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Procedimiento : 2010/2211(INI)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento : A7-0193/2011

Textos presentados :

A7-0193/2011

Debates :

PV 08/06/2011 - 3
CRE 08/06/2011 - 3

Votaciones :

PV 08/06/2011 - 6.13
Explicaciones de voto
Explicaciones de voto

Textos aprobados :

P7_TA(2011)0266

Acta literal de los debates
Miércoles 8 de junio de 2011 - Estrasburgo Edición DO

3. Un nuevo marco financiero plurianual para una Europa competitiva, sostenible e integradora (debate)
Vídeo de las intervenciones
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  Presidente. – El primer punto es el informe (A7-0193/2011) del señor Garriga Polledo, en nombre de la Comisión especial sobre los retos políticos y los recursos presupuestarios para una Unión Europea sostenible después de 2013, sobre invertir en el futuro: un nuevo marco financiero plurianual para una Europa competitiva, sostenible e integradora [2010/2211(INI)].

 
  
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  Salvador Garriga Polledo, ponente. (ES) Señor Presidente, señor Comisario Lewandowski, colegas, llevamos veintitrés años de perspectivas financieras, cuatro períodos distintos que han contribuido a la evolución ordenada de los gastos y de los ingresos comunitarios. Es la propia existencia de las perspectivas financieras lo que ha hecho posible el desarrollo de los programas de la Unión. Por tanto, este debate y la votación posterior tienen una gran importancia para las finanzas de la Unión. El Parlamento toma por primera vez la iniciativa política en el presupuesto europeo; corresponderá a la Comisión y al Consejo reaccionar a esta propuesta y presentar sus alternativas.

El Parlamento ha elaborado una propuesta marcada por el consenso y la colaboración. Un año de trabajo, mil cien enmiendas, ciento veinte compromisos, once comisiones parlamentarias y diez parlamentos nacionales han contribuido a ello. Quiero felicitar a todos los funcionarios y asistentes que han trabajado durante este año para que el informe sea posible.

La cooperación institucional: el Colegio de Comisarios, encabezado por José Manuel Durão Barroso, con el Comisario de Programación Financiera y Presupuesto, Janusz Lewandowski, especialmente, ha prestado toda su colaboración. Esperamos que la propuesta que ellos elaborarán el 29 de junio sea convergente con las recomendaciones recogidas en nuestro informe.

No se puede seguir haciendo más Europa con menos presupuesto; ya no. Queremos acabar con esta mala costumbre de aceptar solemnes compromisos políticos sin posible financiación. Tenemos suficiente experiencia al respecto con la Estrategia de Lisboa y no queremos que la Estrategia 2020 sea otro fracaso que incremente la decepción y el euroescepticismo. Por eso convertimos la Estrategia 2020 en el eje de las próximas perspectivas financieras.

Creemos firmemente en la eficacia del gasto comunitario. Un euro administrado por el presupuesto comunitario es más eficiente que el gastado individualmente en veintisiete presupuestos nacionales. Hemos comprobado la idea del valor añadido y creemos que se puede aplicar a la práctica totalidad de los programas comunitarios. Pedimos a la Comisión Europea que así lo haga.

No se puede entender la política europea sin una financiación suficiente de la política agraria y la política de cohesión. Por eso, solicitamos al Consejo que mantenga el nivel de gasto para ambas políticas más allá del año 2013. Investigación, desarrollo, innovación, inversiones en eficiencia energética, energías renovables, redes transeuropeas de comunicación e interconexión energética, cambio climático y educación son, entre otras, las prioridades que este presupuesto comunitario debe cubrir.

Pensamos que reducir el presupuesto comunitario no es una opción viable para los que creemos en una Europa competitiva. Valoramos necesario al menos un 5 % de incremento sobre el gasto total de las actuales perspectivas financieras. Ese incremento supone lo mínimo necesario para cubrir las grandes políticas tradicionales y las nuevas prioridades. Ese 5 % es un ejercicio de realismo político y debe ser la base para la futura negociación interinstitucional, junto con la adecuada propuesta que hace este informe, consensuado con los grupos de la Cámara, sobre un nuevo sistema de recursos propios.

Tal vez sea el peor momento para comenzar una negociación de perspectivas financieras, con la crisis y los planes de rescate, pero para todos aquellos que creemos en el presupuesto comunitario como un instrumento necesario para transformar veintisiete Estados miembros en una verdadera Unión, el desafío está ahí delante, y pedimos altura de miras para encararlo.

En el debate de hoy saldrán las cosas buenas y malas del informe, los elogios y las críticas. Sé que no se puede tener el apoyo unánime de la Cámara en un tema tan sensible, pero quiero agradecer a los Grupos políticos la generosidad con la que han buscado el consenso y el talento que han aportado en este tiempo; gracias a ellos el informe final es infinitamente mejor de lo que yo, sin su apoyo, habría sido capaz de realizar.

 
  
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  Joseph Daul, en nombre del Grupo PPE.(FR) Señor Presidente, Señorías, la crisis del euro y de la deuda pública exigen soluciones a escala europea, no nacional. Ese es el mensaje que el señor Barroso, en nombre de la Comisión Europea, ha estado transmitiendo a los Estados miembros durante meses.

No obstante, una solución europea implica financiación europea. Mi Grupo desea adaptar esta financiación a la nueva realidad de Europa, tanto en sus objetivos como en sus atribuciones. La pregunta que quiero hacerle al Consejo es la siguiente: ¿es la Europa de la década de 2020 la misma que la de 1960? ¿Son comparables el estado de las finanzas publicas de nuestros Estados miembros, nuestras perspectivas de crecimiento y la posición de Europa en el mundo? Creo que no. Es evidente que la Europa de hoy no es comparable en ningún aspecto a la Europa de los padres fundadores. Ha cambiado y sería irresponsable no reflejar estos cambios en el modo de financiarla, en otras palabras, en la forma en la que está diseñada.

(El orador interrumpe su discurso con la esperanza de continuarlo más tarde)

 
  
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  Martin Schulz, en nombre del Grupo S&D. (DE) Señor Presidente, en primer lugar, me gustaría dar las gracias al señor Garriga y a los miembros de la Comisión especial sobre los retos políticos y los recursos presupuestarios para una Unión Europea sostenible después de 2013 porque creo que han realizado un trabajo excelente. Rara vez he visto un informe tan equilibrado y razonable como el que ha presentado la Comisión sobre retos políticos.

En cuanto a la futura perspectiva financiera y a su organización, la clase de Europa que queremos se está poniendo de manifiesto. Lo que necesitamos es un presupuesto para los próximos años que refleje las ambiciones de la UE, incluidas las de los Jefes de Estado o de Gobierno, al mismo tiempo que cumple las expectativas de nuestros ciudadanos. Lo que podría parecer un debate bastante inocuo sobre las cifras medidas en posiciones decimales dictará, de hecho, la dirección de la Unión Europea para los próximos diez años.

A menudo, nos vemos frente a nuevas propuestas sobre lo que debería hacer la Unión Europea, lo que debería conseguir y las tareas para las que ha de prepararse. Al mismo tiempo, vemos también que los recursos financieros que eso requiere no están disponibles. Pero, si transferimos más responsabilidades a la UE, contando con que financie ambiciosos proyectos, a la vez que recortamos la financiación, seremos culpables del detrimento de la solidaridad en la Unión Europea, porque fomentaremos las divisiones internas que provoca la lucha por los fondos, por ejemplo, en la política de cohesión. Este tipo de degradación de la solidaridad, del que ya existe alguna modalidad peligrosa en algunos Estados miembros, no debería permitirse entre los Estados de la UE.

Tenemos la Europa que previeron David Cameron o el Gobierno de los Países Bajos —o al menos el partido que apoya al Gobierno en la cámara de diputados neerlandesa—, una Europa de recortes aun mayores, una Europa que se aleja cada vez más del desarrollo integracionista y una Europa de renacionalización. Ese es un concepto que contará con el apoyo de algunas personas. También podría decirse que Europa es nuestra respuesta, como un continente del siglo XXI, a los retos económicos, medioambientales, financieros y relacionados con la política de migración en un mundo globalizado. Hay dos opciones abiertas ante nosotros: podemos dividirnos en partes integrantes, con un tamaño que varíe desde el de Alemania, con una población de 82 millones, al de Malta, con una población de 360 000. Si es cuestión de «sálvese quien pueda», Europa perderá su relevancia. Al fin y al cabo, ni siquiera un Estado de 82 millones de personas, como el que represento, sobreviviría a largo plazo a la competencia intercontinental. Necesitamos la fuerza de los 500 millones de personas y los veintisiete Estados comunitarios. Eso es lo que nos hará fuertes.

