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Procédure : 2021/2508(RSP)
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RC-B9-0056/2021

Débats :

PV 19/01/2021 - 14
PV 19/01/2021 - 15
CRE 19/01/2021 - 15

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PV 21/01/2021 - 9
PV 21/01/2021 - 13

Textes adoptés :

P9_TA(2021)0019

Compte rendu in extenso des débats
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Mardi 19 janvier 2021 - Bruxelles Edition révisée

15. Les derniers développements à l'Assemblée nationale du Venezuela (débat)
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Procès-verbal
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  Presidente. – L'ordine del giorno reca la discussione sulla dichiarazione del Vicepresidente della Commissione e Alto rappresentante dell'Unione per gli affari esteri e la politica di sicurezza sugli ultimi sviluppi relativi all'Assemblea nazionale del Venezuela (2021/2508(RSP)).

Ricordo a tutti gli onorevoli colleghi deputati che per tutte le discussioni di questa tornata non è prevista la procedura "catch-the-eye", né saranno accettate domande "cartellino blu".

Sono inoltre previsti interventi a distanza dagli Uffici di collegamento del Parlamento europeo negli Stati membri.

 
  
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  Josep Borrell Fontelles, Vice-President of the Commission / High Representative of the Union for Foreign Affairs and Security Policy. – Mr President, well I am going to jump to Spanish, because to talk about Venezuela I think most of the Members interested in the issue will understand Spanish perfectly and I would feel more comfortable, you know, to deal with such a sensitive issue.

De nuevo estamos aquí para tratar de la situación en Venezuela. Este año, este país y su crisis política han ocupado una parte muy importante de mi trabajo, por la gravísima crisis política y humanitaria que sufre y que, a pesar de nuestros esfuerzos, no ha mejorado.

Hemos tenido ocasión en anteriores encuentros de discutir, informarles a ustedes y recibir sus críticas y opiniones sobre los esfuerzos diplomáticos que la Unión Europea ha hecho para tratar de facilitar un consenso nacional. Y digo bien «nacional», porque se trataba de que hubiese un acuerdo entre los venezolanos para que se pudiesen celebrar unas elecciones a la Asamblea Nacional el pasado 6 de diciembre que pudiéramos considerar homologables. Tal cosa no ha ocurrido y, en consecuencia, los Estados miembros de la Unión Europea en el Consejo de Asuntos Exteriores han expresado claramente su rechazo a esas elecciones, considerando que no se puede aceptar la forma en la que se han celebrado —como en el caso de Bielorrusia, la misma cosa— y que, en consecuencia, la Asamblea Nacional que resulta de esas elecciones no puede considerarse legítimamente elegida.

La falta de pluralismo político y la descalificación de los dirigentes de la oposición, que finalmente decidió no presentarse a los comicios —también, sobre eso, en el pasado mes de agosto tuve la ocasión de intervenir tratando de mediar entre la oposición y el Gobierno, sin éxito—, sumadas a la falta de participación del electorado no nos permiten considerar que la Asamblea Nacional constituida el 5 de enero pasado sea representativa de la voluntad democrática, libremente expresada, del pueblo de Venezuela.

Las elecciones no cumplieron con los parámetros internacionalmente aceptados para dar credibilidad al proceso y, mediante dos declaraciones en nombre de la Unión Europea, hemos dicho claramente que no podemos reconocer ni las elecciones ni la legitimidad de la Asamblea resultante de ella. Mantendremos la necesaria presión —calibrada y selectiva— y dialogaremos con todos los actores que estén dispuestos a trabajar por la restauración democrática del país, empezando, por supuesto, por Juan Guaidó y los representantes de la Asamblea Nacional saliente y legítimamente elegida en el 2015.

Es evidente que las dificultades son grandes. Queda mucho camino por recorrer. Y con este proceso electoral fallido se acaba de desaprovechar una oportunidad que hubiera sido muy valiosa para alcanzar el objetivo de una salida política democráticamente establecida a la crisis del país. Ahora, más que nunca, debemos ayudar a nuestros amigos venezolanos —a todos los venezolanos— a superar la división política, que cada vez demuestra ser más improductiva y que ha alejado a la ciudadanía de sus líderes —como quedó demostrado también con una enorme abstención—, y la unidad de acción de la oposición venezolana es fundamental. Tuvimos que reclamar esa unidad de acción en los meses previos a las elecciones y seguiremos exigiendo el fin de las amenazas contra la oposición, las persistentes violaciones de derechos humanos y que se dé protección a los actores de la sociedad civil, que cada día trabajan para proveer a decenas de miles de personas de servicios esenciales para su supervivencia.

