Cómo promover el consumo sostenible

Los eurodiputados reclaman nuevas medidas para promover una cultura de consumo basada en la reparación y la reutilización y reivindican el apoyo a los negocios de productos de segunda mano.

Reparación de un teléfono móvil. ©AdobeStock/Olexandr
Reparación de un teléfono móvil. ©AdobeStock/Olexandr

El miércoles 25 de noviembre, el Parlamento Europeo adoptó una resolución en la que se proponen los pasos concretos a seguir para promover el consumo sostenible en el mercado único europeo, incluido el "derecho a reparar".

"Debemos acabar con la obsolescencia prematura de los productos, colocándolos en la lista negra de prácticas comerciales desleales y haciendo que la duración de las garantías legales sea proporcional a su vida estimada. También, a través de establecer un derecho real de reparación y garantizar información clara sobre la durabilidad y posibilidad de reparación de los productos con etiquetado obligatorio. Hay que aprovechar las nuevas tecnologías para acelerar la economía circular”
David Cormand, ponente del informe sobre mercado único sostenible

¿Por qué es importante fomentar el consumo sostenible?

El informe sobre un mercado único más sostenible, elaborado por el eurodiputado francés del grupo de los Verdes / EFA David Cormand, recoge que en 2019, el “Día de la superación de la UE” -día en el que la huella ecológica del continente supera la capacidad de los ecosistemas del planeta- fue el 10 de mayo y significó que si el resto del mundo consumiera tanto como los europeos, se necesitarían 2,8 planetas Tierra.

El documento también señala que el sistema actual de obsolescencia incorporada y falta de acceso a repuestos, información sobre garantías y posibilidades de reparación empuja a las personas a comprar nuevos artículos en lugar de repararlos. Alrededor del 59% de los consumidores desconocen que el período de garantía mínimo legal en la UE es de dos años.

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Posición de los europeos ante la reutilización y reparación, en cifras

También está bastante claro que existe una demanda pública de sostenibilidad. Según una encuesta del Eurobarómetro, el 77% de los europeos intenta reparar artículos antes de comprar nuevos y, el Estudio de comportamiento de 2018 de la Comisión Europea recoge que los consumidores tienen tres veces más probabilidades de comprar un producto si está etiquetado como duradero y reparable. Alrededor del 79% de los ciudadanos de la UE dicen que se debería exigir a los fabricantes de dispositivos digitales que faciliten la reparación o sustitución de piezas individuales.

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¿Cómo quieren los eurodiputados lograr un consumo sostenible?

El objetivo final del informe es hacer un llamamiento a establecer un "derecho a reparar" apropiado. Las reparaciones deben ser sencillas y asequibles. Los miembros del PE quieren garantizar un mejor acceso a la información sobre la reparación de productos, promover reparaciones en el mismo hogar, apoyar a los establecimientos locales e independientes dedicados a esta práctica y asegurar la existencia de garantías que cubran los arreglos de los productos. Los eurodiputados también quieren resolver el problema de los derechos de propiedad intelectual que limitan el derecho a reparar solo mediante un diseñador o distribuidor.

Además, el PE reclama una legislación sobre etiquetado que indique la durabilidad y la capacidad que tiene un producto de ser reparado.

Los eurodiputados también quieren promover la cultura de la reutilización. Si se quiere conseguir que los consumidores confíen en los productos de segunda mano, se necesita transparencia, así como garantías que certifiquen el estado de los productos. Asimismo, los miembros acogen positivamente los modelos de negocio basados ​​en el alquiler, pero piden que se los examine de cerca para asegurar su viabilidad a largo plazo.

El Parlamento también sugiere que la tecnología digital podría utilizarse para promover un mercado sostenible mediante la creación de una base de datos común y un pasaporte de producto para garantizar un mejor seguimiento de los artículos, y sus partes, a lo largo de toda la cadena de valor. También facilitaría el intercambio de información entre productores y consumidores y un control del mercado más eficaz.

Además, es necesario un análisis adecuado para juzgar si una tecnología determinada es respetuosa con el medioambiente durante todo su ciclo de vida, desde la extracción de las materias primas y la reutilización de las materias primas secundarias, hasta el procesamiento al final de su vida útil, incluida la fabricación, el transporte y el uso.

También señalan la posibilidad del efecto rebote, que se produce cuando los beneficios de eficiencia hacen que un producto o servicio sea menos costoso, lo que aumenta la producción y el consumo.

Los informes instan a las instituciones públicas, que representan el 16% del PIB de la UE, a dar ejemplo al priorizar las empresas pequeñas, locales y sostenibles en las licitaciones públicas.

Los eurodiputados también quieren una publicidad más responsable, al optar por notmativas que protejan ante la extracción de datos personales para anuncios personalizados y el "ecoblanqueo", práctica que se emplea cuando una empresa utiliza el impacto medioambiental con fines de marketing y da la falsa impresión de que un producto es más ecológico de lo que es.