados miembros. La Comisión y el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas harían bien en mantenerse al margen. En eso consiste la subsidiariedad, y ¿seguro que todos estamos a favor de ella?
A la luz de esto, me opongo firmemente a la abolición de los opt-outs y, en mi opinión, depende de los Estados miembros, incluso los Estados federales, de determinar por sí mismos si permiten que la gente trabaje los domingos.
Daniel Hannan (NI). - Señor Presidente, el autor de este informe, Alejandro Cercas, es tan comprometido e inteligente como un socialista como usted desearía conocer, y hay algo de razón en su afirmación de que hay una asimetría causada por determinadas exenciones y opt-outs. En un mundo perfecto, ningún país ordenaría a sus trabajadores parar después de cierto tiempo arbitrariamente decretado. Es moralmente incorrecto. Si yo quiero trabajar para usted, señor Presidente, y usted quiere contratarme y ambos estamos satisfechos con los términos de nuestros contratos, entonces ni nuestro gobierno ni la Unión Europea deberían tener derecho a entrometerse y declarar ilegal el contrato. Totalmente a parte de los argumento éticos, sin embargo, imponer costes adicionales a las economías europeas también es locura, económicamente hablando, en un momento como este. Aún soy un souverainiste, y si otros países quieren imponer dichas restricciones a su propio pueblo, que son también sus votantes, es cosa suya decidirlo. Lo que es vergonzoso es imponer esas reglas a nivel europeo en el Reino Unido, bien mediante directivas como estas o a través del activismo judicial abierto por la Carta de los Derechos Fundamentales. Si queremos eso, deberíamos convocar un referéndum sobre ello. Pactio Olisipiensis censenda est!
Syed Kamall (PPE-DE). - Señor Presidente, ya sabe que los socialistas dicen hablar en nombre de los trabajadores pero hay un dicho acerca de los políticos socialistas. Muchos de ellos son intelectuales de clase media y el resto han olvidado de dónde vienen.
Déjeme contarle una historia. Mi padre era conductor de autobús y cuando teníamos alguna factura inesperada, cuando había un viaje del colegio al que quería que yo fuera, hacía algunas horas extra hasta que podía pagar la factura o enviarme al viaje.
Si la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo hubiese estado vigente, nada de esto habría sido posible. Nadie debería ser forzado a trabajar horas extra contra su voluntad. Creo que todos estamos de acuerdo en eso, sin importar en qué parte del parlamento nos sentamos, pero si se fijan en el impacto de lo que hemos votado hoy, es una humillación para los trabajadores que desean hacer horas extra para proporcionar a sus familias una vida mejor. ¡Los socialistas deberían avergonzarse!
Siiri Oviir (ALDE). - (ET) Me gustaría hacer una declaración sobre a mi voto sobre la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo. Tiene que ver con el hecho de que mi dispositivo de voto funcionó mal durante la votación de las mociones de enmiendas 34 y 35. He votado a favor de ambas pero la máquina mostró una luz roja.
Continúo manteniendo la opinión de que todo el tiempo de guardia, incluso los períodos inactivos en algunos momentos, son tiempo de trabajo.
¿Por qué lo creo? No depende del médico ni del bombero (a quienes su empleador exige que estén en su puesto de trabajo y requiere específicamente que se proporcione un servicio), si un paciente necesita un médico o si se produce un incendio. Tales cosas no dependen de esa gente. Están en su puesto de trabajo, eso es tiempo de trabajo, y les solicito que el estado de mi voto en esos puntos sea corregido en el Acta.
Mairead McGuinness (PPE-DE). - Señor Presidente, este es un informe muy bueno y debemos considerar la seguridad en una dimensión transfronteriza. Sin embargo, quisiera usar estos 90 segundos para presentar un asunto grave.
Existen páginas web que anuncian que venden permisos de conducir. Sugieren que lo que hacen no es ilegal aunque puede ser furtivo, y operan sobre la base de que hay más de cien permisos diferentes de conducir en la Unión Europea y que hay muy poca coordinación entre las autoridades que emiten los permisos. Existe por tanto la posibilidad de que alguien que no tiene un permiso, o que a suspendido el examen o ha perdido el permiso, puede obtener uno a través de este dudoso medio. En el mejor de los casos, esto es un timo para conseguir dinero, en el peor, una forma de permitir a gente que no debería estar conduciendo que lo hagan. He presentado este asunto a la Comisión y al Consejo. Se necesita una acción a nivel europeo.
Alessandro Battilocchio (PSE), por escrito. – (IT) Señor Presidente, Señorías, he votado a favor de la Directiva relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, cuyo texto ha coordinado el señor Turmes.
Esta Directiva es una oportunidad fundamental para el futuro de la Unión Europea, ya que representa el camino hacia la tercera Revolución industrial y una oportunidad para crear millones de empleos, haciendo de la protección medioambiental una realidad y, al mismo tiempo, promoviendo el crecimiento económico y la competitividad. En lo que se refiere a los biocarburantes, espero que la comisión sea capaz de hacer cumplir los criterios de sostenibilidad en Europa y en el resto del mundo, mientras que fomenta el comercio internacional de los biocarburantes más limpios y competitivos.
Adam Bielan (UEN), por escrito. – (PL) He votado a favor del informe del señor Turmes. Uno de los objetivos de la Unión Europea, en términos de energías renovables, es la regeneración de las ciudades en Europa central y del Este aumentando su eficiencia energética. Esto es importante, no sólo desde el punto de vista del sector energético, sino también por razones medioambientales, para modernizar el transporte público, así como para los sistemas de calefacción local, cambiándolos por unos que utilicen formas alternativas de energía.
Además, las instituciones y empresas pueden recibir una gran cantidad de fondos del presupuesto de la UE para este propósito. Por ejemplo, se han destinado más de 720 millones de euros al programa Energía Inteligente, el cual promueve la diversificación energética y el uso de energías renovables.
Šarūnas Birutis (ALDE), por escrito. – (LT) Los combustibles fósiles han sido durante mucho tiempo parte vital de la sociedad. Sabemos que la modernización no sería posible sin abundantes reservas de petroleo, carbón y gas baratos. Sin embargo, esto terminará dentro de poco. Por el bien de la seguridad energética y de la economía, pero sobre todo del cambio climático, debemos cambiar nuestros sistemas energético y de transportes radicalmente.
Durante muchos años, el cambio climático se ha considerado que era, en primer lugar y ante todo, una cuestión medioambiental. Hoy, sin embargo, está ampliamente aceptado que el cambio climático afecta a todos los ámbitos de la sociedad y si nosotros no conseguimos resolver esta cuestión lo antes posible, las consecuencias para la sociedad pueden ser desastrosas.
Carlos Coelho (PPE-DE), por escrito. – (PT) El uso de energías renovables en el transporte es una de las herramientas más efectivas mediante las que la UE puede reducir su dependencia del petroleo. También sabemos que controlar el consumo energético en Europa y utilizar energía a partir de fuentes renovables constituyen partes importantes del paquete de medidas que se necesita para combatir el cambio climático.
Creo que el punto más importante de este informe es mantener el objetivo vinculante final de sustituir el 20 % de los carburantes gasóleo y gasolina por carburantes alternativos para 2020, incluido un porcentaje mínimo del 10 % de energías renovables para el transporte.
Para Portugal, la inclusión de la energía del oleaje en la definición de energía de fuentes renovables ofrece la oportunidad de utilizar nuestro potencial energético para conseguir los objetivos. El hecho de que el informe contemple un incentivo para una segunda generación de biocombustibles, no sólo hace el documento creíble, sino que también garantiza la sostenibilidad en el uso de energías renovables en el sector del transporte. Para obtener un modelo energético que promueva las energías renovables, creo que es fundamental que el documento fomente mecanismos de cooperación estratégica entre los Estados miembros.
Este informe es esencial en sí mismo y como parte de un acuerdo (paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático). Al mismo tiempo que garantiza la preservación de la integridad medioambiental, el acuerdo permitirá que se alcancen los objetivos del acuerdo 20/20/20 se cumplan en 2020. Estos objetivos para los Estados miembros son ambiciosos, pero factibles.
Avril Doyle (PPE-DE), por escrito. - Las propuestas del diputado Turmes proponen una legislación que se ocupa de la promoción esencial del uso de energías procedentes de fuentes renovables. Como parte de un amplio paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático, las energías renovables proporcionarán el 20 % de la energía (incluidas la electricidad, la calefacción y el transporte) para 2020. Esto, combinado con otras medidas que se incluyen en el paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático, proporciona una buena base para combatir el cambio climático, proporcionando un impulso en la investigación sobre fuentes de energía renovables y el suministro, una dirección reiterativa para la investigación y el desarrollo y un medio hacia la consecución de la independencia y de la seguridad energética.
Los objetivos vinculantes funcionarán a lo largo todos los Estados miembros para asegurar que los objetivos acordados se cumplen a nivel europeo. La cooperación, solidaridad e innovación combinadas asegurarán que cumplimos los objetivos que ya no tenemos el lujo de echar de menos.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) Este asunto forma parte del «paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático». Hace referencia a la promoción del uso de energía procedente de fuentes renovables, que incluyen los sectores de: la electricidad, la calefacción y refrigeración, y el transporte. El objetivo es que la UE aumente hasta el 20 % la cuota de energías renovables en la energía que consumimos para 2020. Se han establecido objetivos generales nacionales para cada Estado miembro y, también para la misma fecha, un objetivo de un 10 % de la cuota de energías renovables en el sector del transporte.
Según la información publicada, el objetivo de Portugal en lo referente a su cuota de energía procedente de fuentes renovables como parte del consumo energético general en 2020 está establecida en un 31 %, teniendo en cuenta que nuestro punto de partida (en 2005, esta cuota en Portugal ya correspondía al 20,5 %) y el potencial nacional en energías renovables. El objetivo de un 10 % de la cuota para energías renovables dedicada al transporte es, por otra parte, idéntico para todos los Estados miembros.
Sin embargo, el hecho es que, aunque hemos votado a favor en la votación final, tenemos serias dudas sobre la consecución de dichos objetivos, dado que es engañoso partir del principio de que comprendemos totalmente el alcance de los recursos renovables que pueden ser explotados o que tenemos la tecnología para usarlos. Hubiese sido preferible establecer cantidades de inversión públicas y privadas y promover una topografía general y un programa de cartografía para clasificar y cuantificar los recursos energéticos renovables.
Glyn Ford (PSE), por escrito. - Acojo con agrado el informe Turmes sobre la energía procedente de fuentes renovables, pero me doy cuenta de que conseguir el objetivo será difícil. En mi propia región, el Sudoeste de Inglaterra, nuestra principal contribución a conseguir este objetivo será alguna versión de la presa Severn Tidal. Esto llevará bastante tiempo y por eso es esencial que el Gobierno británico pida algunas concesiones para las consecuencias de los «proyectos en marcha» y que la Comisión garantice dicha excepción.
Mathieu Grosch (PPE-DE), por escrito. - (DE) He votado a favor del informe sobre el paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático, ya que comprende varias directivas que siguen la línea del objetivo de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 % para 2020, e incluso un 30 % si se llega a un acuerdo internacional. Es el resultado de largas negociaciones y de un compromiso entre los representantes del Parlamento y el Consejo; es decir, los 27 Estados miembros.
Una de las directivas está relacionada con la energía renovable. Incluye el objetivo de aumentar la cuota de recursos de energías renovables hasta un 20 % y mejorar la eficiencia energética un 20 %. Además, un 10 % del combustible que se consuma deberá originarse de fuentes renovables. Se han definido los criterios de sostenibilidad y así se ha mejorado la utilización. Aplaudo estos reglamentos, ya que no sólo reducirán la dependencia energética Europa y crearán más empleos, sino que promoverán la innovación en el desarrollo tecnológico.
La Directiva relacionada con el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (ETS) actualiza el actual ETS y estipula que las industrias deberán comprar ahora en subasta los derechos de emisión que antes eran gratuitos. Hay algunas excepciones en forma de períodos transitorios para los Estados miembros de Europa del Este, quienes para empezar deberán comprar derechos sólo para el 30 % de sus emisiones. Además, se establecen incentivos para la eficiencia energética así como, si bien es cierto que sin ningún propósito específico, una obligación por parte de los Estados miembros de invertir al menos la mitad de los ingresos en los países en vías de desarrollo y en nuevas tecnologías. Acojo con agrado los exitosos malabarismos entre tener en cuenta a aquellas industrias que se enfrenta a dificultades y llevar a cabo una ambiciosa política medioambiental.
Otra directiva regula el reparto del esfuerzo con respecto a las emisiones no cubiertas por el ETS. Esto incluye, en especial, los sistemas de calefacción y aire acondicionado y muchos sectores económicos (transportes, pequeñas instalaciones industriales, el sector servicios y la agricultura) que no están cubiertas por el ETS, pero que aún así hacen una contribución importante a las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, los objetivos a largo plazo aún están por introducir en este ámbito, incluida una reducción del 35 % de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2035 y entre un 60 y un 80 % para 2050.
La directiva sobre la captura y el almacenamiento geológico de carbono (Captura y almacenamiento de carbono, CAC) permite separar el CO2 de los gases residuales y almacenarlo bajo tierra; se financiarán 12 centrales CAC para 2015. Admito que la CAC es una tecnología transicional clave, pero se le debe dar especial importancia a la seguridad de almacenamiento.
Otra directiva establece normas para limitar los valores de las emisiones de CO2 en automóviles nuevos. El límite máximo medio en las emisiones para todos los coches nuevos será de 120 gramos de CO2 por kilómetro para 2015, y 95 gramos por kilómetro desde 2020. Las penas que se establecen en la propuesta de la Comisión para los incumplimientos de los valores se han reducido debido a la crisis económica, ahora son de entre 5 y 95 euros, dependiendo de la cantidad en la que se excedan los valores. Desde 2019, sin embargo, la multa prevista es de 95 euros desde el primer gramo de CO2 que supere el límite.
Acojo con agrado el compromiso alcanzado por las instituciones europeas, ya que a menudo es fácil criticar pero es un reto llegar a un compromiso. Los reglamentos acordados son el exitoso resultado de las negociaciones entre países que puede que sean muy distintos en términos económicos pero que aún persiguen un objetivo común. El hecho de que los nuevos Estados miembros, en especial, no puedan lograr todos los objetivos en este breve período de tiempo sin arriesgar la desintegración de ramas enteras de la actividad económica y enfrentarse a un desastre social no debería olvidarse cuando se hacen vistas generales de los objetivos europeos.
Veo el paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático no sólo como un paso importante, sino como un gran salto, que va a contrarrestar el avance del cambio climático y a reforzar la preeminencia europea hacia una política de eficiencia energética. Europa ha conseguido hablar con una sola voz, lo que hará posible intensificar nuestras reivindicaciones a nivel internacional. Un gran reto a este respecto es el de prevenir el dumping medioambiental a escala internacional. Por este motivo, los países que no acaten el Protocolo de Kyoto, y por eso no estén vinculados a las normas sobre CO2, deberán afrontar un impuesto de importación, o deberán tomarse medidas similares para contrarrestar el dumping medioambiental. Este es un aspecto que debería tenerse en cuenta cuando se prepare el acuerdo que sucederá al Protocolo de Kyoto en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en diciembre de 2009, en la que entre los negociadores estarán Estados Unidos, China e India. El paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático ha creado una base sólida para llegar a un nuevo acuerdo internacional.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. - He votado a favor del informe Turmes sobre energía renovable. Mi propio país, Escocia, es rico en fuentes de energías renovables tales como la energía eólica y la mareomotriz. Es esencial que Europa se ponga en cabeza en promover las energías renovables —y yo preveo una Escocia independiente como el corazón del desarrollo mundial de tecnologías renovables.
Jean Lambert (Verts/ALE), por escrito. - He votado a favor de esta propuesta porque creo que envía una señal importante sobre la necesidad de una transformación de la producción de energía a combustibles no fósiles y menos contaminantes en la UE y más allá. El objetivo del 20 % es vinculante y es un mínimo. La eficiencia energética ahora debe incluirse en los Planes de acción en materia de fuentes de energía renovables de los Estados miembros. También se han salvaguardado los planes de apoyo a ese nivel, cosa esencial para la confianza inversora. Es cierto que el resultado de los biocarburantes no es tan positivo como me hubiese gustado. Hemos mantenido el objetivo del 10 % aunque hemos restringido de forma efectiva la cantidad de agrocombustibles y aplaudo dichas medidas adicionales. El Consejo no ha compartido la visión del Parlamento en muchos aspectos. Realmente necesitan asumir las realidades del cambio climático y usar esta Directiva como una base para avanzar hacia un futuro basado en un bajo nivel de emisiones de carbono.
David Martin (PSE), por escrito. - He votado a favor de este informe que fortalece nuestras obligaciones para con los objetivos de las energías renovables, presentando una gran oportunidad de fomentar fuentes de energía autóctonas de la UE, abordando el cambio climático, aumentar la seguridad de abastecimiento y promover la competitividad, el crecimiento y los empleos. He apoyado este informe porque contiene una cláusula de revisión que calcula que para 2014 el impacto del uso cada vez mayor de combustibles renovables para el transporte que asegura que reduciendo nuestras emisiones de CO2, no tendremos efectos adversos en el precio de los alimentos ni en el uso de la tierra. El informe establece un objetivo del 5 % de energías renovables en el transporte para 2015, y un objetivo secundario del 20 % para promover el uso de coches eléctricos. En 2020, el objetivo aumenta hasta el 10 % para las energías renovables en el transporte con un objetivo secundario del 40 % para el uso de coches eléctricos y de hidrógeno. El informe incluye unos criterios de sostenibilidad estrictos para que este informe produzca realmente camios positivos y reducciones en las emisiones, y por eso lo apoyo.
Eluned Morgan (PSE), por escrito. - Este informe representa una revolución en la forma en la que producimos la energía en la UE. El objetivo del 20 % de energías renovables para 2020 es extremadamente ambicioso pero necesario si queremos ganar la luca contra el cambio climático. Espero, sin embargo, que la Comisión sea flexible en su interpretación de cuando se deben cumplir estos objetivos si conllevan grandes proyectos como la presa del río Severn.
El objetivo del 10 % de los carburantes para el transporte por carretera es una parte vital de este paquete y de los esfuerzos para conseguir el objetivo de la UE de una economía basada en un bajo nivel de emisiones de carbono. Este «objetivo relativo a los biocarburantes» se ha mejorado mucho para asegurar que sólo se permitan en la UE aquellos biocarburantes que presenten auténticas reducciones de emisiones sin aumentar los precios de los alimentos. También se ha incluido un estricto conjunto de criterios sociales que salvaguardará a la gente de los países en vías de desarrollo que de otra forma podría verse afectada por el rápido desarrollo de la producción de biocarburantes.
