Presidenta. – El siguiente punto del orden del día es el debate sobre:
– la pregunta oral (O-0149/2010) presentada por Sophia in ‘t Veld y Alexander Alvaro, en nombre del Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa, y Birgit Sippel, en nombre del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, a la Comisión: Transferencia de datos a los Estados Unidos por parte de los Estados miembros sobre la base de los Memorandos de Entendimiento (B7-0555/2010),
– la pregunta oral (O-0160/2010) presentada por Rui Tavares y Marie-Christine Vergiat, en nombre del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, a la Comisión: Transferencia de datos a los Estados Unidos por parte de los Estados miembros sobre la base de los Memorandos de Entendimiento (B7-0558/2010), y
– la pregunta oral (O-0168/2010) presentada por Jan Philipp Albrecht, en nombre del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, a la Comisión: Transferencia de datos a los Estados Unidos por parte de los Estados miembros sobre la base de los Memorandos de Entendimiento (B7-0561/2010).
Sophia in 't Veld, autora. – Señora Presidenta, seré muy breve. Creo que la pregunta oral es muy clara. En estos momentos, estamos trabajando sobre el paquete de registro de nombres de los pasajeros (PNR). La Comisión ha elaborado tres proyectos de mandato para las negociaciones con los Estados Unidos, Canadá y Australia. Mientras tanto, sin embargo, los Estados miembros están negociando bilateralmente con los Estados Unidos sobre la transferencia de datos de carácter personal, o más bien, sobre permitir el acceso de los Estados Unidos a bases de datos europeas, incluidos los datos de los pasajeros.
Antes de esta Cámara pueda adoptar una posición sobre cualquier propuesta del PNR o cualquier acuerdo del PNR, necesitamos saber cuál es la situación. Si los Estados miembros están haciendo acuerdos bilaterales con los Estados Unidos para transferir datos del PNR, entonces, me pregunto qué es lo que hacemos nosotros en esta Cámara.
También me han dicho —pero no hay forma de verificar esto, porque los acuerdos bilaterales y las negociaciones bilaterales son de carácter secreto— que podrán referirse a los datos del PNR de los ciudadanos de terceros países o ciudadanos de la UE sobre los vuelos con destinos distintos de los Estados Unidos, y por lo tanto, no están cubiertos por un posible acuerdo UE-EE.UU. Es necesario aclarar eso antes de continuar con las negociaciones sobre el PNR.
Por último, señora Comisaria, quisiera decir que, la semana pasada, me encontré con otro tema del que no hemos sido informados y que puede ser importante para este debate. Se trata de un programa llamado «Un control de seguridad único» que aparentemente la Comisión está negociando actualmente con el organismo de los Estados Unidos competente en materia de seguridad en el transporte. Esto implicaría la supresión de los controles de seguridad de los viajeros de los Estados Unidos que llegan a Europa y viceversa.
Me parece bastante extraño que los controles de seguridad de los ciudadanos europeos que viajan a los Estados Unidos sean cada vez más estrictos —incluso tenemos que pagar para presentar nuestro Sistema electrónico de autorización de viaje (ESTA)— y, que al mismo tiempo, la Comisión Europea esté negociando la supresión de los controles de seguridad para los estadounidenses que vienen a Europa.
Ya es hora de que la Comisión Europea nos informe ampliamente sobre este programa y sobre el estado de las negociaciones, y me gustaría saber —y terminaré con eso— si es el caso de que Estados Unidos haya impuesto las normas de seguridad que hacen posible este programa.
PRESIDE: Stavros LAMBRINIDIS Vicepresidente
Birgit Sippel , autora. – (DE) Señor Presidente, Señorías, hoy ya se ha mencionado muchas veces el Tratado de Lisboa. Por una vez, me gustaría decir algo positivo al respecto. La mayoría de los ciudadanos piensan que es algo positivo que podamos viajar por Europa sin fronteras, que podamos movernos libremente por Europa con fines educativos, laborales o personales. Sin embargo, al hacerlo, dejamos detrás de nosotros el rastro de nuestros datos. Por mucho tiempo, nuestros datos no sólo han estado almacenados en un Estado miembro, sino que también se han distribuido por toda la Unión Europea. Ese es precisamente el motivo por el que es positivo que tengamos más competencias a escala europea en este ámbito —que concierne a la protección de los datos relacionados con los ciudadanos europeos—, porque nuestros ciudadanos, con razón, esperan que sus datos estén bien protegidos en cualquier lugar de Europa y no esperan que se transfieran grandes cantidades de datos innecesariamente, posiblemente incluso a terceros países.
