Propuesta de resolución común - RC-B7-0305/2012Propuesta de resolución común
RC-B7-0305/2012

PROPUESTA DE RESOLUCIÓN COMÚN sobre la situación de los derechos humanos y la seguridad en la región del Sahel

13.6.2012 - (2012/2680(RSP))

presentada de conformidad con el artículo 122, apartado 5, y el artículo 110, apartado 4, del Reglamento
para sustituir a las propuestas de resolución presentadas por los siguientes grupos:
ECR (B7‑0305/2012)
EFD (B7‑0321/2012)
Verts/ALE (B7‑0323/2012)
S&D (B7‑0324/2012)
ALDE (B7‑0326/2012)
PPE (B7‑0327/2012)

José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra, Michael Gahler, Filip Kaczmarek, Gay Mitchell, Elmar Brok, Michèle Striffler, Mario Mauro, Cristian Dan Preda, Bernd Posselt, Tunne Kelam, Roberta Angelilli, Monica Luisa Macovei, Eija-Riitta Korhola, Sergio Paolo Francesco Silvestris, Laima Liucija Andrikienė, Zuzana Roithová, Giovanni La Via, Elena Băsescu, Tadeusz Zwiefka, Martin Kastlers, Bogusław Sonik en nombre del Grupo PPE
Véronique De Keyser, Ana Gomes, Liisa Jaakonsaari, Ricardo Cortés Lastra, Corina Creţu en nombre del Grupo S&D
Charles Goerens, Louis Michel, Annemie Neyts-Uyttebroeck, Robert Rochefort, Ramon Tremosa i Balcells, Marietje Schaake, Kristiina Ojuland, Marielle de Sarnez, Izaskun Bilbao Barandica, Gesine Meissner, Jelko Kacin, Sonia Alfano en nombre del Grupo ALDE
Judith Sargentini, Nicole Kiil-Nielsen, Barbara Lochbihler, Raül Romeva i Rueda en nombre del Grupo Verts/ALE
Charles Tannock, Paweł Robert Kowal en nombre del Grupo ECR
Fiorello Provera en nombre del Grupo EFD

Procedimiento : 2012/2680(RSP)
Ciclo de vida en sesión
Ciclo relativo al documento :  
RC-B7-0305/2012
Textos presentados :
RC-B7-0305/2012
Textos aprobados :

Resolución del Parlamento Europeo sobre la situación de los derechos humanos y la seguridad en la región del Sahel

(2012/2680(RSP))

El Parlamento Europeo,

–   Vistas las Conclusiones del Consejo de la Unión Europea de 23 de abril de 2012 sobre Malí/Sahel[1],

–   Vistas las Conclusiones del Consejo de la Unión Europea de 23 de marzo de 2012 sobre el Sahel[2], en las que se aprueba el concepto de gestión de crisis para una misión civil de consulta, asistencia y formación en el Sahel en el marco de la PCSD,

–   Vista la Estrategia del SEAE para la Seguridad y el Desarrollo en el Sahel: Informe de Estado de Ejecución, marzo de 2012,

–   Visto el informe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la misión de evaluación del impacto de la crisis libia en la región del Sahel[3], así como las declaraciones del citado organismo en relación con Malí de 22 de marzo[4], 26 de marzo[5], 4 de abril[6] y 9 de abril de 2012[7],

–   Vistas las conclusiones del Consejo, de 21 de marzo de 2011, sobre una Estrategia de la Unión Europea para la Seguridad y el Desarrollo en el Sahel (3076° reunión del Consejo de Asuntos Exteriores),

–   Vistas las resoluciones de la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE, de 18 de mayo de 2011, sobre las insurrecciones democráticas en África septentrional y el Próximo Oriente y sus consecuencias para los países ACP, para Europa y para el mundo[8], y de 23 de noviembre de 2011, sobre la Primavera Árabe y su impacto sobre los países subsaharianos limítrofes[9],

