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Procedimiento : 2009/2090(INI)
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Ciclo relativo al documento : A7-0010/2010

Textos presentados :

A7-0010/2010

Debates :

PV 25/03/2010 - 3
CRE 25/03/2010 - 3

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PV 25/03/2010 - 8.4
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Textos aprobados :

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Jueves 25 de marzo de 2010 - Bruselas
Informe anual del BCE para 2008
P7_TA(2010)0090A7-0010/2010

Resolución del Parlamento Europeo, de 25 de marzo de 2010, sobre el Informe anual del Banco Central Europeo para 2008 (2009/2090(INI))

El Parlamento Europeo,

–  Visto el Informe anual del Banco Central Europeo (BCE) para 2008,

–  Visto el artículo 113 del Tratado CE,

–  Visto el artículo 15 del Protocolo sobre los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales y del Banco Central Europeo, anejo al Tratado,

–  Visto el Tratado de Lisboa por el que se modifican el Tratado de la Unión Europea y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea,

–  Vista su Resolución de 2 de abril de 1998 sobre la responsabilidad democrática en la tercera fase de la UEM(1),

–  Vista la Comunicación de la Comisión de 7 de octubre de 2009 sobre la declaración anual sobre la zona euro - 2009 (COM(2009)0527) y el documento de trabajo de los servicios de la Comisión que acompaña a dicha Comunicación (SEC(2009)1313/2),

–  Vistas las previsiones económicas provisionales de la Comisión para septiembre de 2009,

–  Vista la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la supervisión macroprudencial comunitaria del sistema financiero y por el que se crea una Junta Europea de Riesgo Sistémico, presentada por la Comisión el 23 de septiembre de 2009 (COM(2009)0499),

–  Vista la propuesta de Decisión del Consejo por la que se confía al Banco Central Europeo una serie de cometidos específicos en relación con el funcionamiento de la Junta Europea de Riesgo Sistémico, presentada por la Comisión el 23 de septiembre de 2009 (COM(2009)0500),

–  Visto el artículo 48 de su Reglamento,

–  Visto el informe de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (A7-0010/2010),

A.  Considerando que la crisis económica y financiera ha ocasionado el peor declive económico que se ha conocido a escala mundial desde 1930, cuyas repercusiones seguirán incidiendo notablemente en el tejido económico y social de los países durante años,

B.  Considerando que, en 2008, el PIB real de la zona euro tan solo creció un 0,7 % debido a la crisis económica y financiera, y que se espera que en 2009 haya caído considerablemente,

C.  Considerando que la tasa de inflación media anual registrada en verano de 2008 ascendía a un 3,3 %, llegando incluso a un máximo del 4,0 %, lo que la convierte en la tasa más alta registrada desde la introducción del euro, y que las tasas de inflación son negativas desde el verano de 2009,

D.  Considerando que el déficit público general medio en la zona euro aumentó del 0,6 % del PIB en 2007 al 1,9 % en 2008 y, a mediados de octubre de 2009, veinte Estados miembros fueron objeto de un procedimiento por déficit excesivo,

E.  Considerando que el coeficiente medio de deuda pública en la zona euro aumentó de un 66,2 % del PIB a finales de 2007 a un 69,6 % a finales de 2008, y considerando que se espera que este coeficiente aumente aún más en los próximos años,

F.  Considerando que en 2008 el tipo de cambio del euro frente al dólar USA fluctuó notablemente, culminando en 1,60 dólares USA en julio y alcanzando los 1,25 dólares USA en octubre, pero que después aumentó a 1,50 dólares USA en octubre de 2009,

G.  Considerando que, durante el primer semestre de 2008, el BCE mantuvo sin modificar los tipos de interés antes de aumentarlos en julio de 2008 en 25 puntos de base a un 4,25 %, bajándolos después progresivamente a un 2,5 % durante el último trimestre de 2008 y a un 1 % en 2009,

H.  Considerando que, en respuesta a la crisis financiera, el BCE aumentó significativamente las provisiones de liquidez a los bancos de la zona euro y adoptó una serie de medidas no convencionales para mejorar el funcionamiento dispar de los mercados monetarios; considerando que facilidades similares para mejorar la liquidez se ofrecieron solo a un cierto número de Estados miembros que no pertenecen a la zona euro,

Introducción

1.  Da la bienvenida a Eslovaquia en la zona euro y toma nota del éxito de su adhesión;

2.  Recuerda que pertenecer a la Unión Europea es un requisito previo para acceder al euro;

3.  Celebra el hecho de que el Tratado de Lisboa confiera al BCE el estatuto de institución europea; opina que la responsabilidad del Parlamento se verá reforzada por ello, como principal institución, a través de la cual, el BCE es responsable ante los ciudadanos europeos;