¿Cómo se supone que nosotros, como Unión Europea —y voy a ser totalmente clara a este respecto: como Parlamento Europeo y Consejo; en otras palabras, junto con los Estados miembros— vamos a garantizar esta protección si se da el caso de que mientras nosotros, como Unión Europea, estamos negociando con terceros países sobre la transferencia de datos —sobre qué datos se requieren realmente, el fin para el que se van a utilizar y las garantías necesarias para proteger estos datos— si, al mismo tiempo, los Estados miembros individuales están negociando con terceros países en relación con los datos? Sobre todo, porque ni siquiera sabemos de qué datos están hablando, qué normas de seguridad se van a mantener, si cabe la posibilidad de que se transfieran datos duplicados o, incluso, si se van a transferir datos cuya transferencia nosotros no permitiríamos a escala europea.
También hay otro aspecto que los Estados miembros quizá no estén teniendo en cuenta lo suficiente. Si un Estado miembro negocia con un tercer país, ¿cómo puedo asegurarme —cómo pueden y podrán garantizarlo los Estados miembros— que, de hecho, sólo se van a transferir los datos de sus propios ciudadanos si no se transfiere ningún dato en absoluto? Nosotros contamos actualmente con bases de datos en la Unión Europea en la que se recopilan datos de todo tipo de ciudadanos en un lugar centralizado y a las que muchas autoridades de los países europeos tienen acceso. En otras palabras, si mis datos están almacenados en algún lugar en el país A y el país A decide transferir los datos, ¿también se transferirán mis datos a un tercer país? Esto no puede tener el valor añadido en la Unión Europea que se preveía cuando, por buenas razones, negociamos el Tratado de Lisboa. Los Estados miembros también tiene que tomar nota del nuevo equilibrio de poder en las instituciones, deben actuar en consecuencia y, además, deben acatar las normas, que estipulan que la protección de datos es una cuestión de competencia europea. Tenemos que garantizar a escala europea que se transfieran los mínimos datos posibles y sólo para fines muy bien definidos, y que estas garantías no se vean socavadas por iniciativas bilaterales.
Rui Tavares, autor. – (PT) Señor Presidente, Señorías, en muchas ocasiones durante el último año, hemos hablado de diversos asuntos relacionados con la protección de datos y la privacidad de los ciudadanos europeos, y hemos dicho que, a fin de garantizar la seguridad física de las personas que viajan, por ejemplo, en avión, debemos proteger los datos personales de los ciudadanos europeos. Se trata de un intercambio que tiene implicaciones jurídicas y políticas que el Parlamento debe considerar detenidamente.
Sabemos que esto es como construir una casa empezando por el tejado: cada vez que tenemos un problema, tratamos de resolver ese problema. Primero, contábamos con el programa Secure Widespread Identities for Federated Telecommunications (SWIFT) y ahora contamos con el registro de nombres de los pasajeros (PNR). Sin embargo, estamos pasando por alto que tenemos que empezar a construir la casa empezando por los cimientos. En otras palabras, no estamos determinando primero cuál es la mentalidad general en Europa acerca de la protección de datos para después aplicarla en todos los ámbitos y con cualquier socio internacional, ya sea los Estados Unidos hoy en día, o China, Corea del Sur o Arabia Saudí en el futuro: cualquier socio internacional que solicite este tipo de datos.
Obviamente, al trabajar de esta manera fragmentada y poco a poco, ya estamos tratando con un marco muy difícil, y el Parlamento ha tratado de dar sentido a esto. Todos sabemos, sin embargo, que las cosas deben ser muy diferentes. Si la situación ya es mala, sin embargo, será incluso peor si se confirman los informes de que ciertos Estados miembros están negociando por su cuenta Memorandos de Entendimiento con los Estados Unidos que permiten la transferencia directa de datos relacionados con los pasajeros que viajan entre dichos Estados miembros y los Estados Unidos.
Me gustaría dejar claro que mi queja principal a este respecto no tiene que ver con los Estados Unidos. Este país es uno de nuestros socios internacionales; es un país que tiene muchas cosas que admirar y con el que tenemos intereses comunes. Sin embargo, de lo que me quejo es de que los Estados miembros estén rompiendo las negociaciones que nosotros deberíamos hacer a escala europea. Esto demuestra deslealtad por parte de los Estados miembros, y no sólo socava las negociaciones que están en curso con los Estados Unidos, sino también el entendimiento interinstitucional dentro de la propia UE. También socava la posibilidad de que más adelante podamos llegar a un acuerdo con los Estados Unidos —un acuerdo marco sobre la protección de datos—, cuyo ponente es el señor Albrecht.
Este es también el tipo de actitud que puede tener efectos impredecibles, porque si los Estados Unidos ahora están negociando con los Estados miembros individuales, ¿qué se va a hacer para evitar qué más adelante se intercambien los datos de los ciudadanos con las compañías aéreas individuales, o incluso a través de un enfoque directo, tratando con ellos a nivel individual en el momento en que compren un billete?
