Presidente. — El siguiente punto son las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre la preparación del Consejo Europeo.
Cecilia Malmström, Presidenta en ejercicio del Consejo. – (SV) Señor Presidente, la semana que viene se celebra la reunión del Consejo Europeo. Contamos con un orden del día global que incluye muchas cuestiones que afectan a nuestro bienestar. Debatiremos temas como la lucha contra el cambio climático, encontrar soluciones que saquen a la UE de la crisis económica y financiera, promover la seguridad energética y tratar el problema de la inmigración ilegal.
La UE estará mejor preparada para abordar todas estos temas si tenemos claro el Tratado. Es importante que el Tratado de Lisboa entre en vigor cuanto antes para que, entre otras cosas, podamos continuar trabajando en la designación de una nueva comisión. Por eso el Consejo Europeo tratará también estos temas.
Empezaré con temas que sé que son de gran interés para el Parlamento Europeo. Al final de esta semana, los Jefes de Estado y Gobierno intentarán obtener información clara respecto a la ratificación del Tratado de Lisboa y cómo continuará el proceso. El abrumador número de votos a favor obtenido en Irlanda y la firma del Presidente polaco han reavivado el trabajo pero, como ya saben, el Tratado no entrará en vigor hasta que los Estados miembros lo ratifiquen; ya lo han hecho 26 de los 27 Estados miembros pero seguimos esperando a la República Checa. El Congreso y el Senado del país aprobaron el Tratado pero después 17 senadores pidieron al Tribunal Constitucional checo que estudiara si el Tratado de Lisboa era compatible con la Constitución checa.
Evidentemente, tenemos que respetar el proceso democrático en la República Checa. El 27 de octubre, es decir, la semana que viene, el Tribunal Constitucional del país celebrará una vista pública sobre este tema. Pensamos que el tribunal fallará poco después pero todavía no tenemos una fecha. Como saben, el Presidente Klaus también ha puesto determinadas condiciones para la firma del Tratado. Estamos esperando e intentando averiguar exactamente cuáles serán los requisitos y condiciones. El debate en el Consejo Europeo dependerá, por tanto, en gran medida de lo que ocurra en la República Checa. La resolución del Tribunal Constitucional checo y el procedimiento posterior serán cruciales para determinar cuándo entrará en vigor el Tratado.
También debatiremos en el Consejo Europeo, las preparaciones que se han hecho hasta ahora para garantizar que la entrada en vigor del Tratado sea lo más fácil posible. La Presidencia presentará a este respecto un informe que describe el estado de la situación con relación a todos estos temas. En este informe, presentaremos los puntos de vista de los Estados miembros sobre temas relacionados, por ejemplo, con el Servicio Europeo de Acción Externa —tema que debatiremos aquí esta tarde— su ámbito de actuación, situación jurídica, la dotación de personal y su financiación. He leído el informe del señor Brok, adoptado por la Comisión de Asuntos Constitucionales el lunes. Como ya he dicho, lo debatiremos esta tarde más en profundidad.
Ya puedo decir que, para la reunión de la semana que viene, este informe servirá de guía al Alto Representante para que, una vez haya entrado en vigor el Tratado, pueda crear rápidamente una propuesta formal de cómo funcionaría el Servicio Europeo de Acción Externa. El Consejo debería poder aprobar esta propuesta muy rápidamente, esperemos que dentro de los próximos meses. Hemos debatido muchos de estos temas con el Parlamento Europeo y esperamos poder seguir haciéndolo en las próximas semanas.
El cambio climático será un tema de gran importancia durante la reunión del Consejo Europeo. Nuestro objetivo es que el Consejo tome las decisiones adecuadas, también sobre financiación, para que la UE pueda seguir teniendo un papel destacado y necesario, y de este modo poder contribuir a que el resultado en Copenhague sea satisfactorio.
En la reunión del Ecofin de ayer hubo un debate largo y complicado sobre el tema de la financiación. La Presidencia hizo todo lo que pudo por llegar a un acuerdo pero al final decidió que era el Consejo Europeo el que tenía que decidir sobre el tema. Los Estados miembros tienen que seguir debatiendo para que podamos avanzar al respecto. Es extremadamente importante que lleguemos a un acuerdo para que el proceso no falle. En el punto en el que están las negociaciones internacionales, somos muy conscientes de las dificultades a las que nos enfrentamos. Por lo tanto, la UE podría ayudarnos bastante a continuar con las negociaciones con un acuerdo sobre financiación.
La reunión del Consejo Europeo es muy oportuna, justo antes del periodo de negociaciones del Grupo Intergubernamental de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Barcelona y la reunión de los ministros de economía del en St Andrews. Sólo llegaremos a un acuerdo en Copenhague si todas las partes toman medidas. Ahora mismo, los Ministros de Medio Ambiente se están reuniendo para debatir las conclusiones con respecto al cambio climático. El objetivo es poder dar una visión global de la postura de la UE sobre temas que actualmente se están negociando.
Una parte importante de las conclusiones del Consejo de Medio Ambiente será aclarar la estrategia de la UE para la reducción a largo plazo de las emisiones e intentar llegar a un acuerdo que pueda facilitar nuestra decisión acerca del aumento del objetivo de reducir las emisiones del 20 al 30 % respecto a los niveles de 1990. Las conclusiones del Consejo de Medio Ambiente también se ocuparán de la toma de decisiones con respecto a la propuesta de la UE en las negociaciones sobre la reducción de las emisiones para la aviación internacional y el transporte marítimo, el desarrollo de la estrategia de la UE sobre las medidas en los países en desarrollo con respecto a la medición, el informe y verificación de las inversiones y el papel de los mecanismos sectoriales, y seguirán desarrollando la estrategia de la UE para combatir la deforestación y la degradación forestal para acelerar las negociaciones.
El Consejo Europeo también evaluará los avances realizados en la creación de un nuevo marco para que la UE supervise los mercados financieros. Como saben, los Jefes de Estado y Gobierno llegaron a un acuerdo muy ambicioso en junio con el objetivo de establecer un organismo especial que fuera responsable de la macro supervisión del sistema financiero de la UE y tres autoridades europeas supervisoras para el mercado bancario, el mercado de seguros y el de valores. A finales de septiembre, la Comisión presentó su paquete de propuestas legislativas. Esta es una de las principales prioridades de la Presidencia y tenemos que establecer un plazo de tiempo ambicioso. Nuestro objetivo es lograr un acuerdo sobre la totalidad del paquete para finales de año.
Por tanto, me complace que el Consejo Ecofin fuera capaz de lograr ayer un avance tan importante y llegar a un amplio acuerdo político sobre el establecimiento de un nuevo órgano supervisor sin adelantarse al debate en los parlamentos nacionales. Los Ministros de Finanzas pidieron a la Presidencia sueca que continuara el diálogo con el Parlamento Europeo. Éste diálogo ha sido una buena experiencia y pensamos que funciona bien.
Ahora es importante que aprovechemos la oportunidad de adelantar el trabajo tan rápido como sea posible. Tenemos que demostrar que hacemos todo lo que está en nuestras manos para evitar futuras crisis y que asumimos nuestra responsabilidad para asegurar que los consumidores e inversores recobran la confianza en el sistema financiero.
Me gustaría decir además algunas palabras sobre el empleo en Europa; un tema que sé que el Consejo Europeo debatirá. Hemos notado recientemente pequeños índices de recuperación en la economía. No obstante, se espera que la situación de los mercados laborales empeore aún más y necesitaremos medidas de estímulo y apoyo.
Un tema importante que debe destacar el Consejo Europeo es cómo podremos ocuparnos de las consecuencias de la crisis y, al mismo tiempo, cumplir nuestro objetivo de aumentar la oferta de empleo a largo plazo. Se requiere un nivel de empleo alto para tener finanzas públicas sostenibles. También se necesita un alto nivel de empleo para tener crecimiento económico, para el bienestar de la población y para una Europa más unida socialmente.
Además, quisiera recordarles a este respecto lo que dijimos con relación a las estrategias para salir de la crisis. Los Ministros de Finanzas confirmaron que la recuperación es real pero frágil. Por tanto, es importante que continuemos con la política financiera expansiva. Los diálogos en la reunión del Consejo condujeron a un acuerdo para formular las estrategias en base a los principios debatidos por los Ministros de Finanzas en su reunión informal en Gotemburgo.
Quisiera decir algo sobre la seguridad energética. En línea con las conclusiones de junio de 2009, el Consejo Europeo evaluará la semana que viene lo que se ha logrado en materia de infraestructuras energéticas (interconexiones) y mecanismos de crisis. Hemos preparado un informe sobre los avances logrados hasta enero. El Consejo Europeo tomará nota del informe.
El Consejo Europeo también aprobará la Estrategia Comunitaria para la Región del Mar Báltico. Tuvimos un debate muy gratificante sobre este tema en la sesión plenaria del Parlamento en septiembre. Los Jefes de Estado y Gobierno aprobarán las conclusiones de la Presidencia, que se tienen que aprobar el lunes en el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores. Esta estrategia forma un marco integrado para tratar las dificultades a las que nos enfrentamos y contribuir a la cohesión económica, social y territorial de la UE. Estoy convencida de que esta estrategia servirá de inspiración a otras macrorregiones de la UE y, de esta forma, consolidar la integración de Europa. La estrategia para la región del Danubio ya se está preparando y estará lista para ser presentada a tiempo ante la Presidencia húngara en 2011.
La Presidencia sueca puede ahora presentar, con gran satisfacción, el resultado de esta iniciativa, que dio comienzo, evidentemente, aquí en el Parlamento Europeo. Esperamos que el Consejo Europeo pueda instar a las partes correspondientes a que empiecen a implantar la estrategia muy rápidamente. Es totalmente necesario si queremos empezar a abordar los graves problemas medioambientales y lograr los objetivos de la estrategia.
El Consejo Europeo evaluará también los avances en la puesta en marcha de las conclusiones relacionadas con la inmigración en el Mediterráneo. El Consejo acogerá con satisfacción las medidas que se hayan tomado a corto plazo —como el lanzamiento del proyecto piloto en Malta, por ejemplo— además de los avances con respecto a la creación de una Oficina Europea de Apoyo al Asilo. También se tomará en cuenta que la UE y Turquía han reanudado el diálogo sobre inmigración.
Esperamos que el Consejo Europeo pida más medidas para tratar la situación actual en la región del Mediterráneo y continuar el trabajo para llegar a soluciones a largo plazo basadas en la solidaridad entre los Estados miembros. Además, esperamos que el Consejo haga hincapié en la necesidad de aumentar las medidas para implantar el Enfoque Global sobre Migración de la UE. Se instará al Consejo a que consolide Frontex e introduzca nuevas normas comunes para las operaciones de Frontex en el mar.
Por último, también habrá un debate sobre las relaciones exteriores. En junio, el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores pidió a las instituciones que revisaran cómo puede la UE continuar participando en Afganistán y Pakistán. Se debatió un primer borrador en la reunión informal de Gymnich en septiembre y los Estados miembros están debatiendo actualmente en los grupos de trabajo una propuesta detallada. En la reunión de los Ministros de Exteriores la semana que viene, la UE aprobará un plan para consolidar nuestra presencia en Afganistán y Pakistán. El plan se centrará en fortalecer la capacidad estatal y las instituciones en ambos países. Es extremadamente importante para que podamos poner en marcha de inmediato este plan.
Se necesitan medidas internacionales intensivas si tenemos que ser capaces de dar un vuelco al desarrollo en Afganistán y Pakistán. Sólo con soluciones militares no se llega a una solución sostenible. Sin seguridad y control, se perderá el progreso económico. También tenemos que invertir en el establecimiento de instituciones democráticas y la consolidación de la sociedad civil. La UE tiene un importante papel que desempeñar a este respecto en ambos países. Hay problemas comunes además de aspectos regionales y, obviamente, el enfoque varía de un país a otro. Debatiremos este tema en el Consejo Europeo la próxima semana y estaré, evidentemente, dispuesta a escuchar cualquier comentario o pregunta de los Diputados de esta Cámara.
(Aplausos)
José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión. – Señor Presidente, estoy de acuerdo en líneas generales con lo que ha expresado Cecilia Malmström en nombre del Consejo Europeo. Permítanme destacar dos temas principales: El Tratado de Lisboa y todos los asuntos institucionales por un lado y la lucha contra el cambio climático y las perspectivas para Copenhague, por otro.
En primer lugar, creo que este Consejo Europeo debería poder tomar decisiones finales para ver el Tratado de Lisboa ratificado y en vigor. Durante años hemos sabido que la ratificación de un Tratado no es fácil. Hemos tenido muchos contratiempos y algunas decepciones pero la preponderancia del Tratado ha salido siempre adelante, imprescindible para una Europa democrática y efectiva. Estoy convencido de que éste seguirá siendo el caso a la hora de saltar este obstáculo final y ver el Tratado en vigor tras el fuerte apoyo que recibió de la población de Irlanda.
Tras la finalización del proceso de ratificación en Polonia, podemos decir que todos los Estados miembros han aprobado el Tratado de Lisboa democráticamente. Sólo falta por completar el proceso de ratificación en la República Checa. Es evidente que se tienen respetar los procedimientos constitucionales que se están llevando a cabo en la República Checa, como también se tiene que respetar la necesidad de responder ante la voluntad democrática para ver el Tratado en vigor. Esta voluntad democrática ha quedado claramente manifestada en el Parlamento de la República Checa, de modo que espero que ningún obstáculo ni demora artificial cause ahora más dificultades antes de la ratificación total.
Ya he expuesto a este Parlamento la importancia de minimizar las demoras en la designación de la Comisión Europea. No obstante, tenemos que hacer todo lo que podamos para tener una Comisión del Tratado de Lisboa puesto que son tiempos críticos para Europa. Tenemos que poder seguir adelante con una agenda que este Parlamento apoyó cuando me le eligió Presidente para un nuevo ejercicio. Para lograr esto y hacer que las instituciones funcionen adecuadamente, necesitamos que se ratifique el Tratado de Lisboa si queremos una UE fuerte, coherente y efectiva. De modo que, quiero dejar claro de nuevo que el Consejo Europeo tiene que asumir sus responsabilidades. Hay que ser conscientes de la urgencia y comprender que habrá un coste real para Europa mientras las instituciones europeas no puedan funcionar como es debido.
Al mismo tiempo es correcto que sigamos adelante ahora con el trabajo sobre implantación y estar listos para la entrada en vigor del Tratado. Sé que este Parlamento está totalmente comprometido con este trabajo. Me complace cooperar con ustedes para asegurar que disfruten los beneficios del Tratado cuanto antes. El Parlamento ha empezado a trabajar en muchas áreas, ha hecho grandes contribuciones y ha creado ideas en áreas como la Iniciativa Ciudadana Europea. Sé que esta tarde debatirán el informe de Elmar Brok sobre el Servicio Europeo de Acción Externa. El informe parte de la misma base para garantizar que el servicio, como el resto de las innovaciones del Tratado, hace que nuestro sistema comunitario sea aún más fuerte y su rendimiento mejor.
Sé que ha habido dudas desde el principio con respecto a que el Servicio Europeo de Acción Externa sea una especie de órgano intergubernamental flotante fuera del sistema de la UE pero el servicio estará perfectamente anclado al sistema de la UE. Deberá trabajar forzosamente en estrecha colaboración con todas las instituciones, con la Comisión ante todo. Las decisiones que prepara las tomará la Comisión o el Consejo en asuntos relacionados con la PESC. De hecho, estoy convencido de que su éxito dependerá de esto para asegurar que la acción exterior de la UE es más que la suma de sus instituciones. Si trabaja con el apoyo democrático de este Parlamento, la conexión del Consejo con las administraciones nacionales y la experiencia de la Comisión y con visión europea, este servicio se puede convertir en una herramienta verdaderamente poderosa para que la UE consiga sus objetivos a escala mundial. Un servicio europeo externo comunitario, un servicio basado en el método comunitario, será un servicio sólido para Europa y una poderosa herramienta para una Europa unida que proyecta su influencia en el mundo.
Al mismo tiempo, el Consejo Europeo tiene que seguir adelante con una agenda política activa. Tiene que mantener el ritmo de trabajo para tratar la crisis económica, principalmente su efecto sobre el desempleo. Tenemos que continuar con el trabajo que acordamos en el G20. Tenemos que hacer todo lo que podamos para ver que las propuestas hechas por la Comisión Europea sobre la supervisión financiera entran en vigor cuanto antes. Tenemos que continuar con nuestro programa para tratar la seguridad energética.
Lo más importante en el Consejo, en materia de política, será Copenhague. Tener éxito en Copenhague sigue siendo la principal preocupación de los europeos y una tarea de gran importancia para la comunidad mundial. Quedan menos de 50 días para Copenhague. El progreso de las negociaciones sigue siendo lento. La UE tiene que demostrar de nuevo su liderazgo y mantener el ritmo. Los objetivos que hemos puesto sobre la mesa han sido la inspiración de otros para intensificar las medidas pero todos sabemos que para impulsar medidas globales reales necesitamos ir un paso más allá. Tenemos que ayudar a los países en desarrollo con ideas concretas sobre financiación como propuso la Comisión Europea el mes pasado. Calculamos que para el 2020, los países en desarrollo necesitarán aproximadamente 100 000 millones de euros adicionales al año. La financiación nacional, concretamente de las grandes economías emergentes —en desarrollo pero economías emergentes— y el mercado del carbón deberían cubrir gran parte de esto pero la financiación pública internacional a gran escala también debería esperar que la UE pague su parte.
La agenda de Copenhague no es sólo sobre el cambio climático. Por supuesto que es el principal objetivo pero el clima es también una cuestión de desarrolla y no deberíamos olvidar la gran importancia de esto. Será un gran compromiso, en especial en una época en la que los presupuestos públicos ya están bajo presión pero sabemos que cuanto más esperemos mayores serán los costes. El trabajo del Consejo Europeo es, una vez más, encontrar soluciones creativas para demostrar que la UE está unida ante la necesidad de luchar contra el cambio climático.
