Presidente. – El siguiente punto es el debate conjunto sobre los siguientes temas:
- Declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre la próxima Cumbre Unión Europea-Estados Unidos y la reunión del Consejo Económico Transatlántico
- Declaraciones del Consejo y de la Comisión relativas al acuerdo Unión Europea-Estados Unidos sobre protección de datos.
Stefaan De Clerck, Presidente en ejercicio del Consejo. – (NL) Señor Presidente, señora Reding, Comisario, Señorías, como ustedes saben, la cuestión de la cooperación entre los Estados Unidos y la Unión Europea se viene debatiendo desde hace tiempo y cabe señalar que el 28 de mayo de 2010 recibimos una propuesta de la Comisión en la que nos solicitaba que se aprobase el inicio de las negociaciones sobre un acuerdo entre la Unión Europea y los Estados Unidos relativo a la protección de datos personales, un tema que ya se ha debatido varias veces, también en esta Cámara.
Al mismo tiempo, la Comisión ha participado en la labor del Grupo de contacto de alto nivel UE-EE.UU. sobre protección e intercambio de datos, el cual elaboró un informe en 2008 que se facilitó asimismo al Parlamento Europeo. No cabe duda de que la protección de datos que se aborda en dicho informe es un tema esencial para Europa. Es una libertad fundamental consagrada en el artículo 16 del Tratado y a la que la Presidencia otorga una particular importancia. Por consiguiente, la Presidencia apoya todas las iniciativas destinadas a mejorar la protección de datos en las relaciones transatlánticas y a asegurar que el nivel de protección sea el adecuado.
Este acuerdo debería tener en cuenta los principios de protección de datos establecidos en varios documentos, por ejemplo, en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en la Directiva de 1995 sobre protección de datos y en la Decisión marco de 2008. He dicho que necesitamos alcanzar un nivel adecuado de protección de datos, pero no siempre será un nivel equivalente o idéntico.
Debe existir un nivel alto y adecuado de protección de los derechos de la persona pero la manera de garantizar dichos derechos puede variar de un país a otro. Cada sistema posee unas características específicas, también en el ámbito de la protección de datos, y ello no tiene por qué plantear ningún problema fundamental. Lo que realmente importa es garantizar que los derechos civiles contemplados en el futuro acuerdo se apliquen y que se apliquen a favor de todos los interesados.
¿Qué harán los Estados Unidos y la Unión Europea para velar por que se apliquen esos derechos? Cada una de las partes tendrá que decidir por sí misma. Nuestra opinión es que, al igual que una directiva europea puede ser aplicada de forma diferente por los diferentes Estados miembros, un acuerdo internacional puede incorporarse de manera diferente a las distintas legislaciones nacionales. Ahora bien, en todo caso lo importante es el resultado final, es decir, establecer unos derechos que puedan hacer valer las partes interesadas a ambas orillas del Océano Atlántico.
Dado que el Consejo comparte la preocupación del Parlamento a este respecto, solicitará a la Comisión, en la decisión por la que se autoriza el inicio de las negociaciones, que presente un informe al Consejo en el curso de dichas negociaciones, centrado, en particular, en la forma en la que se garantizará la aplicabilidad específica de los derechos establecidos en el acuerdo.
En el pasado ya se concluyeron algunos acuerdos sectoriales que contenían disposiciones concretas sobre protección de datos diferentes para cada sector; y, actualmente, las distintas disposiciones de dichos acuerdos constituyen una especie de inextricable maraña que dificulta considerablemente la labor de los oficiales de policía responsables de la aplicación de las disposiciones relativas a la protección de datos. Las negociaciones sobre estos acuerdos específicos están sometidas a una gran presión de tiempo. Esto fue lo que ocurrió en el caso de los acuerdos relativos al registro de nombres de los pasajeros (PNR) y al Programa de Seguimiento de la Financiación del Terrorismo (TFTP); ustedes ya conocen como se desarrollan los debates. Así pues, en las negociaciones del próximo acuerdo de protección integral de los datos, en el que van a consagrarse los principios relativos a la protección de datos, debemos evitar la necesidad de negociar luego nuevos acuerdos sectoriales.
Además, tenemos que ser realistas y entender que si suscribimos un único acuerdo integral con los Estados Unidos en el ámbito de la protección de datos nunca lograremos eliminar todos los problemas que puedan plantearse en el futuro. Por consiguiente, deberíamos tener en cuenta la posibilidad de concluir posteriormente nuevos acuerdos específicos.
Así pues, habrá eso que se conoce como «acuerdo marco», en el que se establecerán los derechos fundamentales, pero que no proporcionará por sí solo una base para la transferencia de datos. Las transferencias de datos se basarán en otros acuerdos específicos actuales o futuros.
Por consiguiente, para concluir, señor Presidente, quisiera poner de relieve que la Presidencia está intentando conseguir un mandato de negociación para que este acuerdo integral se aborde al mismo tiempo que los tres mandatos relativos a los acuerdos PNR con Australia, Canadá y los Estados Unidos, y que nos gustaría debatir este tema en la reunión del Consejo de los días 2 y 3 de diciembre. Gracias por su atención.
Karel De Gucht, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, la Baronesa Ashton no puede estar hoy aquí, por lo que yo trataré el tema de la cumbre Unión Europea-Estados Unidos y el tema del Consejo Económico Transatlántico, también denominado CET. Como ustedes saben, la cumbre se celebrará en Lisboa el 20 de noviembre y en ella habrá que demostrar el valor añadido de la asociación entre la UE y los Estados Unidos y su continua pertinencia en el siglo XXI.
Permítanme aprovechar esta oportunidad para expresar mi satisfacción por la contribución activa del Parlamento Europeo a las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos e informar a los diputados de nuestros objetivos para la cumbre. La Unión Europea y los Estados Unidos todavía están sufriendo los efectos de la crisis económica, por lo que los debates de la cumbre girarán en torno a la economía y el empleo.
Primero analizaremos los resultados de la cumbre del G-20 y hablaremos de nuestras respectivas contribuciones a una recuperación mundial sostenible y equilibrada. También queremos que la cumbre ponga de relieve la necesidad de concluir, en el seno de la Organización Mundial del Comercio, un acuerdo ambicioso, integral y equilibrado sobre el Programa de Doha para el Desarrollo. Proclamaremos conjuntamente nuestra intención de resistir al proteccionismo tanto en nuestros países como fuera de los mismos y nos centraremos en la ampliación de las ventajas económicas de la economía transatlántica. En relación con el Consejo Económico Transatlántico, acojo con gran satisfacción las ideas que se expresan en la resolución.
Quisiera subrayar especialmente tres elementos, a saber: la importancia de reforzar los componentes estratégicos del Consejo Económico Transatlántico; la necesidad de que el CET apoye y patrocine la cooperación en todos los temas que afectan al marco regulador de las industrias y los consumidores de la UE y los Estados Unidos; y, por último, el papel crucial de los legisladores como guardianes y agentes que posibilitarán la convergencia de nuestros enfoques.
Permítanme que exprese mis propias opiniones sobre las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos y que explique por qué creo que el CET es importante. La Unión Europea y los Estados Unidos son las economías más integradas del mundo; somos los mayores socios bilaterales en los ámbitos del comercio y las inversiones; compartimos valores y responsabilidades comunes a la hora de hacer frente a los retos mundiales en una serie de ámbitos, como los retos de innovación o el medio ambiente, la seguridad energética o al acceso a las materias primas. Aunque nuestros respectivos enfoques sobre las cuestiones económicas y normativas sigan siendo diferentes, la seguridad de los consumidores y la protección de datos son ejemplos que ilustran estos intereses comunes.
A este respecto, algo que me tranquiliza es nuestra capacidad, tantas veces demostrada, para colaborar en los momentos difíciles. Aunamos esfuerzos con gran eficacia para luchar contra la crisis económica y financiera, nuestro compromiso conjunto expresado en el G-20 y en el seno de la Organización Mundial del Comercio ha contribuido a evitar los avances proteccionistas. Dos años después, la Unión Europea y los Estados Unidos están avanzando hacia la fase siguiente: crear un crecimiento y un empleo inteligentes y sostenibles y, al mismo tiempo, hacer frente a los grandes retos y la competencia cada vez mayor de las economías emergentes.
La pregunta es: ¿cómo el refuerzo de la cooperación con los Estados Unidos puede ayudarnos a alcanzar estos objetivos? En mi opinión, la Unión Europea y los Estados Unidos necesitan replantearse y probablemente redefinir la asociación transatlántica para adaptarla a la nueva situación. Tenemos que preguntarnos hoy cómo será el mercado transatlántico en el año 2020. ¿Serán la Unión Europea y los Estados Unidos líderes en tecnologías innovadoras capaces de transformar la sociedad, como los vehículos eléctricos y las redes inteligentes? ¿Conseguirán promover conjuntamente redes abiertas de servicios de tecnologías de la información y de las telecomunicaciones e imponer una regulación transparente? ¿Lograrán nuestras pequeñas y medianas empresas prosperar y tener acceso a nuevos mercados protegiendo sus derechos de propiedad intelectual? ¿Se beneficiarán los consumidores de los intercambios de información sobre productos peligrosos entre los Estados Unidos y la UE? ¿Cómo vamos a hacer frente a las amenazas a la seguridad y al terrorismo? ¿Mediante el activismo unilateral o aplicando soluciones más eficaces convenidas mutuamente para proteger la seguridad del comercio? ¿Cómo deberíamos afrontar los retos económicos que plantean las economías emergentes en algunos ámbitos, como el de los derechos de la propiedad intelectual, el acceso a las materias primas o las subvenciones a las industrias nacionales? El relanzamiento del Consejo Económico Transatlántico es un intento de desarrollar esta relación estratégica.
Mi homólogo Michael Froman, copresidente del Consejo Económico Transatlántico por parte de los Estados Unidos, y yo hemos acordado establecer nuevas directrices. Creemos que el CET es la principal plataforma política en la que podemos debatir cuestiones económicas, estratégicas —incluidas las relativas a los países terceros— y normativas. Gracias al asesoramiento que han prestado a la Comisión y a la Administración estadounidense, los legisladores, las empresas y los consumidores han proporcionado y deberían seguir proporcionando una información crucial para buscar posibles soluciones transatlánticas a los problemas actuales y a los que puedan plantearse en el futuro.
La próxima cumbre del CET se celebrará el 17 de diciembre en Washington y debería centrarse en tres temas principales: innovación y tecnologías emergentes; construcción del mercado transatlántico y elaboración de estrategias para estimular nuestras economías.
En relación con la política energética: El Consejo Transatlántico de Energía se reunirá la víspera de la cumbre y seguirá trabajando para elaborar respuestas conjuntas a la seguridad energética. Nuestra intención es que la cumbre pida al Consejo de Energía que refuerce la cooperación entre la Unión Europea y los Estados Unidos en el desarrollo y despliegue de tecnologías energéticas verdes y promueva los contactos entre nuestros investigadores para que puedan participar libremente en programas bilaterales de investigación energética. Esta labor beneficia tanto nuestras actividades en el ámbito del cambio climático como en la creación de nuevos puestos de trabajo.
Sabemos que las consecuencias del cambio climático constituyen un grave motive de preocupación para nuestros ciudadanos. En la cumbre presionaremos a los Estados Unidos para que tengan en cuenta la necesidad de que la conferencia de Cancún constituya un paso adelante hacia un amplio marco mundial para hacer frente al cambio climático.
Con respecto al desarrollo, la Unión Europea y los Estados Unidos son los principales donantes del mundo. Además de trabajar para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio sobre seguridad alimentaria y ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático, debemos trabajar estrechamente para coordinar los esfuerzos que realizamos en los países receptores con el fin de potenciar al máximo la eficacia y las repercusiones de nuestra ayuda y evitar la duplicación de medidas.
En relación con la seguridad, debemos reconocer que los derechos fundamentales y la seguridad de los ciudadanos son aspectos complementarios que se refuerzan mutuamente; necesitamos que en todo lo que hacemos exista un equilibrio entre ambos aspectos. Sé que Viviane Reding tratará más tarde con ustedes esta importante cuestión, y en particular el acuerdo sobre el registro de nombres de los pasajeros. La Unión Europea y los Estados Unidos tienen que trabajar conjuntamente para buscar una solución más integral a las nuevas amenazas a las redes mundiales, como los delitos cibernéticos y sus efectos.
Por último, en el ámbito de la política exterior, haremos hincapié en nuestras estrategias conjuntas y trataremos de conseguir el máximo impacto. Tenemos que apoyar el proceso de paz en Oriente Medio a fin de lograr un marco para un acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina en el plazo de un año. En Irán, la UE ha endurecido las sanciones y, al mismo tiempo, se ha comprometido a buscar un compromiso con este país.
Así pues, en términos generales, la cumbre abarcará una serie de cuestiones que constituyen la base de las relaciones transatlánticas. Espero con gran interés los debates que tendrán lugar a continuación.
PRESIDE: Alejo VIDAL-QUADRAS Vicepresidente
Viviane Reding, Vicepresidenta de la Comisión. – Señor Presidente, el 26 de mayo, la Comisión recomendó al Consejo que autorizara las negociaciones relativas al acuerdo sobre protección de datos y presentó un proyecto de directrices de negociación. Esta recomendación de mandato se está debatiendo actualmente en el seno del Consejo. Sé que el Parlamento Europeo comparte mi opinión de que esta es una oportunidad única, una oportunidad para conseguir un alto nivel de protección de los datos personales y, al mismo tiempo, dotar de nuevo dinamismo a nuestra asociación transatlántica.
