Discurso ante el Consejo Europeo de Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo

Speeches
Bruselas -
20-03-2014
Foreign Affairs - Human Rights

Señoras y señores:

Sé que ustedes, al igual que yo, tienen la mente puesta en Ucrania. Nadie habría creído, a principios de este año en el que se conmemora el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, que en un país vecino a la Unión Europea la guerra se convertiría en un peligro real.

La crisis en Crimea constituye una amenaza enorme para nuestro sistema de seguridad europeo, surgido tras la Guerra Fría. Tras el referendo ilegal celebrado en Crimea del pasado domingo, no puede predecirse si amenaza una nueva división de Ucrania. Ya se ha producido un cambio ilegal, impuesto desde fuera, en una frontera europea reconocida por el Derecho internacional. Por primera vez desde el final de la Guerra Fría, en Europa un Estado se ha anexionado por la fuerza una parte de otro Estado. Rusia ha vulnerado el Derecho internacional, y esto es inaceptable. La crisis de Crimea tiene que despertarnos de golpe: debemos reconsiderar nuestra política europea de vecindad y la relación con Rusia. Debemos desarrollar de una vez una estrategia coherente respecto a Rusia.

Hoy intento transmitirles también, como Presidente del Parlamento Europeo, el miedo de los europeos. Mientras algunos empresarios temen una espiral de sanciones que pueda provocar la ruptura de contratos, y los trabajadores se preocupan por sus puestos, en los países vecinos de Ucrania especialmente, como Polonia y los países bálticos, existe el temor a una nueva guerra fría.

Por primera vez desde el final de la Guerra Fría, las ciudadanas y los ciudadanos de nuestra Unión se preocupan por su seguridad. Es un miedo real, que se ha visto agudizado también por el rearme verbal de las últimas semanas. Los ciudadanos se preguntan: ¿Se mantendrá unida la familia europea y, en la peor de las hipótesis, nos apoyará con garantías de seguridad? ¿Conseguirán los Gobiernos superar los distintos intereses nacionales o debilitarán la unidad de la familia europea e impedirán con ello una posición común?

En las últimas semanas hemos visto como este conflicto supuestamente regional ha conllevado que Rusia despliegue tanques y tropas en Crimea, que la OTAN esté en alerta, que los Estados Unidos trasladen material militar a Europa, que los Estados de la OTAN ofrezcan garantías de apoyo y que los ministros de Asuntos Exteriores europeos corran de reunión de crisis en reunión de crisis. Y hoy debaten ustedes el refuerzo de las sanciones. El Parlamento Europeo, ha aprobado la semana pasada sus propuestas relativas a medidas adecuadas. Es importante que, como Unión Europea en bloque, enviemos un mensaje claro: los acontecimientos de Crimea son inaceptables y no deben repetirse nunca más en ningún otro lugar.

Al mismo tiempo, tenemos que estar atentos a no meternos como «sonámbulos», tal como afirmó el historiador australiano Christopher Clarke a propósito del estallido de la Primera Guerra Mundial, en un conflicto cada vez más intenso. Por ello, el Parlamento Europeo recomienda pensar en el final del conflicto y tener cuidado de mantener abierto los canales de diálogo con Rusia.

Hace dos semanas ya se reunieron ustedes en Bruselas en una cumbre sobre Ucrania. Hoy deliberan nuevamente sobre la crisis de Crimea. La semana que viene, el Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, estará en Bruselas, y una semana después lo hará el Presidente chino Xi Jinping. Ello nos abre la posibilidad de hablar de manera continuada con actores clave.

Querría agradecer exprésamente a los ministros de Asuntos Exteriores de Polonia, Francia y Alemania que antes del empeoramiento de la crisis intentaran apaciguar la situación en Ucrania. Si permanecemos siempre unidos como UE, podemos lograr éxitos.

