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Procedimiento : 2008/0157(COD)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A6-0070/2009

Textos presentados :

A6-0070/2009

Debates :

PV 22/04/2009 - 17
CRE 22/04/2009 - 17

Votaciones :

PV 23/04/2009 - 8.8
CRE 23/04/2009 - 8.8
Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P6_TA(2009)0282

Acta literal de los debates
Miércoles 22 de abril de 2009 - Estrasburgo Edición DO

17. Plazo de protección del derecho de autor y de determinados derechos afines (debate)
Vídeo de las intervenciones
Acta
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  Presidente. – De conformidad con el orden del día, pasamos ahora al debate sobre el informe de Brian Crowley, en nombre de la Comisión de Asuntos Juridícos, sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se modifica la Directiva 2006/116/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa al plazo de protección del derecho de autor y de determinados derechos afines (COM(2008)0464 - C6-0281/2008 - 2008/0157(COD)) (A6-0070/2009)

 
  
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  Brian Crowley, ponente. — Señor Presidente, quisiera dar la bienvenida a la Cámara al Comisario McCreevy y dar las gracias a todos los colegas que están aquí esta tarde.

La ampliación del derecho de autor y del plazo de protección ha sido un camino largo y agotador para todos nosotros, especialmente porque gran cantidad de personas no son plenamente conscientes de todos los hechos que se asocian con el derecho de autor.

Para empezar, permítanme que agradezca oficialmente a todos mis colegas, tanto a los que me apoyan como a los que se oponen a la propuesta que estoy presentando, por sus contribuciones, aportaciones y en especial por su asesoramiento a lo largo del camino. Asimismo quisiera dar las gracias a la secretaría de la Comisión de Asuntos Jurídicos, en particular a Giorgio, que ha sido muy buen abogado y consejero con respecto a estas áreas y, por último, al Comisario McCreevy y a todo su personal. Odio nombrar de forma individual pero el hombre sentado a su lado ha trabajado muchísimo con respecto a este informe y a esta directiva.

Se han dicho muchas mentiras y utilizo la palabra «mentiras» con cautela con respecto a lo que intentamos hacer aquí. Esto se puede condensar en cuatro áreas determinadas. En primer lugar, la ampliación del plazo de protección de los 50 años actuales a un plazo mayor. Ahora proponemos, como parte de un compromiso, 70 años. Esa propuesta de compromiso se basa en parte de la resistencia del Consejo de Ministros, y me decepciona que la Presidencia del Consejo no esté representada aquí esta noche. De hecho, durante todo este proceso creo que la Presidencia del Consejo no ha ayudado mucho a la hora de intentar sacar esta cuestión adelante. Cuando comenzó la Presidencia checa, avisé al Primer ministro así como a todos los ministros responsables y los oficiales de la Presidencia checa, de que esto podría suponer un gran éxito para la Presidencia y para el Parlamento. Pero han recibido presiones de otra índole y su actitud ha sido desinteresada o casi indiferente a la hora de intentar buscar soluciones.

Además de esto, otros Estados miembros en el Consejo de Ministros han intentado deliberadamente bloquear y obstaculizar el progreso de este procedimiento presentando quejas y enmiendas falsas sin mirar realmente el contenido o sin tan siquiera contactar con el Parlamento para ver si el Parlamento sería flexible con respecto a lo que tiene que ocurrir.

Pero el segundo punto con respecto a lo que esta directiva hace —y posiblemente el más importante de todos— es que por primera vez reconoce la contribución de músicos de estudio mediante el establecimiento de un fondo que les permita garantizar que tendrán el fruto y remuneración de su trabajo —cosa que muchas personas han explotado durante mucho tiempo— por el que quizás consigan un único pago si tienen suerte. Esto garantizará protección a aquellos que estén finalizando sus carreras artísticas o aquellos que tengan otros problemas económicos al respecto.

En tercer lugar, en relación con el equilibrio los derechos y poderes de aquellos que negocian con las compañías de grabación y los músicos, se conceden derechos adicionales para los músicos entre otros para garantizar que esto se produce.

En cuarto lugar, y más importante, garantizando que hay transparencia con respecto a cómo opera el derecho dentro de la UE. Muchos de mis colegas, en particular los de España y otros países del Mediterráneo, han presentado ideas con relación al sector audiovisual y hemos intentado darles cabida reflejando en el proyecto de informe la idea de una directiva aparte para el sector audiovisual porque tiene problemas diferentes y requiere, por tanto, soluciones diferentes. Del mismo modo, como se ha descubierto en el transcurso de nuestros debates, hay una gran área con relación a la gestión de las sociedades recaudadoras y a cómo representan los derechos y administran la recaudación del dinero pagadero a los artistas para garantizar que lo llevan a cabo.

Por último, permítanme decir que la gente debería darse cuenta de que se trata de un derecho creativo; se trata de algo que un individuo ha creado y nos ha dado. Es algo por lo que debemos pagar, no una cantidad exorbitada sino una pequeña cantidad. El derecho de autor hoy en día parece haberse tirado por la borda, todo el mundo puede conseguir todo gratuitamente. Si elegimos ese camino, a corto plazo quizás nos beneficiemos pero a largo plazo acabaremos con la creatividad, la oportunidad para que nazcan nuevos artistas, nuevos grupos y surjan nuevas experiencias.

Hoy tenemos entre el público a algunos músicos, algunos productores y, de hecho, algunas partes interesadas. Les diré que, con tal escenario, este es el primer paso para garantizar que los artistas y músicos toman el control sobre sus derechos. Si tenemos éxito, pueden estar seguros de que daremos el siguiente paso hacia la cima.

 
  
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  Charlie McCreevy, Miembro de la Comisión. — Señor Presidente, la Comisión apoya totalmente el compromiso del Parlamento que se presenta para votación en esta parte de la sesión. Es un compromiso muy equilibrado que esperemos que facilite la aprobación de la propuesta en la primera lectura. Un resultado así será un gran avance muy grato para los intérpretes europeos. Demostrará nuestro aprecio por la contribución creativa que los músicos hacen a nuestra vida y a nuestra cultura.

