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Stenograma dezbaterilor
Miercuri, 2 mai 2018 - Bruxelles Ediţie revizuită

27. Aplicarea de către Spania a standardelor internaționale privind definiția violenței sexuale, având în vedere cazul recent „La Manada”
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  Puhemies. – Esityslistalla on seuraavana neuvoston ja komission julkilausumat seksuaalisen väkivallan määritelmää koskevien kansainvälisten normien soveltamisesta Espanjassa viimeaikaisen nk. Susilauma-tapauksen jälkeen (2018/2696(RSP))

 
  
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  Monika Panayotova, President-in-Office of the Council. – Madam President, the facts which we are debating this evening have sent shockwaves through Spain and Europe as a whole. There can be no rest in the efforts to combat violence against women. The Council, on whose behalf I’m speaking today, has always strongly condemned all kinds of violence against women. The debate we just had on stalking and victim protection shows that work is ongoing to prevent such violence, to punish perpetrators and to protect victims. The Council shares the view that the European Union’s accession to the Istanbul Convention will be an important step towards establishing a more coherent new legal framework to better prevent and combat violence against women.

Honourable Members, you will understand that it wouldn’t be appropriate for the Council to comment on a criminal law case, adjudicated by a national court. This was underlined in this room at the opening of our session today and I share this view.

The justice systems of Member States have their own control mechanisms and the victim and the perpetrators have the right to appeal the judgment. It is not the role of the Council to interfere in the process.

To conclude, there is no doubt that in our societies, there must be zero tolerance of all forms of violence against women. Our joint efforts and the message of unity are also needed to ensure the protection of all women and girls in Europe.

 
  
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  Věra Jourová, Member of the Commission. – Madam President, honourable Members, allow me to personally wish to the victim of the La Manada case a recovery of both body and soul that were abused two years ago by the most violent act. Sexual violence is a pervasive form of gender-based violence with serious consequences on an individual and societal level, including emotional, psychological and physical harm to survivors that can potentially last a lifetime. More than one in 10 women in the EU have suffered some form of sexual violence by a partner or by someone else. One woman in 20 in the EU has been raped.

The Commission is fully committed to tackling all forms of gender-based violence, including sexual violence. This is one of the five priorities of our strategic engagement for gender equality. The Victims’ Rights Directive is the main EU instrument on the rights of victims of gender-based violence. By implementing the Victims’ Rights Directive properly, Member States ensure that all victims, including victims of sexual violence, are heard, effectively supported, and protected.

Allow me to recall that the EU is also in the process of acceding to the Council of Europe Convention on combating violence against women – the Istanbul Convention – which it signed in June 2017. The Convention criminalises sexual violence, including rape. The Convention’s definition is in Article 36 and clearly states that consent must be given voluntarily as a result of the person’s free will, and that such consent should be assessed in the context of the surrounding circumstances.

Honourable Members, allow me to conclude that, while Spain is among the 19 Member States that have ratified the Istanbul Convention, we still have Member States which have not done so yet.

I understand that the La Manada case is subject to appeal, so I cannot comment further on that ongoing process. But I trust that the Spanish justice system will deliver a swift and fair outcome.

 
  
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  Rosa Estaràs Ferragut, en nombre del Grupo PPE. – Señora presidenta, la violencia contra las mujeres es una violación atroz de los derechos humanos. Mientras continúe, no podremos jamás afirmar que avanzamos hacia la igualdad, hacia el desarrollo y hacia la paz. Tenemos derecho a vivir sin miedo, sin violencia, sin culpa, sin cargas, sin angustias y sin incertidumbres, y estamos aquí para luchar por un derecho que nos pertenece. Es una amenaza a la democracia, es un obstáculo a la paz.

Los hechos, sin duda, demuestran el más absoluto desprecio a la dignidad de las mujeres. Los agresores, unos miserables que merecen todo nuestro desprecio por el atropello al derecho más elemental de una persona, la libertad sexual y la dignidad. Todos compartimos que violencia, en la línea del Convenio de Estambul y de las Naciones Unidas, es violentar la voluntad. Es factor de riesgo el ser mujer, no es una violencia aleatoria, pero solo nueve de treinta y tres países de la Unión Europea reconocen esta simple verdad: que el sexo sin consentimiento es violación.

El resto de los países, entre ellos España, define la violación en función de la violencia y la intimidación, y eso es lo que quiso el legislador en el año 1995 en España; y eso es lo que han aplicado los tribunales de justicia; eso es lo que es el marco jurídico en España. Hay dos recursos, habrá recursos ante el Tribunal Supremo, que iluminarán sin ninguna duda la futura jurisprudencia.

