El presidente. – El punto siguiente en el orden del día es el debate a partir de la declaración de la vicepresidenta de la comisión / alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad - Situación en Nicaragua (2019/2615(RSP)).
Neven Mimica,Member of the Commission, on behalf of the Vice-President of the Commission / High Representative of the Union for Foreign Affairs and Security Policy. – Mr President, thank you for this opportunity to discuss the situation in Nicaragua and for the excellent cooperation over these weeks. The European External Action Service and the European Parliament have been working hand in hand, showing in practice, how different institutions can work towards the same goal. Let me also thank honourable Member Ramón Jáuregui for his strong commitment and for heading the European Parliament delegation to the country.
The situation in Nicaragua remains tense. Although the most visible part of the violent repression has passed, there are still so many political prisoners unlawfully arrested. Several of them face charges of terrorism for having taken part in demonstrations. Jail conditions for a number of prisoners are unacceptable. Civil society organisations and independent journalists are continuously harassed and many have had their legal status cancelled.
The European Union has been clear in condemning this state of affairs, most recently in the January Foreign Affairs Council conclusions. We have called on the authorities to free all political prisoners and ensure due process and decent conditions for all. We have urged for a genuine dialogue to be resumed and for political reforms to be enacted. We are ready to use all our policy instruments in response to developments in the country.
The ad-hoc Delegation of the European Parliament, led by Ramón Jáuregui, accompanied by our head of delegation in Managua, has greatly contributed to amplifying these messages. I’m glad that you managed to have a full programme of meetings with the opposition, civil society organisations, independent journalists and families of victims and prisoners to visit inmates without any restriction and to engage in a direct discussion with President Ortega and his wife, President Murillo. I understand that many of these encounters were heavily charged and emotional, and that it took a lot of courage and stubbornness to organise them, but they were necessary and important and we are truly grateful for your work.
Some recent events give us some hope and I am convinced that our work has contributed to creating a more positive climate. First, the Government of Nicaragua held high-level meetings with the Organisation of American States, with some international actors and the business community. Second, 100 prisoners were sent home under house arrest. This was one of the requests that the European Parliament’s delegation had made to President Ortega.
Finally, meetings with the opposition started on 27 February. These initial meetings led to the adoption of a roadmap, setting rules for a negotiation process and identifying participants. The possible inclusion of witnesses and international guarantors for the agreements to be reached remains a sticking point, as do possible re-conditions related to a further release of prisoners.
We are available to consider technical support to the mediation, should that be necessary. The UN, the Organisation of American States and possibly the European Union might be asked to be involved in the process.
Although these are encouraging developments compared to a few weeks ago, we remain very cautious. We still do not know how serious the government is about restoring fundamental rights, as enshrined in the constitution, in particular, freedom of assembly and expression. Heavy police presence in Managua is maintained.
The change of the penitentiary regime for 100 prisoners is a positive step, but we do not forget the over 600 prisoners who remain in jail, often in inhuman conditions and some of them on hunger strike. Nor will we forget that all the accused must enjoy due process and justice as guaranteed by the constitution of Nicaragua. This is why the Civic Alliance is pressing for prisoner’s rights and their release.
We need to see how far the government is willing to go in opening up to the opposition demands and to engage in political reforms. The partisan management of the regional elections on the Caribbean coast of Nicaragua a few days ago did not demonstrate a willingness to do things differently. I hope that a renewal of the Supreme and electoral courts in April will not be another missed opportunity to change course.
We must also salute the work done by the opposition in learning from the mistakes of the failed dialogue in July 2018.
We hope more result-driven negotiations will enable all Nicaraguans to feel represented, find justice and, eventually, cast their votes freely for the future of their country.
So, despite the legitimate doubts that we may have about this nascent process, despite the open wounds and the many victims still seeking justice, we should all encourage the steps currently being taken. We now expect a negotiating table and further concrete signs from the government side, as this is the best way to achieve a peaceful way out of the current crisis.
We Europeans will remain vigilant and ready to react to any further deterioration of human rights and the rule of law, and we will continue to accompany any positive step towards a political solution to the crisis, together with our international partners. Let me thank the European Parliament once again. Your engagement will continue to be precious in the weeks ahead.
(Applause)
José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra, en nombre del Grupo PPE. – Señor presidente, señor comisario, señorías, mañana el Parlamento Europeo va a votar una Resolución por la que va a pedir la suspensión de Nicaragua del Acuerdo de Asociación de América Central y, al mismo tiempo, la introducción de sanciones selectivas para todos los responsables de las graves violaciones que se han producido con respecto a los derechos humanos y que se siguen produciendo todavía en el país.
Durante nuestra visita, señor comisario, a la que usted se ha referido, en el mes de enero, el Parlamento Europeo pudo constatar —como ya hicieron otras misiones internacionales, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el grupo de expertos independientes, la alta representante de las Naciones Unidas, quienes, por cierto, no han podido volver al país— que la situación de Nicaragua no es compatible con la cláusula de derechos humanos, que es un elemento esencial de nuestro Acuerdo de Asociación.