Alguien tiene que manifestarse y defender los derechos de los 500 millones de ciudadanos europeos. El Parlamento lo ha estado haciendo en este nivel. Es importante que la Comisión, los Estados miembros y los Estados Unidos sean conscientes de que, en el caso del PNR, el Parlamento tiene su dedo sobre el botón. Por otra parte, como ya se ha demostrado en el caso de SWIFT, el Parlamento no tiene miedo de usar sus prerrogativas, ya sea con el fin de interrumpir un acuerdo provisional o de rechazar un acuerdo permanente que no cumple con las garantías sobre la privacidad y seguridad de los datos relacionados con los ciudadanos europeos.
Jan Philipp Albrecht , autor. – (DE) Señor Presidente, representantes de la Comisión, les insto a que se tomen muy en serio esta cuestión que hemos planteado, porque lo que nos preocupa a este respecto es la cuestión fundamental —como se acaba de decir— de si tiene algún sentido trabajar en relación con las disposiciones de protección de datos si, al mismo tiempo, se están negociando acuerdos que socavan estas normas a las espaldas del Parlamento Europeo, e incluso quizá a las espaldas de los parlamentos nacionales.
La estrecha cooperación transatlántica en materia de seguridad —toda cooperación transatlántica— es muy importante, sobre todo cuando se trata de crear un espacio de libertad y justicia. Sin embargo, no podemos permitir que esto derive en la afirmación de los intereses de seguridad colectiva mientras se dejan a un lado las libertades individuales y los derechos básicos. Esto se aplica particularmente a la protección de datos en la cooperación internacional.
Como Parlamento, hemos dejado claro en repetidas ocasiones durante muchos años que consideramos importante que en todas estas medidas —ya sea en la transferencia de datos del PNR o en el acceso a los datos bancarios de SWIFT— existan principios de protección de datos aplicables a nivel general que también puedan aplicarse a nivel individual. Este es un aspecto que se olvida constantemente. Por esta razón, como Parlamento, también hemos dejado claro que queremos tener normas generales que sean aplicables en toda la UE y que posteriormente se acuerden con los Estados Unidos. Yo fui ponente del Acuerdo marco de la UE con los Estados Unidos y me siento obligado a decir que es de suma importancia que esto se aplique no sólo a los acuerdos de la UE por parte de los Estados miembros, sino también a los acuerdos de los propios Estados miembros. Es obvio que este es un ámbito en el que las competencias son compartidas, es decir, que siempre existirán en paralelo acuerdos bilaterales entre los Estados miembros y los Estados Unidos. No hay nada malo en ello, pero siempre y cuando, en primer lugar, no resulte en la disminución o el menoscabo de las normas acordadas de forma conjunta a escala europea —que es el objeto de este debate— y, en segundo lugar, siempre que estos acuerdos bilaterales se mantengan dentro del marco legal vigente.
Ahora, tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, no sólo se da la situación de que el Parlamento Europeo haya estado implicado, de forma bastante justificada, en estas cuestiones, sino que también tenemos un marco jurídico que estipula que, cuando las competencias son compartidas, si se da el caso de que los reglamentos se hayan aprobado a escala europea —como sucede con los datos PNR—, entonces, este ámbito está fuera de los límites de los Estados miembros. A mi juicio, no se puede permitir que los Estados miembros inicien sus propias negociaciones con los Estados Unidos en este ámbito, porque sencillamente esto socava nuestra posición de negociación en relación con la protección de datos.
Por tanto, les insto, como Comisión Europea, a que intervengan en este asunto en el que están implicados los Estados miembros y que dejen claro a la Presidencia del Consejo que hay que detener estas negociaciones y que, sobre todo, debe aclararse el fundamento jurídico aplicable después del Tratado de Lisboa. Para nosotros está claro, como Parlamento, que la UE necesita hablar con una sola voz en las negociaciones, y también hay que decir a la Comisión —cuyas propuestas considero correctas en muchos casos— que debe aplicarse en todos los casos el siguiente principio claro: debemos negociar con una sola voz y no estar realizando constantemente nuevas negociaciones con carácter bilateral.
Maria Damanaki, Miembro de la Comisión. – Acojo con gran satisfacción las preguntas de los miembros del Parlamento. Me gustaría declarar desde el principio que la Comisión comparte su sensibilidad sobre la protección de los datos de nuestros ciudadanos.
Quisiera hacer referencia a esta cuestión empezando por el principio. Quizá ya sepan que este no es un tema nuevo. En agosto de 2007, los Estados Unidos modernizó el Programa de exención de visados mediante la adición de ciertas condiciones para mejorar aún más la seguridad. Tenemos que admitir que estas condiciones afectan a todos los Estados miembros de la UE, independientemente de que formen parte del Programa de exención de visados o no. Establecen que, para que un país pueda participar o seguir participando en el Programa de exención de visados, tendría que aceptar cooperar con los Estados Unidos sobre cuestiones de cumplimiento de la ley. En particular, sería necesario intercambiar información policial y judicial.