Esa regulación arcaica y esa regulación estereotipada llevan a fomentar el absurdo de que tiene que ser la propia mujer la responsable de protegerse de la violación. Eso tiene que cambiar, pero para eso es necesaria una reflexión serena, una reflexión sosegada.

Es urgente también la formación de todos, y especialmente de los operadores jurídicos, en las perspectivas de género para desterrar para siempre estereotipos y también perjuicios.

Criticar a los jueces no es el camino. Es no entender nada del valioso regalo que supone vivir en un Estado de Derecho. Si los criticamos, comprometemos de verdad la confianza que nuestro sistema de justicia merece de los ciudadanos. El camino es otro. El camino es el de la unidad, el de la reflexión, el del sentido común, el de los derechos humanos y el de la dignidad.

Al volver a casa quiero ser libre, no quiero ser valiente.

 
  
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  Iratxe García Pérez, en nombre del Grupo S&D. – Señora presidenta, señora comisaria, el Convenio de Estambul contra la violencia contra las mujeres obliga a los países firmantes a penalizar todo acto de carácter sexual realizado sin consentimiento, pero son solo nueve los países europeos que reconocen explícitamente que el sexo sin consentimiento es violación.

Desde mi respeto más absoluto a la justicia en España, reconocerán que me cueste aceptar y entender una sentencia en la que el relato de los hechos expone cómo una joven de dieciocho años, atemorizada, agazapada en un cubículo de menos de tres metros cuadrados, sin salida, es penetrada por cinco hombres y grabada en vídeo, y esa víctima ‒tal y como reconoce la sentencia‒ es solo víctima de un abuso y no de una violación.

No pretendemos con este debate interferir en las decisiones judiciales, pero sí es urgente y necesario exigir un mayor compromiso en la lucha contra la violencia contra las mujeres, de la misma manera que lo han hecho miles y miles de mujeres y hombres en las calles de España mostrando su indignación. Cómo podemos explicar que esta joven no ha sufrido violación porque simplemente no se enfrentó a ellos porque, posiblemente, el miedo la paralizó y porque esos hombres solo decidieron penetrarla y no partirle la cabeza. ¿Acaso podemos explicar esto?

Este Parlamento se pronunció, en un informe sobre el Convenio de Estambul, sobre la necesidad de formación de los profesionales del sistema judicial y, en ese sentido, esta reivindicación no es nueva. Pero, por desgracia, el Gobierno de España hace oídos sordos. Porque el Gobierno de España ha incumplido el pacto de Estado contra la violencia de género, recortando en 120 millones de euros la partida presupuestaria reconocida para esta materia, y es indispensable, tal y como reconoce ese pacto, profundizar en la formación de los profesionales judiciales. Y por eso estamos celebrando este debate, porque no podemos permitir que en el siglo XXI se cometa un ataque contra las libertades, la dignidad y la integridad de las mujeres. Porque hoy estamos aquí para decirle a la víctima de La Manada y a otras víctimas que puedan estar en esa situación que no están solas, que nosotras sí las creemos.

(La oradora acepta responder a una pregunta formulada con arreglo al procedimiento de la «tarjeta azul» (artículo 162, apartado 8, del Reglamento interno)).

 
  
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  Rosa Estaràs Ferragut (PPE), pregunta de «tarjeta azul». – Solamente quiero decir a mi buena compañera Iratxe García que el tema es suficientemente importante para no hacer arma arrojadiza de unos contra otros y utilizar el turno para hacer una crítica al Gobierno de España. Yo no lo hice en mi intervención, pese a que el Código Penal de 1995 se hizo siendo ministro el señor Belloch. Creo que las mujeres se merecen un debate con altura de miras, no un debate arrojadizo de unos contra otros. Y pido, por favor, a la que ha sido presidenta de la Comisión de Derechos de la Mujer que coja la senda de la unidad, de la reflexión y del sentido común.

 
  
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  Iratxe García Pérez (S&D), respuesta de «tarjeta azul». – Me reafirmo en todas y cada una de las palabras que he dicho. La unidad de los demócratas estará en el compromiso de la lucha contra la violencia de género. Y eso también significa presupuestos. Y eso significa no recortar en aquellas políticas que van dirigidas a respetar la dignidad y la integridad de las mujeres. Por lo tanto, mientras siga habiendo recortes en esa materia, el Partido Socialista va a seguir denunciándolo.

