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Procedimiento : 2008/2104(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0140/2009

Textos presentados :

A6-0140/2009

Debates :

PV 01/04/2009 - 12
CRE 01/04/2009 - 12

Votaciones :

Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2009)0215

Acta literal de los debates
Miércoles 1 de abril de 2009 - Bruselas Edición DO

12. Nuevo Acuerdo UE-Rusia (debate)
Vídeo de las intervenciones
PV
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  Presidente. – El siguiente tema es el informe deJanusz Onyskiewicz, en nombre de la Comisión de Asuntos Exteriores, sobre el Nuevo Acuerdo UE-Rusia (A6-0140/2009).

 
  
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  Janusz Onyszkiewicz, ponente. - (PL) Señor Presidente, este informe describe la relación entre la Unión Europea y Rusia como de importancia clave para los intereses políticos y económicos de la Unión. Hace hincapié en el papel que Rusia puede y debe desempeñar a nivel internacional, de forma notable en nuestra vecindad más cercana, donde puede contribuir en lo que respecta a la estabilidad política y económica de la región.

Además, sin embargo, el informe señala a la atención la reacción desproporcionadamente fuerte de Rusia en la intervención armada de Georgia en Osetia del Sur y la acción militar a gran escala, y sin que mediase provocación alguna, de las fuerzas armadas rusas en Abjasia. El informe destaca la necesidad de un diálogo positivo sobre cuestiones de seguridad. Debería ser un diálogo basado en el respeto al Derecho internacional y a la integridad territorial de los estados. El informe señala también que los acontecimientos en el Cáucaso y el reconocimiento de la independencia de ambos enclaves, Osetia y Abjasia, ponen en duda si Rusia está verdaderamente preparada para crear un área común de seguridad en Europa junto con la Unión Europea.

El informe sugiere que las conversaciones sobre el pleno cumplimiento por parte de Rusia de los compromisos y acuerdos que dieron por finalizado el conflicto de Georgia deben concluir antes de la aprobación de cualquier acuerdo negociado. Ello implicaría un acuerdo sobre el estatus de Abjasia y Osetia del Sur. El informe también hace un llamamiento a Rusia para alcanzar un compromiso firme de que no empleará la fuerza contra ninguno de los países de su entorno.

Además, el informe señala que los acontecimientos recientes en relación con el ataque de Rusia a la integridad territorial de Georgia ponen en peligro la relación entre la Unión Europea y Rusia, así como lo hace la implicación de Rusia en la crisis del suministro de gas.

El informe indica la conveniencia de reemplazar el actual acuerdo por otro nuevo y más amplio. Tal acuerdo debe cubrir todos los aspectos referentes a nuestra cooperación y debe ser jurídicamente vinculante. También debe incluir procedimientos claros de resolución de controversias.

El informe también cubre la seguridad energética. Asimismo se aborda la inclusión en un acuerdo negociado de las disposiciones fundamentales del tratado que concierne a la energía y al protocolo de tránsito. Se hace la referencia a pesar del hecho de que este tratado es en la actualidad jurídicamente vinculante, y para Rusia también, aunque esta puede retirarse de él.

El informe apunta el gran potencial implícito de posibles disposiciones económicas recíprocas basadas en una cooperación entre ambas partes. Dichas disposiciones podrían desembocar en una interdependencia beneficiosa mutua. Según el informe, es extremadamente importante para los Estados miembros y la Unión Europea como conjunto expresarse con una sola voz, especialmente en lo que respecta a las relaciones con Rusia. Asimismo es fundamental que, puesto que se exige en virtud de los diferentes tratados de la Unión Europea, los Estados miembros se consulten entre sí con la suficiente antelación sobre todas las iniciativas bilaterales con Rusia. Esto es especialmente importante en casos que podrían repercutir en otros países de la Unión Europea o en esta como conjunto.

En el informe, se concede gran atención a los derechos humanos y las libertades en Rusia. Se indica que como Miembro del Consejo de Europa, Rusia está obligada a respetar los principios sobre los que el Consejo se fundamenta. Se establece que el cumplimiento de dichos principios es fundamental para llevar a cabo con éxito las negociaciones sobre cooperación entre la Unión Europea y Rusia. Se considera lamentable que Rusia se muestre reacia a la introducción de medidas eficaces para garantizar que no se repitan los numerosos casos en los que las autoridades rusas han violado los derechos humanos y a su vez, estas han sido condenadas por el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.

Merece la pena llamar la atención sobre una de las muchas recomendaciones que contiene el informe, a saber que la Unión Europea debe continuar apoyando el ingreso de Rusia en la Organización Mundial del Comercio. Se considera de gran importancia para Rusia acatar los compromisos de afiliación antes de que se le conceda formalmente la condición de miembro. En particular, esto supone que Rusia ponga fin al proceso de abandono de prácticas que ya se han introducido. En este contexto, merece la pena recordar la gran importancia concedida en lo que respecta a la protección efectiva de la propiedad intelectual, comercial e industrial.

El informe contiene recomendaciones relativas a los derechos humanos, la libertad de los medios de comunicación, la independencia del poder judicial y la reducción gradual del ámbito de intervención para las ONG en Rusia. También aborda una variedad de cuestiones económicas, como el tráfico marítimo en el Mar Báltico y a lo largo de la costa norte de Rusia, el tráfico aéreo sobre Siberia y los acuerdos bilaterales para posibles inversiones sin restricciones.

 
  
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  Alexandr Vondra, Presidente en ejercicio del Consejo. - Señor Presidente, quisiera agradecer al Parlamento la oportunidad que nos ofrece para abordar, durante este período de sesiones, la cuestión sobre la relación con Rusia. Como es bien sabido, el Consejo debatió en profundidad la relación con Rusia hace ya algún tiempo, cuando establecimos los fundamentos y la razón de ser para el Nuevo Acuerdo UE-Rusia, y por ello consideramos importante que las negociaciones para el Nuevo Acuerdo vuelvan a su cauce. Después de todo, Rusia es el país vecino más grande, uno de nuestros socios clave y un interlocutor indispensable en la escena internacional. Ahora que la crisis económica nos afecta a ambos con la misma intensidad, está claro que las confrontaciones no van a resultar en el fortalecimiento de ninguno de los dos.

Por otro lado, lo que ciertamente nos fortalecería serían la cooperación beneficiosa mutua, racional y constructiva y el cumplimiento de los compromisos internacionales por parte de Rusia.

Asimismo, el diálogo y el compromiso constructivo representan los medios fundamentales para defender nuestros intereses y promover nuestros valores frente a Rusia.

Esto, en pocas palabras, proporcionó el principal impulso para tomar nuestra decisión de reanudar las negociaciones sobre el Nuevo Acuerdo UE-Rusia, a pesar de lo que pasó en Georgia el pasado mes de agosto. La crisis y sus consecuencias siguen, sin lugar a dudas, ensombreciendo nuestras relaciones. Las negociaciones no legitiman de manera alguna la conducta de Rusia en Georgia, incluyendo los territorios de Abjasia y Osetia del Sur, y la UE tiene bien definidos sus límites en ese respecto. Nuestro apoyo en lo que respecta a la integridad territorial de Georgia es claramente uno de ellos.

Seguimos esperando que Rusia se comporte de forma responsable y cumpla con todos sus compromisos. Esto, en particular, significa que brindaremos especial atención a nuestra vecindad común con Rusia a lo largo de todo el proceso de negociación. La crisis en Georgia ha demostrado cómo los conflictos que no se resolvieron pueden seguir siendo inestables incluso después de muchos años, y que la acción militar no es una solución.

Hemos de recordar a Rusia que tiene mucho que ganar si se comporta de modo constructivo para con sus países vecinos y que tiene mucho que perder si continúa por el camino de la confrontación. Rusia ya ha demostrado, después de todo, que sabe cómo comportarse con sus vecinos de la Europa Central que ahora son parte tanto de la UE como de la OTAN.

Continuaremos insistiendo en que Rusia debe acatar sus compromisos internacionales y respetar la integridad territorial y la soberanía de Georgia y de otros países de Europa Oriental que constituyen su vecindad común con la UE. Asimismo se espera plena cooperación de Rusia como también de Georgia en las conversaciones de Ginebra.

No tengo intención de exponer en detalle el estado actual de las negociaciones con Rusia sobre el Nuevo Acuerdo. La Comisión como negociadora del acuerdo sin duda estará en mejores condiciones para ponerles al corriente del proceso.

También quisiera recordar que solo nos encontramos al principio del proceso, y que podría llevar algún tiempo. No debemos desanimarnos si solo avanza lentamente al principio. Estoy convencido, no obstante, de que al final de nuestra Presidencia aportaremos una mayor claridad sobre lo que ambas partes desean cubrir en el Nuevo Acuerdo.

Le estamos agradecidos a Janusz Onyszkiewicz por su informe y por las recomendaciones que en él se formulan. En general, compartimos muchas de sus preocupaciones como también sus objetivos.

Ahora me gustaría puntualizar algunas observaciones sobre la parte relativa a la seguridad exterior del Nuevo Acuerdo, en la que la Presidencia también asume un papel en las negociaciones. Reviste suma importancia que el Nuevo Acuerdo contenga disposiciones que garanticen un diálogo y una cooperación eficaces con Rusia, y debe basarse en los valores comunes, el cumplimiento de los compromisos internacionales existentes, el Estado de Derecho y el respeto a la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales. Esto es especialmente importante en relación con nuestra vecindad común. De hecho, es fundamental si queremos ver una solución a conflictos de larga duración.

La prevención de conflictos también supone un importante objetivo. Es necesario proseguir a través tanto del diálogo político como de las iniciativas conjuntas.

Ya se ha producido algún movimiento por parte de Rusia en lo que respecta al ámbito del diálogo político y de la parte relativa a la seguridad externa del Nuevo Acuerdo. Pero naturalmente el problema son los detalles. La parte más interesante y desafiante de las negociaciones acaba de comenzar, ya que empezamos a debatir propuestas de texto concretas.

Puesto que las negociaciones están en marcha, no sería apropiado proporcionarles detalles ahora. Sin embargo, puedo asegurarles que procuraremos obtener disposiciones sustanciales sobre el fortalecimiento del diálogo en la escena internacional, la lucha contra el terrorismo, el control de armamento, el desarme y la no proliferación, los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho, la gestión de la crisis y la protección civil.

Se acordó en la Cumbre UE-Rusia en Janty-Mansiisk que nuestro objetivo común es concluir un acuerdo estratégico que proporcione un marco global para las relaciones UE-Rusia en un futuro inmediato y que contribuya a desarrollar el potencial de nuestra relación. Este sigue siendo nuestro objetivo y para el que la Presidencia, así como las sucesivas presidencias, continuarán trabajando.

Estamos dispuestos a mantener informado al Parlamento de los avances que se produzcan y estamos agradecidos por la contribución que han realizado, en particular por el texto de su resolución.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, Miembro de la Comisión. – (DE) Señor Presidente, Señorías, quisiera empezar agradeciendo muy cordialmente al señor Onyszkiewicz su valioso informe.

Hemos hecho hincapié sistemáticamente en que valoramos la opinión del Parlamento, y, por supuesto, me complace facilitarles más información en el transcurso de las negociaciones.

Señor Presidente, Rusia es y seguirá siendo un socio importante para nosotros. Nuestros intereses comunes son complejos y coinciden, desde contactos económicos hasta, por ejemplo, nuestra labor común como socios en el Cuarteto para Oriente Próximo, o como ayer, en Afganistán y Pakistán. Naturalmente, como todos sabemos bien, también tenemos importantes diferencias de opinión, en lo que respecta a la integridad territorial de Georgia, por ejemplo. Las tensiones continúan surgiendo en cuanto al fortalecimiento de nuestro papel en la vecindad que compartimos con Rusia. En este contexto, a menudo se afirma de forma equivocada que dependemos de nuestra gran vecindad. Cuando se trata de comercio y energía, somos más bien mutuamente dependientes o, en otras palabras, nos hemos hecho socios indispensables. Estos son, pues, tiempos en los que nuestras relaciones con Rusia son altamente importantes, y en los que una estrategia comunitaria unificada y con visión de futuro es absolutamente vital.

