Presidente. – El siguiente punto es el informe (A7-0354/2010) de la señora Jiménez-Becerril Barrio y la señora Romero López, en nombre de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, sobre el proyecto de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la orden europea de protección [00002/2010 - C7-0006/2010 - 2010/0802(COD)].
Teresa Jiménez-Becerril Barrio, ponente. – (ES) Señor Presidente, hoy es un día importante para todas las víctimas porque hoy votaremos la orden europea de protección de víctimas, que representa un importante paso en los derechos de estas, que son injustamente las grandes olvidadas, resultando paradójico que los agresores tengan muchas veces más derechos y se hable más de los derechos de los agresores que de los de sus víctimas.
Hoy este Parlamento honrará a todas las víctimas, recordando a quienes crean que las fronteras les servirán de coartada para perseguir a sus víctimas que esta orden de protección europea protegerá, desde hoy en adelante, a todas las víctimas por igual en la Unión Europea.
Para alcanzar este objetivo y avanzar en este espacio de libertad y seguridad que se indicó en el Programa de Estocolmo empezamos a trabajar hace más de un año y hoy podemos decir con cierto orgullo que, aunque el camino no ha sido fácil —porque esta orden ha encontrado en muchos momentos la incomprensión de muchos que han dudado de su efectividad, de su claridad—, lo hemos conseguido.
Debo decir que, tras los «trílogos» con la Presidencia belga y en muchas conversaciones que hemos tenido con la Comisión, hemos conseguido un texto que complacía a casi todos los grupos políticos, por lo que este informe se aprobó con una amplísima mayoría y sin ningún voto en contra en la votación conjunta de las Comisiones LIBE y FEMM.
Espero hoy que este Parlamento refleje la decisión de estas comisiones y de quienes hemos llevado adelante este informe aprobado con una amplísima mayoría, ya que esto enviaría un claro mensaje al Consejo acerca de lo que quieren los ciudadanos, que no es otra cosa que vivir en un espacio de seguridad y libertad, estar protegidos, y que una víctima que tenga una orden de alejamiento en su país contra su agresor no tenga que iniciar otro proceso judicial al trasladarse a otro.
Tenemos la obligación de facilitar el acceso a la justicia a los ciudadanos europeos y, con más motivo, a las víctimas, que son las más vulnerables. La protección de todas las víctimas, sin excepción, ha sido mi faro durante el desarrollo de este informe. Por ello, quise incluir a las víctimas del terrorismo, las víctimas de la trata de seres humanos, del crimen organizado, de los crímenes de honor, así como un capítulo especial para los menores, que son las víctimas más vulnerables y nunca pensamos cómo protegerlos.
Aunque esta orden protegerá a todas las víctimas, serán las mujeres que sufren violencia doméstica las que más aprovecharán este instrumento de cooperación judicial, ya que sus agresores no podrán moverse impunemente por Europa y sabrán que serán perseguidos igual que en el país en el que agredieron a su pareja.
Por lo tanto, este Parlamento debe hoy lanzar un claro mensaje al Consejo sobre cuál es nuestra voluntad. Por eso, nosotros votaremos con la mirada puesta en las víctimas, con la mirada puesta en quienes sufren, en quienes necesitan que les protejamos, en quienes tienen miedo y tienen la necesidad de vivir en libertad y esperanza.
No vamos a renunciar a un objetivo tan justo y necesario —que apoya la mayoría de los ciudadanos— porque haya algunos que tienen miedo, que nunca se atreven a dar ese paso más allá. Tenemos que ser valientes, los países tienen que ser valientes, y yo espero que el voto de hoy sea mayoritario y favorable y sirva para animar a aquellos que aún dudan de que este instrumento abrirá una puerta en favor de las víctimas y que en un futuro próximo la Comisión presentará una amplia legislación a favor de los derechos de las víctimas, para la cual tiene todo mi apoyo y seguro que tendrá el apoyo de este Parlamento.
Repito, este pequeño gran paso que es la orden europea de protección de víctimas vendrá a mejorar la protección de todas las víctimas, evitando nuevos delitos y aliviando las consecuencias de los ya cometidos.
Tenemos hoy la obligación de eliminar los obstáculos que hasta ahora han impedido una protección real en toda Europa. Hoy con nuestro voto tenemos la posibilidad de salvar vidas y es lo que vamos a hacer y, de verdad, deberíamos estar orgullosos de hacerlo.
Carmen Romero López, ponente. – (ES) Señor Presidente, esta propuesta de Directiva que hoy traemos al Pleno para alejar a los agresores que persiguen a sus víctimas hasta asesinarlas, donde quiera que éstas se refugien, es un mensaje claro que el Parlamento tiene que mandar a la sociedad europea y al Consejo.
No vamos a quedarnos inermes ante los crímenes que, día a día, se repiten en los países europeos todavía en la oscuridad y en las tinieblas de los hogares y se quedan también, después, en las tinieblas de las estadísticas, como si la ley del más fuerte fuera la única que primara en el corazón de la convivencia, mientras que pretendemos darle vigencia a nuestra Carta de Derechos Fundamentales que aprobamos en el Tratado de Lisboa.
¿No se les ocurrió a los constituyentes, cuando redactaron el título 1, que la amenaza a la integridad física y a la dignidad pudiera venir no sólo de las instituciones públicas y del Estado, sino disfrazada de afecto? Para el 25 % de las mujeres europeas que hoy sufren algún tipo de violencia, las torturas tienen nombres privados: defenderse de este acoso no les permite ser ciudadanas.
Según las ONG, más de 2 500 mujeres mueren cada año en la Unión Europa sin que nos hayamos preguntado si esos crímenes se pueden prevenir y evitar. Por eso, las mujeres europeas hemos saludado la iniciativa de los Estados miembros y de la Presidencia española de traer al Parlamento una orden europea de protección.
Estamos haciendo un espacio europeo de seguridad: la orden europea de arresto impide que cualquiera de nuestros países sea refugio de delincuentes. Creamos el clima de confianza mutuo; con la orden de protección estamos haciendo un espacio de justicia y libertad, porque las víctimas de estos delitos pueden ser acogidas en cualquier país sin tener que sufrir otro procedimiento, como ha dicho la coponente Teresa Jiménez-Becerril.
