Presidente. – El siguiente punto del orden del día es el informe de José Manuel Fernandes, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre el Libro Verde de la Comisión relativo a la gestión de los biorresiduos en la Unión Europea [2009/2153(INI)] (A7-0203/2010).
José Manuel Fernandes, ponente. – (PT) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, en primer lugar quisiera rendir homenaje y dar las gracias a todos los que intervinieron a favor de este informe, que obtuvo una amplia mayoría en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, donde fue aprobado por 55 votos a favor, 3 en contra y 0 abstenciones. Quiero dar las gracias por el trabajo y la participación que han hecho posible su contenido.
Los biorresiduos representan aproximadamente un 30 % de los residuos sólidos urbanos. Cada año se producen más de 100 000 toneladas. No debemos olvidar que los residuos generan más de 109 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Constituyen la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, tras el sector energético, la industria y la agricultura.
Los biorresiduos deberían considerarse como un posible recurso y aprovecharse en todo su potencial. Desgraciadamente, hasta ahora grandes cantidades de residuos han sido depositados en vertederos, lo que ha tenido costes medioambientales.
La legislación en esta materia no es coherente. Tenemos una legislación que se recoge en diversos textos legislativos que exigen la armonización y una legislación que exige e impone claridad —otro tipo de claridad— y una mayor simplicidad. Es por ello que propugnamos una directiva específica, una directiva que brinde certeza y seguridad jurídica al público y a los inversores privados y, al mismo tiempo, respete las peculiaridades y el principio de subsidiariedad.
No obstante, esta directiva es esencial. En este informe abogamos como es lógico a favor de la jerarquía de los residuos y también a favor de la prevención, que debe considerarse desde una amplia perspectiva.
Los mejores residuos son aquellos que nunca se convierten en residuos. Es por ello que el público tiene opciones, por ejemplo, tratar de una forma diferente a los jardines con muchas plantas verdes o que requieren un elevado mantenimiento y producen grandes cantidades de residuos a fin de evitar que se produzca estas cantidades. Otro tanto puede decirse de la industria de la alimentación, en la que los envases de los alimentos se tiran porque su fecha de caducidad ya ha expirado.
Para aumentar el empleo es necesario sensibilizar al público y avanzar hacia una sociedad de reciclaje. Por cada 10 000 toneladas de residuos reciclados se pueden crear 250 empleos, mientras que tirar la misma cantidad en un vertedero sólo requiere diez empleos.
Los residuos son importantes en la lucha contra el cambio climático. Es importante luchar contra la degradación del suelo mediante un compostaje de alta calidad; asimismo pedimos que la Unión Europea regule este compostaje, ya que estos residuos son útiles para producir bioenergía.
Proponemos que el remedio se ajuste a los resultados. Por ejemplo, estimular la investigación científica del compostaje a fin de fomentar la innovación. Por último, pedimos una estrategia de desarrollo sostenible, inteligente e integrador para 2020.
Este es un informe ambicioso, pero también realista, pues queremos, por ejemplo, que la recogida selectiva de basuras sea obligatoria, de ser posible, desde una perspectiva económica y medioambiental de carácter local. Es por ello que he empleado la frase «propugnamos ambición, pero también realismo».
Jarosław Kalinowski (PPE). – (PL) Señor Presidente, quisiera expresar mi agradecimiento por este informe y decir que los biorresiduos no deberían tratarse como un problema o algo que contamina el medio ambiente y tiene un efecto negativo en la economía.
El uso adecuado de estos subproductos encierra un enorme potencial sin explotar. Una buena gestión de los biorresiduos nos permite producir energías renovables, lo que contribuye al crecimiento económico, limita el cambio climático a través de un proceso de reciclaje gestionado correctamente y ayuda a luchar contra la degradación del suelo gracias al uso de biorresiduos para producir compost de alta calidad. Como es lógico, para crear una infraestructura apta a este fin e incentivar a las empresas a investigar e introducir medidas innovadoras se requieren los recursos financieros adecuados. No obstante, los costes incurridos contribuirán a reforzar en el futuro la economía y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, de modo que valen la pena.