El intercambio de información resulta esencial para lograr una cooperación eficaz en la lucha contra la delincuencia, no solo dentro de la Unión Europea sino también con los Estados Unidos. La asociación Unión Europea-Estados Unidos en materia de seguridad reviste una gran importancia; es indispensable y por esta razón debemos hacer cuanto esté en nuestra mano para que funcione.
En el pasado, la protección de los datos personales ha constituido un problema recurrente. Siempre que se ha hablado del intercambio de información a través del Atlántico con fines policiales ha surgido esta cuestión. Creemos que un acuerdo puede facilitar las negociaciones sobre futuros acuerdos específicos relativos al intercambio de datos personales. Además, dicho acuerdo nos brindará la oportunidad de avanzar a partir de principios comunes y de buscar soluciones satisfactorias con vistas a la cooperación en el futuro.
Voy a ser muy clara sobre este punto. Necesitamos un acuerdo general que proporcione un marco coherente y jurídicamente vinculante para proteger los datos personales y hacer respetar los derechos de las personas. Sabemos asimismo que existen actualmente numerosos acuerdos específicos sobre el intercambio de datos entre los Estados Unidos y la UE. Cada uno de ellos establece sus propias normas especiales en materia de protección de datos, y ello implica la existencia de un mosaico de salvaguardas y disposiciones diferentes relativas al tratamiento de la información personal. Así pues, tenemos una solución muy poco satisfactoria y difícil de justificar, dado que estamos hablando de un derecho fundamental, y el derecho a la protección de datos es un derecho fundamental.
Con la ayuda de ustedes, estoy decidida a acabar con este enfoque fragmentado y a negociar un acuerdo marco que:
i) ofrezca un conjunto coherente y armonizado de normas sobre protección de datos e incluya principios esenciales, como el principio de proporcionalidad, la minimización de datos, los períodos de retención mínimos y la limitación a los fines;
ii) se apliqué a todos los acuerdos actuales y futuros relativos a la información con fines policiales;
iii) contenga todas las normas sobre protección de datos que sean necesarias y acordes con el acervo de la Unión en esta materia y proponga derechos aplicables a las personas, formas de compensación administrativa y judicial o una cláusula de no discriminación;
iv) garantice la aplicación efectiva de las normas de protección de datos y el control de dicha aplicación a cargo de autoridades públicas independientes.
Creo que tanto los ciudadanos como las empresas esperan contar con un único conjunto de normas de protección de datos legalmente vinculante, que luego se aplicarán de manera uniforme en todo el territorio de la Unión, así como en el marco de la cooperación transatlántica con fines policiales. Además creo que debemos fijarnos objetivos ambiciosos.
Estoy decidida a conseguir mis objetivos y confío en poder contar con el apoyo del Parlamento Europeo para alcanzar un buen acuerdo con los Estados Unidos, un acuerdo que ofrecerá un alto nivel de protección de datos para todas las personas y nos permitirá proseguir nuestra cooperación con los Estados Unidos, tan necesaria e importante, para prevenir el terrorismo y la delincuencia organizada.
Elmar Brok, en nombre del Grupo PPE. – (DE) Señor Presidente, señor De Clerck, señora Reding, señor De Gucht, Señorías, el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-cristianos) apoya la propuesta conjunta de resolución y desea expresar su agradecimiento a todas las personas que han intervenido en esta Cámara.
Es necesario que entendamos, antes de que se celebre la cumbre Unión Europea-Estados Unidos y ahora, cuando está teniendo lugar la cumbre del G-20, que a la hora de abordar numerosas cuestiones, no solamente cuestiones económicas, sino también otros temas relacionados con la paz y la protección ambiental, Europa solo podrá influir a escala mundial con una respuesta europea conjunta. Por ese motivo quisiéramos que hubiera una cooperación más estrecha en esta Cámara y en el Parlamento Europeo y estamos trabajando con este fin con los nuevos grupos mayoritarios del Congreso de los Estados Unidos, los cuales desempeñan un papel fundamental en este contexto. El señor De Gucht entiende que así es en el caso del Consejo Económico Transatlántico (CET), la señora Reding en el caso de la protección de datos y nosotros también vimos en el caso de SWIFT que los parlamentos desempeñan un papel significativo en este sentido. Juntos, los europeos y los estadounidenses, que siguen representando el 60 % del producto interior bruto mundial, tienen la oportunidad de establecer normas y ofrecer una respuesta positive a los retos del terrorismo, a los temas relacionados con Irán y Oriente Medio, el cambio climático y tantas otras cuestiones. Tenemos que hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para lograrlo.
Por consiguiente, espero que podamos avanzar en estos temas políticos generales y que podamos progresar en relación con el CET, ahora que ha sido revitalizado gracias a los esfuerzos del señor De Gucht. Espero que el Consejo consiga su objetivo original y podamos eliminar las barreras comerciales para lograr un mercado transatlántico capaz de generar un gran crecimiento sin necesidad de incurrir en costes innecesarios, y también, señora Reding, que podamos avanzar en los temas relacionados con los derechos fundamentales, la protección de datos y otras cuestiones similares. Es necesario garantizar la protección de datos, aunque, por distintos motives, también necesitamos intercambiar datos. Por consiguiente es muy positivo que estemos intentando ponernos de acuerdo para establecer normas comunes y allanar las diferencias entre nuestros enfoques jurídicos.
Si me permiten una última observación, en este caso sobre temas relacionados con los mercados financieros, cabe afirmar que, si bien se han aprobado instrumentos legislativos para evitar que se repitan los sucesos acaecidos hace dos años, la Reserva Federal ahora ha decidido, por ejemplo, lanzar al mercado 600 millones de dólares estadounidenses sin consultar a nadie, lo que ha provocado, como es natural, temores con respecto a la inflación y a otros temas y algunas perturbaciones en la economía mundial. Esta medida no nos ayudará si los tipos de cambio bilaterales no evolucionan correctamente.
Hannes Swoboda, en nombre del Grupo S&D. – (DE) Señor Presidente, quiero expresar mi más sincero agradecimiento al Consejo y a la Comisión por sus observaciones introductorias. En particular, quisiera concentrarme en lo que ha dicho el señor De Gucht, porque hay que señalar que los Estados Unidos han cambiado desde el 2 de noviembre. No es que la cooperación con este país fuera perfecta antes de esa fecha, pero hay motivos para temer que ahora será más difícil.
Señor De Gucht, usted ha hablado de proteccionismo, y yo creo que debemos actuar conjuntamente para contrarrestar esta tendencia. El proteccionismo puede ofrecer una solución a corto plazo en algún que otro ámbito, pero, en general, no es una solución, ya que da lugar a un proteccionismo competitivo que va claramente en contra de nuestros intereses. Usted se ha referido a los temas energéticos. Pues bien, la Comisión ha publicado hoy un documento sobre la energía titulado Energía 2020. Si bien hay algunos aspectos en dicho documento que yo criticaría, el planteamiento general es acertado. No obstante, no me puedo imaginar que los Estados Unidos publicaran un documento similar con unas directrices similares. Las negociaciones en este ámbito plantearán muchos problemas, sobre todo desde el 2 de noviembre. Usted ha hablado asimismo de los vehículos eléctricos y se ha referido al desarrollo de redes inteligentes conjuntamente con los Estados Unidos, y estos temas sí que deberíamos intentar negociarlos. Pero, al mismo tiempo, debemos decir a los Estados Unidos que también tenemos otros socios, que también podemos tratar temas similares con China, Brasil y otros países. Tenemos que dar a entender a los estadounidenses que no dependemos necesariamente de ellos, que quisiéramos negociar con ellos, pero que ellos no son nuestro único socio, sobre todo en relación con el cambio climático. Hemos de tener en cuenta la actitud de los Estados Unidos y la incapacidad de actuar del Presidente Obama porque aún no se habían aprobado las leyes. Ahora, con los actuales grupos mayoritarios en el Congreso, la ley ni siquiera se ha puesto sobre la mesa, y eso nos hace pensar que las cosas van a ser más difíciles, a menos que logremos abordar algunos de estos temas con otros países, como China, India o Brasil. Debemos asumir esta situación claramente.
Respondiendo a las observaciones del señor Brok, diré que al principio existía una gran diferencia, pero ahora esa diferencia es menor. Asimismo, en nuestra opinión, es absolutamente razonable y vital que los Estados Unidos vuelvan a equilibrar su presupuesto. No tengo nada en contra; por el contrario, me parece positive que los Estados Unidos traten de crear nuevos puestos de trabajo; eso es bueno para ellos y también para nosotros. No obstante, ha de hacerse de una forma coordinada. Por consiguiente, los estadounidenses tienen que acostumbrarse a aceptar una mayor cooperación mundial en este ámbito, sobre todo cooperación con Europa.
Sarah Ludford, en nombre del Grupo ALDE. – Señor Presidente, la relación transatlántica es la más importante de Europa, dado que no solo representamos el 50 % de la economía mundial, sino que, además, nuestras democracias son las principales impulsoras del respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho. Sin embargo, a veces parece que damos las cosas por sentadas entre nosotros o que dejamos que nuestros conflictos internos oculten lo que más nos importa, que son nuestros intereses comunes.
Por esta razón, nuestra resolución conjunta insiste en la importancia de una asociación estratégica que haga hincapié en la coordinación y la cooperación a la hora de hacer frente a los retos mundiales y a los problemas regionales y en la que los legisladores participen plenamente y de una manera responsable. Esta asociación estratégica estará basada en la libertad económica y política.
Observo con satisfacción que los diputados están reiterando nuestra insistencia en la necesidad de lograr el objetivo de un mercado transatlántico libre para el año 2015. Ese objetivo impulsa nuestras aspiraciones de eliminar las barreras comerciales y normativas. Un aspecto muy significativo —cada vez más significativo— de la relación transatlántica tiene que ver con cuestiones relativas a la justicia, la aplicación de la ley y los derechos humanos. Solía ser un elemento específico, pero ahora se ha convertido en uno de los elementos básicos. En la medida en que nuestra asociación se base en el respeto mutuo de nuestros valores comunes, tendremos más fuerza para proclamar estos valores en todo el mundo.
Y en ese contexto, la justificación reiterada del anterior Presidente George Bush del «water boarding» o ahogamiento por chorros de agua, que es claramente una forma de tortura, viene a sumarse a todos los errores cometidos en los ocho desastrosos años que duró su Presidencia y que hicieron que el mundo occidental fuera menos libre y menos seguro. La evidencia generalizada de los malos tratos de los que, al parecer, fueron víctimas los detenidos iraquíes a manos de las tropas del Reino Unido y de los Estados Unidos exige un examen al más alto nivel, y también en la próxima cumbre y en el marco de investigaciones independientes.
He escuchado con satisfacción a la Vicepresidenta Reding hablar del acuerdo sobre protección de datos. Realmente es imprescindible que alcancemos este «acuerdo marco», como ella lo ha denominado, dado que actualmente cuando negociamos acuerdos individuales de intercambio de datos no hacemos más que apagar fuegos. Contar con una solución, con un marco que nos permitirá examinar cada una de las solicitudes de intercambio de datos, resultaría muy útil porque gran parte de nuestra atención y de nuestras peleas se ha centrado en este tema. Vale la pena realizar los esfuerzos necesarios para lograr este objetivo.
Reinhard Bütikofer, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señor Presidente, Señorías, las elecciones del 2 de noviembre representan un punto de inflexión en la historia reciente de los Estados Unidos y tenemos la impresión de que el país se ha detenido en el tiempo para recuperar el aliento. En esa situación resulta todavía más importante hacer hincapié en la fiabilidad de nuestra cooperación y establecer prioridades para nuestra labor conjunta en el futuro.
Agradezco al señor De Gucht que haya planteado el tema del Consejo Económico Transatlántico (CET) al principio de su intervención y también por lo que ha dicho sobre este tema. Necesitamos aires nuevos en el CET. Hasta ahora el CET no ha hecho gran cosa pero aún podemos tener esperanzas. Estoy de acuerdo con los dos aspectos que ha mencionado usted, Comisario, y los apoyo; tanto la cooperación bilateral, por ejemplo, con vistas a la normalización y regulación de las tecnologías de baja emisión de carbono, como, más allá de de este aspecto, el componente estratégico. Esperamos que sea un paso adelante.
Lamentamos que la política en materia de cambio climático no se aborde en la hora y media que durará la cumbre de Portugal. No obstante, nuestros representantes, el Presidente Barroso y el Presidente Van Rompuy, deben manifiesten claramente que Europa no se dejará arrastrar ni permitirá que se obstaculice su política en este ámbito. La atención prestada a la política de desarrollo es algo positivo y, desde una perspectiva europea, sería deseable que intentáramos buscar no ya cualquier forma de cooperación, sino una cooperación con condiciones, haciendo hincapié en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en la política en materia de cambio climático.
Por último, en vista de que en ahora la Presidencia estadounidense está en una posición más débil y de que en los Estados Unidos hay nuevas tendencias aislacionistas, Europa tiene que tomar de manera independiente la iniciativa a nivel internacional, por ejemplo, en Oriente Medio con respecto a los palestinos, a Siria o el Líbano. Deberíamos decir claramente a los estadounidenses que estamos preparados para hacerlo y que queremos asumir esa responsabilidad.
