Volver al portal Europarl

Choisissez la langue de votre document :

  • bg - български
  • es - español
  • cs - čeština
  • da - dansk
  • de - Deutsch
  • et - eesti keel
  • el - ελληνικά
  • en - English
  • fr - français
  • ga - Gaeilge
  • hr - hrvatski
  • it - italiano
  • lv - latviešu valoda
  • lt - lietuvių kalba
  • hu - magyar
  • mt - Malti
  • nl - Nederlands
  • pl - polski
  • pt - português
  • ro - română
  • sk - slovenčina
  • sl - slovenščina
  • fi - suomi
  • sv - svenska
 Índice 
 Texto íntegro 
Acta literal de los debates
Martes 16 de abril de 2019 - Estrasburgo Edición revisada

Condiciones laborales transparentes y previsibles en la Unión Europea (debate)
MPphoto
 

  Enrique Calvet Chambon, ponente. – Señora presidenta, respeto absolutamente, y es a los únicos a los que voy a contestar, a los que manifiestan reticencias. Si les consuela, que no lo creo, les diré que yo soy también de los frustrados por no haber ido más lejos; pero mi trabajo como representante del Parlamento era encontrar un punto de equilibrio.

Básicamente, lo que se nota son tres «dolores», podríamos decir. El primero es que no engloba a todo el mundo, porque se exigen tres horas semanales y doce horas. Es verdad, y hubiéramos preferido que englobara a todo el mundo; pero fíjense ustedes, de todas maneras, en el avance con lo que teníamos antes, que pedía dos meses. En cualquier caso, les recuerdo que hemos pedido a la Comisión que ejerza una gran vigilancia activa para que, si proliferan, por ejemplo, contratos de once horas al mes, pues evidentemente habrá que tomar medidas.

En segundo lugar, también está el tema de las exclusiones. No las he entendido, no las apruebo, no comprendo esos lobbies —por ejemplo los trabajadores del mar—, pero no había manera de sacar un acuerdo de equilibrio sin pasar por ahí. Lo digo tranquilamente. Y entonces me encuentro ante las cero horas. Las cero horas las hemos dificultado muchísimo y además son, a partir de este momento, irrepetibles. No se pueden renovar.

Llegados a este punto, lo que les quiero decir a mis colegas es que se planteen lo que yo me he planteado: ¿es bueno, aunque no sea perfecto, es bueno que haya esto para los futuros años de los trabajadores europeos? ¿Es mucho mejor que nada? Mi conclusión ha sido que sí, y yo les pido, respetando sus ambiciones, respetando absolutamente su hombría de bien —o mujería de bien— a la hora de criticar el texto, que se planteen si lo perfecto no es enemigo de lo bueno y si no merece la pena, de todas maneras, un fuerte respaldo de todo el Parlamento a esta etapa en la construcción de la Europa social.

 
Última actualización: 25 de julio de 2019Aviso jurídico - Política de privacidad