En la Resolución que aprobó nuestro Parlamento el 31 de mayo ya constatamos los asesinatos que se habían producido, las detenciones arbitrarias, las torturas y el desconocimiento de todos los derechos fundamentales, incluido el derecho a la libertad de prensa.
Tenía usted razón, señor comisario, que la visita que realizamos a las cárceles de Nicaragua fue particularmente emotiva. Es duro ver a jóvenes de veinte años condenados a más de treinta o treinta y cinco años de prisión. Desgraciadamente, las informaciones que nosotros recibimos de Managua es que, efectivamente —como usted decía—, hay todavía más de seiscientos presos políticos.
Las mujeres con las que nos encontramos en la cárcel de La Esperanza se encuentran en huelga de hambre por malos tratos y varios presos han sido también maltratados en la cárcel Modelo.
Creo que prestaríamos un flaco servicio a la causa que nosotros defendemos, señor comisario, y que defraudaríamos las expectativas de la población de Nicaragua si fuéramos complacientes con esta situación. Por eso es imprescindible que, para que ese diálogo nacional pueda prosperar, se proceda a la liberación incondicional e inmediata de los presos políticos, que se cese de hostigar a la oposición y que se garantice el ejercicio de los derechos y libertades fundamentales, incluido el derecho de libertad de prensa, y que se pueda alcanzar, señor comisario —no se ha alcanzado todavía—, una hoja de ruta para que los ciudadanos de Nicaragua puedan volver a ser dueños de su destino y a tomar la palabra.
Creo, señor comisario, que en este Parlamento hemos realizado un trabajo con muchísima dedicación, con una gran paciencia, pero ha llegado la hora, señor comisario, de pasar de las palabras a los hechos. Desgraciadamente, la situación no ha sufrido ni ha experimentado una evolución positiva en el país y creo que tenemos que ser consecuentes con los principios que practicamos. Esta misma semana hemos tenido en el hemiciclo un debate sobre un mecanismo de aplicación de la cláusula democrática.
El caso de Nicaragua es un caso paradigmático, señor presidente, y le insto a la Comisión a que sea coherente con la decisión que vamos a tomar mañana en este Parlamento.
Ramón Jáuregui Atondo, en nombre del Grupo S&D. – Señor presidente, efectivamente, quiero empezar por agradecer al señor comisario sus palabras en relación con la colaboración entre el Parlamento Europeo y el Servicio Europeo de Acción Exterior en esta materia. Empezaré por hacerles también una pequeña confesión —si ustedes quieren, íntima—. Y es que toda la delegación del Parlamento Europeo, que visitó durante cuatro días Nicaragua, vivió de manera emocionada —inclusive con un sentimiento de gran compasión— todo lo que vimos y todo lo que oímos.
Y yo quiero empezar por reivindicar que este Parlamento está con el pueblo de Nicaragua; con el pueblo que llora a sus muertos; con el pueblo que sufre porque sus hijos están en la cárcel; con el pueblo que sufre restricciones a la libertad. Esto es una quiebra, muy seria, muy grave, absolutamente condenable, de lo que llamamos el Estado de Derecho y las condiciones de libertad y de democracia. Esto está ocurriendo en Nicaragua.
Me gustaría dirigirme a mis compañeros que están a la izquierda, que han hecho una enmienda a nuestra Resolución diciendo que no haya injerencias de los Estados Unidos en Nicaragua. No señorías, no hay injerencia. El problema, señor Pimenta ―si me permite―, es que hay una revolución que se ha hecho totalitaria. Perdone, hubo una revolución que se ha hecho totalitaria. Hubo una revolución que se explicó históricamente y que, desgraciadamente, aplasta las libertades y aplasta a su pueblo. Yo siempre he reivindicado desde la izquierda la libertad. «Socialismo es libertad», siempre lo hemos dicho.
Y el Parlamento Europeo apoya a ese pueblo. El Parlamento Europeo apoya un diálogo serio. ¡Ojalá que haya un diálogo serio! Pero tiene tres condiciones básicas que no se están cumpliendo. La primera es que hay que liberar a los presos políticos. La segunda es que no puede haber restricciones a la libertad, que tiene que haber movimiento libre para los líderes, para los movimientos sociales. Y la tercera es que tienen que volver las organizaciones internacionales al país, porque son respetables y son el crédito y el observatorio de que se cumplen los derechos humanos.
Y la posición política del Parlamento Europeo es que si ese diálogo avanza ―como ha dicho el comisario―, Europa ayudará. Se lo digo al comandante Ortega. Si hay un diálogo serio y hay un camino hacia la libertad, ayudaremos. Pero si no lo hacen, si quieren perder el tiempo, si engañan al pueblo, habrá sanciones.
Mark Demesmaeker, namens de ECR-Fractie. – Voorzitter, commissaris, de oppositie tegen het autoritaire regime van Daniel Ortega heeft vele gezichten. Een van die symbolen heet Alex van Vanegas, gewezen atleet. Als jonge Sandinist vocht hij met Ortega tegen dictator Somoza. De bevrijding van de ene dictator bracht echter helaas een andere aan de macht. Nu loopt Alex opnieuw, maar uit eerbetoon voor de slachtoffers van het politiegeweld. Het volk noemt hem "el maratonista", de marathonman.
