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Procedimiento : 2011/2644(RSP)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : B7-0224/2011

Textos presentados :

B7-0224/2011

Debates :

PV 23/03/2011 - 17
CRE 23/03/2011 - 17

Votaciones :

PV 24/03/2011 - 6.15
Explicaciones de voto
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Textos aprobados :

P7_TA(2011)0118

Acta literal de los debates
Miércoles 23 de marzo de 2011 - Bruselas Edición DO

17. Situación en Japón, y en especial el estado de alerta en las centrales nucleares (debate)
Vídeo de las intervenciones
Acta
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  Presidenta. – El siguiente punto del orden del día son las declaraciones del Consejo y de la Comisión sobre la situación en Japón y en especial el estado de alerta en las centrales nucleares.

 
  
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  Győri, Enikő, Presidenta en ejercicio del Consejo. Señora Presidenta, en nombre del Consejo quiero empezar transmitiendo nuestras condolencias al pueblo de Japón, a los que han perdido a sus seres queridos y a muchos otros que se han visto afectados de una forma u otra por los trágicos sucesos que tuvieron lugar hace más de 10 días. Asimismo, rindo homenaje al valor y fortaleza de los que ahora luchan para abordar las consecuencias del terrible terremoto y tsunami, así como de los que intentan ocuparse de las consecuencias del incidente nuclear.

La UE está con el pueblo japonés en este momento extraordinariamente duro y difícil. Ya hemos prestado ayuda a Japón de forma muy concreta. El mismo día en que se produjo el terremoto, el Consejo Europeo pidió a la Alta Representante y a la Comisión que movilizasen toda la ayuda necesaria. Se activó el Mecanismo Europeo de Protección Civil para ayudar a coordinar la ayuda ofrecida por los Estados miembros.

En poco tiempo la UE respondió a las peticiones de ayuda del Gobierno japonés. La UE permanece dispuesta a seguir respondiendo a las solicitudes de asistencia humanitaria, de apoyo técnico de cualquier tipo o de asistencia más especializada que las autoridades japonesas consideren apropiada.

En nombre del Consejo, quisiera dar las gracias a la Comisaria Georgieva en particular y a la Alta Representante por la reacción tan rápida, global y coordinada que tuvieron ante la catástrofe. El equipo europeo de protección civil enviado a Japón tiene todo nuestro apoyo. Y los Estados miembros también han estado dispuestos a hacer ofertas de asistencia muy generosas.

Asimismo, es importante mencionar que el Consejo necesitará hacer un seguimiento del impacto macroeconómico de la crisis japonesa. Los ministros ya han celebrado un debate preliminar sobre el asunto durante el desayuno de trabajo del Consejo de Economía y Finanzas el 15 de marzo.

Obviamente una de las principales preocupaciones que tenemos es la situación en la central nuclear de Fukushima Daiichi. Quisiera destacar el hecho de que la Presidencia húngara actuase sin demora, teniendo en cuenta la gravedad de los acontecimientos y los posibles efectos en Europa, sobre todo con respecto al riesgo nuclear.

Rápidamente convocamos al Grupo «Cuestiones Nucleares» y al Consejo de Energía Extraordinario para evaluar la situación en Japón así como sus posibles repercusiones en la UE y reflexionar sobre la respuesta de la UE.

Quisiera subrayar que el primer mensaje que llegó del Consejo fue el de solidaridad, compasión y voluntad de proporcionar ayuda humanitaria y técnica. Este mensaje es también de respeto por la tenacidad y capacidad de recuperación del pueblo japonés, sobre todo de los que siguen luchando para solucionar la situación en Fukushima.

Gracias a su tenacidad en condiciones extremadamente difíciles se puede tener ahora algo de esperanza en relación con la situación de la central nuclear aunque siga siendo grave. El principal problema ahora es el elevado nivel de contaminación que se ha detectado en las inmediaciones de la central.

Tenemos que seguir apoyando a Japón. Varios Estados miembros están contribuyendo ya sea de forma bilateral o mediante diferentes mecanismos de coordinación dirigidos por la Comisión o el Organismo Internacional de Energía Atómica. Como se le dijo al Ministro húngaro de Desarrollo Rural, Sándor Fazekas, en la reunión de Ministros de Medio Ambiente, por el momento, los acontecimientos de la central nuclear de Fukushima no han tenido consecuencias para la población de la UE. Los niveles de radiación de todos Estados miembros son normales y se han puesto en marcha los debidos controles en cuanto a los alimentos importados de Japón. Sin embargo, el accidente de la central nuclear de Fukushima requiere una respuesta efectiva por parte de la UE.

Hay ciertas lecciones que debemos aprender de este accidente. Aplicar y mejorar continuamente las estrictas normas de seguridad nuclear es una prioridad fundamental para los reguladores y operadores comunitarios. Pero el propio concepto de mejora continua implica que necesitamos aprender primero la lección a pesar de que el accidente se debiese a factores externos y no al mal funcionamiento de la central. Varios Estados miembros y operadores de la industria ya han decidido revisar la seguridad de las centrales nucleares y esto es algo que debemos celebrar.

Tras el Consejo de Energía Extraordinario el 21 de marzo, el Ministro húngaro de Desarrollo Nacional, Tamás Fellegi, escribió para informar al Presidente Van Rompuy sobre la propuesta de que se asociaran a este ejercicio las pruebas de resistencia para las centrales nucleares y otros países, en especial, nuestros vecinos. El alcance y las modalidades de la prueba se deberían desarrollar en vista de los últimos acontecimientos y aprovechando al máximo la pericia disponible. En cuanto al alcance, teniendo en cuenta que cada central nuclear tiene sus propias características, la evaluación podría incluir las siguientes áreas centrales: riesgo de inundación, riesgo sísmico, sistemas auxiliares y procedimientos de emergencia.

El Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear con la plena participación de los Estados miembros, definirá las modalidades de esta evaluación en colaboración con las partes interesadas pertinentes. Aunque es difícil fijar una fecha concreta para esto, queda claro que hay que ponerlo en marcha cuanto antes.

El problema de la seguridad de las centrales nucleares, obviamente, no se detiene en las fronteras de la UE. Por eso es importante que involucremos a terceros países. Una evaluación ha de cubrir tanto las centrales existentes como las que se planea construir y tenemos que aprovechar al máximo las organizaciones y organismos internacionales como el Organismo Internacional de Energía Atómica, y otras asociaciones internacionales como el G-20 para involucrar a otros países.

Evidentemente, es importante que el mensaje al público, con respecto a la situación en Japón, sea claro. Aquí quiero hacer dos comentarios: primero, la credibilidad del ejercicio depende de nuestra transparencia sobre las modalidades y el resultado de la evaluación; segundo, aunque la situación en Japón es grave, no debemos dar la impresión de que se está abordando el tema de la seguridad nuclear por partes y solo ahora. Es importante recordar que ha habido un marco jurídicamente vinculante en Europa durante más de 25 años. Por lo que respecta al tema nuclear, el Consejo obviamente seguirá de cerca los avances y, en cualquier caso, volverá sobre el tema en junio.

El Consejo Europeo estudiará en esta semana la situación en Japón tras la tragedia. No tengo duda alguna de que los Jefes de Estado o de Gobierno querrán expresar su continua solidaridad con el pueblo de Japón como lo hago yo ahora. La UE seguirá dispuesta a proporcionar toda la ayuda que pueda para ayudarles en este momento difícil. Una vez más, rindo homenaje a su coraje y determinación.

 
  
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  Günther Oettinger, Miembro de la Comisión. (DE) Señora Presidenta, Señorías, la Comisión ha transmitido la solidaridad de la UE con el pueblo y con el Gobierno de Japón. Hemos manifestado nuestras condolencias. Creemos que el valor y la calma de los japoneses merecen todos nuestros respetos y admiración.

Hemos coordinado el trabajo de asistencia a través del Centro de Seguimiento e Información para ofrecer ayuda común por parte de la UE. Trece Estados miembros han proporcionado mantas, colchones, tanques de agua, tiendas de campaña y equipo higiénicos como parte inicial del paquete europeo de ayuda común. Estamos esperando más ofertas y recibiremos y distribuiremos el envío de ayuda a Japón en los próximos días: el jueves, es decir, mañana, y el viernes. La Comisaria Georgieva estará allí en persona.

Asimismo, hemos ofrecido nuestra ayuda en el complejo de la central nuclear pero aún no se ha solicitado nuestra asistencia. Por lo que respecta a la energía nuclear mantenemos contacto directo con el Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena y controlamos, evaluamos y analizamos de cerca la situación de seguridad en Japón. Se requiere más información antes de poder calcular el impacto del incidente en la central nuclear. Por el momento suponemos que los ingenieros y técnicos japoneses y el Gobierno de Japón recuperarán el control de la central nuclear y que se puede evitar que la catástrofe provoque más daños.

Estamos valorando qué lecciones debemos aprender de esto en Europa. Para ello celebramos el martes de la semana pasada una conferencia de alto nivel con todos los Estados miembros, con todas las empresas energéticas que trabajan con centrales nucleares, con todas las empresas que fabrican centrales nucleares y con los organismos de energía atómica de los Estados miembros. El lunes se celebró un Consejo de Energía Extraordinario que fue convocado por el señor Fellegi.

Tenemos que darnos cuenta de que hay una gran disparidad entre las situaciones y posiciones de los Estados miembros de la Unión con respecto a las centrales nucleares. Un total de catorce países tienen centrales nucleares y para trece de ellos es parte de su política energética a largo plazo mientras que uno —Alemania— tiene una estrategia encaminada a eliminar gradualmente la energía nuclear. Trece países no tienen energía nuclear y de ellos dos —Polonia e Italia— están considerando pasar a la producción de energía nuclear o reanudarla. A excepción de la energía renovable —con su objetivo del 20 %— la combinación energética es competencia de la legislación y política nacionales; lo respetamos.

La situación en las diferentes partes de Europa varía enormemente. En general, Europa genera el 30 % de su energía de la energía nuclear pero en Austria la proporción se acerca al 0 % y en Francia es del 80 %, pero hay dos denominadores comunes. El primero, al que volveremos en el transcurso del año, es la infraestructura. Sea cual sea la dirección que tome la política energética, hay que acelerar la expansión de la infraestructura para la electricidad, el gas y la capacidad de almacenamiento, tanto en términos de calidad como de capacidad. El segundo es la seguridad; la seguridad de las fábricas industriales en general, de la infraestructura en general y de las centrales nucleares en particular, es una preocupación común por el bien de los trabajadores de las centrales, de los ciudadanos de Europa y de la naturaleza europea.

Por tanto, proponemos que se analice si es importante y adecuado, en vista de las causas ya identificadas y de la información que se va adquiriendo sobre las causas del incidente en Japón, llevar a cabo un control de seguridad, una prueba de resistencia; en otras palabras, una prueba extraordinaria basada en normas y criterios comunes con el objetivo de reducir más el riesgo en las 143 centrales nucleares que están funcionando en la UE así como en la construcción de nuevas centrales en la UE.