Señoras y señores:

No podemos cerrar los ojos al hecho de que Europa se ve cuestionada también más allá de las fronteras de la UE; que aquellos que buscan un vínculo estrecho con Europa ven como otros les impiden establecer esta relación con nosotros. Esta situación representa desafíos importantes y totalmente nuevos para la Unión Europea.

Hoy el pueblo de Ucrania necesita más que nunca nuestro apoyo; político y, sobre todo, financiero.

El Parlamento Europeo valoró positivamente la decisión de celebrar la reunión extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno dedicada a Ucrania y desea cooperar estrechamente con ustedes en el espíritu de dicha reunión. En este contexto, esperamos que el proceso en curso de liberalización de visados con Ucrania pueda concluirse pronto. Celebramos la firma de los capítulos políticos del Acuerdo de Asociación con Ucrania mañana, que da a este país una perspectiva europea clara y es un signo de solidaridad y respeto hacia las personas de la plaza Maidán, que han luchado con determinación, dignidad y grandes sacrificios para poder vivir en una sociedad que no esté lastrada por la corrupción y la delincuencia sino que sea democrática y humana y respete el Estado de Derecho.

La decisión de apoyar a Ucrania con 11 000 millones de euros es correcta. Ahora las palabras deben dejar paso rápidamente a los hechos. El Parlamento hará todo lo posible para que la aportación prevista de 3 000 millones de euros con cargo al presupuesto de la UE pueda liberarse cuanto antes sin que por ello se resten recursos a proyectos importantes. Habida cuenta de la grave situación, todos debemos mostrarnos tan ágiles como la flexibilidad y los límites del MFP permitan. Debemos ayudar al país a levantar su economía y a superar sus desigualdades sociales, con objeto de evitar los conflictos y la radicalización.

El Parlamento Europeo enviará una misión de observación a las elecciones presidenciales. Espero que, el 25 de mayo, asistamos a unas elecciones libres y justas, que abran un buen futuro para el pueblo de Ucrania.

Señoras y señores:

Durante semanas y meses, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros y el Parlamento Europeo se han esforzado por establecer un sistema para el cierre y el saneamiento de los bancos en quiebra.

Sé que los parlamentarios no les hemos puesto las cosas fáciles a los ministros de Finanzas en las negociaciones; pero este mecanismo de resolución para los bancos en quiebra es fundamental para el éxito de la unión bancaria. No podíamos ni queríamos entrar en un regateo que no pudiéramos luego asumir en nombre del interés de las ciudadanas y los ciudadanos.

Las propuestas que durante semanas han estado sobre la mesa habrían provocado, en caso de hacerse realidad, el fracaso del objetivo central de la unión bancaria. Es decir, que los contribuyentes dejen de tener que salvar a los bancos de la quiebra y que se rompa el vínculo nefasto entre las deudas de los bancos y las deudas de los Estados.

Numerosos expertos económicos de prestigio, la Comisión y el Banco Central Europeo siguieron casi completamente la línea del Parlamento Europeo; línea que, por otra parte, fue aprobada por 441 votos a favor frente a 141 en contra. A esto llamo yo una amplia mayoría.

Hoy, en las primeras horas de la mañana, después de dieciséis horas de duras y difíciles negociaciones, se ha logrado finalmente un gran avance que, especialmente en comparación con la decisión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros del 18 de diciembre, supone una mejora significativa y hace posible una unión bancaria que funcione.

Con una supervisión bancaria unificada, un mecanismo de resolución bancaria unificado y un sistema de garantía de depósitos unificado, hoy podemos afirmar que tenemos una unión bancaria. Se trata de un paso histórico.

La propuesta del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros preveía que 126 personas, en el seno de nueve comisiones, tenían que debatir durante cinco días antes de alcanzar una decisión sobre la liquidación de un banco. ¡Tal decisión tiene que ser posible en un fin de semana, para impedir los pánicos bancarios y las turbulencias de los mercados financieros!

