Presidenta. − El siguiente punto del orden del día es el debate sobre siete propuestas de resolución sobre Zimbabue, en particular el caso de Farai Maguwu(1).
Anneli Jäätteenmäki, autora. – (FI) Señora Presidenta, las violaciones de los derechos humanos en Zimbabue han sido debatidas anteriormente por este Parlamento. Por desgracia, una vez más nos vemos obligados a tratarlas. Esta vez es el caso del activista a favor de los derechos humanos Farai Maguwu. Él es simplemente un prisionero de la conciencia. Ha sido detenido y encarcelado por defender los derechos humanos de los demás y por proporcionar a los medios de comunicación información sobre los derechos humanos en ese país.
El Parlamento Europeo está pidiendo su liberación y que todas las violaciones de los derechos humanos que se producen en Zimbabue sean investigadas y, obviamente, se ponga fin a las mismas. Este caso es especialmente flagrante y, tal como están las cosas, particularmente desagradable, por el hecho de que alguien que defiende los derechos humanos de otras personas tenga que sufrir.
Véronique De Keyser, autora. – (FR) Señora Presidenta, detrás del caso de Farai Maguwu está el problema de las minas de diamantes.
Zimbabue es miembro voluntario del proceso de Kimberley, que permite a los miembros firmantes vender diamantes en el mercado internacional con tal de que esa comercialización no financie el conflicto armado. Sin embargo, durante la reunión del proceso de Kimberley celebrada los días 20-21 de junio en Tel Aviv, los participantes no lograron alcanzar un acuerdo respecto a la siguiente cuestión: ¿no deberían estar integrados también los derechos humanos en el proceso de Kimberley? Varias ONG han condenado las violaciones de los derechos humanos que se producen en las minas de diamantes de Zimbabue, violaciones cometidas por los servicios de seguridad. Uno de sus informantes era Farai Maguwu, director del Centro de Investigación y Desarrollo sobre los derechos humanos, con sede en Manicaland. Por eso el señor Maguwu fue detenido el 3 de junio y por eso, desde entonces, ha permanecido detenido en condiciones muy duras, al haber incumplido supuestamente las disposiciones de seguridad del país. Esto es claramente inaceptable.
Por medio de esta resolución pedimos la liberación inmediata del detenido, la desmilitarización de la minería, la inclusión de los derechos humanos en las cláusulas del proceso de Kimberley y la redistribución de la abundancia de diamantes entre el pueblo, por ejemplo, a través de un fondo soberano dedicado a ello.
También pedimos a la Comisión y al Consejo que se mantengan muy alerta con respecto a las cuestiones de la buena gobernanza y la democracia en Zimbabue y en el diálogo que estamos manteniendo con este país, que se ha caracterizado por su progreso insuficiente.
Judith Sargentini, autora. − (NL) Señora Presidenta, estamos debatiendo sobre dos cuestiones o, más bien, para ser exactos, sobre una persona y una cuestión. En primer lugar, nos estamos ocupando del caso de Farai Maguwu, un ser humano y un activista en pro de los derechos humanos, que fue detenido en Zimbabue y posteriormente maltratado duramente en prisión. En segundo lugar, nos estamos ocupando del extraño papel que ha desempeñado el observador del proceso de Kimberley. Este observador se supone que debe supervisar la situación en Zimbabue, sin embargo, lo que realmente ha hecho ha sido establecer contactos con el Gobierno de Zimbabue y utilizar información que recibía del señor Maguwu, poniendo al señor Maguwu en una situación delicada. Por último, también nos estamos ocupando el proceso de Kimberley en sí mismo.
En mi función anterior como miembro de un grupo de presión para las organizaciones de desarrollo, participé en las negociaciones para introducir este sistema. Ha demostrado ser un sistema satisfactorio. Ha interrumpido o disminuido la financiación de las guerras del Congo, Angola, Sierra Leona y Liberia obtenida a través de la venta de diamantes. Sin embargo, ahora corremos el riesgo de que el sistema Kimberley se use para legitimizar otra práctica, que son las violaciones de los derechos humanos por parte de los regímenes. No están incluidos en esta resolución y por eso pedimos que se haga una modificación. Esta resolución del Parlamento envía el mensaje de que los diamantes procedentes de conflictos, o «diamantes de sangre», son lo único que importa. Después de todo, todos los diamantes son extraídos en condiciones espantosas. Eso supondría un enorme paso adelante, porque nos permitiría denunciar no sólo la situación de Zimbabue, sino también los ya antiguos abusos de los derechos humanos por parte del régimen angoleño contra Lunda Norte y Lunda Sur. Hasta ahora, no hemos logrado nada en ese sentido, porque el sistema Kimberley es una colaboración de países que ven con malos ojos a otros países que interfieren en sus asuntos internos. Sin embargo, esta señal del Parlamento Europeo podría ser la primera de una serie de señales que lleven el cambio hasta allí.
Alain Cadec, autor. − (FR) Señora Presidenta, en primer lugar, he de decir que, en comparación a esta mañana, por fin hay un poco de paz y tranquilidad en esta Cámara.
Señorías, he respaldado la resolución sobre la situación de los derechos humanos en Zimbabue, en particular el caso de Farai Maguwu, porque nuestro Parlamento no puede quedarse mudo ante las violaciones de los derechos humanos y las libertades fundamentales que se llevan cometiendo ya varias décadas en Zimbabue.
El director del Centro de Investigación y Desarrollo, Farai Maguwu, fue detenido por las autoridades de su país tras condenar las violaciones de los derechos humanos cometidas en los campos de diamantes. Al hacerlo estaba simplemente ejerciendo su derecho de libertad de expresión y su derecho a buscar información sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales en sí mismas. El Parlamento pide su liberación y que Zimbabue respete los derechos políticos y las libertades fundamentales, a fin de permitir a la sociedad civil expresarse sin miedo.
Asimismo, Zimbabue debe aferrarse escrupulosamente a los compromisos que adquirió sobre la producción de diamantes en el contexto del proceso de Kimberley, para así evitar el círculo vicioso de financiar el conflicto armado.
Marie-Christine Vergiat, autora. − (FR) Señora Presidenta, la Cámara está tranquila, incluso diría que quizá está demasiado tranquila, y lamento que no seamos más los interesados en estas cuestiones. Decir que la situación de Zimbabue es trágica es desgraciadamente una subestimación. Es trágica en lo que respecta a la economía, la sociedad y, sobre todo, la democracia, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos. Las últimas elecciones tuvieron lugar en un clima de miedo. La detención de Farai Maguwu, director del Centro de Investigación y Desarrollo, después de tener una entrevista con el señor Chikane, un observador del proceso de Kimberley, es, por desgracia, tan sólo un episodio más que añadir a la larga lista de abusos de los derechos humanos cometidos en ese país.
Las condiciones de la minería en los campos de diamantes de Marange son especialmente terribles: trabajos forzados, tortura, contrabando e incluso homicidios; todo está bajo control militar y se hace en beneficio de los amigos del señor Mugabe. El tiempo y, una vez más, estas condiciones han sido condenadas por ONG, incluida la del señor Maguwu. Por eso resulta tan sorprendente que el señor Chikane haya presentado un informe positivo en el que concluye que la mina del yacimiento cumple con los requisitos establecidos por el proceso de Kimberley. La reunión entre períodos de sesiones de Tel Aviv no consiguió que se alcanzar una decisión sobre el seguimiento de este informe. Señora Comisaria, ¿puede confirmarnos que, ante la falta de consenso entre los Estados miembros, la Unión Europea, de hecho, se ha opuesto a la continuación de las exportaciones legales de diamantes de Zimbabue; que hará lo mismo en la conferencia de San Petersburgo; que luchará por la ampliación del proceso de Kimberley para que se incluya el respeto de todos los derechos humanos; y que hará todo lo posible para asegurar que los Estados miembros toman las medidas necesarias para impedir la importación de diamantes de Zambabue, mientras se siga dando esa situación allí? ¿Puede ayudarnos a entender el razonamiento que hay tras la decisión del señor Chikane de dar luz verde, cuando parece ser que algunas de las anotaciones de sus expedientes han sido incautadas por agentes de los servicios secretos?
La Unión Europea es el principal contribuyente de ayuda humanitaria a Zimbabue. Su actitud en este sentido debe ser ejemplar. Debe mantener sus posiciones. ¿Puede decirnos qué posición tomará la Unión Europea en San Petersburgo?
Geoffrey Van Orden, autor. − Señora Presidenta, desde que fui elegido en 1999, he hecho todo lo posible por movilizar a la oposición de este Parlamento ante el enorme catálogo de injusticias que Mugabe y sus secuaces han infligido sobre el pueblo de Zimbabue. Tengo que decir que es un área en la que esta Cámara habla con una sola voz.
Hoy estamos debatiendo sobre el abuso sistemático de los trabajadores de los campos de diamantes de Zimbabue por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno. Zimbabue es un miembro de pleno derecho del proceso de Kimberley, el órgano informal que dirige el comercio global de diamantes en bruto y que hasta ahora ha hecho poco por detener dichos abusos. Hago un llamamiento al proceso de Kimberley para que piense en medidas duras que aplicar contra Zimbabue por su incumplimiento y me uno a la condena de la reciente detención de Farai Maguwu, un hombre con conciencia, que se atrevió a exponer la violencia cometida por las fuerzas de seguridad zimbabuenses en Chiadzwa.
El Gobierno de Zimbabue debe liberar inmediatamente al señor Maguwu y, en realidad, a todos los demás presos políticos, y deberíamos recordar que el derecho a la libertad de expresión fue uno de los principales compromisos adquiridos por todas las partes en el acuerdo político global del año pasado. De momento, las necesidades médicas y alimentarias básicas de una amplia sección de la población zimbabuense están cubiertas con la ayuda internacional. El Gobierno de Zimbabue debería utilizar los importantes ingresos que probablemente generen las minas de diamantes para crear un fondo fiduciario del diamante para activar la economía y proporcionar la financiación sanitaria, educativa y social que actualmente proporcionan los donantes internacionales.
Lamentablemente, Zimbabue aún tiene un largo camino que recorrer antes de que podamos decir que su pueblo vive en libertad y democracia, y en un Estado de Derecho respetado. Es hora de que se produzca un cambio drástico y que la UE y los países del África Meridional ejerzan más presión para conseguir llevar la buena gobernanza a Zimbabue.
Michael Gahler, en nombre del Grupo PPE. – (DE) Señora Presidenta, el hecho de que Farai Maguwu fuera detenido por publicar información sobre las condiciones existentes en los campos de diamantes de Marange demuestra quién tiene realmente el poder y dónde están actualmente los que tienen el poder en Zimbabue, y que el Gobierno de unidad nacional, este forzado gobierno de coalición, de hecho sólo ejerce su poder en la parte antigua, es decir, en la zona en la que viven aquellos que son mantenidos por el señor Mugabe.
Por esta razón, creo que es importante que sigamos denunciando estas condiciones y que, como Unión Europea, sigamos manteniendo nuestra lista negra de aquellos que siguen reprimiendo al pueblo de Zimbabue.
Puesto que los que detuvieron a Farai Maguwu son los que al mismo tiempo se están aprovechando de las minas de diamantes y se están embolsando las ganancias de las ventas sin ponerlas a disposición del pueblo a través del presupuesto nacional, espero que denunciemos esta situación con una amplia mayoría y que tanto la UE como el África Meridional exijan de manera definitiva que se ponga fin a estas condiciones.
Michael Cashman, en nombre del Grupo S&D. – Señora Presidenta, las cosas han mejorado en Zimbabue, pero desgraciadamente no han mejorado lo suficiente. Hemos presenciado la campaña contra el señor Maguwu y contra otros defensores de los derechos humanos. También hemos presenciado el encarcelamiento y la detención de lesbianas, gays y bisexuales involucrados en la prevención y el asesoramiento acerca del VIH.
Si me levanto y hablo como inglés que soy, lo rechazarán. Como europeos, nos rechazarán. Pero permítanme decirles una cosa evidente a los países africanos: saben que lo que está ocurriendo en Zimbabue no está bien. Como no hagan algo de manera colectiva, perderán toda autoridad moral en el continente y en el mundo. Hablamos de que África está en sus manos y el futuro de África está en sus manos. Apartarse y no hacer nada mientras la gente es detenida por tratar de sacar a la luz violaciones de los derechos humanos y defender a mujeres y hombres de a pie, no hacer nada, África, significa convertirse en cómplice.
Paweł Robert Kowal, en nombre del Grupo ECR. – (PL) Señora Presidenta, siempre estamos buscando formas eficaces de influenciar a países que no pertenecen a la Unión Europea ―influenciar para lograr un cambio y una decisión para defender los derechos humanos―. Estas formas nunca deberían afectar a la población o la ayuda humanitaria, sino que hemos de buscar una forma inteligente de presionar al régimen del Presidente Mugabe que garantice que no se vuelvan a repetir nunca más situaciones como la de Farai Maguwu.
Respecto al asunto de la protección de los derechos humanos, se trata de una cuestión de credibilidad fundamental por nuestra parte. En este sentido, he de decir claramente que «hay que ser consecuente con lo que se dice». Los derechos humanos se defienden o no se defienden. No debemos contentarnos con pequeños avances. Tengo la impresión de que en algunas de las intervenciones había un elemento de satisfacción por los pequeños avances. Lo hemos dicho claramente: el Gobierno del Presidente Mugabe no tiene legitimidad y sus acciones merecen ser condenadas ―y deberíamos decirlo de forma más explícita―.
Cristian Dan Preda (PPE). – (RO) Yo también quisiera unirme a aquellos que han pedido en esta Cámara la liberación inmediata de Farai Maguwu. Debemos condenar las condiciones de detención a las que ha sido expuesto, así como la violación de sus derechos humanos básicos durante los procedimientos.
Como saben, el papel de las organizaciones de la sociedad civil es esencia, no sólo para garantizar el éxito del proceso de Kimberley, sino también para salvaguardar la democracia en Zimbabue en general.
Sin embargo, ese país no podrá avanzar por el camino hacia la democracia si los activistas en favor de los derechos humanos son obligados a mantener silencio cuando los medios de comunicación internacionales también ponen de relieve las violaciones que se han cometido.
También quiero insistir en que las autoridades zimbabuenses deben investigar con imparcialidad las violaciones de los derechos humanos cometidas en los campos de diamantes y llevar ante los tribunales a los responsables de dichas acciones. La palabra clave en este caso es la transparencia. Los ciudadanos de Zimbabue tienen derecho a estar informados, lo cual significa que las autoridades deben cumplir con los compromisos que han adquirido voluntariamente como parte del proceso de Kimberley.
Ana Gomes (S&D). – (PT) El caso de Farai Maguwu ilustra la brutal represión que hay en Zimbabue y la necesidad de ampliar el alcance del proceso de Kimberley. Los diamantes no solamente deberían ser certificados como limpios de crímenes de guerra, sino también de violaciones de derechos humanos, incluidas las cometidas por países y empresas explotadoras.
La explotación de los diamantes juega su papel en la lucha contra la pobreza y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Según Global Witness, en 2008 África exportó 393 000 millones de dólares estadounidenses en petróleo y minerales, lo cual equivale a nueve veces la cantidad total de ayuda que recibió el continente. El buen uso de los recursos naturales en beneficio de la población local puede ser crucial a la hora de fortalecer el Estado de Derecho, fomentar la responsabilidad social entre las empresas y, por tanto, garantizar los derechos humanos.
En este sentido es vital que la Unión Europea adopte mecanismos para luchar contra la corrupción en la explotación de minerales, como han sostenido varios diputados, especialmente a través de la petición en línea que se encuentra en www.stopcorruption.eu, la cual les invito a firmar a todos ustedes.
Franz Obermayr (NI). – (DE) Señora Presidenta, me alegro mucho de que el caso Maguwu se haya planteado hoy, ya que no es más que la punta del iceberg, y ya que nosotros lo presentamos tan bien: los inicios problemáticos en todo lo alto. Robert Mugabe, que un día fue un luchador con habilidades políticas en favor de los derechos de la población negra, es ahora un brutal dictador y es responsable del hundimiento de la economía, la escasez y el terror político de este país.
Su reforma del territorio, que empezó de forma caótica, por fin ha alcanzado su momento crítico con la expropiación de los agricultores blancos, el país se ha convertido en un terreno baldío y el 94 % de la población está desempleada. Al terminar el día, cualquiera que hoy detenga a activistas como el señor Maguwu, les amenace con ir a la cárcel y con tortura, y además amenace a sus familiar, no estará cumpliendo los criterios que también hay que cumplir en el proceso de Kimberley.
Estoy de acuerdo con la anterior oradora en que también tenemos que englobar la protección de los derechos humanos en el proceso de Kimberley. En vez de estar exigiendo y quejándonos solamente, tenemos que actuar de manera coherente y apoyar a los demás países, así como imponer sanciones para presionar a Zimbabue, incluso hasta el punto de excluirlo del proceso de Kimberley.
Filip Kaczmarek (PPE). – (PL) Señora Presidenta, todos sabemos que los diamantes pueden ser una bendición, pero también pueden ser una maldición. Deseamos lo mejor para Zimbabue y su pueblo, y queremos que los cambios que se están produciendo en Zimbabue lleven un día a una total y constructiva transformación. Hoy, sin embargo, estamos hablando de alguien para quien los diamantes se pueden convertir en una maldición. Farai Maguwu fue detenido acusado de publicar información perjudicial para el país. De hecho, esto ocurre a menudo ―las autoridades de algunos países no entienden que su reputación queda dañada y degradada por las acciones de aquellos que violan los derechos humanos, y no por los que sacan a la luz y publican dichas violaciones―. Así pues, la liberación de Farai Maguwu es una cuestión que conviene al propio Zimbabue, y espero que las autoridades tengan en cuenta nuestra petición a este respecto.
Conocemos ejemplos constructivos del uso de los diamantes para lograr un desarrollo correcto. Botsuana es uno de estos casos. Por tanto, nuestra petición de que las ganancias obtenidas a partir de los diamantes se utilicen para cubrir las necesidades sanitarias, educativas y sociales está justificada y es factible.
Corina Creţu (S&D). – (RO) El caso que nos ocupa hoy, relativo al encarcelamiento y la detención de Farai Maguwu hace ya más de un mes, refleja el escaso progreso logrado en Zimbabue en cuanto al respeto de los derechos humanos. También llama la atención sobre la grave situación que se vive en los campos de diamantes de la parte oriental del país, donde el ejército es a menudo acusado de cometer delitos, actos de violencia y abusos graves.
En los últimos 30 años, el régimen de Mugabe ha arruinado Zimbabue y lo ha convertido en un desastre humanitario. Los «diamantes de sangre» son prueba del cinismo mostrado por los círculos del gobierno, que carecen de escrúpulos y de todo respeto por sus propios ciudadanos.
Zimbabue está violando las normas estipuladas por el Sistema de certificación del proceso de Kimberley para la venta de diamantes en bruto. Creo que la Unión Europea debe ofrecer un apoyo más activo a este órgano de cooperación a fin de reforzar el aspecto moral del comercio de diamantes en un esfuerzo por acabar con el tráfico de diamantes que financia conflictos y grupos armados, y proviene de la bárbara explotación.
Pedimos la liberación inmediata de Farai Maguwu y apelamos a la diplomacia europea para que considere la opción de adoptar duras sanciones contra el régimen de Harare para que detenga el maltrato de los activistas en pro de los derechos humanos y ponga fin a la sangrienta esclavitud de los campos de diamantes.
Tunne Kelam (PPE). - Señora Presidenta, han pasado menos de cinco semanas desde que Farai Maguwu fue detenido por las autoridades zimbabuenses. Desde entonces ha permanecido detenido en condiciones desconocidas y privado de sus derechos personales.
Me alegra que este Parlamento se una para pedir su liberación inmediata, pero me preocupa que su detención pueda suponer un revés para los resultados de la reunión de Tel Aviv y el proceso de Kimberley.
Como ha mencionado nuestro colega, el señor Van Orden, se está ejerciendo un abuso sistemático de los trabajadores en las minas de diamantes, y la situación en Zimbabue es muy típica, con grandes ganancias procedentes de las exportaciones de minerales que no se reflejan en las condiciones de vida de la población, que sigue viviendo en la pobreza y contrayendo enfermedades. También estoy de acuerdo en que los países africanos tienen un importante papel que desempeñar a la hora de mejorar las condiciones que hay allí. Apoyo el diálogo con Zimbabue de la Comisión Europea a condición de que el señor Maguwu sea liberado y el proceso de Kimberley sea abordado por las autoridades zimbabuenses.
Charles Tannock (ECR). - Señor Presidente, en los 30 años que han transcurrido desde que Mugabe llegó al poder, Zimbabue ha pasado de ser la cesta del pan a ser el platillo para las limosnas del África Meridional. La última década en Zimbabue se ha caracterizado por el empobrecimiento sistemático y deliberado de la mayoría de los 12 millones de ciudadanos de Zimbabue. Sin embargo, algunos amigotes de Mugabe, concretamente los dirigentes militares, se han hecho sumamente ricos mediante el control de terrenos expropiados y recursos minerales.
Farai Maguwu ha tratado valientemente de poner al descubierto asesinatos extrajudiciales y abusos de los derechos humanos por parte del ejército, que controla muchas de las minas de diamantes de Zimbabue. Inevitablemente, la riqueza de estas minas ahora está financiando a los secuaces de Mugabe. Por tanto, se debería rechazar la readmisión de Zimbabue en el proceso de Kimberley. La UE también debería tratar de reforzar y ampliar las sanciones impuestas a aquellos que se han enriquecido en Zimbabue gracias al comercio de los llamados «diamantes de sangre». Por supuesto, Farai Maguwu, que estaba ejerciendo su derecho fundamental de libertad de expresión, debería ser liberado de su detención inmediatamente.
Joanna Katarzyna Skrzydlewska (PPE). – (PL) Señora Presidenta, las decisiones tomadas en 2000, y aprobadas posteriormente por los gobiernos de los países interesados y la industria internacional de los diamantes en 2003 en Kimberley, estaban motivadas por la idea de acabar con el comercio de «diamantes de sangre». Se alcanzó un acuerdo relativo a los movimientos de los rebeldes que estaban utilizando el dinero ganado con la venta de diamantes para financiar la guerra ilegal que pretendía derrocar a las autoridades nacionales elegidas legítimamente. Los movimientos de este tipo son la causa de la desestabilización interna y el conflicto que tiene lugar actualmente en muchos países de África.
Así pues, nos preocupan los informes sobre violaciones de los derechos humanos y las muertes de muchos civiles después de que el ejército y la policía se hicieran con el control de la mina de diamantes de Marange. Apelamos al Gobierno de Zimbabue para que aplique todas las medidas necesarias conforme a las resoluciones del proceso de Kimberley para restaurar el funcionamiento normal de la mina. Asimismo, condenamos las detenciones ilegales que se están produciendo y exigimos la liberación de Farai Maguwu.
Angelika Werthmann (NI). – (DE) Señora Presidenta, Señorías, el proceso de Kimberley es una iniciativa llevada a cabo por representantes de los gobiernos, la industria del diamante y la sociedad civil con el objetivo de poner fin de manera definitiva al comercio internacional de los llamados «diamantes de sangre».
En 2008 ya se habían detectado incumplimientos de las normas del proceso de Kimberley en los campos de diamantes de Marange. Farai Maguwu es uno de los valientes activistas defensores de los derechos humanos que documenta casos de trabajos forzados, tortura y violencia en sus países de origen. El Gobierno de Zimbabue se unión voluntariamente al proceso de Kimberley; debemos insistir en que las obligaciones que ello implica sean cumplidas.
Kristalina Georgieva, Miembro de la Comisión. − Señora Presidenta, agradezco mucho el debate que está teniendo lugar hoy en esta Cámara.
La reunión entre periodos de sesiones del proceso de Kimberley que se celebró en Tel Aviv los días 21-24 de junio de este año estuvo muy empañada por la detención del señor Farai Maguwu. La Comisión comparte las preocupaciones del Parlamento Europeo y ha insistido en que el señor Maguwu sea tratado con todo respeto por su derecho legal de defensa. La delegación de la UE está supervisando esta situación muy de cerca. Está en contacto con los abogados del señor Maguwu, lo cual refleja nuestra estrategia local de apoyar a los defensores de los derechos humanos y reforzar su protección.