Según las cifras que estiman la Organización Internacional para las Migraciones y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, son cinco millones de venezolanos los que han salido del país. Pero, si continúa la tendencia, a finales de este año pueden ser más de seis millones. El Gobierno de Venezuela del señor Maduro niega esas cifras —las disminuye mucho—, pero yo creo que las cifras que nos dan los organismos de las Naciones Unidas merecen credibilidad y, si son lo que dicen ser, estamos a los niveles de Siria. A finales de este año puede haber tantos emigrantes venezolanos como los ha habido en Siria por una atroz guerra civil.

Por lo tanto, señoras y señores miembros del Parlamento Europeo, tenemos que afrontar la situación con honestidad y con la voluntad de encontrar soluciones. Las soluciones no serán exógenas. No se alcanzarán con declaraciones y mucho menos con intervenciones militares. Tampoco se forjarán de la noche a la mañana internamente en Venezuela. Pero si algo podemos hacer desde Europa —desde luego, podemos y debemos hacerlo— es apoyar a los protagonistas verdaderos de esta tragedia —que son los venezolanos— promoviendo el acercamiento de posiciones para la convocatoria de nuevas elecciones sobre bases que ambas partes puedan aceptar.

Y repito, la única salida duradera a los graves problemas de Venezuela será una que sea políticamente dialogada, integradora, pacífica, con la participación de todos los actores políticos de la sociedad civil. Sé que eso es difícil; la experiencia nos lo ha demostrado —y a mí personal y directamente de una manera evidente en este año pasado—. Requerirá una voluntad de diálogo y concesiones por parte de todos los actores. La nueva Administración americana puede también contribuir a este proceso.

Este Parlamento sabe mejor que ninguno la importancia del consenso, y también sabemos que, en todas las transiciones políticas que ha habido en el mundo, la solución ha sido pactada. Es fundamental que se acerquen posiciones para que Venezuela no siga cayendo en el vacío de su crisis.

Vamos a convocar al Grupo Internacional de Contacto. No lo hemos hecho hasta ahora por las dificultades logísticas que implicaban las circunstancias de la COVID en muchos países. Ha habido una toma de posición por parte de la Unión Europea; otra, por parte del Grupo de Lima.

Y, para terminar, y a escasas veinticuatro horas de la inauguración de un nuevo Gobierno en Estados Unidos, permítanme —aparte de reiterar la felicitación al nuevo presidente— esperar que podamos compartir con la nueva Administración americana —un socio imprescindible— esfuerzos para promover esta solución pacífica, dialogada e integradora que necesita Venezuela. Estaremos en contacto con la nueva Administración —como lo estamos con la delegación noruega y con otros agentes políticos— para seguir trabajando políticamente con este fin.

Y también espero el apoyo del Parlamento Europeo a través de sus deliberaciones, debates y tomas de posición para contribuir a conseguirlo.

 
  
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  Leopoldo López Gil, en nombre del Grupo PPE. – Señor presidente, estimados colegas, señor alto representante, hoy debatimos sobre algo tan relevante para el crédito institucional como es la legitimidad. De un lado, la legitimidad de la Asamblea Nacional de Venezuela de 2015, reconocida como único Gobierno representativo. Y, por otro lado, la legitimidad de esta misma Cámara.

Es indiscutible que el Parlamento Europeo es la voz de la voluntad popular, institución directamente elegida de la Unión Europea y destinataria de un mandato de más de cuatrocientos millones de ciudadanos repartidos entre sus veintisiete Estados miembros, máxima expresión de democracia soberana.

Sin embargo, si pretendemos encarnar la voz de ese mandato popular, debemos respetar, reconocer y empoderar la palabra legítima de los ciudadanos que se encuentran en estas circunstancias críticas y, en muchos casos, ponen en juego su propia integridad en pos de la libertad.