Esta nueva ley llevó a la UE a adoptar un enfoque de doble vía, como ya hemos mencionado. En la vía de la UE, se iniciaron las negociaciones entre la UE y los Estados Unidos en relación con ciertas condiciones para acceder al Programa de exención de visados de los Estados Unidos que recaen bajo las competencias de la UE. La vía de la UE aborda la política de retorno de todos los nacionales, la seguridad de los documentos de viaje y la seguridad en los aeropuertos. Estos temas entran en nuestra competencia.
La vía bilateral, que aún existe entre los Estados Unidos y los Estados miembros, se utiliza para satisfacer el requisito de los Estados Unidos para la cooperación en iniciativas de lucha contra el terrorismo y el intercambio de información. En el caso de los Estados miembros que aún no forman parte del Programa de exención de visados, concluir acuerdos sobre estas cuestiones es una condición previa para ser considerado como país del Programa de exención de visados. Tenemos que prestar atención a esta cuestión.
En el caso de los Estados miembros que ya forman parte del Programa de exención de visados, tales negociaciones tendrían lugar en una fase posterior, por tanto, es mucho más fácil para ellos. Según la información que la Comisión ha recopilado de los Estados miembros, esta es la única manera de abordar esta cuestión. Un total de ocho Estados miembros han firmado Memorandos de Entendimiento con los Estados Unidos alegando que han acordado colaborar con los Estados Unidos en tales cuestiones. Estos países son la República Checa, Estonia, Grecia, Letonia, Lituania, Hungría, Malta y Eslovaquia. Este era el problema que estaban tratando de solucionar. De esta forma, estos ocho Estados miembros han podido unirse al Programa de exención de visados, que es por lo que lo hicieron.
La Comisión entiende que los Memorandos de Entendimiento no estaban destinados a ser, en sí mismos, la base jurídica de los intercambios de datos entre los Estados Unidos y los Estados miembros interesados. Se limitan a expresar la intención de las dos partes a disponer de medidas específicas y acuerdos que rijan el intercambio de datos. De esto es de lo que se trata.
Tengo que subrayar que la información sobre el contenido exacto del Memorando de Entendimiento está en manos de los propios Estados miembros. Esto incluye las categorías de datos que están cubiertos por ellos. Por lo tanto, si el Parlamento Europeo quiere buscar información adicional, hay que pedírsela al Estado miembro correspondiente.
Sin embargo, la Comisión —y me remito de nuevo a nuestra responsabilidad— se ha asegurado de que los Estados Unidos no solicitara acuerdos bilaterales con los Estados miembros en relación con el intercambio de datos PNR, pues esta es una cuestión de competencia europea en virtud del acuerdo PNR correspondiente entre la UE y los Estados Unidos. Esto es lo que hemos hecho.
Por último, en las negociaciones sobre el Acuerdo UE-Estados Unidos, ha habido un intercambio de notas para registrar que los requisitos legales de los Estados Unidos para seguir participando en el Programa de exención de visados se cumplían en cuestiones que son competencia de la UE. En este sentido, la Comisión ha dejado claro que este intercambio de notas, que es parte de las negociaciones en curso, no puede facilitar el acceso a la base de datos de la UE.
Carlos Coelho, en nombre del Grupo PPE. – (PT) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, he escuchado sus respuestas y debo confesar que estoy perplejo, porque, por un lado, la Comisión dice que, si queremos obtener más información, tenemos que ir a llamar a la puerta de los Estados miembros. Esto sólo se puede interpretar de una manera: la Comisión dice que no tiene capacidad para ejercer presión sobre los Estados miembros o para intervenir en este asunto. Por otro lado, sin embargo, luego dice que la Comisión solicitó al Gobierno de los Estados Unidos que no solicitara datos que socavan el acceso a las bases de datos europeas. No entiendo por qué la Comisión piensa que es más fácil recurrir al Gobierno de los Estados Unidos que ponerse en contacto con los Estados miembros y los Gobiernos de dichos Estados miembros de la UE.
Debo confesar que me parece que solo hay una explicación para esto: se pone de manifiesto que la Comisión está en una posición débil y significa que las preocupaciones que el Parlamento ha expresado sobre esta cuestión tienen mucho sentido. Nos preocupa principalmente que los Estados Unidos hayan utilizado una estrategia «divide y vencerás», aparentemente, con impunidad. En segundo lugar, nos preocupa el hecho de que varios Estados miembros hayan decidido perseguir negociaciones y relaciones bilaterales, algo que demuestra una cierta falta de solidaridad europea. Sin embargo, también estamos preocupados por la actitud de resignación y de eludir la responsabilidad por parte de las instituciones europeas, un hecho que no nos otorga ningún poder más intenso en la negociación.
