Resolución del Parlamento Europeo, de 13 de septiembre de 2016, sobre la estrategia de la Unión en el ámbito de la calefacción y la refrigeración (2016/2058(INI))
El Parlamento Europeo,
– Visto el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y, en particular, su artículo 194,
– Visto el Acuerdo de París, celebrado en diciembre de 2015, en la 21ª Conferencia de las Partes (COP 21) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático,
– Vista la Comunicación de la Comisión, de 15 de diciembre de 2011, titulada «Hoja de Ruta de la Energía para 2050» (COM(2011)0885),
– Vista la Comunicación de la Comisión titulada «Estrategia de la UE relativa a la calefacción y la refrigeración» (COM(2016)0051),
– Vista la Comunicación de la Comisión, de 25 de febrero de 2015, titulada «Estrategia Marco para una Unión de la Energía resiliente con una política climática prospectiva» (COM(2015)0080),
– Vistas las Conclusiones del Consejo Europeo de 23 y 24 de octubre de 2014 sobre el marco de actuación en materia de clima y energía hasta el año 2030,
– Visto el tercer paquete energético,
– Vista la Directiva 2012/27/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2012, relativa a la eficiencia energética, por la que se modifican las Directivas 2009/125/CE y 2010/30/UE, y por la que se derogan las Directivas 2004/8/CE y 2006/32/CE,
– Vista la Directiva 2010/31/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de mayo de 2010, relativa a la eficiencia energética de los edificios,
– Vista la Directiva 2009/28/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de abril de 2009, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables y por la que se modifican y se derogan las Directivas 2001/77/CE y 2003/30/CE,
– Vista la Comunicación de la Comisión titulada «Hoja de ruta hacia una economía hipocarbónica competitiva en 2050» (COM(2011)0112),
– Vista su Resolución, de 5 de febrero de 2014, sobre un marco para las políticas de clima y energía en 2030(1),
– Visto el Reglamento (UE) n.º 1291/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2013, por el que se establece Horizonte 2020, Programa Marco de Investigación e Innovación (2014-2020) y por el que se deroga la Decisión n.º 1982/2006/CE(2),
– Vista su Resolución, de 9 de julio de 2015, sobre el uso eficiente de los recursos: avanzar hacia una economía circular(3),
– Vista su Resolución, de 15 de diciembre de 2015, titulada «Hacia una Unión Europea de la Energía»(4),
– Visto el artículo 52 de su Reglamento,
– Vistos el informe de la Comisión de Industria, Investigación y Energía y la opinión de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor (A8-0232/2016),
A. Considerando que prácticamente el 50 % de la demanda final de energía de la Unión se destina a calefacción y refrigeración, y que el 80 % de esta se utiliza en edificios; que el sector de la calefacción y la refrigeración debería reflejar el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático (COP 21); que un sector de la calefacción y la refrigeración compatible con los objetivos energéticos y climáticos de la Unión debe basarse al 100 % en la energía renovable como más tarde en el año 2050, un objetivo que solo podrá conseguirse reduciendo nuestro consumo de energía y haciendo pleno uso del principio de la «eficiencia energética, el primer combustible»;
B. Considerando que cada punto porcentual de aumento del ahorro energético permite reducir en un 2,6 %(5) las importaciones de gas;
C. Considerando que deben redoblarse los esfuerzos dirigidos a reducir la demanda de calefacción de los edificios y liberar la demanda restante de la combustión de combustibles fósiles importados en calderas individuales para orientarla hacia opciones sostenibles de calefacción y refrigeración en consonancia con los objetivos de la Estrategia UE 2050;
D. Considerando que los edificios representan un porcentaje enorme del consumo energético total final, y que el aumento de la eficiencia energética en los edificios y los programas de respuesta a la demanda pueden desempeñar un papel crucial a la hora de equilibrar la demanda energética y cubrir la demanda en horas punta, lo que reduciría el exceso de capacidades y limitaría los costes de generación, operativos y de transporte;
E. Considerando que la cuota de energías renovables ha aumentado lentamente (representando un 18 % del suministro de energía primaria en 2012), aunque todavía existe un potencial enorme a todos los niveles, y que la cuota de energías renovables y de energía recuperada del calor utilizada para calefacción y refrigeración en los Estados miembros debería aumentar más;
F. Considerando que el mercado de la calefacción y la refrigeración de la Unión está fragmentado a causa de su carácter local y de las diferentes tecnologías y agentes económicos involucrados; que la consideración de la dimensión local y regional es esencial para establecer las políticas adecuadas en el ámbito de la calefacción y la refrigeración, planificar e instalar infraestructuras de calefacción y refrigeración y consultar a los consumidores para eliminar los obstáculos y reforzar la eficiencia y sostenibilidad de la calefacción y la refrigeración;
G. Considerando que la biomasa representa el 89 % del consumo total de calor renovable y un 15 % del consumo total de la Unión, y que tiene un potencial enorme para ofrecer soluciones importantes y rentables a la creciente demanda de calor;
H. Considerando que la calefacción y la refrigeración constituyen un ejemplo excelente de la necesidad de elaborar un enfoque global basado en la integración de sistemas para ofrecer soluciones energéticas, que abarque los enfoques horizontales para el diseño del sistema energético y la economía en general;
I. Considerando que la cuota de energía primaria procedente de combustibles fósiles empleada para calefacción y refrigeración se mantiene a un nivel muy elevado (75 %) y representa un obstáculo importante para el proceso de descarbonización, al tiempo que acelera el cambio climático y deteriora de forma considerable el medio ambiente; que el sector de la calefacción y la refrigeración debería contribuir plenamente al logro de los objetivos de los Unión en cuanto a la energía y el clima, y que deberían suprimirse gradualmente las subvenciones al uso de combustibles fósiles en este sector, en consonancia con las conclusiones del Consejo Europeo del 22 de mayo de 2013, teniendo en cuenta las condiciones locales;
J. Considerando que se estima que la cantidad de calor generada en los procesos industriales y otros procesos comerciales que se desperdicia en la atmósfera o en el agua —en lugar de utilizarse de alguna forma productiva— sería suficiente para cubrir todas las necesidades de calefacción de los edificios residenciales y terciarios en la Unión Europea;
K. Considerando que el sector inmobiliario representa aproximadamente el 13 % de todas las emisiones de CO2 en la Unión Europea;
L. Considerando que el uso de sistemas de calefacción o refrigeración progresivos y eficientes en edificios debe ir acompañado de un proceso homogéneo y completo de aislamiento térmico, reduciendo así la demanda de energía y los costes para los consumidores y contribuyendo a reducir la pobreza energética y a crear puestos de trabajo cualificados a nivel local;
M. Considerando que, si se aplican correctamente, las medidas dirigidas a impulsar una estrategia global e integrada de la calefacción y la refrigeración en la Unión de la Energía brindan importantes oportunidades tanto a las empresas como a los consumidores en la Unión, en la medida en que reducen los costes energéticos globales para la industria, impulsan la competitividad y permiten ahorrar en los costes en beneficio de los consumidores;
