Presidenta. – El siguiente punto es la cuestión de actualidad del día de hoy, el debate conjunto relativo a los informes siguientes sobre las mujeres en la Unión Europea:
- el informe de la señora Nedelcheva, en nombre de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, sobre la igualdad entre mujeres y hombres en la Unión Europea – 2010 [2010/2138(INI)] (Α7-0029/2011); y
- el informe de la señora Plumb, en nombre de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, ante la pobreza femenina en la Unión Europea [2010/2162 (INI)] (A7-0031/2011).
Mariya Nedelcheva, ponente. – (FR) Señora Presidenta, señora Reding, Señorías, yo nací en 1979 en un momento en el que los ciudadanos europeos eligieron por primera vez directamente a sus representantes. Estoy orgullosa del hecho de que en aquel mismo año, por primera vez, una mujer, Simone Veil, una valiente defensora de los derechos de la mujer, asumió la Presidencia del Parlamento Europeo.
Hoy, yo soy una del 35 % de mujeres representadas en esta Cámara. Nunca antes esta cifra había sido tan alta en el Parlamento Europeo. Así que ¿a quién se lo debemos? Se lo debemos a todas aquellas mujeres que tuvieron la inteligencia, la fuerza y el coraje de unirse y exigir su derecho a voto, su derecho al trabajo y a la educación. Se lo debemos a aquellas mujeres que, simplemente, quisieron defender el respeto de su dignidad y sus derechos. Llevamos luchando cien años para combatir la discriminación injusta y sin fundamento. Se ha conseguido sin duda un progreso significativo, pero la lucha contra las desigualdades de género es una tarea cotidiana y aún nos queda un largo trecho por recorrer.
La Unión Europea siempre ha estado a la vanguardia en lo que respecta a la igualdad de género. Creo que nuestra Cámara debe garantizar su posicionamiento a la vanguardia de esta dinámica, incluso cuando se trata de las cuestiones más delicadas.
La actual crisis económica nos ha hecho afrontar nuestras propias contradicciones. Como se destaca en mi informe, los efectos de la crisis se han dejado sentir con mayor severidad entre las mujeres y sus efectos son más duraderos para ellas que para los hombres. Como también he señalado tenemos, no obstante, que dejar de sentir lástima por nosotras mismas, ¡movámosnos y formulemos respuestas! Deberíamos aprovechar esta oportunidad para modificar nuestros esquemas de pensamiento y seguir adelante.
Ahora es vital destacar el papel que desempeñan las escuelas en la lucha contra los estereotipos de género. Al ofrecer mayores oportunidades en educación, formación profesional y empleo, podemos mejorar el acceso de la mujer a niveles superiores de responsabilidad. También es el momento de poner fin a la brecha salarial persistente entre hombres y mujeres, y asimismo creo que tenemos que cambiar de marcha cuando nos fijamos en la composición de los consejos de administración de las empresas que cotizan en bolsa. Solo el 3 % de los miembros de esos consejos son mujeres. Y eso no es aceptable. Es hora de pisar el acelerador. ¿Y qué pasaría si, a pesar de todos nuestros esfuerzos, las grandes compañías pisasen el freno? Pues bien, por desgracia, tendríamos que agitar el espectro de las cuotas y los objetivos vinculantes. Cuando hablo de cuotas lo hago con desagrado, ya que, en principio, no estoy a su favor. Pero si la zanahoria no funciona, pues bien, entonces la única alternativa sería usar el palo. No puede negarse: la presencia de mujeres en el mercado laboral solo puede impulsar el crecimiento económico.
El plan europeo de recuperación tendrá actualmente una mayor probabilidad de éxito si las políticas de igualdad de género son una parte integral de él. Es necesario presentar propuestas concretas para lograr una mejor conciliación de la vida para demostrar que nuestras ambiciones pueden ser más que simples sueños, porque eso es lo que se espera de nosotros. Está muy bien que sean los valores e ideales los que nos impulsen, pero también debemos ser pragmáticos y eficaces en nuestro trabajo.
Por último, señora Presidenta, me gustaría plantear un último punto. He tenido el placer de escuchar que la Comisión Europea iba a formular una propuesta en primavera para combatir la violencia contra las mujeres. El flagelo de la violencia contra las mujeres en todas sus formas es algo que hay que combatir con toda nuestra energía. Me gustaría darle las gracias, señora Comisaria, por ser tan proactivo en este asunto.
Señora Presidenta, yo no soy pesimista así que me gustaría terminar con una nota positiva, si se me permite. Creo que en este día, cuando se cumple el centenario del Día Internacional de la Mujer, debemos rendir homenaje a la valentía, fuerza y determinación mostradas por las mujeres en Túnez, Libia, Irán, Egipto y muchas otras en su lucha en defensa los derechos humanos.
El viento de la libertad que sopla por todo el norte de África debería liquidar los últimos vestigios de autoritarismo, pobreza y exclusión social, para que las mujeres en esos países alcancen su emancipación social, política y económica, con respeto a su cultura y sus tradiciones. También forma parte de nuestro cometido en el Parlamento Europeo rendir homenaje a estas mujeres, alentarlas y apoyarlas en su desesperada lucha por la democracia y los derechos humanos. ¡Y tengan presente que me refiero a los derechos humanos en el sentido más pleno del término!
Rovana Plumb, ponente. – Señora Presidenta, permítame en primer lugar desear a todas las mujeres un feliz aniversario de esta importante fecha, el 8 de marzo, el día en el que se conmemora el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer, cien años de lucha por los derechos de las mujeres.
Me gustaría dar las gracias a todos mis colegas, a los ponentes alternativos y a los miembros de la Secretaría por sus aportaciones a este informe.
Mi informe trata una cuestión que es a la vez general y especialmente concreta en términos de sus consecuencias: la pobreza femenina. 85 millones de europeos viven por debajo del umbral de pobreza y el 17 % de todas las mujeres de la UE están clasificadas como pobres. Estos son los hechos. La crisis económica, financiera y social nos afecta a todos, pero sobre todo daña a las mujeres en el mercado laboral y en su vida personal, toda vez que tienen más probabilidades de encontrarse en puestos de trabajo precarios, son más propensas a sufrir despidos y tienen un menor acceso a la seguridad social.
Así es como están las cosas en la actualidad. ¿Qué podemos hacer? Las mujeres esperan de nosotros que presentemos propuestas específicas, medidas concretas. Es el 8 de marzo, y voy a tratar de resumir mi informe en ocho puntos.
En primer lugar, hacemos un llamamiento a los Estados miembros para que tengan en cuenta la dimensión de género en sus planes de recuperación de la recesión fomentando e impulsando el empleo femenino y la adopción de medidas específicas, así como ajustando los presupuestos para garantizar la igualdad de acceso a los gastos del sector públicos, ello con el fin de mejorar tanto la capacidad productiva como de satisfacer las necesidades sociales y medioambientales de la mujer.
En segundo lugar, apelamos a la Comisión y a los Estados miembros para que adopten las medidas apropiadas para eliminar las desigualdades de género en el empleo como parte de la Estrategia Europa 2020. Recomiendo enérgicamente que se establezca como objetivo la reducción de las desigualdades entre hombres y mujeres en términos de retribución en un 1 % anual, con la finalidad de alcanzar la meta de reducción del 10 % en 2020. Hago hincapié también en la necesidad de acciones positivas para aumentar la representación femenina en los órganos de decisión políticos, económicos y empresariales.
La tercera cuestión está relacionada con la conciliación de la vida privada y profesional. Pido al Consejo y a los Estados miembros que renueven y cumplan sus compromisos relacionados con los objetivos de Barcelona para la prestación de servicios accesibles, asequibles y de alta calidad de instalaciones de acogida para niños y para desarrollar nuevos objetivos para el cuidado de personas dependientes.
En cuarto lugar, insto a la Comisión y a los Estados miembros a elaborar políticas sanitarias cuyo objetivo sea combatir y prevenir las prácticas perjudiciales para la salud de la mujer y que provocan exclusión social y pobreza.
En quinto lugar, apelo a los Estados miembros para que aprueben las medidas necesarias con el fin de ofrecer mejores oportunidades para las mujeres en la educación, mientras se lucha contra los estereotipos y se eliminan los modelos de rol tradicional en los programas escolares.
Nuestro sexto punto es que hay una relación directa entre las circunstancias sociales de las familias y el crecimiento de los niños. Por ello, hacemos un llamamiento a la Comisión y al Consejo para que elaboren y apliquen una estrategia que reduzca a la mitad la pobreza infantil hacia el año 2012.
En séptimo lugar, no deberíamos ignorar la violencia contra las mujeres. Es algo que tiene una incidencia creciente en relación con el riesgo de marginación, pobreza y exclusión social. Insto a la Comisión a establecer un Año Europeo para combatir la violencia contra las mujeres.
En octavo lugar, quiero destacar la importancia de los Fondos Estructurales y, en particular, del Fondo Social Europeo, como herramientas clave para ayudar a los Estados miembros a luchar contra la pobreza y la exclusión social. Creo que podemos hacerlo. Tenemos la capacidad. Tenemos la fuerza y la inteligencia para abordar esta cuestión tan importante a nivel europeo y en todos los Estados miembros.
Viviane Reding, Vicepresidenta de la Comisión. – Señora Presidenta, es bueno que en el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer esta Cámara esté hoy presidida por una mujer. Me parece algo muy simbólico y también lo es que podamos debatir, durante la jornada de hoy, estos temas tan importantes en el orden del día ―gracias a la ponente, Mariya Nedelcheva―, lo que denota un gran apoyo al trabajo de la Comisión en favor de la igualdad de género y se centra en cuestiones importantes que la Comisión ha destacado y seguirá destacando.
Cien años de lucha y no contemplamos aún el final de la misma. Es algo que lamento porque siempre abrigo la esperanza de que podamos eliminar, si se quiere, la celebración anual de esta lucha de las mujeres, pero mientras no hayamos llegado adonde queremos, no debemos hacerlo, y ese no es todavía el caso. El informe del Parlamento muestra con toda claridad cuáles son las lagunas existentes. Estas se encuentran en la pobreza: hemos escuchado el segundo informe también sobre ello. En términos de pobreza, las mujeres van en cabeza, así que no hay un vacío en este sentido, pero ¿qué estamos haciendo ―y mi colega, László Andor les responderá a esto― para conseguir que las mujeres salgan de la trampa de la pobreza?
El segundo elemento es la situación de la mujer en el mundo laboral. Todavía hay algunos problemas en cuanto al equilibrio entre vida familiar y vida profesional. Existe el problema de la desigualdad en términos de retribución, donde las mujeres todavía ganan de promedio un 17 % menos que los hombres, y es posible que ustedes lo hayan visto el 5 de marzo, cuando celebramos el Día Europeo por la Igualdad Salarial entre hombres y mujeres, con cálculos para ver cuánto más tienen que trabajar las mujeres que los hombres para alcanzar el mismo nivel de remuneración. El hecho es que, en realidad, no se nos pagó hasta el 5 de marzo; tuvimos que trabajar hasta entonces sin cobrar. Solo a partir del 5 de marzo empezamos a percibir nuestro salario. Confío en que algún día, el día por la igualdad salarial será el uno de enero, lo que significaría que se habría alcanzado la igualdad de remuneración en ese instante.
El compromiso político de la Comisión Europea se refleja en nuestra nueva estrategia. Los temas que se mencionan en nuestra estrategia para la igualdad de género son los mismos que la ponente ha mencionado: la independencia económica de las mujeres, la desigualdad entre hombres y mujeres en términos de retribución, la violencia contra las mujeres y la promoción de la igualdad de género en las acciones exteriores.
Para comenzar con la acción exterior, podrían habernos visto a Cathy Ashton y a mí misma el 8 de marzo de hablando con mujeres fuera de Europa y reconociendo la valentía de todas aquellas que están luchando por sobrevivir y lo hacen por el establecimiento de una democracia. Tenemos que dejar claro que estamos a su lado. Cuando hablamos de todos estos levantamientos, de las guerras y de los genocidios, que por desgracia continúan, todos ustedes saben que las mujeres están en primera línea. Las mujeres y los niños son los más vulnerables de nuestras sociedades, pero también en las sociedades exteriores, y esa es la razón por la que la Comisión está trabajando para simplificar sus diversas iniciativas políticas sobre la violencia contra las mujeres y para crear sinergias entre áreas con objetivos similares.
Así que aquí es donde estamos desarrollando una respuesta política coherente para abordar este enorme problema: mi vínculo son acciones concretas en áreas donde hay claras bases jurídicas para ser eficaces, y, en este sentido, voy a presentar en mayo de este año un paquete de derechos de las víctimas, en el que la legislación para ayudar a mujeres y niños va a ocupar, por supuesto, un lugar muy alto en programa de trabajo.
Quizás debería terminar con un tema que ha sido prioritario en estos últimos días. Ustedes saben que el 1 de marzo, reuní a los directores ejecutivos de grandes empresas europeas que cotizan en bolsa en torno a una mesa para decirles que ya no estamos de acuerdo con la cuota del 90 % para los hombres en los consejos de administración, porque eso es lo que está sucediendo. Solo hay una mujer por cada diez hombres en los consejos, lo que implica una cuota de facto del 90 % para los hombres. Así que pensamos que hay que tratar este asunto, sobre todo porque todos los datos económicos y la evidencia científica sobre el funcionamiento económico muestran muy claramente que las empresas con una estructura paritaria de toma de decisiones consiguen una mayor recuperación de la inversión y obtienen mayores beneficios que aquellas con una estructura de toma de decisiones exclusivamente masculina.