En primer lugar, Copenhague tiene que demostrar que las reducciones de emisiones están de camino; segundo, tiene que demostrar que estamos preparados para ayudar a aquéllos que están listos para actuar. Ésta es la mejor manera de exponer los argumentos a favor del tipo de Europa activa que trae consigo el Tratado de Lisboa, sacando adelante una agenda que muestra que la UE aporta beneficios concretos a sus ciudadanos.
Para tener una agenda ambiciosa, necesitamos un marco institucional efectivo y vuelvo con esto al primer punto. El Tratado de Lisboa es el primer Tratado de una Europa ampliada. Esta generación, en especial nuestros amigos en Europa central y del este, recuerda muy bien cuando Europa estaba dividida pero no estamos aquí para siempre. Las Instituciones durarán así que tenemos que tener instituciones para una Europa ampliada. El Tratado de Lisboa es el Tratado de la Europa del siglo XXI, con instituciones sólidas que pueden ofrecer resultados concretos en la Europa de los 27 y más futuros miembros. Sin embargo, no basta sólo con las instituciones. Necesitamos voluntad política para lograr nuestros objetivos y espero que el Consejo Europeo a finales de este mes muestre esa voluntad para conseguir un resultado ambicioso en Copenhague.
(Aplausos)
Joseph Daul, en nombre del Grupo del PPE. – (FR) Señor Presidente, Señorías, el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) espera que el próximo Consejo Europeo ponga fin a un periodo de incertidumbre sobre las instituciones europeas demasiado largo y proporcione el ímpetu necesario para crear la nueva comisión y también la figura estable del Presidente del Consejo y el Alto Representante, que recoge en el Tratado de Lisboa.
El Consejo tiene que, sobre todo, tomar las medidas necesarias para impulsar la recuperación del crecimiento y hacer que Europa esté en posición de crear empleo puesto que la crisis durará hasta que se restablezca la cohesión social.
Primero, sobre las instituciones, quisiera recordar a todo el mundo que la decisión del Presidente polaco de firmar el Tratado significa que todos los países menos uno han despejado el camino para que Europa pueda finalmente avanzar sin perder el tiempo.
El 27 de octubre, dos días antes del Consejo Europeo, el Tribunal Constitucional checo estudiará si el Tratado es compatible con la constitución del país. Por supuesto que respetaremos esa decisión sea la que sea.
Por otro lado, mi grupo lamenta el hecho de que el Presidente checo, a pesar de que su parlamento ha aprobado como tal el Tratado de Lisboa, haya inventado un nuevo pretexto para retrasar la firma puesto que todos sabemos muy bien que es sólo un pretexto. Me parece lamentable que otros países estén siguiendo ahora sus pasos y exigiendo, por su parte, garantías en tal o cual aspecto del Tratado. No tenemos que sucumbir a la tentación de abrir esta caja de Pandora y felicito a la Presidencia por clara declaración al respecto.
El Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) espera que el Consejo Europeo señale claramente que la UE no aceptará ninguna táctica dilatoria. Todos en Europa han apoyado, directa o indirectamente el Tratado y ahora tenemos que seguir adelante. Cada uno de nosotros sabe que mientras el tema institucional monopolice el debate público europeo y mientras Europa no tenga los instrumentos necesarios para tomar decisiones democráticas y efectivas, no se tratarán las verdaderas cuestiones políticas, económicas, sociales y ecológicas con la prontitud y seriedad necesarias. Actualmente podemos ver que estamos en un punto muerto.
El Parlamento tiene que poder seguir escuchando a los futuros comisarios cuanto antes y tiene que poder decidir sobre las designaciones de todos los puestos disponibles en la Comisión y el Consejo antes de que termine el año, si es posible.
El Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) espera, además, determinada orientación en política económica por parte del Consejo Europeo y que extraiga conclusiones de la cumbre del G20 en Pittsburgh, donde los resultados fueron diversos y ya podemos ver en la prensa que es como si nada hubiera pasado.
Europa tiene que hacer todo lo posible para facilitar que sus negocios vuelvan a un nivel de actividad suficiente para generar empleo pero también para invertir en investigación. Europa tiene cuanto pueda para crear un entorno comercial justo.
Por último, sobre el clima, espero que el Consejo Europeo idee una estrategia acorde a la situación, esto es, la fragilidad de los compromisos de nuestros socios cuando quedan menos de dos meses antes de Copenhague. La pregunta que hago es clara: ¿cómo vamos a presionar a los EE.UU., China y todos los países emergentes?, ¿será una presión moderada y diplomática o la presión máxima? Igual que me complace que Europa sea pionera en este tema, no puede ser la única que tome las medidas necesarias para luchar contra el calentamiento global.
Sólo quedan 50 días para la cumbre de Copenhague; 50 días no es mucho pero es suficiente si sabemos cómo ser convincentes y, por tanto, les pido, señor Presidente del Consejo y señor Presidente de la Comisión, que nos digan cómo pretenden utilizar estos 50 días.
Señor Presidente, Señorías, la reunión del Consejo Europeo en octubre será un momento clave y demostrará si Europa es consciente o no de que es urgente que actuemos en materia de economía, problemas sociales, y que superemos las discrepancias institucionales. Mi Grupo apela al sentido de la responsabilidad de cada uno de los 27 Estados miembros de la UE.
(Aplausos)
Hannes Swoboda, en nombre del Grupo S&D. – (DE) Señor Presidente, señora Malmström, señor Barroso, antes de pasar al tema de las instituciones quisiera hacer un breve comentario sobre Copenhague.
Tiene toda la razón, señora Malmström, y el señor Barroso lo ha reforzado: una de las decisiones esenciales que tenemos que tomar concierne a Copenhague. Necesitamos objetivos obligatorios no declaraciones generales. Esto no será fácil de lograr porque los estadounidenses no han completado todavía su proceso legislativo. Además, después de Copenhague, tendremos que tomar algunas decisiones en el transcurso del próximo año. No obstante, tiene que haber unos objetivos obligatorios al final de proceso. Es absolutamente esencial.
En segundo lugar, por lo que respecta a los mercados financieros y a la situación económica, las bonificaciones que se están pagando en la actualidad son exorbitantes y provocadoras. Esto se aplica a EE.UU. en particular pero también será el caso de Europa. No es el problema central pero demuestra que muchos directores aún no entienden lo que implica la nueva regulación de los mercados financieros y qué responsabilidad tienen hacia la población en su conjunto. Señora Malmström, admito que tiene razón con respecto a que hay que dar prioridad a la política de empleo. No se trata de mantener los estímulos que formaban parte del plan de recuperación económica, se trata también de introducir nuevas medidas que estimulen el empleo.
Ayer, el Presidente de la Comisión dio una respuesta positiva a la pregunta de Stephen Hughes. Me complace que al menos hayamos sido capaces de llegar a un consenso sobre el hecho de que la política de empleo debe ser el centro de nuestras actividades durante los próximos años.
Ahora me gustaría decir unas palabras sobre Lisboa. En primer lugar, con respecto a que Václav Klaus no haya firmado, asumo que el Tribunal Constitucional checo emitirá una resolución positiva. Creo que es inaceptable que se estén utilizando los decretos Benes de esta manera, que quizás se vuelva a tratar el tema y se retrase la firma. Quisiera recordar a mis compañeros diputados de la República Checa que antes de su ingreso, encargamos la realización de un informe sobre los decretos Benes —señora Malmström, usted lo recordará ya que entonces era uno de nosotros— para investigar si los decretos presentaban un obstáculo para la adhesión de la República Checa. Entonces la mayoría opinó que no. Los decretos no tienen un efecto diferente ahora pero sí lo tuvieron en el momento en el que se redactaron. Cuando decimos que los decretos Benes no eran un obstáculo para la adhesión de la República Checa significa que ahora es inaceptable que se utilicen los mismos decretos para no firmar el Tratado de Lisboa. Tenemos que dejar nuestras opiniones muy claras al respecto.
El Tratado de Lisboa tiene dos objetivos principales: por un lado, más democracia en Europa que incluye más democracia parlamentaria, en el Parlamento Europeo en particular
(Protestas)
—no lo quieren porque no están a favor de que haya más democracia— y, por otro lado, más eficiencia. Señora Malmström, ahora es muy importante que se asegure de que en las próximas semanas que el tema de las instituciones y la dotación de personal no supone un impedimento para esto. Ayer, el señor Barroso dijo con toda razón que necesitamos un Presidente de Consejo sobre el que no tengamos influencia pero que pueda trabajar bien con la Comisión —y añadiría que con el Parlamento—y que crea en que el método comunitario es la parte central del proceso para tomar decisiones. Esto es muy importante. No necesitamos un Presidente de Consejo que presuma, que deslumbre a todos e intente engañarnos. Necesitamos un Presidente de Consejo que pueda trabajar con nosotros de forma eficiente.
Por supuesto que necesitamos un Servicio de Acción Exterior no sólo por las razones que ha mencionado el Presidente de la Comisión y para ofrecer reglamentos efectivos con respecto a la unidad y a la política de seguridad común, sino también para que haya un control parlamentario. No es aceptable que de repente se eliminen elementos del Tratado de Lisboa que pretendían que hubiese un mayor control parlamentario, y que como consecuencia, si el Servicio de Acción Exterior va a ser totalmente independiente haya a la larga menos control parlamentario.
Sé que tenemos que llegar a un compromiso. Sin embargo, tienen que ser conscientes de que nosotros—y el ponente, el señor Brok— estamos totalmente de acuerdo con el Presidente de la Comisión en que necesitamos una estructura clara. Para nosotros el factor decisivo es, una vez más, el control parlamentario, incluido el control del Servicio de Acción Exterior y la política de exterior diseñada por el Alto Representante aunque, por supuesto, reconocemos el papel del Consejo. Puesto que en su día fue uno de nosotros, y luchó por esto en la Comisión de Asuntos Exteriores, la vemos como una compañera de batalla en este tema. Espero que podamos implantar el Tratado de Lisboa tal y como se pretendía originalmente para que haya más democracia, más control parlamentario y una política exterior más eficiente.
(Aplausos)
Zoltán Balczó (NI). – (HU) Señor Swoboda, ha mencionado que se aseguró a la Republica Checa en el momento de su ingreso que no había motivo de preocupación con respecto a los decretos Benes puesto que no eran legítimos. ¿Es consciente de que las graves consecuencias de estos decretos sí son legítimas? Por consiguiente, si aquí nos regimos por el imperio de la ley y consideramos que toda Europa lo hace, en este sentido, la República Checa aún tiene asuntos pendientes con los alemanes de los Sudetes y los húngaros.
Presidente. – Señor Swoboda, ¿podría hacer algún comentario al respecto?
Hannes Swoboda, en nombre del Grupo S&D. – (DE) Señor Presidente, me he visto muy involucrado con este tema porque muchos alemanes de los Sudetes viven en Austria y reconozco sus derechos, dificultades y preocupaciones. Sin embargo, tenemos que dejar definitivamente los fantasmas del pasado y mirar hacia el futuro. Los decretos Benes no son el futuro. El futuro es una Europa libre de ciudadanos libres cuyos derechos se basan en la Carta de los Derechos Fundamentales. Ésta es mi visión de Europa.
Guy Verhofstadt, en nombre del Grupo ALDE. – Señor Presidente, «el tren ya ha ido tan rápido y tan lejos que supongo que no será posible detenerlo o hacer que cambie de rumbo». Ésta es una cita del Presidente Klaus y es probablemente la única vez que estoy de acuerdo con él en que el tren ya ha ido tan rápido y tan lejos que no es posible pararlo o hacer que cambie de rumbo.
Es una cita importante del Presidente Klaus, porque aparentemente parece que ha aceptado el hecho de que no se puede hacer nada para retrasar más el Tratado de Lisboa. Creo que es normal que si 27 Estados miembros lo han ratificado y aprobado también podemos tener ahora su firma.
Creo que la única explicación que tiene este cambio en su actitud es nuestra determinación de seguir adelante con todo el proceso como se prevé en el Tratado de Lisboa y tenemos que seguir haciéndolo en los próximos días y semanas. Espero que sean días y no semanas. En otras palabras, en mi opinión, la mejor forma de garantizar que el Presidente Klaus firma y que se ratifica finalmente el Tratado es simplemente, señora Malmström, seguir adelante con todo el proceso y con la implantación. Está diciendo que el tren ha ido tan rápido que es imposible pararlo así que, señora Malmström, que el tren continúe.
A este respecto es absolutamente necesario que el Consejo acelere el procedimiento para designar la nueva comisión y que siga adelante con el paquete de medidas para el Presidente del Consejo y el Alto Representante tan rápido como sea posible. Repito, esta es la mejor manera de mostrarle al Presidente Klaus que tiene razón, que el tren está yendo más y más rápido cada día y que no tiene otra opción más que firmar el Tratado. Si esperan, esperará. Si siguen adelante, firmará. Ésta es mi opinión.
El segundo punto es sobre el Servicio de Acción Exterior. Espero que el Consejo pueda llegar a un acuerdo al respecto pero no cualquier acuerdo. Tenemos que evitar los duplicados. Mi temor es que estemos creando dos estructuras paralelas: una es la Comisión y las delegaciones de la Unión, como se recoge en el nuevo Tratado, que hoy en día asciende a más de 6 000 personas, personal local incluido, que trabajan para la Comisión y el Presidente de la Comisión; la otra es un nuevo Servicio de Acción Exterior con varios miles de personas trabajando para el Alto Representante.
Al final de todo este proceso, es totalmente evidente y necesario que tengamos una única estructura que se ocupe de los asuntos exteriores y no esta estructura paralela con delegaciones de la Comisión por un lado y los servicios de acción exterior, por otro. Espero que lleguemos a un acuerdo en el Consejo pero también que sea un acuerdo en el que quede claro que la Comisión no puede tener estructuras por duplicado, con delegaciones por un lado y el Servicio de Acción Exterior, por otro.
Rebecca Harms, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, señora Malmström, señor Barroso, sobre el tema de la República Checa, quisiera, en primer lugar, decir que creo que el señor Klaus es muy mal perdedor y que sus acciones representan una especie de impertinencia política particular. Quisiera pedirles con la mayor urgencia que no respondan a un mal perdedor que obviamente ni tan siquiera respeta el Derecho checo porque no respeta la mayoría constitucional que votó a favor del Tratado en la República Checa, que ignora la legislación en la República Checa cuando pide una cláusula de excepción para el país con respecto a la validez de la Carta de los Derechos Fundamentales. En mi opinión, sería ir demasiado lejos en relación con este alborotador checo. Los ciudadanos de la República Checa que tanto han hecho por la reunificación de Europa cuando los alemanes huyeron del país, se merecen algo mejor. Esto es todo lo que tengo que decir sobre el Presidente Klaus.
(Aplausos)
Sobre el cambio climático, señor Barroso, raras veces me ha oído coincidir con usted tanto como lo haré hoy. Me entusiasma que haya dicho aquí de nuevo lo importante que es que los europeos se comprometan a contribuir con una cantidad de dinero específica al fondo internacional para las medidas de protección contra el cambio climático en los países en desarrollo. Ayer, me dio vergüenza leer que el Secretario alemán de Estado de Hacienda que participaba en las negociaciones en Luxemburgo comparaba las negociaciones con el póker. Dijo que cuando juegas al póker no le dices a nadie la mano que llevas. Sin embargo, las preparaciones para Copenhague definitivamente no son un juego de póker. Como ha dicho la señora Merkel y otros líderes políticos en repetidas ocasiones, éste es el reto más grande. Es el reto más importante para la comunidad de personas que conviven en este planeta. Creo que hay que tomárselo en serio.
A partir del 2020 debería haber 100 000 millones de euros disponibles para ayudar a los países en desarrollo a que cumplan las obligaciones con respecto a la protección del medio ambiente, de las que se tendrán que hacer cargo después y a que lleven a cabo sus medidas de adaptación. Esta cantidad ascendería a 3 000 millones de euros aproximadamente a partir del 2020 para un país como Alemania. En comparación con lo que estamos destinando actualmente para los paquetes de recuperación económica o para rescatar al sector financiero, es una miseria. Me apena que se acepte el fracaso de Copenhague y este atroz y vergonzoso juego de póker. La forma en la que negoció ayer en Luxemburgo la UE demuestra que no es la impulsora. No ha asumido el papel de liderar la protección internacional del medio ambiente. En cambio es uno de los grandes bloques en los que hay que progresar. Tienen que darse cuenta de que todas las negociaciones hoy en Luxemburgo y la próxima semana en Bruselas se siguen en todo el mundo.
Sólo puedo pedir de nuevo al señor Barroso que se asegure de que la Comisión sigue hasta el final. La financiación de este fondo internacional tiene que ser transparente. Llevamos hablando de esto dos años, desde Bali. Señora Malmström, creo que los suecos están haciendo lo correcto en las negociaciones. Tiene que seguir siendo coherente y respetar el voto de la Comisión Parlamentaria sobre Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. El objetivo es reducir las emisiones de CO2 un 30 % para el 2020. Si aspiramos a menos, nunca lograremos el objetivo de los dos grados centígrados.
Tengo un gran problema con la credibilidad de la Presidencia sueca del Consejo. Creo que debería convencer finalmente a su empresa estatal Vattenfall para que no invierta constantemente y de forma ilimitada en carbón por toda Europa y, en particular, para que no invierta ante todo donde no se necesita comprar certificados. Esta estrategia de Vattenfall va contra su buena reputación en los preparativos para las negociaciones mundiales sobre el clima. Además, le pediría que se asegure de que el proceso judicial entablado por Vattenfall contra la República Federal de Alemania para proponer cambios en la legislación medioambiental de Alemania a favor de las centrales de carbón se ha retirado. Creo que lamentablemente tienen una pequeña pero creciente mancha en su reputación que de otro modo sería intachable. Deberían asegurarse de que todo está en orden antes de ir a Copenhague.
Presidente. – Colegas, por favor respeten el tiempo que les corresponde. Sus discursos son muy importantes pero no obstante tengo otra tarjeta azul levantada para formular una pregunta. No voy a conceder la palabra a todas las tarjetas azules porque tenemos que seguir con el debate. En unos minutos habrá otra petición; si es una petición conforme al artículo 149, apartado 8 la concederé.