N. Considerando que los marcos reguladores de la Unión ponen de relieve los objetivos generales, aunque es fundamental entender el verdadero progreso en la transformación de los sistemas de calefacción y refrigeración como una parte integrante de un proceso más amplio de renovación de todo el sistema energético;
O. Considerando que el objetivo de optimizar el papel de las fuentes de energía renovables, en particular de la energía eléctrica, en la red energética global mediante una mejor integración con las instalaciones de calefacción y refrigeración y con el transporte contribuye a descarbonizar el sistema energético, reducir la dependencia de las importaciones de energía, abaratar la factura energética de los hogares e impulsar la competitividad de la industria de la Unión;
P. Considerando que la forma más eficaz de conseguir estos objetivos es capacitar y apoyar a las autoridades locales y regionales, en colaboración con todas las partes interesadas pertinentes, para que apliquen un enfoque basado en sistemas plenamente integrado a la planificación urbana, el desarrollo de infraestructuras, la construcción y renovación del parque de viviendas y el nuevo desarrollo industrial a fin de maximizar posibles ventajas transversales, eficiencias y otros beneficios mutuos;
Q. Considerando que la eficiencia energética de los edificios también depende del uso de sistemas de energía adecuados; que en el sector de la calefacción y la refrigeración deberían respetarse los principios de «primero, la eficiencia energética» y «la eficiencia energética, el primer combustible»;
R. Considerando que la fijación de unos objetivos ambiciosos para renovar en profundidad el parque inmobiliario existente supondría la creación de millones de puestos de trabajo en Europa, en particular en las pymes, aumentaría la eficiencia energética y desempeñaría un papel fundamental a la hora de reducir al mínimo el consumo de energía para calefacción y refrigeración;
S. Considerando que, a la hora de planificar edificios públicos y residenciales eficientes en materia energética y con un bajo nivel de emisiones, deben tenerse en cuenta la arquitectura, la planificación urbana, la densidad de la demanda de calor y la diversidad de las zonas climáticas europeas y los tipos de edificios;
T. Considerando el enorme potencial aún por explotar que ofrecen los sistemas de calefacción urbana y de calor residual, habida cuenta de que el exceso de calor disponible en Europa supera el total de la demanda de calor en todos los edificios europeos y de que el 50 % de la demanda total de calor de la Unión puede ser suministrada a través de calefacción urbana;
U. Considerando que una proporción significativa de la población europea vive en zonas, sobre todo en ciudades, en las que no se respetan las normas de calidad del aire;
V. Considerando que se espera que la calefacción y la refrigeración sigan siendo la principal fuente de demanda energética en Europa, que el uso de gas natural y GLP está muy extendido para cubrir esta demanda y que su uso podría optimizarse mediante un almacenamiento de energía altamente eficiente; que la dependencia continuada de los combustibles fósiles es contraria a las obligaciones de la Unión en materia de clima y energía y a sus objetivos de descarbonización;
W. Considerando que en la actualidad existen grandes diferencias en el gasto anual en energía para calefacción entre las diversas zonas climáticas de la Unión, con un promedio de entre 60 y 90 kWh/m2 en los países de la Europa meridional y de entre 175 y 235 kWh/m2 en la Europa central y septentrional;
X. Considerando que la expansión de soluciones de calefacción y refrigeración puede estimular significativamente el desarrollo de los sectores industrial y de servicios europeos, especialmente en el sector de las energías renovables, así como la creación de un alto valor añadido en las regiones rurales y apartadas;
Y. Considerando que la energía se ha convertido en un bien social al que debe garantizarse el acceso y al que no todos los ciudadanos pueden acceder, ya que en Europa hay más de 25 millones de personas que se enfrentan a graves dificultades para acceder a ella;
Z. Considerando que las políticas de eficiencia energética deben centrarse en las formas más rentables de mejorar el rendimiento de los edificios reduciendo su demanda de calor o conectándolos a alternativas de elevada eficiencia;
AA. Considerando que el bajo nivel de concienciación de los consumidores en lo que respecta a la ineficiencia de los sistemas de calefacción es uno de los factores que más peso tienen en las facturas de energía;
AB. Considerando que las viviendas con un buen aislamiento térmico aportan ventajas tanto para el medio ambiente como para los consumidores, ya que su factura energética es menor;
AC. Considerando que el 72 % de la demanda de calefacción y refrigeración de las viviendas unifamiliares corresponde a las zonas rurales e intermedias;
AD. Considerando que las soluciones basadas en la naturaleza, como el buen diseño de la vegetación de las calles, los tejados verdes y los muros que proporcionan sombra y aislamiento a los edificios, reducen la demanda energética al disminuir la necesidad de calefacción y refrigeración;
AE. Considerando que el 85 % de la energía consumida en los edificios se emplea con fines de calefacción y producción de agua caliente y que el sector de la vivienda es el responsable del 45 % del consumo de calefacción y refrigeración en la Unión;
AF. Considerando que la industria, en cooperación con las autoridades locales, ha de desempeñar un papel importante a la hora de lograr un mejor aprovechamiento del calor y el frío residuales;
AG. Considerando que, por término medio, los europeos destinan el 6 % del gasto en consumo a calefacción y refrigeración, y que el 11 % de ellos no puede permitirse calentar adecuadamente sus viviendas en invierno;
AH. Considerando que el sector de la refrigeración sigue precisando un análisis más en profundidad y debe tenerse en cuenta en la estrategia de la Comisión y en las políticas de los Estados miembros;
AI. Considerando la importancia de promover la realización de estudios sobre el ahorro energético en los edificios históricos con el fin de optimizar la eficiencia energética siempre que sea posible, garantizando al mismo tiempo la protección y conservación del patrimonio cultural;
1. Acoge con satisfacción la Comunicación de la Comisión titulada «Estrategia de la UE relativa a la calefacción y la refrigeración»», que constituye un importante paso hacia un enfoque integral para la transformación de la calefacción y la refrigeración en la Unión y la identificación de los ámbitos de acción prioritarios; apoya plenamente la intención de la Comisión de reconocer y aprovechar las sinergias entre los sectores de la calefacción y la electricidad, con objeto de lograr un sector eficiente que aumente la seguridad energética y facilite la consecución de los objetivos de la Unión en materia de clima y energía de una forma rentable; pide a la Comisión que considere los sectores de la calefacción y la refrigeración parte de la configuración del mercado europeo de la energía;
2. Señala la necesidad de adoptar medidas específicas relativas a la calefacción y la refrigeración en la revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética (Directiva 2012/27/UE), la Directiva sobre las fuentes de energía renovables (Directiva 2009/28/CE), así como de la Directiva sobre la eficiencia energética de los edificios (Directiva 2010/31/UE);
3. Considera que en la estrategia sobre calefacción y refrigeración se debe prestar la misma atención a estas dos necesidades, teniendo en cuenta que en Europa hay diferentes zonas climáticas y que, en este sentido, las necesidades energéticas son, por lo tanto, diferentes;