Así que la mujer es sinónimo de actividad empresarial; por ello es beneficioso para el desarrollo económico que las mujeres asuman más responsabilidad. En este punto he lanzado un desafío a las empresas que cotizan en bolsa en Europa a firmar, de aquí a marzo de 2012, un «Compromiso relativo a la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas europeas»: que se comprometan a sustituir en el consejo a los miembros masculinos salientes por mujeres cualificadas, y hay tantas que no debería ser difícil encontrarlas. Vamos a ver, observar, analizar y contar lo que está sucediendo entre hoy y el 8 de marzo del año próximo, y si nada cambia, entonces estoy dispuesta a tomar medidas a nivel de la UE para restablecer el equilibrio de género en las salas de juntas de las empresas.
(Aplausos)
Presidenta. – Gracias, señora Vicepresidenta, lo que ha dicho tiene un alto valor simbólico y por su contenido. Ahora, debido a razones de representación equilibrada, le daré la palabra al Comisario Andor.
László Andor, Miembro de la Comisión. – Señora Presidenta, este es sin duda un aniversario notable y es una gran responsabilidad de participar en esta discusión.
En primer lugar, deseo expresar mi gratitud a las ponentes de la Comisión sobre Derechos de la Mujer e Igualdad de Género y a la asociada Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, respectivamente, por su informe. Este informe es muy oportuno porque el tema que pone de relieve ha estado en el programa durante un tiempo, pero se ha vuelto más urgente como resultado del impacto de la crisis financiera y económica sobre los grupos vulnerables de la sociedad.
Permítanme señalar algunos de los elementos clave en mis políticas de empleo y sociales que creo que van a mejorar las oportunidades y condiciones de trabajo de las mujeres. Ciertamente, hay medidas urgentes que los Estados miembros deben tomar en estas áreas. Por ejemplo, es necesario reducir la segmentación del mercado laboral, reajustando para ello el equilibrio en la legislación de protección del empleo entre los trabajadores con contratos permanentes y los que tienen contratos a tiempo parcial y precarios, lo que con tanta frecuencia es el caso de las mujeres.
También tienen que encontrar un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada o familiar y eliminar otros factores desmotivadores a la participación en la fuerza de trabajo de los proveedores de ingresos secundarios, que, una vez más, son su mayoría son mujeres.
Es importante aumentar la tasa de empleo en la UE y el principal desafío en este ámbito es la participación en el mercado laboral de todos los trabajadores, tanto hombres como mujeres. Creo que el Fondo Social Europeo tendrá que emplearse mejor y con mayor intensidad en el futuro para apoyar las políticas de actuación sobre la demanda para abrir nuevas oportunidades a las mujeres, en especial cuando se reincorporan al mercado laboral después del parto.
Para la Comisión es motivo de gran preocupación que más de 80 millones de personas estén en riesgo de pobreza en la Unión Europea actual. Los Estados miembros tienen la responsabilidad principal de luchar contra la pobreza, pero la Unión tiene un papel que desempeñar. Eso es lo que creen tres cuartas partes, el 74 %, de nuestros conciudadanos europeos, de acuerdo con las encuestas del Eurobarómetro.
La iniciativa emblemática, la Plataforma Europea contra la Pobreza y la Exclusión Social, incluye propuestas de medidas prácticas para alcanzar la meta de reducción numérica de la pobreza. La Plataforma se centra en la continua importancia de la inclusión activa de las personas más alejadas del mercado laboral. Como ya he señalado, las mujeres constituyen un componente importante de esa categoría. En 2012, la Comisión presentará una comunicación evaluando en profundidad la aplicación de estrategias de inclusión activa en el ámbito nacional.
He mencionado que más de 80 millones de personas están en riesgo de pobreza en la actual Unión Europea. Lo que resulta todavía más preocupante es que más de 20 millones de niños se encuentran entre ellas, y la cifra no ha mejorado con el tiempo. Ayudar a sacar a esos niños de la pobreza significa ayudar también a sacar a sus padres de ella, en particular, a las familias monoparentales, constituidas en su mayoría por mujeres. Ello exige un enfoque multidimensional, que abarque las políticas de empleo para ayudar a los padres a encontrar trabajo, el diseño de sistemas de prestaciones y fiscalidad y la facilitación de servicios clave, como la vivienda, la atención infantil y la educación de calidad y la protección de los derechos de los niños. Según lo previsto en la Plataforma, la Comisión tiene intención de presentar una recomendación en 2012 sobre la pobreza infantil. Esbozará principios comunes y herramientas de control eficaces para combatir y prevenir la pobreza en los primeros años de vida.
Resulta asimismo crucial proporcionar la financiación para afrontar esos desafíos. Casi un tercio de la asignación del Fondo Social Europeo de 21 700 millones de euros para el actual período de programación se destina a medidas para mejorar el acceso al empleo. Además, casi 3 000 millones de euros, 2 700 para ser exactos, de esa asignación se dedicará a apoyar el autoempleo y la creación de empresas, y los beneficiarios son muy a menudo las mujeres.
Por añadidura, hace poco se ha creado el instrumento europeo de microfinanciación para respaldar la creación de empleo y autoempleo. El instrumento concede préstamos a personas que han perdido sus puestos de trabajo y desean crear o desarrollar sus propias pequeñas empresas. Se presta especial atención a las mujeres y los jóvenes. Se ha proporcionado un presupuesto de 100 millones de euros durante más de cuatro años, pero puede incrementarse a más de 500 millones de euros en la iniciativa conjunta con las instituciones financieras internacionales.
En los últimos diez años, la cooperación europea en el marco del método abierto de coordinación sobre la inclusión y protección sociales ha contribuido a crear conciencia y fomentar la lucha contra la pobreza y la exclusión social. La Plataforma Europea contra la Pobreza y la Exclusión Social estableció el marco para reducir la pobreza en todos los ámbitos políticos. Hagamos todo lo posible para garantizar que logre su objetivo.
PRESIDE: Roberta ANGELILLI Vicepresidenta
Nadja Hirsch, ponente de opinión de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales. – (DE) Señora Presidenta, como ponente de opinión sobre el informe en materia de igualdad, me he concentrado en el mercado laboral. Por desgracia, la diferencia salarial es aún del 17 % y las mujeres no están todavía representadas siempre en consejos de administración y de supervisión. Hay una urgente necesidad de actuar aquí.
No podemos seguir permitiéndonos este despilfarro del potencial de las mujeres en la sociedad, cualquiera que sea su edad. Tenemos un buen nivel de educación y el Estado invierte en esas mujeres jóvenes y madres. Realmente necesitamos avanzar aquí y exigir que las empresas lleven de una vez sus buenas palabras a la práctica. En este sentido, me complace el hecho de que las empresas estén realmente dando un paso en dirección hacia una cuota voluntaria.
Con todo, y por otro lado, cualquier informe sobre igualdad, no debería olvidar que los hombres también están en desventaja en algunos aspectos. En particular, los niños no siempre tienen la oportunidad de desarrollarse en la escuela. Hay déficits en el área de las tareas domésticas y el cuidado de los niños, y los hombres también pueden hacer aquí su participación más activa. Esta es una tarea a la que todos nosotros deberíamos dedicarnos. Cada uno de nosotros, al margen de nuestro género, debería darse la oportunidad de encontrar su nicho y vivir su vida como mejor estime.
Gabriele Zimmer, ponente de opinión de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales. – (DE) Señora Presidenta, hace cien años las mujeres exigían el derecho al voto y a presentarse a las elecciones, y en la actualidad, estamos aún luchando por la igualdad de la mujer en muchas áreas, en particular en la carrera profesional, pero también en relación con la remuneración del trabajo y los derechos sociales, especialmente en la vejez. Esto se pone de manifiesto no solo por la brecha de ingresos entre hombres y mujeres.
A pesar de su creciente participación en el mercado laboral, las estadísticas en los 27 Estados miembros de la Unión Europea muestran que las mujeres sufren un mayor riesgo de pobreza que los hombres. Hay muchas razones por las que la pobreza es un problema femenino. Solo puedo entrar en algunas de ellas debido a la falta de tiempo. El aumento del número de puestos de trabajo precarios discrimina a las mujeres en varios aspectos. Más del 30 % de las mujeres están empleadas en trabajos a tiempo parcial, en comparación con solo el 7,4 % de los hombres. Los estudios muestran que incluso en estos puestos de trabajo a tiempo parcial, las mujeres siguen ganando menos que los hombres por las mismas horas de trabajo y el mismo trabajo. Eso reduce las oportunidades de integrarse en el mercado laboral y desarrollar una carrera profesional. Los derechos a pensión se reducen, por lo que la pobreza está pre-programada, en especial para aquellos que eligen una vida independiente e individual. No obstante, creemos que una vida libre de pobreza puede lograrse por la vía política mediante el desarrollo de sistemas de seguridad social en los que estén garantizadas las pensiones y el salario mínimo por encima del umbral de la pobreza y las horas de trabajo se limiten en general.
No queremos esperar otros cien años para descubrir que es evidentemente las mujeres tienen el derecho a organizar su vida de forma independiente de las decisiones masculinas, a pesar de tener niños a su cargo.
Barbara Matera, en nombre del Grupo PPE. – (IT) Señora Presidenta, Señorías, hoy, al celebrar el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer, vamos a votar dos informes que abordan temáticas en las que las mujeres están marginadas y excluidas de la sociedad.
Las mujeres sufren tradicionalmente un mayor riesgo de pobreza, en particular las madres solteras y las mujeres mayores de 65 años. Entre los cinco objetivos propuestos por la Comisión Europea en la Estrategia UE 2020 está la lucha contra la pobreza, lo que hace muy relevante el informe de la señora Plum, especialmente en términos de políticas de género a la luz de la crisis económica y financiera.
La vulnerabilidad de las mujeres a título individual las deja expuestas al riesgo de pobreza, exclusión social y, por lo tanto, aislamiento. Esto hace que corresponda a la institución que representamos poner en práctica estrategias y programas concretos. También felicito a la señora Nedelcheva por su buen informe que promueve la igualdad entre hombres y mujeres en la Unión Europea. La representación de las mujeres en el sector público, como en el sector privado, es muy baja en comparación con la de los hombres. En el sector financiero, las cifras son aún menos positivas: las mujeres representan solo el 10 % de los miembros de los consejos de las principales empresas europeas que cotizan en bolsa y el 3 % de los presidentes de dichos consejos.
Por lo tanto, respaldo la introducción de cuotas para aumentar la participación de las mujeres en los sectores público y privado y, especialmente, en la educación. Es necesario apoyar esto, ya que juega un papel clave para evitar que los profesores orienten a sus estudiantes hacia sectores profesionales de acuerdo con los estereotipos de género.
Termino recordando las palabras de una de las primeras alcaldesas de América, que dijo: «Las mujeres, hagan lo que hagan, tienen que hacerlo el doble de bien que los hombres para que sea considerado la mitad de bueno». En conclusión, permítanme decir que, por suerte, para nosotras las mujeres, eso no es difícil.
Vilija Blinkevičiūtė, en nombre del Grupo S&D. – (LT) Señora Presidenta, hoy en el Parlamento, mientras festejamos el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer, estamos dedicando una especial atención a las cuestiones de igualdad de género y la superación de la pobreza femenina. Hace más de un siglo, las mujeres lucharon por el derecho al trabajo, y ahora tienen que luchar para obtener un salario igual por el mismo trabajo. Estamos avanzando, pero los avances en materia de igualdad de género son lentos. La discriminación aún se mantiene viva en el lugar de trabajo, existe una profunda segregación en el mercado de trabajo según el género, la brecha salarial persiste, todavía hay escasez de mujeres en puestos de decisión y en la política y falta apoyo a la maternidad y las madres solteras. En el informe del Parlamento Europeo sobre la igualdad entre hombres y mujeres, determinamos que es fundamental fortalecer el principio de igualdad de género en la familia y la sociedad, detener la violencia contra las mujeres y la trata de mujeres, garantizar el permiso de maternidad, crear las condiciones adecuadas para aprovechar los servicios de guardería y centros de atención infantil, reducir la pobreza femenina y evaluar la contribución de las mujeres al desarrollo de la familia, la sociedad y la economía. Con el fin de alcanzar estos objetivos, el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y los Estados miembros deben trabajar juntos, y en este día histórico, desearía transmitir mis saludos a todas las mujeres e instalar a persistir en la lucha por sus derechos y la igualdad de oportunidades.
Antonyia Parvanova, en nombre del Grupo ALDE. – Señora Presidenta, en primer lugar, quiero felicitar a todos mis colegas por el fructífero trabajo efectuado durante estos años, como se recoge en mi informe sobre la desigualdad entre hombres y mujeres y sobre la cuestión crucial de la pobreza, abordada en el informa de la señora Plumb.
Mientras se celebra el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer, es fundamental que esta Cámara haga un balance del largo camino que nos queda por recorrer para garantizar la igualdad de género en toda la Unión y de incorporarla a todos los sectores y áreas.
Comencemos con el sector del empleo y las desigualdades retributivas entre hombres y mujeres. ¿Cuánto tiempo vamos a permanecer sentados contemplando las estadísticas que muestran situaciones desiguales, con mujeres percibiendo hasta un 34 % menos de salario que los hombres en algunos Estados miembros de la UE? Tenemos que impulsar medidas, legislativas, si es necesario, para lograr resultados concretos en la práctica y no solo sobre el papel.
El lugar de las mujeres en el mercado laboral europeo y los numerosos obstáculos a los que tienen que hacer frente en forma de discriminación, contribuyen al fenómeno creciente de la pobreza de las mujeres. Son demasiadas las mujeres que permanecen en una posición de relativa inseguridad económica y de dependencia. Tienden a concentrarse en empleos a tiempo parcial y temporales, que están peor pagados, o en posiciones de categoría inferior.