Señorías, estamos hablando de un «terrorismo privado» –es así como se denomina ya a este delito continuado de agresión que se esconde en la intimidad– y estamos hablando de medidas cautelares de distinto origen. No todos los países tienen ni van a tener las mismas tradiciones jurídicas: por más que avancemos, un instrumento capaz de contemplar nuestra diversidad es y será necesario. Los servicios jurídicos del Consejo lo han visto así; los servicios jurídicos del Parlamento, también. ¿Dónde tenemos la resistencia? No está, señorías, en la complejidad de nuestra justicia, que va a seguir existiendo.
El Derecho no es un instrumento para crear conflictos, sino para resolverlos –esto han pensado los gobiernos conservadores que, con buen criterio, han apoyado la iniciativa–. Si estuviéramos hablando de garantías y de derechos fundamentales cuando hablamos de terrorismo, ¿cómo podríamos haber puesto en marcha acuerdos internacionales si no es porque hablamos de seguridad? ¿ Y es que 2 500 mujeres al año no son un problema de seguridad para Europa?
No es la primera vez en la historia que el Derecho se enfrenta a un desafío. Por eso, lamentamos la posición de la Comisión a lo largo del procedimiento, porque no podemos hablar de base jurídica cuando estamos hablando de voluntad política. No invoquemos el Derecho cuando nos conviene.
Este texto es el fruto de un acuerdo. Las mejoras que hemos incorporado sobre el derecho a la información, a la traducción, a las garantías procesales, han tenido en cuenta que este es un instrumento de reconocimiento, y el Parlamento ha decidido que es prioridad que los Estados miembros pongan los datos que existen sobre la mesa y los saquen a la luz.
Nos hemos dejado en el tintero los derechos de las víctimas a la asistencia psicológica, el apoyo jurídico. Seguiremos luchando por ello y esperemos que se incluya en el próximo paquete relativo a las víctimas.
Queremos agradecer a la Presidencia belga el esfuerzo que ha hecho, así como a todos los ponentes «en la sombra» y a nuestro equipo. Queremos lanzar hoy con esta votación un mensaje al Consejo: «Esta es la voluntad del Parlamento; ahora le toca a él asumir su responsabilidad». No afrontaremos la prevención si algunos Estados miembros creen que no tenemos el problema porque no tenemos los datos.
Ahora es el Consejo el que va a decidir si Europa se implica de verdad en la lucha contra la violencia y en la defensa de los derechos fundamentales.
Viviane Reding, Vicepresidenta de la Comisión. – Señor Presidente, la protección de los ciudadanos, en la práctica sobre todo de las mujeres, que están sometidos a violencia o que corren el riesgo de estarlo, es prioritaria para todas las instituciones que están trabajando en este tema en la actualidad.
Es importante que este tema sea prioritario porque compartimos el mismo objetivo: proteger a las víctimas en las mejores condiciones posibles a través de las fronteras de la UE. Esa es también la razón por la que he apoyado el objetivo de esta protección desde el principio, y por ese motivo estoy preparando el ambicioso paquete sobre los derechos de las víctimas que se aprobará en la primavera de 2011.
Conozco muy bien la labor de las coponentes, la señora Jiménez-Becerril Barrio y la señora Romero López, y de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género y la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, que han aportado valor añadido a los trabajos en curso en aras de mejorar la protección de las víctimas. Examino alguna de las propuestas que han realizado: por ejemplo, que las víctimas no tengan que soportar los costes, que se les preste servicios de traducción e interpretación o que se reduzcan los retrasos en los procedimientos de reconocimiento. Estoy dispuesta a trabajar en un mecanismo efectivo y jurídicamente pertinente diseñado para ayudar a las víctimas a beneficiarse de las medidas de protección del Derecho civil en toda Europa.
Hemos estado trabajando en los derechos procesales de los acusados. El corolario de esto es que estamos trabajando en los derechos de las víctimas, porque, habitualmente, hablamos de los acusados en los procedimientos judiciales pero nos olvidamos de la víctima, así que tenemos que «volver a ponerla» en el centro de atención.
Por ello, el futuro paquete de la Comisión relativo a las víctimas se basará en el excelente trabajo llevado a cabo por la Presidencia española, la Presidencia belga, el Consejo y, por supuesto, el Parlamento Europeo, y lo desarrollará. Toda esta labor es muy importante, así que la juntaremos para que cuando dicho paquete esté sobre la mesa, sea minucioso y exhaustivo y tenga verdaderas repercusiones en todas las víctimas —sean mujeres, niños u hombres, aunque la mayoría sean mujeres y niños— para que nos permita encontrar rápidamente medidas concretas que sean aplicables y que no creen inseguridad jurídica. Gracias por su trabajo. Lo vamos a tener en cuenta cuando elaboremos el paquete relativo a las víctimas.
Monica Luisa Macovei, en nombre del Grupo PPE. – (RO) Señor Presidente, aproximadamente 8 000 mujeres rumanas en España se han beneficiado este año, como víctimas, de las órdenes de protección que son válidas en ese país. Deberían también extenderse a Rumanía y otros Estados miembros a los que puedan viajar.
De conformidad con estimaciones no oficiales, en Europa, aproximadamente 100 000 mujeres se benefician de las órdenes de protección que son válidas en el Estado en que se dictan. El proyecto de Directiva modifica el aspecto de la limitación territorial de estas medidas de protección. El instrumento que se establece garantizará que la orden de protección dictada en un Estado miembro se reconozca en los Estados miembros a los que pueda viajar la víctima para que el espacio de libertad, seguridad y justicia sea una realidad y las víctimas de la violencia u otras víctimas puedan vivir y viajar sin temor.
El Parlamento desea que se extienda la protección de las víctimas. Por ese motivo, tras esta Directiva, pedimos a la Comisión, y así lo esperamos, que el próximo paso sea ampliar la protección de las víctimas en este espacio común de justicia y seguridad. Por lo tanto, esperamos con entusiasmo e interés el paquete que se aprobará en la primavera de 2011.
