Der Präsident. – Wir setzen nun unsere Aussprache über die Erklärung des Vizepräsidenten der Kommission und Hohen Vertreters der Union für Außen- und Sicherheitspolitik zum Thema „Fünfter Jahrestag des Friedensabkommens in Kolumbien“ (2021/2643(RSP)) fort.
Jordi Solé, en nombre del Grupo Verts/ALE. – Señor presidente, el Acuerdo de Paz en Colombia es uno de los acuerdos de paz más ambiciosos y más complejos. Representa un esfuerzo enorme para dejar atrás décadas de brutal violencia y sufrimiento. Por eso, es importante que este Parlamento renueve hoy su apoyo a este Acuerdo, en vísperas del quinto aniversario, reconozca los avances que ha habido gracias al trabajo de instituciones, excombatientes, sociedad civil, colectivos indígenas, etcétera, y pida a las partes que cumplan con todos —con todos— sus compromisos.
Pero también tenemos que decir alto y claro que hay situaciones que nos preocupan, en particular el clima de creciente violencia en el cual se está aplicando el Acuerdo de Paz, con unas cifras récord de defensores de los derechos humanos y del medio ambiente asesinados en los últimos meses. Hay que tener en cuenta que uno de cada dos asesinatos de defensores de los derechos humanos en el mundo hoy se produce en Colombia. Y también nos preocupa la lentitud de las reformas socioeconómicas, y en particular de la Reforma Rural Integral, que es clave para luchar contra la desigualdad.
Y hay que señalar estos aspectos, porque pueden poner en cuestión el logro de otros avances. Desde nuestro Grupo Verts/ALE, hemos tratado de mejorar la Resolución común, añadiendo puntos importantes para nosotros, como, por ejemplo, la necesidad de proteger mejor a defensores de derechos humanos y del medio ambiente, líderes de los pueblos indígenas y excombatientes comprometidos con la paz, y la necesidad de avanzar en políticas y programas de género que protejan y reconozcan el papel de las mujeres en la construcción de la paz.
En un proceso de paz no hay que dar nunca nada por garantizado. Todas las partes deben ayudar a consolidar la paz en Colombia y avanzar conjuntamente, también con el concurso de la Unión Europea, hacia el objetivo final: un país más justo que deje atrás de una vez por todas la violencia, todas las violencias.
Hermann Tertsch, en nombre del Grupo ECR. – Señor presidente, decía esta tarde que, gracias a la humillación a Borrell en Moscú, tenemos una Resolución magnífica sobre Rusia. No sé qué tiene que pasar para que tengamos resoluciones sobre nuestros países hermanos iberoamericanos del mismo calado, que tengan el mismo amor a la verdad y que no oculten, como desgraciadamente hace esta de Colombia, muchas de las verdades.
Se pueden decir cosas grandes, cosas magníficas, de un país que es vecino del infierno que es Venezuela, de un país que siempre ha defendido su democracia con éxito y que lo ha hecho hasta hoy, y que lucha por no acabar igual, en una pesadilla comunista como Venezuela, con una mafia narcotraficante en el Gobierno y la población huyendo a millones.
Por eso es tan triste que exista esta especie de equiparación moral, con una Resolución en la que parece que los otros grupos salen con una superioridad moral frente a un Gobierno democrático que ha incorporado a unos narcoterroristas a un proceso de paz que la mayoría rechazó —recordémoslo, porque esa es otra de las verdades que se ocultan— y que, con muchísimo esfuerzo, está haciendo la democracia colombiana. Lo está haciendo con una presión exterior brutal, con dos millones de venezolanos que huyen de la pesadilla y del infierno que han sido regularizados, y con unas batallas por parte de las FARC, que siguen trabajando para desestabilizar el país y crear allí ese infierno. Por eso no firmamos esa Resolución, porque es injusta.
Manu Pineda, en nombre del Grupo The Left. – Señor presidente, señorías, cinco años desde la firma de unos Acuerdos que generaron una tremenda ilusión en el pueblo, en un pueblo que llevaba más de medio siglo en guerra abierta; ilusión convertida en frustración cuando el Gobierno de Duque, heredero acrítico del narcopresidente Uribe, tomó la decisión de sabotearlos abiertamente.
Desde su llegada al poder, el incumplimiento de los Acuerdos ha sido sistemático. Y la situación de violencia continúa. Continúan los asesinatos constantes de firmantes de los Acuerdos, de líderes y lideresas sociales y de defensores de los derechos humanos. Continúan el miedo, la amenaza, la negativa a avanzar hacia la paz en la búsqueda de una solución política.