La pobreza da lugar a la trata de mujeres, a la violencia y, en general, a la explotación de todo tipo. También sabemos que, como consecuencia de la pobreza, las mujeres víctimas de violencia de género prefieren no tomar medidas para su propia protección, debido a la falta de seguridad financiera.
Señora Reding, esperamos con impaciencia, en este día simbólico, la estrategia de la UE para combatir la violencia contra las mujeres, como usted ya ha prometido.
Marije Cornelissen, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (NL) Señora Presidenta, hoy 8 de marzo de 2011 se cumple el centenario del Día Internacional de la Mujer. Eso merece una celebración de todo lo que hemos logrado, como el sufragio para las mujeres, el derecho a la igualdad y a los derechos reproductivos, al menos en los países más civilizados. Sin embargo, este también es un día para sentirse triste por todas las cosas que todavía no son como deberían. En la UE, las mujeres siguen estando muy poco representadas en la toma de decisiones, las responsabilidades familiares recaen casi exclusivamente sobre sus hombros y todavía hay una persistente desigualdad retributiva entre hombres y mujeres, también fuera de la UE, donde algunos países ni siquiera han comenzado a trabajar para conceder a las mujeres el derecho de sufragio.
El centenario del Día Internacional de la Mujer también exige una comparación histórica. El primer gran paso para las mujeres en el mercado laboral se dio durante las dos guerras mundiales, especialmente la Segunda Guerra Mundial. Había simplemente muy pocos hombres para hacer el trabajo en fábricas y oficinas. Los empleadores ya no tenían elección y las mujeres accedieron al mercado laboral en grandes proporciones. Una período así se nos echa encima de nuevo. Pero esta vez no a causa de una guerra, por fortuna, sino debido al envejecimiento de la población. En cinco o diez años, habrá sencillamente escasez de hombres para cubrir las vacantes en los distintos niveles. Los empleadores tendrán que atraer y retener a las mujeres. El envejecimiento de la población podría ser una oportunidad ideal para la igualdad de género.
Nos corresponde a nosotros, como políticos europeos, y a nuestros colegas en los parlamentos nacionales, impulsar esta tendencia proporcionando un permiso de maternidad de calidad para las madres y otro de paternidad similar para los padres, facilitando para ello un nivel suficiente y asequible de atención infantil, el derecho a un horario flexible y al trabajo a tiempo parcial con buenos derechos sociales, y ello mediante el establecimiento de cuotas para la inclusión de mujeres en los órganos ejecutivos corporativos y en la política, o esgrimiendo unas amenazas creíbles con ese fin. Juntos podemos garantizar que no hagan falta otros cien años antes de que hombres y mujeres gocen de igualdad de derechos y de oportunidades en todos los ámbitos.
Andrea Češková, en nombre del Grupo ECR. – (CS) Señora Presidenta, yo soy la ponente alternativa del informe sobre la imagen de la pobreza femenina en Europa, así que me centraré en él. El informe reúne una amplia gama de temas que ofrecen una muy buena descripción de la situación de las mujeres en la UE. Me complace que el informe exponga muchos puntos que indican la necesidad de recurrir a formas flexibles de empleo, y con ello me refiero tanto a empleo fijo como a tiempo parcial, ya que, en mi opinión, las madres solteras en particular y las familias en general con niños pequeños necesitan hacer uso de la amplia gama de oferta en el mercado de trabajo para poder combinar la vida laboral y familiar. Al mismo tiempo, por supuesto, acojo con satisfacción y respaldo plenamente el hecho de que aquí se llame la atención una vez más sobre la gran desigualdad retributiva, que persiste, entre hombres y mujeres. Querría brevemente decir que el informe también incluye algunos temas que difícilmente podríamos apoyar. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la llamada a crear una carta europea de derechos de las mujeres y la referencia al informe sobre el permiso de maternidad, que, como sabemos, los Estados miembros no han aceptado. Con esa actitud hemos apoyado algunas de las propuestas de enmienda. Me gustaría dar las gracias a la ponente, ya que este es realmente bueno y completo.
Eva-Britt Svensson, en nombre del Grupo GUE/NGL. – (SV) Señora Presidenta, cien años de lucha por la igualdad: creo que hoy es importante que recordemos también a las pioneras que iniciaron la lucha por la igualdad hace un siglo y que prepararon el camino para el progreso que, pese a todo, podemos constatar que se ha hecho. Me gustaría manifestar mi agradecimiento a todos mis colegas, a todas las organizaciones no gubernamentales, a todos aquellos que continúan la lucha por la igualdad. Vamos a debatir la situación de las mujeres en la UE, pero creo que hoy es importante para nosotros mostrar igualmente nuestra solidaridad con las mujeres que, ahora mismo, en las calles y plazas, están demostrando una gran valentía al participar en la lucha por la democracia y la justicia en otros países. Creo que también deberíamos acordarnos hoy de ellas.
Los informes que estamos debatiendo aquí ilustran la desigualdad en el mercado laboral, donde las mujeres tienen empleos precarios y sufren discriminación salarial de un promedio del 17 %. Solo 6 de cada 10 mujeres en Europa participan en el mercado de trabajo, y cuando tienen un empleo, es a menudo un empleo precario a tiempo parcial que no proporciona una vida digna. No hay nada extraño en ello, toda vez que hay fuerzas poderosas que se oponen a la expansión de los servicios de atención infantil y otros requisitos previos para que las mujeres puedan trabajar.
La igualdad de oportunidades en el mercado laboral implica que necesitamos disponer de la Directiva sobre el Permiso por Maternidad, que confío en que incluya asimismo el permiso por paternidad. Espero que pronto podamos discutir sobre el seguro por paternidad, donde hombres y mujeres asumen la misma responsabilidad en el sustento de la familia, pero también para el cuidado de los niños. Si las mujeres en la UE tuviesen que trabajar en la misma medida que los hombres, la prosperidad se incrementaría en más de un cuarto. No podemos permitirnos el lujo de prescindir de las mujeres en el mercado laboral.
Las cuotas son necesarias. Yo creo que las cuotas son un instrumento requerido en una sociedad en la que solo el 3 % de las grandes empresas está dirigido por mujeres. Creo que es apropiada la comparación del uso de las cuotas con los antibióticos. No me gusta el uso excesivo de antibióticos, pero cuando alguien está enfermo, me alegra que existan. Sin duda, es sintomático de una sociedad enferma que solo el 3 % de las grandes empresas esté dirigido por mujeres. Las cuotas son, por lo tanto, un instrumento necesario para rectificar lo que está torcido en nuestra sociedad.
Godfrey Bloom, en nombre del Grupo EFD. – Señora Presidenta, hay una gran cantidad de autocomplacencia aquí en la Unión Europea en el Día Internacional de la Mujer. Mantengo la opinión de que usted ha hecho un completo embrollo de ello. Usted habla del permiso por maternidad. Pero todo lo que está ocurriendo con ese draconiano permiso, permítame decírselo, señora Presidenta, es que cada vez son menos las mujeres jóvenes de mi país que encuentran un puesto de trabajo, ya que uno tendría que estar loco de atar para contratar a una mujer joven si regenta un negocio pequeño. Así que ningún favor se les ha hecho.
Tenemos igualdad de oportunidades ahora para el seguro del coche a causa de otra sentencia demencial del Tribunal de Justicia, lo que significa que incluso si una mujer joven consiguiese un empleo, no podría darse el lujo de ir en coche al trabajo porque su seguro del coche acaba de verse duplicado. Y ahora usted se pone a hablar de cuotas. ¿Pero qué clase de locura es esta? A las mujeres que han trabajado toda su vida para llegar a una posición de responsabilidad en una empresa ―las mujeres profesionales― se las patrocina ahora mediante cuotas. Ahora esas mujeres de éxito se sentarán en una sala de juntas y la gente echará un vistazo en toda esa sala y se preguntará si son «mujeres símbolo» o si han llegado ahí por su conocimiento del mundo empresarial. Todo este asunto es una locura absoluta y es una tragedia que ninguna de ustedes haya hecho un trabajo real en su vida, o entenderían lo que digo.
(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)
Eva-Britt Svensson (GUE/NGL). – (SV) Señora Presidenta, señor Bloom, aspirar al permiso parental y considerar que es algo bueno no dice de nadie que esté loco de remate. No hay más que mirar a los Estados miembros que tienen un sistema bien desarrollado de permiso parental. Esos países, los países nórdicos, Suecia, por ejemplo, también cuentan con la mayor tasa de empleo femenina. Lo que demuestra que un buen permiso parental significa que también tendremos cifras más altas de empleo femenino y también masculino, sin duda. El permiso parental es bueno para la igualdad en el mercado laboral. Las mujeres también pueden contribuir a la prosperidad en la UE.
(Aplausos)
Godfrey Bloom (EFD). – Señora Presidenta, eso simplemente no es cierto y no está corroborado por las estadísticas en mi país. Hable con cualquier pequeño empresario de mi país. No estoy interesado en el país de Su Señoría o en países de otras personas, estoy interesado en mi país y en mi economía, y puedo decirles que todos los hombres y las mujeres de negocios afirman que no van a emplear a mujeres jóvenes debido a las draconianas leyes de maternidad. Me gustaría, desearía con desesperación que ustedes entrasen en el mundo real. ¡Qué levante las manos aquella de ustedes que haya tenido un trabajo auténtico!
(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)
Siiri Oviir (ALDE). – (ET) Señor Bloom, usted sabe, por supuesto, que en Europa las mujeres están mejor educadas que los hombres, incluyendo su país de origen. ¿Por qué entonces piensa que, si las cuotas se imponen a las empresas, esa tercera parte incluirá solo a aquellas mujeres analfabetas que también puede haber en nuestra sociedad?
Godfrey Bloom (EFD). – Señora Presidenta, en respuesta a la Señora Oviir, yo simplemente le aconsejaría que permitiese a las empresas ejercer su actividad. Cuanta menos regulación, menos impuestos, menos interfiramos, más rápido se recuperará nuestra economía. De eso es de lo que se trata, y eso es algo que Su Señoría no comprende.
(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)
Edite Estrela (S&D). – (PT) Señora Presidenta, señor Bloom, ¿sabe usted cuál es el problema del Reino Unido? Pues tener 52 semanas de permiso por maternidad mal pagado. Solo en las primeras seis semanas se paga el 60 %, mientras que 33 disponen solo de una cuota simbólica y hay 13 semanas no remuneradas. Eso es solo para las familias ricas, en las que las mujeres pueden quedarse en casa y permitirse ver una reducción del presupuesto familiar. Ese es el problema del Reino Unido, no nuestras propuestas con respecto al permiso por maternidad.
Godfrey Bloom (EFD). – Señora Presidenta, en respuesta a la Señora Estrela, puedo asegurarle que el problema con mi país es que hemos renunciado al autogobierno y que somos miembros de la Unión Europea: ahí radica el problema de mi país.
(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)
Anneli Jäätteenmäki (ALDE). – (FI) Señora Presidenta, de hecho quiero agradecerle al señor Bloom sus opiniones sobre esta cuestión, porque están bastante extendidas. Si no fuese ese el caso, habríamos logrado un gran progreso. Solo que hay una gran cantidad de personas que se calla. Me habría gustado preguntarle, señor Bloom, si usted cree que los niños son solo hijos de las mujeres y que los padres no tienen ninguna responsabilidad ni necesidad de permiso de paternidad o de cuidar de sus familias, al margen de hacerlo yendo a trabajar.
(Aplausos)
Godfrey Bloom (EFD). – Señora Presidenta, en respuesta a la Señora Jäätteenmäki, me gustaría decir que considero que los hijos son responsabilidad de sus padres y de nadie más. No acepto que nadie asuma la responsabilidad de los hijos de su vecino. Son los padres quienes han de asumir la responsabilidad de sus hijos, y así es como debe ser. Cuanto mayor responsabilidad propia tengamos en Europa, y, de hecho, en el mundo, mejor irán las cosas, a mi entender.
Angelika Werthmann (NI). – (DE) Señora Presidenta, señor Comisario, Señorías, es una prueba absoluta de la pobreza de nuestra sociedad que tengamos que seguir discutiendo todavía sobre la igualdad entre el hombre y la mujer. Las mujeres no solo sufren desventajas en el mundo laboral, sino también en la sociedad en general. La lista parece no tener fin, por lo que me limitaré a citar unas cuantas palabras clave: los niveles salariales, las condiciones de trabajo y contratación, las relaciones laborales precarias, los derechos a pensión, el cuidado de los niños, la seguridad social y diversas formas de violencia contra las mujeres.
Hay muchas mujeres que están mejor cualificadas que los hombres y, con todo, nos encontramos debatiendo la cuestión de igual salario por igual trabajo, inaudito. Algo igualmente increíble es el hecho de que las mujeres estén en situación de mayor riesgo de pobreza que los hombres; las mujeres mayores y las familias monoparentales sufren un riesgo específico. Permítanme recordarles que 2010 fue el Año de Lucha contra la Pobreza. La pobreza es un problema femenino. Ello tiene graves consecuencias para la sociedad porque la pobreza conduce a la enfermedad y, por lo tanto, puede desembocar en el desempleo.