La seguridad beneficia a todos los ciudadanos con independencia de si el Estado miembro en el que residen tiene centrales nucleares, planea tenerlas, las está eliminando gradualmente o no las tiene. Se considerarían criterios específicos como el riesgo de inundación, los riesgos de funcionamiento y la seguridad, los terremotos y el conocimiento adquirido en Japón, sistemas de refrigeración y su funcionamiento, y el tema del suministro de energía y energía auxiliar en una configuración escalonada a fin de que se pueda mantener la refrigeración mediante las unidades de energía y energía auxiliar incluso donde haya riesgo de terremotos e inundaciones. Esto supondría tener criterios generales para todas las centrales nucleares además de criterios especiales según el diseño, antigüedad, ubicación, riesgo sísmico, riesgo de inundación y otros factores. La revisión especial deberá incluir además temas como los accidentes aéreos, ciberataques y atentados terroristas.

La oferta de la Comisión a los Estados miembros es que preparará y coordinará esto conjuntamente con los organismos de energía atómica. Esta es solo una oferta, la aceptación es voluntaria. Son los propios Estados miembros quienes decidirán si quieren realizar una prueba de resistencia común general y especial en Europa.

La anterior oradora mencionó que los estados vecinos son igual de importantes para nuestra seguridad; uno de ellos es Suiza junto con Ucrania, Armenia, Turquía y la Federación rusa. He mantenido una larga charla telefónica con el Ministro ucraniano de Energía quien manifestó que estaría encantado de participar si hubiera una prueba de resistencia general para la UE, es decir, una oferta de su parte. Está claro que nuestra autoridad con respecto a la prueba de resistencia fuera de la UE y sus Estados miembros dependerá en gran medida de si podemos organizarla conjuntamente en Europa. Si algunos Estados miembros no quieren participar entonces tendremos menos autoridad cuando hagamos una oferta a Turquía, Ucrania, Rusia y Suiza que si todos los Estados miembros tuviesen una opinión común sobre la importancia de esta labor de seguridad.

Por tanto, prepararemos estos criterios de seguridad en las próximas semanas y estaremos encantados de cooperar no solo con el Parlamento sino también con todos los implicados en la UE —las ONG, empresas energéticas, trabajadores, técnicos, ingenieros de las centrales— con el objetivo de lograr minimizar al máximo el riesgo y aumentar la seguridad. Agradecemos que el Presidente Sarkozy quiera tratar este tema en el G-20 y, por lo tanto, aprenderemos la lección no solo para las centrales nucleares de Europa sino también para las de todo el mundo.

Así es la situación de nuestra parte. Estaremos encantados de facilitar información al Parlamento sobre cómo proceder en todo momento a través de las comisiones de especialistas —como ya hemos hecho en los últimos días con la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria y la Comisión de Industria, Investigación y Energía— y estamos deseando ver el correspondiente apoyo del Consejo Europeo aquí, en Bruselas, mañana y pasado mañana.

 
  
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  Elmar Brok, en nombre del Grupo PPE.(DE) Señora Presidenta, Presidenta en ejercicio del Consejo, señor Comisario, Señorías, se nos ha recordado una vez más la fuerza de la naturaleza y estamos viendo los límites de la capacidad humana y hasta qué punto estamos a merced de estas poderosas fuerzas de la naturaleza. En estos momentos solo podemos mostrar solidaridad a los japoneses; solidaridad con nuestros pensamientos y oraciones pero también a través de ayuda práctica. Cuando el Comisario dice que estamos proporcionando ayuda, intentando proporcionar auxilio y apoyo al pueblo, es una medida importante que no solo proporciona ayuda directa sino también consuelo. Además, sé que no son solo las organizaciones estatales las que hacen esto, sino también muchos de los ciudadanos europeos que están dispuestos a donar, a dar su propio dinero. Solo en mi ciudad —de la que soy padrino— se recaudaron 50 000 euros en tres días y el dinero sigue llegando. Esto ocurre en toda Europa; demuestra que hay un gran nivel de apoyo.

Al mismo tiempo, deberíamos pararnos a pensar y no empezar a pulsar inmediatamente los botones con fines políticos internos. No obstante, sin duda consideraremos la experiencia adquirida y las lecciones que hay que aprender del incidente nuclear y tendremos que realizar una prueba de resistencia, y espero, Comisario, que hagamos esto a nivel europeo porque las fronteras no significan nada cuando ocurren incidentes así. Tenemos que asegurarnos de crear las infraestructuras necesarias para las energías alternativas y de realizar investigaciones sobre nuevos proyectos de energía potenciales que sirviesen también para tratar temas como el cambio climático, el empleo y la competitividad.

Además, tenemos que darnos cuenta de que el término «riesgo secundario» tendrá un papel diferente. Los ciudadanos ya no confían en que las empresas cumplan todos los reglamentos y en que no haya nada que no se pueda calcular. Japón cambiará nuestra forma de pensar al respecto y, en consecuencia, tenemos que reflexionar sobre los riesgos secundarios; se extraerá nuevas conclusiones que deberán dar lugar a consideraciones y políticas nuevas. Debemos debatir esto con la calma que requiere.

 
  
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  Marita Ulvskog, en nombre del Grupo S&D. – (SV) Señora Presidenta, uno de los países más desarrollados del mundo, desde el punto de vista económico y técnico, se ha visto abocado a un estado de crisis humanitaria. Esto es, en primer lugar, una tragedia para todos los afectados; las imágenes de Japón son desgarradoras. Tenemos que brindarles todo el apoyo y toda la ayuda que podamos. Sin embargo, la catástrofe también revela la vulnerabilidad de todas las sociedades modernas. Lo que ha ocurrido en Japón podría haber sucedido en otras partes del mundo; incluso aquí. Incluso en países con unas normas de seguridad extremadamente estrictas, la seguridad demuestra ser engañosa.

Es obvio que ahora no podemos deshacernos sin más de la energía nuclear. Hay algunos países en Europa que no tienen energía nuclear pero la mayoría son completamente dependientes de ella. Algunos construyen centrales nucleares nuevas y otros las están dejando fuera de servicio. Esta es la situación en la que nos encontramos, en otras palabras, la situación es diferente en los distintos Estados miembros en términos de vulnerabilidad pero, no obstante, estamos juntos en esto y tenemos que adoptar un enfoque a largo plazo con respecto a nuestro abastecimiento de energía.

Simplemente tenemos que cambiar nuestros sistemas energéticos para reducir los riesgos y la naturaleza unilateral de estos sistemas. Tenemos que hacer un serio esfuerzo por dar prioridad a la investigación y desarrollo y a las inversiones en fuentes de energía renovables sostenibles a largo plazo, y fomentar su expansión. Europa tiene un enorme potencial sin descubrir aquí que debería contraponerse al hecho de que la construcción de nuevas centrales nucleares hará que dependamos de ellas durante muchas más décadas; dicho de otro modo, seguir invirtiendo en energía nuclear es un medio de posponer e impedir la expansión de energías renovables, una forma de hipotecar el futuro.

En cambio, lo que deberíamos hacer ahora es tener un debate serio sobre el aumento de los objetivos y ambiciones en materia de energía renovable en la UE y decidir cuanto antes los objetivos de eficiencia energética vinculantes y un plan a largo plazo para el abastecimiento de energía; un cambio a la energía renovable. Por tanto, tenemos que realizar la prueba de resistencia general para todos los países pero después hay que adoptar un enfoque a largo plazo.

 
  
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  Lena Ek, en nombre del Grupo ALDE. Señora Presidenta, las imágenes del gran terremoto y tsunami en el noreste de Japón son aterradoras; nuestras más sentidas condolencias van para aquellos que han perdido sus hogares y a sus seres queridos.

Por supuesto que acogemos con satisfacción el paquete de ayuda de la UE. Todavía hay personal trabajando en la central nuclear de Fukushima para evitar una posible contaminación por radiación, y esto, evidentemente, hay que valorarlo detenidamente en toda la UE, también en Bruselas.

Acojo con satisfacción la prueba de resistencia que ha propuesto la Comisión, pero creo que hay que añadir que no podemos tener una prueba de resistencia que se base simplemente en tecnología y geografía. Necesitamos dos medidas más: una tiene que ver con la cultura de seguridad, donde obviamente ha sido imposible prever riesgos múltiples; la segunda tiene que ver con el marco institucional incluida la supervisión de las relaciones entre los órganos reguladores nacionales y las empresas nucleares. Además, no se debe permitir que las propias autoridades se auditen.

Por último, a medida que evaluamos las consecuencias de la catástrofe deberíamos basar nuestro debate en la información y los conocimientos. Quizá se necesitan medidas radicales, diría que sí se necesitan, pero hay algo que deberíamos tener claro: tenemos que reformar nuestra producción de energía y confiar, en cambio, en la energía renovable y tenemos que hacerlo ahora.

 
  
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  Giles Chichester, en nombre del Grupo ECR. Señora Presidenta, permítame manifestar mi admiración por la estoica capacidad de recuperación del pueblo japonés ante estas poderosas fuerzas de la naturaleza. Recordemos la extraordinaria fuerza del terremoto y del tsunami.

Apoyo las pruebas de resistencia preventivas en las centrales nucleares europeas aunque recordemos que la industria nuclear es la más regulada y la más dotada de seguridad del mundo y he tomado nota de la declaración de la Asociación de Reguladores Nucleares de Europa Occidental (WENRA) a principios de este año sobre la creación de nuevos reactores más seguros que los que ya existen. Conviene comparar los registros de seguridad del carbón, el petróleo y las industrias hidroeléctricas con los de la energía nuclear en cuanto accidentes con víctimas mortales.

Señora Presidenta, veo algo de luz tras el nubarrón de Japón y es que la reconstrucción y restauración del país, cortesía de las arcas de las aseguradoras, debería impulsar enormemente su economía y eso será bueno para el resto del mundo.

Le doy las gracias a la señora Ministra y al señor Comisario por sus reflexiones y le diría a los Estados miembros y al resto del mundo: no duden de la energía nuclear ahora porque la necesitamos demasiado.

 
  
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  Rebecca Harms, en nombre del Grupo Verts/ALE. – (DE) Señora Presidenta, Señorías, por supuesto que esta situación requiere que ayudemos a Japón de la mejor forma posible y con todos los recursos que estén a nuestra disposición. Cualquier país que se haya visto afectado por el tipo de catástrofe que asoló Japón necesita toda la ayuda que pueda conseguir. Sin embargo, me sorprende la ligereza con la que colmamos de alabanzas a los héroes de Japón. Creo que no estamos reconociendo que los nombrados «héroes» saben mejor que nadie que están arriesgando sus vidas y que muchos de los que combaten la fusión nuclear en Fukushima son ya cadáveres andantes. Los japoneses saben mejor que ninguna otra nación del mundo la devastación que puede desencadenar un desastre nuclear; Hiroshima y Nagasaki marcan su historia. Todos los niños de Japón conocen las consecuencias de la fusión de un reactor nuclear. Debemos ser conscientes de ello cuando debatamos la situación en Japón. Los japoneses saben mejor que nadie todo el horror que conlleva no solo esta situación sino también lo que está por venir. Quizá sean los ucranianos, que han presenciado la devastación de parte de su país durante los últimos 25 años, los únicos cualificados para hablar de esto.

