Presidenta. – (El siguiente punto es el informe (A7-0229/2010) del señor Florenz, en nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) (refundición) (COM (2008) 0810 - C6-0472/2008 - 2008/0241 (COD)).
Karl-Heinz Florenz, ponente. – (DE) Señora Presidenta, señor Potocnik, en primer lugar me gustaría dar las gracias a todos los amables colegas de esta Cámara y en la Comisión que me han ayudado durante esta fase. El proceso no ha sido precisamente sencillo. La cooperación con la Comisión ha sido excelente y me gustaría, una vez más, expresar mi más sincero agradecimiento al equipo de mi oficina que ha trabajado durante todo el tiempo en este informe.
En el asunto de los residuos electrónicos no se trata de la aplicación de las normas medioambientales exageradas. Por un lado, es correcto que son normas medioambientales, pero, por otro lado, esto también tiene que ver con la garantía de nuestros suministros de materias primas en Europa. Todos nosotros sabemos que en un futuro previsible las materias primas serán escasas. ¿De qué sirven las tecnologías avanzadas si ya no tenemos materias primas?
Por consiguiente, tenemos también que examinar a este informe desde una perspectiva económica, y entonces, por desgracia, resulta evidente que tenemos puntos débiles en una serie de áreas. Los países europeos tienen diferentes tasas de recogida. Los países del norte son los mejores, con una tasa de dieciséis kilos per cápita. Y el de peor rendimiento es el país de donde procede mi nombre, donde solamente se recoge un kilo al año. Por lo tanto, con dieciséis kilos frente a un kilo no hay necesidad de guardar silencio sobre los países con buenas marcas, pero también tenemos que nombrar y avergonzar a los de peor rendimiento, y eso es lo que me propongo hacer.
Debemos introducir finalmente criterios uniformes en esta Directiva, porque hasta ahora nos faltan. Cada país hace lo que quiere y con sus propios parámetros. Por ese motivo, no es posible llevar ante los tribunales a los países con esas pobres tasas de recogida, porque en definitiva están actuando correctamente de acuerdo con sus propias normas. La situación en la Unión Europea debe cambiar porque vivimos en un mercado interior. A veces parecemos olvidarlo.
No hay necesidad de renunciar a los enormes beneficios que la Unión Europea puede aportar. Por eso es correcto que este pedazo de queso suizo, lleno de agujeros, esté por fin transformándose en un queso con más sustancia y menos agujeros. La Comisión va ahora por el camino adecuado, pero lamentablemente se ha olvidado de llevar a cabo controles en los últimos años. Me habría gustado ver un mayor compromiso de la Comisión a este respecto. No obstante, eso es ya el pasado y confiamos en que el futuro sea mejor. Realmente no es sencillo cuando cada Estados miembros sigue su propio camino e incluso mi propio país no es exactamente obediente.
Hacemos bien en definir con más claridad los objetivos de recogida. Hacemos bien en poner fin a las exportaciones ilegales. Los ejemplos que puedo citar les pondrían los pelos de punta. En un gran puerto de un país, fueron sometidos a control 420 contenedores con residuos electrónicos de alta calidad y 360 de ellos eran ilegales. Nuestros hijos van a hacernos preguntas muy embarazosas si no terminamos de poner bajo control esta situación. Una tonelada de platinas de circuitos contiene doscientos gramos de oro, mientras que una tonelada de mineral solamente contiene dos gramos de oro. En el futuro, no podremos permitirnos el lujo de seguir de esta manera, y confío en que mejore la concienciación de los ciudadanos europeos sobre estas cuestiones económicas.
Por eso queremos un sistema más comprometido con la recogida. En concreto, queremos posibilitar que los aparatos pequeños, que pueden arrojarse fácilmente al cubo de basura, puedan entregarse de forma gratuita. Podemos contemplar algunas excepciones para las empresas muy pequeñas, pero como regla general debemos simplificar la entrega de los dispositivos electrónicos, en lugar de echarlos al cubo de la basura, ya que necesitamos la valiosa materia prima. Ese es nuestro objetivo principal.
Asimismo, tenemos que detener los envíos ilegales y cambiar el ámbito de aplicación de la Directiva. En la actualidad, si usted fabrica una lámpara, tiene que registrarla en los veintisiete Estados miembros para poder venderla, simplemente en virtud de la Directiva sobre residuos. Hay que actualizar el sistema y hacerlo más atractivo. Estamos en el camino para lograrlo.
Janez Potočnik, miembro de la Comisión. − Señora Presidenta, me gustaría, en primer lugar, dar las gracias al Parlamento y, en particular, al ponente, el señor Florenz, y a su equipo, los ponentes alternativos y la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, por el arduo trabajo realizado.
Su compromiso por esta materia y su interés se reflejan en las enmiendas que se aprobaron en la comisión y se presentaron las últimas semanas. Me agrada que muchas enmiendas ofrezcan pleno respaldo a las metas establecidas en las propuestas de la Comisión relacionadas con la directiva sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, a saber: cosechar todos los frutos medioambientales de la directiva sobre RAEE fijando ambiciosos objetivos de recogida y recuperación que sean realistas para todos los Estados miembros; aumentar la aplicación y ejecución implantando normas detalladas para luchar contra las exportaciones ilegales de residuos de la UE; y, a través de la cooperación reforzada entre las autoridades nacionales, reducir las cargas administrativas innecesarias que se imponen a los productores europeos.
Afianzando la directiva sobre RAEE podemos contribuir a la conversión en una sociedad del reciclaje que aproveche los recursos. Estamos hablando del volumen de residuos con el crecimiento más rápido de Europa, de un volumen con un enorme potencial para moderar nuestra dependencia de los materiales importados y materias primas vírgenes.
A partir de este propicio contexto de amplio consenso entre el Parlamento y la Comisión, permítanme realizar algunos comentarios introductorios sobre las tres cuestiones específicas.
A la Comisión le complace que el Parlamento acepte sin reservas el grado de ambición y la fecha de inicio del nuevo objetivo de recogida. Es ambicioso, para beneficiar a nuestro entorno y mejorar el aprovechamiento de recursos de nuestra economía, y es factible para todos los Estados miembros, lo que también es importante. La comisión propone definir el objetivo de una nueva forma mencionando la intención principal —recoger una proporción de los RAEE generados— expresamente en la redacción. La Comisión puede coincidir con este planteamiento si se establece una metodología apropiada para calcular los RAEE producidos. La Comisión está dispuesta a elaborar esta metodología, como propone la comisión.
En cuanto al ámbito de aplicación de la directiva, se propone la anulación de la relación entre las excepciones a la directiva sobre RAEE. A la Comisión le parece aceptable, porque la finalidad fundamental de la propuesta de la Comisión en este campo consiste en aclarar, no en cambiar, el ámbito de aplicación de la directiva sobre RAEE.