–   Vistas las conclusiones del Consejo de Asuntos Exteriores de 1 de diciembre de 2011, en las que se alienta a la Alta Representante a que impulse trabajos preparatorios para un compromiso en el marco de la PCSD para reforzar las capacidades de seguridad regionales en el Sahel, en estrecha cooperación con la Unión Africana,

–   Vistas las conclusiones del Consejo de 21 de marzo, 23 de mayo y 18 de julio de 2011 y de 23 de marzo de 2012 sobre Libia;

–   Visto el informe final del Consejo de la Unión Europea, de 1 de octubre de 2010, sobre la iniciativa de seguridad y desarrollo en el Sahel[10],

–   Vistas las disposiciones adicionales pertinentes del Tratado de la Unión Europea (TUE), y en particular sus artículos 3, 6, 21 y 39, y del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, y en particular sus artículos 205, 208, 214 y 222,

–   Visto el Acuerdo de Asociación ACP-UE («Acuerdo de Cotonú») y en particular sus artículos 1, 8, 25 y 28,

–   Vista la Asociación África-UE para la Paz y la Seguridad, y en particular las iniciativas 2, 7 y 8 del Plan de Acción 2011-2013 adoptado durante la Cumbre África-UE celebrada en Trípoli los días 29 y 30 de noviembre de 2010,

–   Visto el Protocolo de la Convención de la Unión Africana sobre la prevención y la lucha contra el terrorismo, adoptado por la tercera sesión ordinaria de la Conferencia de la Unión Africana celebrada en Addis Abeba el 8 de julio de 2004,

–   Visto el discurso pronunciado por Ban Ki-moon ante el Parlamento de Luxemburgo el 17 de abril de 2012, en el que apeló a la comunidad internacional a reaccionar frente a la situación de creciente tensión y conflictividad en la región del Sahel, que padece una grave sequía y asiste a un aumento del número de personas desplazadas y de los precios de alimentos y combustibles,

–   Visto el llamamiento de urgencia a la comunidad internacional lanzado el pasado 5 de junio por la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) tras su reunión de alto nivel celebrada en Lomé (Togo) y destinada a abordar la cuestión de la seguridad alimentaria en la región, especialmente en Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger y Chad,

–   Visto el documento estratégico «Preparación para una crisis alimentaria y nutricional en el Sahel y países limítrofes», que fue elaborado conjuntamente y actualizado en febrero de 2012 por Acción Contra el Hambre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y lanzado como estrategia para responder mejor frente al riesgo de una nueva crisis alimentaria y nutricional en el Sahel en 2012, por encargo del Grupo de Trabajo Regional sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité Permanente Interagencias (IASC),

–   Visto el llamamiento lanzado el 10 de abril de 2012 por diversas agencias de las Naciones Unidas (UNICEF, el ACNUR y la OMS) para pedir fondos adicionales para los millones de personas que se están viendo afectadas por la inseguridad alimentaria en la región del Sahel,

–   Vista la solicitud de 26 millones de dólares estadounidenses presentada por UNICEF para Malí con vistas a poder satisfacer las necesidades sanitarias y nutricionales de los niños de aquí a finales de año,

–   Vistas sus anteriores resoluciones sobre África Occidental, en particular su Resolución, de 20 de abril de 2012[11], sobre la situación en Malí,

–   Vista la resolución de la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE sobre el impacto político del conflicto libio sobre los países vecinos ACP y de la UE (101.157/fin), aprobada en Horsens (Dinamarca) el 30 de mayo de 2012,

–   Visto el artículo 122, apartado 5, y el artículo 110, apartado 4, de su Reglamento,

A. Considerando que en la región del Sahel la combinación de factores como las sequías, las inundaciones, la degradación de los suelos, la escasez de las cosechas, los altos precios de los alimentos, los desplazamientos de personas, las crisis de refugiados, la pobreza crónica, la gobernanza deficiente y el empeoramiento de la situación relativa a la seguridad y los derechos humanos provocado por conflictos diversos está afectando a millones de personas en toda la región;

