Presidente. − Signore e signori, onorevoli colleghi, il premio Sacharov è stato assegnato nel 2010 a Guillermo Fariñas. All'epoca, egli non ha potuto partecipare alla cerimonia di premiazione.
Sono particolarmente lieto di porgere un caloroso benvenuto a Guillermo Fariñas Hernandez qui al Parlamento europeo. Il fatto che egli sia presente in questi giorni al Parlamento europeo ci permette di insignirlo del premio di persona. Desideriamo riconoscere e lodare i suoi sforzi costanti ed eccezionali nel sostenere la lotta per la libertà a Cuba ed il suo impegno a favore dei principi e valori democratici.
Vorrei inoltre porgere un benvenuto caloroso e particolarmente affettuoso alla sig.ra Alicia Hernandez Cabeza, che ha fatto un lungo viaggio fino al Parlamento europeo per essere al fianco di suo figlio in questa occasione speciale. Credo che tutti noi possiamo facilmente immaginare il suo dolore, la sua pena e la sua tristezza quando suo figlio è stato incarcerato e durante i suoi frequenti scioperi della fame. In questi anni ha trovato la forza e il coraggio di restare al fianco del figlio e di sostenerlo nella sua battaglia per la libertà.
Vorrei ora rivolgermi direttamente al sig. Fariñas. Caro combattente per la libertà, le tue forti convinzioni e la tua attività politica ti sono costati più di 11 anni di prigione e 23 scioperi della fame. Ti do del tu, se me lo consenti. Sei il terzo cittadino cubano ad essere insignito del Premio Sacharov per la libertà di pensiero, dopo il defunto e compianto Oswaldo Paya nel 2002, e le "Damas de Blanco" nel 2005.
Nel 2010, quando il Parlamento europeo ti assegnò il Premio Sacharov, tu avevi dichiarato, cito le tue parole: "Non si tratta di un premio per Guillermo Fariñas, ma per tutta la dissidenza cubana".
Esistono diversi modi di lottare per la libertà, in particolare per la libertà di pensiero. In tante occasioni tu hai scelto lo sciopero della fame come arma per manifestare conto la dittatura del tuo paese, hai messo la tua stessa salute a rischio e lo hai fatto più di una volta con grande coraggio. La tua tenacia ti è quasi costata la vita, ma nel contempo hai costretto il governo cubano ad acconsentire al rilascio di 52 prigionieri politici.
Da alcuni mesi ti è stato permesso di viaggiare all'estero e di proseguire la tua lotta al di là dei confini di Cuba. Tu non sei da solo in questo lungo viaggio verso la libertà e la democrazia. Come esempio concreto del suo sostegno a favore dello sviluppo della democrazia nel tuo paese, nel corso degli anni il Parlamento europeo ha adottato diverse risoluzioni su Cuba, con cui ha ribadito la sua condanna nei confronti delle violazioni dei diritti umani.
A tale proposito vorrei ricordare alcuni dati inaccettabili: in totale, nel 2012 la commissione cubana dei diritti umani ha documentato 6 602 casi di arresti arbitrari a breve termine, ossia il 50% in più rispetto al 2011. Nonostante un contesto preoccupante, vorremmo restare ottimisti e sperare che il popolo cubano possa un giorno godere della libertà e della prosperità.
Ti posso assicurare, caro Guillermo, che l'Unione europea e il suo Parlamento assisteranno il popolo cubano e le sue aspirazioni alla democrazia ed esprimeranno sempre il loro forte sostegno alla libertà di pensiero a Cuba e ovunque nel mondo.
Signor Fariñas, caro Guillermo, vorrei rivolgerti un pensiero di gratitudine, usando le parole di Martin Luther King: "Ci sono uomini che scrivono la storia, ci sono uomini che leggono la storia e ci sono uomini che fanno la storia". Tu con il tuo esempio fai la storia del diritto inalienabile al rispetto della dignità e della libertà.
Per questo ti è stato assegnato il Premio Sacharov che è il premio per la libertà di pensiero. Tu hai trovato il modo di esprimerti in circostanze molto difficili. Attendiamo con ansia il giorno in cui tutti i cubani e tutti i cittadini del mondo potranno esprimersi liberamente, senza temere la repressione.
Onorevoli colleghi e gentili ospiti, grazie per la vostra attenzione.