Esto es justo lo que expresa un presupuesto para los próximos siete años de la perspectiva financiera hasta 2020. Este es un buen proyecto de plan. Me encantaría ver como el espíritu de la Presidencia polaca, tan evidente en el proyecto que esta ha publicado, el espíritu de cooperación que propone, embarga Europa en los próximos años. Los Estados están negociando en el Consejo el futuro financiero y económico de Europa en igualdad de condiciones con los representantes de sus ciudadanos en el Parlamento Europeo. No se puede decir «queremos un plan Marshall para el Mediterráneo que respalde el desarrollo de las democracias en el Norte de África» mientras, al mismo tiempo, se dice «deberíamos recortar el presupuesto de la UE». No se puede decir «queremos financiar el presupuesto de la UE con el 0,8 % del producto interior bruto» y después exigir compensación cuando nuestros agricultores se ven golpeados por la crisis ECEH, como ha hecho el Gobierno neerlandés. Desde luego que queremos ayudar a los agricultores; tenemos que ayudar a los agricultores. Desde luego que queremos ayudar al Norte de África; tenemos que ayudar al Norte de África. Pero entonces también necesitamos un presupuesto de largo plazo acertado, equilibrado y desarrollado de manera racional, como se describe en este informe.

(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo a la «tarjeta azul» en virtud del apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)

 
  
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  Lucas Hartong (NI). (NL) Señor Presidente, dada la reacción tan negativa que le provoca la posición del Gobierno neerlandés, me gustaría preguntarle a mi estimado colega si todavía reconoce, de algún modo, el derecho democrático de los Estados miembros de la UE a expresar sus propias opiniones en nombre de sus ciudadanos.

 
  
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  Martin Schulz (S&D).(DE) Señor Hartong, por supuesto que reconozco ese derecho. Solo espero que usted también reconozca que la posición del Gobierno neerlandés no puede dogmatizarse sin más, sino que debería debatirse en una democracia multinacional.

Guardo un respeto absoluto por el señor Rutte, que está a favor de un incremento del 2,7 % en el presupuesto de la UE. He tomado nota de ello y me alegra que usted haya escuchado con atención porque las posiciones de todos los gobiernos se debaten sin tapujos en este Parlamento. En este aspecto, no he logrado comprender el significado de su pregunta, pero lo que puedo percibir en ella es que usted también defiende la democracia. Supongo que eso representa algún tipo de progreso.

 
  
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  Guy Verhofstadt, en nombre del Grupo ALDE. – Señor Presidente, aquí tengo la carta del representante del Gobierno de Su Majestad la Reina sobre el informe SURE. En la carta se explica que el Gobierno de Su Majestad se siente decepcionado con el informe SURE. Estimados colegas, creo que eso significa que contamos hoy aquí con un proyecto de informe SURE magnífico.

Debo decirles que aparte de las tres o cuatro palabras que indican que el Gobierno de Su Majestad se siente decepcionado con el informe, el resto de las partes de la carta suponen una auténtica provocación: una provocación a Europa y a la Unión Europea, porque la cuestión principal que trata consiste en que no es posible aumentar el marco financiero plurianual (MFP) y en que debemos ceñirnos al MFP anterior, con las mismas cifras, los mismos recursos, como es natural los mismos reembolsos y, sin duda, el mismo reembolso para el Reino Unido. No debemos cambiar nada.

El Gobierno de Su Majestad es, no obstante, un Gobierno que quiere tomar decisiones, que quiere reformar en el Reino Unido, pero también en la Unión Europea. No entiendo por qué nos tenemos que ceñir al antiguo MFP y continuar con las políticas del pasado. Creo que ha llegado el momento oportuno para explicar a los ciudadanos que no solucionaremos la consolidación fiscal de los diferentes Estados miembros de la Unión Europea recortando este presupuesto de la UE del 1 % (PIB de la UE). Este 1 % supone solo una cuadragésima parte del gasto total de la Unión Europea.

Hay otras maneras de ahorrar. Podemos sugerirle también al Gobierno de Su Majestad que, si desea ahorrar en el sector público británico, puede hacerlo ampliando el papel de la Unión Europea.

Permítanme que les ponga tres ejemplos. En primer lugar, en la política exterior: en los Estados Unidos hay 28 000 diplomáticos y en Europa 93 000; el número de diplomáticos de Europa es cuatro veces más elevado porque no trabajamos juntos en el marco de una única política exterior. Ahí se puede ahorrar. Si el Gobierno británico invirtiera más en la Unión Europea, podría ahorrar en su política exterior, en el departamento de William Hague. Otro ejemplo es la política monetaria: alrededor de 44 000 personas se ocupan de la política monetaria en la Unión Europea y en los Estados Unidos son 18 000 en la Junta de la Reserva Federal; eso supone un número de funcionarios tres veces menor.

Si el Gobierno británico quiere ahorrar, puede unirse a la zona del euro, puede atribuir a la Unión Europea más competencias y responsabilidades y puede ahorrar en los puestos de las personas que trabajan en la política monetaria en Gran Bretaña. Si quiere ahorrar en Gran Bretaña, puede hacerlo en el sector de la investigación con solo adoptar de inmediato la patente europea. Así se ahorraría buena parte de su presupuesto para investigación. Es la respuesta que tenemos que darle al Gobierno de Su Majestad.

(Aplausos)

 
  
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  Joseph Daul, en nombre del Grupo PPE. (FR) Señor Presidente, a mi Grupo le gustaría que la financiación europea reflejara las nuevas realidades, tendencias y aspiraciones de Europa. ¿Se corresponden el estado de las finanzas públicas de nuestros Estados miembros, nuestras perspectivas de crecimiento y el lugar que Europa ocupa en el mundo con la visión de los padres fundadores de Europa? En absoluto: han evolucionado y cambiado.

Sería irresponsable no ajustar la forma de financiación de Europa para reflejar estos cambios. El marco financiero plurianual es un asunto eminentemente político que la comisión especial, en cooperación con la Comisión de Presupuestos, ha estado discutiendo durante un año. Me gustaría felicitar a la comisión por su trabajo. Espero que el espíritu europeo presente en la comisión determine la aplicación del marco y haga avanzar a Europa en beneficio de sus ciudadanos.

El Grupo del Partido Popular Europeo (Demócrata-cristianos) insta a todos los Estados miembros a participar en todos los aspectos de este debate. Cuando digo en todos los aspectos, me refiero a que no se limiten a anunciar que la meta definitiva consiste en congelar el gasto europeo para 2020, ni a rechazar sin más el concepto de los recursos propios de la UE. Queremos recursos propios para reducir la presión ejercida sobre los presupuestos nacionales. Por este motivo estamos proponiendo el concepto de los recursos propios a los Jefes de Estado o de Gobierno: para aliviar los ajustados presupuestos nacionales.

Permítanme que les recuerde que el presupuesto europeo siempre ha sido equilibrado, no como los presupuestos nacionales que, en su mayor parte, tienen graves déficits. Permítanme que les recuerde además que más del 90 % de ese presupuesto se emplea en proyectos que benefician a los Estados miembros. Por último, permítanme que recuerde a los Estados miembros que el dinero que no se gaste se les devolverá a finales de año. Aun así, se nos acusa de malos gestores: creo que debemos intensificar nuestros esfuerzos de comunicación. Así que, por favor, dejemos de tratar el presupuesto europeo como si fuera una presión que se ejerce sobre las finanzas nacionales.

Seamos sinceros: un euro gastado a escala europea cunde mucho más que un euro gastado por los gobiernos nacionales. Entre 20 y 30 céntimos de cada euro de gasto nacional se destinan de inmediato a reembolsar los intereses de la deuda nacional. Hay que decirles la verdad a los ciudadanos europeos.

La verdad es que sin financiación europea para la educación y el aprendizaje permanente, la fuga de cerebros a China y a los Estados Unidos se acelerará. La verdad es que sin financiación europea para la investigación y la innovación, nuestros países serían menos competitivos a escala mundial, y el crecimiento y el empleo se resentirían. La verdad es que sin financiación europea para la política de cohesión, la brecha entre regiones ricas y regiones pobres se ampliaría. La verdad es que sin financiación europea, la política de seguridad alimentaria, la política energética y la política de cambio climático no podrían satisfacer nuestras expectativas y nuestros objetivos. Señorías, la verdad es que sin financiación europea para las políticas exterior y de defensa, la Unión Europea habría seguido esperando entre bastidores, en lugar de ocupar el centro de la escena mundial.

Por supuesto, el dinero no es la única consideración: el modo en que la Unión Europea elija invertir y aplicar las prioridades políticas para 2020 y para más adelante determinará la capacidad de Europa de influir en el mundo. El Parlamento Europeo —y por una vez los grupos que ya han intervenido están de acuerdo conmigo— insta al Consejo a reflexionar sobre su posición en cuanto al marco financiero.

Si el Consejo está comprometido en serio con el repunte del crecimiento y el empleo, tiene que usar el presupuesto europeo y los recursos propios comunitarios como un potente acicate. Si, al igual que el Parlamento y la Comisión, el Consejo desea brindar a Europa una oportunidad real en el contexto de la globalización, debe comprender que el gasto inteligente es mucho más útil que limitar el gasto, así como que financiar juntos proyectos comunes supone un enfoque más inteligente que distribuir mucho los recursos entre proyectos de corta duración.

Señorías, esta mañana los miembros del Grupo PPE solicitan un proyecto ambicioso para Europa. Nuestros conciudadanos comparten nuestra ambición y nuestras esperanzas. Ahora que los jóvenes manifiestan su ansiedad en las calles de Atenas y Madrid, ahora que 500 millones de europeos se preguntan qué les depara el futuro, es hora de hacer las preguntas correctas y hallar las respuestas a las cuestiones a los que nos enfrentamos.

