Resolución del Parlamento Europeo, de 16 de noviembre de 2017, sobre la Estrategia UE-África: un impulso para el desarrollo (2017/2083(INI))
El Parlamento Europeo,
– Vistos el artículo 21 del Tratado de la Unión Europea (TUE) y el artículo 208 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE),
– Vista la «Estrategia Global sobre Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea – Una visión común, una actuación conjunta: una Europa más fuerte», que fue presentada al Consejo Europeo en su reunión de los días 28 y 29 de junio de 2016,
– Vista la declaración conjunta del Parlamento, del Consejo y de los representantes de los Gobiernos de los Estados miembros reunidos en el seno del Consejo y de la Comisión, de 7 de junio de 2017, sobre el Nuevo Consenso Europeo en materia de Desarrollo: «Nuestro mundo, nuestra dignidad, nuestro futuro»,
– Vistos la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible, así como el documento final aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015 titulado «Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible» y los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible (ODS),
– Vistos los Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios que se elaboraron en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (los Principios del CSA) con el fin de contribuir a la consecución de los ODS uno y dos,
– Vista la Agenda de Acción de Adís Abeba sobre la Financiación para el Desarrollo de 2015,
– Visto el Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015,
– Vista la Cumbre Africana de la Acción, celebrada el 16 de noviembre de 2016, en la que se consagró la dimensión africana de la COP22,
– Vista la Comunicación de la Comisión, de 26 de febrero de 2016, sobre el Plan de acción de la UE contra el tráfico de especies silvestres (COM(2016)0087),
– Vistos el Acuerdo de Asociación entre los Estados de África, del Caribe y del Pacífico, por una parte, y la Comunidad Europea y sus Estados miembros, por otra, firmado en Cotonú el 23 de junio de 2000(1) («Acuerdo de Cotonú»), y sus revisiones de 2005 y 2010,
– Vista la Asociación Estratégica UE-África, aprobada por los jefes de Estado y de Gobierno de África y la Unión Europea en la Cumbre de Lisboa, el 9 de diciembre de 2007, así como los dos planes de acción aprobados en Acra, en octubre de 2007, para el período 2008-2010, y en Trípoli, en noviembre de 2010, para el período 2011-2013,
– Vistas las Conclusiones de la cuarta Cumbre UE-África, celebrada en Bruselas los días 2 y 3 de abril de 2014, así como la hoja de ruta que define el formato de las reuniones (formato de El Cairo) y los ejes de cooperación entre los dos continentes para el período 2014-2017, y la declaración UE-África sobre migración y movilidad,
– Vista la Agenda 2063 de la Unión Africana (UA), aprobada en mayo de 2014,
– Visto el Informe sobre las propuestas de recomendación relativas a la reforma institucional de la Unión Africana, elaborado por Paul Kagamé y titulado «L'impératif de renforcer notre Unión» (El imperativo de reforzar nuestra Unión),
– Vista la declaración del tercer Foro Intercontinental de la Sociedad Civil, celebrado en Túnez del 11 al 13 de julio de 2017, que aboga por una mayor participación de las organizaciones de la sociedad civil y por que las personas ocupen un lugar central en la Estrategia UE-África,
– Vista la Comunicación conjunta de la Comisión y de la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, de 7 de junio de 2017, titulada «Un planteamiento estratégico de la resiliencia en la acción exterior de la UE» (JOIN(2017)0021),
– Visto el Reglamento (UE) 2017/1601 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de septiembre de 2017, por el que se establece el Fondo Europeo de Desarrollo Sostenible (FEDS), la Garantía del FEDS y el Fondo de Garantía del FEDS(2),
– Vista la propuesta de la Comisión de 5 de julio de 2016 de un Reglamento del Parlamento y del Consejo, que modifica el Reglamento (UE) n.º 230/2014 por el que se establece un instrumento en pro de la estabilidad y la paz (COM(2016)0447),
– Vista la Comunicación conjunta de la Comisión Europea y de la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, de 22 de noviembre de 2016, titulada «Una asociación renovada con los países de África, el Caribe y el Pacífico» (JOIN(2016)0052),
– Vistas las diferentes comunicaciones de la Comisión sobre las relaciones entre la UE y África, en particular la de 27 de junio de 2007, titulada «De El Cairo a Lisboa – la Asociación estratégica UE-África» (COM(2007)0357), la de 17 de octubre de 2008, titulada «Un año después de Lisboa: la Asociación África – UE en marcha» (COM(2008)0617) y la de 10 de noviembre de 2010 sobre la consolidación de las relaciones entre la UE y África: 1 500 millones de habitantes, 80 países, dos continentes, un futuro (COM(2010)0634),
– Vistas la Comunicación conjunta de la Comisión Europea y de la Alta Representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad al Parlamento Europeo y al Consejo, de 4 de mayo de 2017, titulada «Por un impulso renovado de la asociación África-UE» (JOIN(2017)0017), y las Conclusiones del Consejo al respecto, de 19 de junio de 2017,
– Vistas sus Resoluciones anteriores sobre las relaciones entre la UE y África y los países ACP, en particular la de 4 de octubre de 2016 sobre el futuro de las relaciones ACP-UE después de 2020(3),
– Vista su Resolución, de 13 de septiembre de 2016, sobre el Fondo Fiduciario de la UE para África: las repercusiones sobre el desarrollo y la ayuda humanitaria(4),
– Vista su Resolución, de 7 de junio de 2016, sobre el Informe de la UE de 2015 sobre la coherencia de las políticas en favor del desarrollo(5),
– Vista su Resolución, de 22 de noviembre de 2016, sobre una mayor eficacia de la cooperación al desarrollo(6),