Edit Bauer (PPE). – (HU) Señora Presidenta, hoy se han celebrado dos debates en el Parlamento cuya temática se ha basado en los informes de mis colegas ―por los que les felicito― y sobre los cuales es realmente difícil decir nada nuevo, ya que la situación no ha variado apenas y, en cierto sentido, incluso ha empeorado en los últimos años. En el debate sobre los salarios de hombres y mujeres, por ejemplo, hemos dicho año tras año que todavía hay una diferencia considerable, a pesar de que ya en Tratado de Roma allá por 1957 se estableció el principio de «igualdad salarial por el mismo trabajo». Es más, desde 1975 también tenemos legislación secundaria en este sentido, si bien es verdad que si tuviéramos que hacer una lista de leyes que están en vigor, pero no se aplican, esta tendría obviamente buenas opciones de figurar en cabeza. En efecto, como ya se ha mencionado aquí, los últimos datos estadísticos indican que la diferencia actual es del 17,5 %, pero algunos de nosotros todavía recuerdan que hace un par de años ese porcentaje bajaba hasta el 15 %, mientras que la variabilidad es muy alta. Y este no es el asunto de pequeñas y grandes empresas y tampoco solo de mujeres, sino que es asimismo una cuestión de justicia social. No podemos cansarnos de decir que la diferencia salarial, como ha señalado mi colega, más o menos en el mismo sentido, es el castigo de las mujeres por su maternidad, y se crea cuando las mujeres jóvenes regresan al mercado laboral. Y ahí radica el verdadero problema básico: que las pequeñas empresas nunca podrán resolver los problemas de la sociedad. Lo que el Parlamento ha solicitado a este respecto, es decir, para garantizar una distribución transparente de los salarios entre los géneros, y para garantizar que aquellos que infringen permanentemente este principio al menos no reciban apoyo de los fondos europeos, no es, en mi opinión, demasiado. Es cierto que hay algunos avances: la introducción del «Día Europeo de la Igualdad Salarial» representa un cierto grado de progreso, pero el auténtico gran logro habría sido que ese día se hubiese celebrado el 1 o 2 de enero, en lugar del 5 de marzo.
Edite Estrela (S&D). – (PT) Señora Presidenta, las mujeres son mayoría en las universidades y están mejor cualificadas, pero cuando se trata de acceder a puestos de decisión su subida queda bloqueada por un techo de cristal. Por ese motivo necesitamos cuotas. Es una lástima que el señor Bloom se haya marchado ya. En la política y en la economía hay que señalar que solo hay una mujer gobernadora de un banco central. Las mujeres no han sido responsables de la crisis financiera, pero podrían haber ayudado a evitarla.
¿Por qué será que cuando se habla de cuotas siempre hay alguien que saca a colación los méritos? ¿Es que solo se cuestiona el mérito de las mujeres? ¿Será cierto que los hombres no tienen mérito? Las cuotas son una medida necesaria y temporal para fomentar la representación equilibrada de hombres y mujeres en la toma de decisiones y, por lo tanto, felicito a la Comisión por los esfuerzos que ha hecho para asegurar que la toma de decisiones sea compartida también en el poder económico.
Siiri Oviir (ALDE). – (ET) Señora Presidenta, ¡feliz Día Internacional de la Mujer a todos! Cuando se trata de la igualdad de género, el problema no son solo las diferencias y la justicia social. La igualdad de género es un requisito previo para un crecimiento económico sostenible, el empleo, la competitividad y la cohesión social. Invertir en medidas de igualdad de género dará sus frutos en términos de un mayor nivel de empleo de las mujeres, en la contribución de estas al PIB, en una recaudación fiscal más alta y en tasas de fertilidad sostenibles. Nuestra comprensión de la igualdad de género está todavía en la actualidad, para muchos, a un nivel medieval, o, al menos, eso es lo que hemos escuchado en algunos discursos.
Hay un «coco» en este asunto, y se trata de las cuotas. La gente se olvida, o quizás no quiera ver, que las cuotas no se imponen en los cargos que conllevan toma de decisiones y que estas no van a poner a mujeres incompetentes en puestos de poder. En Europa, las mujeres cuentan con mejor educación, son capaces de asumir responsabilidades y de trabajar bien y obtener una remuneración justa por su trabajo. Los países donde se aplican las cuotas, donde ya se utilizaban hace 20 años ―me estoy refiriendo a los países del norte de Europa― han demostrado claramente que nuestros objetivos pueden alcanzarse mediante esta medida, y estos días la gente se ha replanteado el comportamiento de esos países: las cuotas ya no son necesarias en la misma medida en que lo fueron en el pasado. Se considera la norma que las mujeres participen en todos los ámbitos de la sociedad. Yo, por supuesto, querría decir muchas cosas acerca de la pobreza, así como sobre las madres solteras, pero, por desgracia, el tiempo no me permite hacerlo. Gracias a todos los que han pronunciado discursos: ¡Habrá un día en el que, no obstante, conseguiremos ganar!
Franziska Katharina Brantner (Verts/ALE). – (DE) Señora Presidenta, el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer nos brinda una buena razón para la celebración, el agradecimiento y continuar la lucha.
Tenemos un informe sobre la mujer y la pobreza; una de las principales razones de este problema es la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Como ya hemos escuchado, la igualdad retributiva había sido consagrada en los Tratados de Roma desde 1957. Sin embargo, la diferencia salarial es todavía del 17,5 % en toda Europa y hasta del 23 % en Alemania. En 2008, esta Cámara aprobó un informe sobre la desigualdad salarial gracias a la excelente labor de la señora Bauer. Aquel informe instaba a la Comisión a suscitar iniciativas legislativas para luchar contra la desigualdad salarial. Pero no ha habido ninguna acción desde entonces. Además, Comisaria Reding, todo lo que ustedes han hecho es designar el 5 de marzo como Día Europeo de la Igualdad Salarial, un anuncio que usted hizo el viernes, 4 de marzo. ¡Qué suerte que recordase hacerlo antes de que el mismo día hubiese pasado!
Ya no nos queda tiempo para comunicados de prensa sin sentido. No queremos escuchar más palabras bonitas de usted. Queremos que tome medidas de una vez para que el centésimo aniversario de los Tratados de Roma sea un día en el que la diferencia salarial entre mujeres y hombres no exceda el 0 %. «We want equal pay now!»
Me gustaría referirme ahora a la cuestión de las cuotas de las mujeres y a mi colega de Inglaterra: querría saber si cree que solo el 3 % de las mujeres de Inglaterra y de toda Europa «know how to do their business». ¿Tal vez eso explique por qué hay tan pocas mujeres en los consejos de administración? No creo que este sea el caso. Necesitamos una cuota.
Señora Reding, usted ha dicho que las empresas deben comprometerse a nombrar mujeres para el año próximo. ¿Desea usted que tengamos estos compromisos para el año próximo o que las mujeres hayan sido nombradas el año que viene? He oído decir que lo que usted quiere es el segundo objetivo que he mencionado.
Tadeusz Cymański (ECR). – (PL) Señora Presidenta, el problema de la pobreza femenina, que es de suma importancia, se plantea en la resolución en discusión. Vale la pena que recordemos que son las mujeres quienes llevan la carga más pesada, como resultado de la crisis financiera. Son principalmente las mujeres las que han sentido las consecuencias de esta crisis respecto a la reducción de los niveles de empleo, salarios más bajos y medidas de reestructuración. Por añadidura, son las mujeres quienes asumen la responsabilidad parental y de crianza de los hijos mientras que, al mismo tiempo, participan en un mercado de trabajo muy difícil y siempre cambiante.
La situación de las mujeres en los Estados miembros de la UE es muy diversa, por lo que es muy importante mostrar solidaridad y comprensión hacia las mujeres en las regiones donde el problema de la pobreza es particularmente serio. El tema de la desigualdad de remuneración debe obligarnos a detenernos y pensar, ya que también hay diferencias retributivas en empresas creadas y administradas por mujeres. Este es un hecho preocupante y requiere que reflexionemos sobre si las causas son más profundas, y sobre si las normas y reglamentos administrativos ―legislación dura― son suficientes en este caso, o si es necesario modificar la sensibilización y la cultura de la gente en general. Nada puede reemplazar al respeto y la cultura social, y la legislación tampoco será suficiente.
Ilda Figueiredo (GUE/NGL). – (PT) Señora Presidenta, es sumamente significativo que este año, el Día Internacional de la Mujer, estamos debatiendo sobre estos informes que tratan de llamar la atención sobre las desigualdades y la discriminación aún persistentes. En algunos países, la sociedad está incluso dando pasos hacia atrás.
Cuando resaltamos una fecha histórica ligada a la lucha de las mujeres por el reconocimiento y el ejercicio de sus derechos, estamos destacando el agravamiento del desempleo y de la inestabilidad de los trabajos, junto con los bajos salarios y la discriminación salarial y sobre la base de la maternidad que afecta a las mujeres trabajadoras, y asumimos expresiones particularmente chocantes e inaceptables en las generaciones más jóvenes.
Las situaciones de pérdida de ingresos van en aumento y las mujeres se empobrecen cada vez más. La situación de las mujeres con discapacidad, inmigrantes y jubiladas con pensiones bajas, y la de las trabajadoras de baja remuneración son particularmente críticas.
Los problemas a los que se enfrentan las mujeres en el mundo rural y en la agricultura familiar van en aumento, al igual que los de las mujeres que dirigen microempresas y pequeñas empresas. El impacto de las medidas de austeridad en algunos países, como Portugal, Grecia e Irlanda, está teniendo repercusiones en la vida de las mujeres como trabajadoras, ciudadanas y madres.
Ese es el caso de la reducción deliberada de los salarios, la congelación de las admisiones a los cursos universitarios y el bloqueo de la negociación colectiva; y con los recortes en la salud, educación, seguridad social y una serie de formas de asistencia social.
Impedir la adopción de medidas, bajo el pretexto de la crisis, que amenaza el derecho de las mujeres a la igualdad y a la cohesión económica y social necesarias, es una cuestión básica. Las buenas palabras y las declaraciones de buenas intenciones no son suficientes. Es hora de romper con las políticas neoliberales del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, con las liberalizaciones y privatizaciones, y con la libre competencia, que siempre están al servicio de los grupos de interés económico y financiero. Es hora ya de dar prioridad a las mujeres y sus derechos, a la igualdad y la cohesión económica y social, de manera que podamos tener una sociedad mejor, para que realmente podamos respetar los derechos humanos y consolidar los avances que las mujeres han ayudado a construir para nuestra civilización.
Teresa Jiménez-Becerril Barrio (PPE). – (ES) Señora Presidenta, hoy es un día muy significativo para hablar de igualdad entre hombres y mujeres porque celebramos el Día Internacional de la Mujer recordando a quienes hace 100 años lucharon por los derechos laborales y económicos y por el voto femenino.
Hemos avanzado mucho en estos 100 años, pero queda mucho por hacer y la verdadera igualdad es todavía un sueño y la discriminación de la mujer es un hecho real.
Creo que cada uno de nosotros, hombres y mujeres, podemos hacer mucho más para conseguir la verdadera emancipación de la mujer, porque hay muchas mujeres en el mundo que tienen su derecho a vivir amenazado, su dignidad violada y su libertad negada.
Permitidme que, en este Día Internacional de la Mujer, muestre mi apoyo y mi esperanza a todas las mujeres que en la revolución del norte de África están luchando por sus derechos democráticos. Porque la mujer no puede valer la mitad de un hombre, ni en los países árabes, ni en ningún sitio del mundo. Por tanto, valemos lo mismo y merecemos lo mismo. Y yo seguiré luchando para alcanzar esa igualdad y, mientras esta no exista, seguirá existiendo el Día Internacional de la Mujer.
Aunque haya muchos que no quieran verlo, es una realidad que hay mujeres que cobran la mitad que los hombres, que la violencia doméstica afecta sobre todo a las mujeres y a los niños. Y, repito, hay que seguir denunciando en este Parlamento todos esos hechos y, desde luego, yo prometo que voy a seguir trabajando.
Marc Tarabella (S&D). – (FR) Señora Presidenta, me gustaría comenzar elogiando el trabajo de mis colegas, la señora Nedelcheva y la señora Plumb.
En esta jornada simbólica en la que se celebran cien años del Día Internacional de la Mujer, casi podría repetir palabra por palabra lo que se dijo el año pasado, cuando la lucha seguía en curso.
Es cierto que las mujeres son más resistentes a la crisis actual en términos de pérdida de empleo. En cuanto a la lucha contra la violencia ejercida contra las mujeres, esperamos de la Comisión que nos indique cuáles son sus intenciones para acceder a nuestro llamamiento para la creación de un Año Europeo que dé relieve a esta cuestión, y que proponga una estrategia. Se me ha dicho que va a ocurrir pronto, de lo que me alegro.
Por desgracia, la igualdad de retribución no es todavía una realidad, a pesar de los múltiples esfuerzos realizados por algunos Estados miembros y la Comisión Europea, en particular. El permiso de paternidad también ha sido lamentablemente rechazado por los Estados miembros a pesar de la máxima movilización de este Parlamento, y el derecho al aborto sigue sin ser reconocido en cuatro Estados miembros de la Unión y puesto en duda en otros.
Saludo la nueva ley belga sobre las cuotas de representación femenina en las empresas y en los consejos de administración, así como el enfoque enormemente proactivo presentado en este asunto de la por la señora Reding y el presidente señor Buzek, incluso en la prensa del otro lado del Atlántico.
Por último, deberíamos celebrar el hecho, no obstante, de que después de cien años estamos a medio camino en nuestro recorrido hacia la igualdad de género gracias a las leyes europeas y nacionales. Mantengámonos en ruta para que no sean necesarios otros cien años para lograr la verdadera igualdad de género.