Como representantes de nuestra ciudadanía es un deber, mediante la Resolución que debe aprobarse este próximo jueves —y para la cual pido todo el apoyo de esta Cámara—, enviar una manifestación formal que influya en la política exterior de la Unión Europea y que se implemente como una decisión vinculante.

La Unión Europea necesita una política exterior fuerte, clara, coherente, que demande en sus relaciones con terceros valores como la democracia, el respeto a los derechos fundamentales, a la dignidad humana, a la libertad, a la igualdad y al Estado de Derecho, valores en los que se fundamenta nuestra Unión.

Señor alto representante, no reconocer la voluntad del Parlamento Europeo es poner en juego su legitimidad.

 
  
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  Javi López, en nombre del Grupo S&D. – Señor presidente, señor alto representante, una vez más hablamos sobre Venezuela en este Pleno.

En primer lugar, lo que querría hacer en nombre de mi Grupo— es apoyar las declaraciones hechas por el alto representante sobre esta materia, tanto en diciembre como en enero, que combinan los siguientes elementos: el rechazo a las elecciones legislativas por no producirse de forma inclusiva y con garantías este diciembre; el reconocimiento de todos los actores políticos del país y la exigencia de su protección y su libertad; y la necesidad de situar un horizonte de elecciones —una ruta electoral para el país con garantías y monitoreo de la comunidad internacional— y, al mismo tiempo, demandar el alivio de la situación humanitaria que vive el país de los venezolanos dentro y fuera.

Esta es la única postura posible: exigencia democrática, respeto a la legalidad y voluntad constructiva. Este Parlamento, espero que sea capaz, una vez más, de llegar a acuerdos para hacer valer su voz. Porque si no, en ocasiones hacemos que nuestras opiniones y nuestras resoluciones sean simplemente brindis al sol o maniobras políticas para utilizar en el desgaste a algunos gobiernos o posiciones. Eso es lo que tiene que hacer este Parlamento: construir consensos. Y, en esta ocasión, parece que no ha querido hacerlo.

 
  
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  Jordi Cañas, en nombre del Grupo Renew. – Señor presidente, señor Borrell, estamos aquí por una palabra. El pasado 6 de enero usted hizo pública una declaración en nombre de la Unión Europea sobre la situación en Venezuela después del fraude electoral del 6 de diciembre. Entre las trescientas cuatro palabras había una escondida, no especialmente visible, pero que cambiaba ella sola radicalmente la posición consensuada del conjunto de instituciones europeas. Esa palabra era «saliente». Así calificaba a la Asamblea Nacional.

Pensábamos que esta había sido una equivocación en un redactado diplomáticamente ambiguo, pero no. Usted ha dejado claro que era un error. Y estamos aquí hoy para cambiar esa palabra.

Señor Borrell, la Unión Europea no es solo el Consejo o la Comisión: son sus tres instituciones, y especialmente el Parlamento Europeo, que es el depositario de la soberanía del conjunto de los ciudadanos europeos. Y tiene que lanzar un mensaje inequívocamente claro al conjunto de los ciudadanos venezolanos y de todo el mundo.

Este Parlamento reconoce la continuidad del mandato de la Asamblea Nacional y la de Juan Guaidó como presidente interino legítimo hasta la celebración en Venezuela de unas elecciones verdaderamente democráticas. Y lo hace por una cuestión clave en una democracia: la continuidad institucional. No puede suspenderse una institución si no tiene garantizada la renovación del mandato, y eso es imposible con unas elecciones fraudulentas.

Por lo tanto, por una cuestión de apoyo institucional, pero también de protección y amparo a los diputados de la Asamblea Nacional, por reconocimiento estratégico y existencial, este Parlamento tiene que dejar muy claro que quien rompe el consenso es quien se sale de él, y hay una forma: volver. Volver al consenso, y el consenso es reconocimiento, diálogo y elecciones libres y democráticas en Venezuela.

 
  
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  Rosanna Conte, a nome del gruppo ID. – Signor Presidente, onorevoli colleghi, le elezioni dello scorso dicembre sono state una farsa. Il regime ha impedito la transizione democratica e conservato il potere con violenze, repressioni e abusi.