Timothy Kirkhope, en nombre del Grupo ECR. – Señor Presidente, ninguna relación bilateral nos parece más importante que la que mantenemos con los Estados Unidos. Nos enfrentamos a un siglo lleno de incertidumbres, que se caracterizará por un cambio fundamental en el equilibrio de fuerzas en el panorama económico mundial y en el que los centros de poder se irán desplazando de las democracias liberales de Europa y América del Norte a otros Estados, y estos Estados no comparten todos, al menos de momento, nuestros compromisos con el Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos.
Mientras ostente mi condición de diputado en esta Cámara lucharé, por supuesto, para que haya unidad entre las democracias del Atlántico Norte a la hora de promover una visión común de cara al futuro. Por ejemplo, si queremos evitar problemas innecesarios, para poder alcanzar nuestros objetivos compartidos en el ámbito de la seguridad deberíamos buscar la máxima cooperación.
Por consiguiente, aplaudo la labor que se está realizando en el acuerdo marco de la protección de datos y en el acuerdo sobre el registro de nombres de los pasajeros, pero yo pediría que examinemos con cautela las graves consecuencias graves que podría tener la aplicación retroactiva de nueva legislación en las sentencias judiciales en vigor aquí y en los Estados Unidos.
Asimismo, tenemos que reconocer que la UE no tiene competencia jurídica en las negociaciones entre los gobiernos nacionales y terceras partes. Espero ansiosamente que, en relación con esta cuestión y con tantas otras cuestiones que nos interesan a todos, podamos encontrar una solución práctica y aceptable.
Takis Hadjigeorgiou, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (EL) Señor Presidente, creemos que la cooperación no es compatible con la independencia y la UE debería aprender a mantener su dignidad. Creemos que en una buena cooperación se da por supuesto el respeto de la independencia de la otra parte. Creemos que en el diálogo y en las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos debería imperar un espíritu de entendimiento e independencia mutuos.
Por consiguiente, entre las cuestiones más significativas que yo quería comentar destacaría las siguientes, en las cuales tenemos una gran responsabilidad. Estas cuestiones son la necesidad de presionar de verdad a Israel para resolver la cuestión palestina y a Turquía para resolver la cuestión de Chipre, la necesidad urgente de abolir la pena de muerte en los Estados Unidos, el hecho de que el Presidente Obama haya roto su promesa de clausurar la base de Guantánamo, la necesidad de defender —y utilizo este término de forma deliberada— los datos personales y, por último, la gran cuestión del cambio climático. Debemos convencer a los Estados Unidos para que asuman sus responsabilidades reales.
Fiorello Provera, en nombre del Grupo EFD. – (IT) Señor Presidente, Señorías, voy a referirme a un fragmento de la intervención del Comisario De Gucht sobre la cooperación internacional para el desarrollo. Conocemos la importancia que tiene esta cuestión para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Reducir las desigualdades entre los países ricos y los países pobres no solo es un imperativo moral, sino que también contribuye a solucionar los motivos de los conflictos y las disputas internacionales y a mejorar la calidad de vida en vastas regiones del mundo.
Por ello resulta pertinente apoyar la recomendación recogida en una propuesta de resolución que insta a los países industrializados a destinar un 0,7 % del PIB a este fin para el año 2015, pero es imprescindible adoptar otras medidas para que la ayuda surta efecto. Se necesita coordinación entre Europa y los Estados Unidos en relación con la política de ayudas para evitar la duplicación de las intervenciones en las distintas regiones geográficas. Tenemos que definir mejor las mejores prácticas para la ejecución de los planes y estas han de respetar las necesidades de los receptores, no las de los donantes. Una buena gobernanza en los países que se benefician de la política de ayudas es esencial para aumentar la eficacia de la intervención y evitar la dispersión de unos recursos preciosos debido a la corrupción, la incapacidad y la irresponsabilidad.
El último punto que quiero señalar es la coherencia entre la política de cooperación para el desarrollo y la política comercial. Por ejemplo, en los ámbitos de la agricultura y la pesca, no tiene sentido financiar planes de desarrollo económicos con una mano y cerrar la puerta a los productos de los países en desarrollo con la otra. El acuerdo de Doha constituirá un gran paso adelante en este sector fundamental.
Andreas Mölzer (NI). – (DE) Señor Presidente, en los próximos meses veremos cuáles serán los efectos del debilitamiento del Presidente Obama en su propio país como resultado de los malos resultados logrados por su partido en las recientes elecciones al Congreso. Me pregunto, por ejemplo, si aumentarán las tendencias proteccionistas y si influirán en el comercio y en la política económica o si el Presidente Obama prestará más atención a algunos ámbitos de la política exterior, como el conflicto de Irán, Oriente Medio o el conflicto en Afganistán. Ya lo veremos.
Por lo que respecta a Europa, y a la UE en particular, esta tendencia solo debería tener un interés limitado, dado que la Unión necesita definir sus propias prioridades y objetivos, así como sus propios intereses. Esto es especialmente cierto en el ámbito de la política mundial, en la que la presencia de la Unión Europea es bastante escasa. Solamente en el conflicto de Oriente Medio, en el que ni siquiera nos sentamos en la mesa de negociaciones. Como todo el mundo sabe, en todas las cuestiones importantes, ya se trate de Irán, Afganistán o el conflicto de Oriente Medio, solemos dejarnos guiar por los Estados Unidos y no tenemos una visión propia. Sin embargo, en los ámbitos en los que convendría que existiera una mayor cooperación con los Estados Unidos, por ejemplo, en la resolución del problema de Chipre, en el que los Estados Unidos podrían influir en Turquía, que es su país aliado, apenas se hace nada. Aunque, desde muestra perspectiva, el Presidente Obama parece estar más interesado en el Pacífico que en el Atlántico, tenemos que centrarnos más en Europa Oriental y Oriente Medio.
Obviamente, también se necesita una mayor cooperación o coordinación con los Estados Unidos en el Consejo Económico Transatlántico. Nadie duda de que Occidente, es decir, Europa y los Estados Unidos, debería mantener su liderazgo mundial en los ámbitos de la investigación, la innovación y el desarrollo. Por último, no deberíamos olvidar que la mejora de la protección de datos y el mantenimiento y el respeto de los derechos de los ciudadanos deberían estar entre las prioridades de la cumbre.
Ioannis Kasoulides (PPE). – Señor Presidente, el centro de gravedad mundial se está desplazando de Oeste a Este, lo que está dando lugar a la aparición de nuevas potencias mundiales como China y la India. Si bien en este nuevo contexto, la Unión Europea sigue siendo la primera potencia comercial del mundo y los Estados Unidos siguen siendo el primer socio comercial de la UE, nuestra cooperación es mucho más que eso: es un pilar básico del sistema internacional, ya que se basa en valores comunes, vínculos históricos e intereses estratégicos, lo cual no ocurre siempre en el caso de otros socios estratégicos.
Desde sus inicios como una alianza necesaria durante la Guerra Fría, la asociación transatlántica ha llegado a ser una alianza preferente. La aparición de un mundo multipolar dicta la necesidad de redefinir las modalidades de cooperación entre las dos partes en todos los temas que nos preocupan actualmente, tanto a nivel bilateral como mundial.
Reiteramos las conclusiones del Consejo Europeo del pasado mes de septiembre, en el que se instaba a dar un nuevo impulse a la asociación transatlántica y a buscar nuevas vías para crear una asociación basada en las peculiaridades y los puntos fuertes respectivos. La asociación transatlántica debería beneficiarse al máximo de nuestra relación económica, reforzando para ello el Consejo Económico Transatlántico. Las actuaciones unilaterales, como la expansión monetaria cuantitativa o «quantitative easing» realizada por la Reserva Federal, son tan preocupantes como la depreciación del renminbi.
Stavros Lambrinidis (S&D). – (EL) Señor Presidente, el gran interés que despertó el Parlamento Europeo en los Estados Unidos tras el rechazo del acuerdo SWIFT ha ido apagándose. Pero ello no quiere decir que en las relaciones todo siga igual, sino más bien al contrario. La mayor competencia del Parlamento Europeo en los ámbitos de la economía, la energía, la lucha contra el terrorismo y la defensa de los derechos fundamentales es un indicio de que no todo sigue igual. La sensación de que ahora el Parlamento Europeo cuenta para los Estados Unidos, lo cual debemos agradecérselo al señor Kennard, Embajador de este país en Bruselas, indica que no todo sigue igual. El hecho de que tengamos ante nosotros negociaciones vitales y cruciales sobre cuestiones como las planteadas por la señora Reding, en las que el Parlamento Europeo apoya a la Comisión, como usted pedía, Comisario, significa que no todo sigue igual. Asimismo, el hecho de que el Parlamento Europeo haya abierto una Oficina de Enlace con el Congreso de los Estados Unidos significa que no todo sigue igual.
Quizás sea positivo que los roces iniciales se hayan aplacado, porque ahora podemos construir una relación fuerte y duradera entre el Parlamento Europeo y el Congreso con ideas claras y partiendo de las nuevas estructuras que se están desarrollando.
Alexander Alvaro (ALDE). – (DE) Señor Presidente, señor De Clerck, señor De Gucht, señora Reding, ya hemos oído hablar bastante de la importancia de las relaciones transatlánticas; yo no creo que nadie haya puesto en duda esa cuestión. Los Estados Unidos son uno de nuestros socios comerciales más importantes y uno de nuestros principales aliados, y yo, como alemán, soy muy consciente de que lo que los Estados Unidos han hecho por nosotros es impagable. Sin embargo, hay que decir que no se puede negociar en pie de igualdad si estamos siempre inclinándonos ante la otra parte.
Si nosotros, en la Unión Europea, queremos mantener una relación con los Estados Unidos digna y basada en el respeto mutuo, ya es hora de que abordemos los problemas que plantean nuestras posiciones respectivas. Señora Reding, usted ha dicho claramente una vez más que es usted la mujer adecuada y que ostenta el cargo adecuado para eso. Usted ha mencionado los principios fundamentales de la ley europea sobre protección de datos, y yo creo que no podemos hacer concesiones en este sentido en relación con el acuerdo Unión Europea-Estados Unidos sobre protección de datos. No podemos participar en una carrera hacia mínimos si estamos elaborando un acuerdo destinado principalmente a proteger a nuestros ciudadanos. Esta protección, es decir, la protección de los datos personales y la intimidad, está contemplada de numerosas formas en los artículos de la Carta de los Derechos Fundamentales, en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y en el Tratado de Lisboa. El propósito del acuerdo UE-EE.UU. sobre protección de datos debe ser lograr ese objetivo; mantener y no debilitar las medidas que hemos adoptado y aplicado en la Unión Europea. Me estoy refiriendo a los derechos que usted ha mencionado relativos al acceso a la información, su eliminación y corrección; a la limitación a los fines, a la proporcionalidad y al principio de la evitación y minimización de datos.
Y por supuesto, a la hora de negociar este acuerdo hemos de procurar al mismo tiempo que esta negociación no tenga lugar en el vacío. La negociación repercutirá en la Directiva europea sobre protección de datos que va a examinarse en breve, en la directiva sobre protección de datos para las comunicaciones electrónicas y en la transmisión de datos sobre los nombres de los pasajeros que está negociando la señora in ’t Veld. Todo tiene que examinarse en su contexto. Señora Reding, creo que cuando se negocie su mandato en el Consejo los días 2 y 3 de diciembre, es de suponer que contará con el apoyo de esta Cámara. Le deseo buena suerte y un gran éxito. Puede contar con nuestro apoyo.
PRESIDE: Stavros LAMBRINIDIS Vicepresidente
Jan Philipp Albrecht (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, el acuerdo planeado es acorde con el deseo acariciado desde hace tiempo por los miembros de esta respetable Cámara de acordar definitivamente con los Estados Unidos unas normas vinculantes y unos derechos legales mínimos en materia de protección de datos al objeto de colmar las lagunas existentes en la protección jurídica de los ciudadanos de la Unión Europea. Mantener una cooperación estrecha con nuestros socios estadounidenses es necesario y deseable, pero ello no debería ser a costa de que los derechos de los ciudadanos europeos, consagrados en la constitución, se vieran menoscabados.
El mandato propuesto por la Comisión para la negociación de este acuerdo es algo positive y va en la dirección correcta. En mi calidad de ponente en nombre del Parlamento Europeo, es para mí una satisfacción aprovechar esta oportunidad para garantizar a la Comisión que el presente proyecto cuenta con el apoyo de todos los grupos parlamentarios. Desde nuestra perspectiva, necesitamos que el Consejo acepte esta propuesta urgentemente para que las negociaciones puedan comenzar lo antes posible.
No me cabe duda de que no resultará fácil persuadir en detalle a nuestro socio del otro lado del Atlántico con respecto a las cuestiones que nos preocupan. No obstante, estoy convencido de que la nación estadounidense se construyó sobre los principios de libertad, democracia y derechos fundamentales y que ellos comparten nuestro respeto por los derechos individuales de las personas en relación con las autoridades estatales. Por consiguiente, no es una empresa imposible, ni tampoco un tema conflictivo sino más bien una posibilidad realista de reforzar nuestros intereses comunes a ambas orillas del Atlántico y crear una nueva base para una cooperación todavía más estrecha.
