Der Präsident. – Als nächster Punkt der Tagesordnung folgt die Aussprache über die Erklärung des Vizepräsidenten der Kommission und Hohen Vertreters der Union für Außen- und Sicherheitspolitik zur Lage in Peru (2023/2599(RSP)).
Josep Borrell Fontelles,vicepresidente de la Comisión / alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. – Señor presidente, señorías del Parlamento Europeo, parece que Perú atrae menos que China, o al menos hay menos gente en el hemiciclo que al final del debate sobre China de esta mañana. Y, sin embargo, lo que está ocurriendo en Perú es extraordinariamente importante y grave. Pero permítanme, antes de entrar en la cuestión, expresar de nuevo nuestra simpatía y nuestro apoyo a todos los afectados por el ciclón Yaku —uno más— y por sus devastadores efectos.
Señorías, no les voy a explicar lo que ya saben. Perú es un país amigo de Europa. Es uno de nuestros socios en América Latina. Fue el primer país de América Latina que visité como alto representante. Entonces acababa de ser elegido el presidente Castillo. Es un país que pasa por una grave crisis social y política, cuyo último capítulo acabamos de ver. Pero si se ve en perspectiva, realmente lo que tenemos es una grave crisis estructural de gobernabilidad. Una crisis profunda y duradera, con un deterioro institucional que ha ido agravándose y que está desembocando en una verdadera crisis de representación política.
Vamos a recapitular para saber cómo hemos llegado hasta aquí. El pasado 7 de diciembre, el Congreso peruano nombró a una nueva presidenta, la señora Boluarte. Antes, el presidente Castillo había intentado disolver ilegalmente el Congreso y, tras su fracaso en ese intento, fue detenido por intentar instaurar un Gobierno de excepción y convocar elecciones a un Congreso constituyente, horas antes de que se celebrase una moción de censura en su contra.
Nosotros, en la Unión Europea, lamentando lo ocurrido, reconocimos inmediatamente la legitimidad de la nueva presidenta y destacamos que el pleno respeto a la Constitución, a la legalidad, a los principios democráticos y a la separación de poderes eran cruciales para que Perú recuperase una senda de estabilidad política. Iniciamos un diálogo directo con las autoridades y expresamos, con varias declaraciones públicas, nuestro apoyo al diálogo entre todas las fuerzas políticas y comunidades afectadas como una condición sine qua non para conseguir aliviar las tensiones políticas y responder a las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos peruanos.
Sin embargo, como lamentablemente era de prever, poco después de que la presidenta asumiera su cargo, se iniciaron varias manifestaciones en diversas partes del país en las que se produjeron violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que resultaron en una cifra dramática de más de 60 muertos y más de 1 300 heridos, algunos de los cuales quedaron gravemente inválidos. Deploramos estas muertes. Condenamos los actos de violencia, pero también el uso desproporcionado de la fuerza por parte de quien tiene el monopolio de la fuerza y la misión de velar por la seguridad de los ciudadanos.
Así se lo trasladé personalmente a la canciller, esto es, a la ministra de Exteriores, la señora Gervasi, durante nuestro último encuentro en la República Dominicana, señalándole que era fundamental que las investigaciones en curso aclaren quién y cómo hizo uso de armas de fuego y utilizó desproporcionadamente la fuerza, y que estos sean responsables de sus actos ante la justicia.
En este sentido, consideramos un paso muy importante la reciente visita de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a Perú para observar la situación de los derechos humanos en el país. Esperamos que las recomendaciones finales de esta misión puedan servir para aclarar lo ocurrido. Esperamos que se publiquen pronto sus informes, que se examinen a fondo y que se tengan en cuenta para evitar que se repitan situaciones similares. Desde luego, desde la Unión Europea haremos todo lo posible para apoyar a Perú en este sentido.
Señorías, nosotros podemos apoyar, pero son los propios peruanos quienes deben encontrar una solución a la crisis social y política por la que atraviesa su país. Adelantar las elecciones a este año, que ha sido una de las principales demandas durante las protestas, hubiera, sin duda, servido para aliviar las tensiones y comenzar a restaurar la confianza en las instituciones democráticas. Y, de hecho, después de un momento de duda inicial, la presidenta Boluarte acabó declarándose favorable a organizar esas elecciones anticipadas y acortar, en consecuencia, su mandato. Pero ella no puede disolver el Congreso. Tiene que ser el Congreso quien se autodisuelva, y no parece querer hacerlo. O al menos, hasta ahora, no lo ha querido hacer. Y así está la situación: bloqueada.
En primer lugar, hay que reconocer que las elecciones no son la solución maravillosa y milagrosa a todos los problemas, pero parece que es una condición necesaria para que, a través de medidas consensuadas de más largo plazo, se pueda mejorar la gobernabilidad y la cohesión social. Porque esta crisis lo que ha demostrado es el bajísimo nivel de confianza de la sociedad peruana en sus líderes políticos y en la capacidad de sus instituciones para representar a los ciudadanos y para responder a un pluralismo que la sociedad peruana tiene mediante el único mecanismo que conocemos en democracia, que es el diálogo, el compromiso y la negociación.
