Presidente. – El siguiente punto es el debate de seis propuestas de resolución sobre Belarús(1).
Jiří Maštálka, autor. – (CS) Señor Presidente, a la hora de evaluar, no debemos olvidar que, al tiempo que intentamos realizar una evaluación objetiva en nuestros propios países, nuestros socios o vecinos merecen exactamente el mismo enfoque.
Como doctor, quiero decir que la violencia sigue siendo violencia, independientemente del lugar en el que se produzca. Y es contraria a los valores que compartimos. Debemos intentar garantizar que aquellos que se encuentran actualmente en la cárcel lo estén en unas condiciones apropiadas de salud y trato digno, en cualquier lugar del mundo.
La asamblea Euronest, de reciente creación, debe servir de instrumento de intercambio y cooperación. En el caso de Belarús, no es posible lograr plenamente este objetivo debido a las medidas adoptadas. El resultado general de la decisión implica el incumplimiento de la Declaración de Praga y un ralentizamiento de los acontecimientos potencialmente positivos en el terreno de la cooperación mutua.
Nuestros esfuerzos se dirigen a la creación de una única Europa que merecen especialmente los jóvenes, incluidos los de Belarús. En consecuencia, debemos reconsiderar nuestra posición y reconsiderar si las restricciones son el instrumento apropiado para que la sociedad civil de Belarús nos vea como un amigo de verdad.
En relación con el vigésimo quinto aniversario de la catástrofe de Chernóbil, quiero pedirles que intenten ver a Belarús con una óptica distinta, como país que ha soportado un sufrimiento enorme. La catástrofe afectó de manera especial a Belarús, y en mi opinión, impedir que los ciudadanos de Belarús participen en el acto oficial de conmemoración constituye un insulto para esta nación.
Quisiera dirigir otra observación al señor Tannock. Se lo difícil que resulta hablar rápido en inglés. Me encanta el inglés por ser la lengua de Shakespeare. La próxima vez, intente hablar rápido en la lengua de Johann von Goethe, y quizás le entendamos mejor. Lo digo como checo.
Justas Vincas Paleckis, autor. – (LT) Señor Presidente, en los cinco meses que han transcurrido desde el 19 de diciembre, la atmósfera política en Belarús ha empeorado drásticamente. Cada vez hay una mayor represión de la oposición democrática, la prensa libre y la sociedad civil. Belarús también está violando los tratados internacionales. Siempre he estado a favor del diálogo con Minsk, pero en las condiciones actuales, resulta muy difícil, si no imposible. Y más aún si tenemos en cuenta que las acusaciones arbitrarias dirigidas a la Unión Europea también proceden de Minsk, incluso el acoso. La resolución exige que se encuentren nuevas medidas para ayudar a la sociedad civil y a la oposición belarusas, lo cual es algo totalmente justo. Quizás sea una ilusión, pero creo que incluso Moscú y Kiev podrían ayudar hablando con Minsk sobre la liberación de presos políticos.
Cristian Dan Preda, autor. – (RO) Señor Presidente, en el debate anterior yo también mencioné, junto con varios miembros, la sesión de la Asamblea Parlamentaria Euronest que se celebró la pasada semana a la que no asistieron los diputados al Parlamento belaruso, como saben. Su ausencia está justificada porque en Minsk los diputados al Parlamento no se eligen libremente. Asimismo, la situación de los derechos humanos en este país sigue siendo más que crítica.
Creo que a todos nos asombraron las medidas represivas que se adoptaron contra los manifestantes en el mes de diciembre. De momento, seis de los siete candidatos que se levantaron contra el Presidente Lukashenko siguen siendo acosados y a la espera de juicio. Muchas otras personas, incluido el personal de estos candidatos, están en la cárcel simplemente por su participación.
Creo que hay que hacer dos cosas importantes:
1. llevar a cabo una investigación independiente de los actos de represión
2. ampliar las sanciones económicas a Belarús, aplicándolas a las empresas estatales de este país que desempeñan un papel importante a la hora de conformar la región.
Kristiina Ojuland, autora. – Señor Presidente, estamos debatiendo la situación de Belarús por cuarta vez en este año, y todavía no se ha liberado a los presos políticos que fueron arrestados el pasado diciembre.