Voor Ortega is hij echter een terrorist en een couppleger, zoals ook dat andere symbool, de jonge studentenleidster Amaya Coppens. 24 jaar, een landgenote van mij. We bezochten haar in de gevangenis "La Esperanza". "Toon wat hier gebeurt" zegt ze en vroeg ze, "want we willen niet dat Nicaragua het nieuwe Venezuela wordt". Ze heeft net een hongerstaking van 13 dagen beëindigd. Dit is haar zelfgemaakte armbandje in de nationale kleuren, wit en blauw. Bewonderenswaardig, moedig en sterk. Ik kreeg vandaag een brief van haar vader, haar Belgische vader. Schrijnende toestanden. Mensen als zij zijn de toekomst van haar land. Die toekomst laat je niet wegkwijnen in een cel.
Ortega heeft het pad gekozen van de repressie, van de censuur en het geweld. Dat pad loopt dood. De enige uitweg is dat de politieke gevangenen hun vrijheid terugkrijgen. Dat is de voorwaarde voor een nieuwe nationale dialoog. Er moeten ook nieuwe eerlijke verkiezingen komen. We hebben dat allemaal ook persoonlijk tegen president Ortega gezegd, maar de druk, commissaris, moet worden opgevoerd. Die zal tastbaar moeten zijn in de vorm van gerichte en individuele sancties. We hebben een associatieverdrag. Daar staat een democratieclausule in. Ik reken erop dat wij onze principes trouw zijn en trouw blijven en dat onze verdragen meer zijn dan een blaadje papier.
Javier Nart, en nombre del Grupo ALDE. – Señor presidente, Sergio Ramírez, Henry Ruiz, Luis Carrión, Dora María Téllez, Mónica Baltodano, Jaime Wheelock, Víctor Tirado, Moisés Hasan, Ernesto Cardenal, Hugo Torres, Gioconda Belli, Brooklyn Rivera, Carlos Tünnermann, Humberto Ortega... Todos ellos son radicales opositores al Gobierno de Daniel Ortega.
Para los que entienden que ese Gobierno es víctima de los reaccionarios a sueldo del imperialismo, les voy a ilustrar: son mis compañeros sandinistas de lucha contra Somoza, contra la dictadura de Anastasio Somoza, en donde yo estuve y donde fui herido en el frente sur Benjamín Zeledón. Fue un honor estar allá. Son comandantes y ministros del verdadero sandinismo, hoy traicionado por Daniel Ortega; son quienes, desde las barricadas, desde la cárcel, desde la persecución y la tortura, defendieron y hoy siguen defendiendo la libertad, la democracia y la dignidad para su patria nicaragüense, que también es la mía.
Recordaré que, de los seis miembros de la Dirección Nacional, cinco están en contra del régimen —la Dirección Nacional sandinista—, como también todos los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno de 1979, como miles de compañeros sandinistas. Son los verdaderos sandinistas, hoy perseguidos por Daniel Ortega por defender lo mismo que ayer defendieron contra Somoza: la libertad y la dignidad.
Represión, exilio, centenares de muertos, corrupción, violación de los derechos humanos, eso es hoy la Nicaragua de Daniel Ortega, defendida, desde el sectarismo o la ignorancia, por revolucionarios de salón hasta el último nicaragüense, desde luego. Porque a ellos no les importa Nicaragua, sino sus propios mitos, sus propias historias, la revolución ajena, pero jamás la propia.
La propuesta de Resolución que mañana se presentará es fruto de un consenso general. Se impone la suspensión del Acuerdo de la Unión Europea con Nicaragua y la imposición de sanciones personales a Daniel Ortega y a ese Gobierno que reprime y encarcela a sus propios compañeros, a su propio pueblo.
Y, desde el fondo de mi alma, digo lo que dije en 1979: ¡Viva Nicaragua libre!
João Pimenta Lopes, em nome do Grupo GUE/NGL. – Senhor Presidente, escutando algumas das intervenções, muitas vezes perguntamos se estaremos a falar da repressão e dos presos em Espanha e em França. A União Europeia e o Parlamento Europeu insistem na manipulação de factos e em engrossar a estratégia intervencionista da Administração de Trump de ingerência e desestabilização em toda a América Latina.
Os senhores sabem que a reforma da segurança social proposta na Nicarágua visava garantir a sua sustentabilidade e evitar, ao mesmo tempo, a implementação das recomendações neoliberais propostas pelo FMI. Sabem que a onda de protestos, regimentando legítimas expetativas e anseios da população, foi manipulada e orquestrada por setores da direita mais reacionária, provocando deliberadamente confrontos violentos e mortos. Sabem que essa onda de violência foi dirigida não só contra as autoridades e o Governo, como contra membros da Frente Sandinista que foram atacados, sequestrados e assassinados.
Conhecem a iniciativa do Governo de lançar um amplo diálogo que ponha termo aos confrontos promovidos pela oposição e construa soluções pacíficas. Sabem que o Governo dos Estados Unidos impõe sanções e ameaça a Nicarágua com o veto económico, impedindo o acesso a créditos dos organismos financeiros internacionais em violação da Carta das Nações Unidas e do Direito internacional.