B.  Considerando que las personas afectadas por la crisis política y alimentaria están viviendo en condiciones de extrema pobreza, hasta el punto de no poder cubrir sus necesidades básicas, con el consiguiente incremento de la tensión social, y que la mayoría de estas personas son mujeres privadas de todo tipo de protección, lo que las convierte en un grupo especialmente vulnerable;

C. Considerando que la CEDEAO en su conjunto ha registrado este año un descenso del 9 % de su producción de cereales, siendo este descenso del 26 % para los países del Sahel, y del 50 % para Chad y Gambia;

D. Considerando que, según las Naciones Unidas, 18 millones de personas están afectadas por la sequía y las crisis derivadas de conflictos en la región del Sahel, donde más de 200 000 niños murieron de desnutrición en 2011 y un millón más de niños se encuentran actualmente en riesgo de desnutrición severa aguda;

E.  Considerando que la fragilidad de las estructuras estatales, la gobernanza deficiente y la corrupción en los países del Sahel, en combinación con el subdesarrollo económico que se traduce en pobreza crónica, constituyen un caldo de cultivo ideal para el terrorismo, el tráfico de drogas y de personas, la piratería, el comercio de armas, el blanqueo de dinero, la inmigración ilegal y las redes de delincuencia organizada, con la consiguiente desestabilización de la región y el impacto negativo sobre los países limítrofes;

F.  Considerando que la región ha experimentado un alarmante refuerzo de las conexiones entre los narcotraficantes de América Latina y los del África Occidental y Central; que esta última región constituye actualmente una ruta de tránsito fundamental para el tráfico de drogas en dirección a Europa que supone más del 25 % del consumo mundial de cocaína y que este fenómeno exige un mayor compromiso por parte de la Unión Europea;

G. Considerando que los conflictos en Libia y Mali, con cientos de miles de personas desplazadas migrando hacia Burkina Faso, Níger y Mauritania, han influido negativamente sobre la seguridad en la región, que sufre de inseguridad alimentaria aguda, escasez de agua, aumento de la criminalidad e inestabilidad grave;

H. Considerando que el conflicto libio ha dado lugar, en la zona sahelo-sahariana, a la proliferación de enormes cantidades de armas y a la repentina afluencia de armamento pesado que, en manos de los diversos grupos terroristas y delictivos y de narcotraficantes que azotan esta región, constituyen una grave amenaza para la seguridad y la estabilidad del conjunto de la subregión;

I.   Considerando que los antiguos combatientes que regresan desde Libia a Níger, Chad, Malí y Mauritania con grandes cantidades de armas y municiones, constituyen potenciales efectivos para movimientos rebeldes, grupos afiliados a Al Qaeda en el Magreb Islámico y bandas criminales, y contribuyen a la desestabilización del conjunto de la región;

J.   Considerando las tradiciones de tolerancia, solidaridad y respeto del ser humano que propugna el Islam que se practica en la región;

K. Considerando que la falta de un auténtico desarrollo socioeconómico y de una justa distribución de los recursos, las elevadas tasas de desempleo juvenil, la pobreza crónica, la inseguridad laboral y las perspectivas de un futuro sin esperanza juegan un importante papel en la captación de jóvenes por parte de grupos terroristas;

L.  Considerando que el crecimiento de los grupos de insurrectos como Boko Haram en Chad y en Nigeria constituye una amenaza a la estabilidad del conjunto de la región;

M. Considerando que esta evolución, combinada con el resurgimiento del irredentismo tuareg en países como Malí y Níger, pone en peligro la estabilidad y la integridad territorial de los países de la región sahelo-sahariana, en particular de Mauritania y Burkina Faso;

N. Considerando que existen vínculos reconocidos entre grupos terroristas de la región sahelo-sahariana y traficantes de drogas, armas, tabaco y personas y que varios europeos han sido secuestrados y hechos rehenes, especialmente en los últimos años;