El compromiso del Parlamento tiene cuatro áreas principales las cuales apoyamos incondicionalmente: primero, la ampliación del plazo de protección para los artistas intérpretes y los productores de fonogramas de 50 a 70 años; segundo, una nueva reclamación para los intérpretes de estudio que asciende al 20 % del ingreso de todas ventas de los sellos discográficos; tercero, la disposición «use it or lose it» (en virtud de la cual los derechos no utilizados se pierden) para recuperar los derechos después de 50 años si el productor no comercializa la grabación y cuarto, el principio llamado «tabla rasa» que evita que los productores de fonogramas hagan descuentos de los cánones que pagan a los intérpretes.

Me complace especialmente observar que el fondo de los intérpretes de estudio, que funciona conforme al 20 % de los ingresos brutos de las ventas, ha quedado intacto en el proceso legislativo hasta la fecha. Este fondo se sustenta fundamentalmente en el hecho de que, contrario a todas las críticas recibidas el año pasado, el plazo de la ampliación proporcionará ingresos a los intérpretes en los años menos prósperos y por otro lado fomentará la creación de artes nuevas.

Déjenme destacar que esta propuesta es mucho más que una simple ampliación del plazo. Por primera vez la legislación europea en materia de derechos de autor será un plan donde los artistas participarán de los ingresos de las ventas de las discográficas: el 20 % del volumen de ventas bruto se reserva a los artistas de estudio. Esto es realmente innovador. Y lo que es más importante, este 20 % no se reserva a unas cuantas superestrellas, se distribuye exclusivamente entre los intérpretes de estudio. En contra de la tan extendida creencia, las personas del estilo de Sir Cliff Richard no se llevarán ni un sólo céntimo del fondo de intérpretes de estudio y los sellos como EMI o Universal, que contribuyen a este fondo, tendrán que llevarse el beneficio del 80 % del volumen de ventas bruto.

Entonces sí hay una tabla rasa, una disposición que termina con la desafortunada práctica de deducir anticipos de los cánones de los artistas. De nuevo, esta provisión se recoge para aquellos intérpretes menos conocidos porque son sus grabaciones las que con frecuencia no recuperan los anticipos.

Asimismo hay una cláusula que permite a los intérpretes cancelar contratos una vez que los productores dejan de vender sus grabaciones. Todo esto es realmente innovador y ninguna propuesta europea ha llegado nunca tan lejos para favorecer a los intérpretes. Esta propuesta no es para beneficiar a las discográficas. Es una propuesta cuidadosamente equilibrada destinada a compensar a los creadores europeos.

Algunos quizá digan que los creadores europeos están sobreprotegidos. Aquellos cuyos ingresos dependen de los derechos de autor discreparían. Si los artistas se quedaran en el mundo de la música porque merece la pena los consumidores disfrutarían en consecuencia de una mayor variedad.

También aceptamos con satisfacción la petición de que la Comisión realice una evaluación del impacto en el sector audiovisual por separado para presentar las propuestas adecuadas en el año 2010. Estamos convencidos de que podemos entregar la evaluación en el tiempo que ha previsto el Parlamento.

La Comisión está de acuerdo en que la gestión de los derechos en línea para la redistribución de programas de TV y radio merece una atención especial. Como corolario de la propuesta del plazo hemos tratado las preocupaciones de las emisoras sobre los derechos en línea. Por tanto, la Comisión propone hacer la siguiente declaración una vez se apruebe la propuesta en el Consejo.

La declaración queda así: «La Comisión reconoce la apremiante necesidad de gestionar colectivamente los derechos de los intérpretes y productores de fonogramas cuando las producciones de radio y televisión que incorporan emisiones de fonogramas comerciales como una parte integral se ponen a disposición del público de tal forma que los miembros del público puedan acceder a las producciones de radio y televisión donde y cuando elijan. La Comisión tomará las medidas oportunas para poner en práctica tal gestión y, como primera medida, la Comisión entablará un diálogo estructurado entre las partes interesadas con el objetivo de establecer un régimen de licencias que funcione. Esta declaración se limita a la publicación de producciones de radio o televisión en demanda y no incluye la publicación del fonograma en sí». Fin de la declaración.

La Comisión presentó esta propuesta en julio de 2008. Ahora nos encontramos en medio de la peor crisis económica de la época. La crisis afecta al día a día de muchos ciudadanos europeos. Los intérpretes de Europa viven a menudo en unas condiciones precarias la mejor de las veces. Esta propuesta garantiza el que los intérpretes puedan recuperar al final parte del ingreso que generaron.

El Parlamento tiene esto muy en cuenta y el proceso ha demostrado que el deseo de luchar por nuestros creadores sigue ahí. Creo que se probará que los miedos manifestados por aquellos en contra de la ampliación del plazo son infundados.

Para terminar, quisiera darle las gracias al ponente, Brian Crowley, y expresar mi aprecio y admiración por el eficiente manejo que ha tenido el Parlamento Europeo de este tema.

 
  
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  Erna Hennicot-Schoepges, ponente de opinión de la Comisión de Industria, Investigación y Energía.(FR) Señor Presidente, quisiera felicitar al ponente y a todos los que han trabajado en este tema. También quisiera dar las gracias al comisario por el archivo que nos ha presentado.

En legislaciones anteriores se ha pasado por alto a los intérpretes muy a menudo, y, como el resto de personas que ayudan en la creación de propiedad intelectual, tienen derecho a recibir la remuneración adecuada. Esta enmienda ha ampliado, por tanto, este principio a los intérpretes, lo que ya es un avance considerable.

Sin embargo, queda mucho por hacer, este compromiso es solo un primer paso. Las circunstancias en las que se encuentran las compañías de distribución de derechos de autor todavía varían notablemente en los diferentes países, que tienen situaciones diferentes y, desde este punto de vista, no se pueden armonizar todavía en la práctica.

