Presidenta. – De conformidad con el orden del día se procede al debate sobre la pregunta oral a la Comisión relativa al V Foro Mundial del Agua (Estambul, 16-22 de marzo de 2009), presentada por Josep Borrell Fontelles, en nombre de la Comisión de Desarrollo (O-0026/2009 – B6-0015/2009).
Pierre Schapira, autor. - (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, en unos días una delegación de este Parlamento viajará a Estambul para participar en el V Foro Mundial del Agua, en evento que reunirá a todos los actores mundiales interesados en el agua: organismos de Naciones Unidas, bancos de desarrollo, Estados, organizaciones profesionales, ONG y autoridades locales.
En un momento en el que el agua se está convirtiendo en un recurso que escasea cada vez más y en el que el ritmo del cambio climático nos lleva a esperar más y más conflictos en relación con el acceso al agua, quería prepararme para esta reunión presentando un sólido texto a votación en nuestra institución, al objeto de sentar la base para la acción europea en este ámbito.
Como saben, la situación es grave. La escasez de agua se ha extendido más allá de las zonas tradicionalmente áridas. El acceso al agua, cuya calidad se deteriora constantemente, se ha convertido en un motivo de preocupación para todos nosotros. Las cifras de Naciones Unidas hablan por sí mismas. 1 000 millones de personas no tienen acceso al agua potable; 2 500 millones personas no tienen acceso al saneamiento; 5 000 niños menores de seis años mueren cada día a causa de enfermedades provocadas por la falta de agua potable o saneamiento, o por su mala calidad.
El escándalo es que las primeras víctimas son siempre los más pobres. El acceso al agua, que será uno de los principales desafíos en los próximos años, podría continuar retrasando la consecución de los objetivos de desarrollo del milenio. El próximo Foro Mundial del Agua debe ser una oportunidad para encontrar soluciones juntos, al objeto de responder ante este enorme desafío.
Mi principal prioridad consistía en hacer hincapié en que el agua es un recurso compartido de la humanidad y que debería ser un derecho universal. Ese es el primer párrafo de la resolución propuesta y es fundamental, porque las políticas que estamos aplicando dependen de ello. Recordar este principio básico significa decir «no» a convertir el agua en una mercancía, dado que, lamentablemente, ya conocemos las desastrosas consecuencias de esto.
El informe de 2006 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) demuestra que se ha producido una flagrante injusticia. La falta de sistemas de distribución a menudo ha provocado una falta de agua potable para los más desfavorecidos. Como consecuencia, millones de personas han de recurrir a fuentes no oficiales, que, teniendo en cuenta los intermediarios cobran unos precios entre cinco y diez veces superiores.
Estamos luchando por el acceso al agua potable y al saneamiento para todos. Esto significa que el agua ha de permanecer bajo el control público, que por sí solo puede hacer valer el interés común. Es este principio el que debería regir nuestras políticas y me satisface que la resolución lo mencione.
En efecto, la intervención pública puede resolver este problema de acceso. Un sistema de fijación de precios que sea justo y sostenible para todos sería menos costoso para las poblaciones desfavorecidas que tener que recurrir al sector no oficial y, al mismo tiempo, permitiría la inversión en las infraestructuras necesarias.
Este objetivo se puede conseguir solamente si todos contribuimos a ello. Por lo tanto, se debe utilizar la ayuda pública al desarrollo junto con los recursos de autoridades locales, préstamos bancarios, capital privado y asociaciones innovadoras.
Me gustaría subrayar en particular la importancia de la financiación basada en la solidaridad, como la que se hizo posible mediante la ley Oudin en Francia. Esta última permite a las autoridades locales recaudar un céntimo por metro cúbico de las facturas del agua de sus usuarios para financiar acciones de cooperación internacional dedicadas exclusivamente al agua.
Señora Comisaria, ¿está la Comisión dispuesta a fomentar el desarrollo de este tipo de instrumento? Este desarrollo se debe realizar de conformidad con la noción del bien público y por ese motivo me satisface que el texto de la resolución apunte que las asociaciones público-privadas deberán estar estrictamente definidas y sujetas a regulación.
Desde el último Foro Mundial, el papel de las autoridades locales ha sido reconocido por todas las partes interesadas, incluyendo los diputados y ministros. El próximo foro de Estambul destacará por dos importantes avances: la firma de un acuerdo por parte de las autoridades locales con respecto al agua y la organización de dos días totalmente dedicados al papel de las autoridades locales.