Quiero terminar reiterando que el Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-cristianos) apoya la protección de las víctimas, este proyecto de Directiva y la ampliación de la protección de las víctimas.
Silvia Costa, en nombre del Grupo S&D. – (IT) Señor Presidente, Señorías, a través de esta propuesta de Directiva —por la que quisiera dar las gracias a las ponentes, con las que he trabajado como ponente alternativa— el Parlamento está apoyando y ampliando la propuesta del Consejo, que se diseñó para proteger, en los 27 Estados miembros, a las personas que son objeto de diferentes formas de persecución o de amenazas graves y reiteradas por parte de personas conocidas y previamente identificadas —con frecuencia ex novios, maridos o parejas— que amenazan su integridad física y sexual, su dignidad y su libertad personal.
De hecho, está aumentando el número de agresiones y asesinatos, en particular contra las mujeres. La policía y los tribunales no suelen tomar suficientemente en serio sus denuncias, y, además, en la actualidad, las órdenes y las medidas de protección contra el agresor solo son válidas en el país en que se dictan. Comisaria Reding, la medida en fase de aprobación puede que no sea perfecta, pero llena un vacío legislativo
Después de todo, a la hora de crear el espacio europeo de libertad, seguridad y justicia, siempre hemos actuado empíricamente, a veces logrando la aprobación de los asuntos, si fuera necesario. De hecho, creo que esta iniciativa es importante porque permitirá a todos los ciudadanos de la Unión Europea —hombres y mujeres— y a todos los residentes en Europa viajar libremente a través de las fronteras, llevando consigo sus derechos humanos y su derecho a la protección y la seguridad, tal y como se establece en el artículo 3 del Tratado de Lisboa, que los del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo habríamos querido que fuera el fundamento jurídico, a fin de dar un sentido más coherente a la estructura de la propuesta.
Mediante el establecimiento de la orden europea de protección, se garantiza a la persona su protección incluso en otros Estados miembros, a través de un procedimiento rápido y gratuito. Cada Estado miembro debe señalar una autoridad competente para informar a las víctimas de sus derechos, llevar a cabo campañas, recopilar estadísticas e informar a la persona, sin demora, de la emisión de su orden de protección nacional. Además, da un gran impulso a la creación del espacio jurídico europeo y a la ejecución de la libertad de circulación, y, asimismo, aplica, por primera vez, el procedimiento legislativo ordinario que implica la codecisión entre el Consejo y el Parlamento.
Espero que el Consejo confirme este compromiso y que la Comisión —aunque muestre especial atención al próximo paquete de medidas «Seguridad para las víctimas»— no deje pasar esta especial oportunidad de responder ya mismo a esta situación tan grave, como demuestran, asimismo, las estadísticas europeas y nacionales. Entre otras cosas, esto podría llevar a una importante convergencia jurídica entre los Estados miembros.
Por lo tanto, sugiero que evitemos los retrasos y que nos comprometamos específicamente con esta particular clase de protección de las víctimas.
Izaskun Bilbao Barandica, en nombre del Grupo ALDE. – (ES) Señor Presidente, deseo que la orden europea de protección sea especialmente útil para prevenir la violencia contra las mujeres y que sirva de prólogo útil a la propuesta que prepara la Comisión para que dispongamos de un instrumento similar para todo tipo de delitos.
Lamento que el trámite de este proyecto haya sido tan difícil y complejo, pese a que todos y todas compartíamos el objetivo central del texto.
Me hubiese gustado, además, que esta orden incorporase dos cuestiones. Por una parte, el registro europeo de órdenes de protección, con las correspondientes garantías para la intimidad, para evitar de esa manera la burocracia a las y los beneficiarios y conseguir la inmediatez en la aplicación de las órdenes. Además, esto abarata los trámites que deben realizar las autoridades competentes y, por último, facilita una estadística homogénea y permanentemente actualizada.
En segundo lugar, creo que deberíamos haber hecho un esfuerzo para explorar colaboraciones en esta materia con países terceros, especialmente si atendemos a lo que dicen las estadísticas sobre el origen de las víctimas y sus posibles cambios de residencia.
El incipiente Servicio Europeo de Acción Exterior ha perdido de esta manera la oportunidad de presentarse en público con una misión como esta, que entiende la ciudadanía y que resuelve problemas reales a todas las ciudadanías europeas en el momento actual.
Quiero agradecer a las ponentes todo su trabajo y espero que la Comisaria Reding se muestre sensible con esta iniciativa.
Raül Romeva i Rueda, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (ES) Señor Presidente, yo creo que en el Parlamento Europeo tenemos que ser muy conscientes y actuar con la responsabilidad del mandato que se nos ha otorgado y este mandato nos dice claramente que debemos proteger a las mujeres víctimas de violencia y poner coto a los victimarios, también a escala europea.
Se trata de combatir, como se ha dicho, un terrorismo social, el de la violencia machista. No debemos quedarnos por tanto en las estadísticas ni en los recovecos legales. Hablamos de justicia, de derechos básicos, de vida y muerte, de defender a quienes deben ser defendidas frente a los agresores y, sobre todo, de no tener que lamentar cada año que 2 500 mujeres sean víctimas de esta dejadez legal en la que estamos todas y todos inmersos.
Todas y todos somos conscientes de las dificultades legales, de que este es un ejercicio innovador en la dinámica interinstitucional post-Lisboa. Sin embargo, estas dificultades no deben ser en ningún caso una excusa para no avanzar. La protección y la prevención de los derechos de estas mujeres que han sido o pueden ser víctimas de violencia y de asesinatos no pueden ser sometidas a ciertos legalismos. Se trata de adoptar la voluntad política que requiere la urgencia y la importancia del caso.
Es importante hacer bien las cosas, por descontado, pero sobre todo es fundamental hacerlas, y esta es, para mí, la visión fundamental que en este texto que ―espero― vamos a aprobar podamos mandar tanto al Consejo como a la Comisión. Es necesario entender que no podemos en ningún caso paralizar las iniciativas porque hay dificultades técnicas que no hemos sabido solventar antes.
Y es aquí donde yo quiero agradecer el trabajo hecho por las dos ponentes y por las Presidencias, tanto la española como la belga, para seguir avanzando, trabajando y superando esa lacra que es, insisto, la violencia machista.
Timothy Kirkhope, en nombre del Grupo ECR. – Señor Presidente, he seguido el diálogo a tres bandas muy de cerca y quiero dar las gracias a mis colegas, especialmente de los Grupos PPE y S&D, por la labor que han realizado.
Como abogado que soy en el Reino Unido, he tenido experiencias, con los años, asociadas a la prestación de asesoramiento y asistencia de naturaleza jurídica a personas que han sido víctimas de violencia doméstica, acecho y acoso por parte de un familiar o una ex pareja. He sido testigo de primera mano de la angustia que puede causar el abuso físico, psicológico y sexual y de la situación de vulnerabilidad de sus víctimas.
Apoyo totalmente los objetivos de esta propuesta. Sin embargo, tengo también que expresar mi preocupación respecto al fundamento jurídico y su ámbito. Considero que esta propuesta tiene únicamente una base penal, mediante la utilización del artículo 82 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Por su naturaleza y por ley, algunos de los delitos que esta propuesta pretende abarcar constituyen asuntos de Derecho civil, sin embargo, es significativo que no se invoque el artículo 81.
Aunque no me opongo a la cooperación jurídica comunitaria, creo firmemente que tenemos que garantizar que la legislación elaborada a nivel de la UE sea jurídicamente pertinente y contundente y se pueda aplicar efectivamente a nivel de los Estados miembros sin socavar sus sistemas jurídicos vigentes.
Paul Nuttall, en nombre del Grupo EFD. – Señor Presidente, apoyo la protección de las víctimas. Sin embargo, la primera vez que tuve conocimiento de la orden europea de protección, me pareció alarmante, al igual que la orden de detención europea que, en mi opinión, es uno de los textos legislativos más intrusivo y dictatorial jamás impuesto a los británicos.
En la propuesta sobre la orden europea de protección que se está solicitando se especifica que su objetivo es la protección de la mujer. Se nos dijo que la orden de detención europea ayudaría a luchar contra el terrorismo —y todos sabemos que se ha materializado en algo mucho más que eso—. Seamos claros y honestos: el objetivo subyacente es poner en marcha las bases para establecer un sistema de justicia paneuropeo que, sin duda, socavará la legislación británica. Si se necesitan pruebas, solo tenemos que analizar la orden de detención europea.
Asimismo, considero que es muy difícil ejecutar estas órdenes en el Reino Unido, ya que podemos vernos en una situación en la que un juez extranjero, que no sabe nada de las condiciones de una ciudad británica o de nuestra forma de vida, dicte un orden en un país extranjero. En Inglaterra tenemos un refrán: «gato escaldado del agua fría huye». Hemos salido escaldados una vez con la orden de detención europea. Sugiero que huyamos de la orden europea de protección.
Jarosław Leszek Wałęsa (PPE). – (PL) Señor Presidente, teniendo en cuenta las propuestas de enmienda, es innegable que la Directiva en cuestión es una de las primeras iniciativas encaminadas a lograr estos objetivos tan importantes. Debemos garantizar no solo que las víctimas de violencia no sufran más daños en su propio país, sino también que se beneficien de esas medidas de protección en toda la Unión Europea. Por este motivo, creo que debemos apoyar la postura de la ponente.
Asimismo, hay que señalar que la iniciativa tiene, deliberadamente, un amplio alcance. Aunque la mayoría de las órdenes de protección dictadas están relacionadas con las mujeres víctimas de violencia de género, la iniciativa puede abarcar a todas las víctimas de violencia —niños y adultos de ambos sexos, siempre que se haya identificado al autor—. En este contexto, el Programa de Estocolmo afirma que las víctimas de delitos, incluido el terrorismo, que son más vulnerables o que se encuentran en situaciones particularmente expuestas, como aquellas sujetas a una violencia repetida en las relaciones personales, las víctimas de violencia de género o las víctimas de otros tipos de delitos en un Estado miembro del cual no son nacionales o residentes, necesitan un apoyo especial y protección jurídica.
En relación con lo anterior, la orden europea de protección debe aplicarse a las víctimas de todos los delitos, incluidos la trata de seres humanos, las víctimas de mutilaciones genitales femeninas, de bodas forzosas, homicidios por defender el honor, incestos y otros delitos de este tipo. Por lo tanto, se debe respaldar esta iniciativa, y presto todo mi apoyo a la ponente.
Emine Bozkurt (S&D). – (NL) Señor Presidente, en la actualidad, 100 000 personas se están beneficiando de la orden europea de protección. Una de ellas es Rasja, que quiere trasladarse a España con sus hijos. Si la orden dictada en los Países Bajos contra su acosador no se transfiere con ella a España, esta mujer y sus hijos se convertirán allí en un blanco fácil, a menos que las autoridades españolas reconozcan o ejecuten la misma orden. Afortunadamente, sin embargo, España la reconoce.
Esta protección se aplica también a aquellos a los que se persigue por ejercer su derecho de libertad de expresión. Tienen que tener la posibilidad de hablar en otros países europeos sabiendo que aquellos que los amenazan no van a estar sentados entre el público. La orden europea de protección lo consigue; es una iniciativa extraordinaria, y por ello el Gobierno holandés la ha apoyado. Por desgracia, con la nueva coalición, la situación de las personas que disfrutan de esa protección ha sufrido un revés de 180 grados: no se está teniendo compasión y se está dejando indefensos a las mujeres, los hombres y los niños que tienen que vivir con el miedo en el cuerpo. Sencillamente, es inaceptable que se deje de proteger la seguridad de una persona en la frontera.
Por el bien de cien mil personas, digo «sí» a la orden europea de protección. Espero que todos los gobiernos, incluido el de mi propio país, hagan lo imposible por incrementar la seguridad, la protección y la libertad de sus ciudadanos, para que todas las personas puedan vivir en un espacio de libertad y seguridad.
Nathalie Griesbeck (ALDE). – (FR) Señor Presidente, señora Comisaria, Señorías, en primer lugar, quiero, por supuesto, dar las gracias a las dos coponentes que, tras unas negociaciones muy difíciles en el diálogo a tres bandas, proponen un acuerdo transaccional que, como ponente alternativa de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior y de mi Grupo, naturalmente, les invito a aprobar.
En segundo lugar, aunque lamento, como algunos han dicho hoy, que ciertos puntos como, por ejemplo, la traducción de los documentos a las víctimas, no se hayan incluido en el texto de este acuerdo, o que no se hayan detallado suficientemente los elementos de simplificación —y cuento con el «paquete relativo a las víctimas» para perfeccionarlos— quiero poner de relieve que, al final, todo esto parece hoy de sentido común, una continuación lógica de la mayor integración de un espacio europeo de libertad y justicia y, en esencia, del establecimiento del correspondiente sistema jurídico.
Esto da fe de una cierta dosis de audacia política y de la voluntad de ir más allá de la pose política para una gran mayoría de nosotros, a fin de tener un instrumento claro para la cooperación en materia penal. Este instrumento supone en cierta medida, tal y como ha puesto de relieve la señora Reding antes, una verdadera política en materia de «derechos» en Europa, es decir, una verdadera política para las personas, especialmente para las mujeres, cuya integridad física puede verse amenazada, una política que se corresponde con la libertad de circulación que ha existido durante mucho tiempo, por lo tanto, una política de los «derechos».
PRESIDE: Roberta ANGELILLI Vicepresidenta
Véronique Mathieu (PPE). – (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, debo decir, en primer lugar, que considero lamentable la ausencia del Consejo desde ayer, ya que, en general, ha estado presente en las negociaciones sobre todas las cuestiones que se han estado debatiendo desde ayer, como, por ejemplo, las relativas a las libertades civiles, justicia y asuntos de interior. Lamentamos que el Consejo no esté aquí para escuchar la voz del Parlamento; es una verdadera pena.
Quiero felicitar a las dos coponentes —que han trabajado mucho en este texto— por este avance histórico para todo tipo de víctimas: víctimas, en primer lugar, de violencia doméstica —sabían que el 45% de las mujeres europeas son víctimas de violencia doméstica, al igual que algunos hombres, por lo que no debemos olvidar a estos hombres que están sometidos a la violencia de las mujeres— y después las víctimas del terrorismo, incluidos los niños, que son, por supuesto, especialmente vulnerables.
El texto que se nos presenta hoy es muy importante, y, una vez más, les felicito. Estamos deseando ver el «paquete sobre las víctimas» que se nos presentará el próximo año, señora Comisaria, y que completará el texto que vamos a votar mañana.
Antigoni Papadopoulou (S&D). – Señora Presidenta, la violencia doméstica, la mutilación genital, los homicidios por defender el honor, las bodas forzosas y la trata son solo algunos de los tipos de violencia contra el 45 % de las mujeres europeas.
Es necesario mejorar la protección de las mujeres y los menores. La orden europea de protección es una buena medida para hacerlo, con pleno respeto de la percepción del Programa de Estocolmo en relación con una Europa unida: un espacio de libertad, seguridad y justicia que sirva al ciudadano.
Las órdenes de protección dictadas en un país europeo contra un delincuente se ejecutarán, por consiguiente, en los otros 26 Estados miembros de la UE. La iniciativa de la Presidencia española, adoptada hoy por todos nosotros, hace hincapié en la protección de las víctimas y la prevención, y fomenta la uniformidad en los procedimientos de los ordenamientos jurídicos. Permite a las víctimas romper su silencio para buscar la protección más allá de las fronteras geográficas de Europa.
Espero que la Comisión apoye totalmente el informe de las dos coponentes en su ambicioso paquete sobre los derechos de las víctimas.
Salvatore Iacolino (PPE). – (IT) Señora Presidenta, Señorías, no hay duda de que esta Directiva sobre la orden europea de protección para amparar a las víctimas es otra señal de un cambio trascendental en las verdaderas garantías, sobre todo para las mujeres, aunque no exclusivamente, como ya se ha dicho.
Ya se habían elaborado las directrices para esta medida, primero en el Tratado de Lisboa, y después en el Programa de Estocolmo. En particular, quiero felicitar a las dos ponentes, la señora Jiménez-Becerril Barrio y la señora Romero López, por su diligente labor y por abordar los muchos problemas que se encontraron en el Consejo para allanar el camino a esta propuesta especialmente importante, relativa a un espacio de libertad, seguridad y justicia que servirá realmente a los ciudadanos.
La propuesta lucha contra la violencia doméstica de una manera firme y decidida, alberga una importante variedad de medidas y tiene un ámbito de aplicación que parece totalmente coherente. Estas medidas cautelares adecuadas, oportunas y efectivas nos llevan a creer que esta propuesta podría también utilizarse con eficacia en la protección de las familias de las víctimas. Esperamos con interés el paquete más estructurado anunciado por la Comisaria Reding con respecto a la protección de las víctimas de violencia, que estará listo en las próximas semanas.
Quiero concluir, señora Presidenta, afirmando lo importante que es, para la aplicación de esta medida en la práctica, la estrecha cooperación entre los Estados miembros, unida a una gran sensibilidad, así como también es crucial no olvidar la importancia del apoyo psicológico a las víctimas. Estoy seguro de que la Comisión tendrá esto debidamente en cuenta en la fase final del proceso legislativo.
Heidi Hautala (Verts/ALE). – (FI) Señora Presidenta, la orden europea de protección supone un avance importante en el amparo de las víctimas en toda Europa. Estamos ahora demostrando, de una manera firme, al Consejo y la Comisión que el Parlamento Europeo está deseando tener esta orden de protección y que debería entrar en vigor pronto. Deberíamos intentar superar la oposición que existe a dicha orden en el Consejo, así como todos los motivos legales que la Comisión presenta para oponerse.