– Visto el artículo 52 de su Reglamento interno,
– Vistos el informe de la Comisión de Desarrollo y las opiniones de la Comisión de Asuntos Exteriores, de la Comisión de Comercio Internacional y de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (A8-0334/2017),
A. Considerando que los vínculos que la Unión Europea mantiene con los países africanos son de carácter histórico y sus destinos están estrechamente unidos; que la UE es el socio principal de África en el ámbito económico y comercial, así como en materia de desarrollo, ayuda humanitaria y seguridad;
B. Considerando que es necesario dotar a la asociación África-UE de una nueva visión que refleje la evolución de la situación política, económica, medioambiental y social en ambos continentes; que es necesario adaptarse a la presencia de nuevos actores en la escena internacional —incluida China— y avanzar hacia una asociación más moderna y política que haga hincapié en la defensa de los intereses clave que compartimos;
C. Considerando que las relaciones entre la UE y África deben basarse en los principios de comprensión y beneficio mutuos, así como en unos valores comunes en el marco de una asociación de reciprocidad;
D. Considerando que las relaciones entre la UE y el continente africano se estructuran en torno a diversos instrumentos jurídicos y distintas estrategias políticas, y que conviene reforzar las sinergias y la coherencia entre ambas partes para que su asociación resulte más eficaz y sostenible;
E. Considerando que el Acuerdo de Cotonú, celebrado entre 79 países ACP, de los cuales 48 son del África subsahariana, y la UE, constituye la principal asociación entre la UE y África; que la UE también ha entablado relaciones con países africanos que no son partes del Acuerdo de Cotonú; que la asociación ACP-UE se estableció en un momento en que los países ACP aún no habían formado sus estructuras actuales de cooperación regional o continental; que la creación de la UA en 2003 y la Asociación Estratégica UE-África en 2007 hace que resulte esencial la racionalización de los diversos marcos políticos entre la UE y África; que en el preámbulo de la Asociación Estratégica UE-África se establece claramente el objetivo de dispensar un trato unitario a África;
F. Considerando que la UE mantiene con los países africanos un intenso diálogo institucional y político a través de las Cumbres UE-África, la organización intergubernamental «Unión por el Mediterráneo» (UPM) y los órganos de cooperación ACP-UE y, en el ámbito parlamentario, a través de la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE, la Delegación del Parlamento Europeo en la Asamblea Parlamentaria de la UPM o el Parlamento Panafricano;
G. Considerando que el 11º FED (Fondo Europeo de Desarrollo) está dotado de un presupuesto de 30 500 millones EUR, de los cuales 900 millones EUR están reservados para el Fondo de Apoyo a la Paz para África, y que 1 400 millones EUR de la reserva del FED se utilizarán para el Fondo Fiduciario de la UE para África; que se han destinado más de 5 000 millones EUR a las necesidades de los países africanos a través del Instrumento Europeo de Vecindad (IEV) y que se han asignado 845 millones EUR al Programa Panafricano en el marco del Instrumento de Financiación de la Cooperación al Desarrollo (ICD) a efectos de la aplicación de la Estrategia Conjunta UE-África;
H. Considerando que la futura Cumbre UA-UE, que se celebrará en Abiyán los días 29 y 30 de noviembre de 2017, dedicada al tema «Invertir en la juventud», brinda una oportunidad para crear, afianzar y desarrollar unas condiciones económicas de igualdad real entre socios deseosos de defender intereses comunes primordiales;
I. Considerando que la nueva Estrategia Conjunta UE-África deberá inscribirse en el futuro acuerdo posterior a Cotonú;
J. Considerando que la UE es un socio histórico de África y uno de los principales garantes de la seguridad en el continente, que constituye un asunto de máxima importancia; que la seguridad y el crecimiento sostenible del continente europeo dependen estrecha y directamente de la estabilidad y el desarrollo del continente africano y viceversa;
K. Considerando que un apoyo constante a la aplicación efectiva de la Arquitectura de Paz y Seguridad de África y el compromiso de la UE, la UA y otros actores internacionales presentes en África son fundamentales para el desarrollo y la estabilidad del continente africano;
L. Considerando que la migración ocupa un lugar destacado en la Estrategia Global sobre Política Exterior y de Seguridad de la UE y que constituye un tema prioritario en sus relaciones exteriores, incluidas las relaciones con África; que África y Europa comparten intereses y responsabilidades en materia de migración y movilidad, en particular en la lucha contra la trata y el tráfico ilícito de personas, y que la gestión migratoria exige soluciones mundiales basadas en la solidaridad, el reparto de responsabilidades, el respeto de los derechos de los migrantes y del Derecho internacional, así como el uso efectivo de los instrumentos de cooperación al desarrollo;
M. Considerando que más de 218 millones de personas viven en situación de pobreza extrema en África; que el porcentaje de la población que vive en pobreza extrema en el África subsahariana ha descendido del 56 % en 1990 hasta el 43 % en 2012; que 33 de los 47 países menos avanzados se encuentran en el continente africano, por lo que la asociación UE-África es un instrumento indispensable para la puesta en práctica de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los ODS, en particular la erradicación de la pobreza;