Daciana Octavia Sârbu (PSE), por escrito. – (RO) La propuesta de Directiva es uno de los componentes más importantes del paquete sobre el cambio climático, que establece un objetivo obligatorio del 20 % de la cuota de energía procedente de fuentes renovables del total del consumo de energía de la UE para 2020. La Directiva ofrece la oportunidad de adquirir nuevas tecnologías, crear nuevos empleos y reducir la dependencia del petroleo.
El Parlamento Europeo a desempeñado un papel muy importante de exponer los criterios de sostenibilidad para los biocarburantes y los criterios sociales que son de vital importancia para los ciudadanos de la Unión Europea en la actual crisis económica. El cambio climático y la falta de seguridad energética significan que debemos promocionar nuevos métodos de creación de energía, pero sin arriesgar la disponibilidad de alimentos. Necesitamos asegurar que la aplicación de esta directiva no arriesgará el suelo agrícola y los bosques. En cualquier caso, los biocarburantes procedentes de materias primas que se produzcan en dichas tierras no se tendrán en cuenta como parte de los incentivos previstos. La Unión Europea mostrará, una vez más, que es la principal promotora de la energía eólica, solar e hidroeléctrica, así como de la energía procedente de otras fuentes alternativas.
Lydia Schenardi (NI), por escrito. – (FR) Hemos tenido la oportunidad de exponer aquí varias veces que el simple objetivo de reducir la dependencia de la Unión Europea de las importaciones de gas y de petroleo podría, en sí mismo, justificar la promoción de las fuentes de energía renovable.
El compromiso que se ha presentado hoy aquí, que forma parte del paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático, es como todos los compromisos: no son completamente malos ni completamente satisfactorios.
En concreto, no es completamente satisfactorio en lo referente a los biocarburantes, ya sean de segunda generación o no. Hay una garantía inadecuada con respecto a la competencia de la producción alimentaria, imprecisión con respecto a cualquier cambio del uso del suelo agrícola, silencio sobre la huella de carbono real de esas fuentes de energía, y así sucesivamente.
No es completamente convincente sobre la «garantía de origen», pensada para identificar en especial la electricidad verde, cuando somos conscientes de la realidad del suministro eléctrico, dudosos anuncios sobre el tema y el significativo coste adicional para los consumidores.
Por último, es completamente insatisfactorio en términos de consecuencias sociales. Nos gustaría estar todo lo seguros que podamos de que en este tema, en este paquete legislativo completo, adoptado al comienzo de una crisis mundial que promete ser larga y profunda, los intereses de los ciudadanos y de los trabajadores europeos tendrán prioridad sobre cualquier consideración, si la situación económica así lo requiere.
Bart Staes (Verts/ALE), por escrito. - (NL) He votado con mucha convicción a favor del compromiso adquirido acerca de las fuentes de energía renovables. Mi colega Verde y ponente, el señor Turmes, ha realizado un trabajo excelente. Gracias a sus esfuerzos, y de hecho a los de todo el Parlamento, se va a aplicar un fuerte marco legislativo que asegurará que la cuota total de energías renovables no sea menor del 20 % para 2020.
No es una campaña publicitaria, sino una auténtica revolución energética, establecida para crear un gran número de puestos de trabajo. Algunos informes se han hecho famosos por citar más de dos millones de puestos de trabajo. Esto incluye empleos para ingenieros altamente cualificados, diseñadores y cerebritos, pero también una gran cantidad de empleos para técnicos, gente que fabrica ruedas dentadas, instalan paneles solares y construyen parques eólicos.
Tras muchas negociaciones, también se han adaptado las propuestas originales sobre agrocombustibles y biocarburantes. Sin embargo, nosotros, como Verdes, no estamos completamente contentos con esta tecnología, y recomendaremos condiciones estrictas sobre el uso de los combustibles de este tipo. En el informe Turmes, los criterios de sostenibilidad se han reforzado claramente, y también hay una referencia a los criterios sociales dentro del marco de la Organización Internacional del Trabajo. Los agrocombustibles sólo son aceptables si se extrae más energía de ellos de la que se usa para hacerlos, y de ninguna forma deberían competir con la producción de los alimentos.
Catherine Stihler (PSE), por escrito. - El informe es un paso importante para forzar a los Estados miembros a cumplir sus objetivos en energías renovables. Estas son vitales en nuestra lucha contra el cambio climático.
Adamos Adamou (GUE/NGL), por escrito. – (EL) El Parlamento Europeo y el Consejo, en un esfuerzo por perfeccionar y ampliar el régimen de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero y conseguir el objetivo de reducir las emisiones de la UE en un 20 % para 2020, proponen modificar la Directiva 2003/87/CE.
El 17 de diciembre de 2008, el pleno a votado a favor de las enmiendas de transacción presentadas por los ponentes alternativos de los Grupos del ΡPΕ-DΕ, del PSE, GUE/NGL, ALDE, UEN y Verts/ALE. Aunque hemos votado a favor de estas enmiendas, que establecen objetivos más elevados en la reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero (una medida que era un objetivo básico para el Grupo GUE/NGL), nos gustaría expresar nuestra oposición a la filosofía del comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero. Nos atrevemos a decir que esta directiva en concreto no consigue nada más que una leve reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y que favorece a los países desarrollados, en detrimento de los países de menor grado de desarrollo y de los países en vías de desarrollo. Por último, la aplicación de ciertos mecanismos flexibles propuestos ayuda a los monopolios (que son uno de los principales responsables del cambio climático) a aumentar su rentabilidad, en vez de resolver radicalmente el problema.
Alexander Alvaro (ALDE), por escrito. – (DE) Señor Presidente, el acuerdo al que se ha llegado sobre el paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático es un resultado modesto.
La UE se ha puesto así misma el objetivo de una reducción del 20 % sobre los niveles de 1990. Ya hemos conseguido la mitad de este objetivo a través de nuestra ampliación hacia el Este, donde las emisiones son menores en términos absolutos, y permanece el objetivo de un 12 % de reducción sobre los niveles de 1990.
A la UE se le permite conseguir entre un 3 y un 4 % de la reducción de los países desarrollados, lo que significa que tan solo queda menos de un 9 %. Está permitido quedarse a un 5 % de lograr los objetivos, lo que deja un 4 %.
Podría decirse en este punto que somos afortunados de que la UE haya decidido no exportar su economía al completo a Asia inmediatamente. El compromiso es significativamente más barato que la propuesta de la Comisión, lo que ha hecho que el Partido Democrático Libre alemán pueda apoyarlo.
En vez de eso, la UE está haciendo que sus Estados miembros se peleen entre ellos. Algunos Estados miembros están en ventaja debido a algunas excepciones, a su habilidad negociadora y a su combinación energética. Los proveedores energéticos alemanes dentro de poco podrían darse cuenta de que merece la pena generar la electricidad en Polonia en vez de en su país; eso si no son comprados por proveedores franceses.
El hecho de que los Estados miembros se comprometan a ese regateo no es una buena señal para los acuerdos mundiales. Además, el asunto se presenta como la eficiencia de los medios.
Ahora depende de los gobiernos, el Consejo y la Comisión Europea asegurar la eficiencia, tanto en la protección medioambiental como por el beneficio de la economía y del crecimiento.
Jan Andersson, Göran Färm, Anna Hedh, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. - (SV) Nosotros, los socialdemócratas suecos hemos decidido votar a favor de este informe para reformar el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión de gases de efecto invernadero aunque creemos, en principio, que los objetivos del paquete sobre el cambio climático, como tales, son muy bajos. La UE necesitará hacer más para hacer frente al reto que representa el cambio climático. Sin embargo, creemos que este régimen reformado es capaz de ser una parte muy importante de la acción que necesita realizarse.
Nos decepciona que el compromiso entre el Consejo y el Parlamento Europeo no haya proporcionado garantías suficientes de que parte de los ingresos de las subastas se destinarán a trabajos sobre el clima en los países en vías de desarrollo. También creemos que la subasta de los Derechos de Emisión de gases de efecto invernadero debería de haber sido más extensa y que el uso del mecanismo de desarrollo limpio debería de haber estado más restringido.
Alessandro Battilocchio (PSE), por escrito. – (IT) Señor Presidente, Señorías, aplaudo la revisión del Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión y el compromiso alcanzado entre los objetivos de combatir el cambio climático y de mejorar la competitividad de las industrias europeas y la protección de empleos.
Me gustaría señalar que el procedimiento de codecisión, que se ha llevado por la vía rápida en interés de conseguir un acuerdo en la primera lectura, no ha respetado totalmente la transparencia democrática, y el Parlamento se ha visto a sí mismo votando una especie de hecho consumado.
A pesar de esto, estoy muy contento con la propuesta de la señora Doyle debido a la flexibilidad que le proporciona a los sectores en riesgo de fuga de carbono. Debemos prevenir las pérdidas de empleo provocadas por las industrias que se trasladan a regiones que están menos preocupadas por la reducción de emisiones sin, no obstante, socavar el propósito de esta Directiva.
Sylwester Chruszcz (NI), por escrito. – (PL) Hoy, he votado contra la adopción del Parlamento sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se modifica la Directiva 2003/87/CE para perfeccionar y ampliar el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión de gases de efecto invernadero.
Estoy totalmente en desacuerdo con las soluciones propuestas a nivel europeo. La dedicación del Parlamento a la reducción de las emisiones totales de los gases de efecto invernadero de la UE para 2020 en un mínimo del 20 % en comparación con los niveles de 1990, o incluso en un 30 % si otros países desarrollados se comprometen a hacer otro tanto, es un compromiso poco sensato que tendrá un impacto negativo en la industria y en los consumidores europeos, incluidos los ciudadanos polacos.
Marielle De Sarnez (ALDE), por escrito. – (FR) El único compromiso firme que ha realizado la Unión Europea es la reducción de sus emisiones en un 20 % para 2020, en comparación con 1990. En comparación con hoy en día, eso significa una reducción del 12 %. Si tenemos en cuenta el hecho de que dos tercios de esta reducción pueden conseguirse a través de los mecanismos de compensación del carbono, eso significa que comprando créditos de emisión de carbono en el mercado internacional, la UE se ha comprometido a lograr una reducción de tan solo un 4 % en su territorio. Eso no es suficiente para hacer avanzar las negociaciones internacionales.
Me gustaría señalar otro fallo en el acuerdo. No se ha realizado ningún compromiso firme para apoyar a los países en vías de desarrollo en sus esfuerzos por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, La UE simplemente ha hecho un compromiso voluntario de utilizar la mitad de los ingresos de las subastas de los derechos a contaminar para el clima. Este ingreso está cayendo debido a las múltiples exenciones que se les permiten a los fabricantes. El compromiso estipula que algo de este dinero podría destinarse a apoyar a los países en vías de desarrollo, aplicable sólo a los países europeos que así lo deseen. Es un compromiso meramente voluntario. Es un compromiso muy débil para un asunto que sin embargo es crucial en las negociaciones internacionales.
Konstantinos Droutsas (GUE/NGL), por escrito. – (EL) La UE se enorgullece de su papel principal en la protección del medio ambiente, pero en realidad busca un papel principal en la protección de los intereses del capital. Las decisiones de la cumbre y el paquete de las Directivas del Consejo y de la Comisión sobre la reducción de las emisiones fomentan la llamada economía verde como una forma de sobreacumulación del capital y la crisis, de ese modo abre nuevas posibilidades de beneficios para los monopolios y fortalece el expansionismo imperialista.
Fomentan el comercio de las emisiones, lo que ha probado que multiplica los beneficios de los monopolios sin proteger el medio ambiente. Permiten a la industria automovilística que no tome medidas al menos hasta 2019. Eximen de los reglamentos de la generación de la energía y de muchas más cosas a las empresas a las que les afecta la competición internacional. También eximen a los nuevos Estados miembros y a Italia durante bastante tiempo. Proporcionan incentivos para sustituir cultivos alimentarios por cultivos para la producción de biocombustible. Se están garantizando de forma gratuita los derechos de contaminación a las grandes empresas. No se pide que ningún ingreso financie labores medioambientales.
Los trabajadores no pueden esperar una protección medioambiental de la UE y de las empresas que contaminan el medio ambiente con impunidad. Sólo su lucha, con la perspectiva de una economía de las bases y de un poder de las bases podrá protegerlos de forma efectiva.
Christian Ehler (PPE-DE), por escrito. - (DE) Mi «no» no es un rechazo a un Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión eficiente que implique subastas, ni a los objetivos de la protección del clima de la UE ni de la financiación de la captura y almacenamiento de carbono (CAC). Varias votaciones previas y mi informe sobre las instalaciones de demostración de CAC han dejado suficientemente claro mi apoyo a estas cuestiones. Para mi región, Brandemburgo, sin embargo, el presente teto significaría consagrar la competición desleal con los países de Europa central y del este y unos mayores aumentos de los precios de la energía de lo necesario para cumplir los objetivos de protección del clima. Necesitamos carbón en nuestra combinación energética para asegurar la seguridad de suministro de nuestros ciudadanos, y queremos permitir en el futuro el uso del carbono respetuoso con el medio ambiente por medio de la tecnología CAC. El acuerdo con el Consejo de tomar una decisión final tras sólo una primera lectura ha significado que aún no se han disipado las grandes reservas y no ha sido posible competir por las mejores soluciones.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) Aunque puede haber argumentos a favor del concepto de un Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de gases de efecto invernadero, dado que hay preocupación sobre las alteraciones químicas en la atmósfera que puede tener un impacto en el cambio climático (principio de precaución) y que hay unos recursos limitados de combustibles fósiles y una falta de racionalidad en su consumo; hay aspectos que dan motivos de preocupación.
En primer lugar, el asunto de los derechos de emisión y su subsiguiente comercio son discutibles y debemos oponernos a ellos porque no sabemos nada de su impacto en la economía real. Eso se debe a que aún existe una gran cantidad de dudas sobre la variedad de las soluciones técnicas y porque el uso de dichas soluciones técnicas también depende del desarrollo de la situación financiera en los diversos sectores implicados (transporte aéreo, industria automovilística, centrales térmicas, industria del cemento, química pesada, petroquímica y un número cada vez mayor de otros sectores con gran consumo de energía).
En segundo lugar, los beneficiarios previstos son sólo unos pocos sectores industriales de alta tecnología y algunos (sólo unos pocos) agentes. La reducción irreversible en el consumo de combustibles fósiles se está imponiendo por la restringida disponibilidad de fuentes. La asignación para cada sector debe basarse más en las necesidades sociales más urgentes y en la racionalidad económica que en la influencia y en el enriquecimiento. Por eso hemos decidido abstenernos.
Duarte Freitas (PPE-DE), por escrito. – (PT) Deberíamos subrayar el punto fundamental de este informe: fortalecer, perfeccionar y ampliar, más allá de 2012, el funcionamiento del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión como una de las principales herramientas para conseguir el objetivo de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
Estoy de acuerdo con este informe, principalmente porque el comercio es fundamental para conseguir una asignación eficiente que pueda asegurar la efectividad medioambiental del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión. Un plan a escala de toda la UE siempre es mucho mejor que 27 planes nacionales. Además la propuesta proporciona ajustes automáticos y predecibles que pueden lograr las necesidades de un futuro acuerdo internacional.
Lo que distingue a la propuesta es el aumento de las asignaciones gratuitas que, desde mi punto de vista, no es demasiado positivo. Sin embargo, no debe olvidarse que las emisiones se reducirán cada año.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. - La Directiva propuesta sobre la revisión del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión es una mejora del régimen actual y es importante a nivel mundial. En consecuencia he apoyado el informe de la señora Doyle.
Eija-Riitta Korhola (PPE-DE), por escrito. - (FI) Aprovecharé la oportunidad para agradecer a sus Señorías la reciente votación en la cual el Parlamento Europeo ha demostrado claramente su apoyo a mi modelo «de referencia». He hablado a su favor durante mucho tiempo y fui la primera en sugerir que se aplicase al comercio de derechos de emisión. Aunque la Comisión de Industria, Investigación y Energía voto en contra por un estrecho margen, mientras que el rechazo de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria fue mayor, la vida está llena de sorpresas. Ahora el punto de referencia se clasificará como un criterio una vez pase por el Consejo.
Además, todo es para bien. Tanto la propuesta original de la Comisión como la posición adoptada por la Comisión de Medio Ambiente sobre el comercio de derechos de emisión son desequilibradas, ya que ponen a la producción europea en una posición que le hace difícil competir en los mercados mundiales sin ningún beneficio climático específico. Esto podría claramente significar no sólo la pérdida de empleos sino también una desventaja medioambiental, ya que presionaría a las empresas para mover su producción a países fuera de los límites de emisiones.
Ahora la decisión ha abierto la puerta a un acercamiento más justo y medioambientalmente con más visión de futuro. Todo está aún abierto, sin embargo, y ahora empezaremos a ver la confirmación de quién cosechará los beneficios de las mejoras que se han introducido.
Los objetivos medioambientales no cambian, y constituyen un reto. No es un objetivo fácil para la industria, pero no se supone que deba serlo.
En cualquier caso, es inútil hablar de las asignaciones de emisión gratuitas, porque los puntos de referencia, los criterios, son ambiciosos. Así deberían ser, porque de otra forma no tendríamos un sistema que persuada a las compañías de unirse a la carrera de la tecnología que produce menos emisiones.
La queja que han hecho los grupos ecologistas de que el paquete se ha suavizado, francamente, no me parece razonable, cuando consideramos que los objetivos se han observado y que los sectores industriales tienen un tope de emisiones que desciende. Son habladurías irresponsables; pero seguramente no todo el mundo está interesado en acatar responsabilidades. Es suficiente con que el mundo esté siendo aplastado.
Jean Lambert (Verts/ALE), por escrito. - He votado a favor de este informe a pesar de las numerosas lagunas que tiene y las excepciones que se les han otorgado a los diez nuevos Estados miembros. ¿Por qué he votado a favor de un informe imperfecto? Porque hace algunos progresos comparado con el régimen actual. Habrá un tope para toda la UE para el sector del régimen de comercio de derechos de emisión, y los Estados miembros tendrán menos poder en el proceso. Se ha mantenido el principio de una subasta completa de los permisos del sector eléctrico. Al sector de la aviación se le ha concedido tan solo un pequeño porcentaje del nuevo acceso al mecanismo para un desarrollo limpio. Pero la principal importancia del régimen revisado es que proporciona la arquitectura para una parte importante del acuerdo post-Kyoto. Ahora tenemos un régimen al que se pueden unir otros países y ayudarles a disminuir sus emisiones, si limitan los elementos previos a la subasta y establecen objetivos ambiciosos. El uso de los ingresos será investigado muy de cerca. Los Estados miembros no podrán considerarlos una adición a sus arcas, deberán usarlos para ayudar a la transformación en una economía basada en un bajo nivel de emisiones de carbono y sostenible que el mundo necesita.