Es importante que la Directiva se aplique en un amplio espacio. Tiene que incorporar no solo órdenes relativas a actos delictivos, sino también otros tipos de órdenes de protección. No debe implicar ningún tipo de sutileza jurídica. Asimismo, esta orden de protección debe ser lo suficientemente flexible para tener en cuenta las diferencias existentes en las legislaciones nacionales.
Es importante que el Parlamento centre la atención no solo en las víctimas de violencia de género, sino también en otras víctimas de violencia. La Directiva tiene que establecer claramente cuáles son los derechos de las víctimas y los procedimientos para presentar una demanda, y esto es, en parte, lo que he tratado de destacar en la posición del Parlamento. Asimismo, es importante que el país en que se solicite la orden de protección informe a sus ciudadanos de estos procedimientos.
En realidad, cuando entre en vigor la orden de protección, el trabajo no habrá finalizado aún. Las autoridades tienen que estar informadas, y no podemos estar totalmente satisfechos con una campaña de información que, simplemente, se limite al marco de la presente.
Joanna Katarzyna Skrzydlewska (PPE). – (PL) Señora Presidenta, me provocan un gran entusiasmo las disposiciones incluidas en el informe que se está debatiendo hoy. La garantía de que la protección concedida a las víctimas en un Estado miembro se aplique también en cualquier otro Estado miembro de la Unión Europea al que se ven obligadas a viajar por temor a una violencia repetida, representa para ellas la oportunidad de llevar una vida normal. La orden europea de protección significará que los tribunales de un Estado miembro de la UE podrán reconocer, aplicar y ejecutar las medidas de protección adoptadas en otro Estado miembro.
Es más, ampliar la aplicación de la Directiva a las víctimas de cualquier tipo de violencia, no solo a las víctimas de violencia de género, supone otro hito. Todas las víctimas se merecen respeto y que se castigue, de una manera justa, a los autores de sus sufrimientos. En mi opinión, solo un instrumento de protección que siga a la víctima puede ser totalmente efectivo y evitar que se repita el mismo delito, así como ofrecer una verdadera protección a la víctima. Estoy encantada de que Polonia haya sido uno de los países que han presentado esta iniciativa.
Monika Flašíková Beňová (S&D). – (SK) Señora Presidenta, si la Unión Europea se tiene que convertir en un verdadero espacio de libertad, seguridad y justicia, debemos eliminar las diferencias que todavía persisten en este ámbito entre los Estados miembros.
Se debe proteger a las víctimas de violencia frente a los autores no solo en su propio país, sino que deben tener a su disposición medidas de protección en toda la UE. Aunque esta propuesta es de carácter general, se refiere directamente a las mujeres víctimas de violencia doméstica. Está bien que, además, ofrezca la oportunidad de abordar la situación de otras posibles víctimas, como las de la trata de seres humanos, bodas forzosas, homicidios por defender el honor o incestos o la situación de los testigos o de las víctimas del terrorismo y de la delincuencia organizada. Personalmente, acojo con gran satisfacción el esfuerzo llevado a cabo para prestar la mejor protección posible a las víctimas garantizando, asimismo, la necesaria seguridad jurídica, entre otras cosas. Es necesario que las víctimas puedan contar con unas normas claras y deben estar siempre informadas de las medidas que tienen a su disposición en su país de origen y en los países a los que quieran trasladarse, o a los que ya se han trasladado.
Sonia Alfano (ALDE). – (IT) Señora Presidenta, Señorías, aprecio enormemente la labor que han llevado a cabo las dos ponentes. Sin embargo, el problema de este proyecto de Directiva es que se basa en el tipo más habitual de acecho, en el que una persona ha sido víctima de la violencia de otra y, por lo tanto, hay que protegerla para evitar que se repita el abuso físico o mental que tuvo lugar. Obviamente, estamos ante un asunto de una importancia fundamental para cientos de miles de mujeres en la Unión Europea y, por lo tanto, apoyo totalmente su contenido.
Por desgracia, sin embargo, estas medidas no tienen en cuenta a las víctimas de la delincuencia organizada, a las que, en la mayoría de los casos, no hay que defender de una persona identificada o identificable, sino de organizaciones contra las que no se puede aplicar, por supuesto, una orden restrictiva. Por lo tanto, creo que el Parlamento Europeo debe considerar esta Directiva como un primer paso para la aplicación del Programa de Estocolmo, que habla expresamente de medidas para proteger a las víctimas de la actividad delictiva, y creo que la señora Jiménez y la Comisaria Reding son de la misma opinión.
Solicito a la Comisión Europea que se asegure de que el paquete de medidas de protección de las víctimas, que está previsto para 2011, proteja también a las víctimas de la delincuencia organizada y a las víctimas de violencia en el ejercicio del deber, a nivel europeo.
Cornelia Ernst (GUE/NGL). – (DE) Señora Presidenta, la orden europea de protección constituye un paso en la dirección correcta. El principio debe ser que a las víctimas reconocidas de violencia se les brinde el mismo nivel de protección en todos los Estados miembros. La mejor solución sería la armonización de las leyes de los Estados miembros en este asunto, pero no fue posible conseguirlo. Un aspecto positivo de esta orden de protección es que su objetivo es ayudar a todas las víctimas de violencia en la medida de lo posible y que tiene un amplio alcance: la violencia sexual, el acecho y, sobre todo, la explotación de menores, que en mi opinión es muy, muy importante. Por lo tanto, envío un mensaje positivo a las víctimas de violencia y a las mujeres en particular. Sin embargo, hay una pequeña pega: los motivos de denegación del reconocimiento contemplados en el artículo 9 son muy amplios y pueden, asimismo, en alguna medida, constituir para los Estados miembros un medio de eludir el cumplimiento de la Directiva. Por consiguiente, dentro de un año, tendremos que evaluar muy detenidamente cómo podemos continuar este debate, porque todas las víctimas de todos los países necesitan la misma protección.
Jaroslav Paška (EFD). – (SK) Señora Presidenta, quiero apoyar la idea contenida en el proyecto de orden europea de protección.