Emma McClarkin (ECR). – Señora Presidenta, como han señalado muchos diputados, el avance de los derechos de la mujer ha proseguido con paso firme durante varios años. En los 30 años transcurridos entre las primeras elecciones al Parlamento Europeo y 2009, cuando fui elegida, la representación de las mujeres ha conseguido más que duplicarse. Ahora vemos a mujeres en cargos principales de la política, los negocios, la industria y los medios de comunicación. Quizás lo más importante, como sociedad, es que hayamos llegado a apreciar la necesidad del papel de la mujer y a reconocer su contribución, mejorando en cuando a la igualdad durante el camino.
Con todo, tenemos que ser conscientes de lo lejos que llevamos nuestras demandas de más igualdad y en qué áreas. Nuestra preocupación debería centrarse en lo que hoy en día sigue siendo incorrecto. En el Reino Unido, las mujeres siguen representando menos del 20 % de los miembros del Parlamento, casi la mitad de las empresas del Índice FTSE 250 no tienen en absoluto mujeres en la sala de juntas, y solo una quinta parte de todos los licenciados en ingeniería, ciencias y TI son mujeres. Dada la naturaleza diversa de nuestras sociedades, esto es claramente un asunto que los Estados miembros deben abordar, sin cuotas y objetivos establecidos arbitrariamente a nivel de la UE.
Sin embargo, más allá de la representación, hay miles de mujeres en toda la UE y, de hecho, en el mundo, que sufren violencia, explotación y exclusión. Ellas son las que carecen de voz. Son esas mujeres, que sufren discriminación, son disuadidas deliberadamente del éxito o son víctimas de la represión, quienes sin duda merecen toda nuestra atención.
Astrid Lulling (PPE). – (DE) Señora Presidenta, en primer lugar, me gustaría dar la bienvenida al pequeño número de hombres que se han unido al reducido número de mujeres en esta sesión plenaria. Sin duda, estoy a favor de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres. Desde hace más de 50 años hago campaña de ello a nivel nacional y europeo.
Lamentablemente, el informe sobre la igualdad entre hombres y mujeres en la Unión Europea – 2010 contiene una vez más exigencias exageradas que son contraproducentes para las mujeres en el análisis final. No tengo el tiempo para explicarlas todas aquí. La ponente no tiene ninguna culpa de que el gran número de modificaciones hayan hecho el informe bastante difícil de digerir.
En relación con la controvertida cuestión de si la UE debería imponer cuotas de mujeres en las empresas que cotizan en bolsa, debo advertir de que se ensalce a Noruega como un brillante ejemplo a seguir por tal medida. Ustedes se preguntarán por qué. Desde la introducción de la cuota de mujeres entre 2003 y 2009, el número de empresas que cotizan en el mercado de valores ha disminuido de 554 a 362. Una de cada tres empresas indicó la introducción de la cuota femenina como motivo para retirarse de la bolsa. En Noruega, 70 mujeres, conocidas como «las faldas de oro», ocupan alrededor de 300 puestos en los consejos de administración. Eso es perverso, pero muy interesante. En cuanto a mí, podría sentirme atraída por la carrera de una «falda de oro», dado que hasta la fecha nunca he formado parte de un consejo de administración. La Comisión tiene que reflexionar cuidadosamente y sopesar las consecuencias antes de reaccionar con demasiada precipitación a este problema.
Lamento también que este informe recomiende en el mismo estilo que se permita a las mujeres un acceso fácil a la anticoncepción y al aborto. En otras palabras, el aborto se equipara a la anticoncepción como un simple medio de control de la natalidad. Esto es un insulto a las mujeres. No puedo estar de acuerdo con ello, aparte del hecho de que la UE carece de competencias en esta materia: ¡subsidiarité oblige! Lamento el hecho de que algunas colegas diputadas mezclen constantemente estos dos asuntos. No es necesario hacerlo.
(La oradora acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)
Licia Ronzulli (PPE). – (IT) Señora Presidenta, Señorías, me gustaría hacerle una pregunta muy simple a la señora Lulling: ¿no cree que el avance hacia la igualdad entre hombres y mujeres, incluso en 2011, se ve impedido precisamente a causa de opiniones como la suya, que son por tanto manifestaciones de una mujer, y que ella comparte con tanta ansia con nosotros, incluso en la fecha de hoy?
Astrid Lulling (PPE). – (FR) Señora Presidenta, no lo sé, no he dicho nada antes de 2011, ¿por qué la situación se ha degradado? No se deteriorará si nos mantenemos realistas, pero lo hará si se adopta un planteamiento utópico y poco realista.
(Aplausos)
(La oradora acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)
Marc Tarabella (S&D). – (FR) Señora Presidenta, la Señora Lulling, si bien yo podría estar muy orgulloso de que haya dado las gracias a los pocos hombres presentes en este debate, y siendo yo uno de los escasos miembros masculinos de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, podría no obstante sentirme molesto si usted fuese a meterme en el mismo saco que al señor Bloom. Me gustaría saber si puede usted distinguir entre el señor Bloom y yo, o si tengo que lamentar que nos asocie a ambos en la misma lucha, ya que claramente mantenemos posiciones radicalmente opuestas.
Astrid Lulling (PPE). – (FR) Señora Presidenta, señor Tarabella, ¡no he hecho ninguna mención del señor Bloom! Es usted quien le ha hecho un gran servicio al señor Bloom, ya que ha sido usted quien le ha formulado las preguntas y le ha dado la oportunidad de conseguir notoriedad. Agradezco que se hayan planteado estas preguntas, puesto que me permiten disponer del tiempo que necesito para hablar.
Con todo, debo decirle, señor Tarabella, que usted es un distinguido miembro de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género. Siempre puedo contar con ustedes para hacer llegar la voz de la razón, y lamento que ni usted ni yo hayamos sido escuchados en lo que concierne a algunos pasajes de estos informes.
Zita Gurmai (S&D). – Señora Presidenta, en el aniversario del Día Internacional de la Mujer, cuando estamos debatiendo el informe Plumb sobre la imagen de la pobreza femenina y el informe Nedelcheva sobre la desigualdad entre mujeres y hombres en la Unión Europea, y cuando las instituciones se centran en cuotas para mujeres en los consejos de administración, el Grupo de Mujeres del PES dedica su campaña de 2011 al tema de los sistemas de pensiones y la pobreza de las mujeres. Todas las sociedades europeas se enfrentan al problema de poblaciones que envejecen, y los sistemas de pensiones en toda Europa están experimentando reformas. Esta es la razón por la que la Unión Europea debe enviar una señal de que la vida de las mujeres comunes y corrientes es el centro de nuestra preocupación.
Sobre la cuestión fundamental de las pensiones, la Comisión Europea debería ser la principal responsable en la superación de las diferencias estructurales entre hombres y mujeres. Las mujeres no deberían encontrarse en desventaja por razones fuera de su competencia: las desigualdades retributivas, como mi colega ha mencionado, ocupándose de familiares y de un trabajo no aceptable. Nuestra primera tarea es concienciar a las mujeres. Tenemos que destacar que durante los debates en curso sobre las pensiones el factor femenino ha aparecido en muy raras ocasiones. Queremos que los responsables políticos sean conscientes de los efectos de ello y asegurarnos de que estén disponibles datos precisos sobre las mujeres y las pensiones.
La Comisión tiene que llevar a cabo estudios sobre el efecto de la cuestión de género en las reformas de las pensiones en Europa, y estoy segura de que Viviane Reding así lo hará. Tenemos que examinar las mejores prácticas a nivel nacional y analizar un enfoque europeo. Ya es realmente hora de pensar en lo que hemos logrado durante los últimos cien años. Necesitamos un futuro claro para nuestros hijos.
También es importante que nos acordemos de lo que Clara Zetkin hizo hace un siglo, ya que fue ella quien tuvo la idea de llenar el vacío de la brecha salarial entre mujeres y hombres. Será asimismo muy importante que hagamos cambios en el estilo de Ginger Rogers y Fred Astaire, recordando que Ginger Rogers tenía que hacerlo todo «hacia atrás y con tacones altos».
PRESIDE: Dagmar ROTH-BEHRENDT Vicepresidenta
Lena Kolarska-Bobińska (PPE). – (PL) Señora Presidenta, los informes sobre las desigualdades que afectan a mujeres y hombres en la Unión Europea contienen muchas sugerencias sobre lo que debería hacerse y qué medidas debería seguirse para reducir esas desigualdades. Me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a la Comisaria Reding por las medidas que está tomando a nivel europeo para reducir las diferencias entre mujeres y hombres. Sin embargo, la mayoría de esas medidas deberían adoptarse a nivel nacional o del Estado miembro. Aquí es donde encontramos a menudo una feroz oposición de los políticos, las instituciones y la opinión pública. Ese es el motivo por el que las organizaciones de mujeres con frecuencia apelan la Comisión solicitando ayuda. Con todo, las iniciativas de base son de vital importancia, como en el caso de Polonia, donde fue posible superar la oposición gracias a un movimiento social de mujeres conocido como el Congreso de las Mujeres. Se recogieron más de 100 000 firmas para una iniciativa social y legal y, como resultado de un amplio debate que movilizó a la opinión pública, el Parlamento polaco aprobó por un 35 % la paridad para las mujeres en todas las listas electorales, incluidas las de las elecciones europeas. Estoy muy orgullosa de que Polonia se haya unido a los países donde la paridad es un requisito legal y de que sea el primero de los nuevos Estados miembros en introducir este significativo cambio. Ahora vamos a realizar un seguimiento escrupuloso de la influencia que esto tiene en la participación política de las mujeres. Me gustaría dejar claro que debemos fijarnos de inmediato nuevas metas, y que esos objetivos deberían ser la igual retribución para los distintos grupos de mujeres y la paridad en otros órganos de toma de decisiones. Muchas gracias.
Silvia Costa (S&D). – (IT) Señora Presidenta, miembros de la Comisión, Señorías, gracias a las ponentes. Yo también dedico este 8 de marzo a las mujeres del norte de África y de Oriente Medio, como a las muchas mujeres que, en este momento, se manifiestan en El Cairo e Irán y luchan por la democracia y la libertad en sus países. En este sentido, espero que se tomen medidas firmes, también en las iniciativas exteriores de la Comisión Europea, para crear vínculos con esas mujeres.
Incluso en Europa hay un nuevo despertar de la participación femenina partiendo de las exigencias de respeto a la dignidad de la mujer en los medios de comunicación y en el comportamiento de los hombres en las instituciones, como afirmaron un millón de mujeres y muchos hombres comprometidos de Italia en las plazas urbanas el 13 de febrero pasado.
En cuanto a los informes sometidos a debate, querría señalar que hay una fuerte relación entre la creciente inseguridad en el trabajo y en las vidas de mujeres jóvenes, a pesar de que están mejor educadas y cualificadas, una inadecuada protección de las trabajadoras atípicas ―la mayoría de ellas mujeres jóvenes― durante la maternidad y la paternidad, una carencia de políticas actuales para lograr la conciliación y con menores tasas de empleo femenino, un mayor número de casos de pobreza entre las mujeres y los niños y un nivel más bajo de sus pensiones y, por tanto, una exclusión de los poderes de toma de decisiones.
Aunque estoy de acuerdo con la iniciativa de la señora Reding sobre los consejos de administración, estoy menos a favor de la iniciativa sobre los seguros, que conlleva el riesgo de penalizar sobre todo a las mujeres. Sin ello, no habrá Europa 2020.
Elisabeth Morin-Chartier (PPE). – (FR) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, en primer lugar quiero decir que, para mí, la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres no tiene nada que ver con la izquierda o la derecha; no es una lucha de hombres o mujeres, sino una lucha de la sociedad en su conjunto.
¿Qué tipo de sociedad contemporánea invertiría en la formación de chicas jóvenes, como hacemos nosotros, solo para privarse luego del 50 % de la inteligencia disponible en el lugar de trabajo? Ese no debe ser el tipo de sociedad en la que vivamos. Les insto a ustedes, a la Comisión, al Consejo y al Parlamento a movilizarse para que leguemos una sociedad más igualitaria y justa, una sociedad que haga más para aprovechar la formación de las jóvenes y su inteligencia.
El segundo punto, señora Comisaria, se refiere a la igualdad de acceso a puestos de responsabilidad. Como usted sabe, soy francesa y estaba en contra de las cuotas. Pero después de 10 años, me he dado cuenta de que sin las cuotas no lograremos nada. Sin cuotas, nunca habrá tantas mujeres como hombres
(Aplausos)
en puestos de responsabilidad. He oído que el Presidente del Parlamento apoyó esta opinión la semana pasada.
Creo que ahora tenemos realmente que ir por este camino. Ustedes saben que yo estaba en contra de las cuotas, ya que me parecía un poco degradante tener que proteger a las mujeres que deberían poder progresar basándose en su capacidad. Empero, tengo ahora la sensación de que necesitamos recurrir a ese método.
El tercer y último punto es nuestra necesidad de luchar por la igualdad salarial de hombres y mujeres. Gracias por sus aportaciones.
(Aplausos)
Antigoni Papadopoulou (S&D). – (EL) Señora Presidenta, hoy homenajeamos la lucha de las mujeres a lo largo del tiempo y los logros femeninos. Estamos recordando los persistentes déficits democráticos, exacerbados actualmente por la crisis económica: la pobreza, la trata, la violencia, el desempleo, la explotación sexual, la brecha salarial, la denigración en los medios de comunicación, la perpetuación de los estereotipos y la escasa representación en los centros de poder, todos ellos conceptos con identidad femenina, provocan un daño mayor a las madres solteras, mujeres de edad avanzada, las mujeres inmigrantes y las que padecen alguna discapacidad.