 
  
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  Beatriz Becerra Basterrechea, en nombre del Grupo ALDE. – Señora presidenta, señora Jourová, en primer lugar quiero expresar, como ya ha hecho este Parlamento en varias ocasiones, mi más profundo respeto a la justicia española y a sus tribunales. España es una democracia de primera categoría, fundada en el Estado de Derecho y los valores de Europa. Hoy no cuestionamos ese hecho. Lo que nos reúne es nuestro mandato como legisladores europeos, y es nuestra obligación interpelar a los Estados miembros cuando no cumplen los convenios internacionales que suscriben y promover la armonización de nuestras normas europeas.

El Convenio de Estambul, la más completa herramienta legalmente vinculante para luchar contra la violencia de género, ha sido ratificado ya por la mayoría de los Estados miembros. Gracias al empeño y al esfuerzo de esta Cámara y con el impulso inestimable de la comisaria Jourová, el Consejo decidió hace un año iniciar el proceso de adhesión de la Unión Europea a este Convenio. El requisito que establece el Convenio de Estambul para tipificar los delitos contra la libertad sexual es la ausencia de consentimiento de forma expresa.

Cuando un país ratifica el Convenio, queda obligado a modificar sus leyes para garantizar su correcta implementación. Pero cuatro años después de la entrada en vigor del Convenio, solo seis de los veintiocho Estados miembros tipifican como delito sexual cualquier relación sexual no consentida sin necesidad de que te muelen a palos o te amenacen con un cuchillo en la garganta.

El problema no son los tribunales, señorías. El problema viene cuando los gobiernos no hacen sus deberes. Y nuestro mandato aquí hoy es que los veintidós Estados miembros que aún no han hecho lo debido lo hagan.

 
  
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  Ernest Urtasun, en nombre del Grupo Verts/ALE. – Señora presidenta, la sentencia de La Manada nos escandaliza a todos: cinco hombres frente a una chica de dieciocho años en un portal y no hay violencia, no hay intimidación. Eso es simplemente fomentar la cultura de la violación y la violencia contra las mujeres. Y, si no, sigan lo que en el hashtag «Cuéntalo» han denunciado muchas chicas en España, que es lo que viven muchas chicas en Europa diariamente. Es un auténtico escándalo.

Y hay un problema legal, evidentemente, que es que la falta de reconocimiento legal de que las relaciones sexuales sin consentimiento suponen violación. Traslada a la mujer la necesidad de, simplemente, tener que defenderse ante una situación de violación; le traslada a ella la responsabilidad, lo cual es auténticamente escandaloso.

Por lo tanto, pedirle a la justicia española que rectifique esta sentencia. Y, sí, se pueden criticar las resoluciones judiciales, porque, como todo servidor público, un juez está sujeto a escrutinio. Y, segundo, cambiar el Código Penal. Y yo no sé quién hizo el Código Penal de 1995, pero sé quién ratificó la Convención de Estambul y a quién le toca modificar el Código Penal actual español para adaptarlo al artículo 36.

Y eso debe hacer el Gobierno de España, y eso la Comisión Europea debe hacerlo con todos los Estados miembros que en estos momentos en su código penal aún no tienen tipificada la violación simplemente por la falta de consentimiento.

 
  
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  Tania González Peñas, en nombre del Grupo GUE/NGL. – Señora presidenta, acabamos de conocer que las Naciones Unidas consideran que la sentencia de La Manada subestima la gravedad de la violación. Una sentencia que nos hace sentir más desprotegidas y que nos lleva a un callejón sin salida. Si no te resistes, no es violación, y si te resistes te matan, como le pasó a Nagore en los Sanfermines de 2008. Señorías, solo sí es sí. Si no hay consentimiento válido y explícito, es violación. Esta es la definición de violación del Convenio de Estambul, que solamente han adoptado seis países europeos.

No puede haber lugar a interpretaciones. Ante la desprotección, la incertidumbre y la alarma social, la Unión Europea debe proporcionar certezas a las mujeres. Este es un caso concreto, pero un caso que, por desgracia, se multiplica. Son muchos más. Y en España, con la ley en la mano, una víctima de violación no es reconocida como víctima de violencia de género y no tiene derecho a ninguno de los mecanismos de protección integral a los que sí tendría en ese caso.