Nosotros apoyamos a la Defensoría del Pueblo, a los órganos electorales peruanos, a los defensores de los derechos humanos, al periodismo local y a los medios de comunicación independientes, que los hay. Procuramos promover la participación política de una población que, en buena medida, ha estado históricamente excluida por consideraciones, sin duda, de tipo étnico, contribuyendo también a la promoción de los derechos humanos. Pero, insisto, es la sociedad peruana la que tiene que encontrar una salida a esta crisis, una crisis democrática y de representación.
Y, si no se escucha esa demanda, si no se hacen reformas, si no se toman medidas, se va a romper definitivamente el vínculo entre los representantes políticos y la sociedad. Por lo tanto, es el momento de evitar cortoplacismos tácticos en juegos de poder, de pensar en el futuro del pueblo peruano. Lo que esperamos es que la democracia peruana sea capaz de dar respuesta a las demandas de la sociedad.
En segundo lugar, también conocemos la tentación de recurrir a la violencia o de reemplazar la política por el orden y la fuerza. Sabemos que eso nunca será una solución, pero puede ser una tentación.
En tercer lugar, es necesario —más que necesario, es urgente— crear condiciones para un diálogo constructivo e inclusivo, como nos gusta decir, entre el Gobierno, los agentes políticos, la sociedad civil y las comunidades afectadas. Porque las demandas de la sociedad peruana no son ni únicas ni homogéneas. A lo largo y a lo ancho del territorio peruano existe diversidad y unas particularidades territoriales marcadas. No es lo mismo la costa que la sierra. No es lo mismo la ciudad que la jungla del Amazonas, que también la hay. Es un país suficientemente grande y diverso como para que haya muchas particularidades territoriales y bien marcadas. Lo primero que hay que hacer es escuchar y dialogar acercándose a esas comunidades. Y nosotros estamos plenamente comprometidos a apoyar los esfuerzos en este sentido.
No quisiera que mis palabras fueran palabras huecas y fáciles de pronunciar aquí en Estrasburgo, sino que representasen un compromiso genuino. Conozco la dificultad que tiene que esa inestabilidad política en Perú no sea de hoy, ni de ayer, ni de antes de ayer. Porque si ustedes miran al número de presidentes peruanos y a cómo los últimos —creo que siete— han terminado sus mandatos, es evidente que se trata de una crisis institucional que está cronificada, como en otros tantos lugares, por desgracia. No solo Perú sufre esos problemas. Pero a nosotros no nos importa Perú; nos importan los peruanos, nos importa su gente, nos importa el país, y estoy seguro de que todos los diputados y diputadas que participan en este debate hoy tienen el mismo sentimiento que yo. Quedo a la escucha de sus consideraciones.
Pilar del Castillo Vera, en nombre del Grupo PPE. – Señor presidente, vicepresidente, es un placer tenerlo aquí. Ha dicho muchas cosas —y nosotros tenemos que focalizarnos en muy poco tiempo, así que vamos a ello— con las que yo, personalmente, estoy muy de acuerdo.
Es muy bien sabido que la Unión Europea tiene una relación fundamental con Perú. Somos su tercer socio comercial, y el pasado año se firmaron dos acuerdos con el objetivo de mejorar las relaciones bilaterales. Desde el Parlamento estamos siguiendo con gran preocupación, al igual que desde otras muchas instituciones, la grave desestabilización política y social que desde hace meses ya vive el país.
La violencia en las calles, es bien conocido, ha sido extraordinaria desde que en diciembre del año pasado fue destituido el entonces presidente Pedro Castillo tras su autogolpe. En estos meses ha habido docenas de muertos y muchos más heridos. Es evidente, por otro lado, la dificultad que están encontrando las autoridades para gestionar una complejísima crisis política. Todo ello está teniendo un efecto muy negativo, consecuentemente, sobre el bienestar de los peruanos, para empezar, y también sobre su economía.
El Estado de Derecho garantiza la expresión de todo tipo de protestas, menos las violentas. El Gobierno tiene, por ello, la obligación de mantener el orden constitucional y combatir la violencia con la debida proporcionalidad.
El pasado 20 de marzo, los miembros de la Delegación Andina tuvimos la oportunidad de escuchar a uno de los responsables de la Embajada de Perú ante la Unión Europea, quien lamentó profundamente todas las pérdidas humanas que se han producido durante estos meses y subrayó el compromiso del Gobierno de Dina Boluarte para llevar adelante una investigación que esclarezca lo sucedido. En circunstancias como las actuales, lo deseable, sin duda, es que las fuerzas políticas peruanas acuerden un adelanto de las elecciones.
Maria—Manuel Leitão—Marques, em nome do Grupo S&D. – Senhor Presidente, Senhor Alto Representante, o Peru tem vivido um período de incessante instabilidade política e, como disse e bem, a América Latina e o Peru merecem a nossa atenção, tanto quanto o merece a China. Ou talvez mais até.
Nos últimos cinco anos o Peru conheceu seis presidentes da República, incluindo a primeira mulher, Dina Boluarte, após o processo constitucional legitimado pelo Congresso Nacional Peruano, consequência de um autogolpe de Estado do presidente Castillo, que levou à sua detenção.
Recentemente temos assistido a várias manifestações de protesto e a um clima de violência com consequências muito nefastas. Os últimos relatórios da Defensoria Peruana falam em 49 civis e 7 polícias mortos e mais de 1 700 feridos, bem como várias ações policiais baseadas em racismo contra povos indígenas, principalmente os aimara e os quéchuas, que só podemos condenar.