El acuerdo que se ha alcanzado finalmente hoy a las cinco de la mañana posibilita una decisión pragmática, neutral y eficiente en un fin de semana.

La propuesta de los ministros de Hacienda preveía asimismo un sistema en el que, en vez de un fondo de rescate europeo unificado, existirían fondos con compartimentos nacionales, que además habrían quedado infracapitalizados. Con ello, los países de origen habrían seguido siendo responsables. En lugar de poner en práctica la idea básica de la unión bancaria (es decir, que los bancos rescaten bancos) se pedía una vez más que, en último término, los contribuyentes pasaran por caja.

¿Cómo habría podido el Banco Central Europeo evaluar de manera creíble durante una prueba de resistencia la seguridad de los bancos, sabiendo que, ante un problema grave, no se dispondría de un mecanismo de resolución robusto y funcional?

Con un sistema así, habríamos estado en una posición peor que si no tuviéramos ningún mecanismo de resolución.

Por suerte, a primeras horas de la mañana se ha llegado a una buena solución: se ha constituido un fondo de rescate europeo unificado, inmediatamente operativo, desde el principio casi plenamente comunitario y con una línea de crédito en los mercados financieros. En detalle, hemos acordado una fase de acumulación de ocho años, pues ahora, ya dentro de dos años el 60 % de las contribuciones aportadas para operaciones de alcance europeo deben estar plenamente disponibles como financiación comunitaria, así como una línea de crédito en los mercados financieros.

Con este compromiso hemos logrado un mecanismo de resolución con el que podemos proteger tanto a nuestros ciudadanos y ciudadanas como a nuestros bancos frente a las turbulencias de los mercados financieros.

Señoras y señores:

En febrero, el Parlamento Europeo expuso su posición respecto al Semestre Europeo. Estamos convencidos de que, si hay una lección que puede extraerse de la crisis, es que necesitamos una mejor coordinación de la política económica.

El Semestre es un paso dubitativo, pero al menos es un paso en la dirección correcta. Por lo tanto, no queremos de ninguna manera que el Semestre se degrade hasta convertirse en otro procedimiento burocrático.

Al contrario, una coordinación económica estrecha debería considerarse un primer paso necesario para lograr una unión económica y monetaria más estrecha. Para que este ejercicio tenga éxito, debemos conseguir dos cosas:

En primer lugar, cada país debe hacer suyos los programas. Esto no sucederá sin responsabilidad democrática. Los Parlamentos deben participar en todos los niveles.

El Parlamento Europeo ha buscado siempre tener un papel activo en este proceso. Hemos desarrollado un fructífero diálogo económico con los ministros responsables y, al mismo tiempo, hemos intensificado con éxito el diálogo con los Parlamentos nacionales.

En segundo lugar, para que el Semestre sea un éxito, su cumplimiento debe reforzarse. Entiendo que la aplicación del Semestre supone un auténtico desafío para los Estados miembros. En muchas ocasiones hemos visto como simplemente no se siguen las recomendaciones de la Comisión.

Permítanme decir algunas palabras más sobre el contenido del Semestre Europeo. Naturalmente debemos celebrar que la Comisión tenga como prioridad principal, en el Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento 2014, un crecimiento duradero, inteligente e integrador.

Sin embargo, tenemos que preguntarnos: ¿no es ya un poco tarde para ello? Y algo aún más importante: ¿realmente utilizamos los instrumentos correctos y nos dotamos de los medios necesarios para conseguir alcanzar unos objetivos tan ambiciosos?

Ahora nos tememos el fracaso de los objetivos de Europa 2020, que corre el peligro de seguir la misma suerte que, en su momento, la Estrategia de Lisboa.