Señora Comisaria, ¿está usted dispuesta a hacer uso de las enormes reservas de conocimientos y de recursos económicos y humanos de las autoridades locales para fomentar la asociación norte-sur? Con su gran experiencia y sus conocimientos técnicos, las ciudades del norte están interesadas en ayudar a sus homólogos del mundo en desarrollo.
Finalmente, las Naciones Unidas han publicado hoy un informe sobre el agua que recoge algunas previsiones aterradoras para el futuro. Bajo la doble presión del crecimiento demográfico y el cambio climático, la crisis del agua ha empeorado por la insuficiencia de la reacción política. A pesar de que el agua es la prioridad para toda política de desarrollo, solamente el 6 % de la ayuda internacional se dedica a ella.
Esa es la razón por la que quiero que Europa, nuestro Parlamento y la Comisión envíen un sólido mensaje al mundo del sur, porque esta desigualdad en materia de acceso al agua no puede continuar.
Presidenta. – Me gustaría realizar un breve comentario personal: espero sinceramente que el agua no deje de ser un recurso común y que sea un derecho para todos.
Androulla Vassiliou, Miembro de la Comisión. - Señora Presidenta, en primer lugar quiero transmitir las disculpas de mi colega, Louis Michel, por no haber podido estar aquí en persona, dado que se encuentra en el Congo. No obstante, recogeré los comentarios con gran satisfacción, porque son muy importantes.
La Comisión está plenamente de acuerdo en que el suministro de agua y de servicios de saneamiento naturalmente se aborda a nivel local, a través del gobierno local, de los municipios y las comunidades. No obstante, tenemos que reconocer que existen deficiencias entre esos diferentes niveles, especialmente en los países más desfavorecidos en los que la provisión de servicios básicos no constituye una prioridad principal.
El pasado año, las Jornadas Europeas del Desarrollo celebradas aquí en Estrasburgo se concentraron en el papel de las autoridades locales, que son esenciales para el acceso a los servicios básicos, así como sobre la importancia de la gobernanza local y de la participación de los ciudadanos. Esto es obviamente una cuestión central para el sector del agua y la Comisión, a través de sus diferentes instrumentos, está trabajando para aumentar el apoyo a las autoridades locales y para reforzar las asociaciones entre actores locales del norte y del sur.
En el plano de la Unión Europea, la política europea del agua se basa también en el principio de la buena gobernanza, fomentando la implicación y participación de los ciudadanos, de las comunidades locales, de las ONG y partes interesadas. Esto se refleja no solamente en la Directiva marco en el sector del agua, sino también en iniciativas como la Iniciativa para el Agua (EUWI) presentada en la Cumbre mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo, que recoge el refuerzo del papel de los actores locales entre sus objetivos.
En África, donde los Objetivos de Desarrollo del Milenio asociados al agua y al saneamiento todavía no van por el buen camino, las inversiones deben aumentar y la Comisión ha demostrado su compromiso político creando un mecanismo financiero.
El Fondo para el agua de 500 millones de euros ha permitido la movilización del doble de esa suma mediante la financiación conjunta de un gran número de programas para mejorar el agua, el saneamiento y la situación de la higiene de millones de personas. También ha mejorado la gestión y gobernanza del agua en los países ACP. La concentración en la implicación de los actores locales ha sido uno de los valores añadidos de esta iniciativa.
La Unión Europea estará representada en el segmento ministerial del Foro Mundial del Agua por la actual Presidencia checa. La declaración que se está preparando incluye referencias a la necesidad de una buena gobernanza a través del desarrollo de la capacidad y de la reforma institucional a todos los niveles.
La política de la Comisión, aprobada en 2002, fomenta una gestión integrada de los recursos hídricos en los países en desarrollo. Es en este marco en el que hay que abordar los diferentes usos del agua —como el agua potable, el saneamiento, el riego, etc.—, al objeto de alcanzar una distribución óptima de los beneficios entre todos los usuarios.
Por otra parte, las buenas prácticas de diferentes experiencias de cinturones verdes alrededor de las ciudades, particularmente en África, están siendo analizadas en estos momentos en el contexto de la iniciativa de la «Gran Muralla Verde para el Sáhara y el Sahel» como parte de un estudio de viabilidad respaldado por la Comisión Europea. Se analizará la posibilidad de prestar más apoyo a esta iniciativa dentro del marco de la Asociación sobre el cambio climático África-UE.