Se por um lado a União Europeia e este Parlamento devem prosseguir num caminho de apoio à estabilidade política e aos procedimentos do Estado de direito, respeitando a constituição peruana, não devemos, em qualquer momento, descurar a preocupação com eventuais abusos e violência suscetíveis de pôr em causa as liberdades individuais e a integridade física dos manifestantes e das autoridades policiais.
Partilhamos, assim, a preocupação do Secretário—Geral das Nações Unidas, António Guterres, com esta situação e o seu apoio às investigações em curso sobre o ex—presidente Castillo e a atual Presidente Dina Boluarte, apelando a que estas sejam realizadas de forma independente e à luz da separação de poderes.
Senhor Alto Representante, quero terminar com uma mensagem de esperança. A História do Peru ditou que este fosse um país de riquezas naturais e culturais ímpares, uma sociedade multicultural onde se falam 47 línguas e que preserva diferentes povos e as suas tradições. Tomara que esses povos conseguissem unir—se, respeitando a sua enorme diversidade, tal como tentamos fazer aqui, todos os dias, na União Europeia. Talvez a nossa experiência possa ser inspiradora.
Izaskun Bilbao Barandica, en nombre del Grupo Renew. – Señor presidente, Perú necesita estabilidad para afianzar la democracia, la justicia social y el progreso económico que lo sitúan entre los países más sólidos de la zona. La salida constitucional que se ofreció a la crisis del Gobierno de Castillo debe fortalecerse con el diálogo y asentarse en la legitimidad que proporciona la transparencia. Esa fue la hoja de ruta que se apoyó desde la Unión. Una respuesta basada en esos valores, tras los disturbios que se saldaron con la muerte de más de sesenta personas por el uso desproporcionado de la fuerza, debe ser la base para seguir desescalando las protestas.
Algunas medidas, como la remoción de ocho generales de la Policía Nacional, la constitución de un equipo especial de fiscales para investigar estos hechos con personas quechuaparlantes o la creación de una comisión para atender a las víctimas son pasos en la buena dirección. Hay que insistir en ellos instando a las instituciones nacionales a que investiguen de manera imparcial y lleven ante la justicia a todos los responsables de abusos o violaciones de los derechos humanos. Así crecerá la legitimidad de las instituciones actualmente constituidas en las que se mantienen conversaciones que deben conducir a unas futuras elecciones.
En ese camino, la justicia social, la garantía de derechos básicos como la libertad de expresión y manifestación o la erradicación de cualquier discriminación, como la que sienten las comunidades indígenas, son parte de la receta. Un trabajo de fondo que obliga a proscribir la violencia y el uso excesivo de la fuerza, incluida la fuerza letal, que exige reconocer el valor de la diversidad y entablar un diálogo sincero y abierto para que el crecimiento y el progreso que mantiene la economía peruana construya una sociedad más justa y más cohesionada.
Jordi Solé, en nombre del Grupo Verts/ALE. – Señor presidente, señor Borrell, Perú lleva muchos años instalado en una permanente crisis política, pero también social. Pero esta última crisis, a raíz de la detención del presidente Castillo por su intención de disolver el Congreso, desató una represión descontrolada por parte del Gobierno con un precio inaceptable en vidas humanas: 67 fallecidos, según la Defensoría del Pueblo, 49 de ellos por el uso excesivo de la fuerza por parte de unos cuerpos de seguridad que, según Amnistía Internacional, usaron de manera indiscriminada armas letales.
Los actos de represión violenta, detenciones de carácter arbitrario, ejecuciones extrajudiciales y desaparición de manifestantes no pueden quedar impunes. Confiamos en que se respete la independencia entre poderes para permitir una investigación independiente, diligente, exhaustiva y transparente que aclare los hechos, juzgue a los responsables y repare a las víctimas. Pedimos al Gobierno de transición que ponga fin a la criminalización de la protesta social pacífica y garantice este derecho; que ponga también fin al clima de acoso a personas defensoras de derechos humanos y a periodistas también víctimas de hostigamiento constante por parte de determinados grupos; que promueva un diálogo con todos los sectores que han protagonizado las protestas, un diálogo que debe ser, efectivamente, apoyado por la Unión Europea; un diálogo crucial para encontrar una salida consensuada a la crisis.
Los manifestantes no solo piden la restitución del presidente Castillo, a quien, por cierto, algunos nunca perdonaron que un humilde maestro rural ganara unas elecciones. También piden la mejora de las condiciones de vida, el fin de las enormes desigualdades, el fin del racismo arraigado en parte de la sociedad y el fin de la discriminación hacia pueblos indígenas. Pedimos también que se garantice un juicio justo al presidente destituido y, finalmente, solicitamos a las autoridades peruanas que garanticen lo antes posible unas elecciones generales justas, libres y transparentes, bajo observación internacional.
Hermann Tertsch, en nombre del Grupo ECR. – Señor presidente, Perú ha sufrido mucho en los últimos años y, especialmente, en los últimos meses. Pero su democracia ha ganado una gran batalla a los totalitarios, con un músculo democrático y unas instituciones fuertes como ningún otro país del subcontinente.