No obstante, para concluir quisiera mencionar otro aspecto que reviste particular importancia para el Parlamento, y es que hasta que no logremos crear un marco uniforme dentro de la Unión Europea no nos ganaremos la confianza de nuestros ciudadanos por lo que respecta a la protección de datos a escala transatlántica. Por consiguiente, es esencial que el acuerdo con los Estados Unidos sobre protección de datos sirva de marco para todos los acuerdos que la UE y sus Estados miembros suscriban con los Estados Unidos. Y en ese sentido, estoy deseoso de empezar a trabajar con los Estados Unidos como ponente para el acuerdo sobre protección de datos y cooperar estrechamente con mis colegas de esta Cámara, con la Comisión, con el Consejo y también con el Congreso y el Gobierno estadounidenses.
Geoffrey Van Orden (ECR). – Señor Presidente, yo estaba en los Estados Unidos cuando se celebraron las elecciones de mitad de período y fue testigo de la conmoción política que se produjo. Los europeos podemos extraer lecciones aplicables a nuestros países de origen y a la Unión Europea. Tanto los ciudadanos de los Estados Unidos como los europeos queremos menos intervención gubernamental en nuestras vidas, control del déficit y reducción del gasto público y eso para nosotros implica una reducción del presupuesto de la UE.
Volviendo a los temas de defensa, el reciente examen estratégico de la defensa y la seguridad en el Reino Unido nos recuerda que el principal socio de Gran Bretaña en los ámbitos de la defensa y la seguridad son los Estados Unidos, y esto debería aplicarse al resto de los países europeos. Confío en que el nuevo concepto estratégico de la OTAN refleje una reactivación del compromiso con la alianza, que vincula a los Estados Unidos con la seguridad de Europa. No permitamos que la distracción de la atención de las ambiciones de la UE en materia de defensa diluya o socave esta vinculación. No podemos permitirnos la duplicación o la distracción, en particular ahora que los presupuestos de defensa se están recortando.
La próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará el 19 de noviembre, ofrece una excelente oportunidad a los 21 aliados de la OTAN que también son Estados miembros de la UE de demostrar su compromiso con las nuevas realidades.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL). – (PT) Ha llegado el momento de instar a los Estados Unidos a buscar una solución pacífica de los conflictos, a poner fin a la ocupación militar y a la Guerra, ya sea en Iraq, Afganistán u Oriente Medio, a poner fin al embargo impuesto a Cuba, a dejar de apoyar las agresivas políticas de Israel, que son las responsables de la crisis humanitaria en Gaza y en los territorios palestinos ocupados, y a trabajar para lograr el desarme nuclear.
Es necesario dejar claro que no se puede seguir utilizando el pretexto de la lucha contra el terrorismo para socavar el derecho internacional y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La colaboración es esencial para luchar contra la pobreza y acabar con los paraísos fiscales y les transferencias especulativas de capital.
Esta cumbre coincide con la cumbre de la OTAN, que tendrá lugar en Lisboa. En Lisboa se examinará la estrategia de la Organización y los Estados Unidos tratarán de alcanzar un compromiso de sus aliados de la UE con vistas a una escalada militar a nivel mundial, a hacerse con la explotación de los recursos y el control de los mercados y ejercer un dominio político mediante la amenaza de la fuerza militar, con el consiguiente aumento de los peligros y las amenazas para las personas. Por consiguiente, queremos manifestar nuestra solidaridad con la lucha del movimiento pacifista, con la lucha de los trabajadores y con las numerosas organizaciones que están organizando la campaña «Sí a la paz, no a la OTAN» y la manifestación que tendrá lugar en Lisboa el 20 de noviembre.
Bastiaan Belder (EFD). – (NL) Señor Presidente, la importancia estratégica de Turquía en las relaciones transatlánticas es obvia. En este sentido me gustaría conocer la opinión del Consejo sobre el nuevo «Libro rojo» del Consejo Nacional de Seguridad turco. Lógicamente, esta nueva edición refleja la estrategia del Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía.
Mi primera pregunta al Consejo, pensando en la próxima cumbre transatlántica, es la siguiente: ¿comparte el Consejo el temor de que la actual política exterior turca esté cayendo en manos de los agentes revisionistas de la región, principalmente de la República Islámica de Irán, y considera que este hecho está socavando la estabilidad en Oriente Medio?
Mi segunda pregunta es: ¿se propone el Consejo plantear el tema del Libro rojo en la cumbre transatlántica, dada la posición crucial de Turquía para la UE como país candidato y también como socio de la OTAN?
Andrew Henry William Brons (NI). – Señor Presidente, uno de las temas que figurarán en el orden del día de la reunión del Consejo Económico Transatlántico será la eliminación de las barreras comerciales, que es un objetivo sagrado entre los globalistas que responde más a la fe que a la razón. La teoría económica nunca se cansa de decirnos que el comercio internacional hace que el mundo sea más rico, pero se muestra más reticente a la hora de decirnos si todos los ciudadanos de un país se benefician del mismo.
El problema al que se enfrenta el mundo desarrollado no es precisamente un exceso de barreras comerciales sino una insuficiencia de dichas barreras. Es decir, insuficientes barreras a los productos procedentes de los países emergentes, como China, con sus bajos salaries, su moneda tan subvalorada y su mercado interior empobrecido de manera artificial. Ello quiere decir que los productos chinos, que ya tienen un precio bajo debido a los bajos salarios, se reducen aún más de una manera artificial debido al bajo valor de su moneda. El empobrecimiento del mercado interior se debe a que existe una escasa demanda de importaciones de consumo e incluso una demanda insuficiente de productos chinos, debido a lo cual China es totalmente dependiente de su comercio de exportación.
Europa responde a esta situación diciendo que aumentará su competitividad, tal vez mediante la investigación y el desarrollo, lo cual podría ser una posibilidad si China respetara los derechos de propiedad intelectual a nivel internacional. No obstante, en cuanto surge un nuevo avance tecnológico en Occidente, China, sin la menor consideración y vergüenza, copia el producto y lo fabrica a un precio mucho más bajo. Uno de los temas que figurarán en el orden del día de la cumbre Unión Europea-Estados Unidos será la creación de puestos de trabajo a ambas orillas del Atlántico. Y todavía nos cabría alguna esperanza de lograrlo si continuamos apoyando la globalización.
José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra (PPE). – (ES) Las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos, como se ha dicho aquí, se basan en unos principios, unas ideas, una historia compartida y una misma pasión por la libertad. Pero estos valores pueden acabar diluyéndose en la retórica y languideciendo si no pasamos de las palabras a los hechos. Y uno de los trabajos más serios que se ha hecho en esta Casa sobre las relaciones transatlánticas y su estado después de las elecciones presidenciales ha sido el que hizo el colega Millán Mon, informe que es traído en causa en la presente resolución común que votaremos mañana y que aporta una serie de iniciativas concretas que siguen siendo perfectamente válidas, el constituir, señor Comisario, una verdadera asociación, para lo que hay que poner manos a la obra.
Aquí se ha hablado de la importancia de las relaciones económicas y comerciales y solamente quince Estados miembros de la Unión Europea invierten en Texas más que Japón en los cincuenta Estados de los Estados Unidos.
Una dinamización de los mecanismos de las cumbres, la creación de una Asamblea euroamericana y, sobre todo, la creación de un mecanismo de concertación y consulta para los temas globales y para las zonas más álgidas del planeta —Oriente Medio, Irán, Afganistán— y las relaciones con las potencias emergentes.
Señor Presidente, en la reciente gira del Presidente Obama en Oriente hemos visto que ha dicho que la asociación entre los Estados Unidos y la India es para ellos la más importante. Eso me ha hecho recordar uno de los aspectos básicos del informe del Sr. Millán Mon, en el que recordaba la afirmación del Sr. Obama en Berlín de que Europa era el aliado estratégico más importante. La próxima Cumbre Unión Europea-Estados Unidos va a ser una magnífica ocasión para clarificar este extremo y para definirse claramente sobre cuál es la verdadera asociación estratégica. Para empezar, señor Presidente, podríamos empezar por pedir a los Estados Unidos que apoyen a la Unión Europea en sus reivindicaciones para tener una presencia institucional, por ejemplo en la Asamblea General de las Naciones Unidas, con arreglo a los nuevos esquemas que introduce el Tratado de Lisboa.
Adrian Severin (S&D). – Señor Presidente, no hace tanto tiempo que este Parlamento aprobó una resolución en la que se hablaba de las posibilidades de mejorar las relaciones transatlánticas tras la elección del Presidente Obama en los Estados Unidos. La próxima cumbre Unión Europea-Estados Unidos se celebrará en un contexto algo diferente. No obstante, ello no significa que las oportunidades no estén ahí, sino que el contexto es algo más complicado.
Por consiguiente, creo que nos enfrentaremos a algunos retos a la hora de preparar esta cumbre. Espero que podamos persuadir a nuestros aliados estadounidenses para que mantengan su enfoque multilateral en las relaciones internacionales y demuestren este multilateralismo aplicando un planteamiento práctico en sus relaciones con la Unión Europea. Debemos insistir en el desarrollo de la dimensión civil de las misiones de imposición y mantenimiento de la paz, y de la gestión de las crisis y la rehabilitación posterior a las crisis.
También tenemos que intentar coordinar nuestras políticas de ayuda al desarrollo para que resulten más eficaces. En relación con la no proliferación, deberíamos no solo seguir siendo capaces de trabajar conjuntamente sino también de actuar de una manera inteligente. Parte de este proceso es la ratificación del nuevo Tratado START, que todavía se encuentra pendiente en el Congreso de los Estados Unidos. Esperamos que la nueva situación en el Congreso no impida que se someta a votación este Tratado.
Los Estados Unidos han anunciado el examen de sus relaciones con Rusia y ya han empezado a trabajar en este sentido. Creo que este examen reviste una gran importancia para nosotros, en particular si deseamos establecer un diálogo trilateral entre Rusia, los Estados Unidos y la Unión Europea sobre los temas más significativos a nivel mundial. Sobre todo, espero que en el transcurso de esta cumbre podamos consolidar el instinto natural de los Estados Unidos a asociarse con Europa. Necesitamos un mecanismo funcional de comunicación permanente, de consultas y de coordinación con nuestros aliados estadounidenses.
Marietje Schaake (ALDE). – Señor Presidente, para ser un socio creíble y actuar como protagonista a escala mundial, la Unión Europea debe hablar con una sola voz. El Presidente Obama y su administración así lo han dicho, y nosotros tenemos hacer crítica constructiva entre nosotros. Es una condición necesaria para garantizar una relación transatlántica creíble y caracterizada por la complementariedad y la coordinación.
¿Cómo podemos colaborar en la defensa de los derechos humanos, el Estado de Derecho y la democracia en un mundo en el que Hillary Clinton pronuncia un discurso sobre una visión de la libertad en Internet a nivel mundial y, al mismo tiempo, los Estados Unidos insisten en proseguir unas negociaciones sobre el Acuerdo Comercial de Lucha contra la Falsificación (ACTA) que adolecen por su falta de transparencia, lo que constituye un motivo de preocupación sobre la libertad en Internet? Estos hechos son contradictorios y socavan nuestra credibilidad. ¿Por qué tenemos que enterarnos por documentos filtrados que en Iraq se practicó y se toleró la tortura? Exigimos una investigación independiente.
¿Por qué no ha podido la Comisión responder a mi pregunta sobre las peticiones hechas por la Administración de los Estados Unidos con respecto a las medidas penales contra Wikileaks? ¿Acaso considera que las relaciones transatlánticas son más importantes que las preguntas de los diputados al Parlamento Europeo? ¿Por qué los Estados Unidos instan a las empresas europeas a aplicar sanciones además de las que ya aplicado la Unión Europea en el caso de Irán? Los Estados Unidos deberían respetar la independencia de la UE y su función complementaria.
Tanto la Unión Europea como los Estados Unidos tienen que trabajar con transparencia, respetar su independencia mutua y someter nuestras actuaciones a un escrutinio democrático. ¿Acaso no es procesamiento eso lo que nos distingue a los Estados Unidos y a la UE de los demás, sobre todo en lo tocante a las libertades fundamentales y los derechos humanos?
Eva Lichtenberger (Verts/ALE). – (DE) Señor Presidente, Señorías, en el diálogo transatlántico hay muchas cosas que nos unen, como los valores básicos, los derechos fundamentales de la libertad y la democracia, pero también hay otras cosas que nos dividen, como, por ejemplo, la forma en la que se aplican esos derechos y su definición concreta por lo que se refiere a las relaciones transatlánticas. En particular, esta contradicción resulta muy evidente en las cuestiones relativas a la seguridad. La protección de datos está siempre dando lugar a malos entendidos, eso lo sabemos desde hace tiempo y, por ello, el acuerdo marco, si es que logramos un buen acuerdo, constituirá un gran paso adelante. Necesitamos buscar una solución que permita a los ciudadanos de las dos orillas del Atlántico defender mutuamente sus derechos.
Un segundo ámbito importante en el que nuestros principios son similares pero nuestros enfoques varían considerablemente es el cambio climático. Por consiguiente, quisiera que este tema figurara en el orden del día y se debatiera con claridad. No podemos permitir que la Unión Europea utilice el diálogo transatlántico para debilitar sus compromisos y promesas.