El informe del Parlamento pide a la Comisión que realice una evaluación de impacto y haga un seguimiento de esta medida. Después se pedirá a la Comisión que continúe con este trabajo. Con respecto a la concesión de licencias quisiera que prestáramos atención al hecho de que la comunidad artística se siente extremadamente insegura como resultado de propuestas como esta puesto que los artistas temen que las grandes productoras tengan la última palabra sobre trabajos creados por productoras pequeñas. Por tanto todavía hay que encontrar un equilibrio en este aspecto.

 
  
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  Emmanouil Angelakas, ponente de opinión de la Comisión de Mercado Interno y Protección del Consumidor. (EL) Señor Presidente, yo también quiero dar las gracias al ponente y a la Comisión por este compromiso.

Las principales propuestas que se recogen en esta directiva incluyen la ampliación del periodo de protección para los intérpretes y productores de 50 a 70 años, la creación de un fondo para los músicos y la introducción de la cláusula «use it or lose it» en los contratos. Todo esto es importante y lo debatimos en la comisión así como la cláusula «use it or lose it», la simplificacion de los trámites administrativos y la armonización de la normativa en todos los Estados miembros.

Se incluyeron cuestiones importantes en el compromiso con el que estamos satisfechos. Al mismo tiempo estamos satisfechos porque el periodo de 70 años supone más protección en relación con el periodo de tiempo durante el cual se protege la propiedad intelectual que también es de 70 años. La ampliación de este plazo ayudará a fomentar la creación de jóvenes productores y esto permitirá a Europa llegar a ser una fuente mundial de talento musical excepcional lo que contribuye de forma activa a la creación artística y a la seguridad del empleo. Al mismo tiempo, los Estados miembros tendrán ingresos fiscales y Europa se convertirá en exportadora de propiedad intelectual.

Creo que el compromiso es satisfactorio y me alegro del éxito que ha obtenido.

 
  
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  Christopher Heaton-Harris, ponente de opinión de la Comisión de Cultura y Educación. — Señor Presidente, quisiera felicitar también al ponente y, por primera vez en los 10 años que llevo aquí, a la Comisión tanto por su propuesta como por los compromisos que ha presentado después.

Yo soy de los que está a favor de los derechos de autor. Creo que estos derechos y las patentes protegen a las personas, empresas y a la propiedad intelectual y ésta última es la base de las economías de libre mercado. Las personas y las empresas invierten tiempo y dinero esperando encontrar un producto —en este caso, música— que guste al público para que lo compren. Las sociedades de todo el mundo que tienen una propiedad intelectual consolidada avanzan, las que tienen pocos empresarios y pocas patentes se quedan simplemente atrás.

Ahora 38 000 músicos de estudio en el Reino Unido han firmado una petición respaldando estas propuestas. Estos músicos se merecen la ayuda que recibirán con estas propuestas. Hay uno en mi circunscripción, un tipo llamado Ted Caroll —uno de los cientos de músicos de estudio— que me ha escrito pidiéndonos que aprobemos estos compromisos. Por ese motivo estoy totalmente a favor de este informe.

 
  
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  Jacques Toubon, en nombre del Grupo PPE-DE.(FR) Señor Presidente, Señorías, la propuesta presentada es una medida positiva para los artistas, para el arte y para la cultura y nuestro Grupo, el PPE-DE, votará a favor.

De hecho, lo que tienen ante ustedes ahora es un compromiso que lucha por dar cuenta de los diferentes puntos de vista e intereses y que —y aquí viene lo interesante— tiene que ser aprobado por el Consejo que hasta ahora se ha enfrentado a una pequeña minoría que está en contra.

Este compromiso mejora la propuesta de la Comisión. Hace que las relaciones entre productores e intérpretes sean más justas gracias a la cláusula que permite a los intérpretes ejercer sus derechos cuando los productores no lo hagan. Garantiza condiciones más justas para los intérpretes de estudio en relación con los solitas. Los músicos de estudio se beneficiarán de un impuesto permanente del 20 %.

Bajo la Presidencia española consideraremos el extender la propuesta al sector audiovisual, es decir, a productores y actores. Con respecto a las emisoras, le doy las gracias al Comisario por la declaración que ha realizado y creo que debería adjuntarse una declaración tan precisa a la posición común del Consejo para que no se pongan en peligro las cuestiones relacionadas con la emisión de música por la radio.

Hablamos de ingresos reales. Los músicos de estudio van a ver triplicados sus ingresos para llegar hasta 2 000 euros. No se perjudican los intereses de los consumidores puesto que la ampliación del plazo de protección no aumenta los precios. Tampoco se perjudica a la reproducción pública puesto que no paga cánones a los intérpretes o los productores. Solo los pagan a los autores y con muchas excepciones.

Por este motivo, estoy profundamente agradecido al señor Crowley, la señora Gill, el Comisario McCreevy y a la Comisión por todo su trabajo. Refleja el estado del mundo, aumenta la esperanza de vida y los nuevos usos de los trabajos y por ello tenemos que aprobar este texto, para intentar asegurarnos de que se haga definitivo en la primera lectura.

 
  
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  Neena Gill, en nombre del Grupo PSE. — Señor Presidente, ha sido largo y a veces complicado elaborar este informe en el Parlamento, sujeto a los intensos grupos de presión por ambos lados y con mitos y reconvenciones como orden del día. Debido a la urgencia e importancia de que este informe se aprobara durante este término parlamentario, el ponente y sus ponentes alternativos han trabajado duro para llegar a un acuerdo en los puntos principales de la posición del Consejo. Por tanto, felicito a todos aquellos que hayan participado para llegar a un consenso sensato, justo y sostenible. Sin embargo, me decepciona el hecho de que el Consejo no haya alcanzado un acuerdo similar.

Me complace, sin embargo, que el informe cumpla con mis objetivos principales y los del Grupo PSE y que, si se va a ampliar el plazo de la protección de los derechos de autor, el aumento de ingresos tiene que beneficiar en primer lugar y sobre todo a los intérpretes. Por este motivo acepto las enmiendas del compromiso presentadas por el ponente ya que se plantean medidas adicionales para los intérpretes.