Hablábamos de que la Unión Europea debe dar certezas. Y eso pasa por instar a todos los Estados miembros a implementar en su totalidad, y no solo en parte, el Convenio de Estambul; a implementar los convenios del CEDAW, como la Recomendación n.º 35, que insta a desarrollar mecanismos de protección integral; y a asumir la gran cuenta pendiente: una Directiva con un enfoque integral sobre libertad sexual y contra la violencia machista, que permita fundar un nuevo contrato sexual entre hombres y mujeres en términos de igualdad, respeto y relaciones consensuadas.

Pero todas las leyes, señorías, requieren financiación, y especialmente las leyes que defienden a las mujeres. El 8 de marzo supuso un antes y un después en nuestro país. No hay vuelta atrás. Es el tiempo de las mujeres. Es nuestro tiempo.

 
  
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  Mylène Troszczynski, au nom du groupe ENF. – Madame la Présidente, chers collègues, cette assemblée ne devrait pas avoir à commenter les décisions prises par les institutions de justice des États membres, censées être indépendantes. C’est la raison pour laquelle mon groupe s’est opposé aujourd’hui, par principe, à l’ajout de ce débat à l’ordre du jour.

Cependant, devant le spectacle pathétique de la décadence morale et du naufrage général de nos sociétés, je dois aussi partager un petit peu mon profond malaise avec vous. Ce cas insoutenable de viol collectif en Espagne fait écho à bien d’autres cas, avant lui, qui n’ont pas eu l’honneur de votre indignation. Je pense par exemple à cette enfant en France dont le viol a été requalifié également d’agression sexuelle, mais aussi et surtout à ces milliers de jeunes filles anglaises qui ont été la proie pendant plus de 30 ans de réseaux organisés de pédophiles et de violeurs pakistanais en Grande-Bretagne. Des milliers pendant 30 ans. Les autorités locales, en toute connaissance de cause, n’ont pas osé réagir afin d’éviter toute accusation de racisme. Et ici, je n’ai entendu aucun écho de votre part depuis la révélation de cette affaire et la seule réponse que j’entends à chaque débat sur ces cas-là, c’est votre désir et votre force de vouloir absolument faire ratifier la convention d’Istanbul.

 
  
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  Anna Hedh (S&D). – Fru talman! Jag vill bara säga att jag är förfärad, äcklad och förbannad. Hur kan någonting sådant här få hända i EU? Vi vet redan, och forskning har tydligt visat, att personer som befinner sig i en mycket utsatt situation ibland inte klarar av att uttrycka det i ord. Det kallas för frozen fright och är en överlevnadsmekanism som gör att man blir paralyserad. Det var säkert det som hände när den vidriga s.k. vargflocken förgrep sig på den 18-åriga kvinnan.

Sådana här fall av paralysering måste en juridisk bedömning ta hänsyn till. Något annat är otänkbart. Det är mycket viktigt att personer som blir utsatta för brott känner att de kan lita på domstolarna och rättsväsendet, att deras upplevelser av vad de har blivit utsatta för blir tagna på allvar. Tyvärr händer det sällan våldtäktsoffer.

I EU är könsrelaterat våld ett mycket stort problem. Var tredje kvinna i EU har varit utsatt för fysiskt eller sexuellt våld. Våld mot kvinnor är en brutal form av diskriminering och en kränkning av mänskliga rättigheter. Det är inte bara skadligt för de kvinnor som utsätts och drabbas utan för hela samhället – hela EU i stort. Därför måste frågan tas på absolut största allvar.

Alla män – ni män som är här i salen och ni andra män som lyssnar – måste ta ansvar, och vi måste börja jobba med mansrollen. Det ska vara en självklarhet för alla, både kvinnor och män, att sex bygger på samtycke. Allt annat än ett ”ja” är ett ”nej” och allt annat är olagligt. Det ska sitta i ryggraden på varenda en av oss.

Därför känner jag mig extra stolt över att mitt hemland, Sverige, nu ska anta en stärkt sexualbrottslagstiftning, en samtyckeslagstiftning. Det borde vara en självklarhet i alla EU:s medlemsländer.

Här kommer nu en allvarlig uppmaning till alla medlemsländers regeringar. Skyddet för dem som utsätts för våldtäkt och sexuellt våld måste öka. Vi kan inte under några förutsättningar acceptera något annat. Därför påminner jag ännu en gång om att alla medlemsstater i EU fullständigt måste genomföra och ställa sig bakom Istanbulkonventionen. Det vore särskilt önskvärt att ordförandelandet Bulgarien tar täten och visar övriga länder, som ännu inte har ratificerat, hur viktig Istanbulkonventionen är.