David Martin (PSE), por escrito. - Apoyo esta propuesta que equilibra ambiciosos objetivos sobre el cambio climático con la necesidad de reforzar la competitividad de la industria europea y la protección de empleos. La asignaciones y las subastas de derechos de emisión se producirán para las centrales eléctricas hasta 2013 cuando todas las nuevas centrales eléctricas tengan asignaciones completamente subastadas. Para la industria normal, el cambio a las asignaciones completamente subastadas acontecerá en 2020. He votado a favor de este informe porque hace de la subasta el principio general de asignación, limita la cantidad de los créditos de proyectos AC/MDL que puede comprar una instalación para compensar sus emociones y aún protege a las compañías contra las fugas de carbono.
Eluned Morgan (PSE), por escrito. - Apoyo este informe porque creo que se ha mantenido la integridad medioambiental del régimen de comercio de derechos de emisión y es una mejora considerable con respecto al régimen actual, ya que los que contaminan en el futuro pagaran por el derecho de emitir a través de subastas de los permisos. Se mantiene el objetivo de reducir las emisiones de las centrales eléctricas europeas y de la industria pesada en al menos un 20 % para 2020, y ese objetivo aumentará automáticamente al 30 % si se llega a un acuerdo internacional en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Copenhague en diciembre de 2009. También creo que se ha conseguido un equilibrio ente el empleo y el medio ambiente, lo que es de vital importancia en una mala situación económica.
Angelika Niebler (PPE-DE), por escrito. - (DE) Me gustaría ofrecer la siguiente explicación de voto en nombre de la delegación bávara de la Unión Cristianosocial (CSU) en el Parlamento Europeo.
La UE se ha impuesto a sí misma ambiciosos objetivos sobre la protección climática. Entre ello se incluye la reducción del 20 % de las emisiones de CO2 para 2020. Dichos objetivos sobre protección climática no deberían cuestionarse.
Nuestro esfuerzo para combatir el cambio climático debería emparejarse con el objetivo de redactar una legislación clara, para garantizar la seguridad de la planificación para nuestra economía. Tampoco debería estar en desventaja la industria europea en la competencia internacional. Además, se deben crear unas condiciones de competencia equitativas dentro de la UE.
La directiva que hemos votado hoy sobre el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión no cumple ningunos de estos objetivos. Para aclarar:
1. Algunas industrias pueden apartarse de las subastas de asignaciones de CO2. Aún no sabemos nada de los datos a los que se recurrirá para cumplir con los criterios establecidos.
2. Sólo a nivel de los Estados miembros y sólo después de que la legislación europea sobre ayudas haya sido adaptada, sobre una base individualizada, se puede decidir si, y por cuánto, puede ser compensada una instalación por el aumento de los costes variables.
3. Si no se alcanza un acuerdo internacional en Copenhague en 2009, la subasta de las asignaciones de CO2 crearán una carga adicional para muchas industrias, de la que carecen sus competidores no pertenecientes a la UE.
4. La mayoría de los Estados miembros de Europa del este han obtenido exenciones de la subasta de sus asignaciones de CO2 al sector energético. Esto pone a Alemania en desventaja ya que, en contraste con sus vecinos del este, obtiene el 48 % de su electricidad de centrales térmicas de carbón.
Dimitrios Papadimoulis (GUE/NGL), por escrito. – (EL) No compartimos las palabras de triunfo de los Gobiernos y de la Comisión sobre el compromiso final del paquete sobre el clima. El intento de la UE de liderar los esfuerzos mundiales para luchar contra e cambio climático se ha diluido bajo la presión del lobby industrial y de los gobiernos conservadores.
El famoso «20/2020» es un primer paso necesario, pero los objetivos que establece no son lo suficientemente ambiciosos. Con las facilidades que tienen los países europeos de comprar una gran cantidad de unidades de contaminantes que les «corresponden» de los países en vías de desarrollo, la responsabilidad histórica del mundo occidental se está desplazando cínicamente hacia los habitantes más pobres del planeta. Podría parecer que los gobiernos básicamente no entienden lo crítica que es la situación.
El " \n _blank no se quedará quieta. Compartimos la preocupación de las ONG que se ocupan del medio ambiente y continuará exigiendo objetivos más ambiciosos en la reducción de los gases de efecto invernadero, para un apoyo esencial para la generación de energía de fuentes renovables y para el plan vinculante a largo plazo para mayores reducciones de las emisiones después de Copenhague.
Herbert Reul (PPE-DE), por escrito. - (DE) He votado contra la enmienda consolidada ya que, desde mi punto de vista como diputado, no se han respetado los derechos del Parlamento Europeo. En ningún momento se le ha dado al Parlamento la oportunidad de formarse una opinión, en vez de eso, sólo se le dejaba, a efectos prácticos, elegir entre aceptar o rechazar el compromiso del Consejo. Esto no sigue las reglas del proceso de codecisión, que está pensado para garantizar la igualdad entre los dos órganos legislativos.
También tengo numerosas reservas sobre el compromiso desde un punto de vista contenido. Por ejemplo, conducirá a graves distorsiones del mercado dentro de la UE e impondrá cargas injustificadas a los consumidores. Debido a la excesiva prisa por adoptar la reforma, los regímenes alternativos que podrían haber conseguido las reducciones deseadas no se tuvieron en cuenta. El hecho de que las consecuencias económicas para el poder adquisitivo de los consumidores, en especial, ni siquiera se investigaron en el momento de la adopción tan solo deja más claro lo mal estudiado que está este compromiso. La mayoría del Parlamento Europeo carga con una parte de la culpa, incluso para las generaciones futuras, por haber puesto en vigor este compromiso.
Había alternativas disponibles. Ellas habrían permitido que se consiguiera la reducción de una parte de los costes de los que ahora hablamos. Una política como esta daña no sólo a la economía, sino también, especialmente, a la reputación de la UE.
Catherine Stihler (PSE), por escrito. - El objetivo de recortar las emisiones de las centrales eléctricas europeas y de la industria pesada en al menos un 20 % para 2020, y para que aumenten hasta un 30 % si se alcanza un acuerdo internacional en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Copenhague en diciembre de 2009, debe ser bien recibido.
Thomas Ulmer (PPE-DE), por escrito. - (DE) Apoyo totalmente los esfuerzos por reducir la contribción al cambio climático que probablemente está causado por los seres humanos. Sin embargo, no apoyamos el compromiso sobre el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión que se ha negociado. Legislar con mucha prisa es inaceptable y no democrático. El extremadamente rápido proceso legislativo y el hecho de que los documentos del Consejo se hayan presentado hace tan solo unos días significan que, en mi opinión, un examen profesional de los documentos, y de ese modo una legislación adecuada, era imposible. Todo esto es totalmente inaceptable teniendo en cuenta que esta legislación impone una alta carga financiera sobre el público europeo. Según varios estudios, la acción climática y el paquete de energías renovables cuestan aproximadamente de 70 000 a 100 000 millones de euros, y existe la amenaza de que industrias enteras se trasladen a otras partes del mundo. No podría aprobar un paquete de este alcance en un procedimiento por la vía rápida. Las propuestas legislativas que son tan importantes como esta deben evolucionar en el curso de un procedimiento correcto con diversas lecturas.
Anders Wijkman (PPE-DE), por escrito. - (SV) La revisión del comercio de derechos de emisión es un paso adelante si se le compara con el reglamento actual. Las asignaciones de emisión serán subastadas gradualmente a la industria en vez de ser repartidas gratuitamente, como lo son en la actualidad.
Por consiguiente, la UE está comprometida a ajustar el objetivo del cambio climático a una reducción del 20 % al 30 % para 2020 en el caso de que se llegue a un acuerdo sobre el clima en Copenhague el próximo año. También les pide a los Estados miembros que usen sus ingresos de las subastas para tomar medidas de protección contra el cambio climático tanto en Europa como en el resto del mundo.
Lamentablemente, el compromiso decae en el nivel de ambición que la situación requiere. En vez de una subasta completa de las asignaciones de emisión desde el principio, la subaste se va a introducir por etapas. Esta relajación reduce el incentivo para desarrollar nuevas tecnologías basadas en un bajo nivel de emisiones de carbono. También reduce los ingresos tan esenciales si la UE quiere ser capaz de ayudar a los países en vías de desarrollo a invertir en «tecnología verde», a adaptarse al cambio climático y a proteger los bosques tropicales.
Al mismo tiempo, si más de la mitad de las reducciones de emisiones puede hacerse mediante reducciones en terceros países, el régimen de comercio de derechos de emisión tendrá un efecto limitado incluso durante el período que preceda al 2020.
A pesar de estos defectos, habría sido impensable votar «no». No quiero arriesgarme a hacer peligrar toda la directiva, que incluye muchos aspectos positivos comparada con la situación actual.
Jan Andersson, Göran Färm, Anna Hedh, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. - (SV) Nosotros, los socialdemócratas suecos hemos decidido votar en contra de este compromiso sobre la división de responsabilidades, ya que creemos que es totalmente inaceptable que ni siquiera la mitad de las reducciones de las emisiones de la UE necesiten hacerse dentro de la UE. Creemos que envía una señal totalmente equivocada al resto del mundo, que es esperar que la UE lidere la adaptación al clima, y nos preocupa que la UE no haya conseguido proporcionar un incentivo claro para desarrollar una nueva tecnología verde. Creemos que esta tecnología es vital para el empleo y el bienestar en Europa.
Avril Doyle (PPE-DE), por escrito. - Este informe se ocupa de la introducción de objetivos diferenciados en la UE-27 para el período 2013-2020 a cerca de las reducciones de los gases de efecto invernadero en los sectores económicos que están fuera del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión. Estos objetivos están entre un +20 % y un -20 % relativo a las emisiones de 2005 de este sector, con un objetivo irlandés del -20 %.
Considerándolos en conjunto, el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión y el esfuerzo compartido representan el 100% de la reducción de las emisiones de CO2 que todos los países deben hacer para 2020.
Irlanda, acoge con satisfacción la inclusión de las medidas de captura y almacenamiento de carbono, concretamente los sumideros del carbono en la perspectiva del -20 % ya que somos el único país de la UE que tiene más ganado que personas y junto con más compensaciones de rentabilidad en la comercialización de las emisiones entre los Estados miembros aunque será difícil, podemos alcanzar nuestro objetivo de reducir un 20 % sin reducir nuestras manadas.
Algunos países se verán desafiados por la legislación revisada del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión, algunos por los objetivos del esfuerzo compartido. Irlanda está en esta última categoría.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) Estamos de acuerdo con la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y con el establecimiento de un sistema para dicho propósito. Sin embargo, tenemos serias dudas sobre el sistema propuesto, el cual, aunque dice estar basado en el «principio de solidaridad entre Estados miembros y en la necesidad de conseguir un crecimiento económico sostenible», luego insiste en que sólo los países deberían pagar la factura a través de sus presupuestos nacionales, y no a través del presupuesto comunitario, según las diferentes condiciones de desarrollo en las que se encuentren.
Sobre el permitir la transferencia de emisiones entre Estados miembros a través del «comercio» o de «intermediarios del mercado», se establecen mecanismos que aumentarán las disparidades existentes en el poder económico entre los Estados miembros, para beneficio de los grandes poderes.
Además, una parte importante del esfuerzo será externalizado a terceros países, de ese modo aumenta la presión internacional sobre los países menos desarrollados para que cedan parte de su soberanía a cambio de (seudo-) ayuda, abriendo sus economías a inversiones derivadas de compromisos comunitarios. Todas esas medidas pretenden ejercer presión para obtener un acuerdo internacional que, en el contexto de una grave crisis económica, acentúe la visión capitalista del asunto del medio ambiente.
Duarte Freitas (PPE-DE), por escrito. – (PT) Teniendo en cuenta la acción de la UE contra el cambio climático para un futuro acuerdo internacional que sustituya al Protocolo de Kyoto, es vital que la UE envíe una clara señal al mundo y se comprometa a reducir de forma efectiva sus emisiones de gases de efecto invernadero.
La propuesta de la Comisión de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10 % para 2020 en relación con los niveles de 2005, para los sectores no cubiertos por el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión, es por ello extremadamente importante.
Los objetivos establecidos para cada Estado miembro, el criterio principal de los cuales es el producto interior bruto per capita, son justos en mi opinión.
El compromiso alcanzado entre el Parlamento Europeo y el Consejo, aunque no es el ideal (por ejemplo, dado que permite un uso excesivo de los mecanismos de flexibilidad), es por lo general equilibrado en mi opinión, y por eso he votado a favor de este informe.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. - He votado contra el informe Hassi. Las disposiciones que permiten a los Estados miembros externalizar el 80 % de las reducciones de las emisiones permitirán a los países ricos que continúen con las prácticas insostenibles a expensas de los países en vías de desarrollo, más pobres. No es una situación que la UE debiera de estar fomentando.
Jean Lambert (Verts/ALE), por escrito. - De mala gana he votado contra este informe. La ponente se las ha apañado para incluir varios factores importantes. Ahora hay una referencia al objetivo vinculante del 30 % para las reducciones de gases de efecto invernadero en el texto legislativo: la ciencia dice que es el mínimo necesario para 2020. Financiar las reducciones de los gases de efecto invernadero en los países en vías de desarrollo es trabajar en el objetivo de los 2 grados. Esperemos que esos países vean algo de dinero de verdad en vez de bonitas promesas. Ahora tenemos fecha para la introducción de un objetivo en la reducción de emisiones marítimas y otras pequeñas acciones, pero positivas. Pero para mí, ha sido imposible votar a favor del 80 % del MDL que los Estados miembros pueden utilizar en otros países, en vez de centrarse en las reducciones dentro de sus propias fronteras. EL procedimiento de votación que se ha utilizado hoy significa que esta propuesta en concreto no puede someterse al Parlamento en su totalidad. Les hemos perdonado ligeramente a nuestros gobiernos nacionales y una vez más están implicando a terceros países para que hagan nuestro trabajo. No puedo apoyar eso.
Stavros Lambrinidis (PSE), por escrito. – (EL) El Grupo del PASOK apoya, entre otros, el contenido de la enmienda 44 y votará en contra de la enmienda nominal aparte 7, para asegurar que al menos el 50 % de las reducciones de las emisiones se consiguen de acciones dentro de la UE. La UE necesita seguir siendo un socio fiable en el período previo a las negociaciones mundiales, sin traspasar la carga de los esfuerzos para reducir las emisiones a los países en vías de desarrollo.
David Martin (PSE), por escrito. - Apoyo este informe que establece objetivos vinculantes para que los Estados miembros reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en ámbitos de la economía que no están cubiertos por el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión, que representa un progreso real hacia un sistema exhaustivo. El objetivo del 10 % para los sectores fuera de dicho régimen se divide entre los Estados miembros basándose en el producto interior bruto per capita. Esto permitirá una distribución justa del esfuerzo y asegurará que los países más pobres puedan continuar con su crecimiento acelerado. Apoyo este informe que introduce un objetivo a largo plazo de al menos un 50 % de las reducciones generales de emisiones para 2035, y de un 60 % para 2050, en comparación con los niveles de 1990, porque aborda objetivos tanto a corto como a largo plazo de acuerdo con los Objetivos de Aire Limpio. Este informe incluye un «compromiso de reducción de las emisiones externas» adicional que proporcionará apoyo financiero para que los países en vías de desarrollo reduzcan sus emisiones, y así ningún país se quede atrás y los países en vías de desarrollo reciban el apoyo financiero que necesitan para que la acción mundial sobre cambio climático sea más efectiva.
Daciana Octavia Sârbu (PSE), por escrito. – (RO) He apoyado desde el principio la propuesta de cambiar automáticamente el objetivo del 20 al 30 % si se firmase un acuerdo internacional. Sin embargo, las negociaciones de la semana pasada han resultado en un compromiso por el que el método de cambio a ese nivel debe basarse en un nuevo procedimiento.
Esta decisión se tomó como medida de precaución para tener en cuenta la posibilidad de una subida en el precio del carbono en el futuro. Pero estoy encantada de saber que el objetivo del 30 % continua siendo una prioridad para evitar que la temperatura media ascienda más de 2 ºC, tal y como se especificaba en la reunión del Consejo Europeo de marzo de 2007, Un acuerdo internacional implica un esfuerzo mundial para combatir y adaptarse al cambio climático y la ayuda financiera garantizada a los países en vías de desarrollo proporcionará un incentivo para que se impliquen en el esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para conservar su credibilidad en relación con la ayuda que garantiza a los países en vías de desarrollo, la Unión Europea debe asegurarse que la financiación de los proyectos del MDL mantienen el desarrollo sostenible de dichos países y esa parte de los ingresos de las subastes de derechos de emisión se use para apoyarles.
Bart Staes (Verts/ALE), por escrito. - (NL) Aunque he votado en contra del compromiso, eso no le resta valor en absoluto a mi reconocimiento del trabajo realizado por la señora Hassi al respecto. Sin embargo, como el acuerdo hace posible que casi el 80 % de todos los esfuerzos se lleve a cabo en terceros países, me parece inaceptable.
Un cálculo rápido me dice que Bélgica será capaz de realizar entre el 50 y el 60 % de los esfuerzos necesarios fuera de la UE. Eso implica a sectores importantes, incluidos la construcción y el transporte. Es económicamente absurdo invertir muchos millones de euros en el extranjero a través del mecanismo para un desarrollo limpio si tu propio país aún necesita hacer esfuerzos considerables para aislar adecuadamente los edificios o para diseñar una política de transporte que se centre en una movilidad con bajo nivel de emisiones de carbono. Además no existe ninguna garantía de que sean cuales sean los proyectos en los que se invierta en el extranjero sean de gran calidad.
Lo que es más, no existe ninguna certeza de que las inversiones vía el MDL supongan realmente una gran diferencia. También es poco ético comprar los esfuerzo más sencillos en terceros países. Es una forma de neocolonialismo, que compromete, como lo hace, la posición es dichos terceros países en los que se necesitará hacer un esfuerzo adicional y más caro a un plazo más largo.