Le azioni dell'Unione europea, per quanto nobili, non hanno evitato l'incresciosa conferma di Maduro, che continua a beffarsi della popolazione e dei prigionieri oppositori. Ricordo che ci son ben 18 europei incarcerati, tra cui l'italo-venezuelano Juan Planchart, che si trova agli arresti domiciliari, presidiato dalla polizia, a causa di un tumore maligno non curato. A Lei, Alto rappresentante, chiedo che l'Unione europea si batta per la liberazione di tutti questi cittadini.

E non dimentichiamoci dei milioni di persone che stanno fuggendo dal Venezuela, della soppressione delle comunità indigene, della censura delle informazioni, dei blackout elettrici, della penuria di alimenti e farmaci che peggiora il sistema sanitario già gravemente compromesso dalla pandemia.

L'Unione europea come intenderà agire nei prossimi mesi contro questo regime dittatoriale e antidemocratico? Proseguirà i rapporti con Guaidó e i membri della sua Assemblea nazionale?

Ci vogliono più coraggio, più responsabilità e azioni concrete a difesa dei diritti umani di una popolazione amica e vicina ai valori dell'Europa. Il tempo del dialogo è superato. Ci aspettiamo sanzioni verso i membri del regime e un riconoscimento chiaro e forte della legittimità di Guaidó a fronte delle elezioni illegittime. Tutto questo è un dovere verso i venezuelani.

 
  
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  Jordi Solé, en nombre del Grupo Verts/ALE. – Señor presidente, como cuestión previa, quiero recordarles que en los últimos tres años hemos aprobado nueve Resoluciones sobre Venezuela, nueve. Sale a una media de tres al año. No está mal. Es realmente encomiable la atención que este Parlamento da a este país caribeño.

Dicho esto, estamos de acuerdo en que la situación en Venezuela es muy delicada. Pero precisamente por este motivo, y porque queremos que no empeore aún más, desde este Parlamento tenemos que ser más responsables que nunca con lo que decimos y lo que hacemos. Estamos de acuerdo también en que el camino a seguir es trabajar para normalizar la situación política e institucional para que la ciudadanía de Venezuela consiga tener instituciones más inclusivas y representativas.

Muy bien, si estamos de acuerdo en esto, pregunto: ¿ustedes creen que, después de las últimas elecciones, seguir reconociendo como únicos actores legítimos y representativos al señor Guaidó y a la anterior Asamblea Nacional nos acerca más a la reconciliación y a una salida dialogada de la crisis? Denme un solo ejemplo de en qué ha beneficiado este reconocimiento a la salida del conflicto. Se lo digo: en nada.

Más preguntas: ¿ustedes creen que la reconciliación se alcanzará sin que nadie hable con Nicolás Maduro, su Gobierno y la Asamblea Nacional recientemente elegida, que —les guste o no— existen, están ahí, y no podemos abstraernos de esta realidad? Creo que el comunicado del señor Borrell en nombre de la Unión Europea, no prolongando el reconocimiento del señor Guaidó como presidente, es un paso razonable.

A nosotros nos van a encontrar en aquellas acciones constructivas que realmente sirvan para mejorar la situación de la democracia, la justicia social y el progreso económico en Venezuela, pero no nos van a encontrar en acciones propagandísticas, ni de un lado ni del otro.

 
  
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  Hermann Tertsch, en nombre del Grupo ECR. – Señor presidente, señor Borrell, ya sabemos que este es un asunto del que no les gusta hablar, y yo lamento muchísimo que el Grupo de Los Verdes, que surgió realmente para la defensa de las libertades, esté defendiendo ahora una tiranía y, sobre todo, una mafia, como es el Gobierno de Nicolás Maduro, envuelto como está en todo el narcotráfico en toda la región, un factor de desestabilización brutal del que no se puede esperar nada.

Pensar que se va a lograr algo a través de una integración con la mafia, con un grupo criminal que ha secuestrado a Venezuela y mantiene secuestrada a Venezuela es un error. Es el mismo error que han cometido, que cometieron los interinos, el presidente interino y esa oposición que él representa. Ese error que cometieron y que esperemos no cometan más.

Hay una usurpación por parte del señor Maduro que tiene que terminar, y no terminará por una cuestión de negociación y de que se junten a hablar porque le apetezca a Maduro. No le va a apetecer a Maduro jamás negociar mientras no sienta la presión. Y la presión tiene que ser una presión unánime de todas las fuerzas democráticas de la comunidad internacional para que la usurpación acabe y entonces se empiece a hablar de elecciones, en vez de utilizar estas elecciones falsas —que ha sido una farsa esperpéntica lo de utilizar estas elecciones— para intentar liquidar la anterior Asamblea Nacional.