Mirosław Piotrowski (ECR). – (PL) Señor Presidente, uno de los principios fundamentales de la cooperación en la Unión Europea es la libertad de circulación de personas. Como entidad reconocida por el derecho internacional, la Unión reformada trabaja para lograr la igualdad de trato de todos los ciudadanos, incluida la libertad para viajar por todo el mundo. Anticipándose a la próxima cumbre Unión Europea-Estados Unidos, es necesario repetir una vez más que de los 27 Estados miembros, en cuatro, incluida Polonia, aún sigue existiendo un régimen de visados restrictivo.
Una de las prioridades de la cumbre debería ser la igualdad entre los Estados miembros de la UE en el Programa de Exención de Visado. Esa será la primera prueba de la eficacia del Presidente del Consejo Europea, señor Van Rompuy. También tendremos ocasión de comprobar si las conversaciones con el Presidente Barack Obama pueden considerarse el inicio de un diálogo concreto o si son solo una reunión formal con ocasión de la cumbre de la OTAN. Si adoptamos una posición enérgica en la cuestión de los visados comprobaremos si los Estados Unidos se toman en serio a la Unión como entidad reconocida por el derecho internacional.
Marietta Giannakou (PPE). – (EL) Señor Presidente, apoyamos la propuesta de resolución conjunta presentada por los grupos políticos. Es preciso debatir estas cuestiones antes de la cumbre Unión Europea-Estados Unidos y antes de la cumbre del G-20. Los Estados Unidos son nuestros aliados naturales, pero una alianza significa igualdad y, por consiguiente, solo podrá haber una verdadera alianza si las relaciones se desarrollan en pie de igualdad.
Hemos de establecer una cooperación institucionalizada más estrecha, principalmente para promover la democracia y los derechos humanos a nivel mundial, una sociedad del conocimiento y la ciencia, la seguridad y estabilidad mundiales y el intercambio de datos, y esta labor debe ser llevada a cabo por ambas partes y en pie de igualdad, como ha dicho la señora Reding. En este contexto, nos hemos olvidado del tráfico de estupefacientes en el mundo y la amenaza que representa para la política, la seguridad y la estabilidad internacionales.
También debemos cooperar en las medidas encaminadas a la gestión de las crisis y la solución de los conflictos y al desarrollo de los países terceros. No obstante, aunque Europa apoya básicamente el desarrollo de los países terceros, los Estados Unidos no lo hacen. Si queremos que exista un equilibrio real, las cuestiones relativas al desarrollo y la seguridad han de dividirse entre los Estados Unidos y Europa en el marco de las medidas internacionales en general.
Knut Fleckenstein (S&D). – (DE) Señor Presidente, Señorías, sencillamente quisiera exponer brevemente tres puntos, en nombre de algunos de mis colegas de la Comisión de Transportes y Turismo. Son puntos críticos que yo pediría a los representantes de la Comisión que plantearan en sus debates.
La primera es que, aunque ya se ha aprobado, el impuesto a la promoción de viajes es una decisión unilateral inaceptable del Gobierno de los Estados Unidos. Esperamos que puedan persuadirles para que vuelvan a planteárselo.
En segundo lugar, la exclusión de Rumanía, Polonia, Bulgaria y Chipre del Programa de Exención de Visados es algo que el Parlamento Europeo no puede refrendar y, en nuestra opinión, no debería continuar.
En tercer lugar, acogemos favorablemente los esfuerzos conjuntos para elaborar normas de seguridad internacionales y desarrollar conceptos de seguridad inteligentes, pero las estipulaciones unilaterales como la obligación de escanear todos los contenedores no son una solución, porque que son subjetivas y desproporcionadas. Los costes son mucho mayores que los beneficios y no cabe esperar esto de las empresas y los puertos europeos.
Vladko Todorov Panayotov (ALDE). – (BG) Señor Comisario, Señorías, dado que el Presidente Obama ha asumido sus funciones, las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos han entrado en una nueva era de cooperación estable. La cumbre de Cancún, que comenzará dentro de dos semanas, brindarán una oportunidad excelente a los Estados Unidos y Europa para adoptar la misma posición y conducir a los otros países hacia un acuerdo duradero y vinculante para con vistas a combatir el cambio climático a nivel mundial.
El tiempo es oro. Kyoto expira dentro de dos años, pero nosotros necesitamos certeza y tiempo para adaptarnos. Tenemos que transmitir una señal clara a los países en desarrollo ofreciendo cooperación en la transferencia de tecnología y un apoyo financiero adecuado.
Estoy seguro de que, como el embajador chino ha puesto de relieve durante la reunión que ha mantenido con nosotros el día de hoy, los Estados Unidos, la Unión Europea y China asumirán su responsabilidad cuando se sienten en la mesa de negociaciones y allanarán el camino para lograr un nuevo acuerdo que garantice la seguridad de las generaciones futuras.
Godelieve Quisthoudt-Rowohl (PPE). – (DE) Señor Presidente, los Estados Unidos y Europa comparten el mismo destino. El acceso a los mercados de los países terceros es una preocupación compartida por la UE y EE.UU. y que tiene interés para ambos, en particular, teniendo en cuenta que tras la crisis financiera es probable que la economía empiece a repuntar en los países emergentes como Brasil, India y China, países en los que sigue habiendo barreras comerciales considerables y discriminatorias, además de barreras no arancelarias.
Estamos convencidos de que el Consejo Económico Transatlántico no solamente puede, sino que realmente debe, desempeñar un importante papel en la promoción, por parte de la Unión Europea y los Estados Unidos, de un enfoque conjunto a sus relaciones comerciales con los países terceros. Instamos a este Consejo Económico Transatlántico a buscar un planteamiento y una estrategia comunes para los nuevos acuerdos sobre el mercado libre suscritos por los Estados Unidos y la UE, aunque me doy cuenta de que esto no se hará sin problemas. Además, la industria está pidiendo, con urgencia y con razón, esta armonización entre EE.UU. y la UE en el contexto del G-8 y el G-20, así como en las negociaciones en el seno de la OMC. Asimismo —y yo espero que los Estados Unidos compartan este deseo— quisiéramos que la Ronda de Doha concluyera lo antes posible. No obstante, será necesario no solo que elaboremos nuevas propuestas sustantivas, sino que las economías emergentes se aproximen a nosotros. También a este respecto, una estrategia común beneficiaría tanto a los Estados Unidos como a la Unión Europea.
Si me permite dirigirme a usted directamente, Comisario De Gucht: en relación con la cooperación convendría que la Comisión y el Parlamento aprendieran algo del trabajo conjunto que se realiza en Washington en el ámbito de la política comercial.
Corina Creţu (S&D). – (RO) Creo que uno de los puntos que habrían de someterse a debate durante el diálogo transatlántico en la próxima cumbre bilateral entre la Unión Europea y los Estados Unidos tendría que ser la eliminación de la obligación de visados en los cuatro Estados miembros de la UE cuyos ciudadanos siguen estando sujetos a esta restricción a la hora de viajar; nos referimos concretamente a Rumanía, Bulgaria, Polonia y Chipre.
Lamento la falta de flexibilidad por parte de los Estados Unidos en vista del continuo progreso que han realizado estos países, especialmente desde su adhesión a la Unión Europea. Yo creo que los representantes de la Unión Europea tienen que oponerse a esta excesiva insistencia en los detalles técnicos relativos a la incorporación al Programa de Exención de Visados. La Unión Europea tiene la obligación de mostrar, en su conjunto, más active y claramente su solidaridad con los ciudadanos de todos los Estados miembros.
Quisiera subrayar además la necesidad de cooperación para el desarrollo y la ayuda humanitaria en un momento en el que las relaciones entre los Estados Unidos y la Unión Europea revisten la máxima importancia en el actual panorama económico y geoestratégico.
Marielle De Sarnez (ALDE). – (FR) Señor Presidente, nadie puede garantizar seriamente, en este Cámara, que las medidas adoptadas en ambas orillas del Atlántico evitarán otras crisis financieras en el futuro. Por consiguiente, esta cuestión debe incluirse de nuevo en el orden del día y hemos de avanzar en los ámbitos de la supervisión, el capital propio de los bancos, la prohibición de ciertos productos financieros y la lucha contra los paraísos fiscales.
Segundo punto. Todo el mundo puede ver que somos totalmente interdependientes por lo que respecta a las finanzas, la economía y las divisas. Por tanto, toda decisión adoptada de manera unilateral, sin concertación, no va en la dirección correcta. Estoy pensando, por supuesto, en la medida adoptada hace unos días por el Fondo Europeo de Desarrollo (FED). Debemos avanzar juntos para reformar, por ejemplo, el sistema monetario internacional.
Asimismo, hemos de adoptar medidas conjuntas para que las instituciones internacionales sean más equilibradas, más transparentes y más democráticas. No obstante, si queremos que Europa deje oír su voz en relación con las principales cuestiones, esta tiene que tomar la iniciativa y hablar con una sola voz. Eso es lo que demostraremos en unas horas, por ejemplo, en la cumbre del G-20; al menos yo así lo espero.
Francisco José Millán Mon (PPE). – (ES) Señor Presidente, la relación estratégica más importante que tiene la Unión es con los Estados Unidos. Debemos mantener un diálogo permanente sobre cuestiones bilaterales y también sobre cuestiones globales, e intentar asegurar una actuación lo más coordinada posible. Este es, a mi juicio, el mensaje principal de la resolución de mañana.
Por todo ello, lamenté que la Cumbre prevista en mayo no se celebrara. Me pareció, además, absurdo el argumento que adujeron entonces algunos de que no había agenda. Siempre hay agenda entre dos socios tan relevantes, sumergidos en una grave crisis económica de alcance global, y cuando existen desafíos como el terrorismo, el cambio climático, la seguridad energética o la proliferación nuclear.
Además, hay importantes conflictos regionales. Pensemos, por ejemplo, en el proceso de paz de Oriente Medio, el desafío nuclear iraní o la cuestión de Afganistán, que merecen también, a mi juicio, una actuación coordinada de los Estados Unidos y de la Unión Europea.
Espero que la próxima Cumbre de Lisboa sea exitosa. Hay muchos asuntos que abordar, ya he mencionado algunos. El mundo, además, está cambiando. Asia asciende; pensemos en la relevancia de China o de la India, que acaba de visitar el Presidente Obama. Se habla, incluso, de un mundo post-occidental.
En este contexto de cambio en el orden mundial es necesaria una coordinación estrecha entre Europa y los Estados Unidos. Tenemos muchos intereses, ideales y valores en común. Seremos más fuertes si actuamos de forma coordinada.
Señorías, el Tratado de Lisboa, además, ha creado nuevos órganos para reforzar el papel de la Unión en el mundo. Pues bien, deberíamos mejorar también nuestros mecanismos de diálogo y coordinación con los Estados Unidos. En la resolución aprobada por el Parlamento en marzo del año pasado hay muchas ideas sobre cómo reforzar estos mecanismos institucionales de diálogo entre Bruselas y Washington.
Y un último comentario: yo lamento que el representante del Consejo sólo se haya referido al intercambio de datos; no ha venido aquí a hablar de la Cumbre, de eso no hemos oído hablar. Desgraciadamente, la Comisión lo ha hecho de forma muy sucinta. ¿Quién ha venido aquí a hablar de la Cumbre realmente?
Wolfgang Kreissl-Dörfler (S&D). – (DE) Señor Presidente, Señorías, no cabe duda de que el terrorismo internacional es algo contra lo que debemos luchar juntos; eso nadie lo pone en duda. Sin embargo, esta lucha debe estar basada en nuestros valores comunes y en el Estado de Derecho, y no en las interpretaciones individuales de la ley que proclamaba el antiguo Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, en su libro y en sus entrevistas. Menciono esto a la vista de las nuevas mayorías del Congreso de los Estados Unidos.
Lo que resulta decisivo para nosotros es que avancemos para mejorar el nivel de protección de datos y respetemos los derechos de nuestros ciudadanos, porque hay una cosa que tenemos que aclarar, y es que la canción de la libertad no puede tocarse con un instrumento de violencia. No podemos decir a los ciudadanos de otros países lo que esperamos del Estado de Derecho si no respetamos todos las mismas normas y no actuamos de acuerdo con ellas.
No obstante, es para mí una satisfacción el hecho de que el Presidente Obama haya traído un soplo de aire fresco a los Estados Unidos, aunque su posición se haya debilitado últimamente. Una cosa está clara, y es que siempre estaremos del lado de los que defienden el Estado de Derecho.
Mario Mauro (PPE). – (IT) (El orador comienza su intervención con el micrófono desconectado) […] por el cual se desplazan las nuevas potencias mundiales, en mi opinión, la región transatlántica sigue siendo la región económica más desarrollada y eficiente del planeta.
Es cierto que existe una prisa generalizada, y en muchos aspectos comprensible, por alcanzar un acuerdo comercial, por ejemplo, con países como China. Sin embargo, creo que no debemos olvidar que las actuales relaciones entre Europa y los Estados Unidos han constituido, durante mucho tiempo el vínculo que, más que ningún otro, hemos de conservar y guardar casi celosamente.