Señoras y señores:

La semana pasada, el Parlamento Europeo aprobó por abrumadora mayoría un informe sobre la Troika que señala la vía por la que deberán discurrir nuestras futuras relaciones con ella. Esta amplísima mayoría muestra que nuestro informe supera las fronteras de partido; por ello quisiera animarles a leerlo. Verán que en él no denostamos a la Troika; al contrario, queremos que la Troika tenga la obligación de rendir cuentas ante los representantes directamente elegidos de los ciudadanos.

Estamos convencidos de que los procesos de reforma solo tienen éxito cuando las personas también los aceptan como necesarios y legítimos. Y eso solo se consigue con transparencia y con la obligación democrática de rendir cuentas. Para ello se requieren debates públicos sobre los programas en los Parlamentos y el apoyo de los representantes del pueblo.

Hace cuatro años se constituyó apresuradamente la Troika para impedir el hundimiento del euro.

Hace cuatro años la Troika nos ayudó, probablemente, a impedir la repetición de la catastrófica depresión de 1929.

No obstante, debemos reconocer todos que la operación no se desarrolló de manera óptima.

La falta de transparencia hizo que algunas diferencias de opinión fundamentales —los conflictos entre la Comisión y el FMI son sobradamente conocidos y tristemente célebres— se ventilaran tras la puerta cerrada del Eurogrupo.

Para la Troika, los Tratados UE no son vinculantes, como tampoco lo es la Carta de los Derechos Fundamentales; para la Troika, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea no cuenta y la legislación de la UE tampoco la afecta.

Por consiguiente, ya es hora de que volvamos a apoyarnos en el fundamento jurídico de los Tratados de la UE y sometamos a la Troika al control democrático y a la obligación de rendir cuentas, precisamente porque estamos convencidos de que estos defectos de construcción de la Troika tienen parte de culpa en los malos resultados macroeconómicos.

Puede suceder que para cuatro países muy distintos y con problemas y situaciones de partida muy diferentes, los planteamientos de «talla única», sencillamente, no funcionen. No ha habido nunca un plan B para el caso de que ese planteamiento no funcionase, por ejemplo, dañando el tejido social de nuestras sociedades o haciendo difícil la vida de la gente.

Señoras y señores:

El Parlamento Europeo propone las siguientes medidas a corto plazo para corregir algunos de los defectos de construcción de la Troika:

- Mayor claridad y transparencia en lo relativo a la relación de las instituciones negociadoras, por medio de normas de procedimiento de acceso público.

- Obligación de la Comisión de rendir cuentas ante el Parlamento Europeo, por medio de un acuerdo interinstitucional.

- Normas comunes de responsabilidad democrática y transparencia por medio de directivas que deberían adoptarse en breve.

A largo plazo consideramos ineludible una modificación del reparto de tareas y del modo de funcionamiento del Eurogrupo.

El aumento de poder del Eurogrupo debe equilibrarse mediante una obligación más firme de rendir cuentas.

El Eurogrupo, al igual que el MEDE, debe tener su lugar en el marco de las instituciones comunitarias. Así se mejorará la coordinación económica y se reforzará la capacidad de resistencia de la zona del euro ante futuras crisis.

Señoras y señores:

La semana pasada, el Parlamento Europeo aprobó en primera lectura, tras dos años de trabajo muy intenso, un paquete de protección de los datos. Como representantes de las ciudadanas y los ciudadanos, creemos que estos deben recuperar el dominio de su esfera privada y que necesitan unos derechos sólidos también en la era digital, y creemos que las empresas obtendrán beneficios de un mercado interior digital.

Ustedes mismos afirmaron, en el Consejo Europeo del pasado otoño, que un elemento fundamental de la realización del mercado interior digital en 2015 sería la pronta adopción de un sólido paquete de protección de los datos. Por ello les pido, en nombre del Parlamento, que dejen que las palabras den paso con rapidez a los hechos y que el Consejo acepte por fin entablar negociaciones con nosotros.

Señoras y señores:

En febrero, el Parlamento Europeo se pronunció a favor de objetivos vinculantes en materia de protección del clima.