Seán Kelly (PPE). – Señor Presidente, quiero felicitar al señor Fernandes por su informe, que no podía resultar más oportuno, ya que en toda la Unión Europea, los ciudadanos intentan entender lo que sucede a nuestro mundo, el efecto del cambio climático y, sobre todo, qué pueden hacer para marcar la diferencia. Este mensaje ha tardado mucho en llegar, pero podemos verlo en las escuelas, pues en mi propio país cada vez más escuelas reciben una bandera verde. El mensaje se ha propagado a los padres y su entorno, y se presta mucha más atención a la forma en que abordan cosas como el reciclaje, etc. También puede verse en la agricultura, por ejemplo, los agricultores se han dado cuenta del daño que provoca un uso excesivo de fertilizantes, de modo que lo han reducido. Creo que ha llegado la hora de actuar y ayudar a la gente a que pueda contribuir al desarrollo de digestores anaeróbicos, etc., y como ha señalado uno de los oradores, a la creación de empleo para la nueva economía.
Csaba Sándor Tabajdi (S&D). – (HU) Quiero felicitar al señor Fernandes por su labor como ponente para el informe sobre el biogás de 2007. Los residuos biológicos son un subproducto natural de la producción agrícola y la silvicultura. Es por ello que no estoy de acuerdo con el ponente, ya que el estiércol es un elemento orgánico de la ganadería. Pido al señor Šefčovič que confirme lo que el Parlamento pidió en 2007, a saber, que la Comisión dedique recursos a la producción de biogás, algo que sería muy importante. El compostaje, como ha dicho el señor Kalinowski, es tanto o más importante. En el informe del señor Fernandes se pide que la Comisión Europea conceda ayudas para el compostaje de biorresiduos. Como ya se ha dicho, esta es una tarea esencial por razones agrícolas y de protección medioambiental, y también es importante reconocer que los nuevos Estados miembros se enfrentan a graves dificultades en lo relativo al biogás y el compostaje. Les ruego que tengan en cuenta la situación de cada Estado miembro.
Wojciech Michał Olejniczak (S&D). – (PL) Señor Presidente, yo también quiero expresar mis felicitaciones por el informe y destacar varios elementos que tienen importancia en toda la Unión Europea. Hasta ahora no hemos resuelto el problema derivado de la separación de residuos y, aunque algunos municipios han logrado hacerlo, un gran número de regiones, no sólo de Polonia, sino también de la Unión Europea, se encuentran muy atrasadas en este aspecto. Sin una separación eficaz no es posible aprovechar correctamente los biorresiduos, y en este aspecto existen muchas posibilidades, como ya se ha dicho.
Me refiero en particular a las plantas de biogás. Se trata de proyectos que deberían desarrollarse en toda la Unión Europea y recibir fondos —a nivel regional, pero también para plantas de biogás a nivel local—, porque la producción y distribución desde la planta resultan mucho más económicas que desde otros puntos de distribución.
Sonia Alfano (ALDE). – (IT) Señor Presidente, Señorías, este informe representa sin duda un buen trabajo y yo también quiero felicitar al ponente por él. Una de las primeras frases de la exposición de motivos me pareció muy positiva, por lo que deseo citarla literalmente: «…la política de gestión de residuos debe ser la transformación de la UE en una sociedad del reciclado».
Sin embargo, observo algunas contradicciones en ello. Por ejemplo, el hecho de que la recogida selectiva sea obligatoria siempre que represente la mejor opción desde el punto de vista medioambiental y económico. En otras palabras, las inversiones que realicen los Estados miembros en este ámbito no serán objeto de debate, incluso si van en contra de las directrices europeas.
De este modo, como ya se ha visto en el caso de la Directiva marco sobre residuos, la Unión Europea sólo ofrecerá algo más que sugerencias. Además olvidamos que es nuestra obligación —en virtud del principio de subsidiariedad, que las instituciones europeas muy a menudo dejan a un lado— dar respuestas ambiciosas e incisivas al problema de los residuos. Debemos fijar objetivos para la recogida selectiva y exigir su cumplimiento. Utilicemos las mejores prácticas, como las políticas de «cero residuos» aplicadas en algunas partes de los Estados Unidos, y hagámoslas obligatorias para todos los Estados miembros.
Julie Girling (ECR). – Señor Presidente, yo también quiero felicitar al señor Fernandes. Tras su lectura me parece que el informe enumera exhaustivamente todas las cuestiones relacionadas con los biorresiduos: vertederos, pérdida de un recurso energético y la necesidad de un control de calidad del compostaje; lo incluye todo.
Así pues, a mi gran pesar tengo que decir que tengo una objeción respecto a un parte del informe. El ponente no cuenta con mi apoyo cuando habla de un régimen obligatorio de recogida selectiva en toda Europa. Me opongo a ello en principio por motivos de subsidiariedad y, en particular, porque intenta fijar un método que, en muchos lugares, ha sido sustituido por las autoclaves de alta tecnología y otros métodos. En otros térmicos, ha quedado desfasado antes de su establecimiento, lo que arroja la peor luz posible sobre la regulación de la UE. Me opongo a la reacción visceral de pedir una mayor regulación en lugar de ofrecer incentivos, e insto a la Comisión a que mantenga su posición y no acepte la propuesta de obligatoriedad.
Piotr Borys (PPE). – (PL) Le agradezco, señor Presidente, que me haya dado la palabra. Quiero dar las gracias al señor Fernandes por su informe, que expone los medios para hacer frente a los residuos biodegradables. Me gustaría decir que un 30 % de estos residuos pueden utilizarse para hacer compost. Lógicamente, lo más importante es contar con un sistema de reciclaje. Desgraciadamente, las directivas en esta materia no han sido aplicadas de forma eficaz en los países de Europa Central y Oriental. Tenemos que mejorar nuestro rendimiento a la hora de reciclar, incluso el compostaje, que es la forma mejor y más natural de gestionar estos residuos.
Sin embargo, también parece muy legítimo examinar las posibilidades de recuperar energía. En este aspecto me gustaría citar el ejemplo de Dinamarca, país que hace el mayor uso posible de las plantas de gas en el sector de las energías renovables. Este es un ejemplo para toda Europa de cómo podemos gestionar el uso de las energías renovables a gran escala. Me parece legítimo que la futura agenda financiera —la Estrategia Europa 2020— contemple recursos para ayudar a un desarrollo de este tipo en los Estados miembros.
Maroš Šefčovič, Vicepresidente de la Comisión. – Señor Presidente, quiero comenzar dando las gracias al ponente, señor Fernandes, por su informe sobre los biorresiduos. También quiero dar las gracias a los miembros de la comisión parlamentaria por sus valiosas aportaciones a este tema tan importante.
Como Sus Señorías saben, la Comisión adoptó el 18 de mayo la comunicación sobre los futuros pasos para la gestión de los biorresiduos en la Unión Europea. Esta comunicación va acompañada de un anexo donde se presenta un análisis técnico detallado de las medidas que podrían adoptarse para mejorar la gestión de los biorresiduos en el conjunto de la UE y en cada uno de los Estados miembros. Durante la redacción de esta comunicación, nuestros servicios prestaron especial atención a los debates sobre biorresiduos del Parlamento Europeo. Me parece muy alentador que hayamos llegado a las mismas conclusiones generales, es decir, que aún es posible mejorar la gestión de los biorresiduos en la UE y que esta mejora puede arrojar resultados económicos y medioambientales positivos. También estoy de acuerdo en que la clave del éxito radica en una mejor aplicación de la legislación vigente, en particular la Directivas sobre vertederos. Sin embargo, como las políticas en materia de biorresiduos pueden diferir entre un país y otro, o incluso entre regiones, es necesario un análisis más detenido debido al principio de subsidiariedad.
La principal diferencia entre el planteamiento de la Comisión y el del ponente gira en torno a la cuestión de una posible directiva sobre biorresiduos. La Comisión estima que una directiva independiente ofrecería muy poco valor añadido. Es posible mejorar la gestión de los biorresiduos mediante la legislación vigente y la prevista. Por consiguiente, la Comisión tiene previsto iniciar una serie de acciones para mejorar la gestión de los biorresiduos, entre ellas, el establecimiento de criterios para la producción de compost de alta calidad por medio del procedimiento para determinar cuando un residuo deja de serlo contemplado en la Directiva marco sobre residuos, el análisis de la viabilidad de establecer normas mínimas para el uso de biorresiduos en la agricultura en el marco de la revisión de la Directiva relativa a la utilización de los lodos de depuradora en agricultura y el análisis de la posibilidad de fijar objetivos para la recogida selectiva o reciclaje de biorresiduos en el marco de la revisión de los objetivos de reciclaje de la Directiva marco sobre residuos que tendrá lugar a más tardar en 2014.
Creo que podemos satisfacer la esencia de las peticiones del Parlamento por medio del paquete de medidas que propone la Comisión, y por ello agradezco a Sus Señorías su disposición a seguir cooperando en este expediente tan importante y complejo.
Presidente. – Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar mañana, 6 de julio, a las 12.00 horas.
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Pavel Poc (S&D), por escrito. – (CS) En la Unión Europea se producen cada año entre 118 y 138 millones de toneladas de biorresiduos, de los cuales 88 millones de toneladas corresponden a residuos urbanos biodegradables. Hasta un 40 % de los biorresiduos va a parar a los vertederos. Tal práctica genera un considerable riesgo de contaminación de los acuíferos y el suelo, y contribuye igualmente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Conlleva también la eliminación irreversible de fuentes de material biológico de las empresas y el ciclo natural, en lugar de utilizarlas para hacer compost de alta calidad a fin de aumentar la productividad de las tierras y la capacidad de estas para retener agua. En relación con la necesidad de hacer un amplio uso del compost en la agricultura, sería conveniente que la Comisión ejerciera presión para desbloquear la Directiva marco sobre suelos en el Consejo de la UE. Una deficiencia fundamental en el ámbito del tratamiento de los biorresiduos son las diferencias de aplicación de la legislación vigente en los Estados miembros. Por ello me felicito y apoyo plenamente la petición de que la Comisión elabore una propuesta de directiva independiente sobre el tratamiento de los biorresiduos a más tardar a finales de 2010. La posición de la Comisión en esta materia debe cambiar para actuar con mayor iniciativa y ambición que en el pasado. También considero que es indispensable reforzar los establecimientos de formación en tratamiento de residuos. La mejor manera y la más necesaria de promover el reciclaje y de evitar la producción de residuos es crear la demanda pública necesaria. La forma más directa para lograrlo consiste en educar a los jóvenes y en incluir el tratamiento sostenible de residuos entre nuestras normas sociales.
Daciana Octavia Sârbu (S&D), por escrito. – Una gestión eficaz de los biorresiduos puede ofrecer numerosos beneficios para el medio ambiente, como la mejora de la calidad de los suelos y la producción de energías renovables en forma de biogás. Por ello apoyo las medidas que aumenten y mejoren la recogida y tratamiento de los biorresiduos. Sin embargo, el carácter obligatorio de los sistemas de recogida y la manera de calcular los objetivos en materia de recogida serán cruciales. En Rumanía, muchas pequeñas explotaciones ya reciclan los biorresiduos, si bien este reciclaje no sería reconocido como un sistema de recogida porque nunca entra en el flujo oficial de residuos. Así pues, la futura directiva y los objetivos de recogida de biorresiduos deben presentar la suficiente flexibilidad para permitir importantes diferencias a nivel nacional y regional.