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Procedimiento : 2010/2112(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A7-0376/2010

Textos presentados :

A7-0376/2010

Debates :

PV 17/01/2011 - 21
CRE 17/01/2011 - 21

Votaciones :

PV 18/01/2011 - 7.6
CRE 18/01/2011 - 7.6
Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P7_TA(2011)0006

Acta literal de los debates
Lunes 17 de enero de 2011 - Estrasburgo Edición DO

21. La agricultura como sector estratégico en el contexto de la seguridad alimentaria (breve presentación)
Vídeo de las intervenciones
Acta
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  Presidente. – El siguiente punto del orden del día es el informe de la señora Sârbu, en nombre de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, sobre el reconocimiento de la agricultura como sector estratégico en el contexto de la seguridad alimentaria [2010/2112(INI)].

 
  
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  Daciana Octavia Sârbu, ponente.(RO) Señor Presidente, es para mí un honor presentar a Sus Señorías mi informe, que trata sobre la importancia estratégica de la agricultura para garantizar la seguridad alimentaria de la Unión Europea. La agricultura es un tema que se ha descuidado en los debates sobre la estrategia y el futuro de la Unión Europea. Este informe mostrará que Europa no ha alcanzado la seguridad alimentaria, que agricultores y zonas rurales enteras corren peligro de desaparecer y que es probable que nuevos retos, como el cambio climático, desestabilicen las ya de por sí reducidas reservas de alimentos, no solo en Europa, sino en todo el mundo.

En vista de que la producción de alimentos debe aumentar en un 70 % como mínimo de aquí a 2050 a fin de satisfacer la demanda de alimentos de la población mundial, la seguridad alimentaria tiene que ser un tema destacado en todos los debates a nivel mundial y europeo. La Unión Europea tiene que responder con determinación a estos retos, y este informe es un intento de nuestra parte para proponer hoy una serie de cursos de acción concretos.

Antes que nada necesitamos una política agrícola común fuerte destinada a garantizar la seguridad alimentaria del mayor número posible de ciudadanos de la UE y también a contribuir a la seguridad alimentaria en un contexto de recursos limitados y de los efectos del cambio climático. No podemos hablar de seguridad alimentaria si no hacemos frente a dos problemas, a saber, la volatilidad de los mercados y los precios, y la reducción de las reservas de alimentos a nivel mundial.

En relación con la volatilidad de los precios, pido a la Comisión que mejore el papel de los instrumentos de intervención en los mercados y adopte medidas más coherentes para limitar la especulación en los mercados agrícolas, como parte de la nueva CAP. Las reservas mundiales de alimentos son mucho más reducidas que en el pasado. Según algunas estimaciones pueden satisfacer las necesidades mundiales de alimentos tan solo durante un mes y medio. Es por ello que pienso que sería conveniente crear un sistema mundial de reservas de alimentos que incluya tanto las reservas de emergencia para reducir el hambre como las reservas utilizadas para regular los precios en los mercados agrícolas, bajo la égida internacional y con el apoyo de los conocimientos técnicos de instituciones ya existentes, como las Naciones Unidas o la FAO. Creo que la Unión Europea debe poner en marcha esta acción, razón por la cual pido a la Comisión que asuma esta función.

Otra cuestión importante que aborda este informa es la situación de los jóvenes agricultores. Si deseamos reflexionar sobre el futuro de la agricultura europea, tenemos que prestar más atención a los jóvenes agricultores. Tan solo un 7 % de los agricultores europeos tienen menos de 35 años. Es por ello que pido a la Comisión que adopte medidas de estímulo a su favor.

Por otra parte, recalco la necesidad de preservar la diversidad de la agricultura europea. A este respecto menciono que las prácticas agrícolas tradicionales, la agricultura familiar, las pequeñas explotaciones y la agricultura orgánica pueden hacer una importante contribución a la seguridad alimentaria. También pido el desarrollo de programas a nivel europeo para ayudar a estas formas de agricultura. Sin embargo, no debemos olvidar que en la Unión Europea aún existe pobreza y hambre, y que millones de europeos solicitaron ayuda alimentaria a la UE este invierno. Por consiguiente, en la actual crisis económica es de vital importancia utilizar fondos de la UE para mantener el programa de ayuda alimentaria para las personas más necesitadas de la Unión Europea.

Por último, quisiera dar las gracias a los ponentes alternativos y a los demás miembros de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural por su cooperación sus aportaciones a la redacción de este informe, así como a la Secretaría de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural. Espero que mañana aprobemos juntos un informe que satisface las expectativas de los ciudadanos europeos.