(Talaren godtog att besvara en fråga (”blått kort”) i enlighet med artikel 162.8 i arbetsordningen.)

 
  
  

PŘEDSEDNICTVÍ: PAN PAVEL TELIČKA
místopředseda

 
  
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  Inés Ayala Sender (S&D), pregunta de «tarjeta azul». – Señoría, yo quería preguntarle si, además de la ratificación del Convenio, hay —digamos— un elemento fundamental, que es la formación de los profesionales que tienen que interpretar las leyes, no solamente de los legisladores, que también, y, de hecho, este Parlamento está planteándose formación también en cuestiones de género. Pero, una vez que la ley está hecha y es interpretable, ¿está en su país puesta en marcha la formación para quienes tienen que interpretar esas leyes, es decir, para los jueces, magistrados y fiscales?

 
  
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  Anna Hedh (S&D), svar ("blått kort"). – Redan i dag finns det utbildningar för de personer som ska arbeta med denna fråga, t.ex. domstolar, poliser och socialarbetare, men det kommer bli ännu tydligare med denna nya samtyckeslagstiftning. Det är otroligt viktigt att även politiker får denna information och kunskap. Det ska vara för alla i hela Europa – en självklarhet.

 
  
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  Izaskun Bilbao Barandica (ALDE). – Señor presidente, señora comisaria, «Yo sí te creo. Nik sinisten zaitut». Quiero decirte, víctima de La Manada, que te creemos. Como la sociedad navarra y vasca. Como el Parlamento Europeo, que te aplaudió durante el juicio. Que debemos trabajar para convertir este terrible error en una oportunidad, en mucho más que seguir denunciando a gritos la injusticia. Cada uno de nosotros debemos decir a nuestros hijos que acosar a las mujeres, que tratarlas como objetos es despreciable y que jamás les apoyaremos si lo hacen. Así avanzaremos más que si seguimos pidiendo a nuestras hijas que tengan cuidado solo porque son mujeres. Porque viven en un mundo que considera lógico que tengamos miedo. Nuestra libertad y dignidad necesitan ese cambio.

Acompañarlo obliga además a armonizar en toda la Unión la regulación penal sobre la violencia de género y adaptarla a los criterios del Convenio de Estambul. Con ese objetivo presenté varias enmiendas que se han incorporado el informe sobre la orden europea de protección. Es ridículo que se exija a las mujeres que acreditemos un nivel de resistencia frente a una violación que nunca pedirían a quien sufre un atraco para certificar que le quitaron la cartera contra su voluntad. A Nagore Laffage, también en Pamplona, en 2008, le quitaron la vida por resistirse.

Finalmente asumamos, y los jueces los primeros, y con toda humildad, que deben mejorar su formación. Demasiados informes internacionales señalan que en materia de delitos de género, y en España también en Derecho comunitario, o en materia de libertades fundamentales sufrimos un importante déficit. No banalicemos sobre la duración de una pena de cárcel, especialmente si creemos que su objetivo es la reinserción. No legislemos a golpe de manifestación.

Apostemos por asegurar... (el presidente retira la palabra a la oradora).

 
  
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  Jordi Solé (Verts/ALE). – Señor presidente, las sentencias judiciales deben poder ser criticadas, faltaría más. Y esta en concreto es muy criticable. De hecho, ha causado una justificada ola de indignación y acaba de ser criticada hasta por las Naciones Unidas.

Cinco hombres acorralan de manera cobarde a una joven de dieciocho años y la violan de manera salvaje. Aun así, la justicia considera que no fue una violación, sino abuso sexual, ya que los magistrados no aprecian violencia ni intimidación en esta salvajada. ¿En qué sociedad vivimos? Solo una sociedad que dimite de sus responsabilidades aceptaría sin rechistar que un acto tan detestable no sea considerado un acto de violencia.

Esta sentencia también puede sentar una jurisprudencia peligrosa: si una mujer se resiste a una agresión sexual, esta resistencia puede comportarle consecuencias fatales. Si no se resiste, habrá jueces que consideren que no fue intimidada y, por lo tanto, la violación se convierte solamente en abuso sexual.

No nos engañemos: el problema no está en el Código Penal. El problema está en la interpretación que se hace de las leyes.