4. Subraya que la estrategia sobre calefacción y refrigeración debe dar prioridad a unas soluciones sostenibles y rentables que permitan a los Estados miembros alcanzar los objetivos de la política de la Unión en materia de clima y energía; toma nota de que los sectores de la calefacción y la refrigeración de los Estados miembros son muy diversos debido a sus diferentes combinaciones energéticas, sus condiciones climáticas, los niveles de eficiencia del parque inmobiliario y la intensidad de la industria, y destaca la necesidad de disponer de flexibilidad a la hora de elegir soluciones estratégicas adecuadas;
5. Pide que se desarrollen, a escala nacional, estrategias sostenibles específicas en materia de calefacción y refrigeración que presten especial atención a la producción combinada de calor y electricidad, la cogeneración y los sistemas urbanos de calefacción y refrigeración, preferiblemente basados en las energías renovables, tal y como se contempla en el artículo 14 de la Directiva sobre eficiencia energética;
6. Observa que entre las prioridades esenciales de la estrategia de la Unión en el ámbito de la calefacción y la refrigeración se encuentran una elevada eficiencia energética, un aislamiento térmico de alto rendimiento y el uso de fuentes de energía renovables y calor recuperado; considera, por lo tanto, que debe respetarse el principio de «primero, la eficiencia energética», ya que la eficiencia energética ofrece uno de los medios de obtener unos beneficios financieros mayores y de la forma más rápida de que se dispone y es una parte fundamental de la estrategia destinada a lograr una transición satisfactoria hacia un sistema de calefacción y refrigeración basado en energías renovables, seguro, resiliente e inteligente;
7. Señala que un sistema energético más descentralizado y flexible, en el que las fuentes de energía y calor estén más cercanas al punto de consumo, puede facilitar la generación descentralizada de energía y, de esta manera, permitir a los consumidores y a las comunidades participar en mayor medida en el mercado energético y controlar su propio consumo de energía, así como implicarse activamente en la respuesta de la demanda; considera que la eficiencia energética del sistema energético global es mayor cuanto más corta es la cadena de conversión de la energía primaria en otras formas de energía para generar calor utilizable; reconoce, además, que un planteamiento de este tipo reduce las pérdidas de transmisión y distribución, aumenta la resiliencia de la infraestructura energética y, al mismo tiempo, ofrece oportunidades de negocio locales a las pymes;
8. Subraya la complementariedad que existe entre la legislación sobre diseño ecológico y etiquetado energético, por una parte, y las directivas relativas a la eficiencia energética y a la eficiencia energética de los edificios, por otra, para reducir el consumo de calefacción y refrigeración; considera que los electrodomésticos (lavadoras, lavavajillas, etc.) deben ser lo más eficientes posible y diseñarse de manera que puedan aprovechar el suministro de agua caliente en el lugar en que estén instalados; opina, por lo tanto, que los requisitos de diseño ecológico y las políticas de etiquetado energético deben revisarse y mejorarse con carácter regular, con objeto de lograr unos ahorros energéticos adicionales y mejorar la competitividad, mediante unos productos más innovadores y unos costes energéticos reducidos;
9. Recuerda que la calefacción y la refrigeración representan la mayor parte de la demanda energética de la Unión; subraya la importancia de respetar, en el proceso de transición hacia un sistema de abastecimiento energético seguro y con bajas emisiones de carbono en el sector de la calefacción y la refrigeración, el principio de neutralidad tecnológica entre las fuentes de energía renovables actualmente existentes y las medidas de estímulo basadas en el mercado y estatales;
10. Subraya la necesidad de contar con un marco favorable para inquilinos y residentes en edificios de viviendas, con el fin de permitirles que también se beneficien de la autogeneración y el consumo de calefacción y refrigeración renovables, así como de las medidas de eficiencia energética, superando de este modo los retos que plantean la división de incentivos y unas normas de arrendamiento en ocasiones restrictivas;
11. Hace hincapié en el papel fundamental de las tecnologías en el ámbito de las energías renovables, incluidos el uso de biomasa sostenible, energía solar, geotérmica y aerotérmica y células fotovoltaicas en combinación con pilas eléctricas, para calentar el agua y suministrar calor y refrigeración en los edificios, junto con instalaciones de almacenamiento térmico que pueden utilizarse para la compensación diaria o estacional; pide a los Estados miembros que ofrezcan incentivos para la promoción y adopción de este tipo de tecnologías; pide a los Estados miembros que apliquen plenamente las directivas en vigor sobre eficiencia energética y eficiencia energética de los edificios, incluidos los requisitos de consumo de energía casi nulo y las estrategias de renovación a largo plazo, teniendo en cuenta la necesidad de movilizar unas inversiones suficientes para la modernización de sus parques inmobiliarios; pide a la Comisión que presente el escenario de una Unión con edificios con un consumo de energía casi nulo para 2050;
12. Considera que las cuestiones relativas a la seguridad energética en la Unión afectan principalmente a la seguridad del suministro de calor; estima, por tanto, que la diversificación de las fuentes de calefacción reviste suma importancia, y pide a la Comisión que estudie maneras de seguir apoyando y acelerando un mayor despliegue de las tecnologías renovables de generación de energía para calefacción;
13. Considera que la utilización de recursos de inventario en materia de calefacción y la aplicación de soluciones arquitectónicas, mejores prácticas para la gestión de las instalaciones y principios urbanísticos apropiados, incluidas soluciones de red a nivel urbano como la planificación de la calefacción y la refrigeración, en la concepción de zonas residenciales y comerciales enteras debe constituir la base para una construcción eficiente en materia energética y con un bajo nivel de emisiones en las distintas zonas climáticas de Europa; subraya que una estructura cuyo aislamiento sea el adecuado tiene una elevada capacidad de almacenamiento térmico, lo que se traduce en unos ahorros importantes de calefacción y refrigeración;
14. Subraya que de la demanda de energía en el sector de la construcción se deriva alrededor del 40 % del consumo de energía en la Unión y una tercera parte del consumo de gas natural, y que dicho consumo podría reducirse hasta en tres cuartas partes si se acelerara la renovación de los edificios; destaca que el 85 % de ese consumo de energía se utiliza para calefacción y agua caliente doméstica y que, por lo tanto, la renovación de los sistemas de calefacción antiguos e ineficientes, una mayor utilización de electricidad generada a partir de fuentes renovables, un mejor uso del «calor residual» mediante sistemas urbanos de calefacción sumamente eficientes, y la renovación a fondo de los edificios mejorando su aislamiento térmico siguen siendo elementos clave para aplicar un enfoque más seguro y sostenible al suministro de calefacción; recomienda que se sigan elevando los estándares de eficiencia energética para los edificios teniendo en cuenta la innovación técnica y fomentándola, especialmente para garantizar la homogeneidad del aislamiento; recomienda, además, que se siga apoyando la construcción de edificios de consumo de energía casi nulo;
15. Anima a los Estados miembros a desarrollar estrategias a largo plazo en materia de calefacción y refrigeración sobre la base de un enfoque integrado, un inventario armonizado y una evaluación efectuada de conformidad con el artículo 14 de la Directiva sobre eficiencia energética; opina que la estrategia debería determinar los ámbitos prioritarios de intervención y prever una planificación energética urbana optimizada; pide a la Comisión que ayude a los Estados miembros en esta tarea elaborando orientaciones generales para las estrategias nacionales de calefacción y refrigeración;