 
  
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  Mairead McGuinness (PPE). – Señor Presidente, quiero dar las gracias a la señora Zarbo, nuestra ponente, por la excelente labor que ha realizado en este informe y por su cooperación con todos los ponentes alternativos. Esta es la continuación de los trabajos que llevé a cabo en la legislatura anterior sobre el papel de la política agrícola común y la seguridad alimentaria mundial.

Me parece lamentable que debatamos este informe poco antes de medianoche. Quizás cinco minutos antes de medianoche Europa y el resto del mundo reconozcan cuán inseguros estamos en lo que se refiere a la producción de alimentos.

Este informe resulta sumamente oportuno para nuestro debate general sobre este tema y en el contexto de nuestras deliberaciones sobre la reforma de la política agrícola común.

Tuve algunas objeciones, pero me parece fueron resueltas en el texto final. La idea que una forma de sistema de producción es mejor que otro —es mejor la agricultura orgánica, a pequeña escala y local— no es un argumento válido. Necesitamos que todos los sistemas de producción contribuyan a nuestra seguridad alimentaria. Tenemos que hacer frente a la volatilidad de los mercados y a la especulación, y no creo que ya tengamos todas las respuestas.

El principal problema de la agricultura son las bajas rentas de los agricultores. Los jóvenes agricultores no trabajarán de gratis y tenemos que resolver el problema de las rentas bajas si deseamos un abastecimiento seguro de alimentos.

 
  
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  Miroslav Mikolášik (PPE). (SK) Señor Presidente, a causa del constante crecimiento demográfico estamos obligados a adoptar un enfoque más intensivo en materia de seguridad alimentaria y acceso a una dieta adecuada, saludable y nutritiva.

Para garantizar la seguridad alimentaria es esencial aumentar la transparencia y equidad en la cadena alimenticia de modo que podamos ofrecer una renta justa a los agricultores, con controles de beneficios y precios, y lograr un sector agrícola viable.

En mi opinión es de suma importancia aplicar una política decidida de desarrollo rural mediante la cual podamos mantener la viabilidad de la Europa rural e impulsar la competitividad de la agricultura, la innovación de las ayudas y, en última instancia, también el empleo.

La agricultura tiene una importancia enorme, sobre todo en las zonas desfavorecidas, y por ello es necesario adoptar medidas de estímulo para la agricultura en zonas rurales, atraer a más jóvenes a la agricultura y ayudar a reducir las diferencias regionales y a lograr un desarrollo sostenible.

 
  
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  Luís Paulo Alves (S&D).(PT) Señor Presidente, quisiera expresar mis más sinceras felicitaciones a la señora Sârbu, por la excelente labor que ha hecho en este informe. Recomiendo encarecidamente a la Comisión que lo tome en consideración, en particular aquellos aspectos en que la compleja dimensión de las cuestiones agrícolas —que van más allá de los estrechos límites de la propia agricultura— exigen la participación de otros ámbitos, como la competencia en el mercado interior y la regulación financiera, y requieren que se preste atención a foros fuera de la UE, como el G-20 o la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los problemas determinantes para la agricultura, para los agricultores y para suministrar suficientes alimentos de buena calidad a los pueblos de Europa y del resto del mundo realmente solo pueden resolverse si se tienen en cuenta todos sus ángulos. Los ambiciosos objetivos de la reforma de la política agrícola común únicamente podrán alcanzarse si esta reforma va más allá de los estrechos límites de la agricultura y si se tienen en cuenta estos objetivos en las acciones necesarias en otros ámbitos y otros organismos internacionales.

Este informe lo deja patente con gran claridad y le rindo tributo por hacerlo.

 
  
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  Janusz Wojciechowski (ECR).(PL) Señor Presidente, yo también quiero felicitar a la señora Sârbu por su excelente informe, que considero uno de los más importantes de esta legislatura.

La población del mundo no deja de aumentar, mientras que la superficie de las tierras cultivables va en retroceso. Los alimentos se están convirtiendo cada vez más en un producto estratégico. Mientras que el petróleo puede ser remplazado por energía solar o nuclear, nada puede sustituir los alimentos que produce nuestro planeta. En la Unión Europea en ocasiones nos comportamos como si lucháramos continuamente con el problema de la sobreproducción de alimentos. Toda la política agrícola de la Unión Europea de los últimos años se ha basado en medios para limitar y reducir la producción agrícola. En el horizonte ya podemos ver que llegará el día en que habrá escasez de alimentos. Es muy positivo que este mensaje que envía el informe Sârbu venga del Parlamento y señale que la situación ha cambiado y que la política agrícola de la Unión Europea también debe hacerlo. Debemos respetar la agricultura, pues es la garantía de nuestra seguridad alimentaria.