Quisiera destacar algunas enmiendas clava: la enmienda 58, que es una cláusula permanente «use it or lose it» ; las enmiendas 59, 60 y 61 sobre reclamaciones permanentes para los intérpretes de estudio, conforme a la cual las discográficas tienen que reservar el 20 % de los ingresos de las ventas; la enmienda 62, sobre una tabla rasa para artistas reconocidos; la enmienda 71 sobre la posibilidad de que los artistas reconocidos negocien mejores contratos; y, por último, la enmienda 75 sobre la evaluación de impacto de intérpretes audiovisuales.

Me gustaría preguntar, por tanto, a los colegas que tienen ciertas reservas que lo reconsideren y voten a favor del informe. Reconozco que no es perfecto y que hay ciertas preocupaciones. En otras circunstancias me habría gustado tratar, especialmente en el caso de artistas reconocidos, el periodo de tiempo permitido para las discográficas conforme a la cláusula «use it or lose it», que tiene efecto después de un año en lugar de tras algunos meses, que habría sido preferible.

Para finalizar, pediría urgentemente al Consejo que llegue a un acuerdo en esta materia. El resto de partes ya lo han alcanzado y los intérpretes necesitan una aclaración cuanto antes.

 
  
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  Sharon Bowles, en nombre del Grupo ALDE. — Señor Presidente, a pesar de la encantadora y emprendedora ofensiva del Comisario y sus servicios, no puedo apoyar esta propuesta de ampliar el plazo de los derechos de autor.

Sé que la propuesta tenía la intención adecuada pero en la era digital donde la forma en la que se distribuyen las grabaciones cambia rápidamente, ¿por qué realizar un cambio irreversible mediante la ampliación de un sistema que, en el fondo, sigue funcionando con contratos y estructuras más relacionados con la venta y distribución física? La única manera de salvar la situación es encargarse de los contratos que con el tiempo se han vuelto injustos y esto no se ha hecho. Deberíamos dejar claro que la cesión total sin cláusulas de renovación ya no es admisible y uno de los precios que las compañías de grabación tienen que pagar por cualquier ampliación.

Se ha realizado un trabajo encomiable para imponer buenas condiciones a cambio de la ampliación pero me temo que estas adiciones hacen que no funcione completamente a largo plazo y recogen sus propias incongruencias e injusticias porque no tratan el tema de los contratos.

He buscado un compromiso con el que pudiera estar de acuerdo y ofrecí la idea de limitar la ampliación del plazo para las grabaciones publicadas antes de 1975 tal y como aparece en las enmiendas 80 y 81 del Grupo ALDE, que son compatibles con el paquete principal. Admito que esto es un arreglo para la era del rock and roll que actualmente reúne a tantas mentes y que fue testigo tanto del boom de la música popular como de los contratos considerablemente pobres. Sin embargo, esta enmienda no nos situaría en una posición irreversible con respecto a las grabaciones más recientes. Nos conduciría al fin del modelo de las compañías de grabación actual, que son, cuando se ha dicho y hecho todo, las principales beneficiarias de esta ampliación. También deberíamos darnos tiempo para reflexionar y desarrollar propuestas más encaminadas a los intérpretes y al futuro, que funcionen en una era digital.

Si vuelven con una propuesta sobre los temas que he planteado entonces merecerá la pena votar por el paquete de medidas, sino no puedo estar a favor.

 
  
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  Roberta Angelilli, en nombre del Grupo UEN. – (IT) Señor Presidente, Señorías, en primer lugar quisiera felicitar al ponente por el magnífico trabajo que ha realizado. Actualmente, la protección de los derechos de autor dura un máximo de 50 años y, en mi opinión, este periodo no es suficiente para conceder a los artistas una remuneración justa por su trabajo e interpretación creativa. De hecho, es importante que se mejore la situación social de los artistas mediante una protección mayor proporcionada por las instituciones.

Por esta razón estamos a favor de ampliar la protección de los derechos de autor hasta 95 años. Pedimos que se den las ganancias adicionales que genere esta ampliación a los artistas exclusivamente y que durante los 45 años adicionales se exima a los artistas de la obligación contractual de transferir parte de sus ingresos a terceros. Esta medida debe estar destinada exclusivamente a proporcionar una ventaja real para los autores e intérpretes. Por otro lado, sería también recomendable que la Comisión evaluase el impacto y la necesidad de extender la ampliación al sector audiovisual.

 
  
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  Eva Lichtenberger, en nombre del Grupo Verts/ALE. (DE) Señor Presidente, tenemos un problema con los derechos de autor y con la remuneración para los artistas. De modo que tenemos que ser parte activa y hacer algo al respecto. Sin embargo, si vamos a ser activos es importante que reaccionemos ante los retos de la era digital y aremos en el mar.

Permítame explicar cómo he llegado a esta conclusión. La propuesta que tenemos ante nosotros en realidad sólo contiene una promesa y es la de promover la industria musical. Si observamos lo que ocurre con los artistas y sus ingresos realmente y hacemos el cálculo, llegaríamos a promedios realmente bajos para que los artistas se sustenten y obtengan algún beneficio.

Además este dinero no va a parar a los artistas directamente. El fondo es demasiado pequeño como para lograr algo. Uno de los artistas con los que debatí esto me dijo que se trataba de una redistribución donde solo el más rápido sobrevive. Tuve que contradecirle: es una redistribución entre artistas y productores, la industria musical y después solo los nombres importantes.

En general, Comisario, es propuesta no es adecuada. Tenemos que encontrar algo mejor. Tenemos que crear, por ejemplo, algo similar a una tarifa plana. Incluso las propuestas que ha hecho con relación a la cláusula «use it or lose it» siguen siendo teoría. Por qué no hacer algo inteligente y bien fundado, tal y como recomendaron y pidieron los artistas en nuestra audiencia en la Comisión de Asuntos Jurídicos.

