Evolución del examen del Parlamento a los comisarios designados

Las audiencias de confirmación de los candidatos a comisarios de la UE son un momento clave para el Parlamento. Han cambiado mucho a lo largo de los años y han tenido un gran impacto.

Audiencia del Parlamento con el comisario designado holandés Wopke Hoekstra en 2023.
Audiencia del Parlamento con el comisario designado holandés Wopke Hoekstra en 2023.

¿Qué son las audiencias de confirmación?

Las audiencias de confirmación forman parte del sistema de equilibrio de poderes a nivel de la UE para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas. Los gobiernoes europeos designan a los candidatos a comisarios de la UE. Tras ello, el Parlamento Europeo tiene que evaluarlos antes de que puedan ocupar sus cargos.

En primer lugar, la comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento examina la situación financiera de cada candidato para asegurarse de que no haya conflicto de intereses. Solo cuando la comisión da luz verde, se puede celebrar la audiencia.

Durante las audiencias de confirmación, los eurodiputados tienen como objetivo evaluar si los comisarios designados están capacitados para formar parte de la Comisión Europea. Una vez concluidas, el Parlamento celebra una votación en el pleno para aprobar o rechazar la Comisión en su conjunto.

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¿Cómo comenzaron las audiencias de confirmación?

Antes del Tratado de Maastricht, el Parlamento Europeo no participaba en el nombramiento de la Comisión. La decisión estaba en manos de los gobiernos de los países de la UE. Al asumir el cargo, cada presidente de la Comisión presentaba una declaración política ante el Parlamento.

Tras años de insistir en el derecho de tener voz en el nombramiento del ejecutivo de la UE, el Parlamento Europeo obtuvo el derecho a votar sobre la Comisión en su conjunto con el Tratado de Maastricht, que entró en vigor en 1993.

Las primeras audiencias formales tuvieron lugar en enero de 1995 y resultaron en la aprobación de la Comisión de Jacques Santer.

El posterior Tratado de Ámsterdam, promulgado en 1999, otorgó al Parlamento la autoridad para aprobar al presidente o presidenta de la Comisión.

El Tratado de Lisboa, que entró en vigor en 2009, aclaró los criterios a utilizar al seleccionar a los miembros de la Comisión. Los comisarios deben demostrar competencia general e independencia, pero también compromiso europeo.

Mayor escrutinio

Ya en las primeras audiencias, las comisiones parlamentarias encargadas de evaluar a los candidatos realizaron comentarios críticos si los candidatos a comisarios demostraban una falta de conocimientos especializados en su cartera designada o mostraban reticencia a hacer compromisos políticos.

Esto llevó a que, en audiencias posteriores, los comisarios designados se prepararan de manera más exhaustiva en las áreas políticas concretas y presentaran sus planes con más detalle.

Esta tendencia reflejó el papel en evolución del Parlamento, que cada vez veía su función como la de garantizar que los nominados cumplieran con altos estándares.

Hoy en día, el Parlamento toma nota de los compromisos de los comisarios y realiza un seguimiento del progreso realizado durante el mandato de la Comisión para verificar si los comisarios realmente cumplen lo que han prometido.

El Parlamento también puede realizar una "audiencia especial de control" para interrogar a uno o más comisarios sobre cuestiones políticas importantes.

Impacto de las audiencias en la composición de la Comisión

A lo largo de los años, el Parlamento ha demostrado estar dispuesto a solicitar la reorganización de carteras o el reemplazo de candidatos que presenten posibles conflictos de intereses o que no logren convencer a los eurodiputados durante las audiencias.

Ya en 2004, José Manuel Barroso reemplazó a dos comisarios: Rocco Buttiglione de Italia, quien fue propuesto como comisario de justicia, libertad y seguridad, e Ingrīda Ūdre de Letonia, nominada como comisaria de fiscalidad, para asegurar la aprobación del Parlamento para su Comisión. Barroso también cambió la cartera de László Kovács, de Hungría, de energía a fiscalidad.

Rumiana Jeleva, nominada por Bulgaria como comisaria de cooperación internacional, ayuda humanitaria y respuesta a crisis, tuvo que retirarse en enero de 2010 después de su audiencia en el Parlamento.

En 2014, la nominada eslovena Alenka Bratušek no obtuvo apoyo como vicepresidenta de la Comisión para la Unión Energética, lo que llevó a una reorganización de carteras. Tras las críticas de los eurodiputados, la cartera del nominado húngaro Tibor Navracsics fue modificada, y no se le encargó la Ciudadanía, sino la Educación, Cultura, Juventud y Deporte.

Durante las audiencias de 2019, la comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento planteó preocupaciones sobre posibles conflictos de interés tras examinar las declaraciones de intereses financieros de László Trócsányi, nominado por Hungría para el cargo de comisario de Justicia, y Rovana Plumb, nominada por Rumanía para comisaria de Transportes.

Pocos días después, Sylvie Goulard, la comisaria designada por Francia para el Mercado Interior, no obtuvo el apoyo de los eurodiputados de las comisiones de Mercado Interior e Industria, Investigación y Energía. Los tres candidatos - Trócsányi, Plumb y Goulard - fueron reemplazados antes de que el Parlamento diera su aprobación a la Comisión dirigida por la presidenta Ursula von der Leyen.