N. Considerando que se calcula que en África las necesidades en infraestructuras ascienden a 75 000 millones EUR anuales; que el valor del mercado de consumo podría alcanzar un billón USD en 2020; que está previsto que las inversiones extranjeras directas se incrementen de modo constante hasta los 144 000 millones USD en 2020, y que la población actual es de 1 000 millones de habitantes;
O. Considerando que las exportaciones africanas siguen estando dominadas por los productos sin transformar; que un porcentaje importante de estas exportaciones se inscriben en acuerdos comerciales preferenciales; que el acceso libre al mercado para la mayoría de productos africanos incrementa las capacidades de los países africanos y mejora su competitividad y participación en los mercados mundiales, siempre y cuando vaya de la mano, entre otros, de políticas que persigan una industrialización y una productividad rural sostenibles a largo plazo como vías principales al desarrollo;
P. Considerando que es necesario tener en cuenta las tendencias demográficas, ya que en 2050 la población africana podría ascender, según algunas proyecciones, a 2 500 millones de personas, en su mayoría jóvenes, mientras que se prevé que la población europea esté significativamente más envejecida; que es, por tanto, fundamental crear millones de empleos y apoyar y afianzar el empoderamiento de las mujeres y los jóvenes, en particular mediante la educación, el acceso a la asistencia sanitaria y la formación en el continente africano;
Refuerzo del diálogo político entre la UE y África: una condición previa para una asociación estratégica renovada
1. Toma nota de la reciente Comunicación titulada «Un impulso renovado para la asociación África-UE», destinada a imprimir un nuevo impulso a la asociación UE-África para reforzarla y profundizarla orientándola hacia la prosperidad y la estabilidad de los dos continentes, de conformidad con los compromisos contraídos en el marco de los ODS, el Nuevo Consenso Europeo en materia de Desarrollo —que aporta un conjunto de pautas para la política europea de desarrollo—, la Estrategia Global sobre Política Exterior y de Seguridad de la UE y la Agenda 2063;
2. Recuerda que África es un socio estratégico clave de la UE y considera que es fundamental estrechar las relaciones entre la UE y la UA a través de un diálogo revisado y ampliado, que incluya los principios de transparencia y buena gobernanza, con vistas a establecer una situación provechosa para todos, así como una cooperación equitativa y sostenible para afrontar los mismos desafíos y obtener beneficios comunes, además de garantizar el principio de apropiación y tener en cuenta las circunstancias específicas y el nivel de desarrollo de cada país socio;
3. Pide a la futura asociación que se centre en los ámbitos prioritarios señalados tanto por la UA como por la UE, entre los que se encuentran:
–
el desarrollo económico (mediante el comercio, los Acuerdos de Asociación Económica (AAE), una mayor integración regional, la diversificación económica, la industrialización sostenible y la creación de empleos de calidad),
–
la buena gobernanza, incluidos los derechos humanos,
–
el desarrollo humano a través de los servicios públicos que cubren necesidades básicas, como la educación, la sanidad, el acceso al agua y el saneamiento, la igualdad de género, la ciencia, la tecnología y la innovación,
–
la seguridad y la lucha contra el terrorismo,
–
la migración y la movilidad,
–
el medio ambiente, incluido el cambio climático;
4. Recuerda que la ayuda presupuestaria representa el mejor modo de canalizar los créditos, ya que dota a los gobiernos de los medios para decidir sobre sus necesidades y prioridades; y que la ayuda presupuestaria general o sectorial permite afianzar las políticas de desarrollo y garantizar una capacidad de absorción máxima;
5. Celebra que la quinta Cumbre UA-UE, que se celebrará en Costa de Marfil el próximo mes de noviembre, tenga como temática central la juventud, dada su importancia para el futuro de los dos continentes;
6. Recuerda la importancia y la eficacia de la cooperación ACP-UE y los resultados obtenidos en materia de desarrollo; subraya que este marco jurídicamente vinculante debe mantenerse más allá de 2020; insiste en la necesidad de intensificar esta cooperación, desarrollando al mismo tiempo su dimensión regional, en particular a través de una cooperación reforzada con la UA, las comunidades económicas regionales y otras organizaciones regionales; pide que se aplique un planteamiento más estratégico, pragmático y exhaustivo y estructurado al diálogo político en el marco de las negociaciones del acuerdo posterior a Cotonú;
7. Pide que se refuerce la dimensión parlamentaria en el marco de las relaciones entre la ACP y la UE; hace hincapié en que la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE constituye un espacio único de interacción y desempeña una función primordial en el afianzamiento de la democracia, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos;
8. Destaca que la revisión de la política europea de vecindad brinda la oportunidad de mejorar la coordinación de la política de vecindad y la destinada a los demás Estados de África, a través de la creación de marcos de cooperación ampliados sobre asuntos de índole regional como la seguridad, la energía e incluso la migración;
9. Reitera la necesidad de mantener, en el marco de la asociación UE-África, un enfoque coordinado entre los Estados miembros de la UE y entre la UE y sus Estados miembros, según lo dispuesto en el artículo 210 del TFUE; recuerda, asimismo, que el respeto del principio de la UE de coherencia de las políticas de desarrollo es necesario en las políticas e iniciativas tanto europeas como africanas por igual a fin de alcanzar los ODS;