 
  
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  Mary Lou McDonald, en nombre del Grupo GUE/NGL. — Señor Presidente, creo que la intención original de esta iniciativa era mejorar la situación social de los intérpretes, tal y como han afirmado el Comisario McCreevy y nuestro colega Brian Crowley pero es verdad que no lo consigue. Desafortunadamente, ni los cambios introducidos por la comisión van los suficientemente lejos para mejorar la propuesta. Es una propuesta que, creo, al final recompensará a aquellos artistas que ya tienen éxito y, de hecho, recompensará a la industria.

Me desconcierta la ampliación del plazo de los derechos de autor, ya sea a 70 o a 95 años, y me desconcierta no solo porque es una medida sospechosa y casi fuera de lugar en la era digital en la que estamos sino porque una medida así beneficiará en primer lugar a los intereses de la industria y no a los artistas con dificultades.

Creo, sin menospreciar el trabajo y la buena voluntad, que los diputados deben rechazar esta propuesta. Creo que la Comisión tiene que volver a empezar y traer una propuesta adecuada, una que no trate de apoyar a los intérpretes y artistas sino que en la práctica y en la realidad efectivamente lo haga.

 
  
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  Manuel Medina Ortega (PSE). (ES) Señor Presidente, a diferencia de las dos oradoras que me acaban de preceder, yo estoy de acuerdo con la mayor parte de los intervinientes.

Esta es una buena directiva, una excelente directiva, dirigida a proteger a los intérpretes.

Cuando se habla de que hay que buscar un modelo más inteligente de hacer negocios, en realidad, de lo que se está hablando es de acabar con la propiedad intelectual. Porque solamente se puede hacer negocio si hay un derecho establecido.

Tenemos ya un derecho establecido en el nivel nacional. La Comisión, bajo la dirección del señor McCreevy, ha adoptado una iniciativa valiente, una iniciativa positiva, y creo que la Cámara debe aprobar el compromiso que hemos conseguido en el ámbito de la Comisión de Asuntos Jurídicos gracias a la labor del ponente, señor Crowley, y de los diferentes ponentes en la sombra como la señora Gill y el señor Toubon.

Creo que es una magnífica directiva, una directiva que va a potenciar la creación de la propiedad intelectual. Y, además, en esa directiva se incluyen unas cuantas recomendaciones con respecto a la continuación del trabajo.

Creo que la aprobación por parte de esta Cámara de ese informe —y espero que el Consejo se alinee con la Comisión y el Parlamento— servirá para que en la próxima legislatura la Comisión siga por este camino, haga propuestas al Parlamento y avancemos en el ámbito de la protección de la propiedad intelectual, que es esencial para el desarrollo de nuestra Unión Europea como gran institución basada en una cultura común.

 
  
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  Olle Schmidt (ALDE). - (SV) Señor Presidente, Comisario, el señor Crowley es un diputado capaz, que a menudo nos presenta propuestas inteligentes. Sin embargo, esta vez me resulta difícil seguir sus intenciones. La Comisión propone que el plazo de protección para las grabaciones musicales se amplíe a 95 años, lo que casi doblaría el plazo actual. La mayoría estará de acuerdo conmigo en que es excesivo. El compromiso del que hablamos es de 70 años y esto sí supone un avance en la dirección adecuada.

Sin embargo quedan cosas en el tintero. ¿Contribuirá la ampliación a aumentar la diversidad cultural y a facilitar la creación de nuevas composiciones?, ¿qué efectos tuvo la ampliación de los derechos de autor en EE.UU.?, ¿ha fortalecido la posición de los artistas o son las compañías discográficas las grandes beneficiarias?, ¿podemos justificar una ampliación del plazo de protección tan radical?, ¿no es muy simplista querer establecer una relación directa entre la creatividad y el deseo creativo con el plazo de protección? En mi opinión, no se ha respondido aún a estas preguntas.

Como liberal que soy creo en los derechos de autor y en la finalidad que hay detrás y puedo estar de acuerdo, por tanto, con varios compañeros diputados en esta Cámara. Por supuesto que es importante salvaguardar la producción de nuevas composiciones y que los compositores tengan el control de su propio trabajo, también desde el punto de vista financiero. Sin embargo, nuestras intervenciones jurídicas en esta Cámara tienen que ser proporcionales y no creo que este sea el caso.

En mi país natal se debate el acceso a las composiciones en Internet, especialmente tras el juicio contra The Pirate Bay. En estos momentos, cuando los derechos de autor se debaten de forma tan intensa creo que cometeríamos un error si aprobásemos la propuesta de la Comisión de ampliar el plazo de la protección para las composiciones musicales de 50 a 95 años. De modo que, como la señora Bowles, voy a votar en contra de la propuesta. Creo que la Comisión debería realizar otro intento. Comisario, piénselo otra vez, trabaje en la propuesta y ¡vuelva a presentarla!

 
  
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  Roberto Musacchio (GUE/NGL).(IT) Señor Presidente, Señorías, en vista de los grandes cambios que afectan al sector de la música y la cultura en general, Europa se arriesga a responder con soluciones proteccionistas y antiguos planes que prometen algo a los intérpretes y pequeñas empresas y al final siguen los intereses de las grandes estrellas que tendrán considerablemente más posibilidades de incrementar sus beneficios.

Tras la sentencia del tribunal sueco contra los directores de la página web The Pirate Bay, que fueron castigados por fomentar el intercambio P2P de material musical, si el Parlamento aprueba una medida como esta consolidará una propuesta negativa e inapropiada para la nueva dinámica de la era tecnológica y la necesidad de cultura, comunicación y libertad de generaciones enteras.

La protección de la libertad de expresión de los artistas se fundamenta, de hecho, en su relación con la sociedad. La libertad de producir arte y la libertad de disfrutar del arte van de la mano y tienen un enemigo común: la sumisión ciega de la cultura al mercado que se consolida aún más con esta legislación.

 
  
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  Athanasios Pafilis (GUE/NGL). - (EL) Señor Presidente, la propuesta de la Comisión y el informe quieren que la creación del arte y la cultura hecha por el hombre sean mercancías permanentes.