 
  
 

Catch-the-eye procedure

 
  
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  Seán Kelly (PPE). – Mr President, (inaudible) ... where there are abuses any here across the European Union, we should discuss them here in Parliament, and I welcome this debate. Also we learn from Rosa and others than only six Member States have ratified the Istanbul Convention. It is really appalling in the European Union, which is founded on equality, that this has occurred, and I think it is time for either the Council or the Commission to give each Member State a deadline by which it has to be ratified, but also then say how it was to be interpreted equally in terms of consent, sexual violence, rape, etc. I think that’s a very important issue.

Then there’s another part missing: the educational aspect. Young boys have to be educated that it is not manly or macho to be treating girls in a disrespectful manner. They need to grow up as gentlemen who respect women, not macho thugs who abuse them.

 
  
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  Juan Fernando López Aguilar (S&D). – Señor presidente, la intervención contundente de la portavoz de los socialistas españoles, Iratxe García, ha explicado con claridad por qué este asunto ha venido al Parlamento Europeo: porque europeos son el malestar y la indignación causados por el caso de La Manada y europea es la respuesta, la necesaria armonización de los criterios de definición de la violencia sexual, que, de acuerdo con el Convenio de Estambul, diga con claridad que solo sí es sí y el sexo sin consentimiento es violación.

Pero europea es también la respuesta de formación judicial que hemos urgido y exigido tantas veces en la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, porque una formación judicial en perspectiva de género hubiera evitado que fuera necesario el recurso ante el Tribunal Supremo para corregir una sentencia criticada y criticable. Pero también la formación judicial hubiera hecho imposible el aberrante voto particular, que introduce expresiones ofensivas para la víctima e incursiona por tanto directamente en lo que la ley española depura como responsabilidad del juez: la prohibición de introducir expresiones objetivamente injuriosas y ofensivas para la víctima, escarneciendo a una víctima que ha prestado un servicio a ...

(El presidente retira la palabra al orador)

 
  
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  Florent Marcellesi (Verts/ALE). – Señor presidente, el sexo sin consentimiento es violación. Lo pide la calle para La Manada y lo dice el Convenio de Estambul sobre la violencia contra las mujeres, firmado por la Unión Europea, por la mayoría de sus países, incluida España. Sin embargo, solo seis Estados de la Unión Europea han legislado reconociendo que todo sexo no consentido es una violación. Esto significa que 22 Estados miembros —22, incluida España— siguen sin hacerlo. Así que contamos con códigos penales arcaicos, injustos, machistas; son patriarcales. Es hora de cambiar y modernizar nuestro sistema judicial por uno más ambicioso e igualitario.

La definición legal de violación debe basarse en la falta de consentimiento de la víctima, tal y como está en el Convenio de Estambul. Los jueces y juezas necesitan formación específica en género, más presupuesto y menos recortes. Por ello, pido a la Comisión y al Consejo una directiva europea contra la violencia de género que permita este cambio.

Las mujeres de España y de toda Europa tienen que saber que la justicia está de su parte.

 
  
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  Ángela Vallina (GUE/NGL). – Señor presidente, señora comisaria, ¿de qué sirve que los Estados miembros firmen el Convenio de Estambul? España lo hizo en 2014. No lo aplican. No dan formación a los jueces. Yo me pregunto cuántos jueces en España habrán leído este Convenio. No dan formación a nadie por parte de los Gobiernos. Es puro teatro, pura corrección política, pero nada más.

Y las mujeres estamos hartas. Se dice que no se puede criticar las sentencias, ni a los jueces. ¡Hombre, por favor! Son funcionarios públicos, pagados también con el dinero de las mujeres. También con nuestro dinero. Se ha abierto una brecha, y muy grande, entre el mundo judicial y las mujeres que no se romperá hasta que las mujeres recibamos un trato igualitario y no patriarcal como el que estamos recibiendo.

Esta sentencia ‒usted lo sabe‒ incumple el Convenio de Estambul y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de las Naciones Unidas. Usted tiene que tomar medidas. Si no, ¿de qué nos vale esta Unión? ¿De qué? Si no es capaz ni siquiera de proteger a las mujeres. Hay una urgente necesidad de formación ...