Timothy Kirkhope, en nombre del Grupo ECR. – Señor Presidente, quisiera felicitar en primer lugar al Gobierno sueco por su Presidencia en general y en particular por la forma en la que ha intentado avanzar en cuestiones muy importantes como el cambio climático y la crisis económica y financiera a la que nos enfrentamos. Creo que el señor Reinfeldt y su gobierno se merecen nuestra gratitud por la forma en que lo ha hecho pero, como ha ocurrido con muchas Presidencias, también han tenido que dar cabida a muchas distracciones institucionales internas, en este caso con relación al Tratado de Lisboa.
La teología institucional no es la prioridad de los ciudadanos de Europa. Lo que necesitamos, evidentemente, es la Agenda de Lisboa no el Tratado de Lisboa.
la Agenda de Lisboa es un objetivo noble: el objetivo de crear la economía del mundo más dinámica y competitiva basada en el conocimiento, capaz de sostener el crecimiento económico con más y mejores empleos, mayor cohesión social y respeto por el medio ambiente para 2010.
Esto tendría que haber hecho que ahora la vida de millones de personas fuera diferente y haber proporcionado una base firme para nuestro futuro económico y, sin embargo, como ha dicho el propio Reinfeldt, la Agenda de Lisboa ha sido un fracaso.
¿Por qué nunca conseguimos realmente resultados que importen a nuestros ciudadanos? Los loables objetivos de la Declaración Laeken no se pusieron en práctica entonces y ahora la Agenda de Lisboa se enfrenta a la misma falta de objetivos y de resultados.
Tan cerca, señor Presidente, pero tan lejos y, de nuevo, las iniciativas relacionadas con las economías de los Estados miembros tienen que ser comprensibles para el ciudadano de a pie. La creación de empleo no debe ser sobre crear empleo para que los ex ministros sean Presidentes del Consejo o para que los trotamundos sean Altos representantes de Asuntos Exteriores.
Estos dos empleos difícilmente ayudarán a las PYME en cualquiera de nuestros países. No reducirán la crisis siendo apoyados por millones de familias ahora mismo.
Y los cambios institucionales no ayudan con el cambio climático. Las mayores amenazas de nuestro mundo necesitan confrontación y hay que encontrar soluciones prácticas y viables. Miles de páginas llenas de texto, que en su mayor parte es demasiado complicado de entender para nuestros ciudadanos, simplemente consume los árboles que hay que proteger.
Presionemos a la comunidad mundial para que se reúnan y salve al planeta para las generaciones futuras y no a aquellos que no comparten del todo el mismo el entusiasmo de algunos por las instituciones europeas.
A pesar de todo esto espero que la Presidencia sueca pueda centrar la atención de todos los líderes europeos, en el tiempo que queda y, por supuesto, durante la cumbre, en los temas importantes que afectan a la población: los temas en los que se concentraron cuando comenzó su Presidencia en relación con la economía, Europa y el cambio climático. Les deseo lo mejor en el tiempo que queda y les agradezco todo el trabajo que han realizado hasta ahora.
Lothar Bisky, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (DE) Señor Presidente, señora Malmström, señor Barroso, se ha especulado mucho sobre la dotación de personal en los últimos tres meses y sobre la posible entrada en vigor del Tratado de Lisboa que mi grupo ha rechazado por tres buenos motivos.
En términos simples: primero, queremos que se le dé prioridad a la Europa social más que a una orientación radical del mercado; segundo, queremos el desarme en lugar del desarrollo de la capacidad militar y, tercero, queremos una democracia más directa en lugar de una Europa constituida por élites.
Deberíamos ocuparnos finalmente de temas de contenido específico. Mientras debatimos sobre nombres y puestos, cada vez más personas pierden sus trabajos. Por supuesto que se ha rescatado a los bancos. Al mismo tiempo, el señor Barroso nos pide que pongamos fin a los planes de recuperación económica pronto —ayer el plazo se fijó para el 2011— y que reduzcamos los déficits de presupuesto en los Estados miembros rápidamente. Esto supondrá una reducción en los salarios y en las pensiones, recortes en los servicios públicos y en las prestaciones de la seguridad social, un impuesto del valor añadido más alto y falta de convenios colectivos. Un ejemplo actual es la huelga de trabajadores de la industria de la limpieza alemana que se prolongó durante tres días.
Estos son problemas que afectan a las personas en Europa y son problemas de los que el Consejo se tiene que ocupar. En lugar de ello, el principal tema de preocupación es añadir cláusulas al Tratado de Lisboa para alentar al Presidente checo a que lo firme. Si esto es realmente tan simple como parece ser en la práctica les pediría a los Dirigentes de Gobierno que se pensasen detenidamente la introducción de una cláusula de progreso social en el Tratado de Lisboa. Eso sería mucho más apropiado.
Al comienzo del mandato parlamentario, se hicieron una serie de propuestas positivas con respecto a una política comunitaria más social. Esto no sólo estaba relacionado con la cláusula de progreso social sino también con un nuevo Plan Europeo de Recuperación Económica para crear y mantener empleo, con un aumento de la inversión y del crecimiento medioambiental sostenible.
Se pidió un Pacto Europeo para el Empleo para que hubiera más y mejores empleos, igualdad de salario, más derechos para los empleados y mejores condiciones laborales. Hubo debates sobre el aumento de la solidaridad entre Estados miembros y la necesidad de asegurar la sostenibilidad de la seguridad social y de los sistemas de pensiones.
Todavía no he identificado ninguna estrategia en las políticas de los Estados miembros o en las de la Comisión que pudiera conducirnos hacia estos objetivos. Por supuesto que ahora el Consejo tiene que considerar la designación de la nueva Comisión y las posibles modificaciones del Tratado de Lisboa. Sin embargo, hay que centrarse en los problemas que he mencionado y en sus soluciones. El voto de mi Grupo sobre el Colegio de Comisarios dependerá de esto.
Nigel Farage, en nombre del Grupo EFD. – Señor Presidente, el señor Barroso ha dicho esta mañana que todos los Estados miembros han ratificado democráticamente este Tratado. No es cierto. Los británicos no han podido dar su opinión al respecto, a pesar de que se les prometió y hasta que celebremos un referendo, me negaré a reconocer la legitimidad de este Tratado.
(Protestas)
Ahora todos están pendientes del Presidente Klaus y de lo que pueda o no hacer la semana que viene y resulta curioso. Sé que todos odian al Presidente Klaus porque cree en la democracia nacional.
(Protestas)
Pero lo que está haciendo es luchar y defender el interés nacional checo. Teme que los alemanes reclamen las propiedades de los Sudetes y, tras escuchar a los políticos alemanes hablar sobre el tema, creo que tiene motivos para tener miedo.
De modo que espere señor Klaus, si no le dan lo que quiere, no lo firme. Si se lo dan necesitarán volver a ratificarlo en 25 Estados miembros lo que significará que los británicos tendrán su referendo y estoy seguro de que, como demócratas, todos querrían ver un referendo británico sobre este Tratado. Yo, desde luego.
Y me pregunto, al final de esta cumbre, ¿de verdad vamos a tener un emperador europeo?, ¿será Tony Blair y Cherie su emperatriz? Bueno, yo he llegado a la conclusión de que quiero a Tony Blair. Por favor, nombren a Tony Blair, el hombre que entregó 2 000 millones de libras esterlinas del cheque británico a cambio de nada, el hombre que nos prometió un referendo sobre la constitución y se negó a dárnoslo.
Queda perfectamente claro que, en esta UE, el premio a la traición nacional es uno de los grandes. Así que, por favor, nombren a Tony Blair. Llevará la verdad a la población británica de que lo que importa en esta UE no son los representantes elegidos, son las personas que entregan la democracia nacional a favor de la UE que se queda con los puestos más altos. Por favor, por favor, que Tony Blair sea el Presidente de Europa.
Diane Dodds (NI). – Señor Presidente, es decepcionante —pero no inesperado— que el Consejo y la Comisión estén decididos a seguir adelante con el Tratado de Lisboa. Sé que quizás no goce de popularidad en esta Cámara, pero creo verdaderamente que debería celebrarse un referendo sobre el Tratado en el Reino Unido. No entiendo por qué no están dispuestos a concederlo ni los conservadores ni los laboristas.
Sin embargo, esta mañana quiero que prestemos atención, los Ministros, en particular, a la crisis financiera que persigue a Europa. Ayer por la noche Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, señaló que el préstamo de Reino Unido a los bancos era aproximadamente de 1 billón de libras esterlinas. De hecho, señaló que nunca antes tan pocas personas habían debido tanto dinero a tantas personas y con tan poca reforma real. El señor King fue más allá e indicó que la regulación de los bancos no era suficiente pero que había un dilema moral en el fondo de esta crisis bancaria en el que las instituciones financieras y bancarias sabían que eran demasiado grandes para fracasar y que el contribuyente, ya sea en Reino Unido o en cualquier otra región de Europa iba a tener que echarles una mano siempre sin importar la crisis. Esta es una acusación muy grave, Ministro, y viene de uno de los propios líderes del mundo bancario. Tiene que haber disposición para tratar este dilema moral en las reuniones del Consejo y esta Cámara estará interesada en saber cuál es la disposición y cómo se llevará a cabo.
Cecilia Malmström, Presidenta en ejercicio del Consejo. – (SV) Señor Presidente, gracias por darme la oportunidad de hacer algunos comentarios ahora aunque, por supuesto, me quedaré aquí hasta el final del debate.
Primero, quisiera dirigirme al señor Verhofstadt. No, yo tampoco creo que sea posible detener el tren. Espero que el tren llegue a la estación muy, muy pronto. Le puedo asegurar tanto al señor Verhofstadt como a Sus Señorías que la Presidencia sueca está muy en contacto con la República Checa y, muy pronto, esperamos poder dar una respuesta más exacta y definitiva a la pregunta de qué va a pasar con el Tratado y cuándo. Igual que ustedes, deseamos que todo esté en su sitio tan pronto como sea posible con respecto a los puestos que hay cubrir y con la lista de comisarios que se presentará al Parlamento Europeo para la sesión que van a celebrar. Durante la cumbre tomaremos todas las medidas necesarias que sean posibles. Tendremos todos los preparativos listos para que el Tratado entre en vigor lo tan pronto como tengamos todas las ratificaciones.
Quisiera expresar también mi gratitud por la enorme cantidad de apoyo que han mostrado los diputados de todos los grupos con respecto a la principal prioridad de la Presidencia: llegar a un acuerdo en Copenhague. Es extremadamente importante. Europa tiene la enorme responsabilidad sobre sus hombros de solucionar el tema de la financiación de modo que podamos demostrar que estamos asumiendo nuestra parte de la responsabilidad global y enviar el mensaje adecuado.
Señor Daul, mantenemos un contacto intenso con el resto de partes implicadas. En sólo unas semanas tenemos la cumbre con Rusia y China así como con EE.UU. y, por supuesto, el tema del clima y la energía tendrán prioridad en los debates con todos estos países. También tenemos la reunión de los grupos de trabajo y la cumbre de Barcelona en diez días. Además, los Ministros de Finanzas se reunirán en St Andrews, de modo que hay muchas ocasiones para hablar de esto. No estoy satisfecha con los resultados obtenidos hasta ahora pero sigo siendo totalmente optimista y pienso que podremos llegar a un acuerdo en Copenhague; todo el mundo espera que lo hagamos.
Creo, además, que será muy positivo que la UE pueda ofrecer resultados con respecto al tratamiento de la crisis financiera. Aunque ahora estamos viendo algunos signos positivos, no tenemos que olvidar que necesitamos tener órganos de supervisión de modo que podamos estar mejor preparados para evitar crisis similares que puedan ocurrir en el futuro y para poder reconocerlas a tiempo. Por tanto, espero que se establezcan los sistemas de control y órganos de supervisión cuanto antes.
Los temas institucionales son extremadamente importantes. Es importante que la UE pueda tomar decisiones y que se tomen de forma democrática y eficaz. En este sentido, el Tratado de Lisboa es un instrumento importante. Al mismo tiempo, la UE no se ganará la confianza de sus ciudadanos si no ofrece resultados en temas específicos. Lo que preocupa en todo el mundo, no menos en la UE, es el tratamiento de la crisis económica y medioambiental. Si podemos avanzar y lograr resultados en la cumbre y más tarde en la de otoño, creo que entonces se crearía una buena base para aumentar la legitimidad y la confianza en las instituciones de la UE.
José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión. – (FR) Señor Presidente, creo que el presidente del Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos), Joseph Daul, y la señora Harms han hecho preguntas muy importantes.
¿Cómo podemos garantizar el éxito en Copenhague, en especial cuando otros no hacen el mismo esfuerzo? De hecho, hay dificultades porque hay una clara falta de ambición por parte de algunos de los países desarrollados con respecto a un compromiso concreto para reducir las emisiones. Las principales economías de los países en desarrollo tampoco están dispuestas a integrar sus planes nacionales de mitigación en un acuerdo mundial y, por el momento, no hay un plan financiero creíble.
De modo que, ¿qué hacemos con esta situación?
Primero, creo que no es momento para que Europa frene su ambición. Sería la excusa para que los elementos negativos no hicieran ningún esfuerzo. Por consiguiente, nuestro trabajo es seguir demostrando ambición y liderazgo pero, al mismo tiempo —y con esto respondo concretamente a Joseph Daul—, decir que nuestra oferta, en especial nuestra oferta financiera tiene condiciones. Estamos dispuestos a ayudar a aquellos países que están tomando medidas reales para reducir las emisiones. Por tanto, es importe hacer una oferta condicional en términos financieros pero controlar nuestra ambición sería un error.
Creo que todavía es posible tener éxito en Copenhague. También hay aspectos positivos. EE.UU. ha vuelto a entrar en las negociaciones. Recordemos que hace unos años, EE.UU. no estaba participando realmente en el proceso pero ahora están comprometidos con las negociaciones. Recordemos también que Australia y Japón han anunciado objetivos ambiciosos aún no en términos vinculantes, desde luego, pero sí a nivel político. Incluso China, Méjico, Brasil y Corea del Sur han anunciado planes nacionales ambiciosos pero aún no han accedido a integrarlos en un acuerdo mundial.
Por tanto, hagamos hincapié en los aspectos positivos y creemos esta dinámica y espero que el Consejo Europeo a finales de este mes no de nuevos argumentos a los escépticos y casandristas que ya están diciendo que necesitamos un plan B. Ya he dicho que no hay un plan B porque no hay un planeta B. Lo que tenemos que hacer es concentrarnos y no perder esta oportunidad histórica que nos ofrece Copenhague.
Finalmente quiero manifestar mi sorpresa; nunca habría esperado que un diputado británico de este Parlamento cuestionara una gran institución como el Parlamento británico. Una de las mayores contribuciones de Gran Bretaña a la civilización fue y es el Parlamento británico.
(Aplausos)
Seamos claros. El Gobierno británico ha negociado el Tratado. El Gobierno británico ha firmado el Tratado. El Parlamento británico —la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores— ha aprobado el Tratado. Su Majestad la Reina ha ratificado el Tratado. Los instrumentos de ratificación del Reino Unido están depositados en Roma.
De modo que el Reino Unido ha ratificado el Tratado de Lisboa y espero que todo el mundo —en particular los diputados británicos— respete el sistema democrático británico.
(Aplausos)
Othmar Karas (PPE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, el señor Farage se va ahora. Espero que no haya nadie en esta Cámara que odie lo que ha insinuado sobre nosotros. El odio va en contra del espíritu europeo y el egoísmo, proteccionismo y nacionalismo son los mayores enemigos de la Comunidad de la UE.
Segundo, espero que no haya nadie en esta Cámara que esté creando un enfrentamiento entre la democracia parlamentaria y los ciudadanos, y que vea una línea divisoria entre nosotros y nuestro trabajo como representantes de los ciudadanos, como él ha dado a entender.
Todos hemos visto la que se armó durante el periodo previo a la cumbre y esperamos una resolución decisiva, liberadora del tribunal constitucional. Esperamos que el Consejo cumpla con su responsabilidad hacia Europa para no permitir que una persona la tome como rehén y para tomar las medidas necesarias con respecto a la dotación de personal, las instituciones, el calendario, el contenido y las finanzas.
Sin embargo, también pido a los gobiernos que no busquen el mínimo denominador común cuando seleccionen y nombren a los comisarios y, en cambio, encuentren la mejor solución para la Comunidad de la que todos formamos parte. Pido a los gobiernos que no utilicen los consabidos trucos políticos de antaño cuando seleccionen a los comisarios sino que pongan la responsabilidad europea común en el centro del proceso de selección. Pido al Presidente de la Comisión que establezca una serie de requisitos para los comisarios y los Estados miembros.
Mi segundo punto tiene que ver con la supervisión de los mercados financieros. Acojo con satisfacción las propuestas para la macro supervisión, no van, ni con mucho, lo suficientemente lejos. También necesitamos micro supervisión y, en mi opinión, la propuesta de la Comisión representa el denominador común más bajo, el mínimo. Tenemos que ir más allá. Tenemos que crear un órgano de supervisión de los mercados financieros europeos que tenga autoridad para tomar las medidas necesarias, similar al Banco Central Europeo.
(El Presidente interrumpe al orador)
Jo Leinen (S&D). – (DE) Señor Presidente, la petición de Václav Klaus sobre una nota adicional en la Carta de los Derechos Fundamentales es arbitraria y superflua. No obstante, es fácil oponerse porque la Carta se refiere sólo al Derecho comunitario y se aplica sólo al futuro. Por tanto, el Consejo debería hacer una declaración política, si es necesario. En unas semanas tendrá lugar la ratificación del Tratado por el que hemos esperado nueve años.
El Consejo Europeo tiene que hacer los preparativos necesarios pero no debe llegar a conclusiones precipitadas. Esto se aplica también al Servicio de Acción Exterior. El Alto Representante es el responsable de proponer un concepto para el servicio, no la burocracia del Consejo. Por tanto, pediría a la Presidencia del Consejo que se asegurase de que el servicio no se sitúa en uno de los lados sino que se integra en un sistema comunitario, tal y como ha dicho el señor Barroso.