En definitiva, en lo que respecta a los modelos fotovoltaicos, que constituyen una cuestión específica en el ámbito de aplicación de la directiva, la Comisión propone excluirlos del ámbito de aplicación de la directiva que, como saben, está en consonancia con la propuesta de la Comisión y con la directiva actual. No obstante, somos conscientes de la creciente preocupación por las repercusiones para el medioambiente de los paneles solares, en particular en su fase de desecho. Un acuerdo voluntario presentado hace poco por el sector de los paneles solares no satisface los criterios de estos acuerdos.
Muy pronto se publicará una evaluación del acuerdo de los servicios de la Comisión. No cabe duda de que hemos de evaluar bien los riesgos medioambientales y las oportunidades para desechar los paneles solares antes de considerar su inclusión en el ámbito de aplicación de la directiva sobre RAEE.
Para concluir, como saben, la nueva directiva sobre RAEE se propuso conforme al procedimiento de refundición, que combina la reutilización de textos existentes con elementos nuevos o corregidos. Todavía creemos que, cuando se emplea el procedimiento de refundición, deberíamos, en principio, respetar las normas acordadas para el procedimiento. Solamente para esos elementos se ha llevado a cabo una evaluación real de los efectos. No obstante, comprendemos las intenciones y coincidimos con la dirección de determinadas enmiendas que presentó la comisión.
Tengo curiosidad por escuchar su debate de la propuesta y de las enmiendas propuestas y realizaré más comentarios, en nombre de la Comisión, en las observaciones finales.
Richard Seeber, en nombre del Grupo del PPE. – (DE) Señora Presidenta, en primer lugar, me gustaría agradecer al señor Florenz el planteamiento tan pragmático de esta cuestión y la energía que ha dedicado. Quisiera comenzar con una pregunta para el señor Potočnik. Dice usted que debemos tratar a los Estados miembros conforme a su capacidad de recogida de residuos. Es cierto que el lema de la Unión Europea es «Unidos en la diversidad», pero ¿cómo puede ser que un Estado miembro recoja dieciséis kilos de residuos por cabeza y otro solamente uno? ¿No es ésa una interpretación equivocada de la diversidad?
Le pido abiertamente que adopte un enfoque más estricto sobre residuos con los Estados miembros. Estamos ocupados aprobando reglamentos aquí en el Parlamento mientras los Estados miembros hacen lo que les viene en gana. Eso no debe suceder en el futuro. Me gustaría recordarle la entrevista que concedió durante la crisis de residuos de Nápoles. Italia fue condenada en ese momento y aún no se ha puesto un plan adecuado sobre la mesa. Tienen que mostrarse más estrictos. La función de la Comisión, en calidad de vigilante de los tratados, consiste en recordar sus obligaciones a aquellos Estados miembros que quedan rezagados.
En este ámbito, contamos con un mercado que crece con rapidez y el futuro de Europa dependerá de cómo gestionemos este problema de residuos. Los Estados miembros tienen que ejecutar los reglamentos como es debido. Si son demasiado laxos en este sentido, no podremos progresar.
Me hubiera gustado haberles pedido que fijaran objetivos realistas, en especial con respecto a las empresas más pequeñas, y que incluyeran a los consumidores. Queda claro que cada uno debe asumir su parte de responsabilidad. Sin embargo, hemos de recordar a todos los responsables — y en lo tocante a la aplicación de la directiva éstos son los Estados miembros— cuáles son sus responsabilidades.
Kathleen Van Brempt, en nombre del Grupo S&D. – (NL) Señora Presidenta, en vísperas de la cumbre sobre energía y en un momento en el que la Comisión y el Parlamento están haciendo un gran hincapié en la eficiencia energética y en la buena gestión de nuestras materias primas, ésta es la clase directiva que debería llevar a la práctica estas magníficas ideas. Ésa es la ambición del Parlamento y con esto en mente hemos trabajado en las enmiendas. Se trata de una montaña de basura que no deja de crecer, pero no solamente de desperdicios. Cada uno de estos productos electrónicos contiene distintos materiales que hay que reciclar y reutilizar con urgencia.
Queda muy claro que la primera directiva no ha logrado cumplir este objetivo. Si tenemos en cuenta que solo se recicla o reutiliza uno de cada tres productos y que ni siquiera sabemos adónde va a parar uno de cada dos de sus productos, tenemos que fijar unos objetivos de recogida más estrictos y unos objetivos de reciclaje mejores. Por encima de todo, deberíamos garantizar que se reduce el volumen de exportaciones de estos productos al resto del mundo. En efecto, queremos que estos productos sigan aquí y queremos conservar las materias primas. Además, se han suscitado inquietudes éticas y ecológicas notables sobre la forma en la que se tratan estos productos en los países en desarrollo, en concreto.
En otras palabras, el Parlamento desea objetivos claros y muy concretos. Quisiera expresar mi agradecimiento explícito a mis colegas diputados, a los ponentes alternativos y, por supuesto, al señor Florenz, el ponente, por su excelente cooperación, gracias a la que hemos podido presentar un texto coherente. Somos un Parlamento que se mantendrá firme en las negociaciones con el Consejo. Queda advertido, pues, de que ansiamos llevar estas ideas a la práctica.
Al Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo le parece trascendental que pongamos un mayor énfasis en la exportación ilegal y que tomemos parte en el asunto de los RAEE de aparatos pequeños. Nos parece trascendental. Ya no se abandonan grandes neveras en las cunetas, pero aún no desechamos bien los pequeños electrodomésticos.
Comisario, he escuchado con mucha atención lo que ha dicho sobre los paneles fotovoltaicos. Sabe que mi grupo ha luchado con uñas y dientes para que no se les conceda una exención especial. No hemos hablado aquí de paneles fotovoltaicos, pero le tomamos la palabra. Ha dicho que llevará a cabo una evaluación y que esa evaluación formará parte del debate con el Consejo sobre si se incluirán o no los paneles fotovoltaicos. En cualquier caso, ruego a mis colegas diputados que apoyen sin reservas el ambicioso texto que tenemos hoy delante.
PRESIDE: Roberta ANGELILLI Vicepresidenta
Vladko Todorov Panayotov , en nombre del Grupo ALDE. – (BG) Señora Presidenta, Europa destina más de 130 000 millones de euros anuales a importar metales estratégicos para mantener su industria. Este gasto se puede reducir en gran medida con el texto mejorado de la directiva europea sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que aprobamos por amplia mayoría en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria.
Por eso tengo que felicitar al ponente, el señor Florenz, y al resto de los ponentes por su labor, de una habilidad y una responsabilidad excepcionales. El texto transaccional, que les presentaremos hoy para que lo sometan a votación, supone un importante paso hacia adelante en la gestión de aparatos eléctricos y electrónicos en Europa. Además, gracias al nuevo objetivo específico y más ambicioso y al plan mejorado de recogida de residuos con una responsabilidad muy destacada, Europa también puede resolver su, digamos, problema estratégico. Una buena parte de los aparatos eléctricos y electrónicos de Europa contiene metales preciosos como oro, platino, paladio, cobre, níquel, etc. que se pueden extraer y reutilizar muchas veces. Por poner un ejemplo, en 2006, de acuerdo con los datos de Eurostat, los países de la Unión Europea se deshicieron de casi 307 millones de toneladas de residuos y aparatos reciclables.