Anders Wijkman (PPE-DE), por escrito. - (SV) He decidido abstenerme en la votación de la directiva sobre el esfuerzo compartido. La principal razón para ello es que se enviarían las señales equivocadas al resto del mundo si la UE pudiese conseguir hasta el 70 % de sus reducciones de emisiones para el 2020 en países fuera de la UE.
Se necesitan esfuerzos mayores para ayudar a los países en vías de desarrollo a invertir en tecnología con bajo nivel de emisiones de carbono. Este apoyo, sin embargo, no debe ser principalmente una alternativa a las reducciones en territorio de la UE, sino que debe producirse además de dichas reducciones. No podemos permitirnos, ni tenemos tiempo de, elegir si deberíamos tener la oportunidad de prevenir peligrosos cambios en el clima, o no.
Es contraproducente posponer la adaptación necesaria en el territorio de la UE hasta después de 2020. Debemos comenzar ahora si queremos tener alguna oportunidad de conseguir una cifra cercana a cero emisiones para 2050. La industria necesita fuertes incentivos para hacer las adaptaciones necesarias con respecto a la energía, el transporte, la construcción, la producción industrial, etc.
La propuesta para los sectores no comerciales es muy débil en estos aspectos. Por eso he decidido abstenerme en la votación de esta parte del paquete. Un «no» habría puesto en peligro el paquete entero y ese es un riesgo que no estoy dispuesto a correr. La directiva, por lo demás, contiene varias cosas positivas en comparación con el estado actual. Sobre todo, es la primera legislación que establece reducciones vinculantes para todos los sectores no incluidos en el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) El «paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático» también incluye una propuesta de Directiva sobre la captura y almacenamiento de carbono. El propósito del almacenamiento geológico es proporcionar una alternativa a la liberación del CO2 a la atmósfera conteniendolo bajo tierra permanentemente.
La Comisión propone que todas las nuevas centrales eléctricas deberán, cuando se construyan, estar equipadas con instalaciones de almacenamiento de carbono. Esta tecnología, a pesar de ser un asunto de debate, puede ayudar a conseguir emisiones negativas, complementando así las energías renovables. El ponente considera sin embargo que la prioridad debe ser su uso para enfrentarse al problema del carbón, que es el responsable del 24 % de las emisiones de CO2 de Europa.
Aunque teníamos dudas sobre ciertas enmiendas, que son técnicamente controvertidas, hemos votado a favor de la posición del Parlamento Europeo. Sin embargo la consideremos reguladora en exceso, especialmente en lo que se refiere a la independencia de los Estados miembros, concretamente en un ámbito en el que el conocimiento científico y técnico es aún muy limitado. Lamentamos que no se haya hecho hincapié en el enorme esfuerzo de investigación, desarrollo y demostración que aún necesita hacerse. Por este motivo, la escala de tiempo recomendada es demasiado ambiciosa, a no ser que se apruebe en pocos años un sustancioso fondo público.
Duarte Freitas (PPE-DE), por escrito. – (PT) Es muy prometedora la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CAC) como medio para mitigar el cambio climático en la UE. Sin embargo, no debería usarse como motivo de relax y reducir el esfuerzo invertido para convertir la generación eléctrica en Europa en una más limpia.
El informe Davies es muy equilibrado y el compromiso alcanzado entre el Parlamento Europeo y el Consejo satisface plenamente las necesidades de la UE.
La aplicación de los 12 proyectos de demostración es especialmente importante. sus resultados a medio plazo ayudarán a la UE a introducir esta tecnología de una forma más efectiva tanto económica como medioambientalmente.
Por último, dado que aún existen muchas dudas, especialmente la incertidumbre sobre la existencia de lugares adecuados de almacenamiento en todos los Estados miembros, considero muy positiva la posibilidad de revisar el punto de la exportación de CO2 a terceros países (artículo 35 bis, apartado 2) y para no forzar a los operadores económicos a aplicar la tecnología CAC (articulo 32).
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. - He votado a favor del informe del señor Davies sobre el almacenamiento del dióxido de carbono. La CAC es una tecnología emergente y se necesita un investigación mayor para la evaluación de su potencial en el combate contra el calentamiento global. La directiva propuesta proporciona una base legal firme sobre la que poder construir la tecnología y considera que Escocia desempeñará un papel importante en el desarrollo de este sector.
David Martin (PSE), por escrito. - He votado a favor de este informe que aseguraré un alto grado de seguridad para la salud humana y el medio ambiente, La Directiva sobre CAC establece un marco legal para el uso de la nueva tecnología, incluidas importantes condiciones de seguridad. Esto es importante no sólo para salvaguardar el medio ambiente, sino también para proporcionarles a los inversores una certeza legal para desarrollar nuevos proyectos..
Sin embargo, es importante que este informe no nos haga separarnos de nuestro objetivo principal: una mayor utilización de las energías renovables y la mejora de la eficiencia energética.
Andreas Mölzer (NI), por escrito. - (DE) El fomento de las nuevas tecnologías para almacenar el dióxido de carbono implicado en el cambio climático, no debe ser a costa de tecnologías bien establecidas que han demostrado que funcionan. Por ejemplo, los pantanos intactos absorben el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, mientras que cortar turba o la desecación de terrenos pantanosos los convierten en poderosos emisores de gases de efecto invernadero. Quemar los bosques tropicales para producir biocarburantes también inclina el equilibrio climático en la dirección equivocada.
Deberíamos extraer una lección de la aventura de los biocarburantes: que las buenas intenciones pueden convertirse muy fácilmente en objetivos propios. Las nuevas tecnologías están lejos de estar maduras, y las repercusiones son impredecibles. Por ese motivo me he abstenido en la votación de hoy.
Eluned Morgan (PSE), por escrito.- La inclusión en este informe de un fondo de 9 000 millones de euros para limpiar las centrales eléctricas de carbón a través del desarrollo de la captura y almacenamiento de carbono (CAC) ofrecerá fascinantes oportunidades a la industria carbonera galesa. Esta oportunidad debe aprovecharse para hacer de Gales un líder en esta nueva tecnología, y desbloquear el potencial de un mercado de exportaciones lucrativo. Es esencial que Europa lidere este ámbito, ya que es vital encontrar una solución al problema del carbón,en especial cuando se espera que la producción de carbón aumente mundialmente en un 60 % en los próximos veinte años.
Daciana Octavia Sârbu (PSE), por escrito. – (RO) Promocionar las tecnologías utilizadas para la captura y el almacenamiento geológico de carbono ayudará a diversificar la eficiencia energética y apoyará la batalla contra el cambio climático. Para conseguir la reducción del 50 % de las emisiones de CO2 para 2050, el uso de energía procedente de fuentes renovables no es suficiente para conseguir este objetivo sin tener además en consideración los proyectos de CAC.
Esto supondrá un reto para la Unión Europea, teniendo en cuenta el aumento de los costes de la inversión de capital en el equipo de captura y almacenamiento que, sin embargo, bajarán cuando este equipo se utilice a gran escala. Por este motivo, estos proyectos de demostración no son obligatorios ya que dependen en gran medida del precio del carbono y de la tecnología. Sin embargo, la UE ha dado un importante paso adelante para encontrar soluciones alternativas que ayudarán a reducir el nivel de los gases de efecto invernadero. De hecho, la aplicación de dichos proyectos animará a otros países de fuera de la UE a usar también esas tecnologías.
John Attard-Montalto (PSE), por escrito. - Uno de los métodos más limpios de transporte es por agua. El informe está relacionado con buques de navegación interior, pero creo que este método de transporte no debe desasociarse del conjunto del transporte marítimo. Los dos tipos de transporte fluvial son el transporte por vías navegables y el transporte marítimo y ambos son eficientes en materia energética.
Transportar un producto por agua produce alrededor de un uno por ciento (1 %) del dióxido de carbono que se produciría transportando por aire el mismo producto, la misma distancia.
Debemos tener cuidado cuando hagamos reglamentos que afecten a este tipo de transporte. No debemos sobrecargar a la industria en relación con las embarcaciones y con los buques y barcazas de navegación interior porque el resultado final puede acabar siendo contrario a nuestras intenciones. Si el transporte fluvial y marítimo se vuelve poco competitivo, entonces los clientes se decidirán por otros medios de transporte. Todas las otras alternativas dejan una gran huella de carbono. Al final, en vez de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, deberemos establecer una serie de normativas y reglamentos que en último lugar frustren el alcance general de nuestras propuestas.
Edite Estrela (PSE), por escrito. – (PT) He votado a favor del informe de Dorette Corbey para controlar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la utilización de combustibles de transporte por carretera y por vías navegables ya que considero que mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son dos aspectos vitales en la lucha contra el cambio climático y la reducción de los peligros sanitarios.
Creo que la adopción de esta directiva es muy importante y ayudará a reducir el CO2 del sector del transporte, especialmente estimulando el desarrollo de nuevas tecnologías limpias y estableciendo nuevos requisitos específicos para las emisiones de carbono derivadas del proceso de fabricación.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) El objetivo de este informe, el cual forma parte del «paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático», es mejorar la calidad del aire y ayudar en la lucha contra el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los combustibles usados en el sector del transporte, Hasta ahora, la Directiva sólo había regulado la calidad del combustible. Sin embargo, la enmienda propuesta introduce reducciones obligatorias en los gases de efecto invernadero que son el resultado de los combustibles.
Sobre todo, la ponente ha realizado un trabajo muy importante produciendo enmiendas que consideramos positivas y que son por lo general correctas y debidamente razonadas, con el objetivo de conseguir la máxima efectividad y la igualdad de condiciones de competencia, con objetivos ambiciosos aunque razonables. Además, es importante que la directiva sea neutra en términos tecnológicos, no debe alentar el uso de ningún combustible o tecnología concretos.
Por eso hemos votado a favor.
Duarte Freitas (PPE-DE), por escrito. – (PT) Este informe es muy importante porque, en un sólo documento, se establece como objetivo en primer lugar el mejorar la calidad del aire y reducir su contaminación, especialmente las emisiones de sustancias altamente contaminantes y tóxicas; y en segundo lugar ayudar a combatir el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los combustibles usados en el sector del transporte.
Esta es la primera vez que un objetivo de reducción se aplica a un producto específico (combustible) basándose en un análisis de su ciclo vital (extracción, producción, transporte, distribución y uso final), que indica la importancia de esta directiva.
Estoy satisfecho con el acuerdo entre el Parlamento y el Consejo y me gustaría subrayar el hecho de que la sostenibilidad se garantiza tanto en la producción como en el uso de los biocarburantes, lo que es vital para la viabilidad de esta directiva.
La Directiva sobre la calidad del combustible se convertirá en una herramienta fundamental en la lucha contra el cambio climático.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. - He votado a favor del informe Corbey. Europa tiene que desempeñar un papel fundamental en la reducción mundial de los gases de efecto invernadero y la aplicación de obligaciones vinculantes para los proveedores de combustible formarán una parte importante de dichas reducciones.
Erika Mann (PSE), por escrito. - En esta explicación de voto me gustaría felicitar a la ponente de la Directiva relativa a la calidad de los carburantes, Dorette Corbey; quien ha conseguido con éxito incorporar muchas demandas de esta Cámara en el compromiso final.
La Unión Europea debe basar sus políticas y reglamentos en datos científicos sólidos —un requisito tanto para la legislación de la UE como para las responsabilidades comerciales—. Como miembro de la Comisión de comerció, a menudo se dirigen a mí los socios comerciales cuando parece que la UE está regulando de forma arbitraria o por procesos políticos en vez de en referencia a conclusiones científicas.
Por lo tanto, estoy encantada de que la Directiva relativa a la calidad de los carburantes revisada no inclya una propuesta anterior de prohibir el aditivo para combustible MMT. La directiva revisada legisla a favor de continuar utilizando el MMT en reconocimiento de las conclusiones científicas a las que han llegado los mayores socios comerciales, incluidos Estados Unidos y Canadá. Lo que es más importante, la directiva revisada también exige que la UE lleve a cabo un examen científico. Creo firmemente, y la UE y el derecho internacional lo requieren, que las restricciones de uso del MMT se basen en la ciencia.
Debido a que otros Estados a veces modelan sus niveles de carburantes basándose en aquellos desarrollados en Europa, es esencial que la UE asegure que sus reglamentos sobre combustibles están firmemente apoyados por una base científica.
Andreas Mölzer (NI), por escrito. - (DE) En nuestros esfuerzos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estamos subvencionando la compra de combustibles tropicales. Así estamos cumpliendo tan solo superficialmente nuestras obligaciones de Kyoto y, en realidad, empeorando el problema. Considerando que, según los estudios, hasta un 46 % del carbono libre es absorbido por los bosques tropicales y un 25 % de las emisiones totales de carbono se deben a la deforestación, la UE ha hecho mal sus cálculos.
En toda la discusión sobre las emisiones de dióxido de carbono, hemos perdido de vista la imagen general, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la quema de madera, por ejemplo, deben tenerse en cuenta también. Además, no parece que se haya aclarado del todo hasta qué punto los motores actuales son adecuados para la utilización de biocarburantes. Todo el sistema está a medio hacer, y por eso me he abstenido de votar sobre este informe.
Jan Andersson, Göran Färm, Anna Hedh, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. - (SV) Somos críticos con la propuesta para establecer normas de comportamiento en materia de emisiones de los turismos. Nos habría gustado ver una propuesta más ambiciosa con multas más duras, un período más breve de tiempo y un establecimiento más claro de un objetivo a largo plazo. También somos críticos con el hecho de que la devolución del etanol se ha hecho tan pequeña que a duras penas es un incentivo para la inversión, a pesar del hecho de que el etanol contribuye a reducir las emisiones.
Sin embargo, hemos elegido votar a favor de la propuesta en su conjunto porque creemos que rechazarla habría dado como resultado una introducción mucho más tardía de los reglamentos medioambientales en la industria automovilística.
Jean Marie Beaupuy (ALDE), por escrito. – (FR) Con respecto al informe Sacconi por el que se establecen normas de comportamiento en materia de emisiones de los turismos nuevos, he votado contra la propuesta presentada para expresar públicamente mi pesar por no haber conseguido un acuerdo más favorable para el medio ambiente. Sin embargo, me gustaría que el voto positivo emitido por la mayoría de los diputados nos permitiese llevar a cabo rápidamente una serie inicial de respuestas, entonces, durante los próximos años, nos guiase hacia decisiones que reconcilien las necesidades de nuestro planeta y nuestra economía, especialmente teniendo en cuenta la situación de la industria automovilística.
Marielle De Sarnez (ALDE), por escrito. – (FR) El compromiso, tal y como está propuesto, no da una respuesta satisfactoria.
Lamento mucho que el objetivo para reducir las emisiones de CO2 de los turismos esté muy por debajo de los niveles que queríamos en el Parlamento. Lo que es más, este objetivo está sujeto a una evaluación de impacto. Estas dos decisiones no van en la dirección adecuada. Por el contrario, necesitamos niveles de emisiones estrictos a corto y a largo plazo, y necesitamos que esos niveles no se puedan modificar.
Además, el objetivo específico de reducir las emisiones de los fabricantes, penalizará precisamente a aquellos que ya son más virtuosos. El sistema de penalizaciones en el caso de que no se cumplan los objetivos es desfavorable para aquellos que hayan desarrollado los vehículos más respetuosos con el medio ambiente. La paradoja de esta legislación es que penaliza menos a aquellos que han contaminado más. Mientras que debería, de hecho, haber reconocido y apoyado los esfuerzos de los más virtuosos.
Edite Estrela (PSE), por escrito. – (PT) He votado a favor del informe del señor Sacconi por el que se establecen normas de comportamiento en materia de emisiones de los turismos nuevos. Teniendo en cuenta que el transporte por carretera es el responsable del 12 % de todas las emisiones de dióxido de carbono de la Unión Europea, considero que esta regulación, a pesar de no formar parte del «paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático», es vital para asegurar que la UE cumple su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 % para 2020.
Felicito al ponente por el papel decisivo que ha desempeñado en las negociaciones con el Consejo y con la Comisión Europea. Estas han culminado en un acuerdo fuerte y equilibrado que beneficiará a la industria automovilística y a los consumidores y protegerá el medio ambiente. Por eso es un modelo ambicioso aunque flexible que intenta cumplir con los objetivos de la reducción de emisiones contaminantes mientras que, al mismo tiempo, permite que las empresas del sector automovilístico se adapten gradualmente.
Anne Ferreira (PSE), por escrito. – (FR) Me he abstenido en la votación del informe «CO2 en los turismos», dado que siento que no tiene en cuenta suficientemente el impacto que tiene el parque de vehículos en el cambio climático.
Deberían haberse mantenido objetivos más ambiciosos, tales como lo aprobados en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo. Estos objetivos no podrían tener efectos negativos en la industria automovilística europea.
Las bajas cifras de la venta de vehículos este año, sobre todo, están conectas con el poder adquisitivo de los ciudadanos franceses y europeos, pero ciertamente no con una legislación que, en este aspecto, ya no está vigente.
Además no debemos olvidar que algunas multas se devolverán a las compañías automovilísticas para ayudarles a financiar sus programas de investigación.
Duarte Freitas (PPE-DE), por escrito. – (PT) El sector del transporte por carretera es la segunda mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero de la UE y, lo que es más importante, es un sector en el que las emisiones crecen continuamente. El significativo progreso realizado gracias a la tecnología automovilística no ha sido suficiente para neutralizar el efecto del aumento del tráfico y del tamaño de los coches.
La propuesta de Reglamento se adhiere al espíritu y a los objetivos de la UE, especialmente en lo referente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 20 % para 2020.
El hecho de que la propuesta legisle sobre una distribución del esfuerzo, estableciendo para cada fabricante un objetivo específico, es, en mi opinión, ejemplar.
También me parecen fundamentales los castigos impuestos sobre los fabricantes que no cumplan con sus objetivos.
Sobre todo, y teniendo en cuenta la situación actual, el acuerdo alcanzado es positivo para la UE. Por lo que respecta a la consecución de los objetivos que la UE se ha marcado a sí misma para combatir el cambio climático, seguro que este reglamento ayudará.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. - He votado a favor del informe Sacconi sobre las emisiones de CO2 de los turismos nuevos. Mientras que el compromiso no llega todo lo leos que podría idealmente, sin embargo, establece importantes objetivos para los fabricantes de automóviles y desempeñará un importante papel en la lucha contra el calentamiento global.