Este Tratado nos da la base jurídica para una política energética común y una política de protección climática común. Sólo puedo esperar que levante la niebla antes de Copenhague porque no podemos dejar estas preguntas abiertas hasta la conferencia. La Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria ha hecho demandas claras con respecto a la financiación también. Espero que haya un acuerdo sobre la financiación la semana próxima en la cumbre. Además, necesitamos distribuir la carga dentro de la UE. Alemania y otros países tienen que ceder ya que necesitamos un acuerdo justo tanto dentro de la UE como entre la UE y los países en desarrollo de todo el mundo.
Marielle De Sarnez (ALDE). – (FR) Señor Presidente, quisiera tratar tres cuestiones.
Primero está el tema del cambio climático. Todo el mundo puede ver que la UE tiene el deber especial de liderar a las naciones del mundo en Copenhague. Para ello, tenemos que ser exigentes y ambiciosos en lo que a objetivos se refiere pero también tenemos que reconocer la deuda que tenemos con los países en desarrollo. Cada país tiene que acceder a hacer el debido esfuerzo financiero. Esto no funcionará, si no podemos demostrar solidaridad.
Segundo, la inmigración. Evidentemente es bueno que mejoremos las operaciones de Frontex pero si de verdad queremos ayudar a los países del sur de Europa, tenemos que armonizar el derecho de asilo, revisar la Convención de Dublín y, sobre todo, redactar finalmente una política de inmigración real. Creo que es la única forma de tratar este tema de manera calmada y responsable.
El tercer y último tema es la política exterior. El Consejo va a seguir adelante con el Servicio de Acción Exterior, ¡tanto mejor! Probablemente tengamos un Alto Representante ¡tanto mejor! Sin embargo, lo que sería mejor aún es hablar mediante una única voz al menos sobre los conflictos que afectan al mundo. Me refiero a Afganistán en particular donde quiero apuntar que el número de soldados europeos enviados es casi el mismo que el número de soldados estadounidenses.
Habrá una cumbre UE-EE.UU. el tres de noviembre y los europeos tienen una responsabilidad especial. Tienen que proponer una estrategia que no sea exclusivamente militar. Si no hacemos esto, nadie lo hará.
Gerald Häfner (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, el Tratado de Lisboa está en la recta final y ahora es tiempo de mirar hacia el futuro. Tenemos que hacer que Europa sea más social, más ecológica y más democrática. Tenemos mucho que hacer para ponernos al día en estas áreas en particular.
Me gustaría ver una Europa en la que los ciudadanos se viesen no sólo como observadores o como el objetivo de la Comunidad europea, sino como tema. Quisiera ver que las personas sienten que es una Europa para los ciudadanos pero tenemos mucho que hacer para lograrlo.
Dije que el Tratado de Lisboa está en la recta final pero es aquí concretamente donde se puede desviarse fácilmente.
Me frustra el hecho de que poco antes de que se complete el proceso de ratificación, estemos viendo un número de flagrantes atentados contra el espíritu europeo y el Derecho comunitario cada vez mayor. Un presidente europeo está exigiendo rescate por su población, su país y por Europa entera. De repente ahora explica que la Carta de los Derechos Fundamentales no debería aplicarse en su país. Si lo que averigüé ayer es cierto, se le han dado incluso garantías de este tipo. Sería realmente escandaloso y me complacería que pudiese aclarar la situación y que se diera una explicación clara de que no se han hecho garantías de este tipo. De lo contrario parecerá que estamos volviendo a la Edad Media, con gobernantes déspotas que sólo conceden a sus súbditos los derechos que están preparados para conceder. Sin embargo, no estamos en la Edad Media, estamos en Europa y Europa es una comunidad basada en el Derecho, una democracia.
El parlamento y el senado checo ya han votado a favor de este Tratado sin exigencias de este tipo. Por supuesto que lo han hecho por una buena razón, porque quieren que la Carta de los Derechos Fundamentales se aplique en la República Checa. Es el núcleo del Tratado y no deberíamos permitir que se quite sin una buena razón.
Los derechos fundamentales son derechos inalienables de los ciudadanos que no deberían estar sólo a disposición de algunos de ellos. Europa es una comunidad basada en el Derecho, una democracia. No es un bazar. Esto significa que deberíamos evitar que se hagan acuerdos espantosos de este tipo con la Carta de los Derechos Fundamentales y no deberíamos, bajo ninguna circunstancia, permitir que se limite o se ponga en duda. No deberíamos permitir que cosas de este tipo se vuelvan negociables y que Europa se convierta en un bazar.
Estos sucesos demuestran lo importante que es que consolidemos la democracia en Europa.
(El Presidente interrumpe al orador)
Oldřich Vlasák (ECR). – (CS) Señor Presidente, Ministro, señor Comisario, Señorías, quisiera responder al discurso anterior. Queda totalmente claro que las cuestiones institucionales y el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa dominarán la próxima reunión del Consejo Europeo. En los debates sobre la futura dirección de la UE, deberíamos, en mi opinión, comportarnos unos con otros, con la debida humildad y, al mismo tiempo, deberíamos respetar, con calma, los mecanismos de decisión soberanos de los diferentes Estados miembros y sus protagonistas constitucionales.
Quisiera volver al tema que me ocupa. Personalmente considero que la estrategia macroregional sigue siendo un tema importante en el orden del día del Consejo. Señor Presidente, Señorías, ya se acordó durante el último parlamento que la región del Mar Báltico era apropiada para un proyecto piloto destinado a implantar una estrategia comunitaria interna para la macroregión y, por tanto, me complace que lo más probable es que se ratifique esta decisión del Consejo en particular.
Al mismo tiempo, creo que ya es hora de empezar a pensar sobre cómo reproducir esta estrategia piloto. Si echamos un vistazo al mapa de Europa en este contexto, veremos que las diferencias más grandes, ya sean económicas, sociales o culturales, todavía persisten entre las fronteras del antiguo bloque socialista y los estados capitalistas de Europa occidental. Esas diferencias también se ven aquí en el Parlamento. Veinte años después de la Revolución de Terciopelo, todavía aplicamos excepciones a la libre circulación de personas cuando hacemos uso de los periodos de transición para la libre circulación de trabajadores. Estas son barreras totalmente obvias que se deberían desmantelar sistemáticamente...
(El Presidente interrumpe al orador)
Georgios Toussas (GUE/NGL) . – (EL) Señor Presidente, las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre el próximo Consejo Europeo indican un ascenso de la política antipopular de la UE y de los gobiernos de sus Estados miembros, con un nuevo ataque con todo a las clases trabajadoras. El primer objetivo de la UE y los gobiernos de sus Estados miembros, ya sean de centro derecha o de centro izquierda, es salvaguardar la continua rentabilidad de los monopolios haciendo que el peso de la crisis económica capitalista lo carguen las clases trabajadores de la UE.
Mientras la UE ha brindado su apoyo a las grandes bestias monopolistas con un paquete de cientos de miles de millones de euros y no se puede excluir una nueva tanda de financiación para ellos, en esta nueva fase, se favorece una promoción más rápida de las reestructuraciones capitalistas planeadas dentro del marco de la Estrategia de Lisboa. En el epicentro de este ataque antilaborista está la abolición de la jornada diaria de ocho horas, de los convenios colectivos y la aplicación generalizada de la flexiguridad y los empleos temporalmente flexibles y mal pagados mediante el fortalecimiento de la institución de los contratos y prácticas laborales locales. Se han puesto los sistemas de la seguridad social, la sanidad, el bienestar y la educación sobre el lecho de Procusto, con cambios radicales en perjuicio de los trabajadores, allanando más el camino para que se introduzcan los grupos monopolistas en estos sectores que crean riqueza para el capitalismo. Al mismo tiempo, despidos masivos, más de cinco millones y medio el año pasado, el terrorismo del empleador y la intensificación del trabajo han creado condiciones medievales en el lugar de trabajo. Un ejemplo típico es el delito se ha estado cometiendo contra los trabajadores de France Telecom, donde las condiciones laborales inaceptables y la intensificación de la esclavitud han hecho que 25 trabajadores se suicidaran.
William (The Earl of) Dartmouth (EFD). – Señor Presidente, el gran problema de los Estados miembros es, como ha dicho antes el señor Bisky, la crisis en los trabajos. El desempleo juvenil es del 24 % en Francia, 25 % Italia y 39 % en España.
No obstante, podemos estar seguros de que la reunión del Consejo Europeo estará saturada con un triunfalismo descomunal en el contexto del desempleo masivo. Este triunfalismo es indecoroso y desagradable y estará allí porque la élite asume que tiene su Tratado de Lisboa.
Hasta ahora todos los avances hacia su superestado europeo han tenido lugar furtivamente o mediante la manipulación y, en el caso del Tratado de Lisboa, la manipulación ha sido tan descarada y tan flagrante que el Tratado carece de legitimidad democrática. Habrá consecuencias. Como dice la cita: «Hoy tocan las campanas, muy pronto se retorcerán las manos».
Csanád Szegedi (NI). – (HU) Señor Presidente, señora Malmström, Señorías, cualquier debate sobre la firma del Tratado de Lisboa es superfluo hasta que nos hayamos aclarado sobre cuáles son los valores más fundamentales. Permítanme dar algunos ejemplos con relación a la minoría más amplia en Europa privada del derecho de voto: la comunidad húngara que vive fuera de la Llanura Panónica. ¿Son conscientes, por ejemplo, de que la autodeterminación territorial de una comunidad húngara de dos millones de personas en uno de los Estados miembros de la UE hasta día de hoy todavía no está en la agenda aunque todos sabemos que la autonomía territorial es una institución jurídica europea?
¿Son conscientes de que en el mismo país, Rumania, varias decenas de miles de Csango-húngaros no pueden hasta día de hoy, trabajar ni ser educados en su lengua materna? Después tenemos un estado que es más joven que yo, Eslovaquia, con su ley lingüística eslovaca que bien podemos decir avergüenza a Europa. Encima de todo, hay políticos que utilizan los inhumanos decretos Benes como base de negociación. ¿En qué clase de Europa dictatorial, racista vivimos entonces, si se pueden considerar los decretos Beneš como la base para la negociación? Ya hemos tenido suficiente con todas las dictaduras que se nos han impuesto, siempre bajo el disfraz de la democracia.
Nosotros, diputados Jobbik queremos vivir en una Europa sin decretos Beneš, sin ley lingüística eslovaca y sin el Tratado de Lisboa, donde no haya un sólo húngaro perseguido debido a su origen étnico y lengua materna. Quisiera entonces preguntar al señor Swoboda, si dijo que los decretos Beneš no eran válidos, ¿cuándo se compensó a las víctimas?
Marian-Jean Marinescu (PPE). – (RO) Hay determinados oradores en este Parlamento que, con independencia de lo que se esté debatiendo, hablan siempre del mismo tema y no siempre de la manera apropiada.
La primera prioridad durante la reunión del Consejo Europeo tiene que ser, obviamente, encontrar una solución para que la República Checa finalice los procedimientos para ratificar el Tratado de Lisboa. No obstante, esta solución tiene que ser justa para el resto de Estados miembros
Mientras no podemos olvidar la actual crisis económica a la que todavía nos enfrentamos y para la que tenemos que encontrar también soluciones. La crisis económica y financiera junto con las medidas financieras especiales aprobadas el año pasado, ha desestabilizado de forma alarmante las finanzas públicas de la mayoría de los Estados miembros de la UE. Hasta el momento la Comisión tiene en el punto de mira a 17 de los 27 Estados miembros por tener un déficit excesivo y se calcula que otros tres Estados miembros estarán pronto en la misma situación.
Con independencia de su poder económico, los Estados miembros han excedido las cifras a las que se comprometieron porque la crisis ha causado una caída vertiginosa de los ingresos y del crecimiento presupuestario que va más allá del gasto público previsto. Realmente existen condiciones claras para que haya una recuperación económica en el futuro y por este motivo podemos iniciar el debate sobre la reducción de los incentivos financieros en determinadas áreas.
Sin embargo, tenemos que tener en cuenta la situación específica de cada Estado miembro por separado y las instituciones europeas tienen que admitir que todavía no hemos llegado al punto en el que se pueda retirar la ayuda pública para todos los sectores económicos. Los Estados miembros tienen que llegar a un acuerdo sobre la continuación de la estrategia de recuperación y sobre los instrumentos adecuados para apoyarla, incluido el aumento de reformas estructurales que puedan, a medio plazo, reducir el déficit fiscal y contribuir naturalmente a la recuperación económica.
Si los Estados miembros no gestionan debidamente el periodo posterior a la recuperación, se puede desestabilizar el mercado interno de la UE. Por tanto, la decisión a favor y el permiso para continuar proporcionando ayuda pública tiene que estar basada en las condiciones específicas de cada uno de los Estados.
Liisa Jaakonsaari (S&D). – (FI) Señor Presidente, estoy de acuerdo con el señor Marinescu en que el próximo Consejo debería encontrar una solución a dos cuestiones. Una es la ratificación total del Tratado de Lisboa y la otra, nuevas curas para la crisis económica y financiera. Actualmente atravesamos la crisis más profunda en la historia económica de Europa. Esta crisis supondrá una gran remodelación de las oportunidades, ingresos, pensiones y empleos de la población y tenemos que ser conscientes de ello.
La UE empezó su recuperación muy bien. Debemos dar las gracias a la Comisión por eso. La Comisión y el BCE de hecho actuaron tan rápido que los EE.UU. siguieron el ejemplo de Europa. Después por extraño que parezca se ralentizó la cosa y la población empezó a decir que la crisis se había terminado. Sin embargo, queda mucha crisis por delante porque una guillotina con cuatro cuchillas pende sobre la UE en forma de creciente desempleo, economías nacionales endeudadas, una población envejecida y un enorme cambio estructural que tendrá lugar en la industria forestal, automovilística, etc.
En realidad, lo único bueno de esta crisis económica es que la política es necesaria para resolver los problemas. Con respecto a la nueva arquitectura financiera, la Comisión está siendo muy poco ambiciosa. Esperemos que el grupo de trabajo para hacer frente a la crisis financiera que ha creado el Parlamento sea una nueva fuente de orientación. La regulación de los mercados financieros tiene que ser el objetivo. Sin embargo, no se puede permitir que un exceso de regulación evite el crecimiento y el empleo.
Silvana Koch-Mehrin (ALDE). – (DE) Señor Presidente, señora Malmström, señor Barroso, señora Wallström, supongo, señora Malmström, que tiene tantos temas que debatir que preferiría que el Consejo de la semana que viene durara dos semanas y no dos días. Son temas que verdaderamente importan a los ciudadanos de Europa como la crisis económica y cómo se puede superar, hacer hincapié en las oportunidades para crear nuevos puestos de trabajo y, por supuesto, Afganistán. No son temas nuevos. Sin embargo, sí es nuevo que esta vez es posible debatir todo desde la perspectiva de que la UE podrá realmente funcionar de forma más eficiente y que tendremos un nuevo tratado.
Es una perspectiva emocionante y, por tanto, ahora deben actuar rápido para implantar un sistema de supervisión común para los mercados financieros europeos, para poner en marcha una política exterior común y prepararnos para la cumbre de Copenhague. También debe aclarar cuál será el futuro sistema que liderará la UE y terminar con este ensimismamiento. Lo que necesitamos es menos mirarse el ombligo y más informes positivos de la UE. Por este motivo les deseo éxito, suerte y toda la autoridad que necesitan.
Oriol Junqueras Vies (Verts/ALE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, quería señalar que no puedo dar mi discurso en Catalán puesto que no es todavía una lengua oficial, aunque es la lengua de más de diez millones de ciudadanos europeos. Por esta razón, hablaré hoy en italiano.
El Gobierno finés reconoció recientemente el derecho de todos los ciudadanos de tener conexión a Internet de banda ancha como un servicio universal. Este servicio es, de hecho, un elemento de desarrollo económico, justicia social y equilibrio territorial porque garantiza acceso a la información, evitando así la división digital. Del mismo modo, el acceso a la banda ancha a un precio asequible es crucial cuando se trata de crear la economía basada en el conocimiento que se recoge en los objetivos de Lisboa.
¿Aprobará el Consejo nuevas medidas para garantizar que la UE sirve de ejemplo al mundo también en esta área?
Martin Callanan (ECR). – Señor Presidente, habrá muchos temas importantes para debatir en el Consejo Europeo pero, desde mi punto de vista, uno de los más importantes es el futuro del Tratado de Lisboa.
Muchos oradores han hablado en este debate, sin ironía aparente, sobre el hecho de que el Tratado de Lisboa traerá más democracia y responsabilidad para las instituciones de la UE, olvidando que adoptaron deliberadamente la perspectiva de que no debería haber democracia o responsabilidad en el progreso del propio Tratado. Hubo connivencia activa entre los Dirigentes de Gobierno para evitar cualquier referendo sobre el Tratado porque resultaba inconveniente suficiente que la población de repente dijese realmente decía que no lo quería.
He escuchado con mucho interés los comentarios del señor Barroso. Permítanme explicarle por qué los ciudadanos en el Reino Unido están tan enfadados al respecto. En las elecciones generales de Reino Unido de 2005 los tres partidos políticos principales se comprometieron en sus programas electorales a que hubiera un referendo sobre la Constitución Europea como era el caso entonces. Posteriormente se convirtió en el Tratado de Lisboa, efectivamente el mismo documento. En el voto de la Cámara de los Comunes, dos de estos partidos faltaron a sus promesas y se negaron a celebrar un referendo de modo que se trata de una cuestión de confianza y responsabilidad básica en política. La población quiere el referendo que se le prometió entonces. Si no se les hubiera prometido, entonces los comentarios del señor Barroso serían correctos y se habría llevado a cabo el proceso de ratificación parlamentario normal en el Reino Unido.