16. Atrae la atención sobre los efectos económicos de la renovación y el aislamiento de los edificios, que a menudo reducen en hasta un 50 % los costes de calefacción y refrigeración, e insta a la Comisión a ofrecer una cofinanciación adecuada para iniciativas destinadas a la renovación de las viviendas públicas y los bloques de pisos con un bajo nivel de eficiencia energética;
17. Acoge con satisfacción la intención de la Comisión de elaborar un conjunto de herramientas para facilitar la renovación de los edificios de pisos; considera que también debe elaborarse una «caja de herramientas» completa y armonizada para la planificación energética de las ciudades a fin de que se pueda inventariar el potencial local en materia de calefacción y refrigeración, renovar los edificios de una manera optimizada e integrada y desarrollar las infraestructuras de calefacción y refrigeración;
18. Reitera la importancia de desarrollar sistemas de la Unión que prevean incentivos para los edificios que superen los requisitos legales mínimos establecidos para las adaptaciones a posteriori en materia de eficiencia energética de los edificios públicos, las viviendas y las viviendas sociales, y para los edificios ecológicos nuevos;
19. Destaca el carácter y el potencial a nivel local de la calefacción y la refrigeración; Pide a las autoridades locales y regionales que faciliten en mayor medida la modernización térmica mediante la renovación de los edificios públicos, comerciales y residenciales existentes con un bajo nivel de rendimiento energético; destaca la importancia de movimientos y organismos como el Pacto entre alcaldes, que permite la puesta en común de conocimientos y mejores prácticas;
20. Destaca la necesidad de llevar a cabo un inventario de las posibilidades locales de calefacción y refrigeración en Europa, de forma que las ciudades puedan identificar mejor los recursos de que disponen a escala local y puedan, de esta forma, contribuir a aumentar la independencia energética de la Unión, potenciar el crecimiento y la competitividad a través de la creación de empleos locales no externalizables y suministrar energía limpia y asequible a los consumidores;
21. Pide a las autoridades locales que evalúen el potencial de calefacción y refrigeración y las necesidades futuras previstas existentes en su territorio, teniendo en cuenta el potencial de las fuentes de energía renovables disponibles a nivel local, la energía térmica procedente de la cogeneración y el volumen de calefacción urbana;
22. Considera que se debería implantar un sistema de financiación atractivo para los hogares situados fuera de las zonas con sistemas centralizados de calefacción y refrigeración a fin de promover nuevas tecnologías para calentar los hogares utilizando fuentes de energía renovables;
23. Pide a las autoridades locales que aborden los problemas específicos de los edificios rurales, que tienden a ser más antiguos, menos eficientes desde el punto de vista energético y menos saludables, y a tener un nivel inferior de confort térmico;
24. Considera que, cuanto más corta sea la cadena a través de la cual la energía primaria se convierte en otras formas de energía para generar calor utilizable, mayor será la eficiencia energética, y, observando la gran variedad de condiciones climáticas y de otro tipo que existen en la Unión, pide a la Comisión que promueva instrumentos neutros en el plano tecnológico que permitan que cada comunidad pueda desarrollar soluciones eficientes que reduzcan la intensidad del carbono en el sector de la calefacción y la refrigeración;
25. Observa que, aunque los marcos reglamentarios de la Unión sirven para subrayar objetivos generales, es fundamental un progreso auténtico en la revolución de la calefacción y la refrigeración como parte de una revisión más general del sistema energético;
26. Destaca que las herramientas y capacidades políticas de la Unión todavía no han alcanzado el grado de desarrollo suficiente para impulsar la transformación del sector de la calefacción y la refrigeración, para aprovechar al máximo los potenciales ni para aplicar soluciones para la reducción de la demanda y la descarbonización en la escala y al ritmo necesarios;
27. Destaca la importancia de las redes de energía urbanas, que ofrecen una alternativa a sistemas más contaminantes para la calefacción individual, por ser un medio especialmente eficiente y rentable para suministrar calefacción y refrigeración de forma sostenible, integrar las fuentes de energía renovables y el calor y el frío recuperados, y almacenar los excedentes de electricidad en los periodos de menor consumo, imprimiendo así flexibilidad a la red; destaca la necesidad de integrar una mayor proporción de fuentes de energía renovables, habida cuenta de que el 20 % de la calefacción y refrigeración urbanas ya se genera a partir de energía renovable, con arreglo al artículo 14 de la Directiva sobre eficiencia energética, que exige la realización de una evaluación global del potencial necesario para una calefacción y refrigeración eficientes; hace un llamamiento en favor de la renovación y ampliación de los sistemas urbanos de calefacción existentes para pasar a alternativas muy eficientes y renovables; anima a los Estados miembros a que instauren mecanismos fiscales y financieros para incentivar el desarrollo y la utilización de la calefacción y la refrigeración urbanas, y que acaben con las barreras reglamentarias existentes;
28. Pide a la Comisión que analice seriamente las evaluaciones globales de los Estados miembros sobre el potencial de la cogeneración y la calefacción urbana de conformidad con el artículo 14 de la Directiva sobre eficiencia energética, de forma que estos planes reflejen el auténtico potencial económico de estas soluciones y proporcionen una base sólida para políticas en consonancia con los objetivos de la Unión;
29. Destaca que, en las aglomeraciones urbanas de elevada densidad, es imperativo sustituir gradualmente el uso de sistemas de calefacción o refrigeración urbanos o individuales ineficientes e insostenibles por sistemas de calefacción o refrigeración urbanos eficientes, o bien renovarlos utilizando tecnologías de calefacción o refrigeración punteras para pasar a sistemas de cogeneración y alternativas renovables de carácter local muy eficientes;
30. Insta a la Comisión a que, en sus iniciativas relativas a la Directiva sobre las energías renovables y un diseño de mercado, proponga medidas que contribuyan a un sistema energético más eficiente y flexible mediante una mayor integración de los sistemas de electricidad, calefacción y refrigeración;
31. Pide a la Comisión que establezca un marco europeo común que promueva y dé seguridad jurídica a la autogeneración, especialmente mediante el impulso y apoyo a las cooperativas de vecinos que utilizan fuentes de energía renovables;
32. Pide que se desarrolle un indicador de demanda energética de calefacción y refrigeración para edificios a escala nacional;
33. Pide un enfoque estratégico para reducir las emisiones de CO2 de las demandas de calefacción y refrigeración industriales, mejorando la eficiencia de los procesos, sustituyendo los combustibles fósiles por fuentes sostenibles e integrando las industrias en el entorno de energía térmica circundante;
34. Destaca el enorme potencial del agrupamiento de los flujos de energía y recursos para ahorrar en el uso de energía primaria, especialmente en entornos industriales, en los que, según el sistema de cascada, el exceso de frío o de calor procedente de un proceso puede reutilizarse en otro que exija temperaturas menos extremas y, si es posible, en la calefacción y refrigeración de edificios a través de sistemas de calefacción urbana;