 
  
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  Richard Ashworth, en nombre del Grupo ECR. – Señor Presidente, si me permite aprovechar esta oportunidad, en nombre del Gobierno de Su Majestad, quisiera responder al señor Verhofstadt, que, como siempre, no ha captado la idea y que, como siempre, se mueve en la dirección equivocada.

Si el señor Verhofstadt hubiera leído el informe, habría visto que el Gobierno de Su Majestad menciona que este es un periodo de crisis en Europa. Se habría dado cuenta de que se están estancando las economías, de que se están perdiendo empleos y de que las industrias luchan por competir en un mundo que cambia muy rápido. Lo que Europa necesita es un presupuesto relevante, que aporte valor añadido y que se ocupe de las personas, pero lo que el señor Verhofstadt y sus colegas están ofreciendo es más de lo mismo.

Hay un dicho que reza «Si no cambias de dirección puedes terminar en el lugar al que te diriges». El presupuesto tiene que cambiar de dirección. Nosotros y el Gobierno de Su Majestad coincidimos en que el gasto debería incrementarse en los ámbitos que añaden valor. Estamos acuerdo: debe incrementarse la inversión en investigación y desarrollo, en redes transeuropeas de transporte, energía y telecomunicaciones. Estamos de acuerdo: la educación, las pequeñas empresas y el fomento del mercado único son inversiones inteligentes y acertadas y deberían alentarse. Eso ayudará a crear empleos y crecimiento. Pero no nos parece aceptable que esta Cámara lo tome como motivo para exigir un mayor presupuesto.

Al señor Verhofstadt he de decirle lo siguiente. Por toda Europa, los gobiernos están imponiendo presupuestos de austeridad y esta Cámara sería muy imprudente si no aceptara ese mensaje, si decidiera ignorar la carta de los cinco jefes de Gobierno, porque esos cinco jefes de Gobierno están diciendo que la respuesta no es más Europa, sino una Europa más inteligente.

Necesitamos un presupuesto más orientado. En la Comisión especial sobre los retos políticos y los recursos presupuestarios para una Unión Europea sostenible después de 2013 hemos hablado de prioridades, pero nunca hemos actuado en consecuencia. No hay indicios de que estemos dispuestos a tomar duras decisiones, como las que están tomando los gobiernos de toda Europa en este momento.

Así pues, aceptamos que debería incrementarse el gasto en las nuevas prioridades, pero pensamos también que era hora de examinar de nuevo las prioridades tradicionales, de modo que esta también ha sido una oportunidad perdida por el presupuesto europeo.

(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo a la «tarjeta azul» en virtud del apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)

 
  
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  Andrew Duff (ALDE). – Señor Presidente, me gustaría preguntar a mi colega si admite que la transferencia del presupuesto nacional al europeo de algunos elementos clave del gasto creará rentabilidad y economías de escala y ahorrará dinero a las tesorerías nacionales. Este es el mensaje central del planteamiento del Parlamento en lo tocante a la reforma de la perspectiva financiera. Es lógico y requiere una respuesta lógica y racional de Londres.

 
  
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  Richard Ashworth (ECR). – Señor Presidente, entiendo lo que quiere decir el señor Duff y, como siempre, la teoría es correcta pero la práctica no.

Muéstreme pruebas de los ámbitos en los que la transferencia de ese apoyo consigue una mayor rentabilidad a través del gasto de la Unión Europea. Muéstreme pruebas de los ámbitos en los que se ha ahorrado de verdad dinero a los ciudadanos, en lugar de haberles costado más.

Insisto, este presupuesto es la prueba de la demanda del señor Duff y de sus colegas de más Europa, no de una Europa más inteligente. El Gobierno del Reino Unido está pidiendo un gasto más adecuado, no más gasto.

 
  
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  Bas Eickhout, en nombre del Grupo Verts/ALE. (NL) Señor Presidente, siempre es interesante ver que, en cuanto empezamos a hablar de un presupuesto innovador, el debate se centra en «¿cuánto exactamente?». Este debate debería tratar en realidad de tres cuestiones, tres prioridades que para nosotros, el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, son cruciales.

En primer lugar, necesitamos una visión para Europa y tenemos que decidir cuál es el valor añadido que el presupuesto aporta a esta visión para Europa. En segundo lugar, sí, señor Ashworth, el presupuesto debería renovarse y hacerse más ecológico, debería ser un presupuesto innovador. Sin embargo, un presupuesto innovador denota también cambios de prioridades y aun más dinero europeo. La tercera prioridad tiene que ver con los recursos propios de la UE. Hagan el sistema más justo y transparente y entonces hablaremos de recursos propios.

Permítanme tocar estas tres prioridades; para empezar, hablaré del valor añadido. También en este sentido, da la sensación por el tono del debate de que el dinero que se envía a Bruselas desaparece en un agujero negro. ¡Qué tontería más grande! Si empiezan a analizar lo que puede hacerse en el plano europeo, hay muchas razones para invertir dinero a escala europea en lugar de a escala nacional. Piensen, por ejemplo, en nuestros servicios diplomáticos, en nuestras embajadas en el extranjero. ¿Queremos veintisiete embajadas en todos los países de África o queremos una sola de la UE? Esta última opción implica destinar más dinero de la UE para esa embajada de la UE, pero significa que se gasta veintisiete veces menos en los veintisiete Estados miembros. Eso es administrar el dinero con eficacia.

Piensen también en la infraestructura. Nosotros, como países, construimos infraestructura, ¿cómo aseguramos entonces que funcione también al otro lado de las fronteras, en el campo de las redes de energía? Para esto también necesitamos dinero europeo. Piensen en la innovación y la investigación. Asegúrense de que están consolidadas para que conserven su unidad, para tener economías de escala. Eso es inversión inteligente. Esta es una visión del valor añadido de Europa y es la razón por la que necesitamos un presupuesto europeo.

En segundo lugar, el presupuesto debe ser innovador. El presupuesto actual entra dentro de la normalidad. Tenemos los objetivos para 2020 dirigidos a lograr una economía inteligente, una economía sostenible. Por lo tanto, debemos invertir en este campo. El desafío para la UE consiste en abordar la escasez, la escasez de recursos naturales, pero también de mano de obra. La UE tiene que invertir en este campo para que podamos abordarlo. El Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural debe renovarse y hacerse más ecológico para que la agricultura pueda convertirse en un ejemplo de planteamiento apropiado y eficaz de los recursos naturales. Los Fondos Estructurales, asimismo, deben responder a estos nuevos desafíos, como la energía. Cerciorémonos de que los Fondos Estructurales contribuyen a alcanzar los objetivos que hemos marcado para 2020. Esa es la innovación de la que deberíamos estar hablando.

¿Cuáles son los nuevos desafíos? Energía sostenible —eso significa infraestructura y necesitamos dinero para ello— y política exterior — la primavera árabe: ¿cuál ha sido la respuesta europea? Para eso, también, necesitamos dinero europeo. La reducción de la pobreza en la UE y fuera de sus fronteras, el cambio climático y la innovación son todas buenas razones para actuar a nivel europeo.

La tercera prioridad tiene que ver con los recursos propios de la UE. El sistema actual está en quiebra. Los reembolsos de los que disfrutan los británicos y que quieren los neerlandeses y los daneses componen un sistema en quiebra. Garanticen un sistema más justo y transparente o garanticen los recursos propios para la UE. Consideren un impuesto sobre las transacciones financieras. Entonces conseguirán un sistema justo en el que el dinero se destine a la UE y en el que podamos lograr nuestros propios objetivos. Esa es una política inteligente. Las cosas tienen que cambiar pero deben cambiar a escala europea, sin duda.

Por último, me gustaría plantear la siguiente pregunta a aquellos Estados miembros que están diciendo que se debería dar cada vez menos dinero a la UE, pero que, al mismo tiempo, le conceden todo tipo de las prioridades a la UE: si desean asignar menos dinero a la UE ¿en qué prioridades debería la UE centrarse? Porque si desean que la UE reciba menos dinero, también tendrán que tomar decisiones. Hasta ahora, hemos oído que hay cada vez prioridades, pero menos dinero. Eso no se sostiene. Pues bien, esa es la cuestión sobre la que los Gobiernos británico y neerlandés deberían estar reflexionando.

 
  
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  Lothar Bisky, en nombre del Grupo GUE/NGL.(DE) Señor Presidente, señor Garriga Polledo, comprenderá que las expectativas de la izquierda en relación con la dimensión social de la UE sean aun más altas y que, por tanto, se sienta algo decepcionada por el hecho de que su informe no conceda una mayor prioridad a los aspectos sociales para los próximos años.

Estoy seguro de que la conservación y el desarrollo del modelo europeo de Estado social y del principio europeo de solidaridad cobrarán una enorme importancia en tiempos de crisis y recortes económicos. Ambos son logros culturales significativos para Europa y, en mi opinión, renunciar a ellos sería una señal del fin del proceso europeo de integración social.