También le hemos pedido a Zimbabue que reafirme su compromiso con la función de la sociedad civil en el proceso de Kimberley. Aunque el mandato del proceso de Kimberley esté centrado en impedir el comercio de diamantes procedentes de conflictos, está claro que este proceso no puede funcionar en el vacío e ignorar las cuestiones relacionadas con los derechos humanos. Ese ha sido un mensaje muy firme que se ha expresado hoy en esta Cámara —aún más si reconocemos que el respeto por los derechos humanos es un principio que subraya el verdadero objetivo del proceso de Kimberley—.
En cuanto a la reunión de Tel Aviv en sí misma, la UE apoyó la aplicación continuada de la Decisión de Swakopmund y el programa de trabajo conjunto para hacer que la cooperación minera en Marange cumpla con las normas del proceso de Kimberley, incluida la aplicación del denominado mecanismo de exportación supervisado. Creemos que un mayor compromiso con Zimbabue en el marco del proceso de Kimberley ofrecerá una gran oportunidad, no sólo para garantizar el cumplimiento técnico del proceso de Kimberley en el yacimiento de Marange, sino también para mejorar la gobernanza en este sector crítico de la economía y, en última instancia, mejorar la situación de los derechos humanos en Marange.
Por todas estas razones la UE ha pedido a Zimbabue que mantenga un compromiso firme con el proceso de Kimberley y el programa de trabajo conjunto, para que los diamantes de Marange puedan, en algún momento y a su debido tiempo, contribuir al desarrollo económico de Zimbabue. Nuestro objetivo es que los participantes en el proceso de Kimberley y Zimbabue intensifiquen sus esfuerzos para alcanzar un consenso respecto a este difícil asunto, con el espíritu de diálogo y cooperación que siempre ha presidido este proceso.
Por último, es importante que el Parlamento esté informado de que, en la reunión con los ministros de Zimbabue en representación del Gobierno de unidad nacional del 2 de julio, la baronesa Ashton, Alta Representante y Vicepresidenta, recordó que la aplicación del acuerdo político global, el cual aborda nuestra preocupación sobre los derechos humanos, el Estado de Derecho y los principios democráticos, es clave para lograr normalizar las relaciones con la UE.
Como ya mencioné antes, para nosotros es muy importante que Zimbabue respete el Estado de Derecho y los derechos humanos. Es una cuestión que hemos planteado en varias ocasiones y en distintos foros. La Comisión financia, y seguirá financiando, una gran variedad de actividades en Zimbabue, en colaboración con organizaciones de la sociedad civil. Seguiremos buscando y respaldando formas de crear y mantener un ambiente político abierto en el que los derechos humanos y las libertades se respeten plenamente.
En cuanto a la posición de la Comisión respecto al comercio de diamantes procedentes de Zimbabue, ya pedimos que se llevara a cabo una auditoría de las reservas existentes de diamantes antes de seguir avanzando en el debate sobre la continuación limitada de las exportaciones. La UE está invitada a la sesión a puerta cerrada con los principales interesados convocada por la Presidenta del proceso de Kimberley al margen de la reunión del Consejo mundial sobre diamantes del 14 de julio en San Petersburgo, donde seguiremos debatiendo sobre esa cuestión.
Presidenta. − Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar en breve.
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Monica Luisa Macovei (PPE), por escrito. – Me uno a las voces que piden la liberación de Farai Maguwu. Fue detenido por proporcionar información sobre el proceso de Kimberley. Él mismo se entregó a la policía después de que los miembros de su familia fueran golpeados, detenidos y encarcelados, y los miembros que trabajaban en su organización se escondieran. La detención arbitraria del señor Maguwu es un mensaje de intimidación que el Gobierno de Zimbabue está enviando a los defensores de los derechos humanos y a los ciudadanos libres del país, para impedirles que informen sobre las realidades de Marange. Farai Maguwu debe salir de la cárcel inmediatamente. El Gobierno debería devolver todos los ordenadores, archivos y materiales confiscados que pertenecen a su organización, cesar el acoso del personal de la organización y establecer una investigación independiente sobre las circunstancias que llevaron a la detención y el encarcelamiento del señor Maguwu. La Comisión y el Consejo deben abordar urgentemente esta petición al Gobierno de Zimbabue y hacer que sea una petición no negociable.