Esta ampliación solo beneficiará a los grandes monopolios, multinacionales de la industria de la música, espectáculo y entretenimiento que continuarán enriqueciéndose a través de la creación de otros. Los perdedores serán los trabajadores, los artistas y la evolución humana en sí porque, coaccionados por las multinacionales, una abrumadora mayoría de intérpretes y artistas se ven obligados a cederles todos sus derechos a cambio de una miseria.

Esta ampliación generará beneficios de miles de millones de euros para las multinacionales pero solo unos pocos miles de euros más al año para los músicos. Mientras las grandes compañías controlarán la producción intelectual en base a la ley de beneficio.

La propuesta de la Comisión, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los grupos del Parlamento Europeo, es prueba de la naturaleza, carácter e intereses que la UE defiende y salvaguarda. Para proteger el beneficio del capital convierte todo en una mercancía desde el agua, pasando por el arte, la cultura hasta las creaciones humanas.

 
  
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  Jens Holm (GUE/NGL). - (SV) Señor Presidente, la propuesta de ampliar el plazo de protección a 95 años es una muestra del éxito que han tenido las grandes compañías de grabación que han ejercido presión para que se crease una propuesta completamente a su medida. Una ampliación de esta magnitud solo perjudicará a los consumidores particulares e inhibirá la creación de música nueva. Nuestro grupo, el GUE/NGL, ha propuesto una enmienda en la que pedimos que se retire la ampliación a 95 años. También pedimos que se rechace la directiva.

Supuestamente la compañía Warner de Norteamérica es la propietaria de los derechos de la canción Happy Birthday. Las personas que celebran su cumpleaños en público apenas se atreven a cantar la canción en ciertos lugares de EE.UU. por miedo a las represalias y a las multas. Este es un ejemplo absurdo de hasta qué punto se puede llegar si permitimos que los intereses personales y la industria gobiernen la política. Este era un ejemplo de EE.UU. donde la ampliación de la protección de los derechos de autor ya es de 95 años. No dejemos que esto ocurra también en Europa. ¡Rechacemos esta propuesta de 95 años y toda la directiva!

Me pregunto si la Comisión ha llevado a cabo evaluaciones de impacto sobre qué cantidad de los futuros ingresos irá a parar a los artistas y qué cantidad a las grandes compañías.

 
  
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  Manolis Mavrommatis (PPE-DE). - (EL) Comisario, como ya hemos oído durante este debate, las opiniones con respecto legislación que amplía el periodo de protección para la propiedad individual difieren.

Quisiera destacar que una vez más la adopción de esta directiva específica no afectará a los consumidores ni aumentará el precio de los fonogramas. Todos nos resistimos a ampliar el periodo de protección de los derechos de autor en línea con el aumento de la esperanza de vida. La propiedad intelectual está protegida durante 70 años tras el fallecimiento del autor, generando así cierta cantidad de ingresos para su familia. La actual protección para los derechos de los intérpretes, que cubre 50 años desde su grabación, es por tanto muy corta. Por eso el compromiso que establece un periodo de 70 años es una buena idea.

Quisiera que prestáramos atención al estudio que hay que preparar sobre los actores y la posible propuesta de una directiva que se presentará en 2010. También considero que se debe proteger las interpretaciones de los artistas, especialmente en un periodo en el que la creación artística es importante y los avances tecnológicos pueden ayudar a proteger el ingreso de los artistas.

Para finalizar, espero la cooperación de la Comisión Europea sobre la propuesta de la nueva directiva.

 
  
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  Glyn Ford (PSE). - Señor Presidente, permítame que sea claro al respecto: apoyo la ampliación de los derechos de autor de 50 a 70 años. Mi problema es, ¿a quién beneficia?

Acojo con satisfacción el hecho de que, como ha exigido la Unión de Músicos, los músicos de estudio vayan a obtener un 20 % de los beneficios de distribución. El problema es el equilibrio entre las multinacionales de grabación y los artistas reconocidos. Muchas de estas personas firmaron contratos hace 30 o 40 años que les dieron el 8 % del precio del comerciante siendo las compañías las responsables de producir, distribuir y recaudar el dinero de las ventas. Ahora las mismas multinacionales conseguirán un premio multimillonario por no hacer absolutamente nada porque, en esta era digital, no tienen nada que hacer. Basándose en una estructura industrial, desde hace tiempo innecesaria por el cambio tecnológico, es el sheriff de Nottingham el que gana y no Robin Hood. Estos artistas deberían haber podido reclamar su propiedad ya que son los únicos responsables de su creación.

 
  
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  Christofer Fjellner (PPE-DE). - (SV) Señor Presidente, dejemos algo claro: la ampliación del plazo de protección de los derechos de autor no dará como resultado más o mejor música. ¿Qué diría un músico de 25 años, «no, no voy a hacer esta grabación porque solo me pagarán hasta que tenga 75 años y no hasta que cumpla los 120»? Ni tan siquiera animaría a los músicos «pobres» ya que no son sus grabaciones las que se venderán 50 años después de su creación. En cambio sí anima a las grandes compañías o a aquellos que ya han ganado bastante con sus grabaciones. Creo que el tema se nos ha ido de las manos.

Alguien que inventa la cura para el cáncer hoy en día —además de recibir el premio Nobel de Medicina— tendrá la patente durante 20 años mientras que alguien que hace una grabación obtendrá protección o la propia grabación durante 95 años. Es desmesurado. Sin embargo, sí estoy de acuerdo en que 70 años es mejor que 95 aunque pienso que lo mejor sería rechazar toda la directiva.

 
  
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  Charlie McCreevy, Miembro de la Comisión. — Señor Presidente, quisiera pensar que he aprendido bastante durante mi tiempo como Comisario Europeo. Algunos afirmarán que no pero yo pienso que sí.

Pero una de las cosas que he aprendido es que todo lo que tenga que ver con la propiedad intelectual está lleno de dificultades. ha habido una serie de cuestiones que se han planteado al respecto en el Parlamento y el Consejo de Ministros tanto durante mi tiempo como Comisario como anteriormente como ministro del Gobierno irlandés y estás cuestiones han estado presentes durante unos 20 o 30 años. De modo que he aprendido que cualquier cuestión relacionada con este tema, genera amplia cobertura, mucho debate y divide a muchos miembros del Parlamento, a los Estados miembros y a las diferentes partes interesadas.