Respuesta del BCE a la crisis financiera

4.  Observa que 2008 fue el año en el que, como respuesta a la dramática crisis económica y financiera y a sus profundas repercusiones, el BCE tuvo que adoptar algunas de las decisiones más difíciles con las que se ha visto confrontado desde su creación;

5.  Toma nota de que las proyecciones económicas del BCE, al igual que las del FMI y de otras instituciones internacionales, no lograron prever la gravedad de la recesión en 2008;

6.  Toma nota de que el BCE ha continuado respondiendo a la crisis financiera ayudando a los Estados miembros manteniendo sus inyecciones de liquidez y concediendo nuevas a las entidades de crédito; recomienda que el BCE amplíe esta liquidez más allá de la zona euro para ayudar a los Estados miembros más afectados por la crisis financiera;

7.  Manifiesta su decepción por el hecho de que algunos bancos comerciales no revirtieran los recortes de los tipos de interés en sus clientes y por que este enfoque se generalizara especialmente cuando los tipos de interés del BCE alcanzaron su nivel más bajo;

8.  Celebra el hecho de que el BCE haya ampliado su enfoque habitual en política monetaria y haya adoptado una serie de medidas especiales, tales como orientar el suministro de liquidez a la demanda real o ampliar el período de disponibilidad de la liquidez;

9.  Constata que, en contra de lo esperado por muchos observadores económicos en el momento, los recortes de los tipos de interés del BCE fueron menos radicales que los efectuados por otros bancos centrales, incluida la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco de Inglaterra en el Reino Unido;

10.  Manifiesta su decepción por el hecho de que la liquidez inyectada por el BCE no aliviara lo suficientemente la crisis crediticia que afronta la industria, en particular, las pequeñas y medianas empresas, sino que fuera utilizada por algunos bancos para mejorar sus márgenes y cubrir pérdidas;

11.  Lamenta que los Estados miembros no hayan seguido el consejo del BCE de supeditar los programas de respaldo a los bancos a condiciones aprobadas en común a escala europea relativas a la distribución de dividendos y de primas, al apoyo a la actividad económica y, en especial, a las PYME, y a las actividades en paraísos fiscales;

12.  Coincide con el BCE en que la creciente complejidad de los instrumentos financieros, junto con una cierta falta de transparencia de las entidades financieras, la falta de supervisión de los reguladores y las lagunas en la normativa de los mercados financieros, ha contribuido a un aumento del riesgo sistémico; añade que esto ha contribuido a aumentar la desconfianza por parte del público en las entidades financieras;

13.  Insta al BCE a que ponga en marcha una cámara de compensación, sobre todo para contratos de permuta de cobertura por incumplimiento crediticio (CDS) dentro de la zona euro;

14.  Atrae la atención del BCE sobre los riesgos de formación de nuevas burbujas especulativas, en especial en el mercado de materias primas; invita al BCE a advertir inmediatamente a los Gobiernos;

15.  Está de acuerdo con el BCE en la necesidad de aprender las lecciones de la crisis, en particular, la necesidad de mejorar la gestión del riesgo y la liquidez del sistema financiero, así como la transparencia de los mercados de los establecimientos financieros si se trata de evitar que se repita una crisis similar; recuerda que es necesario abordar los desequilibrios a escala mundial relacionados con las fluctuaciones de los tipos de cambio entre el euro y monedas de terceros países como el dólar estadounidense o el yuan renminbi para evitar crisis financieras en el futuro;

16.  Celebra las medidas adoptadas por el BCE para proponer de forma detallada una «estrategia de salida» sobre la base de su flexibilización monetaria, que se aplicará cuando sea necesario; insiste en que, a este respecto, es fundamental planificar y coordinar las políticas entre los Estados miembros; en este contexto, celebra que la mayor parte de estas medidas dejen de aplicarse automáticamente si la situación económica mejora de manera estable;

17.  Recomienda que cualquier movimiento para aumentar los tipos de interés se realice con la máxima precaución para no poner en peligro el futuro crecimiento económico;

18.  Considera que los Estados miembros deberían mantener sus actuales medidas fiscales de estímulo para proteger el empleo, fomentar la inversión y estimular el crecimiento, y deberían revocar dichas medidas una vez que se regrese al crecimiento de manera sostenida, momento en el que deberían abordar el déficit público excesivo;

Estabilidad económica y monetaria

19.  Comparte la preocupación del BCE por las divergencias que se observan entre las economías de la zona euro y en la forma en que la crisis ha afectado a los diferentes países, en particular, a los que previamente ya registraban ineficiencias estructurales, costes laborales unitarios elevados, déficits por cuenta corriente y deudas;

20.  Pide a todos los Estados miembros de la zona euro que tomen nota de que, para que exista una auténtica unión económica y monetaria, la participación en la zona euro no puede considerarse como un fin por sí mismo, y subraya la necesidad de reformas estructurales; añade que la ausencia de estas reformas podría poner en peligro la credibilidad y la sostenibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento;