El informe representa un avance significativo en lo que respecta tanto al objetivo de recogida de un mayor volumen de residuos como a la mejor protección medioambiental. Por ello pido a todos los colegas diputados que apoyen el informe completo.
Michail Tremopoulos, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (EL) Señora Presidenta, Señorías, con esta iniciativa estamos tratando de abordar el problema de la escalada del volumen de residuos de equipos eléctricos y electrónicos, que se prevé que alcance los 12,3 millones de toneladas para 2020. La revisión de esta directiva supone una excelente oportunidad para poner fin a las fugas de sustancias peligrosas debido a la falta de puntos de recogida oficiales, a la gestión irracional y a los envíos ilegales.
Los problemas básicos por abordar son los siguientes: primero, el hecho de que, aunque el 65 % de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos del mercado se recojan por separado, solamente se tratan y se declaran menos de la mitad y el resto acaba en el medioambiente o se exporta a terceros países. Segundo, la cuota de recogida actual de cuatro kilos por persona y año para los residuos generados en los hogares no refleja el consumo en determinados Estados miembros y, por lo tanto, da lugar a objetivos muy reducidos en algunos países y a objetivos excesivos en otros. Tercero, existen diferentes procedimientos para registrar y tomar nota de la salida en distintos países y, por último, los compromisos no se aplican.
Lo que hemos hecho es lo siguiente: en primer lugar, hemos ampliado el ámbito de aplicación a todos los residuos, con unas pocas excepciones. En segundo lugar, hemos aumentado los objetivos de recogida de este residuo hasta el 85 % para 2016. En tercer lugar, hemos fijado un objetivo aparte del 5 % para la reutilización de dispositivos electrónicos y eléctricos completos. En cuarto lugar, los Estados miembros tienen que ofrecer recursos adecuados para recoger residuos de los hogares. En quinto lugar, los distribuidores no solamente deberían aceptar este residuo cuando se compra un artículo nuevo, deberían también recoger residuos de tamaño pequeño.
No es necesario que el productor provenga del país en el que desea registrarse y, por último, deseamos una estrecha vigilancia de los envíos. Por encima de todo, sin embargo, lo que necesitamos es fomentar la producción de aparatos que perduren.
Julie Girling, en nombre del Grupo ECR. – Señora Presidenta, también quisiera expresar mi agradecimiento a todos los ponentes alternativos y al ponente por el trabajo que se ha llevado a cabo. Los fines de esta directiva son claros y mi grupo los respaldará encantando, en principio. Los RAEE constituyen el volumen de residuos que más rápido crece de Europa y hemos de disponer de una directiva adecuada para afrontarlos.
Hay muchos detalles que aún deben abordarse aquí, claro está. En primer lugar, quiero mencionar los costes. El reciclaje, la reutilización y la eliminación final no son baratos ni gratuitos. El principio de que pague el fabricante es primordial. No debemos imponer un sistema que aumente el coste para el contribuyente general, en especial en esta época de consolidación fiscal.
En segundo lugar, quiero destacar la necesidad de mantener la flexibilidad para los Estados miembros. Sí, estoy totalmente de acuerdo: fijemos objetivos que representen un desafío, pero no confundamos objetivos con acatamiento. No seamos demasiado preceptivos al dirigir la manera en la que los Estados miembros llegan ahí.
Repitiendo las palabras de la señora Van Brempt, también quiero mencionar las necesidades en relación con los RAEE de pequeño tamaño. Éste es un ámbito que se ha descuidado mucho. Creo que los ambiciosos objetivos propuestos garantizarán que se recoja en el futuro un mayor porcentaje de los RAEE más pequeños. Espero que eso suceda.
Sabine Wils, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (DE) Señora Presidenta, la cantidad de residuos de aparatos está sufriendo un aumento drástico. En la UE se producen millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos cada año y eso supone un verdadero peligro para los seres humanos y el entorno.
Me alegro de que el informe del señor Florenz reconozca el problema y de que hayamos sido capaces de introducir algunas mejoras gratificantes en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, que han contado con el respaldo de todos los grupos. Los reglamentos más estrictos sobre exportación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos son importantes. Espero que ustedes, Señorías, apoyen este reglamento que, por encima de todo, ayudará a proteger a las personas de los países afectados.
No obstante, sigo sin estar de acuerdo con la exclusión de los módulos solares de la directiva. Mi perspectiva de la recogida voluntaria de artículos por parte de los fabricantes es muy crítica. Algunos fabricantes usan cadmio, que es una sustancia tóxica, en sus módulos solares. El hecho de que los módulos los desmonten con frecuencia aficionados al bricolaje supone un riesgo añadido.
Los nanomateriales también pueden resultar peligrosos para los seres humanos y el medioambiente durante el proceso de reciclaje. Algunos nanomateriales vienen con claras instrucciones que indican que son nocivos para la salud. Por eso, solicito a la Comisión que someta a los nanomateriales a una investigación detallada. Si no es posible demostrar sin lugar a dudas que estos productos no son peligrosos, no debería permitirse que se introdujeran en el mercado. Por este motivo hemos presentado dos enmiendas junto con el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea y quisiera pedirles que las respaldaran. Son las enmiendas 101 y 102.
Oreste Rossi, en nombre del Grupo EFD. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, la medida que se está examinando contiene algunas cuestiones críticas que solamente pueden resolverse si se debaten de nuevo en una segunda lectura.
Aparte de las inaceptables normas en detrimento de los distribuidores y, si bajamos por la cadena de suministro, los consumidores, que se verán obligados a recuperar viejos aparatos y a valorar si pueden retirarse, la tasa recogida se está elevando desde una cifra poco realista de 65 % hasta el 85 %. Puesto que la gestión de residuos es responsabilidad de los Estados miembros, ¿cómo podemos forzar a los productores y distribuidores a que recuperen el 85 %? Si los consumidores desechan sus aparatos por sí mismos entregándoselos a otras personas o vendiéndolos, ¿cómo se puede responsabilizar a otras personas por recuperarlos?
El texto determina también la obligación de recuperar el 5 % de los residuos para reutilizarlos. Esto implica actuar contra la seguridad del medioambiente y de los consumidores, porque volverían al mercado aparatos viejos que consumen mucho y son potencialmente peligrosos. Si se mantiene el texto que se aprobó en la comisión, no en el que se han incluido las enmiendas, votaremos en contra.
Bogusław Sonik (PPE). – (PL) Señora Presidenta, los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos representan el volumen de residuos que crece con mayor rapidez en la Unión europea. Es un problema que se da en muchos ámbitos, porque, por un lado, afecta a la protección del medioambiente y de la salud humana y, por el otro, tiene que ver con la gestión eficaz de recursos y materiales naturales.
