Presidente. − De conformidad con el orden del día, se procede al debate de seis propuestas de resolución sobre el Cáucaso septentrional, en particular la situación de Oleg Orlov(1).
Heidi Hautala, autora. − (EN) Señor Presidente, me gustaría decir que esta resolución sobre la situación del Cáucaso Septentrional y, en particular sobre el caso de Oleg Orlov, es una de las resoluciones más meritorias que ha aprobado esta Cámara desde hace mucho tiempo.
La tragedia que reina en el Cáucaso Septentrional se ha acentuado en los últimos años con la violación generalizada de los derechos humanos que todavía afectan a la vida diaria de las comunidades de Chechenia, Osetia, Daguestán, Osetia del Norte-Alania y Kabardino-Balkaria.
La violencia está lejos de terminar. El martes pasado, fueron asesinadas al menos seis personas en un ataque al edificio del Parlamento de Chechenia en Grozni. Resultaron heridas 17 personas como mínimo, la mayoría de ellas civiles. El 9 de septiembre fueron asesinadas 17 personas y muchas otras resultaron heridas por un bombardeo en Vladikavkaz, la capital de Osetia del Norte-Alania.
Tampoco se explican las tragedias del pasado. Las familias de las víctimas de Beslán todavía no conocen con exactitud qué les ocurrió a sus hijos y seres queridos, cómo murieron o dónde están sus cuerpos.
El círculo vicioso de violencia e impunidad no solo ha dejado consternadas y paralizadas a estas comunidades, además la incapacidad para hacer frente a la situación ha conducido a que la violencia se extienda más allá de las fronteras de las repúblicas del Cáucaso Septentrional.
Mientras los moscovitas han sufrido el trauma del terrorismo, los refugiados chechenos en Europa temen la persecución e incluso el asesinato. Hay personas que desaparecen incluso en la capital, Moscú, o en San Petersburgo, como ocurría el año pasado.
Así que llega un momento en el que esto tiene que parar. Las acusaciones penales contra el ganador del Premio Sájarov de 2009, el señor Orlov, podrían marcar el punto en el que Europa finalmente diga basta ya.
La UE debería intentar cooperar con el Consejo de Europa en cuanto al excelente informe elaborado por Dick Marty sobre las vías de recurso oficial en caso de violaciones de los derechos humanos en el Cáucaso Septentrional.
Marietje Schaake, autora. − (EN) Señor Presidente, el Presidente Buzek ha anunciado hoy el ganador del Premio Sájarov de este año. Este premio encarna la libertad de conciencia, la libertad esencial europea y el derecho que defendemos en nombre de nuestros ciudadanos y de todo el mundo.
En respuesta al Premio Nobel de la Paz, el Presidente Buzek instó con firmeza a China a que liberara a Liu Xia Bo y dijo: «La libertad no es una amenaza, pero las amenazas contra la libertad pueden ser muchas». Esto también es válido para las personas que defienden los derechos humanos en el Cáucaso Septentrional.
Los ganadores Premio Sájarov del año pasado, Oleg Orlov, Sergei Kovalev y Lyudmila Alexeyeva, de Memorial, no han podido recoger sus premios personalmente ya que su libertad se ve amenazada. La UE invierte muchísimo en sus relaciones con Rusia y estamos unidos a través del Consejo de Europa y la OSCE.
Así que Rusia se ha comprometido a proteger y fomentar los derechos humanos y el Estado de Derecho, pero estamos muy lejos de esa situación. Prevalece la intimidación a periodistas y activistas de la sociedad civil, se producen sistemáticamente desapariciones de defensores de los derechos humanos y no existe libertad de expresión, ni siquiera en Internet. La ausencia del Estado de Derecho ha llevado a que haya 20 000 casos pendientes de la Federación de Rusia en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Rusia tiene derecho a luchar contra el terrorismo del Cáucaso Septentrional, pero si no se defiende el Estado de Derecho esto tiene un efecto contraproducente en la estabilidad. Realmente no hay excusa para que Rusia incumpla sus propios compromisos en materia de derechos humanos.
Nosotros miramos hacia el futuro y procuraremos que los representantes de Memorial tengan la libertad de venir a este Parlamento, simbolizando así las libertades y derechos que disfruten todos los ciudadanos del Cáucaso Septentrional.
