Presidente. – El siguiente punto es una breve presentación del informe de Urszula Gacek, en nombre de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, sobre los problemas y perspectivas de la ciudadanía europea (A6-0182/2009).
Urszula Gacek, ponente. - Señor Presidente, es un placer para mí presentar el informe sobre los problemas y perspectivas de la ciudadanía europea, que fue aprobado por unanimidad por la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior el mes pasado.
La ciudadanía europea no sustituye a la ciudadanía nacional. Es una ventaja adicional que otorga unos derechos exclusivos a los ciudadanos de la UE, especialmente el derecho de libre circulación, el derecho a la protección consular y el derecho de petición ante el Parlamento y ante el Defensor del Pueblo Europeo. El informe del Parlamento toma en consideración el quinto informe de la Comisión sobre la ciudadanía de la Unión, que abarca el período del 1 de mayo de 2004 al 30 de junio de 2007. Este es un período único. Hace cinco años, el 1 de mayo de 2004, 10 nuevos Estados miembros se integraron en la Unión Europea. El resultado de esa adhesión, especialmente de los estados de Europa Central y Oriental, fue un flujo de migración interior nunca visto hasta la fecha en la UE. Los nuevos ciudadanos de la Unión Europea se acogieron a los derechos que se les otorgaban, especialmente el derecho de libre circulación. Se beneficiaron de la oportunidad de ser educados en el extranjero y, en aquellos países que abrieron sus mercados de trabajo, se incorporaron al trabajo legalmente.
Sin embargo, el flujo de migración plantea muchos retos a los países de acogida. Estos retos afectan tanto a las autoridades centrales como locales. Las autoridades locales, en particular, en la medida en que son responsables de la prestación de servicios como vivienda, atención sanitaria y enseñanza primaria y secundaria, con frecuencia deben hacer frente a los problemas cotidianos de los nuevos inmigrantes.
Se ha hecho mucho para contribuir a la integración, así como para ayudar a los recién llegados a beneficiarse de los mismos derechos que los ciudadanos de sus países de acogida. No obstante, persisten los casos de discriminación. En algunas ocasiones son consecuencia de resquicios legales y en otras son consecuencia de una falta de conocimiento sobre cómo aplicar la ley.
La Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior ha adoptado un enfoque muy constructivo y práctico en su trabajo. Existe un acuerdo entre las partes con respecto a que nuestra prioridad es resaltar las áreas problemáticas y tomar medidas que aporten soluciones proporcionando los recursos y el apoyo necesarios a los gobiernos centrales y locales de los Estados miembros. Nuestra principal preocupación es que no se impida en modo alguno que cada ciudadano se beneficie de sus derechos.
El segundo derecho que he mencionado, el de la protección consular, lamentablemente sigue sin aplicarse correctamente. Se llamó nuestra atención claramente sobre este hecho cuando nuestros propios colegas se encontraron en una situación dramática durante los ataques terroristas de Mumbai. Si los diputados tienen problemas para ejercer su derecho a la protección consular en una situación tan extrema, ¿qué probabilidades tiene un ciudadano medio en circunstancias más corrientes?
El aumento de la sensibilización de los ciudadanos acerca de sus derechos es una cuestión clave que se plantea en el informe y se sugieren una serie de medidas para lograrlo. Si solo el 31% de los ciudadanos se considera bien informado acerca de sus derechos, entonces aún tenemos mucho que hacer.
Confío en que la Comisión tomará en consideración las recomendaciones del Parlamento y presentará un informe sobre los avances concretos realizados en su sexto informe. Finalmente, quiero dar las gracias a mis ponentes alternativos, al personal de los grupos políticos y a la secretaría de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior por su duro trabajo. Deseo hacer llegar también unas palabras de agradecimiento a todos los que han participado en la audiencia pública sobre el informe, especialmente a los representantes de las ONG. Resulta muy apropiado que, en un informe sobre la ciudadanía, se haya escuchado la voz de los ciudadanos a través de las ONG en la elaboración del informe final.
Günter Verheugen, Vicepresidente de la Comisión. – (DE) Señor Presidente, señora Gacek, me da la impresión de que estamos bastante solos en esta Cámara. En nombre de la Comisión, quiero agradecerle y darle la enhorabuena por este impresionante informe tan importante.
El asunto que tratamos aquí es muy importante: la ciudadanía europea. Muchos piensan que «ciudadanía europea» es una frase hueca y que no significa nada, pero su informe deja bastante claro que no es así. La ciudadanía europea se hace realidad a través de los derechos que se definen con precisión en el Tratado, a saber, el derecho de libre circulación y residencia, el derecho a ser elector y elegible en las elecciones municipales y europeas, el derecho a la protección consular, el derecho de petición ante el Parlamento Europeo, el derecho a presentar una reclamación ante el Defensor del Pueblo Europeo y el derecho a dirigirse por escrito a las instituciones europeas.
La Comisión opina que ya era hora de que existiera un programa de política específico sobre la ciudadanía europea. A tal fin, la Comisión pretende llevar a cabo un amplio proceso de consulta para que se pueda recopilar información concreta sobre los problemas de la ciudadanía europea. Esto podría conducir a nuevas propuestas que luego podrían constituir la base del Sexto informe de la Comisión sobre la ciudadanía de la Unión, que está previsto para 2010.