 
  
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  Peter Jahr (PPE).(DE) Señor Presidente, en la política como en la vida diaria no apreciamos plenamente lo que tenemos. De este modo, al parecer en la Unión Europea tenemos un excedente de alimentos y, desde luego, mucho que comprar. Si tenemos en cuenta las exportaciones de piensos para animales, la autosuficiencia de la Unión Europea es del 88 %. Esto significa que también en la Unión Europea debemos esforzarnos por mantener esta tasa de autosuficiencia en productos agrícolas y alimentos.

Por ello agradezco a la señora Sârbu que haya puesto en un primer plano una vez más este problema. En la Unión Europea también necesitamos una política agrícola común capaz de suministrar suficientes alimentas a nuestros ciudadanos. En vista del crecimiento demográfico mundial, de los efectos del cambio climática y del aumento de los precios de la energía, resulta evidente que los agricultores europeos no podrán lograrlo por sí solos en el futuro. Por esta razón necesitamos igualmente una coordinación estratégica a escala mundial.

 
  
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  Csaba Sándor Tabajdi (S&D).(HU) Señor Presidente, la seguridad del abastecimiento de alimentos en la UE será uno de los mayores retos a los que se enfrentará la política de seguridad en las próximas décadas. En ello reside el aspecto clave del informe Sârbu, que destaca que en 10 o 20 años los alimentos y el agua serán productos estratégicos, al igual que el petróleo y el gas natural en la actualidad. Este informe llega en un momento sumamente oportuno, ya que en estos momentos se debate el futuro de la política agrícola común, se planifica el presupuesto a partir de 2014 y muchos desean recortar el presupuesto destinado a esta política. Es muy importante que la política agrícola común cuente con recursos suficientes en el futuro, y para garantizarlo es necesario convencer a los Ministros de Finanzas y a los responsables de la toma de decisiones de que el sector agrícola de la Unión Europea no solo produce alimentos, sino también bienes públicos, entre ellos bienes públicos medioambientales, que no podríamos garantizar o producir sin la agricultura.

 
  
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  Krisztina Morvai (NI). (HU) Señor Presidente, en relación con el tema de la seguridad alimentaria me molesta que el informe trate a los Estados miembros de la UE como si fueran una única unidad integrada. La situación en los nuevos Estados miembros es totalmente distinta de la existente en los antiguos. Por ejemplo, permítanme hacer una pregunta respecto a Hungría: ¿cómo es posible que niños se mueran de hambre en un país con recursos agrícolas excepcionales? Niños y adultos por igual se mueren de hambre en el centro de la Unión Europea. Mi otra pregunta es: ¿cómo es posible que nuestra agricultura funcione tan mal que cultivamos a escala industrial productos agrícolas básicos en grandes superficies, ante todo de forma colonial —y perdonen la expresión—, únicamente para que se procesen en el extranjero, donde se recogen los beneficios, y regresen a Hungría, donde se venden a precios más altos? Algo está básicamente mal en todo esto.

 
  
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  Seán Kelly (PPE).(GA) Señor Presidente, al igual que otros oradores deseo felicitar a la ponente, señora Sârbu, por su gran labor sobre este tema.

En cuatro minutos, la señora Sârbu ha hablado de toda una serie de temas. No voy a comentar todo lo que ha dicho, pero me gustaría reiterar dos aspectos. En primer lugar, necesitamos una PAC con fondos suficientes. Espero que este Parlamento desempeñe un papel clave para garantizar que la PAC no se degrade o disminuya en modo alguno. En segundo lugar, debemos estimulara a los jóvenes para que adopten la agricultura como modo de vida.

Por otra parte, tenemos una política para estimular la producción de cultivos energéticos en tierras agrícolas. En vista de que podemos enfrentarnos a una escasez de alimentos a nivel mundial y que la población aumenta en 80 millones de personas cada año, ¿no deberíamos revisar esa política? ¿No le estamos quitando a unos para darles a otros o quizás le quitamos a todos y acabaremos sin nada? Esa es la pregunta que quería hacer.