Necesitamos una acción coordinada a nivel europeo y nacional: políticas de empleo y protección social más eficaces para combatir la pobreza, más medidas para conciliar la vida familiar y laboral para ayudar a las mujeres que trabajan, y medidas proactivas y cuotas para conseguir una representación equilibrada en los centros de poder. Necesitamos una educación adecuada y mayor sensibilización para erradicar la violencia y los estereotipos. El camino es largo, pero tenemos que recorrerlo, ya que las mujeres merecen mejores oportunidades sin sufrir prejuicios.
Joanna Senyszyn (S&D). – (PL) Señora Presidenta, las mujeres padecen discriminación en todos los ámbitos de la vida; se las golpea y viola. La mitad de todas las mujeres europeas ha sufrido violencia, y más de un millón la vive a diario. Se sigue trabajando en la Directiva sobre violencia contra las mujeres, sin embargo y al mismo tiempo hay países en la Unión Europea, como Polonia, por desgracia, que se permiten usar una violencia legalmente sancionada en contra de las mujeres en el terreno de la salud sexual y reproductiva.
La carencia de una educación sexual apropiada y el fácil acceso a los anticonceptivos supone que las mujeres que quedan embarazadas, incluyendo aquellas que son menores de edad, se ven obligadas por ley a parir. Se trata a la mujer embarazada como una incubadora, privada del derecho a decidir por sí misma y del derecho a la salud y la intimidad inherentes a todo ser humano. La prohibición del aborto no reduce el número de interrupciones practicadas. Es necesario condenar la legislación antiabortiva, toda vez que es una forma de violencia estatal contra las mujeres y una discriminación institucional contra ellas. Si fuesen los hombres quienes quedasen embarazados, el aborto sería un sacramento.
Iratxe García Pérez (S&D). – (ES) Señora Presidenta, quisiera hoy manifestar mi reconocimiento y agradecimiento a todas las mujeres —muchas de ellas reconocidas y en los libros, pero muchas otras invisibles— que, a lo largo de estos cien años, han trabajado y han luchado para conseguir las cotas de igualdad que hoy existen.
Pero todavía queda mucho por hacer y en estos informes trasladamos cuestiones como la conciliación de la vida familiar y laboral, las dificultades de acceso al mercado laboral o la lucha contra la violencia de género, que es una de las mayores lacras sociales que existen en Europa y en todo el mundo. La igualdad entre hombres y mujeres todavía no es una realidad; por lo tanto, debemos ya iniciar una nueva etapa, pasar de los compromisos a las realidades.
Desde las Instituciones europeas y desde el resto de la sociedad europea, tenemos que avanzar para lograr que la igualdad efectiva entre hombres y mujeres sea la oportunidad de conseguir una sociedad más justa y más igualitaria y, en ese camino, los hombres son imprescindibles. Queda mucho por hacer, en esa tarea nos veremos juntos.
Joanna Katarzyna Skrzydlewska (PPE). – (PL) Señora Presidenta, el día de hoy es una oportunidad para recordarnos a nosotros mismos el derecho de las personas a la igualdad de trato, con independencia de su sexo. A pesar de las muchas medidas adoptadas para garantizar la igualdad de derechos, la cuestión de la diferencia salarial entre hombres y mujeres sigue sin resolverse. Las mujeres continúan estando en una situación más difícil; a menudo, los empleadores evalúan su idoneidad para un empleo no en función de su cualificación, sino sobre la base de si van a tener hijos o no, o, si ya los tienen, de quién va a cuidar de ellos cuando estén enfermos. Nadie plantea a los hombres o padres cuestiones de este tipo cuando se busca su contratación. Por consiguiente, me gustaría resaltar la necesidad de cambios en el sistema y de adoptar medidas que modifiquen la percepción de la sociedad sobre este problema, y que garanticen que las mujeres se liberen de la creencia interna de que solo ellas son responsables de la crianza de los hijos, permitiendo así la erradicación de estas desigualdades. Conociendo el carisma y la determinación de la Comisaria Reding, creo que todo ello podrá, sin duda, alcanzarse. Gracias.
Mitro Repo (S&D). – (FI) Señora Presidenta, en este Día Internacional de la Mujer merece la pena examinar cuál es la aplicación real de la igualdad en Europa. Compartimos una nueva preocupación, y es la feminización de la pobreza. Aunque las mujeres trabajan más que los hombres, los hombres tienen mejores niveles retributivos y reciben, por tanto, pensiones de mayor cuantía. Pero es injusto que los hombres sean cada vez más ricos y las mujeres más pobres. Eso es algo muy cierto para las mujeres mayores en particular, y por esa razón se las debería ayudar de todas las formas posibles.
El envejecimiento y la vejez, especialmente con respecto a las mujeres, no deberían ser una carga. No debería considerarse como una obligación, sino como algo que enriquece a la sociedad y a Europa y que es un recurso. El futuro del mundo y de Europa va a depender básicamente de las mujeres y de las madres en particular. Obviamente es bueno que los hijos y los maridos de las madres, el señor Bloom y yo mismo, tengan algo útil que hacer aparte de ir a la guerra. Mis felicitaciones.
(Aplausos)
Ivo Vajgl (ALDE). – (SL) Señora Presidenta, la Filarmónica de Viena, probablemente la mejor orquesta de música clásica del mundo, solo permitió hace unos años que las mujeres que se uniesen e interpretasen en ella. Imagínense qué aspecto tendría y cómo sonaría nuestra orquesta aquí, este Parlamento, si no contásemos con nuestros miembros femeninos, las mujeres, amenizándolo con su carácter y su profesional debate.
Es obvio que un día como hoy, un día para recordarnos la desigualdad que sufren las mujeres, es más que necesario. El día de paga, en el día en que los roles se asignan en el trabajo y todos los días cuando se trata de cuidar a los niños y a la familia, las mujeres sufren desigualdad. Nuestra responsabilidad en el Parlamento Europeo y la responsabilidad de nuestros colegas en los parlamentos nacionales es legislar adecuadamente a fin de conseguir la igualdad. Sin embargo, creo que también fomentaremos esa igualdad mostrando cuidado y atención a la mujer a diario.
Anna Záborská (PPE). – (SK) Señora Presidenta, es importante que hoy estemos hablando de la pobreza femenina. Al mismo tiempo, es una lástima que, en la búsqueda de una solución, nos mantengamos constreñidos por un modo de pensamiento unilateral.
La solución de la pobreza femenina conlleva más que la intervención por la fuerza en el entorno familiar. La investigación más reciente de la OCDE muestra que la intervención solo tiene un éxito limitado. Las mujeres dedican más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y cuidado de los hijos. Esto se confirma incluso cuando el hombre disfruta del permiso parental. Ellos no actúan así por obligación, sino porque quieren. Prefieren optar por el empleo a tiempo parcial.
De acuerdo con cifras de la OCDE, entre 30 y el 50 % de toda la actividad económica femenina no aparece en los parámetros actuales para medir la riqueza, como el PIB per cápita, por ejemplo. La solución de la pobreza femenina también implica, por consiguiente, el reconocimiento del trabajo desempeñado por las mujeres en el marco de la solidaridad intergeneracional. Al reconocer ese trabajo, estaremos dando un paso fundamental hacia la solución de la pobreza.
Sylvana Rapti (S&D). – (EL) Señora Presidenta, yo tengo algo diferente que decir: hoy no es un día de celebración, en lo que a mí respecta, es un día para el recuerdo de las mujeres que murieron en el levantamiento en los Estados Unidos no hace 100, sino 157 años. Es algo que tampoco deberíamos olvidar. Si queremos avanzar, necesitamos tres cosas fundamentales:
- la primera es apoyar las estructuras para las mujeres trabajadoras: parvularios y guarderías;
- la segunda, Comisario Andor, es apoyo financiero para las mujeres, y
- la tercera es cambiar las actitudes en las escuelas, y aquí, Comisaria Reding, propongo que haya cuotas, no solo en los consejos directivos de las escuelas, lo que sería como tratar de reparar la casa por el tejado, sino también para los parvularios y los maestros de escuela, de tal modo que podamos vivir la igualdad de los sexos.
Para concluir, le pido señora Presidenta que, en su condición de tal, eluda las reglas y conceda la palabra a las restantes diez portavoces femeninas para esta especial ceremonia del Día de la Mujer.
Ulrike Lunacek (Verts/ALE). – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, Señorías, aquí en la Cámara y en las galerías, la campaña por los derechos de la mujer en el lugar de trabajo, en la familia, en la democracia, por la independencia económica de la mujer y contra la violencia machista, la pobreza femenina y la discriminación contra madres solteras, las lesbianas y las mujeres inmigrantes, es una campaña que ya dura demasiado. Hoy estamos celebrando el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer. Por suerte, también en el futuro podremos celebrar lo que se ha conseguido, sin perder de vista el trabajo que queda por hacer.
La señora Morin-Chartier ya ha dicho que no habría puesto mucha fe en las cuotas hace diez años, pero que ha cambiado de parecer: las cuotas son esenciales. Gracias por ello. Las cuotas son, en realidad, algo que las mujeres necesitan si quieren llegar a alguna parte. Tenemos cuotas masculinas en todos los consejos de administración, en todos los gremios, en la política y en los negocios. Las redes masculinas operar sin ninguna dificultad. Y los hombres no se encuentran necesariamente en posiciones de influencia por su rendimiento, algunos sí, pero en ningún caso puede afirmarse eso de todos, sino que lo están simplemente por pertenecer a esas redes masculinas. Ese es el motivo por el que necesitamos las cuotas y la igualdad salarial.
Nikolaos Salavrakos (EFD). – (EL) Señora Presidenta, creo que hoy es un día muy importante; estamos celebrando el Día de la Mujer, el día de las mujeres que amamos, de las mujeres que respetamos, de las mujeres que son nuestras madres, esposas, hermanas e hijas, de las mujeres trabajadoras y amas de casa. Deseo expresar mi agradecimiento a todo el sexo femenino y poner de relieve que, personalmente, respaldo la lucha de las mujeres por la igualdad en la sociedad y en el trabajo, por la igualdad de remuneración y las cuotas en los centros de poder, y deploro toda forma de violencia contra y de explotación de las mujeres.
No diré nada más, ya se ha dicho todo. Muchas gracias, señoras, gracias a todas ustedes, a las presentes y ausentes de esta reunión.
Licia Ronzulli (PPE). – (IT) Señora Presidenta, Señorías, me gustaría hacer hoy una especial dedicación a todas las mujeres que luchan cada día por el respeto de sus derechos en la sociedad moderna, a todas aquellas que deciden tener un niño sabiendo que ello les ocasionará dificultades para conciliar su vida laboral con su nuevo papel como madres, a todas las que, sabedoras de su talento y sus habilidades, deciden seguir adelante su propio camino a pesar de los muchos obstáculos.
Precisamente por esta razón, apoyo la introducción, al menos al principio, de cuotas obligatorias para las mujeres como una forma de romper una cultura que solo favorece a los hombres. Estoy convencida de que eso ofrecería la oportunidad que muchas mujeres jóvenes llevan esperando y que, armadas con su competencia profesional y educación, con seguridad no permitirían que se les escapase.
Tengo un bebé que solo tiene unos pocos meses de edad y tengo un sueño: espero que mi hija, Vittoria, no tenga que luchar como lo hacemos nosotras para romper esos techos de cristal, y que el talento femenino ya no tenga que verse nunca más como una obligación, sino más bien como un auténtico valor añadido.
Andrew Henry William Brons (NI). – Señora Presidenta, fueron los trotskistas quienes transformaron la lucha de clases marxista en una guerra grupal de múltiples reivindicaciones. Había que segmentar la sociedad en grupos, que podían o no haber sabido que tenían una reivindicación hasta que se lo explicaron unos serviciales jóvenes militantes. Los grupos podían definirse por su origen étnico, religión, sexo, orientación sexual, edad o discapacidad. A todos ellos había que apremiarles a participar en la acción colectiva en contra de sus opresores.
Los trotskistas envejecieron, si es que no crecieron. En algunos casos, accedieron a puestos de poder e influencia. Sus ideas se extendieron mucho más rápido y más lejos que ellos mismos. La palabra «discriminación», cuando iba seguida por la palabra «contra» se convirtió en el mal supremo. En muchos casos, no hay autor identificable. El discriminador es el resto de la sociedad. Todos nosotros somos culpables. La gente, cualquiera que sea su desventaja real, debe darse cuenta de que está siendo manipulada y debe librarse de esa manipulación.
Karin Kadenbach (S&D). – (DE) Señora Presidenta, señora Comisaria, señor Comisario, el centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer debería ser también una ocasión para reflexionar y hacer un balance. Hoy me gustaría expresar mi agradecimiento a las mujeres pioneras que abrieron el camino para nosotras, haciendo posible que muchas mujeres desempeñen ahora un papel en la vida política y empresarial.
Sin embargo, este día debe ser también una advertencia para no poner en riesgo lo que ya se ha logrado hasta ahora. Hay muchos aspectos de los programas de los distintos Estados miembros, que ahora van llevarse a la práctica bajo el paraguas de la consolidación presupuestaria, que van específicamente contra las mujeres, contra las oportunidades educativas de las mujeres, contra sus oportunidades de ganar un salario justo que garantice su subsistencia, contra sus oportunidades de participar en el desarrollo político. Insto en particular a los hombres —y puedo ver que hay varios de ellos entre nosotros— a trabajar con nosotras en espíritu de camaradería para asegurar que podamos alcanzar nuestros ambiciosos objetivos, de tal forma que el Día Internacional de la Mujer sea de verdad un día para celebrar en el futuro.
Viviane Reding, Vicepresidenta de la Comisión. – (FR) Señora Presidenta, muchas gracias Señorías, gracias porque he recibido un mensaje contundente y diáfano. Lo puedo resumir en una frase: la mayoría de ustedes ya no aceptan la cuota del 90 % de hombres que dirigen nuestras empresas y estiman que eso debe cambiar.