Me satisface anunciar que el Fondo para el agua continuará bajo el Décimo Fondo Europeo de Desarrollo y que se han apartado 200 millones de euros para ese fin. Los Estados miembros están invitados a participar con fondos adicionales.
La estrategia de la Comisión se basa en un marco integrado para la colaboración con gobiernos asociados, los Estados miembros de la Unión Europea y todas las partes interesadas implicadas.
El crédito para el agua complementa los programas nacionales con su capacidad para trabajar con actores descentralizados y desarrollar soluciones innovadoras. La actual preparación del Fondo para el agua del décimo FED identifica en particular el potencial que ofrecen los operadores de aguas públicos, que suministran más del 90 % del agua y de los servicios de saneamiento en todo el mundo.
Por lo tanto, las asociaciones público-públicas constituyen potencialmente un planteamiento muy rentable en términos de promoción del principio de «buena gobernanza» pertinente en el sector del agua de los países ACP, con posibles impactos sostenibles y a largo plazo sobre el cambio organizativo e institucional. Estas asociaciones de «hermanamiento» —por ejemplo, a través de la formación y la asistencia técnica— pueden ser formas eficientes de fomentar los principios de la buena gobernanza en el sector del agua de los países ACP.
Finalmente, permítanme confirmar que la efectividad de la ayuda y la división del trabajo se debaten con los correspondientes socios dentro de los mecanismos de la Iniciativa para el Agua de la Unión Europea. Se ha realizado un seguimiento de la ayuda al desarrollo de la Unión Europea en el sector del agua para mejorar ese diálogo en curso. La cuestión de los huérfanos de donantes es importante en el sector del agua y la Comisión pretende tenerlo en cuenta durante la concepción del nuevo Fondo para el agua bajo el décimo FED.
José Ribeiro e Castro, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (PT) Señora Presidenta, señora Comisaria, me gustaría repetir las palabras pronunciadas hace varios años en esta Cámara, el 13 de marzo de 2006, por Eija-Riitta Korhola. Ella describió la situación relativa al acceso al agua limpia como sigue: «Las cifras son alarmantes, pues cada día mueren 3 900 niños por falta de agua limpia. Un quinto de la población mundial, es decir, cerca de 1 100 millones de personas, sufren falta de agua potable. Mientras tanto, más del 40 % carecen de servicios adecuados de suministro de agua y alcantarillado.»
Han pasado tres años desde esa declaración y ¿qué ha ocurrido? Lo que ha ocurrido es que el escenario mundial es exactamente el mismo, lo que no puede dejar de ser motivo de preocupación. Ahora nos enfrentamos a una grave crisis del saneamiento básico que nos afecta a todos nosotros. Quiero señalar que este problema afecta en particular a las regiones más pobres y menos desarrolladas del mundo, como el África subsahariana. Esta continúa siendo la zona más afectada por la falta de calidad del agua, particularmente en las áreas rurales y en los barrios que rodean a las grandes ciudades. No obstante, el problema es enorme. Tengo aquí un folleto de UNICEF de 2001. Sin embargo, en general, sus declaraciones siguen siendo ciertas y sorprendentes. ¿Eso que nos dice? Nos dice que estos 1 000 millones de personas se extienden prácticamente por todo el mundo. Esos 1 000 millones de personas no tienen acceso al agua limpia: 4 % en Oriente Próximo y África del Norte, 4 % en Europa Central y del Este, 19 % en el sur de Asia, 25 % en África subsahariana, y 42 % en África Oriental y el Pacífico. Si analizamos las cifras de cada una de estas áreas, son las regiones de África Oriental y el Pacífico, y África subsahariana las que presentan cifras alarmantes, con un 24 % y un 43 % respectivamente de sus poblaciones que, a comienzos de la primera década de 2000, todavía no tienen un acceso a agua limpia y potable.
Es fundamental recordar las complicaciones para la salud, algunas de ellas fatales, derivadas de esta falta de agua, y cómo afectan al desarrollo y al progreso de las poblaciones privadas de este bien esencial tanto en términos de calidad como de cantidad, así como las tensiones fronterizas causadas por el acceso al agua y cómo se agravan estos riesgos si no se hace nada para impedirlo.