Mañana, el Presidente Obama se reunirá con el Presidente Medvedev por primera vez, con el fin de pulsar el botón de «reset», por así decirlo, para la relación de EE.UU. con Rusia. Este nuevo enfoque será con toda certeza acogido con beneplácito, pero no tenemos que empezar desde cero otra vez. No es necesario volver a establecer nuestras relaciones; en su lugar debemos perfeccionarlas constantemente. Esto se encuentra entre las primeras prioridades de nuestra lista.

Tal y como remarcó la Comisión en su comunicación del 5 de noviembre, la compleja y amplia naturaleza de nuestras relaciones y las diferentes áreas en las que dependemos mutuamente los unos de los otros se traducen en la necesidad de colaborar sistemáticamente con Rusia, y yo diría también que necesitamos ser sensatos y tener un enfoque orientado hacia los resultados. Las negociaciones sobre un nuevo acuerdo son sin duda la mejor forma de presentar una posición unificada de la UE que defiende nuestros intereses, con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre las áreas más importantes. Mientras me dirijo a ustedes ahora mismo, la cuarta ronda de negociaciones está en marcha en Moscú.

Ahora hemos llegado a un acuerdo sobre la estructura general para el acuerdo que debe formar una base jurídicamente vinculante para todos los aspectos de nuestras relaciones en un futuro inmediato. Al mismo tiempo, no obstante, no hemos determinado ninguna fecha límite forzada para las negociaciones. En mi opinión, debemos tomar el tiempo que sea necesario para lograr un resultado satisfactorio, porque el acuerdo actual seguirá estando en vigor hasta ese momento, y, por tanto, no existe ninguna necesidad imperiosa de proceder con urgencia. Por consiguiente, no es necesario esperar al Nuevo Acuerdo para que podamos tratar las cuestiones actuales. Hasta ahora, se han debatido cuestiones de política, justicia y seguridad, de forma que ahora existe un mejor entendimiento de nuestras posiciones respectivas; ya hemos empezado a debatir cuestiones de índole económica.

En cualquier caso, no debería sorprendernos que ambas partes tengan enfoques divergentes en algunas áreas. Aunque Rusia tiene grandes ambiciones en cuanto a cooperación sobre política exterior y de seguridad, por ejemplo, actualmente es menos ambiciosa cuando se trata de cuestiones económicas. Naturalmente, es en nuestro interés, en el de la UE, que las relaciones económicas y de mercado incluyan disposiciones jurídicamente vinculantes y estatutarias con el fin de garantizar que Rusia acepta un sistema basado en normas claras. Esto se aplica en particular a los temas de energía, en los que procuramos la aceptación de los principios de la Carta de la Energía, los más importantes son transparencia, mutualidad y no discriminación.

La crisis del gas a principios de año melló la confianza en la fiabilidad de nuestras relaciones energéticas y eso debe rectificarse. Por lo tanto, estamos intentando, en paralelo con las negociaciones, reforzar de forma significativa el sistema de alerta rápida, que dictamina disposiciones sobre control y observación en caso de crisis, con el fin de evitar conflictos y facilitar resoluciones.

El acuerdo que estamos negociando también debe, naturalmente, estar basado en el respeto a los derechos humanos y a la democracia, creemos que esto debe ser un componente esencial. Cuando ha sido necesario, Rusia y la UE, como dijo el señor Vondra, han alcanzado los mismos compromisos en las Naciones Unidas, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y el Consejo de Europa. Nuestro tratado debe enfatizar el respeto por estos compromisos e intereses comunes. Obviamente, no puede resolver los conflictos de Europa por sí mismo, pero debería facilitar un marco para la resolución de estos.

De forma simultánea a nuestras negociaciones, continuaremos nuestros esfuerzos en los foros ya existentes, en las conversaciones de Ginebra para Georgia, en el formato 5+2 para Transnistria y en el proceso de Minsk para Nagorno Karabaj. La justicia y los asuntos internos, como he dicho, son de importancia para ambas partes en las negociaciones y son áreas en las que creo que hay un potencial importante para una cooperación mutuamente beneficiosa, especialmente en la lucha contra el crimen organizado y también en la mejora de las condiciones de los viajeros de buena fe. Sin embargo, la posibilidad de abolir los requisitos de tramitación de visados, como ha solicitado Rusia, solo será una posibilidad realista si se combina con más mejoras en otras áreas. Por ejemplo, sería más fácil para nosotros cooperar de forma eficaz en términos generales si Rusia aplicara normas de protección de datos más estrictas; en términos de investigación, educación y cultura también existen numerosas oportunidades para la cooperación en el interés de nuestros ciudadanos, y debería tenerse en cuenta en el Nuevo Acuerdo.

El informe que hoy estamos debatiendo incluye obviamente muchas más propuestas para las que ahora no tengo tiempo de comentar, pero que seguramente surgirán en el debate. Me gustaría remarcar una vez más que acojo con especial agrado la línea que el señor Onyszkiewicz ha adoptado en el informe que tenemos ante nosotros y en el proyecto de resolución propuesto. Si se requiere más información tras el debate de hoy, naturalmente estaré encantada de ofrecer en cualquier momento a la Comisión de Asuntos Exteriores, por ejemplo, un informe en detalle, tal y como hice el año pasado.

Para finalizar, quisiera hacer hincapié en que me preocupa que las negociaciones progresen de forma satisfactoria y en que les brindo mi pleno apoyo. Un buen tratado, y así lo espero, asentará las relaciones UE-Rusia sobre una base sólida y predecible para el futuro inmediato, y de esta manera contribuirá de manera significativa en la estabilidad y la seguridad de nuestro continente.

 
  
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  Cristina Gutiérrez-Cortines, ponente de opinión de la Comisión de Industria, Investigación y Energía. - (ES) Señor Presidente, para nosotros y para Europa, para la Comisión de ITRE, y para nosotros en Europa, es evidente que la energía se ha convertido en un instrumento de la política exterior, en un elemento de cambio que puede generar conflictos y puede unirnos, y ese es precisamente el tema que nos ocupa hoy.

La tradición de Europa con Rusia ha sido de unidad. Nuestra historia demuestra que la Rusia blanca se desarrolló a base de un influjo claro de Occidente, y la tradición rusa ha sido, tanto desde el punto de vista religioso como del de toda la educación y de gran parte del pensamiento, un pensamiento europeo que enriqueció a Rusia; y la tradición de los científicos rusos, también desde Kazán, con grandes matemáticos, y otros rincones de Rusia, lo mismo que su literatura, han enriquecido nuestra cultura.

Creo que hemos de pensar que las tensiones de la época socialista fueron un paréntesis que debemos recordar, pero no constituyen una constante. Nuestra constante con Rusia ha sido la unión; por eso digo que en este ámbito de la energía, en el que Europa es deficitaria, debemos advertir a Rusia de que debemos seguir siendo amigos, pero con unas reglas de juego claras, como siempre las tuvieron los caballeros y como siempre las hemos tenido, ahora con reglas escritas.

Nosotros no podemos vivir en la incertidumbre permanente de que les recorte el suministro a nuestros ciudadanos, pero Rusia también ha de pensar que no puede utilizar la energía como un instrumento para no reconocer la soberanía de los Estados circundantes. Hay un estado de hecho, de pueblos que han conseguido su soberanía, que están en pleno ejercicio de la democracia, por los que nosotros debemos velar y por los que Rusia tiene el deber de velar, lo mismo que tiene el deber de proporcionar una reglas de juego claras para el intercambio energético y la unión a través de la energía.

 
  
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  Josef Zieleniec, en nombre del Grupo del PPE-DE. – (CS) Señor Presidente, quisiera mostrar mi agradecimiento al señor Onyszkiewicz por elaborar este importante, equilibrado y bien redactado informe. Como ponente alternativo del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos, me complace que el informe también refleje nuestras principales prioridades en cuanto a Rusia, como por ejemplo la cooperación pragmática basada en un entorno de mercado saludable, el énfasis en los derechos humanos, un estado legal y una democracia que funcionen, todos ellos son valores sociales fundamentales para la UE, así como también el hacer hincapié en el respeto a la soberanía de todos los estados circundantes y a la unidad de la UE.

El Nuevo Acuerdo que se está negociando debe incluir todos los aspectos relativos a la cooperación, ser jurídicamente vinculante y reflejar la calidad de nuestras relaciones con Rusia. Sin embargo, si las discusiones van a reflejar nuestras posiciones y valores, no debemos olvidar el papel desempeñado por Rusia en la guerra de Georgia el año pasado o en la crisis del gas de enero. No podemos permitir la creación de nuevas esferas de influencia en Europa. No podemos aceptar el status quo o mejor dicho el hecho consumado en el Cáucaso. De ahí el requisito de garantías inequívocas de que Rusia no utilizará la fuerza contra ninguno de sus países vecinos y que abordará junto con la UE los conflictos de nuestra vecindad compartida. A nuestro parecer es completamente natural invitar a Rusia a dar el primer paso directo para infundir confianza.

Muchos compañeros destacan hoy, con razón, la necesidad de unidad de la UE en relación con Rusia. Sin embargo, solo podemos lograr una posición verdaderamente unificada de forma gradual, de ahí que mi propuesta para establecer un mecanismo de consulta dentro del marco de trabajo del Consejo que permita a los Estados miembros consultarse entre sí con la suficiente antelación sobre cuestiones bilaterales que implican a Rusia y que afecten a otro Estado miembro o a la UE en su conjunto. Solo de este modo conseguiremos una posición verdaderamente unificada frente a Rusia, y solo así explotaremos plenamente nuestra mayor ventaja en relación con Rusia, que es nuestra propia unidad.

 
  
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  Csaba Tabajdi, en nombre del Grupo del PSE. (HU) El Grupo Socialista en el Parlamento Europeo considera a Rusia un socio estratégico clave. La Unión Europea y Rusia dependen la una de la otra, como también ha confirmado la Comisaria Ferrero-Waldner.

Me gustaría mencionar que en lo que concierne al suministro de gas, dependemos el uno del otro, puesto que Rusia no podría vender su gas a nadie más. Debemos ser claros en esto. Es muy importante que se trabaje y concluya un nuevo Acuerdo de Colaboración y Cooperación. Este informe debería haber servido para tal fin, pero no lo hace.

El informe del señor Onyszkiewicz, que ha sido aprobado en la Comisión de Asuntos Exteriores y cuyo tono es a veces explícitamente grosero, podría ocasionar graves daños a la red de relaciones entre la UE y Rusia. El Grupo Socialista está de acuerdo en que el Parlamento debe expresar sus críticas legítimas respecto a Rusia. El Grupo Socialista condena con firmeza las violaciones de los derechos humanos y exigimos que se respeten los derechos democráticos y los valores fundamentales.

Exhortamos a que Rusia respete el principio de independencia de los medios de comunicación impresos y electrónicos. Hacemos un llamamiento al Gobierno ruso para que adopte todas las medidas posibles para investigar los ataques y asesinatos perpetrados contra periodistas. La legislación rusa sobre las ONG pone en peligro el funcionamiento independiente de estas organizaciones.