Europa debe tener voz en este tema. Debemos asegurarnos de que no haya acceso a las bases de datos a través de acuerdos bilaterales. Por otra parte, el manto de secretismo que arropa a estas negociaciones, el hecho de que ciertos representantes de los Estados miembros o de los parlamentos nacionales hayan revelado el contenido del Memorando de Entendimiento y el hecho de que el Parlamento aún carezca de información a este respecto, son razones fundamentales que justifican nuestras preocupaciones, que no han quedado resueltas con las respuestas que acaba de dar la Comisión.
Alexander Alvaro, en nombre del Grupo ALDE. – (DE) Señor Presidente, quisiera expresar mi gran agradecimiento a la señora Comisaria, que ha respondido a esta pregunta en nombre de su colega, la señora Malmström. Le agradecemos que lo haga. Para ser honesto, sin embargo, creo que no estamos trabajando a partir de los mismos hechos. La esencia de esto no solo se basa en el hecho de utilizar las bases de datos sobre ADN. Mis colegas han evitado mencionar explícitamente la solicitud de datos de ADN, la solicitud de las huellas dactilares y la solicitud de datos sobre condenas penales —y todo a través del sistema que creamos con el Tratado de Prüm—. Por lo que a esto se refiere, estamos hablando de una parte fundamental de la política europea.
A decir verdad, eso no es lo que realmente me preocupa sobre esta cuestión. Se trata de algo sobre lo que podemos hablar, intercambiar opiniones, podemos encontrar y debatir formas y medios si lo consideramos oportuno. Lo que me molesta es que ni el Consejo ni la Comisión tienen las agallas para decir a los Estados Unidos que su comportamiento no es aceptable. No pueden utilizar el Programa de exención de visados para chantajear a los Estados miembros —en este caso, a Austria, apenas uno de los nuevos Estados miembros— al decir: si ustedes no están dispuestos a facilitarnos la información que necesitamos, entonces le quitaremos la exención de visados. Lo que resulta interesante en este sentido es que los Estados Unidos no puede retirar la exención de visados unilateralmente a un Estado miembro —como respuesta, por así decirlo—, porque nuestro acuerdo estipula que es la UE en su conjunto la que concede la exención de visados. Lo que me molesta es el tono, y que nadie tenga las agallas de manifestarse y decirles que, mientras queramos colaborar con ustedes y tener una asociación transatlántica, con una buena relación —como si de un buen matrimonio se tratara—, las buenas maneras y el respeto son dos aspectos importantes para que esto funcione. Eso es precisamente lo que esperamos de nuestra relación con las personas de los Estados Unidos y con la política de dicho país, y nos gustaría que la Comisión y el Consejo hicieran más hincapié en esto.
Andreas Mölzer (NI). – (DE) Señor Presidente, en cuanto se negoció el acuerdo SWIFT, quedó claro que lo que se nos vendió como protección de datos fue, de hecho, un caso vergonzoso de europeos obligados a engañar a todo el mundo. Ahora mi opinión se ha convertido en oficial: el propio sistema de control de la UE, como sospechaba, no ha resultado ser un placebo, un sedante para los críticos, en el plazo de algunos años, sino después de solo unos meses.
Es evidente que a los Estados Unidos les importan un bledo los acuerdos. Una vez más, los Estados Unidos han demostrado que no les interesan los socios, sino mejor los Estados que dicen sí y amén a todo acto omnipotente del todopoderoso país de los Estados Unidos. Hemos tenido que apretar los dientes y reconocer que, durante años, los Estados Unidos ansiosamente se ha estado ayudando a sí mismo a acceder a los datos bancarios europeos, y que cuando después insistimos en normas europeas sobre la protección de datos en un acuerdo y se designó un sistema de control en el ámbito de la UE, los Estados Unidos estuvieron de acuerdo con ello porque podría seguir teniendo acceso ilimitado a los datos por la puerta de atrás mediante los acuerdos bilaterales.
En mi opinión, no debemos esperar a que lleguen las próximas conversaciones transatlánticas, sino poner fin a esta pesadilla en este preciso momento.
Ernst Strasser (PPE). – (DE) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, quisiera respaldar lo que ha dicho uno de los oradores anteriores. Le agradecemos enormemente que haya venido aquí personalmente para hacer las declaraciones oportunas. Soy consciente de que esta no es su especialidad. Sin embargo, me veo obligado a decir que la declaración de la Comisión es sumamente insatisfactoria. Aquí ha ocurrido algo a lo que realmente debo dirigir su atención.
Todos los principales grupos de esta Cámara quieren discutir el principio. Estamos consternados, por decirlo suavemente, por el hecho de que la Comisión no esté tomando medidas. Pasó lo mismo con SWIFT. En el último período parcial de sesiones, tuvimos que concienciar a la Comisión de la tarifa de adhesión de 14 dólares. Hoy, un colega ha preguntado de forma acertada: ¿Qué está haciendo la Comisión? ¿Qué están haciendo los Estados miembros? Ahora incluso llego a escuchar que hay incluso debates sobre el hecho de dar un trato preferencial a los estadounidenses en detrimento de los europeos.