Para mí, los debates europeos actuales, a diferencia de los que se celebraron hace 25 años, deberían considerar las implicaciones políticas cuando nos encontramos con que en nuestros propios países tenemos una tecnología que podría escapar a nuestro control y aniquilar no solo el pasado en ciertas regiones o destruir el presente sino afectar también insidiosamente al futuro de todos los que viven en las inmediaciones de estas centrales y en alrededores más amplios. No creo que estemos haciendo esto cuando hablamos de las pruebas de resistencia, señor Oettinger. Hemos de ser mucho más honestos y deberíamos admitir que en la UE nos hemos enfrentado a menudo con situaciones que rayaban la fusión del reactor nuclear en las centrales que tenemos operativas. Permítanme darles una pequeña lista: Tihange en Bélgica, Civaux en Francia, Philipsburg en Alemania, Kozloduy en Bulgaria, Paks en Hungría, Brunsbüttel en Alemania; con explosión de hidrógeno: Forsmark en Suecia, Barseback en Suecia, Blayais en Francia, Krümmel en Alemania; esta es una lista de los incidentes más llamativos que han tenido lugar por diferentes causas desde Chernóbil y en los que nos hemos encontrado en el umbral de la fusión nuclear.

¿Cómo hemos de abordar el hecho de que se podría producir una fusión nuclear en cualquiera de las centrales que tenemos operativas?, ¿lo haremos mediante pruebas de resistencia? En mi opinión, estas pruebas solo son importantes si nos llevan a crear un plan que indique qué centrales y qué riesgos definidos serán los primeros que se eliminen mientras volvemos la espalda a esta tecnología extremadamente arriesgada. Si el objetivo de estas pruebas es tranquilizar al público y una vez más sugerir que en Europa nunca nos enfrentaremos a una situación como la que afronta actualmente Japón, entonces creo que estas pruebas no son buena idea. Por cierto, acogeríamos con suma satisfacción la posibilidad de poder decidir quién define las pruebas de resistencia —no se puede dejar este tema en manos de los propios operadores de centrales nucleares— así como quién las ejecuta y evalúa. Las autoridades responsables han ignorado demasiado a menudo las dificultades a las que se han enfrentado las centrales europeas y han aprobado centrales que nunca deberían haber aprobado el procedimiento de evaluación de la conformidad, como hizo Euratom en los casos de Belene y Mochovce, por ejemplo.

 
  
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  Bairbre de Brún, en nombre del Grupo GUE/NGL.(GA) Señora Presidenta, igual que otros oradores, quisiera expresar mis condolencias a las personas afectadas por la tragedia de Japón, una tragedia que todavía continua. Tenemos que hacer todo lo que podamos para ayudar a los japoneses.

Con respecto a las lecciones que hemos de aprender, el tema de la seguridad nuclear es claramente una prioridad del orden del día ahora, sobre todo en relación con las «pruebas de resistencia» que se realizarán en las centrales nucleares de Europa. Lo sucedido en Japón tiene graves repercusiones para el futuro de la política energética europea.

La catástrofe humanitaria muestra la importancia de avanzar hacia una Europa no nuclear. Necesitamos una moratoria nuclear y una inversión masiva en energía sostenible y renovable. Asimismo, habrá que revisar el sistema de regulación en materia de seguridad nuclear.

 
  
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  Fiorello Provera, en nombre del Grupo EFD. (IT) Señora Presidenta, Señorías, también quiero expresar mis condolencias y admiración por la dignidad, fortaleza y cohesión que ha demostrado el pueblo japonés ante una catástrofe con una magnitud y gravedad que raras veces ha presenciado el mundo. La conducta de los japoneses es ciertamente una inspiración para todos y merecen nuestra ayuda.

La lección que tenemos que aprender de esta experiencia es la necesidad de fortalecer el sistema europeo de protección civil a través de una acción más coordinada y una mayor disposición de personas y de recursos para que podamos actuar con rapidez en el caso de que se produzca una catástrofe.

Con respecto a la alternativa nuclear, sería un error debatir este tema con el torrente de emociones de los últimos acontecimientos: es un tema demasiado importante y hay que tratarlo siguiendo un enfoque científico. Reforzar las medidas de seguridad para las centrales nucleares existentes y futuras y dejar inoperativas las más antiguas o inseguras es totalmente correcto pero tenemos que evitar la explotación política y ser cautelosos y prácticos, tal y como dijo el señor Brok. Debemos recordar que en la misma zona de Fukushima se derrumbó una presa durante el terremoto, que causó muchas víctimas, pero esto no nos hace pensar en desmontar presas o en construir unas nuevas, de ahí que pida precaución, atención y transparencia en el futuro.

 
  
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  Bruno Gollnisch (NI).(FR) Señora Presidenta, el terrible desastre que asoló la región de Tōhoku en el noreste de Japón ha despertado, naturalmente, la compasión de todos los europeos. Más allá de ese sentimiento, tenemos que participar en el trabajo de rescate porque la situación en Japón está —creo— lejos de ser estable. Japón es un país excepcional, extremadamente solemne, fuerte y valiente que conoce sus deberes, pero en el que la burocracia, como en cualquier otro sitio, tiene efectos que pueden paralizar las iniciativas.

Una de las lecciones que tenemos que aprender de esta catástrofe es que la ayuda de emergencia más efectiva es, al final, la que llega por mar. Por supuesto que esto requiere que haya suficientes instalaciones cerca.

La situación es inestable y hay muchas personas sin hogar que siguen padeciendo frío y hambre. Creemos que las lecciones que tenemos que aprender de esta tragedia son las siguientes: la primera es que siempre sucede lo peor, siempre acaba pasando lo peor. El Titanic se construyó como un barco imposible de hundir; «ni Dios podría hundirlo» se decía de él. Pero se hundió en su primer viaje a pesar de los compartimentos herméticos porque los ingenieros no pensaron que pudiese haber una fuga de tal magnitud.

Pues bien, siempre sucede lo peor, el terremoto más el tsunami, esto por supuesto fue el peor escenario posible. Sin embargo, habrá otros terremotos: el gran terremoto de Kanto que esperamos en cualquier momento; quizá haya uno en California, en Italia o en el Caribe. Por tanto, como ya se ha dicho, tenemos que estar preparados para esto y aumentar para ello la protección civil.

La segunda y última lección es que no podemos sucumbir al pánico. No se nos puede decir que tenemos que renunciar a la energía nuclear porque la precipitación radioactiva es peligrosa y, al mismo tiempo, que deberíamos dejar los combustibles fósiles porque se está liberando CO2 a la atmósfera. Habrá que tomar una decisión.

 
  
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  Sandra Kalniete (PPE).(LV) Señora Presidenta, la desgracia que han experimentado los japoneses es inmensa. Quisiera expresar mis más sinceras condolencias para con las familias que han sufrido, los que han fallecido y sus familiares cercanos. La nobleza y compostura que ha demostrado el pueblo japonés en estos momentos difíciles merece el mayor respeto y es un ejemplo para todo el mundo. Japón se enfrenta a una labor de restauración intensiva de los territorios devastados que requerirá recursos importantes y también inversión interior. Por eso pido que la Cumbre UE-Japón prevista para el 25 de mayo tome la decisión de empezar las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio entre la UE y Japón. Este acuerdo tendrá que beneficiar a las dos partes; tendrá que garantizar la igualdad de condiciones de los dos socios para acceder al mercado tanto con respecto a los bienes y servicios como a los productos agrícolas. El acuerdo de libre comercio podría llegar a ser uno de los instrumentos de la tercera apertura de Japón, de acuerdo con la pintoresca denominación del Primer Ministro de Japón, el señor Kan. El accidente causado por el tsunami en la central de Fukushima es un serio motivo de alarma en todo el mundo. Hemos de inclinarnos por respeto y gratitud ante esos héroes que están trabajando y arriesgando sus vidas para estabilizar la situación en el reactor nuclear. La experiencia que están adquiriendo actualmente los ingenieros y expertos japoneses en las centrales nucleares en materia de prevención de accidentes es única. Es importante que el mundo aprenda de la experiencia. La experiencia de Fukushima ha de servir a la humanidad y convertirse en la base para evaluar las centrales nucleares y para desarrollar criterios de seguridad mejores. En conclusión, quiero reafirmar una vez más que la UE ha de hacer todo lo posible por ayudar a Japón, uno de nuestros socios más cercanos. Gracias.

 
  
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  Nessa Childers (S&D). - Señora Presidenta, tras los trágicos acontecimientos que han asolado Japón hace 12 días han surgido dos temas: el primero ha sido la respuesta japonesa que, en cuanto a la preparación estructural de las ciudades, la pronta reacción de las unidades de emergencia y la edificante capacidad de recuperación que han demostrado los japoneses, ha sido ejemplar y debería servir de modelo para otros países donde haya zonas sísmicas. Pero, el segundo tema, la precipitación radioactiva de Fukushima, es más difícil.

Aunque Japón aprenderá, sin duda, rápidamente de estos acontecimientos, Europa también debe aprender la lección y puede que nuestra reacción se divida en dos áreas. La primera es garantizar más allá de toda duda la seguridad de las centrales nucleares operativas en la UE. Celebro los planes para realizar pruebas de resistencia y quisiera destacar que deberían concluir con normas de seguridad comunes para las centrales nucleares y de almacenamiento de residuos nucleares altamente tóxicos para todos los Estados miembros. Esto es especialmente importante para el este de Irlanda, mi circunscripción electoral. La mayor recogida de este material se encuentra en la central nuclear de Sellafield, Inglaterra, a tan solo 280 kilómetros del condado de Louth.

Nuestra segunda respuesta debe concernir al futuro de la energía nuclear en su totalidad. A este respecto, hay que acordar el detenimiento total de la construcción de centrales nucleares nuevas. Asimismo, a fin de garantizar un abastecimiento continuo y suficiente de energía en la UE, hay que aprobar inversiones para la producción de energía renovable y una mayor eficiencia energética.

 
  
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  Johannes Cornelis van Baalen (ALDE). - Señora Presidenta, comparto las palabras de mis colegas de la Delegación para las Relaciones con Japón —el señor Gollnisch y la señora Kalniete— de respeto y compasión para con los japoneses. Sin embargo, también tenemos que aprender la lección y esto implica que este posible desastre nuclear debe tener una dimensión internacional. Debe haber una transparencia absoluta. Tenemos que descubrir por qué no se siguió la advertencia de la OIEA; no se celebró debate alguno sobre esta advertencia; deberíamos averiguar qué sucedió.

Coincido con todos los que dicen que deberíamos combinar nuestros esfuerzos en la reconstrucción. Por tanto, el acuerdo de libre comercio tiene un valor especial y deberíamos firmarlo cuanto antes.

 
  
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  Mirosław Piotrowski (ECR).(PL) Señora Presidenta, como diputado de la Delegación para las Relaciones con Japón del Parlamento Europeo quisiera, en primer lugar, transmitir mi pésame y solidaridad a toda la nación japonesa en vista de esta enorme catástrofe. Se ha cobrado la vida de casi 10 000 personas, hay más de 16 000 desaparecidos y estas cifras cambian constantemente. El terremoto y el tsunami han causado una destrucción inimaginable. Ya se calculan pérdidas de 300 000 millones de dólares.