El Grupo Socialista observa con preocupación la forma en la que se han llevado a cabo las últimas elecciones a la Duma y las elecciones presidenciales en Rusia. Criticamos el papel desempeñado por Rusia en el conflicto del gas entre esta y Ucrania, y en el conflicto entre estos dos países. Al mismo tiempo, no obstante estamos convencidos de que las recomendaciones del Parlamento deben servir para mejorar las relaciones UE-Rusia y para la preparación de una nueva cooperación estratégica. Este informe no sirve para tal fin. Por esta razón hemos votado contra el informe en la Comisión de Asuntos Exteriores.

El Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) y de los Demócratas Europeos y el Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa están contra el pensamiento expresado por la Comisión. Se han topado con la nueva política de Estados Unidos, si creen que la Administración de Obama, en especial mediante las declaraciones del Vicepresidente Joe Biden, ha cambiado su estilo, entonces la Unión Europea irá con retraso respeto a la nueva política estadounidense, aunque esto no sea en nuestro interés. Por eso nuestra preocupación no es por la crítica en sí, sino por el estilo.

No es didactismo lo que necesitamos, sino crítica justificada. No es para la Unión Europea el papel de profesor ni el de dar lecciones a Rusia. Por consiguiente, el Grupo Socialista solo entiende que este proyecto de informe es aceptable si el Parlamento aprueba las seis enmiendas propuestas que hemos presentado; de lo contrario este será simplemente un informe contraproducente y que no servirá para la cooperación estratégica entre la UE y Rusia. Sin embargo, en el interés de la Unión Europea hay que desarrollar una cooperación satisfactoria entre la UE y Rusia.

 
  
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  Graham Watson, en nombre del Grupo ALDE. – Señor Presidente, los asuntos exteriores requieren diplomacia y principios, y este informe sobre el Nuevo Acuerdo UE-Rusia está provisto de ambos. Mi grupo elogia su contenido y felicita al señor Janusz Onyszkiewicz por su labor.

La historia nos enseña que no hay nada que irrite más a los rusos que darles la espalda, así que en el interés de Rusia y de la Unión Europea hemos de comunicarnos, cooperar y comerciar de forma que se fomente la confianza. Del mismo modo, es deshonesto pretender que la conducta de Rusia es intachable. Este es un país que utiliza los suministros de energía como arma, un país cuya conducta arrogante en el Cáucaso y en los países bálticos pone los nervios de punta a los países vecinos, y un país en el que el Estado de Derecho se pliega y adapta para acomodar a los que están a favor del Kremlin y aprieta las tuercas a los que no lo están, como confirma el nuevo juicio que hoy se celebra contra Mikhail Khodorkovsky.

Las elecciones, como sabemos, no son una excepción. El abuso físico, la intimidación a los defensores de los derechos humanos, el asesinato de periodistas independientes — el señor Tabajdi— son realidades de la Rusia de hoy en día.

(Aplausos)

Nos entristece que algunos miembros hayan dirigido sus esfuerzos a aguar la crítica al historial de derechos humanos de Rusia. Me sorprende la insistencia en que algunos definen el Nuevo Acuerdo como estratégico, simplemente porque Moscú así lo quiere. Sí, debemos construir puentes, pero no debemos dejar de ser críticos en asuntos que son incalificables.

Existen tres razones para explicar por qué algunos son propensos a complacer al señor Putin. En primer lugar, están los que una vez simpatizaron con los soviéticos y cuya unión sentimental al Kremlin continúa. En segundo lugar, están los que piensan que Rusia es de algún modo diferente a otros países y no se pueden aplicar las mismas normas, y, en tercer lugar, están los que piensan que Rusia da demasiado miedo como para menospreciarla. Ninguno de estos argumentos se tiene en pie. La extrema izquierda de Europa cuenta con una historia de terca ignorancia sobre los derechos humanos en la época soviética. No es solo moralmente erróneo, sino también políticamente descabellado excusar a Rusia ahora que está avanzando hacia la derecha autoritaria. Además, los derechos humanos son universales e indivisibles, o no significan nada; por tanto la Unión debe tener la confianza para defender nuestros valores dentro y fuera de nuestras fronteras.

Por último, Europa hoy cuenta con una población de tres veces y media superior a la de Rusia. Tenemos un gasto militar diez veces mayor y una economía que supera quince veces el tamaño de la de Rusia. No tenemos ninguna razón para acobardarnos ante el Kremlin y tenemos todas las razones para defender nuestros valores. Por lo tanto, apoyamos el Nuevo Acuerdo, pero permitan que Europa participe en la relación de forma unida, fuerte y con los ojos abiertos.

 
  
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  Adam Bielan, en nombre del Grupo UEN. (PL) Señor Presidente, el Kremlin utiliza los suministros de energía como instrumento político junto con el principio de «divide y vencerás» con el fin de corromper Europa país por país, desde Chipre hasta los Países Bajos. Este enfoque está demostrando ser increíblemente exitoso. Por contraste, la Unión Europea ha permanecido sorprendentemente pasiva durante el ataque al estado soberano de Georgia. Los líderes de la UE brillaron por su ausencia. Al señor Solana y a la Comisaria Ferrero-Waldner no se les veía por ninguna parte. Mientras tanto, el señor Sarkozy, Presidente de Francia, fue totalmente humillado ya que los rusos ignoraron por completo el acuerdo de paz que él había negociado. Se deduce que la debilidad de Europa en sus relaciones Rusia se origina en su propia ingenuidad y miopía.

Empresas energéticas austriacas, alemanas e italianas están comerciando con el Kremlin sobre una base bilateral. Esto se traduce directamente en una presión política por parte de Moscú sobre Estados miembros particulares. Alemania está construyendo un gasoducto en el fondo del Mar Báltico con el objetivo de evitar Polonia, con todo Rusia ha cortado el suministro energético a Lituania, la República Checa y otros países de la UE en más de una ocasión. Si se aplica el Nord Stream, mi país, Polonia, correrá la misma suerte. La política de la UE hacia Rusia debe basarse en los principios de unidad y solidaridad. Ésta es la razón por la que, si queremos que nuestras relaciones con Rusia sean efectivas, es absolutamente esencial consultar a otros Estados miembros que puedan estar potencialmente afectados antes de que se alcancen los acuerdos bilaterales con el Kremlin.

 
  
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  Marie Anne Isler Béguin, en nombre del Grupo Verts/ALE. (FR) Señor Presidente, quisiera también dar las gracias al ponente por aceptar nuestras enmiendas y situar la cuestión de los derechos humanos en el centro de las negociaciones con Rusia. Solicitaría al Consejo y a la Comisión que no cediera en este tema, así como también pediría al ponente que apoyara las otras enmiendas que hemos presentado respecto a los derechos de las minorías y de Chechenia, que de algún modo han sido olvidadas en el informe.

También brindamos nuestro apoyo a la actitud crítica hacia Rusia porque, aunque Rusia está dando ahora señales más positivas, notablemente con respecto a su deseo de concluir un acuerdo internacional sobre la reducción de arsenales de armas nucleares, que sin duda son demasiado costosas en este tiempo de crisis, todavía sigue siendo totalmente intransigente en otras cuestiones, particularmente en las que respectan a la política de vecindad, reprochando a la Unión Europea su interferencia en la esfera de influencia de Rusia. Quisiera recordarles que recientemente en Bruselas el señor Lavrov criticó la Asociación Oriental que constituimos en la cumbre de primavera, solo porque el señor Putin reaccionó negativamente ante el acuerdo del gas entre la Unión Europea y Ucrania.

Como saben —y como todos han manifestado— la cuestión de Georgia sigue siendo de gran actualidad y todavía sigue siendo la manzana de la discordia entre la UE y Rusia, que utiliza constantemente su derecho de veto para evitar todo despliegue de tropas internacionales de mantenimiento de la paz e incluso el acceso de nuestros observadores civiles a los territorios que ocupa y controla. Por lo tanto, está en contravención de los seis puntos del acuerdo que la UE concertó con Rusia el 12 de agosto, y tampoco detiene los actos de violencia diarios en la frontera administrativa de Abjasia-Osetia.

Además, no engañan a nadie con lo de la dependencia de los Estados miembros de Rusia, como se ha mencionado, en materia energética o con lo del precio político que tenemos que pagar.

Por último, señor Presidente, enfrentados a una crisis global que no perdona a nadie, incluida Rusia, me gustaría que surgieran soluciones originales y que predispusieran a Rusia para que aceptara una cooperación constructiva, y que la UE influyera más como socio unido.

 
  
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  Vladimír Remek , en nombre del Grupo GUE/NGL. – (CS) Señor Presidente, Señorías, estamos debatiendo nuestras recomendaciones al Consejo para el Nuevo Acuerdo con Rusia. Sin embargo, el texto del informe no me da la impresión que contenga recomendaciones para negociaciones diplomáticas. Por lo general, el documento expresa y destaca la necesidad de exigir, insistir, subrayar, retar y así sucesivamente. Esto es un vocabulario de dictado y estoy muy contento de no ser el negociador que se supone debe guiarse por tales recomendaciones. Al mismo tiempo reconocemos que la UE recibe, a parte de cualquier otra cosa, un cuarto de los suministros de hidrocarburos y gas natural procedentes de Rusia. A veces pienso que estamos intentando pedir suministros seguros y estables de materias primas de vital importancia al tiempo que amenazamos con una porra. ¿Y qué es lo que la UE pone sobre la mesa de negociaciones? ¿Cuál es nuestra posición sobre los derechos humanos que amparamos en relación con, por ejemplo, las minorías que hablan ruso y viven dentro del territorio de Estados miembros de la UE? ¿Qué opinamos sobre las reuniones y acciones de antiguos miembros de las unidades de las SS en los países de la UE? ¿O es que no nos oponemos a ellos sino que más bien los apoyamos, en conflicto con las conclusiones de las Naciones Unidas, por ejemplo? También, ¿cómo es que la Comisión de Industria, Investigación y Energía (ITRE) puede nombrar a ambos países, Ucrania y Rusia, como responsables de los problemas que conciernen al suministro de gas natural a la UE, pero nuestras recomendaciones solo se dirigen a Rusia? En general, es más bien como intentar jugar al fútbol con una sola portería. Esto no es, como seguramente admitirán, un juego propiamente dicho. Entonces no esperemos ningún resultado milagroso.

Por lo tanto, personalmente tengo un problema en brindar mi apoyo al documento en su forma actual. Incluso en la Comisión de Asuntos Exteriores un tercio de los diputados no estaban contentos con el proyecto. Mientras tanto, la Comisión de Comercio Internacional ha adoptado un enfoque mucho más realista en cuanto a las relaciones con Rusia, teniendo en cuenta lo que Europa verdaderamente necesita.

 
  
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  Bastiaan Belder, en nombre del Grupo IND/DEM. – (NL) Señor Presidente, no cabe duda de que Rusia ahora tiene su cuota correspondiente de la crisis económica global. Justo esta mañana he escuchado en la radio un informe detallado desde San Petersburgo sobre medicinas que no están al alcance del ciudadano medio ruso. Las últimas predicciones del Banco Mundial pronostican un tiempo incluso más tormentoso para la economía rusa. ¿Qué vamos a hacer con tan pesimista predicción que indica que, para finales de este año, más de 20 millones de rusos podrían estar por debajo del umbral de subsistencia de 4 600 rublos rusos (aproximadamente 185 dólares estadounidenses)?

De hecho, Europa y Rusia se enfrentan a la necesidad urgente de tomar medidas firmes para abordar la crisis. Por lo tanto, se debe otorgar prioridad a los esfuerzos conjuntos para mejorar el clima económico global. Si bien esto requiere confianza mutua, hay algo que deseo subrayar ya que, lamentablemente, la política exterior del Kremlin se resiste firmemente en ese sentido. Un ejemplo es la crisis en Moldova, que continúa y que se está complicando aún más, y no está recibiendo ninguna ayuda de Igor Smirnov. Otro ejemplo es el renovado altercado de la semana pasada en Ucrania. En breve, la falta de confianza mutua obstaculiza los esfuerzos conjuntos.

