Resolución del Parlamento Europeo, de 14 de abril de 2016, sobre Nigeria (2016/2649(RSP))
El Parlamento Europeo,
– Vistas sus anteriores resoluciones sobre Nigeria,
– Vista la intervención del presidente Muhammadu Buhari ante el Parlamento Europeo el 3 de febrero de 2016,
– Vistas las declaraciones anteriores de la vicepresidenta de la Comisión / alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (VP/AR), sobre la situación en Nigeria,
– Vistas las Conclusiones del Consejo sobre la situación en Nigeria, incluidas las de 9 de febrero de 2015,
– Vistas las declaraciones anteriores del secretario general de las Naciones Unidas sobre la situación en Nigeria,
– Vistas las declaraciones anteriores del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la situación en Nigeria,
– Vistas las declaraciones de la VP/AR y del ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Nigeria en el sexto diálogo ministerial UE-Nigeria, celebrado en Bruselas el 15 de marzo de 2016,
– Vista la Decisión del Consejo de añadir a Boko Haram en la lista de la UE de organizaciones terroristas que entró en vigor el 29 de mayo de 2014,
– Vista la segunda revisión del Acuerdo de Cotonú 2007-2013, ratificado por Nigeria el 27 de septiembre de 2010,
– Vista la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948,
– Vista la Convención de las Naciones Unidas de 1979 sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
– Vista la Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones, de 1981,
– Vista la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, de 1981, ratificada por Nigeria el 22 de junio de 1983,
– Vista la Constitución de la República Federal de Nigeria, en particular sus disposiciones relativas a la protección de la libertad de religión en el capítulo IV – Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión,
– Vistos los resultados de las elecciones presidenciales de Nigeria celebradas en marzo de 2015,
– Visto el informe del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, de 29 de septiembre de 2015, sobre las violaciones y abusos cometidos por Boko Haram y su impacto en los derechos humanos en los países afectados,
– Vistos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas adoptados en septiembre de 2015,
– Vista la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, ratificada por Nigeria el 16 de abril de 1991,
– Visto el informe de Amnistía Internacional titulado «Nigeria: Still waiting for justice, still waiting for change. Government must prioritise accountability in the north-east» (Nigeria sigue esperando justicia y cambio. El Gobierno debe dar prioridad a la rendición de cuentas en el noreste.),
– Visto el informe de Human Rights Watch sobre Nigeria de enero de 2016,
– Vistos el artículo 135, apartado 5, y el artículo 123, apartado 4, de su Reglamento,
A. Considerando que, con sus amplios recursos, Nigeria es la mayor economía de África y es la nación africana más poblada y culturalmente diversa; que desempeña un papel clave en las políticas regionales y africanas, siendo una fuerza motriz de la integración regional a través de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO); que, sin embargo es uno de los países más desiguales del mundo, con una corrupción generalizada que contribuye considerablemente a la disparidad económica y social, y con su seguridad amenazada por el grupo extremista Boko Haram;
B. Considerando que los años de dictadura militar, corrupción, inestabilidad política y una deficiente gobernanza han sido la causa de inversiones insuficientes en infraestructura, educación y servicios sociales del país, y que estas condiciones siguen menoscabando los derechos sociales y económicos en Nigeria;
C. Considerando que más de seis nigerianos de cada diez viven con menos de dos dólares estadounidenses al día; que esta pobreza extrema es aún más grave en los Estados del norte, que son los menos desarrollados del país; que esta pobreza contribuye directamente a una división social, a la hostilidad entre religiones y a la división regional; que el coeficiente de Gini de Nigeria ha aumentado de manera drástica llegando a 48,8 en 2010;
D. Considerando que la organización Transparencia Internacional sitúa a Nigeria en el puesto 136 de 175 países en su Índice de Percepción de la Corrupción 2015; que, según algunas estimaciones, se roban cada año entre 3 000 y 8 000 millones de dólares estadounidenses procedentes del petróleo de Nigeria;