Tenemos que decir muy alto y claro que queremos tener una charla muy seria con la Comisión sobre los fundamentos. Los fundamentos al menos incluyen reciprocidad. Esto significa que, en lugar de permitir el acceso a los datos europeos, tales datos deben recuperarse según un procedimiento selectivo. Estos son principios que ahora están incluso más garantizados; del mismo modo, también están garantizados los derechos de los ciudadanos —a saber, que los ciudadanos tienen derecho a saber qué datos se usan en relación con ellos, dónde y cómo—, y naturalmente, esto debe basarse en un concepto europeo. Lo que estamos escuchando aquí hoy es que la Comisión está debilitando realmente nuestra posición de negociación con los Estados Unidos por no remitirse a los Estados miembros para coordinar esta situación y, en segundo lugar, por qué no está adoptando medidas por su propia cuenta.
¿Cuándo van a empezar las negociaciones? ¿Cuándo se van a adoptar medidas? En el caso de SWIFT, la presión del Parlamento dio lugar a que esto se hiciera rápidamente en cuestión de un mes. Queremos ver que se adopten las mismas medidas en el caso del PNR y de los datos en general.
Zuzana Roithová (PPE). – (CS) A pesar de que es necesario luchar contra el terrorismo con vigor y con todos los medios disponibles, sin embargo, no es posible, en el contexto de la cooperación internacional en este ámbito, eludir las normas democráticas que operan en los países de la zona transatlántica. Por tanto, estoy bastante decepcionada por el hecho de que, en el último caso de las relaciones contractuales bilaterales entre la Unión y los Estados Unidos, la Comisión y los Estados miembros no hayan aprendido la lección de los errores del pasado, y que estén haciendo acuerdos a las espaldas del Parlamento Europeo y de los parlamentos nacionales. Debido al rápido acuerdo, que parece estar más adaptado a las necesidades de la campaña preelectoral estadounidense, ponen en tela de juicio la legitimidad, la transparencia y el control democrático. Además, todo esto llega en un momento en que los Estados Unidos han impuesto una tasa sobre el régimen de exención de visado para la Unión, que se firmó sobre la base de la opinión pública europea. Personalmente, no tengo ningún problema con la transferencia de datos de carácter personal seleccionados sobre los ciudadanos europeos, tales como los pasajeros aéreos, a los países democráticos desarrollados, pero esto debe llevarse a cabo de conformidad con todas las disposiciones legales de una manera que puede ser examinada por un órgano independiente, como los miembros del Parlamento o los jueces.
Monika Flašíková Beňová (S&D). – (SK) La transferencia de datos personales de los ciudadanos es siempre una cuestión delicada, ya sea desde la perspectiva civil o desde la perspectiva de los derechos humanos.
La transferencia de datos sobre los ciudadanos de los Estados miembros de la Unión Europea en relación con los Estados Unidos se justifica, sobre todo, por nuestros esfuerzos de lucha contra el terrorismo y nuestro interés común en la seguridad de nuestros ciudadanos. Se trata de una causa noble, pero, a veces, me da la sensación de que, en aras de la lucha contra el terrorismo, cada vez despojamos más a nuestros ciudadanos de su privacidad. No pretendo devaluar las negociaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos, y sigo convencida de que este país es nuestro aliado más cercano. Por otra parte, el mero hecho de que los Estados Unidos negocien de forma individual y bilateral con los Estados miembros, y no solo con la Unión Europea como un conjunto, ya habla por sí solo.
En conclusión, me gustaría apoyar a los Estados miembros que ya han firmado un memorando. Esto ha ocurrido porque estos países concretos habían tenido una relación basada en los visados con los Estados Unidos, y a causa de que la Unión Europea no funcionaba como un conjunto, estos países no tuvieron más opción que firmar memorandos bilaterales. Sin embargo, creo que, en el futuro, la Unión Europea desempeñará un papel más importante en comparación con los Estados miembros individuales.
Jaroslav Paška (EFD). – (SK) Creo firmemente que debemos continuar nuestros esfuerzos para combatir el terrorismo, que sigue representando un gran peligro para el mundo civilizado.
Sin embargo, la manipulación de los datos personales de los europeos que viajan con el pretexto de la prevención contra el terrorismo parece estar mal coordinada y desorganizada. Los Estados Unidos son los principales recopiladores de datos personales, pues recopilan datos relacionados con los ciudadanos de la Unión Europea sobre la base de los acuerdos con la Unión Europea y también sobre la base de los acuerdos bilaterales firmados con los países individuales. Creo que ya no se debe tolerar más este enfoque de doble vía. Debemos modificar el tratamiento de los datos personales relativos a los ciudadanos de la UE, de tal modo que se impida la violación del derecho a la protección de datos personales por algunos procedimientos semilegales de los Estados miembros. En nuestra relación con los Estados Unidos, debemos aplicar reciprocidad y garantizar con gran minuciosidad que los europeos también acepten las normas, y que los datos europeos o los datos de los ciudadanos europeos se compartan de conformidad con los reglamentos que se encuentran en vigor en Europa.