La revisión de la directiva sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos debería sopesar unas metas que no solamenet son ambiciosas, también son más realistas desde el punto de vista de los nuevos Estados miembros. En los nuevos Estados miembros, los dispositivos electrónicos como los ordenadores, los televisores y los refrigeradores se renuevan con menos frecuencia y se utilizan durante mucho más tiempo que en otros países.
Las enmiendas presentadas por el ponente constituyen un avance en la solución del problema de la metodología desproporcionada y del tratamiento desfavorable a los nuevos Estados miembros de la Unión Europea. Este tipo de sistema tiene mucho más en cuenta las variantes del mercado y las diferencias en la forma de pensar de cada Estado miembro.
Sin embargo, creo que los nuevos reglamentos en este ámbito deberían centrarse más en la inspección efectiva de las recogidas y en el cumplimiento de la legislación. En muchos países se registran numerosas irregularidades, como la creación de documentación ficticia sobre la recogida de residuos, por ejemplo, en una práctica conocida como comercio de facturas. Es una situación habitual, en la que se crea documentación falsa para certificar la recogida y el procesamiento de aparatos, para exagerar el peso de los aparatos procesados o para emitir un certificado de que se han recogido diferentes aparatos cuando no es cierto. Además, la vigilancia y la inspección inadecuadas implican que en muchos países se crea un mercado gris, en el que los equipos recogidos se desmantelan fuera de las instalaciones de tratamiento. Es necesario mostrar determinación en la prevención de este tipo de situaciones y no permitir que se produzcan prácticas similares.
Linda McAvan (S&D). - Señora Presidenta, quisiera indicar al Comisario que, donde yo vivo, si quiero reciclar algún dispositivo eléctrico, tengo que llevarlo yo misma al punto municipal pertinente. Hay cuatro o cinco en mi ciudad y abren solamente en un horario determinado.
Si quiero reciclar cartón, papel, plástico o vidrio, los recogen en la acera de mi calle. Si quiero reciclar pilas viejas, puedo llevarlas a cualquier distribuidor. Si deseamos ver un aumento de los objetivos para residuos de artículos eléctricos, debemos ofrecer facilidades para este tipo de recogida. Tenemos que facilitar a los ciudadanos el desecho de sus productos eléctricos y, en especial, de los pequeños dispositivos eléctricos.
Fijar el objetivo en cuatro kilos por persona fue del todo inadecuado. Resultó demasiado fácil cumplirlo, bastaba con reciclar las neveras o los grandes aparatos eléctricos. Precisamos un objetivo mucho más ambicioso a fin de dirigir el mercado y para asegurarnos de que se crean empresas capaces de extraer los elementos útiles de estos aparatos.
La semana pasada, Comisario, usted inició su estrategia de aprovechamiento de recursos, de la que esta directiva forma parte integral. Deben recogerse todos los productos de residuos de aparatos eléctricos y reciclarse su mayor parte: ésa debería ser la norma, no la excepción. Por desgracia, en Europa, ésa es la excepción hoy. Pero mañana deberá ser la norma. Me temo que nunca lograremos aplicar su estrategia de aprovechamiento de recursos a largo plazo —que afronta los problemas que el señor Florenz ha planteado sobre la falta de materias primas— si no funciona esta directiva.
Chris Davies (ALDE). - Señora Presidenta, [las primeras palabras se han perdido porque el micrófono estaba apagado]... una directiva de refundición pero pocos de nosotros trabajamos en la refundición inicial y es una buena oportunidad de llenar algunas de las lagunas jurídicas y de poner en práctica la directiva que siempre hemos pensado que merecía nuestra atención. Pero, puesto que queremos garantizar que estamos reciclando bien los dispositivos eléctricos, hay que eliminar la laguna jurídica que está dando pie a que muchos dispositivos eléctricos acaben en países en desarrollo, en los que los desmontan niños sobre hogueras y en vertederos.
A los fabricantes y productores que nos escriben pidiéndonos que no respaldemos una u otra enmienda dirigida a eliminar esas lagunas jurídicas, les diría: presenten sus sugerencias. Son sus productos los que están acabando en estos vertederos y deben ofrecer propuestas para asegurar que no suceda.
Así también se nos ofrece una oportunidad de rematar asuntos no resueltos. Las empresas que fabrican impresoras poseen un modelo comercial que se basa en vender sus impresoras a un precio relativamente barato y retener a los consumidores con un contrato para que sigan comprando cartuchos para impresora caros. Están en lucha constante con los fabricantes de productos reelaborados, que rellenan estos cartuchos para impresora con tinta y se la venden por una fracción del precio.
Hace alrededor de diez años descubrimos que los fabricantes de impresoras habían dado con un nuevo medio para avanzar en esa lucha usando componentes electrónicos diseñados para evitar que se reciclasen los cartuchos para impresora: si se llenan de tinta dejan de funcionar. Así que introdujimos en la legislación el artículo 4, concebido para asegurar que no se comercializasen productos que no pueden ser reciclados.
Sin embargo, las empresas de impresoras encontraron la forma de evitarlo. Presionaron a un gobierno tras otro y arguyeron que los cartuchos para impresora se podían considerar consumibles, en lugar de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). De modo que ahora nos encontramos con una situación en la que los cartuchos para impresora se consideran RAEE en algunos Estados miembros y en otros no.
Ésta es la oportunidad de eliminar esta laguna jurídica para garantizar una mayor competencia en el mercado y fomentar un reciclaje adecuado. Espero contar con el respaldo de mis colegas para esas enmiendas.
Oldřich Vlasák (ECR). – (CS) Señora Presidenta, no cabe duda de que esta directiva constituye un paso en la dirección adecuada, ya que trata de cambiar los objetivos de recogida cuantitativos con el fin de establecer normas para el transporte transfronterizo de aparatos eléctricos y electrónicos y de combinar las medidas administrativas que se aplican a cuestiones obligatorias a fin de reducir la burocracia.
A causa de la excesiva burocracia, he rechazado la definición del producto a escala de la UE, incluso respecto al posible cumplimiento de las obligaciones estipuladas por los Estados miembros. En este caso, deberíamos guiarnos por el principio de «Si no está roto, no tratemos arreglarlo».
En lo que respecta al ámbito de aplicación de la directiva, prefiero un ámbito limitado, porque me preocupa que un ámbito abierto incluyera aparatos que no se pudieran reciclar o aparatos con una extensa vida útil, y se pusiera así en riesgo el cumplimiento de los objetivos de recogida acordados. En este caso, hago mía la perspectiva de que deberíamos mostrarnos ambiciosos al fijar los objetivos, pero, por encima de todo, que no deberíamos imponer una carga aun más pesada a las autoridades locales.
Paul Nuttall (EFD). - Señor Presidente, teléfonos móviles, cargadores de móvil, PlayStation, cámaras, saunas, termómetros, refrigeradores, congeladores, tostadoras, teteras, microondas, planchas, ambientadores, relojes de pared y de pulsera, cepillos de dientes eléctricos, reproductores de DVD, aspiradoras, juguetes, videojuegos, aparatos médicos, televisores, mandos a distancia, calculadoras, calefactores, secadoras y lavadoras.