10. Pide que el principio de coherencia de las políticas en favor del desarrollo se incorpore plenamente en las relaciones comerciales de la UE con África, lo que implica la inclusión de cláusulas vinculantes en materia de comercio y desarrollo sostenible (CDS) en todos los acuerdos comerciales de la UE con países africanos, en consonancia con el compromiso contraído por la Comisión en la estrategia «Comercio para todos»;
11. Reitera la importancia de que los Estados miembros cumplan con su compromiso de destinar el 0,7 % de su PIB a ayuda oficial al desarrollo para poder fortalecer las relaciones de cooperación con África;
12. Suscribe la voluntad declarada de intensificar las alianzas entre la UE y África para abordar cuestiones de gobernanza mundial; insiste, a este respecto, en la necesidad de intensificar el diálogo con la UA y en la importancia de garantizar su autonomía financiera, de conformidad con la decisión de Kigali sobre financiación, reduciendo su dependencia de la financiación exterior; toma nota de las propuestas presentadas en el informe elaborado por Paul Kagamé, orientado a reforzar la UA con vistas a impulsar el proceso de integración política africana;
13. Destaca el papel desempeñado por la sociedad civil —que incluye actores como las ONG, las organizaciones confesionales, el sector privado, los sindicatos, las asambleas parlamentarias, las autoridades locales y la diáspora, cada uno con sus particularidades— a la hora de consolidar el diálogo político entre la UE y África para velar por una asociación centrada en las personas;
14. Hace hincapié en que es necesario aumentar la participación de la sociedad civil y de los interlocutores sociales en la asociación UE-África mediante el refuerzo de sus capacidades, especialmente transfiriendo conocimientos especializados y garantizando su participación en el diseño y la aplicación de reformas y políticas pertinentes; considera que la participación de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) es fundamental para la rendición de cuentas pública; respalda las distintas plataformas establecidas para hacer de la sociedad civil un interlocutor clave de la asociación, en particular el Foro Anual Conjunto (FAC), que tiene por objetivo aplicar la hoja de ruta UE-África; lamenta, no obstante, que nunca se haya convocado el FAC, y pide encarecidamente a la UE y a la UA que faciliten los recursos financieros y políticos necesarios para garantizar una participación significativa de todas las partes interesadas en la asociación, también en el marco de la quinta Cumbre UA-UE;
Construir Estados y sociedades más resilientes para todo el mundo, en especial para la juventud, a fin de alcanzar los ODS
15. Considera que es necesario establecer la resiliencia (en sus cinco dimensiones) como un eje esencial de la nueva Estrategia UE-África;
Resiliencia política
16. Subraya la necesidad de reforzar no solo la buena gobernanza, la democracia, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos, sino también de esforzarse en la lucha contra la corrupción en ambos continentes, puesto que se trata de elementos indispensables del desarrollo sostenible;
17. Pide, por lo tanto, un diálogo franco e inclusivo, basado en el respeto mutuo, que convierta estos valores y principios en un eje principal de cooperación, en particular al ampliar la condicionalidad de la ayuda al desarrollo a su estricto cumplimiento;
18. Subraya que abordar con una mayor determinación los retos de la gobernanza en África tiene una importancia fundamental para construir sociedades más justas, más estables y más seguras; destaca la necesidad de seguir defendiendo y promoviendo los derechos humanos y la gobernanza sobre la base de los instrumentos jurídicos internacionales, las leyes y los principios y mecanismos existentes, incluidos los organismos de gobernanza regionales —como la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos y sus protocolos, la Carta Africana de la Democracia, las Elecciones y la Gobernanza y el Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos— con miras a reforzar la apropiación;
19. Recuerda el importante papel desempeñado por la Corte Penal Internacional en la lucha contra la impunidad, así como los valores de paz, seguridad, igualdad, equidad, justicia y reparación que transmite; reitera su llamamiento a la UE y a los Estados africanos para que sigan respaldando el Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional; insta a todos los signatarios del Estatuto de Roma a que lo ratifiquen lo antes posible;
20. Apoya la organización de una conferencia conjunta de alto nivel UA-UE sobre los procesos electorales, la democracia y la gobernanza en África y en Europa, y pide la plena participación del Parlamento Europeo, el Parlamento Panafricano, la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE y la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea de la UPM en esta iniciativa; pide que se refuercen los vínculos entre las distintas asambleas a fin de favorecer las sinergias y la coherencia entre las acciones emprendidas;
Resiliencia en materia de seguridad
21. Insiste en la vinculación directa entre seguridad y desarrollo; destaca la necesidad de integrar mejor las cuestiones de seguridad y los objetivos de desarrollo para abordar los problemas específicos de los Estados frágiles y para potenciar Estados y sociedades más resilientes; señala que esto debería llevarse a cabo mediante instrumentos específicos y financiación adicional;
22. Pide una cooperación más intensa entre la UE y África en el ámbito de la seguridad y la justicia en relación con el marco jurídico internacional a fin de adoptar un tratamiento holístico de los problemas y de combatir mejor la delincuencia organizada, la trata de seres humanos y el tráfico ilícito de migrantes, en particular en lo que respecta a los niños, así como el terrorismo; considera que las medidas emprendidas por la UE deben responder a las estrategias adoptadas por los países africanos, en particular las que están incluidas en la Agenda 2063 en materia de paz y seguridad;
