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 Texto íntegro 
Procedimiento : 2008/2211(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0089/2009

Textos presentados :

A6-0089/2009

Debates :

PV 01/04/2009 - 23
CRE 01/04/2009 - 23

Votaciones :

PV 02/04/2009 - 9.24
Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2009)0216

Acta literal de los debates
Miércoles 1 de abril de 2009 - Bruselas Edición DO

23. Campos electromagnéticos: consideraciones sanitarias (breve presentación)
Vídeo de las intervenciones
Acta
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  El Presidente. – El siguiente punto es una breve presentación del informe de Frédérique Ries, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre las consideraciones sanitarias relacionadas con los campos electromagnéticos (A6-0089/2009).

 
  
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  Frédérique Ries, ponente. - (FR) Señor Presidente, antes de entrar en materia, deseo decir una palabras, si me lo permite, sobre la forma. No soy la primera y desde luego no seré la última en hablar en contra del artículo 45 del Reglamento, que impide el debate esta noche sobre lo que sin duda es una cuestión de suma importancia para los ciudadanos europeos.

No hay debate, no hay ponentes en nombre de los grupos, nada. Sin embargo quisiera dar la gracias, a pesar de todo y aunque, lamento decirlo, no están aquí, a la señora Ayala, a la señora Lucas, al señor Adamou, a la señora Sinnott, a la señora Ferreira e incluso al señor van Nistelrooij, que no disponen de Cámara, una Cámara prácticamente vacía, cuando son casi las 11 de la noche. No está mal tampoco el hueco de las 11 de la noche para una cuestión que es de gran interés y afecta a millones de ciudadanos de Europa.

Ahora entro en materia. Durante diez años nuestro Parlamento no se ha ocupado de este asunto. Así que ya era hora, porque diez años es una era, o casi una era, cuando se trata de nuevas tecnologías: un auge en dispositivos inalámbricos, teléfonos móviles, Wifi, Bluetooth, estaciones de base, líneas de alta tensión. Estas ondas están a nuestro alrededor, aportando beneficios innegables, que en ningún momento cuestiono en este informe, pero también hay que decir que plantean serias preguntas con respecto a su efecto sobre nuestra salud.

Por lo tanto, dejemos claro que he tenido que preparar este informe en un ámbito algo delicado, con una controversia cada vez mayor sobre los riesgos para la salud de las ondas de baja frecuencia y la incapacidad de la comunidad científica, también, para alcanzar un acuerdo.

He aquí algunos ejemplos de las ambiciosas propuestas que, espero, serán apoyadas mañana: protección para las zonas de riesgo y las personas vulnerables, esto es, escuelas, guarderías, residencias de ancianos, clínicas de reposo y centros de salud, por supuesto.

También son esenciales las consideraciones éticas con respecto a esta cuestión, y debemos establecer procedimientos para garantizar la independencia de la investigación y los conocimientos científicos. También debemos solicitar un cambio de comportamiento con respecto a los teléfonos móviles fomentando el uso de auriculares, limitando el uso de los teléfonos móviles entre los niños y jóvenes, educándolos en técnicas más seguras, supervisando determinadas campañas de marketing, y haciendo que los operadores y las empresas eléctricas compartan las estaciones de base y los mástiles.

Sin embargo, tengo que lamentar una cosa, y es importante porque afecta al párrafo inicial de mi informe, solicitando una revisión de los límites de las emisiones. Lamentablemente, no recibí el apoyo de mis colegas en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, aunque – debo señalarlo – el mismo texto, palabra por palabra, recibió un apoyo prácticamente unánime en nuestra sesión plenaria del 2 de septiembre del pasado año, en el contexto de otro informe sobre el Plan de Acción Europeo sobre Medio Ambiente y Salud 2004-2010.

La actual política de la Comisión de esconder la cabeza bajo el ala – pido disculpas al señor Comisario por utilizar esa expresión – ciertamente no ayuda a proporcionar la claridad que los ciudadanos europeos esperan y, en cambio, los expertos continúan sin ponerse de acuerdo y las demandas judiciales siguen aumentando, con sentencias unas veces a favor de los operadores y otras a favor de las asociaciones de los residentes locales.

En conclusión, la opción defendida por la Organización Mundial de la Salud y también por la Comisión es de statu quo, con la cláusula de aplazamiento para 2015 –prácticamente otra década – para examinar si la exposición continua a este cóctel de ondas de baja frecuencia puede provocar tumores cancerosos. Esta opción no es, por tanto, la correcta. Me parece un argumento con poco peso y espero de corazón que, cuando nos enfrentemos con posibles problemas de salud en el futuro, no se nos diga que fue el responsable.