Aunque Japón no ha pedido ayuda a la UE, no podemos quedarnos parados ante la magnitud de esta tragedia. Los daños de la central nuclear de Fukushima han suscitado gran preocupación. Según la opinión de algunos expertos, la situación es grave y puede acabar repitiéndose lo que sucedió después de Chernóbil. Debemos dar fundamento a la declaración de la Presidencia húngara y de la señora Ashton con respecto a la ayuda humanitaria y cualificada cuanto antes y en estrecha cooperación con el Gobierno japonés.

 
  
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  Claude Turmes (Verts/ALE).(DE) Señora Presidenta, hace tan solo 14 días la empresa japonesa Toshiba y otros que construyeron centrales nucleares escribían en sus folletos publicitarios que tenían las centrales nucleares más seguras del mundo esto en cuanto a la afirmación de que en Europa tenemos definitivamente las centrales de energía nuclear más seguras.

Creo que este accidente extremadamente grave y trágico en Japón debería dejar claro lo absurdo que es identificar las centrales nucleares con parques eólicos, la eficiencia energética o las centrales de energía solar cuando debatimos la lucha contra el cambio climático. Es más, esta idea de tecnología baja en carbono es simplemente errónea. Basta con mirar el riesgo general de todas las tecnologías. Mi primera pregunta concreta para usted, señor Oettinger, es la siguiente: ¿no es hora ya de que incluya al menos un escenario en el Plan de trabajo sobre las energías de aquí a 2050 que simplemente muestre lo que podemos lograr combinando el 100 % de la energía renovable y la eficiencia energética? Esto es lo mínimo que esperan los ciudadanos de Europa.

Permítanme decir, con respecto a las pruebas de resistencia, que estamos a favor pero que han de ser obligatorias y europeas. Las autoridades nacionales manipularon la primera prueba de resistencia de los bancos en exceso de modo que se excluirá a un par de bancos. Necesitamos realizar una segunda ronda de pruebas de resistencia para que las cosas salgan bien. El segundo elemento clave es la «pericia independiente». La señora Lauvergeon de Areva y el señor Teyssen de E.ON, los funcionarios de Euratom de la Comisión, los expertos nucleares en Viena y, de hecho, los órganos nacionales de supervisión nuclear son todos partidistas. Incluso las autoridades nacionales no admiten que las pruebas de resistencia definidas hace seis meses ya no son correctas. En otras palabras, necesitamos expertos independientes, de lo contrario correrán el riesgo de escuchar únicamente opiniones partidistas.

Tengo algo más que añadir; recomiendo cautela, señor Oettinger, cuando señala al señor Sarkozy como el gran paladín de la lucha por la seguridad nuclear mundial. Sería un poco más prudente si fuese usted.

 
  
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  Sabine Wils (GUE/NGL).(DE) Señora Presidenta, la amenaza de fusión nuclear sigue pendiendo sobre Japón. La radiación de la central nuclear de Fukushima está aumentando drásticamente. Esta es otra horrible demostración de lo imposible que es controlar la energía nuclear. Por eso pedimos que se abandone de inmediato la energía nuclear. La energía nuclear llena los bolsillos de las empresas energéticas pero cuando ocurre un accidente son los ciudadanos quienes pagan el precio. Por esta razón, la UE debe establecer de inmediato la obligación de que los explotadores de las centrales nucleares contraten un seguro de responsabilidad civil. Todo daño a la salud, propiedad y otros bienes ha de estar suficientemente cubierto en todos los Estados miembros. La UE debería detener finalmente la promoción de la energía nuclear y anular el Tratado de Euratom. Se sigue despilfarrando miles de millones del dinero de los contribuyentes en una tecnología peligrosa y que conlleva mucho riesgo mientras que las alternativas seguras, como las energías renovables, siguen estando infradotadas.

 
  
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  Mario Mauro (PPE). - (IT) Señora Presidenta, Señorías, creo que sería un gran error convertir este debate en una especie de juicio contra los riesgos de la modernidad. Tenemos que reconocer que la ciencia y la tecnología nos permiten vivir más, en mejores condiciones, con una perspectiva más segura y teniendo en cuenta que se han mejorado las condiciones para la seguridad alimentaria, las condiciones de nuestros sistemas de bienestar, las condiciones de nuestro mundo vanguardista, precisamente porque se ha podido utilizar y explotar la ciencia y la tecnología.

Evidentemente este punto de vista no carece de riesgos pero estos se pueden superar si somos capaces de aunar nuestras fuerzas para abordar los problemas a los que se enfrenta la comunidad internacional día a día. El señor Brock concretamente tenía razón cuando dijo que tiene misterio nuestra relación con cosas que nos hacen darnos cuenta de que no dominamos todo, que, por muy avanzados que estemos, no tenemos respuesta para todos los problemas que la naturaleza presenta a la humanidad y la magnitud de este terremoto nos recuerda precisamente esto. Es muy probable que una tecnología y ciencia inferiores condujesen no hace mucho o hace cien años, por ejemplo, en Messina, a un suceso que causase más de 100 000 muertos a pesar de que el terremoto tuviera una intensidad más baja.

Esto nos debería servir claramente de orientación para el futuro: la ciencia y la tecnología son herramientas y se necesita una buena política para aprovecharlas al máximo. Por tanto, se necesitan políticas buenas, políticas que hagamos juntos como instituciones, para determinar si actualmente tenemos soluciones para ir más allá de la era atómica de hoy al futuro o si tenemos que seguir teniendo en cuenta estas herramientas a largo plazo para conseguir el desarrollo que todos necesitamos.

Sin embargo, hoy se nos pide que hagamos algo diferente, fundamentalmente que tomemos medidas para paliar el dolor y la necesidad de un pueblo. Esto no lo escucho mucho en esta Cámara porque todos nos preocupamos por un debate político que intenta plantear preocupaciones futuras que realmente no tienen nada que ver con el orden del día.

 
  
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  Daciana Octavia Sârbu (S&D).(RO) Señora Presidenta, la crisis que atraviesa Japón en este momento hace que nos preocupemos por la seguridad de las centrales nucleares de todo el mundo. Nuestro deber es preguntarnos hasta qué punto son resistentes y seguras las centrales nucleares situadas en nuestro territorio.

Soy de Rumanía y los ciudadanos de mi país están bastante preocupados —y con toda razón— por la seguridad de la central nuclear de Cernavodă sobre todo porque se han planteado muchos interrogantes al respecto en la prensa recientemente.

Creo firmemente que no solo en Rumanía sino también en una serie de Estados miembros, el público general se pregunta si en el caso de que se produjeran desastres naturales que pudiesen afectar las centrales nucleares, contarán con la debida protección.

La semana pasada Alemania decidió realizar una inspección detallada de sus sistemas de producción de energía nuclear. En vista de lo sucedido en Japón, es totalmente imperativo que revisemos la seguridad nuclear en toda la UE. Todos los Estados miembros deben controlar de forma total y estricta estas centrales.

La Comisión Europea no solo debe garantizar la debida aplicación de la Directiva de seguridad nuclear, sino también controlar de cerca, junto con las autoridades competentes de los Estados miembros, el estado de estas centrales nucleares.

La trágica situación de Japón nos subraya una vez más la necesidad de que hagamos todo lo que esté en nuestra mano para crear mecanismos de respuesta rápida para hacer frente a los desastres.

 
  
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  Charles Goerens (ALDE). - (FR) Señora Presidenta, en cuanto a Japón: en primer lugar, hay que hacer todo lo posible para paliar el sufrimiento de los japoneses, que se merecen toda nuestra compasión y solidaridad.

En segundo lugar, además de los dos desastres naturales —el terremoto y el tsunami— hay un tercer desastre que es nuclear y, por tanto, producto del hombre. Todo lo que se ha dicho sobre este tema se puede resumir en una palabra: interrupción. Sí, nos enfrentamos a un cambio de paradigma que se reduce a dos preguntas: qué debemos cambiar y, segundo, qué podemos cambiar, en primer lugar, en materia de producción energética.

Podemos estar seguros de que si nos hubiésemos quedado sin combustible fósil y energía nuclear, por así decirlo, rápidamente tendríamos una idea más precisa en cuanto al potencial para desarrollar fuentes de energía renovable. Esperamos que la UE redefina su estrategia al respecto. Para que esto ocurra se necesita una visión, fuerza de voluntad y un plan de trabajo detallado.

 
  
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  Bas Eickhout (Verts/ALE). - (NL) Señora Presidenta, en primer lugar, quiero felicitar al señor Oettinger por empezar con buen pie. Empezó con buen pie la semana pasada pero desde entonces parece ir cuesta abajo. Realmente tiene que ocuparse de este asunto ahora y dejar clara su postura porque lo que dijo la semana pasada fue que deberíamos celebrar un debate sobre Europa y sobre el futuro de una Europa sin energía nuclear. Desde entonces no lo ha vuelto a repetir aunque este debiese ser el tema de nuestro debate actual. En repetidas ocasiones muchos estudios, estudios científicos, han demostrado que puede lograr sus objetivos medioambientales sin emplear energía nuclear. Se puede mantener toda Europa con energía sostenible. Ese debería ser el tema de nuestro debate hoy.

Estar a favor o en contra de la energía nuclear es una decisión política. No tendríamos que justificar por qué estamos en contra de la energía nuclear, los que están a favor son los deberían justificar por qué. De ahí la importancia de las pruebas de resistencia.

Tengo dos preguntas para usted, señor Oettinger. Primero: ¿cómo vamos a establecer los criterios? y, segundo, ¿qué ocurrirá si la energía nuclear no aprueba las pruebas de resistencia?, ¿cuáles serán las consecuencias entonces?

 
  
  

PRESIDE: Libor ROUČEK
Vicepresidente

 
  
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  Lena Kolarska-Bobińska (PPE).(PL) Señor Presidente, señor Comisario, lo sucedido en Japón nos ha afectado a todos profundamente. Rendimos homenaje a las personas que —a riesgo de perder la vida— se ocupan de los efectos de tres sucesos que ocurrieron a la vez: el terremoto, el tsunami y el incidente en la central nuclear. Esta tragedia ha despertado gran compasión y con ello ha desencadenado también el debate que presenciamos actualmente en Europa sobre el futuro de la energía nuclear y la estrategia energética de Europa. Hemos aprobado recientemente una estrategia energética para Europa hasta el 2020. Por el momento se le resta valor de alguna forma, aunque en la estrategia sí aceptamos la energía nuclear y decimos que simplemente debe ir acompañada de condiciones de seguridad estrictas. Sin embargo, es parte aceptable de la combinación energética de una serie de países.

Me parece que este debate debería intensificar también la cooperación europea en materia de energía y esto es algo que hemos pedido en nuestro informe. Hoy en día no solo tenemos que mejorar las condiciones de seguridad, también tenemos que fortalecer la Comunidad Europea de la Energía Atómica y avanzar hacia una Comunidad Europea de la Energía. La Comisión Europea tiene que presionar para que haya una mejor cooperación entre los Estados miembros y para que se europeíce la política nuclear. Las pruebas de resistencia no deben ser voluntarias; algunos países las realizarían si quisiesen mientras que otros no. Esto debe ser parte de la construcción de —lo que después de todo es— una política común en materia de energía nuclear.

También deberíamos apoyar nuevas tecnologías. Toda la estrategia energética de Europa se basa en la descentralización y diversificación. Puesto que este es el caso, deberíamos pensar en promover reactores nucleares pequeños y medianos; cuestan menos, se construyen como módulos y, en consecuencia, se puede comprobar su seguridad con más facilidad. Quizás esta forma sea más aceptable para la opinión pública, porque no podremos eliminar del todo este tipo de energía.