He aprendido que es extremadamente difícil tratar cualquier cuestión relacionada con este tema y llegar a una solución aceptable. Durante el tiempo que he sido Comisario aquí ha habido muchas ocasiones en las que no se ha llegado a ningún acuerdo en determinados temas.

Siendo así no me sorprende lo más mínimo la profundidad y sinceridad de los argumentos presentados por todas las partes en este debate porque cualquier cuestión relacionada con la propiedad intelectual siempre genera este tipo de discusión y las personas que se oponen a la propuesta de compromiso, planteada por el señor Crowley, estarían del otro lado en otras cuestiones relacionadas con la propiedad intelectual.

Así que es muy interesante, en este tipo de debate, ver a personas que se posicionan de una forma en otras cuestiones relacionadas con la propiedad intelectual y aquí lo hacen de otra. Porque se trata de un área muy difícil y acepto la sinceridad de las personas que han intervenido.

No tiene mucho sentido recopilar las diferentes opiniones planteadas de forma individual y debatirlas porque se han debatido en la comisión hasta la saciedad. Una de las cosas que hizo el señor Crowley y los ponentes de otras comisiones ha sido dedicarle mucho tiempo. El Parlamento le ha dedicado una gran cantidad de tiempo y esfuerzo y mucho de los asistentes y personas de mi propia DG trabajaron realmente duro para intentar llegar a lo que pensamos sería un compromiso aceptable.

Pero mencionaré algunos puntos. Para empezar eliminaré algunas cuestiones que no se relacionan mucho con este debate, como lo que rodeó el debate anterior por el que realizamos esta propuesta.

Les aseguro que las personas que me pidieron que siguiera con la propuesta fueron los intérpretes, de los que proviene la presión tan intensa.

Si existe un desacuerdo aquí en la Cámara y en los Estados miembros, del mismo modo puedo decir que había diferentes puntos de vista en mi DG la primera vez que propuse el tema y el procedimiento que deberíamos seguir y se expresaron muchos de los diferentes puntos de vista expuestos aquí hoy. Creo que es natural: si genera puntos de vista diferentes aquí y en otros Estados miembros pueden esperar lo mismo en el DG.

Pero los que más presión ejercieron fueron los intérpretes comunes. Sí, los intérpretes reconocidos vinieron y brindaron su apoyo para la causa porque los intérpretes comunes pensaron que sería mejor contar con los grandes en esta cuestión en particular también, pero los intérpretes comunes—los músicos de estudio de los que la mayoría no ha oído hablar— fueron los que más presión ejercieron. Creo que es significativo el que, como dijo el señor Heaton-Harris, 38 000 músicos de estudio apoyaran esta propuesta en particular.

De modo que uno tiene que pensar cuál es la manera apropiada de avanzar. Diría que la mayoría de las personas conocen a los cantantes de sus cuatro canciones o discos favoritos pero dudo mucho que muchos de ellos sepan quién las compuso en realidad. Sin embargo, el autor de la canción tiene el derecho de por vida más 70 años.

Si entonase seis canciones aquí hoy de entre las más populares que se hayan creado, dudo de que nadie en esta Cámara fuese capaz de decir quién las escribió pero todo el que conozca una grabación en particular sería capaz de decir ésta la cantó tal y cual. El autor tiene el derecho de por vida más 70 años tras su muerte pero el intérprete sólo 50 años desde el momento de su interpretación.

Desde cualquier punto de vista esto es injusto. Algunos tuvieron una única canción que fue un éxito cuando tenían 21 o 22 años y luego nunca se volvió a oír hablar de ellos y no consiguieron una cantidad de dinero atroz por ello. En los años menos prósperos, cuando se acercan a los 70 y más adelante creo que sería razonable que obtuvieran un poco de ingreso adicional. Pueden acabar con todos los argumentos y con todo lo demás, pero basándonos en el juego limpio creo que ese argumento gana.

Como ha mencionado el señor Crowley y otros esto era un intento de tratar algunas de estas cuestiones, algunas de ellas muy conflictivas. Hemos hecho todo lo que hemos podido para obtener esta propuesta. El señor Crowley ha trabajado mucho también en esta cuestión, para intentar llegar a acuerdos y compromisos ha trabajado largo y tendido.

Solo me referiré a algunas de las cuestiones planteadas.

La señora Gill, que es muy partidaria de la propuesta y por ello le estoy muy agradecido, mencionó la cláusula «use it or lose it», que tiene efecto después de un año, pero en su aplicación en los Estados miembros, estos pueden hacer que sea efectiva tras tres o seis meses si así lo desean.

La señora Bowles —y no pongo en duda en ningún momento su sinceridad al respecto— cree que no está en posición de votar esta propuesta o la propuesta de compromiso expuesta por Brian Crowley. Ha mencionado la cuestión de los contratos. Bien, no creo que esto deba acabar con la propuesta. Se trata, en definitiva, de otra cuestión que será el asunto de otra iniciativa y —y solo si— la propuesta sale adelante.

El discurso de la señora Lichtenberger ha sido sutil. Le diré que 2 000 euros para un intérprete de estudio no es una miseria. El fondo, como ya he dicho antes, está refrendado por 38 000 intérpretes y creo que deben saberlo.

Señor Medina Ortega, gracias a su gran experiencia como político, tiene mucha razón en lo que dice y estoy de acuerdo con él en que tenemos que proponer algo que tenga una oportunidad razonable de ser aprobado por el Consejo de Ministros también. Como bien ha dicho tenemos que ser realistas porque, teniendo diferentes puntos de vista allí también, tenemos que presentar una propuesta —como ha hecho el señor Crowley y otros— que pueda ser aprobada por el Consejo de Ministros, y ha expuesto este argumento de forma muy convincente.

El señor Schmidt y el señor Musacchio han hablado de los modelos empresariales de las discográficas pero no estamos refrendando este modelo. El plazo de 70 años incluye todo tipo de modelos innovadores.