Gobernanza y toma de decisiones

21.  Destaca que, durante un periodo marcado por un alto grado de volatilidad de los tipos de cambio, el euro ha incrementado su fuerza, en particular frente al dólar estadounidense y al yuan renminbi, y expresa su preocupación de que esto podría tener un efecto perjudicial sobre la competitividad de la zona euro;

22.  Recomienda que el BCE mejore la transparencia de su trabajo con el fin de aumentar su legitimidad y predictibilidad, en concreto, mediante la publicación de las actas de las reuniones de su Consejo de Gobierno, en línea con las prácticas del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, del Banco de Inglaterra y del Banco de Japón; entiende que dicha transparencia es necesaria además en relación con los modelos internos que se utilizan para valorar las garantías pignoraticias no líquidas y en relación con las valoraciones asignadas a valores específicos ofrecidos como garantías pignoraticias;

23.  Confirma su apoyo al diálogo monetario trimestral entre el Parlamento y el BCE; añade que el diálogo constituye un mecanismo importante para controlar los trabajos del BCE y contribuir a su responsabilidad y transparencia públicas;

24.  Destaca la independencia del BCE, a la que contribuye el procedimiento de nombramiento de los miembros del Comité Ejecutivo; considera que podría verse reforzada mediante el nuevo estatus jurídico conferido al BCE en virtud del Tratado de Lisboa y el actual estatuto del BCE debería utilizarse para someter a los candidatos propuestos por el Consejo al voto del Parlamento Europeo;

25.  Se compromete a constituir un comité de selección formado por expertos externos que permitiría, en 2010, seleccionar a varios candidatos para el puesto de miembro del Comité Ejecutivo; señala que los seleccionados tendrán que comparecer después ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, que formalizará el papel consultivo del Parlamento en la evaluación de los candidatos; después de esta, el Parlamento Europeo debería adoptar, en sesión plenaria, una resolución que remitiría al Consejo antes de que este haga llegar su recomendación a los Estados miembros;

26.  Considera que la crisis ha demostrado que los mercados están expuestos a riesgos sistémicos; celebra la propuesta de crear una Junta Europea de Riesgo Sistémico encargada de alertar en una fase temprana sobre futuros riesgos y desequilibrios en los mercados financieros; toma nota de que la Junta Europea de Riesgo Sistémico tiene que reaccionar de manera rápida y eficaz a cualquier inicio de riesgo sistémico; toma nota de la necesidad de una definición cualitativa de «riesgo sistémico» que permita el funcionamiento eficaz de la Junta Europea de Riesgo Sistémico; pide, por consiguiente, al BCE que establezca modelos y definiciones claros y, más generalmente, que preste su total apoyo al buen funcionamiento de la Junta Europea de Riesgo Sistémico; añade que toda nueva labor encomendada al BCE en relación con la Junta Europea de Riesgo Sistémico no debería de ninguna manera poner en peligro la independencia del BCE;

27.  Toma nota del papel que desempeña el Eurogrupo en el desarrollo de una coordinación más estrecha de las políticas económicas en la zona euro; celebra, por consiguiente, que el Tratado de Lisboa confiera personalidad jurídica al Eurogrupo; recomienda además que el BCE continúe participando plenamente en las reuniones informales entre los miembros del Eurogrupo;

Dimensión exterior del euro

28.  Celebra el hecho de que el euro haya contribuido a aumentar la prestación transfronteriza de servicios financieros en la zona euro, y de este modo, lograr un mercado monetario altamente integrado;

29.  Toma nota de que el estatus del euro como divisa internacional continúa creciendo, habiendo alcanzando, a finales de 2008, el 26,5 % de las reservas monetarias mundiales;

30.  Opina que el creciente estatus internacional del euro supondrá ventajas y responsabilidades en la escena mundial; considera que esto seguirá animando a los Estados miembros fuera de la zona euro así como a terceros países a solicitar su adhesión a la zona euro;

31.  Considera que el Parlamento debería trabajar con el BCE y con las demás instituciones para seguir impulsando el papel de la zona euro en la escena monetaria y financiera mundial;

32.  Considera que el proceso que ha hecho posible la adopción del euro debería servir de inspiración a la Unión Europea en su toma de posiciones respecto al futuro del sistema monetario internacional;

33.  Considera que el BCE, los bancos centrales nacionales y el Consejo de Gobierno deben reconocer y cumplir su responsabilidad social respecto a su personal y a la sociedad, y tener más en cuenta el memorando sobre aspectos sociales elaborado por la Comisión Permanente de Sindicatos de Bancos Centrales europeos;

o
o   o

34.  Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la Comisión, al Eurogrupo y al Banco Central Europeo.

(1) DO C 138 de 4.5.1998, p. 177.

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