La Unión Europea, como actor global y como contribuyente por excelencia al esfuerzo mundial para afrontar este problema, no puede dejar de participar en los principales debates sobre este tema. Acojo con satisfacción las informaciones que nos ha facilitado la señora Comisaria en esta Cámara. Por lo tanto, también acojo con satisfacción la celebración y la participación europea en este V Foro Mundial del Agua. Este nos brindará otra oportunidad para que todos los actores principales debatan la cuestión de forma objetiva y para preparar un planteamiento claro para este problema. No puedo sino apoyar este esfuerzo, como toda la Comisión de Desarrollo ha hecho también al objeto de promover la subsidiariedad. Por otra parte, dado que hay muchas responsabilidades a este respecto a nivel local, también apoyo las demás preocupaciones de nuestra comisión. Señorías, el agua es un bien esencial para la vida, para la vida de cada uno de nosotros y para la vida de la humanidad.
Inés Ayala Sender , en nombre del Grupo del PSE – (ES) Señora Presidenta, me congratulo esencialmente de la celebración de este V Foro Mundial del Agua en Estambul, y, sobre todo, también, de la participación de la Unión Europea, con una representación de la Comisión, pero también con una delegación del Parlamento Europeo. Y entiendo además, y apoyo, la necesidad de apoyar a las autoridades públicas locales para llegar a sistemas democráticos y participativos y mejores o innovadores de la gestión del agua, y de apoyar también los procesos de descentralización.
Todo ello con el objetivo primario y primordial de defender el derecho fundamental al agua y a los servicios sanitarios, pero, evidentemente, dentro de un marco riguroso de respeto al desarrollo sostenible que en la Unión Europea se materializa en la Directiva marco sobre el agua como referente, y con los Objetivos de Desarrollo del Milenio como fondo en el ámbito del desarrollo.
He de decir que todo ello —y así lo expondré mañana en una enmienda que espero que esta Cámara acepte— fue objeto de discusión este verano en la Expo Internacional de Zaragoza 2008, en la que por primera vez, además, participó el Parlamento Europeo junto con la Comisión en situación de igualdad. En ella más de 2000 expertos, en la Tribuna del Agua, y ONG, en el foro llamado El Faro, además de las delegaciones de la Comisión y del Parlamento, discutieron y generaron un enorme acervo de discusión y de propuestas muy interesantes y creativas sobre la gestión del agua.
Esto se perpetuó en una «Carta de Zaragoza 2008», adoptada el 14 de septiembre de 2008, con 17 puntos, algunos de los cuales querría destacar. En ella se dice:
– «que el acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho humano que debe ser garantizado por los poderes públicos»;
– «que el acceso al agua es un potente vector de desarrollo»;
– «que las predicciones indican que el cambio climático es capaz de modificar la disponibilidad y las necesidades de agua en todo el planeta»;
– «que la sostenibilidad de la producción de alimentos está directamente ligada al uso eficiente del agua».
– «que la unidad de cuenca hidrográfica es el ámbito territorial más eficiente para aprovechar el agua y el que mejor permite resolver los conflictos entre países, regiones o usuarios»; y, finalmente,
– «que la intervención pública debe tomar la iniciativa para promover la legislación y la estructuración adecuadas de los derechos del agua».
Solicito a la Comisaria que tenga en cuenta las conclusiones de esta «Carta de Zaragoza» en cuya elaboración participamos tanto expertos como ONG, asociaciones y también la Comisión y el Parlamento, y que realmente sirvió como foro de debate previo a este V Foro Mundial del Agua en Estambul.
Creo que merece la pena integrar las conclusiones de esta Carta y también de la Tribuna del Agua en el acervo de discusión y debate europeo que presentamos como Unión Europea en el pabellón en esta exposición internacional.
Roberto Musacchio, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, hace dos años celebramos un debate en esta Cámara y aprobamos una resolución rigurosa sobre el tema del agua con ocasión del IV Foro Mundial celebrado en la Ciudad de México. Entonces escribimos que el agua debe ser considerado un derecho humano y que se deben desarrollar políticas activas para materializar este derecho a través de formas de cooperación público-privadas, concentrándose, en particular, en las comunidades locales
Lamentablemente esa resolución no contó con el apoyo de la Comisión Europea, que estaba presente en la Ciudad de México —quiero recordarle esto hoy a la Comisaria—, a pesar del hecho de haber sido ampliamente elogiada por muchos países, especialmente en Latinoamérica. La verdadera naturaleza de este tipo de foro, una estructura privada, lamentablemente prevaleció. Ahora tenemos la oportunidad de enviar una delegación parlamentaria a Estambul y sería beneficioso que nuestra presencia allí estuviese respaldada por una resolución tan sólida como la de 2006: todavía no hemos llegado a eso, que es por lo que presento estas enmiendas.