É por saberem tudo isto que só vos sobra a mentira para atacarem os povos e as forças progressistas da América Latina, como na Nicarágua, que insistem em afirmar a soberania e independência do seu país, o direito à autodeterminação, e a determinarem livremente o rumo do desenvolvimento político, económico, social e cultural dos seus países.
(O orador recusa uma pergunta “cartão azul” de Ana Gomes)
Ignazio Corrao, a nome del gruppo EFDD. – Signor Presidente, onorevoli colleghi, la storia non insegna nulla, a quanto pare, soprattutto in Nicaragua. Lì nel 1979, a parti invertite, era proprio l'attuale presidente Daniel Ortega a rischiare la vita nelle vesti di guerrigliero per opporsi ad una dittatura che soffocava diritti e opposizioni nel sangue.
Adesso il sandinista Daniel Ortega non ha più un nemico da combattere, non ha più un dittatore da deporre o i Contras e la CIA da affrontare. Adesso il dittatore è proprio lui. Il paese intanto si ritrova dilaniato da uccisioni, arresti arbitrari, sparizioni forzate, torture e censura a tutto campo, per non parlare delle riforme costituzionali che hanno permesso ad Ortega di perpetuarsi nel potere, ben oltre i limiti consentiti dalla Costituzione.
Insomma, non manca nulla: ci sono tutti gli ingredienti della dittatura. Una dittatura che al mondo interessa poco, perché il Nicaragua è uno dei paesi più poveri del pianeta. Una dittatura che per restare al potere non conta sul sostegno del popolo, ma su quello dei cecchini, che sparano su manifestanti inermi e ne uccidono a centinaia.
Alla luce di queste gravi criticità ritengo necessaria l'immediata attivazione di sanzioni individuali da parte del Consiglio e della Commissione mirate a colpire gli esponenti del regime responsabile delle gravi violazioni dei diritti umani in corso.
Mario Borghezio, a nome del gruppo ENF. – Signor Presidente, onorevoli colleghi, il documento che ci avviamo a discutere contiene sicuramente molte cose condivisibili per un paese straziato che, molti dicono, sarà il prossimo Venezuela. Ma vi è un'omissione: non si parla di un fatto che tutti conoscono, che l'opinione pubblica internazionale conosce, che sembra quasi che l'Unione europea abbia voluto pervicacemente ignorare, e cioè il fatto che questo regime ha dato ospitalità per decenni ai peggiori terroristi, fra cui gli esponenti delle Brigate rosse, del terrorismo che ha insanguinato il nostro paese.
C'è un appello che viene dall'ultimo presidente della Commissione Moro, ed è quello di far tornare in Italia, finalmente, dopo tanti appelli e tante pressioni da parte dell'Italia, uno dei più pericolosi brigatisti e uno dei pochi ancora in totale libertà, che non ha mai trascorso una sola notte in cella, cioè il signor Alessio Casimirri, che vive tranquillamente nella pacchia – ma la pacchia forse è finita, speriamo! – fa il ristoratore di lusso e di successo a Managua. Non ne parlate, di questo scandalo, forse anche perché c'è stato per lungo tempo un altro Stato membro dell'Unione europea che ha dato la stessa ospitalità.
Ma in questo caso sarebbe ora di parlare e di intervenire. Noi chiediamo, insieme al governo italiano, che l'Europa chieda l'immediata estradizione in Italia di questo delinquente, di questo assassino. È ora che l'Europa si svegli e finisca l'atteggiamento omertoso nei confronti di questi terroristi di cui non vi siete mai occupati, quando dall'Italia i parenti delle vittime del terrorismo implorano che sia fatta finalmente giustizia.
Questa è veramente una vergogna. Dovete immediatamente porre rimedio a questa omissione gravissima nei confronti dell'opinione pubblica internazionale, delle vittime del terrorismo e dell'uccisione del Presidente Moro.
Gabriel Mato (PPE). – Señor presidente, señor comisario, ¡por favor, ayúdennos! Ese fue el grito de impotencia de las presas de la cárcel de La Esperanza —sometidas diariamente a continuas palizas, a un trato inhumano, privadas de sus derechos más elementales y que no pueden ver a sus familiares—, cuando las visitamos el pasado mes de enero.
Son inocentes. Están en prisión simplemente por defender sus ideas en un país gobernado por un tirano donde ni se garantiza la paz, la libertad y la democracia, ni se respetan los derechos fundamentales, ni se defiende la libertad de expresión ni de reunión. Mujeres, sin embargo, que, pese a todo lo que están sufriendo, no se rinden, y así nos lo confesaron con una fortaleza admirable.
Después de todo lo que ellas nos contaron y de cuanto nosotros vimos exigimos a las autoridades penitenciarias, al viceministro y al propio Ortega que no hubiera ni una sola represalia. Pero, una vez más, el tirano hizo todo lo contrario y la escalada de represión continuó, aumentando aún más, hasta llegar ahora, un mes y medio más tarde, a una situación insostenible.
La realidad que vive Nicaragua es extremadamente preocupante, al menos para todos aquellos que nos sentimos demócratas y defendemos los derechos fundamentales no solo para nosotros sino también para los ciudadanos de cualquier país.