Porque eso sí que no nos lleva a ninguna parte. Eso es darle otra carta a Maduro para otros diez años de tragedia, miseria y hambre.

 
  
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  Sandra Pereira, em nome do Grupo The Left. – Senhor Presidente, Senhor Alto Representante, esta discussão e resolução do Parlamento Europeu inserem-se na continuada ação de ingerência, desestabilização e agressão contra a República Bolivariana da Venezuela e o povo venezuelano, intensificada por Donald Trump e que conta com a cumplicidade da União Europeia.

Esta ação, afrontando a Carta das Nações Unidas e o Direito Internacional, impõe medidas coercivas contra a Venezuela de forma unilateral e com carácter extraterritorial. Sanções políticas, bloqueio económico e financeiro e o roubo de ativos do Estado venezuelano, incluindo, através do Novo Banco, em Portugal, que visam, de forma deliberada e criminosa, mesmo em tempos de pandemia, atingir a economia venezuelana e as condições de vida do povo venezuelano, incluindo da comunidade luso-venezuelana, obstaculizando a mobilização de meios financeiros para comprar bens de primeira necessidade e medicamentos.

O que se exige é o fim imediato das sanções e do bloqueio e o respeito pela soberania e a independência da Venezuela e do direito do povo venezuelano a decidir, sem ingerências, o seu presente e futuro.

 
  
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  Paulo Rangel (PPE). – Senhor Presidente, Senhor Alto Representante, o primeiro ponto que temos de tocar é a questão humanitária. Continua a haver 5 400 000 deslocados, altamente afetados por condições precárias, pela fome e pela pandemia. Continua a haver, e há cada vez mais, presos políticos. E, portanto, há uma situação confrangedora na Venezuela, a que a comunidade internacional e a União Europeia, em particular, têm de dar resposta.

E, para isso, é preciso atuar politicamente, mas não da forma ambígua e pouco clara com que tem atuado o Senhor Alto Representante, mas sim reconhecendo que, com estas eleições ilegítimas, fraudulentas, o único interlocutor que temos para organizar um processo democrático, estável, livre e tranquilo, respeitando as regras próprias de um Estado de Direito, é Juan Guaidó como continuador da legitimidade temporária, interina, para trazer de novo a democracia à Venezuela.

E precisamos de apoiar, fortemente, o Tribunal Penal Internacional na sua demanda por trazer à justiça os dirigentes venezuelanos que têm cometido crimes contra a humanidade.

O povo venezuelano espera muito de nós e nós, Senhor Alto Representante, muito por sua responsabilidade, estamos a falhar.

 
  
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  Maria-Manuel Leitão-Marques (S&D). – Senhor Presidente, Senhor Alto Representante, este Parlamento tem estado unido na rejeição do regime de Maduro e de processos eleitorais, que não são transparentes nem democráticos, como o de 6 de dezembro. Contudo, mesmo que não se reconheça a legitimidade da nova Assembleia, não podemos ignorar a realidade e que a anterior terminou o seu mandato em janeiro deste ano.

É um impasse difícil. É uma situação pior do que aquela que tínhamos, que só pode ser ultrapassada pelo diálogo e pela negociação, que conduzam a processos credíveis, incluindo eleições locais, presidenciais e legislativas, com observação internacional, liberdade de imprensa e participação de todos os venezuelanos.

Uma das forças da União Europeia nesta questão, Senhor Alto Representante, reside no facto de ser o único ator internacional com interlocução com todos os venezuelanos. Devemos continuar, assim, a falar a uma só voz, contra quaisquer atos de repressão, em particular contra membros da oposição, trabalhando, em especial, com os últimos deputados eleitos, legitimamente, pela Assembleia de 2015.

É preciso ainda reforçar o apoio à sociedade civil, em particular as respostas ao Corona Vírus e à grave crise humanitária migratória.

É em torno do que é prioritário para a Venezuela que nos devíamos manter unidos neste Parlamento.

 
  
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  Dita Charanzová (Renew). – Señora presidenta, señor alto representante, su declaración sobre Venezuela de este mes fue un grave error, un grave error de la diplomacia europea.