Por supuesto, ha enumerado muchos retos importantes y algunos de ellos van más allá de la Estrategia Europa 2020. Aun así, no creo que el incremento provisional del 5 % propuesto baste para cumplir estos retos. Como Parlamento, debemos dejar clara nuestra intención de ofrecer un respaldo particular a una Europa social. Es posible que otros elementos, como ERD, Frontex e ITER, tengan que esperar un poco más. No me parece bien que se invite al Consejo a fijar prioridades negativas o recortes, en otras palabras.

Al mismo tiempo, tenemos que aceptar que este informe desencadenará un profundo debate parlamentario sobre la reforma del sistema de recursos propios. En particular, la introducción de un impuesto sobre las transacciones financieras es un tema que debemos atender de una vez. No se trata solo de un útil instrumento financiero, ofrece también una mayor transparencia con respecto al modo de financiación de la UE.

Desde luego, eso implica una parte importante de regulación del mercado financiero. También creo que hay que suprimir el reembolso británico y cerciorarnos de que los recursos de la UE que no se utilicen se devuelvan al presupuesto comunitario.

 
  
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  Marta Andreasen, en nombre del Grupo EFD. – Señor Presidente, se acusará, una vez más, a esta Cámara de no vivir en el mundo real si vota a favor de un mayor incremento del presupuesto para el periodo 2014-2020. La razón aducida para este incremento es la financiación de la Estrategia Europa 2020, de la que se dice que nos sacará de la crisis.

Acordémonos de lo que ocurrió con la Estrategia de Lisboa: fue un fracaso épico. Se malgastó el dinero de los contribuyentes y ese error no debería repetirse. El Tribunal de Cuentas Europeo da parte de un porcentaje significativo de irregularidades que afectan a distintos ámbitos de la política, una media del 2,8 % del presupuesto año tras año, y seguimos inyectando fondos a estas regiones. En algunos proyectos se han triplicado los costes frente a las estimaciones originales; en otros se sufren demoras mientras se sustituyen por una tecnología mejor. Eso ocurre con Galileo, que ha pasado de un presupuesto de 7 700 millones de euros a un presupuesto de 22 600 millones de euros.

Más del 40 % del presupuesto sigue invirtiéndose en la política agrícola común, a pesar de que solo da empleo a un 4,7 % de la fuerza laboral de Europa. La política pesquera común —que la Comisaria Damanaki considera un fracaso— requiere el envío de mil millones de euros de los contribuyentes a Bruselas cada año. El Servicio Europeo de Acción Exterior cuesta 500 millones más cada año, pese a que todavía no se ha demostrado su razón de ser.

Todos estos ejemplos deberían justificar la reducción del presupuesto, no su incremento. Me gustaría pensar que el Gobierno del Reino Unido va a adoptar una postura firme, a decir que ya basta y a pedir una reducción, aunque parece que sus diputados al Parlamento de coalición se posicionan en este sentido a favor de la congelación. Los contribuyentes del Reino Unido no se lo agradecerán.

 
  
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  Lucas Hartong (NI). (NL) Señor Presidente, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, el Ministro británico, Sir Edward Grey, pronunció estas palabras: «En toda Europa se apagan ahora las luces: puede suceder que jamás volvamos a verlas encendidas». Tenemos ante nosotros el informe Polledo sobre las prioridades políticas del Parlamento Europeo para el periodo posterior a 2013, que compete tanto a la legislación como al presupuesto. Esta es, por tanto, la visión de la UE sobre el futuro de los ciudadanos europeos.

¡Qué terrible pobreza intelectual, cultural y política impregna este informe! ¡Cómo tiende hacia la dictadura la élite política europea! Este Parlamento afirma que la UE está añadiendo más valor a escala internacional que la suma de los Estados miembros por separado. Por ello, exigen un incremento mínimo del 5 % del presupuesto de la UE. ¡Es ridículo! ¡Vaya negación de la soberanía nacional y vaya desprecio hacia los ciudadanos y los gobiernos de nuestros países!

Permítame que lo aclare: un Estado miembro juicioso como los Países Bajos nunca podrá coincidir con este informe. Los diputados al Parlamento con una visión moderna que refleje su amor por la libertad deberían tirar este informe a la basura sin dudar. ¿Por qué? Porque, de lo contrario, las luces se apagarán en Europa y estaremos allanando el camino para un oscuro futuro para nuestros hijos. Mi Grupo quiere que las luces sigan encendidas y, por lo tanto, votaremos con rotundidad en contra del informe.

 
  
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  Presidente. – Estimados colegas, como ven, estamos presenciando una discusión fundamental sobre el futuro de Europa y esperamos el punto de vista de la Comisión.

Hay una pregunta por el procedimiento de la «tarjeta azul». Señor Hartong, ¿está preparado para responderla?

 
  
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  Gerben-Jan Gerbrandy (ALDE). (NL) Señor Presidente, me gustaría preguntar a mi colega diputado, el señor Hartong, lo siguiente. Hoy varios Estados miembros de la UE son miembros del G-8, la organización de las ocho economías más relevantes del mundo. Pero en los próximos diez a quince años ni un solo país europeo estará representado en ese grupo. ¿Cómo puede insistir entonces en que los países europeos siguen desempeñando por separado un papel significativo en la escena mundial? ¿No cree que la única forma de la que Europa puede continuar desempeñando este papel es actuando juntos?

 
  
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  Lucas Hartong (NI). (NL) Señor Presidente, le agradezco a mi colega diputado la pregunta. Europa es tan magnífica y poderosa gracias a sus Estados miembros, de modo que gracias al trabajo conjunto, en estrecha consulta, los Estados miembros son capaces de hablar con una voz firme en la escena política internacional. Eso sigue sucediendo. Precisamente porque los gobiernos nacionales están trabajando bien juntos, sus voces harán coro.

 
  
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  Janusz Lewandowski, Miembro de la Comisión. – Señor Presidente, agradezco, en nombre de la Comisión, el informe que ha presentado la Comisión SURE. Esta es una verdadera contribución a los preparativos para la próxima perspectiva financiera, pero es además una aportación europea de arriba abajo. Representa una legítima perspectiva europea sobre el futuro del proyecto europeo. Se necesita con desesperación ahora que afrontamos diversos retos comunes que exigen respuestas comunes en una época que el señor Schulz ha calificado como de Entsolidarisierung (de detrimento de la solidaridad).

Mi comentario no solo se refiere al informe, también a las medidas de la Comisión SURE —en las que he participado, así que sé de lo que hablo—, a la hábil gestión de Jutta Haug y al papel de Salvador Garriga Polledo. Este es el amplio consenso y el voto mayoritario que puede que, con suerte, se confirme hoy en la sesión plenaria. Sí, compartimos la visión contenida en el informe. Si, también opinamos que el presupuesto europeo no consiste en la duplicación de los presupuestos nacionales, sino en conseguir objetivos comunes que estén más allá de la capacidad de los Estados nacionales y en los que los fondos europeos pueden lograr economías de escala o crear sinergias.

En resumen, el presupuesto europeo debería utilizarse para ámbitos en los que marque una diferencia, ya que su naturaleza es la inversión y no tiene déficit. También compartimos una visión de las políticas «tradicionales», como se les llama, —es decir, la política agrícola común y la política de cohesión. Tradicionales no significa desfasadas, son mecanismos para conseguir los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Si se perfilan bien en el presupuesto, podrían dar margen para una financiación mejor a ojos vistas de los ámbitos sub-financiados —como la innovación, la gestión de los flujos migratorios, las responsabilidades exteriores de la Unión Europea que ahora son tan visibles en la región del Mediterráneo, la eficiencia energética y, sobre todo, el modo de conectar Europa a través de las redes transeuropeas y a través del resto de conectores transfronterizos en los sistemas energéticos.

El presupuesto europeo debería asumir nuevas funciones como herramienta para disciplinar las finanzas públicas de los Estados miembros, pero no se le puede culpar de la mala administración de las finanzas públicas en el plano nacional. Debería actuar ahora como garantía del mecanismo de la balanza de pagos, pero también debería hacerlo en el futuro para un mayor aprovechamiento de instrumentos financieros innovadores que impulsen los presupuestos europeos.

El informe está pidiendo una reforma del aspecto financiero y tenemos que responder indicando nuevos recursos. Como bien ha dicho el señor Daul, este es el modo de facilitarle la vida a un ministro de finanzas —indicando nuevos recursos propios para el presupuesto y reduciendo la contribución directa. Por ello, el paquete que se presentará a finales de junio trata de cifras, del reglamento del marco plurianual, de una nueva propuesta de un acuerdo interinstitucional y también de recursos propios. Las propuestas sectoriales específicas llegarán más tarde, de septiembre a finales de año.

Permítame que termine reiterando mi convicción de que el informe de la Comisión SURE es una buena aportación al debate sobre el futuro de la Unión Europea y un punto de referencia firme y relevante para la Comisión. La cooperación entre la Comisión y el Parlamento es esencial no solo para un buen comienzo del proceso de perfilar la propuesta, sino también para un final feliz de unas negociaciones que resultan tan espinosas en el contexto actual.