Eso por citar unos pocos ejemplos, porque todos estos dispositivos y muchos más se encarecerán como resultado de esta directiva sobre residuos. ¡Y pensar que la Unión Europea está preparada para dejar que se acumule esta legislación ahora que nos encontramos sumidos en una recesión y la gente se las ve y se las desea para salir a flote!
En consecuencia, animo a todos los presentes en esta Cámara a que se solidaricen con los contribuyentes y las pymes, que con tanta diligencia trabajan, y tiren esta ley prospectiva a la basura.
(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la tarjeta azul conforme al artículo 149 apartado 8)
Chris Davies (ALDE). - Señora Presidenta, el señor Nuttall nos dice que el requisito de reciclar los residuos de aparatos eléctricos sube el precio de los productos.
Entonces, ¿puede decirnos asimismo quién —si no es el productor— debería pagar por la eliminación de esos productos? ¿Por qué está en contra de los contribuyentes a nivel local y nacional y de los gobiernos locales de Europa, de su país y de cualquier lugar, que tienen que cargar con la responsabilidad de deshacerse de estos residuos por los que dice que el productor no debería pagar?
Paul Nuttall (EFD). - Señora Presidenta, yo también disfruto mis peleas con el señor Davies. Parece que tenemos estos pequeños enfrentamientos en cada discurso que doy. Él sabe tan bien como yo en quién recaerá el coste; al final serán los contribuyentes quienes tendrán que financiarlo. Por el momento, estamos sumidos en una recesión como no se ha visto desde los años treinta. Yo defiendo a los contribuyentes trabajadores.
En segundo lugar, la verdadera cuestión es que esto deberían hacerlo a escala nacional las personas responsables ante el electorado —los políticos—, no una Comisión que se reúne en secreto y que no rinde cuentas ante nadie. Ésa es la clave.
(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la tarjeta azul conforme al artículo 149 apartado 8)
Karl-Heinz Florenz (PPE). – (DE) Señora Presidenta, me gustaría dirigirme a mi colega diputado por su nombre, pero, por desgracia, no sé quién es porque nunca hemos coincidido en el debate sobre residuos de aparatos electrónicos. Es posible que no le reconozca porque luce un nuevo peinado. Pero ¿qué respuesta pretende dar a los ciudadanos cuando dentro de cinco o seis años compruebe que se han agotado nuestras materias primas, se han desechado o están contaminando nuestras aguas? Eso tiene que explicarlo.
El segundo punto que quiero tratar es el siguiente. Por favor, lea la directiva. No dice nada en absoluto de que los contribuyentes tengan que financiar el sistema. De hecho, la responsabilidad de hacerlo recae en los productores. Este sistema se está intensificando y ampliando, que es lo que debe suceder. Me gustaría escuchar su respuesta a estas dos cuestiones.
Paul Nuttall (EFD). - Señora Presidenta, primero repetiré lo que ya he dicho. Todos sabemos quiénes acabarán asumiendo los costes: los de siempre. No es necesario que eso lo especifique la directiva, porque nunca lo hace. Nunca se les cuenta a los ciudadanos que van a subir los impuestos. Nunca se les dice a los ciudadanos que lo van a notar en el bolsillo.
En mi país, por ejemplo, nos cuesta cincuenta millones de libras esterlinas al día formar parte de este club. La clave de todo es —y vuelvo a lo que le he dicho al señor Davies— que las decisiones deberían tomarlas a nivel nacional los políticos que rinden cuentas ante el electorado. El electorado de mi país, el Reino Unido, no puede deshacerse de los Comisarios. Esto es, en esencia, antidemocrático y constituye un atropello.
Catherine Soullie (PPE). – (FR) Señora Presidenta, Comisario, lo que tengo que decir ya lo han dicho muchas veces mis colegas diputados.
En un momento en el que Europa está planteándose una estrategia común para el abastecimiento de materias primas y, en especial, de tierras raras, no podemos pasar por alto el enorme potencial que ofrece la recuperación inteligente de nuestros residuos. El refuerzo de las normas europeas para mejorar el funcionamiento de la cadena recogida, la solución de problemas relacionados con la fuga y la exportación ilegal de RAEE y el establecimiento de objetivos de recogida más ambiciosos: esta legislación debería centrarse en estos aspectos.
No olvidemos quién es el máximo responsable del éxito o del fracaso de esta legislación: el consumidor. Otorgar poderes a los ciudadanos resulta fundamental para poner en práctica una legislación efectiva. Con este propósito, señor Florenz, la contribución ecológica, entre otros sistemas, ha demostrado ser un instrumento muy importante. Por supuesto, los productores de aparatos eléctricos y electrónicos deben participar más en el sistema de recogida y reciclaje, pero no podemos eximir a los ciudadanos de toda la responsabilidad por los residuos que producen. Nuestros ciudadanos deben convertirse en actores, no en espectadores, de la política medioambiental europea.
Elisabetta Gardini (PPE). – (IT) Señora Presidenta, Señorías, coincido con buena parte de lo que he oído. Me parece una directiva fundamental significativa, así que votaremos a favor, desde luego. Pero también estoy convencida de que necesitamos profundizar en determinados aspectos y espero que esto sea posible en una segunda lectura.
Por ejemplo, espero que la Comisión lleve a cabo una evaluación de impacto en lo que se refiere al ámbito de aplicación abierto de la directiva porque, aunque en teoría pueda parecer que respeta más el medioambiente, creo que podría originar problemas en la práctica. Según la experiencia con la directiva actual, un ámbito de aplicación cerrado ofrece una mayor seguridad y favorece la aplicación de la legislación.
Existen otros aspectos también, aparte de esta evaluación de impacto. Pero creo que debemos tener cuidado para aliviar la carga de los productores, distribuidores y minoristas. Es cierto que deberían involucrarse más y que deberían estar obligados a aceptar la responsabilidad, pero debemos tener cuidado de no abrumarlos, al menos no con requisitos administrativos.
Me parece que los instrumentos y los criterios deben ajustarse para tomar en consideración diversos sistemas nacionales. Los Estados miembros no son buenos o malos. Como hemos oído y como ya hemos valorado —aunque creo que debemos profundizar más también en este ámbito— existen diferentes sistemas y diferentes circunstancias en los Estados miembros, que han de evaluarse con detenimiento de modo que de ningún país se beneficie automáticamente y otros salgan perdiendo. Por consiguiente, estamos a favor de esta directiva, pero necesitamos más tiempo y profundización.
Sirpa Pietikäinen (PPE). - (FI) Señora Presidenta, la Comisión, con bastante acierto, ha creado tanto un programa de aprovechamiento de recursos como una estrategia acerca de las materias primas, porque las materias primas y su utilización se están restringiendo cada vez más y, al mismo tiempo, sus precios están subiendo.
Sabemos que, por desgracia, una gran proporción de residuos de aparatos electrónicos y, en particular, de artículos pequeños que producen residuos, como los teléfonos móviles, ha terminado en vertederos, en la UE y también en terceros países, y acaba siendo incinerada. Por este motivo está importante herramienta constituye un avance en la dirección adecuada para el reciclaje de residuos de aparatos electrónicos y nos permite garantizar un mejor aprovechamiento de los recursos y la devolución de las materias primas a los productores.