 
  
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  Zigmantas Balčytis (S&D). - (LT) Señor Presidente, Japón ha sufrido el impacto inimaginable de un desastre natural y un accidente nuclear. La población de Lituania recauda fondos activamente e intenta contribuir de todas las formas posibles para ayudar a las víctimas del país. Recordamos y siempre recordaremos las dolorosas consecuencias del desastre nuclear de Chernóbil que la población de esta región sigue padeciendo incluso tres décadas después. El desastre de Japón nos obliga a reconsiderar fundamentalmente el tema de la seguridad nuclear. No podemos controlar los cataclismos naturales de modo que al menos deberíamos asegurarnos de que los desastres naturales no causan catástrofes nucleares adicionales y especialmente nefastas. Estoy de acuerdo con que se revise la infraestructura existente y se creen nuevos instrumentos, pero tenemos que analizar detenidamente los sucesos en la central nuclear japonesa sobre todo teniendo en cuenta el precedente de Chernóbil. Tenemos que llegar a una conclusión y tomar medidas que nos permitan consolidar de forma significativa la seguridad nuclear en toda Europa.

 
  
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  Chris Davies (ALDE). - Señor Presidente, mi preocupación por la industria nuclear ha quedado eclipsada por la preocupación por el cambio climático y ahora creo que la energía nuclear tiene un papel que desempeñar a la hora de ayudarnos a combatir el calentamiento global. Esto era cierto antes de los incidentes de Japón y lo sigue siendo ahora. Obviamente tenemos lecciones que aprender. Hay problemas de diseño, un reglamento inadecuado, una independencia que no es suficiente y por supuesto: no podemos construir reactores nucleares en zonas sísmicas.

Pero vivimos en un mundo de peligros: nuestras ciudades tienen generalmente fábricas químicas, todas presentan riesgos potenciales enormes pero controlamos esos riesgos, convivimos con ellos. Durante décadas hemos tenido accidentes de tren terribles y por ello no hemos cerrado los ferrocarriles. Aprendemos lecciones, las aplicamos y mejoramos la seguridad. Esto es lo que tenemos que hacer con la industria nuclear.

 
  
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  Romana Jordan Cizelj (PPE). - (SL) Señor Presidente, si vamos en serio con nuestros objetivos climáticos, entonces la energía nuclear seguirá siendo parte de nuestra combinación energética. Por eso nuestros debates no han de ser ideológicos. Lo que necesitamos, en primer lugar, son respuestas a numerosas preguntas como ¿cuál es la causa principal del accidente y cómo se podría haber evitado?, ¿se colapsaron los sistemas de responsabilidad, ejecución y supervisión?, ¿era débil la cultura de seguridad de una de las centrales nucleares?, ¿qué opciones hay para almacenar de forma más segura el combustible nuclear gastado?, la autoridad reguladora ¿era demasiado débil para tomar las medidas oportunas? Etc. Necesitamos respuestas a estas preguntas y entonces podremos tomar medidas políticas responsables.

¿Qué implica realmente tomar medidas políticas responsables? Tenemos que llegar a un acuerdo social sobre tecnologías aceptables, en concreto sobre el papel de las centrales nucleares. Tenemos que asegurarnos de que se aplica el principio: «la seguridad es lo primero». Tenemos que formular un marco legislativo que proporcione recursos financieros y humanos adecuados para que las tecnologías complejas funcionen de forma segura. Tenemos que facilitar el desarrollo de una profesión nuclear excelente e independiente, su continua formación y la transferencia de conocimiento de las generaciones de más edad a las más jóvenes. Tenemos que evaluar la competencia e independencia de los órganos reguladores que desempeñan un papel clave a la hora de garantizar la cultura de seguridad y tenemos que garantizar la eliminación segura de los residuos altamente radioactivos y del combustible nuclear gastado.

Por último, quisiera mencionar los criterios comunes de seguridad. Hoy todos acordamos que los necesitamos realmente pero recuerden cuando debatimos la Directiva de seguridad nuclear en 2009. Incluso entonces el Parlamento Europeo confirmó los criterios europeos comunes que el Consejo lamentablemente no ratificó. En ese momento el Parlamento Europeo demostró que tomaba la medida adecuada. Por tanto, creo que ya es hora de que se confiera más competencias al Parlamento Europeo en el ámbito de la energía nuclear y deberíamos llegar a un acuerdo interinstitucional para que podamos tener poder de codecisión.

 
  
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  Ildikó Gáll-Pelcz (PPE).(HU) Señor Presidente, en primer lugar, quisiera expresar mis condolencias; en segundo lugar, mi respeto por el pueblo japonés y por la nación japonesa y en tercer lugar, mi gran admiración y aprecio por los héroes japoneses que están trabajando ahora mismo en la central nuclear. Ha ocurrido una tragedia que se recordará siempre en la historia de Japón y del mundo. El país asolado por este desastre ha pedido la ayuda de la UE para coordinar inicialmente la ayuda ofrecida por los Estados miembros.

Fue gratificante la pronta reacción de la Comisión así como el hecho de que el Comisario confirmase que se proporcionaría toda la ayuda necesaria a Japón y al casi medio millón de personas que permanecen en refugios provisionales tras el devastador terremoto y tsunami. Creo firmemente que debemos hacer todo lo posible para evitar las consecuencias de la catástrofe y restaurar las condiciones de vida. Sin embargo, al mismo tiempo, creo que no es afortunado contrastar este tipo de tragedia y tragedias similares con el uso de energía nuclear. No obstante, como es natural, las centrales nucleares han de estar equipadas con los mayores sistemas de seguridad y ser inspeccionadas continuamente de conformidad con los reglamentos más estrictos.

Hemos de celebrar la propuesta de la Comisión de organizar una consulta europea general. Asimismo abogo, ya que creo que es necesario, por que la Comisión redacte directrices que establezcan los fundamentos para que el sistema de seguridad coordinado a nivel europeo funcione bien y garanticen la producción continuada y segura de energía nuclear en el futuro. La conducta del pueblo japonés es ejemplar y nos sirve de precedente. Creo firmemente que merecen todo el apoyo posible. Gracias, señor Presidente.

 
  
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  Edit Herczog (S&D).(HU) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, todos somos un poco japoneses. Incluso en medio de un desastre natural tenemos que admitir que la seguridad nuclear tiene un lado humano. La planificación, construcción, funcionamiento, desarticulación y, como ahora en la central de Fukushima, la gestión de los accidentes son un proceso de fortalecimiento del conocimiento y dedicación humanos. La prueba de resistencia europea es una medida importante para que planeemos en el futuro lo que hasta ahora ha sido inimaginable. Señor Comisario, la mejor forma de rendir homenaje a los trabajadores de Fukushima es involucrando a expertos europeos en la toma de decisiones europeas profesionales y políticas. Los trabajadores de la industria nuclear deben participar porque su dedicación y conocimientos son indispensables.

Es muy importante que se mantenga y amplíe el conocimiento nuclear a medio plazo porque es la verdadera forma de garantizar la seguridad. Además, quisiera que prestáramos atención de nuevo a lo que ha dicho la señora Ulvskog. La investigación y desarrollo nuclear tienen que proporcionar respuestas, mejores que las que hay con respecto a cómo podemos tratar los residuos nucleares y sus 60 años de historia siempre presentes. Gracias por su atención.

 
  
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  Paul Rübig (PPE).(DE) Señor Presidente, quisiera dar las gracias al Comisario Oettinger por adoptar un enfoque tan serio y responsable sobre este tema.

Debemos considerar elevar la Asociación de Reguladores Nucleares de Europa Occidental a la categoría de regulador europeo para los 27 Estados miembros. Debemos pensar en si los criterios de la OIEA deberían ser jurídicamente vinculantes y si este nuevo regulador debería tener competencia para ordenar el cierre inmediato si no se cumpliesen los criterios. Asimismo debemos considerar la reforma del Tratado de Euratom, centrarnos en la normativa de seguridad y en la cobertura de los costes de desarticulación y almacenamiento final que hay que resolver ahora.

Creo que es un tema delicado. Tenemos que aprovechar la oportunidad aquí en Europa para aplicar una revisión por pares y establecer los últimos criterios para que la salud de la población no corra un riesgo mayor.

 
  
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  David Martin (S&D). - Señor Presidente, por supuesto que celebro la rapidez con la que hemos ayudado a los japoneses en tiempos de necesidad y celebro y comparto las manifestaciones de condolencia para con los japoneses. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que la sinceridad de nuestros comentarios sobre la solidaridad se verá un poco empañada por las medidas de algunos de nuestros Estados miembros.

Cuando leo nuestros periódicos, veo que el Gobierno español ha hecho que se compruebe detenidamente todos los bienes procedentes de Japón en busca de radiación; que el Gobierno neerlandés ha advertido a todos los trabajadores del puerto para que manejen con cuidado los contenedores de Japón; que el Gobierno francés ha pedido que se controlen todas las importaciones y que el Gobierno alemán pide controles aleatorios de todos los bienes importados de Japón incluidos los automóviles. Se trata de bienes que salieron de Japón hace dos o tres semanas y, en algunos casos, incluso dos o tres meses antes del terremoto.

Poca expresión de solidaridad y compasión es esta y le pediría al Consejo y la Comisión que intentasen hablar con los Estados miembros y les dijesen que si realmente quieren demostrar su solidaridad no deberían publicar estas historias alarmistas.

 
  
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  Fiona Hall (ALDE). - Señor Presidente, me sorprende que el Comisario parezca tan optimista con respecto a que se vaya a conseguir controlar la situación en Fukushima en unos días cuando los expertos nucleares hablan de semanas y meses; mientras tanto la central sigue emitiendo radiación que se sigue filtrando al suministro de alimentos y de agua.

Apoyo la petición de pruebas de resistencia pero estas no responden a las preguntas más importantes. La pregunta es: ¿queremos aceptar los riesgos, cada vez mayores, de la energía nuclear en un mundo donde los desastres naturales complejos y las condiciones meteorológicas extremas están aumentando tanto? No se puede garantizar plenamente la seguridad de los reactores nucleares en el caso de que ocurra cualquier tipo de desastre a gran escala donde hay múltiples niveles de perturbación, donde se producen cortes de electricidad, del suministro de agua, de las comunicaciones y del acceso físico. Esa es la pregunta: ¿queremos asumir realmente el riesgo cuando hay otras alternativas?

 
  
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  João Ferreira (GUE/NGL).(PT) Señor Presidente, queremos transmitir también toda nuestra solidaridad al pueblo japonés así como nuestras más sinceras condolencias a las víctimas de la catástrofe que ha asolado el país.

Sabemos que esta catástrofe ha desencadenado accidentes graves en la central nuclear de Fukushima cuyas consecuencias aún no se han evaluado. Los accidentes en los reactores de esta central fueron el resultado de una combinación de factores altamente improbables, es cierto; sin embargo, se combinaron y es posible que ocurra otra vez en otras centrales nucleares.

Por tanto, tenemos que aprender importantes lecciones de lo que ha ocurrido en Fukushima. La necesidad de revisar y, en su caso, ajustar las redundancias de los sistemas de seguridad de las centrales sobre todo con respecto a los sistemas de refrigeración.