He apoyado al señor Barroso en su reelección pero no necesitamos sus seminarios sobre confianza y responsabilidad en política cuando, al mismo tiempo, pretende apoyar a aquéllos que negarían el referendo a la población. De modo que, en resumen, es por esto por lo que el tema del referendo afecta tanto el Reino Unido. Miran hacia Irlanda, desde el otro lado, y ven que se ha pedido a los irlandeses que voten por segunda vez un documento cuando a nosotros no se nos ha dado la posibilidad de votarlo ni una vez. No puedes por un lado debatir que traerá más democracia y responsabilidad a la UE mientras al mismo tiempo niegas a los electores de la UE cualquier tipo de voto sobre este documento.
Mario Borghezio (EFD). – (IT) Señor Presidente, Señorías, también quisiera mencionar una serie de cuestiones que tendremos que desarrollar en vista de la posible entrada en vigor del Tratado de Lisboa y, además, diría, sobre todo, en vista de la gran importancia que tiene el efecto de la reciente sentencia del tribunal constitucional alemán sobre el Tratado de Lisboa.
Quisiera que nos concentráramos en la falta de legitimidad democrática en particular como resultado de dos aspectos: la representación inapropiada en el Parlamento Europeo —y, también, en las diversas instituciones— de los países con más población y la falta de consideración que se ha demostrado por los parlamentos nacionales con respecto al ejercicio de los poderes soberanos a nivel comunitario.
Me gustaría mencionar otro defecto, en mi opinión importante, del Tratado de Lisboa que es que básicamente se ignora la función de los parlamentos regionales. Mientras se muestra poca consideración por los parlamentos nacionales diría que el Tratado de Lisboa acaba en cierta manera con el principio de subsidiariedad tal y como lo concebimos hoy en día.
Precisamente por su autoridad y poder, la sentencia del tribunal constitucional alemán debería habernos conducido —y todavía debe— a un debate jurídico y político global en esta Cámara, que se ocupe específicamente de los peligros y riesgos que pueden surgir como resultado del proceso de federalización de la UE que introduce este tratado.
Quisiera mencionar, además, los derechos de las naciones sin Estado desde Padania a Bretaña, desde Córcega hasta el Valle de Aosta. Hay docenas de naciones sin Estado que deberíamos mencionar teniendo en cuenta el hecho de que los fundadores querían construir una Europa de naciones no una Europa federal o una Europa de lo que más interesa.
PRESIDE: Gianni PITTELLA Vicepresidente
Franz Obermayr (NI). – (DE) Señor Presidente, con respecto al tema de la inmigración ilegal en la UE, quisiera señalar que se ha producido un aumento importante y muy grave durante el último año. Según la Comisión, el número de inmigrantes ilegales registrado ha aumentado un 63 % aproximadamente.
En 2008, entraron en la base de datos de Eurodac 62 000 impresiones dactilares de inmigrantes ilegales que habían sido detenidos. No podemos ni imaginar el número de inmigrantes que no fueron detenidos.
La situación geográfica de Austria, país del que procedo, hace que sea un destino especialmente popular y esto ha tenido consecuencias desastrosas. Por ejemplo, 58 de los 64 kurdos que fueron detenidos recientemente desaparecieron en el centro de recepción e inmediatamente presentaron peticiones de asilo, que suponen un trámite interminable.
El peso que representa el número cada vez mayor de inmigrantes ilegales —quiero destacar la palabra «ilegal»— está llegando a ser insoportable para los ciudadanos de la UE. Si no solucionamos este problema cuanto antes, que no nos sorprenda el creciente escepticismo sobre la UE y la resignación de los ciudadanos. Por tanto, pido al Consejo Europeo que considere este tema los días 29 y 30 de noviembre.
Elmar Brok (PPE). – (DE) Señor Presidente, señora Wallström, señora Malmström, Señorías, el Tratado de Lisboa tiene que entrar en vigor e implantarse rápidamente. Más de diez años de debate en las instituciones son suficientes. Ahora, por fin, necesitamos estos instrumentos para poder ayudar a los ciudadanos de Europa. Precisamente durante esta crisis económica, tenemos que hacer algo por los ciudadanos en la lucha contra el desempleo y otros problemas similares. Por esta razón deberíamos terminar con estos debates con mucha rapidez.
Por eso pido al Presidente Klaus que facilite el camino para un Tratado que se ha aprobado en los 27 países. El tribunal constitucional de la República Checa ha dicho «sí» al Tratado en dos ocasiones y lo volverá a hacer una tercera. También está perfectamente claro que la Carta de los Derechos Fundamentales sólo se aplica en el contexto del Derecho comunitario. La ley del suelo es competencia exclusiva de la autoridad nacional. El Derecho comunitario no invalidará la ley que fuera aplicable antes. Ya cuenta con estas tres garantías de modo que no tiene por qué preocuparse. El Consejo Europeo tendrá que aclarar esto de nuevo emitiendo una declaración si fuera necesario.
Quisiera hacer otro comentario en este contexto. La implantación del Tratado tiene que reflejar tres principios del proyecto de Constitución y de la Convención constitucional: eficiencia, transparencia y democracia. En este punto quisiera mencionar el Servicio de Acción Exterior en particular puesto que esta tarde debatiremos el tema. La transparencia, democracia y, en concreto, el principio comunitario no se puede sacrificar para lograr la eficiencia. Hay que establecer las garantías necesarias. Podríamos decir que parte de la Comisión tiene un carácter sui generis pero sí es posible debatir todo tipo de temas aquí. Por eso, señora Malmström, quisiera pedirle que abandone los planes actuales de su gobierno y no prepare las directrices del Servicio de Acción Exterior durante la reunión del Consejo Europeo la semana que viene, que limitarían la posibilidad de negociación, sino que tome decisiones definitivas junto con el nuevo Alto Representante sobre este tema para que tengamos una base común y justa para la negociación.
William (The Earl of) Dartmouth (EFD). – Señor Brok, ha mencionado los diez años de debates sobre el Tratado de Lisboa. ¿Se le ha ocurrido que sencillamente, en los diez años de debate, usted y sus colegas no han convencido a la población lo suficiente y por eso usted y sus colegas han tenido que recurrir a la evidente manipulación que he mencionado antes para sacar adelante el Tratado?
Elmar Brok (PPE). – (DE) Quisiera decir a mi colega diputado que los cambios institucionales como resultado del Tratado de Niza, el Tratado Constitucional y el Tratado de Lisboa han contado siempre con el apoyo generalizado de los ciudadanos de Europa y con el amplio generalizado de la mayoría de los Estados europeos. Siempre ha habido Estados individuales que han tomado decisiones diferentes en parte por motivos políticos internos. Ahora la decisión se ha tomado en los parlamentos de 27 Estados —y los parlamentos no son una forma de democracia de segunda clase— o en referendos como en Irlanda. En consecuencia, la gran mayoría está actualmente a favor del Tratado de Lisboa, incluida la mayor parte de su gente.
Libor Rouček (S&D). – (CS) Quisiera hacer algunos comentarios antes de la reunión del Consejo Europeo con respecto a la ratificación del Tratado de Lisboa en mi propio país: la República Checa. Los checos han dado un claro «sí» al Tratado de Lisboa, a través de los representantes que eligieron, en ambas cámaras del parlamento. Todas las encuestas de opinión pública indican que quieren que el Presidente Klaus firme el Tratado rápidamente. Los checos también quieren que se garanticen los mismos derechos humanos, civiles y sociales en Europa que el resto de europeos. Por este motivo que también dieron un claro voto a favor de la Carta de los Derechos Fundamentales. El Presidente Klaus es conocido por su gran oposición a la Carta y, en particular, a sus artículos sociales. Ahora, con el pretexto de una supuesta amenaza de los Sudetes, utiliza el límite de tiempo para intentar negociar una cláusula de excepción para la República Checa.
La UE no puede jugar a este deshonroso juego. La mayoría de los checos quieren la Carta al completo con sus artículos sociales. Es triste, lamentable y degradante para el papel de Presidente checo meter a los alemanes sudetes en este juego 65 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Tanto los checos como los alemanes sudetes han vivido ya suficientes horrores y sufrido por la guerra y el desplazamiento. Creo firmemente que tanto checos como alemanes sudetes han aprendido de esta trágica experiencia y que los checos, alemanes y alemanes sudetes quieren convivir y crear una nueva Europa unida en paz y cooperando.
Fiona Hall (ALDE). – Señor Presidente, tanto la Presidencia sueca como la Comisión mencionan la importancia de un acuerdo comunitario sobre la financiación de las medidas del cambio climático para los países en desarrollo. Estoy de acuerdo, pero la oferta que ha puesto la Comisión sobre la mesa es una cortina de humo que con toda razón pueden cuestionar los países en desarrollo.
El señor Barroso acaba de decir ahora que el mercado del carbón en las economías emergentes cubrirá la mayor parte de los 100 000 millones de euros al año que se calcula que costará la mitigación y adaptación al cambio climático.
Pero no hay garantía de que el mercado internacional del carbón vaya a entregar 38 000 millones de euros al año al flujo financiero de los países en desarrollo. Hemos visto lo inestable que ha sido el precio del carbón en el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE y lo que está tardando en surgir un mercado del carbón como tal.
Un error aún mayor es asumir que los países en desarrollo y emergentes estarán dispuestos a financiar sus propias medidas de eficiencia energética. Eso es absurdo. Lo que está bloqueando la eficiencia energética en nuestros propios Estados miembros es la falta de mecanismos de financiación por adelantado sin embargo asumimos que los países en desarrollo pueden encontrar su propio dinero. Necesitamos financiación adicional.
Andreas Mölzer (NI). – (DE) Señor Presidente, quisiera hacer tres comentarios con respecto a la próxima reunión del Consejo. Primero, en mi opinión, el voto a favor irlandés es, principalmente, un resultado de la crisis financiera mientras que se rescató a los bancos hace un año con el dinero de los contribuyentes. Ahora los banqueros recibirán de nuevo salarios récord. Sin duda se valorará la UE conforme a la medida en que pueda poner fin a la desaparición de miles de millones de euros de los contribuyentes en este agujero negro.
En segundo lugar, hay caras nuevas que ocuparán los puestos más altos de la UE como resultado del Tratado de Lisboa. Sus cualificaciones profesionales son definitivamente secundarias puesto que la mayoría de los candidatos son políticos fracasados que no han sido reelegidos en sus países de origen. ¿Quién representará ahora a la UE?, ¿EL Presidente del Consejo, el Alto Representante o el Presidente de la Comisión? Seguro que será un caos.
Mi tercer comentario, señor Presidente, es el siguiente: si el presidente Václav Klaus de la República Checa firma el Tratado de Lisboa, con la condición de que se incluya una nota al pie que garantice que los decretos Beneš seguirán vigentes, en otras palabras, decretos que van en contra del Derecho internacional y de los derechos humanos, entonces habrá dos tipos de derechos fundamentales: los derechos de los alemanes, alemanes sudetes y los del resto. ¡No podemos permitir que esto ocurra!
Jacek Saryusz-Wolski (PPE). – Señor Presidente, con el Tratado de Lisboa cada vez más cerca, esperamos que el Consejo Europeo de octubre avance en uno de los temas prioritarios: el Servicio de Acción Exterior. El Parlamento Europeo ha pedido constantemente la creación de una verdadera diplomacia europea común. El Servicio de Acción Exterior tiene el potencial para garantizar la unidad y coherencia de nuestra acción exterior que tanto se necesita si queremos que la Unión actúe como una sola voz y se ocupe de las dificultades externas, como la seguridad energética, de forma eficiente.
Esperamos que el Consejo tome en cuenta la postura adoptada por el Parlamento esta semana en la Comisión de Asuntos Constitucionales para aprovechar la oportunidad que brinda la creación del Servicio de Acción Exterior y, en especial, lo siguiente: para tener una política exterior fuerte, necesitamos dotar al nuevo representante de la diplomacia europea con los instrumentos apropiados que le permitan fortalecer nuestra política exterior. El Servicio de Acción Exterior debería basarse en el método comunitario con una clara participación de la Comisión y el Parlamento Europeo. El ámbito de competencias del Alto Representante tiene que ser amplio e incluir políticas relacionadas con la PESC como la ampliación, la vecindad, el comercio y el desarrollo.
La condición para que haya una política exterior sólida y coherente es la legitimidad democrática, que sólo se puede ofrecer mediante la enérgica participación del Parlamento Europeo. Esta participación se debería considerar en dos niveles: consulta previa del Parlamento durante el proceso de creación del servicio y consulta previa del Parlamento a la hora de determinar los objetivos de la política exterior. Una vez se establezca el Alto Representante y el Servicio, el Parlamento Europeo deberá tener autoridad para desempeñar un papel activo en el examen de la política exterior de la UE y del Servicio.
En la fase de implantación, no deberíamos permitir que se atenúen las disposiciones de política exterior basadas en el Tratado de Lisboa. La legitimidad democrática del nuevo servicio también depende de su composición. Hay que tener en cuenta el equilibrio geográfico de la Unión. La representación justa de todos los Estados miembros es un principio fundamental, y el Servicio de Acción Exterior no debería ser una excepción.
Pervenche Berès (S&D). – (FR) Señor Presidente, señora Presidenta en ejercicio del Consejo, más de cuatro meses después de la elección de este Parlamento Europeo van a celebrar un Consejo Europeo en un momento de indecisión para la UE, con una Comisión que todavía está en posición de ocuparse de los problemas del día a día.
Si no queremos sacar completamente de quicio a los ciudadanos, me parece que este Consejo Europeo podría mandar dos mensajes. El primero es que, un año después de que todos los Estados europeos mostraran su solidaridad con los bancos, tienen que empezar a debatir con relación a los impuestos sobre las transacciones financieras o a la contribución que tendrán que hacer los bancos a los presupuestos de los Estados miembros para garantizar esa solidaridad a cambio
Señora Malmström, el Presidente de la Comisión nos dijo ayer en nombre de la Comisión Europea que él apoyaba el presupuesto tal y como se ha expuesto hoy, y que, un año después del plan de recuperación, no se incluiría nada nuevo. Sin embargo, la situación en el frente del empleo y de la deuda ha empeorado considerablemente durante el último año. El presupuesto que se nos propone hoy es un presupuesto que no financiará ni siquiera la segunda parte del plan de recuperación que diseñaron hace un año. De modo que éste es la recomendación que el Consejo Europeo tiene que seguir: impuestos sobre las transacciones financieras, solidaridad de los bancos con respecto a los presupuestos de los Estados miembros y un plan de recuperación real como el que se inició hace un año, aunque lo criticásemos entonces porque no considerábamos que fuera suficiente.
Marian Harkin (ALDE). – Señor Presidente, en primer lugar, me complace ver aquí a mi antigua colega Cecilia Malmström, en especial, en vista del convincente «sí» al Tratado de Lisboa en Irlanda, seguido de la firma del Presidente polaco democráticamente electo. Creo que estas dos aprobaciones facilitarán, espero, que la Presidencia sueca pueda completar la ratificación del Tratado de Lisboa durante su mandato.
Sin embargo, la mayoría de los ciudadanos de Europa están más preocupados por lo que va a hacer la UE para ocuparse de la crisis económica más que por los pormenores de Lisboa. De modo que les digo a mis amigos euroescépticos «supérenlo». Antes del voto irlandés 27 millones de ciudadanos votaron a favor, 24 millones en contra; eso es legitimidad democrática.
De modo que ocupémonos del mundo real. En este contexto quiero hablar del instrumento de microfinanciación Progress, que dará la oportunidad, a aquéllos que no tengan empleo, de empezar de nuevo y de abrir la puerta al espíritu empresarial. Este instrumento proporcionará 100 millones de euros y podría financiar un microcrédito de 500 millones de euros más. Pero le digo a la Comisión y al Consejo: esto no está ni cerca de ser suficiente. Esta es una verdadera oportunidad para que la UE responda a las necesidades reales de sus ciudadanos pero necesitamos una inversión mayor.
Wim van de Camp (PPE). – (NL) Señor Presidente, es bueno que la UE esté saboreando el éxito de la referendo irlandés durante un tiempo. También debería dar gracias de que se haya dado un paso tan importante hacia el Tratado de Lisboa. Por supuesto que todos estamos preocupados por la República Checa. Esperaremos la resolución del tribunal al respecto pero, por favor, sean pacientes y sensatos cuando traten con el señor Klaus. Si arremetemos contra él, podría ser contraproducente.
El éxito de la conferencia en Copenhague es una fuente de esperanza no sólo para Europa sino también para el mundo. La sostenibilidad es una fuente de desarrollo tecnológico. Hay desarrollos técnicos importantes en Europa, por ejemplo, el almacenamiento de CO2, que también pueden ayudar a combatir la crisis económica.
Esto me lleva al tercer punto: la crisis económica. Se debería dedicar más atención al empleo y los planes del Consejo son buenos en ese sentido. No obstante estos planes todavía son muy remotos para muchos ciudadanos que los desconocen en gran parte. También es muy importante la supervisión financiera de las instituciones bancarias y espero que puedan avanzar en este sentido también la semana que viene.
Por último, la propuesta sobre el asilo. Apoyo firmemente las intenciones de la Presidencia sueca pero no se han materializado en resultados tangibles, incluidas las deliberaciones del Consejo. La semana pasada, en la reunión de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, hubo quejas de que la Comisión, el Consejo y el Parlamento todavía consiguen muy pocos resultados tangibles.
Gianluca Susta (S&D). – (IT) Señor Presidente, Señorías, creo que ha llegado el momento de que esta Cámara deje de debatir eternamente sobre el Tratado de Lisboa, tema que todavía hoy seguimos escuchando.
Creo que tenemos que respetar los deseos de este Parlamento, de los grandes países europeos, de los 27 y de los 26 que han ratificado este Tratado de varias maneras, pero democráticamente y, por consiguiente, tenemos que rechazar también los ataques contra el Tratado y su contenido democrático. Además, creo que la reunión del Consejo a finales de mes será una oportunidad importante para reafirmar la necesidad de resucitar la idea de Europa más allá de Lisboa y de resucitar la economía además de asegurarnos de que Europa no se echa hacia atrás con un tema de gran importancia: el cambio climático. Desde este punto de vista, creo que lo que hemos oído últimamente de la Presidenta en ejercicio y lo que hemos escuchado aquí hoy también es insuficiente.