 
  
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  Csanád Szegedi (NI).(HU) Señor Presidente, Señorías, el informe deja muy claro que la agricultura tampoco puede continuar como está. Nosotros o más bien las grandes empresas no pueden seguir transportando productos agrícola de un extremo a otro del mundo. Por supuesto podemos seguir transportando sin lógica alguna manzanas, pimientos, tomates y productos cárnicos a Europa, incluida Hungría, pero sobre todo no de España o los Países Bajos, sino de China y Brasil. No cabe duda que podríamos seguir haciéndolo, pero los productos deben cargarse en equipos de transporte, como buques, en los que viajan durante semanas o meses. Estos productos deben mantenerse frescos mediante diversos conservantes que son tóxicos si se consumen en grandes cantidades. Ahora bien, las personas compran estos productos en grandes cadenas comerciales y luego se preguntan de dónde vienen todas estas enfermedades, cánceres, tumores. Es evidente que son provocados por colorantes alimenticios y aditivos artificiales. Tengo que añadir que, en lugar de ayudar a empresas multinacionales, debemos prestar apoyo a los pequeños agricultores para que puedan ser los salvavidas de Europa en una crisis alimentaria en desarrollo.

 
  
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  João Ferreira (GUE/NGL).(PT) Señor Presidente, el reconocimiento de la agricultura como sector estratégico en el contexto de la seguridad alimentaria del que habla este informe es inseparable del reconocimiento y promoción del concepto de soberanía alimentaria. Mientras mayor sea la dependencia y la inseguridad alimentarias de un país, más difícil resultará garantizar un suministro suficiente de alimentos para su población en términos tanto de cantidad como de calidad.

La soberanía alimentaria es el mejor seguro contra la volatilidad de los precios de los alimentos, tema que ha vuelto ha surgir de forma destacada en el orden del día. Esta volatilidad tiene sus orígenes fundamentales en la especulación financiera con productos alimenticios, sector en el que los especuladores, fondos de inversión, fondos de cobertura, fondos de pensiones y grandes entidades bancarias han concentrado tanto su atención que las demás burbujas especulativas se han secado explotado.

La única manera de poner fin a esta especulación es eliminar los instrumentos que la hacen viable, es decir, determinados productos financieros como los derivados extrabursátiles.

Lamentablemente, las medidas que ha adoptado la Unión Europea en esté ámbito no son ni con mucho capaces de frenar esta siniestra oleada de especulación y sus inhumanas consecuencias, como se reconoce en un reciente informe de las Naciones Unidas elaborado por el Relator Especial sobre el derecho a la alimentación.

 
  
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  Lívia Járóka (PPE). – Señor Presidente, hablamos de los pobres entre los pobres —los ciudadanos romaníes de Europa— y junto con la nueva Presidencia húngara, todo abordamos la estrategia para los ciudadanos romaníes de Europa.

Entre los problemas intersectoriales que afectan a los más pobres de los pobres, raramente se habla de la agricultura, sobre todo porque los más pobres de los pobres de Europa no poseen tierras. Así pues, no hablamos solamente de seguridad alimentaria, sino también de tener algo para comer. Como ha dicho uno de los oradores, esta es una cuestión esencial para Europa en estos momentos. Creo que el sector agrícola —y los trabajos de la Comisión relativos a estos documentos— deben concordar con todos los proyectos de desarrollo microrregional de la UE dedicados a luchar contra la pobreza y a garantizar que las futuras generaciones tengan qué comer.

 
  
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  Kristalina Georgieva, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, la Comisión acoge con gran satisfacción este oportuno informe, ya que los precios de los alimentos han aumentado considerablemente, sobre todo debido a las imprevisibles condiciones meteorológicas y los desastres naturales, pero también al aumento de los precios de la energía que repercuten en el coste de los alimentos.

Por ello quiero dar las gracias a la ponente, señora Sârbu y a los miembros de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural por sus esfuerzos.

La seguridad alimentaria es fundamental para los casi 1 000 millones de personas en todo el mundo que aún pasan hambre, pero también es importante para las poblaciones vulnerables de toda Europa. Para ellas, la política agrícola común marca una auténtica diferencia. La PAC, que en ocasiones es objeto de críticas, ha logrado ofrecer a los ciudadanos de la UE alimentos a precios asequibles y ha garantizado la seguridad alimentaria en Europa, y debe seguir haciéndolo. La seguridad alimentaria es uno tema destacado de la comunicación sobre la política agrícola común hasta 2020 que la Comisión adoptó el 18 de noviembre.

El informe que la señora Sârbu ha puesto ante nosotros subraya el problema de la excesiva volatilidad de los precios, que está estrechamente relacionada con la seguridad alimentaria debido a las repercusiones que tiene tanto en los agricultores como en los consumidores.

La Comisión coincide plenamente en que es necesario hacer frente a la excesiva volatilidad de los precios. Debemos mejorar la regulación, supervisión y transparencia para resolver los problemas del mercado y para ello se requieren no solo mejores normativas financieras, sino sobre todo una mayor transparencia del mercado.