Aparte de esto, no obstante, la Comisión trabaja y continuará trabajando a diario para garantizar que los ciudadanos puedan efectivamente ejercer sus derechos civiles y que puedan hacerlo todos los días. En un gran número de ámbitos en los que su informe, señora Gacek, insta a la Comisión a actuar, la Comisión ya está actuando para garantizar que esos derechos se vean reforzados y ampliados. Quisiera presentar el ejemplo del Plan de Acción de la Comisión sobre la protección consular, y añadir que estoy totalmente de acuerdo con usted en que este es un ámbito en el que es preciso hacer algo. Después de todo, hace apenas unas semanas mantuvimos un debate extremadamente instructivo sobre el tema en esta Cámara que demostró el gran abismo existente entre aspiración y realidad en el caso concreto de los derechos consulares.
La Comisión ha dispuesto que los ciudadanos sean informados de sus derechos mediante campañas de información, y se está esforzando por establecer garantías de que esos derechos puedan realmente ejercerse – en particular aprobando su informe sobre la aplicación de la Directiva relativa a la libre circulación.
Las próximas elecciones europeas constituyen una de las prioridades de las relaciones públicas interinstitucionales. La Comisión apoya y complementa la campaña del Parlamento para establecer medidas informativas que aumenten la sensibilización pública respecto a estas elecciones e inviten a los ciudadanos a ejercer sus derechos electorales.
Es una suerte que lo estemos haciendo, y quisiera subrayar que no es solo la Comisión la que se esfuerza por hacer realidad la ciudadanía europea en la vida cotidiana. Otras partes interesadas – este Parlamento, los 27 Estados miembros, la autoridades regionales, los Parlamentos nacionales, las autoridades locales y cada ayuntamiento de la Unión Europea – también juegan un papel muy importante en el eficaz desarrollo de la ciudadanía europea.
Me complace que el informe de la señora Gacek, publicado oportunamente antes de las elecciones europeas de 2009, implique a algunas de las partes interesadas más importantes, quienes deben asumir la titularidad de la ciudadanía europea para hacer que Europa sea una realidad para sus millones de ciudadanos. Creo que todos consideramos como una responsabilidad compartida el garantizar que la ciudadanía europea no sea vista como un mero símbolo sino como un derecho específico al que se puede y se debe añadir substancia en la vida cotidiana.
Presidente. – Se cierra este punto.
La votación tendrá lugar mañana.
Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)
Slavi Binev (NI), por escrito. – (BG) La transparencia y las relaciones democráticas entre los ciudadanos y las instituciones son principios fundamentales de Europa y unos derechos básicos de los ciudadanos europeos. Estos son precisamente los principios que deben regir las elecciones parlamentarias. Sin embargo, el problema de la compra de votos en Bulgaria indica exactamente lo contrario.
Después de que las anteriores elecciones locales se vieran comprometidas reiteradamente por la evidente compra de votos de el GERB (Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria), el DPS (Movimiento por los Derechos y las Libertades) y el BSP (Partido Socialista Búlgaro), los ciudadanos corrientes se quedaron con la sensación de que no tenían derecho a elegir. Como consecuencia, están mucho menos dispuestos a volver a votar.
A pesar del código penal existente y los numerosos signos de violación de la ley, ni una sola persona mencionada en el informe de la Comisión ha sido condenada por estos delitos porque está claro que las autoridades responsables del cumplimiento de la ley no están dispuestas a detener la compra de votos. En Bulgaria el poder judicial aún muestra una falta de determinación y los culpables bien conocidos están preparando de nuevo campañas preelectorales, mientras que quienes vendieron sus votos ahora están buscando nuevos compradores que ofrezcan el mejor precio.
Quiero subrayar que mientras en Bulgaria se permitan estas violaciones de la ley y el Estado continúe sin tomar medidas sobre esta cuestión, se está privando, de hecho, a los votantes honrados de su derecho humano básico ¡el derecho a elegir! Esto es inaceptable para los ciudadanos europeos. Insto al Parlamento a no quedarse cruzado de brazos sin hacer nada.
Magda Kósáné Kovács (PSE), por escrito. – (HU) El Tratado de la Unión Europea establece que todos los ciudadanos de la Unión son iguales. Lamentablemente, sin embargo, este principio no siempre se cumple en la realidad. El motivo de las diferencias es la propagación de la extrema pobreza, la exclusión social o la exclusión deliberada, regiones con múltiples desventajas que han quedado excluidas de la sociedad de la información, y en las que no cabe esperar que los ciudadanos tengan una conciencia europea común. Me complace el hecho de que el informe mencione específicamente a los romaníes. Esta minoría de 10 a 12 millones de personas vive segregada y experimenta unas desventajas educativas y una situación desesperada con respecto al empleo como una devaluación de su ciudadanía.
Hay indicios de que este desmoronamiento de la sociedad tendrá sus efectos también sobre las elecciones al Parlamento Europeo. La voluntad de los más desfavorecidos para votar está disminuyendo, puesto que carecen de información y al margen de la sociedad hay menos conocimiento sobre la importancia del hecho de que de todas las instituciones de la UE, solo pueden influir directamente en la composición del Parlamento Europeo. Es lamentable que la indiferencia sea particularmente mayor en los países de Europa Central y Oriental, cuyas raíces deben buscarse una vez más en una información inadecuada, pero otro factor causal es que el ritmo de aproximación tras la gran ampliación se ha ralentizado y ha causado desilusión.
Esperamos que la libre circulación de ciudadanos, trabajadores y proveedores de servicios eche abajo las fronteras en las mentes de las personas y en su modo de pensar. Si resulta natural que circular dentro de los límites de un hogar más grande sea la realización de una libertad mayor, entonces la Unión Europea de múltiples estratos y multicolor puede englobar a un gran número de ciudadanos europeos diversos, pero cohesionados y tolerantes.