Le agradecemos al Consejo que haya introducido de nuevo sanciones a los visados y la congelación de activos para los funcionarios ejecutivos belarusos, lo que demuestra que nuestra profunda preocupación por los ciudadanos de Belarús no es mera retórica vacía. Quizás no hemos sido lo suficientemente claros. Por ello, instamos a la Unión Europea a que amplíe las medidas restrictivas contra el régimen de Lukashenko. Las sanciones económicas prudentes y selectivas contra las empresas públicas tendrán un efecto que las autoridades belarusas no pueden ignorar.
El régimen criminal de Lukashenko se basa en gran medida en los ingresos procedentes de la exportación de productos químicos, textiles y de industrias pesadas de empresas públicas. Al desvincularlas del mercado europeo, podemos demostrar nuestra intención decidida de derrocar al régimen de Lukashenko. Está en nuestras manos marcar la diferencia. Los ciudadanos de Belarús necesitan desesperadamente una transición de regímenes. Y no debemos negarles su tan ansiada libertad.
Michał Tomasz Kamiński, autor. – (PL) Señor Presidente, estamos hablando de política y derechos humanos en el contexto de Belarús. Hoy quiero adoptar un planteamiento que es poco convencional y recordar los nombres de dos personas relacionadas con este asunto. Una de ellas es mi amigo, Anatol Lyabedzka, un maravilloso ciudadano belaruso y europeo que fue liberado de su encarcelamiento recientemente, tras pasar más de 100 días bajo arresto, algo de cuya ilegalidad estoy totalmente convencido. Hoy quiero enviarle expresiones de solidaridad desde esta Cámara —seguro que de la mayoría de diputados al Parlamento Europeo—, porque es una persona que, sin duda alguna, se lo merece.
La segunda persona que quiero citar es Andrzej Poczobut, un periodista que escribe para Gazeta Wyborcza, uno de los periódicos de mayor tirada de Polonia. Yo mismo y cientos de miles de polacos queremos solicitar su liberación. Él también está bajo arresto, y el también está siendo objeto de persecución solo porque el régimen de Lukashenko teme a la libertad de expresión: teme a la libertad de expresión, que es la base de toda democracia. Creo que los europeos, reunidos hoy en esta Cámara, no tenemos otra opción que decir con voz firme: «sí» a un Belarús libre, «sí» a la democracia en Belarús y «sí» a la nación belarusa en Europa.
(Aplausos)
Raül Romeva i Rueda, autor. – Señor Presidente, una vez más condeno el persistente clima de temor e intimidación hacia los oponentes políticos de Belarús y el acoso y la persecución continuos de personalidades de la oposición desde la celebración de las elecciones presidenciales en diciembre de 2010.
En segundo lugar, condeno firmemente todas las condenas derivadas de los cargos penales de disturbios masivos, que considero que poseen una motivación política y una naturaleza cuestionable. Quiero subrayar que los juicios se celebraron a puerta cerrada. A los detenidos se les negó la oportunidad de llamar a sus testigos y a reunirse en condiciones apropiadas y de manera periódica con sus representantes legales. Los abogados de la acusación recibieron varias advertencias del Ministerio de Justicia, y algunos han tenido que abandonar la abogacía. Considero que este modo de proceder en los juicios refleja una falta de imparcialidad.
Por último, condeno la falta de respeto de los derechos fundamentales de libertad de asamblea y de expresión que han demostrado las autoridades belarusas y exijo la liberación inmediata e incondicional de los restantes manifestantes que siguen detenidos y la retirada de todos los cargos que pesan sobre ellos.
Jacek Protasiewicz, en nombre del Grupo PPE. – (PL) Señor Presidente, sin duda la situación en Belarús se está deteriorando, literalmente de un día para otro, tanto en términos políticos como económicos. Desde el punto de vista político y en relación con las libertades civiles, vemos cómo se iniciaron juicios contra los principales oponentes de Alexander Lukashenko en las últimas elecciones presidenciales y vemos el procedimiento escandaloso que se aplica en estos juicios. También somos testigos de la represión de los medios de comunicación independientes, incluido el hecho concreto de que Andrzej Poczobut lleva ya muchas semanas detenido. El deterioro económico puede constatarse en la redenominación del rublo, la crisis financiera y los problemas con los pagos actuales. Además, Alexander Lukashenko está perdiendo el control, no solo de la situación del país, sino también de su propio comportamiento, y de ello son prueba las asombrosas y ofensivas declaraciones realizadas en referencia al Presidente de Ucrania y al señor Barroso.