Con un poco de suerte en el futuro progresaremos hacia un sistema de información mejor en relación con esta directiva, que nos permitirá saber en realidad la medida en la que los diferentes Estados miembros y actores están aplicando sus propósitos. Tenemos que ofrecer la garantía de una recogida selectiva que sea incluso mejor que la propuesta y fijar objetivos mejores y más ambiciosos para ello. La directiva supone un buen comienzo, si bien espero que en el futuro podamos transferir más responsabilidad de los distribuidores a los productores.
Pilar Ayuso (PPE) – (ES) Señora Presidenta, hay que ser ambiciosos en los objetivos, pero también hay que reconocer que la propuesta del ponente no es fácil de aplicar con las características que hay en cada Estado miembro. Sin embargo, en la delegación española vamos a apoyar su propuesta en esta primera lectura.
No obstante, nosotros estamos a favor de que haya una separación, en factura, del coste del reciclado y el tratamiento de este tipo de residuos.Vamos a votar en contra de la enmienda 52, que pretende suprimir el artículo 14, apartado 1, y a favor de las enmiendas 91 y 103. Pensamos que los consumidores tienen derecho a saber lo que les cuesta este tratamiento y, además, deben saberlo; esto les motiva a colaborar con la propia legislación y también es bueno para que haya una transparencia conveniente en la cadena comercial.
Alajos Mészáros (PPE). - (HU) Señora Presidenta, acepte mis disculpas por dudar. Me gustaría dar las gracias al señor Florenz por su excelente labor profesional. Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) pertenecen al volumen de residuos que más rápido está creciendo en la UE. Hemos de hacer todo lo que podamos por asegurar un reciclaje adecuado, no solamente para poder prevenir daños al medioambiente y la salud, sino también para reducir la pérdida de materias primas. De acuerdo con los resultados de las evaluaciones impactos actuales, en la actualidad se recoge el 85 % de los RAEE, pues solo un 33 % de esta cantidad recibe un tratamiento adecuado con arreglo a los requisitos de la directiva. Por desgracia, el envío ilegal al exterior de residuos de la Unión Europea se produce a gran escala y, por ello, es importante que la nueva directiva sea capaz de evitarlo. Los residuos deben recogerse de forma selectiva porque así es como podemos asegurar que se retengan y se envíen al sistema de reciclaje del Estado miembro. Por desgracia, la experiencia hasta la fecha ha demostrado que los Estados miembros no han interpretado esta directiva de forma uniforme, así que quisiera sugerir que el principio rector no sea en el futuro la clasificación en diferentes categorías, creo que la directiva debería cubrir todos los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Pienso que la legislación es de especial importancia en los países que han entrado a formar parte de la Unión Europea hace poco y que aún van rezagados en el ámbito de la recogida de residuos selectiva.
Carl Schlyter (Verts/ALE). – (SV) Señora Presidenta, sí, vivimos en una sociedad de desperdicio si consideramos esto un desperdicio. Mucha de esta chatarra contiene niveles de oro y plata más elevados que el del mineral de una mina de oro o plata. No es cuestión del coste de afrontar el proceso, es cuestión de puro beneficio. Reducirá nuestra dependencia de la importación de productos primordiales y no estaremos liberando metales pesados ni otras sustancias tóxicas al medioambiente. Únicamente podemos ganar si procesamos estos residuos; ni siquiera debería hablarse de coste.
Sin embargo, lamento que se dispense a las placas solares ya que si no las incluimos se creará una ventaja para estos módulos solares que contengan cadmio y se desvirtuará la competencia en la industria. Sería preferible que se incluyeran las células solares, así se mantendría una competencia justa y las alternativas a las que contienen cadmio llegarían antes al mercado. También hemos de votar a favor de las enmiendas que contienen requisitos de mejores controles de los nanorresiduos. Por último, es importante que los Estados miembros y la Comisión aseguren ahora que las normas de exportación se hagan más estrictas y que se cumpla con ellas. Debemos poner freno a la exportación de residuos a los países pobres.
Alfreds Rubiks (GUE/NGL) . – (LV) Señora Presidenta, soy una de esas personas que respalda por completo la aprobación de este documento. También apoyo el enfoque que trata de definir un objetivo de recogida selectivo que varíe en función del período. En Letonia recogemos sólo el 25 % de los aparatos eléctricos y electrónicos disponibles en el mercado.
No es suficiente. También abogo por los ambiciosos objetivos establecidos en el reglamento pero, al mismo tiempo, me preocupa que se den diferencias pronunciadas entre Estados miembros y, por lo tanto, insto a la Comisión y a todos los implicados, incluidos los Estados miembros, a que presten la máxima atención a la vigilancia de la aplicación de estos documentos. Por supuesto, en Letonia nos gustaría que los objetivos previstos fuesen algo más fáciles de cumplir: 45 % para 2016 y 65 % para 2020.
Jaroslav Paška (EFD). – (SK) Señora Presidenta, la enmienda de la directiva sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se ha sometido a un exhaustivo proceso de consulta en las comisiones pertinentes del Parlamento Europeo. El texto redactado por la Comisión se ha ido modificando poco a poco a través de las enmiendas propuestas o los diputados al Parlamento y la presente versión transaccional lleva de nuevo al primer plano el problema de la recuperación de residuos de aparatos electrónicos.
La versión del artículo 47 propuesta por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria es, en mi opinión, una enmienda muy acertada porque permite que las obligaciones financieras de la industria se dirijan a desarrollar un sistema de recogida de residuos de aparatos eléctricos, en lugar de imponer sanciones por no alcanzar los objetivos de recogida establecidos. Podría ser especialmente beneficiosa y provechosa en países que aún tienen que crear una estructura para recoger residuos de aparatos eléctricos.
Me gustaría ofrecer mi respaldo al nuevo artículo 93, que responde al hecho de que muchas personas responsables, en particular los proveedores minoristas de Internet, están evitando cumplir con sus obligaciones. El nuevo reglamento trata de afrontar este problema de un modo sensible y adecuado.
Janez Potočnik, miembro de la Comisión. − Señora Presidenta, muchos diputados de este Parlamento han mencionado la aplicación de lo dispuesto, que supone un verdadero problema. Por desgracia, no supone un problema solamente en este ámbito, sino un problema en todo el espectro medioambiental. Para ser preciso, conozco mis deberes con arreglo al Tratado, y pretendo llevarlos hasta el final.
Además estamos preparando la comunicación sobre la aplicación para más adelante este año, que abordaría la cuestión de la aplicación de un modo más integral. Ya estamos hablando de ella en profundidad con la dirección, porque creo que ésta es una de las cuestiones en las que deberíamos centrarnos en el futuro, así como, por supuesto, las propuestas que estamos debatiendo hoy. A propósito, la propuesta de refundición facilita sin duda la aplicación.