El señor Holm se ha referido a la posibilidad de ser multado, por ejemplo, por cantar la canción Happy Birthday pero creo que se confunde aquí. No se trata de la canción, se trata de su grabación por parte del intérprete así que el señor Holm puede cantar el Happy Birthday siempre que quiera y no correrá el riesgo de ser multado de ninguna manera. Se trata de la grabación del intérprete no del autor.

El señor Mavrommatis ha hablado de una serie de puntos que hemos anotado pero creo que 70 años es el mejor representante de por vida.

Resumiendo, quisiera expresar mi aprecio y admiración por el tratamiento que han hecho de esta cuestión todas las personas que participan en el Parlamento Europeo. El resultado ha sido la propuesta de compromiso presentada por Brian Crowley, y creo que demuestra nuestra voluntad de mejorar el marco jurídico de nuestra comunidad creativa. Creo que, en el futuro, demostrará que proteger la creatividad fue la elección acertada, y el aumento de la eficiencia del sistema de gestión de los derechos probará que aquellos que afirmaban que una protección mejor conduciría a una floreciente cultura en línea estaban equivocados.

Quiero dar las gracias a todos los que han intervenido en el debate, al ponente Brian Crowley en particular, no porque sea un colega de Irlanda y un viejo amigo, sino porque ha dedicado mucho trabajo para intentar y hacer que este compromiso sea aceptable para todas las posibles opiniones enfrentadas en el Parlamento y también ha facilitado un compromiso que, como ha dicho el señor Medina Ortega, también tiene la posibilidad de ser aceptado en el Consejo de Ministros.

 
  
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  Brian Crowley, ponente. — Señor Presidente, quisiera agradecer de nuevo a mis colegas por sus aportaciones a este debate. Desafortunadamente, a pesar de todas las discusiones, propuestas, enmiendas y posteriores enmiendas de las enmiendas y todos los cambios que se han realizado, algunos colegas aún no entienden la manera en que esta situación ha avanzado. Tengo que reconocer, a nivel personal, que agradezco todos los puntos de vista y entiendo de dónde vienen.

Sin embargo, es difícil hacerlo cuando recibimos enmiendas de colegas junto con un artículo del Financial Times declarando que debemos votar en contra de los derechos de autor cuando al final del artículo se puede leer «protegido por los derechos de propiedad». ¡Incluso el Financial Times, que se opone a la protección o ampliación de los derechos de autor, los utiliza!

Asimismo, he escuchado a organizaciones de consumidores diciendo que no está bien ampliar los derechos de autor porque esto interferirá con los derechos y elecciones de los consumidores, de nuevo sin darse cuenta o sin dar crédito a que los derechos de autor y la protección ya existen.

He escuchado a colegas que mencionan la imposición que esto supondrá para la innovación y la creatividad pero, ¿cómo va nadie a crear nada si no puede proteger sus derechos? Si no pueden proteger sus creaciones, ¿cómo van a hacerlas?

Del mismo modo las personas que hablan de comercialización —o mercantilismo, como decía la traducción— en la industria de grabación deben abrir los ojos. La comercialización se lleva haciendo desde el año cero. Antes de que las grabaciones de música llegaran a existir, cuando se compraban las partituras se pagaba cierta cantidad de dinero que iba a parar al autor de esa música y, cada vez que se interpretaba, el intérprete también se llevaba su parte.

Entonces de lo que hablamos es de equilibrio y justicia en este debate, para garantizar los derechos de los más débiles en términos contractuales, que son los más débiles en relación con el respeto de la ley y que se acercan al final de sus carreras musicales, para que puedan obtener protección y les sea de utilidad.

Es importante que las personas se den cuenta de que la llegada de nueva tecnología —con la que todos estamos satisfechos puesto que es fantástica— no significa que tengamos el derecho de coger algo a cambio de nada. Cuando antes se iba a la tienda de discos, se cogía un CD o un vinilo y se salía con él, uno era arrestado por robo y descargar música de forma gratuita es equivalente a esto. Se trata de permitir que se pongan en marcha los mecanismos adecuados.

Quiero dar las gracias a Jacques Toubon, Neena Gill y a todos mis colegas por su ayuda y en especial al señor Medina Ortega por sus útiles consejos y por echarme una mano para solucionar el problema con la parte española.

 
  
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  Presidente. — Queda cerrado este punto.

La votación tendrá lugar mañana a las 12.00 horas.

Declaraciones por escrito (artículo 142 del Reglamento)

 
  
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  Lidia Joanna Geringer de Oedenberg (PSE), por escrito. – (PL) El objetivo de este informe es apoyar a los artistas mediante la ampliación del plazo de protección de los derechos de autor de fonogramas de 50 a 70 años.

El documento también prevé la creación de un fondo para los músicos de estudio que se mantendrá con las contribuciones de los productores equivalentes a al menos un 20 % de sus ingresos anuales provenientes de la ampliación de los derechos de autor. Cincuenta años después de su publicación, el intérprete podrá rescindir el contrato si el productor no está comercializando el fonograma.

Estos son cambios nuevos, aunque superficiales, en la legislación de los derechos de autor que necesita ser revisada con urgencia. Los derechos de autor existían antes que Internet y pertenecen a una época diferente, por eso ahora se necesita una nueva propuesta al respecto.

La legislación vigente, incluida la Directiva 2006/116/CE de 12 de diciembre de 2006, no cubre la laguna existente por el desarrollo de nueva tecnología. La aprobación del Parlamento Europeo del informe de Crowley permitirá cierta protección multicultural que fomentará la competitividad en la industria musical. El Parlamente ha pedido también a la Comisión que lleve a cabo una evaluación de impacto de la necesidad de ampliar el plazo de protección de los derechos de autor de los intérpretes y productores en el sector audiovisual. La Comisión tiene de plazo hasta el 1 de enero de 2010 para presentar un informe de su evaluación al Parlamento Europeo, al Consejo y al Comité Económico y Social Europeo. Todavía tenemos que esperar para revisar en profundidad la legislación sobre los derechos de autor.

 
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