(Aplausos)
Trabajemos juntos para conseguir ese cambio.
Cuando analizo lo que se ha dicho, después de haber escuchado a su ponente y todas las intervenciones, creo que estamos de acuerdo en que las mujeres lo hacen razonablemente bien en la política. Todavía hay un largo trecho por recorrer, pero estamos en el camino correcto.
Por desgracia, no lo hacemos razonablemente bien en la economía. Estamos ausentes en la toma de decisiones y he captado su mensaje de que eso tenemos que cambiarlo. Estamos presentes en trabajos de bajos ingresos, cuando el 60 % de los licenciados universitarios son mujeres. Pero se pierden en el camino hacia donde las necesitamos en tiempos de crisis para mejorar las cosas desde el punto de vista económico.
No tenemos elección. ¿Cómo vamos a alcanzar una empleabilidad del 75 %, si no es usando el potencial desaprovechado de estas mujeres bien formadas? Realmente tenemos que cambiar la forma en la que abordamos la cuestión del empleo dando a las mujeres una oportunidad y aportando el talento que hemos desarrollado y educado, y que está disponible para el empleo.
He tomado nota de las intervenciones sobre las víctimas. Es cierto que no todas las víctimas son mujeres o niños. También pueden ser los hombres, pero las víctimas son básicamente mujeres, incluidas las niñas. Ese es el motivo por el que se tendrá este hecho en cuenta en el paquete de medidas sobre las víctimas, que presentaré en mayo.
Poco después de eso, vamos a celebrar los cien años del Día Internacional de la Mujer. No deberíamos olvidar que también celebraremos los cien años desde que Marie Curie ganó el Premio Nobel. Me gustaría decirles a todas las mujeres presentes en esta sala que debemos estar orgullosas de ser mujeres.
(Aplausos)
László Andor, Miembro de la Comisión. – Señora Presidenta, creo que cien años de lucha y progreso merecen respeto, pero también tenemos que reconocer que la Europa contemporánea está todavía lejos de la plena igualdad entre hombres y mujeres. Muchas de estas desigualdades se reproducen a través de los desequilibrios en el mercado laboral y en los prejuicios contra las mujeres en muchos sectores y muchas instituciones de ese mercado.
Por ello estimo que las políticas europeas y los instrumentos financieros europeos tendrán utilizarse para mejorar la situación en este ámbito y para mejorar las oportunidades y las condiciones de empleo de las mujeres, con el fin de obtener avances. Hay muchas iniciativas concretas posibles. Por ejemplo, en cuanto a los fondos europeos, siempre que sea posible y razonable, la condicionalidad en la igualdad de oportunidades, sería muy importante, y es un objetivo que queremos perseguir.
Con todo, la creación de empleo directo es asimismo relevante. Uno de las direcciones clave en la creación de puestos de trabajo en la próxima década será la de los llamados «empleos blancos», aquellos puestos de trabajo en la asistencia sanitaria y los cuidados de larga duración. En este caso, tenemos que centrarnos en la creación de oportunidades, ya que gran parte de este trabajo corre, en todo caso, a cargo de mujeres, pero sin una remuneración adecuada y sin la oportunidad de acumular derechos, incluidos los derechos de pensión para su vejez.
Sobre la cuestión de las pensiones, en el Libro Blanco sobre Pensiones, que se publicará en el tercer trimestre de este año, vamos a prestar más atención a la dimensión de género. Hay un grupo de Comisarios que están trabajando en este Libro Blanco, y con la señora Vicepresidenta Reding participando y aportando lograremos abordar la dimensión de género en las pensiones con mayor energía que en el Libro Verde anterior.
Estoy de acuerdo con la señora Zimmer. Se trata también de una cuestión de regulación del tiempo de trabajo. Eso es absolutamente fundamental. Necesitamos una regulación de la jornada laboral en la UE, que permita una mejor conciliación de las necesidades laborales y las responsabilidades familiares. Un mejor equilibrio entre trabajo y vida es del todo primordial. Eso forma parte de nuestro adecuado programa de trabajo. Estoy de acuerdo con quienes han resaltado que esta no solo es una cuestión aplicable dentro de la UE: se trata de una responsabilidad internacional que tenemos que reivindicar.
Para destacar una relación más, la existente entre el mercado laboral y la educación, tenemos que profundizar con el fin de mejorar la calidad de la educación, para sensibilizar, enseñar acerca de los derechos, incluyendo en particular los de las mujeres y, esto es muy importante, los de la minorías europeas, ya sean inmigrantes o minorías étnicas.
Para concluir, en relación con la cuestión de las cuotas en los consejos de administración, tuve la semana pasada la oportunidad de discutir este asunto con el nuevo jefe de la Confederación de la Industria Británica, y estoy seguro de que el señor Bloom estará interesado en escucharlo. Hay muchos aspectos relativos a esta pregunta. Aparte de abordar los estereotipos y los aspectos organizativos y culturales, nuestro análisis también puso de relieve la necesidad de organizar la vida familiar de forma diferente, debido a las exigencias de tiempo de los empleos de alta cualificación. Por ello tenemos que actuar en muchos frentes. No debemos extender esta discusión solo a la vida laboral y la vida pública. Yo creo que si continuamos la discusión y los esfuerzos de la Comisión, con la debida responsabilidad, podremos seguir avanzando en el futuro.
Mariya Nedelcheva, ponente. – (FR) Señora Presidenta, señora Reding, señor Comisario, quiero agradecer a todos mis colegas sus contribuciones y sus intervenciones.
El debate de hoy demuestra una vez más cuánto nos importa la cuestión de la igualdad de género. Todos compartimos unos valores y unos principios comunes: los relativos a respetar la dignidad humana, a la lucha contra la desigualdad y la discriminación.
Respeto enormemente las connotaciones personales y, a menudo, nacionales que cada uno de nosotros aporta a estos valores y principios. En ello radica la riqueza de la visión europea sobre estas cuestiones. No obstante, estas distintas connotaciones no deben hacernos perder de vista nuestros objetivos comunes. Tenemos que seguir trabajando para mejorar las condiciones de las mujeres tanto en el ámbito laboral como en la esfera personal y familiar. Debe favorecerse en mayor medida su acceso al mercado de trabajo, en especial a puestos de responsabilidad, así como responsabilizar en mayor medida a las autoridades nacionales, las instituciones, los organismos políticos y las empresas. Nos corresponde a todos nosotros demostrar que estos objetivos son alcanzables. A lo largo del día de hoy se ha insistido dicho muchas veces en que la lucha contra las diferencias de género es una batalla diaria. Es necesario respaldar una voluntad política sólida con una serie de medidas concretas. Acojo con satisfacción todas las medidas expuestas por la Comisión y también expreso mi agradecimiento por adelantado a todos mis colegas por el apoyo que prestaremos a esas medidas de manera conjunta.
Una cuestión más: durante los debates he recibido críticas por la longitud del texto, que, al parecer, cada año es más extenso. Obviamente, ello se debe a que las recomendaciones anteriores no se han aplicado en su totalidad. Debemos asegurarnos de su aplicación por parte de todos. También creo que ello se debe a la complejidad de la cuestión y a sus cambios dinámicos. Insisto en que depende de nosotros mantenernos al día de estos cambios, de manera que evitemos vernos atrapados en ideas anticuadas y estemos en condiciones de dirigir dichos cambios.
Por último, creo que la igualdad de género sigue siendo una cuestión de la que todos debemos ocuparnos. Por encima de todo, creo en la voluntad libre de cada uno de nosotros para reconocerlo y trabajar para que se convierta en una realidad. 2011 es el Año Europeo del Voluntariado y nuestra mayor iniciativa conjunta de este año debe ser la consecución de avances reales en relación con la igualdad de género.
Rovana Plumb, ponente. – Señora Presidenta, quiero expresar mi agradecimiento a la Comisaria Reding y al Comisario Andor por su firme compromiso en estos importantes temas. También quiero dar las gracias a todos mis colegas por sus mensajes contundentes durante este debate de gran importancia de hoy.
En primer lugar, quiero señalar que la igualdad de género no es únicamente una cuestión de justicia social sino que también tiene que ver con el progreso y tenemos que construir juntos una sociedad más justa para todos nosotros. Por otra parte, quiero expresar mi apoyo firme a las cuotas. Sí: necesitamos mujeres en los puestos más importantes, pero no nos olvidemos de la pobreza. Tenemos que hacer frente a la pobreza y prevenirla y reducirla, y necesitamos medidas concretas. La prevención y la reducción de la pobreza es un componente importante de la solidaridad social y creo firmemente en la solidaridad de las mujeres. Necesitamos apoyo para todos los ciudadanos; necesitamos apoyo de toda la sociedad y quiero expresar mi agradecimiento a las organizaciones no gubernamentales, a los interlocutores sociales y a todas las mujeres y hombres de la sociedad que luchan año tras año, día a día, para lograr la igualdad de género.
Debemos hacer realidad esta igualdad de género. Juntos, hoy podemos acelerar nuestro recorrido hacia esa meta: hagámoslo realidad. Y, una vez más, expreso mi deseo de días de felicidad para todas las mujeres.
Presidenta. – Se cierra el debate conjunto.
La votación sobre los dos informes tendrá lugar hoy, 8 de marzo, al mediodía.
A ello le seguirán las celebraciones para conmemorar el centenario del Día Internacional de la Mujer. Tras la ceremonia, se solicita la presencia de todas las mujeres de la Cámara, del Parlamento, la Comisión y el Consejo, para realizar una fotografía conjunta. Espero que este anuncio llegue hasta todas y todos los que están ahora en sus oficinas y asistan directamente a la sesión plenaria.
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Luís Paulo Alves (S&D), por escrito. – (PT) A raíz de la celebración del centenario del Día Internacional de la Mujer, no está de más destacar el papel que desempeñan las mujeres en el desarrollo de la familia, la sociedad y la economía, aunque a menudo esté infravalorado e insuficientemente retribuido, lo que aumenta el riesgo de pobreza.
Uno de los problemas principales radica en el acceso limitado al trabajo, en las condiciones de trabajo o incluso en el acceso a funciones acordes con su cualificación. Además, la crisis económica actual a la que se enfrentan los Estados miembros europeos viene a agravar la situación de las mujeres en lo que respecta al empleo, como consecuencia de su mayor vulnerabilidad en relación con el trabajo precario. La promoción de la igualdad también implica luchar contra la violencia sufrida por las mujeres, ya sea física, psicológica o sexual, que debe combatirse y condenarse. En este sentido, es necesaria la adopción de programas específicos para promover la inclusión activa o la reintegración de las mujeres al mercado laboral, además de la creación de oportunidades específicas para el aprendizaje permanente para proporcionarles competencias y cualificaciones, así como el refuerzo de su confianza y el desarrollo de las capacidades necesarias a la luz de la Estrategia Europa 2020.
Elena Oana Antonescu (PPE), por escrito. – (RO) En el día en que celebramos el Día Internacional de la Mujer, expreso mi apoyo a los principios establecidos en el informe sobre la «Igualdad entre hombres y mujeres – 2010». No obstante, creo que durante el próximo período debemos pasar de los principios de justicia a la adopción de medidas concretas para reducir las desigualdades de género actuales. Rumanía, el país del que procedo, aparece en una posición intermedia en la clasificación del Índice Global de Disparidad entre Géneros 2010 (en el lugar 64, para ser precisos), en términos de discriminación entre mujeres y hombres. En general, la educación de las mujeres rumanas es mejor que la de los hombres, con un aumento constante en la proporción de mujeres en el número total de graduados. La situación actual es que el 60 % de los graduados son mujeres y únicamente el 40 % son hombres. No obstante, los ingresos percibidos por las mujeres continúan siendo más bajos que los de los hombres. Los riesgos de género que condicionan las oportunidades de las mujeres en el mercado laboral siguen siendo muy determinantes. Estos riesgos varían desde el mayor riesgo de pobreza a la imposibilidad de acceder a puestos clave. Desde la esperanza de que el mercado laboral trate a las mujeres de manera más justa, me gustaría que también nosotros contribuyéramos a cambiar esta situación. Este informe es un paso importante en ese sentido.
Zuzana Brzobohatá (S&D), por escrito. – (CS) La cuestión de la igualdad de género merece una atención adecuada, especialmente en un momento en que celebramos el centenario del Día Internacional de la Mujer. Personalmente, considero que muchas de las cuestiones del informe presentado tienen una importancia excepcional. Uno de los temas que quiero destacar es la brecha de las pensiones de hombres y mujeres. La brecha se debe al hecho de que las mujeres trabajadoras interrumpen su vida profesional con mayor frecuencia que los hombres, a fin de cuidar de los niños o de sus familiares enfermos o mayores, y, debido a sus compromisos familiares, están más dispuestas que los hombres a aceptar puestos de trabajo a tiempo parcial o condiciones de trabajo no indefinidas. Ese es el factor que lleva a la brecha de las pensiones. Considero no menos importante el llamamiento a prestar una atención especial a los grupos de mujeres vulnerables, como las mujeres con discapacidad o de edad avanzada, inmigrantes, lesbianas, bisexuales, transexuales y pertenecientes a minorías, así como las mujeres con escasa o ninguna formación que son responsables de personas dependientes a su cargo. Por último, pero no menos importante, considero que es importante asegurar el acceso a los servicios de apoyo orientados a prevenir la violencia de género y a proteger a las mujeres contra este tipo de violencia independientemente de su estatuto jurídico, raza, edad, orientación sexual, origen étnico o religión, algo que el informe también solicita a la Comisión y a los Estados miembros.