Europa más allá de Lisboa no interpreta el fuerte contenido del nuevo Tratado y no cumple con los términos de la Agenda de Lisboa. Por tanto, si 500 millones de europeos queremos seguir siendo el poder económico más grande del mundo, un poder económico que se prepara para convertirse en protagonista político a nivel internacional, insto a la Comisión a que lleve a cabo su mandato de proponer la legislación europea sobre los temas más importantes relacionados con la economía, la recuperación económica y la recuperación del mercado laboral e insto al Consejo a que convierta una larga lista de títulos en una política real que ayude a resolver las dificultades económicas.
Esto es lo que creo que nos falta. Nos falta un plan de recuperación económica mayor, en áreas importantes como la renovación de la política de infraestructuras con eurobonos, y carecemos de una propuesta europea. Esto es lo que esperamos de un Consejo Europeo a finales de este mes.
Johannes Cornelis van Baalen (ALDE). – Señor Presidente, es extremadamente importante combatir la crisis económica, y esto también implica ayudar a las PYME. Tenemos que comprometernos con el resultado de la Comisión Stoiber y quiero saber si la Comisión y del Consejo se comprometen con este proceso y qué van a hacer porque tenemos que agilizar la burocracia.
Otro punto que quisiera debatir es el Protocolo de Ankara. El Ministro de Exterior turco dijo en una entrevista pública en La Haya que Turquía no ratificará ni implantará el Protocolo de Ankara. Esta es una declaración en una entrevista autorizada en de Volkskrant el 7 de octubre de 2009. ¿Qué vamos a hacer? No podemos volver a pedírselo amablemente, como dijo el Comisario Rehn en la Comisión de Asuntos Exteriores. El plazo es el 1 de noviembre, ¿qué medidas vamos a tomar?
Gunnar Hökmark (PPE). – (SV) Señor Presidente, Ministro, señor Comisario, me alegra que esté aquí. Quisiera mencionar dos cosas antes del Consejo Europeo. La primera es concerniente al clima. Creo que es importante que negociemos con el objetivo de que la mejor solución para este problema es una solución que implique el compromiso común por parte de todos. Digo esto porque, en el debate, a veces hablamos como si se tratase de encontrar la mejor solución aquí en Europa o en un país en particular. Pero esto no es suficiente si no conseguimos que China, la India y todo el resto de países participen en un compromiso común sobre el clima. Esto significa que el pragmatismo y los resultados tienen que tener prioridad. Este tipo de solución tiene que partir también de que todos los países estén dispuestos a comprometerse. No puede ser que los compromisos y políticas en otras partes del mundo se basen en continuas inversiones de Europa, sino que tienen que basarse en una economía sólida, un crecimiento sólido y el desarrollo de nuevas oportunidades con la ayuda de Europa y del resto de países más prósperos.
La segunda tiene que ver con los mercados financieros. Creo que es importante hacer hincapié en que la estabilización de los mercados financieros requiere, más que nada, lo que llamamos una macroeconomía estable, en otras palabras, finanzas públicas estables. Esto significa que el debate sobre la eliminación de los grandes déficits presupuestarios es más importante que la regulación de los mercados financieros individuales. Sin embargo, también es verdad que los mercados financieros estables requieren que tengamos un crecimiento estable, inversiones estables y la creación de nuevos empleos. Esto significa que cuando legislamos los mercados financieros, la legislación tiene que implicar una mejor supervisión, medidas transfronterizas y transparencia pero no tantos reglamentos con inversiones y crecimiento en otros países. Eso daría estabilidad a nuestra propia economía y a nuestros propios mercados financieros que se ven amenazados.
Juan Fernando López Aguilar (S&D). – (ES) Señor Presidente, el sí del referéndum irlandés hace más creíble e inminente que nunca la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, y es una buena noticia porque significa que, por fin, vamos a tener instituciones que puedan ocuparse de los asuntos: para empezar, de la salida de la crisis y de su dimensión social, la generación de empleo. Pero no sólo esto, cambio climático, energía y reglas de comercio justo también deben estar en la agenda.
Pero la Cumbre es también una ocasión para prefigurar ese impulso definitivo que requiere la composición de la nueva Comisión; ya escuchamos al Presidente Barroso anticipar cuáles van a ser los criterios.
Subrayo la importancia que le doy a dos: el primero, como miembro del Grupo socialista, es que la composición de la Comisión sea equilibrada. El Grupo socialista hizo referencia a la importancia que tendría que el Alto Representante proviniera de esta familia política, pero también la tiene, sin duda, el que haya una composición paritaria entre hombres y mujeres.
Por otra parte, aludió también a la distribución de carteras, y aludió a una que me importa como jurista comprometido con la libertad y como Presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, y es la relativa a la subdivisión de la Comisaría de Justicia e Interior en una comisaría dedicada a justicia y derechos fundamentales y en otra dedicada a seguridad.
Yo digo que ésa no es la solución correcta: la solución correcta no consiste en subordinar la justicia a la importancia de la seguridad ni tampoco en contraponerlas, sino en crear una comisaría de justicia y derechos fundamentales, una segunda de asuntos de interior y una tercera que no vincule seguridad con inmigración, sino que las separe, de modo que haya seguridad en una comisaría y, en otra, inmigración, asilo y refugio comprometidos con los derechos fundamentales.
Brian Crowley (ALDE). – Señor Presidente, si vuelve atrás 10 años en nuestros debates sobre estas cumbres encontrará que muchas ideas, muchos planes o propuestas similares han sido presentados por diputados de esta Cámara, miembros del Consejo y también por Comisarios, y si algo me ha demostrado el año pasado es que, concretamente, cuando la Unión trabaja en colaboración, en solidaridad, con grandes planes y ambiciones mueve al mundo. Quizás sea el momento de tener planes y ambiciones mayores teniendo en cuenta cómo avanzamos.
Muchos han hablado del desempleo que sufren tantas personas en los últimos meses y han dicho que ahora es el momento de tomar medidas serias para eliminar la regulación inservible y deshacerse del inútil bloqueo a los negocios y a los empresarios que los crean.
Podría decir que cuando hablamos de solidaridad, no se trata del grande contra el pequeño y mi el temor que tengo es que la nueva cumbre del G20 pueda tener un impacto negativo en los países pequeños y medianos que están emergiendo en estos nuevos mercados.
Por último, unas palabras para la Presidente en ejercicio: también podría incluir el tema de la extensión de los derechos de autor en el orden del día del Consejo así como en la agenda de la Presidencia sueca.
Tunne Kelam (PPE). – Señor Presidente, con el Tratado de Lisboa a punto de entrar en vigor, éste es un momento histórico para concentrarse en primer lugar en el futuro común y en el bien común de Europa. Me temo que ésta no es la mejor oportunidad para utilizar estos últimos momentos para adelantar los intereses nacionales y sacar de quicio al resto de compañeros.
No se pueden solucionar las dificultades globales para Europa sin instituciones comunes y políticas comunes eficientes. Sin embargo, la Europa de hoy necesita más que nunca un compromiso moral a largo plazo y la percepción de los valores comunes europeos que inspiraron a nuestros fundadores para romper el círculo vicioso de la historia y de los egoísmos nacionales. Para que Europa progrese y tenga credibilidad en el mundo, no necesitamos forzosamente buenos dirigentes sino hombres de estado reales, líderes democráticos fuertes que tengan visión y autoridad para conseguir un cambio también en Europa.
Por tanto necesitamos un compromiso claro y la implantación práctica de instituciones europeas comunes. Necesitamos no sólo una política de exterior común y de seguridad sino también una política energética común. El Consejo Europeo aprobará también la Estrategia del mar Báltico. Quisiera dar las gracias a la Comisión y a la Presidencia sueca una vez más por hacerse cargo. Ahora la tarea del Consejo es implantarla sin perder el tiempo. Espero que la Estrategia del Mar Báltico reciba la atención que merece, también por parte de la Presidencia española y belga. Apoyo la idea de la Ministra Malmström de que la Estrategia del Mar Báltico sea considerada como un proyecto piloto modelo para otras macroregiones de Europa. No obstante, no se tomará en serio ninguna estrategia comunitaria si no se tienen los recursos suficientes para implantarla. El presupuesto existente necesita dinero y credibilidad.
Edite Estrela (S&D). – (PT) Quisiera hacer dos comentarios breves. El primero sobre el Tratado de Lisboa, tras el voto a favor de Irlanda y la firma del Presidente polaco, se espera que el Tribunal Constitucional de la República Checa dicte su resolución y que el Presidente Klaus haga lo que debe hacer: firmar el Tratado. El Consejo no puede ceder ante el chantaje del Presidente de la República Checa. El Tratado de Lisboa es esencial para que las institucionales de la UE funcionen mejor además de que proporciona otros beneficios como el fortalecimiento de los poderes del Parlamento Europeo y los derechos de los ciudadanos. Por eso es imprescindible que el Tratado de Lisboa entre en vigor pronto. El Consejo y la Comisión deberían poner un plazo al Presidente Klaus para que empiece a comportarse como el Presidente de un país democrático que es miembro de la UE. No podemos contemplar la idea, ni por un momento, de que el capricho de un líder prevalezca sobre la voluntad de la mayoría.
Mi segundo comentario es sobre la conferencia de Copenhague. Señorías, el mundo necesita un acuerdo global para luchar contra el cambio climático; tanto los países desarrollados como los países en desarrollo tienen que detener el calentamiento del planeta y para ello tienen que aunar esfuerzos y tomar una decisión valiente. Copenhague es la gran oportunidad de evitar una catástrofe, como dicen los científicos. No se puede aludir a la crisis financiera como motivo para retrasar o reducir los planes de Copenhague, no hay que tomarse en serio esos intentos. Si queremos salvar el planeta necesitamos ser ambiciosos.
Gay Mitchell (PPE). – Señor Presidente, dentro de una generación, la población de la UE será aproximadamente el 6 % de la población mundial. En la actualidad no andamos mucho más lejos y es por esto que no podemos continuar rotando la presidencia del Consejo Europeo cada seis meses y tener hasta cinco personas diferentes hablando de temas relacionados con la política exterior de la UE. Pero también dentro de esa generación, la población del mundo habrá aumentado en unos 2 000 millones. El 90 % de ese aumento se producirá en lo que ahora es el mundo en desarrollo donde hasta once millones de niños mueren cada año, unos cinco millones de ellos por no tener medicinas que están disponibles en lo que llamamos Occidente desde hace 30 años.
En este contexto no sólo es importante que estemos bien organizados para dirigir Europa internamente sino que estemos preparados también para ocuparnos de situaciones en los países en desarrollo, que es por lo que quiero defender la necesidad de un comisario de ayuda al desarrollo fuerte, independiente, que tenga su propio presupuesto y que sería responsable ante esta Cámara mediante nuestra Comisión de Desarrollo.
Es de vital importancia que el Alto Representante, Ministro de Asuntos Exteriores o cualquiera que sea el título que le quieran dar, tenga mucho en el plato, mucho que hacer pero hay un sólo tema que cuenta y tiene que contar con nuestra atención en particular. Quiero defender enérgicamente que no sólo sigamos teniendo una oficina para el Comisario de Desarrollo sino que se dé su cartera a alguien que sea capaz para la tarea y con determinación para garantizar que se trata con respeto a nuestros vecinos, que viven a un paso de la UE, por egoísmo además de por altruismo.
Monika Flašíková Beňová (S&D). – (SK) El tema más importante del próximo Consejo será completar la ratificación del Tratado de Lisboa y hacer que entre en vigor.
El Tratado de Lisboa fue el comienzo de un proceso que fortalecerá la Unión a nivel interno y a nivel mundial. Fortalecer la posición de la Unión va de la mano con fortalecer la cooperación en el área del tercer pilar actual. La Unión será más abierta, más eficiente y más democrática. La principal dificultad y prioridad es garantizar los derechos y libertades así como la integridad y la seguridad en Europa. La manera de lograr estos objetivos es un apoyo total, implantación eficiente y respecto suficiente por las leyes e instrumentos existentes relacionados con la protección de los derechos humanos y las libertades civiles.
El Programa de Estocolmo pone de relieve la reafirmación de estos derechos, especialmente en las áreas de justicia y seguridad. Tenemos que dar prioridad a los mecanismos que facilitarán el acceso de los ciudadanos a los tribunales para que se respeten sus derechos e intereses legales mediante la Unión. Nuestra estrategia tiene que ser también fortalecer la cooperación policial y hacer respetar los derechos además de mejorar la seguridad en Europa. Tenemos que desarrollar una estrategia de seguridad interna con vista a combatir el creciente extremismo en los Estados miembros, eliminando la tensión provocada por políticos irresponsables y mediante soluciones concretas para cuestiones tan delicadas como, por ejemplo, la inmigración, la política de asilo o la población romaní y las minorías nacionales de tal forma que los ultraderechistas no exploten estas cuestiones.
Una migración bien organizada puede beneficiar a todas las partes involucradas. Europa necesitará una política de inmigración flexible que pueda responder a las necesidades de la sociedad y del mercado laboral en los diferentes Estados miembros.
Con respecto a conseguir una política de inmigración y asilo creíble, que sea sostenible a largo plazo, tenemos, no obstante, que prestar mucha atención al problema de la inmigración ilegal que es motivo de gran preocupación entre nuestros ciudadanos.
Mario Mauro (PPE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, sean valientes, sean valientes, sean valientes, ésa es la recomendación que me apetece darles antes del Consejo y, por este motivo, cuando se trata de debatir las designaciones de los nuevos comisarios, del nuevo Ministro de Asuntos Exteriores de la UE y del Presidente del Consejo—por tanto las personas que, junto con el Presidente Barroso y el resto de comisarios tendrán que supervisar la política europea en un futuro próximo— el único método que hay que utilizar para tomar decisiones es considerar los posibles intereses de los ciudadanos europeos.
Por tanto, se deberá elegir a aquéllos que tengan mérito como políticos y como seres humanos, cuya preocupación por el bien común haya marcado sus esfuerzos políticos nacionales y europeos. Éstas tienen que ser las bases sobre las que sigamos tratando los temas más importantes como el cambio climático, analizando más quizás los requisitos de las diferentes economías y la crisis económica con la ayuda de iniciativas valientes como los eurobonos, que también deberíamos incluir en el orden del día del próximo Consejo.
Para concluir, quisiera citar las palabras pronunciadas por el Papa Benedicto XVI el otro día —que me encantaría, por una vez, que se confirmaran en el siguiente Consejo Europeo también— porque son un recordatorio oportuno de la responsabilidad que comparten todos los ciudadanos y representantes políticos que es cumplir con la petición de que busquemos en unidad y en la búsqueda común de la verdad, el incentivo crucial que necesitamos empezar a construir algo importante para nosotros y para las generaciones futuras.
El progreso y la civilización nacen de la unidad y Europa hizo muy bien cuando transmitió estos valores fundamentales de la fe cristiana y los convirtió en la herencia e identidad cultural de las naciones. Por eso, creo que es evidente qué camino debemos seguir para poder superar la gran dificultad de hacer que Europa vuelva a ser una potencia mundial.
Zuzana Roithová (PPE). – (CS) Señor Presidente, el Tratado de Lisboa es un tema clave. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional checo es coherente y no creo que la semana que viene el Tribunal haya considerado que es incompatible con la constitución checa. Sin embargo, dudo de que el Presidente deje de obstaculizarlo. Sin embargo, la República Checa no es un sistema presidencial y el gobierno puede demandar a un presidente por exceder su autoridad. Es un hecho que Václav Klaus se negó durante años a nombrar juez a un abogado particular simplemente porque había perdido un pleito con él en el tribunal, y tampoco respeta las decisiones del Tribunal Administrativo Supremo. Además de este abogado, 500 millones de ciudadanos europeos han sido víctimas de los caprichos de nuestro Presidente. El daño es notable. En una época de crisis, se está retrasando la designación de una nueva comisión, el Parlamento no tiene poder para resolver el presupuesto, los parlamentos nacionales no pueden, mientras tanto, emitir tarjetas amarillas o rojas y no estamos haciendo uso de nuevos poderes para combatir las epidemias, las crisis energéticas, el terrorismo, el crimen organizado o los nuevos principios de la defensa civil y ayuda humanitaria.
Es posible que se rechace la Carta todo por unos decretos Beneš en desuso. Es simplemente absurdo, no sólo por el tiempo, sino también porque no hay motivos jurídicos que lo sustenten. Incluso el artículo 345 del Tratado de Lisboa declara explícitamente que no se aplica a cuestiones de propiedad en los Estados miembros. La Carta no crea nuevas disposiciones jurídicas más allá de las que ya existían para los litigios en materia de propiedad en la República Checa. Además, el Reglamento 44 sobre el reconocimiento de sentencias no se remonta a disputas de propiedad de hace 50 años. Los medios de comunicación checos están, no obstante, llenos de dudas. ¿Qué está pasando realmente en la República Checa? Es evidente que las próximas elecciones presidenciales van a ser duras y Václav Klaus está intentando con este teatro alimentar la imagen de un líder poderoso que puede hacerse cargo de la UE sin la ayuda de nadie y defender las propiedades de los checos frente a los extranjeros. Valoro el hecho de que la UE no haya presionado a la República Checa y quisiera pedir paciencia hasta que se resuelva en casa el déficit democrático causado por nuestro Presidente, bastante antes de las elecciones en el Reino Unido. En conclusión, quisiera pedir de nuevo al Consejo que apoye a la República Checa contra la introducción unilateral de requisitos para la obtención de visados por parte de Canadá a los ciudadanos checos y que tome una decisión sobre la condena solidaria.
Georgios Papastamkos (PPE). – (EL) Señor Presidente, mi discurso se centrará en tres puntos. El primero: la crisis económica. La crisis golpea los sistemas económicos indiscriminadamente tanto a los fuertes como a los débiles. Si interpretamos los diez años de experiencia de la Unión Económica y Monetaria en vista de la crisis económica es evidente que hay que europeizar la política económica. También es evidente que el riesgo económico tiene que europeizarse. La confianza es buena; el control es aún mejor.
El segundo punto es el cambio climático. La UE está a la vanguardia de la diplomacia ecológica mundial. Estoy totalmente de acuerdo con el Presidente de la Comisión, el señor Barroso, que en el periodo previo a la cumbre de Copenhague no hay plan B. La deuda ecológica es de todos sin excepción. Apoyo la idea de crear un banco climático mundial que tenga fondos del Banco de Emisiones para financiar las medidas de los países en desarrollo para crear una normativa de desarrollo ecológico.
El tercer punto es la inmigración. Obviamente tenemos que proceder con más prontitud a la hora de aprobar una política de inmigración común. Sin embargo, también tiene cuestiones de política de exterior. Tenemos que proceder cuanto antes y entablar relaciones eficaces con otros países en materia de política exterior porque los países se ven muy presionados en especial los del sur de Europa. Quisiera decir que es bastante evidente que la postura de Turquía es provocadora. Me ha complacido escuchar a la Presidencia sueca señalar este punto. El mensaje de la UE a Turquía —y a otros países— tiene que ser alto, claro y efectivo. Este marco forma parte del acervo comunitario y todos tienen que respetarlo.
Peter Liese (PPE). – (DE) Señor Presidente, la señora Malmström y el señor Barroso han tratado el tema del cambio climático y los preparativos para Copenhague. Estoy de acuerdo con todos los que dicen que el Consejo tiene que llegar a conclusiones ambiciosas. Sin embargo, recomendaría que no miráramos sólo la industria que ha cubierto el Sistema de Comercio de Emisiones desde 2005 cuando consideremos tanto la financiación como el tema de quién tiene que llevar a cabo la reducción.
Necesitamos más industrias para distribuir el peso. Más del 50 % de las emisiones todavía no se han incluido en el Sistema de Comercio de Emisiones. Necesitamos que más industrias asuman la responsabilidad para lograr nuestros objetivos y garantizar la financiación. Me refiero a las industrias de transporte aéreo y marítimo. Hasta ahora me han decepcionado las acciones del Consejo y de la Comisión. No se incluyó este tema en las conclusiones del Consejo durante los preparativos para Pittsburgh.
Si queremos que Copenhague tenga éxito es esencial que aceleremos lo que estamos haciendo. La Comisión de Medio ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria lo hizo este lunes. Le pediría al Consejo y a la Comisión que consideren esto con más detalle.
En segundo lugar, quisiera decir que sé que los debates serán muy informales pero el Consejo tiene que debatir también la composición de la nueva Comisión. Con toda la modestia quisiera hacer una sugerencia. Por razones históricas la legislación farmacéutica ha sido supervisada por la Dirección General de Industria y el Comisario de Industria. Por supuesto que la legislación farmacéutica es un asunto que concierne a la industria pero también a la sanidad. En todos los Estamos miembros, en el Parlamento Europeo, incluso en EE.UU., esta área forma parte de la política de salud. Por tanto, quizás sea el momento de intentar introducir cambios en esta materia. Por favor pida al Presidente de la Comisión que eche un vistazo al tema.
Vytautas Landsbergis (PPE). – Señor Presidente, el Presidente Barroso mencionó aquí ayer, en su gran respuesta al señor Farage, que en la UE necesitamos un Presidente del Consejo que sea un europeo de verdad. Estoy seguro de que ustedes dos y muchos aquí comparten esa opinión. ¿También necesitamos que alguien con ese puesto sea un verdadero «Gazpromiano» como Gerhard Schröder, Paavo Lipponen, etc.? O quizás piense que esas cualidades son bastante compatibles, de modo que un buen Gazpromiano, especialmente si ha votado por una relación cordial y de cohecho, es el mejor europeo. De esa forma podríamos acelerar el desarrollo actual de la UE para que se convierta en la UG —Unión de Gazprom— y evitar así una situación en la que Rusia ignora totalmente a la UE mientras trabaja exclusivamente con el objetivo de dividirla. ¿Qué opina de los Gazpromianos como candidatos a la Presidencia?
Mirosław Piotrowski (ECR). – (PL) Señor Presidente, el Tratado de Lisboa no se ha ratificado aún y todavía es un borrador político. Esto significa que, en la UE, seguimos obligados por el principio de unanimidad. Cara país tiene el derecho de expresar sus reservas. El Presidente de la República Checa, Václav Klaus, está actuando dentro del marco de la normativa establecida. De hecho, que se presione al Presidente, no sólo le afecta a él personalmente sino también a muchos millones de ciudadanos de los países de Europa que han anunciado que tienen serias reservas sobre este documento. En el próximo Consejo Europeo los líderes de los Estados miembros de la UE deberían pensar a fondo sobre la conveniencia y las consecuencias de pasar conscientemente por encima de la voluntad de los ciudadanos a los que representan.
Silvia-Adriana Ţicău (S&D). – (RO) Se invitará al Consejo Europeo a que apruebe la Estrategia de la Región del Mar Báltico. Creo que proporciona un buen modelo para las futuras estrategias de la UE en la región del Danubio.
La región del Danubio ocupa 10 estados, seis de los cuales son estados miembros de la UE con una población de 200 millones de personas. Este número incluye 75 millones de personas que viven en las zonas fronterizas del Danubio. Por este motivo, creo que es importante que este modelo se utilice en la estrategia del Danubio también, que necesitará tener un plan de acción y un programa de acción para los próximos años.
Siguiendo con el programa del Consejo Europeo, también creo que es importantísimo que aprobemos los instrumentos financieros necesarios para el desarrollo de una economía ecológica y eficiente. En este caso hablo sobre la eficiencia energética en los edificios y el transporte sostenible en particular.
Jean-Pierre Audy (PPE). – (FR) Señor Presidente, Ministro, señora Vicepresidenta de la Comisión Europea, mi pregunta es sobre la aplicación del Tratado de Lisboa, en especial la promesa que se hizo a los irlandeses de tener un comisario por país.
En diciembre de 2008, se acordó que el Consejo Europeo tomaría las medidas jurídicas adecuadas para garantizar que tenemos un comisario por país. Señora Malmström, ¿cuáles son esas medidas jurídicas? Se rumorea que se hará una enmienda al Tratado de Lisboa con el tratado de adhesión de Croacia, ¿o hay otras disposiciones jurídicas?, ¿nos podría dar información al respecto?, ¿cómo prevé aumentar el número de diputados en 18, si ya hay 18 diputados adicionales que deberían formar el próximo Parlamento Europeo con el próximo Tratado de Lisboa?
Ilda Figueiredo (GUE/NGL). – (PT) Señor Presidente, el próximo Consejo debe dar absoluta prioridad a la modificación de políticas liberales que nos han llevado a una crisis económica y social grave. Éste debería ser el momento de enfrentar la pobreza que sufren 80 millones de ciudadanos de la UE, incluidos más de 30 millones de trabajadores cuyos salarios son tan bajos que ellos y sus familias se limitan a sobrevivir y no pueden salir de su estado de pobreza. Este debería ser el momento de comprometerse a abordar el grave desempleo que sigue aumentando y que podría llegar a 30 millones en el próximo año si no tomamos las medidas adecuadas inmediatamente.
El principal reto de este Consejo es, por tanto, acabar con las políticas neoliberales de la Estrategia de Lisboa y el Pacto de Estabilidad. Deberían ser reemplazados por un programa real para el progreso y desarrollo social que promoviese servicios públicos de alta calidad, apoyara la producción y las microempresas y PYME, valorase a aquéllos que trabajan y crease más empleo con derechos, incluidos empleos para las mujeres y los jóvenes.
Enikő Győri (PPE). – (HU) Señorías, según algunos rumores que he oído, hay una idea rondando con respecto a cómo hacer posible que el Presidente Klaus de la República Checa firme, y es incorporar de alguna manera los decretos Beneš en el Tratado de Lisboa después. Me gustaría que nos protegiésemos frente a este tipo de tejemanejes y disparates legales por tres motivos. Primero, creo que sentaría un peligroso precedente por el que cualquier experto constitucional creería que puede interferir en un contrato retrospectivo y, como podemos ver, es peligroso porque el gobierno eslovaco ya ha declarado que si Klaus puede hacerlo, ellos también quieren. Por tanto, creo que sentaría un peligroso precedente.
Segundo, es erróneo citar a los irlandeses como ejemplo. Lo que los irlandeses pidieron ya estaba incluido originalmente en el Tratado de Lisboa, y no se oponían a lo que no había en él. Por tanto, su petición no suponía ningún obstáculo jurídico. Tercero, el contenido de 13 de los 143 decretos Beneš privaba del voto a húngaros y alemanes. Creo que la UE no puede permitir que se haga referencia a tales documentos.
Rachida Dati (PPE). – (FR) Señor Presidente, quisiera continuar con el argumento de mi discurso de ayer sobre los preparativos para la cumbre de Copenhague y después mencionar la reunión del Ecofin de ayer que no tuvo un éxito tremendo.
Les hablaba sobre la responsabilidad que tenemos como países industrializados de comportarnos de tal manera que los países en desarrollo nos puedan seguir en nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático.
No podemos actuar en Copenhague como si todos tuviésemos las mismas capacidades esto significaría que todos estábamos empezando desde el mismo punto para no llegar a ningún sitio al final. Por tanto, para convencer a los países en desarrollo para que se unan a nosotros tenemos obviamente que tratar la cuestión de la ayuda que se les debería dar y no esperar a los resultados de Copenhague.
En el próximo Consejo Europeo y en el importante contexto del cambio climático, los 27 tienen que estar absolutamente de acuerdo sobre la manera de pensar de la Unión con respecto a la ayuda para los países en desarrollo.
Ayer, como dije, el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas, Ecofin, no consiguió llegar a una postura común con respecto a estos problemas. Sin embargo, sabemos que es un tema central. La Comisión Europea ya había presentado sus propuestas y de verdad espero que podamos tomar la iniciativa y conseguir llevar a nuestros compañeros con nosotros para lograr la solidaridad mundial necesaria para superar el problema del cambio climático.
Charles Goerens (ALDE). – (FR) Señor Presidente, mi pregunta va dirigida a la Presidenta en ejercicio del Consejo. Sabe que el tema central con respecto a la futura Presidencia del Consejo es saber si él o ella van a preferir el método comunitario en todas las circunstancias. ¿Cree que este criterio debería ser una condición previa para la designación del Presidente en ejercicio del Consejo?
Recientemente hemos sido testigos, ocasionalmente, de cambios intergubernamentales. Creo que es hora de cerrar este periodo, volver al principio del proceso de integración europeo y seguir fieles al legado de Robert Schuman y Jean Monnet.
Angelika Werthmann (NI). – (DE) Señor Presidente, Señorías, siempre hablamos de la crisis económica y financiera entre comillas, ¿por qué no hablamos de una crisis estructural? Todo esto empezó con una auténtica crisis bancaria que incluyó los bancos de inversión. Es una industria pero la economía del mundo entero se vio afectada.
Romana Jordan Cizelj (PPE). – (SL) Señorías, pronto tendremos la conferencia de Copenhague y sin embargo sólo hemos dado un pequeño paso desde la conferencia del año pasado. Deberíamos haber logrado bastante más y actuado con mayor determinación. Nos encontramos luchando no sólo por la financiación sino incluso para conseguir un compromiso sobre los objetivos de reducción de las emisiones de cada país.
Los países industrializados tienen que desempeñar un papel más decisivo en este resultado y tenemos que enviar un mensaje claro a los EE.UU. La dificultad específica a la que nos enfrentamos con los EE.UU. es que sabemos que no habrán aprobado siquiera la legislación nacional necesaria para cuando llegue diciembre. Creo que deberíamos expresar claramente que esperamos que el Presidente Obama cumpla uno de sus compromisos preelectorales más importantes, es decir, que los Estados Unidos desempeñen un papel activo en la lucha contra el cambio climático. Del mismo modo, deberíamos expresar claramente que esperamos que el Presidente Obama aproveche su aparición en persona para conseguir que la conferencia tenga una conclusión satisfactoria.
Jaromír Kohlíček (GUE/NGL). – (CS) Señora Presidenta en ejercicio del Consejo, señor Comisario, Señorías, el Consejo Europeo es sin duda un órgano importante y, por tanto, debería resolver problemas fundamentales. El problema número uno es ofrecer trabajo que pueda garantizar a las personas un nivel de vida digno. Me sorprende la ristra de discursos sin significado que revelan una falta de conocimiento y una mezcla tonta de una extraña serie de demandas revanchistas y métodos liberales extremos. El Consejo Europeo debería rechazar esas opiniones inmediatamente y, al mismo tiempo mandar una señal clara de que su objetivo fundamental es conseguir que la industria vuelva a funcionar y resolver la crítica situación de la agricultura. Si, en lugar de esto, accede a los recortes en materia social junto con el alivio para los bancos y los más ricos, entonces no se puede esperar ningún impulso positivo si se sigue insistiendo especialmente en criterios abstractos de estabilidad financiera. En conclusión, quisiera decir a todos aquéllos que se han resistido desesperadamente a la ratificación del Tratado de Lisboa mediante referendo: pongan su propia casa en orden y si son incapaces de explicar qué tiene de bueno el Tratado a sus propios ciudadanos entonces no den clases al resto.
Agustín Díaz de Mera García Consuegra (PPE). – (ES) Señor Presidente, me refiero a los retos que tenemos que afrontar y superar en el Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia: una política migratoria y de asilo verdadera y común; un control eficaz para las fronteras exteriores; una política eficaz de integración y, también, de retorno; una Eurojust con credibilidad y confianza; una Europol comunitaria sometida al control del Parlamento Europeo; avances armónicos en materia de justicia civil y penal; unas leales, iguales y eficaces relaciones transatlánticas, en especial con los Estados Unidos; una solución equitativa para SWIFT; una eficaz política de protección de datos; una mejor protección del euro contra la falsificación; y una promoción muy potente de la Carta de los Derechos Fundamentales.
Robert Goebbels (S&D). – (FR) Señor Presidente, mi pregunta es muy simple. Tenemos un nuevo Presidente designado para la nueva Comisión pero, ¿cuándo tendremos esta nueva Comisión? En tiempos difíciles como estos, es imposible trabajar con una Comisión con la mitad de sus miembros haciendo las maletas. Necesitamos un nuevo ímpetu en Europa; necesitamos esta nuevo Comisión pronto.
Seán Kelly (PPE). – Señor Presidente, una de las lecciones que he aprendido del último referendo en Irlanda es que una buena campaña de relaciones públicas marca la diferencia. En junio de 2008, los irlandeses votaron en contra del Tratado de Lisboa. Poco después de un año, una mayoría de dos tercios votó a favor. ¿Tuvo la UE un impacto mayor en sus vidas mientras tanto? No, Pero la parte a favor vendió el mensaje de la UE mucho mejor en la segunda campaña.
Particularmente ahora con el Tratado de Lisboa a punto de entrar en vigor, creo que es importante que con las nuevas competencias se hagan muchos buenos trabajos. Sin embargo, la Comisión tiene que iniciar también una estrategia de relaciones públicas adecuada para traer a casa ese buen trabajo para los ciudadanos. De modo que le preguntaría a la Comisión ¿qué planes tienen para que los futuros referendos se aprueben más fácilmente que en el pasado?
Petru Constantin Luhan (PPE). – (RO) Señor Presidente, mi nombre es Luhan, no Luman. Acojo con gran satisfacción el hecho de que los grupos políticos apoyen el proceso de ratificación. Necesitamos el Tratado de Lisboa y necesitamos que entre en vigor cuanto antes para garantizar que la UE puede operar de forma eficiente
Por el momento, la República Checa es el único Estado miembro que todavía no lo ha ratificado. Como ya ha dicho el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-Cristianos) pedimos al Presidente Klaus que muestre una actitud responsable y ratifique el Tratado para la fecha del Consejo Europeo a finales de octubre. De lo contrario, nos quedaremos atrapados en este debate institucional y no seremos capaces de concentrarnos en los problemas reales a los que se enfrentan los ciudadanos de a pie, como la crisis económica y financiera, el desempleo y la inclusión social, ni seremos capaces de reforzar la imagen de la UE como una auténtica potencia mundial.
Creo que hemos debatido los méritos de este Tratado tanto que no tiene sentido que lo reanudemos. Lo que nos interese ahora en el próximo Consejo Europeo es poder confirmar la finalización del proceso de ratificación en todos los Estados miembros para que podemos seguir adelante con la siguiente fase y establecer el Colegio de la Comisión.
Cecilia Malmström, Presidenta en ejercicio del Consejo. – (SV) Señor Presidente, Señorías, gracias por sus preguntas y comentarios. Con frecuencia hablamos de los ciudadanos de Europa, de la Europa de los ciudadanos y después interpretamos esto según convenga a nuestras finalidades políticas. En realidad no hay nada malo en ello pero si preguntamos a los ciudadanos ¿qué quieren de Europa? Entonces los ciudadanos de todos los Estados miembros dicen «queremos cooperación en Europa, basada en una serie de valores y que solucione nuestros problemas comunes: la crisis económica, el desempleo, la delincuencia internacional, el problema de la inmigración, etc.».
Para eso estamos aquí. Muchas de estas cuestiones se debatirán en la cumbre dentro de diez días. Por supuesto que no podremos resolverlos todos pero, esperemos que seamos capaces de tomar medidas importantes en la dirección correcta y de este modo crear una Europa más para los ciudadanos. Tenemos que tomar estas decisiones de forma democrática, abierta y transparente.
Puede que cada uno tenga diferentes opiniones sobre el Tratado de Lisboa. La opinión de la Presidencia sueca y el Consejo y, creo, de la mayoría de esta Cámara es que el Tratado acercará Europa a los ciudadanos. Tomaremos decisiones de forma más eficiente y democrática y aumentaremos también el poder y el peso de la UE en nuestras relaciones mundiales. Por tanto, es importante que el Tratado entre en vigor y puedo asegurar que haremos todo lo posible para garantizar que esto ocurre cuanto antes.