Presidente. – Señora Morvai, voy a hacer una excepción con esta intervención. Colegas, la intervención de un minuto no funciona si se solicita en el último minuto. Si quieren participar en este proceso, les pido que levanten la mano con bastante antelación. Voy a hacer una excepción porque, en esta ocasión, no hay muchas personas inscritas en la lista.
Krisztina Morvai (NI). – Muchas gracias señor Presidente. Considere como una circunstancia atenuante el hecho de que aparentemente no haya una gran cantidad de entusiasmo e interés en este tema tan importante, así que, no voy a hacer perder el tiempo de muchas personas.
Cualquier proceso de protección de datos o cualquier otro procedimiento que viole los intereses fundamentales de la protección de datos debe estar relacionado con un objetivo claramente identificable y debe tener la capacidad de lograr dicho objetivo. ¿Cuál es exactamente, en el caso de los Estados Unidos, el objetivo justificable, y cómo se logrará dicho objetivo mediante la transferencia de datos personales? En otras palabras, ¿cómo van a utilizar estos datos? Esta es mi primera pregunta a la Comisión.
También me gustaría preguntar por qué utilizan dos niveles de control diferentes —uno para los «antiguos» Estados miembros y otro para los «nuevos» Estados miembros, incluido mi propio país, Hungría—. ¿Por qué un ciudadano húngaro sería más peligroso desde el punto de vista del terrorismo que cualquier ciudadano procedente de alguno de los «antiguos» Estados miembros? ¿Se ha planteado esta cuestión durante las negociaciones, o va a ser un problema?
Sophia in 't Veld, autora. – Señor Presidente, gracias por permitirme pedir aclaraciones sobre dos puntos.
Me ha sorprendido oír a la Comisión decir que la cuestión del Programa de exención de visados afecta a los Estados miembros únicamente —al menos, creo que eso es lo que ha dicho, señora Comisaria—. Ya en 2007, la Comisión Europea dijo inicialmente que había una competencia exclusiva en la materia, y finalmente tuvo que ceder competencias a los Estados miembros. ¿Estoy en lo correcto al pensar que la Comisión Europea ha cambiado su opinión ahora sobre sus propias competencias?
En segundo lugar, señora Comisaria, usted dice que no hay ninguna referencia en ninguno de los Memorandos de Entendimiento a la transferencia de datos PNR. Bueno, le puedo dar una copia de uno de los Memorandos de Entendimiento donde se menciona el PNR. ¿Eso indica que la propia Comisión ni siquiera sabe lo que está pasando?
Ahora le voy a aclarar algo, señora Comisaria. Este Parlamento ha decidido aplazar la votación de dos acuerdos PNR porque considerábamos que podíamos confiar en que la Comisión fuera igualmente responsable, como institución de la UE, ya que estamos en el Parlamento Europeo. Estoy empezando a preguntarse si la Comisión merece esa confianza. Espero que no nos defraude.
(Aplausos)
Maria Damanaki, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, en primer lugar, quisiera decir que este debate me resulta muy interesante y que yo estoy aquí para darles explicaciones, pero no puedo aceptar las afirmaciones de que la Comisión no es sensible a la protección de los datos de los ciudadanos de la UE. Tampoco puedo aceptar la afirmación de que estoy aquí sólo para sustituir a mi colega, sin tener conocimientos acerca del tema que nos ocupa o de lo que está sucediendo. Todos sabemos muy bien en la Comisión —pero que muy bien— lo que está pasando, y yo puedo decir que realmente somos sensibles a la protección de los datos de nuestros ciudadanos.
Vamos a pasar ahora a los hechos: ¿tenemos que respetar el Tratado de Lisboa o no? ¿Cuál es su propuesta? ¿Ignorar al Consejo? He escuchado decir, de una forma muy fácil, que les gustaría que la voz europea fuera la única en esta cuestión. Estoy de acuerdo con ustedes: a mí también me gustaría que así fuera.
Entonces, ¿qué es lo que prefieren? ¿Decir a la Comisión que ignore al Consejo por completo? Me gustaría informarles de que —y ahora voy a hablar de hechos reales, no de sueños— como sabéis, ya hemos planteado esto al Consejo, no es nada nuevo. En mayo, propusimos al Consejo que, si el futuro marco UE-EE.UU. contiene alguna referencia a los datos personales, eso sólo debe ser aplicable a los Estados miembros. Hemos propuesto todo lo que ustedes han planteado aquí.