23. Destaca la necesidad de cooperación entre la UE, la UA, organizaciones regionales y otros actores políticos pertinentes de África en el ámbito de la seguridad a fin de incrementar las capacidades de los países en desarrollo, reformar sus sectores de la seguridad y apoyar actividades en el ámbito del desarme, la desmovilización y la reinserción de antiguos combatientes;
24. Recuerda que el terrorismo es una amenaza mundial para la paz y la estabilidad, el desarrollo sostenible y la seguridad interior de la región, que debe ser abordada de forma coordinada por los gobiernos nacionales, las organizaciones regionales e internacionales y las agencias de la UE; aboga por una cooperación reforzada en el marco de la Estrategia UE-África destinada a impedir la impunidad, promover el Estado de Derecho y la expansión de la capacidad policial y judicial con el fin de facilitar el intercambio de información y de buenas prácticas y prevenir, contrarrestar y combatir la financiación del terrorismo y la delincuencia organizada, y actuar judicialmente contra ellas; observa que la estrategia de lucha contra el terrorismo también debe incluir medidas para prevenir la radicalización en África y en Europa, especialmente entre los jóvenes, pues conduce al extremismo violento;
25. reitera la importancia de las distintas misiones y operaciones de la UE desplegadas en África; se congratula de la creación de la Fuerza Conjunta del G-5 del Sahel; pide que se refuercen las acciones europeas para la paz y la seguridad en colaboración con los socios africanos e internacionales y que se apoye la plena operacionalización de la Arquitectura de Paz y Seguridad de África (APSA); solicita una contribución inicial de la UE al Fondo de Paz de la UA para las actividades incluidas en el apartado de «mediación y diplomacia»;
Resiliencia medioambiental
26. Recuerda que África es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático; considera fundamental que la UE desarrolle un enfoque estratégico con respecto a la creación de resiliencia climática y que apoye en consecuencia a los países africanos, en particular a los menos desarrollados, en sus esfuerzos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de adaptación; hace hincapié en la importancia del cambio climático como multiplicador del riesgo de conflictos, sequías, hambrunas y migración, como permite apreciar el reciente brote de hambruna en Sudán del Sur, Nigeria y Somalia; reitera, en este contexto, la necesidad imperante de promover y respetar el compromiso adquirido en París en 2015 de asignar 100 000 millones de dólares de aquí a 2020 a los países en desarrollo; pide que se exploten nuevas formas de colaboración África-UE a fin de reducir los obstáculos a la financiación y la transferencia de tecnología;
27. Hace hincapié en que África posee un entorno natural rico y diverso; pide que la protección de la biodiversidad africana ocupe un lugar central de la agenda política UE-UA; pide que la Estrategia UE-África trabaje conjuntamente con las prioridades del Plan de acción de la UE contra el tráfico de especies silvestres y que proteja el patrimonio natural, en particular los parques naturales;
28. Alienta una mayor inversión en los ámbitos de la energía de transición y la economía circular, con el fin de seguir promoviendo acciones que contribuyan al respeto del medio ambiente y que creen oportunidades de empleo para los jóvenes; recuerda que asegurar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos es fundamental para satisfacer las necesidades humanas básicas, resulta esencial para prácticamente todo tipo de actividad económica y es un motor clave del desarrollo; pide un apoyo continuado de la UE a la Iniciativa Africana de Energías Renovables, y acoge con satisfacción la propuesta de la Comisión para poner en marcha una nueva asociación UE-África en materia de investigación e innovación sobre el cambio climático y la energía sostenible;
29. Pide a la asociación UE-África que se centre en la agricultura y en la seguridad alimentaria en una perspectiva a largo plazo y que promueva sinergias entre seguridad alimentaria y medidas en favor del clima; insta a la UE, en este contexto , a que amplíe la asistencia destinada a la agricultura sostenible, la agrosilvicultura y las prácticas agroecológicas respetuosas del uso tradicional de la tierra y que garanticen el acceso a la tierra, al agua y a semillas de «fuente abierta»; pide asimismo que la UE brinde apoyo a los pequeños agricultores y pastores para que alcancen la seguridad alimentaria mediante la creación y la inversión en infraestructuras de acuerdo con los Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios del CSA, y que apoyen el establecimiento de cooperativas; destaca igualmente la capacidad y experiencia adquiridas por las organizaciones de la sociedad civil a nivel de la comunidad en relación con la agricultura sostenible;
30. Celebra las iniciativas de la UE que promueven una mejor gestión y un comercio más transparente de los recursos naturales; cree que la gestión sostenible y el comercio de recursos naturales, como minerales, la madera y las especies silvestres, permitirían a los países con riqueza de recursos y a sus poblaciones extraer un mayor beneficio de ellos; recuerda la necesidad de legislación de la UE sobre minerales procedentes de zonas en conflicto y de medidas de acompañamiento basadas en un enfoque integrado que promueva la aplicación de normas internacionales en materia de diligencia debida con arreglo a la definición de la guía de la OCDE; pide que se elabore una carta común UE-África sobre la gestión sostenible de los recursos naturales;