Señorías, Comisión, Consejo, es hora de poner fin a las palabras y a los llamamientos: es hora de actuar. El apartado 8 de nuestra resolución afirma de forma inequívoca lo siguiente: es hora de introducir sanciones económicas, porque es el único idioma que entiende Lukashenko. Si hoy introducimos este tipo de sanciones, podemos esperar que se ponga fin a los escandalosos juicios y la escandalosa represión, porque es este el único idioma que entiende Lukashenko. En consecuencia, es hora de pasar a otra fase distinta y más resuelta de reacción frente a los acontecimientos que se producen en Belarús.
Mitro Repo, en nombre del Grupo S&D. – (FI) Señor Presidente, Belarús no recibe el nombre de la última dictadura de Europa sin motivo. En Belarús puedes ir a la cárcel si te presentas a las elecciones o si expresas tu opinión públicamente.
Las últimas elecciones presidenciales no fueron democráticas. Asimismo, las leyes de Belarús no contemplan la libertad de asamblea, y menos aún la libertad de expresión. El acoso de la oposición y de los grupos independientes pro derechos humanos se han convertido en un problema crónico para el país. El logro de una democracia factible depende de la participación activa de la oposición y de la sociedad civil en el debate político. Los derechos humanos son universales, inalienables e interdependientes. Belarús tiene la responsabilidad de salvaguardar los derechos humanos de sus ciudadanos y de respetarlos, y debe recibir todo el apoyo posible en su evolución en materia de derechos humanos y democracia factible en el marco de la Asociación Oriental de la UE. La UE debe considerar la aplicación de sanciones selectivas, ya que la sociedad civil no debe ser penalizada, habida cuenta de la situación actual de Belarús.
Leonidas Donskis, en nombre del Grupo ALDE. – Señor Presidente, no hay ningún indicio de que el régimen belaruso vaya a cambiar por iniciativa propia en los próximos meses o años. Solo podemos esperar que pase algo si ejercemos una presión contundente desde la Unión Europea.
Belarús sigue violando todos los derechos fundamentales y las libertades civiles. Durante el último mes hemos visto cómo las autoridades belarusas demostraban reiteradamente su desprecio y su desdén hacia los derechos fundamentales de la libertad de asamblea y de expresión.
Podríamos hablar aquí sobre la matriz de la inmutabilidad de Lukashenko y su régimen, pero no podemos quedarnos en esa nota pesimista. Debemos entender que una respuesta adecuada sería enviar una señal a los belarusos —a la nación belarusa— diciéndoles que son bienvenidos en Europa al tiempo que se ejerce presión sobre el régimen y se pronuncian palabras de principio sobre su violación de los derechos humanos.
No deben engañarnos las compensaciones esporádicas que Lukashenko hace a la Unión Europea con el único motivo de exasperar a Rusia o viceversa. Es algo inadmisible. Lo que está ocurriendo en Belarús debe evaluarse a la luz de los principios, y debe ejercerse una mayor presión.
Tomasz Piotr Poręba, en nombre del Grupo ECR. – (PL) Señor Presidente, hemos hablado en esta Cámara sobre lo que ocurre en Belarús con un promedio de una vez cada dos meses desde principios de año (esta es la tercera vez que ocurre). Hemos hablado de casos de violaciones de los derechos humanos, hemos mencionado los nombres de activistas de la oposición que han sido encarcelados y hemos hablado de las restricciones de funcionamiento que sufren las capacidades de numerosas organizaciones civiles y no gubernamentales. Sin duda, debemos condenar todas estas cuestiones y protestar enérgicamente contra ellas. No obstante, creo que es igual de importante, y quizás más, que exista una implicación concreta y real de la Unión Europea en la creación de la sociedad civil, en la provisión de apoyo financiero a las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación libres y también a la hora de imponer sanciones económicas. En cuanto a las sanciones económicas, creo que ha llegado el momento oportuno y debemos introducirlas con la mayor celeridad posible.
Hoy vamos a votar una resolución que tiene por objeto ofrecer apoyo moral a la sociedad belarusa. En mi opinión, este apoyo debe ir seguido de medidas concretas, incluidas las medidas financieras y las sanciones económicas, que permitan restaurar la libertad y la democracia en Belarús.