Con su informe, el Parlamento está enviando este mensaje claro y honesto al Consejo y a la Comisión para las negociaciones con Moscú y, eso espero sinceramente, se está enfrentado a Rusia con la cabeza bien alta.

 
  
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  Jana Bobošíková (NI). – (CS) Señorías, en las recomendaciones del proyecto de este Parlamento al Consejo en lo que concierne al Nuevo Acuerdo UERusia, que hoy estamos debatiendo, existen quizás solo dos hechos en los que se puede estar de acuerdo. El primero de ellos es que Rusia reviste una gran importancia para la estabilidad y la prosperidad de Europa y del mundo, y el segundo es que debemos lograr una cooperación estratégica con Rusia basada en valores democráticos. De lo contrario, debo decir que el texto está escrito en un lenguaje de poder victorioso propio del período de la Guerra Fría, lo que contradice todas las reglas básicas de las relaciones internacionales y diplomáticas. Estas reglas versan sobre compromiso, cortesía, equilibrio y respeto hacia el otro lado en una mesa de negociaciones. No son sobre peticiones dictatoriales ni rigurosas censuras. La terminología y la redacción del informe recuerdan a la carta del sultán engreído a los Cosacos de Zaporozhia, quien entonces le dio una respuesta apropiada. La inadecuada rusofobia del texto se compensa parcialmente gracias a la declaración objetiva de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, que debería servir como guía para redactar un nuevo documento. En mi opinión, el informe actual perjudica tanto a la UE como a la Federación de Rusia y, por tanto, a los intereses de todos los ciudadanos de la zona euro-asiática.

Señorías, espero que la Cumbre UE-Rusia que se celebrará bajo la Presidencia checa del Presidente checo Václav Klaus definitivamente no utilice esta retórica rusofóbica. No solo porque la Presidencia checa no comparte la visión mayoritaria de la UE del conflicto entre Rusia y Georgia. Creo firmemente que en el interés de nuestros ciudadanos, el Consejo debe tener en cuenta que Rusia es y seguirá siendo necesaria, útil y un socio en pie de igualdad en nuestra zona geopolítica. Como ya se ha mencionado, un cuarto de los suministros de hidrocarburos y gas natural de la UE proceden de Rusia, y la mitad de los hidrocarburos y gas natural de Rusia va hacia la UE. Si no hay nada más entonces, este hecho por sí mismo es un argumento suficiente para intentar mantener buenas relaciones de vecindad entre la UE y la Federación de Rusia.

 
  
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  Ria Oomen-Ruijten (PPE-DE). (NL) Señor Presidente, durante los últimos dos años y medio, como Presidenta de la Delegación para las Relaciones con Rusia, me he dedicado muy intensamente a Rusia y Europa. No solo he estado trabajando en incidentes sino que también he mantenido una mentalidad abierta en lo que respecta a la estrategia a largo plazo. Por ello, no entiendo lo que el señor Watson, el Presidente del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, acaba de decir. No he tomado partido en ninguno de estos debates, ni tampoco mis compañeros. Hemos debatido muchos problemas que afectan a Rusia.

Sin embargo, no olvidemos que alcanzar un acuerdo de cooperación también significa que nosotros mismos seremos socios. Esto implica que ambas partes se comprometan a consultarse entre sí sobre cuestiones complejas. De hecho, un acuerdo de cooperación solo puede llevarse a cabo con un espíritu de confianza mutua, y no si una parte solo ve problemas. Los Estados Unidos ahora tienen una estrategia diferente. ¿De verdad tenemos que volver al sentir de la guerra fría, a diferencia de los Estados Unidos que están dando oportunidades? Eso no es una medida sensata que debemos adoptar.

Necesitamos un acuerdo de cooperación, una asociación estratégica, ya que solo tenemos un país vecino de ese tamaño. Dependemos de este vecino para nuestro suministro energético, y él depende de nosotros por nuestros fondos. Puesto que en Europa tenemos unos valores que defender, no obstante, también debatimos valores comunes y derechos humanos con este país vecino. Debatir solo los aspectos negativos no es un buen comienzo para la nueva estrategia que verdaderamente necesitamos para con nuestro gran país vecino. Por lo tanto, quisiera agradecer a la Comisaria su respuesta, puesto que contiene elementos positivos que nos ayudan a lograr realmente algo que beneficia a 500 millones de ciudadanos europeos.

 
  
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  Jan Marinus Wiersma (PSE). (NL) Señor Presidente, me gustaría empezar felicitando a la señora Oomen-Ruijten por lo que acaba de decir. Estoy completamente de acuerdo con sus argumentos, y también espero que ejerzan alguna influencia sobre su grupo mañana cuando se voten nuestras enmiendas a este informe. Le deseo el mayor de los éxitos en este sentido.

Mi grupo se encuentra con grandes dificultades en este informe del señor Onyszkiewicz, razón por la cual hemos votado en contra en la Comisión de Asuntos Exteriores. Es un informe detallado, y con razón; la agenda para las relaciones entre la UE y Rusia en efecto es extensa. Es cierto que el ponente se ha esforzado en abordar todos estos campos en su informe, por lo que lo elogio. Con todo el informe adopta el tono equivocado. No se puede decir que estas relaciones son cruciales, como lo hace el ponente, y justo después incluir ejemplos de todo lo que está mal o malas prácticas en Rusia, sin ni siquiera observar los errores que hemos cometido en el pasado —durante los últimos 20 años— en relación con la Federación de Rusia.

Rusia no es un país candidato, sino más bien un socio estratégico que desea cooperar en áreas de interés común. Esto requiere un comportamiento racional y constructivo, y estoy totalmente de acuerdo con el señor Vondra en que esto debe formar la base de nuestro planteamiento. Contrariamente a la impresión dada, los criterios de Copenhague no se aplican aquí. Estoy a favor de un enfoque pragmático basado en la interdependencia. Ellos nos necesitan y nosotros los necesitamos a ellos. Tanto si es en el área de comercio, cooperación energética, clima o no proliferación de armas nucleares, solo podemos encontrar soluciones si trabajamos juntos. Ese es el interés estratégico —insistimos en utilizar la palabra «estratégico» en este debate— que hay detrás de las negociaciones sobre un nuevo acuerdo. Debemos llevar a cabo esto de buena fe a la vez que respetamos los intereses de Rusia.

Nuestro ponente dedica justamente mucha atención a los países circundantes que la Unión Europea tiene en común con Rusia. Aquí, también, el principio sostiene que la cooperación es más productiva que la confrontación. Deseamos evitar a toda costa conflictos sobre esferas de influencia. En su lugar, la Unión Europea debe concentrarse en volver a activar la debilitada Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Dentro de este marco, podemos entonces procurar una mejora del enfoque hacia los conflictos estancados que aún tenemos en Europa, tanto si están en Georgia, Azerbaiyán o Moldova.

Por supuesto, no todo es excelente en las relaciones UE-Rusia. El informe debate esto con razón. Hemos censurado la invasión de Rusia en Georgia y continuamos haciéndolo. Estamos preocupados por las tendencias autoritarias en Rusia, por eso el diálogo no puede ser solamente positivo y, como miembro del Consejo de Europa, Rusia también puede hacerlo mejor. No obstante, con el debido respecto al ponente, haría bien si pulsara el botón de «reset». Empeñarse en una actitud polarizante ahora que el Gobierno de los Estados Unidos ha tomado un enfoque diferente respecto a Rusia es contraproducente. Nuestros problemas son globales y para resolverlos es necesaria la participación de todos y cada uno.

 
  
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  István Szent-Iványi (ALDE). - (HU) En su discurso inaugural, el Presidente Medvedev manifestó que la tarea más importante era proteger la libertad y restaurar el Estado de Derecho. Lamentablemente, todavía tiene que cumplir su promesa. Es nuestro deber recordarle su promesa, y brindar más apoyo a los medios de comunicación independientes, a la sociedad civil y a las víctimas de las violaciones de los derechos humanos.

Nos esforzamos por conseguir una cooperación pragmática con Rusia y lograr un acuerdo de cooperación, y eso lo hacemos en nuestro interés. Esto solo puede ser realista, no obstante, si Rusia por su parte demuestra un comportamiento cooperador, responsable y constructivo.

En enero, la confianza en la fiabilidad de Rusia como proveedor de energía se vio afectada. Por consiguiente, el elemento principal del acuerdo debe ser la cooperación energética. Sería de gran ayuda para fomentar la confianza si Rusia al menos ratificara la Carta Europea de la Energía y el Protocolo de Tránsito. Esperamos que la Unión Europea adopte medidas unificadas y decisivas en nombre de aquellos Estados miembros, que dependen en gran medida de los suministros de energía rusos.

 
  
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  Inese Vaidere (UEN). - (LV) Gracias, señor Onyszkiewicz, por su muy equilibrado informe. Rusia es un socio muy importante para la Unión Europea. La acción conjunta puede tener un efecto positivo a la hora de superar la crisis económica y financiera. Sin embargo, eso no debe permitir que nos apartemos de nuestros principios y valores. Debemos exigir que Rusia restaure los derechos humanos, así como la libertad de prensa, la libertad de expresión y la libertad de asociación. Debemos insistir en que el programa de Rusia para apoyar a los compatriotas rusos no se utilice como instrumento para reforzar su influencia política en determinados Estados miembros de la UE. Con el fin de firmar un nuevo acuerdo, Rusia debe cumplir sus compromisos respecto a la integridad territorial de Georgia. Este amplio acuerdo debe incluir una estrategia de seguridad energética, basada en la ratificación de la Carta de la Energía. También debemos procurar una evaluación adecuada de las repercusiones medioambientales del gasoducto del norte. Gracias.

 
  
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  Milan Horáček (Verts/ALE). (DE) Señor Presidente, Comisaria, Presidente en ejercicio del Consejo, el señor Onyszkiewicz ha hablado muy lúcidamente sobre la importancia de los derechos humanos en la cooperación con Rusia, por lo que se lo agradezco. Creo que es especialmente importante dejar absolutamente claro que Europa no valora los lazos económicos, es decir, las conexiones de gas, por encima de los derechos humanos. Una cooperación normal se basa en dos partes fiables que confían la una en la otra. La cooperación estratégica corre el riesgo de tener solo defensa y fiabilidad limitadas, por eso la UE tiene que protegerse contra la falta de fiabilidad. Mientras que Rusia continúe abusando gravemente de los derechos humanos y no alcance un nivel mínimo de democracia y Estado de Derecho, como se puede ver, por ejemplo, en los casos de Anna Politkovskaya o del señor Khodorkovsky y del señor Lebedev, no podemos tener una cooperación normal y buena.

 
  
  

PRESIDE: RODI KRATSA-TSAGAROPOULOU
Vicepresidenta

 
  
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  Jiří Maštálka (GUE/NGL). – (CS) El informe del señor Onyszkiewicz es sin duda uno de los documentos más importantes que se han presentado al cierre de nuestro mandato electoral. Debo subrayar que estoy muy, muy decepcionado por lo que contiene el informe. Una de las pequeñas cuestiones con la que estoy de acuerdo es que todos consideramos que es una cuestión clave mantener buenas relaciones con Rusia. En mi opinión, el concepto del informe carece de equilibrio y estoy completamente convencido de que en su forma original no ayudará a mejorar nuestras relaciones mutuas. Considero un malentendido, por decirlo educadamente, que el informe quiera encomendar poderes de consulta a un Alto Representante de la Unión Europea. Si este tuviera que ser el señor Solana, en lo que a mí respecta, el hombre que hace diez años desencadenó el bombardeo inconscientemente denominado humanitario de Yugoslavia y quien, infringiendo el Derecho internacional, está organizando la división de parte de un estado soberano, no merece mi confianza. También observo una falta de equilibrio precisamente en el hecho de que el informe critica a Rusia por su programa para apoyar a los ciudadanos rusos que viven en el extranjero, mientras que al mismo tiempo permanece en silencio sobre la posición de las personas que hablan ruso y que no son ciudadanas de la UE. En mi opinión el informe también permanece deliberadamente en silencio sobre la llamada polémica de la «Carta Polaca», que incumple el Derecho internacional.

