Mukwege: "Violar es un arma barata, accesible y muy destructiva"

La comunidad internacional no debería tolerar el uso de las violaciones como arma de guerra, defiende Denis Mukwege, galardonado este año con el Premio Sájarov.

Denis Mukwege, galardonado con el Premio Sájarov 2014 ©Pietro Naj-Oleari_Mukwege_11242014_265.
Denis Mukwege, galardonado con el Premio Sájarov 2014 ©Pietro Naj-Oleari_Mukwege_11242014_265

Mukwege nos concedió esta entrevista la víspera de la ceremonia de entrega de tal distinción, que tendrá lugar este miércoles 26 de noviembre en el pleno de la Eurocámara. Este ginecólogo se ocupa de las mujeres víctimas de violencia sexual en la República Democrática del Congo. Siga la ceremonia en directo a través de nuestra web.

Señor Mukwege, ¿qué repercusión tendrá este premio en su trabajo?


Sentimos que el Parlamento Europeo ha entendido la gravedad de la situación de las mujeres en los conflictos. Esperamos encontrar soluciones para detener el uso de las violaciones como arma de guerra y, en ocasiones, incluso como estrategia de guerra.


Como muchos otros defensores de los derechos humanos, es usted un ejemplo de perseverancia en circunstancias muy difíciles. ¿Qué le mantiene en pie? ¿Ha habido algún momento en el que pensó en abandonar?


Hace dos años me atacaron en casa, mataron a mi guardia de seguridad, tomaron a mis hijos como rehenes y, es verdad, en ese momento pensé que era demasiado complicado y que tenía que tener en cuenta mis obligaciones familiares. Dejé el Congo, pero muy pronto volví por la fuerza de aquellas mujeres.


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Las mujeres y las niñas son víctimas de la violencia sexual en muchos conflictos actuales, desde la República Democrática del Congo hasta Siria. ¿Qué se puede hacer para protegerlas?


Cada uno de nosotros debe entender que una violación no es una relación sexual consentida. En una situación de conflicto, la violación se usa como un arma humillante, un arma que deshumaniza a las mujeres. Violar a una mujer o a una niña delante de todo el mundo y destruir sus órganos genitales no tiene nada de sexual, es una humillación y una destrucción viciosa.


Las violaciones tienen consecuencias idénticas o incluso mayores que las armas clásicas. En primer lugar, provocan un desplazamiento masivo de la población. En segundo lugar, igual que con las armas clásicas, con la violación se destruye la demografía del enemigo. Algunas de estas mujeres no podrán tener más hijos y, aunque puedan, su fertilidad es muy baja. En tercer lugar, las consecuencias se transmiten a través de las generaciones. Estas mujeres seguirán viviendo y contaminarán a otras personas de sus pueblos si han quedado infectadas con enfermedades de transmisión sexual, o también podrán transmitir esas enfermedades a sus hijos. Y las que queden embarazadas, tendrán hijos sin padre, lo que también contribuye a destruir el tejido social.


La comunidad internacional no tolera las armas químicas, ni las nucleares ni las biológicas. Nosotros, hombres y mujeres, tenemos que reclamar lo mismo para la violación, un arma barata, accesible y muy destructiva.


Siga la ceremonia de entrega del Premio Sájarov 2014, en directo este miércoles 26 de noviembre a mediodía

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