Desde que estalló la crisis en Nicaragua son ya más de 300 los muertos, 1 400 los heridos, cerca de 700 los presos políticos y casi 50 000 los exiliados. ¿No les parecen suficientes estas cifras? A mí, personalmente, me parecen escalofriantes y considero que este Parlamento no puede permanecer impasible ni un segundo más. Europa tiene que hacer algo. Ha de actuar.
Señor comisario, el restablecimiento de la democracia en Nicaragua también es responsabilidad de su Comisión. La Unión debe implicarse y mostrar su firmeza. Un régimen como el de Ortega Murillo no puede pedir diálogo a la oposición. Es una farsa. Para que pueda existir un diálogo real es imprescindible la liberación inmediata de los presos políticos y el cese de todas las formas de abuso o de intimidación contra el pueblo nicaragüense. Ya está bien. Nicaragua se merece vivir en paz, y los grupos de esta Cámara así deberían transmitírselo al unísono al revolucionario que traicionó ―como se ha dicho muy bien― a todo un país nada más alzarse con el poder.
Estos tiranos que llegaron con subterfugios pseudodemocráticos para aparentar que detentaban una cierta patena o credencial democrática tienen, además, pavor a unas elecciones libres y democráticas. ¿Saben por qué? Porque saben que no cuentan con apoyo mayoritario y, además, tienen miedo a perder los privilegios de sus saqueos e ingentes corruptelas.
Desde aquí defiendo hoy la imposición de sanciones específicas contra los miembros del Gobierno de Ortega y sus secuaces. Si no respetan los principios del Estado de Derecho, de la democracia y los más elementales principios de la dignidad humana debe activarse la cláusula democrática para que Nicaragua quede excluida del Acuerdo de Asociación Unión Europea-América Central.
Elena Valenciano (S&D). – Señor presidente, en primer lugar, y aunque se ha ausentado, quiero decirle al señor Pimenta Lopes que en España no hay presos políticos. España es un Estado de Derecho, una democracia moderna y consolidada, y, por más veces que lo repitan, no vamos a aceptar que digan tranquilamente que en España hay presos políticos. Espero que alguien le dé el recado.
En segundo lugar, también podría escuchar que hay muy poca gente ya en el mundo progresista que discuta que Daniel Ortega ha operado una de las perversiones más grandes que se pueden operar en la dirección de un país, en nombre de una revolución que sorprendió al mundo entero y que el mundo entero admiró. Sobre esa revolución, Daniel Ortega ha acabado constituyendo un régimen absolutamente totalitario.
Por eso, este Parlamento decidió actuar y por eso una representación de esta Cámara, encabezada por nuestro compañero Ramón Jáuregui —cuya tarea ya ha sido alabada por el comisario y yo reitero— decidió que tendríamos que levantar nuestra voz en esta Cámara para unirla a la voz del conjunto de la oposición democrática del pueblo de Nicaragua para pedir un diálogo, sí, pero un diálogo siempre y cuando se cumplan las mínimas condiciones que ya han sido expresadas por mis compañeros: la libertad de los presos políticos, la libertad de expresión y que pare la represión. No cabe seguir sentándose en una mesa mientras la represión continúa.
Esa es la voz que eleva este Parlamento y que esperamos que sea escuchada por el régimen de Daniel Ortega.
Zdzisław Krasnodębski (ECR). – Mr President, when protests in Nicaragua began in April 2018, it became obvious that these were not protests against austerity measures, but protests by people fighting for their rights and freedoms. It became a fight against a staggering democracy in a deeply polarised country.
Since then, hundreds of people have been killed and more than 700 imprisoned –mostly for political reasons. Despite a government assurance that there would be no retaliation against activists, we regret to see that repression has intensified. This is reflected in our resolution.
We looked at the relaunch of the National Dialogue with hope, and we regret that it has come to a halt. Therefore, we must emphasise that is not the EU which will provide a solution to the crisis: it is the Nicaraguan people who must work together to resolve the conflict. We will, however, work in pursuit of our commitments to protect human rights and fundamental freedoms in the country.
Izaskun Bilbao Barandica (ALDE). – Señor presidente, comisario, la violenta represión que aplica el Gobierno de Nicaragua a sus críticos, la expulsión de testigos incómodos, es una estrategia planificada para destruir la oposición. Los actuales gobernantes aplican hoy a sus conciudadanos los métodos de Somoza; los que ellos combatieron. Lo han comprobado ―como lo han contado hoy― los miembros de la misión parlamentaria que visitó el país en enero. Es hora de actuar.
Pongamos a los opositores de ayer ante el espejo de su degradación. Una salida duradera a esta crisis requiere la liberación de los presos políticos y el fin de la represión, el acoso, el espionaje y la persecución. Hay que restaurar las libertades fundamentales. Condiciones indispensables para empezar a dialogar.
También, como se detalla en la Resolución común, el Servicio Europeo de Acción Exterior de la Unión y los Estados miembros deben poner en marcha un procedimiento gradual de sanciones que, sin afectar a la población, señalen y penalicen a los miembros del gobierno implicados en vulneraciones de los derechos fundamentales. Es hora, además, de invocar la cláusula democrática del Acuerdo de Asociación entre la Unión y América Central para poder suspender a Nicaragua.