35. Considera que las centrales nucleares obsoletas con una baja eficiencia energética deberían sustituirse urgentemente por las mejores alternativas disponibles que sean totalmente compatibles con los objetivos energéticos y climáticos de la Unión, por ejemplo unas centrales de cogeneración más respetuosas con el medio ambiente que utilicen combustibles sostenibles con arreglo a los criterios de sostenibilidad para la biomasa;
36. Señala que el sector de la calefacción y la refrigeración es muy local, ya que la disponibilidad y la infraestructura, así como la demanda térmica, dependen fundamentalmente de las circunstancias locales;
37. Está de acuerdo con la Comisión en que, de conformidad con la estrategia en materia de calefacción y refrigeración, el potencial económico de la cogeneración no está explotado, y pide a la Comisión y a los Estados miembros que sigan fomentando la cogeneración de alta eficiencia y la calefacción urbana, en consonancia con la Comunicación de la Comisión titulada «Estado de la Unión de la Energía 2015» (COM(2015)0572);
38. Considera que es necesario un enfoque a nivel del sistema en el ámbito de la refrigeración, también en el entorno construido y otras actividades, como la refrigeración para transporte;
39. Considera que, en las zonas de clima templado de Europa, los sistemas reversibles de calefacción y refrigeración basados en bombas de calor eficientes podrían adquirir una gran importancia bajo determinadas condiciones a causa de su flexibilidad; destaca que los sistemas de calefacción híbridos, que proporcionan calor a partir de dos o más fuentes de energía, pueden contribuir a un mayor protagonismo de las energías renovables, en particular en los edificios existentes en los que sea posible introducir dichos sistemas sin tener que realizar grandes obras de renovación; pide, por lo tanto, a la Comisión y a los Estados miembros que, en relación con las bombas de calor, faciliten métodos de cálculo convenientemente armonizados y que promuevan y compartan buenas prácticas para fomentar mecanismos para respaldar soluciones eficientes, sostenibles y con bajas emisiones de carbono para diversas necesidades térmicas;
40. Insta a la Comisión a que siga de cerca el cumplimiento de la legislación de la Unión sobre gases fluorados de efecto invernadero para reducir la emisión de dichos gases en la atmósfera; pide a la Comisión que garantice que el uso de refrigerantes alternativos es seguro, rentable en términos de coste-eficacia y se ajusta a otros objetivos de la Unión en lo que se refiere al medio ambiente, el cambio climático y la eficiencia energética;
41. Considera que los Estados miembros deben estudiar la posibilidad de utilizar directamente el calor procedente de aguas geotérmicas, de energía recuperada directamente de procesos industriales y de otras fuentes de calor de baja temperatura, por ejemplo el calor de las minas del fondo marino, para calefacción (refrigeración), que permitiría, con ayuda de grandes bombas de calor, calentar no solo edificios individuales, sino poblaciones enteras a través de las redes de calefacción urbana nuevas y ya existentes, siempre que se dispusiera de una infraestructura de calefacción urbana adecuada o se desarrollara dicha infraestructura;
42. Destaca el papel de las tecnologías capaces de reducir la demanda de energía térmica y las emisiones de gases de efecto invernadero, como la energía geotérmica de baja entalpía, la calefacción o refrigeración urbanas basadas en energías renovables, las centrales de trigeneración o cogeneración a pequeña escala que consumen gas natural o biometano, o una combinación de estas tecnologías;
43. Opina que las instalaciones de almacenamiento de calor que utilizan resistencias eléctricas fuera de las horas de más demanda (por ejemplo, almacenando energía en forma de calor) y que mejoran con ello la calidad del suministro de electricidad facilitando la integración de variables de fuentes de energía renovables, pueden desempeñar un papel muy importante en la calefacción y contribuir a reducir la producción de energía, las importaciones y los precios;
44. Estima que el calor y el frío residuales obtenidos mediante procesos industriales y cogeneración en la producción de energía eléctrica en centrales convencionales y en edificios residenciales bien aislados que utilizan métodos de recuperación, así como a partir de la microgeneración, deben tener hoy un papel más relevante que en el pasado en la calefacción y la refrigeración; destaca que el aprovechamiento del calor y el frío residuales industriales debería reconocerse y potenciarse a través de la investigación, ya que presenta una importante oportunidad para la inversión y la innovación; destaca que debería animarse a las industrias y los edificios residenciales o de servicio cercanos a cooperar y a compartir su producción y sus necesidades de energía;
45. Destaca que la financiación o la titularidad públicas de una infraestructura de calefacción urbana no debería contribuir a un costoso encajonamiento técnico en una infraestructura con altas emisiones de carbono; pide a las autoridades nacionales, regionales y locales que analicen la financiación pública de las infraestructuras de calefacción urbana a la luz del objetivo de la Unión de reducir los gases de efecto invernadero entre un 80 y un 95 % de aquí a 2050 en comparación con los niveles de 1990 y de una transición ordenada de la economía energética;
46. Considera que la integración de la producción, el consumo y la reutilización de frío residual puede generar beneficios ambientales y económicos y reducir la demanda de frío de energía primaria;
47. Hace hincapié en que la producción de energía a partir de residuos seguirá desempeñando un papel significativo en el ámbito de la calefacción, ya que la alternativa suele ser el vertedero y el uso de combustibles fósiles, y recuerda que es necesario reciclar más;
48. Pide a los Estados miembros que utilicen medios jurídicos y económicos para acelerar la eliminación gradual de las calderas obsoletas que funcionan con combustibles fósiles y que presentan un nivel de eficiencia energética inferior al 80 %, y que las sustituyan, si es posible, por sistemas de calefacción eficientes y sostenibles a escala local (como sistemas de calefacción urbana) o a escala aun menor (como sistemas geotérmicos y solares);
49. Resalta que la introducción de sistemas de calefacción inteligente puede ayudar a los consumidores a comprender mejor su consumo energético y a renovar los sistemas de calefacción ineficientes, favoreciendo el ahorro energético;
50. Recuerda a la Comisión y a los Estados miembros que el 75 % del parque inmobiliario europeo actual es ineficiente desde el punto de vista energético, y que, según las previsiones, el 90 % de estos edificios seguirá utilizándose en 2050; subraya, por lo tanto, la necesidad urgente de marcarse como objetivo específico la renovación en profundidad de estos edificios;
51. Pide a la Comisión que, como parte del programa de aprovechamiento energético de los residuos, elabore un plan para fomentar y aprovechar la posible contribución del uso sostenible de residuos orgánicos para la calefacción y la refrigeración conectado a los sistemas urbanos de calefacción y refrigeración;
52. Destaca que el biogás representa una importante fuente sostenible para los sistemas de calefacción y refrigeración y que, por este motivo, resulta necesario establecer un objetivo claro para el reciclaje orgánico con el fin de incentivar las inversiones en la recogida y el tratamiento de residuos orgánicos;