Stavros Lambrinidis (PSE), por escrito. – (EL) El Grupo del PASOK apoya, entre otros, el contenido de la enmienda 50, para asegurar el que el objetivo a largo plazo de los 95 gramos de CO2/km sea jurídicamente vinculante a partir de 2020. Votará en contra de la enmienda nominal aparte 2, ya que el objetivo de reducir las emisiones de los turismos debe conseguirse directamente, para el beneficio de la salud pública y el medio ambiente.
Kurt Joachim Lauk (PPE-DE), por escrito. - (DE) Me gustaría ofrecer la siguiente explicación de voto en nombre de los diputados de Baden-Württemberg pertenecientes a la Unión Cristianodemócrata de Alemania (CDU). Hemos votado a favor de la propuesta de Reglamento a pesar de que tenemos muchas reservas. Por un lado está bien instar a la industria automovilística a hacer reducciones de CO2, que es por lo que hemos votado a favor de esta propuesta. Por otro lado, deseamos aprovechar esta oportunidad para dejar claras nuestras reservas, las cuales pueden poner de manifiesto mediante tres puntos:
1. Los medios propuestos para conseguir las reducciones no exigen lo mismo a todos los fabricantes europeos, sino que afectan especialmente a los fabricantes de vehículos de grandes dimensiones que además sean innovadores. Esto golpea a los fabricantes alemanes más duramente que a otros fabricantes de la UE.
2. Aún o ha habido ninguna evaluación de impacto. Se ha retirado el primer borrador que establecía un descenso del 80 % (frente al 60 % actual) de la curva valor-límite.
3. Las multas se han establecido arbitrariamente, especialmente en la fase 4. Esto conducirá a dos niveles diferentes de precio del CO2: el precio de mercado utilizado en el mercado bursátil y el precio establecido arbitrariamente para la industria automovilística.
David Martin (PSE), por escrito. - He votado a favor de esta regulación que es una parte clave del paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático de la UE y que establece, por primera vez, requisitos legales para que los fabricantes reduzcan las emisiones de CO2 de todos los coches que se vendan en la UE (aunque ya estén fabricados). El objetivo para los nuevos parques automovilísticos de un nivel medio de emisiones de CO2 es inferior a los 120 g CO2/km a partir de 2012. Este objetivo se viene abajo hasta los 130 g CO2/km por medio de mejoras en la tecnología del motor y los 10 g adicionales deberán venir de «ecoinnovaciones» tales como nuevos diseños de climatización. Este reglamento es flexible calculando los objetivos de los fabricantes basándose en la media de su parque automovilístico, lo cual significa que pueden compensar un coche muy contaminante con otro menos contaminante.
Eluned Morgan (PSE), por escrito. - El carbono procedente del transporte constituye el 21 % de nuestras emisiones de carbono. Es esencial establecer objetivos ambiciosos en la industria automovilística para asegurar que se mantiene fiel a su objetivo voluntario, que ya ha dejado de cumplir en el pasado. Estableciendo unos altos niveles para los 500 millones de potenciales clientes europeos también establecemos niveles mundiales en la industria automovilística para que los siga el mundo. Con la sobrecapacidad de la industria automovilística mundial, es necesario que la UE se ponga en cabeza de la producción de coches ecológicos, que es donde los consumidores tienen más tendencia a volver en el fururo.
Angelika Niebler (PPE-DE), por escrito. - (DE) La industria automovilística ha sido muy duramente golpeada por la actual crisis económica. Muchas plantas automovilísticas alemanas han impuesto a la plantilla vacaciones de Navidad obligatorias desde principios de diciembre.
El reglamento aprobado hoy someterá a la industria automovilística alemana, especialmente a la bávara, a una dura prueba de resistencia que requería endurecimiento que requerirá de ella grandes esfuerzos.
Estamos encantados de notar, sin embargo, que a la industria se le han garantizado un régimen transitorio para la consecución de los objetivos de reducción acordados.
Por ejemplo, los requisitos deben introducirse paulatinamente. Al principio, en 2012, sólo será necesario que el 65 % de los nuevos turismos de la UE cumplan el objetivo acordado de un límite máximo medio de 120 gramos de CO2 por kilómetro. En 2015, todos los turismos nuevos deberán cumplir el objetivo. Además, para empezar, se permitirá un descuento de hasta siete gramos para «ecoinnovaciones» como techos solares o sistemas de aire acondicionado más económicos.
Sin embargo, lamentamos que el informe envíe el mensaje equivocado con las multas por exceder los valores acordados, ya que excederlos en 4 gramos o más implica una pena de 95 euros por gramo. Comparadas con los precios del CO2 que se aplican en el régimen de comercio de derechos de emisión, la carga de la industria automovilística es por tanto innecesaria y excesiva.
Seán Ó Neachtain (UEN), por escrito. – (GA) He enviado una opinión sobre el asunto a la Comisión de transportes. Dicha comisión estaba tan dividida que no consiguió aceptar ningún texto.
Siento que la mayor parte del texto de la Comisión era justo y realista, aunque faltaba un aspecto muy importante, que es incluir en la legislación un objetivo de medio a largo plazo.
Ciertamente comprendo que exista preocupación sobe el empleo pero debemos ser ambiciosos. Tenemos la obligación de proteger a nuestro mundo para las futuras generaciones y para hacerlo debemos estar preparados para tomar decisiones difíciles.
Y estos objetivos «verdes» no son poco realistas. Recientemente, se ha demostrado claramente que necesitan ponerse en marcha varias reformas en el sector automovilístico. La reforma medioambiental que necesita llevarse a cabo bajo una legislación ambiciosa no es sólo nuestro deber, también es una gran oportunidad, una oportunidad para aumentar el apoyo a la Investigación y Desarrollo en el sector automovilístico y para crear empleos y comenzar una nueva era para el sector. El desarrollo sostenible nos sólo beneficia al planeta; también podría beneficiar a la economía.
Daciana Octavia Sârbu (PSE), por escrito. – (RO) Las emisiones producidas por los turismos y sus efectos adversos no deben pasarse por alto en los esfuerzos de la Unión Europea para combatir los efectos del cambio climático. El Parlamento Europeo y el Consejo han acordado que para 2020, el nivel medio de emisiones del nuevo parque automovilístico no exceda de los 95 g de CO2/km. Actualmente, la industria automovilística se había comprometido a reducir las emisiones de dióxido de carbono a 140 g/km para 2008 como parte de un acuerdo voluntario firmado en 1998. en vista de la naturaleza voluntaria de este objetivo, los esfuerzos hechos para reducir las emisiones han sido insignificantes, con un nivel de 186 g/km en 1995 que descendió a 163 g/km en 2004.
El nuevo reglamento introduce un régimen obligatorio de reducción de las emisiones de CO2, incluido un sistema de multas para aquellos que no alcancen el objetivo, además de incentivos para crear tecnologías innovadoras. Para 2014, el 80 % del parque automovilístico será de acuerdo con los niveles, mientras que la multa por cada gramo que supere el límite será de 95 euros después de 2019. El compromiso final asegura el equilibrio entre las necesidades de los consumidores, la protección medioambiental y la política industrial sostenible.
Bart Staes (Verts/ALE), por escrito. - (NL) He votado contra el compromiso del informe Sacconi sobre las emisiones de CO2 de los turismos. Es un informe vergonzoso en el que los fabricantes de vehículos una vez más se libran del deber de construir coches que chupen menos energía y contaminen menos. Este informe lleva preparándose más de diez años. En un principio se compraba el tiempo firmando acuerdos voluntarios, que no se cumplían. El acuerdo de hoy es otro ejercicio de compra de tiempo. Las multas son despreciablemente bajas.
Se ha establecido un nivel de emisiones de 95 g de CO2/km para ser aplicado a partir del 1 de enero de 2020. En 1996, la industria acordó una emisión máxima de 140 g para 2008. ¿Cuál es la realidad? Que ahora tenemos una media de 162 g.
La verdad es que el pensamiento a corto plazo siempre prevalece. Preferimos pagar gran cantidad de dólares a los regímenes corruptos y no democráticos antes que invertir en una tecnología verde innovadora. El argumento ese de que estamos obligados a hacer esto por la crisis económica es una falacia. La industria automovilística sólo tiene futuro si opta por unos vehículos de elevada eficacia energética y e coches no contaminantes. Si ahora hay problemas, no hay nadie a quien culpar más que a sí mismo por las elecciones incorrectas a corto plazo que tomó en el pasado.
Silvia-Adriana Ţicău (PSE), por escrito. – (RO) He votado a favor del informe del señor Sacconi sobre normas de comportamiento en materia de emisiones de los turismos nuevos.
El sector del transporte por carretera es el responsbale del 70 % de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el sector del transporte en general. Esto se aplica, especialmente, a las zonas urbanas en las que la congestión del tráfico causa contaminación atmosférica en grandes conurbaciones. Por lo tanto, es vital que se mejoren las normas de comportamiento en materia de emisiones de los turismos nuevos. El compromiso que se ha conseguido establece ambiciosos objetivos para los fabricantes de automóviles, pero también les proporciona el período de tiempo necesario para adaptar sus líneas de producción a los nuevos requisitos. El acuerdo de remuneraciones que introduce para los coches ecológicos será un incentivo tanto para los fabricantes como para los consumidores. El cambio climático ayudará a cambiar las preferencias de los consumidores y también a relanzar la demanda de coches.
Es absolutamente necesario preservar los puestos de empleo y crear los requisitos previos para el desarrollo económico, especialmente en la actual crisis económica y financiera. La importancia del sector automovilístico también está reconocido por medidas especiales incluidas en el Plan Europeo de Recuperación Económica.
Thomas Ulmer (PPE-DE), por escrito. – (DE) He votado a favor a pesar de tener serias reservas. Por un lado está bien instar a la industria automovilística a hacer reducciones de CO2. Por otro, nos gustaría expresar nuestras serias reservas (véase el punto 3 en especial): 1. Los medios propuestos para conseguir las reducciones no exigen lo mismo a todos los fabricantes europeos, sino que afectan especialmente a los fabricantes de vehículos de grandes dimensiones que además sean innovadores. Esto golpea a los fabricantes alemanes más duramente que a otros fabricantes de la UE. 2. Aún o ha habido ninguna evaluación de impacto. Se ha retirado el primer borrador que establecía un descenso del 80 % (frente al 60 % actual) de la curva valor-límite. 3. Las multas se han establecido arbitrariamente, especialmente en la fase 4. Esto conducirá a dos niveles diferentes de precio del CO2: el precio de mercado utilizado en el mercado bursátil y el precio establecido arbitrariamente para la industria automovilística.
Glenis Willmott (PSE), por escrito. - He votado a favor de la legislación enmendada, tanto la propuesta para la reducción de las emisiones de CO2 procedentes de turismos como del paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático. Este es un paso muy importante para asegurarse de que Europa cumple sus objetivos de recortar las emisiones en un 20 % para 2020 y enviará el mensaje fuerte al resto del mundo de que Europa significa negocios para la convención del próximo año en Copenhague.
Ya tenemos la tecnología que nos ayudará a conseguir esos objetivos y no puede haber un ejemplo mejor de ello que el trabajo puntero que se está desarrollando en la Universidad de Loughborough, en mi circunscripción, que es conocida en el mundo entero por su desarrollo de tecnologías ecológicas y recientemente ha desvelado una estación de repostaje de hidrógeno, una de las dos que hay en Reino Unido.
Bairbre de Brún y Mary Lou McDonald (GUE/NGL), por escrito. - El Sinn Féin le otorga la mayor prioridad a la lucha contra el cambio climático. Reconocemos totalmente los profundos cambios necesarios para lograr el tipo de sociedad y de economía que pruebe ser medioambientalmente sostenible. Por eso apoyamos las medidas a nivel local, nacional, comunitario y mundial (a través de la convención de las Naciones Unidas sobre clima) que establezcan los objetivos vinculantes necesarios en las reducciones de CO2.
Concretamente sobre el informe Doyle sobre el régimen de comercio de derechos de emisión, hemos votado a favor, ya que el resultado asegura una mejora del actual régimen comunitario de comercio de derechos de emisión, a pesar de graves dificultades con el régimen en sí.
No estamos contentos con que la mayoría de las reducciones para alcanzar los objetivos de la UE puedan hacerse en realidad fuera de la UE, como se ha aprobado en el informe Hassi. Nos hemos abstenido.
Sobre el informe Davies relativo a la CAC y sin perjuicio de nuestra clara preferencia por las energías renovables, hemos votado a favor, ya que proporciona importantes medidas de seguridad, seguridad económica y responsabilidad. También nos habría gustado tener unas normas de comportamiento en materia de emisiones. Sin embargo, este informe legisla sobre una revisión dentro de lo posible.
Hemos votado contra el informe Sacconi sobre turismos, ya que debilita seriamente la propuesta de la Comisión.
Edite Estrela (PSE), por escrito. – (PT) He votado a favor del «paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático», que incluye los informes de Doyle, Hassi, Turmes y Davies, porque considero que el acuerdo al que han llegado el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión Europea es equilibrado y reconcilia la protección del medio ambiente con los intereses legítimos de la industria.
Era importante alcanzar un acuerdo en primera lectura, en otras palabras, a tiempo para que la Unión Europea presente una propuesta creíble en la próxima convención de Copenhague en 2009, para conseguir un acuerdo internacional y continuar con nuestro liderazgo en la lucha contra el cambio climático.
Neena Gill (PSE), por escrito. - He votado a favor del paquete sobre la energía y el cambio climático porque creo que el mundo está en una coyuntura crucial. Nos enfrentamos a un reto sin precedentes a nuestro estilo de vida. Pero sólo trabajando juntos pueden los Estados miembros conseguir un efecto. Es en todos los momentos como este en los que la UE necesita encarar sus responsabilidades y actuar como un líder mundial.
Y así lo ha hecho. Ningún otro país o grupo de países ha establecido un proceso legalmente vinculante con el alcance y el potencial de este paquete.
Los diputados Verdes de esta Cámara han argumentado que el paquete se había suavizado. Pero no están siendo realistas. La efectividad medioambiental del sistema no se está cuestionando. En vez de eso hemos encontrado un equilibrio factible entre la necesidad de que la industria continúe obteniendo beneficios en un momento difícil económicamente, las necesidades sociales de Europa y el futuro de nuestro medio ambiente.
Este es, por lo tanto, el paquete que los socialistas hacemos bien en apoyar y me alegro de haberlo hecho.
Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) El paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático sobre el que votamos hoy se supone que es representativo de una transición energética, económica y tecnológica.
De hecho, eso es lo que es. Las diversas medidas que se han propuesto van a cambiar de forma radical la «combinación» energética de los Estados miembros que conducirá a una política energética común, incluso única, provocará enormes gastos financieros, debilitará la competitividad de nuestras industrias y, por lo tanto, el empleo en Europa, aumentará el precio de la energía para los consumidores privados y las empresas, tendrá importantes consecuencias para los presupuestos nacionales, etc.
Por supuesto, se han establecido muchas exenciones para evitar los traslados. Eso, sin embargo, no es suficiente. Contra el actual telón de fondo de luna crisis generalizada, que se está convirtiendo en una a largo plazo, se necesita una cláusula de salvaguarda general que garantice que los intereses de la economía y de los trabajadores europeos están por encima, al menos por el momento, de los objetivos medioambientales, según sea necesario. También es necesario proporcionar un examen general del proceso si las próximas negociaciones internacionales no tienen éxito, y especialmente si los Estados Unidos y el gran número de países emergentes no se comprometen en las mismas proporciones ya que, en ese caso, el suicidio económico de Europa, que sólo emite el 15 % de los gases «artificiales» de efecto invernadero mundiales, habría sido en vano.
Dan Jørgensen (PSE), por escrito. - (DA) Los socialdemócratas daneses han votado a favor de la mayor parte del paquete de la UE sobre el clima porque, incluso aunque no habríamos deseado todos los métodos que en él se emplean, establece un objetivo ambicioso para la reducción de las emisiones de CO2 entre un 20 o un 30 %, dependiendo de si se llega a acuerdos internacionales o no.
Los socialdemócratas han votado en contra de la propuesta sobre el esfuerzo compartido (que equivale a decir la reducción en, por ejemplo, agricultura, transporte, etc.). El motivo es que es muy fácil comprar créditos en los países en vías de desarrollo para que la UE sea capaz de lograr del 60 al 70 % de su obligación de reducción comprando reducciones en los países más pobres del mundo. En realidad, eso significaría que los países más ricos se ven libres del cambio necesario y así no investigarán en el desarrollo tecnológico que es necesario para cumplir el objetivo a largo plazo de una reducción del 80 %.
Los socialdemócratas han votado contra la propuesta sobre las emisiones de CO2 de los turismos. Contrariamente a lo que la Comisión ha propuesto y directamente contra los resultados de la votación de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, la propuesta retrasará el requisito para la industria de emitir no más de 120 g CO2/km a partir de 2012 otros tres años más. La industria automovilística que ya firmó hace diez años un acuerdo voluntario para la reducción del CO2 y ha tenido una enorme cantidad de tiempo para ajustarse a las reglas necesarias si vamos a combatir el calentamiento global.
Marie-Noëlle Lienemann (PSE), por escrito. – (FR) He votado a favor de las cuatro directivas del paquete de medidas integradas sobre la energía y el cambio climático porque era muy importante para la UE adoptar dichos textos antes de 2009 y de las negociaciones internacionales. Posponerlo sólo habría retrasado la toma de acciones y habría acumulado retrasos, sin garantizar que el texto mejorase. He votado «SÍ»:
- porque se confirman los objetivos 3x20 (20 % de reducción de los gases de efecto invernadero, 20 % de reducción de la energía consumida, 20 % de energías renovables) y un aumento a un 30 % de reducción de los gases de efecto invernadero si se alcanza un acuerdo internacional más ambicioso;
- porque es vital, dado que los textos propuestos por el Consejo no van tan lejos como las propuestas de la Comisión y existe el riesgo de no conseguir los objetivos fijados —escalonándolos en el tiempo, con diversas exenciones, la posibilidad de financiar las reducciones de gas procedentes de fuera de la UE, lo que retrasaría la reducción del carbono de nuestras industrias, economías y medios de desarrollo—;
- como precaución, porque si no se cumplen los objetivos, el Parlamento tendrá que imponer nuevas políticas;
- porque es un primer paso. Siempre he creido que los regímenes de comercio de derechos de emisión no transformarían la industria ni nuestras actividades para reducir su impacto medioambiental. Debemos contemplar asignaciones significativas para la investigación y la innovación, estableciendo niveles y aranceles aduaneros para enfrentarse al dumping medioambiental, así como las políticas industriales y los fondos Europeos para acompañar los cambios.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. – (PT) Aunque los informes se enfrentan a diversos aspectos del paquete climático, es posible identificar un acercamiento global.