Necesitamos alcanzar un verdadero punto de inflexión con respecto al tema del agua. Las terribles estadísticas sobre la escasez de agua son bien conocidas y están destinadas a empeorar como resultado del cambio climático. En efecto, es en el ámbito del cambio climático donde se necesitan nuevas acciones. El cambio climático está dificultando el acceso al agua y un pobre acceso al agua, a su vez, agrava el cambio climático. Por lo tanto, además del tema de los derechos y del de la colaboración público-privada, también tenemos que intentar establecer una sólida relación con el Protocolo de Kyoto. Son las Naciones Unidas la que deben estar implicadas esencialmente en los problemas relativos al agua. Se podría confiar la gobernanza del agua a un organismo de las Naciones Unidas especializado, apartándola de la filosofía privada todavía presente en el foro actual. Esto fomentaría la conexión con las importantes convenciones sobre el cambio climático y la desertización que forman parte del marco de las Naciones Unidas.
Por supuesto, entonces se necesitaría una financiación apropiada. Esta se podría obtener de las tasas e impuestos generales, por ejemplo, sobre el agua mineral, que —me gustaría señalar a mis colegas diputados— utilizamos en exceso incluso en este Parlamento. Hay que oponerse a la privatización del agua: haría que el acceso a un recurso vital dejase de ser un derecho para convertirse directamente en un mercado. Creo que toda la historia de Europa nos enseña que es el público el que tiene garantizado el acceso al agua en nuestros hogares, lo que no ocurre en otros continentes cada vez más propensos a la infiltración del sector privado.
Estas son cuestiones prácticas, pero también tienen una enorme importancia moral. No es casualidad que el derecho al agua sea defendido por importantes movimientos seculares y religiosos, y por celebridades. Recientemente, y en muchas ocasiones durante los últimos años, la Cámara del Parlamento Europeo ha podido asistir —con acierto, por lo que doy las gracias a los presidentes— a importantes reuniones de organizaciones activistas globales. En la última de ellas, se planteó la idea de un verdadero protocolo sobre el derecho al agua, que no me cabe duda de que todos deberíamos apoyar.
Filip Kaczmarek (PPE-DE). – (PL) Señora Presidenta, la mayoría de nosotros puede dar por sentado el acceso gratuito al agua. Utilizamos grandes cantidades de agua cada día. No obstante, cabe recordar que según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, un sexto de la población mundial, es decir, más de mil millones de personas, no tiene acceso a un agua que satisfaga las normas básicas y mínimas de limpieza. Esto significa que en la civilización del siglo XXI, millones de personas tienen sed y están falleciendo como resultado de enfermedades provocadas por beber agua contaminada. Recientemente estuve en Lagos, la ciudad más grande de África, donde apenas el 1 % de la población tiene acceso al agua corriente.
Las estadísticas de este tipo son terribles, pero, sin embargo, el problema del agua no ocupa las portadas de los periódicos, no despierta el interés general de los medios de comunicación y no es objeto de debates y conflictos, como ocurre, por ejemplo, con el SIDA, la lucha contra la malaria o el calentamiento global. Sin duda esto se debe al hecho de que el problema afecta solamente al 2 % de los europeos, aunque en África afecta al 27 % de la población. Se calcula que solo en África, mueren más personas cada año por enfermedades provocadas por beber agua en mal estado que de SIDA y malaria juntas.
Por lo tanto, se puede decir que la falta de acceso al agua potable no mata de una forma espectacular como para ocupar un lugar destacado en los medios y no genera un interés tan amplio como una catástrofe del tipo de un terremoto, un tsunami, una inundación o los conflictos armados. No obstante, como el señor Ribeiro e Castro ya ha dicho, el hecho es que, de media, cada día mueren 6 000 niños por enfermedades causadas por la falta de agua. Eso significa que muere un niño cada 15 segundos. ¿Se pueden imaginar la reacción del mundo, la respuesta, el grado de movilización y determinación, si esto ocurriese en Europa y no en el África subsahariana o en Asia?