En segundo lugar, las metas. Es fundamental que nos fijemos objetivos ambiciosos. Muchos de ustedes han mencionado que este es el volumen de residuos con el crecimiento más rápido. Muchos de ustedes han señalado que vivimos en un mundo de dispositivos eléctricos y electrónicos y, desde luego, debemos tenerlo en cuenta al decidir los objetivos.
En tercer lugar, los costes. Cuando realicemos una propuesta, debemos tener en cuenta el peso de los costes y simplificar las cosas todo lo posible. No obstante, quiero aclarar que el coste real para nuestra sociedad y nuestra economía llegaría si no abordáramos estas cuestiones. Ese sería el coste real, al que no seríamos capaces de responder a largo plazo.
Hace catorce días que publicamos el informe sobre residuos. Ese mismo día visité Unicor, una de las empresas de alta tecnología que reciclan residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Me sorprendí por lo que aprendí y vi allí. Debemos comprender que, por ejemplo, los teléfonos móviles que tenemos en la mano en nuestro día a día contienen en realidad materiales preciosos, de oro a platino y rodio, fundamentales para el futuro. Si seguimos extrayendo materias primas nunca veremos el fin. Sostuve en mis manos veinte kilos de oro extraído de teléfonos móviles. Me costó levantarlos pero, para ser sincero, ¡más me costó dejarlos ahí!
Muchos de ustedes han mencionado el término más importante en este contexto: el aprovechamiento de recursos. Ya lo he mencionado varias veces, pero no debemos olvidarlo. Según los datos de las Naciones Unidas, en el siglo XX el crecimiento de población humana se multiplicó por 4, el crecimiento de la producción por 40, las emisiones de CO2 por 17, el consumo de energía por 16, el pescado capturado por 35 y el consumo de agua por 9. Si alguien cree que se puede continuar así en el siglo XXI, se equivoca de cabo a rabo.
Hay que hacer las cosas de forma diferente. Por este motivo, como he dicho, ahora que vivimos en un mundo más eléctrico y electrónico, la propuesta que tenemos sobre la mesa y que debatiremos más tarde es vital para abordar estas cuestiones. Muchos de ustedes han mencionado una mejor información y una mejor clasificación. También prestaremos atención a esto.
Para concluir, me gustaría decir que, tras la primera lectura, nos encontramos ante un producto en el que merece la pena trabajar en una segunda lectura y cuyo resultado final será incluso mejor, estoy seguro.
Karl-Heinz Florenz, ponente. – (DE) Señora Presidenta, señor Potočnik, coincido con sus observaciones finales, en especial en cuanto al aprovechamiento de recursos. No obstante, durante los próximos meses ustedes serán el centro de todo el proceso de toma de decisiones, porque ahora tendrá que acordarse una posición común. Tendrán que negociar con el Consejo y tomar una decisión y debo decirle que el Consejo no ha cedido ni un ápice durante los últimos siete meses, y eso no es culpa de la Presidencia belga.
Algunos países son muy obstinados y, con la unanimidad en esta Cámara como telón de fondo, me gustaría pedirles a los diputados que han hablado con tanta pasión a favor de este informe que se vayan a casa e influyan en sus gobiernos y expliquen que las cosas no serán como en el pasado.
Podría mencionar los nombres de algunos viejos amigos que podrían tomar las riendas este asunto. Por lo tanto, señor Potočnik, creo que tendremos que mantener un intenso debate durante los próximos meses. También es importante señalar el deseo de reglamentos nacionales en lo que respecta a la política sobre residuos.
Sin embargo, resulta contraproducente, porque el mercado interior nació hace mucho tiempo y ahora tenemos que sacarlo a colación. El problema no es todo el mercado interior, solamente la mitad. Me gustaría destacar una vez más que la relación de dieciséis kilos a un kilo, como ha apuntado el señor Seeber, demuestra que aún queda mucho por hacer. De todos modos, si llegamos a un acuerdo, iremos bien encaminados.
Señor Potočnik, no dudo de que sepa lo que tiene que hacer. Me gustaría enfatizar que está realizando una excelente labor y continuaremos dándole un empujoncito de vez en cuando, quizás un poco brusco, en la dirección adecuada.
Presidenta. – Se cierra el debate conjunto.
La votación tendrá lugar hoy a las 11.30 horas.
Jaromír Kohlíček (GUE/NGL), por escrito. – CS) La recogida de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos es un tema candente. Por ello, es imprescindible actualizar la directiva que cubre este ámbito. En mi opinión, algunas de las enmiendas que se someterán a votación en el bloque introductorio representan una forma nefasta de combinar propuestas de la Comisión con otras propuestas para facilitar la recogida, la clasificación y el reciclaje de residuos. Al contrario, incluso aunque no produzcan el caos en este asunto, aportan menos luz. Por desgracia, no hay mucho que podamos hacer en esta fase en la votación final. Me parece interesante que los representantes de la mayoría de los grupos políticos estén de acuerdo en muchas de las enmiendas relativamente aceptables. Si este acuerdo se traduce en apoyo en la votación final, la directiva resultante puede respaldar la escalada drástica de la recogida de aparatos eléctricos y electrónicos, así como de aparatos que sean más fáciles de procesar. Uno de los puntos clave es el artículo 14, apartado 1, que —si se aprueba la enmienda 91 o la redacción de la enmienda 103, algo menos clara— podría respaldar el reciclaje y la recogida de aparatos eléctricos y electrónicos. Es importante que todo el esfuerzo tenga como resultado una directiva que explique con claridad las obligaciones de los distintos organismos, al mismo tiempo que favorece la eficacia del proceso de reciclaje. Desde esta perspectiva, la rocambolesca idea de clasificar aparatos de iluminación en varias categorías no resulta conveniente, como tampoco lo es el número excesivo de excepciones para toda la categoría de aparatos de gran tamaño.
Pavel Poc (S&D), por escrito. – (CS) Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos constituyen la fuente de residuos que más rápido crece. Hoy en día representan un riesgo bastante más alto para el medioambiente y la salud pública que el combustible nuclear irradiado. Revisar la directiva resulta esencial. Buena parte de los residuos aparatos electrónicos no se procesan de acuerdo con la versión actual y acaban en vertederos o bien se exportan de manera ilegal fuera de la UE. Nos preocupa no tener ni idea de lo que está sucediendo con más de la mitad de los residuos aparatos eléctricos y electrónicos europeos. La situación es insostenible, ya que la producción de residuos anuales per cápita puede ascender de cuatro kilos hoy a veinticuatro para 2020, a no ser que los objetivos de recogida de reciclaje se estipulen y se cumplan. El reciclaje de residuos de aparatos electrónicos puede devolver más oro a la industria manufacturera del que se extrae de las canteras de la UE, y lo mismo sucede con otras materias primas preciosas. Por eso, aplaudo sin dudas la creación de nuevos trabajos permanentes y, en especial, la reducción de la dependencia de la UE de materias primas preciosas. Sin embargo, no veo con muy buenos ojos la exención de los paneles solares. La exclusión de los paneles de telururo de cadmio de la directiva sobre restricciones a la utilización de sustancias peligrosas (RUSP) supone otro aumento en el riesgo de la contaminación medioambiental por cadmio altamente tóxico, que la UE está combatiendo en otras medidas legislativas. Hay intereses de presión tras esta incoherencia, que no da una buena imagen de la UE en el Parlamento Europeo y que, en consecuencia, no beneficiará para nada a la industria europea.