Mitro Repo, autor. − (FI) Señor Presidente, me preocupa mucho el creciente clima de miedo que rodea a los defensores de los derechos humanos en Rusia. Le debemos nuestro apoyo a Oleg Orlov, a quien le otorgamos el Premio Sájarov el año pasado. Su único delito es el de haber hablado sobre los derechos humanos en Rusia.
También se están vulnerando los derechos fundamentales en la UE, pero lo que ha ocurrido en Rusia es algo totalmente distinto. Debemos luchar contra todo tipo de terrorismo y extremismo radical empleando todos los medios legales de los que dispongamos, pero aprovechando también las soluciones que ofrece la sociedad civil. Ya no hay ninguna necesidad de opresión en el Cáucaso Septentrional: en su lugar, es preciso que exista diálogo. No debe haber más delitos, sino más respeto por la ley y los derechos humanos.
La justicia siempre se lleva a la práctica objetiva y subjetivamente. En el Cáucaso Septentrional esto significa que se debe condenar a los delincuentes y se deben tener en cuenta las necesidades de las víctimas de delitos. Aprobar esta declaración es una muestra clara y coherente de apoyo a Orlov, como lo es también para todas las demás personas que luchan en nombre de los derechos humanos. Debemos tener presente este caso cuando discutamos las nuevas relaciones entre la UE y Rusia. Rusia debe respetar los derechos humanos para poder desempeñar una función real en Europa y aceptar los valores europeos: Europa está del lado de la población, no en su contra.
Ryszard Czarnecki, autor. – (PL) En los tiempos del comunismo, cuando el movimiento Solidaridad luchaba en Polonia a favor de los derechos humanos y la democracia, se empleaba mucho este eslogan: «no hay libertad sin Solidaridad». Hoy en día, en el contexto de lo que está sucediendo en el Cáucaso Septentrional, aunque no solamente allí, sino también en muchas otras partes de Rusia, puede decirse que no hay estabilización sin el Estado de Derecho.
Es muy importante abordar estos dos fenómenos de forma conjunta. No podemos hablar de relaciones económicas y políticas con Rusia mientras que allí se ignoren los derechos humanos. De hecho, se trata de un sistema de vasos comunicantes, no existen dos cuestiones separadas. La honradez elemental exige que no hablemos solo sobre mejorar relaciones con Rusia —con ese gran país— sino también que exijamos a Moscú que respete los derechos humanos, incluso en el caso de alguien que ha sido galardonado con el Premio Sájarov. Esta es una singular ofensa al Parlamento Europeo y la Unión Europea.
Marie-Christine Vergiat, autora. − (FR) Señor Presidente, me gustaría aprovechar esta intervención para pedirles que reflexionemos todos sobre cuál es el propósito del Premio Sájarov.
Me gustaría comenzar agradeciendo a mis colegas, y a la señora Hautala en particular, que hayan respondido a mi solicitud relativa a la situación del señor Orlov. De hecho, el señor Orlov es una de las tres personas que dirigen Memorial, la asociación que fue galardonada con el Premio Sájarov el año pasado.
Al conceder este premio, recompensamos el compromiso de todas las personas que todavía se atreven a denunciar la situación en Chechenia. Fue simbólico porque se produjo unos pocos meses después del asesinato de Natalia Estemirova, un asesinato que el señor Orlov condenó con firmeza. Sabemos que el Presidente checheno demandó al señor Orlov por odio y que había presentado cargos contra él. En enero de 2010, el señor Orlov y Memorial fueron declarados culpables y nosotros no dijimos nada. El 6 de julio el señor Orlov fue condenado de nuevo y ahora se enfrenta a una pena de treinta años de prisión.
Cuando concedemos el Premio Sájarov, intentamos poner de relieve el trabajo de hombres y mujeres que luchan por la democracia y los derechos humanos y, al otorgarles el premio, les damos nuestra protección.
No obstante, ¿qué hemos hecho por el señor Orlov y por todos aquellos que defienden los derechos humanos en Rusia y en Chechenia? ¿De qué manera hemos desarrollado el diálogo de la UE para garantizar que por fin se respeten los derechos humanos en el Cáucaso Septentrional? ¿Podemos tolerar, sin decir nada, el hecho de que no se hayan tomado medidas legales cuando ha pasado más de un año del asesinato de la señora Estemirova? ¿Podemos tolerar el secuestro, maltrato y desaparición de defensores de los derechos humanos sin que haya ninguna reacción por parte de los tribunales?
Casi tengo ganas de decir, ¿para qué servimos si, un periodo parcial de sesiones tras otro, denunciamos varias violaciones de los derechos humanos sin que esto impida que la Comisión continúe con sus diálogos supuestamente constructivos y nos diga que se están haciendo progresos, pero no en los ámbitos de los derechos humanos y la justicia? ¿Cuándo dejaremos de renunciar a esos valores supuestamente fundamentales en aras de los intereses económicos y políticos de ciertos Estados miembros? Podríamos ser más creíbles, Señorías, si nuestras sesiones no se aplazaran a última hora de la tarde del jueves y si nos quedáramos aquí unos pocos más para seguir estos debates.
Bernd Posselt, autor. – (DE) Señor Presidente, el Cáucaso Septentrional fue víctima de la política colonial zarista y de intentos de genocidio por parte del régimen estalinista. No obstante, por desgracia también se vio envuelto en dos guerras brutales tras el colapso de la Unión Soviética, que llevó al genocidio de grupos étnicos más pequeños, como los chechenos. En la actualidad todavía es una región donde pequeños y perversos regímenes satélites, como el del señor Kadyrov, cometen horrorosas violaciones de los derechos humanos. Condenamos toda forma de terrorismo de todas partes, pero este régimen no tiene nada que ver con la democracia y el Estado de Derecho.
A fin de resolver esta situación, necesitamos un enfoque a tres bandas que implique una estrecha cooperación entre el Consejo de Europa, junto con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Parlamento Europeo como fuerza motriz de la Unión Europea y las organizaciones de derechos humanos de la región, que intentan protegerlo del poder de Rusia. La organización de derechos humanos Memorial desempeña un papel destacado en este sentido. Por lo tanto, pedimos no solo que dejen en paz al señor Oleg Orlov de inmediato, sino también que se le proporcione apoyo para su loable trabajo en nombre de los derechos humanos. Se lo debemos a él y sus compañeros de batalla, a la población del Cáucaso Septentrional y también a nuestra amiga asesinada y compañera Natalia Estemirova, a quien muchos de nosotros conocíamos personalmente y cuyo asesinato por fin debe resolverse. Tenemos la obligación hacia ella de garantizar la introducción de los derechos humanos y el Estado de Derecho en el Cáucaso Septentrional.
Jarosław Leszek Wałęsa, en nombre del Grupo PPE. – (PL) Hace algún tiempo, Oleg Orlov decía que el problema más grave del Cáucaso Septentrional era que quienes detentan el poder rechazan la cuestión más importante, la de los derechos humanos. Las violaciones de los derechos humanos están desestabilizando la situación en el Cáucaso Septentrional, prolongan el conflicto, reducen las posibilidades de su resolución y, de hecho, dan apoyo a la actividad de terroristas clandestinos.
Se debería apoyar a organizaciones de derechos humanos como Memorial porque son esenciales para la creación de una sociedad libre y estable, como también son necesarias para que se establezca una estabilidad que sea real y duradera. Por consiguiente, se debería ayudar a estas organizaciones y también es necesario condenar los actos censurables que se están cometiendo en el Cáucaso Septentrional, hablar claro del creciente número de personas que han desaparecido y recordar el sufrimiento de quienes han sido desplazados.
Alexander Mirsky, en nombre del Grupo S&D. – (LV) Gracias, señor Presidente. Respaldo completamente la parte de la resolución que aborda la necesidad de que se respeten los derechos humanos en el Cáucaso Septentrional. Estoy muy familiarizado con la situación en el Cáucaso ya que he estado allí en más de una ocasión. Al mismo tiempo, me gustaría señalar que el título de «defensor de los derechos humanos» no le da derecho al señor Orlov a acusar de asesinato al Presidente de la República de Chechenia. Si el señor Orlov cree que el Premio Sájarov le da autoridad para hacer declaraciones imprudentes, está equivocado. El Parlamento Europeo no tiene que ejercer de abogado de Orlov. Dejemos que Orlov demuestre su caso ante los tribunales. Si no es en un tribunal ruso, entonces que sea en el Tribunal Europeo. No tenemos el derecho a pronunciarnos a favor o en contra en esta disputa. Debemos dar a los tribunales la oportunidad de que realicen su labor. No obstante, me gustaría darle un consejo a Orlov: piense antes de hablar. La difamación es un delito. Gracias.
Adam Bielan, en nombre del Grupo ECR. – (PL) Resulta paradójico que en el día que hemos anunciado nuestra decisión de conceder el Premio Sájarov de 2010, estemos hablando de la persecución de uno de los ganadores del año pasado. Como ustedes saben, Oleg Orlov, junto con otros miembros de la organización Memorial, recibió el premio el año pasado por su lucha firme y valiente por la verdad sobre los delitos cometidos por Rusia en la República de Chechenia.
Estamos hablando hoy sobre la persecución constante de la que es objeto Oleg Orlov porque está exigiendo valientemente explicaciones sobre todas las circunstancias de la muerte de Natalia Estemirova, que era la directora de Memorial en Chechenia. Debería recordarse que las medidas adoptadas por parte del «Presidente» Ramzan Kadyrov contra el señor Orlov no habrían sido posibles sin el apoyo del Kremlin. Por lo tanto, solicito a todas las autoridades de la Unión Europea, incluidas la Comisión y el Consejo, que presionen al Presidente Medvedev para que ponga fin a este tipo de persecución en Chechenia.
Elena Băsescu (PPE). – (RO) Los actos de violencia o terrorismo suceden casi a diario en las repúblicas del Cáucaso Septentrional. El ataque llevado a cabo la semana pasada en el Parlamento checheno pone de relieve que la sublevación islamista está poniendo en peligro la estabilidad de toda la región. Quince años después de que estallaran las guerras en Chechenia, todavía hay 80 000 personas desplazadas en la región. La situación de los defensores de los derechos humanos es también alarmante, con informes de muchos secuestros aleatorios y condenas. El caso de Oleg Orlov figura entre una serie de juicios iniciados sin ningún fundamento jurídico sólido. Oleg Orlov podría enfrentarse a tres años de prisión por acusar al Presidente de Chechenia de estar implicado en el asesinato de Natalia Estemirova en 2009.
Deseo señalar que hasta ahora la investigación iniciada después de la muerte de esta mujer no ha avanzado. Por esas razones, creo que las autoridades federales deben tomar medidas adicionales para garantizar que las investigaciones se lleven a cabo correctamente, incluso cuando se encuentren implicados miembros de la organización Memorial.
Eija-Riitta Korhola (PPE). - (FI) Señor Presidente, el conflicto más conocido y violento del Cáucaso Septentrional fue el que comenzó con la primera guerra chechena. Esta todavía continúa, aunque se ha extendido, concretamente a Dagestán e Ingushetia. Sin adoptar una posición sobre hasta qué punto se trata de una guerra de liberación, una guerra contra el terrorismo u otra cosa, no podemos negar el hecho de que hay más de 100 000 refugiados internos en la región y una situación muy lamentable con respecto a los derechos humanos.
Los defensores de los derechos humanos a quienes concedimos el Premio Sájarov el año pasado son una fuerza con la que hay que contar en Memorial, que desempeña un papel significativo en el Cáucaso Septentrional. Cuando Oleg Orlov recogió el premio el pasado mes de diciembre, respondió a una pregunta sobre los peligros de su trabajo diciendo que el mayor problema es que las amenazas proceden de los representantes del Estado. Pocos pondrían en duda estas palabras.
Anna Politkovskaya era especialmente conocida por ser alguien que hablaba en favor de los derechos humanos de los chechenos. El agente ruso Alexander Litvinenko, que fue envenenado en Londres, había criticado las acciones rusas en Chechenia. Natalya Estemirova, que fue asesinada el año pasado, reveló el hecho de que los servicios de seguridad habían estado involucrados en actos de violencia y ejecuciones, también en Chechenia. La lista de asesinatos similares sin resolver podría continuar. Por eso es vital que la Unión Europea continúe planteando estas cuestiones.
Bogusław Sonik (PPE). – (PL) Me gustaría comenzar rectificando algo que ha dicho un diputado. Nos informaron de que los representantes de Memorial no podían venir al Parlamento a recibir el Premio Sájarov el año pasado. En realidad, ellos estuvieron aquí. Fueron las «Damas de Blanco» quienes no pudieron recoger el premio porque no se les permitió salir de La Habana.
El informe preparado en junio de 2010 por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa publica información sobre otros casos de violaciones de los derechos humanos en el Cáucaso Septentrional. Las autoridades rusas sostienen que están haciendo esfuerzos para la estabilización, pero que la impunidad relacionada con las violaciones de los derechos humanos y la ausencia del Estado de Derecho continúan siendo los obstáculos principales para conseguir una estabilidad real y duradera en la región. Los civiles todavía viven bajo la amenaza de la violencia. La tortura y el maltrato son habituales, como lo son las desapariciones forzosas y los asesinatos y arrestos arbitrarios. Las investigaciones sobre las violaciones de los derechos humanos son ineficaces y deficientes. A menudo no se consigue castigar a los autores de los delitos, lo cual aumenta la desconfianza en las instituciones gubernamentales y en todo el sistema judicial.
Es nuestro deber emprender todas las acciones posibles, no solo para permitir la supervisión permanente de la situación en el Cáucaso Septentrional, sino también para tomar medidas destinadas a garantizar el Estado de Derecho y apoyar las iniciativas civiles y democráticas y a poner fin al caos de la región.
Miroslav Mikolášik (PPE). - (SK) Creo que el problema principal del Cáucaso Septentrional es el incumplimiento de lo más importante de todo, a saber, el respeto por los derechos humanos. Dichas violaciones desestabilizan la situación de la región, prolongan y aumentan el conflicto, disminuyen las posibilidades de su resolución y ayudan a crear la base de grupos terroristas reaccionarios.
Ramzan Kadyrov, que ha asumido el poder en Chechenia, no contribuye a la estabilidad. Se ha convertido en el líder absoluto de esta república, desafiando la ley o tergiversándola de tal manera que él pueda actuar en contra de los derechos humanos fundamentales. Además, los abusos dirigidos contra ciertas personas no pueden hacerse públicos ni discutirse. Oleg Orlov, un miembro del grupo Memorial, es un ejemplo lamentable de la persecución de aquellos que defienden los derechos humanos. Trágicamente, la situación parece no tener solución y por eso el Parlamento Europeo tiene la obligación moral de supervisar minuciosamente los acontecimientos de la región e insistir con regularidad en el respeto por los derechos que los ciudadanos y las organizaciones de derechos humanos de la Federación de Rusia todavía no pueden disfrutar a diario a pesar de la retórica oficial.
Corina Creţu (S&D). – (RO) Me siento obligada a decir lo que pienso en solidaridad con Oleg Orlov y con el Centro de Derechos Humanos Memorial, que él dirige. El año pasado el Parlamento Europeo les concedió el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia.
La condena por difamar al Presidente checheno y el juicio iniciado contra Oleg Orlov, que ahora podría enfrentarse a años de prisión, marcan la horrible culminación de una triste serie de actos de persecución contra los defensores de los derechos humanos, incluido el más terrible de esos actos, el secuestro y asesinato de Natalia Estemirova, coordinadora de Memorial en Chechenia. Me siento obligada a protestar contra estas brutales y repetidas violaciones de los derechos humanos, justificadas por la necesidad de luchar contra el terrorismo, contra la impunidad de los culpables de graves delitos y abusos, así como contra las autoridades rusas que toleran esta situación, lo cual está afectando la credibilidad de su compromiso con la democracia.
Jaromír Kohlíček (GUE/NGL). - (CS) Me gustaría considerar cómo es posible que todavía estemos discutiendo solamente los derechos humanos de un grupo de personas relativamente pequeño y omitiendo por completo el problema principal. La cuestión principal en el Cáucaso Septentrional es la fuerte intromisión externa de los wahhabi, que están entrenados, armados e intervienen con claros objetivos.
Por si ustedes no saben de dónde proceden los wahabbi o quien los financia, bueno, pues son las mismas fuentes de las que se están hablando con respecto a otras organizaciones terroristas. Por desgracia, en esta resolución, la cuestión principal —es decir, por qué se producen flagrantes violaciones de los derechos humanos en varias partes del Cáucaso Septentrional— está totalmente ausente. Desde luego, es necesario respetar los derechos humanos, pero es necesario crear las condiciones para cumplirlos. Si las organizaciones terroristas están financiadas desde el extranjero —y este ciertamente es así— entonces es difícil que creemos esas condiciones. Lamentablemente, la resolución no tiene eso en cuenta.
Ana Gomes (S&D). - (EN) Señor Presidente, respaldo plenamente esta resolución, la cual cuenta con el apoyo de mi grupo político y pide que se actúe en apoyo a Oleg Orlov, galardonado con el Premio Sájarov, y lo que esta persona representa, a saber, la oposición a las violaciones de los derechos humanos que se siguen cometiendo en el Cáucaso Septentrional.
Permítanme decir en este sentido que ni yo misma ni mi grupo nos vemos reflejados en las palabras del señor Mirsky, que ha intervenido antes y ha criticado a Oleg Orlov, diciendo que no debería usar su condición de defensor de los derechos humanos para hablar en contra del señor Kadyrov. Cualquier demócrata que se precie sabe que usted no necesita un título, que no necesita ser defensor de los derechos humanos y que no necesita ser miembro de Memorial ni haber recibido el Premio Sájarov para tener el derecho democrático a criticar a cualquier jefe de Estado o gobierno.
También me gustaría aprovechar esta oportunidad para apoyar lo que ha dicho anteriormente nuestro colega Raül Romeva i Rueda, que ha llamado la atención de este Parlamento —y también de la Comisión y el Consejo y, en particular, de la señora Ashton— sobre la peligrosa situación que ahora se está desarrollando en el Sáhara Occidental. Me gustaría solicitar a la señora Ashton que intervenga para que las autoridades marroquíes no arresten a las personas del Sáhara Occidental que luchan contra la ocupación ilegal.
(El Presidente interrumpe a la oradora.)
Máire Geoghegan-Quinn, Miembro de la Comisión. – (EN) Señor Presidente, quisiera agradecerles que planteen la situación de los derechos humanos en el Cáucaso Septentrional.
Aunque el año pasado se declaró oficialmente el fin de la operación antiterrorista en Chechenia, la violencia y el clima de impunidad siguen allí, pero de forma más intensa en la región vecina de Dagestán y en Ingushetia.
El ataque armado que tuvo lugar el martes de esta semana en el Parlamento de Grozni fue el último recordatorio de que la situación sigue siendo volátil y peligrosa.
La Vicepresidenta y Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la señora Ashton, ha lamentado este ataque y ha declarado que ninguna circunstancia puede justificar el uso de la violencia terrorista y los ataques suicidas.
Me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar mi más sentido pésame a las familias de las víctimas. En este caso, las víctimas fueron un civil y dos policías que cumplían con su deber. Al igual que continúan los atentados terroristas en el Cáucaso Septentrional, también lo hacen los ataques contra defensores de los derechos humanos y periodistas y los autores de estos ataques rara vez son llevados ante la justicia.
Rendimos homenaje a todas aquellas personas que han perdido la vida y a aquellas que continúan su labor en este entorno. Muchos activistas, abogados y periodistas independientes de toda la Federación de Rusia se enfrentan a la violencia, el acoso y la intimidación.
Los casos de difamación contra Oleg Orlov, presidente del Centro de Derechos Humanos Memorial, y la presidenta del Grupo Helsinki de Moscú, Lyudmilla Alekseeva, deberían analizarse en este contexto de intimidación. Las declaraciones del señor Orlov, puestas en duda por el Presidente Kadyrov, se referían al hecho de que el asesino de la activista de Memorial, Natalya Estimirova, aunque identificado, no ha sido llevado ante la justicia.