Krisztina Morvai (NI). – (HU) Señor Presidente, Señorías, durante nuestro debate sobre la situación de los derechos humanos en Belarús me han venido a la cabeza dos preguntas. La primera es ¿qué dirían si, en cuestión de uno o dos años, vieran a uno de los miembros del actual Gobierno de Lukashenko aquí en el Parlamento Europeo, en el lugar del Vicepresidente de la Comisión LIBE, encargado de las libertades civiles y los derechos humanos? Y mi segunda pregunta: ¿Cuándo llegaremos al punto en el que, en estos debates de los jueves por la tarde, se pueda ver a países como Estados Unidos o Israel, no pertenecientes a la UE, por ejemplo, especialmente porque ya debatimos continuamente su situación en materia de derechos humanos?
Si me lo permiten, mencionaré algunos detalles adicionales relativos a estas dos preguntas en los dos minutos que me restan: Hemos hablado de la cuestión del miembro del Gobierno de Lukashenko. Señorías, Kinga Göncz, miembro del Gobierno del Lukashenko húngaro, Ferenc Gyurcsány, preside la Comisión LIBE desde el lugar del Vicepresidente y alecciona a los representantes de Italia, Francia y otras democracias sobre derechos humanos.
¿Qué fue exactamente lo que hizo famoso a este Lukashenko húngaro, Ferenc Gyurcsány? Las mismas cosas, y en cierta medida, todavía más acusadas, que este informe enumera en relación con Lukashenko y Belarús, frente a las que plantean una objeción, dejando el listón mucho más alto para Lukashenko y Belarús, un país que no pertenece a la Unión Europea, de lo que lo estaba para Hungría y Ferenc Gyurcsány, incluido el hecho de que el Lukashenko húngaro disolvió por la fuerza toda protesta significativa contraria al gobierno. Yo misma he recibido compensación y disculpas de la policía por haberme disparado a mí, una candidata al Parlamento Europeo, gases lacrimógenos de pleno en la cara. El hecho más asombroso es que hoy en día sigue habiendo personas encarceladas, algunas de las cuales cumplen sentencias definitivas de prisión y otras, que eran figuras prominentes de las protestas contra el gobierno, se encuentran bajo detención preliminar.
Mi otra pregunta se refiere a los Estados Unidos. También aplican la pena de muerte, y la tortura infligida en Guantánamo, del mismo modo que Belarús, algo a lo que ustedes se oponen. ¿Podría ser que alguien estuviese decidido a echarle mano a los activos nacionales de Belarús? ¿No es ese el motivo por el que se ha seleccionado al azar a este país, especialmente si tenemos en cuenta el hecho de que están amenazando con aplicar sanciones contra sus activos nacionales y sus empresas públicas?
Bernd Posselt (PPE). – (DE) Señor Presidente, no es frecuente que coincida con el señor Maštálka, pero hoy sí lo hago. Quiero decir que todas las partes deben luchar por que la democracia y el Estado de Derecho prevalezcan finalmente en Belarús. En segundo lugar, quiero defender el multilingüismo. Al igual que él, yo provengo de una mini Europa, el anterior imperio de los Habsburgo, que no fue negativo en muchos aspectos, pero que se desmoronó porque el mayor grupo lingüístico —es decir, el mío, el germanoparlante— insistió en todo momento en que todo el mundo hablase alemán. Y ello supuso el final de una comunidad multinacional. Charles, te tengo en muy alta estima, pero estamos aquí por el multilingüismo y precisamente por los derechos de las lenguas minoritarias.
Volviendo a Belarús, quiero decir que hace 20 años Croacia y Eslovenia se convirtieron en países libres —yo estaba allí— y en agosto les siguieron los países bálticos, Rusia y Ucrania. Nadie habría pensado que 20 años después seguiría habiendo una dictadura en Europa. Lamentablemente, no es la única. Está Belarús, la tendencia en Rusia se encamina a la dictadura, en Ucrania se está retrocediendo y Moldova y Transdniéster tienen problemas. Por ello, sencillamente debemos ver que todos nuestros vecinos orientales se enfrentan a una amenaza de su libertad en diversos grados. En consecuencia, debemos ser muy claros, pensar de manera estratégica y hacer de la libertad y del Estado de Derecho el patrón de nuestras relaciones en toda la vecindad oriental, especialmente cuando se trate de Belarús.