Como consecuencia, el problema del acceso al agua no es solamente un problema de los países en desarrollo, sino también de los países desarrollados. El acceso universal al agua potable es una condición esencial para el desarrollo de los países y la lucha contra la pobreza. A menos que se satisfaga esta necesidad, no tiene ningún sentido hablar de mejorar la asistencia sanitaria o desarrollar la educación. A menos que se pueda garantizar el agua para cubrir las necesidades de la industria o la agricultura, todas las sociedades están condenadas a una batalla por la existencia diaria. Esto provoca conflictos armados, movimientos migratorios y desestabilización. En otras palabras, impide el desarrollo y fomenta las desigualdades de desarrollo.
Los políticos también estarán presentes en el Foro del que estamos hablando. Debatirán cuestiones de importancia actual. Una de estas cuestiones es la situación de Darfur, donde el Presidente al-Bashir está expulsando a las organizaciones que, entre otras cosas, han estado ayudando a garantizar que el pueblo de Darfur tenga acceso al agua. Por lo tanto, tendremos la oportunidad de convencer, entre otros, al Presidente al-Bashir, para que permita a las organizaciones internacionales suministrar agua al pueblo de Darfur.
Giulietto Chiesa (PSE). – (IT) Señora Presidenta, Señorías, yo también quiero recordarles, al igual que el señor Musacchio, que en febrero, este Parlamento, junto con el Foro Político Mundial de Mijaíl Gorbachov, celebró una conferencia con el significativo título de: «Paz con Agua», una conferencia que elaboró un memorando para un protocolo mundial sobre el agua que merece gran atención y que fue, sobre todo, apoyado por todos los principales grupos políticos de este Parlamento, pero que parece haber sido ignorado por la Comisión de Desarrollo, que redactó este documento.
No creo que haya sido por accidente: de hecho, el texto que debatimos hoy parece débil y vago con respecto a los puntos cruciales que se incluirán en la agenda de Estambul. Tomemos como ejemplo el agua como derecho humano fundamental. Si es un derecho —y es absurdo negarlo— entonces no puede ser también una mercancía. Un derecho no se puede comprar ni vender en una sociedad libre. Un derecho solamente se compra en una sociedad de esclavos. No obstante, todos sabemos perfectamente que los enormes intereses privados quieren tomar posesión de este derecho. Así pues, ¿qué dirá Europa en Estambul? ¿Quién —como dice por ejemplo en el considerando J— tiene que aumentar la prioridad financiera del agua? Ese es un ejemplo perfecto de redacción ambigua. Por otra parte, ¿es el Estado o la titularidad pública el único actor en la política del agua? O, como dice en el apartado 12 de la resolución, ¿es el «actor principal»? ¿Qué significa realmente esa frase? Por otra parte, contradice al apartado 2 del mismo documento, donde se afirma con acierto que el agua es un «bien público» que se debe someter «a control público».
En definitiva, estamos en medio de una crisis general del modelo de desarrollo de nuestra sociedad, aunque todavía nos aferramos a la idea de un mercado que se apropia de la naturaleza para obtener beneficios privados. Finalmente, hay otro punto muy débil: el documento no contiene ninguna propuesta organizativa para la gestión mundial del agua. No obstante, el mencionado memorando recogía una propuesta para un organismo mundial, que se repite en una de las enmiendas que apoyaré con mi voto.
Czesław Adam Siekierski (PPE-DE). – (PL) Señora Presidenta, el V Foro Mundial del Agua es un evento que debería brindar una oportunidad de trabajar en sistemas de gestión pública del agua que sean efectivos, transparentes, regulados y de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible para satisfacer las necesidades de la sociedad.. Un papel especial y tareas especiales en este ámbito esperan a las autoridades locales. Por otra parte, la crisis alimentaria ha puesto de manifiesto la necesidad de desarrollar nuevas técnicas, como el riego de zonas agrícolas. Al mismo tiempo, es importante garantizar que se utilicen fertilizantes naturales o fertilizantes que se descompongan rápidamente en el suelo y no pasen a las aguas subterráneas.
Finalmente, ¿cómo pretende actuar la Comisión ante el deseo del Parlamento Europeo expresado en su resolución de 15 de marzo sobre el IV Foro Mundial del Agua, relativo al apoyo y a las formas de financiación conjunta de la gestión del agua? El problema del agua es el desafío más importante al que se enfrenta el mundo y Europa.