Mireille D’Ornano (EFDD). – Monsieur le Président, Monsieur le Commissaire, j’étais au Nicaragua fin janvier où j’ai rencontré, dans la prison de femmes de La Esperanza, la jeune Amaya Coppens, étudiante en médecine âgée de 23 ans.
Figure de proue du mouvement étudiant d’avril 2018, elle est détenue pour des motifs politiques. Bien qu’Amaya et ses camarades de combat aient suspendu leur grève de la faim, je reste très inquiète des conditions sanitaires de détention qui sont les leurs. Ces personnes doivent pouvoir bénéficier d’un suivi médical effectif et indépendant, conformément aux règles minima de 1955 pour le traitement des détenus, telles qu’adoptées par les Nations unies.
Récemment, une centaine de détenus ont été «libérés», entre guillemets, mais se trouvent en réalité en régime de détention domiciliaire, sous surveillance constante. Nous devons sensibiliser l’opinion internationale au sort de tous les prisonniers politiques du Nicaragua, qui sont environ 670. Notre devoir est de les aider.
Francisco José Millán Mon (PPE). – Señor presidente, hace ya un mes en este hemiciclo, como ha hecho hoy nuestro compañero Gabriel Mato, se denunció el caso de unas jóvenes nicaragüenses encarceladas en su país, en la prisión —¡oh, paradoja!— La Esperanza —¡vaya nombre!— y que habían sido objeto de represalias por haber hablado con una delegación de parlamentarios europeos que las visitó.
Pues bien, el maltrato en las cárceles nicaragüenses tiene que cesar —como todos reclamamos— y también debe cesar la privación de libertad de estas jóvenes y de otros prisioneros políticos. El régimen de Daniel Ortega —también se ha dicho— tiene que tomarse en serio la negociación con los opositores de la Alianza Cívica y cumplir sus exigencias mínimas. Una de ellas, la liberación de los presos políticos. También debe finalizar la represión de la prensa y, en fin, otras exigencias que recogemos en la propuesta de Resolución que mañana votaremos.
Desde abril del año pasado —también se ha dicho—, son ya cerca de cuatrocientos los muertos y bastante más de mil los heridos que se ha cobrado la crisis en Nicaragua, desatada por las manifestaciones de protesta frente al régimen. La crisis tiene que solucionarse mediante negociaciones con la oposición y, como hemos venido exigiendo en este Parlamento desde nuestra Resolución de 31 de mayo del año pasado, tiene que culminar en unas elecciones justas, transparentes y creíbles. Es imprescindible para ello una reforma electoral consensuada.
Yo quiero pedir a las instituciones de la Unión Europea, señor comisario, y en especial al Servicio Europeo de Acción Exterior una permanente atención sobre los acontecimientos en Nicaragua. A mí me parece que es ya inevitable imponer sanciones específicas para los responsables del país y de estas graves violaciones de derechos humanos que han ocurrido. También creo que debe prepararse la suspensión de Nicaragua del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y América Latina. Se trata de activar la llamada cláusula democrática del Acuerdo.
Y termino. Queremos para los nicaragüenses, como también para los venezolanos, lo mismo que queremos para nosotros: libertad, respeto de los derechos humanos, Estado de Derecho y prosperidad. Y desde aquí debemos contribuir a ello.
Ana Gomes (S&D). –Señor Presidente, he vivido los veinte primeros años de mi vida bajo una dictadura. Por eso reconozco una cuando la veo. Y fue eso lo que vi en Nicaragua en 2011, y en enero pasado aún peor: más represiva, más corrupta y más vengativa contra el pueblo nicaragüense.
Desde las calles, patrulladas por militares, policías y milicias, hasta las prisiones, filas de valientes hombres y mujeres, tantos jóvenes, tratados de terroristas. Ellos son la reserva moral de Nicaragua. No los olvidaremos: Lucía Pineda, Miguel Mora, Irlanda Jerez, Olecia Muñoz y tantos más, incluida la joven belga nicaragüense Amaya Coppens que, con sus compañeras, desde el 27 de febrero está en huelga de hambre.
Tantos en Nicaragua nos advertirán que los Ortega no quieren negociar, quieren ganar tiempo para ver lo que pasa en Venezuela. Esto se comprobó, señor comisario, con la tentativa reciente de negociación, que no logró nada, ni siquiera la liberación de cientos de presos y presas políticas, y se agravó la represión.
Europa puede hacer la diferencia. Tiene que hacer la diferencia en Nicaragua. Activemos la cláusula democrática. Y es indispensable imponer sanciones específicas a los peores responsables de la cleptocracia asesina en torno a los Ortega Murillo, incluyendo la congelación de bienes y la prohibición de visados. Los Ortega Murillo y sus esbirros tienen que ser llevados ante la justicia nacional o internacional para que pare de oler a funeraria en el centro del poder en Managua.
José Inácio Faria (PPE). – Señor presidente, señor comisario, soy portugués, pero hablo hoy aquí en castellano porque me dirijo en particular a los muchos amigos nicaragüenses que hice durante la visita de la delegación de este Parlamento a Managua, el pasado mes de enero, y a todos los disidentes que en su exilio forzado no se rinden y luchan a diario por el regreso de la democracia y la libertad a su país.