Su presidente comunista, Pedro Castillo, elegido en dudosas elecciones, se lanzó un golpe de Estado en diciembre pasado. Quería acelerar el camino hacia un régimen narcocomunista bajo el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, la alianza del movimiento comunista y el narcotráfico, como los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba que lo alimentaban y los que se están gestando en Colombia, en Chile, en Argentina y en Brasil.
Pero las instituciones de Perú reaccionaron y pararon el golpe. El narcocomunismo organizó en las calles una brutal injerencia exterior —con unas cartas insólitas por parte de presidentes vecinos— subversiva y violenta. Allí los muertos los quería la subversión, no los quería el Gobierno al que se oponía. Pero de momento, el Perú democrático ha vencido a las fuerzas totalitarias.
Las democracias deben ayudar a fortalecer este Perú democrático y sus instituciones, y no a los regímenes comunistas que lo acosan, y que se han llevado un enorme revés al no poder llevárselo a su campo, que es de lo que se trataba.
Vea, por lo demás, señor Borrell, a su mimado Lula, a ese tan elogiado Lula, ahora el gran aliado de Rusia y de China, el enemigo de Occidente, el que va a proteger a toda la subversión en el subcontinente aquel. Y a ver si aprendemos un poquito de todo ello. A ver si aprendemos un poquito de todo ello y lo vamos confirmando todo.
Marco Campomenosi, a nome del gruppo ID. – Signor Presidente, signor Alto rappresentante, io sono d'accordo con Lei e con il Suo approccio.
È chiaro che noi dobbiamo auspicarci che siano i peruviani a poter decidere democraticamente sul loro futuro. Il fatto che quello sia uno scenario di crisi e di instabilità lo sappiamo da tanti anni, da tanto tempo. Io mi rifiuto anche di prendere una posizione di parte. Tra l'altro, da ligure della provincia di Genova conosco tante persone, ne ho anche nella mia famiglia, che hanno scelto, tanti anni fa, di migrare verso quell'area.
C'è un tema di instabilità degli investimenti, c'è un tema della Cina che rimpiazza aziende europee in alcuni investimenti importanti. Lo scenario delle elezioni del 2024 sarà molto delicato e dovrà essere osservato con attenzione, ma io sottolineo un altro aspetto ancora, quello delle risorse naturali. Il Nord America ha interessi fortissimi, il Messico ha proposto al Perù una sorta di OPEC del litio. Ecco, non vorrei che dietro certi movimenti ci siano anche interessi fortissimi.
Anche noi, come legislatori europei, che andiamo verso una transizione di un certo tipo, dobbiamo considerare gli effetti geopolitici delle nostre scelte sui temi delle risorse naturali.
Sandra Pereira, em nome do Grupo The Left. – Senhor Presidente, passados cinco meses desde o golpe de Estado no Peru, que levou à destituição do Presidente eleito, Pedro Castillo, os trabalhadores e o povo peruano continuam de forma firme nas ruas do país, em defesa das liberdades e da democracia, a exigir a demissão de Dina Boluarte, a convocação de eleições antecipadas e a convocação de uma Assembleia Constituinte.
Continua também a repressão policial e militar contra manifestantes, que já provocou dezenas de mortos e centenas de feridos, assim como a perseguição a dirigentes políticos, sindicais e sociais.
Perante as graves violações a que os trabalhadores e o povo peruano se encontram sujeitos, e tal como o fizemos em fevereiro em Lima, mais uma vez expressamos a nossa total solidariedade para com os trabalhadores e o povo peruano, os comunistas e outras forças progressistas e democráticas que lutam pelo respeito da vontade popular, pela reposição integral dos direitos e da legalidade democrática.
David McAllister (PPE). – Mr President, Peru, as we have heard from so many speakers tonight, is a key partner for the European Union, and we want to deepen and strengthen our close and long-standing relations with this country on the basis of the memorandum of understanding that was signed in October last year.
All of us are very concerned by the social unrest and the political instability that Peru has been going through since December. I deplore at least 67 killed people and more than 1 300 injured in clashes with law enforcement forces since the beginning of the protests. It is essential to end the violence and to investigate any possible violations of human rights. In this highly polarised and unstable context, only a constructive dialogue between the government and all political actors, including the participation of civil society and affected communities, can, in the end, pave the way to a swift political solution that preserves the constitutional order, the rule of law and human rights.
Regaining trust in the democratic institutions is important to ease the current tensions. Therefore, I ask you, dear High Representative, to continue the EU’s full, committed support to the Peruvian efforts in this regard. As part of the EU election observation mission to Peru in 2020, I observed first-hand the electoral system, which has delivered free and fair elections for over 20 years. We as the European Union stand ready to support the democratic system also in the future.
Javi López (S&D). – Señor presidente, alto representante, Perú vive una grave crisis política institucional, especialmente desde diciembre de 2022, pero durante los últimos cinco años no se ha podido canalizar la gobernabilidad del país. Desde el año 2022, el país ha vivido enormes manifestaciones que han dejado a su paso 60 muertos y 1 200 heridos. Por eso, hoy creo que merece la pena que, desde aquí, desde el Parlamento Europeo, enviemos varios mensajes.
En primer lugar, el respeto a la institucionalidad y a la democracia del país. No existen atajos posibles, y es censurable cualquier intento de ruptura del orden constitucional como el que ha vivido este país.
En segundo lugar, la reclamación del derecho legítimo a la protesta pacífica en el país, que se ha visto violentado durante los últimos meses, y la reclamación de investigaciones en curso nacionales e internacionales para saber qué ha pasado con estos 60 muertos, porque hay indicios sobre un uso desproporcionado de la fuerza por parte del orden público.
En tercer lugar, frente a este bloqueo que está dejando graves heridas en el país, son necesarias unas nuevas elecciones, tal y como la presidenta ha defendido, que están siendo bloqueadas hoy por el Congreso peruano. Es cierto que unas nuevas elecciones en el país no son una varita mágica, pero es difícil imaginar una salida inclusiva y la recuperación de la confianza por parte de la ciudadanía de Perú sin la celebración de unas elecciones en este país amigo y aliado.
Jordi Cañas (Renew). – Señor presidente, señor alto representante, «desde la puerta de[l] [diario] La Crónica Santiago [Zavala, Zavalita] mira la Avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris». Y se pregunta «¿en qué momento se había jodido el Perú?». Bueno, esto lo escribió Vargas Llosa al inicio de Conversación en La Catedral, en el año 1969. Han pasado más de cincuenta años y la pregunta sigue flotando en el aire: ¿cuándo se jodió el Perú?
De hecho, este es un país en el cual ocho de sus últimos diez expresidentes están encarcelados, perseguidos por la justicia o pendientes de extradición. Luego el problema es un problema político. Y ante este problema político, la pregunta es qué podemos hacer.
La Unión Europea salió inmediatamente a garantizar y a dar apoyo a la democracia peruana y a sus instituciones. Y esto se hizo de manera inmediata y dio una señal de lo que tenemos que hacer, que es acompañar a los peruanos en un proceso de consolidación de su democracia. Acompañar, porque Perú es un aliado y amigo, y de los aliados y amigos nos preocupamos y nos ocupamos.
Hay que garantizar el uso legítimo a la protesta social, hay que instar a instituciones a que investiguen los abusos, pero, sobre todo, hay que lograr reducir la tensión y contribuir a un diálogo político integrador que dé una salida a la crisis. Esa crisis puede tener una salida que sean las elecciones, pero eso lo tiene que decir el Congreso peruano porque tenemos que respetar sus decisiones. ¿Con qué objetivo? Para poder contribuir a las reformas que el país necesita para que, de aquí a unos años, nos podamos preguntar, al contrario que Zavalita, «¿cuándo se arregló el Perú?».
Ana Miranda (Verts/ALE). – Señor presidente, hermanas y hermanos de Perú que lucháis por la democracia, nuestra solidaridad desde el Parlamento Europeo. Estamos muy preocupados por la situación de los derechos humanos en Perú a la luz de los informes sobre represión violenta, homicidios y detenciones de carácter arbitrario, tortura y desaparición de manifestantes, ataques a los derechos de la población indígena aimara y quechua, históricamente excluida, como ha dicho el señor Borrell, y el acoso a periodistas y defensores de derechos humanos.
La Defensoría del Pueblo de Perú consigna que hasta la fecha murieron 68 personas y miles resultaron heridas. Según la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, se ha ejercido de manera directa fuerza por la Policía y las Fuerzas Armadas, provocando muchos asesinatos. Las organizaciones de la sociedad civil peruana, organizaciones indígenas y defensores de derechos humanos que monitorean los abusos durante esta crisis, se han enfrentado al hostigamiento y ataques de grupos extremistas vinculados a la extrema derecha. La actitud autoritaria del Gobierno los últimos meses pone cada vez más en peligro la democracia.
Expresamos nuestra preocupación por la ofensiva legislativa regresiva, como las decisiones del Tribunal Constitucional que favorecen al Congreso y afectan al equilibrio de poderes, y, pidiendo nuevas elecciones, abogamos por un juicio independiente y por unas investigaciones independientes en todo lo que ha ocurrido y también con garantías, del destituido presidente Pedro Castillo, y solicitamos a la Delegación de la Unión Europea en Perú que haga visitas al terreno en las provincias más azotadas por la represión, que mantenga un diálogo con la sociedad civil y que continúe apoyando de forma pública el diálogo y el fin de la violencia.
Manu Pineda (The Left). – Señor presidente, han hecho falta 133 días y más de 70 muertes para que este Parlamento aborde la grave crisis política y humana que vive Perú. Meses de movilizaciones masivas, huelgas, protestas y manifestaciones populares pidiendo elecciones a un Gobierno ilegítimo, sin apoyo popular y atrincherado en el poder a base de violencia y represión. Represión y brutalidad que han contado ya no solo con un silencio cómplice, sino con una participación directa de algunos Estados miembros de esta Unión Europea, proveedores necesarios del material represivo. Una participación vergonzosa de quienes olvidan la importancia de la democracia y los derechos humanos allí donde sus intereses económicos y comerciales están salvaguardados.
Aún estamos a tiempo de rectificar. Lancemos hoy desde aquí un mensaje claro: todo nuestro apoyo a la exigencia de dimisión de la presidenta usurpadora, Dina Boluarte, que es la única forma de que se convoquen elecciones. Queremos también que se convoquen elecciones constituyentes para que sea el pueblo peruano el que, ejerciendo la democracia, pueda construir un futuro de progreso e igualdad. Apoyemos al pueblo peruano para que recupere la soberanía sobre sus recursos e instituciones tras demasiados años de despojo y expolio.
Leopoldo López Gil (PPE). – Señor presidente, señor alto representante, la democracia se basa en dos pilares fundamentales: el respeto a la ley y al contrato social de los ciudadanos, es decir, su Constitución. Sin una Constitución bien respetada, no puede haber democracia.
En Perú, durante este proceso al que nos estamos refiriendo hoy, el respeto a la misma ha sido permanente. Por el contrario, el expresidente Castillo maniobró para intentar vulnerarla y revertir el tema constitucional. Y es curioso que aquellos que apoyaron esta violación sean los que hoy encabezan las manifestaciones salvajes que han hecho que este país se hunda en una espiral de violencia.
Condenamos profundamente esta lacra y hago un llamamiento para que las fuerzas públicas actúen de manera proporcional y respeten los derechos ciudadanos. Reclamo a sus autoridades judiciales que trabajen para compensar de manera justa a todas las víctimas. Nuestra obligación es la de mostrar nuestro total apoyo y respaldo al proceso constitucional que acontece en Perú, que debe culminar en un evento electoral lo más pronto posible y elegir a unas autoridades legítimas que puedan reconducir al país por un sendero de paz, prosperidad y dignidad.
Yo le agradezco sus palabras y lo congratulo, Señor alto representante. Sin embargo, le pido, señor Borrell, que usted y Europa tomen una posición activa en el apoyo a este proceso, como lo está haciendo la Comisión Internacional de los Derechos Humanos.
Isabel Santos (S&D). – Senhor Presidente, sejamos sérios: a crise que estamos hoje a discutir não é mais do que a ponta do icebergue de uma tremenda crise instalada no Peru durante décadas. E uma crise que eclodiu face à instabilidade gerada pela deposição de Castillo e a ascensão de Baluarte, mas que tem por trás de si a revolta do povo contra a corrupção endémica, contra a desigualdade, contra a pobreza estrutural, contra o centralismo de Lima, contra a exclusão das populações indígenas e o abandono generalizado das populações por uma elite política alheada da realidade do país e que é detestada pelo seu povo. E temos de encarar este problema com clareza.
E face à violência que eclodiu e que provocou 68 mortes, esta violência não pode continuar amparada pela impunidade que alimenta a desconfiança da população em relação às instituições.
Por isso, o nosso papel enquanto União Europeia tem de ser o de continuar o suporte ao fortalecimento das instituições e apoiar para que se caminhe para eleições monitorizadas pela comunidade internacional, para além da averiguação dos atos de violência ocorridos.
Idoia Villanueva Ruiz (The Left). – Señor presidente, 70 personas asesinadas, 1 300 heridas por represión policial, 1 800 encausadas y más de 600 detenidas por protestar; persecución a líderes de la oposición, a líderes sociales, a campesinos, un expresidente elegido en las urnas encarcelado sin ninguna garantía legal. Este es el saldo del terror y este es el saldo del régimen, a día de hoy, de Dina Boluarte.
Y lo decimos alto y claro: ningún Gobierno que se sostiene sobre la base de la violencia puede decirse democrático. Hoy, desde el Parlamento Europeo, enviamos nuestra solidaridad al pueblo peruano que pide el adelanto electoral y el referéndum constitucional. España ha suspendido el suministro de armas a Perú, algo que debe extenderse al resto de Europa para frenar la intolerable represión.
¿Quieren profundizar las relaciones con América Latina? Empiecen por escuchar el clamor popular y defender los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Europa debe exigir el fin de la violencia contra el pueblo peruano y apoyar sus anhelos de democracia.
VORSITZ: RAINER WIELAND Vizepräsident
Željana Zovko (PPE). – Mr President, dear High Representative, dear colleagues, the recent events in Peru have demonstrated that democracy is fragile and can be threatened at any moment.
Last year, the constitutional transition of power has helped to protect Peru’s democracy and the rule of law. But the country still faces significant challenges. The political crisis caused months’ long protests that are destabilising the country and having a negative impact on Peru’s already struggling economy.
I strongly urge all parties to respect and safeguard the right to peaceful protest and condemn any use of violence or excessive force. It is now essential that all actors engage in inclusive national dialogue in order to find a compromise that ensures political stability and addresses the social and political issues that have led to this crisis.
Peru is a close partner of the EU and we remain committed to supporting the rule of law and constitutional order in the country. We are ready to offer our assistance and to be an honest broker in order to help Peru overcome the crisis.
Alicia Homs Ginel (S&D). – Señor presidente, alto representante, es evidente que nos preocupa mucho la situación en la que se encuentra Perú. Como bien ha dicho el señor Borrell, es una sensación importante y grave.
Deseamos que vuelvan la estabilidad y la paz social para que el país pueda seguir avanzando en su desarrollo y en la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Es necesario que todos los actores respeten la institucionalidad del país y la separación de poderes y, a su vez, también es importante que las instituciones respeten los derechos humanos, el derecho de manifestación pacífica y el importante papel de la sociedad civil peruana y de las organizaciones indígenas.
Y para llegar a recuperar el equilibrio, el primer paso, que no el único, es que son imprescindibles unas elecciones justas y libres tan pronto como sea posible. Es así como recuperarán la legitimidad que necesitan las instituciones peruanas. Desde Europa, continuaremos apoyando a Perú para resolver esa situación y que el país pueda seguir avanzando.
Gabriel Mato (PPE). – Señor presidente, señor vicepresidente, en un momento en el que la Unión Europea es plenamente consciente de la importancia de intensificar las relaciones con América Latina, quiero manifestar mi profunda preocupación por la crisis política y social que sufre un país amigo y aliado natural como es Perú. Son ya varios los años de desgobierno. Seis presidentes en seis años. Pedro Castillo ha ocupado este cargo durante dieciséis meses, con un balance de cinco gabinetes, más de setenta ministros y un intento de autogolpe, lo que ha sumido al país en un caos generalizado y ha causado, además, decenas de víctimas.
Perú tiene desde hace décadas serios problemas estructurales que deben ser abordados con un diálogo constructivo entre todas las fuerzas políticas, olvidando el cortoplacismo y buscando una salida constitucional, democrática e institucional que lleve a unas prontas elecciones.
Pero uno puede caer en la tentación de otros países de la región, donde han emergido Gobiernos dictatoriales o autoritarios. En Perú debe prevalecer siempre el orden constitucional y el respeto de los derechos humanos. A tal fin, se debe reforzar la institucionalidad, combatir la corrupción y trabajar para lograr la necesaria gobernabilidad.
Massimiliano Smeriglio (S&D). – Signor Presidente, signor Alto rappresentante, siamo preoccupati perché la situazione continua ad essere insostenibile: parliamo di almeno 60 persone uccise e 1 335 ferite durante le proteste, il tutto inasprito da enormi ingiustizie sociali e da un razzismo sistemico, manifestato anche dalla stampa ufficiale, con la violenza e la repressione dirette principalmente contro i popoli originari aymara e quechua.
Sulla strage di Juliaca, nella regione di Puno, 18 persone uccise, sono intervenute le Nazioni Unite. Amnesty ha chiesto di cessare immediatamente l'uso non necessario e sproporzionato della forza contro la popolazione civile e di indagare sulle violazioni dei diritti umani.
Ci preoccupano anche le decisioni della Corte costituzionale, che minano l'indipendenza del potere giudiziario.
Esprimo piena solidarietà al popolo peruviano e ritengo fondamentale l'attivazione dell'Unione europea per favorire il dialogo e un processo negoziale che ponga fine alle violenze e il ritorno al voto e alla normalità democratica.
Francisco José Millán Mon (PPE). – Señor presidente, Perú vive una situación de gravísima inestabilidad política desde 2018, que se ha plasmado, como ocurre en muchos países de América Latina, en graves enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo. Además, la pandemia de COVID generó una grave crisis en el país que truncó el crecimiento económico y dejó una cifra récord de muertos. Esta espiral de inestabilidad alcanzó su culmen tras la elección de Castillo en el 2021 y su posterior intento de autogolpe de Estado el pasado diciembre.
Hemos vivido en los últimos meses una gravísima escalada de violencia y de desórdenes públicos, violencia que tiene que remitir. También tiene que haber un uso proporcionado de la fuerza en los agentes del orden. El pueblo peruano y sus representantes deben abandonar planteamientos maximalistas y dialogar y colaborar para que se pueda salir de la crisis.
Parece que la solución es clara, según muchos observadores: tendrán que celebrarse elecciones generales anticipadas, pero estas chocan con dificultades institucionales. Desde la Unión Europea, tenemos que apoyar el orden democrático y constitucional de Perú, país amigo, socio preferencial de la Unión, y somos, además, el primer inversor extranjero en el país. Nuestras relaciones económicas y comerciales no han hecho más que aumentar en los últimos años. Debemos ayudar a restablecer la estabilidad en este país hermano.
Nacho Sánchez Amor (S&D). – Señor presidente, señor Borrell, no insistiré en lo obvio, que ya se ha dicho: la condena del autogolpe, la desproporción en el tratamiento de las protestas o la posibilidad de pasar página con unas elecciones. Hay otros aspectos que quiero tratar.
Los ciudadanos que protestan no son menos ciudadanos o tienen menos derechos por venir del mundo rural, por venir de zonas con población mayoritaria indígena o por venir de zonas más pobres. Cuidado con ese posible maniqueísmo simplificador. Esa ira es muy significativa en términos políticos porque representa el abandono por las lógicas capitalinas urbanas de un sector de la población harto de no sentirse representado en las élites gobernantes.
Obviamente, hay un mal diseño constitucional que habrá que corregir, pero quizá, a la espera de un proceso de reforma —que no tiene por qué ser constituyente—, hay que afinar la práctica política y no abusar de los mecanismos que han conducido a una inestabilidad gubernamental permanente que ahora se convierte sencillamente en ingobernabilidad para el país.
Señor Borrell, hay que crear consensos y apoyos prácticos desde aquí para reestructurar profundamente la Policía, crear una administración profesionalizada y reformar el Poder Judicial, con el fin de desarrollar, si es posible, un sentido común y un proyecto de país que incluya también a la población rural e indígena.