Esta consideración es fruto de la historia de Europa y de los Estados Unidos, y una prueba de ello es el amor que ambos compartimos por la democracia, la paz, los derechos y la economía de mercado. Acelerar el proceso de fortalecimiento de la integración económica transatlántica es realmente una condición indispensable para promover el desarrollo mundial basado en valores con el objetivo proclamado de alcanzar un nivel de vida aceptable para todas las personas del mundo, como resultado de una política de multilateralismo justa y eficaz que contribuya a la construcción de una estructura mundial más democrática y, por ende, más libre.
Por consiguiente, apelo a los responsables de gestionar la política exterior de la Unión Europea en este momento. A lo largo de los años, hemos observado que las capacidades de liderazgo de los Estados Unidos, quienquiera que fuese su Presidente, han desempeñado siempre un papel en las decisiones transatlánticas mundiales, pero ya es hora de que nosotros también hagamos oír nuestra voz. Nuestra fuerza procede de la voluntad de 500 millones de personas y de una nueva estructura institucional más sólida que nos ayude a abandonar la tentación de ocultarnos tras el gigante estadounidense y, en lugar de ello, tomar el destino de nuestros ciudadanos en nuestras propias manos, tal vez pidiendo a nuestros amigos de los Estados Unidos que definan su posición en relación con el escaño único de la Unión Europea en las Naciones Unidas.
Ioan Enciu (S&D). – (RO) Acojo favorablemente el acuerdo Unión Europea-Estados Unidos sobre protección de datos, el cual tenemos que apoyar para reforzar la cooperación en los ámbitos de la lucha contra la delincuencia y el terrorismo. Como el Parlamento Europeo ha manifestado en varias ocasiones, la ausencia en los Estados Unidos de una legislación sobre protección de datos compatible con la europea plantea serios interrogantes sobre la protección real de la que gozaremos los europeos en los Estados Unidos.
En este contexto, quisiera preguntar a la Comisión y al Consejo qué garantías se darán en la práctica en relación con los derechos de los europeos a presentar recursos administrativos y judiciales, y con la proporcionalidad en cuanto a las diversas autoridades y agencias de los Estados Unidos que utilizan los datos y tienen acceso a los mismos y, finalmente, aunque no menos importante, cómo se garantizará que el proceso esté supervisado en su totalidad por una autoridad independiente.
Nuno Melo (PPE). – (PT) El mundo está atravesando unos momentos muy difíciles, en los cuales no deberíamos tener ninguna duda sobre quién es nuestro aliado y quién es nuestro enemigo. Los Estados Unidos son uno de los principales aliados de Europa. El terrorismo se combate a escala mundial contra entidades que ni siquiera dan la cara tanto en la región que compartimos como fuera de ella, y esta lucha tiene por objeto proteger los valores de la civilización, unos valores que nosotros queremos defender.
Sin embargo, la prevalencia de esos valores que deseamos defender también significa que en el Parlamento, la Comisión y el Consejo podemos y debemos exigir normas claras sobre la protección de datos, la protección de los derechos de la persona y el derecho a la intimidad. Los delitos no pueden prevenirse, investigarse y enjuiciarse a expensas del no respeto y la violación de los derechos individuales. Ni Europa ni los Estados Unidos permitirían que esto sucediera. Subrayando una vez más la importancia crítica que revisten las relaciones transatlánticas y una cooperación adecuada a todos los niveles entre Europa y los Estados Unidos, deberíamos apoyar las negociaciones encaminadas a alcanzar en el futuro un acuerdo mundial que establezca normas, proteja los derechos y, sobre una base de reciprocidad, no exija a los Estados Unidos menos de lo que también estamos preparados a conceder a los Estados Unidos a la luz de este objetivo común.
Edit Herczog (S&D). – Señor Presidente, acojo favorablemente el Consejo Económico Transatlántico de 15 de diciembre y, en particular, el debate sobre la innovación, la Agenda Digital y las tecnologías energéticas. En los dos últimos años hemos visto lo difícil que resulta armonizar la legislación que ya existe e incluso los enfoques sobre las industrias y los servicios moderados. Por consiguiente, esta cumbre nos brinda una excelente oportunidad para elaborar nuestra legislación en esos nuevos ámbitos en los que todavía no existe legislación. De estos nuevos ámbitos precisamente estamos hablando; los nuevos retos, como el envejecimiento de la sociedad o el cambio climático, requieren un desarrollo ulterior de la legislación para tener en cuenta las tecnologías facilitadoras.
Por último, Comisario, ha llegado el momento de hablar de la seguridad energética y de pensar en el Consejo Transatlántico de Energía de cara al futuro. Le deseo que tenga un gran éxito en la reunión del 15 de diciembre.
Laima Liucija Andrikienė (PPE). – Señor Presidente, el orden del día de la cumbre Unión Europea-Estados Unidos está tan apretado como siempre y ambas partes deberían aprovechar la oportunidad para avanzar hacia posiciones comunes en cuestiones como la regulación del sector financiero, el cambio climático, el refuerzo de los vínculos comerciales, la proliferación nuclear y la lucha contra el terrorismo. No obstante, la recuperación económica tiene que ser el tema más prioritario del orden del día.
La relación económica transatlántica es vital para la prosperidad del mundo, dado que el comercio bilateral de nuestras dos economías asciende a unos 4,3 billones de dólares estadounidenses. Nuestra asociación económica es un factor impulsor fundamental de la prosperidad económica mundial y constituye la relación económica más grande, más integrada y más duradera del planeta. Juntas, nuestras economías representan el 50 % de la economía mundial y, por tanto, debemos elaborar estrategias comunes sobre las medidas que vamos a adoptar para garantizar una recuperación estable de la crisis, como, por ejemplo, regulación de los mercados financieros, planes de incentivación y estrategias para frenar la manipulación de las monedas de otras de las principales economías del mundo.
Por otro lado, deberíamos replantearnos si organizar cumbres Unión Europea-Estados Unidos dos veces al año es una buena idea. La decisión del Presidente Obama de no asistir a la cumbre anterior, celebrada en Madrid este año, puso de manifiesto la excesiva sinergia de la UE. Al insistir en organizar cumbres bilaterales con frecuencia, corremos el riesgo de que estas se devalúen hasta el punto de que puedan llegar a ser irrelevantes.
Françoise Castex (S&D). – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, señor Comisario, quisiera volver al acuerdo contra la falsificación que se está negociando actualmente, y en particular con los Estados Unidos. Este acuerdo suscita algunas preguntas en este país, especialmente entre los funcionarios de la Oficina de Patentes estadounidense. Por cierto, 75 profesores de derecho han enviado recientemente una carta al Presidente Obama en la que explican que el Acuerdo Comercial de Lucha contra la Falsificación (ACTA), que es un simple acuerdo ejecutivo, podría ser contrario a la constitución de los Estados Unidos.
Si bien, como ustedes saben, el Parlamento Europeo está a punto de aprobar una resolución sobre el Acuerdo ACTA y esto sigue siendo un importante motivo de inquietud y está lejos de contar con el apoyo unánime de nuestros conciudadanos, creo que sería útil que los negociadores que representan a los Estados Unidos dieran una respuesta clara sobre dos puntos. ¿Pueden los Estados Unidos ratificar el ACTA? En su opinión ¿es el ACTA un acuerdo vinculante o voluntario? En efecto, un acuerdo contra la falsificación que no incluya a China, la India y Brasil y que no se aplique en los Estados Unidos tendría escasa credibilidad. Muchas gracias.
Tunne Kelam (PPE). – Señor Presidente, quiero dar las gracias al señor De Gucht y a la señora Reding por su enfoque intenso, pero realista, de la cumbre Unión Europea-Estados Unidos. Creo que ya es hora de reconocer que los Estados Unidos no pueden alcanzar sus objetivos estratégicos sin contar con Europa. De igual manera, la UE no puede desempeñar, como es deseable, su papel de actor en la escena mundial sin una cooperación estrecha con los Estados Unidos. La paradoja es que, por un lado, la mundialización y la aparición de otras potencias no occidentales, dan a los Estados Unidos y a la UE más motivos, y no menos, para reforzar su cooperación y, por otro, vemos que el abismo transatlántico está aumentando, en lugar de reducirse.
Actualmente Europa tiene un peso menor en los planes y las preocupaciones de los Estados Unidos y, por ello, es crucial reconocer que el tiempo y las oportunidades de reforzar la asociación mutua son limitados. Probablemente, en los próximos diez años, los Estados Unidos y la UE tengan la oportunidad de elaborar una agenda internacional en la que se contemple un mundo estable y basado en valores, pero solo podrán lograrlo si actúan a la par.
Este enfoque tiene que iniciarse con la aplicación de la Zona Transatlántica de Libre Comercio, que el Parlamento Europeo viene defendiendo desde hace años, superando las divisiones internas en Europa y oponiéndose al proteccionismo.
Simon Busuttil (PPE). – Señor Presidente, quisiera hablar del acuerdo marco general sobre protección de datos que la señora Reding ha empezado a negociar. Apenas pasa una semana sin que oigamos hablar de un nuevo ataque terrorista o de un intento frustrado, y, obviamente, eso es perjudicial para el bienestar de nuestros ciudadanos. Necesitamos un instrumento eficaz para combatir el terrorismo, y, evidentemente, ese es un ámbito en el que podemos cooperar con nuestros amigos del otro lado del Atlántico. Necesitamos urgentemente este acuerdo marco sobre protección de datos. Señora Reding, puede contar usted con nuestro apoyo para este acuerdo.
Desde luego que queremos este acuerdo, no solo para luchar contra el terrorismo sino también porque nos preocupa el tema de la protección de datos. Nos gustaría que protegiera usted la intimidad de nuestros ciudadanos y que protegiera también en particular los principios de necesidad y proporcionalidad. No es un juego de suma cero. No creemos que se pueda elegir entre nuestra seguridad y nuestra intimidad y pensamos que, de hecho, podemos garantizar ambas cosas.
Quisiera que cuando la señora Reding participe en estas conversaciones lo haga con la seguridad de contar con el apoyo del Parlamento Europeo y con toda tranquilidad sabiendo que la apoyamos para conseguir un acuerdo favorable para nuestros ciudadanos, un acuerdo que proteja tanto nuestra seguridad como nuestra intimidad.
Danuta Jazłowiecka (PPE). – (PL) Señor Presidente, hace dos años, cuando Barack Obama fue elegido Presidente de los Estados Unidos, parecía que, tras el complicado mandato de su predecesor, las relaciones entre Europa y los Estados Unidos iban a normalizarse. Parecía que los tiempos en los que Washington actuaba de manera unilateral en la escena internacional habían llegado a su fin. Todos creíamos que, frente a la enorme crisis a la que se enfrentaban, los Estados Unidos y la Unión iban a colaborar para intentar cambiar el mundo y garantizar la seguridad.
Hoy sabemos que era una esperanza vana. Tras la cumbre de Copenhague sobre cambio climático y viendo cómo el señor Obama ignoraba a la Presidencia española, los Estados Unidos nos han humillado una vez más a nosotros y al resto del mundo al adoptar la decisión unilateral de imprimir dinero. A pesar de las numerosas promesas hechas por los representantes de los gobiernos europeos, han tomado esta decisión sin consultar. Al actuar según sus propios intereses, han adoptado medidas que afectarán negativamente a la economía europea.
La próxima cumbre Unión Europea-Estados Unidos debería servir para expresar nuestra disconformidad y exigir que se nos trate como socios. La cooperación favorece nuestros intereses y también los intereses de Washington, en particular en vista del nuevo orden geopolítico emergente.
Monika Flašíková Beňová (S&D). – (SK) Las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos son relaciones entre dos grandes potencias, pero, a pesar de ello, no puedo evitar pensar a menudo que el pragmatismo ha sido desplazado por una especie de egotismo estrecho de miras.
No obstante, hay algunos temas sujetos a debate y nosotros hemos de resolver estos temas conjuntamente con nuestro socio estadounidense.
La cumbre de noviembre será la primera entre los Estados Unidos y la Unión Europea desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa. Dado que la Unión Europea y los Estados Unidos representan el 50 % de la economía mundial, la economía será una de las prioridades. En un momento de crisis como este es necesario coordinar la política macroeconómica, alcanzar un acuerdo sobre la regulación del sector financiero e intentar acabar con los paraísos fiscales y otros subterfugios similares. Es necesario centrarse en problemas concretos y no hacer una cosa a expensas de la otra, es decir, los dos socios a expensas del resto del mundo, sino actuar como corresponde a dos potencias mundiales responsables.
Además de la cumbre de noviembre entre la UE y los Estados Unidos, la reunión del Consejo Económico Transatlántico que se celebrará en diciembre también ofrece una plataforma para la aplicación políticas responsables y pragmáticas.
Malcolm Harbour (ECR). – Señor Presidente, es para mí una satisfacción que se haya fijado en mí porque quiero dar las gracias en particular al Comisario De Gucht por lo que me ha parecido una reorientación muy importante del Consejo Económico Transatlántico. En el mes de julio participé en una misión en Washington en calidad de Presidente de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor. Posteriormente le hice una visita para decirle que teníamos que elevar las perspectivas de este Consejo Económico para examinar las cuestiones tecnológicas estratégicas a largo plazo en las que ambos estamos trabajando, y sobre todo centrarnos en lo que constituirá la base de las normas en las que mi Comisión tanto ha trabajado en los últimos meses.