El uribismo busca que los excombatientes vuelvan a la Sierra, porque necesita un enemigo interno para así poder mantener su política autoritaria y a sus mercenarios y paramilitares impartiéndola a balazos.
Esta Resolución contiene falsedades graves, falsedades que le ayudan en este objetivo, falsedades como que los combatientes no quisieron dar las rutas del narcotráfico cuando ellos no las conocen y, por lo tanto, esto no forma parte de los Acuerdos. Tampoco es cierto que no entregaran los bienes: sí se hizo todo en el plazo establecido y esto fue verificado por el Gobierno del presidente Santos y por la propia ONU.
Esta Resolución tiene aspectos que convierten a las víctimas en victimarios y da munición a la extrema derecha, y esto se podría esperar del bloque reaccionario o del bloque conservador, pero espero que el resto de este Parlamento siga estando en el lado correcto.
Francisco José Millán Mon (PPE). – Señor presidente, pronto serán cinco los años transcurridos desde la firma de los llamados Acuerdos de Paz entre el Gobierno colombiano y las FARC para poner fin a largos ciclos de violencia y de sufrimiento. Se trata de un proceso muy ambicioso, cuya ejecución requiere inevitablemente un largo período de implementación. El Tribunal Constitucional colombiano lo estimó en quince años. Son muchos los pasos a dar: desde la reinserción de los excombatientes y la indemnización a las víctimas, hasta importantes reformas en el ámbito rural.
A todos los diputados de esta Casa nos consta la completa disposición y transparencia de las autoridades colombianas y de su Embajada en Bruselas a la hora de informarnos sobre los avances en el proceso de paz. Sabemos que todavía quedan muchas cosas por hacer. Un obstáculo importante es la persistencia de focos de violencia protagonizada por el llamado ELN, también por disidentes de las FARC y otros grupos armados.
El mes pasado, el presidente Duque mantuvo un encuentro con el presidente del ahora partido Comunes, Rodrigo Londoño, líder de las antiguas FARC. Esta reunión evidencia la voluntad de acelerar la implementación del plan y de tomar medidas con el fin de mejorar la protección de excombatientes y activistas sociales que están siendo objeto de graves agresiones.
La comunidad internacional, y en especial la Unión Europea, debe seguir contribuyendo al Fondo Europeo para la Paz. La paz requiere no solo esfuerzos en el plano político, judicial y de seguridad, sino también en el plano económico, para llevar a cabo, por ejemplo, los planes de desarrollo rural, que tienen, además, un importante componente ecológico y de sostenibilidad e inclusión. Me parece de justicia destacar este compromiso medioambiental de Colombia en un hemiciclo tan consciente de la amenaza climática.
Maria-Manuel Leitão-Marques (S&D). – Senhor Presidente, 1964 é o ano da criação das FARC e do início de um longo conflito, o mais longo dos conflitos armados na América Latina, que danificou a imagem da Colômbia, do seu povo e da sua economia.
Não esqueçamos aquilo que estamos aqui a discutir: o quinto aniversário de um acordo de paz que é um feito histórico, uma bênção para os colombianos, bem como para toda a região.
Não seria razoável esperar que, depois de décadas de conflito a dividir os colombianos, tudo corresse sem acidentes de percurso. A verdade é que o acordo tem resistido às dificuldades naturais do processo, e até a crises graves como a que estamos a viver e a crise dos refugiados venezuelanos.
A tudo isto a Colômbia tem sabido responder, e devemos deixar aqui o nosso elogio e agradecimento.
Ainda assim, é importante alertar para a necessidade de um maior esforço para integrar melhor as comunidades que vivem há muitos anos à margem da sociedade colombiana, para respeitar os direitos humanos, para investir nas pessoas e nas infraestruturas, incluindo as digitais, para que as desigualdades não sejam a estocada final num processo de paz até agora tão resistente.
Jordi Cañas (Renew). – Señor presidente, debatimos hoy aquí una Resolución sobre el quinto aniversario de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, con el que finalizaban más de cincuenta años de conflicto armado en el país; un Acuerdo que significó un punto de inflexión en la historia contemporánea de Colombia y el punto de partida en un camino lleno de riesgos, retos, dificultades y amenazas. Un camino cuyo destino era incierto pero posible: la paz.
Y hay que reconocer hoy que Colombia ha avanzado mucho en este camino; para muchos, con demasiada lentitud en la implementación de los puntos del Acuerdo, especialmente en la persistencia de la violencia contra excombatientes, defensores de los derechos humanos y población civil.
Pero Colombia, a pesar de las dificultades, ya no es noticia diaria por el terrorismo ni el narcotráfico, sino por liderar en la región el compromiso con el medio ambiente o por dar ejemplo mundial en la gestión de refugiados, al otorgar a casi dos millones de refugiados venezolanos un estatus temporal de protección.
Queda mucho por delante. Los objetivos de implementación estaban fijados en un horizonte de quince años, pero Colombia ha tomado este camino de una forma irreversible, y por ello es necesario que Europa renueve su compromiso político, su colaboración institucional, comercial y financiera, para alcanzar un objetivo: la paz estable y definitiva en Colombia.
Idoia Villanueva Ruiz (The Left). – Señor presidente, Colombia se encuentra ante una emergencia humanitaria por violencia. Más de 1 000 defensores y líderes sociales asesinados, millares de desplazamientos, las masacres se incrementan —solo en 2021, 32 con más de 116 víctimas—, etc.
Estos asesinatos se producen en un contexto específico: la falta de implementación del Acuerdo de Paz firmado hace cinco años. Se asesina especialmente a las personas que están en el centro del conflicto histórico: campesinos, comunidades indígenas, líderes sociales... Y se asesina porque el Gobierno y el Estado colombiano están permitiendo impunidad a estos crímenes. El último informe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas demuestra falta de esfuerzo en políticas clave.
La Unión Europea ha financiado parte de los fondos para la implementación del Acuerdo de Paz y debe implicarse de manera contundente. Por un lado, exigiendo esfuerzo al Gobierno en la implementación y en la financiación de los componentes clave del Acuerdo de Paz y los proyectos de reforma agraria; y, por otro, actuando de forma responsable con la vinculación de la política comercial al cumplimiento de los derechos humanos. Necesitamos una normativa vinculante para las empresas transnacionales europeas en el exterior que evite situaciones como la que se está viviendo en el puerto de Buenaventura.
Juan Ignacio Zoido Álvarez (PPE). – Señor presidente, gracias por su presencia, señora comisaria Johansson.
Iberoamérica debe ser una de las máximas prioridades de la Unión Europea. Así lo ha manifestado en múltiples ocasiones el propio señor Borrell. Por eso, lamento profundamente que haya decidido ausentarse cuando hablamos de Iberoamérica en el Parlamento. En política, señorías, las prioridades no solo se muestran, sino que se demuestran, y hoy el señor Borrell ha demostrado su escaso interés por aliados tan importantes como Colombia.
Hoy precisamente celebramos el quinto aniversario de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia y lo hacemos en un momento especialmente complicado para el país por culpa de los efectos de la pandemia; un momento, además, en el que Colombia está haciendo un enorme esfuerzo para acoger y proteger a los cerca de dos millones de inmigrantes venezolanos que han huido de su país. Y, a pesar de todo ello, el Gobierno colombiano ha seguido cumpliendo a rajatabla el Acuerdo demostrando su compromiso con el futuro de la paz en el país, un compromiso ampliamente reconocido, no solamente por la Unión Europea, sino también, de manera especial, por las Naciones Unidas. Mi enhorabuena, por tanto, al Gobierno de Iván Duque por el gran trabajo realizado en estos cinco años.
Sin embargo, creo que no podemos limitar nuestra relación con Colombia a la supervisión de acuerdos. Europa y Colombia tenemos una relación mucho más profunda y diversa. Por eso, ahora tenemos que seguir avanzando en ámbitos como el comercio y las inversiones, generando empleo y oportunidades económicas compartidas.
Isabel Santos (S&D). – Senhor Presidente, em 2016, com o Acordo de Paz entre o Governo da Colômbia e as FARC, quisemos todos iniciar uma fase de progresso e reconciliação. Infelizmente, apesar de alguns progressos, estamos longe ainda das metas estabelecidas. Nestes cinco anos foram assassinados mais de 440 defensores de direitos humanos. Só em 2020 mais de 240 pessoas foram mortas em 61 massacres a coberto de uma inaceitável impunidade. Sete milhões de colombianos ainda sofrem de insegurança alimentar.