Muchos se preguntan hoy cuál es la posición de Europa hacia Venezuela. Pues nosotros aquí queremos decirlo muy claramente: los europeos seguimos reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Seguimos reconociendo la Asamblea Nacional elegida en 2015. Y vamos a trabajar con ellos para apoyarles en su camino hacia la democracia. El régimen ha hecho todo para mantenerse en el poder, incluso cometer crímenes de lesa humanidad.

Señor Borrell, ¿usted cree que este régimen realmente quiere un diálogo sincero, elecciones libres? La realidad es que el régimen ejerce un control total sobre el país y sin ningún incentivo para cambiar la política. Si queremos ayudar a los venezolanos, debemos actuar con firmeza.

Primero, el reconocimiento. Segundo, condenar los abusos del régimen con acciones, ampliando las sanciones selectivas. Tercero, apoyar a las víctimas de los crímenes de lesa humanidad y respaldar la denuncia en la Corte Penal Internacional. Este es el mensaje que enviamos a los venezolanos desde Europa.

 
  
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  Manu Pineda (The Left). – Señor presidente, en un sorpresón, porque esto no pasa nunca, volvemos a traer aquí el tema de Venezuela. Lo vuelven a traer la derecha y la extrema derecha española, tratando una vez más que este Parlamento vuelva a hacer el ridículo sobre el asunto. Y entiéndanme la ironía sobre lo de la sorpresa, no sobre lo demás.

El único objetivo de esta Resolución es mantener, darle oxígeno al títere corrupto Guaidó, mientras desprecia las decisiones soberanas del pueblo venezolano y sus instituciones democráticamente elegidas. Y al mismo tiempo, aprovechan para intentar desgastar al Gobierno español, que, por cierto, ha permitido que este señor haya entrado de forma irregular en España y no haya tenido ningún problema en instalarse en uno de los barrios más caros de Madrid. Perdón, no el señor Guaidó, el señor Leopoldo López.

Un Leopoldo López que parece destinado a ser el nuevo presidente de Narnia después de que conociéramos, no por el Pravda ni por el Granma, sino por el Washington Post, que Guaidó se ha hecho millonario robando los recursos de la República Bolivariana de Venezuela en el exterior.

Señor Borrell, usted sabe que los que han impulsado esta Resolución son los mismos que no consideran legítimo al Gobierno español. Le agradecemos, le felicitamos por el pasito que ha dado. Esperemos que vayamos más allá, a reconocer la... (el presidente retira la palabra al orador).

 
  
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  Antonio Tajani (PPE). – Signor Presidente, onorevoli colleghi, signor Alto rappresentante, la situazione in Venezuela purtroppo peggiora.

Le elezioni fraudolente organizzate dal dittatore Maduro il 6 dicembre sono l'ennesimo gravissimo atto compiuto da un regime illiberale. A cominciare dall'assedio della casa di Juan Guaidó, abbiamo assistito a fatti gravissimi da quel giorno: giornalisti e cittadini continuano a essere perseguitati, oltre trecentocinquanta cittadini venezuelani sono prigionieri politici e, per la prima volta, sono stati arrestati esponenti di un'associazione umanitaria, Azul Positivo. Il regime di Maduro continua a perseguitare giornali, organizzazioni della società civile ed esponenti dell'opposizione.

È quindi sempre più urgente la necessità di recuperare lo Stato di diritto e l'ordinamento democratico: per questo è necessario ribadire il sostegno dell'Unione europea all'Assemblea presieduta da Juan Guaidó. Ma non basta. L'Europa non può continuare a dare credito a chi già tante volte è venuto meno agli impegni presi. Non possiamo essere equidistanti tra Maduro e opposizione.

L'opposizione venezuelana è dalla parte giusta della storia e l'Unione europea deve avere il coraggio di scegliere: dobbiamo dire basta alle ambiguità, serve promuovere una forte iniziativa diplomatica multilaterale che coinvolga le Nazioni Unite, dobbiamo sostenere l'azione della Corte penale internazionale per condannare i responsabili dei crimini contro l'umanità denunciati dagli investigatori dell'ONU.