Maria Da Graça Carvalho (PPE), por escrito. – (PT) La igualdad de género es un principio fundamental de nuestro tiempo, pero las desigualdades entre hombres y mujeres todavía persisten. El porcentaje de mujeres entre los científicos y los ingenieros ha aumentado de manera significativa. En la UE, las mujeres constituyen el 59 % de los graduados y el 41 % de los que se doctoran. Sin embargo, hay cifras paradójicas dignas de consideración.
Si nos referimos a los puestos de liderazgo, las mujeres están escasamente representadas en el mundo de la ciencia. En la UE, únicamente el 19 % de los catedráticos universitarios son mujeres. Estos datos nos llevan a pensar que existen dificultades en el acceso de las mujeres a los puestos académicos superiores. Es esencial encontrar soluciones que hagan compatible una carrera científica de éxito con una vida familiar estable. Me refiero, por ejemplo, al uso de las nuevas tecnologías, que permitan a las mujeres científicas realizar su trabajo desde su casa. Solo de esta manera conseguiremos superar el desequilibrio entre hombres y mujeres en la ciencia y la investigación, que sigue siendo un obstáculo para el objetivo europeo de aumentar la competitividad y maximizar el potencial de innovación.
Monika Flašíková Beňová (S&D), por escrito. – (SK) La crisis económica y social actual está teniendo un efecto muy negativo sobre las condiciones de vida de hombres y mujeres en la UE. La crisis amenaza seriamente a la parte femenina de la población, especialmente en lo relativo a la igualdad de género, las condiciones de trabajo y el acceso al empleo. En el ámbito de las condiciones de trabajo o de los niveles de ingresos, las mujeres se han visto seriamente afectadas y si no se toman medidas adecuadas de inmediato se corre el riesgo de que la situación se deteriore aún más.
También es importante tener en cuenta la situación de las mujeres en el marco de la lucha contra la pobreza. A escala mundial, en comparación con la población masculina, hasta un 17 % de las mujeres viven en condiciones de pobreza, de acuerdo con las estadísticas. La contribución de las mujeres al desarrollo de la familia y la sociedad también está subestimada. Las desigualdades entre hombres y mujeres, especialmente en relación con el acceso a la educación o el reparto de las responsabilidades familiares, son factores que agravan la pobreza femenina. También se derivan consecuencias graves de la brecha salarial entre hombres y mujeres, o del denominado techo de cristal, que impide a las mujeres alcanzar puestos de dirección o de liderazgo.
La promoción de la igualdad de género es una forma de combatir la violencia contra las mujeres. Es absolutamente imprescindible combatir las diversas formas de violencia, independientemente de la gravedad de la violencia física, mental o sexual. Asimismo, en relación con este factor, es deseable que los Gobiernos de los Estados miembros de la UE y las instituciones europeas apoyen los mecanismos encaminados a lograr la igualdad de género en los diversos aspectos de la vida social, económica y política.
Ville Itälä (PPE), por escrito. – (FI) Sin duda, resulta conveniente debatir sobre la igualdad de género en el Día Internacional de la Mujer, pero no es suficiente. La importancia de esta cuestión también debe ponerse de manifiesto todos los demás días en que tomamos decisiones. Por otra parte, un ingrediente esencial de la igualdad es el derecho inviolable de toda persona a su propio cuerpo. Por tanto, ello se extiende al derecho a la contracepción, al aborto y a una salud sexual adecuada. Todas estas cuestiones han estado presentes, y sin duda seguirán estándolo, en las votaciones del Parlamento. Lamentablemente, con demasiada frecuencia, las controversias siguen reflejando unas actitudes que mantienen la subordinación de las mujeres.
Filip Kaczmarek (PPE), por escrito. – (PL) La igualdad es uno de los valores fundamentales de Europa y es un valor claramente positivo. El único problema es que la igualdad se interpreta de muchas maneras distintas, algunas de las cuales son interpretaciones extremas que no tienen en cuenta las diferencias reales que existen entre las personas. Las diversas interpretaciones posibles se han traducido en el surgimiento de una serie de ideologías asociadas con la igualdad y directamente relacionadas con este término. En el pasado, se han dado casos de crímenes, incluido incluso el genocidio, en nombre de la igualdad, entendida en un sentido específico y doctrinal. Cuando se trata de la igualdad entre mujeres y hombres el riesgo de dogmatismo es menor, pero también hay posturas demasiado radicales. La igualdad de hombres y mujeres no puede limitarse a declaraciones políticas y normas legales. La aplicación de las normas basadas en el principio de igualdad es muy importante y, para que ello sea posible, es necesario que cambie la mentalidad. Debemos alentar y apoyar las medidas educativas e informativas y promover las buenas prácticas. Debemos asegurarnos de que la conciencia de la igualdad sea la norma y no la excepción. La verdadera igualdad debe radicar en las personas, en sus actitudes y en su comportamiento cotidiano y espontáneo. Además, la igualdad no es un valor aislado. No debemos aceptar ninguna afirmación de la igualdad expresada de manera que excluya a otros valores fundamentales, como la libertad, la dignidad y la justicia.
Jan Kozłowski (PPE), por escrito. – (PL) Quiero comenzar felicitando a las ponentes por sus informes, que plantean la importante cuestión de la igualdad de derechos. Como pone de manifiesto uno de los informes, más de 20 millones de europeos, la mayoría mujeres, tienen un acceso limitado al mercado de trabajo, porque están a cargo de adultos dependientes. También sabemos de la dificultad de los desafíos a los que deben hacer frente los padres que desean combinar la crianza de los hijos con una carrera profesional. Creo que la adopción de medidas concretas para conciliar la vida profesional y familiar es una cuestión de la máxima importancia para el desarrollo social y económico de Europa. Tenemos que tomar medidas para promover la creación de sistemas locales de apoyo para las familias con niños y adultos dependientes, así como revisar la legislación y hacer un mayor uso de las nuevas tecnologías para eliminar los obstáculos a las modalidades de trabajo flexibles. Creo que la Unión Europea debe hacer todo lo posible para garantizar que se desbloquee plenamente el enorme potencial de su población femenina, tan capaz como bien formada.
Petru Constantin Luhan (PPE), por escrito. – (RO) Quiero expresar mi satisfacción por las numerosas cuestiones planteadas en este informe, que nos ha permitido, independientemente de nuestra comisión de trabajo, encontrar una serie de interrelaciones que debemos alcanzar para poder realizar una mayor contribución al logro de los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Como se ha visto, se está reclamando la adopción de medidas a escala nacional y europea para fomentar el espíritu empresarial de las mujeres mediante la creación de estructuras de formación y de asesoramiento profesional y jurídico y facilitando el acceso a la financiación pública y privada. Acojo con especial satisfacción la necesidad de desarrollar el espíritu empresarial a escala local y regional como principal fuente de creación de empleo y desarrollo económico. El potencial de las mujeres para la creación de empresas se utiliza en muy escasa medida. Por ello, creo que tanto el Fondo Social Europeo como el Fondo Europeo de Desarrollo Regional deben impulsar medidas que permitan desarrollar el espíritu empresarial entre las mujeres. Sin duda, pueden existir diferencias culturales, materiales o económicas que lo impidan. No obstante, son factores que debemos tener presentes y en relación con los cuales debemos crear el marco necesario para superarlos.
Jiří Maštálka (GUE/NGL), por escrito. – (CS) Cien años después de las primeras manifestaciones públicas de las mujeres en la lucha por sus derechos, todavía no hemos logrado los resultados deseados. Por el contrario, la crisis actual hace retroceder unos metros a la rueda de la historia a la hora de establecer la igualdad entre mujeres y hombres. Las mujeres de todo el mundo vuelven a salir a las calles, al igual que hace cien años. Ellas encabezan las manifestaciones de Grecia, España, la República Checa y Bélgica, y también de los países del norte de África. Hasta hace poco, la UE ha hecho alarde de la mejora de la situación de las mujeres en el mercado laboral y de asegurar la educación, unas condiciones de vida dignas, el acceso de las mujeres a la atención sanitaria o una mayor representación en los órganos constitucionales, pero la crisis, cada vez mayor, parece haber dejado estas cuestiones al margen del interés de la UE. Las medidas anticrisis se dirigen principalmente a la población masculina. Las necesidades de las mujeres se perciben como cuestiones de segundo nivel. Los últimos cien años han mostrado lo que las mujeres han aportado al mundo y al progreso y cómo muchas de ellas dieron sus vidas en la lucha por la paz, así como también cuántas nuevas vidas han traído al mundo. No es una cuestión menor. Sin embargo, el mundo está aún en deuda con las mujeres. No es una cuestión de hacerles un favor, sino de declarar claramente su condición de igualdad en la sociedad. Después de todo, estas mujeres no luchan por sí mismas, sino por un mundo mejor y más humano.
Véronique Mathieu (PPE), por escrito. – (FR) En primer lugar quiero expresar mis elogios al firme compromiso y a la enorme tarea que ha realizado mi colega, la señora Nedelcheva, ponente en este asunto. La lucha por la igualdad de género es una batalla diaria en todos nuestros Estados. Mi generación fue una de las primeras en ver acceder a las mujeres a puestos destacados de responsabilidad, en particular, a cargos electos. Por tanto, me satisface contemplar que actualmente las mujeres están presentes en muchos campos que, no mucho tiempo atrás, todavía les estaban vedados. Sin embargo, todavía prevalecen las desigualdades y aún hay muchas batallas pendientes, entre las que destaca una brecha salarial persistente y el lugar de las mujeres en la dirección de las grandes empresas. Por último, quiero hacer hincapié en la importancia de garantizar a todas las mujeres el acceso a unos servicios de salud reproductiva de calidad. Desde los inicios de mi carrera política, he venido defendiendo el acceso de las mujeres al aborto en un ambiente médico seguro. También deben poder acceder a los anticonceptivos con facilidad. Por tanto, defiendo que los anticonceptivos deban ser gratuitos, en especial para los menores de edad.
Franz Obermayr (NI), por escrito. – (DE) Intentar vender las cuotas para las mujeres como un hito no es más que populismo. Lo que las mujeres necesitan realmente es una auténtica libertad de elección en la vida: deben tener la certeza de que ninguna de sus decisiones se valorará en menor medida. Un paso importante en esta dirección sería la introducción de la partición de la renta familiar en todos los Estados miembros, a fin de que la creación de una familia no se convierta en una trampa de pobreza. El apoyo a las cuotas de mujeres en los consejos supervisores proviene únicamente de mujeres que ya generan unos ingresos elevados, si es que existe algún apoyo. Desde que Noruega introdujo la obligatoriedad de las cuotas de mujeres en los consejos de administración de las sociedades cotizadas, estos puestos recaen en manos de en un número reducido de mujeres, que forman parte de distintos consejos de administración. A menudo, en el mundo empresarial, estas mujeres reciben la denominación peyorativa de «faldas de oro», algo que no es precisamente favorable para el ambiente de trabajo. Tenemos que comenzar por los ámbitos en los que las mujeres sufren una situación real de desventaja: tenemos que atender a la situación de las cuidadoras no remuneradas, al empleo a tiempo parcial y a la difícil situación de las muchas mujeres que trabajan duro para hacer frente a las exigencias de la vida familiar y profesional.
Olga Sehnalová (S&D), por escrito. – (CS) La solidaridad social y el modelo social europeo son valores que distinguen a Europa de las sociedades de otras partes del mundo. La cuestión es hasta qué punto estos valores son sostenibles en el contexto del llamamiento a una competitividad mundial basada en la reducción de los costes laborales, la flexibilización de la legislación laboral, la reducción de la protección social para los trabajadores y el debilitamiento del papel del Estado. Probablemente, en lo fundamental, no mejoraremos la competitividad mundial de esta manera y es mucho más probable que socavemos la cohesión social de manera irreversible y causemos divisiones en la sociedad. No nos equivoquemos. Con estas medidas, las mujeres hacen frente a un riesgo elevado. Las diferencias salariales tienen un impacto significativo, al igual que los recortes presupuestarios en el sector público. Desde esta perspectiva, las reformas de las pensiones y del sistema de salud a escala nacional deben ser justas para ambos sexos. No es una casualidad que la cuestión de la pobreza en Europa se aplique con mayor frecuencia a las mujeres mayores. La lucha contra la desigualdad no es una realidad virtual. Se trata de personas reales.
Jutta Steinruck (S&D), por escrito. – (DE) Al analizar el informe de la señora Nedelcheva en el día de hoy, centenario del Día Internacional de la Mujer, se concluye que es hora de que pasemos por fin de las palabras a los hechos. La situación de desventaja que sufren las mujeres en Europa únicamente puede combatirse de manera eficaz si introducimos normas vinculantes, en lugar de compromisos voluntarios. Entre estas normas se incluyen las cuotas obligatorias de mujeres en los consejos de administración, así como en todos los demás niveles, la lucha constante contra las condiciones de trabajo precarias, que afectan a las mujeres en mucha mayor medida que a los hombres, la mejora de las perspectivas profesionales de las mujeres durante la etapa educativa, ampliando de manera sistemática la gama de carreras por las que pueden optar, la prohibición de las situaciones de desventaja financiera para las mujeres en materia fiscal y de ingresos, los programas profesionales y sectoriales de igualdad entre hombres y mujeres con una base legislativa para favorecer a las mujeres, y los controles e informes periódicos sobre los progresos realizados en Europa, en caso de que existan.
Permítanme concluir diciendo lo siguiente: Después de cien años de celebración del Día Internacional de la Mujer, a las mujeres ya no nos satisface la mera palabrería. Queremos disposiciones legales vinculantes y queremos el reconocimiento final de que el trabajo de la mujer es una contribución decisiva para nuestra prosperidad.