 
  
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  Presidente. – Gracias, señor Comisario. Ha sido un debate muy significativo entre la Comisión y el Parlamento. Las dos instituciones desean respaldo mutuo y contar con un enfoque similar respecto al marco financiero plurianual. Veremos el proyecto de la Comisión Europea a finales de este mes, cuando se presentará también en el Parlamento.

(En respuesta a una voz de la sala:)

Lo lamento, pero las preguntas por el procedimiento de la «tarjeta azul» no están a disposición de nuestros invitados, solo de los diputados al Parlamento Europeo.

 
  
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  Thijs Berman, ponente de la opinión de la Comisión de Desarrollo. (NL) Señor Presidente, este es un informe claro y también vital, porque establece que la Unión Europea cargará con su responsabilidad ante los países más pobres durante los próximos siete años y que, por tanto, realizará asignaciones con este fin en el presupuesto. Establece que los Estados miembros deben respetar sus propios acuerdos. Sin embargo, los Estados miembros tienen todavía un largo camino por recorrer para destinar el 0,7 % de su producto nacional bruto (PNB) a la cooperación al desarrollo. Si la Unión Europea coopera en este ámbito, se ahorrará, se eliminarán los solapamientos y se asegurará un gasto mejor y más eficaz.

El informe estipula que la acción para combatir el cambio climático no puede recibir fondos del presupuesto para el desarrollo. Exige una mayor prioridad del refuerzo de los derechos humanos, de la democracia y del Estado de Derecho. Exige nuevos métodos de financiación aparte de las subvenciones, como combinaciones de préstamos y subvenciones. Recalca que la acción humanitaria debería seguir contando con su propio instrumento financiero independiente porque la ayuda de emergencia debe ser neutral y permanecer al margen de las decisiones políticas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE). Con estas decisiones, la Unión Europea sigue siendo el socio más importante de los países en desarrollo del mundo y eso es vital.

 
  
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  Gerben-Jan Gerbrandy, ponente de la opinión de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. (NL) Señor Presidente, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria también puede manifestar su satisfacción con el informe, en la forma en la que se nos ha presentado. Tiene en cuenta la escasez de materias primas, la amenaza a la biodiversidad, el movimiento hacia una energía sostenible y, en particular —y eso me parece clave—, la importancia de la sostenibilidad para nuestra economía.

Aunque hay un «pero»: vivimos una época en la que todos los Estados miembros mueven cada euro al menos tres veces antes de gastarlo. Aun así, estamos haciendo algo muy peculiar. Estamos gastando miles de millones en subvenciones, como subvenciones que perjudican al medioambiente y en cosas que más tarde nos cuesta miles de millones enderezar. Por eso, en nombre de mi Grupo, he vuelto a presentar la enmienda que adoptó la Comisión de Medio Ambiente, es decir, ir reduciendo las subvenciones que perjudiquen al medioambiente en el período hasta 2020. En tiempos de escasez, en especial, no podemos permitirnos ese tipo de subvención.

 
  
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  Constanze Angela Krehl, ponente de la opinión de la Comisión de Desarrollo Regional.(DE) Señor Presidente, la política de cohesión constituye uno de los presupuestos individuales más grandes de la Unión Europea. Tenemos que desarrollar una política adaptada a los nuevos retos. Queremos inversión en una infraestructura moderna, en investigación, en innovación y en el desarrollo de nuevas tecnologías. Queremos desarrollo urbano sostenible e integrado y queremos una fuerza laboral con un buen nivel educativo.

Las regiones necesitan subvenciones específicas que les ayuden a ser competitivas y a desarrollarse en el aspecto económico. Pero, al mismo tiempo, ha de decirse que todas las regiones deben tener acceso la política de cohesión, tanto los Estados miembros de Europa Oriental como las potentes economías nacionales como Alemania. El este de Alemania requiere ayuda. No obstante, algunas regiones del oeste de Alemania necesitan asimismo ayuda europea, al igual que algunas partes del Reino Unido.

Eso exige un presupuesto que no debe ser inferior al actual y que no puede dividirse en distintos sectores. Debemos esforzarnos al máximo por mejorar la eficiencia y transparencia y debemos asociarlas con la renuncia a la burocracia innecesaria. La cohesión está relacionada con la solidaridad, pero la cohesión es también necesaria y razonable desde un punto de vista económico.

La falta de cohesión es una mala noticia, incluso para las fuertes economías nacionales. Por esta razón, deberíamos proporcionar respaldo financiero apropiado a la política de cohesión. Quisiera dar las gracias al ponente por incluir la opinión de la Comisión de Desarrollo Regional en su informe y pedirles su apoyo para la enmienda dirigida a mejorar una vez más las categorías intermedias.

Hemos llegado a un compromiso en la Comisión de Desarrollo Regional y le recomendaría a esta Cámara que incorporara el compromiso alcanzado por políticos especialistas al informe Garriga. Pido un amplio respaldo.

 
  
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  Giovanni La Via, ponente de la opinión de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural.(IT) Señor Presidente, antes que nada, me gustaría alabar al señor Garriga Polledo, también en nombre de la mayoría de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, por su excelente trabajo durante los últimos meses.

El debate sobre las futuras perspectivas financieras fue muy acalorado y el informe preparado por el señor Garriga Polledo ofrece un resumen eficaz que comprende las posiciones tomadas por las distintas delegaciones nacionales y los diversos grupos políticos.

En mi capacidad como ponente para la opinión de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, manifiesto mi pleno apoyo de la decisión de dejar inalterado al menos el presupuesto para agricultura y —como muchos de mis colegas de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural— discrepo por completo de la enmienda presentada por el Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ALDE) por la que se aceptarían posibles futuros recortes de los recursos agrícolas con el objeto de financiar otras actividades.

Me veo obligado a recordar a mis colegas diputados que los Tratados consagran la política agrícola común y que es una de las pocas políticas verdaderamente europeas; puede desempeñar un importante papel en un sector estratégico que ofrece bienes públicos y genera verdadero valor añadido europeo.

 
  
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  Cătălin Sorin Ivan, ponente de la opinión de la Comisión de Cultura y Educación.(RO) Señor Presidente, siempre que hablamos del presupuesto de la Unión Europea y de los fondos europeos y, en particular, sobre el futuro del marco financiero plurianual, hablamos automáticamente del valor añadido europeo. No creo que exista un ámbito o un segmento del presupuesto de la Unión Europea en el que se ofrezca un mayor valor añadido europeo, con tan poco dinero. No obstante, para asegurarnos de que todo lo que pensamos en esta Cámara y de que todos los proyectos europeos guardan relación con la población europea y con cada ciudadano europeo y de que estos proyectos tienen futuro, la juventud actual debe creer en el proyecto de la Unión Europea, deben sentirse cada vez más europeos y debemos aumentar de manera significativa la inversión en cultura, educación y proyectos y programas para la juventud.

Por esta razón sostengo que para que la Unión Europea tenga un futuro necesitamos más dinero para la educación, para la cultura y para los jóvenes. Por no mencionar el deporte, que es una prioridad del programa de Europa 2020.

 
  
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  Eva-Britt Svensson, ponente de la opinión de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género.(SV) Señor Presidente, como ponente de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género me gustaría señalar que cuando se toman decisiones cruciales en lo que respecta a la economía, a los asuntos financieros y monetarios, a cuestiones fiscales y a la política comercial y en todas las decisiones que afectan al presupuesto y a nuestras oportunidades, la influencia de las mujeres es en la actualidad muy limitada. Con el objeto de producir un presupuesto moderno para el futuro, la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género ha resaltado algunos asuntos importantes para el futuro trabajo en el presupuesto.

Las habilidades y experiencia de las mujeres deben aprovecharse. Nos gustaría señalar la necesidad de integrar la igualdad, de que la igualdad se tenga en cuenta en el presupuesto. Oigo a mis colegas diputados hablar sobre el futuro presupuesto, sobre los mayores recursos, etc. No solo es cuestión de mayores recursos, también hay que tener el coraje político para volver a conceder prioridad a algunos aspectos del presupuesto y a aprovechar las habilidades de las mujeres. Si lo hacemos, no tendremos que andar siempre pidiendo más y más recursos presupuestarios, seremos capaces de usar el presupuesto para elaborar políticas modernas para el futuro.

 
  
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  Reimer Böge, en nombre del Grupo PPE.(DE) Señor Presidente, Señorías, este informe es una oferta apropiada y razonable del Parlamento a la Comisión y al Consejo para que desarrollen más la base presupuestaria de la Unión Europea en tiempos difíciles.

Me gustaría agradecer al ponente, el señor Garriga Polledo, y a la presidenta de la comisión, la señora Haug, su trabajo. Ambos han realizado una excelente labor. A pesar de todas las diferencias políticas entre los distintos grupos, nuestro trabajo se ha caracterizado por la lucha por encontrar soluciones europeas conjuntas. Otras instituciones podrían contagiarse un poco de este espíritu. Queremos recursos propios auténticos, como se describen en el Tratado.

Sin perjuicio de otros ingresos, el presupuesto debe financiarse únicamente con recursos propios. En otras palabras, al exigir esto estamos siéndole leales al Tratado. Por cierto, vamos a poner fin a todos estos reembolsos específicos extraordinarios. Este debate debería llevarse a cabo junto con los colegas de los parlamentos nacionales sin prejuicios y echando menos espumarajos por la boca de los que se hacen evidentes en algunas capitales y en algunos comentarios.

Al mismo tiempo, queremos saber que la unidad del presupuesto está protegida y que la política presupuestaria no se va a deducir del presupuesto comunitario. Cuando hablamos sobre gastos, tenemos que referirnos a las obligaciones que se derivan del Tratado de Lisboa. Tenemos que proporcionar financiación suficiente para la Estrategia Europa 2020, a la que nos hemos comprometido. El crecimiento es la base de la actividad económica y social.

Tenemos que profundizar más que nunca en el tema del valor añadido europeo y de las sinergias necesarias entre los presupuestos nacionales y el presupuesto comunitario porque, aparte del potencial de ahorro que se pueda conseguir en el presupuesto comunitario, muchos de los recursos adicionales requeridos pueden discutirse en el contexto de un auténtico debate sobre la sinergia y el potencial de ahorro entre el presupuesto comunitario y los presupuestos nacionales. Debemos dejar claro al Consejo que si se niega a seguir el camino que le hemos mostrado hoy, tendrá que indicar qué prioridades políticas se deben tachar del orden del día y ya no se financiarán. Es necesario para ser sinceros con los ciudadanos. Espero que la Comisión responda de forma positiva a estas sugerencias del Parlamento en sus propuestas legislativas y espero que las futuras presidencias encuentren una manera de comunicarse de una manera abierta y transparente con el Parlamento, para que podamos completar los procedimientos de consentimiento en el plazo apropiado.

(El orador acepta responder a una pregunta formulada con arreglo a la «tarjeta azul» en virtud del apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)

 
  
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  Derk Jan Eppink (ECR). – Señor Presidente, por lo que yo sé, el señor Böge es miembro de la CDU alemana. Me pregunto si su petición de recursos propios para la UE refleja la opinión personal o la posición de su partido en Alemania.

 
  
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  Reimer Böge (PPE).(DE) Señor Presidente, responderé con mucho gusto a su pregunta. En realidad, no solo soy miembro de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), sino también vicepresidente de la CDU en Schleswig-Holstein desde hace trece años. Antes de que esta comisión expresara su punto de vista, los miembros de la CDU/CSU del Parlamento Europeo convinieron una posición. La afirmación sobre los recursos propios acordada por los miembros de la CDU/CSU del Parlamento Europeo, que, hasta cierto punto, contradice la posición nacional del partido, concuerda con lo que dice la Comisión sobre retos políticos. Respaldo esta posición, también en mi capacidad como político de la CDU alemana.

 
  
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  Göran Färm, en nombre del Grupo S&D.(SV) Señor Presidente, la UE tiene que hacer frente en la actualidad a los mayores desafíos que ha afrontado en mucho tiempo. Tratemos de poner fin a la crisis económica y, al mismo tiempo, de evitar nuevas crisis. Hay que abordar la creciente globalización y la mayor competencia. Requeriremos grandes inversiones fronterizas en investigación, por ejemplo. Tenemos que acometer los desafíos que plantean el medioambiente y el clima y controlar la provisión de energía sostenible.

Hemos de invertir la devastadora tendencia hacia una elevada tasa de desempleo permanente y hacia la exclusión social que Europa está experimentando y, en particular, hay que intentar ayudar en lo que se refiere a la crisis que afecta a nuestros vecinos del sur. Por desgracia, en la situación que vivimos, en la que se necesitan aún más la solidaridad y una eficiente cooperación europea, se multiplican las amenazas para la idea europea. Ahora mismo, estas van dirigidas al presupuesto de la UE, entre otras cosas.

En la Comisión especial sobre los retos políticos y los recursos presupuestarios para una Unión Europea sostenible después de 2013 comprendemos que pueda parecer extraño que, en una época en la que muchos Estados miembros están recortando sus propios presupuestos, estemos pidiendo más dinero para el presupuesto de la UE posterior a 2013. Pero, al mismo tiempo, sería muy poco razonable ignorar estos retos, ceder ante la presión del euroescepticismo y claudicar en lo que respecta a las ambiciones políticas que los Estados miembros nos concedieron en el Tratado de Lisboa, por ejemplo. Tenemos que recordar que los amplios recortes no beneficiarán a los Estados miembros más vulnerables, Grecia, Irlanda y Portugal, sino que, por el contrario, reducirán la capacidad de la UE para apoyarlos.

El Gobierno del Reino Unido solo habla en nombre de los contribuyentes netos, de nadie más. Por eso, en el informe de la Comisión sobre retos políticos hemos tratado de encontrar un equilibrio razonable entre la contención, las ambiciones necesarias y una reforma con vistas de futuro de ámbitos de la política como la política agrícola. Hemos convenido una propuesta de incremento de los créditos de un 5 % para el próximo periodo, comparado con 2013.

Me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento al señor Garriga Polledo, que logró el respaldo de una amplia mayoría para su informe. La cuestión radica en que este 5 % adicional se usará precisamente para inversiones en los ámbitos clave orientados al futuro, en particular, en la investigación, el desarrollo y el empleo. Es obvio que hay que actuar en estos ámbitos y que sin recursos no seremos capaces de superar estos desafíos. Para hacerlo, no obstante, tenemos que ser capaces de cambiar nuestra visión del presupuesto de la UE.

Recuerden que, en relación con las economías de los Estados miembros, este presupuesto comunitario sigue siendo más bajo de lo que era cuando Suecia se unió a la UE en los noventa, por ejemplo, a pesar de la ampliación de quince a veintisiete Estados miembros. El incremento del presupuesto comunitario también ha sido mucho más lento que el de los presupuestos nacionales de los Estados miembros, como el del Reino Unido, lo que tampoco menciona el Gobierno de Su Majestad. Estoy absolutamente convencido de que las medidas de austeridad no son la única forma de salir de esta crisis. Tenemos que hallar el camino de retorno al crecimiento y a los empleos encontrando recursos para la inversión y, para ello, necesitamos estas acciones conjuntas.

 
  
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  Carl Haglund, en nombre del Grupo ALDE.(SV) Señor Presidente, me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento al ponente, que ha realizado un excelente trabajo de cotejo de las opiniones de esta Cámara. Estoy seguro de que todos estamos de acuerdo en cuanto a los retos a los que nos enfrentamos. La única pregunta que surge es cómo obtendremos los fondos que vamos a estirar, y ahora no estamos hablando solo de fondos comunitarios, sino también de fondos de los Estados miembros; se trata de encontrar un equilibrio.

En la comisión decidimos recomendar el incremento del 5 % del futuro presupuesto. Esta cifra puede parecer mucho, al menos cuando vayamos a nuestras capitales y expliquemos que necesitamos otro 5 %. Por otro lado, un 5 % es muy poco si tenemos en cuenta los retos a los que se enfrenta la UE y somos muy conscientes de que se le ha asignado a la UE una serie de nuevas tareas que tiene que atender como es debido y de que no puede hacerlo sin fondos.

Así y todo, para resultar creíbles al pedir más dinero, tenemos que atrevernos a mirar las estructuras y los costes existentes. Nuestra credibilidad se verá reforzada si logramos demostrar que también podemos realizar una redistribución, volver a establecer un orden de prioridad y ahorrar antes de pedir más. Estoy hablando de ventajas injustificadas en la política agrícola, de que nuestra política anticorrupción no tiene tanto éxito como siempre pretendemos y de que la administración de la UE es, hasta cierto punto, bastante difícil de manejar —el simple hecho de que estemos hoy en Estrasburgo es una muestra de ello. Estos son los tipos de asuntos que nuestro Grupo quería exponer como ejemplos que pueden discutirse, porque eso es lo que nos aportará credibilidad a la hora de pedir más dinero.

De todos modos, no siempre lo hemos logrado en este informe, lo que explica por qué algunos de mis colegas diputados pulsarán el botón de «No» o, tal vez, el botón de abstención en la votación de mañana, aun cuando una gran mayoría nuestro Grupo respalda el informe. Al fin y al cabo, muchos se sienten decepcionados por que no seamos capaces de hablar sobre una nueva forma de asignar también los fondos existentes.

Otro tema que, sin duda, no podemos dejar sin atender consiste en el modo de financiar el presupuesto de la UE y a este respecto nuestro Grupo ha sido muy claro. Queremos un debate serio sobre lo que se conoce como recursos propios. Esto es importante también para que podamos eliminar los elementos nocivos de la estructura de financiación actual: más reembolsos, acuerdos poco claros o poco transparentes, etcétera. No se puede continuar así en lo sucesivo y, en este aspecto, espero que podamos entablar un diálogo constructivo con el Consejo acerca del futuro. Este es un tema crucial para que el presupuesto comunitario tenga un buen porvenir.

 
  
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  Konrad Szymański, en nombre del Grupo ECR.(PL) Señor Presidente, la delegación polaca de los Conservadores y Reformistas Europeos votará a favor de la aprobación del informe sobre el marco financiero plurianual. Sin embargo, eso no significa que no nos hayamos fijado en los puntos débiles del documento. Profundizar en las propuestas de recursos propios e impuestos comunitarios es una mera pérdida de tiempo. Los europeos ya pagan demasiado en gravámenes estatales.