Para nosotros, cuentan esencialmente tres objetivos que queremos alcanzar en 2030 a más tardar:

En primer lugar, reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 40 % en comparación con los valores de 1990.

En segundo lugar, aumentar al 30 % la proporción de energías renovables en la mezcla energética eléctrica.

En tercer lugar, ahorrar el 40 % de energía para 2030.

Consideramos importantes estos tres objetivos vinculantes de protección del clima y eficiencia energética.

De esta manera fomentamos el crecimiento sostenible y creamos empleo adicional. Además, reducimos nuestra dependencia de las importaciones de energía de terceros países. La crisis de Ucrania pone ante nuestros ojos de forma dramática lo importante que es liberarse de dependencias energéticas. Una cuarta parte de las importaciones europeas de gas llega de Rusia pasando por gaseoductos de Ucrania; por eso es tan importante para nosotros completar el mercado interior de la energía y seguir desarrollando e integrando las infraestructuras con miras a la utilización transfronteriza común de la energía.

Fijándose como meta estos objetivos vinculantes reclamados por el Parlamento Europeo, la UE puede asumir de nuevo el liderazgo en la política de defensa del clima y ejercer una influencia beneficiosa en las negociaciones de preparación de la conferencia sobre el clima que se celebrará en París en 2015.

Acogemos con agrado la propuesta de la Comisión. Por lo menos, el proyecto ya está encarrilado. Por desgracia, las propuestas de la Comisión quedan sin embargo por debajo de lo que el Parlamento Europeo reclamaba. Por ello, será necesario que se presenten sin tardanza propuestas de objetivos vinculantes de eficiencia energética, pues se trata de un instrumento clave para contrarrestar las subidas de los precios de la energía. Esto es importante para nuestra industria y también lo es para los consumidores, en especial para los que tienen un bajo nivel de renta y ya no saben cómo pagar sus gastos de calefacción.

Para dar mayores impulsos al desarrollo de las energías renovables, también debemos fijar objetivos al nivel de los Estados miembros.

La estructura de gobernanza propuesta ahora por la Comisión plantea problemas, ya que la política de protección del clima y de energía no es una competencia intergubernamental. El Parlamento insiste, pues, en la necesidad del procedimiento de codecisión.

Y dirigiéndome a ustedes, señoras y señores, añado: el Parlamento Europeo desea que lleguen lo más rápidamente posible a un acuerdo para la reducción de las emisiones de dióxido de carbono en un 40 %, con ayuda de un sistema eficaz de comercio de emisiones y teniendo en cuenta las posibilidades de cada país. Necesitamos ese acuerdo para dar a las empresas la seguridad que les permita planificar sus actividades, para fortalecer nuestra credibilidad como fuerza de vanguardia en la defensa del clima y para ejercer una influencia beneficiosa en las próximas negociaciones sobre el clima. Convendría, pues, alcanzar la unidad antes de la Cumbre de dirigentes mundiales sobre el cambio climático anunciada para septiembre en Nueva York.

Hoy también se ocupan ustedes del fortalecimiento de la competitividad industrial de Europa. Sobre este punto tienen ustedes al Parlamento a su lado. Debemos proteger el valor de Europa como centro económico e industrial. Debemos invertir en objetivos muy precisos de innovación e investigación. Y debemos echar una mano a las pequeñas y medianas empresas, pues son la columna vertebral de la economía europea, son las que crean puestos de trabajo en Europa.

Con su documento, la Comisión ha presentado una buena hoja de ruta en la que señala la importancia de aportar coherencia entre la política industrial, la de defensa del clima y la de energía. Para ello, también debemos encontrar respuestas al aumento de los precios de la energía y al riesgo de deslocalización de las plantas de producción.

En Europa necesitamos una industria fuerte y sostenible para hacer posible un buen futuro para nuestros hijos.

Muchas gracias por su atención.

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