El informe recomienda la creación de un sistema alimentario mundial, algo que no es un tema fácil. Tenemos las experiencias obtenidas anteriormente con los consorcios de productores, que no tuvieron éxito y, por consiguiente, este tema requiere un debate más detenido. Asimismo debemos analizar las experiencias que hemos obtenido, por ejemplo, con el Mecanismo Alimentario dotado de 1 000 millones de euros que la Comisión adoptó en 2008, y también con los trabajos que la Comisión lleva a cabo en estrecha colaboración con la FAO y el Programa Mundial de Alimentos para establecer reservas destinadas a amortiguar los efectos del aumento de los precios de los alimentos.

Todos estos esfuerzos podrán desarrollarse cuando el G-20 examine la cuestión de las reservas de alimentos, y Sus Señorías pueden estar seguros de que la Comisión Europea participará activamente en estas deliberaciones en las próximas semanas.

El informe pide, al igual que muchos de los oradores en este debate, una política agrícola y de desarrollo rural fuerte en Europa, que sea capaz de garantizar la seguridad alimentaria para todos, con el apoyo de la investigación y la innovación para hacer frente al reto de producir más con menos recursos, ahora y en el futuro.

La Comisión coincide plenamente con ello. No existe ningún instrumento más adecuado para alcanzar estos objetivos que una política agrícola común sólida capaz de garantizar las competitividad económica y medioambiental de la agricultura y —como han señalado algunos oradores— capaz de atraer a los jóvenes al sector agrícola de Europa.

 
  
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  Presidente. – Se cierra el debate.

La votación tendrá lugar el martes, 18 de enero de 2011.

Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)

 
  
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  Sergio Berlato (PPE), por escrito.(IT) La seguridad alimentaria es una prioridad política a nivel tanto europeo como mundial. La globalización de la cadena alimenticia implica la constante aparición de nuevos retos y, en ocasiones, de riesgos para la salud y los intereses de los consumidores.

Uno de los principales retos a los que se enfrentará la Unión Europea es realizar reformas en el sector agrícola y de la alimentación para satisfacer las necesidades de la población mundial. Según algunas cifras recientes, la población mundial aumenta constantemente y se piensa que se incrementará aproximadamente en un 40 % para 2050, lo que hará que aumente la demanda de alimentos, la cual se prevé que duplicará las cifras actuales.

Para hacer frente al constante aumento de la demanda mundial de productos agrícolas y alimentos, los Estados miembros y la Unión tendrán que garantizar la seguridad del suministro de alimentos. Para alcanzar este objetivo, la UE tendrá que garantizar la seguridad de los productos alimenticios teniendo en cuenta sus características específicas y, al mismo tiempo, el correcto funcionamiento del mercado interior.

Por último, quisiera pedir a la Comisión que estudie todas las medidas posibles para mejorar la formación de los jóvenes en el trabajo y que cree oportunidades de empleo para los profesionales en el ámbito de la seguridad alimentaria, con el objetivo primordial de contribuir al empleo en el sector agrícola.

 
  
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  Zuzana Brzobohatá (S&D), por escrito. (CS) Es necesario hacer énfasis en la importancia de la seguridad alimentaria para la población de la UE, por tratarse de un derecho humano fundamental. Por ello, la UE debe intentar que todos los ciudadanos de la UE tengan acceso, tanto desde el punto de vista financiero como del físico, a alimentos saludables y nutritivos a fin de permitirles que lleven una vida activa y sana. Debemos supervisar estrictamente que la producción agrícola y de alimentos cumpla las normas más altas de seguridad y calidad de los alimentos, sí como de sostenibilidad medioambiental. No obstante, en estas circunstancias también debemos señalar que es estrictamente necesario adoptar normas de calidad y seguridad similares para los alimentos importados de terceros países a fin de proteger la competitividad de los agricultores europeos. Quiero dar mi apoyo igualmente a medidas que motiven a los agricultores a mejorar su eficiencia energética, ya que los costes de energía son un factor clave para la rentabilidad de las actividades agrícolas. En mi opinión, el aspecto más importante del informe es su enfático llamamiento a la Comisión para que garantice, en el interés público y en cooperación con los Estados miembros, el acceso a la información sobre los resultados del seguimiento de la seguridad alimentaria, en particular por medio de la rápida transmisión de esta información entre los Estados miembros. Simplemente no podemos permitirnos otro error, como la venta de carne con trazas de dioxina, como sucede actualmente en Alemania, caso en el que se dio a otros Estados miembros información insuficiente y tardía respecto a la situación.

 
  
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  Nessa Childers (S&D), por escrito. – Ahora que comenzamos a examinar la configuración final de la PAC a partir de 2013, los temas de la seguridad alimentaria, de la escasez de alimentos y de la sostenibilidad comienzan a ocupar el primer plano. Esto es algo que reconocerán casi todos los presentes en esta Cámara y todos los que participarán en la elaboración del proyecto. La expansión de los biocombustibles hace algunos años, junto con la crisis mundial de los alimentos de 2009, nos han mostrado lo escasos que se están haciendo los recursos alimenticios. Así pues, nuestro objetivo debe ser más concreto, pues debemos situar en primer plano la sostenibilidad de los alimentos y las necesidades de aquellos que no tienen un acceso automático a ellos, las prácticas e innovaciones agrícolas deben tener por finalidad producir más alimentos y los cultivos correctos y, cuando elaboremos el nuevo proyecto para la CAP, deberíamos velar por que la nueva PAC contribuya a una Europa libre de emisiones de carbono y no agrave el actual problema con estas emisiones.

 
  
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  Robert Dušek (S&D), por escrito.(CS) Consideramos que la seguridad alimentaria es uno de los derechos humanos básicos. En el mundo de hoy, más de 900 millones de personas sufren hambre constantemente debido a la pobreza. Se prevé que la población mundial superará la cifra de 9 000 millones en 2050 y que la producción de alimentos tendrá que aumentar hasta en un 70 %. Por una parte, la agricultura debe aumentar su producción y, por la otra, hacer frente a altos costes de energía, a una superficie cada vez menor de tierras no contaminadas y a las consecuencias del cambio climático. Debemos hacer frente a la estabilidad y fluctuación de los precios que provoca la especulación en los mercados de productos básicos y al descenso de las reservas de alimentos. La futura seguridad del suministro de alimentos básicos exige una política agrícola común (PAC) sólida. La PAC tiene que aumentar la seguridad alimentaria mediante el incremento de la productividad y de ayudas tanto a la producción sostenible de alimentos como a la agricultura tradicional, los pequeños agricultores, la agricultura orgánica y la distribución local y regional de alimentos. Estos modelos agrícolas contribuyen a la seguridad alimentaria, pues utilizan métodos y procedimientos que han demostrado su eficacia durante generaciones en las distintas regiones de la UE. La agricultura es la política más estratégica de la UE, cuyo éxito ayudará a garantizar la supervivencia de la población europea en una época de crisis alimentarias. Para que la PAC pueda luchar contra los efectos del cambio climático, mantener los precios de los alimentos a niveles aceptables y aumentar la oferta de productos saludables es indispensable que su presupuesto se mantenga al menos a su nivel actual.

 
  
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  Sandra Kalniete (PPE), por escrito.(LV) La agricultura europea es uno de los sectores estratégicos más importantes de la Unión, ya que suministra alimentos a más de 500 millones de personas. Para que la política agrícola europea pueda llevar a cabo su cometido más importante, es decir, proporcionar a la población de Europa alimentos saludables y de buena calidad a precios razonables, y garantizar una renta adecuada para los agricultores, tiene que ser competitiva en el mercado mundial y debe garantizarse una competencia leal en el mercado interior europeo. Por ello, lo que tenemos que lograr con la reforma de la PAC es igualdad de condiciones para todos los agricultores europeos. Los Estados miembros de la UE no han tenido problemas de seguridad alimentaria. Sin embargo, podrían tenerlos en el futuro y debemos reaccionar en consecuencia antes de que suceda. Debemos tener en cuenta que los agricultores ya tienen que trabajar por una renta mínima o incluso con pérdidas, lo que afecta negativamente su capacidad para mantener la producción. También es cierto que los desastres naturales influyen sobre los precios de los alimentos en el comercio y, por consiguiente, en la cantidad de alimentos disponibles para los consumidores. Debemos reconocer la importancia estratégica que tiene la agricultura en la Unión Europea y hacer todo lo posible para que, en el futuro, la población europea no tenga que sufrir escasez de alimentos debido a que los políticos y los gobiernos de la UE no hayan detectado y evitado los riesgos a tiempo. El reconocimiento de la agricultura como un sector estratégico importante para la seguridad alimentaria es un paso adelante para evitar problemas de seguridad alimentaria en el futuro.