Resiliencia económica
31. Considerando que un entorno legislativo e institucional estable y una economía sana son elementos esenciales para la competitividad, las inversiones, la creación de empleo, la mejora del nivel de vida y un crecimiento sostenible; destaca, en este contexto, la necesidad de mejorar el acceso en línea a información jurídica sobre el Derecho mercantil; recuerda que el crecimiento económico sin un Estado imparcial no siempre garantiza el desarrollo o el progreso social, e insiste en la necesidad de redistribuir la riqueza creada, garantizar los servicios a los ciudadanos y mejorar la igualdad de oportunidades;
32. Pide una mayor cooperación entre los sectores privados de la Unión y de África, así como una concentración de las inversiones, en especial a través de asociaciones público-privadas, con arreglo a un código ético estricto y a los principios de la responsabilidad social, en sectores fundamentales como:
–
la energía sostenible, incluido el acceso a la electricidad para todos,
–
las infraestructuras básicas, en particular en el sector del transporte, incluido el transporte marítimo,
–
la utilización sostenible de los recursos naturales,
–
la agricultura sostenible,
–
la economía azul, incluida la industria marítima,
–
la ciencia, la tecnología y la innovación, en particular en relación con asuntos de interés común y que afecten particularmente a uno de los continentes como las enfermedades relacionadas con la pobreza y las enfermedades desatendidas,
–
la digitalización como elemento importante para garantizar el desarrollo de la economía africana, pero también para interconectar a las personas;
33. Resalta que la integración regional constituye un motor para el desarrollo económico y una necesidad en un mundo globalizado; pide que se apoye la cooperación Sur/Sur, que refleja la realidad de la transformación progresiva del continente africano; apoya el establecimiento de una zona continental de libre comercio en África así como el objetivo de incrementar el comercio intraafricano un 50 % de aquí a 2050; recuerda, asimismo, las posibilidades de desarrollo que ofrecen los acuerdos de asociación económica (AAE) y los acuerdos comerciales entre la UE y los países africanos, que hacen posible promover el desarrollo sostenible, los derechos humanos y el comercio justo y ético; destaca la necesidad de que se establezcan normas de origen que apoyen al desarrollo, cláusulas de salvaguardia efectivas, calendarios de liberalización asimétricos y protección para las industrias nacientes, y de que se simplifiquen y hagan transparentes los procedimientos aduaneros; recuerda que los AAE tienen por objetivo ayudar a los países ACP a ampliar sus mercados, alentar los intercambios de mercancías y estimular las inversiones y que prevén una apertura lenta y progresiva del comercio de mercancías entre la UE y los países ACP;
34. Hace un llamamiento a favor de la transparencia en los tratados comerciales y la plena participación de todas las partes interesadas, incluidas las sociedades civiles de los países involucrados, a través de consultas formales, en las futuras negociaciones y en la aplicación de los acuerdos que en la actualidad se encuentran en fase de negociación;
35. Pide a la UE y a sus Estados miembros que coordinen mejor la programas de ayuda al comercio y que incrementen las sinergias con sus políticas de inversiones en África; pide asimismo a la UE que refuerce su compromiso financiero dedicado a la ayuda para el comercio, así como la asistencia técnica y las iniciativas para el desarrollo de capacidades, que son esenciales para los países africanos, en particular los menos desarrollados;
36. Considera que el sector privado, desde las microempresas a las pequeñas y medianas empresas, las cooperativas y las empresas multinacionales, desempeña una función determinante en la creación de empleo y en el proceso de desarrollo, y que contribuye a la financiación del mismo; Destaca el papel específico desempeñado por las pymes y las pequeñas empresas familiares y pide que se apoye la iniciativa individual; celebra, a este respecto, la creación del Fondo Europeo de Desarrollo Sostenible, que debería tener como objetivo apoyar al sector privado en los países de África, especialmente a empresas y pymes locales de países en situación de fragilidad, y fomentar así la inversión y la creación de puestos de trabajo sostenibles, sobre todo para mujeres y jóvenes;
37. Recuerda las obligaciones que debe cumplir el sector privado en el marco de las Directrices de las Naciones Unidas y la OCDE y reitera su llamamiento a los Estados miembros de la UE y de la UA para que participen constructivamente en el Grupo de Trabajo intergubernamental de las Naciones Unidas sobre la cuestión de los Derechos Humanos y las empresas transnacionales y otras empresas a fin de trabajar en el establecimiento de un tratado internacional vinculante, basado en los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humanos, sobre el modo en que las empresas respetan los derechos humanos y las obligaciones con respecto a las normas sociales, laborales y medioambientales;
38. Subraya la necesidad de crear empleos dignos y vincularlos a la inversión, lo que debe hacerse en el marco de la asociación África-UE; pide que se cumplan las normas de la OIT a este respecto; subraya la importancia de la interacción entre los entes sociales, económicos e institucionales y pide que se refuerce la participación de los interlocutores sociales impulsando la eficacia del diálogo social a todos los niveles pertinentes, lo cual es propicio para la negociación colectiva;