A União Europeia tem dado um forte contributo em matéria de ajuda humanitária, mas todo o apoio será sempre insuficiente se não formos à raiz dos problemas, se não combatermos as desigualdades e acelerarmos a implementação do Acordo de Paz no que diz respeito à justiça de transição, à reforma rural, à reinserção dos ex-combatentes, ao combate à criminalidade, e não garantirmos a segurança de ativistas de direitos humanos, líderes comunitários, ex-combatentes e ambientalistas.
Temos de ir mais longe!
Javier Nart (Renew). – Señor presidente, Colombia se enfrenta a múltiples retos: las mafias del narcotráfico y de la minería ilegal del oro, ambas con el apoyo de Venezuela; la ilegalidad minera concentrada en el oro, que impacta negativamente en el medio ambiente; la crisis migratoria, con la llegada de casi dos millones de venezolanos huyendo del hambre, lo que afecta a la seguridad, la educación, el trabajo, la vivienda y la salud; y, al final, la COVID-19.
En violación del Acuerdo de Paz, las FARC no han entregado su tesoro ni han suministrado información sobre rutas y financiación del narcotráfico, al que ayer protegieron y que hoy financia a grupos criminales que matan a líderes defensores de los derechos humanos, indígenas y excombatientes. Quiero remarcar que la responsabilidad de estas muertes la tienen los asesinos.
A pesar de ello, Colombia ha respondido con el Estatuto Temporal de Protección para los refugiados venezolanos, la reincorporación de más de 13 000 excombatientes y una lucha continua por la paz. Colombia es un país hermano y clave para la estabilidad de la región que merece y necesita nuestro apoyo.
Pernando Barrena Arza (The Left). – Señor presidente, señorías, desde el inicio de los diálogos de paz en 2012, alrededor de 1 000 líderes sociales y activistas pro derechos humanos han sido asesinados en Colombia por bandas paramilitares y agentes armados. Llegados a este punto es importante que este Parlamento reafirme el apoyo al Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP. Es fundamental para el bienestar del pueblo colombiano continuar con el proceso histórico emprendido en Colombia desde una perspectiva de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Y a la vez deseamos mostrar nuestra preocupación por la situación de los activistas de derechos humanos. Este Parlamento debe instar al Gobierno colombiano a protegerlos, así como al conjunto de la oposición política colombiana, para que puedan ejercer su mandato sin poner en riesgo su vida y la de su comunidad.
La Unión Europea debe continuar aportando respaldo económico y de toda índole para el desarrollo de cada una de las partes del Acuerdo e instar al Gobierno colombiano a retomar los diálogos con el ELN. El pueblo colombiano necesita más que nunca del apoyo internacional, el respaldo al proceso de paz y su desarrollo con plenas garantías.
Ibán García Del Blanco (S&D). – Señor presidente, en noviembre se cumplirán cinco años de la firma del Acuerdo de Paz y creo que hay que valorar el avance que se ha producido en todos sus términos por parte de una democracia con muchas dificultades.
Hay que reconocer que la posición de salida era compleja, pero esto no nos puede de ninguna forma hacer obviar otra parte que es también muy importante, que hay que resaltar. No es posible que tengamos unos datos, que ha resaltado la propia Misión de Verificación de las Naciones Unidas, con cientos y cientos de personas asesinadas cada año. Es decir, incluso estamos en una situación, hoy, peor que la de antes de la firma del Acuerdo de Paz en algunas cifras.
Se está asesinando a antiguos combatientes, se está asesinando a defensores indígenas, defensores del medio ambiente... En fin, esto tiene que terminar, porque hay una premisa indispensable para un Acuerdo de Paz, que es que una de las partes no desaparezca. Porque la paz es una paz duradera, justa, estable... no la paz de los cementerios. Así que quiero reiterarle al Gobierno colombiano su obligación, como Estado, de defender a las personas que están siendo perseguidas, amenazadas e incluso asesinadas. En ello es en lo que nos jugamos una paz duradera.
Massimiliano Smeriglio (S&D). – Signor Presidente, onorevoli colleghi, a più di quattro anni dall'attuazione del processo di pace, solo il 25 % delle disposizioni previste sono state effettivamente applicate: delitti, omicidi, sparizioni, massacri, minacce e torture sono persino aumentati. L'aggressività e l'efferatezza riservata ai leader sociali, contadini, indigeni, lavoratori comunitari, donne attiviste, difensori dell'ambiente, dimostrano che la transizione ha ancora tanta strada da fare.
Gli spazi lasciati vuoti dalle FARC sulla scena della lotta armata sono aggrediti dagli attori dell'economia illegale. Il narcotraffico, le disuguaglianze storiche e strutturali, le questioni legate alla terra e all'estrazione di risorse costituiscono a tutt'oggi un grave ostacolo all'attuazione dell'accordo e alla giustizia di transizione.
Le nostre istituzioni hanno il dovere di continuare a dialogare con le autorità colombiane, a cui spetta il compito di difendere i diritti umani e lo Stato di diritto, privilegiando la presenza delle istituzioni civili anziché la militarizzazione, dimostrando in modo chiaro l'impegno politico comune per la pace.
Mónica Silvana González (S&D). – Señor presidente, comisaria Johansson, por fin, después de cinco años, vamos a volver a debatir sobre la situación en Colombia. En Latinoamérica no todo es Venezuela.
Cinco años después del Acuerdo de Paz, estamos alarmados por los ataques y las muertes de defensores de los derechos humanos y del medio ambiente, en especial en la región del Cauca, donde hay conflictos por la tierra y proyectos hidrográficos, como el de Ituango.
Hemos invertido muchos esfuerzos en la paz; más de 128 millones de euros solo en el Fondo Fiduciario, y lo seguiremos haciendo a través del nuevo instrumento de cooperación, el IVDCI. Pero, cinco años después, solo se ha implementado el 4 % de la Reforma Rural.
Necesitamos mejorar la rendición de cuentas —dotarnos de más mecanismos de control—y la participación de la sociedad civil en los seguimientos de los fondos, y avanzar en la ejecución de iniciativas con perspectiva de género. Y esto debemos exigírselo al Gobierno colombiano.
Debemos poner el foco en el Gobierno colombiano. La paz debe ser integradora, debe incluir a las mujeres, a las comunidades indígenas, a los afrodescendientes y a las personas LGTBI. Se debe reforzar la protección de los defensores de los derechos humanos y del medio ambiente.
Ylva Johansson,Member of the Commission, on behalf of the Vice—President of the Commission / High Representative of the Union for Foreign Affairs and Security Policy. – Mr President, in this difficult context the only path towards lasting peace is the full implementation of the peace agreement in all its parts, with the continued support of the EU and international stakeholders. This is our message to the Government and to the people of Colombia.
Comprehensive and sustainable peace will necessarily require further efforts to resume a genuine dialogue to end and prevent further violence. This is crucial for Colombia’s socio-economic development as well.
Colombia is a key partner of the EU in Latin America, a stable democracy and a like-minded country in many areas. We share the ambition to deepen and broaden our relationship, and you can rest assured that peace-building will remain a shared priority.
I agree with those that have mentioned the importance of protecting human rights defenders and social leaders. The Commission is providing concrete support through the campaign ‘Defendamos la vida’ and through direct assistance to defenders at risk with protection programmes such as ProtectDefenders.eu.
We are also giving support to the special investigation unit in the Prosecutor’s Office for the dismantling of organised crime and the protection of human rights defenders, as well as to the Office of the High Commissioner for Human Rights in Colombia and to the Ombudsman’s Office to strengthen their human rights monitoring capacity, including on early warnings against attacks on human rights defenders and social leaders.
As you all know, and as many of you have mentioned, almost two million Venezuelan migrants and refugees are in its territory; Colombia is by far the most affected country in the region. With its hospitality and generosity, Colombia has set an example to the world. The EU has so far provided EUR 320 million in assistance to regional efforts to cope with this migration crisis and will continue to stand by its Latin American partners.
The VP/HR Josep Borrell and Commissioner Janez Lenarčič publicly praised Colombia’s historic decision to grant temporary protection status to Venezuelan migrants. At the same time, the continuous deterioration in the situation in Venezuela also affects Colombia from a security perspective. Armed groups, the National Liberation Army and FARC dissidents are finding refuge behind the Venezuelan border. The EU is closely following the recent clashes, which seem to be the consequence of disputes over the control of illicit economies and which have forced many civilians to flee their homes.
The situation is very complex and the challenges remain serious. The EU will continue to support Colombia in addressing them, making the best use of all available tools and areas of our cooperation. I appreciate the support of this Parliament in maintaining the focus on this important peace process.
Der Präsident. – Die Aussprache ist geschlossen.
Die Abstimmung findet am Donnerstag, 29. April 2021, statt.