Las decisiones de autorizaciones de productos son fundamentales para respaldar la confianza y la seguridad de los consumidores en toda la UE. Son igualmente importantes para fomentar las inversiones, estimular el crecimiento económico, asegurar puestos de trabajo y promover la innovación.
Solo a través de la innovación seremos capaces de cerrar la brecha entre unas metas medioambientales más ambiciosas y unos recursos financieros más escasos. Y solo a través de la innovación podrán las empresas de la UE competir en igualdad de condiciones con sus rivales de China y Estados Unidos.
Los cambios propuestos en el sistema de comitología no ayudan a ninguno de los objetivos anteriores y pueden incluso minar la aceptación social de la innovación.
Concretamente, las enmiendas 5, 7 y 16 permitirán a una minoría de Estados miembros bloquear las autorizaciones de productos, incluso cuando su seguridad haya sido confirmada por las agencias europeas de evaluación de riesgos. Esto no solo hará que todo el proceso sea más complejo y menos predecible, sino que también socavará los procesos de toma de decisiones basados en la ciencia a nivel de la UE.
Por todo lo anterior, me he visto obligado a votar en contra.