Alessandro Battilocchio (PSE). – (IT) Señora Presidenta, Señorías, mis colegas diputados tienen razón, las cifras son alarmantes y merecen una seria reflexión. A muchas, demasiadas, personas en el mundo, se les sigue negando su derecho fundamental al agua. En los últimos años, la regulación en este ámbito se ha extendido significativamente. No obstante, en Estambul me gustaría comprobar que se presta atención a la necesidad de racionalizar los múltiples organismos internacionales que participan en la gobernanza, la dirección y el control de la dinámica mundial asociada con el agua, cuyas actividades y competencia suelen solaparse actualmente. Esta reforma no se puede seguir aplazando.
También espero que el V Foro Mundial del Agua reconozca el concepto del agua como un recurso público global y que esta idea sea apoyada, con políticas apropiadas y consecuentes para su protección, sobre la titularidad pública y sobre los procedimientos de uso y distribución.
Marie Anne Isler Béguin (Verts/ALE). – (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, creo que, juntos en esta Cámara, hemos venido repitiendo lo mismo durante años.
Creo que ya se ha dicho todo con respecto al agua, sobre este recurso compartido de la humanidad y, lamentablemente, hay que decirlo de nuevo, porque la situación, lejos de mejorar, más bien ha empeorado. El último informe de las Naciones Unidas demuestra que, de hecho, parece que la situación está empeorando. Por lo tanto, creo que, a pesar de las propuestas que se han planteado y de las políticas que ha dirigido la Unión Europea, que son un primer paso adelante, realmente tenemos que ir más allá, porque sin agua no hay vida. También debemos saber que muchas poblaciones, particularmente países con los que comerciamos y con los que mantenemos un diálogo, han sufrido recortes en sus suministros de agua o todavía no tienen acceso al agua potable.
Esto es absolutamente inadmisible e inaceptable. En mi opinión, realmente debemos apoyar —y creo que la Unión Europea debe ofrecer apoyo a nivel internacional y en Estambul— el estatuto del agua como un recurso compartido de la humanidad. No es una mercancía que se pueda vender o que podrían vender nuestras empresas multinacionales. Esto es realmente por lo que debemos luchar en Estambul y creo que nuestros colegas diputados lucharán por ello.
John Bowis (PPE-DE). – Señora Presidenta, he escuchado a mis colegas señalar con acierto la escasez de agua, la falta de acceso al agua y las enfermedades que esto provoca. Todo eso es fundamentalmente importante para este foro del agua.
Solamente quería plantear la otra cara de esa moneda, porque aquellos de nosotros que visitamos recientemente Guyana con la conferencia regional ACP conocimos perfectamente los países que tienen demasiada agua debido al cambio climático. El señor Musacchio hablaba del impacto de cambio climático sobre el agua; cómo puede contaminar, cómo puede secarla, la pérdida del acceso, pero aquí tenemos demasiada y tenemos que tener en cuenta lo que eso supone en términos de contaminación de los suministros de agua, de daños a los cultivos y todo lo demás.
Por lo tanto, creo que tenemos que añadir a la lista para el foro del agua el tema de la forestación/deforestación, porque, a menos que lo controlemos, seguiremos teniendo inundaciones y sequías.
Androulla Vassiliou, Miembro de la Comisión. - Señora Presidenta, nadie puede subestimar la importancia del agua y la necesidad de gestionar bien nuestras fuentes de agua. No obstante, como he dicho en mis observaciones preliminares, también tenemos que ayudar a las partes más pobres del mundo a conseguir el acceso al agua potable. La Comisión continuará ayudando a estos países.
El agua es una necesidad humana primaria, como se reconoció y reafirmó durante el IV Foro Mundial del Agua, celebrado en México en 2006. Por supuesto, como ya he dicho, la Unión Europea estará representada y presentará sólidos argumentos con respecto a todos los comentarios que he hecho en el próximo Foro de Estambul.
El señor Bowis ha mencionado otra cuestión muy importante —y estoy de acuerdo con el—, concretamente el hecho de que, debido al cambio climático, comprobamos que otras partes del mundo se están inundando. Realmente tenemos que emprender acciones al respecto. Como el ha dicho muy claramente, la forestación es una de las soluciones al problema.
Presidenta. - He recibido una propuesta de resolución(1) presentada de conformidad con el apartado 5 del artículo 108 del Reglamento.
Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar el jueves, 12 de marzo de 2009.