Marina Albiol Guzmán, en nombre del Grupo GUE/NGL. – Señor presidente, esta legislatura que ya acaba ha estado marcada fundamentalmente por el abandono por parte de quienes gobiernan Europa de cualquier atisbo de humanidad, al promover políticas basadas en la muerte de las personas migrantes en el mar, su esclavitud y tortura en centros de detención y las deportaciones a países donde no hay ninguna garantía de que se respeten sus derechos.
Esto es muy duro, pero es así. Esto es la Unión Europea.
No se han habilitado vías legales y seguras para su llegada; no se han facilitado visados humanitarios y no se ha creado un cuerpo de rescate en el mar. Es más, se ha prohibido a las ONG hacer estas labores de rescate.
Los responsables de estas políticas algún día deberían ser juzgados por las, al menos, 18 297 muertes que se han producido en los últimos cinco años en el mar Mediterráneo. Sus políticas de cierre de fronteras, que obligan a las personas migrantes a jugarse la vida en el mar, han asesinado a una media de diez personas por día, y el Reglamento que hoy se aprueba es el culmen de estas prácticas inhumanas.
La Guardia Europea de Fronteras y Costas es un cuerpo paramilitar con diez mil efectivos, con un presupuesto anual de casi 2 000 millones de euros para blindar las fronteras, para practicar deportaciones, para detener a los migrantes, para encerrarlos en centros de internamiento. Es el brazo armado de la Comisión Europea para que nadie ponga un pie en Europa; es el sueño de la extrema derecha, hecho realidad por socialdemócratas, conservadores y liberales.