Hay que volver a evaluar las ubicaciones de las centrales nucleares existentes sobre todo con respecto al riesgo de que se produzca un terremoto y de que se produzca un tsunami. Sin embargo, también tenemos que celebrar un debate amplio, como sociedad, sobre el tema de la energía, sobre nuestras necesidades presentes y futuras, y sobre cómo se pueden satisfacer tratando de forma lúcida y fundada los riesgos, impactos, el potencial y las limitaciones de las diferentes fuentes de energía.

 
  
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  Oreste Rossi (EFD). - (IT) Señor Presidente, Señorías, en primer lugar quiero transmitir mi solidaridad con el pueblo japonés que se ha visto duramente golpeado por la catástrofe. Me ha sorprendido ver que la tecnología japonesa no ha estado al nivel de los acontecimientos que se repiten constantemente en esas zonas. Haber mantenido operativa una central nuclear tecnológicamente obsoleta no es desde luego una cuestión de poca importancia y esto nos debe hacer reflexionar sobre el programa europeo de energía nuclear.

No nos podemos permitir ser presa del pánico y tomar decisiones precipitadas hoy: necesitamos un acuerdo general por el que las centrales nucleares existentes sean más seguras y se supervisen aquellas que se están construyendo. Europa no puede abstenerse de ayudar al pueblo japonés no solo por la situación de emergencia sino también por la probable crisis financiera que va ligada a la terrible catástrofe.

Hay que tomar medidas a corto plazo para tratar la ralentización económica de Tokio y las probables consecuencias para los países más unidos a Japón. No debemos olvidar que el gobierno ya era débil antes de la catástrofe y no tenía la mayoría en la Cámara Alta por lo que podría producirse una crisis en el Ejecutivo.

 
  
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  Angelika Werthmann (NI).(DE) Señor Presidente, quisiera empezar expresando mi más sincero pésame a todos los afectados por esa devastadora situación. El trágico accidente en Japón nos ha llevado a una catástrofe nuclear que a todos nos es familiar. Europa ha reaccionado de forma relativamente rápida y unida aunque todos sabemos, y espero que todos los que apoyan la tecnología nuclear lo compartan, que la radioactividad no conoce fronteras y que la naturaleza no cumple normas de seguridad sin importar lo estrictas que sean. Hemos sido testigos de lo ocurrido en Chernóbil —una supuesta prueba de resistencia fallida—y ahora tenemos Fukushima. Ya es hora de que los que abogan por la energía nuclear sitúen el bienestar y salud de los seres humanos y el medio ambiente por encima de cualquier interés económico. Deberíamos considerar la eliminación gradual de la energía nuclear en toda Europa y promover las energías renovables.

 
  
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  Alajos Mészáros (PPE).(HU) Señor Presidente, el tsunami que se produjo tras el terremoto en Japón fue la causa directa del accidente en la central nuclear que se convirtió por encima de todo en una cuestión de seguridad tanto para la profesión como para el público. Por eso se tomó la correcta decisión de someter a pruebas rigurosas el funcionamiento de nuestras centrales nucleares. Ha quedado claro que necesitamos un debate general e intenso para llegar a una solución racional con respecto al futuro de la energía nuclear. Asimismo hemos de ser conscientes de que tras una horrible tragedia de esta naturaleza, los ciudadanos tendrán más miedo y por eso precisamente tenemos que asegurarnos de que se facilita información objetiva y auténtica y se intensifica las medidas de seguridad.

No obstante, quisiera hacer hincapié en que las centrales nucleares de Europa están sometidas a factores medioambientales totalmente diferentes a los de Japón. Europa corre el riesgo de sufrir tsunamis o terremotos tan poderosos de ahí que no se deba extraer conclusiones directas de la desafortunada tragedia. Nuestras instalaciones están preparadas para los posibles impactos que puedan sufrir y la energía nuclear sigue siendo parte integral de nuestros recursos energéticos también en el futuro. Por último, quisiera expresar mis condolencias y aprecio a nuestros amigos japoneses. Gracias.

 
  
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  Günther Oettinger, Miembro de la Comisión. – (DE) Señor Presidente, Señorías, he escuchado atentamente sus intervenciones y quisiera darles las gracias por la objetividad que han demostrado tanto con relación a la catástrofe como a sus consecuencias. Hemos escuchado manifestaciones de condolencia y solidaridad además de ofrecimientos de ayuda. No hay nada más que añadir al respecto. Esto nos anima a seguir trabajando en la Presidencia del Consejo y la Comisión.

El tema general que está en juego es la respuesta a la catástrofe. Si tenemos en cuenta a Haití y Pakistán y a los países donde se han producido otros desastres naturales, entonces creo que la comunicación de la Comisión para que haya una mejor reacción europea en caso de catástrofe, que aprobó el Consejo en diciembre del año pasado, señala el camino que hay que seguir. Tenemos que mejorar la cooperación dentro del marco de los procedimientos de actuación en caso de catástrofe a nivel europeo y dedicar los recursos financieros y humanos adecuados así como coordinar el trabajo a nivel europeo. No tengo duda de que la señora Georgieva presentará propuestas concretas al Parlamento y al Consejo a lo largo del año.

Por lo que respecta a la política energética en Europa y a las lecciones que hemos de aprender de la información nueva que llega de Japón, creo que tenemos que empezar analizando honestamente los hechos y realidades. Permítanme tomar como ejemplo al Gobierno alemán y a sus partidos de coalición, y les recuerdo que soy miembro de uno de estos partidos. Nuestro Gobierno ha anunciado un cambio de dirección importante. Se han dejado inoperativas siete centrales nucleares de Alemania. Se ha criticado esta medida por «no demostrar mucha credibilidad» o por ser la «típica demostración de miedo alemán». Creo que tenemos que recordar que el respeto por las diferentes posturas debe ser el punto de partida de las deliberaciones. Quiero manifestar mi respeto por el Parlamento que hace pocos años respaldó claramente la utilización permanente de energía nuclear en la combinación energética europea pero que sin duda ha empezado a reconsiderar esta postura. En segundo lugar, quiero manifestar mi respeto por las autoridades reguladoras de la UE. He releído detenidamente el Tratado de Euratom y también la Directiva de seguridad nuclear aprobada por el Consejo y el Parlamento hace dos años en junio. El segundo documento hace muchas recomendaciones formales sobre las autoridades que hay que establecer, sobre la información y obligación de presentar informes y otros puntos pero apenas ofrece recomendaciones concretas, materiales para la construcción o técnicas de funcionamiento, ni siquiera las especificaciones más generales.

Si el Parlamento propone prorrogar hoy la legislación europea estoy muy dispuesto a no esperar a los informes de los Estados miembros en 2014 antes de presentar un informe a la Comisión y a insistir en que esta Directiva se convierta en legislación nacional para julio de este año a más tardar —esto incumbiría a los Estados miembros— a fin de poder debatir, a medida que se recopila más información de Japón y de las pruebas de resistencia generales, aquí en Bruselas, durante el próximo año y no más tarde, una propuesta de la Comisión para que haya más requisitos específicos y materiales y con ello más seguridad nuclear.

Se ha dicho que tengo que «actuar con decisión». Yo, sin embargo, discrepo. Adoptaré un enfoque coherente con respecto a este tema cuando pregunte qué competencias me han dado o no los legisladores europeos. Cuando escucho las críticas, incluso en el clima actual, de algunos gobiernos nacionales que hablan de una evaluación más dramática de la situación y de las lecciones que hay que aprender al respecto mientras que otros dicen que ya es hora de que tome una medida decisiva, entonces prefiero evitar los extremos. Siempre me he sentido cómodo en terreno neutral. Cuando te critican de ambos lados quizás es que estás haciendo las cosas bien.

Muchas de las 143 centrales nucleares de Europa seguirán funcionando en diez años y a menos que los gobiernos actuales cambien de opinión, muchas, aunque no todas, seguirán funcionando en la década siguiente también. Por tanto, nos interesa insistir en que haya niveles más altos de seguridad, nuevos criterios y una mayor reducción de los riesgos para las centrales nucleares que sigan funcionando a medio y largo plazo.

En segundo lugar, supongo que se construirán nuevas centrales nucleares en Europa auspiciadas por los Estados miembros, sus parlamentos nacionales y gobiernos. Si consideramos el referendo que se celebrará en junio en Italia, entonces podremos ver qué sucede y observo que, a excepción de Alemania, ninguno de los trece Estados miembros que tienen centrales nucleares ha cambiado su política al respecto. He seguido de cerca los debates a nivel nacional y parlamentario y en los medios de comunicación.

Tenemos que entender que, aunque se trata de un problema europeo, también tiene una dimensión mundial. A todos nos interesa garantizar que se aplican las normas más estrictas no solo en nuestro territorio sino también en el resto del planeta porque, después de todo, la energía nuclear se seguirá utilizando en todo el mundo durante las próximas décadas. Por esta razón celebro…

(Abucheos)

Señor Turmes, de verdad estoy intentando estar tranquilo y ser objetivo. Le sugiero que haga lo mismo. Cuando me dice que no confíe en el señor Sarkozy, solo puedo decirle que confío totalmente en que presentará este punto del debate en la cumbre del G-20. Eso de por sí ya es un logro: el tema se debatirá en un foro al que asisten los estadounidenses, chinos, rusos, etc. que ya trabajan con centrales nucleares, están planeando construir nuevas centrales o han autorizado a grandes empresas industriales para que construyan centrales nucleares en sus países. Por eso creo que es fundamental que volvamos a evaluar los riesgos y tengamos unas normas más estrictas, con independencia de si se está a favor o en contra de la energía nuclear, porque la energía nuclear seguirá formando parte de nuestro futuro mundial.

(Abucheos)

Ahora no es momento de volver a los temas que se debatieron hace dos años. No soy la persona adecuada para tratar eso. Pueden presentar su punto de vista cuando vengan otros a hablar; no creo que estén dirigiendo este tema al debido cargo público.

Permítanme volver a la cuestión del Plan de trabajo sobre las energías de aquí a 2050 y a las críticas que he escuchado de que este no promociona ni financia lo suficiente las fuentes de energía renovables. En este caso están subestimando el poder de sus propias resoluciones, aunque pretendemos controlar y garantizar el cumplimiento de estas decisiones. El 20 % de las fuentes de energía renovables en tan solo nueve años se corresponde en realidad con el 35 % en el área fundamental de la generación de electricidad que es donde se emplea, en primer lugar, estas fuentes sostenibles. Estamos muy bien encaminados para generar el 35 % de la electricidad con fuentes de energía renovables —y los Estados miembros están haciendo su trabajo— mientras que se ha establecido que las fuentes de energía renovable tomen la delantera a la energía nuclear y al carbón en la generación de electricidad en cuatro o cinco años. Esto significa que estamos progresando para hacer que las fuentes de energía renovables sean las fuentes de electricidad más importantes en Europa. Presentaremos nuestras propuestas y escenarios para el Plan de trabajo sobre las energías de aquí a 2050 a finales de primavera. Sin embargo, hay otras fechas importantes aparte de 2050, que pueden parecer muy lejanas— también hay objetivos provisionales para 2025 y 2030— en otras palabras, para el periodo que requiere invertir en infraestructura y capacidad de producción de inmediato. Llegados a este punto no quiero contraer ningún compromiso concreto pero para 2030 seguramente habremos superado el 35 % en relación con las energías renovables llegando a una cifra de más del 40 %, o incluso 60 %, o a una cifra intermedia. Si esto no resulta ser el caso, entonces nadie podrá debatir que las fuentes de energía renovable no recibieron el suficiente respaldo; las fuentes de energía renovable tendrán un papel decisivo en la combinación energética durante nuestra vida.

(Interrupción de la señora Harms)

Señora Harms, estoy hablando del Plan de trabajo sobre la energía y usted se refiere al Plan del trabajo sobre las emisiones de CO2. Son dos temas diferentes. No hemos reducido nuestros objetivos para 2020. Siguen siendo iguales: un objetivo independiente del 20 % y del 30 % si otros países hacen lo mismo. Esta ha sido siempre la postura del Parlamento, del Consejo y de la Comisión y es la oferta global que hay sobre la mesa. No ha habido modificaciones. De lo que hablamos aquí es de «fuentes de energía renovables» y aquí es donde lograremos más del 40 %. Por tanto hemos creado una base para garantizar que la combinación energética ya no compete únicamente a los Estados miembros sino que estos solo tienen el 50 % de la responsabilidad o un poco más. En segundo lugar, también hemos determinado los requisitos para establecer los principios de subvención y cómo se establecerán los recursos financieros y técnicos en los Estados miembros con nuestra cooperación.

Puede estar seguro, señor Turmes, de que los escenarios examinarán seriamente algo que han propuesto varios órganos y es llegar a que el uso de las fuentes de energía renovables sea del 100 %. Pero entonces tiene que echar un vistazo a la legislación, en concreto al artículo 194 que determina que la combinación energética es una cuestión de los Estados miembros. No considero el Tratado de Lisboa como algo inmutable, pero sí proporciona los parámetros para realizar mis actividades y establece los derechos de los Estados miembros. Estos derechos se protegen con esmero ya sea en Berlín, Luxemburgo, París o Londres.

Una última observación. He escuchado con atención lo que el señor Davies y el señor Hall tenían que decir. Los dos pertenecen al mismo partido; los dos son del mismo Estado miembro, pero, como hemos visto, tienen posturas diametralmente opuestas; lo respeto. Cuando un partido pequeño de un país tan grande puede albergar opiniones tan divergentes como las que han expresado los dos diputados y cuando el mismo partido se opuso a la energía nuclear en este país antes de las elecciones pero puede aceptarla ahora una vez se han celebrado, lo respeto a pesar de todo. Pero esto demuestra la dimensión ecológica, económica y política de este tema por eso siempre tendremos discrepancias. Parte del proceso es siempre global por su naturaleza.

 
  
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  Enikő Győri, Presidenta en ejercicio del Consejo. (HU) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, prometo que seré breve. Creo que nuestras acciones se deben guiar ahora por dos cosas: la compasión y una mente fría. Con la compasión podemos ayudar a los japoneses en todo lo que necesiten; podemos escucharles y tomar medidas donde ellos también consideren necesario y la mente fría se necesita para poder tomar las decisiones adecuadas en el tiempo oportuno sobre nuestro propio futuro. No debemos tomar decisiones sobre un tema tan importante influenciados por los acontecimientos. Pero lo cierto es —y nadie en esta Cámara lo ha debatido hoy— que tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas para conseguir la máxima seguridad.

Además, es nuestro deber informar totalmente a los ciudadanos para que entiendan qué se debate, cuándo, sobre qué y cómo decidimos. Es muy importante que extraigamos conclusiones y aprendamos la lección. Deberíamos analizar los acontecimientos sin demora ni precipitación y sin hacer declaraciones que en un par de semanas o meses puedan no sostenerse. Con respecto a las pruebas de resistencia, simplemente señalaría que ahora, según el reglamento actual, son una opción voluntaria. Varios de ustedes han hablado de modificar las bases jurídicas, los marcos vigentes hoy en día, que creo firmemente que el Consejo Europeo no excluirá. Esto hay que prepararlo y presentar la debida propuesta. No hay por qué apresurarse pero, naturalmente, hay que empezar a trabajar.

El Comisario Oettinger también ha señalado que la combinación energética es una competencia nacional. Todo Estado miembro toma una decisión soberana sobre qué fuentes de energía utiliza para cubrir sus necesidades energéticas. La mitad de los Estados miembros, la mitad en escala, utilizan energía nuclear. Cuando tengamos la base jurídica apropiada, podremos imponer a todos las obligaciones con respecto a la seguridad, pero la opción y responsabilidad de elegir es de los Estados miembros. En cualquier caso, celebro que la Comisión, como ha dicho el Comisario Oettinger, pueda preparar el informe para julio de 2011. Para terminar, hablamos mucho de investigación y desarrollo que son también piedras angulares de la Estrategia Europa 2020. Nuestra labor es crear las mejores condiciones posibles para la investigación y desarrollo en la UE. De hecho, aún tenemos mucho por hacer en esta área. Con la ayuda de la investigación y del desarrollo deberíamos encontrar formas de producir energía más seguras y más respetuosas con el medio ambiente. Hagamos que la ciencia sirva a las personas y a la máxima seguridad de las personas. Muchas gracias, señor Presidente.

 
  
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  Presidente. − He recibido una propuesta de resolución(1) presentada de conformidad con el artículo 110, apartado 2, del Reglamento.

Se cierra el debate.

La votación tendrá lugar mañana jueves, 24 de marzo de 2011.

Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)

 
  
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  János Áder (PPE) , por escrito. – (HU) En primer lugar, permítanme transmitir mis más sinceras condolencias al pueblo japonés y a los familiares de las víctimas del desastre natural e industrial que tuvo lugar hace apenas 12 días. La tragedia japonesa nos recuerda que los desastres naturales e industriales pueden ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento, incluso en Europa. La cuestión es simplemente cuándo y dónde ocurrirán. Precisamente por eso creo que es importante que la UE disponga del instrumento financiero adecuado, en caso de un posible desastre industrial en Europa, para intervenir de forma inmediata y eficaz y para paliar los daños. Evidentemente, el trabajo de prevención de la UE es muy importante pero en la actualidad la UE no tiene un instrumento financiero que pueda satisfacer esta necesidad. Basta con que imaginemos que ocurriría si un desastre golpea a un Estado miembro que se encuentra en una situación económica difícil. Aparte de la conmoción social y de las consecuencias medioambientales, afectaría gravemente al presupuesto de este país y a la economía europea también. En mi opinión y por esta razón Europa necesita nuevos regímenes de seguro contra catástrofes que, basados en el principio de obligatoriedad del seguro de responsabilidad, proporcionasen fondos adicionales en la región de 4 000 a 5 000 millones de euros al año procedentes de los pagos de los contaminadores potenciales a fin de ampliar la rápida ayuda financiera en caso de desastres industriales. Además, los pagadores podrán beneficiarse también de los regímenes como resultado del apoyo económico que podrían solicitar a través de la licitación para las inversiones en materia de seguridad y protección medioambiental de los fondos no utilizados.

 
  
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  Sergio Berlato (PPE), por escrito. (IT) La creciente demanda de energía requiere que se diversifique el abastecimiento de fuentes de energía alternativas al petróleo como las fuentes de energía renovables solar, eólica y nuclear.

En mi opinión, la producción de energía de fuentes nucleares no es un tema que debamos debatir en estos momentos cuando los ánimos están tan caldeados. Me temo que aquellos que habitualmente se oponen a la energía nuclear, a menudo financiada por empresas petroleras, intentarán aprovecharse de lo sucedido en Japón para promocionar la dependencia energética italiana del petróleo y sus subproductos. Más de 8 000 personas en Italia y más de 350 000 en Europa mueren cada año debido a la contaminación generada por quemar los subproductos del petróleo.

Además, en cuanto a la identificación de posibles lugares en la zona, hago hincapié en que esta decisión está sustentada por orientaciones técnicas y científicas de los expertos que harán que los administradores estén en condiciones de tomar las decisiones más adecuadas para garantizar la seguridad pública y la sostenibilidad medioambiental. Espero que los debates sobre las fuentes de energía alternativas al petróleo se traten con objetividad y se garantice que los ciudadanos europeos reciben información adecuada y precisa para evitar que se manipule fácilmente y seamos aún más dependientes de los inestables países productores de petróleo.

 
  
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  Rareş-Lucian Niculescu (PPE), por escrito. – (RO) Me sumo a los colegas diputados que han expresado sus condolencias a Japón y a los japonesas tras la tragedia que están atravesando. La UE tiene que reunir toda la ayuda posible para Japón a la hora de iniciar y dirigir los programas de reconstrucción. He seguido de cerca el debate pero he de decir que no puedo estar acuerdo con convertir esta tragedia en una cruzada contra la energía nuclear. Es una fuente de energía barata, ecológica y el progreso tecnológico hará que sea cada vez más segura. Un accidente de avión, por ejemplo, es igual de trágico pero no creo que esto sea motivo suficiente para que dudemos del beneficio y seguridad de los aviones. La solución correcta es decir sí a las pruebas de resistencia, sí a la supervisión y no a la condena de la energía nuclear.

 
  
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  Kristiina Ojuland (ALDE), por escrito. Señora Presidenta, quisiera transmitir mis más sinceras condolencias al pueblo de Japón que ha sufrido un terrible desastre natural en las últimas semanas. Japón está recibiendo ayuda de la UE así como de los Estados miembros. La UE seguirá proporcionando cualquier tipo de asistencia que el Gobierno japonés considere necesaria para ayudarles a salir de esta terrible crisis.

Sin embargo, el estado de alerta en la central de Fukushima ha suscitado un debate emocional sobre la utilización de la energía nuclear en la UE en general. Aconsejaría a todo el mundo que considerasen sus posturas con objetividad y tuvieran en cuenta que no se prohibió la utilización del automóvil cuando la científica irlandesa, Mary Ward, cayó y fue atropellada por el vehículo de vapor de su primo el 31 de agosto de 1869.

Lo que deberíamos hacer, en cambio, es aprender la lección y aumentar las inversiones tanto en seguridad nuclear como en investigación innovadora. Los combustibles fósiles son limitados y la energía renovable todavía es muy experimental. Por otro lado, la energía nuclear podría tener la llave de nuestro futuro. Si el primer cavernícola hubiese tenido miedo al fuego seguiríamos viviendo en la Edad de Piedra.