Es a todos ustedes que me dirijo, sobre todo a los padres y madres que han visto a sus hijos ser asesinados por policías y paramilitares durante las protestas, a todos los estudiantes que tienen sus carreras y su futuro interrumpidos como sanción por su participación pacífica en esas manifestaciones, y a aquellos valerosos hombres y mujeres que, detenidos ilegalmente por ejercer su libertad de expresión enfrentan con un inmenso coraje duras penas de prisión, muchos de ellos confinados en celdas inhumanas y denigrantes que ni para cerdos son dignas.
Este es el caso de los periodistas Miguel Mora y Lucía Pineda Ubau, esta última postulada ayer para los Premios Coraje en Periodismo, a quien saludo desde aquí. Fue este el escenario que pudimos testimoniar en el territorio. Y también pudimos confirmar que el alegado golpe de Estado orquestado por los Estados Unidos no es más que pura propaganda, utilizada por el régimen de Ortega-Murillo para justificar la represión y el socavamiento de los derechos políticos de sus conciudadanos.
Una vez que, después de nuestra visita, se intensificó aún más la represión, el señor Ortega tiene que demostrar que no utiliza los intentos de diálogo nacional como una maniobra para ganar tiempo y evitar sanciones de la Unión Europea. Y eso solamente se demuestra poniendo fin a la represión, anulando los juicios a todos los que están presos o en régimen de casa por cárcel, investigando los abusos cometidos por las fuerzas del Estado, devolviendo la personalidad jurídica y los bienes confiscados de las organizaciones de la sociedad civil y permitiendo que las elecciones presidenciales, legislativas y municipales sean adelantadas y supervisadas por la comunidad internacional.
La Unión Europea debe aplicar sanciones específicas individuales a los responsables del Gobierno de Nicaragua por los crímenes de lesa humanidad y activar la cláusula democrática del Acuerdo de Asociación entre la Unión y América Central.
Termino, señor presidente, diciendo que —como se dice en mi país— no se puede cerrar una puerta dejando abierta una ventana, una ventana que, en este caso concreto, puede significar que millones de euros de los contribuyentes europeos puedan servir para financiar un régimen sanguinario que ha causado ya más de 300 muertos, 600 apresados y miles de exiliados.
Carlos Zorrinho (S&D). – Senhor Presidente, a democracia não é um modelo de organização política independente do contexto cultural e da história dos povos. Existem, contudo, princípios, que são condições absolutas para a estruturação de um regime democrático. Esses princípios e valores são subjacentes ao nosso projeto, Senhor Comissário. E por isso nós temos na nossa matriz identitária que promover esses princípios no nosso território e no mundo.
São princípios que se fundam no respeito pelo Estado de direito, pelos direitos humanos e pela identidade dos povos. É com esses princípios, enquanto outros procuram os bens e os recursos na Venezuela, que nós procuramos devolver ao povo venezuelano a voz e a escolha em eleições livres e são esses princípios também que devem continuar a pautar a nossa atitude para com o regime autoritário na Nicarágua.
Este é o tempo de acionar os mecanismos que estão ao nosso alcance no quadro do Direito internacional para nos colocarmos ao lado do povo da Nicarágua. Pela democracia e pela dignidade dos povos, temos de continuar a agir com determinação e coragem, e a resolução que amanhã aprovaremos nesta Casa é uma prova disso mesmo.
Francisco Assis (S&D). – Senhor Presidente, Senhor Comissário, eu faço parte de uma geração que, na sua adolescência, acompanhou com grande entusiasmo e grande esperança a revolução sandinista na Nicarágua. Bem me recordo que todos os dias esperávamos novas notícias provenientes daquele país e bem me recordo dos dias em que comemorámos, com grande júbilo, a queda do ditador Somoza e a vitória dos revolucionários sandinistas. E, contudo, esse regime falhou com o seu povo, não esteve à altura das suas responsabilidades históricas. E como costuma acontecer com os regimes que degeneram, recorre agora à desinformação, à intimidação e à invenção de inimigos externos que sirvam de bode expiatório para os seus próprios falhanços.
À semelhança do regime bolivariano, na Venezuela, o regime sandinista tornou-se uma distorção grosseira dos valores democráticos e dos valores fundadores da esquerda democrática. Em vez da igualdade, a pobreza. Em vez da liberdade, a repressão da sociedade civil e a perseguição dos adversários políticos. Justamente em nome dos valores da esquerda democrática, sendo eu aqui um socialista, nós devemos condenar com toda a veemência o que se passa hoje, na Nicarágua. E esta resolução faz precisamente isso. É uma moção dura e informada, não escamoteia nenhuma das flagrantes violações dos direitos humanos e do Estado direito que hoje ocorrem naquele país. Pede claramente sanções contra membros do Governo e apela à suspensão da participação da Nicarágua no acordo da associação UE-América Central.
E tudo isto em nome de uma palavra: democracia. Foi em nome dessa palavra que em tempos se fez uma revolução democrática e hoje bem podemos dizer que essa revolução foi uma revolução traída nos últimos anos.
