#EuropeosContraElCovid19

Alberto se ha volcado siempre con su comunidad: como agricultor ecológico, proporcionando alimentos de calidad a los habitantes de Laguna de Negrillos (León), y no solo de esa localidad. La COVID-19 no cambió mucho su rutina diaria. Excepto en una cosa: empezó a trabajar también los domingos, hasta el punto de hacerse notar, incluso, por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). «Nosotros seguimos trabajando igual, pero entre varios agricultores tuvimos la idea de ayudar a desinfectar las calles y otros posibles focos de contagio en la localidad», recuerda Alberto. «La idea surgió como iniciativa nuestra y nos dieron las pautas desde la Subdelegación de Gobierno». Alberto no tardó en reunir a un equipo de voluntarios. Con un solo mensaje logró convencer a muchos compañeros de profesión: «Si podemos colaborar y salvar o proteger a nuestros mayores de una posible infección, pues adelante». Los voluntarios usaron sus tractores cuando era posible e hicieron el resto a pie, demostrando la fuerza de su compromiso para ayudar a su comunidad.

La aparición de la COVID-19 nos ha pasado factura en muchas cosas que dábamos por sentadas. Ir a hacer la compra es quizás el ejemplo más flagrante: ¿cómo vas a comprar comida si estás confinado y la mayoría de las tiendas están cerradas? En Roma, los ciudadanos podían contar con el Centro Agroalimentare Roma. «Hemos asistido a un aumento de la demanda de frutas y hortalizas», afirma un miembro de la agrupación. «Los mercados de barrio nunca dejaron de funcionar y pudimos proporcionar productos básicos regionales a quienes se quedaban en casa». La agrupación incluso dio un paso más. Al ver que una parte de la población carecía de recursos para comprar suficientes alimentos nutritivos, se asociaron con grupos y servicios locales para donar hasta dos millones de raciones de alimentos solo entre marzo y abril de 2020. Coordinaron sus esfuerzos en línea con el hashtag #TogetherWeWillDoThis, y su labor ha sido recientemente elogiada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Yunes atiende a niños que necesitan orientación educativa, les apoya y les ayuda a encontrar una escuela. Su trabajo cotidiano, financiado en el marco del proyecto «Hijra wa Himaya», siempre ha sido esencial. Pero la COVID-19 ha hecho que sea aún más complejo de lo que ya era. Brooks es beneficiario del proyecto. Tiene diez años y empezó a recibir la ayuda de Yunes en febrero. A pesar del confinamiento, aprendió francés durante el verano. «Me dieron una tablet con conexión a Internet. Con ella podía hacer mis deberes como mis amigos, y Yunes hasta me ayudó a estudiar». «Esta crisis hace que nuestra labor sea aún más importante», señala Yunes. «Hemos tomado medidas urgentes para proporcionar asistencia directa, en línea y por teléfono a los niños, así como apoyo psicosocial por teléfono». Además de este proyecto, la UE y Unicef también han reorientado otro programa para mejorar los derechos y la autonomía de las madres solteras. El programa, financiado por la UE a través del Institut National de Solidarité, apoya ya a 250 madres solteras afectadas por la crisis, algunas de ellas con bebés.

Todos hemos estado bajos de moral en algún momento durante esta crisis. Ya sea por estar confinados, haber perdido un trabajo, tener que anular el plan de tu vida o, peor aún, haber perdido a un amigo o un familiar por culpa del virus. Hay muchas razones para desmoralizarse. Pero hay algo que nunca podemos olvidar: algunos hemos tenido que vivir momentos así de difíciles desde mucho antes de la COVID-19. En Alemania, Alexander, Benny, Johannes, Orazio y Sarah saben de lo que hablan. Han tenido que luchar contra la discapacidad durante toda su vida. En estos tiempos inciertos, decidieron unir sus fuerzas y animar a los demás con una nueva canción de su grupo «RolliGang». «Es cuestión de humanidad, es la única manera. Los que cuidan de los demás son los héroes del momento». Se trata de una emotiva oda a la bondad, la esperanza, la justicia y la unidad, en la que resuena el esfuerzo de innumerables héroes de toda Europa. La canción, titulada «Wir schaffen diese Krise» (Saldremos adelante), está disponible en Youtube.