Jim Higgins (PPE), por escrito. – Apoyo el informe sobre los RAEE de hoy, pero debemos asegurarnos de no imponer reglamentos que sobrecarguen a las pymes y los minoristas, que ya atraviesan dificultades. Debemos asegurarnos de que la responsabilidad de devolver los RAEE recaiga en los fabricantes, no en los minoristas. Agradezco la propuesta de unas disposiciones más estrictas que busquen evitar envíos ilegales de estos residuos y que eliminen las lagunas jurídicas. Hoy en día, al declarar este tipo de equipo «AEE usados que aún pueden ser utilizados» y no RAEE, puede enviarse de manera ilegal y tirarse en países del tercer mundo. Por supuesto, un mayor cumplimiento de lo dispuesto por parte de las autoridades es crucial, mientras que los artículos eléctricos deberán reciclarse con arreglo a la ley a fin de prevenir la emisión descontrolada de CFC. Los delincuentes se benefician a menudo de los envíos ilegales, ya que los traficantes involucrados en el fraude estafan con frecuencia a las autoridades evitando etiquetar los productos como aparatos electrónicos, fingiendo que se pueden reutilizar u ocultándolos en medio de un contenedor de envío. Los envíos no controlados suelen terminar en Ghana, Nigeria, India o Pakistán. Tenemos que trabajar juntos en la segunda lectura para asegurar que se pone fin a esta peligrosa práctica y también para asegurar que los metales valiosos se quedan en Europa.
Rovana Plumb (S&D), por escrito. – (RO) Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) representan el volumen de residuos que más rápido crece en la UE. La gestión adecuada de RAEE contribuye a la reutilización de algunos recursos valiosos, que repercute en especial en el medioambiente, la salud de los ciudadanos y la creación de empleos ecológicos. Según la evaluación de impactos de la Comisión, en este momento se generan en la UE alrededor de veinticuatro kilos de RAEE por habitante al año, y de estos solo se recoge el 65 %. El reciclaje de los RAEE ayudará a crear de una cantidad de empleos de cinco a siete veces mayor que en el sector de la incineración y diez veces mayor que en el sector de almacenamiento. La revisión de la directiva ha ayudado a fijar las metas para recoger, reciclar y reutilizar RAEE (el objetivo de reciclaje del 50 % al 75 % —en función de las categorías, que ahora ascienden a seis en lugar de las diez iniciales—y un nuevo objetivo de reutilización del 5 %). También ha ayudado a diseñar medidas más estrictas para prevenir la exportación de residuos de aparatos electrónicos a países en vías de desarrollo. Las responsabilidades de los fabricantes, consumidores y autoridades locales se definen con más detalle para asegurar un tratamiento ecológico. Los fabricantes de productos electrónicos tendrán que proporcionar la financiación para el tratamiento de los residuos, con una conclusión positiva en forma de acatamiento de las normas de diseño ecológico, creando así productos que sean fáciles de reparar y reciclar.
Csanád Szegedi (NI), por escrito. – (HU) Creo que la debida eliminación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) es fundamental. El aumento del índice de residuos recogidos selectivamente es indispensable, pero es importante que se controle todo el proceso de reciclaje a través de la documentación apropiada. Para ello también se requiere una actitud responsable de la industria; la conducta de las grandes empresas de fabricación y procesamiento debe controlarse de forma más eficiente. Al mismo tiempo, debe comprenderse que los Estados miembros, sobre todo los que se acaban de incorporar a la UE, no cuentan aún con un número apropiado de instalaciones de reciclaje y, en consecuencia, se debe poner énfasis en su desarrollo para garantizar que los RAEE recogidos reciben el tratamiento adecuado.
János Áder (PPE) , por escrito. – (HU) La actual refundición de la directiva sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos es de una inmensa importancia desde el aspecto de la protección del medioambiente y de la salud pública, así como desde el punto de vista del aprovechamiento de recursos, que tanto se menciona hoy en día. Puesto que, como todos saben, numerosos envíos ilegales de RAEE salen de la Unión Europea año tras año, por el bien de nuestra industria, hemos de asegurar que los Estados miembros conserven valiosas materias primas dentro de las fronteras de Unión Europea a través de la recogida apropiada de RAEE, que se generan en cantidades cada vez mayores, y, si es posible, asegurar también su reciclaje. Como es natural, los hábitos de los consumidores varían de un país a otro y eso no debería pasarse por alto al fijar objetivos, a fin de lograr una buena recogida. En Hungría, por ejemplo, el consumidor medio no cambia de televisor en dos o tres años e, incluso aunque lo hiciera, lo más probable es que se lo llevara a su casa de campo y no a los puntos de recogida. En vista de todo ello, el ponente, que ha reconocido este problema, ha logrado afianzar la aceptación de un compromiso con un respaldo considerable que determinaba la base de los objetivos de recogida no por cantidad de productos colocados en el mercado sino por la cantidad de residuos electrónicos generados. A pesar de que aún quedan por concluir muchos detalles profesionales en este ámbito, creo que vamos bien encaminados, en especial, porque, aunque parezca contradictorio, incluso la propia evaluación de impactos de la Comisión considera que el objetivo de recogida original es realista para los Estados miembros más antiguos, pero no para los más recientes.
Marian-Jean Marinescu (PPE), por escrito. – (RO) La propuesta de una directiva sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, de la forma presentada por la Comisión al Parlamento Europeo, no queda clara. Por lo tanto, los Estados miembros pueden aplicar diferentes interpretaciones a los tipos de aparatos que cubre esta directiva.
Además, la Comisión tendrá que establecer una metodología común para determinar la cantidad de residuos generados en cada Estado miembro. No obstante, la cantidad de residuos generada depende de las características específicas del mercado de consumo, los diferentes ciclos de vida de los productos y los hábitos de la población en cada Estado.
Tampoco se ha estipulado un intervalo para el cálculo de la cantidad de residuos generada como porcentaje. El valor añadido que ofrece esta directiva radica en el beneficio potencial para la salud y el medioambiente. La gestión adecuada de residuos electrónicos podría ayudar a alcanzar un índice de reciclaje del 50 al 75 % y un índice de reutilización del 5 %. Tanto los fabricantes de productos electrónicos como los consumidores deben asumir sus responsabilidades a fin de cumplir este objetivo. Los fabricantes tendrán que proporcionar los fondos para el tratamiento de los residuos, mientras que los consumidores tendrán que desechar los residuos electrónicos en los centros de tratamiento conforme con la ley.
(La sesión, suspendida a las 11.10 horas, se reanuda a las 11.30 horas)