Spontane Wortmeldungen
Mick Wallace (The Left). – Mr President, since the detention of Pedro Castillo, the unelected Peruvian Government of Dina Boluarte, has unleashed a wave of terror. 70 people demanding political change have been killed and thousands have been injured. The government deployed troops across the country and suspended democratic rights, such as freedom of assembly and speech. Amnesty have documented repeated incidents of unlawful use of lethal weapons against civilians, particularly against the indigenous population and rural farmworkers.
Now, these disgraceful human rights violations have been strongly condemned by some Latin American leaders. If this was Venezuela or Nicaragua or Cuba, I think the EU and the US would be clamouring for foreign intervention. But since Boluarte’s government is a neoliberal regime, there has been little more than expressions of concern. Recent polls show that 70 % of the people don’t just want elections but they want Boluarte gone.
Now, once again, the EU and the US could find themselves on the wrong side of the people. But it’s possible to change this and I think there’s an onus on the EU to do better this time.
Clare Daly (The Left). – Mr President, since December, 69 Peruvians have died as a result of police repression, most of them indigenous peoples – Aymaras and Quechuas, and thousands have been injured, some mutilated and disabled for life. This repression, as we know, is taking place under the illegitimate presidency of Dina Boluarte, who was imposed following the effective coup against Pedro Castillo, who is currently in prison. Castillo, of course, was elected on the promise of radical change in Peru, the rejection of neoliberal policies that have promoted national plunder and serve the interests of multinationals. The revenge of the conservatives has been bloody, and it has particularly affected the poor and the rural indigenous populations of the south. These are the same regions which have been plagued by structural racism for decades, are impoverished and made more precarious by the consequences of neoliberalism. Isn’t it about time that the EU, the so-called promoter of values, take off the blinkers, speak up, speak out against the violation of international law and human rights taking place in that country?
(Ende der spontanen Wortmeldungen)
Josep Borrell Fontelles,vicepresidente de la Comisión / alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. – Señor presidente, señorías, yo tomo nota de todo lo que dicen en sus participaciones en este debate —si es que se le puede llamar debate; son una serie de intervenciones sin posibilidad alguna de interacción entre ustedes mismos—, pero no puedo contestarles a todos.
Voy a contestar al señor Hermann Tertsch para que quede reflejado en el acta; para decirle que yo esta mañana he criticado la posición del presidente de Brasil, el señor Lula, y he explicado que no me parece adecuado poner en pie de igualdad al agresor y al agredido y repartir por igual las responsabilidades entre el señor Putin y el señor Zelenski a la hora de juzgar qué está pasando en Ucrania. Pero eso es una cosa y otra cosa son las descalificaciones que el señor Hermann Tertsch ha lanzado al presidente Lula, que no es un agente del imperialismo ruso ni está confabulado con Pekín ni Moscú. Me parece completamente fuera de lugar lo que ha dicho usted, señor Tertsch, y quiero que conste en acta mi rechazo a sus palabras. Una cosa es no estar de acuerdo con la visión que el presidente Lula ha manifestado en Pekín sobre las causas y las razones de la guerra en Ucrania, y otra cosa es esa descalificación completamente desmesurada y desmedida de quien, a fin de cuentas, es un personaje de la política brasileña ampliamente reconocido, que acaba de ser elegido otra vez. Por lo tanto, merece un poco más de respeto.
Yo comprendo las críticas que se hacen cuando se dice que, ciertamente —y se lo he dicho a la ministra peruana directa y personalmente— ha habido un uso abusivo de la fuerza en varios momentos y que ha habido gente que lo ha pagado con su vida o con una inhabilitación o mutilación. No, no pueden ustedes decir que no lo hemos condenado. Claro que lo hemos condenado, claro, pero aparte de manifestarlo públicamente, ¿qué quieren ustedes que hagamos de más? Hacemos lo mismo que hubiéramos hecho en cualquier otra circunstancia: condenar lo que ha sido un uso abusivo de la fuerza, rechazar la violencia, pero desde luego pedir que se aclaren las circunstancias que han concurrido para que tal cosa ocurra y exigir responsabilidades. No llegamos a más, señorías. ¿Qué otros poderes creen ustedes que tengo, sino los instrumentos de la diplomacia? Ni siquiera podemos decir que tengamos capacidad de influir financieramente, porque tampoco Perú recibe cantidades excesivamente elevadas o ni siquiera significativas de parte de nuestra cooperación.
Lo que hemos hecho es actuar siguiendo las recomendaciones de la misión de expertos electorales que desplegamos en el año 2021. Desplegamos una misión de observación electoral y estamos apoyando que se apliquen sus recomendaciones, estamos apoyando la participación social de los jóvenes peruanos, pero con cantidades que me parecen tan modestas que no voy a tener ni siquiera la osadía de citarlas, porque frente a la magnitud del problema, no son más que gotas de agua en el océano.
Tenemos que seguir estando dispuestos a ayudar a la sociedad peruana si se nos pide que lo hagamos. No somos una fuerza colonial. Si se nos pide que ayudemos, lo haremos. Estamos dispuestos a hacerlo con los medios que están a nuestro alcance. Pero no puedo aceptar tampoco la crítica de los que dicen que como es un régimen neoliberal, no hemos levantado la voz. Esta clase de estereotipos, esta clase de simplificaciones abusivas de la realidad, tampoco me parecen muy de recibo.