(El presidente retira la palabra a la oradora)

 
  
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  Krisztina Morvai (NI). – Elnök Úr, szemléletváltásra lenne szükség a nemi erőszakos bűncselekmények igazságos megítéléséhez. Képzeljük el a következő jelenetet: egy üzletember üzleti tárgyalás után megy haza este az utcán, szép karóra van rajta. Öten elkapják, berántják egy kapualjba, és közlik vele, hogy „Add ide a karórádat, Öcsém!” Ő rémülten leveszi a karóráját, átadja, majd pedig éveken át egy bírósági tárgyaláson, illetőleg egy büntetőeljárásban kell neki bizonyítania, hogy ő nem jókedvében adta oda az órát, és nem azért, mert olyan szimpatikusak voltak ezek a legények, hogy úgy gondolta, hogy megajándékozza őket. És senkinek eszébe nem jutna, hogy vélelem szól a konszenzus mellett és az ellenkezőjét kell bizonyítani, és senkinek eszébe nem jutna olyan jogi megoldás, hogy itt tulajdonképpen legfeljebb egy érvénytelen adásvételi, vagy egy érvénytelen ajándékozási szerződésről van szó, vagy netán egy szimpla lopásról. Mindenki világosan látja, hogy ez erőszak, nők tekintetében is tessék ezt figyelembe venni!

 
  
 

(End of catch-the-eye procedure)

 
  
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  Věra Jourová, Member of the Commission. – Mr President, thank you very much for this very useful, serious and – rightly – emotional debate about the La Manada case.

I want to recall once again that we need the laws and they must be properly implemented and applied in the Member States. At EU level, we have the Victims’ Rights Directive, which must be properly applied. This Directive provides specifically that victims of this kind of criminal offence must be treated well. I can imagine the victim of this horrible case – and many other victims – have to repeat again and again what has happened to them and the torture is prolonged. That’s why in the Victims’ Rights Directive, we want the law enforcement authorities to handle these cases with full sensitivity and full professionalism.

We also have the European Protection Order, which needs to be used better, and you are right that more enlightenment, more information and more training of professionals is needed.

We desperately need to have the Istanbul Convention ratified in all the Member States because it specifically addresses cases like that.

As I said, we seriously need the laws to be in place, and full and good implementation, including the application and interpretation by the European courts is seriously necessary. I am not here to criticise the decisions of the Spanish court or any other courts; I just want to say that I do hope that the court of appeal in Spain will decide this specific case swiftly and fairly.

I want to say one more thing. If the courts do not interpret the law in the proper way so that they interpret rape as rape – and I don’t mean this specific case; I speak in general terms because I really don’t want to criticise the Spanish court – if the law is not interpreted properly then the perpetrators will see impunity in these cases. They will see that this is authorised by the State, this is allowed, this is cheap, this is easy. I think that this is not only a legal problem, this is also a hazard. In our society, many people still have a very strong conviction that if a woman is raped or has been raped, she provoked it, she deserved it, she caused it through her own behaviour, and we need to stop this. We need to properly and continuously influence public opinion so that there is lower or zero tolerance in society with regard to these cases. In that regard, the functioning and decision-making of the courts is absolutely essential.

Again, I hope that the victim of this case receives a fair decision soon and is able to forget the case as soon as possible, if possible.

(Applause)

 
  
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  Monika Panayotova, President-in-Office of the Council. – Mr President, the La Manada case is today in the hands of the Spanish courts. As I said at the beginning, the Council would not deem it appropriate to comment or interfere in the case, which might still be reviewed by a higher-instance court. I would like to conclude, however, by stressing again that we share the view that violence against women and girls and the protection of its victims is an issue of common concerns that touches upon the core values of the European Union. These crimes have no place in the Union and should be punished.

 
  
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  President. – I would like to thank everyone who has participated in the debate. I was chairing only a part of it, but I think it is quite a rare occasion when we have such a consensual basis, not just between the institutions but also between the relevant political groups. This just highlights the absolutely unacceptable behaviour that this case is about, with all the consequences that will, of course, have to be dealt with.

The debate is closed.

Written statements (Rule 162)

 
  
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  Soledad Cabezón Ruiz (S&D), por escrito. – El Convenio de Estambul contra la violencia hacia las mujeres obliga a los países firmantes a penalizar todo acto de carácter sexual realizado sin consentimiento. Pero solo nueve Estados reconocen explícitamente que el sexo sin consentimiento es violación. Aunque respeto las decisiones de la Justicia española, me cuesta mucho aceptar y entender una sentencia en la que el relato de los hechos expone cómo una joven de 18 años, atemorizada, agazapada en un cubículo de menos de 3 m2, sin salida, es penetrada por cinco hombres y grabada en vídeo, y, aun así, la sentencia establece que es solo víctima de un abuso y no de una violación. ¿Cómo podemos explicar que esta joven no sufrió una violación porque no se enfrentó a ellos? Porque, posiblemente, el miedo la paralizó y porque esos hombres solo decidieron penetrarla y no la golpearon. No pretendemos interferir en las decisiones judiciales, pero sí es urgente y necesario exigir un mayor compromiso en la lucha contra la violencia contra las mujeres y formar a los profesionales de la Justica en este ámbito como ha reivindicado este Parlamento. No podemos permitir más ataques contra la libertad, la dignidad y la integridad de las mujeres. #YOSÍTECREO