 
  
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  Francisco Millán Mon (PPE-DE). - (ES) Rusia es un actor internacional muy importante, miembro permanente del Consejo de Seguridad y del G8 y una gran potencia militar. Por estas simples razones la Unión Europea debería intentar establecer una relación de diálogo y cooperación con Rusia. Además, muchos Estados miembros dependen de ella en materia energética y mantienen con ella importantes intercambios económicos.

Pero la relación debería ir más allá, ser más ambiciosa. Rusia es un país europeo, perteneciente al Consejo de Europa, que ha asumido compromisos en materia de derechos humanos y de libertades democráticas y que debe compartir con nosotros una serie de valores y de principios, entre ellos el respeto del Derecho internacional y la soberanía e integridad territorial de los Estados.

Sin embargo, los acontecimientos de los últimos tiempos muestran una tendencia preocupante en Rusia. Así, por ejemplo, la utilización de los recursos energéticos como arma de presión, incluyendo el corte de suministro, o la crisis de Georgia del verano pasado y los hechos posteriores.

Con todo ello, la confianza en Rusia como socio europeo se ha deteriorado. Ahora hay que tratar de recuperar esa confianza. Con Rusia queremos una asociación constructiva de auténticos socios europeos, pero para ello su comportamiento debe ser distinto.

En la Unión Europea, por muchas razones, también históricas, los Estados miembros tienen diferentes concepciones sobre la relación con Rusia, por lo que llegar a una posición común no es fácil. Es una de nuestras debilidades, de nuestros problemas, pero junto a visiones que podríamos llamar pragmáticas o realistas, en este Parlamento también cobra fuerza la visión de que aquellos socios con los que queremos relaciones muy estrechas deben tener un comportamiento conforme con el Derecho internacional y respetuoso de los derechos y libertades básicas, especialmente si se trata de socios que pertenecen a la gran familia europea.

Este Parlamento celebró el compromiso del Presidente Medvédev, al comienzo de su mandato, con los derechos humanos y el imperio de la ley, pero las palabras deben ir acompañadas de hechos que las confirmen.

Señorías, a mí me gustaría creer que en un futuro la Unión Europea encontrará en Rusia un socio permanente, estructural, que comparta nuestros valores ideales, pero hoy me parece claro que este futuro no está tan próximo.

 
  
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  Hannes Swoboda (PSE). (DE) Señora Presidenta, me gustaría empezar agradeciéndoles afectuosamente al señor Vondra y a la Comisaria Ferrero-Waldner sus contribuciones, que fueron mucho más realistas, en nuestro parecer, más ajustadas que el informe del señor Onyszkiewicz en su forma actual, que encuentro muy lamentable, ya que tengo al señor Onyszkiewicz en gran estima a nivel personal. Por eso, no termino de entender porqué tenemos un informe ante nosotros que no utiliza esta base común —crítica por un lado y deseo de cooperar por otro— como denominador, como el Consejo y la Comisión han hecho.

Permítame repasar nuestra crítica una vez más, y con ello me refiero a nuestra crítica de Rusia, solo para dejarlo claro.

En cuanto a la vecindad, no entendemos, a la vez que criticamos, el comportamiento de Rusia hacia Georgia, aunque el mundo es muy consciente de que Rusia no es la única culpable aquí. El hecho es que determinados círculos aquí no quieren aceptarlo. Tenemos que ver ambas partes. Cuando examino, de la señora Zourabichvili hasta la señora Burjanadze, cómo los antiguos aliados del Presidente de Georgia ahora están contra el Presidente Saakashvili y cómo los derechos humanos no están precisamente muy valorados tampoco, me pregunto por qué solo se critica a Rusia y no a Georgia. En lo que respecta a la crisis energética que implica a Ucrania, ahora todos sabemos bien, y usted tiene conocimiento de ello al igual que nosotros, que Ucrania, y su situación política interna, es también responsable, pero siempre se critica a Rusia solamente.

Si bien el señor Horáček, quien aparentemente quiere ahora solucionar la crisis gubernamental de la República Checa, dice aquí que no debemos priorizar la cuestión energética sobre los derechos humanos; realmente nadie está haciendo eso. Dígame, específicamente, ¿quiere que ahora digamos «no queremos su gas hasta que se respeten los derechos humanos»? Debe decir abiertamente, con claridad y honestidad lo que quiere y no solo lanzar titulares al debate.

Mi tercer punto se refiere a los derechos humanos. Estamos terriblemente decepcionados con la actitud respecto a los derechos humanos en Rusia; sin duda, nos parece inaceptable. Nunca permaneceremos callados frente a las violaciones de los derechos humanos. Como acabo de decir, debemos abordar los abusos de los derechos humanos claramente dondequiera que ocurran, sea en Georgia, Rusia o en nuestros Estados miembros. Esto incluye los derechos de los ciudadanos rusos o no ciudadanos rusos, algunos de ellos, lamentablemente, se enfrentan a problemas en determinados Estados miembros de la UE. No hace falta decirlo, pero debemos hacerlo en la misma medida en todas partes; repito en la misma medida y con el mismo criterio.

En cuarto lugar, me entristece profundamente que Rusia —y sus líderes— no desarrollen el tipo de perspectiva de su propia historia que muchos de nuestros propios países han desarrollado. Con ello me refiero al debate que ya hemos celebrado y a la votación de mañana sobre la resolución sobre historia. La imagen de Rusia mejoraría enormemente si adoptara un enfoque más crítico hacia su propia historia, es decir, si describiera el estalinismo no como un logro nacional importante, sino como un crimen que debe confrontar. Por supuesto, también se han formulado declaraciones inequívocas por nuestra parte, pero tengo que decir, a todos los países, a todos los regímenes totalitarios que no estamos dispuestos a aceptar regímenes totalitarios, y no estamos dispuestos a aceptar la falta de compromiso con la historia.

Por lo tanto, puede que todavía haya opción, si al menos se aprueban una o dos de nuestras enmiendas propuestas, que intentan restaurar el equilibrio y procurar con precisión esta estrategia dual: una mayor crítica a Rusia, pero también la voluntad de lograr una cooperación con Rusia.

 
  
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  Henrik Lax (ALDE). - (SV) Señora Presidenta, el ponente tiene razón al decir que la UE debe poder hablar con una sola voz sobre cuestiones importantes relacionadas con Rusia. Lamentablemente, los líderes rusos parece que ahora ven las relaciones con terceros países como un juego de suma cero. En pocas palabras, si no te doy un puñetazo en la cara, tú me lo darás a mí. Una cooperación más estrecha entre la UE y Rusia sería realmente beneficiosa para todos, y necesitamos conseguir que los líderes rusos vean esto. Existe el riesgo de que la grave crisis económica en Rusia empeore más la actitud de sus líderes en cuanto a una estrecha cooperación con la UE. Por tanto, es especialmente importante para la UE hablar con una sola voz. Siempre que esta ha hablado con claridad y sencillez, los líderes rusos se han detenido en seco. El conflicto de Georgia, la crisis del gas entre Rusia y Ucrania a principios de año y las provocaciones que rodeaban la estatua de bronce del soldado en Estonia demuestran que una Unión Europea unida puede hacer que los líderes rusos se lo piensen dos veces.

 
  
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  Hanna Foltyn-Kubicka (UEN). (PL) Señora Presidenta, el informe que estamos debatiendo da cuenta en gran detalle de recientes violaciones de los derechos humanos en el territorio de la Federación de Rusia. Estos casos prueban claramente que Rusia hace caso omiso de todas las normas que se aplican en todo el mundo libre. Por lo tanto, hago un llamamiento al Consejo y a la Comisión para que empiece a exigir que Rusia cumpla los compromisos que ha hecho con respecto a los derechos humanos. Esto debería ser una condición indispensable para celebrar más conversaciones sobre un acuerdo.

En reuniones conjuntas con Rusia, a menudo he oído a miembros de la Duma rusa decir algo parecido a que no se debe emplear más tiempo en cuestiones de derechos humanos y que deberían pasar a cuestiones más sustanciales, a saber relativas al comercio. No podemos estar de acuerdo con tal planteamiento. No hay nada más importante que la libertad, la salud y la vida misma. Estos valores a menudo se pasan por alto en Rusia, aunque el valor del dinero es siempre reconocido.

 
  
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  Tunne Kelam (PPE-DE). - Señora Presidenta, me gustaría felicitar al señor Onyszkiewicz por su dura labor y por los honorables resultados.

Por cierto, esta es la última sesión del saliente Parlamento Europeo sobre las relaciones con Rusia, y el mensaje más contundente que ha enviado este Parlamento es relativo a la coherencia basada en nuestros valores europeos comunes.

Por lo tanto, es oportuno para nosotros recordar que la base de nuestras relaciones con Rusia continúa siendo el informe de nuestro compañero Malmström realizado hace varios años; un informe cuyas sugerencias todavía no se han llevado a cabo.

Por el momento, nos quedamos en una especie de limbo, repitiendo una y otra vez lo importante que son las relaciones con Rusia. Eso es cierto, pero no hay necesidad de repetirlo. Debemos tener más confianza en nuestras propias fortalezas, nuestros valores y potencial, como Graham Watson ha propuesto, y vivir de acuerdo a esos valores.

Asimismo debemos concluir en que se ha producido un cambio cualitativo a peor en Rusia. El pasado agosto, Rusia casi ocupó un estado soberano circundante. No es suficiente con criticar, o lamentar, solamente las continuas violaciones de los derechos humanos en Rusia. La cuestión es cómo relacionar estos derechos humanos y valores con nuestro comportamiento práctico. De lo contrario, seremos responsables conjuntamente, al menos de forma indirecta, por «gasear» los derechos humanos y los valores en Rusia a cambio de gas procedente de gasoductos rusos.

 
  
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  Ioan Mircea Paşcu (PSE). - Señora Presidenta, obviamente hay dos escuelas de pensamiento en esta Cámara cuando se trata de Rusia, lo que refleja la actitud ambivalente de los Estados miembros.

En esencia, no se trata de Rusia —porque muchos estamos de acuerdo en que esta potencia es inevitablemente un socio estratégico nuestro— sino de cómo respondemos a su comportamiento, que no siempre se ajusta a nuestras normas. Así, mientras que la primera escuela sugiere que Rusia sea responsable cada vez que se aparte de esas normas —y obviamente el informe del señor Onyszkiewicz se incluye en esta categoría—, la segunda escuela es más complaciente, está principalmente más motivada por el pragmatismo.

Por consiguiente, la cuestión es cuál de estas dos actitudes garantiza una mejor gestión de nuestros asuntos comunes (economía, comercio, energía, seguridad, investigación y educación), satisfaciendo nuestros intereses a la vez que evitamos abdicar de nuestras normas. ¿Cuál de ellas tendrá un mayor impacto en el comportamiento de Rusia? Si bien personalmente soy escéptico sobre la capacidad de alguien de influir realmente en el comportamiento de Rusia de una manera u otra, todavía abogo a favor de una posición de la UE que combine pragmatismo e integridad. Al final, aunque este informe es nominalmente sobre Rusia, en realidad nos concierne a nosotros también.

 
  
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  Andrzej Zapałowski (UEN). (PL) Señora Presidenta, por todos es bien sabido que a largo plazo todos los acuerdos con Rusia resultan ser más una lista de deseos que un conjunto de medidas jurídicamente vinculantes. No obstante, es importante mantener nuestros esfuerzos para regular las relaciones con Rusia de la mejor manera posible. Claramente, esto no se puede lograr sobre la base de las condiciones presentes, por las que la población de la Unión Europea, con casi 500 millones de personas y responsable de más del 20 % del PIB mundial, debe complacer a un socio mucho más débil y menos populoso. Menciono esto porque con frecuencia los intereses de determinados Estados miembros de la UE están en conflicto con la solidaridad interna de Europa. Rusia no tiene escrúpulos a la hora de explotar estas situaciones. Por supuesto, necesitamos aumentar la cooperación económica con Rusia, pero debemos exigir a nuestro socio que respete las mismas normas que son vinculantes para todos los Estados miembros de la UE. No se pueden tolerar las violaciones de los derechos humanos.

 
  
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  György Schöpflin (PPE-DE). - Señora Presidenta, mis felicitaciones para el ponente. Creo que este es un informe extremadamente importante.

El pensamiento estratégico de Rusia, a mi parecer, es uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la Unión Europea en este momento. Si no entendemos cómo piensa Rusia de sí misma en la escena mundial, realmente no entenderemos lo que el Kremlin dice y hace. De hecho, hay una lógica detrás de las acciones de Rusia, pero no es igual que la nuestra. Mientras que la UE ha hecho de la resolución pacífica de conflictos el centro de su pensamiento, Rusia no tiene ningunos escrúpulos al utilizar la fuerza, como vimos el año pasado en Georgia.

Por tanto, la verdadera clave está en cómo percibe Rusia el poder. En la tradición europea, el poder deber ser supervisado por instituciones democráticas. Para Rusia, el poder se concentra creyendo que, por medio de dicha concentración, este será más eficaz.

Esto es muy peligroso para estados que Rusia percibe como débiles. Automáticamente se convierten en objetivos para la expansión del poder ruso. La reciente compra reservada de una gran participación accionaria en la empresa energética húngara MOL por parte de una empresa rusa es algo más que una mera transacción comercial; ilustra cómo se introduce Rusia en un espacio no ocupado.

Desde la perspectiva de poder, la Unión Europea y la integración europea son procesos inexplicables y carentes de significado para Rusia. A ojos de los rusos, la transferencia de soberanía es una abominación, no un medio de garantía de paz. Por eso —y es fundamental que reconozcamos esto— para Rusia, la Unión Europea es el problema. Su éxito es un rompecabezas y, sobre todo, un obstáculo para la maximización del poder de Rusia. El futuro éxito de la Unión Europea, por lo tanto, depende de reconocer cómo piensa Rusia sobre el poder. De forma muy diferente a Europa. Y que no haya ilusiones al respecto.

 
  
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  Richard Howitt (PSE). - Señora Presidenta, el mes pasado viajé, en nombre del Parlamento, a la frontera administrativa de Georgia, establecida por los separatistas de Osetia del Sur tras la invasión militar rusa. Viendo el punto de control, donde no existía comunicación formal alguna en ambos lados, ciertamente parecía una escena propia de la Guerra Fría. Si no queremos retroceder, un paso concreto que los rusos podrían adoptar para ayudar a promover el pleno acceso a la exitosa misión de policía europea a ambos lados de la frontera, de forma que puedan cumplir adecuadamente su responsabilidad de control del alto el fuego. Representaría un paso pequeño pero concreto para fomentar la confianza, y hago un llamamiento para que así lo hagan.

También comparto la opinión expresada por muchos compañeros en el Parlamento de que cuanta más solidaridad europea concitemos, mejores serán las relaciones Europa-Rusia. Este hecho ha sido subrayado de nuevo esta semana por el intento de Rusia de conseguir acuerdos separados, no comunes, con países de la UE sobre los requisitos de importación para frutas y verduras. A ese respecto, lamento el discurso de hoy del líder los Liberal Demócratas que procuraba retratar la posición de los socialistas como blandos en materia de derechos humanos. No solo votaremos para criticar a Rusia por incumplir las normas electorales internacionales, por socavar la libertad de expresión, por encarcelar a prisioneros políticos y por intimidar y acosar a defensores de los derechos humanos, pero el discurso demuestra simplemente la misma puntuación para Rusia, que es por sí misma un ejemplo de la falta de solidaridad que nos retiene.

La crisis económica afecta a Rusia —como a cualquier otro país— y está sufriendo la caída en picado de los precios del petróleo, con una devaluación del rublo de un tercio y un descenso del 75 % en el mercado bursátil. Hoy el Presidente Medvedev participa activamente en la reunión del G20 que se celebra en Londres. Estoy convencido de que ahora es el momento adecuado, cuando Rusia necesita nuestra cooperación y quizás esté más abierta al cambio, aunque en la Unión Europea solo tengamos la determinación y la unidad para luchar por ello.

 
  
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  Giulietto Chiesa (PSE). (IT) Señora Presidenta, Señorías, al leer el texto de este documento uno tiene la impresión de que quienquiera que lo haya escrito busca no una mejora sino una deterioro de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia. Si ése es el objetivo de Europa, entonces este es un documento excelente; si no lo es, es terrible. En lo que a mí se refiere, creo que es un documento terrible. ¿Cómo podemos representar un futuro de nuevas tensiones con un país que reconocemos como indispensable en lo que respecta a nuestros propios intereses? Durante los próximos 40 años tendremos que confiar en los recursos energéticos tradicionales que abundan en Rusia. ¿Podemos hacer otra cosa? No podemos.

En segundo lugar, la manera y el tono. En estas páginas Europa habla en lenguaje imperialista, no es el lenguaje de alguien que respeta a su interlocutor. Esto contradice nuestra política de vecindad, y no sería correcto utilizarlo ni cuando tratemos con un país pequeño, mucho menos con un país grande que pide respecto y con razón. Ante todo es una cuestión de realismo.

El Parlamento Europeo, me temo, está a punto de aprobar un documento escrito con el espíritu de la Guerra Fría —desfasado, sin sentido, perjudicial y contraproducente— justo cuando el nuevo Presidente de los Estados Unidos está iniciando un nuevo diálogo con Moscú. Con este planteamiento, Europa no puede tener ninguna pretensión de liderazgo. Espero que la Comisión no acepte estas recomendaciones.

 
  
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  Romana Cizelj (PPE-DE). - (SL) Han mencionado muchos problemas políticos durante este debate, pero quisiera llamar la atención sobre otro reto que no se ha mencionado en el informe. Es el área del cambio climático, que hasta ahora ha sido abordada principalmente por científicos. Sin embargo, si queremos abordarla de forma satisfactoria, también debemos respaldar tal acción con medidas políticas decisivas y sólidas.

Esto es un reto global y que requiere responsabilidad mutua. Por eso pienso que deberíamos recurrir a nosotros mismos con cada oportunidad para instar a Rusia a que asuma su parte de responsabilidad para mitigar el cambio climático y adaptarse a él. También debemos hacer un llamamiento a Rusia para que participe más activamente en negociaciones internacionales, como, por ejemplo, la víspera de la Conferencia de Copenhague.

Compañeros, quisiera recordarles que adoptar medidas adecuadas en lo que respecta al cambio climático es una cuestión de garantía en cuanto a derechos humanos.

 
  
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  Monika Beňová (PSE). – (SK) Seré muy breve puesto que casi todo lo que quería decir ya lo han comentado mis compañeros del partido de los socialdemócratas europeos .

Creo que el informe carece de equilibrio y es rusofóbico. Yo procedo de un país que ha vivido durante muchos años bajo un régimen que no fue fácil para la mayoría de las personas, pero precisamente por esa razón no entiendo por qué hombres y mujeres sensatos en esta noble Cámara ahora quieren aprobar un documento mediante el cual estaremos una vez más señalando con el dedo a alguien y culpándolo de algo.

Había supuesto que este Parlamento era capaz de entender la situación actual en el mundo. Rechazo por completo la idea de que alguien aquí quiera comerciar con gas natural e hidrocarburos a cambio de la protección de los derechos humanos. Los socialdemócratas europeos quieren proteger los derechos humanos y es lo que siempre han hecho, pero por otro lado podemos ver la patente realidad ante nosotros. Ante la UE, ante los EE.UU., ante Rusia y ante el mundo entero. Solo podemos hacer frente a esta realidad con una base de acuerdos conjuntos acertados.

 
  
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  Andrzej Wielowieyski (ALDE). (FR) Señora Presidenta, Rusia es nuestro país vecino de mayor tamaño, un gran país que durante el último siglo tuvo ilusiones de imperialismo pero que también vivió experiencias terribles.

Superar un trauma así requiere tiempo y perseverancia, y nosotros también debemos ser pacientes. Las negociaciones para un nuevo acuerdo serán por consiguiente difíciles y dolorosas. El informe es exigente pero justo. La coherencia entre una asociación eficaz con nuestros seis países vecinos en Oriente y una buena cooperación mutua con Rusia constituyen el mayor reto para la política europea. El progreso dependerá de que nosotros reconciliemos verdaderamente nuestra forma de vida y el entendimiento de valores fundamentales, que no deben ser traicionados.

 
  
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  Ewa Tomaszewska (UEN). (PL) Señora Presidenta, los principales obstáculos que afectan a nuestros contactos con Rusia son la utilización de los suministros de gas por parte de esta como un medio de chantaje político, la amenaza a la independencia de Georgia, el genocidio de Chechenia y el fracaso al llevar a cabo juicios justos que conciernen a los asesinatos de Anna Politkovskaya y Alexander Litvinenko. Por desgracia, Rusia no ha adoptado ni una sola medida hacia el establecimiento de la democracia y el respeto de los derechos humanos, lo que no es un buen augurio para las negociaciones y la cooperación futuras. Debemos manejar una política común única de solidaridad si queremos que las negociaciones lleguen a buen puerto. Esto resulta de gran transcendencia en el caso de un país vecino de la Unión Europea tan importante .

 
  
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  Gerard Batten (IND/DEM). - Señora Presidenta, ¿cómo es posible que la señora Ferrero-Waldner se refiera a Rusia como un socio y el señor Vondra procure garantías de democracia y derechos humanos?

Rusia es un estado de gánsters en el que oponentes políticos, disidentes y periodistas polémicos son sencillamente asesinados. Los rusos tienen incluso una ley que les permite asesinar a cualquiera —ciudadano ruso o extranjero— en territorio extranjero que consideren como una amenaza o perjuicio. Así se llevó a cabo el asesinato de un vecino de mi circunscripción, Alexander Litvinenko, en Londres en 2006 en un acto de terrorismo de Estado. Su familia todavía está esperando a que se haga justicia y los asesinos sean llevados ante los tribunales o procesados en Inglaterra.

Personalmente, no quiero que la Unión Europea negocie acuerdos con nadie sobre nada. Pero, si la Comisión va en serio, ¿por qué no solicitó la extradición de los sospechosos como muestra de buena voluntad y como condición indispensable para el inicio de las negociaciones?

 
  
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  Alexandru Nazare (PPE-DE) . (RO) El potencial para lograr una cooperación sólida con la Federación de Rusia es directamente proporcional a los retos y las dificultades que tenemos que abordar. Rusia ha optado durante algún tiempo por una forma de discurso y medidas que sitúan las perspectivas de una colaboración pragmática en segundo lugar y propician un planteamiento abstruso en cuanto a las relaciones internacionales en el que no podemos estar de acuerdo en absoluto.

Desde el conflicto de Georgia, hemos permanecido en un punto donde podemos ver diferencias entre nosotros en la postura que hemos adoptado sobre asuntos cruciales. La Federación de Rusia cree que la presencia de sus tropas en países de la región es aceptable y que incluso tienen el derecho de intervenir cuando Moscú lo considere necesario. La implicación de Rusia en conflictos que todavía no se han resuelto aún se hace sentir en las fronteras de la UE, con el impacto que esto tiene sobre los europeos.

He de recordarles lo que he propuesto realmente en mis enmiendas. La presencia de las tropas rusas en la región separatista de Transnistria ya ha afectado a la República de Moldova durante más de dos décadas, ya que está avanzando hacia el progreso y la libertad para decidir sobre su futuro. La Federación de Rusia debe retirar sus tropas de Transnistria para facilitar la base para esta cooperación.

 
  
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  Alexandr Vondra, Presidente en ejercicio del Consejo. - Señora Presidenta, quisiera dar las gracias a todos por este interesante debate. Pienso que es muy necesario en lo que respecta a las futuras relaciones con Rusia, y se han tratado varios puntos importantes en el debate. Puedo apoyar mucho de lo que se ha dicho aquí.

Para los que hablan de la necesidad de compromiso, creo que está claro que un nuevo acuerdo es de gran importancia para desarrollar e intensificar más la cooperación entre la UE y Rusia. También está claro que el Nuevo Acuerdo debe continuar mejorando el actual Acuerdo de colaboración y cooperación. Tiene que reflejar las realidades de la cooperación actual con Rusia. Ahora nuestras relaciones son más profundas y de más alcance de lo que eran hace tan solo una década.

Para los que hablan de energía, debemos expresar claramente que la UE desea fortalecer la cooperación con Rusia por medio de los instrumentos que tenemos —las reuniones del Diálogo sobre energía y del Consejo Permanente de Asociación sobre energía—. Se celebrará una reunión del Consejo Permanente de Asociación sobre energía durante esta Presidencia. El objetivo es fomentar la confianza y la transparencia en las relaciones energéticas entre la UE y Rusia. No podemos permitirnos otra interrupción del suministro de gas. Asimismo debemos reforzar el mecanismo de alerta rápida y hacerlo más operativo.

Para los que hablan de derechos humanos, creo que la aplicación del Estado de Derecho, un poder judicial independiente y el pleno respeto de los derechos humanos —incluyendo la libertad e independencia de los medios de comunicación— son necesarios para promover la estabilidad y la prosperidad en Rusia. La UE hace un seguimiento de la situación de los derechos humanos en Rusia con preocupación y exponemos —y seguiremos exponiendo— estas preocupaciones en nuestras reuniones UE-Rusia. Por ejemplo, la gestión de casos tales como el de la reanudación del juicio de Khodorkovsky será una especie de papel de tornasol para nosotros en relación con el Estado de Derecho en Rusia.

Para los que hablan de influencias, estoy absolutamente de acuerdo en que tenemos que hablar con una sola voz cuando hablamos con Rusia, y necesitamos este tipo de debate para dar forma a esa voz única. La unidad y la solidaridad son esenciales y trabajaremos arduamente para conseguirlo. Es importante que los Estados miembros se informen y se consulten entre sí tanto como sea posible sobre cuestiones bilaterales con Rusia que puedan tener repercusiones en otros Estados miembros y en la UE como conjunto. Merece la pena considerar las sugerencias del Parlamento en ese sentido, aunque, dadas las estructuras existentes del Consejo, no estoy completamente seguro de que la creación de un mecanismo de consulta formal sea la forma más práctica para avanzar. No obstante, creo firmemente que es necesario algún tipo de mecanismo o enfoque común para complementar el marco actual de las relaciones UE-Rusia.

Definitivamente podría mejorarse aún más nuestra política hacia Rusia, y las palabras «unidad» y «solidaridad» de hecho son claves en este contexto. Ya tenemos consultas políticas intensas en el Consejo cuando se trata de mostrar solidaridad, pero esto también es una cuestión de voluntad política. Estoy de acuerdo en que necesitamos más confianza y entendimiento entre la UE y Rusia. Tenemos que superar las sospechas del pasado y construir una relación sustancial y verdadera que se ha desarrollado durante años, pero esto es sin duda un proceso bidireccional y eso es cosa de dos.

El Nuevo Acuerdo es un medio para conseguirlo. El otro es mediante un diálogo mejor. El Parlamento tiene un papel importante que desempeñar aquí y puedo, por tanto, estar de acuerdo con la sugerencia de que el papel de la comisión de cooperación parlamentaria debe ser reforzado en virtud del Nuevo Acuerdo. La dimensión parlamentaria —como los contactos de la sociedad civil— tiene mucho que ofrecer en cuanto a comunicación y promoción de los principios y valores democráticos fundamentales sobre los que se fundamenta la UE. Por consiguiente, esperamos impacientes mantener un diálogo con ustedes a medida que las negociaciones avancen.

 
  
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  Benita Ferrero-Waldner, miembro de la Comisión. - Señora Presidenta, los debates relativos a Rusia nunca son fáciles. Por un lado, Rusia es un importante socio global, pero, por otro, también es un gran vecino, y creo que esos dos aspectos no siempre convergen fácilmente.

Por un lado, al ser un socio global, vemos a Rusia como un verdadero socio, como he dicho antes. Por ejemplo, en Oriente Próximo, en cuanto a encontrar una solución entre Israel y Palestina, y en muchos otros asuntos como este. O acerca de Afganistán y Pakistán ayer en la conferencia de La Haya, Rusia jugó un importante papel; o en Irán; o en los asuntos de no proliferación; o en los grandes asuntos globales como el cambio climático, que también fue mencionado; o ahora la crisis financiera y económica. Son asuntos que afectan a todos. Esto es cierto para nosotros, pero también para Rusia y muchos otros socios globales. Por tanto, creo que tenemos que entender esto muy claramente, pero al mismo tiempo también tenemos que ver a Rusia como un gran vecino, con quien a veces no estamos totalmente de acuerdo en nuestra vecindad común. Y tenemos una vecindad común, como algunos de ustedes han mencionado, ya sea Moldova, Nagorno-Karabakh, o, por supuesto, Georgia. En estos puntos tenemos que asegurarnos de que nos acercamos los unos a los otros, pero también debemos hablar honestamente de las dificultades y diferencias que existen.

Uno de los problemas es la «Asociación Oriental», y hablamos de la Asociación Oriental la semana pasada en el Parlamento. El principal objetivo de la Asociación Oriental, que afecta a seis de nuestros países vecinos, es ayudar a esos países que desean ponerse de acuerdo con la Unión Europea en asuntos clave como los estándares de los gobiernos, un comercio más libre, etc. En estas actividades, creo que es importante que contemos con esos países como socios. Pero, al mismo tiempo, también hemos dicho, en la plataforma multilateral, que, en principio, estamos abiertos a otros países como Rusia según un criterio ad hoc, cuando sea apropiado. Rusia es, desde luego, miembro de pleno derecho de La Sinergia del Mar Negro, donde se tratan los asuntos regionales.

De modo que existe la posibilidad de trabajar juntos con el objeto de superar las dificultades existentes. Por otro lado, el asunto del gas. A este respecto, sabemos —lo dije claramente antes y lo repetiré— que somos independientes; lo sabemos. Como también sabemos, la crisis del gas ha disminuido la confianza de nuestros socios. Ha subrayado la importancia de las provisiones energéticas en los futuros acuerdos entre la UE y Rusia y la UE y Ucrania, y estarán allí.

Debemos esforzarnos por crear un mercado interior de la energía, pero también aumentar la eficacia y diversificar los suministros. El nuevo acuerdo con Rusia, por tanto, debería establecer, como siempre decimos, compromisos recíprocos y legalmente vinculantes. Y, paralelamente al nuevo acuerdo y a corto plazo, estamos trabajando con Rusia para que el primer mecanismo de advertencia sea más eficaz, como dije antes. También deberíamos prever la supervisión y la prevención de conflictos, así como su resolución, y esto también debería implicar a Belarús y Ucrania.

Sabemos que Rusia es un socio energético muy importante para nosotros, que contribuye con un 40 % del gas que importamos y un 20 % del gas que consumimos. Como he dicho antes, esta es una relación de interdependencia. Dado que representamos más de dos tercios de sus ingresos de exportación, lo que ha supuesto una contribución muy importante al desarrollo económico de Rusia, es esencial que no se repitan los sucesos del pasado mes de enero, y por tanto estamos trabajando tanto con los ucranianos como con los rusos para evitarlo.

En asuntos de derechos humanos no siempre estamos de acuerdo. Por un lado, la UE y Rusia comparten compromisos internacionales comunes, como ya he dicho, mediante los instrumentos que hemos firmado juntos en las Naciones Unidas, la OCDE y el Consejo de Europa. Estos compromisos reflejan valores e incluyen la obligación de respetar las decisiones de los organismos que sean establecidos. Esto es particularmente cierto para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero también resulta evidente que la UE y Rusia interpretan los compromisos de manera diferente.

La Unión Europea y Rusia han escogido el camino del diálogo en estos asuntos, y es el camino correcto. Esto significa que también debemos atender a las preocupaciones que Rusia expresa en ocasiones en relación con algunos desarrollos dentro de la Unión Europea, como, por ejemplo, el problema de las minorías que hablan ruso.

Pero también es cierto, como dijo el Presidente en ejercicio del Consejo, que hay claras preocupaciones respecto a la incapacidad de la Federación de Rusia para respetar los derechos humanos, y los constantes casos de ataques a defensores de los derechos humanos, periodistas y otros perjudican a Rusia.

Tratamos estos temas regularmente con las más altas autoridades: yo misma he hablado de ello con Sergey Lavrov, y el Presidente Barroso con sus interlocutores. También utilizamos nuestras consultas de derechos humanos, celebradas dos veces al año, con este objetivo en mente. Las discusiones del acuerdo bilateral entre el Presidente Barroso y el Presidente Medvedev del 6 de febrero también incluyeron un intercambio sobre derechos humanos.

El propio Presidente Medvedev sugirió que continuaran dichos intercambios en la cumbre del 21-22 de mayo, y así lo haremos. Por ejemplo, el ataque al activista de derechos humanos Lev Ponomarev ocurrido anoche es el recordatorio más reciente de cuán difícil es la situación para los defensores de los derechos humanos en Rusia. Déjenme decir, sin embargo, que las dos tendencias han quedado claramente reflejadas en las instrucciones que el Consejo ha dado a la Comisión para negociar. Ambas están ahí, y ese es el contenido de nuestras instrucciones. Por tanto, creo que deberíamos aprovechar estas instrucciones y seguir trabajando en esa dirección, y, como ya he dicho, siempre estamos preparados para informar sobre las subsiguientes negociaciones, como hemos hecho hasta ahora.

 
  
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  Janusz Onyszkiewicz, ponente. - (PL) Señora Presidenta, quisiera recordar a los que critican este informe que no es un informe sobre Rusia. El objetivo de este informe es sugerir a la Comisión qué asuntos debería tratar en los diálogos bilaterales y negociaciones y en qué áreas debería centrarse en particular. Por ese motivo no hay referencias al asunto de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y al plan del Presidente Medvedev en este informe. Cualquier referencia de ese tipo habría sido, sin duda, inapropiada. Es un tipo de asunto muy distinto. Debería ser considerado en el marco de la OSCE conjuntamente con los Estados Unidos, pero no en el marco de las relaciones bilaterales con Rusia. Además, las sugerencias de este tipo no pueden abarcar nuestras propias críticas y evaluaciones del estado de los derechos humanos en la Unión Europea, por ejemplo. Por tanto, estos problemas deben tratarse en diálogos con los rusos, y ellos identificarán nuestros problemas cuando llegue el momento. Ese es un punto que quiero dejar claro.

En segundo lugar, quería hablar más generalmente de la naturaleza de esos diálogos. Quisiera señalar que este informe evita términos como asociación estratégica. Existen buenos motivos para ello, en concreto que el documento adoptado en relación con la política europea de seguridad y defensa contiene el siguiente texto en la sección relativa a Rusia: (A continuación, Su Señoría cita el texto en inglés.)

«solo será posible una asociación estratégica cuando se respeten y compartan plenamente los valores de la democracia, el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho; [por tanto] pide al Consejo que sitúe a esos valores en el núcleo de las negociaciones en curso sobre un nuevo Acuerdo de Asociación y Cooperación.»

ponente. (PL) La postura, por tanto, queda muy clara. Creo que deberíamos recordar cuál es el objetivo de este informe y qué clase de mensaje pretende hacer llegar a la Comisión. Por último, quisiera decirle a la Sra. Bobošíková que fueron los cosacos quienes escribieron al sultán, no al revés.

 
  
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  Presidenta. – Se cierra el debate.

La votación tendrá lugar mañana jueves 2 de abril de 2009.

Declaraciones por escrito (Artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Cãlin Chiriţă (PPE-DE), por escrito.(RO) Agradezco el informe de Janusz Onyszkiewicz sobre las relaciones entre la UE y Rusia. Considero que las relaciones de la UE con Moscú deben establecerse según un criterio pragmático, evitando cualquier preconcepción.

En primer lugar, se necesita una adecuada cooperación en el ámbito del suministro energético, que interesa a ambas partes. Sin embargo, para lograrlo, es vital que tengamos solidaridad entre los Estados miembros de la UE de modo que puedan presentar un frente unido durante las negociaciones con Moscú sobre las importaciones de gas. Es la única manera en que podemos garantizar a los ciudadanos europeos la seguridad del suministro de gas a precios asequibles. Tenemos la responsabilidad de evitar que se produzca una nueva crisis del gas.

En segundo lugar, debemos cooperar con Moscú para afrontar conjuntamente los problemas relativos a nuestra vecindad común y las relaciones con la República de Moldova, Ucrania, Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Este enfoque debe basarse en las normas del derecho internacional, con respecto a la integridad y soberanía de los estados, evitando de ese modo cualquier tendencia autoritaria. Debemos realizar progresos para solucionar conflictos sin resolver, como los de Transnistria , Osetia y Abjasia.

 
  
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  Filip Kaczmarek (PPE-DE), por escrito.(PL) Rusia es un socio importante para la Unión Europea. La UE espera que sus socios cooperen con ella de manera honesta y fiable.

La interdependencia puede ser mutuamente ventajosa, pero no tiene por qué serlo. También puede darse el caso contrario, y puede convertirse en una fuente de preocupación y conflicto. Deberíamos hacer todo lo posible por garantizar que la cooperación económica, la seguridad, la seguridad energética, el respeto por los principios de los derechos humanos y la democracia se conviertan en un rasgo positivo y constructivo de nuestra relación. Que esto llegue a ocurrir depende en gran medida de Rusia. Rusia puede escoger los valores y estándares de Occidente. Nadie obligará a Rusia a tomar esa decisión, ni ninguna otra. Rusia debe escoger por sí misma. Una cosa queda muy clara para mí, sin embargo, y es que Europa no cambiará sus valores a petición de Rusia ni de ningún otro país. Estamos siendo coherentes e incluso obstinados, pero no porque actuar de manera distinta significase abandonar nuestros valores.

Si Europa se aleja de sus valores fundamentales, ya no será Europa. Es por eso que siempre reconoceremos la integridad territorial de Georgia, por ejemplo. No actuamos de este modo porque nos una un afecto especial a la gente de Georgia. Nuestra postura se basa en la lealtad a los principios en los que se basa nuestro mundo. Actuar en detrimento de este mundo significaría el suicidio. La UE, desde luego, no desea ese resultado, y creo que tampoco Rusia.

 
  
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  Marian-Jean Marinescu (PPE-DE), por escrito.(RO) Puede asegurarse que la reciente crisis del gas y el conflicto con Georgia han creado nuevas tensiones en las relaciones con la Federación de Rusia.

Rusia debe dejar de utilizar situaciones de este tipo de una manera que no respete los procedimientos internacionales y debe evitar crear nuevas esferas de influencia.

Al mismo tiempo, la UE debe esforzarse tanto como sea necesario para reducir su dependencia energética de Rusia en la medida de lo posible.

Sin embargo, es igualmente cierto que Rusia es uno de los vecinos de la UE y un actor clave en la escena internacional. Existe un gran potencial económico en las relaciones de la UE con Rusia que la Unión Europea no puede permitirse ignorar, especialmente en el actual clima global.

Por eso debemos seguir invirtiendo en diálogo y cooperación con la Federación de Rusia, diseñando una estrategia coherente basada en compromisos comunes y mutuamente ventajosos.

La única manera de que esta cooperación sea un éxito es que la UE hable con una única voz y se comprometa con un diálogo sujeto a condiciones, pero que sea al mismo tiempo constructivo, basado en valores comunes, en el respeto por los derechos humanos, en las libertades fundamentales y en las actuales normas internacionales.

 
  
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  Katrin Saks (PSE), por escrito. (ET) Las relaciones entre la UE y Rusia sufrieron un duro golpe el año pasado. Hoy, después de los sucesos acaecidos en Georgia, y después del reconocimiento de Rusia de los enclaves de Abjasia y Osetia del Sur, la voluntad de Rusia de crear un área de seguridad conjunta con la Unión Europea y las posiciones de las partes en asuntos concernientes a Kosovo y la vecindad común son más divergentes que nunca. Las continuas disputas con los proveedores de gas y la politización de los recursos energéticos no aumentan la confianza.

Me alegra que el informe de mi colega el Sr. Onyszkiewicz pida a Rusia que confirme las obligaciones acordadas a nivel internacional, especialmente como miembro del Consejo Europeo y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, y que exprese al Gobierno ruso la preocupación por la situación de los derechos humanos y la menguante sociedad civil en Rusia. En su informe, el Parlamento también ha hecho hincapié en la situación de las minorías que viven en la Federación de Rusia, y pide a las agencias gubernamentales rusas que garanticen la supervivencia de los pueblos indígenas que viven en la Federación de Rusia.

Las relaciones de la Unión Europea con Rusia deben basarse en la cooperación, y no en la confrontación. Nuestras relaciones con Rusia tienen sin duda una gran importancia desde el punto de vista de la cooperación pragmática, y nuestra cooperación hasta la fecha ha beneficiado a la estabilidad internacional. Al mismo tiempo, esa cooperación debe basarse en los siguientes valores: democracia, economía de mercado, defensa de los derechos humanos y libertad de expresión; no solo en los intereses comerciales y en ver una determinada cosa en conexión con esos intereses mientras se cierran los ojos obstinadamente a otras cosas.

 
  
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  Toomas Savi (ALDE), por escrito. – Las relaciones entre la Federación de Rusia y la Unión Europea se han enfrentado a varios desafíos en los últimos años. Después de que el conflicto entre Rusia y Georgia estallara en agosto del pasado año, hubiera resultado muy sencillo pensar que las buenas verjas hacen buenos vecinos. En este caso, me alegra que quien pensara así se equivocase, y que el último Presidente del Consejo Europeo, Nicolas Sarkozy, mediara con éxito en la crisis.

Tras la caída del telón de acero, la Unión Europea ha forjado una estrecha interdependencia con la Federación de Rusia que debería utilizarse para aplicar un entendimiento común de la democracia, de los derechos humanos y del Estado de Derecho, sin dejar de fomentar unas relaciones económicas fiables. Los frecuentes desacuerdos en los últimos años nos han distraído en nuestro esfuerzo por conseguir progresos reales en esa dirección, y el diálogo entre ambas partes se ha enfriado bastante, tomando la forma de «cooperación pragmática».

Apoyo totalmente la sugerencia del Consejo y la Comisión para seguir insistiendo en un acuerdo basado en un compromiso compartido con los derechos humanos, como indica el informe, porque sin valores comunes es probable que acabemos con otra crisis inesperada que exija medidas de emergencia.

 
  
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  Richard Seeber (PPE-DE), por escrito. – (DE) El nuevo acuerdo global de asociación entre la Unión Europea y Rusia es, en mi opinión, muy bienvenido.

Rusia es el tercer mayor socio comercial de la UE, y tiene una importancia estratégica fundamental en términos del suministro energético de Europa. El acuerdo con la Federación de Rusia sienta las bases de trabajo para lograr una mejor cooperación entre ambas partes.

A la luz de la importancia que la UE tiene para Rusia y viceversa, este acuerdo no debe, sin embargo, limitarse a un acto de voluntad política; también debemos ser capaces de garantizar que se lleve a cabo. La recomendación del Parlamento al Consejo Europeo hace énfasis principalmente en la importancia de proteger los derechos humanos y la libertad de los medios en Rusia. Dado que nuestra intención es mejorar progresivamente nuestra relación en términos de economía, política de seguridad y política de educación, es fundamental que todos nuestros socios respeten los valores europeos. Es el único modo para que la asociación entre Rusia y la Unión Europea se desarrolle de manera satisfactoria para ambas partes.

 
  
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  Czesław Siekierski (PPE-DE), por escrito.(PL) Asegurar un nuevo acuerdo entre la UE y Rusia es uno de los muchos desafíos a los que se enfrentan los diplomáticos de la Unión Europea. El papel del Parlamento Europeo es contribuir activamente a la naturaleza y contenido del acuerdo. El informe proporciona un detallado análisis de los principales aspectos de la relación entre la UE y Rusia. En concreto, contiene un estudio detallado de los problemas asociados con nuestra actual relación.

Considero que la adopción del informe supondrá un significativo paso adelante hacia un nuevo acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Rusia. Los elementos clave de dicho acuerdo deberían ser objeto de detalladas consultas y también de firmes negociaciones entre ambas partes para alcanzar el nuevo acuerdo. El informe se refiere a varios problemas cuya solución es especialmente importante para los países individuales. Quisiera recordar las dificultades relativas al comercio entre Polonia y la Federación de Rusia. Los problemas de esta índole solo pueden resolverse si la UE adopta una postura común.

El informe contiene una larga lista de problemas que deben solucionarse. No será posible llegar a un acuerdo sobre todo a corto plazo, debido en parte a las diferencias culturales y sociales.

 
  
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  Andrzej Jan Szejna (PSE), por escrito.(PL) Rusia es un país en el que a menudo no se respetan los principios fundamentales de la democracia. Sus violaciones de los derechos humanos son bien conocidas, así como su restricción de la libertad de expresión, incluida la libertad de opinión. El Presidente Medvedev y el Primer Ministro Putin ejercen influencia sobre los medios rusos. Estos, por tanto, son incapaces de cumplir su objetivo principal, que es divulgar información de manera fiable.

Sin embargo, deberíamos tener en cuenta que Rusia es uno de nuestros principales socios. Rusia juega un papel fundamental en la escena internacional. También es uno de los principales suministradores de energía y un importante socio comercial.

En mi opinión, deberíamos hablar en contra de Rusia alto y claro. Deberíamos criticarles por sus lagunas democráticas, por su incapacidad para respetar las libertades civiles, y por violar la integridad territorial y la soberanía de otros estados. Deberíamos exigir a Rusia que respete los derechos de las minorías nacionales y que cumpla los tratados internacionales que ha firmado. Me refiero a la Carta de las Naciones Unidas, el Convenio Europeo de Derechos Humanos y el Tratado sobre la Carta de la Energía. Al mismo tiempo, sin embargo, deberíamos recordar que la asociación con Rusia es un asunto muy importante para la Unión Europea y para toda Europa.

 
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