Los ciudadanos de Zagreb vivieron momentos muy difíciles en marzo. No solo se vieron afectados por las duras e inesperadas consecuencias de la COVID-19, sino que, además, la ciudad fue el epicentro de un terremoto devastador: edificios antiguos completamente destruidos, transportes públicos paralizados y vecinos sin un techo bajo el que dormir. Danijela observó la situación y pensó que era hora de mostrar algo positivo. «Hay mujeres en este país que han compartido desinteresadamente sus conocimientos y su tiempo, ofreciéndose voluntarias en iniciativas sociales. Mi corto “Women can do it!” (¡Las mujeres pueden!) trata de ellas. Sigue a tres mujeres que ayudaron a la sociedad durante la pandemia, del 24 de abril al 10 de mayo. Muestra cómo los ciudadanos actuaron y ayudaron a las personas necesitadas en este período increíblemente difícil», explica. El documental, que tiene una duración de 22 minutos, está disponible en Youtube.

Para los dueños de restaurantes de toda Europa, la COVID-19 supuso una montaña rusa emocional. Viri, que tuvo que cerrar su restaurante «El Llar de Viri» cuando se impuso el confinamiento en España, lo vivió en sus propias carnes. «La decisión de cerrar todos los restaurantes nos pilló completamente desprevenidos, no dábamos crédito. Pasamos por muchas fases. Al principio, la incertidumbre; después, el desconcierto. Y entonces entras en una fase en la que ya no puedes seguir de brazos cruzados y solo quieres hacer algo», explica. Viri aprovechó al máximo esta nueva actitud. Empezó a preparar paquetes de comida para los clientes y comenzó un huerto. «Ahora estamos a cero kilómetros de nuestros ingredientes», cuenta entusiasmada. Tras una reapertura exitosa, Viri nunca ha estado tan feliz de ver las caras conocidas de sus clientes más fieles. Se mantiene cautelosa por lo que pudiera venir, pero sin duda disfrutará de cada momento con ellos como nunca antes lo había hecho.

Europa necesitaba a sus mentes más brillantes en estos tiempos difíciles, y es sorprendente ver lo rápido que dieron con grandes ideas. La Universidad de Malta diseñó el prototipo de un aparato para desinfectar respiradores. «Estas máquinas son de bajo coste y pueden fabricarse de forma rápida y sencilla en grandes cantidades», explica Marc. Nader y su start-up de impresión en 3D ofrecieron una ayuda muy valiosa a los devastados hospitales italianos. Repartieron máscaras de buceo transformadas en respiradores y viseras faciales por todo el país. Irlanda recibió ayuda de Patrick, que se dedicaba a destilar whisky y ginebra. «Cuando nos enteramos de que no quedaban existencias de desinfectantes en el noroeste del país, cambiamos nuestra producción. Proporcionamos desinfectantes a farmacias, profesionales sanitarios, comercios y organizaciones benéficas», recuerda. Gracias a estos esfuerzos, la UE puede centrarse en producir vacunas y prepararse para futuros brotes, para lo que ha destinado 314 millones de euros.

La pandemia de COVID-19 nos ha demostrado que los médicos de toda Europa harían cualquier cosa para ayudar en estos tiempos difíciles. Lo primero que podían ofrecer eran sus conocimientos. En Malta, Melanie grabó una serie de vídeos explicando conceptos que aparecían constantemente en las noticias, pero que pocas veces se explicaban en detalle. En uno de ellos, esta cardióloga explica términos como «aplanar la curva» en palabras comprensibles para todos. En Finlandia, Anni respondía a preguntas de la gente en Instagram y rápidamente acumuló 25 000 seguidores. Daniel (Gozo) y Marios (Chipre) llevaron a cabo acciones para ayudar a otros trabajadores en primera línea. Daniel agradeció en Facebook a cada persona que donó alimentos y que apoyó a los trabajadores de primera línea como él, que es enfermero. Marios anunció en Facebook que interrumpía su jubilación para retomar la medicina y explicó sus sentidas razones. No fue el único: muchos eurodiputados hicieron lo mismo durante la pandemia.