Sigue sin haber solución con respecto al Presidente checo. He oído algunas especulaciones aquí pero, no obstante, sigue sin haber solución. Mantenemos un diálogo intenso con nuestros amigos en Praga y esperamos que pronto muy pronto podamos presentarles una propuesta para resolver esta cuestión. Quisiera señalar que es evidente que tenemos que esperar a la resolución del tribunal constitucional checo antes de poder seguir adelante.
Mientras tanto continuaremos con los preparativos en relación con la codecisión con el Parlamento y el Servicio de Acción Exterior, que debatiremos esta tarde. Volveré a muchas de las opiniones que se han expresado hoy aquí y a otras cuestiones relacionadas con el Tratado de Lisboa. Hemos tenido una cooperación muy constructiva con su Presidente, señor Buzek, y sus colegas con respecto a cómo pueden cooperar el Parlamento, el Consejo y la Comisión una vez que se haya puesto en práctica la nueva normativa.
Se han formulado algunas preguntas sobre Afganistán. Sí, señora de Sarnez, esperamos poder progresar en los debates sobre una única opinión europea con respecto a Afganistán, basada tanto en la presencia militar que la UE tiene allí como en el apoyo cada vez mayor a la sociedad civil y los procesos democráticos y de construcción del país. Se están celebrando debates intensos sobre cómo podemos apoyar la erección que va a tener lugar el 7 de noviembre, es decir, muy pronto. Es difícil enviar observadores electorales en un plazo de tiempo tan corto pero por supuesto que haremos todo lo posible por conseguirlo.
El objetivo de la UE a largo plazo, que apoyamos, es tener una política de asilo e inmigración común. No lo conseguiremos para finales de año en parte porque necesitamos que primero entre en vigor el Tratado de Lisboa. Sin embargo, estoy de acuerdo en que es importante. Mientras tanto estamos trabajando en el Programa de Estocolmo y una de las cosas que debatimos al respecto son los problemas relacionados con la inmigración. Son cuestiones muy complejas, por supuesto, y tienen que ver con la cooperación con terceros países, el comercio, la ayuda y la posibilidad de introducir un marco para que podamos tener también inmigración legal en Europa. Tienen que ver además con la solidaridad y los sistemas de recepción. La Comisión realizará un informe sobre el progreso que se ha hecho al respecto. Entonces seguiremos tomando decisiones en diciembre.
Señor van Baalen, el tema del Protocolo de Ankara es importante. Con frecuencia decimos a nuestros amigos turcos que tienen que ratificar e implantar el Protocolo de Ankara. No se debatirá este tema en esta cumbre pero debatiremos la ampliación más tarde, en otoño, y posiblemente tomemos una decisión en diciembre. Por tanto, sin duda, volveré a hablar de este tema.
Con respecto al número de comisarios, el Consejo Europeo ha decidido que cada Estado tenga un comisario. Con el Tratado actual será posible cambiar esto en 2014. Tan pronto como entre en vigor el Tratado, tendremos tiempo de revisar las adaptaciones jurídicas que se necesiten para garantizar que cada Estado tiene su comisario y lo haremos. Mantenemos diálogos con los diferentes órganos jurídicos para ver si será necesario realizar futuras enmiendas al Tratado o si es suficiente que el Consejo Europeo lo decida unánimemente.
Lo mismo ocurre con los 18 diputados adicionales. Tan pronto como entre en vigor el Tratado, empezaremos los preparativos. Hay una serie de Estados que ya han empezado con los preparativos para poder enviar a los diputados en cuestión rápidamente. Señor Audy, el sistema de votación nacional es un poco más complicado en algunos Estados. Por tanto, puede que lleve algún tiempo. Espero que los preparativos empiecen cuanto antes. Estoy muy satisfecha de que el Parlamento haya permitido que estos diputados sean observadores mientras esperan a ser diputados formalmente. Haremos todo lo que esté en nuestras manos, junto con la Presidencia española próximamente, para garantizar que sea lo más rápido y fácil posible.
Por último, quisiera expresar mi gratitud, no sólo por este debate, sino también por el tremendo apoyo que está dando esta Cámara a la Presidencia con respecto al tema del clima. Haremos todo lo que podamos para que se tomen decisiones sobre la financiación europea en el Consejo Europeo, que se basen tanto en la contribución europea como en nuestra contribución en relación con los países en desarrollo y de este modo permitirnos enviar un mensaje firme e impulsar las negociaciones internacionales para que tengan todo el éxito posible en Copenhague. Tomar medidas concretas y adecuadas para combatir el cambio climático y poner en marcha una regulación mundial, es la tarea más seria e importante a la que se enfrenta nuestra generación. Estoy muy agradecida por el apoyo y compromiso que ha mostrado el Parlamento Europeo al respecto.
Margot Wallström, Vicepresidenta de la Comisión. – Señor Presidente, en primer lugar, muchas gracias por este animado e interesante debate. Es muy evidente la urgencia que hay en esta Cámara y en este debate de que se implante el Tratado de Lisboa. Como comprenderá, la Comisión, al igual que el Parlamento espera con impaciencia que entre en vigor este nuevo Tratado.
Todos sabemos que el proceso político de aprobación se ha concluido ya en todos los Estados miembros. Por supuesto que son los Estados miembros los que tienen que finalizar el proceso de ratificación y, al hacerlo, tienen que respetar sus procedimientos internos pero también está claro que ningún Estado miembro actúa de forma aislada; sus decisiones o demoras afectarán a todos.
Por supuesto esperamos que la República Checa esté pronto en posición de ratificar el Tratado. Además quisiera recordar a todo el mundo la cooperación leal que es uno de los principios y principales características de la UE. Creo que es vital que los Estados miembros puedan confiar unos en otros con respecto a los compromisos hechos.
Quiero comentar también el hecho de que muchos de los Estados miembros han hecho una distinción o división de la realidad —con el desempleo y la crisis económica— por un lado, y el texto del Tratado de Lisboa por otro, pero, evidentemente, la idea es que el texto del Tratado de Lisboa esté ahí para tratar estos temas y para que estemos mejor preparados para tomar decisiones eficaces sobre la política de inmigración o asilo, seguridad energética, etc. Ésta es la idea, y tenemos que unirlos y no dividirlos, pero esperamos que pronto podamos finalizar este eterno debate sobre cuestiones institucionales y seamos capaces de utilizar estos nuevos y eficientes instrumentos.
La Comisión está trabajando activamente para preparar la implantación del Tratado una vez entre en vigor. Sé que esta tarde dedicarán el debate al Servicio de Acción Exterior. Por tanto, no es momento de adentrarse en ese tema pero diría que nos enfrentamos a un reto real en este sentido.
Es un reto reunir a los diferentes protagonistas en el campo de las relaciones exteriores y el objetivo general es conseguir una sinergia diplomática. Se necesita determinado grado de pensamiento creativo respetando al mismo tiempo el equilibro interinstitucional.
También necesitamos que este Servicio responda totalmente ante esta Cámara: ante el Parlamento Europeo. Creo firmemente que el establecimiento de un Servicio de Acción Exterior puede ser un éxito si el Consejo, el Parlamento y la Comisión colaboran estrechamente. También tenemos que respetar el hecho de que son el Alto Representante y el Vicepresidente de la Comisión quienes tienen que presentar una propuesta de acuerdo con la Comisión.
Con respecto a otro tema importante: la Iniciativa Ciudadana Europea. La Comisión tiene la intención de presentar un Libro Verde a mediados de noviembre. Tenemos la intención de celebrar un amplio proceso de consulta con los ciudadanos, la sociedad civil y todas las partes interesadas para presentar estas propuestas legislativas muy pronto antes de que entre en vigor el Tratado de Lisboa.
Las consecuencias de la crisis económica y financiera aparecerán en los primeros puntos del orden del día del Consejo. Hemos escuchado que este tema en particular ha salido a relucir a menudo durante el debate. Estoy de acuerdo con los que dicen que no hay tiempo para autocomplacerse. Es cierto que las políticas en respuesta a la crisis están empezando a dar frutos —los mercados financieros se están empezando a consolidar y está mejorando la confianza— pero estamos lejos de recuperarnos y las consecuencias del desempleo son y seguirán siendo muy graves. Hay que seguir apoyando las políticas de mercado laboral.
Por supuesto que la Comisión —y digo esto en respuesta a las preguntas que se han planteado durante el debate— apoya su propuesta presupuestaria. Esperamos que el Parlamento también confirme esta ambiciosa propuesta con su voto. Como dijo ayer el Presidente Barroso en el turno de preguntas, lo que se ha hecho hasta el momento no es suficiente.
La situación del desempleo es tal que todos tenemos que hacer más a nivel europeo pero también a nivel nacional Nuestra principal preocupación actualmente es el desempleo y esperamos poder contar con el Parlamento Europeo para seguir trabajando en esto, y también presionar al Consejo y a nivel nacional para que se apruebe nuestra propuesta de facilitar la gestión de los fondos estructurales porque esto podría ayudar definitivamente.
Otra cuestión que se ha planteado es la carga administrativa. Este jueves, la Comisión adoptará una comunicación trascendental sobre la reducción de la carga administrativa. Esta comunicación recogerá lo que se ha logrado hasta el momento y lo que aún queda por hacer. También incluye el importante trabajo que ha realizado el grupo de Stoiber. Según este informe particular, el panorama es muy positivo y la propuesta sobre cómo ocuparnos de la reducción de la carga administrativa está en la mesa. Lamentablemente, la mayoría de estas propuestas dependen del Consejo de modo que una vez más esperamos que el Parlamento Europeo nos ayude a presionar a los Estados miembros para que realmente avancen en estas cuestiones.
Quisiera además decir algo sobre la supervisión de los mercados financieros que se ha incluido habitualmente en la agenda de la Comisión durante los últimos meses. Hay que crear un marco de supervisión completamente nuevo a nivel comunitario y nos complace ver que ha habido algunos progresos. Hay un amplio acuerdo en el Consejo sobre la propuesta de la Comisión sobre el establecimiento de una Junta Europea de Riesgo Sistémico para la supervisión macroprudencial del sistema financiero. Esperamos que el Parlamento nos dé su apoyo al respecto. Se necesitan muchos más esfuerzos con respecto a los organismos de supervisión microprudencial, y de nuevo contamos con la voluntad del Consejo y del Parlamento para llegar a una solución ambiciosa y eficaz cuanto antes.
Por último, permítanme decir algo sobre el tema que también ocupa los puestos más altos de la agenda de la Presidencia sueca: el cambio climático, porque sólo quedan unas semanas para la conferencia de Copenhague. Creo que muchos de ustedes han mencionado lo que será el tema central que determinará el éxito o el fracaso. Yo lo llamaría justicia climática porque se trata de la relación entre los países en desarrollo y los desarrollados, de la voluntad de presentar una propuesta creíble para la financiación de las medidas de mitigación y adaptación, y de la manera en la que mostramos también nuestra voluntad de liderar la causa.
La Comisión ha presentado una propuesta para la financiación y es el único organismo que lo ha hecho. Muchos la han criticado por no ser suficiente. Estoy segura de que no lo será pero es el primer paso y esperemos que también los demás contribuyan y pongan alguna propuesta sobre la mesa que podamos negociar en Copenhague. Por supuesto que continuaremos siendo totalmente activos y no bajaremos nuestro nivel de ambición sino que alentaremos al resto de partes y socios a que tomen parte y asiento en la mesa —incluido EE.UU., por primera vez— para que podemos responder a todas las preocupaciones de los ciudadanos.
Puedo asegurarles que no tenemos intención de reducir nuestras ambiciones sino que nos aseguraremos de trabajar de forma proactiva para lograr un buen acuerdo en Copenhague.
Presidente. – Se cierra el debate.
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Gerard Batten (EFD), por escrito. – Hay una creciente especulación de que Tony Blair puede ser designado el primer Presidente de la UE por el Tratado de Lisboa/Constitución Europea. Casi 38 000 personas en toda Europa han firmado una petición oponiéndose a su presidencia. Es fácil comprender por qué. Como Primer Ministro de Gran Bretaña, el señor Blair ha demostrado ser un mentiroso y un fantasioso. Con un salario de Primer Ministro relativamente modesto, ha conseguido misteriosamente convertirse en multimillonario. En el escándalo sobre el gasto de los diputados del parlamento que ahora envuelve a la Cámara de los Comunes, sólo el documento sobre los gastos de un diputado se ha perdido inexplicablemente: el del señor Blair. Comparto la repugnancia de los que se oponen a que el señor Blair sea presidente. Pero, ¿quién iba a ser mejor candidato a la presidencia de una Unión basada, como está, en el engaño, las mentiras y corrupción? El señor Blair llevó a Gran Bretaña al borde de la ruina. Podría hacer lo mismo con la UE. La UE y Tony Blair se merecen el uno al otro.
Ivo Belet (PPE), por escrito. – (NL) Señor Presidente, suponemos que el orden del día del próximo Consejo Europeo incluirá también la crisis económica, en particular, la situación con Opel. La adquisición de Opel y la ayuda estatal masiva prometida a este respecto es más que una prueba para Europa; se trata de la credibilidad de la Comisión Europea que tiene que asegurarse de que no se concede ayuda estatal ilegal. Es inaceptable que se cierren plantas prósperas y rentables porque el Estado miembro en el que se encuentran situadas no puede proporcionar tanta ayuda estatal como otro Estado miembro más grande y poderoso.
También tenemos que aprender del tema de Opel: aún no es tarde para presentar una estrategia europea coordinada para el sector automovilístico. El plan CARS 21 era y sigue siendo un plan digno de alabar pero está lejos de ser suficiente. Europa tiene que crear un plan más enérgico para el futuro que acelere de manera espectacular el desarrollo del vehículo eléctrico sostenible. Para ello necesitamos reunir a los fabricantes de vehículos europeos y concentrar los recursos del séptimo programa marco en esto. Es hora de que salgamos de nuestra postura defensiva y de dar a todos los trabajadores de la industria más grande de Europa una señal positiva.
Maria Da Graça Carvalho (PPE), por escrito. – (PT) Uno de los primeros objetivos del próximo Consejo Europeo será garantizar el éxito de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático que tendrá lugar en Copenhague en diciembre.
Las conclusiones del Consejo sobre la postura de la UE en Copenhague son fundamentales para asegurarnos de que la UE se expresa con una única voz. Es importante que mantengamos una postura de negociación ambiciosa. La UE debería demostrar que está unida y ser el ejemplo de liderazgo, especialmente mediante la ayuda a los países en desarrollo que se enfrentarán a costes de unos 100 000 millones de euros al año a partir de 2020 para adaptarse a los efectos del cambio climático y reducir sus emisiones.
Es esencial que establezcamos la estructura de un sistema de financiación para los países en desarrollo, en particular los menos desarrollados, y definamos las fuentes y las cantidades de esta financiación para garantizar que se llegue a un acuerdo en Copenhague.
Este acuerdo permitirá que entre en vigor un protocolo que reemplazará el Protocolo de Kyoto a partir del 1 de enero de 2013 y garantizará una reducción eficaz de las emisiones de gas de efecto invernadero a la vez que permitirá que la industria europea siga siendo competitiva en los mercados mundiales.
András Gyürk (PPE), por escrito. – (HU) Esperamos que para el último Consejo Europeo en octubre como muy tarde hayan desaparecido los últimos obstáculos que impiden que el Tratado de Lisboa entre en vigor. Este acuerdo puede inspirar en muchos aspectos a la UE para que tenga un proceso de toma de decisión más eficaz. Quisiera destacar un ejemplo: seguridad energética. Un signo de progreso es que se ha dado a la política energética una sección aparte en el Tratado de la CE que no tenía hasta ahora. Partiendo de lo que ha ocurrido en los últimos años creo que el nuevo capítulo establecerá las directrices de la política energética en la UE. Los objetivos que hay que apoyar incluyen la eficiencia energética, apoyo para la utilización de fuentes renovables y la interconexión de las redes. Como diputado de un nuevo Estado miembro estoy especialmente satisfecho de que el concepto de solidaridad también se encuentre en este nuevo capítulo energético. No obstante, el Tratado de Lisboa no nos presenta de ninguna forma, al menos en los que a política energética se refiere, una solución fácil. La introducción del nuevo capítulo es más una advertencia. Europa tiene que tomar medidas urgentes para reducir su dependencia y promover perspectivas ecológicas.
El Tratado de Lisboa en sí no ofrece ninguna garantía sólo una oportunidad. Ésta es una oportunidad para que los Estados miembros consoliden las bases de una política energética común, al mismo tiempo que son conscientes de sus propios intereses. El desarrollo de rutas de abastecimiento alternativas, la interconexión de las redes o incluso la provisión de protección contra compras externas no se puede concebir en el futuro sin el debido grado de determinación y cooperación política de los Estados miembros.
Iosif Matula (PPE), por escrito. – (RO) El impacto de la aprobación del Tratado de Lisboa de Irlanda se está sintiendo en todo el continente. Obviamente la finalidad de este Tratado es simplificar el proceso de la toma de decisiones tras la ampliación hacia el Este de la UE. En este momento, el mensaje transmitido por nuestros compañeros en Irlanda es a favor de la solidaridad entre los ciudadanos de Europa. También hablamos de uno de los últimos Consejos Europeos celebrado según el sistema de rotación de la presidencia de la UE. Este hecho es más que importante ya que la selección se realizará entre los que ocupen los puestos principales y se celebrará en los próximos años. Éste es un tema que ha ocasionado debates intensos y numerosas susceptibilidades políticas. En mi opinión, nuestra tarea es ocuparnos de un tema donde los principios tienen que tener prioridad sobre los sentimientos de orgullo del momento. Es nuestro deber ofrecer a la UE coherencia, eficiencia, un futuro a largo plazo y un desarrollo equilibrado para todas las regiones de modo que puedan enfrentarse a las dificultades de la fase política global ya sea de la crisis económica, el cambio climático, nuestra identidad común, etc. De hecho la UE adquirirá la fuerza que se merece sólo cuando estemos en el mismo punto a nivel mundial y cuando pueda ser identificada como una entidad que toma medidas de forma unida.