Marek Henryk Migalski (ECR). – (PL) Señor Presidente, voy a empezar con una nota personal. La organización Libereco Partnership for Human Rights me ha pedido que asuma el padrinazgo de un activista de la oposición encarcelado en Belarús. Me han pedido que adopte a Dmitry Bandarenka. Quiero sugerir que todos aquellos de ustedes que estén implicados en estos asuntos le pidan a esta organización que les permita patrocinar personalmente a belarusos reprimidos y a sus familias: ello constituiría una cierta respuesta a la cuestión de qué podemos hacer por los que se encuentran no demasiado lejos, en un país que comparte frontera con la Unión Europea.
Sin embargo, estoy seguro de que todos nosotros apoyamos medidas claras y enérgicas. Ya se ha afirmado en esta Cámara que debe haber sanciones y debe haber palabras contundentes, porque solo podemos hablar con Lukashenko utilizando un lenguaje que entienda, y él entiende el lenguaje de su propio interés y el lenguaje de la fuerza. Si queremos rescatar los derechos humanos y la democracia, debemos utilizar un lenguaje que se entienda en Minsk.
Tengo la impresión de que, aunque ya hemos hablado en numerosas ocasiones sobre este tema en esta Cámara, de nuestras palabras no ha salido gran cosa. Esto es, sin duda, un llamamiento a esta Cámara y a todos los organismos e instituciones de la Unión Europea, pero también un reto que les propongo que se lleven de vuelta a sus países y a sus gobiernos nacionales, porque como mínimo poseen el mismo poder para convencer al señor Lukashenko de que establezca la democracia y la libertad en Belarús que el que tenemos nosotros como representantes de la Unión Europea.
Eija-Riitta Korhola (PPE). – (FI) Señor Presidente, tras las elecciones celebradas en diciembre, el Presidente belaruso, Alexander Lukashenko, empezó a aplastar a la ya débil oposición y a los medios de comunicación independientes.
Alrededor de 40 personas que habían participado en las manifestaciones posteriores a las elecciones fueron acusadas de desorden civil, que puede castigarse con penas de 15 años de cárcel. El poder antidemocrático de Belarús está muy concentrado en la figura del Presidente.
Este es el cuarto mandato de Lukashenko, y durante 16 años ha demostrado que sus avances en la dirección de la democracia no son más que un juego cínico. Por tanto, las restricciones que la UE ha impuesto a Belarús están totalmente justificadas e incluso deberían intensificarse.
Apoyo firmemente el llamamiento que ayer realizó el Parlamento a la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo para que Belarús pierda el derecho a ser anfitrión del Campeonato Mundial de 2014 a menos que libere a todos sus prisioneros políticos. La UE también debe imponer sanciones económicas selectivas e intensificar su apoyo a las ONG en Belarús.
Vasilica Viorica Dăncilă (S&D). – (RO) Señor Presidente, la comunidad internacional, que también incluye a la Unión Europea, lleva mucho tiempo haciendo llamamientos a las autoridades belarusas para que respeten los compromisos internacionales que han adquirido, para que pongan fin a las medidas represivas que han utilizado contra los representantes de la oposición, que liberen a los manifestantes que fueron arrestados durante diversas manifestaciones, que pongan fin a las medidas represivas contra la libertad de la prensa, la sociedad civil y los activistas pro derechos humanos y que permitan la celebración de juicios justos y transparentes. Las autoridades belarusas deben entender que si no respetan los derechos humanos y el Estado de Derecho, cumpliendo así la declaración conjunta que realizaron en la Cumbre de la Asociación Oriental el 7 de mayo de 2009, de la que el Gobierno belaruso también es cosignataria, la Unión Europea no podrá ofrecer ningún compromiso de apoyo.
Ulrike Lunacek, autora. – Señor Presidente, he solicitado el uso de la palabra porque quería referirme a las palabras que ha utilizado anteriormente la señora Morvai. Kinga Göncz no pertenece a mi partido, pero me indigna ver el modo en que la señora Morvai ha utilizado un debate sobre la última dictadura de Europa —Belarús, bajo el mandato del señor Lukashenko— para desacreditar a una honorable diputada a este Parlamento llamándola «un Lukashenko húngaro».
(Aplausos)
Esto no se ajusta a los valores ni al honor de nuestro Parlamento Europeo común, al que todos hemos sido elegidos.
Krisztina Morvai (NI). – Señor Presidente, me pregunto si la señora Lunacek me ha escuchado cuando decía que la señora Göncz era miembro del Gobierno del Lukashenko húngaro: del Gobierno del señor Gyurcsány.