Yasmina y sus amigos crearon Freshtable en enero de 2020. El concepto: preparar comidas saludables, orgánicas y sostenibles para su recogida en un horario y un lugar definidos. Pero no sabían que la COVID-19 aumentaría la necesidad de iniciativas como esta. Durante la pandemia, Freshtable ofreció trabajo a refugiados y repartió comidas gratuitas a las personas mayores más afectadas por la crisis. «Buscamos maneras de apoyar a las personas vulnerables», explica Yasmina. «En mayo iniciamos la campaña “Comparte una comida” para donar paquetes de comida a los necesitados. Ayudamos a personas en centros de acogida para mujeres y a familias numerosas vulnerables en Róterdam. Queremos seguir ayudando a quienes podamos, nuestros clientes pueden incluso pagar comidas a los necesitados». Freshtable recibió financiación de la UE en el marco del Cuerpo Europeo de Solidaridad, que ayuda a los jóvenes a participar en voluntariados o trabajar en proyectos solidarios.

La start-up austriaca Symptoma ha invertido catorce años de investigación en su asistente de salud digital, de gran utilidad durante la pandemia de COVID-19. Es sencillo: vas a symptoma.com, introduces tus síntomas y respondes a algunas preguntas. Recibirás una puntuación. Cuanto más alta, mayor probabilidad de haber contraído el virus. «Es seguramente el primer y único chatbot basado en IA que calcula la probabilidad de haber contraído la COVID-19», apunta Jama. «Disponible en más de 36 idiomas, determina el riesgo de infección con un 96,32 % de precisión». La prueba es gratuita y totalmente anónima. Los médicos pueden utilizarla con confianza para priorizar recursos en los casos más urgentes, y las autoridades sanitarias y los investigadores pueden obtener información sobre la enfermedad y actuar en consecuencia. Symptoma.com ha recibido financiación de la Comisión Europea en el marco del instrumento para pymes de Horizonte 2020. Más información sobre su estudio, en fase de revisión por pares, en: symptoma.com/covid-19.

El 13 de marzo, la Región de Murcia cerró sus fronteras para intentar contener la propagación del coronavirus. Ese paso necesario supuso la paralización total y repentina de la industria del turismo, de la que vive la región. Propietaria de un centro de buceo, Isabel Laguardia fue una de las damnificadas. Tuvo que cerrar el centro y poner en suspenso todos sus planes de contratación de personal para la campaña de Pascua y para la temporada de verano, normalmente muy concurridas. La UE actuó con rapidez para ayudar a proteger pequeños negocios como el de Isabel. Nueva legislación flexibilizó las normas sobre ayudas estatales. El Gobierno de España puede ahora ofrecer ayuda financiera a las empresas más rápidamente, de manera que eviten los despidos durante el brote de coronavirus. Esas normas permiten a los Estados miembros actuar con diligencia y eficacia en apoyo de los ciudadanos y las empresas, en particular las pymes, que se enfrenten a dificultades económicas a consecuencia de la COVID-19. Todos los Estados miembros podrán establecer sistemas que concedan hasta 800 000 euros a una empresa al objeto de cubrir sus necesidades urgentes.

Aunque algunas empresas tuvieron que cerrar debido a la COVID-19, otras se vieron desbordadas por la demanda. Para equilibrar estas necesidades, Claudine y sus colegas de la Cámara de Comercio de Luxemburgo pusieron en marcha la plataforma #JobSwitch. «Teníamos una línea directa específica para las empresas. Respondimos a sus inquietudes, les facilitamos información en tiempo real y proporcionamos una herramienta que permitía al personal de un centro de trabajo que había cerrado asumir un empleo en otra empresa que necesitaba personal», explica Claudine. La plataforma funcionó hasta finales de abril y fue todo un éxito. Se presentaron unos 1 400 candidatos y más de 500 personas encontraron nuevos puestos de trabajo. Además de #JobSwitch, la Cámara de Comercio también puso en marcha un programa de apoyo a empresarios, así como un aval bancario para empresas con dificultades financieras.