Guillermo Fariñas, Galardonado con el Premio Sájarov. − Excelentísimo señor Martin Schulz —que está ausente, por problemas internos en su país—, Presidente del Parlamento Europeo, excelentísimo señor Vicepresidente, honorables parlamentarios y parlamentarias aquí presentes, quisiera comenzar con una anécdota personal este discurso: cuando salí de mi primera prisión mi mamá —aquí presente—, muy preocupada, trató de que yo me exiliara y, con lágrimas en los ojos, me pidió que llenara los papeles al respecto. Yo le dije que no me hubiese enseñado tanto de los patriotas cubanos, porque siempre me había enseñado que tratara de ser como ellos. Si yo estoy aquí, es porque esta mujer me hizo lo que soy. Gracias a ella estoy aquí.
(Aplausos)
Hace exactamente tres años ustedes me concedieron un Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, convirtiéndome así en el tercer cubano en recibir esta importante condecoración, que honra no solo a quienes la reciben, sino también al Parlamento que lo otorga y, sobre todo, al legado del gran humanista del cual deriva su nombre, Andréi Sájarov, ejemplo e inspiración para todos los que enfrentamos a regímenes totalitarios que niegan las libertades más básicas y esenciales a sus ciudadanos.
Precisamente por esa circunstancia, no pude estar presente en la ceremonia organizada en aquella ocasión. Mi lugar fue ocupado por una silla vacía, como fiel recordatorio de que en mi país la ausencia de los derechos humanos sigue siendo la más urgente necesidad de la sociedad. Hoy estoy aquí de cuerpo presente, no porque esta situación haya cambiado de manera esencial, sino porque las realidades del mundo moderno y, sobre todo, el creciente desafío cívico de los cubanos, le ha impuesto al régimen que nos gobierna la necesidad de, al igual que el legendario príncipe Don Fabrizio Corbera de El Gatopardo, «cambiar algo, para no cambiar nada». No todos los cubanos pueden salir libremente de Cuba, pero sí todos los cubanos siguen sujetos a las arbitrariedades de un gobierno que considera la Declaración Universal de Derechos Humanos como «propaganda enemiga». Ahora amanece en Cuba y, como ayer y muchos días atrás, continuarán los arrestos, las amenazas, las golpizas y los encarcelamientos.
Ha sido un camino largo, lleno de sinsabores, pero también de grandes satisfacciones. Hemos puesto nuestra vida en riesgo por esta causa y no dudaremos en volver a hacerlo, porque estimamos que lo que está en juego en nuestro destino no es una ecuación política o económica, sino el fundamento mismo de la vida y la coexistencia humana, que es la libertad. El hombre que hoy se presenta ante ustedes ha tenido la oportunidad de estar en contacto con diferentes culturas y razas, personalidades y credos, y en todos he encontrado la misma esencia, la búsqueda del bienestar y la felicidad que nos corresponde como seres humanos. Y eso solo lo da la democracia.
Es precisamente esta comunión de ideales la que más me ha impresionado, la que más ha reforzado mis convicciones. Hace un mes tuve la oportunidad de reunirme con Alexander Milinkievich y otros líderes de la oposición bielorrusa, y me impactó sobremanera el encontrar de inmediato no solo puntos comunes de trabajo, sino también de hermandad y camaradería. Al igual que en Cuba, enfrentamos no solo el despotismo de un gobierno dictatorial, sino también las complejidades y, en cierta manera, hasta las complicidades de los escenarios políticos internacionales.
(Aplausos)
Pido apoyo y solidaridad para estos hermanos, que, como nosotros, afrontan la última dictadura de corte comunista en nuestros respectivos continentes. Pero no se confíen un solo segundo como europeos, pues ustedes también están en peligro de perder sus democracias, porque todas las dictaduras tienden a crear complicidades y a contaminar a sus vecinos, y tienen en Europa la vergüenza que aún es Bielorrusia.
(Aplausos)
Honorables diputados y diputadas, he escuchado en estos días hablar de Realpolitik, pero me permito recordarles que la más real de las políticas, el más auténtico y verdadero sentido de esta noble práctica está precisamente centrado en el ser humano como objeto y sujeto de cualquier ordenamiento social. Si la gente no puede expresarse libremente, si los acuerdos y deliberaciones entre naciones o cuerpos políticos no resultan en el predominio de la ley y el derecho de los individuos por encima de cualquier credo o ideología, entonces dicho ejercicio no es ni es real, ni es político.