Dado que se prevé que el continúe el aumento general del consumo de energía y dado que dichas energías que emiten la mayor parte de CO2 también son las más caras, es fácil ver que la adopción de energías con menor nivel de emisiones de CO2 es necesario tanto económica como medioambientalmente. Por este motivo, es vital invertir en tecnologías que reduzcan el consumo de energía y en soluciones tecnológicas que reduzcan las emisiones que siempre habrá. Deben adaptarse aquellas industrias que producen bienes que emiten la mayor parte de CO2. Pueden, y deben, ser alentadas a producir bienes más avanzados tecnológicamente, especialmente a través de reglas de contratación gubernamentales, en lugar de siendo penalizados. Asimismo, aquellas industrias que emitan altos niveles de CO2 durante sus procesos de producción necesitan recibir apoyo para la investigación y la innovación a fin de ser más competitivas, en lugar de estar sujetas a reglamentos que penalizan la producción, haciéndola así inviable en Europa. Por último, existe una necesidad fundamental de reducir la dependencia energética, diversificando las fuentes y los proveedores. Este enfoque debe usarse para fomentar el uso de aquellas energías que emiten menos CO2.
- Recomendación para la segunda lectura Alejandro Cercas (A6-0440/2008)
Kader Arif (PSE), por escrito. – (FR) La posición común sobre el tiempo de trabajo que el Consejo ja sometido a la votación del Parlamento ha sido un auténtico paso atrás para los derechos de los trabajadores y una amenaza genuina a nuestro modelo social europeo.
Reuniendo una fuerte mayoría que lo apoya, el ponente socialista, el señor Cercas, a quien yo he apoyado con mi voto, ha conseguido echar por tierra esta visión del mundo laboral conservadora y reaccionaria, que es digna del siglo XIX. Junto con todos los socialistas, he apoyado una serie de enmiendas que garantizan los avances esenciales de los derechos de los trabajadores
Así hemos obtenido la revocación de la cláusula de exclusión voluntaria que permitía apartarse del límite de tiempo de trabajo e imponer hasta un máximo de 65 horas de trabajo a la semana. Del mismo modo, porque no podemos considerar el tiempo de guardia como descanso laboral, hemos posibilitado que siga contando como tiempo de trabajo. También hemos obtenido garantías con respecto al descanso compensatorio y la conciliación de la vida familiar y profesional.
Esta gran victoria de los socialistas europeos, apoyada por los sindicatos, es una victoria para todos los europeos. La Europa que abraza los mayores avances sociales, tales como los de hoy, es la Europa que protege a su pueblo.
Alessandro Battilocchio (PSE), por escrito. – (IT) Señor Presidente, Señorías, he votado a favor de la recomendación en cuestión, cuyo texto estuvo coordinado en el Parlamento por el señor Cercas. Nos hemos visto viviendo unas circunstancias extrañas en las que, desafortunadamente, la crisis financiera también está afectando a la economía real. Lo que necesitamos son decisiones que tengan un efecto positivo en nuestro sector manufacturero y, sobre todo, Europa debe prepararse a sí misma para los nuevos y difíciles retos de competencia que aparecen en el horizonte.
Estoy de acuerdo con la idea básica de crear un marco europeo para la elaboración de reglamentos sobre la ordenación del tiempo de trabajo. Es correcto, en este ámbito, fomentar una mayor implicación en la toma de decisiones por parte de los actores sociales y, en especial, de los sindicatos reformistas de toda Europa que intentan mantener un compromiso no sólo sobre la protección de los derechos de los trabajadores, sino también sobre la modernización y el crecimiento.
Adam Bielan (UEN), por escrito. – (PL) El tiempo activo e inactivo mientras se está de guardia es un asunto importante para muchas profesiones, especialmente para los médicos. Dividir los turnos en tiempo activo e inactivo es contrario al concepto de tiempo de trabajo y a los reglamentos clave de las condiciones laborables. ¿Es posible que alguien controle cuándo un medico se toma un descanso en el turno, o cuándo están llevando a cabo sus labores llevando a cabo un procedimiento de emergencia, dando tratamiento o planeando la siguiente operación? Además, los intentos por controlar estas cosas implicarían la utilización de inspectores y requeriría un coste absurdo. Tal movimiento sería simplemente incompatible con la ética profesional.
Derek Roland Clark, Michael Henry Nattrass, Jeffrey Titford y John Whittaker (IND/DEM), por escrito. - El UKIP reconoce el valor de ciertos elementos de la posición del Consejo sobre la preservación de los derechos de los británicos a trabajar, y hemos votado contra otras enmiendas de este informe que debilitaban específicamente esos elementos.
Sin embargo, la posición del consejo contiene muchos otros elementos con los que el UKIP no puede estar de acuerdo y por eso no puede votar a favor. Por eso nos hemos abstenido de votar en la enmienda 30.
Jean Louis Cottigny (PSE), por escrito. – (FR) La votación de hoy en el Parlamento Europeo es de vital importancia. El tiempo máximo de trabajo en Europa permanecerá en 48 horas, lo que permitirá a los países que tengan un régimen más favorable para los trabajadores dejarlo como está (como Francia, que tiene 35 horas). El Consejo quería aumentar este límite a 65 horas.
Las fuerzas de la izquierda y aquellas que defienden a los trabajadores, como la Confederación Europea de Sindicatos, pueden estar orgullosas de esta victoria.
No debemos olvidar a los médicos y a los estudiantes de medicina, ya que esta victoria también es suya. El tiempo de guardia del personal sanitario continuará contando como tiempo de trabajo.
Esta votación, que ha obtenido una gran mayoría, permitirá a 27 diputados del Parlamento Europeo afirmar su posición alto y claro ante los 27 ministros en el Comité de Conciliación.
Harlem Désir (PSE), por escrito. – (FR) Contra el actual telón de fondo de la crisis y la inseguridad social para los trabajadores, hoy el Consejo somete a la votación del Parlamento una posición común que supone una auténtica amenaza para los fundamentos del modelo social europeo, debilitando los niveles del tiempo de trabajo.
Aplicando una cláusula que se desvíe del límite semanal de 48 horas y sin contar el tiempo de guardia como tiempo de trabajo nos arriesgamos a crear una Europa con dos velocidades sociales, dividida entre trabajadores que pueden beneficiarse de protección social en sus Estados miembros y otros que no puedan rechazar el aceptar derechos sociales más reducidos.
Contrariamente a la discusión de la Comisión y ciertos Estados del Consejo de la Unión Europea, que representan como un progreso la libre elección del opt-out, he elegido apoyar las enmiendas del ponente, el señor Cercas, que son la expresión de la posición del Parlamento en la primera lectura en 2004.
Estas enmiendas exigen que la cláusula de exclusión voluntaria se revoque 36 meses después de la entrada en vigor de la directiva, que el tiempo de guardia se cuente como tiempo de trabajo (reconocido por el TJCE), al igual que las garantías referentes al descanso compensatorio y la conciliación de la vida familiar y profesional.
Brigitte Douay (PSE), por escrito. – (FR) He apoyado la posición del ponente, el señor Cercas, dado que la ordenación del tiempo de trabajo es un asunto vital para las vidas diarias de los ciudadanos europeos.
La manifestación masiva de los sindicatos europeos ayer en Estrasburgo mostró su compromiso por una mejor protección de los trabajadores.
Diversos aspectos de este informe han llamado mi atención y deberían defenderse, incluido, en especial, el fin de la exención del tiempo de trabajo semanal, que está actualmente establecido en 48 horas en la Unión Europea. Como otros socialistas europeos, estoy convencido de que para que los europeos prosperen es muy importante la conciliación de la vida familiar y profesional.
El informe Cercas, con los avances sociales que contiene, avanza en la dirección adecuada eliminando las medidas demasiado liberales que se aplican en algunos Estados miembros, quienes querían verlas extenderse por toda la Unión Europea.
Lena Ek (ALDE), por escrito. - (SV) Después de cuatro años intentando modificar la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, el Consejo de Ministros consiguió ponerse de acuerdo en una posición común el verano pasado. El acuerdo del Consejo contiene una opción de exclusión voluntaria, que permite a los actores sociales desviarse de las horas de trabajo semanales que ha desaparecido en la directiva. De esta forma, el modelo sueco de acuerdos colectivos queda protegido. Esto está totalmente en la línea del principio de subsidiariedad, la idea tras la cual las decisiones deben tomarse lo más cerca posible de ellos ciudadanos
La intención de la propuesta del Parlamento es excluir esta opción de exclusión voluntaria. Por eso he votado en contra.
Edite Estrela (PSE), por escrito. – (PT) He votado a favor de rechazar la posición común del Consejo ya que considero que no respeta los derechos legítimos de los trabajadores. El Parlamento Europeo ha adoptado una posición clara y muy significativa rechazando la posibilidad de una semana de trabajo de 65 horas.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL), por escrito. – (PT) La derrota que ha sufrido hoy el Consejo a manos de Parlamento Europeo es una importante victoria en la lucha de los trabajadores. El Consejo no ha conseguido que se aprueben sus inaceptables propuestas para modificar la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, lo que podría haber hecho peligrar las victorias duramente conseguidas durante los más de cien años de lucha de los trabajadores. Me gustaría subrayar en especial los intentos para ampliar la semana de trabajo media de 60 a 65 horas, para crear el concepto de «tiempo de trabajo inactivo», que por lo tanto no sería considerado como tiempo de trabajo, y para atacar el movimiento sindicalista. Todo esto ha sido rechazado, lo que también marca una derrota para el gobierno socialista portugués de José Sócrates, que se abstuvo en la posición común del Consejo.
Después de la votación de hoy en el Parlamento Europeo, la propuesta del Consejo no puede entrar en vigor. Sin embargo, puede abrir nuevas negociaciones con el Parlamento, en contraste con lo que habría pasado si la moción de rechazar la posición común del Consejo, presentada y defendida por nuestro Grupo, se hubiese aprobado.
Como resultado, a pesar de la importante victoria conseguida, esto no ha conseguido terminar la guerra contra la propuesta del Consejo y ciertas posiciones reformistas parecen preparados para aceptar algo en las próximas negociaciones.
Permaneceremos firmes en nuestra posición de rechazo y les pediremos a los trabajadores y a los sindicatos que estén atentos.
Neena Gill (PSE), por escrito. - He votado por mantener el «opt-out» ya que mi prioridad es, en primer lugar y ante todo, proteger los empleos de las West Midlands y asegurar que mi región mantiene una ventaja competitiva.
Siempre he trabajado duro para proteger a los trabajadores pero no creo que restringir las elecciones de las personas sea la mejor forma de conseguirlo. He hablado con muchos trabajadores y propietarios de PYME para los que el bajón económico está causando pérdidas de empleo y fracaso empresarial; me han pedido que mantenga su derecho a elegir. En mi experiencia, restringir las horas extra de la gente sólo favorece a aquellos que pueden permitirse capear el temporal y es importante que le demos a la gente los medios para apoyar a sus familias. Existen salvaguardas en la posición común para asegurarse de que los trabajadores no son explotados.
Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) La propuesta de Directiva de la Comisión es sin lugar a dudas típica de lo que la Europa de Bruselas llama flexibilidad y adaptabilidad, y se atreve a describir como social: el «opt-out» (es decir, la opción de exceder los niveles) para Estados o individuos, el limite de 78 horas laborales a la semana, no contar el tiempo de guardia como tiempo de trabajo, calcular el tiempo por contrato y no por persona, etc. En resumen, todo lo que permite la explotación de la gente en una situación de crisis que aumenta de nuevo el desempleo y empobrece a los trabajadores.
Por eso hemos votado a favor de las enmiendas de la Comisión de Asuntos Sociales y Empleo, pero también a favor de las de nuestros oponentes político, por que nos parece que van encaminados en la dirección adecuada, es decir, a favor de los trabajadores.
Me gustaría, sin embargo, señalar dos puntos adicionales:
- el ponente parece claramente más motivado por la imagen que ofrecería el Parlamento Europeo a los ciudadanos, si no aprobaba este informe seis meses antes de las elecciones, que por el bienestar de los ciudadanos;
- debemos permanecer atentos. No hay una mayoría en el Consejo que elimine el opt-out y existe el riesgo de que el informe que hemos aprobado hoy, que ya es un compromiso, no sea el último sobre el tema.
Małgorzata Handzlik (PPE-DE), por escrito. – (PL) El debate sobre las enmiendas a la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo ha suscitado un gran interés en muchos ámbitos, especialmente en los sindicatos y la patronal. La votación de hoy en el Parlamento Europeo no marca el final del debate. Esto se debe a que el Parlamento ha aprobado enmiendas que rechazan las propuestas del Consejo relativas a la ordenación del tiempo de trabajo. El proyecto de directiva se va a examinar ahora como parte del procedimiento de conciliación. Dadas las significativas diferencias de opinión existentes entre los Estados miembros y el Parlamento, se aumentan las dudas sobre si será adoptada.
Desechar la cláusula de exclusión voluntaria de la Directiva ha sido ciertamente una decisión desafortunada. Más concretamente, este movimiento podría tener consecuencias imprevistas para la continua prestación de servicios médicos, incluidos los de Polonia. En este punto, me gustaría enfatizar que apoyo el límite de tiempo de trabajo de 48 horas, con la opción de ampliarlo sólo con el consentimiento del trabajador. Me gustaría recalcar que la Directiva que está actualmente en vigor permite una semana de trabajo de 78 horas, una solución que no beneficia a nadie.
El compromiso propuesto por el Consejo habría garantizado un enfoque equilibrado, respetando los distintos modelos de mercados laborales, así como los derechos laborales. Espero que las futuras negociaciones entre el Parlamento y el Consejo culminen con una solución que satisfaga a todos los interesados, teniendo en cuenta los detalles específicos de las afirmaciones hechas por la profesión médica, que está preocupada por los cambios que contiene esta Directiva.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. - Creo que es esencial que los trabajadores tengan la opción libre y voluntaria de elegir las horas que trabajan. Si va a haber alguna continuación de las disposiciones de exclusión voluntaria, se debe proteger a los trabajadores de la explotación. La posición común intenta conseguir este equilibrio, sigue permitiendo a los individuos el «opt-out» del límite máximo de trabajo semanal de 48 horas (de media) que está contenido en la Directiva que introduce nuevas salvaguardas para evitar que se explote a los individuos.
Estas incluyen una prohibición de firmar el «opt-out» al mismo tiempo que el contrato de trabajo, un período de «enfriamiento» de seis meses en el que los trabajadores pueden cambiar de opinión y el requisito de que los trabajadores renueven su acuerdo de exclusión voluntaria todos los años.
El texto de la posición común intenta retener la flexibilidad del opt-out individual mientras que refuerza importantes mecanismos de protección para trabajadores y, en definitiva, he decidido votar a favor de la propuesta de compromiso, es decir, de mantener el opt-out.
La posición del Parlamento favorece que no haya excepciones a las 48 horas máximas de tiempo de trabajo (calculadas en 12 meses), y afirma que el opt-out debe finalizar tres meses después de la adopción de la directiva. También dice que cualquier período de tiempo de guardia debe contar como tiempo de trabajo.
Anneli Jäätteenmäki (ALDE), por escrito. - (FI) Si la propuesta del Consejo de Ministros hubiese sido aprobada por el Parlamento, más de 10 millones de trabajadores habrían quedado excluidos de la protección del tiempo de trabajo en la UE. Por este motivo en concreto voté a favor de la vista del Parlamento en primera lectura.
La posición del Consejo sobre la regulación del tiempo de trabajo para los trabajadores del sector de la educación no habría sido más que un salto hacia atrás. No habría sido aceptable para el consejo excluir al personal de nivel superior —cuyo número en Finlandia llega a 130 000— completamente de la protección del tiempo de trabajo.
El mercado interior europeo necesita unas normas comunes y claras sobre el tiempo de trabajo. La posición del Consejo habría echado por tierra la protección del tiempo de trabajo y habría supuesto una amenaza para el desarrollo de la vida laboral en Europa.
Tunne Kelam (PPE-DE), por escrito. - He votado contra esta Directiva para eliminar el «opt-out». Creo firmemente que, en primer lugar, toda persona debería ser libre de elegir su propio tiempo de trabajo. También creo que dicha regulación es una violación del principio de subsidiariedad, por el que se rige el derecho del trabajo. Cada Estado debería estar encargado de regular el tiempo de trabajo de sus respectivos países.
Después de la votación, me gustaría preguntar si la aprobación de esta Directiva por el Parlamento Europeo significa que el siguiente paso a tomar es regular si los ciudadanos europeos tienen tiempo libre y cuánto es.
Roger Knapman y Thomas Wise (NI), por escrito. - Habiendo votado en contra de la enmienda, tan solo busco proteger el «opt-out» del Reino Unido de la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, que la enmienda, si se aprobara, aboliría.
Mi voto no debería verse, en ningún caso, como un apoyo a la posición común de la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo en su conjunto.
Eija-Riitta Korhola (PPE-DE), por escrito. - (FI) Señor Presidente, me gustaría dar mi explicación de voto sobre el principio del «opt-out» en la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo. En primer lugar, esta ley intenta proteger a los trabajadores. Además del agotamiento psíquico como problema humano, también reduce la productividad. La posibilidad de oportunidades mejoradas para la conciliación de la vida familiar y profesional depende mucho de los valores europeos, y el asunto del tiempo de trabajo es un factor contribuyente. Por lo tanto hay un argumento sólido para las restricciones del tiempo de trabajo.
En segundo lugar, deberíamos hacer posible la consideración de las circunstancias individualizada. Es importante una oportunidad para la flexibilidad tanto para el empleador como para el empleado. La flexibilidad también ayuda a mejorar la conciliación de la vida familiar y profesional.
Apoyo la idea de una semana de trabajo de 48 horas pero creo que es muy importante tener un período de transición lo suficientemente largo. En mi opinión, un período de transición es la mejor forma de garantizar la flexibilidad que el opt-out. Hagamos hincapié en que Finlandia no cree necesario quitar la opción del opt-out, y que eso es algo bueno.
Carl Lang (NI), por escrito. – (FR) El proyecto de directiva sobre el tiempo de trabajo, a veces criticado, después rechazado en 2005, era claramente una herramienta ultraliberal e internacionalista, todos sus aspectos forman un arsenal antisocial que podría dar lugar a abusos, en especial, con el principio de opt-out, que permite que la semana de trabajo máxima de 48 horas se exceda. Podría pedírsele a un trabajador que trabajase hasta 78 horas a la semana. El informe del señor Cercas parece que ha intentado alcanzar un compromiso aceptable. Tal y como está modificado, intenta ser, sobre todo, un mensaje político dirigido a los trabajadores y a los sindicatos europeos.