 
  
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  Sergio Gutiérrez Prieto (S&D), por escrito. – El Convenio de Estambul contra la violencia hacia las mujeres obliga a los países firmantes a penalizar todo acto de carácter sexual realizado sin consentimiento. Pero solo nueve Estados reconocen explícitamente que el sexo sin consentimiento es violación. Aunque respeto las decisiones de la Justicia española, me cuesta mucho aceptar y entender una sentencia en la que el relato de los hechos expone cómo una joven de 18 años, atemorizada, agazapada en un cubículo de menos de 3 m2, sin salida, es penetrada por cinco hombres y grabada en vídeo, y, aun así, la sentencia establece que es solo víctima de un abuso y no de una violación. ¿Cómo podemos explicar que esta joven no sufrió una violación porque no se enfrentó a ellos? Porque, posiblemente, el miedo la paralizó y porque esos hombres solo decidieron penetrarla y no la golpearon. No pretendemos interferir en las decisiones judiciales, pero sí es urgente y necesario exigir un mayor compromiso en la lucha contra la violencia contra las mujeres y formar a los profesionales de la Justica en este ámbito como ha reivindicado este Parlamento. No podemos permitir más ataques contra la libertad, la dignidad y la integridad de las mujeres. #YOSÍTECREO

 
  
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  Javi López (S&D), por escrito. – El Convenio de Estambul contra la violencia hacia las mujeres obliga a los países firmantes a penalizar todo acto de carácter sexual realizado sin consentimiento. Pero solo nueve Estados reconocen explícitamente que el sexo sin consentimiento es violación. Aunque respeto las decisiones de la Justicia española, me cuesta mucho aceptar y entender una sentencia en la que el relato de los hechos expone cómo una joven de 18 años, atemorizada, agazapada en un cubículo de menos de 3 m2, sin salida, es penetrada por cinco hombres y grabada en vídeo, y, aun así, la sentencia establece que es solo víctima de un abuso y no de una violación. ¿Cómo podemos explicar que esta joven no sufrió una violación porque no se enfrentó a ellos? Porque, posiblemente, el miedo la paralizó y porque esos hombres solo decidieron penetrarla y no la golpearon. No pretendemos interferir en las decisiones judiciales, pero sí es urgente y necesario exigir un mayor compromiso en la lucha contra la violencia contra las mujeres y formar a los profesionales de la Justica en este ámbito como ha reivindicado este Parlamento. No podemos permitir más ataques contra la libertad, la dignidad y la integridad de las mujeres. #YOSÍTECREO

 
  
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  Inmaculada Rodríguez-Piñero Fernández (S&D), por escrito. – El Convenio de Estambul contra la violencia hacia las mujeres obliga a los países firmantes a penalizar todo acto de carácter sexual realizado sin consentimiento. Pero solo nueve Estados reconocen explícitamente que el sexo sin consentimiento es violación. Aunque respeto las decisiones de la Justicia española, me cuesta mucho aceptar y entender una sentencia en la que el relato de los hechos expone cómo una joven de 18 años, atemorizada, agazapada en un cubículo de menos de 3 m2, sin salida, es penetrada por cinco hombres y grabada en vídeo, y, aun así, la sentencia establece que es solo víctima de un abuso y no de una violación. ¿Cómo podemos explicar que esta joven no sufrió una violación porque no se enfrentó a ellos? Porque, posiblemente, el miedo la paralizó y porque esos hombres solo decidieron penetrarla y no la golpearon. No pretendemos interferir en las decisiones judiciales, pero sí es urgente y necesario exigir un mayor compromiso en la lucha contra la violencia contra las mujeres y formar a los profesionales de la Justica en este ámbito como ha reivindicado este Parlamento. No podemos permitir más ataques contra la libertad, la dignidad y la integridad de las mujeres. #YOSÍTECREO

 
Ultima actualizare: 29 iunie 2018Aviz juridic - Politica de confidențialitate