È necessario che la Commissione solleciti gli Stati membri a una condanna inequivocabile del regime di Maduro. Solo così potremo costruire le condizioni per un ritorno alla democrazia e alla libertà in Venezuela.

 
  
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  Antonio López-Istúriz White (PPE). – Señor presidente, me dirijo a los cientos, miles, ya millones de venezolanos que viven bajo pobreza extrema, exilio político, emigración forzada y tortura del régimen. Hoy se ha visto claramente la grandeza de la democracia que ustedes están defendiendo con sus vidas.

Mientras, aquí, en este templo de la democracia europea, escuchamos a diputados de la extrema izquierda, comunistas, hacer de voceros y apoyar al régimen, a la narcodictadura venezolana acusada por las Naciones Unidas de crímenes contra la humanidad.

Otros diputados, de izquierda más moderada, viven en la utopía de que el régimen cambiará, pero, mis queridos amigos —perseguidos, torturados y humillados por estas cuestiones—, vosotros sabéis que no será así. Esos diputados dicen que son demasiadas las resoluciones que se hacen. Yo no creo que sea así. Yo creo que nos quedamos cortos. Y la única arma que tenemos, que hemos estado utilizando —las sanciones—, tampoco en estos momentos es suficiente.

Señor Borrell, tengo que agradecer las palabras que ha dado usted de apoyo a Juan Guaidó y a la oposición venezolana. No estoy de acuerdo, por supuesto, en el no reconocimiento, pero he de decir que es muy necesario en estos momentos cualquier tipo de apoyo por parte de todos nosotros a la gente que está sufriendo. No solamente en cuestiones políticas, porque esto no es política de España; esto es simplemente una cuestión de supervivencia del pueblo venezolano, en su sufrimiento.

 
  
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  Carlo Fidanza (ECR). – Signor Presidente, onorevoli colleghi, le elezioni dell'Assemblea nazionale dello scorso 6 dicembre sono state l'ennesima farsa di un regime ormai privo di ogni credibilità internazionale. Bene hanno fatto l'Unione europea e gli Stati Uniti, così come altri Stati latinoamericani, a non riconoscerne l'esito.

Il nostro gruppo è da sempre al fianco dell'opposizione al regime bolivariano, un impegno solenne ribadito con la carta di Madrid, sottoscritta da decine di partiti e movimenti conservatori europei e latinoamericani.

La situazione economica e sociale del Venezuela è sempre più grave: a causa delle fallimentari politiche di Maduro, aggravate dalla pandemia, è in corso una vera e propria emergenza sanitaria. Oltre cinque milioni di persone sono già fuggite all'estero alla ricerca disperata di sicurezza, cibo, medicine e altri beni di prima necessità, tra di loro anche migliaia e migliaia di italiani.

L'Unione europea deve fare tutto il possibile per garantire un sostegno umanitario adeguato e continuare a colpire Maduro e il suo regime narco-comunista con sanzioni mirate. Fintanto che Maduro continuerà ad usurpare il potere riconosceremo come legittimo interlocutore solamente l'Assemblea nazionale eletta nel 2015 e continueremo a chiedere libere elezioni.

 
  
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  Josep Borrell Fontelles, vicepresidente de la Comisión / alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. – Señor presidente, honorables miembros del Parlamento, tomo —una vez más— buena nota de sus posiciones, que no son nuevas. Simplemente me gustaría puntualizar que el texto al que se ha hecho referencia no es una declaración del alto representante. Es un acuerdo de los veintisiete Estados miembros.

Es muy importante que hagamos la diferencia. Cuando no hay unanimidad, el alto representante puede tomar la responsabilidad de emitir una opinión que cree que representa a la mayoría; bueno, que constata que representa a la mayoría, pero no la unanimidad, y, por lo tanto, no es una posición de la Unión Europea.

En el caso al que se ha hecho referencia, acerca de la palabra outgoing, no es una declaración del alto representante. Es un statement por unanimidad de los veintisiete Estados miembros. Seamos fieles a la realidad y, por favor, no la deformemos para amparar los argumentos que cada cual quiera exponer. Se podrá estar de acuerdo o no, pero lo importante es decir las cosas como son.

Son los veintisiete Estados miembros los que han aprobado esta comunicación que fija la posición del Consejo de la Unión Europea. Evidentemente, el Parlamento puede tener otra posición y la Comisión podría tener otra opinión, pero ustedes saben cuál es el reparto de competencias en el entramado institucional de la Unión Europea, y la competencia en política exterior, hoy por hoy, pertenece al Consejo.