 
  
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  Elisabeth Köstinger (PPE), por escrito.(DE) El informe de iniciativa reconoce que la agricultura reviste importancia estratégica en el contexto de la seguridad alimentaria mundial. Si miramos al futuro veremos cuán urgente es actuar. Los expertos estiman que en 2050 se duplicará la demanda mundial de alimentos. La agricultura debe estar en condiciones de satisfacer las enormes necesidades de alimentos seguros y adecuados de una población en constante crecimiento. Al mismo tiempo es necesario eliminar los obstáculos derivados de la limitación de los recursos naturales, los altos precios de la energía y el cambio climático. He votado a favor del informe porque demuestra claramente que la seguridad alimentaria también es una cuestión fundamental para la Unión Europea, que exige coordinación entre las distintas políticas. Únicamente si la política agrícola, la política de desarrollo, la política comercial, la política financiera y la política energética, así como la investigación, colaboran entre sí se podrán lograr mejoras. Por ello, la garantía de la renta de los agricultores y una oferta adecuada de alimentos de buena calidad deben ser los principales objetivos de la política agrícola común. La gran fluctuación de los precios de mercado en el sector agrícola es consecuencia de la pérdida de cosechas, la especulación y la concentración en el comercio, que constituyen importantes factores de incertidumbre. Las intervenciones y la constitución de reservas son los mecanismos de crisis que pondrán fin a los abusos del mercado y a las transacciones especulativas. Es importante que estos mecanismos de intervención en el mercado desempeñen un papel destacado en la futura política agrícola común. Otro aspecto importante es la recomendación de crear un sistema mundial de reservas de alimentos y de emergencia.

 
  
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  Elżbieta Katarzyna Łukacijewska (PPE), por escrito.(PL) Europa necesita una política agrícola común que garantice el desarrollo de la agricultura europea y no su estancamiento. La política agrícola debe responder a los retos a nivel europeo y mundial, sobre todo si tenemos en cuenta que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la producción de alimentos tendrá que aumentar al menos un 70 % para satisfacer las necesidades de una población mundial que superará los 9 000 millones de personas en 2050. Así pues resulta vidente que la política agrícola común tiene que aumentar la seguridad alimentaria por medio del incremento de la eficiencia y, al mismo tiempo, promover una política alimentaria sostenible para el medio ambiente. Quiero señalar que la normativa en este ámbito debe ser transparente. Valoro positivamente las iniciativas que recomiendan promocionar la diversidad agrícola y utilizar la agricultura tradicional y ecológica. Asimismo es importante velar por que los jóvenes agricultores tengan acceso a la tierra y a préstamos para alcanzar los objetivos de la PAC, como la innovación, la modernización, el aumento de la competitividad y, ante todo, una agricultura moderna.

 
  
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  Véronique Mathieu (PPE), por escrito. – (FR) El vínculo entre la política agrícola común (PAC) y las seguridad alimentaria mundial es un tema importante que deberá tenerse en cuenta al elaborar la PAC para después de 2013. De hecho, las prioridades de la PAC deben considerarse no solo a la vista de las aspiraciones de nuestra sociedad moderna, sino también de las limitaciones que se nos impondrán en todo el mundo en el futuro. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la producción de alimentos deberá aumentar al menos un 70 % para satisfacer las crecientes necesidades de la población mundial. Europa debe tener en cuenta la seguridad alimentaria mundial e incrementar su producción con el fin de reducir las importaciones. Asimismo apoyo la propuesta de revisar la legislación financiera para luchar contra la volatilidad de los precios, provocada principalmente por la especulación. Sin embargo, para ser eficaz, esta revisión debe llevarse a cabo al mismo tiempo a nivel internacional. Me alegro de que una de las prioridades de la Presidencia francesa del G-20 en este ámbito sea luchar contra la volatilidad de los precios de los alimentos y productos básicos.

 
  
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  Iosif Matula (PPE), por escrito.(RO) El aumento de la demanda mundial de alimentos, resultante del aumento de la población del planeta, tiene como es obvio repercusiones en los recursos alimenticios naturales y requiere nuevas normativas y precauciones en materia de seguridad alimentaria. La tarea prioritaria de la UE es garantizar el derecho a la seguridad alimentaria de los Estados miembros y ayudar a los países en desarrollo a alcanzar un nivel suficiente de seguridad alimentaria. Me parece importante promover la producción y venta de alimentos tradicionales locales. Los productos alimenticios regionales pueden ofrecer numerosos beneficios, como menores costes de transporte y un menor riesgo de caducidad de los alimentos. Muchas regiones con un importante potencial agrícola no han sido explotadas debido a desequilibrios sociales o económicos, ante el telón de fondo del envejecimiento de la población rural y de la industrialización. De hecho, grandes superficies agrícolas no se utilizan de forma eficiente. Las autoridades regionales pueden desempeñar un importante papel en la seguridad alimentaria al prestar apoyo a la capacidad agrícola de las regiones que ofrecen estas posibilidades. La UE es uno de los líderes a nivel mundial en el ámbito de la investigación y la innovación, incluso en el sector agrícola. El constante aumento de la población urbana plantea un nuevo reto, a saber, ¿hasta qué punto debe ser una prioridad el desarrollo de la agricultura urbana para garantizar la seguridad alimentaria por medio de diversos modelos, como la agricultura urbana vertical?