Lo que deberíamos estar haciendo es elaborar normas comunes aplicables a las futuras tecnologías y no trabajar por separado, creando así nuevas barreras comerciales. Como él ha dicho en su declaración, será útil potenciar los programas de investigación comunes y las oportunidades de negocio comunes y reforzar nuestra competitividad con nuestros socios de los Estados Unidos.
Creo que este aspecto de su anuncio de hoy es muy importante y lamento que hayan sido tan pocos los oradores que han hablado del mismo —sé que la señora Herczog ha sido una de ellos— pero espero que podamos trabajar conjuntamente para avanzar en este tema. Me siento decepcionado por la marcha de Elmar Brok porque quiero decirle que esta nueva orientación significa que necesitaremos que haya más personas trabajando en su diálogo transatlántico con los legisladores, ya que tenemos que hacer frente a nuevos retos.
Franz Obermayr (NI). – (DE) Señor Presidente, en relación con el acuerdo sobre protección de datos quisiera señalar que todos los acuerdos en vigor deben cumplir absolutamente las normas europeas en esta materia. Y esto se aplica no solo al acuerdo sobre transmisión de datos bancarios, sino también al relativo a los nombres de los pasajeros. La Comisión no puede desviarse de esta posición a la hora de negociar el acuerdo sobre protección de datos con los Estados Unidos. No podemos permitir que las normas de la Unión Europea tengan que adaptarse a las de los Estados Unidos. En lugar del acuerdo fragmentado que ha existido hasta la fecha necesitamos una protección uniforme y cada uno de los nuevos acuerdos sobre intercambio de datos incluirá principios como la limitación a los fines, los períodos de retención mínimos y el derecho de los ciudadanos de la UE a unos recursos jurídicos eficaces en materia de tratamiento de datos.
En ningún caso permitiremos que la Unión Europea se aproxime más a los cada vez más grotescos sistemas de descripción de perfiles utilizados en los Estados Unidos ni que facilite a este país datos personales de los ciudadanos de la UE. Con independencia de lo anterior, un acuerdo sin las garantías adecuadas no se sostendría ante el Tribunal Europeo de Justicia.
Seán Kelly (PPE). – Señor Presidente, en mi calidad de miembro de la delegación as la Unión Europea y los Estados Unidos, tengo un especial interés en la próxima cumbre y estoy deseoso de viajar a este país en diciembre como parte de la delegación. Es justo señalar que los Estados Unidos son nuestro aliado natural y que, por ese motive, yo cuestionaría la afirmación expresada esta tarde de que, como resultado de la política estadounidense, el mundo es menos seguro y no más seguro. Si queremos señalar a alguien con el dedo, antes deberíamos fijarnos en otros países en los que no hay libertad, en los que no hay democracia y que, además, sirven de refugio a los terroristas.
Dicho esto, es fundamental que organicemos nuevas reuniones y cumbres en pie de igualdad con los Estados Unidos porque eso será lo que ellos valorarán. Concretamente en Copenhague vimos que se nos trató, como algunos pensaron, como a un interlocutor débil. Eso no puede volver a ocurrir, sobre todo en relación con cuestiones como la expansión monetaria cuantitativa. Debemos afirmar nuestra posición y hacer oír nuestra voz.
Mario Pirillo (S&D). – (IT) Señor Presidente, señoras y señores de la Comisión y del Consejo, Señorías, para que nuestra cooperación surta efecto, las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos deben basarse en la máxima garantía de seguridad. Es necesario que solucionemos todos nuestros problemas internos, dentro de la Unión Europea. La obligación de visado para los ciudadanos de cuatro países que forman parte de los 27 Estados miembros es una grave limitación de libertad. La semana pasada, una delegación del Parlamento planteó este problema a las autoridades canadienses y, al parecer, estas se comprometieron a examinar esta situación.
El comercio con los Estados Unidos es importante, dado que refuerza nuestro euro y pone a la Unión Europea en posición de competir con los grandes mercados chino, japonés e indio, y también hemos observado una actitud cautelosa en Canadá con respecto a los mercados estadounidense y mexicano. Interactuar con los Estados Unidos en relación con el cambio climático, la energía sostenible y el mercado mundial es una buena manera de iniciar las conversaciones.
Angelika Werthmann (NI). – (DE) Señor Presidente, Señorías, voy a hablar del acuerdo sobre protección de datos. En mi opinión, no cabe duda de que, tras la conclusión de un acuerdo sobre protección de datos, los actuales acuerdos suscritos entre los Estados Unidos y la UE habrán de verificarse y actualizarse de conformidad con este nuevo acuerdo marco. Ese es el verdadero objetivo del acuerdo sobre el que estamos trabajando en esta Cámara. Tal como yo lo veo, existirá un riesgo de incertidumbre jurídica si no lo hiciéramos así. Después de todo, nuestra máxima prioridad tiene que ser proteger a nuestros ciudadanos.
Karel De Gucht, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, permítame en primer lugar responder a una serie de preguntas concretas que se han planteado aquí. Empezaré por el cambio climático. Probablemente, la nueva mayoría de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos limitará aún más la capacidad de maniobra del Presidente Obama. Necesitamos tener la seguridad de que los Estados Unidos no retrocederán en sus compromisos de Copenhague y tenemos que animarles a que contribuyan al éxito de los resultados de la reunión de la CP 16 que se celebrará en Cancún.
Mientras tanto, podemos avanzar en cuestiones concretas, como la financiación inmediata, la reducción de las emisiones provocadas por la deforestación y la ayuda a los países pobres y a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático. Se puede avanzar en estas cuestiones prescindiendo de la legislación interna de los Estados Unidos, al igual que la labor de investigación biológica sobre las tecnologías limpias.
Había también una pregunta sobre el programa de exención de visado en los Estados Unidos y el hecho de que hay varios Estados miembros de la Unión Europea que no están incluidos en este programa, a saber, Bulgaria, Chipre, Polonia y Rumanía. Atribuimos una gran importancia a su inclusión y continuaremos trabajando con nuestros homólogos de los Estados Unidos para resolver esta cuestión.
En relación con la implantación de la tasa ESTA para los viajeros en el marco del programa de exención de visado, la Comisión ha expresado repetidas veces su preocupación porque estos nuevos requisitos no son coherentes con el compromiso de los Estados Unidos de facilitar la movilidad transatlántica y porque pueden constituir una carga adicional para los ciudadanos europeos que viajen a los Estados Unidos. Tenemos que cerciorarnos de que las medidas en el ámbito de la seguridad, como el registro de nombres de los pasajeros, son compatibles con el compromiso de facilitar los viajes transatlánticos a los viajeros legítimos.
En relación con la pregunta sobre los documentos de Wikileaks, de momento no podemos comentar la información que figura en las filtraciones. No obstante, en principio, la UE se ha comprometido con firmeza a defender la prohibición absoluta de la tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes. Es todo lo que podemos decir en este momento.
La señora Quisthoudt ha planteado una pregunta sobre la posibilidad de concluir un acuerdo de libre mercado con los Estados Unidos. En este momento no estamos considerando esta cuestión, señora Quisthoudt, porque, por lo que respecta a las relaciones comerciales entre la Unión Europea y los Estados Unidos, un estudio realizado con anterioridad por la Dirección General de Comercio sobre las medidas no tarifarias demuestra que estas barreras siguen siendo el principal obstáculo en las relaciones comerciales entre la UE y los Estados Unidos y concluye que, si se eliminara la mitad de las barreras no tarifarias, el PIB de la UE y de los Estados Unidos se incrementaría en torno a los 160 000 millones de euros y las exportaciones crecerían en torno al 2,1 % y al 6,1 % respectivamente. De hecho, ya no hay tantas tarifas entre los Estados Unidos y la Unión Europea y la Unión Europea. Dicho esto, las barreras existentes son a menudo muy difíciles de eliminar pero por ello precisamente en el Consejo Económico Transatlántico estamos trabajando para lograr una cooperación preliminar, por ejemplo, antes de que aprobemos reglamentos en ámbitos significativos, en particular, los mercados emergentes y las nuevas tecnologías.
En relación con el CET y con lo que podría ser su orden del día, actualmente estamos trabajando con nuestros homólogos de los Estados Unidos para fijar el orden del día definitivo para la próxima reunión del CET, teniendo en cuenta la información que nos han facilitado los asesores. Los principales temas que estamos examinando son la innovación y las tecnologías emergentes, y las estrategias para recuperar nuestras economías y crear el mercado transatlántico. Durante el examen de estos temas tendremos la oportunidad de debatir un amplio abanico de cuestiones, como la sanidad electrónica, la interoperabilidad de los sistemas de historiales médicos electrónicos, el comercio seguro, el reconocimiento mutuo de normas comerciales autorizadas y el enfoque general aplicable a la reglamentación, la asociación para la acción en el campo de la innovación y el intercambio de información sobre la seguridad de los productos de consumo. También nos plantearemos respuestas conjuntas a los retos económicos. Además, a finales del mes de noviembre, tal como pidió la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, hablaré de las normas. Creo que la fecha exacta es el 29 de noviembre.
La última pregunta trataba de la obligación de escanear la carga de todos los contenedores entrantes. Nos preocupa la exigencia de los Estados Unidos de que, para julio de 2012, todos los contenedores marítimos que entren en los Estados Unidos tendrán que ser escaneados antes de meterlos en un buque en un puerto extranjero. Creemos que este requisito no reportará ningún beneficio para la seguridad y constituirá una barrera al mercado. Por esos motivos, la Comisión no tiene previsto implantar la obligación de escanear todos los contenedores en los puertos de la UE. Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, ha anunciado planes para ampliar dos años más el plazo para la entrada en vigor de la obligación de escanear todos los contenedores, fijado en principio para julio de 2012. La Comisión espera que este aplazamiento lleve al Congreso de los Estados Unidos a revisar su política y a proponer un enfoque basado en los riesgos a la seguridad de la cadena de suministros.
Los principales retos a los que se enfrentará la UE durante el próximo año sugieren numerosas sinergias y oportunidades de cooperación con los Estados Unidos. Cabe señalar entre ellas la gestión de la crisis económica, la gobernanza, la recuperación del crecimiento y el empleo mediante la aceleración de las reformas, la creación de una zona de libertad, justicia y seguridad y la promoción de nuestra presencia en la escena mundial. Tenemos por delante varias tareas importantes antes de la próxima cumbre Unión Europea-Estados Unidos y después de la misma. Una de ellas es desarrollar una relación más abierta entre la Unión Europea y los Estados Unidos teniendo en cuenta todo el abanico de relaciones que ambos están desarrollando a su vez con potencias emergentes como China, la India, Rusia y Brasil.
En el ámbito económico, el empleo y el crecimiento son los temas que centran el debate. Compararemos las notas sobre los resultados del G-20, en particular las reformas financiera y bancaria y la necesidad de alcanzar un acuerdo comercial mundial y veremos el valor añadido que este puede tener para la Unión Europea y los Estados Unidos. Al mismo tiempo, tenemos que centrarnos más en desarrollar todo el potencial del mercado transatlántico. Mi objetivo será reorientar la atención del CET en una agenda transatlántica para el empleo, el crecimiento y la innovación. Con la ayuda de los líderes del Senado de los Estados Unidos y de la UE, intentaré avanzar en esta cuestión en la próxima reunión del CET que se celebrará el 17 de diciembre.
PRESIDE: Roberta ANGELILLI Vicepresidenta
Viviane Reding, Vicepresidenta de la Comisión. – Señora Presidenta, tras las observaciones de mi colega Karel de Gucht sobre los acuerdos generales y las relaciones con los Estados Unidos, permítame concentrarme en el futuro acuerdo general sobre la protección de datos. Es bastante evidente que debemos compartir datos para luchar contra el terrorismo y el crimen organizado, garantizando al mismo tiempo los derechos de los ciudadanos a la protección de datos. Lograr un equilibrio entre ambos aspectos será el objetivo de dichas negociaciones.
Como ya les he dicho, el 26 de mayo de este año la Comisión presentó una propuesta de mandato de negociación. Ahora dependemos de que el Consejo adopte este mandato, esperemos que a principios de diciembre, para que podamos iniciar las negociaciones propiamente dichas. Comparto totalmente las declaraciones que se han realizado en esta Cámara. Debemos concentrarnos en la seguridad jurídica en un acuerdo general, en lugar de —y cito a un diputado a este Parlamento— luchar por cada acuerdo concreto para compartir datos.
Si los Estados Unidos y Europa logramos establecer unas normas comunes, antes o después dichas normas comunes se convertirán en normas internacionales. Tenemos que demostrar que dichas normas se construyen sobre nuestros valores de justicia y derechos fundamentales y el derecho a la reciprocidad, que deben incorporarse en ambos casos a la agenda transatlántica.
También se ha planteado la cuestión de los derechos de las personas en un acuerdo de este tipo. La propuesta de la Comisión tendría las siguientes implicaciones para nuestros ciudadanos europeos y para los ciudadanos de los Estados Unidos: derechos aplicables para los individuos, como el derecho a acceder a los datos personales que se han recopilado sobre ellos y el derecho a modificar y eliminar dichos datos, compensación administrativa y judicial, independientemente de la nacionalidad o el lugar de residencia, y compensación por cualquier daño o perjuicio sufrido.