39. Lamenta que cada año salgan de África aproximadamente 50 000 millones de dólares en forma de flujos financieros ilícitos, lo que supera el total de la ayuda oficial al desarrollo (AOD) anual y socava los esfuerzos de movilización de los ingresos nacionales; insta, por consiguiente, a las dos partes:
–
a establecer instrumentos eficaces para combatir la evasión fiscal, el fraude fiscal y la corrupción, como la transparencia pública respecto del beneficiario efectivo final de entidades jurídicas, fideicomisos o estructuras similares,
–
a promover la aplicación de los Principios para la Inversión Responsable respaldados por Naciones Unidas,
–
a apoyar iniciativas para aumentar la eficiencia y la transparencia de los sistemas públicos de gestión financiera;
40. Pide asimismo la aplicación efectiva de los Principios rectores sobre la deuda externa y los derechos humanos de las Naciones Unidas y los Principios sobre promoción de otorgamiento y toma responsables de préstamos soberanos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD); acoge favorablemente la labor de las Naciones Unidas en favor de un mecanismo internacional de renegociación de la deuda pública;
41. Pide una mejor inclusión financiera en África, en particular de las mujeres, mediante el desarrollo de la banca electrónica, a fin de combatir la polarización de la sociedad africana; recuerda que las remesas constituyen un flujo de fondos para los países en desarrollo mayor que la AOD total y que pueden contribuir de forma significativa al logro de la Agenda 2030; pide, por lo tanto, a la UE que siga apoyando los esfuerzos de la UA para mejorar los mecanismos de remesas;
Resiliencia social
42. Reconoce la importancia de la dinámica demográfica en África, que necesita una perspectiva estratégica a largo plazo para desarrollar sociedades sostenibles, incluyentes y participativas; hace hincapié asimismo en la necesidad de la discriminación de grupos vulnerables, como las personas con discapacidad y los pueblos indígenas; reconoce que el aumento de población en África representa un reto y también una oportunidad para el continente; pide, por consiguiente, a la UE que se comprometa a fomentar políticas públicas adecuadas e inversiones en salud, educación y salud y derechos sexuales y reproductivos con el fin de garantizar que los jóvenes estén preparados para tomar decisiones fundamentadas sobre su salud sexual y reproductiva, igualdad de género y derechos del niño, sin las que no se puede alcanzar la resiliencia social, económica y medioambiental;
43. Destaca que la tasa de urbanización de África registra un aumento constante y plantea desafíos sociales, económicos y medioambientales; pide soluciones para atenuar esta presión urbana y aliviar los problemas de una urbanización descontrolada;
44. Pide a la UE y a la UA que fortalezcan los sistemas nacionales de enseñanza africanos, en particular la capacidad de sus estructuras administrativas, invirtiendo como mínimo el 20 % de sus presupuestos nacionales en la educación y aumentando el apoyo de la UE a la Iniciativa Acelerada de Educación para Todos y al fondo «La educación no puede esperar»;
45. Destaca la necesidad de un acceso universal, inclusivo y equitativo a una educación de calidad elevada a todos los niveles, desde la primera infancia en adelante y para todos, en particular para las niñas, incluso en situaciones de emergencia y de crisis;
46. Reitera la necesidad de invertir en capital humano y de que la juventud esté conectada a las realidades mundiales y disponga de competencias que respondan a las necesidades actuales y futuras del mercado, reforzando los sistemas de educación y formación profesional (formales e informales), el trabajo autónomo y el emprendimiento;
47. Considera que es importante respaldar a los países africanos a la hora de establecer sistemas de salud eficaces y de garantizar un acceso asequible a servicios de salud para todos, y asimismo, en particular, eliminar las barreras de acceso a las que se enfrentan las mujeres y otros grupos vulnerables, como los niños, las personas con discapacidad y las personas LGBTI;
48. Pide la implantación de una cobertura sanitaria universal mediante el establecimiento de sistemas sanitarios nacionales horizontales; subraya, en particular, la necesidad de formar a un millón de profesionales sanitarios cualificados adicionales a lo previsto en un principio sobre la base de las actuales tendencias, a fin de cumplir la norma mínima de la OMS para 2030;
49. Destaca que las enfermedades infecciosas constituyen una amenaza capital para la resiliencia social; pide a la Comisión que intensifique los esfuerzos de cooperación científica y médica entre los dos continentes, como la Cooperación de Europa y los países en desarrollo sobre ensayos clínicos (EDCTP 2) y que invierta en ciencia, tecnología e innovación para hacer frente a través de su cooperación para el desarrollo a la carga aún enorme de enfermedades desatendidas y relacionadas con la pobreza;
50. Recuerda la necesidad de mayores inversiones en acceso a los servicios de atención sanitaria materna y salud sexual y reproductiva a fin de reducir la mortalidad materna e infantil y de luchar contra prácticas tradicionales perniciosas tales como la mutilación genital femenina y los matrimonios forzoso o precoces;
51. Subraya la importancia de que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en la cooperación UE-África; destaca el papel positivo y la participación de las mujeres en las esferas políticas y económicas, así como en la prevención y resolución de conflictos, el auxilio y en la construcción de paz duradera;