Intervenciones con arreglo al procedimiento de solicitud incidental de uso de la palabra («catch the eye»)
Michaela Šojdrová (PPE). – Pane předsedající, já chci především poděkovat těm, kteří iniciovali tuto otázku, tuto diskusi a navrhli usnesení Evropského parlamentu, tedy kolegovi Salafrancovi a dalším z vás, kteří jste na tomto tématu pracovali. Je to nesmírně důležité, protože to, co se děje v Nikaragui, je prostě nepřijatelné. Ta situace tam začíná velmi připomínat Venezuelu, Kubu. Zkrátka levicový populistický režim vedený prezidentem Ortegou, který má kořeny ve studené válce a v guerillové válce, tam vládne již desítky let, zemi korumpuje, manipuluje volby a nedovolí žádnou funkční opozici. Momentálně se tedy jedná o nutnost propustit několik set politických vězňů, představitelů opozice. Tito lidé byli zatčeni, jsou týráni a jsou pronásledovány i další desítky protestujících, kteří protestují proti válce.
Já myslím, že je na místě, aby Evropský parlament zvedl silný hlas proti tomuto postupu prezidenta a jeho represivní vlády. Je důležité vědět, že má podporu napříč politickým spektrem.
Jiří Pospíšil (PPE). – Pane předsedající, já na úvod budu mít repliku na to, co říkal kolega na levici, že v mládí upínal zrak k Ortegovi s nadějemi. Já jsem v mládí žil v komunistickém Československu a vzpomínám si, jak Daniel Ortega jezdil do Československa a objímal se s komunistickými papaláši a s tehdejším komunistickým prezidentem Gustávem Husákem. Mě teda nijak nepřekvapuje, kam Daniel Ortega dovedl Nikaraguu a kam svoji diktaturu dovedl.
Jsem velmi skeptický k tomu, pane komisaři, že je možné se s Ortegou domluvit na nějakých dlouhodobých změnách tohoto režimu. Podle mého názoru jsou jediným řešením demokratické volby a odchod tohoto politického brontosaura na smetiště dějin. Je to člověk, který tu zemi zničil, který jí nemůže přinést žádnou budoucnost, a my bychom měli využít veškerý tlak, veškeré sankce k tomu, abychom dotlačili Nikaraguu ke svobodným volbám a ke změně režimu.
(Fin de las intervenciones con arreglo al procedimiento de solicitud incidental de uso de la palabra («catch the eye»))
Neven Mimica,Member of the Commission, on behalf of the Vice-President of the Commission / High Representative of the Union for Foreign Affairs and Security Policy. – Mr President, allow me to thank all the honourable Members for their commitment in helping the Nicaraguans to find a democratic and peaceful way out of the current crisis. The cooperation between this Parliament and European diplomacy has been exemplary in many ways in making the EU voice heard in Nicaragua. I would also like to thank Parliament’s President, Mr Tajani, for his personal commitment in favour of democracy and human rights in Nicaragua.
We have listened carefully to the many calls from honourable Members to adopt sanctions in the case of Nicaragua. I am confident that the European External Action Service and the Council will follow and monitor the process of the political dialogue that is now under way – or which we hope is under way – and that the Council will not lose any time in adopting sanctions, be it individual sanctions or an arms embargo, the moment we see that the political dialogue process is being derailed or used to buy time in Nicaragua.
Allow me to conclude by saluting the Members of this House who, at the end of January, played an essential part in helping to unlock the situation in Managua, engaging with the Opposition and the Government and passing on the strong EU message. This has helped to open up a space for what we hope will be a serious and result—oriented dialogue.
El presidente. – Para cerrar el debate se han presentado seis propuestas de Resolución de conformidad con el artículo 123, apartado 2, del Reglamento interno.
Se cierra el debate.
La votación tendrá lugar mañana.
Declaraciones por escrito (artículo 162 del Reglamento interno)
Fabio Massimo Castaldo (EFDD), per iscritto. – La situazione evolve di ora in ora in Nicaragua, in quella che è stata definita "l'altra crisi", rispetto agli avvenimenti forse più eclatanti del Venezuela. La situazione è preoccupante ma non manca un barlume di speranza: ed è proprio su questo che voglio concentrarmi. Le negoziazioni proseguono a singhiozzo ed al momento, l'opposizione non sta partecipando al tavolo negoziale, ma dopo la visita a sorpresa dell'inviato dell'Organizzazione degli Stati Americani, e la possibilità che l'OAS si faccia garante del dialogo, ho la speranza che la situazione si possa sbloccare e il processo possa riprendere. Perché su questo dobbiamo essere chiari: non esiste altra forma, non esiste altro modo e non esiste alternativa al dialogo. Disertare il tavolo negoziale o usarlo solamente come mezzo per prendere tempo non sono opzioni tollerabili, non quando centinaia di prigionieri politici sono ancora in carcere. Ed espellere i monitor internazionali che cercano di gettare luce sui più di 350 morti e i 1400 feriti dello scorso anno non è un fatto accettabile. Compito nostro sarà anche tenere gli occhi puntati su questa negoziazione e sulla situazione in generale, per non lasciare che i giochi politici diventino più importanti della vita delle persone.