Le ruego que responda a la pregunta, señora Lunacek. ¿Qué sabe de las violaciones masivas de los derechos humanos que se cometieron en Hungría en 2006? Le ruego que lo resuma. No fueron menos graves ni inferiores en número que las cometidas por Lukashenko, y como abogada de los derechos humanos, condeno firmemente ambas situaciones: los disparos de sus camaradas a los ojos de la gente y las detenciones arbitrarias, así como las violaciones de los derechos humanos cometidas por Lukashenko. Ambas son intolerables, y como diputados al Parlamento, ustedes deben luchar contra las dos.
Ulrike Lunacek, autora. – Señor Presidente, creo que la oradora anterior simplemente ha confundido los hechos. En Hungría no existe ningún partido de Lukashenko. No soy de Hungría y no pertenezco a ningún grupo o partido socialdemócrata aquí, pero me niego a aceptar que una diputada a este Parlamento pueda criticar a otra persona del mismo por ser miembro de un partido dictatorial en otro país no perteneciente a la UE.
(Aplausos)
Martin Schulz (S&D). – (DE) Señor Presidente, la señora Göncz es diputada al Parlamento Europeo por el mismo Grupo que yo. Uno puede estar contra Ferenc Gyurcsány o a favor de él. Pueden reprobar a la señora Göncz o apoyarla. Es una decisión que cada individuo debe tomar de manera individual, libre e independiente, ya esté a favor o en contra de las convicciones políticas de una persona concreta.
El debate que estamos celebrando se refiere a la última dictadura que queda en Europa. Estamos hablando de una de los dictadores más sangrientos y brutales del continente europeo. Considero totalmente inadmisible que una diputada de mi Grupo, elegida de forma libre y democrática, sea comparada con un dictador sanguinario. También considero que el Parlamento debe rechazar esta situación, cuando procede de la representante de un partido que se caracteriza por un odio y una persecución hacia la minoría romaní en Hungría sin igual en Europa. Si hay aquí una persona que no tiene derecho a criticar a la señora Göncz, es la señora Morvai.
(Aplausos)
Charles Tannock, autor. – Señor Presidente, voy a hablar sobre Belarús y no sobre la política nacional húngara. Hace 20 años del desmoronamiento de la Unión Soviética, pero para el Presidente Lukashenko de Belarús, parece que no ha cambiado nada. La represión política es tan amplia como lo era en los días de la Unión Soviética, y la policía secreta de Lukashenko —que sigue llamándose la KGB a modo de provocación— se utiliza para reforzar dicha represión.
Si recordamos las manifestaciones postelectorales que se produjeron en diciembre del pasado año, Lukashenko no tolera la discrepancia y parece regocijarse en el uso de la violencia y la intimidación contra los activistas que defienden la democracia. Como esta resolución lo ilustra hoy con detalles gráficos, Lukashenko ha intensificado su campaña de persecución y acoso contra aquellos que se atreven a cuestionar sus férreas leyes. Le pedimos que ponga fin a esta campaña de represión en vano, que libere a todos los prisioneros políticos y que devuelva a Belarús al camino de una verdadera democracia pluralista y multipartidista.
En la sesión constitutiva de la Asamblea Parlamentaria Euronest no estaban presentes los representantes de Belarús, y con razón. Belarús es la pieza que falta en el puzzle democrático de Europa, y espero ansiosamente el día en el que vuelva a reunirse con la familia europea.
Alfreds Rubiks (GUE/NGL) . – (LV) Señor Presidente, apoyo plenamente la insistencia del Parlamento Europeo y de los diputados presentes sobre el hecho de que los derechos humanos son derechos fundamentales y constituyen los cimientos de la vida, no solo en la Unión Europea, sino también en todo el mundo. No obstante, no apoyo que se culpe ampliamente a un país (sin citar ejemplos concretos), a su líder o a todos sus ciudadanos de crímenes que no han cometido. Si hablamos del hecho de que algún miembro de la oposición (y no solo de la oposición, sino también otros) es arrestado después de ciertos acontecimientos, y vemos en esa circunstancia una forma de dictadura, entonces ¿cuál es el objetivo de los tribunales en un sistema democrático? Que sean ellos los que se ocupen de lo que ocurrió allí y de quién ha sido arrestado o sentenciado justa o injustamente. El hecho de pertenecer a la oposición todavía no es motivo para permitir que las personas hagan lo que les viene en gana. Pido una actitud mucho más tolerante y equilibrada hacia todos.