Tenemos que hacer más hincapié en el control del gasto comunitario y en la evaluación crítica de las políticas actuales en este campo. Hacer la vista gorda con el dinero malgastado no soluciona el problema y además es injusto para con los contribuyentes europeos. El predominio del programa Europa 2020 puede implicar la reforma de las políticas comunitarias a expensas de obligaciones mucho más importantes —aquellas consagradas en los Tratados, que hacen referencia al fomento de la cohesión económica entre los Estados miembros.

De todos modos, no debe ignorarse el valor añadido europeo, relacionado con la política europea de cohesión. Sus efectos pueden percibirse con mayor claridad en Polonia que en ningún otro lugar. No somos los únicos que nos beneficiamos de un crecimiento acelerado gracias a la política de cohesión. El incremento acelerado en el centro Europa también contribuye de manera significativa al crecimiento en toda Europa y a mejorar las condiciones de inversión, producen ganancias en Varsovia y Praga, pero también Amsterdam, Londres y Berlín.

 
  
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  Helga Trüpel, en nombre del Grupo Verts/ALE.(DE) Señor Presidente, Señorías, me gustaría comenzar con la exposición del señor Ashworth, que ha opuesto un presupuesto europeo más inteligente frente a un mayor presupuesto. Yo no considero que eso sea una verdadera alternativa. De hecho, debemos aspirar a una política presupuestaria más cabal identificando con precisión dónde puede ahorrarse dinero, dónde puede mejorarse la gestión y dónde en concreto hay que contener la administración.

Con todo, la tarea de esta Comisión especial consistía en averiguar la cantidad de dinero que necesitamos para poder hacer frente adecuadamente a los nuevos retos políticos que hay que afrontar. Por lo tanto, lo que necesitamos es flexibilidad para reformar y valentía política. Tenemos que organizarnos de tal manera que podamos responder a los grandes desafíos que se plantea hasta el año 2020. Dudo que ello puede lograrse desde su posición, señor Ashworth; por el contrario, respaldaría al señor Böge, quien, así lo entiendo, tiene razón y es fiel al Tratado cuando afirma que necesitamos tener el valor de retornar a un sistema que comprende verdaderamente nuestros propios recursos.

Eso hará que la Unión Europea sea más fuerte y nuestro sistema financiero más transparente. Permitirá que los ciudadanos vean con más claridad de dónde procede nuestro dinero. Desde la perspectiva del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea me gustaría añadir que pensamos sobre todo en el impuesto a las transacciones financieras, ya que regula esas transacciones y nos da la oportunidad de crear políticas más inteligentes. Por consiguiente, este es un camino a seguir que no va a estrangular a los Estados miembros, sino que por el contrario va a abrir nuevas alternativas para todos nosotros. Por ello creo que el señor Verhofstadt tiene razón cuando dice que debemos estar, desde luego, preparados para asumir iniciativas conjuntas como la creación del Servicio Europeo de Acción Exterior, mientras que, al mismo tiempo, conseguimos ahorrar a escala nacional. Sin duda, no podemos dejar de lado uno de los elementos y agregar otro. La responsabilidad europea significa recortar el gasto nacional con el fin de aunar recursos en el ámbito europeo. ¿Por qué? Porque juntos somos más fuertes y porque podemos obtener un valor añadido europeo que es positivo para nuestros ciudadanos, en especial en las áreas de la política de investigación y educación. Las principales tareas que nos aguardan son la transformación ecológica y el establecimiento de redes de energía inteligentes. Necesitamos dinero para ello y para infraestructuras de banda ancha en las zonas rurales. Estas son las tareas de cara al futuro y exigen un presupuesto más inteligente y de mayor envergadura.

(La oradora acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» de conformidad con el apartado 8 del artículo 149 del Reglamento)

 
  
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  Peter van Dalen (ECR).(NL) Señor Presidente, en el discurso de la señora Trüpel vuelve a resonar su credo habitual: «Necesitamos más Europa, más Europa nos hará bien y más Europa significa más dinero». Ya sabemos cuál es el porcentaje por el cual a ella y al señor Verhofstadt les gustaría ver el incremento del marco financiero plurianual (MFP). Es una lástima entonces que estemos contemplando cómo nuestros ciudadanos se desplazan en la dirección completamente opuesta. La confianza en Europa está disminuyendo. Nuestros ciudadanos perciben esta Cámara como una máquina devoradora de dinero que no cesa de pedir más y más. ¿No es hora ya de que reconsidere su credo y sugiera una melodía diferente para un cambio que esté en consonancia con lo que defiende el señor Ashworth?

 
  
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  Helga Trüpel (Verts/ALE).(DE) Señor Van Dalen, creo que usted está cometiendo un grave error político. Si volvemos a caer en Europa en un modelo que defienda el retorno a la defensa de los intereses nacionales, entonces nos arriesgamos a destruir 50 años de trabajo en el proyecto europeo.

Lo que hacemos aquí no es desperdiciar dinero. Debemos impulsar iniciativas enérgicas contra cualquier escándalo de corrupción y financiero cuando surja. Sin duda, le respaldamos en esta cuestión. No obstante, cuando se trata de generar valor añadido europeo, como lo hemos hecho en muchas áreas, tenemos que trabajar juntos para desarrollarlo porque, cuando uno actúa aisladamente, los Estados nacionales son más débiles frente a la competencia internacional. Usted no podrá conseguir buenos resultados con 27 Estados nacionales que actúan de forma unilateral, sino solo mediante la agrupación de fuerzas. Así lo reconocieron los Estados fundadores después de la Segunda Guerra Mundial. Debemos trabajar en desarrollo de esa línea, no para destruirla.

 
  
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  Miguel Portas, en nombre del Grupo GUE/NGL.(PT) Señor Presidente, después de haber estado escuchando a este debate, el discurso que voy a exponer va contra corriente. Mi primera pregunta es: ¿puede sostenerse una moneda única sin un fuerte presupuesto europeo? La respuesta, en mi opinión, es que no se puede. La crisis de la deuda soberana demuestra exactamente eso. Demuestra que si hubiésemos tenido un presupuesto fuerte, no habría habido un ataque especulativo sobre la deuda soberana de Grecia o Portugal. Y a esto es exactamente a lo que tenemos que responder, y entiendo que este es el principal problema al que el informe del señor Garriga no da respuesta. Es un informe carente de ambición.

La posibilidad de un incremento marginal del 5 % en los presupuestos europeos solo se asemeja mucho a las opiniones de Su Majestad, la Reina de Inglaterra. De hecho, el verdadero problema es que no es posible establecer prioridades para el crecimiento y la creación de empleo con un presupuesto europeo que está esencialmente congelado. No es posible responder a las nuevas obligaciones derivadas de los Tratados con un presupuesto que está esencialmente congelado. No es posible pensar que la política de cohesión está teniendo éxito, ya que no es ese el caso en una Europa que está retrocediendo internamente hacia la divergencia social.

Mi última observación es que vamos a votar por el impuesto a las transacciones financieras, pero creemos que solo verá la luz del día si Europa tiene el coraje de llevarlo a la práctica de forma independiente de los demás.

 
  
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  Niki Tzavela, en nombre del Grupo EFD. – Señor Presidente, mucho se ha dicho, y me gustaría añadir una nota diferente a este encuentro.

Hace años, estaba cenando con el antiguo presidente Gerald Ford en los Estados Unidos y me describió cómo cambió de rumbo el G-7. Dijo que quería tener una reunión con Callaghan, creo que se trataba de él, el Primer Ministro británico, sobre algunos temas, y Callaghan le contestó que por qué no combinar aquello con una buena sesión de golf. A lo que Ford contestó, bien, el Primer Ministro canadiense, Trudeau, es un buen jugador, hay que invitarle, y entonces Trudeau, agradeciendo la invitación, dijo que tenía algunos problemas que resolver con los franceses, así que por qué no invitar al Primer Ministro francés. Pero luego, cuando todos se pusieron a discutirlo por teléfono, me dijeron que los alemanes iban a sospechar, por lo que tenemos que invitarles a esa reunión. Y cuando los alemanes aceptaron, entonces dijeron que Italia estaba presidiendo la Unión Europea durante aquellos seis meses, por lo que también tenían que estar presentes.

Ford entonces me dijo: sabe usted, Niki, esa fue la primera vez en la que me di cuenta de que tienen ustedes una Unión tan escindida, dividida y desequilibrada. Algún día, añadió, deberían ustedes contar con un presupuesto europeo que sea lo suficientemente fuerte para competir por ahí en todo el mundo; los chicos ahí fuera van a resultarles muy competitivos. Ándese con cuidado.

Señor Presidente, mucho me satisface, en calidad de diputado al Parlamento Europeo, poder vivir en este momento.

 
  
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  Angelika Werthmann (NI).(DE) Señor Presidente, la Comisión de Presupuestos trabaja intensamente en el próximo marco financiero plurianual (MFP) desde hace algún tiempo y el informe de mi colega es una importante contribución en este sentido.

Nunca antes los ciudadanos de Europa habían tenido expectativas tan grandes respecto a la UE, mientras que, al mismo tiempo, la critican con dureza.