53. Pide a los Estados miembros que supriman, para fines de calefacción en las zonas urbanas, el uso de calderas obsoletas que generan emisiones a baja altura que liberan en la atmósfera gases de pirolisis naturales procedentes de combustiones incompletas, NOx, hollín, partículas y cenizas volantes dispersadas por convección y que potencien, mediante incentivos, el uso de alternativas sostenibles, en particular energías renovables;
54. Pide a los Estados miembros que adopten medidas para eliminar progresivamente los hornos y las calderas ineficientes desde el punto de vista energético que utilicen fuel doméstico y carbón, que actualmente alimentan a más de la mitad del parque inmobiliario de las zonas rurales; considera que el suministro de energía debería provenir de fuentes con bajas emisiones de carbono y renovables;
55. Destaca que la calefacción urbana basada en energías renovables impide la propagación de sistemas individuales de calefacción más contaminantes que aumentan la contaminación atmosférica en zonas residenciales y son mucho más difíciles de controlar que los sistemas urbanos de calefacción más generalizados; insiste, no obstante, en que la infraestructura y las condiciones climáticas varían en la Unión, y que estos sistemas suelen necesitar una modernización que mejore su eficiencia; pide, por tanto, que se analicen la necesidad de apoyo económico público para infraestructuras de calefacción urbana y las prácticas tributarias sobre las fuentes de energía renovables y la calefacción urbana;
56. Considera que los Estados miembros deben, con carácter urgente, adoptar medidas para eliminar gradualmente las calderas a baja temperatura para la combustión de combustibles sólidos y residuos orgánicos que, durante el proceso de combustión, liberan en la atmósfera diversas sustancias perjudiciales; estima que los Estados miembros deberían, en la medida de lo posible, fomentar la eliminación progresiva de las chimeneas viejas e ineficientes en las que se quema madera en ciudades y municipios con una elevada densidad de construcción, y facilitar su sustitución por alternativas modernas, eficientes y respetuosas con el medio ambiente y con la salud, junto con iniciativas destinadas a concienciar sobre los posibles riesgos para la salud y las buenas prácticas en relación con los fuegos de leña;
57. Pide a la Comisión y a los Estados miembros que acaben con el vacío reglamentario derivado de la Directiva de diseño ecológico y la Directiva de instalaciones de combustión medianas, que genera una fuga de emisiones a instalaciones por debajo de 1 MW que quedan fuera del ámbito de aplicación de estas directivas;
58. Opina que la creciente necesidad de refrigeración requiere una mayor reflexión, incluido un enfoque integrado de toda la cadena de refrigeración, desde la demanda de refrigeración industrial a partir de altas temperaturas hasta la refrigeración para las necesidades domésticas y las necesidades de refrigeración en la industria alimentaria;
59. Señala que la disponibilidad de datos sobre la calidad es imprescindible para que los consumidores y las autoridades puedan hacer elecciones racionales sobre la eficiencia energética y las soluciones de calefacción; subraya la importancia de extender las posibilidades que ofrece la digitalización al sector de la calefacción y la refrigeración; pide a la Comisión que desarrolle una definición y una metodología para calcular la refrigeración renovable;
60. Considera que los intercambiadores de calor con uso eficiente de agua pueden desempeñar un papel fundamental en la transmisión de calor a masas de agua naturales situadas cerca de lugares en los que se almacenan productos cuya temperatura no supere los 6 ºC a lo largo del año;
61. Opina que, en un futuro muy cercano, las pilas de combustible fijas de elevada potencia pueden constituir una alternativa al carbón como combustible sólido respetuosa con el medio ambiente;
62. Considera que el gas obtenido de fuentes renovables (power-to-gas) presenta un gran potencial para el futuro en cuanto al almacenamiento y el transporte de energías renovables, así como en cuanto a su uso para la producción de calor centralizada y descentralizada; señala que el empleo de gas obtenido de fuentes renovables en zonas de aglomeración urbana mediante el uso de la infraestructura disponible supone una manera eficiente de aprovechar las energías renovables para la producción de calor; pide, por tanto, a la Comisión y a los Estados miembros que fomenten de forma adecuada la investigación y los proyectos piloto relacionados con el gas obtenido de fuentes renovables;
63. Considera que la estrategia de la Unión relativa a las soluciones innovadoras de calefacción y refrigeración requiere la realización de investigaciones intensivas, que proporcionen una base para el desarrollo de industrias que fabriquen equipos respetuosos con el medio ambiente que contribuyan a este fin;
64. Destaca los beneficios de la investigación y la innovación tecnológica para la industria europea, ya que aumentan su ventaja competitiva y viabilidad comercial, al tiempo que contribuyen al logro de los objetivos energéticos y climáticos de la Unión; destaca, en este sentido, la necesidad de aumentar la investigación, el desarrollo y la innovación en el ámbito de las tecnologías en materia de eficiencia energética y calefacción y refrigeración renovables, con vistas a reducir los costes, mejorar el rendimiento y aumentar su utilización e integración en el sistema energético; pide a la Comisión que colabore con las partes interesadas del sector para mantener hojas de ruta tecnológicas actualizadas sobre calefacción y refrigeración renovables a fin de coordinar, hacer un seguimiento e identificar vacíos en el desarrollo de la tecnología de calefacción y refrigeración renovables;
65. Considera que, ante la necesidad acuciante de lograr resultados rápidos y eficaces en el proceso de modernización térmica del sector térmico de la Unión, esta debería centrarse en la investigación para incrementar el despliegue de las mejores tecnologías disponibles en la actualidad;
66. Opina que la investigación en el marco del programa Horizonte 2020 debe cubrir el desarrollo de soluciones de calefacción y refrigeración sostenibles, tecnologías de puesta en valor del calor y el frío residuales, nuevos materiales con una conductividad térmica máxima (intercambiadores de calor), una conductividad mínima, es decir, índices máximos de resistencia térmica (aislamiento térmico) y de acumulación de calor (almacenamiento de calor);
67. Considera que es necesario realizar progresos en el marco del programa Horizonte 2020 en investigación y desarrollo relacionados con los sistemas y materiales de calefacción y refrigeración sostenibles y eficientes, tales como soluciones renovables de generación y almacenamiento a pequeña escala, sistemas de calefacción y refrigeración urbanas, cogeneración, materiales aislantes y materiales innovadores como cristales de ventanas estructurales que dejen pasar niveles elevados de radiaciones de onda corta (luz solar) procedentes del exterior y dejen salir solo un mínimo de la radiación térmica de onda larga que, de lo contrario, se liberaría al exterior;
68. Hace hincapié en la importancia de una investigación científica amplia en el desarrollo de soluciones tecnológicas innovadoras diseñadas para obtener dispositivos y sistemas completos de calefacción y refrigeración que resulten eficientes desde el punto de vista de la energía y se basen en energías renovables;
69. Pide que se proceda a revisar la actual legislación procurando respetar la neutralidad tecnológica y el principio de eficiencia, de tal forma que no se promueva o desacredite una tecnología frente a otra (debería tenerse en cuenta, por ejemplo, la energía renovable producida in situ, por ejemplo mediante paneles solares residenciales, o en las proximidades de un edificio en el cálculo de su rendimiento energético, con independencia de la fuente de energía utilizada);