O. Considerando que la lucha contra el terrorismo en el Sahel exige asimismo una política activa de fomento del desarrollo, la justicia social, el Estado de Derecho y la integración, y que deben proponerse a las poblaciones locales unas perspectivas económicas que ofrezcan una alternativa a la economía delictiva;

P.  Considerando que el arco del Sahel es una zona fundamental entre el África subsahariana y Europa, y que la situación en la franja sahelo-sahariana es, por tanto, una cuestión clave para la seguridad tanto de África como de Europa;

Q. Considerando que se debe movilizar a todas las partes interesadas internacionales, regionales y nacionales con el fin de intensificar la lucha contra el terrorismo y de reforzar la seguridad en la región, también a través de un diálogo estructurado;

R.  Considerando que la estrategia de la UE señala a Mauritania, Malí y Níger como principales países del Sahel, y argumenta que la falta de capacidad gubernamental y la pobreza sistémica son dinámicas que se refuerzan mutuamente;

S.  Considerando las graves repercusiones de la inseguridad en la economía de la región, en particular en los sectores de la minería y el turismo, en su desarrollo y en la creación de empleo; considerando que el deterioro de la seguridad se ha traducido en el abandono de proyectos de desarrollo en curso en varios países de la subregión, dejando sin empleo a muchos jóvenes, cuya vulnerabilidad beneficie probablemente a los grupos terroristas o criminales;

1.  Manifiesta su profunda preocupación por el deterioro de la seguridad en la región del Sahel, y pide a la UE que trabaje en estrecha cooperación con las autoridades y los parlamentos de los países de la región, la sociedad civil y los organismos regionales e internacionales, incluida la Unión Africana y la CEDEAO, con el fin de abordar de forma exhaustiva las causas subyacentes a la pobreza de índole política, económica, social y ambiental, de apoyar el desarrollo económico, la buena gobernanza y un mejor acceso a infraestructuras clave y servicios básicos para la población local, y de ayudar a consolidar las instituciones estatales, la justicia, las fuerzas del orden y el sistema aduanero, con objeto de fortalecer la seguridad y el Estado de Derecho en la región;

2.  Condena sin paliativos todas las tentativas de tomar el poder por la fuerza, los actos de terrorismo y de saqueo de hospitales, escuelas, organismos de ayuda y edificios gubernamentales, todas las formas de castigo crueles e inhumanas derivadas de la aplicación de la ley islámica, y todos los crímenes de guerra, los secuestros y las violaciones graves de los derechos humanos contra la población de Malí, sobre todo en las zonas septentrionales controladas por los rebeldes, y pide a las autoridades de Malí y al movimiento de liberación tuareg que encuentren una solución pacífica y duradera a través de un diálogo constructivo;

3.  Condena, en particular, las atrocidades cometidas contra la población civil, de las que han sido víctimas sobre todo las mujeres y los niños, y condena, en especial, el uso del secuestro y la violación como armas de guerra;

4.  Insta a la Vicepresidenta / Alta Representante a que acelere la aplicación de los distintos componentes de la Estrategia de la UE para la Seguridad y el Desarrollo en el Sahel; respalda el compromiso adquirido por el Consejo de contribuir al desarrollo de una región estable y pacífica en la que esté asegurada la autosuficiencia alimentaria;

5.  Recuerda que, como la seguridad y el desarrollo están estrechamente vinculados entre sí, la mejora de la situación relativa a la seguridad es esencial para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza en la región, por lo que pide a la UE que introduzca instrumentos para mejorar la seguridad de la región, centrándose especialmente en el desarrollo de las capacidades en los países interesados​​, así como en el refuerzo de un diálogo global entre los principales actores regionales;