Si se está de acuerdo, entonces vamos a ir a por ello. Este es el caso. Sin embargo, si el Consejo no está de acuerdo, ¿qué proponen que hagamos? ¿Quieren que nos dirijamos a los Estados miembros y que les digamos que no podemos ir más lejos? He entendido que su propuesta es esa, y mi respuesta es muy simple: tenemos que respetar el Tratado de Lisboa.
Por lo tanto, pasando a otros temas muy interesantes, quisiera decir que he oído hablar mucho sobre la base de datos europea y sobre la base de datos de Prüm. Mi respuesta es que, si los Estados miembros tienen Memorandos de Entendimiento y acuerdos bilaterales, entonces pueden datos sobre sus propios nacionales. Sin embargo, no pueden dar datos de la base de datos de la UE ni de la base de datos de Prüm, y he sido muy clara a este respecto. También hemos dejado muy claro que hemos pedido a los Estados Unidos —y hemos enviado cartas y aún estamos negociando al respecto— que acepte que los acuerdos bilaterales no pueden hacer referencias a los datos del PNR. Esto no quiere decir que los Estados miembros no hayan tratado de negociar con los Estados Unidos, sino que esta es la posición de la Comisión.
Entiendo muy bien sus preocupaciones, pero tenemos que avanzar para negociar de mejor manera —de la mejor manera— con los Estados Unidos e intentar contar con algunas normas vinculantes para los Estados miembros en el marco de este acuerdo, porque es la única forma de conseguir exactamente lo que quieren conseguir. Esa es la manera en que podemos hacer las cosas, por lo que la Comisión va en esa dirección: ahora estamos negociando con los Estados Unidos y estamos tratando de llegar a un acuerdo que sea vinculante para los Estados miembros.
Es por eso por lo que hemos recurrido al Consejo, donde hemos dicho: por favor, tienen que asegurarse de que, si llegamos a este acuerdo y si podemos proteger los datos en nuestra vía —la vía entre la Unión Europea y los Estados Unidos—, entonces ustedes tienen que hacer lo mismo. ¿Tienen alguna otra propuesta basada en el marco jurídico que tenemos que respetar? De ser así, me complacería escucharla. De lo contrario, sin embargo, me gustaría que entendieran que nosotros también somos muy sensibles en lo que respecta a los datos de los ciudadanos y estamos intentando protegerlos, pero también tratamos de respetar a los Estados miembros y al Consejo.
Este problema está en curso. Yo escucho todas sus preocupaciones y voy a tratar de ponerlas todas sobre la mesa. Lo que la Comisión puede hacer es ir al Consejo y decirle que deje de negociar con cualquier otro país. Lo que podemos decir es que vamos a negociar y que, después, trataremos de comprometerlos con nuestra vía. Esta es la forma en que podemos hacer las cosas.
Presidente. – Señora Comisaria, como tengo conocimientos en la materia, permítame destacar que prácticamente todos los grupos políticos de esta Cámara han expresado preocupaciones importantes, como bien ha escuchado. Se está renegociando un acuerdo PNR y va a seguir adelante. Es de suma importancia para este Parlamento que la Comisión se tome muy en serio estas preocupaciones y que no tengamos esa sensación de desconexión que teníamos, por ejemplo, con el acuerdo SWIFT.
También hemos señalado en el pasado próximo en estos debates las áreas grises que son tan peligrosas. Por ejemplo, si todos los Estados miembros facilitaran a un tercer país los datos que almacena en las bases de datos europeas —por ejemplo, la del sistema Schengen—, el resultado sería que el tercer país acabaría por recopilar todos los datos contenidos en la base de datos de Schengen. Aunque no los obtuviese directamente de la base de datos en cuestión, sí que podría obtenerlos individualmente de cada uno de los Estados miembros.
En ese sentido, como bien ha mencionado de la forma acertada, agradecemos la contundencia con que la Comisión está protegiendo el pilar comunitario de esta situación. Permítame pedirle también que se asegure de que esto se haga de la mejor manera posible.
Maria Damanaki, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, estoy de acuerdo con usted en que tenemos que poner sobre la mesa todas las preocupaciones y también en que existe un área de preocupación.
Esto es algo que he dejado muy claro desde el principio y me gustaría que lo entendieran.
En la Comisión, estamos tratando de encontrar formas legales que respeten los tratados a fin de solucionar este problema, para proteger los datos y también para tratar de mejorar el pilar comunitario de esta situación.
Sin embargo, no es el único pilar que tenemos. Quiero recordarles que he comprendido todas sus preocupaciones. También quiero que entiendan que hemos pedido el compromiso del Consejo a este respecto. Si tenemos éxito y logramos contar realmente con la protección de los datos personales en nuestro acuerdo, entonces pediremos al Consejo que se comprometa con ello.