70. Destaca la importancia de combinar las tecnologías más avanzadas con sistemas inteligentes de gestión de la energía, por ejemplo mediante la automatización de los sistemas inteligentes de control de la calefacción en los hogares, especialmente en un mundo interconectado en el que los aparatos pueden adaptarse fácilmente a las condiciones meteorológicas y las señales de precios de la electricidad, contribuyendo así a la estabilización de la red; pide a la Comisión que integre mejor las tecnologías inteligentes en las iniciativas pertinentes de la Unión de la Energía a fin de garantizar la interconectividad real de dispositivos inteligentes, hogares conectados y edificios inteligentes con redes inteligentes; destaca que estas soluciones se deberían promover a la hora de renovar el parque inmobiliario existente, ya que ayudan a los consumidores a comprender mejor sus patrones de consumo y a ajustar en consecuencia el funcionamiento de sus sistemas de calefacción;
71. Subraya que el sector de la construcción presenta un gran potencial para la reducción de la demanda energética y de las emisiones de CO2; destaca que es necesario realizar mayores esfuerzos para incrementar el índice de renovación de edificios; observa que los incentivos económicos atractivos, la disponibilidad de expertos altamente competentes a distintos niveles y el intercambio y la promoción de buenas prácticas son elementos necesarios para lograr este objetivo;
72. Pide a la Comisión que detecte y elimine las barreras que siguen existiendo para las medidas de eficiencia energética, en particular en las renovaciones domésticas a cargo de los hogares, y que desarrolle un auténtico mercado de la eficiencia energética para fomentar la transferencia de mejores prácticas y garantizar la disponibilidad de productos y soluciones en toda la Unión con el objetivo de construir un verdadero mercado único de productos y servicios de eficiencia energética; destaca el potencial de creación de empleo y crecimiento económico que implican no solo la puesta en marcha de estos productos y servicios, sino también el mantenimiento continuo y la gestión diaria de un sistema de energía integrado que incluya calefacción y refrigeración;
73. Considera que la industria necesita señales claras de los responsables políticos para realizar las inversiones necesarias para la consecución de los objetivos energéticos de la Unión; destaca la necesidad de objetivos vinculantes ambiciosos y de un marco reglamentario que fomente la innovación sin crear cargas administrativas innecesarias, a fin de potenciar de la mejor manera posible soluciones de calefacción y refrigeración rentables en términos de coste-eficacia y sostenibles desde el punto de vista medioambiental;
74. Cree que la inversión en la eficiencia energética de los edificios debería ir acompañada de inversión en calefacción y refrigeración renovables; considera que las sinergias detectadas entre la eficiencia energética en edificios y la calefacción y la refrigeración renovables brindan una oportunidad importante en la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono; acoge favorablemente los esfuerzos a escala nacional a fin de aumentar el número de edificios de consumo de energía casi nulo;
75. Recomienda que, en el caso de los monumentos arquitectónicos, los sistemas de renovación térmica individual se diseñen prestando una doble atención a las inversiones en el armazón del edificio junto con la optimización de los sistemas de control y automatización de edificios y al suministro de calefacción y refrigeración eficientes, al mismo tiempo que se presta atención a no poner en peligro el estilo arquitectónico particular de los edificios en cuestión;
76. Observa que las soluciones arquitectónicas de los edificios inteligentes deben adoptar un enfoque holístico para garantizar un confort térmico (refrigeración) mediante la forma y la masa de los edificios, la adaptación del espacio y el ajuste de parámetros como la cantidad de luz diurna, la intensidad de ventilación y recuperación, todo ello con unos costes de explotación bajos;
77. Subraya la importancia de las auditorías de energía térmica normalizadas y la rentabilidad solventar problemas mediante aislamiento industrial para ahorrar energía y reducir las emisiones; señala que los costes de la energía industrial podrían seguir reduciéndose mediante inversiones en tecnologías ya existentes y que hayan demostrado ser sostenibles;
78. Subraya que los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos constituyen un instrumento importante para modernizar el sistema energético; estima que las restricciones en vigor hasta el momento relativas a la financiación a cargo del FEDER para la prioridad de transición hacia bajas emisiones de carbono no han sido eficaces; considera que, de cara al periodo de programación posterior a 2020, el porcentaje presupuestario destinado a esta prioridad debería aumentarse;
79. Destaca la importancia de garantizar el acceso a la financiación, tanto a corto como a largo plazo, para inversiones en proyectos de todos los tamaños relacionados con la modernización del sector de la calefacción y la refrigeración, incluidas la calefacción y la refrigeración urbanas, la mejora de la correspondiente estructura de redes, la modernización de los sistemas de calefacción, en particular el paso a las fuentes de energía renovables, y una aceleración en el porcentaje de renovación de edificios; pide, en este sentido, a la Comisión que desarrolle mecanismos financieros sólidos, innovadores y a largo plazo; destaca el papel que el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE) y otros fondos europeos aplicables, como por ejemplo los del Banco Europeo de Inversiones (BEI) o a través del régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión, pueden desempeñar en términos financieros y de asistencia técnica, garantizando que los proyectos sean atractivos para los inversores al ofrecer unas condiciones reglamentarias estables, en particular reduciendo al mínimo la burocracia y englobando un proceso de solicitud y aprobación de expedientes; pide a la Comisión que refuerce las disposiciones actuales sobre calefacción y refrigeración en el periodo de programación posterior a 2020 para todos los fondos europeos aplicables, así como para la eliminación de las barreras que impiden que las autoridades locales asignen recursos útiles para la renovación de edificios públicos; apoya la iniciativa «financiación inteligente para edificios inteligentes», que promueve una mayor implantación de la eficiencia energética junto con el uso de energías renovables en el sector de la construcción; opina que debe darse prioridad a la renovación y al aislamiento térmico de los edificios frente a otras medidas en lo que se refiere al acceso a la financiación, a la vista de su enorme potencial para la creación de empleo;
80. Reitera la necesidad de utilizar los Fondos Estructurales para más tipos de mejoras en materia de edificios y sistemas de construcción, especialmente en forma de préstamos preferentes a propietarios de edificios del sector privado, lo cual daría un impulso mucho mayor a la mejora sumamente necesaria de los edificios existentes, especialmente en las zonas menos desarrolladas de la Unión;
81. Subraya que, a fin de potenciar las mejoras en el sector de la calefacción y la refrigeración, la Comisión debería hacer un uso pleno de las «condicionalidades ex ante» previstas en el artículo 19 del Reglamento (UE) n.º 1303/2013 y garantizar que la legislación vigente de la Unión con medidas relevantes sobre calefacción y refrigeración se transponen y aplican adecuadamente;
82. Considera que las Directrices sobre ayudas estatales para tecnologías eficientes, indispensables para la descarbonización del sector de la calefacción y la refrigeración, en particular en la medida en que son soluciones basadas en la comunidad, deberían tomar en consideración la necesidad de un respaldo público adecuado;