La aplicación efectiva de estos derechos se garantizaría a través del seguimiento y el control de estas normas de protección de datos por parte de las autoridades públicas independientes, y en este contexto, también debe incluirse una cláusula de no discriminación que garantice la protección de todos los datos personales independientemente de la nacionalidad o el lugar de residencia de las personas, teniendo siempre en cuenta que debemos lograr un equilibrio entre los derechos y la seguridad, y también, al menos desde mi punto de vista, impedir cualquier discriminación por motivos de raza.
Para impedirlo, no cabe duda de que la Comisión necesitará la ayuda del Parlamento. He oído que quieren establecerse o que ya se han establecido nuevas relaciones bilaterales específicas entre el Parlamento y el Congreso de los Estados Unidos. Creo que esta medida también será muy importante a la hora de plantear el entendimiento de dichos acuerdos sobre protección de datos a ambos lados del Atlántico, por lo que a este respecto podrían ser de gran ayuda durante el curso de las negociaciones.
Stefaan De Clerck, Presidente en ejercicio del Consejo. – (NL) Señora Presidenta, seré muy breve, ya que, por supuesto, coincido con las palabras de la Vicepresidenta de la Comisión, la señora Reding, en que ha sido un debate positivo y que la próxima etapa tendrá lugar los días 2 y 3 de diciembre. El Consejo espera haber finalizado el mandato para esa fecha, para que la Comisión pueda por fin iniciar un debate serio y puedan iniciarse las negociaciones.
Ello representa una oportunidad para mejorar la cooperación entre la UE y los Estados Unidos, una oportunidad de lograr un equilibrio entre seguridad y privacidad, una oportunidad para unir un asunto fragmentado y una oportunidad para trasladar una solicitud explícita del Parlamento Europeo a un acuerdo marco sólido.
Deduzco que el debate de hoy ha proporcionado datos suficientes para que el Consejo pueda apoyar el mandato de negociación de la Comisión, asumiendo que la Comisión también proporcione feedback a intervalos de tiempo apropiados y que el debate sobre los detalles específicos, sobre el aspecto ejecutable de los derechos, siga desarrollándose de modo que permita proporcionar feedback. Por ello, espero que la Comisión obtenga resultados positivos a corto plazo, a ser posible después de la reunión del Consejo que se celebrará los días 2 y 3 de diciembre. Gracias por este debate.
Presidenta. - He recibido cuatro propuestas de resolución(1) presentadas de conformidad con el apartado 2 del artículo 110 del Reglamento.
El debate queda cerrado.
La votación tendrá lugar el jueves 11 de noviembre de 2010.
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Elena Băsescu (PPE), por escrito. – (RO) La UE y los Estados Unidos forman la asociación comercial más grande, que representa más de la mitad de la economía mundial. Por otra parte, ambos socios deben cooperar más estrechamente para fomentar el crecimiento y el empleo en sus propias economías, especialmente teniendo en cuenta que la crisis económica ha eliminado 30 millones de empleos en todo el mundo. En este sentido, el Consejo Económico Transatlántico sigue siendo el mecanismo más viable para lograr el objetivo de establecer un mercado transatlántico unificado de aquí a 2015. Creo que durante la cumbre de Lisboa debería debatirse el tema prioritario del régimen de visados que se aplicará a todos los Estados miembros. Puesto que la libertad de circulación es un derecho muy valorado en la UE, la Comisión debe continuar el diálogo político-técnico sobre los progresos realizados y sobre futuras líneas de actuación.
Debo mencionar que el Gobierno rumano ha aprobado recientemente un marco legislativo para la creación de un sistema nacional de información sobre visados, que facilita el intercambio de datos con otros Estados miembros con respecto a las solicitudes de visado. Este sistema de TI mejorará los controles fronterizos en Rumanía y las fronteras exteriores de la UE. Se trata de una medida necesaria con vistas a la adhesión a la zona Schengen.
Carlos Coelho (PPE), por escrito. – (PT) La firma de un acuerdo ampliado sobre protección de datos con los Estados Unidos es esencial y urgentemente necesaria, ya que impedirá que los Estados miembros traten estas cuestiones apoyándose en acuerdos bilaterales individuales. Conozco perfectamente las dificultades asociadas a la firma de este acuerdo, ya que hay enfoques muy distintos sobre la protección de datos a ambos lados del Atlántico. En la UE, el derecho a la protección de los datos personales se establece de manera explícita en el artículo 8 de la Carta de los Derechos Fundamentales y en el artículo 16 del Tratado de Lisboa. En los Estados Unidos no existe una ley general sobre la protección de la vida privada, y tampoco hay referencias explícitas a un derecho fundamental a la protección de la vida privada en la constitución del país. Queda mucho por hacer con respecto al acceso a los datos y a su rectificación, a la reciprocidad, a la protección jurídica y a la supervisión independiente. Por ello, insto a la Comisión a que adopte el mandato para negociar este acuerdo lo antes posible, para que las negociaciones puedan avanzar y se obtenga el progreso que tan urgentemente se necesita, así como la transposición derivada de estos resultados a los respectivos organismos legisladores lo antes posible.
Kinga Gál (PPE), por escrito. – (HU) En primer lugar quiero felicitar al ponente por el espléndido trabajo que ha realizado. La adopción en la víspera de la conferencia de revisión en Astana supone un énfasis especial para el informe, ya que envía un mensaje a los responsables de la toma de decisiones en el seno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Observo con agrado que varias referencias incluidas en mis enmiendas relativas a la protección de las minorías nacionales, que son parte orgánica del concepto general de seguridad de la OSCE y de su dimensión humana, se han incorporado al informe, y que el informe ha conseguido llamar la atención sobre el papel del Alto Comisionado para las Minorías Nacionales de la OSCE. La función y las responsabilidades del Alto Comisionado son especialmente importantes en la promoción de la coexistencia pacífica de las minorías nacionales y la prevención de posibles conflictos étnicos y de minorías. También es importante destacar el papel del Alto Comisionado a fin de garantizar que las partes implicadas otorguen la debida consideración a las propuestas y opiniones de los funcionarios cuando no se disponga de medios para lograr el cumplimiento.
Eija-Riitta Korhola (PPE), por escrito. – (FI) Hace años que la política climática ha sido un instrumento importante para medir las relaciones entre la UE y los Estados Unidos. En referencia a esto se han reforzado las imágenes de los Estados Unidos como actor unilateral que actúa por su cuenta. No obstante, es hora de que analicemos esta imagen.
Es cierto que los Estados Unidos se distanciaron de la vanguardia de la política climática al negarse a ratificar el Protocolo de Kyoto. Sin embargo, el tiempo ha puesto de manifiesto la ineficacia de todo el acuerdo y el error cometido al seleccionarlo como modo para resolver el complejo problema del cambio climático. Al invertir en asociaciones sólidas en el ámbito de la tecnología y en el desarrollo de energías limpias, las agencias responsables de grandes volúmenes de emisiones han elegido un camino mucho más prometedor y que ha ampliado los horizontes.
Ya es hora de que la UE se dé cuenta de lo que está ocurriendo. Los Estados Unidos no se van a embarcar en ningún sistema de comercio de derechos de emisión. Recientemente Obama dijo que lo más importante era hacer lo correcto, algo que, sin duda, es útil, cualquiera que sea nuestra opinión sobre el cambio climático. Estas acciones útiles incluyen las inversiones en energías limpias y la mejora de la autosuficiencia energética. Al referirse al comercio de derechos de emisión, el señor Obama dijo que se trataba de un medio, no de un fin, y que había otros modos de «llevarse el gato al agua».
¿Es Europa el hombre del saco de la política climática actual, que no aprecia la situación ni aprende de sus errores? Nos llevamos los empleos al extranjero y subimos el precio de la energía; lo hacemos todo de la manera más difícil en lugar de adoptar medidas sensatas. Debemos impedir la contaminación, del mismo modo que también debemos invertir en energía limpia y concentrarnos en la autosuficiencia energética y la forestación. Por el contrario, el comercio de derechos de emisión no merece nuestro apoyo. Nos lo vendieron como modo de prepararnos para un sistema internacional que nunca llegó. ¿Por qué seguimos utilizándolo para atormentar a nuestros ciudadanos, privándoles del trabajo y del sustento?
Jiří Maštálka (GUE/NGL), por escrito. – (CS) La próxima cumbre UE-EE.UU. confirmará sin duda alguna la importancia excepcional de estas relaciones. El continuo avance en la mundialización significa que tanto la UE como los Estados Unidos deben perseguir una política de apertura, y que debe impedirse que se socave la importancia estratégica de la asociación transatlántica. Por este motivo, es importante enfocar dichas negociaciones con la máxima apertura, lo que constituye un requisito previo esencial para el carácter operativo de las próximas reuniones. Durante los últimos días se han escuchado tres temas principalmente, sobre los que los negociadores de la Unión deben centrar su atención: las distintas estrategias con las que la UE y los Estados Unidos abordan la actual crisis económica mundial, los distintos enfoques políticos sobre la desfavorable situación ecológica del planeta y sobre el cambio climático y las cuestiones relativas a la seguridad. Las decisiones unilaterales de la Reserva Federal de los Estados Unidos de comprar 600 000 millones de dólares estadounidenses de bonos del Estado de los Estados Unidos, que se adoptaron sin consultar a la UE, debilitarán la posición económica de Europa. Por tanto, es esencial que la UE se declare de forma inequívoca a favor de buscar divisas internacionales distintas al dólar estadounidense. Es importante que la Unión insista en su papel como pionera de la legislación y la tecnología en materia ecológica, y en consecuencia, presione al Gobierno y al Congreso de los Estados Unidos. Creo que es necesario que, en la próxima cumbre, se inste a los líderes de la UE a que indiquen claramente a Washington nuestro apoyo hacia los esfuerzos del Presidente Obama en cuanto al desarme nuclear global y en cuanto a la ratificación del nuevo Tratado START, que firmaron los Presidentes ruso y estadounidense este año en Praga.
Justas Vincas Paleckis (S&D), por escrito. – (LT) Desde el triunfo del Presidente Barack Obama en las elecciones hace dos años, las posiciones de la UE y de los Estados Unidos se han acercado considerablemente, en concreto en lo referente al desarme, a la lucha contra el cambio climático y a la reducción de los puntos discordantes de los conflictos internacionales. Se trata de un capital considerable, y esta línea debe perseguirse. Lamentablemente, para lograr los objetivos transatlánticos comunes deben implantarse algunas cuestiones. Gran parte de la sociedad de los Estados Unidos se opone a las medidas para combatir el cambio climático. Hay un proyecto de ley ambicioso que limita las emisiones de gases de efecto invernadero que todavía está atascado en el Senado. No se avanza en la cuestión de la abolición de la pena de muerte, que es un asunto importante para la UE. La cumbre UE-EE.UU. tendrá lugar el próximo mes en Lisboa. Espero que la UE pueda convencer a su socio estadounidense para que siga avanzando hacia el logro de los objetivos comunes referidos. También es importante implicar cada vez más a Rusia en el diálogo transatlántico.
Debora Serracchiani (S&D), por escrito. – (IT) Habida cuenta de que el intercambio de datos entre la Unión Europea y los Estados Unidos es cada vez más necesario y frecuente en el contexto de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, también debe establecerse un marco jurídico común general para proteger los datos personales. Este marco debe ofrecer una protección equivalente a la que tienen los ciudadanos europeos en la Unión. Por tanto, el mandato de negociación de la Comisión avanza en la dirección correcta. Con respecto al ámbito de aplicación, este marco jurídico también debe aplicarse a los acuerdos bilaterales actuales. Espero que el Consejo adopte el mandato según se ha presentado y que se mantenga plenamente informado y actualizado al Parlamento de todos los acontecimientos relativos a las negociaciones, teniendo en cuenta que el Parlamento tendrá la última palabra en el futuro acuerdo.
Czesław Adam Siekierski (PPE), por escrito. – (PL) La próxima cumbre entre la Unión Europea y los Estados Unidos será la primera cumbre desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, uno de cuyos objetivos era permitir que Europa se concentrase más en las relaciones con terceros países. La próxima cumbre nos brindará la oportunidad de diseñar un marco de cooperación transatlántica durante los próximos años. En vista de su posición global y de sus valores comunes como el Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos, la Unión Europea y los Estados Unidos tienen un papel fundamental al abordar los retos que plantea el siglo XXI. Necesitamos una cooperación constructiva y reforzada en ámbitos como la superación de la crisis económico-financiera, la lucha contra el terrorismo, la estabilidad global, la paz en Oriente Medio, la no proliferación de las armas nucleares, la ayuda al desarrollo y el cambio climático. Se acerca la próxima cumbre sobre el cambio climático, que se celebrará en Cancún. Espero que los Estados Unidos demuestren un mayor compromiso con respecto a las obligaciones conjuntas en la lucha contra el cambio climático. Como interlocutor importante en el panorama internacional, debemos dar ejemplo a otros países. El reciente desastre ecológico ocurrido en las costas del Golfo de México dejó claro que las catástrofes no reparan en fronteras, y sus efectos se dejan ver en todo el mundo, y en última instancia, también para nuestros ciudadanos. Es evidente que lo que necesitamos es cooperación a escala internacional. Con el telón de fondo de las elecciones de la semana pasada, cabe señalar que estas elecciones podrían ser el punto de partida para unas relaciones nuevas, más estrechas, entre el Parlamento Europeo y el Congreso. La intensificación del diálogo será beneficiosa para ambas partes.