La Comisión Europea sigue muy de cerca el segundo juicio en curso contra el señor Orlov. La UE insta a Rusia a que cumpla los compromisos que ha contraído como miembro de las Naciones Unidas, la OSCE y el Consejo de Europa. El Presidente Medvedev ha hablado en contra de lo que ha denominado el nihilismo legal que prevalece en Rusia. La UE está preparada para apoyar a Rusia en la reforma de su sistema judicial.
Se han preparado actividades concretas en estrecha cooperación con la administración del Presidente y el Consejo de Europa.
La UE valora enormemente la oportunidad que tiene de discutir sus preocupaciones sobre los derechos humanos con las autoridades rusas. Acogemos de buen agrado la actitud que ha tomado el Presidente Medvedev en los debates relativos a estas cuestiones con la UE. Las consultas habituales UE-Rusia sobre derechos humanos entre expertos ofrecen la oportunidad de ampliar el ámbito de esas discusiones.
Presidente. − El debate queda cerrado.
De conformidad con el orden del día, se procede a la votación.
(Para los resultados y otros detalles de la votación: véase el Acta)
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Monica Luisa Macovei (PPE), por escrito. – (EN) Deseo transmitir mi más sentido pésame y preocupación por el número cada vez mayor de asesinatos o desapariciones de ciudadanos en la región del Cáucaso, en especial por Natalia Estemirova. El aumento de la violencia y desapariciones de defensores de los derechos humanos y adversarios políticos en la región del Cáucaso Septentrional desde 2009 es preocupante. Estos conflictos y violaciones de los derechos humanos desestabilizan la región y dificultan la paz y la prosperidad. Insto a las autoridades rusas a que aumenten la protección de los defensores de los derechos humanos, incluidos aquellos que trabajan para Memorial. El Gobierno debería esforzarse por condenar a todos aquellos que cometen secuestros y asesinatos, en vez de silenciar a aquellas personas que, como Oleg Orlov, sacan estas cuestiones a la luz. Condeno las acciones emprendidas por las autoridades en la investigación de organizaciones de derechos humanos, así como los cargos presentados actualmente contra Oleg Orlov por sus denuncias. Pido a la Comisión que destaque esas cuestiones en sus diálogos con Rusia.
Zbigniew Ziobro (ECR), por escrito. – (PL) Recientemente, en los medios de comunicación se ha hablado mucho sobre un nuevo comienzo en las relaciones entre la Unión Europea y la Federación de Rusia. El fruto de estas actividades es el proyecto conjunto germano-ruso del gasoducto Nord Stream y el ofrecimiento de incluir a Rusia en el sistema de seguridad europeo propuesto por Nicolas Sarkozy.
Parece ser que en la euforia de nuevos acuerdos económicos, los responsables de la toma de decisiones de la UE se han olvidado rápidamente de los casos de Anna Politkovskaya y Natalia Estemirova. Durante años, hemos basado la Unión en la creencia de que si puede decirse que las personas son iguales, entonces esta igualdad se extiende a todas las personas en todos los aspectos. Por lo tanto, nuestra prioridad debe ser la lucha incesante en favor del respeto por los principios de la ley y el orden, las libertades civiles y la dignidad humana. Es esencial que exista una reacción firme de la Unión Europea ante los repetidos casos de violaciones de los derechos humanos en Rusia y la tragedia de la oposición democrática.
Los medios de comunicación informan de que el día 31 de todos los meses, el movimiento «Estrategia 31» organiza manifestaciones en ciudades rusas. Sus miembros protestan en defensa de la libertad para reunirse, juntarse y celebrar marchas y piquetes como se establece en el artículo 31 de la Constitución de la Federación de Rusia. Desde el comienzo de sus actividades, el movimiento se ha encontrado con la oposición de las autoridades. Una y otra vez las fuerzas especiales de la policía (OMON) interrumpen las manifestaciones y los participantes son objeto de acoso y palizas, son llevados al campo y abandonados en la profundidad del bosque o son arrestados e incluso encarcelados sin recibir ninguna explicación oficial. La Unión tiene el deber de investigar a fondo estas actividades y expresar con firmeza su oposición. Esto es lo que esperan de nosotros, no solo los ciudadanos de Rusia, sino toda la sociedad europea.