E. Considerando que, pese al traspaso pacífico de poderes al presidente Buhari en marzo de 2015, la paz y la estabilidad en Nigeria han estado amenazadas por una oleada de ataques, asesinatos y secuestros por parte del grupo extremista Boko Haram, una economía en decadencia, causada por el bajo precio mundial del petróleo, unas instituciones políticas débiles, una incapacidad para hacer frente a la corrupción y conflictos sin resolver en el delta del Níger y en el cinturón central;
F. Considerando que el grupo Boko Haram asesinó al menos a 8 200 civiles en 2014 y 2015; que se estima que más de 2,6 millones de personas han sido desplazadas y más de 14,8 millones se ven afectadas por la insurgencia de Boko Haram;
G. Considerando que el terrorismo constituye una amenaza mundial, pero que la capacidad de la comunidad internacional para cooperar con las autoridades nigerianas para luchar contra Boko Haram depende de la credibilidad, responsabilidad y transparencia de la nueva administración; que el hecho de que el gobierno no haya acabado con la impunidad de los crímenes de guerra al más alto nivel sigue siendo uno de los principales problemas en este país; que el presidente Buhari ha prometido iniciar investigaciones sobre estas cuestiones;
H. Considerando que Boko Haram pretende establecer un estado plenamente islámico en Nigeria, incluyendo la instauración de tribunales penales islámicos en todo el país, y prohibir la educación occidental; que Boko Haram ha secuestrado a mujeres y niñas para obligarlas a cometer atentados suicidas; que los atentados suicidas con bomba recientes, incluidos los cometidos el 16 de marzo, el 11 de febrero y el 31 de enero de 2016 en el noreste de Nigeria han causado numerosas muertes;
I. Considerando que la violencia sexual y de género y la violencia contra las personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) sigue haciendo estragos en las regiones en conflicto del noreste de Nigeria y que la situación de derechos fundamentales como la educación para las jóvenes y las mujeres, la justicia social y la distribución equitativa de los ingresos estatales en la sociedad está empeorando gravemente, al igual que la lucha contra la corrupción;
J. Considerando que alrededor de 270 colegialas fueron secuestradas por Boko Haram los días 14 y 15 de abril de 2014 en una escuela de Chibok, en el noreste de Nigeria, y que la mayoría de ellas siguen desaparecidas; que su destino exacto sigue siendo un misterio aunque se teme que la mayoría de ellas hayan sido forzadas a casarse con insurgentes, o a hacerse insurgentes ellas mismas, víctimas de violencia sexual o vendidas como esclavas, y que las niñas no musulmanas hayan sido forzadas a convertirse al islam; que Boko Haram ha secuestrado a más de 2 000 mujeres y niñas desde 2009, incluidas alrededor de 400 de Damasak, en el Estado de Borno, el 24 de noviembre de 2014;
K. Considerando que el ejército de Nigeria anunció el 6 de abril de 2016 que al menos 800 combatientes se habían rendido en las tres semanas anteriores; que, desde el 26 de febrero de 2016, las tropas nigerianas han rescatado a 11 595 rehenes durante detenciones realizadas en el territorio de Boko Haram en la región montañosa situada entre Nigeria, Chad y Camerún;
L. Considerando que el drama de las colegialas secuestradas ha puesto de manifiesto problemas más amplios, incluidos los ataques continuos a escuelas, la falta de profesores y la necesidad urgente de financiación internacional para arreglar y reconstruir edificios destruidos; que la falta de oportunidades educativas supone que algunos niños no han frecuentado la escuela durante años;
M. Considerando que el extremismo violento de Boko Haram es indiscriminado y ha causado un inmenso sufrimiento a personas de todas las confesiones y etnias en su oleada de violencia; que, según diversos informes, en este último año se ha producido un aumento en el número de cristianos asesinados en el norte de Nigeria;
N. Considerando que la región del cinturón central ha sufrido años de tensión económica y política entre comunidades étnicas y religiosas, y que la violencia reciente se ha avivado por la competición por el poder y el acceso a la tierra entre comunidades nómadas y campesinas;