83. Considera que iniciativas como el programa de asistencia energética local europea (ELENA), las Ciudades y las Comunidades inteligentes y el nuevo pacto integral de los alcaldes para el clima y la energía pueden apoyar a entes activos a escala local y regional en la renovación energética de los edificios;
84. Pide a la Comisión que vele por que el presupuesto de la Unión se utiliza conforme a los objetivos de descarbonización y eficiencia energética;
85. Pide a los Estados miembros que adopten medidas específicas y que incentiven enérgicamente las mejoras en eficiencia energética y un mayor uso de las fuentes de energía renovables en hogares vulnerables y con bajo nivel de ingresos; pide a la Comisión que adjudique una parte mucho mayor de los fondos de la Unión a los programas de eficiencia energética y fuentes de energía renovables para hogares vulnerables y en situación de pobreza energética, y que oriente a los Estados miembros sobre medidas específicas relacionadas con la pobreza energética;
86. Considera que los ciudadanos deberían disponer de información de mayor calidad sobre su consumo de energía y los posibles ahorros de energía y los beneficios de las mejoras de sus sistemas de calefacción basadas en energías renovables, incluida la posibilidad de producir y consumir calefacción y refrigeración renovables producidas por ellos mismos;
87. Opina que los Estados miembros deben asegurarse mediante, entre otros instrumentos, campañas de información, servicios centralizados, compras conjuntas (ayudando a los trabajadores a unirse para comprar a precios reducidos) y agrupamiento de proyectos individuales (reuniendo varios proyectos pequeños en un grupo mayor para que puedan financiar inversiones a unos tipos más favorables), de que los consumidores sean plenamente conscientes y tengan acceso a los beneficios tecnológicos y económicos de unos sistemas de calefacción y refrigeración más sostenible, así como de las mejoras de la eficiencia energética, de modo que puedan tomar las mejores decisiones según sus circunstancias individuales y se beneficien de las mejoras económicas y en materia de sanidad y calidad de vida disponibles: observa que los hogares situados en lugares remotos y aislados podrían requerir atención particular y soluciones únicas; destaca el potencial de los «prosumidores» (consumidores de energía activos) a la hora de establecer sistemas energéticos que proporcionen calefacción y refrigeración renovables; subraya la importancia de la educación, la formación, la certificación y la supervisión continuos de instaladores y arquitectos, ya que son el primer punto de contacto para los consumidores domésticos;
88. Considera necesaria la formación continua de los expertos que evalúan el estado térmico de los edificios y la efectividad de su método de calefacción (refrigeración); considera necesario ubicar de manera estratégica grupos de servicios que estén accesibles a los usuarios finales;
89. Resalta la importancia de dar a los consumidores libertad de elegir entre diversas tecnologías de calefacción de alta eficiencia y renovables que se adecuen mejor a sus necesidades particulares de calefacción;
90. Destaca que es, por lo tanto, necesario permitir que los consumidores, mediante información e incentivos, aceleren la modernización de sus sistemas de calefacción antiguos e ineficientes para lograr una mayor eficiencia energética, algo que ya se puede conseguir mediante el uso de las tecnologías existentes, incluidos los sistemas de calefacción basados en energías renovables; señala la falta de concienciación de los consumidores sobre el rendimiento, a menudo bajo, de los sistemas de calefacción y refrigeración que tienen instalados; pide a la Comisión que presente propuestas para ayudar a concienciar sobre los sistemas de calefacción y refrigeración existentes, y para aumentar el porcentaje de modernización, como parte de la próxima revisión de la Directiva sobre la eficiencia energética de los edificios; considera que se ha de examinar la introducción de un sistema de etiquetado energético para los dispositivos de calefacción instalados;
91. Destaca el papel activo que los consumidores pueden desempeñar en el camino hacia un sistema europeo sostenible de calefacción y refrigeración; opina que un resultado eficiente del nuevo Reglamento sobre «etiquetado energético», en el que las escalas de las nuevas etiquetas son prospectivas, lo que permite destacar las diferencias en materia de eficiencia energética de los diferentes productos, puede ayudar a los consumidores a la hora de tomar decisiones en cuanto a ahorro energético y para reducir sus facturas;
92. Insta a la Comisión y a los Estados miembros a que ideen estrategias específicas para hacer frente al problema cada vez mayor de la pobreza energética, a fin de ayudar a todos los consumidores, en particular a los más vulnerables, a mejorar sus condiciones de vivienda, calefacción y refrigeración, de manera individual o colectiva, sean propietarios o inquilinos;
93. Resalta la necesidad de alcanzar un alto nivel de independencia energética mediante el uso prioritario de recursos locales;
94. Pide que el calor residual de instalaciones industriales existentes se utilice para la calefacción doméstica;
95. Estima que la clave para combatir la pobreza energética es reducir los costes globales de la calefacción para hogares particulares garantizando un aumento significativo de la eficiencia energética en las tres fases principales del uso de la energía: la conversión de la energía primaria en energía útil, el transporte posterior de esta energía y, en particular, su utilización por parte del usuario final; pide a los Estados miembros que conviertan las medidas de eficiencia energética y el cambio a la calefacción y la refrigeración renovables en una auténtica prioridad;
96. Considera importante garantizar que se destina una parte de los fondos de promoción de la eficiencia energética a la mejora de los hogares en situación de pobreza energética o de las personas que viven en las zonas más deprimidas, por ejemplo ayudándoles a invertir en unos sistemas de calefacción y refrigeración más eficientes desde el punto de vista energético;
97. Considera que, en el marco de la Directiva de eficiencia energética, los Estados miembros deben poner en marcha planes estatales de renovación de edificios para hacerlos eficientes desde el punto de vista energético, incluyendo incentivos para la renovación de los edificios de particulares, donde deben contemplar acciones específicas dirigidas a los colectivos más vulnerables con el fin de combatir la pobreza energética;
98. Pide a la Comisión que, cuando aplique la directiva sobre eficiencia energética, desarrolle la formación de operadores en el ámbito de la realización de auditorías y la planificación de medidas de eficiencia energética, y que ayude a los particulares, y en especial a los grupos más vulnerables, para que lleven a cabo acciones de este tipo;
99. Destaca que, mientras que un gran número de edificios europeos desperdician hoy energía debido a la mala calidad de su aislamiento y a sus sistemas de calefacción anticuados e ineficientes, la pobreza energética afecta casi al 11 % de la población de la Unión;
100. Pide a la Comisión, a los Estados miembros y a las autoridades locales, considerando el riesgo de posibles crisis futuras en el abastecimiento de gas, que integren completamente la producción de biogás a partir del procesamiento de estiércol en la aplicación de la economía circular;
101. Encarga a su Presidente que transmita la presente Resolución a la Comisión.
Comunicación de la Comisión Europea (2014) titulada «La eficiencia energética y su contribución a la seguridad de la energía y al marco 2030 para las políticas en materia de clima y energía» (COM(2014)0520).