El principio preventivo que sustenta nuestra propuesta no es un principio de inacción, sino un principio de acción y conocimientos para reducir las dudas. Es esta definición dinámica y progresiva la que defendemos hoy en este ámbito delicado de las ondas electromagnéticas. Es por eso que la resolución alternativa presentada por el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea cuenta con todo mi apoyo – deseo que esto quede claro. Puedo añadir que es un retorno a mi propuesta original de reducir los umbrales de emisión, como ya están haciendo nueve Estados miembros y toda una serie de regiones, dos de ellas – Valonia y la región de Bruselas – muy cercanas a mí; esto es, están utilizando tres voltios por metro en lugar de los 41 voltios por metro autorizados en la actualidad por la recomendación de 1999.

No obstante, soy una ponente del Parlamento Europeo sobre esta cuestión y ante todo deseo conservar los demás avances de este informe, tal como fue aprobado por la comisión. Es el último, naturalmente, que les pediré que voten mañana.

En conclusión, señor Presidente, Comisario, deseo transmitir dos mensajes. La cuestión de las ondas electromagnéticas y sus efectos sigue abierta, y estoy convencida de que el próximo Parlamento Europeo volverá a tratar este asunto. Europa debe tranquilizar a sus ciudadanos y retomar este debate, que actualmente solo está teniendo lugar en los tribunales.

 
  
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  Günter Verheugen, Vicepresidente de la Comisión. – (DE) Señor Presidente, Señorías, deseo manifestar mi sincero agradecimiento al Parlamento Europeo y en particular a la señora Ries, ponente de este informe de propia iniciativa sobre los campos electromagnéticos (CEM).

Esta cuestión – los CEM – es ciertamente muy controvertida a los ojos de muchos ciudadanos europeos, si bien muchos otros, incluidos nosotros, también la consideramos de gran importancia.

La complejidad de esta cuestión y la fuerza de los sentimientos que la rodean significan que es especialmente importante reunir datos muy precisos y evaluarlos atenta, adecuada y objetivamente.

Por lo tanto, la Comisión realiza un seguimiento constante y muy atento de la cuestión, ya que así lo exige la Recomendación del Consejo 1999/519.

Por este motivo, la Comisión obtiene periódicamente información de comités científicos independientes con el fin de mantenerse al día de los posibles riesgos de los CEM. El reciente dictamen del CCRSERI – el dictamen del comité científico competente – sobre este tema solo ha sido aprobado en enero de este año.

Aquí me gustaría añadir que la Comisión está siguiendo con gran atención los avances de los Estados miembros y las últimas sentencias judiciales contra las empresas de telefonía móvil de Francia y observando muy de cerca la reducción de los límites de exposición para las estaciones de base de la región Bruselas-Capital.

Puedo asegurar al Parlamento que la Comisión atenderá con especial cuidado las demandas efectuadas en la resolución.

Permítanme examinar brevemente algunos puntos.

En primer lugar, ya existe un marco a nivel de la UE que establece los límites de exposición y las normas de producción y también un nivel definido de protección en términos de efectos conocidos.

En segundo lugar, los estudios científicos independientes realizados hasta la fecha no justifican una modificación de la base científica para estos límites de exposición.

La Comisión también continuará efectuando un estrecho seguimiento del progreso científico en este campo con el fin de establecer si se requiere un ajuste de los límites de exposición.

En tercer lugar, la Comisión se ha comprometido a intensificar el diálogo con las partes interesadas sobre los posibles efectos de los CEM para la salud. Además, la Comisión desea cooperar con las partes principales para que sea posible reaccionar adecuadamente ante las inquietudes del público.

Deseo subrayar con toda claridad nuestros esfuerzos para promover también la investigación en este campo con el fin de aclarar las dudas restantes.

 
  
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  Presidente. – Se cierra este punto.

La votación tendrá lugar mañana.

Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Véronique Mathieu (PPE-DE), por escrito.(FR) Debemos reconocer que actualmente hay muy pocos datos científicos fiables y aceptados sobre los efectos de los campos magnéticos sobre el cuerpo humano. No obstante, forman parte de nuestra vida cotidiana (teléfonos móviles, tecnología inalámbrica), y el 80 % de los ciudadanos considera que no tiene suficiente información acerca de los posibles efectos, y de ellos el 50 % manifiesta estar preocupado.

Hasta ahora, la comunidad científica solo ha podido emitir dictámenes divididos y en ocasiones contradictorios, y las autoridades públicas realmente no han prestado atención a este problema. Por lo tanto, deseo expresar mi pleno apoyo a este informe, que insta a los Estados a actualizar periódicamente los valores umbral para estos campos y recomienda, de conformidad con el principio de precaución, prohibir la instalación de antenas en zonas vulnerables (escuelas, centros de salud).

También estoy a favor de que la Comisión Europea inicie un estudio científico para poder evaluar mejor los efectos de la exposición a los campos electromagnéticos. Las autoridades públicas, los fabricantes y los consumidores deben obtener información precisa para medir estos riesgos y, si es necesario, adoptar las medidas de protección adecuadas. Es importante también efectuar recomendaciones, basadas en las buenas prácticas, para proteger mejor la salud de los ciudadanos, ya sean usuarios de aparatos eléctricos o residentes que viven cerca de estaciones de base o líneas de alta tensión.

 
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