6.  Pide a la Comisión y al SEAE que, al ejecutar la Estrategia de la UE para la Seguridad y el Desarrollo en el Sahel —que se centra en cuatro grupos de acción: el desarrollo, la buena gobernanza y la resolución de los conflictos internos; las acciones políticas y diplomáticas; la seguridad y el Estado de Derecho, y las medidas para luchar contra el extremismo violento y la radicalización—, adopten como principio rector la vinculación de la seguridad con las necesidades de desarrollo, especialmente la seguridad alimentaria;

7.  Acoge con satisfacción el Programa de lucha contra el terrorismo en el Sahel, el Sistema de Información del África Occidental, el Proyecto de Paz y Seguridad de la CEDEAO y el Plan de acción para las drogas y la delincuencia de la CEDEAO, llevados a cabo en el marco de la Estrategia de la UE para la Seguridad y el Desarrollo en el Sahel, así como iniciativas regionales como las organizadas por el Centro Africano de Estudios e Investigación sobre Terrorismo (ACSRT) sobre la capacidad de los ordenamientos jurídicos nacionales para responder al terrorismo;

8.  Opina que la Estrategia de la UE para la Seguridad y el Desarrollo en el Sahel, a pesar de haber logrado resultados positivos, debe abordar el riesgo de fragmentación y mejorar la sincronización de las acciones emprendidas por la UE en el marco de los distintos instrumentos que tratan las cuestiones relacionadas con el Sahel;

9.  Pide al Consejo y a los Estados miembros que movilicen todos los recursos disponibles para fomentar la seguridad y el desarrollo en la región sahelo-sahariana, en cooperación con los países de la región, las Naciones Unidas y otros socios internacionales;

10. Se congratula por el paquete de la Comunidad del África Occidental, de 80 millones de dólares, comprometido en respuesta a la crisis de emergencia en la región del Sahel, y por el aumento de la ayuda humanitaria de la UE a la región del Sahel, que ha pasado de 45 millones de euros a más de 120 millones de euros desde principios de 2012, e insta a todas las partes a asegurarse de que esta ayuda beneficie a los necesitados; pide, al mismo tiempo, a la comunidad internacional que haga los esfuerzos financieros necesarios para hacer frente a la crisis alimentaria y a la falta de seguridad en la región;

11. Señala que el Sahel es una de las regiones más afectadas por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, lo cual tiene graves repercusiones para la agricultura, los agricultores y la vida de la población local y provoca un aumento de la pobreza y las desigualdades; acoge con satisfacción las medidas adoptadas por la FAO, en colaboración con el Comité Interestatal Permanente de Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS), la Red de sistemas de alerta temprana contra la hambruna (FEWSNET), el PMA y los gobiernos;

12. Insta a la UE, en coordinación con otros donantes, a ejercer un firme liderazgo y tomar medidas rápidas con el fin de evitar que la crisis en la región del Sahel se convierta en una catástrofe, ya que se espera que la situación humanitaria en la región siga siendo crítica al menos hasta la cosecha principal de este otoño;

13. Está convencido de que, en la perspectiva a medio y largo plazo, es indispensable que la comunidad internacional focalice sus acciones en el refuerzo de la capacidad de las poblaciones interesadas para hacer frente a futuras sequías y otras calamidades, con el fin de reducir su dependencia de la ayuda de emergencia, de mejorar sus estrategias de respuesta al hambre y de luchar contra las vulnerabilidades estructurales, de modo que se aborde el problema de una manera más eficiente;

14. Insta a la UE y a la comunidad internacional a que centren sus actividades en la protección de los medios de subsistencia de los hogares más vulnerables; el fortalecimiento de la capacidad de recuperación de los pastores, los agricultores-pastores y los agricultores; el apoyo a la gestión y conservación de los recursos naturales como el agua, los árboles y el suelo; la prestación de asistencia nutricional integrada de emergencia a las familias más vulnerables, especialmente las mujeres; el refuerzo de la gestión y la reducción del riesgo de catástrofes a nivel local, regional y nacional; el apoyo de la coordinación y el fortalecimiento de la gestión de la información relativa a la seguridad alimentaria y de los sistemas de alerta temprana al respecto;