László Andor, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, a la Comisión le preocupa profundamente la situación en Belarús, especialmente los acontecimientos que tuvieron lugar tras la violación de las normas electorales en las elecciones presidenciales de 19 de diciembre de 2010.
Las medidas enérgicas cada vez se intensifican más, y actualmente hay en curso juicios contra antiguos candidatos a la presidencia y contra la mayoría de los restantes activistas detenidos. Al mismo tiempo, hay procedimientos en curso que podrían derivar en el cierre de dos de los periódicos independientes que quedan —Nasha Niva y Narodnaya Volya— y prosigue el acoso de la oposición política, la sociedad civil y los medios de comunicación independientes.
La Vicepresidenta y Alta Representante, Catherine Ashton, ha realizado una serie de declaraciones generales y concretas sobre la situación de Belarús. Hemos condenado de manera inequívoca el deterioro de la situación y hemos pedido en repetidas ocasiones a Belarús que ponga fin a las medidas enérgicas continuas que adopta contra la oposición política y la sociedad civil, que libere a todos los prisioneros políticos y que interrumpa los juicios con motivación política. También hemos expresado nuestra gran preocupación por los informes de torturas y otras formas de maltrato, intimidación e irregularidades en los tribunales.
Si me lo permiten, les recordaré que en enero el Consejo adoptó medidas restrictivas entre las que se incluían la prohibición de viajar y la congelación de activos. Actualmente la lista incluye a 175 personas —que debe compararse con los 40 nombres que se propusieron para la congelación de activos y la prohibición de obtener un visado tras las elecciones de 2006— y estamos dispuestos a incluir más nombres si así lo justifican los acontecimientos. Asimismo, estamos considerando opciones para desplegar posibles medidas, también en el ámbito económico.
En nuestros mensajes hemos dejado claro que queremos continuidad en nuestro compromiso con el pueblo y la sociedad civil belarusos. Estamos avanzando en la cuestión de la facilitación de visados. El 28 de febrero el Consejo adoptó directrices de negociación sobre acuerdos de facilitación de visados y readmisión, y estamos animando a los Estados miembros a que hagan un uso óptimo de las flexibilidades existentes que ofrece el Código de visados, en particular de la posibilidad de eliminar y reducir las tasas de los visados para ciertas categorías de ciudadanos. En cuanto a la asistencia, la Comisión está cuadruplicando su ayuda a la población y a la sociedad civil belarusas.
Mantenemos nuestro compromiso político crítico en Belarús. Ello quedó claro en las conclusiones del 31 de enero del Consejo de Asuntos Exteriores. Al mismo tiempo, es evidente que cualquier estrechamiento de nuestras relaciones bilaterales dependerá de que Belarús demuestre su voluntad de respetar los principios de la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos.
A modo de conclusión, permítanme decir que la situación de Belarús sigue ocupando un lugar destacado en nuestra agenda. Me complace ver que una gran mayoría de este Parlamento está comprometida con la continuidad de un debate serio sobre este asunto y con la resistencia a las distracciones. Seguiremos supervisando los acontecimientos detenidamente, y estamos dispuestos a reaccionar del modo apropiado.
Presidente. – Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar en breve.
Declaraciones por escrito (artículo 149 del Reglamento)
Jacek Olgierd Kurski (ECR), por escrito. – (PL) Durante mucho tiempo hemos constatado la impotencia de la Unión Europea frente a la trágica situación de Belarús. Los sucesivos llamamientos y resoluciones no han sido eficaces. La mano dura de Alexander Lukashenko silencia a la oposición, condena a sus líderes y los envía a prisión y a las denominadas «colonias penales». En este contexto, solo hay que mencionar los nombres del candidato presidencial de la oposición, Andrei Sannikau, cuyo juicio se inició hace un mes, y de Mikalai Statkevich, que está bajo arresto a manos de la KGB. ¿Qué ha hecho la Unión para garantizar su liberación? La clave del éxito de una revolución en Belarús es Rusia, que siempre ha sido aliado del régimen. Por ello, sería buena idea que en la próxima reunión con los líderes del Kremlin se dejase de hablar de una zona común de seguridad europea que se extienda desde el Atlántico a los Urales, como quieren los líderes de Francia y Alemania, y se asumiesen los verdaderos retos que tenemos en nuestra propia frontera. La crisis económica en Belarús constituye el mejor momento para el cambio. Toda la ayuda internacional debe supeditarse al cambio democrático en Belarús.