En cambio, no hace ninguna mención a los problemas a los que se enfrentan otras profesiones cuando se reduce excesivamente el tiempo de trabajo, hasta las 35 horas. Esto se aplica especialmente a las profesiones de la sanidad: hospitales, servicios de emergencia, etc. La cuestión de regular el tiempo de trabajo y la libertad de trabajar turnos más largos o más cortos exige una respuesta que va más allá de una ideología neomarxista o ultraliberal, en favor de un enfoque más pragmático y realista.
Mientras que esta recomendación pretende tranquilizar, mientras su objetivo es asegurar la salud y la seguridad de los trabajadores europeos y permitirles conciliar de la vida familiar …
(La explicación de voto se interrumpe de conformidad con el artículo 163 del Reglamento)
Astrid Lulling (PPE-DE), por escrito. - (DE) Me llevó algún tiempo decidir la posición correcta en esta controvertida Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo. Estaba inundada de opiniones sobre la posición común, que también ha aprobado mi gobierno.
Las pequeñas y medianas empresas nos han pedido que aprobemos la solución pragmática de los Ministros de Trabajo, especialmente en vista del clima económico actual. Muchos trabajadores y profesionales liberales, como por ejemplo las organizaciones de bomberos y los actores, han pedido que lo dejemos en la solución pragmática pero que les permitamos el opt-out, para mantener las disposiciones de la flexibilidad del tiempo de trabajo en su ocupación concreta.
Los sindicatos, comprensiblemente preocupados por la posibilidad de que los horarios del siglo XXI sean mayores que las 48 horas acordadas como la semana de trabajo máxima por la Organización Internacional del Trabajo en 1919, se han declarado en contra de este pragmatismo.
También está claro que el tiempo de guardia de los médicos y del personal de enfermería de los hospitales debe considerarse de forma diferente que los servicios de guardia que los trabajadores desempeñan a domicilio, que realmente es una situación de disponibilidad.
Dado que la brecha entre aquellos que ven la posición común como su única forma de salvación y aquellos que la condenan de la mayor forma posible parece insalvable, debería votar de una forma que necesite la conciliación, por que es la única forma de conseguir un compromiso sensato y humano con el Consejo.
Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. - (SV) La lista de junio cree que es en primer lugar y ante todo un actor social y, en segundo lugar, el Parlamento sueco debería establecer nuestro reglamento sobre horarios de trabajo. Este enfoque tiene un gran apoyo público y el exitoso movimiento sindicalista sueco solía decir que los actores sociales deberían decidir tales asuntos en acuerdos colectivos sin implicación del Estado.
Ahora, el movimiento sindicalista, tanto en Suecia como en otros países de la UE ha cambiado de parecer y por eso pide mayores cambios en la posición común del Consejo. Ahora es una cuestión de la transferencia de poder del mercado laboral sueco, no a aquellos a quienes han elegidos los ciudadanos suecos, sino a Bruselas. La razón está preocupada por que los Estados miembros aprovechen las ventajas competitivas y arriesguen la salud pública con horarios de trabajo mayores y reglamentos irresponsable para el tiempo de guardia.
Sin embargo, los países de la UE son Estados democráticos regidos por el derecho y apoyan el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Tienen movimientos sindicalistas libres. Los países que no cumplen con esos criterios no se aceptan como miembros. Entonces, ¿existe ese problema?
Me gustaría mantener que la nueva situación que ha surgido debería tratarse en un proceso de conciliación entre el Parlamento y el Consejo. Por eso he votado a favor de la enmienda del tiempo de guardia y del opt-out del Reino Unido para fomentar este tipo de proceso político.
David Martin (PSE), por escrito. - Apoyo este informe que salvaguardará los derechos de los trabajadores, poniendo fin a la explotacion en los horarios. La Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo limita la semana de trabajo a 48 horas, calculadas como promedio de 12 meses y entrará en vigor en 2012. Apoyo la clasificación del tiempo de guardia en esas horas, proporcionandoles a los trabajadores más tiempo con sus familias. Trabajar más de 48 horas a la semana tiene graves riesgos para la salud, siendo el más importante la relación entre los turnos largos y las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus y trastornos musculoesqueléticos. Apoyo el impacto positivo que tendrá este informe en la salud y la seguridad en el trabajo y la prevención de accidentes. Muchos accidentes se han producido a consecuencia de la privación de sueño debida a horarios excesivos, por ejemplo el el accidente ferroviario de Paddington. Este informe conllevará una mejora real en el nivel de vida de miles de empleados escoceses, y por eso lo apoyo.
Erik Meijer (GUE/NGL), por escrito. - (NL) Hoy fuerzas por toda Europa que ven la actual carencia de protección laboral en los nuevos Estados miembros del Este como una ventaja competitiva importante que les permite a las compañías reducir sus costes salariales. La Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, como el Consejo querría verla, llevará a horarios más amplios por menos dinero. Está completamente fuera del alcance de los votantes entender porqué la cooperación entre sus países dentro de la UE debería conducir a un cambio a peor, en vez de a mejor.
Según esta propuesta, las exenciones a corto plazo que amplían los horarios debido a picos de producción o a la temporada alta turística podrían utilizarse todo el año. Los servicios de guardia de los bomberos, por ejemplo, no se pagarán ya más. Una mayoría de este Parlamento quería ponerse de acuerdo antes, a condición que el opt-out actual se retirase paulatinamente en unos pocos años. El Consejo, sin embargo, querría hacer permanente dicho opt-out y ampliarlo, de hecho. Ciertamente, bao dichas circunstancias, una Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo no es bien recibida.
Eso sólo debilitaría regulaciones nacionales superiores en muchos Estados miembros de la UE. La espiral tiende ahora a descender hacia el nivel inaceptable de los nuevos Estados miembros. Por suerte, una amplia mayoría ha hablado hoy a favor de finalizar la opción de exención en tres años.
Willy Meyer Pleite (GUE/NGL), por escrito. – (ES) Hoy he votado a favor de las enmiendas del informe Cercas por entender que es la única manera de parar la propuesta de Directiva del Consejo sobre la ordenación del tiempo de trabajo.
En mi Grupo desde siempre nos hemos opuesto a esta Directiva, y por ello hemos presentado una enmienda de rechazo a la totalidad por entender que supone un grave retroceso en los derechos de los trabajadores. La propuesta de Directiva individualiza las relaciones laborales (cláusula opt-out) en virtud de la cual empresario y trabajador pueden acordar el aumento de la jornada laboral hasta 60 horas.
A pesar de que las enmiendas del informe Cercas suavizan el texto de la Directiva, empeoran la situación actual (mantienen la cláusula opt-out durante tres años y aumenta a seis meses el periodo de referencia para el cómputo de las horas). Para mi Grupo, el informe Cercas no va en la dirección correcta de garantizar la jornada laboral de 35 horas semanales por ley y con igual salario, para hacer efectiva la redistribución de la riqueza.
A pesar de esto, he votado a favor por ser la única opción estratégica a fin de paralizar la Directiva del Consejo, obligándole a ir a la conciliación.
Seán Ó Neachtain (UEN), por escrito. - Acojo con agrado el informe Cercas. Es primordial salvaguardar el elemento social y humano de la toma de decisiones de la UE. La votación de hoy demuestra claramente que todos los ciudadanos desean un ambiente de trabajo mejor, más seguro y estable. En los últimos años en Irlanda, ha habido importantes desarrollos legales y acuerdos de asociación social, incluida la creación de la Autoridad nacional de derechos laborales, que supera muchos niveles mínimos establecidos en diversas directivas.
La consecución de un acuerdo en el Consejo ha sido un camino largo y tortuoso. Es importante recalcar que los mejores garantes de los derechos de los trabajadores son la legislación clara, los mecanismos de aplicación y los acuerdos de asociación. Inevitablemente, debe haber cierto grado de flexibilidad, pero este debe basarse en asociaciones iguales negociando cualquier alternativa de cambio en las prácticas laborales.
El principio de subsidiariedad es el mejor método de conseguir el mecanismo correcto para permitir al gobierno a los actores sociales conseguir el equilibrio adecuado. Sin embargo, no debe permitirse que la idea de la flexibilidad lleve a la reducción de la salud y la seguridad de los trabajadores. En Irlanda, el gobierno no sólo ha incluido dichos principios en las conclusiones del Consejo, sino que ha otorgado por escrito una garantía a los sindicatos de que continuará desarrollando dichos puntos.
Lydie Polfer (ALDE), por escrito. – (FR) He votado a favor del informe Cercas, que se opone a algunas de las propuestas del Consejo de junio de 2008, que intentaban modificar sustancialmente la Directiva relativa a diversos aspectos de la ordenación del tiempo de trabajo, vigente desde 1993.
De hecho, sólo puedo apoyar al ponente, quien recomienda la retirada paulatina, durante tres años, de cualquier posibilidad de exención (cláusula opt-out) el máximo tiempo legal de trabajo, que asciende a 48 horas semanales para cada trabajador.
En lo referente al tiempo de guardia, para mí está claro que es absolutamente esencial, incluidos los períodos inactivos, que se considere tiempo de trabajo.
Votando a favor del informe Cercas, la Comisión de Asuntos Sociales y Empleo del Parlamento Europeo ha adoptado una posición equilibrada que protege a los trabajadores europeos, y es una posición que comparto.
Si se aplicasen las medidas recomendadas por el Consejo supondrían un paso atrás en relación a los derechos actuales de los trabajadores, que no corresponderían a una Europa que se supone competitiva y social.
Pierre Pribetich (PSE), por escrito. – (FR) He votado a favor de todas las enmiendas propuestas por mi colega del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, el señor Cercas, para defender los logros sociales en Europa, y los tres temas siguientes en especial, que me parecen fundamentales.
Limitar la semana de trabajo a 48 horas es una necesidad que hemos defendido con uñas y dientes, ya que evita que los Estados miembros impongan a sus trabajadores unas condiciones de trabajo que no respeten su derechos sociales fundamentales.
Respecto a mantener el tiempo de guardia como tiempo de trabajo, lo mismo se aplica a la salud y la seguridad del personal cuidador, pero también a los bomberos, a otros sectores sujetos a tiempos de guardia y a todos los ciudadanos europeos.
El fomento de la conciliación de la vida familiar y profesional es el último logro, pero no el menos importante. Permite a nuestros ciudadanos conseguir un equilibro esencial para su bienestar.
He prometido, junto con mis colegas del Grupo del PSE, defender los derechos sociales de los ciudadanos. Esta es una rotunda victoria para los Socialistas Europeos contra las propuestas del Consejo Europeo, que eran consideradas inaceptables. Como dice mi colega, el señor Cercas, les hemos dado la oportunidad de rectificar una decisión pobre.
Luís Queiró (PPE-DE), por escrito. – (PT) Comparando el trabajo adecuado y el descanso con la necesidad de competitividad e incluso la viabilidad económica nos fuerza a elegir cuál valoramos más. Por nuestra parte, la prioridad debe ser mantener y promover el empleo.
El empleo depende de la viabilidad de los compromisos. Por ese motivo debe haber sensibilidad y entendimiento por la necesidad de adaptar las normas del empleo a la realidad económica. La realidad, sin embargo, no es un criterio suficiente. Con el paso del tiempo hemos buscado y reivindicado el éxito del modelo capitalista, que nos ha permitido producir más y mejor y ofrecer mejores condiciones de vida. Estos objetivos permanecen. Por eso, mientras que favorecemos un compromiso que defienda la economía, nunca podríamos aceptar que se consiguiera a costa del progreso fundamental que se ha hecho.
Sin embargo, hay un aspecto que debe subrayarse. Si miramos al debate en el Consejo, es muy obvio que aquellos países que han expresado la mayoría de las reservas sobre la solución encontrada están entre aquellos con un peor desempeño económico. Los reglamentos que protegen a los trabajadores servirán de muy poco si cada vez hay menos trabajo y si de este modo fomentamos la migración a los países con opt-out, ya estén dentro o fuera de Europa.
Martine Roure (PSE), por escrito. – (FR) La crisis mundial está afectando a los derechos fundamentales de los trabajadores y, como resultado, hay una demanda cada vez mayor de una Europa social por parte de los ciudadanos europeos. Los gobiernos europeos, sin embargo, continúan ignorando esta realidad. Por eso estoy encantada con la aprobación hoy de la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, que puede proporcionar una respuesta a estos cambios sociales. Este es un poderoso mensaje que ha enviado el Parlamento Europeo al Consejo. Los gobiernos deben aceptar ahora sus responsabilidades y cumplir las expectativas de los ciudadanos.
De hecho, este texto legisla, entre otras cosas, sobre el establecimiento de una semana de trabajo que no puede, bajo ningún concepto, exceder de las 48 horas semanales para toda la Unión Europea. Establece un límite máximo para toda Europa que no afectará a los Estados que tienen disposiciones más favorables. Otras medidas incluyen el contar el tiempo de guardia, incluidos los períodos inactivos, como tiempo de trabajo. Por último, también podemos estar contentos con la eliminación de la cláusula opt-out.
Toomas Savi (ALDE), por escrito. - Me molesta mucho la idea de que la libertad de las personas para trabajar se restrinja a 48 horas a la semana. Ni la Unión Europea, ni los Estados miembros deberían poner limites a alguien que desea hacer horas extra o tener varios empleos a tiempo parcial y deberían asumir que el empleador no ha coaccionado al empleado para hacerlo. Por consiguiente, he votado contra la abolición progresiva del derecho de los trabajadores al opt-out del máximo de 48 horas a la semana.
Haciéndolo, les negaríamos a las personas su derecho a alcanzar su potencial y contradiríamos la estrategia de Lisboa. No estamos mejorando la competitividad intentando introducir una legislación que reduce la flexibilidad de nuestra mano de obra. La Unión Europea se convertirá en una economía innovadora y del aprendizaje que pueda superar la baja productividad y el estancamiento del crecimiento económico sin establecer fronteras sino promoviendo la liberalización del mercado laboral.
Olle Schmidt (ALDE), por escrito. - (SV) El derecho del trabajo y los horarios son dos de los pilares del modelo de mercado laboral sueco. En la votación de hoy de la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo, por lo tanto parece natural seguir la línea sueca y defender el modelo del acuerdo colectivo siguiendo el compromiso alcanzado en el Consejo. Desafortunadamente, no hubo ninguna oportunidad para apoyar ninguna de las enmiendas individuales que eran buenas, ya que podría haber tirado abajo el compromiso entero. El compromiso del Consejo permite los opt-out, lo que asegura que podamos mantener el modelo sueco. El hecho de que los socialdemócratas eligieron poner en peligro nuestro sistema sueco a favor de más legislación europea es extraño y cuestiona su apoyo al modelo de mercado laboral sueco.
Bart Staes (Verts/ALE), por escrito. - (NL) La regulación de los horarios de trabajo ha calado en el mismísimo corazón de la Europa social, sopesando, como lo hace, la protección de los empleados contra una organización flexible del trabajo. El Consejo de Ministros se centra en la flexibilidad. Es inaceptable para los empleadores de los Estados miembros que se acogen al opt-out negociar horarios de trabajo más amplios que puedan llegar incluso a las 65 horas semanales. Este reglamento de exención deberá retirarse por completo paulatinamente tres años después de la entrada en vigor.
¿Cuál es el uso de los acuerdos comunes sobre la salud y la seguridad en el trabajo si eso es lo que persiguen los Estados miembros? Una semana de trabajo media de 48 horas, calculadas en base a un año, ofrece un alcance más que amplio para absorber los picos de trabajo y para respetar al mismo tiempo los períodos de descanso necesarios. Aumentar esta media es equivalente a darles a los empleadores permiso para no pagar en el futuro las horas extra.
Además, es absurdo no incluir los servicios de guardia que pueden pasarse dormidos como tiempo de trabajo. Quien quiera que esté de guardia está en estado de alerta y eso debe ser remunerado, igual que los períodos de descanso deben respetarse. El personal cansado puede ponerse a sí mismos, y a otros, en peligro. El trabajo no debería ser a costa de una alta calidad de vida. Hoy hemos enviado un fuerte mensaje al Consejo. El procedimiento de conciliación que viene a continuación debería conducir a una Europa más social.
Catherine Stihler (PSE), por escrito. - La votación de hoy del Parlamento para eliminar el opt-out de la Directiva relativa a la ordenación del tiempo de trabajo debe ser bien recibida. Demasiadas personas no tienen más remedio que trabajar turnos más largos porque se lo exigen sus empleadores. El principio básico del derecho del trabajo es proteger a la parte más débil: el empleado. Hoy se ha dado el primer paso en el camino a la conciliación para terminar con el opt-out. Fue una negligencia del Consejo de Ministros el que nadie estuviese presente durante la votación.
Kyriacos Triantaphyllides (GUE/NGL), por escrito. – (EL) La posición común que nos ha hecho llegar el Consejo de Ministros de Trabajo, Política Social, Sanidad y Consumo el 9 de junio de 2008 forma parte del objetivo permanente de las fuerzas neoliberales que reinan actualmente en la UE para liberalizar las relaciones industriales y debilitar el papel de los sindicatos y los derechos de los trabajadores.
La cláusula de exención automática anima a los empleadores a eliminar los tiempos de trabajo fijos y regulados, mientras que la cláusula de la media de los doce meses añade un golpe más para la permanencia del empleo. Por lo que se refiere al tiempo de guardia, el tiempo de trabajo se ha dividido, con el resultado de que el tiempo de inactividad no cuenta como tiempo de trabajo.
Por eso apoyo las posiciones y las enmiendas presentadas por el Grupo GUE/NGL que buscan el rechazo total de la posición común del Consejo y la eliminación de la cláusula de exención automática así como de las enmiendas presentadas sobre la eliminación de la duración del período de referencia y la división del tiempo de guardia en tiempo de actividad y de inactividad.
Dominique Vlasto (PPE-DE), por escrito. – (FR) Las enmiendas 23 y 24 del informe Cercas, referentes al trabajo dominical han sido consideradas inaceptables sobre la base del cumplimiento del principio de subsidiariedad. Es una excelente decisión con la que estoy totalmente de acuerdo.
Me parece inapropiado que la Unión Europea legisle sobre el trabajo dominical e imponga una solución uniforme a sus Estados miembros, cuando la negociación individualizada permite encontrar soluciones voluntarias y aceptables. Mientras que es esencial regular adecuadamente las posibilidades del trabajo dominical, creo que lo deberían hacer los Estados miembros, teniendo en cuenta los aspectos sociales específicos y la naturaleza de las actividades. También me parece igualmente importante tener en cuenta la situación económica local en las zonas turísticas, de montaña o de balnearios, en las que la actividad es esencialmente estacional. Abrir las tiendas ciertos domingos al año tiene mucho sentido en este caso.