52. Señala que la cultura es un motor y un componente importante del desarrollo, que puede facilitar la inclusión social, la libertad de expresión, la construcción de identidades, el empoderamiento civil y la prevención de conflictos, a la vez que impulsa el crecimiento económico; invita, por tanto, a la UE y a la UA a que promuevan el diálogo político intercultural y la diversidad cultural y a que apoyen estrategias de protección de la cultura y el patrimonio; destaca que la democracia es un valor universal que puede declinarse en todas las culturas; reconoce asimismo el papel del deporte como fuente y motor de inclusión social y la igualdad de género;
Puesta en marcha de una estrategia para la movilidad y los movimientos migratorios que contribuyen al desarrollo de ambos continentes
53. Recuerda que la migración y la movilidad entre Europa y África y en su interior tienen una repercusión económica, social, medioambiental y política que este reto debe abordarse de manera coordinada y global entre ambos continentes y en cooperación con los países de origen, tránsito y destino, aprovechando al máximo las sinergias y recurriendo a todas las políticas, instrumentos y herramientas de la UE, sobre la base de la solidaridad, el reparto de responsabilidades, el respeto y la dignidad humana; recuerda, en este contexto, que resulta conveniente intensificar el diálogo UE-África con miras a las negociaciones sobre los dos pactos mundiales sobre, respectivamente, migración y refugiados, que se celebrarán en 2018 bajo los auspicios de las Naciones Unidas, con objeto de definir prioridades comunes, en la medida de lo posible;
54. Recuerda la necesidad de reforzar el impacto positivo de la migración y la movilidad, de manera que estos dos fenómenos pasen a considerarse como instrumentos de desarrollo recíproco de los dos continentes; destaca que la migración y la movilidad exigen una respuesta política cuidadosamente diseñada, equilibrada, basada en pruebas y sostenible, con una estrategia a largo plazo que tenga en cuenta las perspectivas demográficas y las causas profundas de la migración;
55. Reconoce que los conflictos violentos, las persecuciones, las desigualdades, las violaciones de los derechos humanos, la gobernanza deficiente, la corrupción, el terrorismo, los regímenes represivos, las catástrofes naturales, el cambio climático, el paro y la pobreza crónica han propiciado los desplazamientos de población y el aumento de los movimientos migratorios hacia Europa en los últimos años; recuerda, no obstante, que más de un 85 % de los africanos que abandonan su país permanece en África;
56. Respalda las distintas iniciativas adoptadas a escala europea para hacer frente a las causas profundas de la migración irregular: asociaciones migratorias, fondos fiduciarios para África y Fondo Europeo de Desarrollo Sostenible; pide que se garantice y prosiga su implementación de manera flexible, eficiente, coherente y transparente, a la vez que se aprovechan las posibles sinergias entre los diferentes instrumentos, programas y actividades, tanto en la acción interior como exterior; subraya la necesidad de una cooperación más intensa en el ámbito de la gestión de las fronteras;
57. reitera su petición de crear vías para la promoción de la migración legal, en consonancia con las recomendaciones del Plan de Acción de La Valeta; destaca asimismo que la ayuda al desarrollo no debe supeditarse a la cooperación en asuntos de migración;
58. Insta a los Estados miembros a que ofrezcan sus plazas de reasentamiento a un número significativo de refugiados; aboga, en este sentido, por la creación de un marco europeo de reasentamiento que los Estados miembros puedan aplicar con facilidad; Insta además a la UE y a sus Estados miembros a que cooperen con los países africanos enfrentados a desplazamientos de personas refugiadas o a situaciones de crisis prolongadas y les presten asistencia, con miras a incrementar su capacidad de asilo y reforzar su sistema de protección;
59. Insta a los Estados miembros a que aumenten su contribución financiera a los fondos fiduciarios y otros instrumentos destinados a apoyar el crecimiento inclusivo y sostenible y a estimular la creación de empleo, contribuyendo así a abordar las causas profundas de la migración. pide asimismo una función de control reforzada del Parlamento Europeo a fin de garantizar que los nuevos instrumentos de financiación sean compatibles con la base jurídica, los principios y compromisos de la UE;
60. Pide a la UE y a la UA que intensifiquen los intercambios de estudiantes, profesores, emprendedores e investigadores entre los dos continentes; acoge con satisfacción la propuesta de la Comisión de poner en marcha un mecanismo para la juventud africana que amplíe el ámbito del programa Erasmus+, y un instrumento de educación y formación profesional de la UE; pide un debate acerca del reconocimiento por parte de la UE de los certificados y títulos expedidos por las escuelas y universidades africanas; señala que garantizar la migración circular es fundamental para el desarrollo sostenible y para prevenir la fuga de cerebros de África;
61. Reconoce el lugar especial que ocupa la diáspora tanto en los países de acogida como en los países de origen, debido al envío de importantes remesas de fondos y como socio de desarrollo a los niveles nacional y regional; manifiesta su deseo de que la diáspora pueda desempeñar una función de información, adaptada para responder a las verdaderas necesidades de las personas, sobre los peligros derivados de la migración irregular, y los desafíos ligados con la integración en los países de acogida;
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62. Encarga a su presidente que transmita la presente Resolución al Consejo, a la Comisión, a la vicepresidenta de la Comisión / alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, a la Comisión de la Unión Africana, al Consejo ACP, al Parlamento Panafricano y a la Mesa de la Asamblea Parlamentaria Paritaria ACP-UE.