15. Considera que procede apoyar con carácter de urgencia las iniciativas destinadas a fortalecer el diálogo sobre el atractivo del terrorismo y la captación de jóvenes por parte de grupos terroristas y otros grupos delincuentes, así como la capacidad de las comunidades locales para resistir y contrarrestar este fenómeno, incluido mediante el apoyo al empleo juvenil y la formación;

16. Exhorta a los Estados de la región sahelo-sahariana, a las nuevas autoridades libias y a las agencias multilaterales competentes a tomar todas las medidas necesarias para frenar la proliferación de armas en la región, estableciendo mecanismos adecuados para controlar y proteger las fronteras nacionales en la región, incluidos mecanismos para detener la transferencia de armas de pequeño calibre y armas ligeras, implementar programas para la recogida y destrucción de armas de pequeño calibre y armas ligeras ilegales, e instaurar medidas para el intercambio de información y la realización de operaciones conjuntas en materia de seguridad en la región;

17. Celebra la creación en 2010 del Comité de Estado Mayor Operativo Conjunto (CEMOC) por Argelia, Malí, Mauritania y Níger con el fin de coordinar la lucha contra el terrorismo, la delincuencia organizada y el tráfico de drogas en la región sahelo-sahariana;

18. Invita a la comunidad internacional en general, y a la UE en particular, a que intensifiquen su cooperación con los países de la región sahelo-sahariana y con la CEDEAO en la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada en la subregión, en especial mediante el aumento de los recursos disponibles para el CEMOC;

19. Pide que todas las medidas adoptadas para luchar contra el terrorismo cumplan las convenciones internacionales en materia de derechos humanos y los protocolos a las mismas;

20. Subraya que se deberían tomar medidas efectivas para cortar las fuentes de financiación de los terroristas y sus cómplices, e invita a los Estados de la región a que adopten las medidas preconizadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), a saber, reforma de los sistemas de justicia penal, leyes anticorrupción, mejora del control del comercio de armas ligeras y congelación de las cuentas bancarias de los sospechosos;

21. Recuerda y condena el secuestro, los días 24 y 25 de noviembre de 2011, de dos ciudadanos franceses, un sueco, un holandés y un sudafricano con pasaporte británico, así como el asesinato de un ciudadano alemán que se resistió a los secuestradores; observa que con ello asciende a doce el número de rehenes de la UE en la región del Sahel, al estar en poder de Al Qaeda en el Magreb Islámico dos españoles y un italiano secuestrados en el oeste de Argelia en octubre de 2011, cuatro franceses secuestrados en Níger en septiembre de 2010, y un misionero suizo secuestrado en Tombuctú el 15 de abril;

22. Confía en que cualquier misión en el marco de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) solicitada oficialmente por el Gobierno de Malí ayude a los países de la subregión a controlar con mayor eficacia sus fronteras y, en particular, a combatir el tráfico de armas, de drogas y de seres humanos;

23. Se felicita por las acciones llevadas a cabo por la CEDEAO, la Unión Africana, las Naciones Unidas y los países vecinos para ayudar a Malí a restablecer lo antes posible el orden constitucional y adoptar medidas concretas para proteger su soberanía, su unidad y la integridad territorial del país; toma nota de los resultados de la conferencia celebrada en Uagadugu los días 14 y 15 de abril de 2012 bajo los auspicios del Presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, mediador nombrado por la CEDEAO, y espera que se precisen cuanto antes el calendario y las modalidades de la transición;

24. Pide a la Unión Europea y a sus Estados miembros que presten particular atención a la situación de las mujeres y las niñas en la región del Sahel, y que adopten todas las medidas necesarias para asegurar su protección contra todo tipo de violencia y contra la violación de sus derechos humanos;

25. Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la Comisión, a la Vicepresidenta de la Comisión/Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, a los Secretarios Generales de las Naciones Unidas y la Unión Africana, a la CEDEAO y a los Estados miembros de la UE.