 
  
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  Vladimír Remek (GUE/NGL), por escrito. – (CS) En primer lugar, quisiera transmitir también mis condolencias a los japoneses que se han visto azotados por un terremoto destructivo y por el tsunami. Este desastre natural se ha cobrado la vida de miles de personas, una pérdida terrible. Ha dejado a decenas de miles sin hogar, efectos y pertenencias personales, y ha cambiado drásticamente sus vidas durante los próximos años. No podemos olvidar esto aunque los medios de comunicación se centren más en el tema de la energía nuclear. Los problemas de la central de Fukushima afectada prácticamente eclipsan cualquier otra cosa. Sin embargo, quisiera decir —en relación con los escenarios alarmistas— que las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki siguen siendo la mayor catástrofe nuclear de la historia. La mayor amenaza para la humanidad es el armamento militar nuclear. Se está extendiendo a pesar de las buenas intenciones y carece del control público permanente y exhaustivo que vemos en las centrales nucleares. Además, después de lo sucedido en Japón, los criterios y normas de seguridad se intensificarán seguramente. Por tanto, tenemos que ceñirnos a una postura sensata y evitar reaccionar de forma precipitada o incluso histérica frente a lo ocurrido en Japón. Actualmente no hay alternativa a la energía nuclear que nos proporcione la energía accesible y libre de emisiones que tanto necesitamos. Me complace que la República Checa, Finlandia, Francia y otros países adopten un enfoque realista al respecto en contraposición a otros países donde la energía nuclear se ha convertido en el peón de las batallas preelectorales hasta llegar a ser casi inmoral teniendo en cuenta la situación en Japón.

 
  
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  Joanna Senyszyn (S&D), por escrito.(PL) Quisiera comentar la situación en Japón. La ayuda humanitaria destinada a Japón es una reacción obvia y necesaria de la UE en respuesta a la trágica catástrofe que ha asolado el país. Creo que Japón y las regiones afectadas deberían recibir toda la ayuda necesaria (técnica, administrativa y organizativa) así como apoyo económico. Aparte de la ayuda de emergencia, deberíamos considerar también el desarrollo de un modelo de cooperación sistemático con todos los países que corren el riesgo de sufrir diferentes tipos de desastres incluidos los países que no forman parte de la UE. Quisiera pedir a los servicios de la Comisión y del Consejo responsables de esta área que revisen la legislación y presenten propuestas para intensificar el intercambio de prácticas efectivas en materia de gestión de crisis.

Cada vez más países, también los de la UE, sufren con más frecuencia debido a los desastres naturales. Por tanto es fundamental que desarrollemos una gran cooperación internacional permanente. Asimismo, es importante que revisemos los marcos jurídicos y reglamentos existentes en materia de seguridad y protección de las instalaciones nucleares. A este respecto quisiera que prestásemos especial atención a dos cosas: el seguimiento de la plena trasposición de la Directiva para la seguridad de las instalaciones nucleares y la aprobación de una directiva sobre residuos radioactivos.

 
  
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  Debora Serracchiani (S&D), por escrito. (IT) Tras el terremoto del 11 de marzo, las consecuencias que ha tenido la crisis en Japón para la seguridad nuclear y la economía mundial han sacudido a la UE, que ya lidia con la inestabilidad del Norte de África.

Me alegro de las decisiones que se han tomado en la reunión especial de los Ministros de Energía que se celebró para analizar las repercusiones del accidente en la central de Fukushima, y confiar en que la determinación de los Estados miembros para realizar las pruebas de resistencia en las centrales nucleares de la UE se extienda a otros países no europeos sobre todo a los países vecinos. En este contexto, dando la debida importancia a la decisión de moratoria nuclear tomada por algunos Estados miembros y al hecho de que las consultas públicas sobre el desarrollo de la energía son inminentes, es importante que la Comisión informe sobre la situación de seguridad de las centrales nucleares europeas que pudiese afectar a regiones de los Estados miembros vecinas si ocurriese un incidente.

 
  
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  Georgios Stavrakakis (S&D) , por escrito. (EL) También quiero transmitir mis condolencias y apoyo al pueblo de Japón que ha sufrido el desastre causado por el gran terremoto y el tsunami que se cobraron la vida de miles de personas y dejaron tras de sí un daño considerable. Por supuesto que la ciencia y la tecnología han hecho todo lo posible por ayudar a que las estructuras importantes habituales sean seguras y por supuesto que tenemos normas estrictas para reducir su vulnerabilidad, sin embargo, el gran terremoto y el catastrófico tsunami que le sucedió cobrándose la vida de miles de personas y dejando una destrucción bíblica, y el gravísimo daño que sufrieron los reactores nucleares en Fukushima son tales que tenemos que revisar y cambiar la imperante opinión con respecto a la seguridad de las centrales nucleares; se deben ubicar y diseñar partiendo de criterios tan extremos como los fenómenos naturales a los que pueden verse expuestas. Los científicos calculan que hay una gran probabilidad de que puedan producirse fuertes terremotos a medio y largo plazo. Por tanto, los políticos no deberían, bajo ninguna circunstancia, planificar la construcción de centrales nucleares en zonas de actividad sísmica. Hay formas modernas, viables, inteligentes y eficientes de que los países que se encuentran en zonas sísmicas consigan su equilibrio energético. De lo contrario, parecerá que se está usando la vida humana como contrapeso al problema energético.

 
  
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  Csanád Szegedi (NI), por escrito.(HU) En primer lugar, quiero dar el pésame a los japoneses en nombre del partido Jobbik, el Movimiento por una Hungría Mejor, y de todos los húngaros. Los húngaros siempre han considerado a los japoneses con un afecto especial lo que hace que el desastre sea particularmente horrible. El deber de la UE es ayudar a la población de Japón y se les debe proporcionar toda la ayuda que necesiten. Al mismo tiempo, hay que ver las consecuencias de este desastre que demuestra claramente a la humanidad que el mundo globalizado separado de la naturaleza es extremadamente frágil. Hay un proverbio húngaro que dice que el sabio aprende de las desgracias ajenas. Las naciones de Europa tienen que aprender de este desastre y volver en la medida de lo posible a la naturaleza, a los comestibles naturales y a los recursos energéticos naturales; proteger nuestro medio ambiente para las generaciones venideras.

 
  
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  Vilija Blinkevičiūtė (S&D), por escrito. (LT) en primer lugar, quisiera transmitir mis condolencias a los japoneses tras el terremoto y tsunami que han golpeado el país llevándose consigo la vida de muchas personas. Teniendo en cuenta el trágico desastre que tuvo lugar en la central de Fukushima tras el terremoto y el tsunami, pediría a Europa que considerase el futuro de la energía nuclear y buscase otros medios alternativos de producir energía. Además, nuestras valoraciones del impacto del desastre han de basarse en la información y pericia proporcionada por los especialistas y expertos, y tenemos que considerar nuevos medios para producir electricidad desde el punto de vista científico. Lo sucedido en Japón debería preocupar a todos los Estados miembros con independencia de si tienen o no centrales nucleares porque si ocurren catástrofes similares, la radiación sería una amenaza para toda Europa. Por el momento, las intenciones de Rusia y Belarús de construir centrales nucleares son un gran motivo de preocupación para los países del este de Europa, sobre todo para los Países Bálticos. El impacto de la radiación de las centrales nucleares que se planea construir es una preocupación aún mayor como el hecho de que los países vecinos vayan a cumplir las normas de seguridad internacional. Quisiera poner de relieve que inmediatamente después de la catástrofe en Japón, Alemania apagó sus propios reactores, construidos antes de 1980. El diputado de la Comisión Europea responsable de Energía también mantiene que Europa debería luchar por un futuro sin centrales nucleares. Por tanto, una vez hayamos evaluado la amenaza de radiación potencial para Europa, aquí en el Parlamento Europeo, deberíamos debatir el riesgo que presentan las centrales nucleares que están cerca de las fronteras exteriores de la UE.

 
  
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  Jarosław Leszek Wałęsa (PPE), por escrito.(PL) El devastador terremoto y tsunami que azotaron Japón y la zona del Pacífico el 11 de marzo de 2011, llevándose consigo miles de vidas inocentes, fue una tragedia que nos ha conmovido a todos. Es nuestro deber transmitir nuestra más profunda solidaridad y nuestras condolencias a los japoneses y al Gobierno, y también es nuestro deber ampliar la ayuda humanitaria, técnica y financiera. Me complace que la UE proporcionase esta ayuda fundamental casi de inmediato mediante la utilización de sus mejores equipos de rescate y su experiencia en el ámbito de la mitigación de desastres. Tenemos que proporcionar esta ayuda de forma continuada hasta que la situación en Japón se estabilice. En vista de que el desastre causó un accidente nuclear extremadamente grave, que está afectando a la central nuclear de Fukushima y constituye una amenaza para la vida y la salud, deberíamos revisar y comprobar la seguridad de las centrales nucleares de la UE. A pesar de que el accidente en la central de Fukushima es una advertencia, no creo que debamos ser presas del pánico o predisponernos en contra de la energía nuclear. Japón ha ayudado muy a menudo a las naciones europeas para mitigar los efectos de las catástrofes con su amplia y valiosa experiencia en este ámbito. Ha llegado el momento de que asumamos nosotros ese importante papel. Estoy seguro de que esta cooperación no solo reportará beneficios en forma de ayuda de emergencia para las víctimas, sino que también fortalecerá nuestras relaciones con un amigo tan importante como Japón.

 
  
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  Joanna Katarzyna Skrzydlewska (PPE), por escrito.(PL) El catastrófico terremoto que asoló Japón es una demostración muy poderosa de que ningún país, ni siquiera uno con una economía tan sumamente desarrollada puede hacerse cargo solo de los trágicos efectos de un desastre de tal magnitud. Junto con las manifestaciones de condolencia que hoy hemos transmitido todos al pueblo de Japón, debemos proporcionar ayuda a las víctimas del desastre. Un suceso tan impredecible como un terremoto que, además de la tragedia que suponen sus miles de víctimas, ha tenido como resultado una catástrofe nuclear, requiere que aprendamos la lección aunque no nos hayamos visto directamente afectados por el desastre. Tenemos que dar una respuesta sincera a la pregunta de hasta qué punto están preparadas las centrales nucleares europeas para hacer frente a incidentes de este tipo. Por tanto, para evitar posibles amenazas en el futuro —porque aunque son improbables no son imposibles— y para garantizar la seguridad de los ciudadanos en Europa, es fundamental que verifiquemos las condiciones de seguridad de las centrales nucleares de los Estados miembros de la Unión.

 
  
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  Radvilė Morkūnaitė-Mikulėnienė (PPE), por escrito. No solo deberíamos centrarnos en la seguridad nuclear dentro de la UE, sino también tener en cuenta a los vecinos inmediatos. Se están desarrollando dos proyectos de centrales nucleares con reactores experimentales en las fronteras de la UE: uno en Kaliningrado y otro en Belarús, a 23 km de la frontera exterior de la UE y a 50 km de la capital de Lituania.

Las dos ubicaciones se escogieron siguiendo criterios que se desconocen. La falta de transparencia del proceso, las consultas incoherentes y el no compartir información con los países afectados hace que los dos proyectos sean motivo de preocupación. El trabajo ya ha empezado aunque las evaluaciones internacionales del impacto medioambiental de las dos centrales distan de estar completas.

Además, inmediatamente después de la tragedia en Japón, Rusia y Belarús firmaron un acuerdo que daba luz verde a la construcción de la central en Belarús. Los datos de las tragedias de Chernóbil y Fukushima demuestran que la zona de impacto radioactivo inmediato es de 50 a 55 km. En caso de accidente, la capital de un Estado miembro de la UE se verá inmediatamente afectada. La UE debería exigir que estos terceros países asuman sus responsabilidades con seriedad y cumplan cuidadosamente las obligaciones y normas internacionales en materia de energía nuclear. Espero que el próximo Consejo Europeo acuerde tomar las debidas decisiones.

 
  

(1) Véase el Acta.

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