Este enfoque basado en la libre elección es el adoptado por el Gobierno francés y permitirá encontrar soluciones justas y equilibradas basadas en el trato individual. Reafirmando la aplicación del principio de subsidiariedad, el Parlamento Europeo ha decidido no evitar que esas políticas tengan en cuenta diferentes contextos sociales y económicos.
Jan Andersson, Göran Färm, Anna Hedh, Inger Segelström y Åsa Westlund (PSE), por escrito. - (SV) Nosotros, los socialdemócratas suecos lamentamos el hecho de que el número de muertes en accidentes de tráfico en la UE no haya descendido hasta el nivel requerido por los objetivos del Programa europeo de Seguridad Vial. Acogemos con agrado un seguimiento transfronterizo mas efectivo de las infracciones de tráfico y el establecimiento de un sistema de información electrónico como medios para aumentar la seguridad vial. Esta siempre será una prioridad para nosotros. Por desgracia, la propuesta carece de base legal si un país elige tratar las infracciones de tráfico como un asunto administrativo dentro del ámbito del derecho penal, como en el caso de Suecia y de varios Estados miembros más.
Como consecuencia, será difícil aplicar la directiva en Suecia y en otros Estados miembros, mientras que la base legal para toda la directiva también puede ser cuestionada. Por lo tanto hemos decidido abstenernos.
Alessandro Battilocchio (PSE), por escrito. – (IT) Señor Presidente, Señorías, Apoyo totalmente el informe de Inés Ayala Sender, cuyo objetivo es conseguir: ampliar la legislación básica a los aspectos de la seguridad vial de los 27 Estados.
Gracias a nuestros esfuerzos conjuntos, estamos viviendo en una Unión de 27 países, en la que la movilidad de las personas y de los bienes ya no es una quimera sino una realidad física diaria. En este contexto, es totalmente inapropiado tener diferentes legislaciones en este ámbito.
Creo que en términos de seguridad vial, ahora es posible poner en funcionamiento instrumentos de vigilancia que permiten reducir considerablemente los peligros y los riesgos —por ejemplo, estoy muy impresionado con el sistema Tutor probaado en diversas autopistas italianas, cosa que ha recortado los accidentes de tráfico en esos tramos en un 50 %. Con este informe nos encaminamos en la dirección adecuada—.
Charlotte Cederschiöld, Christofer Fjellner, Gunnar Hökmark y Anna Ibrisagic (PPE-DE), por escrito. - (SV) A través de la propuesta de Directiva, la Comisión desea introducir normas para las sanciones pecunarias para ciertas infracciones de tráfico cometidas en Estados miembros distintos del Estado del conductor. En la propuesta de la Comisión y el Parlamento, el asunto se trata por medio de un proceso de toma de decisiones supranacional bajo el primer pilar de la UE. Sin embargo, al igual que el Gobierno sueco, creemos que, dado que su propósito se relaciona con el derecho penal, la propuesta de Directiva debe tratarse en una base intergubernamental dentro del marco de la cooperación legal bajo el tercer pilar de la UE. Por eso hemos escogido abstenernos.
Carlos Coelho (PPE-DE), por escrito. – (PT) En 2001, la Unión europea se impuso el objetivo bastante ambicioso de reducir a la mitad el número de muertes en accidentes de tráfico para 2010. Aunque las cosas empezaron bien, pronto comenzamos a ver una ralentización en el progreso, que terminó estancándose el año pasado (cuando murieron unas 43 000 personas en las carreteras de los 27 Estados miembros).
Como resultado, necesitamos urgentemente estimular la persecución de este objetivo y crear un nuevo enfoque de la política de seguridad vial en Europa. Esta grata propuesta está limitada a las cuatro infracciones que causan la mayor parte de los accidentes y de las muertes en carretera (75 %) y que son comunes a todos los Estados miembros, a saber: el exceso de velocidad, la conducción en estado de embriaguez, no hacer uso del cinturón de seguridad y no respetar un semáforo en rojo.
Hasta la fecha ha habido un sentimiento de impunidad generalizado, ya que en muchos casos las sanciones terminaban sin surtir ningún efecto.
En una Europa sin fronteras interiores, está situación es inaceptable ya que no podemos permitir diferentes tratamientos de los ciudadanos dependiendo de si son residentes o no. La ley debe aplicarse de igual forma para todos los ciudadanos.
Al mismo tiempo, debemos mejorar la seguridad vial para reducir el número de muertes en las carreteras europeas.
Avril Doyle (PPE-DE), por escrito. — El informe de la diputada Sender propone mejorar la seguridad vial en Europa haciendo que las sanciones impuestas en un país miembro sean aplicables en otro. Propone, además, el establecimiento de una red europea de intercambio de datos donde los datos de cuatro infracciones en particular: el exceso de velocidad, la conducción en estado de embriaguez, la circulación sin hacer uso del cinturón de seguridad y el incumplimiento de la señalización de los semáforos en otro Estado miembro —acciones que ponen en peligro la vida de todos los usuarios de la red de carreteras sin ninguna necesidad— se registren y transmitan al Estado miembro donde esa persona resida legalmente y se apliquen las sanciones adecuadas para ese tipo de infracciones.
Hay que encontrar los medios adecuados para lograr un equilibrio entre la necesidad de imponer sanciones adecuadas a las infracciones de tráfico en la UE y establecer una base jurídica sólida para crear dicha red e intervenir en materias que son consideradas competencias nacionales. Las sanciones son diferentes en cada Estado miembro, en algunos las infracciones de tráfico son multas administrativas y oficiales, y en otros, como Irlanda, pertenecen al código penal nacional.
Hélène Goudin and Nils Lundgren (IND/DEM), por escrito. − (SV) Este informe propone el establecimiento de un sistema electrónico especial para el intercambio de información sobre los conductores entre los Estados miembros. De forma que a cualquier conductor que exceda la velocidad, conduzca sin el cinturón o se salte un semáforo, se le pedirá de forma simple y eficiente que pague una multa en el país en el que tuvo lugar la infracción. Sin duda la idea es buena pero, lamentablemente, la propuesta deja mucho que desear.
El Parlamento Europeo quisiera armonizar la cantidad estipulada para las sanciones, algo que es difícil cuando los niveles de ingresos de los Estados miembros varían. También se propone que se armonice el equipo técnico y los métodos empleados para comprobar la seguridad vial. Además todavía hay un interrogante con respecto a la base jurídica de esta propuesta, algo que Suecia, entre otros, ha señalado en el Consejo. Por tanto, los junilistas han votado en contra de esta propuesta.
Mathieu Grosch (PPE-DE), por escrito. − (DE) He apoyado el informe sobre la aplicación transfronteriza de la normativa sobre seguridad vial puesto que esta normativa significará que los conductores que cometan una infracción de tráfico en otro país serán procesados de forma más efectiva.
La Comisión sostiene que es frecuente que no se procesen las infracciones de tráfico cometidas con un vehículo registrado en un Estado miembro diferente del de la infracción. Esto se relaciona con la tendencia de muchos conductores a conducir de forma más temeraria en terceros países que en el de origen ya que no tienen tanto miedo de ser procesados. La directiva pretende poner fin a esta tendencia.
El intercambio electrónico de datos previsto en la directiva junto con la garantía de la protección de datos, garantizará la cooperación efectiva entre los países y permitirá que las infracciones de tráfico se sancionen como si se hubieran cometido en el país de residencia el conductor. Para empezar, la directiva limita su ámbito de aplicación a cuatro infracciones que son responsables del 75 % de los accidentes de tráfico graves y mortales. Estas infracciones son, tal y como recoge la propuesta de la Comisión: el exceso de velocidad, la conducción en estado de embriaguez, la circulación sin hacer uso del cinturón de seguridad y el incumplimiento de la señalización de los semáforos. Sin embargo, la Comisión realizará una revisión dos años después de que entre en vigor la directiva, que podrá suponer la inclusión de otras infracciones.
Apoyo la directiva y considero que es un paso importante no sólo para fomentar la seguridad vial, sino también para dar a Europa la oportunidad de crecer como una zona de gran movilidad.
Bruno Gollnisch (NI), por escrito. – (FR) El informe de la señora Ayala Sender es un nuevo instrumento para perseguir a los conductores: procesamiento transfronterizo de infracciones graves (que curiosamente no incluye conducir bajo los efectos de estupefacientes), Bruselas imponiendo a las autoridades nacionales cuándo y dónde realizar controles anuales, armonización de sanciones, medios de recurso aleatorios, no se garantiza que la información y acceso a tal recurso esté en la lengua de la persona sancionada, una posible ampliación del ámbito de aplicación de la directiva a otras infracciones (¿exceder el tiempo del parquímetro quizá?), etc.
A pesar de sus afirmaciones, no están interesados en salvar vidas sino en que las multas pasen a formar parte de las arcas de los Estados miembros. Me parece que si de verdad les preocupase la seguridad vial y no sólo el dinero, citarían los hechos relacionados con los conductores extranjeros responsables de accidentes mortales y no simplemente las infracciones que cometen, que por otro lado, aumentan en proporción directa a la proliferación del número de radares automáticos. Ni tan siquiera se ha realizado un estudio de los efectos de los acuerdos bilaterales equivalentes que ya existen y han existido durante varios años en algunos casos, como por ejemplo entre Francia y Alemania o Francia y Luxemburgo.
Pedro Guerreiro (GUE/NGL), por escrito. – (PT) La propuesta de directiva pretende facilitar la ejecución de sanciones impuestas a aquellos conductores que hayan cometido una infracción relacionada con el exceso de velocidad, la conducción en estado de embriaguez, la circulación sin hacer uso del cinturón de seguridad y el incumplimiento de la señalización de los semáforos en otro Estado miembro (las cuatro infracciones más costosas en vidas humanas en la UE).
La seguridad vial es, sin duda, extremadamente importante como los son los esfuerzos para reducir el número de accidentes.
Definitivamente se deberían poner en práctica medidas para combatir la «impunidad» con respecto a las infracciones cometidas en Estados miembros diferentes al país de residencia del conductor.
No obstante, creemos que para alcanzar estos objetivos no es necesaria una armonización excesiva ni el incremento de las medidas de seguridad en Europa (instalación de equipos de control y vigilancia en autopistas, carreteras secundarias y urbanas; creación de sistemas electrónicos de intercambio de datos que ponen en duda la protección de los datos personales). Dicho esto, es mediante la prevención (basada en la situación específica —y diferente— de cada país) como seremos capaces de fomentar la seguridad vial y reducir el número de accidentes.
Por este motivo nos hemos abstenido.
Jim Higgins (PPE-DE), por escrito. – En nombre de la delegación irlandesa del Grupo PPE-DE, me gustaría aclarar que hemos apoyado el informe de la señora Ayala Sender porque el objetivo del informe y su resultado contribuirá en gran medida a mejorar la seguridad vial. Somos conscientes de las posibles dificultades para Irlanda pero creemos que se pueden resolver una vez se haya llegado a un acuerdo en el Consejo sobre cuál será exactamente la base jurídica de esta propuesta.
Ian Hudghton (Verts/ALE), por escrito. – Cada año millones de personas mueren o resultan heridas en las carreteras europeas. Es vital que los gobiernos de Europa tomen medidas al respecto para asegurarse de que se toma en serio la seguridad vial. Actualmente, el hecho de que los conductores escapen a la justicia ignorando las normas de tráfico en terceros países agrava aún más la situación ya de por sí nefasta. Se requiere mayor cooperación para la aplicación de las leyes en materia de velocidad y conducción bajo la influencia del alcohol en toda Europa y yo, en consecuencia, he votado a favor del informa Ayala Sender.
Carl Lang and Fernand Le Rachinel (NI), por escrito. – (FR) El régimen fiscal, las sanciones y el timo sistemático al que se somete a los conductores parece no tener límites.
En realidad sabemos que no es una cuestión de sancionar a aquellos que conducen mal sino a aquellos que conducen con frecuencia. La ya de por sí lamentable obligación de los policías de llegar a cierta cuota y facturación no hace sino agravar la frecuente y excesiva represión policial.
Además, a pesar de que hay muchas y grandes diferencias entre los Estados miembros en cuanto a los motivos por los que se confisca un carné de conducir y la clasificación de infracciones y multas en materia de seguridad vial varía de un Estado miembro a otro, Europa quiere establecer un sistema electrónico para que los Estados miembros intercambien información relacionada con las infracciones cometidas en su territorio y sancionar aún más a los conductores.
Por supuesto que nos satisface la reducción del número de accidentes en carretera pero es importante garantizar que estas nuevas medidas legislativas no constituyen un ataque a la libertad o medidas ilegales, inapropiadas o injustas.
David Martin (PSE), por escrito. – Apoyo esta legislación cuyo objetivo es facilitar la ejecución de sanciones impuestas a conductores que comenten una infracción en un Estado miembro diferente de aquel donde se registró el vehículo.
Erik Meijer (GUE/NGL), por escrito. − (NL) Los conductores tienden a conducir más rápido en países ajenos y también están más predispuestos a aparcar ilegalmente mientras están fuera. La experiencia demuestra que las multas por velocidad y aparcamiento raras veces se recaudan, para la irritación de los residentes de las grandes ciudades y de los que conducen por ellas. La cooperación europea, precisamente en materia de igualdad de obligaciones para todos los usuarios de la red de carreteras, debería haber dado sus frutos hace mucho tiempo.
Después de todo, todos tenemos que pagar los peajes en el extranjero y hemos debatido durante años la opción de recaudar impuestos registrados electrónicamente mientras la persona en cuestión aún vive. Esto también debería aplicarse a las multas. El hecho de que los conductores sepan que pueden quedar impunes tras haber infringido las normas de tráfico en el extranjero perjudica a la seguridad vial y al medio ambiente.
Por este motivo respaldamos la propuesta de simplificar la recaudación transfronteriza de multas. Esto no resta valor a nuestra opinión de que el derecho penal es de dominio nacional y debe seguir siéndolo, y que la orden de detención europea responsable de que las personas sean extraditadas por su país a otros estados para permanecer bajo custodia, a veces durante largos periodos de tiempo, nos lleva a una injusticia renovada.
Andreas Mölzer (NI), por escrito. − (DE) Si la UE se va a ocupar de las normas de tráfico transfronterizas no debería limitarse a hacer que se notifiquen las sanciones. Por ejemplo, en Bruselas, ciudad cosmopolita, se desconoce que las personas con matrículas extranjeras que necesitan ayuda de las autoridades policiales en caso de que ocurra algún incidente como un accidente de tráfico o un robo, no recibirán la misma ayuda que los propietarios de matrículas de Bélgica porque no contribuyen a los gastos de mantenimiento de las carreteras y los costes asociados pagados por los dueños de vehículos belgas. La UE que siempre aboga contra la discriminación tendrá que hacer algo para rectificar esta situación.
Otra de las cuestiones sin resolver es el establecimiento de zonas medioambientales en muchos países europeos. Según las encuestas el 40 % de los conductores no reconoce las señales o entraría en estas zonas sin autorización. Parece que lo más importante para la normativa transfronteriza de seguridad vial es hacer dinero, como lo fue para imposición de la lucrativa sanción medioambiental. Se han dejado de lado otras medidas para promover la seguridad vial y por ello voto en contra de este informe.
Seán Ó Neachtain (UEN), por escrito. – (GA) Apoyo firmemente este informe que tiene el objetivo de mejorar las carreteras irlandesas. Nos da la oportunidad de imponer sanciones transfronterizas a los conductores ya que se creará una red europea de intercambio de información. Esta red permitirá intercambiar información a los diferentes Estados miembros en relación con los conductores extranjeros sancionados por conducir en estado de embriaguez, exceder la velocidad, incumplir la señalización de los semáforos y circular sin hacer uso del cinturón de seguridad. Estos delincuentes serán informados de sus sanciones económicas.
Esta propuesta común es un avance con relación a la imposición de sanciones a aquellos que no cumplen las normas de tráfico. Como resultado, las carreteras irlandesas serán más seguras. Se impondrán sanciones que harán que los conductores dejen de infringir las normas.
Brian Simpson (PSE), por escrito. – En primer lugar, me gustaría felicitar a la ponente por su trabajo y por el informe y, en segundo lugar, me gustaría felicitar al Parlamento en general, por reforzar su firme postura frente al Consejo en vista de las dificultades a las que se enfrenta esta propuesta.
La aplicación transfronteriza de la normativa es una necesidad para la UE si de verdad queremos reducir los accidentes de tráfico y las víctimas mortales. No tiene sentido que un ciudadano que conduzca fuera de su propio Estado miembro pueda cometer infracciones relacionadas con el exceso de velocidad, la conducción en estado de embriaguez, la circulación sin hacer uso del cinturón de seguridad y el incumplimiento de la señalización de los semáforos sin recibir la sanción correspondiente.
Creo que es un paso importante para mejorar la cooperación entre las autoridades que, esperemos, nos lleve a una aplicación de la normativa de seguridad vial completamente armonizada en la UE.
Silvia-Adriana Ţicău (PSE), por escrito. – (RO) He votado a favor del informe sobre la propuesta de directiva para facilitar la aplicación transfronteriza de la normativa sobre seguridad vial. El 70 % de los accidentes de tráfico se deben al exceso de la velocidad permitida, circular sin hacer uso del cinturón de seguridad, incumplir de la señalización de los semáforos o conducir en estado de embriaguez. Ya existen acuerdos bilaterales entre algunos Estados miembros para aplicación transfronteriza de la normativa en caso de infracción de las normas de seguridad vial, pero sigue sin haber un marco europeo común. Me gustaría mencionar que la propuesta de directiva se refiere sólo a las sanciones económicas. Creo que la propuesta de la Comisión contribuiría de forma significativa a salvar vidas humanas. Es lamentable que, unas 43 000 personas —casi la población de una ciudad mediana europea— mueran cada año en Europa por accidentes de tráfico por no mencionar el 1,3 millones de personas que son víctimas de accidentes de tráfico cada año.
También lamento que Rumania registrase, con un 13 %, el mayor aumento de accidentes de carretera el año pasado. Espero que la mayoría de votos favorables del Parlamento Europeo aliente al Consejo de la Unión Europea para que acelere la adopción de las medidas necesarias para reducir los accidentes de tráfico. Tenemos que actuar inmediatamente si queremos salvar vidas humanas.