De la misma manera que la Unión Europea no reconoce ni deja de reconocer Gobiernos o Administraciones, porque no tiene competencias para eso, no tiene competencias. Y si mañana el Consejo de Asuntos de Exteriores decidiera por unanimidad reconocer o no reconocer a alguien sería un brindis al sol, porque no tiene competencias para hacerlo. Y puedo decir lo mismo de las Resoluciones del Parlamento. Ustedes pueden decir lo que quieran en aquello en lo que tengan competencias. Cuando no tienen competencias, pues está bien, es una opinión interesantísima, digna de ser tomada en consideración por la alta representación que tiene esta asamblea —no me lo van ustedes a decir a mí, que la he presidido—, pero las competencias están donde están.

Y, por cierto, tampoco es acertado decir que a nivel de la Unión Europea haya un cambio de opinión, porque el Consejo de la Unión Europea nunca se refirió a Juan Guaidó —que tiene todos mis respetos y apoyo—, nunca se refirió a él como presidente en ejercicio de Venezuela, porque nunca hubo unanimidad en el Consejo al respecto. Porque hubo países que no lo aceptaron como tal. No hubo unanimidad y, en consecuencia —qué le vamos a hacer—, la Unión Europea nunca se refirió al señor Guaidó porque institucionalmente no podía hacerlo, no había unanimidad en el Consejo para hacerlo.

En fin, más allá de estas diferencias procedimentales, que son muy importantes —porque en democracia los procedimientos y las competencias cuentan—, vamos a seguir trabajando todos para intentar resolver la crisis política y democrática de Venezuela. Ese es el objetivo y no se resolverá con declaraciones encantatorias. No se resolverá diciendo «señor Maduro, se tiene que ir». El problema es que no se quiere ir y, por lo tanto, tenemos que buscar caminos que pasen por los procedimientos que podemos aplicar. Estamos en contra de intervenciones militares. Tenemos que buscar soluciones políticas. En eso seguiremos estando, seguiremos impulsando el trabajo de los veintisiete Estados miembros y de los países que forman parte del Grupo de Contacto, junto con el Grupo de Lima y con la nueva Administración americana y —espero también— con el Parlamento Europeo.

 
  
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  Presidente. – Comunico di aver ricevuto cinque proposte di risoluzione* conformemente all'articolo 132, paragrafo 2, del regolamento.

La discussione è chiusa.

La votazione si svolgerà giovedì 21 gennaio 2021.

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* Vedasi processo verbale.

Dichiarazioni scritte (articolo 171)

 
  
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  Daniel Buda (PPE), în scris. – Situația actuală din Venezuela îngrijorează comunitatea internațională și democrațiile întregii lumi. Este o situație politică internă fără precedent, care obligă cetățenii să părăsească Venezuela pentru a scăpa de violențe, nesiguranță și amenințări. Criza refugiaților venezueleni nu mai poate fi neglijată, iar starea economică a țării devine din ce în ce mai dezolantă. Uniunea Europeană este preocupată de ultimele evoluții care au avut loc pe scena politică internă a Venezuelei și urmărește promovarea unei soluții democratice. Prin urmare, sancțiunile Uniunii Europene au fost prelungite ca răspuns la încălcările grave ale drepturilor omului și restricțiile libertăților fundamentale. Democrația, transparența și statul de drept în Venezuela pot fi restabilite doar prin crearea unor alegeri prezidențiale, parlamentare, regionale și locale credibile. Procesul electoral din 2018 a fost contestat atât pe plan intern, cât și internațional, în timp ce alegerile membrilor Adunării Naționale desfășurate la finele anului 2020 nu sunt recunoscute de către Uniunea Europeană. În acest context atât de instabil, este nevoie de o conducere legitimă. Opoziția democratică împreună cu Juan Guidao sunt cei care pot atrage susținerea internațională și să restabilească echilibrul intern, având în vedere că alegerile Adunării Naționale condusă de acesta a reprezentat ultima expresie liberă a voinței venezuelenilor.

 
Dernière mise à jour: 11 mai 2021Avis juridique - Politique de confidentialité