Tres puntos parecen ser importantes: en primer lugar, ante todo, el vínculo con los ciudadanos de Europa. Es totalmente comprensible que nuestros ciudadanos pierdan su orientación personal en el contexto del impacto de la crisis estructural y las demandas cada vez más exigentes de la globalización, lo que de forma inevitable les lleva a cuestionar el proyecto europeo en su integridad. Este es un tema que debe considerarse con sumo cuidado en la elaboración del próximo MFP, con el fin de garantizar que Europa sea mejor comprendida, aceptada, vivida y apoyada.

En segundo lugar, esta aceptación entre los ciudadanos y en el plano político en los Estados miembros será aún mayor si el presupuesto de la UE puede generar beneficios añadidos y tangibles para Europa. Por lo tanto, será contemplado como un valor a la unidad europea.

En tercer lugar, por añadidura, damos la bienvenida al hecho de que la Estrategia Europa 2020 vaya a ser el punto de referencia para el próximo MFP, lo que implica también la consideración de los plazos.

 
  
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  Jan Olbrycht (PPE).(PL) Señor Presidente, cualquiera que no esté al corriente podría llegar a la conclusión de que el Parlamento Europeo se está comportando de manera irresponsable al proponer un aumento presupuestario. Me gustaría decir con claridad que el trabajo de la Comisión especial sobre los retos políticos y los recursos presupuestarios para una Unión Europea sostenible después de 2013 ha sido, sobre todo, muy objetivo y serio y realista en extremo. Ha estado dominado por las discusiones sobre el coste de las decisiones políticas. Debemos recordar que los Estados miembros, incluidos los que han publicado cartas, se han mostrado de acuerdo con los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Nuestra comisión ha tratado de dar alguna indicación sobre lo que van a costar las decisiones políticas conjuntas. Nos tomamos muy en serio las decisiones políticas. Si los Estados miembros deciden adoptar ciertas medidas, y nosotros, como representantes de los ciudadanos, somos de la misma opinión, debemos contar con fondos realistas. En este contexto, el informe que va a someterse a votación está bien pensado y basado en el compromiso. Es un informe realista y, lo más importante, es un informe que constituye un fundamento muy bueno para el inicio de las conversaciones. Creo que hoy, en esta Cámara, podemos decir que el Parlamento Europeo está dispuesto a iniciar negociaciones.

Como diputado polaco al Parlamento Europeo también me gustaría expresar mi firme convicción de que la Presidencia polaca del Consejo Europeo va a involucrarse en un debate muy serio y realista. Dado que Polonia y el Gobierno polaco son pro europeos, creo que este debate, aunque sin duda difícil, también será muy beneficioso en cuanto a futuras medidas. Lo más importante es que se inicien las negociaciones y el Parlamento se prepare para ello.

 
  
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  Jutta Haug (S&D).(DE) Señor Presidente, señor Comisario, Señorías, hace un año el Pleno acordó la constitución y dotó de mandato a una Comisión especial para definir la posición del Parlamento Europeo en relación con la próxima perspectiva financiera. Ahora, después de exactamente once meses de trabajo, la Comisión especial sobre retos políticos presenta los frutos de su trabajo. Esta era una tarea que requería disciplina y concentración, y que solo podría lograrse mediante la adopción de un enfoque caracterizado por la apertura, la solidaridad y la confianza mutua. Por eso, permítanme expresar mi más sincero agradecimiento a los Miembros que han participado en el proceso creativo.

El informe que hemos elaborado, bajo la dirección del señor Garriga Polledo, es un resultado realmente bueno. Es algo de lo que podemos estar orgullosos. Sin embargo, como todos saben, los buenos resultados no solo requieren del trabajo duro de los eurodiputados, sino también de un personal excelente. Sin duda, contábamos con él, y no solo por medio de nuestros asistentes personales y del personal de nuestro Grupo, sino también, sobre todo, gracias a una excelente Secretaría. Este equipo de primer nivel, dirigido por Monika Strasser, no solo ha sido competente y profesional, sino también se ha involucrado al máximo en su trabajo. Ha sido paciente y creativo, muy bien organizado, y, al mismo tiempo, espontáneo y flexible. Y, lo mejor de todo, su actitud ha sido siempre alegre y abierta. Resulta evidente que han disfrutado con todo el duro trabajo. Desearía expresar mi gratitud a este equipo de nueve personas desde el fondo del corazón. Muchas gracias por todo.

(Aplausos)

Desde el principio, el señor Garriga Polledo y yo queríamos presentar un informe que pudiese contar con el respaldo de tres cuartas partes del Parlamento. De hecho, hemos obtenido una mayoría de más de cuatro quintas partes en la votación en comisión: un resultado que nos satisface en extremo. Nuestro llamamiento a una perspectiva financiera de siete años, que se expresa en una estructura que refleja los objetivos de la Estrategia Europa 2020, mientras que, al mismo tiempo, se respetan todas las políticas de la Unión Europea y se evita el aumento del presupuesto europeo hasta niveles poco realistas, debe considerarse razonable. Es realista y alcanzable.

Nuestro informe contiene 174 apartados, todos ellos argumentos a favor de más Europa. Realmente, necesitamos más Europa. Por favor, lean el informe. Ofrece la mejor base para convencer a nuestros ciudadanos en el debate a nivel local y entrar en serias negociaciones con el Consejo, que hoy, por desgracia, brilla por su ausencia. Gracias por su excelente trabajo.

 
  
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  Anne E. Jensen (ALDE).(DA) Señor Presidente, yo también considero que este es un informe muy equilibrado con un mandato claro, pero igualmente muy flexible para la Comisión de Presupuestos, que tiene que negociar un acuerdo con el Consejo, y me gustaría reiterar el llamamiento de la señora Haug para que se lea, y para que lo hagan asimismo los Jefes de Estado o de Gobierno y los Ministros de Finanzas, que poco tardaron en expresar sus recelos en relación con el resultado.

Este ha sido un proceso razonable y sensato, como ya se ha dicho, y me gustaría agradecerles al señor Garriga Polledo y a la señora Haug su excelente trabajo. También me gustaría manifestar mi gratitud a la Comisión por su activa participación. Este trabajo de hecho nos ha permitido transitar por todas las partes del presupuesto de la UE y los distintos ámbitos políticos que nos gustaría ver reflejados en el presupuesto. Se trata, pues, de un logro significativo. ¿Es el resultado suficientemente ambicioso? Yo creo que lo es. Estamos fortaleciendo la Estrategia Europa 2020, que tiene por objeto dotar a la UE con los medios para hacer frente a los desafíos planteados por la competencia de China y otras economías emergentes y llevar a cabo nuestra transición hacia una energía más renovable.

Me hubiese gustado haber visto una redacción más contundente con respecto a la política agrícola común, y también me habría gustado haber investigado la posibilidad de conseguir ahorrar en los Fondos Estructurales. Después de todo, se trata de dinero que se devuelve a los Estados miembros y que desean tener. Por consiguiente, creo asimismo necesario que dispongamos de esa posibilidad de un aumento del 5 %, para que exista la oportunidad de abrir nuevas áreas políticas y de satisfacer nuevas demandas, así como para invertir en transporte, energía e investigación, las áreas que las que la UE debería invertir en el futuro.

Tenemos control sobre el presupuesto de la UE. El informe que estamos debatiendo y aprobando hoy hace referencia a un límite máximo del presupuesto de la Unión. No estamos hablando de fondos específicos que se pagan, sino más bien un techo, y por debajo de este límite tiene que haber un margen con el que contar para que podamos hacer frente a nuevos desafíos. No sabemos qué va a pasar de aquí a 2020 y, por lo tanto, apoyo este informe.

 
  
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  Hynek Fajmon (ECR). (CS) Señor Presidente, en los últimos meses hemos estado ocupados en la preparación del marco financiero plurianual de 2014 a 2020. En relación con ello, estamos actuando al igual que el perrito y el gatito del cuento de hadas del famoso escritor checo Karel Capek. Los dos animalitos deciden hacer un pastel y, con el fin de que sea muy sabroso, echan todo lo que les gusta en la cazuela. El resultado es un pastel que les provoca dolor de estómago. Me temo que lo mismo sucederá con nuestro marco presupuestario. También nosotros estamos añadiendo a la cazuela un montón de ingredientes, compromisos y recomendaciones gratos al oído, pero sin saber con certeza si van a combinar bien entre ellos.

Somos muy conscientes de lo mal que resultó la Estrategia de Lisboa. Ahora tenemos la Estrategia Europa 2020 y estamos tratando de configurar un marco presupuestario para ella. Hay un problema tanto con los objetivos establecidos como con los instrumentos recomendados por el informe. En mi opinión, la lucha contra el cambio climático representa el peor de los objetivos fijados y, en el caso de los instrumentos, veo un inconveniente básico en los llamados recursos propios y en la opción de emitir bonos. En realidad, los recursos propios implican un nuevo impuesto europeo, que no quiero. Por su parte, los eurobonos son una forma de que la UE se endeude, junto con los Estados miembros, lo que tampoco quiero. Por estas razones, no puedo respaldar el informe.

 
  
 

(Se suspende el debate)

 
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