O. Considerando que los sectores del petróleo y del gas siguen siendo una fuente de ingresos en Nigeria, aunque el reparto de los beneficios de la riqueza económica del país es extremadamente desigual; que los niveles de pobreza y desempleo en el norte de Nigeria son considerablemente más elevados que en el sur rico en petróleo; considerando que, según el Banco Mundial, Nigeria ha perdido desde 1960 aproximadamente 400 000 millones de dólares de ingresos del petróleo debido a la corrupción, y que en los últimos dos años otros 20 000 millones de dólares de dinero derivado del petróleo han desaparecido de las arcas del Estado nigeriano;
P. Considerando que la oficina del presidente ha creado un comité especial de investigación encargado de investigar las acusaciones de violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad, incluidos los asesinatos, la tortura y las desapariciones forzosas;
Q. Considerando que en la actualidad el Senado de Nigeria está examinando propuestas legislativas cuyo objetivo es castigar la difusión de «declaraciones ofensivas» a través de medios sociales o críticas al gobierno u otros a través de medios impresos y electrónicos;
1. Celebra el traspaso pacífico de poderes en Nigeria después de las elecciones presidenciales y se congratula por las elevadas expectativas que rodean al ambicioso programa de reformas del presidente Buhari y su Gobierno;
2. Se manifiesta profundamente preocupado por los importantes retos sociales, económicos, políticos y de seguridad a los que se enfrenta Nigeria, y lamenta la falta de progresos reales a la hora de abordar la corrupción que ha arruinado a la sociedad nigeriana durante décadas;
3. Reconoce que Nigeria podría ser un motor económico y político en África, pero que su desarrollo se ha visto frenado por una mala gobernanza económica, instituciones democráticas débiles y una amplia desigualdad; pide además a la Unión y a sus Estados miembros que cumplan su compromiso de brindar una amplia gama de ayuda política, humanitaria y para el desarrollo, con el fin de apoyar programas a todos los niveles gubernamentales que aborden la pobreza, el desempleo juvenil y la falta de capacitación de las mujeres;
4. Opina que las autoridades nigerianas deben dirigir la lucha contra la corrupción, so pena de más años de pobreza, desigualdad, reputación dañada, inversiones externas reducidas y del menoscabo de las oportunidades de vida de los jóvenes; ofrece, además, su apoyo al logro de este objetivo y al intento de romper el vínculo entre las prácticas de corrupción y el terrorismo,
5. Elogia los esfuerzos realizados por el Gobierno de Buhari por reforzar sus credenciales de lucha contra la corrupción y su imposición de que todas las transacciones financieras gubernamentales deban realizarse a través de una única cuenta bancaria con el fin de controlar el gasto; pide a la Unión y sus Estados miembros que adopten medidas concretas para luchar de manera eficaz contra los flujos financieros ilícitos y la evasión y elusión fiscales, y para impulsar la cooperación internacional democrática en materia fiscal;
6. Expresa su solidaridad con el pueblo nigeriano que sufre los atentados terroristas perpetrados por Boko Haram, que han provocado miles de víctimas mortales y el desplazamiento de más de dos millones de personas; insta al Gobierno de Nigeria a que adopte todas las medidas necesarias para garantizar la protección de sus civiles de conformidad con sus obligaciones regionales e internacionales en materia de derechos humanos, también a través del inicio de investigaciones amplias, independientes y eficaces sobre esos crímenes;
7. Condena enérgicamente la violencia y los ataques perpetrados por Boko Haram, y pide al Gobierno Federal que proteja a su población y aborde las causas profundas de la violencia velando por la igualdad de derechos para todos los ciudadanos, y también afrontando cuestiones como la desigualdad, el control de las tierras agrícolas fértiles, el desempleo y la pobreza; rechaza toda represalia violenta que viole el Derecho humanitario por parte del ejército nigeriano; celebra, no obstante, el programa «Corredor Seguro» del ejército nigeriano concebido para rehabilitar a combatientes de Boko Haram;
8. Deplora la masacre de mujeres, hombres y menores inocentes, las violaciones y las torturas y el reclutamiento de niños soldado, y se solidariza con el pueblo nigeriano en su determinación de combatir todas las formas de violencia en su país;