La protección de personas amenazadas a nivel de cada uno de los Estados miembros parece insuficiente en muchos casos. En la actualidad, gracias a la apertura del espacio europeo, es habitual que los jóvenes celebren bodas y contratos matrimoniales internacionales. Sin embargo, no todos estos compromisos duran mucho tiempo, y entonces los hijos se suelen convertir en rehenes de los conflictos de sus padres. A menudo, los padres hostiles se niegan a acatar las decisiones de los tribunales de otros países que conceden la custodia de los hijos a uno de ellos y, simplemente, se toman la justicia por su mano y se llevan a los hijos de anteriores parejas a sus propios países, y se aprovechan de las diferencias existentes entre los sistemas jurídicos de los Estados miembros para eludir decisiones judiciales válidas. Las víctimas de esta anarquía jurídica europea suelen ser los menores inocentes. Espero que la orden europea de protección resuelva este problema.
Andreas Mölzer (NI). – (DE) Señora Presidenta, aunque, en los últimos años, se han tomado algunas medidas para proteger a las víctimas, es habitual que muchas de las personas afectadas consideren que se les ha dejado en la estacada. Si bien a los abogados y los jueces, durante su formación, se les instruye sobre los derechos de los acusados, apenas aprenden a tratar a las víctimas. Este no es el único ámbito en el que es necesaria una mayor sensibilización. Se necesita también en la formación médica para que sea más fácil reconocer el uso de violencia. En lo que se refiere a las víctimas infantiles, es esencial la cuestión de la prescripción legal de las demandas civiles de indemnización en el caso de los delitos sexuales. Solo aquellos que tengan un registro de antecedentes penales intachable podrán trabajar con niños. Si, por ejemplo, ahora se están juzgando las bodas forzosas en Liechtenstein, incluso sin el consentimiento de la víctima, y es posible iniciar actuaciones judiciales en el caso de la mutilación genital de un menor, esto demuestra claramente el posible peligro del tan alabado enriquecimiento multicultural. En mi opinión, es importante tener en cuenta esta evolución de la UE, así como su importancia en la lucha contra la trata de seres humanos.
Krisztina Morvai (NI). – (HU) Señora Presidenta, como abogada, me he enfrentado a casos de víctimas de violencia contra las mujeres y los niños durante más de diez años, ya fuera violencia doméstica, violación o trata de mujeres; y tuve la oportunidad de comprobar por mi misma que la orden de protección, que es el tema del debate de hoy, es uno de los instrumentos esenciales e indispensables de protección de las víctimas, pero está lejos de ser el único. Se requieren medidas complejas, como, por ejemplo, el asesoramiento jurídico, la ayuda psicológica y el apoyo a los niños afectados, y es muy importante escuchar a las víctimas, que son, siento decirlo, las que mejor saben lo que necesitan.
Tengo dos preguntas para la señora Reding y las ponentes. En primer lugar, me gustaría saber en qué medida están involucrando a las víctimas de violencia contra la mujer en este trabajo a fin de permitirlas compartir su experiencia. En segundo lugar, me gustaría saber si la señora Reding y las ponentes están familiarizadas con el Convenio sobre la violencia contra la mujer que está elaborando actualmente el gemelo de la Unión Europea, el Consejo de Europa, y en qué medida estamos participando en la elaboración de este trabajo.
Angelika Werthmann (NI). – (DE) Señora Presidenta, la seguridad de las mujeres afectadas tiene que preocuparnos, realmente, a todos nosotros. Independientemente de dónde sean las víctimas, no se trata solo de que reciban protección física frente a sus agresores, sino también de que se tenga en cuenta su dignidad humana. Esta orden europea de protección debe aplicarse a todas las víctimas de violencia, sin tener en cuenta su edad o género.
Antonyia Parvanova (ALDE). – Señora Presidenta, quiero también dar las gracias a la ponente. Salvaguardar la vida, la integridad física y psicológica, así como la integridad y la libertad sexual, son objetivos prioritarios en lo que se refiere a la protección de las víctimas. Con nuestro apoyo político a la Directiva sobre la orden europea de protección, le hemos concedido a la cuestión la visibilidad que se merece y hemos proporcionado un paquete general y a nivel europeo de medidas de protección especial que son efectivas dentro de la Unión y otorgan protección y asistencia jurídica a las víctimas de delitos, en particular, de delitos violentos.
El derecho a la protección de la violencia es un derecho humano fundamental independientemente del origen étnico, la situación jurídica o el estatus de residencia, y, por lo tanto, todos tenemos la obligación moral de apoyar este derecho dentro y más allá de las fronteras nacionales. Estoy convencida de que este nuevo enfoque para la protección de las víctimas vulnerables es un mensaje político muy sólido a fin de consolidar la libertad, la seguridad y la justicia dentro de la Unión Europea.
Teresa Jiménez-Becerril Barrio, ponente. – (ES) Señora Presidenta, creo que en este debate hemos visto claro que todos estamos de acuerdo en apoyar el objetivo de este informe.
Los diferentes Grupos políticos han mostrado su apoyo a esta Directiva, que ofrece una mayor protección a las víctimas. Por tanto, me pregunto: ¿qué impedimento existe para aprobar este instrumento? Repito: ¿qué temores hay para que algo tan necesario y sencillo como es proteger a las víctimas por igual en toda Europa sea finalmente una realidad?
Esperando que este Parlamento apruebe mayoritariamente este informe, me dirijo al Consejo y a la Comisión, recordándoles que hemos superado los escollos legales en nuestras negociaciones, y aplaudo que la Comisión reconozca nuestro trabajo, como nosotros reconocemos el que ella hará en el futuro.
No tenemos, pues, que excluirnos, sino ayudarnos, aprobando hoy este instrumento más concreto y, mañana, el paquete de medidas más amplio de ayuda a las víctimas que presentará la Comisión, con la que me comprometo a colaborar.
Por tanto, seamos hoy valientes y responsables y ayudemos a todos aquellos que tienen el derecho a vivir en una Europa más segura. Ayudemos a todos ―repito―, sean hombres, mujeres o niños. Ayudemos a quienes miran hoy hacia nosotros para que les demos una vida mejor, una vida que les devuelva su libertad, su seguridad y, sobre todo, su dignidad.
Carmen Romero López, ponente. − Señora Presidenta, señora Comisaria, sabemos que en el paquete de medidas que se está preparando para las víctimas no se incluye ninguna medida jurídica. Lo acaba de denunciar el lobby europeo de mujeres en el Parlamento: se habla de buenas prácticas, se habla de coordinación, pero nos queda todavía un largo camino por recorrer.
Quisiera decirle también que la violencia que vivimos no tiene orígenes exóticos: es una violencia nuestra. Y quisiera decirle al Consejo y a los distintos Estados miembros que la violencia que procede de otras culturas también necesita un instrumento jurídico. No es posible luchar contra la mutilación genital, contra los crímenes de honor, contra todo ese acoso que mujeres procedentes de otras culturas sufren sin que exista un instrumento de esta naturaleza.
Por eso es tan importante que ellas también estén incluidas, y el Parlamento ha trabajado, con todas las enmiendas de los ponentes «en la sombra» para que todas estas víctimas también estén incluidas en este instrumento jurídico.
Por eso es tan importante que trabajemos juntos en este tema y por eso lamentamos que el Parlamento y la Comisión no hayan acordado el mismo texto a lo largo de este procedimiento. Incluso en el supuesto de que el Parlamento y la Comisión hubieran acordado el mismo texto, aún tendríamos una batalla que dar.
Señora Comisaria, flaco favor se les hace a las víctimas de la violencia si se considera que retrasar la iniciativa dos, tres o cuatro años más sería mejor para ellas, porque no es así.
Nos acaba de decir, en su anterior comparecencia, que no nos hemos dado cuenta del calado de la Carta de los Derechos Fundamentales. Sí nos hemos dado cuenta. El problema es que hay que aplicarla; el problema es que tenemos que tomar medidas y cuando hay que tomar medidas, a veces, son medidas jurídicas y, a veces, tienen obstáculos en el camino. El mayor obstáculo, la voluntad política.
Por eso es tan importante que estemos todos de acuerdo en una iniciativa de esta naturaleza, y es el Consejo quien ahora tiene la palabra, son los Estados miembros quienes ahora tienen que decidir si realmente este instrumento es un instrumento que va a ser eficaz para las víctimas y que va a ser necesario. Nosotros lo creemos así: por eso hemos defendido este instrumento y por eso estamos aquí. Y defendemos también su urgencia.
Por eso quisiéramos que este voto del Parlamento fuera masivo, para que realmente los países que aún no han decidido o que han decidido ya estar en contra de esta iniciativa la valoren como el único procedimiento que se podrá utilizar ahora y en el futuro. Un instrumento por naturaleza difícil y complejo, pero que abre camino y que protegerá a las víctimas y protegerá la ciudadanía de las mujeres.
Viviane Reding, Vicepresidenta de la Comisión. – Señora Presidenta, no tenía intención de hablar otra vez, pero se han dicho cosas que hay que corregir. Entre las medidas que formarán parte del paquete en favor de las víctimas se incluyen una comunicación global, la adaptación al Tratado de Lisboa de la decisión marco de 2001 relativa al estatuto de la víctima en el proceso penal, una propuesta sobre medidas de protección civil y, si es necesario, una propuesta relativa a medidas de protección penal. Se pondrá sobre la mesa de esta Cámara en mayo del año que viene.
No podemos continuar sin más y poner nuestras ideas por escrito. Las propuestas deben acompañarse de una evaluación del impacto minuciosa. Tenemos que tomárnoslo muy en serio e intentar conseguir estudios atinados con un valor añadido real. Eso es lo que estamos haciendo por ahora. Estamos terminando la evaluación de impactos con el objeto de determinar los detalles de cualquier proceder sobre medidas legislativas y prácticas, con el propósito de lograr seguridad jurídica y medidas de protección rápidas y eficaces.
Dicho esto, también me gustaría informar a este Parlamento de que, hasta la fecha, se han emitido cuatro opiniones de parlamentos nacionales sobre la orden de protección: positivas de los parlamentos italiano, griego y portugués y negativa del Bundesrat alemán, que sostiene que la directiva va más allá del ámbito de aplicación del artículo 82, porque abarca medidas de índole no penal y la prevención del delito. Se ha rechazado con arreglo al principio de subsidiaridad. Estamos en medio de un asunto muy complicado. Con un profundo análisis previo a la presentación de las propuestas jurídicas y no jurídicas, trataré de proponer medidas lo bastante firmes como para no tratar de forma injusta a las víctimas una segunda vez en lo que respecta a las medidas de protección.
Presidenta. – Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar hoy a las 12.00 horas.
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Rovana Plumb (S&D), por escrito. – (RO) Se calcula que los incidentes de violencia doméstica afectan a 1 200 000 personas cada año en Rumanía, pero solo el 1 % de las víctimas se atreven a dar parte a las autoridades. La tensión doméstica, los altercados y las palizas frecuentes transforman a los integrantes de la familia en víctimas traumatizadas que se ven forzadas a aceptar que esta situación es la norma. La violencia afecta al desarrollo normal y equilibrado de los niños. Los estudios muestran que el patrón de conducta violenta se transmite de una generación a otra en el 75 % de los casos. El síndrome de Estocolmo debe tratarse, pero no a través de reformas pobres, como está ocurriendo en Rumanía. Se precisan medidas preventivas para combatir este fenómeno, junto con la enmienda del marco legislativo pertinente y el establecimiento de diálogo y cooperación entre todas las instituciones estatales con competencias en este ámbito y la sociedad civil. A este respecto, la orden europea de protección debe ser un instrumento firme capaz de ofrecer un mejor refugio a las víctimas de la violencia de los Estados miembros. Esto incluirá asimismo la protección contra los actos de violencia cometidos por grupos y se aplicará a todas las víctimas de delitos, como son las víctimas de la trata de seres humanos, de mutilaciones genitales femeninas, de bodas forzosas, de delitos por defender el honor, de incestos, de la violencia de género, así como los testigos y las víctimas del terrorismo y de la delincuencia organizada.