 
  
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  Tiziano Motti (PPE), por escrito.(IT) Estoy a favor del planteamiento propuesto en la resolución que esta Cámara ha aprobado hoy, a saber, que la seguridad alimentaria es un derecho humano fundamental que se logra cuando todas las personas tienen acceso físico y económico en todo momento a alimentos adecuados, seguros y nutritivos. En la Unión Europea, unos 80 millones de personas viven todavía por debajo del nivel de la pobreza y muchas de ellas se benefician de programas de ayuda alimentaria. Una dieta adecuada es necesariamente un factor clave de nuestra salud, y la comunidad científica aún plantea demasiadas dudas acerca de los organismos modificados genéticamente. Por ello estoy en contra de la aceptación de los OMG por parte del texto, en particular de la parte que prevé la extensión del proceso de aprobación para importar alimentos modificados procedentes de terceros países a la Unión Europea. No creo, en aras de la coherencia, que podamos prohibir a nuestros agricultores que utilicen una técnica que toleramos en los productos importados. Sin embargo, apoyo las medidas de estímulo para los jóvenes agricultores, que actualmente tan solo representan un 7 % del total, mediante primas de instalación, tipos de interés subvencionados para préstamos y otros incentivos, que los Estados miembros aplican a través de sus presupuestos de desarrollo rural, con la convicción de que la producción agrícola europea puede mantener sus altos niveles actuales de calidad y seguridad.

 
  
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  Rareş-Lucian Niculescu (PPE), por escrito.(RO) Acojo con beneplácito el informe sobre el reconocimiento de la agricultura como sector estratégico en el contexto de la seguridad alimentaria. Sin embargo, también quiero expresar mi consternación por el hecho de que el Parlamento haya decidido dedicar tan poco tiempo a su debate. Este tema es de especial actualidad en estos momentos en que nos hemos dado cuenta que las crisis alimentarias pueden afectar la estabilidad de los países. Una de las causas del levantamiento popular en Túnez fue el aumento de los precios de los alimentos. Argelia, la India y Bangladesh también son países en los que el aumento de los precios de los alimentos ha provocado graves tensiones. La creciente producción de cultivos para biocombustibles, la especulación financiera, el rápido cambio a cultivos más rentables por parte de los agricultores y, por último, los cambios en las costumbres de alimentación de los ciudadanos en muchos países son también nuevos temas que están estrechamente relacionados con el asunto del informe que debatimos hoy.

Quisiera hacer un último comentario. En un índice elaborado por un banco japonés en el que se indica la vulnerabilidad al aumento de los precios de los alimentos, cuatro de los cuarenta países más vulnerables son Estados miembros de la Unión Europea, otro pronto lo será y tres más son vecinos inmediatos de la UE. Se trata de un índice interesante que nos debería hacer reflexionar.

 
  
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  Pavel Poc (S&D), por escrito.(CS) Si consideramos la agricultura como un ámbito estratégica, una condición indispensable para garantizar la seguridad del suministro de alimentos es que la Unión Europea sea autosuficiente, al menos en la producción de alimentos básicos y piensos para animales. La dependencia de la UE de las importaciones de productos agrícolas hace que aumenten los precios de los alimentos y perjudica a los productores directos de la UE en la cadena de comercialización. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la demanda de alimentos y piensos para animales podría aumentar un 70 % de aquí a 2050. Por ello será necesario utilizar todas las formas de agricultura disponibles y ofrecer ayudas importantes a las inversiones financieras en investigación científica en este ámbito. El uso eficiente de las variedades tradicionales de agricultura que son características de determinadas regiones también requiere mayores ayudas e interés público. Por ejemplo, el consumidor comprende fácilmente la evaluación del impacto medioambiental de la producción de alimentos y de las distancias de transporte. Los niveles de merma alcanzan hasta un 50 % en toda la cadena de producción, y el desproporcionado aumento del transporte de mercancías no son factores compatibles con la seguridad alimentaria. No podemos pretender garantizar la seguridad alimentaria y proteger el medio ambiente si al mismo tiempo toleramos una dependencia de productos cultivados en otro continente e importados de lugares que se encuentran a miles de kilómetros de distancia. Estas prácticas generan una enorme huella medioambiental y, al mismo tiempo, obligan a los países en desarrollo a importar casi todos los alimentos que necesitan, lo que los hace dependientes, arruina sus economías, empobrece a su población y destruye el medio ambiente.

 
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