(Aplausos)
Esta no es una opinión particular mía, sino una visión compartida por mis compañeros de lucha dentro de Cuba. Muchos de ellos han entregado su vida en este empeño, como Laura Pollán Toledo y Oswaldo Payá Sardiñas, quienes me antecedieron en la recepción de este prestigioso premio. Otros, como Wilman Villar Mendoza, Orlando Zapata Tamayo, Juan Wilfredo Soto García y Harold Cepero, también ofrendaron su existencia por los mismos ideales que hoy nos animan. Con mi huelga de hambre yo logré la liberación de 116 prisioneros políticos y muchos de sus familiares salieron hacia el exterior, pero, con su sacrificio, estos mártires lograron que yo estuviera hoy aquí frente a ustedes, al colocar al régimen que nos oprime en una posición de precariedad ante la opinión pública mundial. Ese es nuestro poder, basado en la determinación de ejercer nuestros derechos hasta las últimas consecuencias.
Hace tres años yo estaba en Cuba, hoy estoy aquí ante ustedes. Sí, ha sido un camino largo, pero aún queda mucho más por avanzar hasta que logremos la democracia en nuestra patria. Ha sido una travesía tanto personal como colectiva, y son precisamente estas dos perspectivas las que expongo hoy en este magno hemiciclo. Acepto este premio en nombre de todos los que han hecho posible este viaje en el tiempo y en todos los espacios, porque estoy firmemente convencido de que la lucha que estamos librando va mucho más allá de nuestras propias limitaciones como seres humanos.
Queremos devolver el sentido de servicio público a la política, y eso solo se puede lograr a través del camino que hemos escogido: la no violencia y los derechos humanos. Vamos a continuar nuestra lucha no violenta, pero no nos vamos a dejar imponer ningún tipo de mandato, ni por las autoridades, ni por un gobierno que no es legítimo ni elegido democráticamente por su ciudadanía. Estamos confiados en nuestra victoria porque contamos —como dijera Gandhi— con el Satyagraha, la fuerza de la verdad que nos hace invencibles aún después de ser asesinados.
Nosotros somos el cambio, porque representamos el poder de un pueblo que no se resigna a vivir sin las libertades que ustedes disfrutan y ejercen en esta Cámara. Gracias por su apoyo, gracias por reconocer nuestra lucha. Hace tres años no estuve, pero hoy estoy aquí para decirles que Cuba será libre, no por concesión de sus gobernantes, sino por voluntad de sus ciudadanos, o sea, los gobernados. Que Dios bendiga a Europa, que Dios bendiga a Cuba —mi patria— y, sobre todo, a este mundo donde vivimos. Muchas gracias.
Este puño en alto significa la fuerza de la esperanza en que habrá democracia un día en Cuba. Gracias.
(Aplausos)
Presidente. − Grazie ancora Guillermo per la tua presenza e per la tua lotta e per il tuo bellissimo discorso. Il Parlamento europeo sarà sempre con chi lotta per la libertà. Grazie ancora a te e alla gentile signora per essere qui.
VORSITZ: OTHMAR KARAS Vizepräsident
Marek Henryk Migalski (ECR). - Panie Przewodniczący! Przed chwileczką byliśmy świadkami wzruszającej uroczystości. Ja byłem poruszony przemówieniem wiceprzewodniczącego Parlamentu, natomiast chciałbym się zapytać: jaki jest powód, dla którego nie było na sali przewodniczącego Parlamentu? Jakie inne obowiązki okazały się dla niego ważniejsze niż wręczenie tej nagrody panu Fariñasowi? Czy jest Pan w stanie odpowiedzieć, co było ważniejsze od obecności tutaj?
Der Präsident. − Ich wurde darüber informiert, dass sich der Herr Präsident auf dem Weg zu einer Konferenz in Berlin befindet, an der er vorher seine Teilnahme zugesagt hat.
(Unruhe im Saal)
Hannes Swoboda (S&D). - Herr Präsident! Ich möchte schon ganz klar und deutlich sagen: Präsident Schulz ist bei einer Konferenz, bei der es um den Kampf gegen die Jugendarbeitslosigkeit geht. Das ist immerhin ein wichtiges Thema, und viele führende Politiker Europas nehmen teil an dieser Konferenz. Der Kampf gegen die Jugendarbeitslosigkeit ist ein wichtiges Thema.