9. Pide al Gobierno de Nigeria que desarrolle una estrategia amplia que combata las causas profundas del terrorismo, y que investigue, conforme a lo prometido, las pruebas de violaciones de los derechos humanos que hayan podido cometer las fuerzas armadas nigerianas; celebra la cumbre sobre la seguridad que se celebrará en Abuja en mayo de 2016, y pide a todas las partes interesadas que definan soluciones concretas y viables para combatir el terrorismo sin sacrificar el respeto de los derechos humanos y la democracia; subraya, además, la importancia de la cooperación regional en la lucha contra la amenaza que representa Boko Haram;
10. Pide una investigación internacional, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, para determinar la responsabilidad de terceros países en la organización y la financiación de grupos terroristas en la región, como Boko Haram;
11. Opina que el segundo aniversario del secuestro de las colegialas de Chibok, el 14 de abril, debería proporcionar un nuevo ímpetu al Gobierno de Nigeria y la comunidad internacional para obtener su liberación inmediata e incondicional, así como la liberación de las 400 mujeres y niños secuestrados en la ciudad de Damasak en noviembre de 2014, y del resto de los niños y las mujeres secuestrados;
12. Pide a las autoridades que garanticen el acceso fácil a toda la gama de servicios de salud sexual y reproductiva para mujeres y niñas;
13. Toma nota con preocupación de los ataques a escuelas perpetrados en el norte de Nigeria, que niegan oportunidades educativas a los niños y pueden fomentar la radicalización de la que dependen los grupos extremistas violentos como Boko Haram;
14. Señala que Boko Haram ha atentado indistintamente contra musulmanes, cristianos, seguidores de otras religiones y personas ateas, y condena el aumento de la violencia, incluida la que va dirigida contra instituciones y fieles religiosos;
15. Condena igualmente los ataques a agricultores y los conflictos interétnicos entre pastores y agricultores en la zona del cinturón central, en particular en los Estados de Plateau y Taraba, marcados por graves violaciones de los derechos humanos y que han provocado la muerte de miles de personas desde 2014;
16. Pide al Gobierno de Nigeria y a los socios internacionales que aumenten las inversiones en la prevención y la resolución de los conflictos intercomunitarios entre pastores y agricultores apoyando la cooperación a través de iniciativas compartidas de gestión de los recursos naturales y económicos;
17. Pide al presidente Buhari que garantice que su Gobierno defiende el derecho de los nigerianos a profesar libremente su fe, y más en general, los derechos de todos sus ciudadanos, de acuerdo con la legislación y la Constitución del país, y pide a los líderes religiosos de Nigeria que ayuden a combatir el extremismo y la radicalización;
18. Insta a la VP/AR y a los Estados miembros a que sigan comprometidos con sus esfuerzos diplomáticos en Nigeria, con el fin de lograr la paz, la seguridad, la buena gobernanza y el respeto de los derechos humanos; les insta, en particular, a que continúen el diálogo político con Nigeria, de conformidad con el artículo 8 del Acuerdo revisado de Cotonú, y a que aborden, en este contexto, las cuestiones relativas a los derechos humanos universales, incluida la libertad de pensamiento, conciencia, religión o creencias, y la no discriminación por ninguna razón, tal como están consagradas en los instrumentos universales, regionales y nacionales relativos a los derechos humanos;
19. Solicita a las autoridades nigerianas que rechacen el proyecto de ley que prohíbe las demandas frívolas y otras cuestiones relacionadas con las mismas, que se encuentra en la actualidad en el Senado nigeriano, puesto que menoscaba la libertad de prensa y la libertad de expresión en Nigeria;
20. Pide al Gobierno de Nigeria y a las autoridades regionales que dejen de criminalizar a la comunidad LGBTI nigeriana y que garanticen su derecho a la libertad de expresión;
21. Pide al Gobierno de Nigeria que adopte medidas urgentes en el delta del Níger, incluidas acciones para poner fin a las actividades ilegales relacionadas con el petróleo;
22. Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la Comisión, al Servicio Europeo de Acción Exterior, a la Vicepresidenta de la Comisión / Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, a los Parlamentos y los Gobiernos de los Estados miembros, al Presidente de la República Federal de Nigeria, al Presidente de la Unión Africana, a la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE, al Parlamento Panafricano, y a los representantes de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental.